LA CIENCIA PARA TODOS 43 reimpr09_Dreyfus_ElMundodelosmicrobios_V1_PAB.indd 1 43 BIOLOGÍA El mundo de los microbios 43 LA CIENCIA PARA TODOS BIOLOGÍA DREYFUS GEORGES DREYFUS El mundo de los microbios Con una larga carrera de investigación en el área de fisiología celular, el doctor Georges Dreyfus estudió medicina en la unam, en la que también cursó sus estudios de maestría y doctorado en investigación biomédica básica; sus estudios de posdoctorado los realizó en el Centre d’Études Nuclaires de Grenoble, Francia. Es investigador del Departamento de Genética Molecular del Instituto de Fisiología Celular y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. www.fondodeculturaeconomica.com Forro rústico 13.5 x 21 cm/ 116pp/ lomo 1 cm/ interiores papel cultural 90grs./Diseño: Paola Álvarez Baldit “Una pregunta que el ser humano se hace con frecuencia —nos dice el autor en la introducción a su obra— es si hay vida en otros planetas. Sin duda un descubrimiento así sería revolucionario. Imaginemos lo que sintieron quienes vieron por primera vez, bajo sus microscopios, seres diminutos que habían pasado inadvertidos; se abrió un mundo nuevo: el de los microbios. En diversos sentidos este hallazgo fue tan importante como si hoy se descubriese que hay vida en otro planeta. Así pues, este libro empieza con la descripción de cómo la humanidad se dio cuenta de la existencia de los microorganismos —lo que le permitió explicar la causa de algunas enfermedades— hasta el grado de crear una ciencia encargada de su estudio. Estos pequeños organismos han propiciado el desarrollo del conocimiento sobre los aspectos bioquímicos de la vida.” En estas páginas el lector seguirá la historia de cómo los microorganismos se han adaptado a diversos ambientes —algunos tan extremos que semejan quizá las condiciones que prevalecían en nuestro planeta hace miles de millones de años— y de cómo han constituido una ayuda invaluable en el estudio del origen de la vida. 7/12/11 1:22 PM La Ciencia para Todos Desde el nacimiento de la colección de divulgación científica del Fondo de Cultura Económica en 1986, ésta ha mantenido un ritmo siempre ascendente que ha superado las aspiraciones de las personas e instituciones que la hicieron posible. Los científicos siempre han aportado material, con lo que han sumado a su trabajo la incursión en un campo nuevo: escribir de modo que los temas más complejos y casi inaccesibles puedan ser entendidos por los estudiantes y los lectores sin formación científica. A los diez años de este fructífero trabajo se dio un paso adelante, que consistió en abrir la colección a los creadores de la ciencia que se piensa y crea en todos los ámbitos de la lengua española —y ahora también del portugués—, razón por la cual tomó el nombre de La Ciencia para Todos. Del Río Bravo al Cabo de Hornos y, a través de la mar Océano, a la Península Ibérica, está en marcha un ejército integrado por un vasto número de investigadores, científicos y técnicos, que extienden sus actividades por todos los campos de la ciencia moderna, la cual se encuentra en plena revolución y continuamente va cambiando nuestra forma de pensar y observar cuanto nos rodea. La internacionalización de La Ciencia para Todos no es sólo en extensión sino en profundidad. Es necesario pensar una ciencia en nuestros idiomas que, de acuerdo con nuestra tradición humanista, crezca sin olvidar al hombre, que es, en última instancia, su fin. Y, en consecuencia, su propósito principal es poner el pensamiento científico en manos de nuestros jóvenes, quienes, al llegar su turno, crearán una ciencia que, sin desdeñar a ninguna otra, lleve la impronta de nuestros pueblos. EL MUNDO DE LOS MICROBIOS Comité de Selección Dr. Dr. Dr. Dr. Dra. Dra. Dr. Dr. Dr. Dr. Dr. Dr. Dra. Dr. Dr. Dr. Dr. Dr. Dr. Dr. Dr. Dr. Antonio Alonso Francisco Bolívar Zapata Javier Bracho Juan Luis Cifuentes Rosalinda Contreras Julieta Fierro Jorge Flores Valdés Juan Ramón de la Fuente Leopoldo García-Colín Scherer Adolfo Guzmán Arenas Gonzalo Halffter Jaime Martuscelli Isaura Meza José Luis Morán López Héctor Nava Jaimes Manuel Peimbert José Antonio de la Peña Ruy Pérez Tamayo Julio Rubio Oca José Sarukhán Guillermo Soberón Elías Trabulse Georges Dreyfus EL MUNDO DE LOS MICROBIOS la ciencia/43 para todos Primera edición (La Ciencia desde México), Segunda edición (La Ciencia para Todos), Tercera edición, Cuarta edición, Tercera reimpresión, 1987 1998 2003 2007 2012 Dreyfus Cortés, Georges El mundo de los microbios / Georges Dreyfus Cortés — 4ª ed. — México : fce, sep, Conacyt, 2007 97 p. : ilus. ; 21 × 14 cm — (Colec. La Ciencia para Todos ; 43) Texto para nivel medio superior ISBN 978-968-16-8259-0 1. Microbiología 2. Biología 3. Divulgación científica I. Ser. II. t. LC QR21 D74 Dewey 508.2 C569 V.43 Distribución mundial La Ciencia para Todos es proyecto y propiedad del Fondo de Cultura Económica, al que pertenecen también sus derechos. Se publica con los auspicios de la Secretaría de Educación Pública y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. D. R. © 1987, Fondo de Cultura Económica Carretera Picacho-Ajusco 227, 14738, México, D. F. www.fondodeculturaeconomica.com Empresa certificada iso 9001:2008 Diseño de portada: Paola Álvarez Baldit / León Muñoz Santini Comentarios y sugerencias: laciencia@fondodeculturaeconomica.com Tel.: (55)5227-4672. Fax: (55)5227-4640 Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio, sin la anuencia por escrito del titular de los derechos. ISBN 978-968-16-8259-0 Impreso en México • Printed in Mexico ÍNDICE Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . I. Los principios de la microbiología . . . . . I.1. Las primeras ideas . . . . . . . . . . . . . . I.2. Las primeras observaciones . . . . . . . . . I.3. La controversia de la generación espontánea. I.4. Cómo son las bacterias . . . . . . . . . . . . 11 13 . . . . . . . . . . . . . . . 17 19 22 24 36 II. Metabolismo bacteriano . . . . . . . . . . . . . II.1. Las enzimas son eficiencia y rapidez . . . . . II.2. Unos seres vivos dependen de otros . . . . . II.3. La actividad metabólica aumenta o disminuye . II.4. Fases del metabolismo . . . . . . . . . . . . II.5. La maquinaria del metabolismo . . . . . . . II.6. Bacterias fotosintéticas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44 45 48 53 54 58 62 III. Las bacterias y la historia de la Tierra . . . III.1. Las arqueobacterias, una antigua forma vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . III.2. Bacterias fósiles . . . . . . . . . . . . . . . . III.3. La bioquímica y la evolución . . . . . . . . . III.4. Un modo de vida diferente. . . . . . . . . . . . de . . . . . . . . 66 67 69 70 74 7 IV. Los microbios al servicio del hombre . IV.1. La vida con o sin oxígeno . . . . . . . IV.2. La manipulación genética. . . . . . . IV.3. La industria y sus pequeños aliados . . . . . 80 82 85 88 Lecturas recomendadas . . . . . . . . . . . . . . . . . 97 8 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Si de todos los organismos creados por Dios los más pequeños y aparentemente menos útiles fueran suprimidos, la vida se tornaría imposible, ya que el regreso a la atmósfera y al reino mineral de todo lo que dejó de vivir sería bruscamente suprimido. Louis Pasteur AGRADECIMIENTOS A la Universidad Nacional Autónoma de México por su apoyo constante e incondicional; por ser un oasis en el desierto sin el cual nuestro trabajo nunca se hubiera llevado a cabo. A Doña Carmen Farías por su amistad, entusiasmo y compromiso durante todos estos años, y a Diego y Gaëlle por su apoyo solidario. A Robert M. Macnab (1940-2003), quien compartió con muchos de nosotros su entusiasmo y dedicación al campo de la movilidad bacteriana, dejando una huella profunda en la microbiología moderna. También quiero agradecer la dedicación de todas las personas que colaboran actualmente y de las que han pasado por mi laboratorio. 11 INTRODUCCIÓN La idea básica de este libro es describir, en términos sencillos, el desarrollo de algunas áreas del conocimiento sobre el vasto mundo de los microorganismos. No es mi intención abarcar todos los aspectos que un tema como éste presenta, sino sólo aquéllos que, en mi opinión, interesan a un lector ajeno a la microbiología y, en general, a la ciencia. He tratado que la lectura sea amena y fluida, por eso evité entrar en detalles sólo interesantes para un especialista. Una pregunta que el ser humano se hace frecuentemente es si hay vida en otros planetas. Sin duda, un descubrimiento así sería revolucionario. Imaginemos lo que sintieron quienes vieron por primera vez seres diminutos que habían pasado inadvertidos bajo sus microscopios; se abrió un mundo nuevo: el de los microbios. En diversos sentidos este hallazgo fue tan importante como si hoy se descubriese que hay vida en otro planeta. Han tenido que pasar muchos años más para darnos cuenta de la importancia de estos diminutos seres vivos. Hoy en día seguimos aprendiendo sobre el mundo de los microbios y nos damos cuenta de su importancia en el establecimiento de la vida en la Tierra tal como la conocemos. Nuestro planeta es, para fines prácticos, excepto cuando nos cae del cielo uno que otro meteorito, un sistema cerrado. Para que la vida continúe, todo organismo que muere debe ser reducido a sus componentes originales, los cuales serán utilizados por otros seres vivos. Justamente los microbios son los principales 13 responsables de reciclar la biomasa del planeta. Si esto no se llevara a cabo, la vida se acabaría en poco tiempo. Sin embargo, los microbios no se limitan a reciclar materia orgánica, también procesan materia inorgánica como algunos metales. Sin duda, son la base de las cadenas alimentarias, tanto en los mares como en la tierra, ya que poseen habilidades metabólicas que les permiten aprovechar la luz solar, fijar el nitrógeno atmosférico o el bióxido de carbono, de tal manera que han modificado a lo largo del tiempo la composición de la atmósfera terrestre. Los microbios existieron durante miles de millones de años sin la presencia de plantas o de animales, estos últimos son completamente dependientes de los microbios para sobrevivir y surgieron a partir de ellos. Darnos cuenta de esto ha hecho que la manera de pensar cambie, por ejemplo, la forma en la que se investiga la presencia de vida en otros planetas. Ahora los astrobiólogos buscan microbios y no hombrecitos verdes. Es innegable que la vida en nuestro planeta está sustentada en un frágil equilibrio ecológico. La materia que da origen a todas las formas de vida es utilizada a través de sus complicadas transformaciones. Dentro de este panorama los microbios tienen un papel muy importante, pequeñísimos seres que poseen diversas capacidades de adaptación y que ejercen una influencia determinante en el mantenimiento del equilibrio ecológico. Así pues, este libro empieza con la descripción de cómo la humanidad se dio cuenta de la existencia de los microorganismos –lo que le permitió explicar la causa de algunas enfermedades– hasta el grado de crear una ciencia encargada de su estudio. Estos pequeños organismos han propiciado el desarrollo del conocimiento sobre los aspectos bioquímicos de la vida. En las páginas siguientes veremos cómo los microorganismos se adaptaron a diversos ambientes, algunos tan extremos que semejan, quizá, las condiciones que prevalecían en nuestro planeta hace miles de millones de años; además, cómo han constituido una ayuda invaluable en el estudio del origen de la vida en nuestro planeta. No todos los microorganismos son nocivos para el hombre, por el contrario, su importancia para la industria en el campo 14 de la obtención de diversas sustancias y para la conservación del medio ambiente, mediante el control de la contaminación de la tierra y las aguas, es relevante. La curiosidad científica, que aparentemente no conduce a nada, ha sido sin duda la que ha permitido al género humano poseer el conocimiento actual sobre la naturaleza. Este conocimiento generado por el quehacer de la ciencia, ha permitido obtener resultados que han modificado la historia y el curso de la humanidad. Uno de los avances más significativos se dio cuando los microbiólogos descubrieron que las enfermedades más temidas, como la plaga, la tuberculosis, el cólera o la fiebre tifoidea, eran causadas por microorganismos. Por ejemplo, al entender que la principal fuente de transmisión del bacilo del cólera es el agua, cambió la forma de pensar de la gente y ayudó a diferenciar el agua “buena” de la “mala”, además impulsó a encontrar formas de obtener agua potable; también surgió la idea de prevenir enfermedades, tomando medidas que evitaban su diseminación. Ya en los años 40 y 50 del siglo xx surgieron los antibióticos, que resultaron ser armas de algunos microorganismos para contener a sus posibles competidores (otros microorganismos) y fueron descubiertos por casualidad. Estas moléculas permitieron el tratamiento casi mágico de varias enfermedades, que una vez contraídas eran mortales. Hoy en día sabemos que el abuso de estas sustancias durante varias décadas produce microorganismos resistentes a casi cualquier antibiótico. Lo que nos habla de la gran capacidad de adaptación que tienen esos diminutos seres vivos a lo largo de su historia, que es, casi, la de la propia Tierra, pues se han logrado adaptar a las diversas condiciones ambientales y han ocupado todos los nichos imaginables. Ciudad Universitaria, 2007 15 I. Los principios de la microbiología El mundo de los microbios es, quizá, tan vasto como el Universo; hoy en día no nos deja de sorprender la enorme capacidad de adaptación de estos seres microscópicos. Las bacterias se pueden encontrar en todos los rincones de la Tierra, viviendo como células únicas o en comunidades que tienen la capacidad de crecer, reproducirse y modificar profundamente su entorno. Son muy adaptables y por esta razón se hallan poblando casi todos los nichos biológicos en la Tierra: en las ventilas termales de los abismos oceánicos, en los estómagos e intestinos de los organismos superiores, en las raíces de algunas plantas y en las salinas, por dar sólo algunos ejemplos (figura i.1.). Lo anterior significa que las bacterias pueden vivir en ambientes diversos y extremos con altas temperaturas o grandes concentraciones de sal; en medios muy ácidos o muy alcalinos, y son capaces de aprovechar fuentes de energía tales como la luz del sol o los metales que se encuentran en las rocas o disueltos en el agua. Los microbios proveen de una forma u otra el alimento que el ser humano y el resto de los animales ingieren. Algunos tipos especiales de microbios son responsables de crear delicias gastronómicas como los buenos vinos y los quesos. Constantemente transforman la materia para reciclar los elementos que la conforman de manera tan importante que hacen 17 Figura i.1. Las bacterias termófilas son microbios cuya temperatura óptima de crecimiento es de entre 60 oC y 108 oC. En la figura se muestra como éstas forman una alfombra color ocre, que es irradiada desde el fondo de la poza localizada en el Parque Yellowstone, en Estados Unidos. posible la vida sobre la Tierra. Pero también han sido los causantes de epidemias, como la viruela o la peste. Han hecho desaparecer ejércitos de manera más eficiente que cualquier arma de destrucción masiva inventada por el ser humano. Por otra parte, los microbios han sido los protagonistas en la industria biotecnológica, que ahora los utiliza para la síntesis de antibióticos que salvan numerosas vidas. Éstos también han proveído muchas de las herramientas que permiten el avance de las ciencias biológicas en los últimos 50 años a través de la biología molecular. La labor y el esfuerzo combinado de infinidad de hombres y mujeres de ciencia a lo largo de más de 200 años (figura i.2.), dio como resultado el surgimiento de la microbiología, ciencia que estudia los organismos microscópicos de la naturaleza e incluye los virus, que son muy pequeños pero no son celulares; las bacterias, que son organismos vivos sin núcleo también llamados procariontes (pro, antes; carios, núcleo), y algunos hongos, protozoarios y algas microscópicas que también son pequeños, pero que pertenecen al reino de los organismos con núcleo, denominados eucariontes (eu, verdadero; carios, núcleo). 18 Figura i.2. Portada del libro Los Pioneros de la Microbiología, escrito por Ulf Lagerkvist. Iniciaremos con la descripción de los eventos y métodos que han permitido aislar y caracterizar a los microorganismos. Un repaso histórico nos muestra los avances del conocimiento, las técnicas y las herramientas de trabajo. Estos sucesos se describen en orden de aparición, pues los problemas que surgen durante el desarrollo de una ciencia experimental sólo pueden ser comprendidos a la luz del conocimiento que prevalecía en su tiempo. i.1. Las primeras ideas La teoría de la generación espontánea. A través de la historia, el ser humano ha tratado de encontrar una explicación para el origen de las cosas que lo rodean, al invocar la participación de fuerzas sobrenaturales. El origen de la vida no escapó a esas preguntas y persistió la idea de un comienzo mágico durante siglos, hasta la última parte del xix. Así, el término “generación espontánea” se entiende como la creencia de que algunos seres vivos se pueden crear repentinamente a partir de materia inorgánica u orgánica en proceso de descomposición. Por otra parte, en la antigüedad se creía en la existencia de seres tan pequeños y por tanto invisibles a la vista. Marcus Teretius Varro (200 a. C.) proponía la posibilidad del contagio de ciertas enfermedades debido a criaturas invisibles suspendidas 19 en el aire, idea compartida por los médicos romanos y árabes de la época. Lucrecio (Titus Lucretius Carus) (figura i.3.), nacido en Roma alrededor del año 94 a. C., fue conocido por su épica científica y punto de vista peculiar sobre la materia, pues pensaba que las cosas surgían de una especie de “átomo” o “semilla”. En su obra De rerum natura (Sobre la naturaleza de las cosas) –escrita alrededor del año 75 a. C., obra maestra de la filosofía epicúrea, que durante el apogeo del cristianismo cayó en el olvido por sus ideas agnósticas y fue redescubierta en el Renacimiento–, Lucrecio sugiere que las plagas eran causadas por “semillas” y que la vida surge de la propia naturaleza. En el libro vi dice: “Así como hay semillas benéficas para nuestra vida, seguramente existen otras que causan enfermedad y muerte.” Este punto de vista se considera como un claro ejemplo de la percepción de que la causa del contagio era microbiana. Sin embargo, tales “semillas” no se consideraban como organismos vivientes, más aún, se pensaba que la combinación de éstas era necesaria para que las propiedades de un organismo vivo se hicieran presentes, sin embargo surgía la pregunta sobre su origen. Así pues, existía la duda sobre el principio de las cosas y de cómo surgen a partir de la nada o “de novo”. De alguna forma Figura i.3. Lucrecio sugirió que las plagas eran causadas por “semillas” y que la vida surge de la naturaleza. 20 esta primera semilla se había generado espontáneamente, es decir, que podían aparecer organismos vivientes a partir de materia no viviente; a esta corriente de pensamiento se le conoció como la teoría de la generación espontánea y persistió por más de 1 500 años. El contagio de las enfermedades. La epidemiología es la rama de la medicina que estudia la propagación de las enfermedades; ésta se inició mucho antes de que se aplicara el término “enfermedad contagiosa” por los aún desconocidos agentes causantes de las infecciones, ya que llamaba la atención la manera en que se propagaba una enfermedad entre la población. En la antigüedad, los hebreos consideraban a las enfermedades infecciosas como un castigo proveniente del Señor. Sin embargo, los escritos bíblicos ya indicaban que las personas con lepra debían ser aisladas para evitar la propagación del mal. Los utensilios y materiales que se utilizaban durante su enfermedad, tenían que ser enterrados o quemados, todo esto inducido por el sentido común pero carente de un sustento científico. Más tarde, Lucrecio y Boccaccio reconocieron la naturaleza contagiosa de estos brotes epidémicos y, por fin, en 1546, Hieronymus Fracastorius o Girolamo Fracastoro (Verona, Italia, 1478-1553), presentó su obra titulada De Contagione, que marcó el nacimiento de la epidemiología propiamente dicha. Después de estudiar cuidadosamente la epidemiología de varias enfermedades, incluyendo la plaga y la sífilis, Fracastorius concluyó que la transmisión se producía de persona a persona, directamente o bien por medio de objetos de uso común. Más tarde otros, y él mismo, mezclaron las teorías racionales con ideas basadas en la superstición. Por ejemplo, pensaban que las plagas o epidemias eran gobernadas por fuerzas sobrenaturales. Como resultado de esa confusión, médicos prominentes como William Harvey (1578-1657), quien no tomaba en serio las ideas de Fracastorius, se adhirió a las de Hipócrates y Galeno, quienes consideraban que las epidemias o vapores venenosos eran generados por conjunciones planetarias o por alteracio21 nes en la propia Tierra. El panorama era aún más complicado si se toma en cuenta que las enfermedades se transmiten de distintas maneras, por ejemplo, a través del agua, la comida o los insectos, y que en muchas ocasiones no son evidentes ni obvias. Las ideas de Lucrecio sobre la naturaleza de la materia fueron resucitadas por Giordano Bruno al final del siglo xvi e influyeron profundamente a Robert Boyle y probablemente también a Isaac Newton y a John Dalton. Sin embargo, el simple razonamiento sobre la presencia de los microbios no constituyó la prueba de su verdadera existencia. Ésta sólo pudo ser demostrada gracias al descubrimiento de una lente de aumento descrita por Séneca, estudiada por Alhazen en el siglo x y desarrollada por Galileo en el xvii. i.2. Las primeras observaciones El microscopio abrió las puertas a otro universo. El holandés Antonie van Leeuwenhoek (1632-1723) (figura i.4.) fabricó la primera lente lo suficientemente poderosa, capaz de observar a los organismos unicelulares. Al realizar sus experimentos utilizó una lente convexa y colocó al objeto justamente dentro de la distancia focal “F”(figura i.5.). Tal arreglo produce una imagen virtual “I” o aparente muy amplificada. Con este rudimentario pero ingenioso microscopio logró examinar muchos Figura i.4. Timbre conmemorativo de Antonie van Leeuwenhoek, inventor del microscopio y el primer hombre que observó los microorganismos. 22 F F I O Ojo Figura i.5. Diagrama del microscopio utilizado por Leeuwenhoek. El objeto se coloca dentro de la distancia focal “F”, lo que da como resultado una imagen virtual “I” muy amplificada. “pequeños animalitos”, como él les llamaba. Éstos incluían protozoarios, tanto de vida libre como parásitos de las vísceras de algunos animales. También logró ver hongos filamentosos y corpúsculos globulares que ahora conocemos como levaduras. Hizo importantes observaciones sobre la estructura de las plantas y descubrió los espermatozoides de algunos animales. Sin embargo, fue hasta 1676 cuando advirtió la presencia de organismos aún más pequeños, como las algas unicelulares y las bacterias, para lo cual tuvo que refinar y aumentar la potencia de sus lentes. Por otra parte, el microscopio compuesto, capaz de amplificar la imagen con mayor eficiencia, fue inventado en 1590 por Zacharias Jensen y usado en 1630 por F. Stellerti para estudiar la miel de abeja y los escarabajos. Sin embargo, todos los modelos producidos antes de 1800 no poseían la resolución y la calidad de los microscopios de una sola lente como el de Leeuwenhoek (figura i.6.), quien logró fabricar pequeñas lentes muy potentes que amplificaban una imagen hasta 270 veces. Las observaciones de Leeuwenhoek llamaron mucho la atención y fueron bien recibidas y publicadas por la Royal Society of London, pero eso fue todo, nadie en esa época trató de repetirlas o extenderlas, ya que la alta calidad de sus lentes y su gran agudeza visual fueron factores determinantes para 23 LA CIENCIA PARA TODOS 43 reimpr09_Dreyfus_ElMundodelosmicrobios_V1_PAB.indd 1 43 BIOLOGÍA El mundo de los microbios 43 LA CIENCIA PARA TODOS BIOLOGÍA DREYFUS GEORGES DREYFUS El mundo de los microbios Con una larga carrera de investigación en el área de fisiología celular, el doctor Georges Dreyfus estudió medicina en la unam, en la que también cursó sus estudios de maestría y doctorado en investigación biomédica básica; sus estudios de posdoctorado los realizó en el Centre d’Études Nuclaires de Grenoble, Francia. Es investigador del Departamento de Genética Molecular del Instituto de Fisiología Celular y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. www.fondodeculturaeconomica.com Forro rústico 13.5 x 21 cm/ 116pp/ lomo 1 cm/ interiores papel cultural 90grs./Diseño: Paola Álvarez Baldit “Una pregunta que el ser humano se hace con frecuencia —nos dice el autor en la introducción a su obra— es si hay vida en otros planetas. Sin duda un descubrimiento así sería revolucionario. Imaginemos lo que sintieron quienes vieron por primera vez, bajo sus microscopios, seres diminutos que habían pasado inadvertidos; se abrió un mundo nuevo: el de los microbios. En diversos sentidos este hallazgo fue tan importante como si hoy se descubriese que hay vida en otro planeta. Así pues, este libro empieza con la descripción de cómo la humanidad se dio cuenta de la existencia de los microorganismos —lo que le permitió explicar la causa de algunas enfermedades— hasta el grado de crear una ciencia encargada de su estudio. Estos pequeños organismos han propiciado el desarrollo del conocimiento sobre los aspectos bioquímicos de la vida.” En estas páginas el lector seguirá la historia de cómo los microorganismos se han adaptado a diversos ambientes —algunos tan extremos que semejan quizá las condiciones que prevalecían en nuestro planeta hace miles de millones de años— y de cómo han constituido una ayuda invaluable en el estudio del origen de la vida. 7/12/11 1:22 PM