Reseña bibliográfica Revista Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad. N°18. Año 7. Agosto-Noviembre 2015. Argentina. ISSN: 1852-8759. pp. 95-98. Un conocer sin cegamientos Reseña del libro: Brenda Araceli Bustos García (2015) La construcción de marcas de reconocimiento en sociedades ocularcentristas: el caso de mujeres ciegas del Área Metropolitana de Monterrey. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: ESE Editora. El libro La construcción de marcas de reconocimiento en sociedades ocularcentristas: el caso de mujeres ciegas del Área Metropolitana de Monterrey de Brenda Araceli Bustos García es el resultado de su tesis para optar al título de Dra. en Filosofía con orientación en Trabajo Social y políticas comparadas de bienestar social por la Universidad Autónoma de Nuevo León, México. A través de la tesis que sustenta este libro, la autora analiza cómo las mujeres ciegas construyen sus percepciones y valoraciones del propio cuerpo en una sociedad en la cual, debido a la centralidad y jerarquización del sentido de la vista, la ceguera es connotada como destino no deseado y un coeficiente simbólico negativo. Por medio de este recorte se confronta con un estado de la cuestión que aborda esta pregunta de modo sesgado e insatisfactorio, reproduciendo –encubiertamente- el menosprecio y la estigmatización de las personas ciegas, al partir de criterios impregnados de prejuicios naturalistas respecto a la percepción, el cuerpo y la ceguera. Esta postura es emblemáticamente cristalizada en una serie de trabajos de corte empirista que la autora agrupa en la categoría de “realismo ingenuo”. Los mismos, nutridos por la psicología cognitiva-conductista sostienen que las mujeres ciegas construyen una imagen desviada del cuerpo propio. La base de esta distorsión se halla en que –desde este grupo de estudios- se supone que los agentes construyen su imagen corporal a partir de la propia observación. Desde este argumento, una persona que no ve, no podrá realizar esta síntesis si no es en estado de error. Y esta “anormalidad” le traerá a la persona ciega problemas en las interacciones cotidianas, obstaculizando su integración social. Así, desde la intervención clínica se buscará generar un proceso de rehabilitación que permitirá desarrollar estrategias de adaptación y asimilación para “normalizar” su imagen corporal, y, así propiciar su vida social. Alejándose de esta postura, Bustos García señala que no es posible pensar al cuerpo antes de la interpretación y del lenguaje. La percepción no es un acto fisiológico pre-social, sino que está permeada por la cultura y la intersubjetividad. Nos dice la autora: “la construcción del cuerpo (…) [es] un acto narrativo, expresado y tensionado a través del lenguaje” (Bustos García, 2015: 85). En este punto, esa construcción y esa interacción no es considerada una creación libre de agentes sociales aislados, sino que tales procesos son pensados como atravesados por relaciones de poder naturalizadas, invisibilizadas, vueltas “sentido común” en criterios de percepción y conocimiento de lo social y de los otros. Justamente, en esta dirección, nuestra autora, rescatando estudios sobre la imagen corporal en mujeres ciegas enmarcados en el constructivismo y el [95] CUERPOS, EMOCIONES Y SOCIEDAD, Córdoba, N°18, Año 7, p. 95-98, Agosto-Noviembre 2015 Por Carolina Ferrante Universidad Católica del Norte, Chile caferrante@gmail.com Cuerpos, Emociones y Sociedad CUERPOS, EMOCIONES Y SOCIEDAD, Córdoba, N°18, Año 7, p. 95-98, Agosto-Noviembre 2015 construccionismo social nos invita a advertir que para analizar esta cuestión es nodal incorporar la noción de sociedad ocular-centrista. A través de la misma se llama la atención respecto a que la valoración negativa de la ceguera no es obvia ni natural, sino que es el resultado de un espacio social específico en el cual se jerarquiza a la vista como principal sentido, se comprende a lo visible como sinónimo de lo real y lo objetivo y se enfatiza el uso y consumo de imágenes visuales. Entramado en el cual cobra centralidad la reducción de lo femenino a la apariencia corporal, parecer percibido de acuerdo a un específico paradigma hegemónico que define un ideal de belleza corporal. Estos elementos atraviesan los procesos de construcción de la imagen corporal de las mujeres ciegas. Con esta discusión de telón de fondo, la autora, privilegiando un enfoque cualitativo del proceso de investigación social, indagó los modos en que las mujeres ciegas construyen las valoraciones de sus cuerpos. Para ello, a partir de las narrativas de 10 mujeres ciegas que viven en el Área Metropolitana de Monterrey de entre 19 y 49 años, focalizó su análisis en reconstruir las evaluaciones que las mismas realizan de su propio cuerpo sopesando la influencia del ideal de belleza hegemónica en dicho proceso. Pero asumiendo en serio el supuesto esgrimido de que el cuerpo es construido narrativamente en la interacción, no cerró su indagación en este punto, sino que también mapeó las estrategias de afrontamiento a las valoraciones negativas que sus entrevistadas despliegan a la valoración negativa que en las sociedades ocularcentristas le es impuesta a la ceguera. Para alcanzar estos objetivos en La Construcción de las Marcas de Reconocimiento… se realiza un pormenorizado estado de la cuestión y recorrido teórico de cada una de las aristas que trasluce el recorte del problema abordado a lo largo de los primeros cuatro capítulos. En el primero se analizan los imaginarios del cuerpo femenino en la sociedad de consumo; en el segundo se mapean las corrientes de análisis teórico de la imagen corporal; en el tercero se comparten las vías de abordaje sociológico del cuerpo discapacitado; en el cuarto se problematiza la construcción de la imagen corporal sin imagen visual. El rastreo no se limita a una recopilación inconexa de estudios, sino que existe una síntesis de sistematizaciones en las que se incorporan distintos clásicos de la sociología a las discusiones. Esta problematización, además, no sufre corte abrupto -algo muy común en las tesis e investigaciones empíricas- al llegar al tratamiento de las cuestiones metodológicas y al análisis de los resultados. En el quinto capítulo se justifica el porqué de un abordaje cualitativo en el estudio en cuestión y la pertinencia de la entrevista en profundidad para desocultar en lo subjetivo lo social y las relaciones de dominación. Asimismo, se explican las técnicas de análisis del discurso y de la psicología narrativa utilizadas para interpretar las entrevistas. Estas cuestiones no quedan aisladas en este capítulo metodológico, sino que a lo largo de los últimos dos capítulos son recuperadas e integradas con las problematizaciones teóricas realizadas en los primeros capítulos y otras que se incorporan en esta instancia final. De hecho, en el capítulo 6 se analiza la construcción narrativa de la identidad en las entrevistadas, volviendo sobre el tema del lenguaje en este proceso. Como elemento homologador de las narrativas, Bustos García halla que en sus entrevistadas la pérdida de la vista implica una disrupción en la narrativa identitaria expresada en la forma de dolor. Es decir, esta experiencia no puede ser leída fuera de las connotaciones negativas que la sociedad ocularcentrista le imprime a la ceguera en tanto alejamiento del ideal de cuerpo y belleza erigido. Sin embargo, esto no constituye un determinismo, ya que el grado de influencia de dichos ideales varía sustancialmente en las entrevistadas en función de la edad y su nivel socioeconómico. Y es precisamente en virtud de esta mayor o menor incorporación de la dominación que las mujeres despliegan diversas estrategias de afrontamiento a la pérdida de la vista. En este punto, aquellas que sin oponer resistencias al discurso ocular-centrista simplemente lo reproducen, desarrollan de todos modos estrategias simbólicas que les permiten significar la falta, desde un marco de creencias que les permite carear las respuestas que reciben de los otros, permitiendo al yo tomar conciencia de lo que acontece y así planificar la conducta futura en términos de adaptación y asimilación. En tanto, otro grupo de entrevistadas no aceptan el discurso ocular-centrista y desarrollan estrategias de afrontamiento institucionales o de conocimientos que les permiten crear recursos para reinsertarse en la vida social general cuestionando y resistiendo la estigmatización. En el capítulo 7 se rastrea el modo en que las entrevistadas construyen el conocimiento sobre el ideal de belleza, apreciando en este proceso el papel [96] Carolina Ferrante En este punto, al analizar el material empírico la autora halla que la construcción del concepto de belleza corporal en sus entrevistadas responde a dos patrones. Por un lado, un conjunto de las mismas incorpora en mayor medida las marcas de reconocimiento hegemónicamente definidas por la sociedad ocular-centrista, acudiendo a la opinión se sus pares videntes. Por otro lado, otro grupo construye su concepto estético a partir del uso del tacto, soslayando acudir a criterios ocular-centristas, expresando un mayor grado de autonomía respecto a los patrones dominantes. De nuevo aquí, la autora encuentra que estas diferenciales construcciones de lo bello y el grado de resistencia implícito a los modos de dominación ejercidos por la preminencia de lo visual, están atravesados por la edad y el tiempo trascurrido desde que las mujeres adquirieron la ceguera y su ocupación laboral. El segundo modo de construcción de lo bello y el privilegio de lo táctil, entonces, constituye una vía de cuestionamiento a lo instituido, que encuentra sanciones negativas por parte de las personas no ciegas en tanto implica un cuestionamiento a la jerarquización de la vista. El enfoque desarrollado en el libro que aquí reseñamos constituye un inmenso aporte al campo de los estudios sociales sobre el cuerpo y sobre la discapacidad. Su mayor contribución, a mi entender, proviene de que pone en práctica un conocer que no cae en el cegamiento en dos direcciones. Por un lado, como hemos enfatizado, su carácter crítico hace visible eso que el realismo ingenuo y el ocular-centrismo ciegan, evidenciando cómo la naturalización de la ceguera como destino trágico y la exaltación de un ideal de belleza femenino se traducen en modos de dominación y sufrimiento de las mujeres ciegas, diferencialmente cuestionado de acuerdo a edad y clase social. A la vez, si esta denuncia podría haber llevado a la argumentación a sólo quedarse en un nivel propuesto por el campo de la especialidad, Bustos García escapa a la ceguera a la cual muchas veces un mal recorte del objeto o los temores de la acreditación nos conducen. La autora no encierra el análisis y la discusión a la cuestión del cuerpo discapacitado, sino que despliega un arsenal sociológico para pensar con amplitud el problema de investigación, sin dejar punta sin coser. Haciendo gala de la “buena sociología” a la que refiere Francois Dubet (2012) Bustos García construye su objeto sin caer en las marcas de reconocimiento que reducen la construcción del problema de investigación a una hiper-especialización restringida a un grupo-meta cada vez más estrecho. Y en esta gala nos invita, capaz sin explícitamente haberlo planeado, a no caer en la miopía disciplinar. El libro puede descargarse gratuitamente en el link: http://estudiosociologicos.org/portal/la-construccion-de-marcas-de-reconocimiento-en-sociedades-ocularcentristas-el-caso-de-mujeres-ciegas-delarea-metropolitana-de-monterrey/. [97] CUERPOS, EMOCIONES Y SOCIEDAD, Córdoba, N°18, Año 7, p. 95-98, Agosto-Noviembre 2015 de los discursos hegemónicos en su propia experiencia, marcada por la ceguera. Para ello, recuperando la perspectiva de Paul Ricoeur del reconocimiento como rememoración y recolección, Bustos García señala como este acto cognitivo “implica una pretensión (…) de ejercer un dominio intelectual sobre el campo de las significaciones” (Ricoeur, 2006: 33) y “tiene lugar bajo el conocimiento de la existencia de criterios, marcas de reconocimiento, que guían la clasificación del objeto, la persona, etc.” (Bustos García, 2015: 132). Así, incorporando un elemento novedoso al análisis crítico de la discapacidad, consistente con el enfoque constructivista adoptado, la autora asume que “las marcas de reconocimiento a las que alude Ricoeur refieren al conocimiento de discursos en torno a lo que culturalmente es apreciado como bello o atractivo” (Bustos García, 2015: 132). A la vez, integrando a esta perspectiva el análisis de Axel Honneth agrega: “estas marcas son utilizadas en el reconocimiento del sí, necesaria para el desarrollo del reconocimiento mutuo” (Bustos García, 2015: 133). Recuperando también la perspectiva de este autor Bustos García enfatiza cómo “el reconocimiento es una manifestación de la aceptación, inclusión e integración social de la persona, por lo que se convierte en una necesidad fundamental en la existencia social de cualquier individuo” (Bustos García, 2015: 133). En este sentido, las personas con discapacidad en general y las ciegas en particular, ven negadas su posibilidad de reconocimiento por una sociedad que a través de sus discursos hegemónicos en torno al cuerpo sano, normal y bello las excluye y las niega. Cuerpos, Emociones y Sociedad Bibliografía RICOEUR, Paul. (2012) Caminos del reconocimiento. Tres estudios. FCE: Buenos Aires. CUERPOS, EMOCIONES Y SOCIEDAD, Córdoba, N°18, Año 7, p. 95-98, Agosto-Noviembre 2015 DUBET, François. (2012) ¿Para qué sirve realmente un sociólogo? Siglo XXI: Buenos Aires. Citado. ferrante, Carolina (2015) “Un conocer sin cegamentos” en Revista Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad - RELACES, N°18. Año 7. Agosto-Noviembre 2015. Córdoba. ISSN: 18528759. pp. 95-98. Disponible en: http://www.relaces.com.ar/index.php/relaces/article/view/402. Plazos. Recibido: 30/06/2015. Aceptado: 30/07/2015. [98]