DESCUBRIENDO LOS PUEBLOS FANTASMAS: REFLEXIÓN Y COMENTARIO PARA LA HISTORIOGRAFÍA REGIONAL Juan Floreal Recabarren Rojas. En torno a este tema casi no existe bibliografía. Más aún, podemos decir que el desconocimiento es total, ya que lo único que ha recibido atención por parte de los investigadores de nuestro pasado es llamarlos “pueblos fantasma”. La pregunta básica es responder ¿por qué se formaron poblaciones en pleno desierto? Todo ha sido producto del poblamiento, de las ex provincias de Tarapacá y Antofagasta, de la instalación de las oficinas productoras de salitre en la mayoría de los casos. En otros, los descubrimientos de minas de oro, plata y cobre como son los casos de Guanaco, Caracoles, Chuquicamata, entre Tocopilla y Taltal. Pero fueron fundamentalmente las salitreras las que determinar el nacimiento de poblaciones, hoy conocidas como “pueblos fantasmas”. Hay que tener en cuenta que entre ambas regiones, se levantaron cerca de doscientas salitreras, pobladas por cientos de trabajadores y sus habitantes, que también sufrieron múltiples problemas. Cada oficina era un campo cerrado por sus propietarios, cuya voluntad era ley. Si bien es cierto que para abastecer al trabajador se instalaron pulperías, no es menos cierto que allí se expendían productos excepcionalmente elevados ya que eran fijados por la Administración de la Compañía. Además, hay que tener presente, que no permitía el ingreso de vendedores ambulantes, para evitar la competencia a la pulpería. Por tal razón, se fueron, creando en los cantones salitreros, centros con múltiples almacenes de abastecimiento, que ofrecían mercaderías a un menor precio motivado de la competencia que se creaba entre ellos. La vida cotidiana en los campamentos del norte minero era monótona. Eran escasos los medios de esparcimiento. Sus habitantes vivían una existencia lánguida y aburrida. Los trabajadores, en su mayor parte solteros, requerían satisfacer sus necesidades biológicas inherentes. Es cierto que a las oficinas concurrían meretrices, no había la posibilidad del baile tan frecuente en los prostíbulos de los pueblos. El funcionamiento de estos negocios fue de tal manera, que incluso las municipalidades cercanas a ellos, debieron legislar sobre la forma de cómo debían funcionar los burdeles. Se elaboran reglamentos detallados sobre el comportamiento de las prostitutas. De esta forma las transformaron en Burdeles tolerados o Casas de Tolerancia. Bolivar 188, esq. Balmaceda, Antofagasta (56-55) 227016 – 266905 222555 www.dibam.cl Como tercera razón para explicar la instalación de estos pueblos, en pleno desierto, cabe considerar el orden político y gremial; dado que las administraciones de las compañías mineras no permitían el funcionamiento de partidos políticos, tampoco actividad proselitista y difusión de medios periodísticos, ni organizar centros de reuniones ni la instalación de imprentas. Los periódicos se editaron en “los pueblos fantasmas”. Así estos poblados fueron “ventanas democráticas”, dentro de un ambiente hostil para la actividad política. De hecho el líder Luis Emilio Recabarren, regularmente visitaba estos pueblos cuando realiza sus campañas y asambleas con los trabajadores, ya que estaba prohibido ingresar a las oficinas salitreras. El mismo trato recibió la Mancomunal Obrera y Federación Obrera de Chile (FOCH). Para extenderse las dos organizaciones gremiales nacieron y se multiplicaron a través de “los pueblos fantasmas” Sin embargo, existen casos distintos, como el de Coloso, cuya formación se debió exclusivamente a la necesidad de abrir al lado de Antofagasta un puerto para la exportación de salitre. Ese estaba colapsado Otro es el caso de Gatico, localidad ubicada al norte de Cobija. En toda la Cordillera de la Costa, desde Tocopilla a Taltal, existían ricos yacimientos de cobre que en algunos casos llegaban a un porcentaje de 25 por ciento de pureza De esta forma en Tocopilla, Cobija, Gatico, Caleta El Cobre y Taltal, se trabajaron significativas minas de cobre, algunas de las cuales aún existen, como es el caso de Michilla. Gatico nació, vivió y murió por la existencia de la mina Toldo, próspero yacimiento que termino con la caída de dos violentos y destructivos aluviones. En relación a Cobija, desapareció por la prosperidad que fue adquiriendo rápidamente Antofagasta. Sin embargo, Cobija ya estaba herida; dos terremotos seguida por maremoto, 1868 y 1877, fue destruida casi totalmente. El golpe de gracia se lo propinaron las pestes y la prosperidad del puerto de Antofagasta, el cual ya he nombrado. De lo anterior podemos reconocer, en la costa, a los pueblos fantasmas, como es el caso de Gatico, Cobija, Caleta El cobre y Caleta Oliva. En el interior se encontraban Punta de Rieles, Banco Drumont y Placilla, los tres surgen en torno a la explotación de pequeños pirquenes en el cerro de Chuquicamata; además de Pampa Unión, Salinas y Yungay. En plena cordillera de los Andes dos pueblos: Guanaco que producía oro en el Departamento de Taltal y Caracoles que producía plata en el Departamento el Loa. En todos estos pueblos hubo un urbanismo rudimentario: plazas, iglesias, teatros, correos, registro civil y medios de transportes. Es interesante destacar que tanto en Caracoles como en Pampa Unión y en Gatico existieron periódicos que circulaban profusamente entre los pobladores. Aun cuando se ha dicho que estos Bolivar 188, esq. Balmaceda, Antofagasta (56-55) 227016 – 266905 222555 www.dibam.cl eran centros de corrupción por la existencia de prostíbulos, activos negocios de bebidas alcohólicas y garitos, no es menos cierto que en cada uno de ellos los habitantes y los propios trabajadores de las Oficina los transformaron en centro de actividad gremial y política. En Punta de Rieles, que es el más sindicado como corrupto, allí la FOCH tenía su sede y las manifestaciones públicas que no se podían realizar en la naciente Chuquicamata se efectuaban allí Es bueno advertir que Luis Emilio Recabarren organizaba mitin de protesta, tanto en Punta Rieles como en Pampa Unión. Si bien es cierto la Historia ha dejado olvidado el estudio de esta temática, no es menos cierto que son objeto de un fecundo quehacer literario. En estos temas han incursionado los escritores Mario Bahamonde, Andres Sabella, Nicolás Ferraro, Sady Zañartu entre otros. Sin mencionar que en aquellos pueblos que hubo periódicos existió también una variada y profunda vida literaria popular que germinó de la pluma de los propios habitantes de esas localidades. En la actualidad es útil destacar la función cumplida por el escritor Hernán Rivera Letelier (La reina Isabel Canta Rancheras). Todos ellos recrean la vida y el quehacer de todos ”Los pueblos fantasmas”. Sin embargo, como no existen estudios históricos acabados, la imaginación reemplaza a la realidad histórica. Por consiguiente ha sido una grave omisión no incursionar en la historia de estos pueblos, cuyos ecos de su quehacer pueden trasladarse incluso fuera del país; como es el caso de Coloso, cuyo creador Matías Granja tiene una historia sentimental anexa que trasciende a la propia Europa. Para entender mejor el pasado regional es fundamental conocer las historias de estos pueblos, que aunque efímeras fueron ricas en contenido humano. Bolivar 188, esq. Balmaceda, Antofagasta (56-55) 227016 – 266905 222555 www.dibam.cl