N ANTI ISSN: 1852-4915 Revista del Centro de Investigaciones Precolombinas Año IX • Núm. 9 • 2010 Centro de Investigaciones Precolombinas N ANTI ISSN: 1852-4915 Revista del Centro de Investigaciones Precolombinas Núm. 9 • Mayo de 2010 ANTI es una publicación anual del Centro de Investigaciones Precolombinas que tiene como objetivos: 1. Conformar un lugar e intercambio entre diferentes especialistas a nivel nacional e internacional, así como también diferentes instituciones del campo de la historia, antropología, arqueología, etnología, y ciencias sociales en general; 2. Ofrecer un espacio para que investigadores y académicos puedan publicar sus producciones; 3. Construir un medio de comunicación a través de la difusión de investigaciones y ensayos; y 4. Jerarquizar la actividad académica. Dirección postal Ayacucho 632. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. CP. C1026AAF. Argentina. E-mail: anticip2008@gmail.com Directoras Editoras Responsables Alicia Campos Ana María Rocchietti Coordinadora de Redacción María Andrea Runcio (Universidad de Buenos Aires) Coordinación de Edición María Victoria Fernández (I.S.P. Dr. Joaquín V. González) Asesora Editorial María Cecilia Stroppa (Universidad Nacional de Rosario) Comité Científico Dr. Antonio Austral Dra. Martha Bechis Prof. María Teresa Carrara Lic. César Gálvez Mora Dr. Luis Guillermo Lumbreras Lic. Lutgarda Reyes Álvarez Dra. Ruth Shady Solís Dra. Teresa Vega Comité Evaluador María Laura Gili (Universidad Nacional de Villa María) Juan Vilela Puelles (Instituto Nacional de Cultura, Dirección Regional La Libertad) Víctor Piminchumo Hurtado (Instituto Nacional de Cultura, Dirección Regional La Libertad) Comité Editorial Gimena Ávalos (Universidad Nacional de La Plata) María Teresita de Haro (Centro de Investigaciones Precolombinas) María Concepción Godoy (I.S.P. Dr. Joaquín V. González) Rubén Blanco (I.S.P. Dr. Joaquín V. González) Horacio Nieva (Biblioteca Nacional) Los artículos reflejan exclusivamente la opinión de los autores Coordinadores de Sección de Reseñas Bibliográficas Flavio Ribero (Universidad Nacional de Río Cuarto) César Borzone (I.S.P. Dr. Joaquín V. González) Jorgelina Di Iorio (Universidad de Buenos AiresCONICET) © Anti. Centro de Investigaciones Precolombinas. Revisión de Edición Silvana Salerno (Centro de Investigaciones Precolombinas) Diseño y Diagramación Odlanyer Hernández de Lara (Cuba Arqueológica) A nti llega a su número 9 y perfecciona su estética y su contenido. Nació con la finalidad de unir perspectivas sobre el mundo andino y altiplánico desde una ciudad de la llanura rioplatense. Mientras la revista se desarrollaba esa misma ciudad y su conurbano se llenaba de migrantes de ese origen. Ahora Anti es una publicación que contribuirá a la Interculturalidad. Mientras la revista intentaba perdurar gracias a muchas inteligencias y manos anónimas, los Pueblos Originarios de la Argentina -muchísima gente de origen quechua y aymara- comenzaron a tener visibilidad social y política por su voluntad de recuperar genealogías e historia. Ahora Anti ofrece trabajos que les puede servir para sus utopías. En fin: Anti ha latido por la investigación del pasado latinoamericano y latirá por los nuevos mundos por venir. 3 15 Los signos de los Cuatro Vientos: arte Circuito arqueológico de La Libertad. rupestre de la provincia de Córdoba, Chan Chan, Huaca de La Luna y El Argentina. Brujo. Aspectos y recomendaciones. Ana María Rocchietti María Laura Gili y Graciana Pérez Zavala. Ocupación humana en la región Informe del proyecto: el problema de la tumbesina: su impacto en la fauna educación intercultural bilingüe. Entre silvestre. los institutos de formación docente y la Luis Enrique Pollack Velásquez práctica en las comunidades, provincia 132 138 de Maynas, Región Loreto, Perú. 33 Herederos de Chan Chan. No se trata del María Laura Gili. patrimonio cultural. Problemas en torno a la gestión e intervención en sitios Cuenca del Amanzonas peruano. arqueológicos con estructuras Actualidad antropológica. arquitectónicas monumentales. Gilda Arias Montes, Celeste Bolmaro, Raúl María Laura Gili Bolmaro, César Borzone, Graciela Elsesser, 147 Maria Teresita de Haro, Olga Graciela 47 Huaca San Idelfonso y la ocupación Lima, Alejandro Pisnoy, Adrián Sabbatella Moche en la margen norte del valle Bajo y Graciela Vielmas. de Moche, costa norte del Perú. Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt Informe dirigido al Instituto Nacional de 152 Cultura, Departamento La Libertad, 108 Rumichaca, un sitio de producción para Perú. el intercambio. Celeste Bolmaro, Raúl Bolmaro, César Álvaro Hernán Castañeda Mesía Borzone, Graciela Elsesser, Maria Teresita de Haro, Olga Graciela Lima, Adrián 117 Sinsicap y Simbila: tradiciones alfareras, Sabbatella y Graciela Vielmas. continuidad y problemas actuales. Walter Álvarez Iparraguirre, María Andrea Runcio y César Gálvez Mora Normas editoriales 158 LOS SIGNOS DE LOS CUATRO VIENTOS: ARTE RUPESTRE DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA, ARGENTINA Ana María Rocchietti Laboratorio de Arqueología y Etnohistoria. Departamento de Historia. Facultad de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de Río Cuarto y Centro de Investigaciones Precolombinas anaau2002@yahoo.com.ar RESUMEN Este trabajo describe e interpreta un sitio rupestre, localizado en una de las faldas del cerro Intihuasi, Sierra de Comechingones, Provincia de Córdoba, Argentina mediterránea. La investigación destaca el contenido mitológico y libidinal de los signos y propone para ellos una alegoría fundada en el concepto de la muerte. Palabras clave: arte rupestre, mito, libido. ABSTRACT This work describes and interprets a rock art site located at one of the skirts of the hill Intihuasi, Comechingones Mountains, Province of Cordova, Mediterranean Argentina. The investigation emphasizes the mythological and libidinal content of the signs and proposes for them an allegory been founded on the concept of the death. Key words: rock art, myth, libido. E l arte rupestre que podemos rrollando expresiones cuyos mitemas tam- encontrar en la Provincia de bién fueron constantes. Córdoba, en el centro de la Re- Entre las obras de mayor belleza y pública Argentina fue realizado en los envergadura documental se encuentra una recovecos de las piedras redondeadas de los pintura y grabado ubicado en el Cerro tafones graníticos -salvo excepción- desa- Intihuasi, Pedanía Achiras, Departamento Ana María Rocchietti de Río Cuarto. En relación con él ofre- que representa sino lo que transforma (Lévi- ceremos nuestra perspectiva sobre el arte Strauss, 2007). arqueológico de los indígenas que poblaron esta región fundada en tres principios: CERRO INTIHUASI: ALERO DEL 1. el sitio rupestre se constituye a partir de ABRA CHICA una convergencia -muchas veces dramática- entre las rocas, sus entornos y los Este sitio rupestre está emplazado en 33º dibujos, 2. el mitema rupestre fundamental 03’ 41.5’’ LS y 64º 51’ 26.4’’ LW, en la se refiere a la vida, la muerte y la sexua- pendiente norte del cerro Intihuasi (Figura lidad, 3. la discursividad corresponde a un 1), un acotado afloramiento granítico en el sistema piedemonte de racionalidad históricamente delimitado y lo que importa de ella no es lo oriental de la Sierra de Comechingones. Figura 1. Cerro Intihuasi El tafón es una enorme mole que apoya liación interna que le otorga un desarrollo sobre un plano oblicuo que delinea el netamente curvo. La planta del tafón in- terreno cayendo en ángulo abrupto hacia un cluye una extensa cámara que abre en los arroyo que no posee nombre y que bordea la laterales noroeste y sudeste (Figuras 2 y 3). falda septentrional del cerro. Está atrave- Ha servido de refugio a pumas y a otros sado por diaclasas profundas. Sobre las que animales. Describe, de ese modo, tres ha actuado el trabajo disolvente de la orientaciones ambientales y en dos de ellas erosión hídrica que las ensancha. La exfo- está el arte. 4 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 Éste tiene características notables tanto En él se encuentran dos escenas: una de en la narrativa como en el diseño. El sitio se humanos vestidos y armados, animales y un halla sobre un afloramiento sobreelevado en puma devorando a un camélido y otra en la el terreno, rodeado por sedimento y grandes que un humano con tocado se halla solitario rocas dispuestas de manera anárquica. en la pared. No son mutuamente visibles. Todos los bloques buzan hacia el norte y Muy próximo a un gran bloque lateral que noroeste. El lugar es umbrío y sobresaliente. enmarca la entrada al alero, hay un pequeño Cada vez que registramos un mito, mortero que estaba colmado de sedimento - estamos frente a una erótica, ante una y, por tanto, oculto- relacionado con el cual construcción pasional, secreta, no evidente, había un percutor o quizá mano de mortero que expresa asimismo una lógica sacrificial (aunque tiene los rastros de percusiones en (que está presente en todas las sociedades uno de sus polos) casi esférico, cuyo tamaño desde los tiempos primordiales y que toma encaja perfectamente con su boca. Aunque muchas formas distintas) y una lógica no había relictos de pigmento su función lúdico-transformacional que articula el rela- debió estar destinada a él. to con todas sus posibles configuraciones. La riqueza de dibujos en el panel de la Pero se trata -también- de una erótica orientación retiniana que denominamos 1 es constitutiva y seminal que está dotada de fe notable, tal como puede apreciarse en la (es decir, de creencia) y, por lo tanto, de figura 4. verdad “en” y “para” el sujeto. Se observan dos humanos enmascara- El mito es parte de un movimiento dos, con largo traje rígido, realizados por existencial -y por consiguiente, histórico- de raspado en la pared y un concierto de ordenamiento cósmico y de captación pul- animales pintados (camélidos, un ñandú, sional erótica. Solamente el desasosiego pumas y víboras) entre poligonales curvas y existencial podría volverse fuente de un rectas, abiertas y cerradas. La sucesión de pensamiento que debe aprehender lo vivien- dibujos (o sintagma) es la siguiente: te y su movimiento existencial de la femineidad, la masculinidad, la sexualidad, de lo manchas blancas muy débiles viviente y de lo no viviente en su magnitud animal en blanco primordial. serpiente en blanco Centro de Investigaciones Precolombinas • 5 Ana María Rocchietti Figura 2. Alero del Abra Chica. Vista desde el sudoeste OA 3 OA2 OA1 Figura 3. Planta del sitio Alero 2 del Abra Chica escena animal atacado por pumas (éstos en blanco, aquél en rojo) superposición de animal (Rhea) sobre camélido en blanco superposición cola de puma, línea ver- venado sobre camélido en blanco tical (grabada), poligonal cerrada recta Rhea sobre camélido en blanco blanca humano enmascarado, armado, graba- humano enmascarado, armado, graba- do, junto a poligonal curva cerrada (en do, con puma en blanco, por encima de ocho). su cabeza pero separado de aquél 6 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 Figura 4. Friso de la orientación retiniana 1 del Alero del Abra Chica 2, 1/5 del tamaño original En la parte alta de la escena recono- cemos, de izquierda a derecha: poligonal curva cerrada con círculo en el interior y apéndice, en blanco víbora en blanco poligonal recta, cerrada, en blanco víbora, en blanco poligonal, curva, con círculos o man- mancha en blanco (quizá residuo de chas en su interior y apéndice, en blanco zorro en blanco animal) camélido, en blanco Centro de Investigaciones Precolombinas • 7 Ana María Rocchietti Este sitio rupestre contiene varias su- lido). En el cuarto, se desarrolla una oclu- perposiciones: en sentido estricto, trans- sión que vincula a félidos con un camélido parencia y oclusión (Arnheim, 1986). La (los primeros en blanco, el otro en rojo). figura 5 las muestra. Esta oclusión es -a la vez- un microrrelato En el primer caso una línea raspada porque describe el acoso de los pumas atraviesa la cola de un puma atacante y lo contra un animal indefenso. Por último, la conecta -de ese modo- con una poligonal oclusión de dos camélidos incompletos por cerrada y recta. En el segundo, un venado o, absorción de la pintura por la roca asimila la quizá, un cérvido está superpuesto a un figura a la costumbre de esta fauna a camélido, en color blanco. En el tercero, en agruparse o a la disposición impuesta por la el mismo tono pero más tenue se inscribió cría de delimitar el rebaño. Estos signos un animal (ave) sobre otro animal (camé- también fueron realizados en blanco. A B C D E Figura 5. A y B, superposiciones en sentido estricto; C. transparencia; D. y E. oclusiones En la pared contigua, fue dibujado por curvatura convexa-cóncava de la pared, raspado un humano con tocado (una especie sobre una superficie de roca homogénea de bonete que le cubre la cara), con brazos pero no preparada. El dibujo es muy nítido extendidos en cruz y piernas apenas insi- y el grabado le dio una coloración cercana nuadas. Por debajo fue grabada una línea al ocre claro debido a los cristales de fel- que semeja una especie de línea a tierra. Se despato. Este efecto lo destaca de la tonali- halla inmediatamente por encima de una dad gris del granito (Figura 6). 8 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 Figura 6. Humano con tocado o máscara Hemos sistematizado este registro como erguidas. Posee cinco garras retráctiles en integrante del estilo Cuatro Vientos, mani- las patas delanteras y cuatro en las pos- festación frecuente en el sur de la Sierra de teriores y cuando ataca coloca su cola Comechingones. Tiene por temas caracterís- extendida (conducta que despliega siempre ticos os que consignamos en cuadro 1. hacia el cuello de la víctima, a la que ataca con sus garras. Es capaz de dar grandes SÍNTESIS saltos y de hacer carreras cortas, se refugia en zonas con pastizales o vegetación densa. Este sitio tiene intensidad narrativa. No El venado (Hippocamelus) que constatamos solamente los enmascarados (¿con orejas de en este panel se identifica por sus astas, es puma?) presiden la escena sino que a su un mamífero rumiante, herbívoro, de patas vera se desarrolla el drama del ataque de un delgadas y pequeñas. El zorro (Volpe) es un animal por varios pumas (animal poderoso carnívoro solitario, corredor, de visión en la mitología sudamericana); su desgarro nocturna. es sugerido por su color rojo que no podemos asociar sino con la sangre. Lo viviente aparece aquí dinámico, realizando actos de crueldad o muerte o disper- El puma (Felis concolor) es un animal sándose en un ambiente cuyo detalle no pequeño, solitario, carnívoro, predador ge- figura, diurnos y nocturnos, agresivos o neralista y oportunista. Lo reconocemos en indefensos. Allí, los humanos tiene hege- el dibujo por su cabeza redonda, sus orejas monía completa por tamaño, por destaque, Centro de Investigaciones Precolombinas • 9 Ana María Rocchietti por centralidad en la escena. Ellos, en rupestre, el signo nunca podrá volverse una cambio, fueron dibujados estáticos, rígidos; totalidad bien identificada y este panel lo pueden estar vivos o muertos, ser hombres demuestra de manera especial. del mundo de los vivos u hombres del Tendríamos, entonces, varios núcleos de mundo de los muertos. narración: En este panel se constata que percibir no es simultáneo al acto de interpretar. Son dos esfuerzos no equivalentes, no completos, no seguros. Las dificultades sensoriales (por 1. humanos estáticos con atributos de puma, enmascarados y armados 2. animales dinámicos cuya postura no relata nada desaparición o absorción de la pintura) 3. pumas entre animales a los que atacan impiden esbozar una apreciación definitiva 4. víboras y zorros, a los cuales podría- de lo que se ve, salvo de la parte central de mos suponer como peligrosos y tam- la escena. Podemos presumir que el resto de bién competitivos con los humanos en ella abundaba en animales. Lo interesante es torno a los pequeños animales (el zorro) que aquí los animales están sueltos, no alineados, dispersos por la pared. Podría- La relatividad de los signos está mos pensar que la cantidad insólita de subordinada a su capacidad elocutiva (de pumas desordenan y destruyen un universo decir y de no decir). En este panel, el relato natural primariamente armónico o que lo sostienen los animales (dinámicos, simplemente la escena describe un espec- atacados), los humanos parecen -más bien- táculo habitual y doméstico en esa tierra estatuas hieráticas o modelo de viviente que serrana. necesita apelar a la potencia natural- Sin embargo, debemos recordar que un sobrenatural de los pumas puesto que se signo es cualquier cosa puesta en lugar de mimetizan con ellos. Ellos están en el centro otra cosa y que vale por esa cosa (Auroux, de un bestiario móvil. Las metáforas1 y las 1998: 85). Asimismo, “signo” se vincula metonimias -dos formas complementarias con dos sentido de uso habitual en las de desplazar un significado desde un disciplinas esotéricas y médicas: adivina- significante a otro significante- violentan ción y síntoma (ibídem: 86). Ambos de- esa relatividad sintagmática porque ellas bieran ser considerados cuando juzgamos lo ocultan, tapan, desplazan lo que cada dibujo que vemos y su relato general. En el arte dice, de allí que sobredimensionen el carác- 10 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 ter mágico-adivinatorio de cualquier ritual. rencial, todo lo que abarca el signo en su La metáfora identifica dos términos entre estructura). La connotación, en cambio, los cuales existe cierta semejanza. La constituye una lectura que desborda la metonimia -en verdad, una clase de metá- denotación: son los significados agregados, fora- expresa “una parte del todo”: por las metáforas las valoraciones personales y ejemplo, un animal completo por su huella. subjetivas. Donde termina la denotación Ambas podrían aplicarse a este panel en empieza la connotación y es ella la que nos dos elementos gráficos: 1. las superpo- permite abordar lo emotivo, lo simbólico, lo siciones (animal sobre animal, línea sobre mítico-ideológico (Cf. Dellera, 1996; Zec- cola de animal, pintura sobre pintura, chetto, 2006). No se trata de un contenido grabado sobre pintura) ya que podríamos individual solamente sino -y prioritaria- suponer que ellas matan el signo anterior o, mente- social y cultural. por el contrario, que lo potencian, 2. el traje La connotación siempre altera la deno- de los humanos que culmina en orejas de tación, la “fuerza” y forma parte de la animal como parte simulada del animal “interpretación” y de los imaginarios. Con- total. siste en la parte predicativa e ideológica de Esta obra permite, asimismo, hacer una la denotación que queda reducida a su lectura más problematizada de su relato. carácter informativo extensional (Zecchetto, Para eso podemos evocar algunos concep- 2006: 146).2 tos de la semiótica de las imágenes (y de los Podemos suponer la presencia de una signos en general). Ésta ha descubierto, a lo estructura elemental y otra profunda de lo largo de su desenvolvimiento en el siglo representado (Greimas y Courtés, 1992). La XX, la importancia de dos dimensiones de primera alude a la forma más simple de lo sígnico: la denotación y la connotación. significación que surge de la presencia de No se trata solamente de una cuestión los elementos operantes en el relato (este sistematizadora sino que involucra lo que arte rupestre) y, la segunda, a los procesos los signos dicen y no dicen. La denotación de afirmar y negar que también generen es el proceso de lectura o momento de la significaciones. captación de los elementos constitutivos de Los mitos, ante todo, son la materia de los signos e imágenes (significados, signifi- las formaciones fantasmáticas del pensa- cantes, datos comunicados, cohesión refe- miento humano, un juego de imaginación, Centro de Investigaciones Precolombinas • 11 Ana María Rocchietti deseo y plasma lingüístico, casi autode- trucción pasional, secreta, no evidente, que terminadas. La matriz sociológica mantiene expresa asimismo una lógica sacrificial (que a raya esta otra matriz libidinal porque tiene está presente en todas las sociedades desde un costo alto: el borde de la alucinación, el los tiempos primordiales y que toma delirio y la pérdida de realidad. Pero, no muchas formas distintas) y una lógica obstante, sin ella no podría la sociedad lúdico-transformacional reconocerse como tal ya que de ella manan relato con todas sus posibles configuracio- las creencias y acreencias que la mantienen nes. Pero se trata -también- de una erótica unida bajo una ideología. Es más: tienden a constitutiva y seminal que está dotada de fe formar sistema, como la lengua. Si no se la (es decir, de creencia) y, por lo tanto, de mantiene bajo control, tenderá a sustituir a verdad “en” y “para” el sujeto. que articula el aquella otra más material y afectaría la reproducción de la vida humana en el CONCLUSIONES sentido de Malinowski: los hijos, la comida, el abrigo, la educación, el arte. Impediría el funcionamiento social. Los mitos El mito es parte de un movimiento se existencial -y por consiguiente, histórico- de comportan como los sueños. Pero los mitos ordenamiento cósmico y de captación pul- son relatados y los sueños son soñados, sional-erótica. Solamente el desasosiego y la reprimidos, proyectados, dichos. Unos y imaginación podrían volverse fuente de un otros pueden hacer las veces de “pantallas” pensamiento que debe aprehender lo viviente (Butler, 2009), de superficie blanca sobre la y su contenido de femineidad, masculinidad, cual eventualmente se proyecta el deseo sexualidad, lo viviente y lo no viviente en su humano ya sea porque ha sido reprimido y magnitud primordial. sortea las vallas de la prohibición (LéviStrauss sostenía que el principal es el NOTAS incesto), ya sea porque fluyen porque sí, por el solo hecho de existir y ser parte de su 1. En griego: “recibir un nuevo nombre”. naturaleza expresarse con carácter de 2. La visión actual de este problema lo fantasía o arte. expresa la afirmación de que todo lenguaje Cada vez que registramos un mito, se construye a través de la diferencia, es estamos frente a una erótica, a una cons- decir, a partir de aquello que no afirma. De 12 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 ese modo, sostiene Castoriadis (1992), el es el conjunto de operaciones de producción sentido de la imagen es anterior a la obra de sentido en el interior de una materia misma, el sentido opera a espaldas de la significante dada y el imaginario, apoyán- imagen, en el magma de simbolizaciones dose en él, forja un modelo del mundo. individuales y sociales. El código, entonces, TEMA IMAGEN ORGANIZADORA Cacería Puma Animales en “tropa” Camélidos Animales agitados (¿anuncio de lluvias?) Ñandúes “Adentro-afuera” Poligonales cerradas Parte por el todo o Huellas e improntas Huella de puma Huella de ñandú Huella de mano humana Huella de pie humano Orden nomádico o constelación (¿de estrellas?) Constelación de puntos Orden lineal (¿sucesión tem- Surcos poral de ciclos o días?) Cuadro 1. Temas del estilo Cuatro Vientos REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1992. La institución originaria de la sociedad. Tusquets. Buenos Aires. Arnheim, R. 1986 [1971]. El Pensamiento visual. Paidós. Butler, J. Buenos Aires. 2009. Dar cuenta de sí mismo. Violencia ética y responsabilidad. Amorrurtu. Buenos Auroux, S. Aires. 1998. La Filosofía del lenguaje. Editorial Docencia. Buenos Aires. Dellera, O. 1996. Los signos en la sociedad. Paulinas. Castoriadis, C. Bogotá. Centro de Investigaciones Precolombinas • 13 Ana María Rocchietti Greimas, A. J. y J. Courtés. Zechetto, V. 1982. Semiótica. Diccionario razonado de 2006. La danza de los signos. Nociones de la teoría del lenguaje. Gredos. Madrid. semiótica general. La Crujía. Buenos Aires. Lévi-Strauss, C. 2007 [1975]. La vía de las máscaras. Siglo XXI. México. 14 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 Centro de Investigaciones Precolombinas • 15 Ana María Rocchietti 16 • Centro de Investigaciones Precolombinas OCUPACIÓN HUMANA EN LA REGIÓN TUMBESINA: SU IMPACTO EN LA FAUNA SILVESTRE Luis Enrique Pollack Velásquez Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Nacional de Trujillo (Perú) luispollackv@hotmail.com RESUMEN La primeras poblaciones humanas se asentaron en las cuencas de los valles costeros que pertenecen al Bosque Seco Ecuatorial y conforman la Región Tumbesina, una área de endemismos importante a nivel mundial. Nos propusimos estudiar el proceso de ocupación humana en los bosques y su impacto en la fauna silvestre en el departamento La Libertad. Hemos analizado crónicas, cerámicas, mapas y registros actuales. Las evidencias muestran que los pobladores Mochica y Chimú, de cosmovisión holística, preservaron los bosques e hicieron uso de ellos en forma responsable: caza selectiva y pastoreo controlado. Durante la conquista española se produjo la extracción indiscriminada de leña y carbón para uso doméstico, industrial y fundición de metales, llegando hasta la extinción y avance de la desertificación. En los últimos cincuenta años se promueve el cambio de uso del suelo para ampliar la frontera agrícola con cultivos de no tradicionales, destruyendo el ecosistema de bosques con la consecuente pérdida de biodiversidad. En el marco del desarrollo sostenible, proponemos la creación de reservas comunales para restaurar, proteger y conservar los bosques de algarrobo por los servicios ambientales que brindan a nuestro planeta. Palabras clave: Ocupación humana, Región Tumbesina de endemismos. ABSTRACT The first human populations settled in the basins of the Peruvian coastal valleys that belong to the Equatorial Dry Forest and they form the Tumbes Region, an area of important endemism at world level. We intended to study the process of human occupation in the forests and their impact in the wild fauna in La Libertad department. We have analyzed chronic, pottery, maps and current Luis E. Pollack Velásquez registrations. The evidences show that Mochica and Chimú residents -who had holistic vision of cosmos- preserved the forests and use them in responsible form. During the Spanish conquest it took place the indiscriminate extraction of firewood and coal for domestic, industrial use and foundry of metals arriving until the extinction and advance of the desertification. In the last fifty years the change in the use of land promoted to enlarge the agricultural frontier with non traditional cultivations, destroying the ecosystem of forests with the consequent biodiversity loss. In the mark of the sustainable development, we propose the creation of communal reservations to restore, to protect and to conserve the locust forests due to the environmental services that they gives to our planet. Key words: human occupation, Tumbes Region of endemism INTRODUCCIÓN recolección de mariscos. En un determinado momento, modificaron su modo de vida y H ace unos 10.000 a.C. se movili- decidieron asentarse en campamentos donde zaban por la zona norte, pequeños comenzaron a realizar actividades productivas grupos de recolectores y cazado- que en un principio se centraron en el cultivo res nómades; posteriormente los pobladores de de algunas plantas -que posteriormente logra- las culturas Cupisnique, Mochica y Chimú, ron adaptar para el desarrollo de la agricultura- entre los años 200 al 850 d.C., tuvieron como la domesticación de animales silvestres, la sus principales centro de ocupación y asenta- pesca con instrumentos, herramientas y embar- miento urbano a los valles de la costa norte, caciones en caletas y el desarrollo de una que pertenecían a las principales cuencas minería incipiente. Cabe destacar que los pri- hidrográficas del Perú en donde primero meros asentamientos se conformaron en aldeas formaron aldeas y posteriormente grandes en donde resolvieron algunas necesidades centros urbanos (Canziani 1989; Castillo y domésticas como descansar, comer, abrigarse, Uceda 2007). dormir y hacer vida en comunidad, mas no La población en conjunto se desplazaba como un centro de trabajo. Además está siguiendo el movimiento de las manadas de demostrado que el hombre precolombino ha animales, combinando la caza con la recolec- convivido con las aves y otros animales por ción de frutos y raíces, sin excluir la pesca y la milenios y que durante todo este tiempo ha 16 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 modificado los ecosistemas para satisfacer sus ción son los montes ribereños de las cuencas necesidades (Canziani 1989; Hocquenghem hidrográficas de los ríos Tumbes, Piura, La 1998; Rostworowski 2005). Leche, Reque, Zaña, Jequetepeque, Chicama, Estos valles costeros, pertenecen al Bosque Moche, Virú, Chao, Santa, Casma y Huaura Seco Ecuatorial (B.S.E.) ubicado entre los (Hocquenghem 1998; Mostacero et al. 2007; paralelos LS 03º56’-13º11’ y LO 75º09’- La Torre-Cuadros y Linares-Palomino 2008). 81º21’, correspondiéndole una superficie apro- El algarrobo (Prosopis spp.) está considera- ximada de 42.570 km2, que va desde los 0 do como un árbol de tronco leñoso, con ramas hasta los 1000 m.s.n.m., en una franja de 100 a ascendentes abiertas de color verde claro a 150 km. de ancho, con una temperatura y oscuro, unas especies provistas de espinas y precipitación promedio anual de 22º C y <120 otras sin ellas; es de tallo alto erguido o subin- mm., respectivamente. La distribución de estos clinado sinuoso, que permanece verde todo el bosques es amplia e incluye la parte central y año pues aprovecha las aguas subterráneas, sur de la costa de Ecuador, desde el sur de la debido a que posee raíces muy largas y sus provincia de Esmeraldas, extendiéndose hasta frutos son vainas de color amarillo ámbar de los departamentos del norte de Perú: Tumbes, un sabor dulce intenso (Mostacero et al. 2002). Piura, Lambayeque, La Libertad y Ancash, El desarrollo de estos bosques está influen- que en conjunto presentan dos tipos de hábitat: ciado por la confluencia de las corrientes de Desierto Pacífico y Bosque Seco de Sabana Humboldt y El Niño, que junto a su topografía (Brack 1986; Hocquenghen 1998; Flanangan variada, propician una diversidad de climas et al. 2005; Venegas 2005; DarwinNet 2005; locales que en muchos de los casos están Novoa et al. 2010). precedidas de una precipitación pluvial mode- En esta faja costera existe una vegetación rada que producen ambientes tan disímiles típica conformada por bosques estacionales como desiertos y bosques tropicales en distan- secos de “algarrobo” Prosopis pallida, “espi- cias muy cortas entre ellas, que luego del pro- no” Acacia macracantha, “zapote” Capparis ducto de un singular proceso evolutivo ha scabrida y otras plantas arbustivas propias del mezclado flora y fauna de ambientes áridos B.S.E. así como paisajes muy áridos con costeros, de la biota andina y de los bosques algunos matorrales y lomas costeras situadas lluviosos tropicales que a su vez han condicio- sobre las primeras estribaciones de la Cordi- nado la existencia de especies endémicas, llera Occidental. Las zonas de mayor vegeta- alrededor del 20% de 6300 especies de plantas Centro de Investigaciones Precolombinas • 17 Luis E. Pollack Velásquez y alrededor del 10% de 800 especies de aves acutus, “cañán” Dicrodon holmbergi; “pava que son de rango restringido (Uceda 1994; aliblanca” Penelope albipennis, “cortarramas Hocquenghem 1998; DarwinNet 2005; La peruano” Phytotoma raimondii, “minero pe- Torre-Cuadros y Linares-Palomino 2008). ruano” Geositta periviana, “aguilucho dorsi- Asimismo este ecosistema se ve influencia- gris” Leucopternis occidentalis, “perico maca- do por la presencia del Evento “El Niño”, que reño” Brotogeris pyrrhopterus, “estrellita de es considerado como una invasión de aguas esmeraldas” Acestrura berlepschi ; el “oso cálidas desde las profundidades del oeste y que hormiguero” Tamandua americana, “ratón dan como resultado una profunda alteración en orejón gerbito” Phyllotis gebillus, “murciélago las características físicas del Océano Pacífico longirostro peruano” Platalina genovensium, Tropical, cuyos efectos han tenido un impacto “tigrillo” Leopardos pardales, “puma” Puma en la infraestructura y economía de los pue- concolor, “otorongo” Pantera onca, “oso de blos. Sin embargo, las evidencias nos muestran anteojos” Tremarctos ornatus, “venado de cola que las primeras poblaciones aprendieron de blanca” Odocoileus virginianus, “venado colo- sus primeros efectos y ya en adelante se esta- rado” Mazama americana, “sajino” Pecari blecieron en lugares donde sus efectos eran tajacu, “perro peruano sin pelo” Canis fami- menos devastadores, como lo muestran las liaris, “ardilla nuca blanca” Sciurs stramineus, construcciones de la cultura Chimú, en parti- “viscacha” Lagidium peruanum, entre otras cular la ciudadela Tschudi. Esta situación se (Ministerio de Agricultura 2004; Pacheco et alteró con el crecimiento desordenado de las al. 2009). ciudades como consecuencia de las migracio- Las especies endémicas son aquellas que nes de comuneros que abandonaban sus tierras están restringidas a ciertas áreas, en éste caso en busca de nuevas posibilidades de subsisten- hemos adoptado la definición de rango- cia. En nuestra historia existen registros de restringido de especies para aquellas que tie- eventos extraordinarios del Evento “El Niño” nen un rango mundial de menos de 50.000 que ocurrieron en los años 1578, 1721, 1828, km2, aun cuando esta información puede ser 1878, 1891, 1925, 1965, 1973, 1983 y 1998. considerada como referencial, puesto que exis- La fauna de esta ecoregión está constituida ten muchos vacíos en el conocimiento de la por muchas especies endémicas que se encuen- dinámica poblaciones de las especies que se tran en alguna situación de amenaza, como es encuentran en alguna condición de amenaza el caso del “cocodrilo americano” Crocodylus establecida por la Unión Internacional de 18 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 Conservación de la Naturaleza (Stattersfield et por los servicios ambientales que presta al país al. 1998; Schulenberg, et al. 2010). que lo posee y que lo ubica en ventaja Respecto a su estado de conservación, los competitiva con respecto a los demás, pero bosques secos de la Región Tumbesina son también ese beneficio redunda en toda la uno de los ecosistemas más amenazados a humanidad (Plenge 1997; Novoa et al. 2010). nivel mundial; en la actualidad se calcula que En tal sentido, el objetivo de nuestra su extensión se encuentra entre 1 a 5% de la investigación fue realizar un estudio prelimi- cobertura original. Esta situación ha sido nar del proceso de ocupación humana en los causada por la presión humana con una bosques y su impacto en la fauna silvestre en población en continuo crecimiento -alrededor el departamento La Libertad, en casos muy de unos ocho millones de personas- que específicos de las culturas Mochica y Chimú. impulsada por la expansión urbana y amplia- En perspectiva de conocer y revalorar las ción de la frontera agrícola, genera demandas técnicas tradicionales que permitieron la para satisfacer necesidades de servicios bási- supervivencia de especies y la preservación de cos de saneamiento, vivienda, alimentación, los ecosistemas porque fueron considerados esparcimiento, caza y pesca e industrias como espacios sagrados, pero que hoy sabe- extractivas petrolera y minera; todo ello está mos que son los lugares que nos brindan ocasionando la fragmentación y destrucción servicios ambientales esenciales para la vida del hábitat y hacen que las especies se del planeta y cuyo valor en muchos casos se encuentren en alguna condición de amenaza, pretende desconocer o sencillamente se afirma provocando la pérdida de biodiversidad en que son invalorables. Es así que la conserva- forma alarmante (Holcquenghem 1998; Schu- ción del Bosque Seco Ecuatorial es una prio- lenberg et al. 2010). ridad en la estrategia para la conservación de En la política moderna de un país, que tiene como su visión estratégica el desarrollo la biodiversidad, la mitigación y adaptación al calentamiento global. sostenible de su pueblo, la creación, preservación y restauración de los espacios que METODOLOGÍA albergan gran diversidad biológica, belleza paisajística, expresiones históricas y culturales, El trabajo se realizó a través de consultas de son compromisos inmediatos que se tienen que tesis de pre y postgrado, libros, artículos de asumir puesto que tienen un valor incalculable revistas especializados en el tema, el análisis Centro de Investigaciones Precolombinas • 19 Luis E. Pollack Velásquez de algunas páginas Web de Museos de España biodiversidad se refiere: los valles de las prin- como el Museo Cervantes Virtual, las pinturas cipales cuencas hidrográficas de la Vertiente de Martínez de Compañón y en la visita virtual Occidental de nuestro país. Si hacemos una de los Museos de Arte; visitas guiadas en el superposición de los mapas que nos muestran Museo Larco Herrera, el Museo Tumbas el fenómeno de ocupación de las culturas Reales de Sipán y el Museo de Arqueología de Cupisnique, Mochica y Chimú (Fig. 1), la la Universidad Nacional de Trujillo; también conquista española (Fig. 2) y el mapa actual de se contó con la asesoría del Licenciado Luis la Región Tumbesina de Endemismos (Fig. 3), Sánchez Gavidia. podemos afirmar que existe una coincidencia muy alta entre ellos. Nuestra apreciación concuerda con la propuesta de Hocquenghem (1998) respecto a que los primeros pobladores de Tumbes y Piura lo hicieron en las cuencas, que son los lugares de mayor abundancia de especies. En principio, el movimiento de los habitantes nómades y posteriormente los primeros asientos humanos mediante las aldeas y luego con el desarrollo de los centros urbanos, nos muestran que ellos se ubicaban en los valles de los principales ríos de la costa norte de Perú, como es el caso de los ríos Piura (Vicus), La Leche, Lambayeque (Sipán, Pampa Grande), Figura 1: Mapa de ubicación y dominio de la Cultura Mochica. Fuente: Museo de Arqueología de la Universidad Nacional de Trujillo (2010) Zaña, Jequetepeque (San José de Moro, Pakatnamu), Chicama (El Brujo), Moche (Huacas del Sol y la Luna), Virú (Huancaco, Castillo RESULTADOS Y DISCUSIÓN Tomabal), Chao, Santa (Castillo de Santa, Guadalupito) y Nepeña (Pañamarca). Todas En nuestra hipótesis preliminar se postula estas zonas han tenido como vegetación típica que los primeros cazadores y recolectores se los bosques de algarrobo y arbustos, las comu- asentaron en las zonas más ricas en cuanto a nidades de monte ribereño y en algunos casos 20 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 las comunidades xerofíticas y lomales. En la expansión. Y fueron los bosques de algarrobo costa norte, en Pampas de Paiján y Pampa de que sirvieron de sustento para la obtención de los Fósiles (Cupisnique), se han encontrado leña y carbón a fin de cubrir las necesidades de evidencias que muestran diferentes tipos de energía, que en su mayoría era utilizada en la puntas y de herramientas líticas así como res- fundición de metales, así como también para la tos de campamentos. Existen evidencias que actividad doméstica; con estas actividades se utilizaron los espacios entre los bosques para diezmaron extensas áreas de bosque (Rostwo- la siembra de productos de primera necesidad rowski 2005). así como de algunas cucurbitáceas que les sirvieron para la elaboración de utensilios para beber y depositar otros objetos (Canziani 1989; Hocquenghem 1998). Figura 2: Mapa del Obispado de Trujillo. Fuente: www.cervantesvirtual.com Figura 3: Mapa de ubicación de la Región Tumbesina. Fuente: DarwinNet (2009) Durante la llegada y establecimiento de los españoles en nuestro país, las ciudades se Los bosques del occidente de Ecuador y construyeron alrededor de los representantes noroccidente de Perú, conforman lo que se de los poderes civil, político y religioso y denomina la Región Tumbesina de Endemis- también alrededor de los centros de produc- mos (Fig. 3), una de las áreas más importantes ción, que en su momento era netamente a nivel mundial. Aquí han sido registradas 55 extractiva y que estaban expresados en una especies de aves endémicas y muchas especies industria incipiente y minería en proceso de de flora y fauna exclusivas de esta Región. Sin Centro de Investigaciones Precolombinas • 21 Luis E. Pollack Velásquez embargo, se calcula que más del 70% de los folia y “carrizo” Arundo donax (Franke et al. bosques originales ya han desaparecido, por lo 2005; DarwinNet 2009; Mostacero et al. que se considera una de las cuatro prioridades 2002). de conservación a nivel mundial según Respecto al manejo de la fauna, que es el BirdLife Internacional (Naturaleza & Cultura tema que nos convoca, todas la evidencias 2003). existentes desde los Cupisnique, pasando por Los ríos del sistema hidrográfico del Pací- los Mochica, hasta los Chimú, nos muestran fico están caracterizados por crecidas tempora- que estos pobladores han observado con les, generalmente en verano, y son ríos de mucho detenimiento la naturaleza, que les ha corto recorrido que tienen sus nacientes en la permitido entender los ciclos de los diferentes región andina. Muchos de ellos permanecen pisos ecológicos y el rol de cada uno de los secos durante gran parte del año como es el componentes faunísticos lo que les permitió caso de los ríos La Leche, Zaña y otros ríos vivir en armonía con la naturaleza. La icono- que tienen un régimen irregular. grafía Mochica nos muestra la labor de los En el B.S.E. las comunidades más impor- recolectores de caracoles y tunas que la lleva- tantes son: los bosques secos, que crecen en ban a cabo en las comunidades lomales para la zonas de colinas, dependen de las lluvias, son obtención de proteína de origen animal, frutos caducifolios y se caracterizan por la presencia y fibra de origen vegetal (Fig. 4). de árboles de “ceibo” Eriotheca discolor, “guayacán” Tabebuia impetigiosa, “hualtaco” Loxopterygium huasango, “papelillo” Bougainville peruviana y el “uveral” Cordia lutea. Las sabanas, que tienen como principales especies arbóreas el ceibo, el hualtaco, el espino, el algarrobo y algunas cactáceas. Los Figura 4: Recolectores de caracoles y tunas en bosques de galería que crecen junto a los ríos y comunidades Lomales (Lavallée 1970) cauces secos dependiendo del agua subterrá- Así como también se muestran escenas en nea, que están conformados por matorrales y las cuales se rinde tributo a los grandes señores árboles como “algarrobo” Prosopis pallida, mediante la ofrenda de los productos de la “espino” Acacia macracantha, “suce” Salix pesca y colecta de mariscos en una escena humboldtiana, “pájaro bobo” Tessaria integri- donde aparecen la “llama” Lama glama, como 22 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 animal de carga, perros, un zorro, un mono siones que en la actualidad nos sorprende; este degollado y un personaje estilizado como un es el caso de la representación de un “totoral”, venado, cola de reptil y un tocado con la que en la actualidad ha sido caracterizado representación de un cóndor que muestra la como un humedal, en el que se puede apreciar relación del poder (Fig. 5). a todos los elementos: la flora “totora” Scirpus californicus, los peces y las aves en sus dos microhábitat, el nido de “totorero” o “junquera” con sus crías, posiblemente Phleocryptes melanops y la “garza blanca chica” Egretta thula (Fig.9). Figura 5: Ofrenda de moluscos para el Gran Señor (Lavallée 1970) Para abastecerse de productos de primera necesidad y ricos en proteínas los pobladores Mochicas y Chimú fueron diestros en las faenas de pesca, no solo de orilla sino también de alta mar; es por ello que construyeron sus balsas o “caballitos de totora” y otros aparejos Figura 7: Representación estilizada un pescador utilizando un anzuelo (Lavallée 1970) como sogas, “paletas” y anzuelos utilizando espinas y otros objetos (Fig. 6, 7 y 8). Figura 8: Captura de lobos marinos (Lavallée 1970) Figura 6: Escena de pesca con la ayuda de “caballito de totora” y otros aparejos (Lavallée 1970) Asimismo se presenta un conocimiento muy detallado de los ecosistemas, con preci- Figura 9: Escena de pesca en un humedal (Lavallée 1970) Centro de Investigaciones Precolombinas • 23 Luis E. Pollack Velásquez En los ceramios la observación era más Una mención particular merecen las comu- completa, porque el artesano tenía una idea del nidades lomales en las zonas desérticas, que conjunto, de la secuencia y del espacio en el fueron utilizadas para la obtención de alimento que se desarrollaba la actividad y se presen- como los “caracoles” Scutalus proteus y de taban las actividades vitales para la supervi- materia prima que era utilizada en la fabri- vencia tanto del hombre como de las especies, cación de utensilios como las puntas, agujas, como es el caso de aves rapaces alimentándose anzuelos, piedras para moler. Asimismo se de pequeños reptiles y peces, pero también constituyen en corredores biológicos que le escenas en las que se muestra el impacto de los dan continuidad a las zonas ecológicas entre la roedores que se encuentran en reproducción en costa y los valles interandinos (Uceda 1994). los terrenos de cultivo y en las plantas cose- La representación de los mamíferos ha chadas. En la primera imagen superior izquier- tenido una consideración muy especial. Para el da presentada se puede apreciar a un personaje caso de los camélidos ellos les servían de utilizando la cerbatana para la captura de aves fuente de alimento pero también eran utiliza- y pequeños mamíferos, a continuación recolec- dos en el transporte y carga; los monos servían tores de caracoles, un personaje ahuyentando como alimento, los felinos como alimento y lobos marinos, aves de humedales capturando símbolo de poder y los perros eran utilizados peces; en el nivel inferior un personaje frente a en la cacería y en ceremonias mágico religio- un venado, un cóndor con un reptil en las sas. Un particular detalle los constituyen las garras, la representación de un pez y roedores ardillas (Fig. 11) que han sido representadas en alimentándose de vegetales y en proceso de los frisos del Palacio Tschudi de Chan Chan. reproducción (Fig. 10). Se podría entender su abundancia por el hecho de que en sus alrededores ha existido un extenso bosque de algarrobo que tenía conexión con la loma del Cerro Campana y el contrafuerte andino, que como sabemos en la actualidad es utilizado como un corredor biológico por los animales que migran de las partes altas hacia las lomas en donde encuentran alimento principalmente en las tempo- Figura 10: Cerámica mostrando diferentes actividades de la vida diaria 24 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 radas de setiembre a diciembre, donde la que se puede apreciar frutos de “espino” vegetación es abundante (Fig. 12). Acacia macracantha y “boa” Boa constrictor que depredan “lagartijas” Microlophus sp. y “cañanes” Dicrodon holmbergi; es conocido que las lagartijas construyen sus madrigueras en las partes duras y arcillosas de los arenales, en donde también llegan las boas para conseguir su alimento consistente en pequeños Figura 11: Frisos del Palacio Tschudi del Complejo roedores, huevos de aves y lagartijas (Fig. 13). Arqueológico Chan Chan (izquierda) en la que se presentan una “ardilla de nuca blanca” (Sciurus stramineus) (derecha). Fuente: Luis Pollack (2009) Figura 13: Escenario de paisaje desértico en el que una boa depreda a una lagartija. Fuente: Lavallée (1970) A En el paisaje desértico cabe un comentario B adicional puesto que los Mochicas y posiblemente los Chimús, se constituyeron en recolectores y consumidores de animales menores, principalmente las lagartijas (Fig. 14). Las lagartijas, más comúnmente conocidas como “cañanes”, pertenecen a la especie Dicrodon C D Figura 12: Cerámica con representación de mamíferos. guttulatum y su consumo se evidencia en fogones, ceramios y representaciones de la A. Venado. B: monos. C: felino. D: cánido. Fuente: iconografía. Aquí se puede comentar que en Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera nuestro trabajo de investigación es muy posible que estemos trabajando con la misma Otro escenario que ha sido muy bien especie. En las Figuras 15A y B se pueden representado es el de las zonas áridas, en el observar las grandes coincidencias morfoló- Centro de Investigaciones Precolombinas • 25 Luis E. Pollack Velásquez gicas, con la salvedad del color, pero los tos y lógicamente en ambientes diferentes. Por diseños son los mismos. Esta actividad era un lado el acarreo a cargo del personaje con realizada por un grupo familiar en la que la ayuda de un instrumento parecido a una labor de colocar las trampas, que eran confec- “paleta” que hace a un ejemplar de venado cionadas con carrizo (Fig. 16), la realizaban macho; de acuerdo a la imagen (Fig. 17A) es los padres y la colecta en pequeñas bolsas era muy posible que se trate de la especie Mazama realizada por los hijos; esta experiencia se fue americana “venado colorado” macho, tenien- transmitiendo a lo largo de las generaciones y do como fondo una red confeccionada con aún perdura hasta la actualidad en algunas lana, árboles de “espino” Acacia macracantha poblaciones de San Pedro de Lloc, Virú y y unas plantas de tuna que son propias de Chao (Gálvez et al. 1999; Pollack et al. 2007). ambientes desérticos cerca de las lomas. En la otra imagen (Fig. 17B y C) se observa a un personaje con vestimenta distinta, pero esta vez armado de una “estólica”, una especie de lanzador de dardos; en esta escena se aprecia un perro, que posiblemente sirvió para ahuyentar, la red de lana, el árbol del “algarrobo” Prosopis pallida y un ejemplar macho de Figura 14: Diferentes especies de lagartijas representadas en la iconografía Mochica. Fuente: “venado de cola blanca” Odocoileus virginianus. Esto nos da una idea respecto a la selec- Lavallée (1970) ción del sexo que tuvieron para realizar la captura y al hábitat de cada uno de ellos. Sin embargo, a partir de la conquista espaA B ñola, se puede apreciar el inicio de una caza Figura 15: Representación del “cañán” (Dicrodon indiscriminada de especies, hecho que ha sido guttulatum). A) Iconografía Moche. Lavallée (1970). B) retratado en las pinturas de Martínez de Com- Foto reciente de un “cañán” en semicautiverio. Luis pañón (Fig. 18, 19 y 20) en donde se muestran Pollack (2009) diferentes escenas de cacería de aves, venados Cuando se trataba de animales mayores, y del oso de anteojos, respectivamente. Las como por ejemplo los venados, la iconografía dos primeras especies podrían ser utilizadas en nos muestra una faena en dos grandes momen- la alimentación, pero en el caso del oso de 26 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 anteojos, es muy probable que esté asociado a A la cacería pensando que se trata de un animal agresivo que se “comía” a la crías de los animales, hecho que es insólito porque el oso de anteojos es herbívoro y solo en condiciones muy particulares, como su defensa, puede agredir a otros animales. B Figura 16: Trampa confeccionada con carrizo “chinchorro” que se utiliza en la actualidad para capturar “cañanes”. Fuente: Luis Pollack (2009) En los últimos años el impacto que vienen recibiendo los bosques de algarrobo es impresionante, por un lado tenemos la tala para obtener leña como fuente de energía (Fig. C 21); por el otro, la obtención de carbón, que se Figura 17: Escena de acarreo y cacería del venado en utiliza principalmente en el negocio de los su hábitat: A) Mazama americana. B y C) Odocoileus restaurantes que preparan “pollo a la braza” virginianus. Fuente: Lavallée (1970) y Luis Pollack (2010) (Fig. 22) y la quema de los últimos reductos de bosque en la zona de Virú por parte de las Como se puede apreciar en la presente de empresas que se dedican a la agroexportación investigación, se ha aprendido muy poco de la (Fig. 23). experiencia ganada por los pobladores preco- Centro de Investigaciones Precolombinas • 27 Luis E. Pollack Velásquez lombinos (Culturas Cupisnique, Mochica y Áreas Naturales Protegidas. Además porque Chimú) con respecto al ecosistema, su biodi- los Gobiernos Locales bajo el principio de su versidad y la conservación y vida en armonía gestión con Responsabilidad Ambiental están con la naturaleza. Entre las principales ame- en la obligación de cuidar estos ecosistemas y nazas que presentan estos ecosistemas son la comprometer a la comunidad para que asuman pérdida de hábitat por ampliación de la fron- este reto y encuentren en ellos una fuente de tera agrícola, tala de árboles para la obtención sustento económico, ya sea a través de la de leña, preparación de carbón vegetal y el elaboración de artesanía, obtención de produc- sobrepastoreo (Hocquenghem 1998). tos para consumo, la oferta turismo vivencial, el guiado a estudiantes, público en general y apoyo logístico a investigadores. Figura 18: Captura de aves utilizando trampas con carrizo y semilla. Fuente: Martínez de Compañón (1782-1785) Figura 19: Captura de venados utilizando lanzas clavadas en el suelo. Fuente: Martínez de Compañón La propuesta de creación de Reservas (1782-1785) Comunales para restaurar, proteger y conservar los bosques de algarrobo, se sustenta en la Otra forma que podría promoverse es la existencia de pequeñas áreas de bosque y educación a los pobladores para que utilicen médanos en la faja costera de La Libertad, que cocinas o fogones con ramas pequeñas y la albergan especies endémicas y que se encuen- boza del ganado y en el mejor de los casos que tran en algún estado de amenaza, amparados se puedan implementar otras formas de en la normatividad del Servicio Nacional de obtener energía, como por ejemplo los paneles 28 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 solares, con un diseño adaptado a la economía de las familias con el apoyo de la inversión privada o iniciativas de Organizaciones No Gubernamentales. Figura 21: Tala del bosque de algarrobo para obtener leña en el Bosque El Cañoncillo. Fuente Luis Pollack (2009) Figura 20: Captura del oso de anteojos (Tremarctos ornatus). Fuente: Martínez de Compañón (1782-1785) Luego de la última reunión de los países implicados en la emisión de los gases de efecto invernadero (Copenhague 2009), los compromisos asumidos son muy débiles. Los posibles escenarios si la temperatura se elevara en 1º o 2º C, mostrarían efectos devastadores para las Figura 22: Obtención de carbón en el Bosque de Virú. diferentes especies de flora y fauna y mucho Fuente: Luis Pollack (2009) más para los humanos. En esa perspectiva nuestra propuesta está orientada a que la con- BIBLIOGRAFIA servación del Bosque Seco Ecuatorial, es una prioridad en la estrategia para la conservación Brack, A. de la biodiversidad, la adaptación y mitigación 1986. Las ecorregiones del Perú. Boletín de del calentamiento global. Lima (44): 57-70. Centro de Investigaciones Precolombinas • 29 Luis E. Pollack Velásquez Flanagan, J. M. N., I. Franke y L. Salinas. 2005. Aves y endemismo en los bosques relictos de la vertiente occidental andina del norte del Perú y sur del Ecuador. Revista Peruana de Biología 12(2): 239-248. Versión Online. Franke, I., J. Matos, L. Salinas, C. Mendoza y S. Zambrano. Figura 23: Quema de los médanos de Zaraque por parte de la Empresa Alpamayo. Fuente: Luis Pollack 2005. Áreas importantes para la conservación de las aves en Perú. (2009) Canziani, J. Lavallée, D. 1989. Asentamientos humanos y formaciones 1970. Les représentations animals dans la sociales en la Costa Norte del antiguo Perú: céramique Mochica. Mémories de L’Institut del D’ethnologie IV. París. Paleolítico ANDEA. al Moche IV. Editorial Instituto Andino de Estudios Gálvez, C.; R. Morales y J. Castañeda. Arqueológicos. Lima. 1999. Once mil años de consumir reptiles en Castillo B., L. J. y S. Uceda. la costa norte del Perú: caso del “cañán” 2007. Los Mochicas de la Costa Norte del (Dicrodon sp.). Editorial La Val de Onsera. Perú. 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PROBLEMAS EN TORNO A LA GESTIÓN E INTERVENCIÓN EN SITIOS ARQUEOLÓGICOS CON ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS MONUMENTALES María Laura Gili Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de Villa María. Investigadora Adscripta CIP. mlauragili@yahoo.com.ar RESUMEN El presente trabajo se realiza en el marco del Convenio Interinstitucional de Apoyo Mutuo entre el Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González, el Centro de Investigaciones Precolombinas, ambos de la ciudad de Buenos Aires, Argentina y el Instituto Nacional de Cultura La Libertad de la ciudad de Trujillo, Perú. Realizamos trabajo de campo en base a la observación de estructuras y ambientes arqueológicos monumentales, ubicados en la costa norte peruana, testimonio de los pueblos Mochica y Chimú. Los complejos visitados están siendo intervenidos según criterios patrimoniales consecuentes con políticas culturales internacionales elaborados por UNESCO, ICOMOS, entre otros. Es un caso privilegiado de observación de acciones de gestión cultural y políticas patrimoniales vinculadas a sitios arqueológicos insertos en poblaciones nativas. Aquí revisamos el caso del Complejo Arqueológico Chan Chan. Palabras clave: bienes culturales, guiones museográficos, historia, gestión ABSTRACT The present work carries out in the frame of the inter institutional agreement of mutual support between the Joaquin V. Gonzalez Institute of Professorship, the Center of Pre-Columbian Investigations (Buenos Aires city, Argentina) and the Regional Office of Culture – La Libertad (National Institute of Culture) (Trujillo city, Peru). We realize field work on the basis of the observation of structures and archaeological monumental environments located in the northern Peruvian coast that give testimony of Mochica and Chimú peoples. The complexes that were visited María Laura Gili are being controlled according to patrimonial consistent criteria according to international cultural policy elaborated by UNESCO, ICOMOS, among others. It is a privileged case for observing actions and cultural heritage policies for cultural management linked to archaeological sites inserted in native populations. Here we check the case of Chan Chan Archaeological Complex. Key words: cultural goods, museum outline, history, management COMPLEJO ARQUEOLÓGICO CHAN cultivan frutas como la lúcuma, chirimoya, CHAN: CONTEXTUALIZACIÓN guayaba, palta, etc. ARQUEOLÓGICA La economía de costa se basó en la agricultura y la domesticación del agua con el desarrollo de complejos sistemas hidráulicos L a costa norte de Perú es un espacio asociados a centros ceremoniales de espectacu- geográfico de 700 km. de largo y 200 lares dimensiones. km. de ancho compuesto de llanuras A su vez, el Perú norcosteño es una región desérticas, colinas, cerros elevados y ríos próspera en monumentos arqueológicos fabrica- surcando valles en dirección E-O generalmente. dos en tierra, barro, adobe o adobón. Campana Los años en que se reitera el fenómeno climá- Delgado (2000), quien realizara un exhaustivo tico denominado El Niño, las lluvias se intensi- estudio de las tecnologías constructivas norcos- fican y, con ellas, el caudal de agua de los teñas, señala una serie de condiciones básicas a cauces fluviales permanentes, que normalmente tener en cuenta para establecer un patrón de permanecen secos. Esto incide notoriamente en análisis en las tecnologías de tierra empleadas la arquitectura prehispánica monumental, en en la construcción; dichas condiciones, deben adobe, predominante en el área. buscarse en sitios que: Entre los 0-500 m.s.n.m. predomina el clima tropical, al norte; templado, en el centro y sur. La fauna es variada y abundante en peces, mamíferos y aves marinas. Elementos estos siempre presentes en la decoración de muros arqueológicos. Entre los 500-2300 m.s.n.m. se presentan valles interandinos, entre quebradas y a. den evidencia de construcciones tempranas, b. muestren diversidad de procesos de poblamiento con materiales diferentes, c. evidencien etapas constructivas y procesos experimentales. relieves accidentados. En los valles se realizan Según el autor, el Valle de Moche, puede cultivos y despliegan centros poblados; se ser entendido como un espacio experimen- 34 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 tal antiguo (Campana 2000: 13-15). Si bien los ríos a la costa desértica, abasteciendo de siempre fueron utilizadas como técnicas agua las zonas de regadío. También utili- constructivas las estructuras en adobe, sobre zaron el agua del subsuelo por medio de los el siglo IX de la era, comienza a desarro- huachaques o cisternas. llarse allí el reino Chimú, que concluiría Su extensión original era de 20 km², con un gran centro ceremonial en Chan aproximadamente; su extensión actual (zo- Chan, hacia el 1450. Con anterioridad, en- na intangible) es de 14.15 km²; tiene una tre el 100 al 600 d.C., la cultura mochica se altitud de 16 m.s.n.m. y se sitúa a 550 km. había desarrollado en la región. de Lima y a 5 km. de la ciudad de Trujillo. La economía chimú se sustentó en la UNESCO la incorporó en la lista del patri- agricultura y cría de animales complemen- monio mundial el 28 de noviembre de 1986. tadas con pesca, caza y producción artesa- La Ciudad Sagrada de Chan Chan es el nal. Se destacaron en sus construcciones las asentamiento urbano más grande del reino técnicas urbanísticas e hidráulicas, también Chimor. Está situada en la margen derecha en el trabajo de los metales y en la produc- del valle de Moche, en el actual distrito de ción de tejidos. Huanchaco, provincia de Trujillo, departa- El Complejo Arqueológico Huacas del mento de La Libertad. El complejo arqueo- Sol y de la Luna y el Complejo Arqueoló- lógico se divide en dos grandes áreas: área gico El Brujo, Huaca Cao Viejo, son ejem- nuclear (ciudadelas, anexos, subanexos, plos de la cultura moche en la región de la arquitectura intermedia y barrios populares) costa norte peruana. y área marginal (graneros, depósitos, cami- El Complejo Arqueológico Chan Chan, nos, pirámides, diques, lagunas, murallas perteneciente a la cultura chimú, fue ocupa- limítrofes y de circunvalación, cementerios, do durante unos 600 años hasta la anexión acequias, huertos). del Reino Chimor al Tahuantinsuyo, por los Su disposición urbanística da cuenta de Inka, sobre el 1470 d.C. Abarcó unos 15 una fuerte estratificación social, con edifi- km², entre palacios y construcciones inter- cios diferenciados según la posición econó- medias, barrios populares y cementerios en mica-social de sus pobladores. A su vez, las las inmediaciones, murallas, caminos e áreas amuralladas poseen un solo acceso, instalaciones agrícolas en la periferia. Una denotando mayor control en el ingreso y extensa red de canales cubría el área desde egreso de personas. Las paredes de los Centro de Investigaciones Precolombinas • 35 María Laura Gili palacios fueron decorados con relieves y mente. Allí, las influencias recibidas por pinturas. Los últimos estudios estiman que otros grupos representan instancias de in- los distintos palacios se fueron construyen- vención, evolución y desarrollo de tradicio- do a medida que moría uno de los reyes. nes tecnológicas. Si bien Chan Chan se Cada nuevo gobernante hacía construir un encuentra asentada sobre una gruesa grave- nuevo recinto y el anterior quedaba como ra de origen aluvial que le otorga estabili- templo, custodiando la momia del anterior dad a sus construcciones, tuvo en diferentes jefe. momentos de su historia, movimientos Los comienzos de Chan Chan como urbe telúricos que destruyeron sus edificios. Con se remontan al siglo X de nuestra era. Los el tiempo, esto generó una técnica construc- relatos tradicionales le adjudican su funda- tiva flexible, que eludía en parte las fuerzas ción al personaje mítico Taycanamo o sísmicas. Probablemente, lo dicho explique Tacaynamo, creador del reino Chimú. Sus las formas de asentar los adobes que en ella descendientes fueron quienes gobernaron se pueden observar. hasta mediados del siglo XV, cuando el reino Chimor cae bajo el dominio Inka, CHAN CHAN: POLÍTICAS DE entre el 1460 y 1480. GESTIÓN A fines del siglo XIII, Chan Chan era el centro urbano más extenso de América del El Complejo cuenta con un museo de Sur, y a mediados del siglo XV (1450 d.C.) sitio que posee varias salas. En la primera el reino de Chimor ocupó más de 1000 km. se procura ubicar cronológicamente al de la costa peruana, sobre un área de 40.000 espectador en el Área Nuclear Andina. Otra km². Dentro de este territorio hubo un gran sala está dedicada a los distintos tipos de número de poblaciones asentadas entre el construcciones de viviendas, templos, pala- río Zarumilla (Norte) y el río Chancay (Sur) cios, etc.; en ella, también se pueden y desde el Pacífico hasta la parte baja de la observar los materiales de construcción Cordillera de los Andes. tales como: adobes, maderas de huarango. La arquitectura monumental en adobe de En otra sala se divisan cerámicas, textiles, Chan Chan, evidencia la culminación de un utensilios de trabajo, ídolos, etc. Todas las proceso constructivo particular a la región salas poseen escenificaciones en tamaño norcosteña y al valle de Moche, específica- natural de instancias de la vida cotidiana, 36 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 rituales y ceremoniales. Una sala interactiva lengua chimú (Campana 2006). Así se presenta un espectáculo de luz y sonido reconocen: sobre una maqueta del complejo que ocupa todo el piso de la habitación. Su guión recrea la historia, la cotidianeidad y las etapas de expansión del pueblo Chimú. La sala está computarizada y presenta dioramas, maquetas y restos de objetos pertenecientes a la citada cultura. Al ingresar al sitio hay un centro informativo con sala explicativa y locales comerciales. Sólo se ingresa con el acompañamiento de guías (Fig. 1). Las visitas al complejo se realizan en el Palacio Tschudi o Nik-An que tiene sectores reconstruidos siguiendo la lógica de monumentalización de la década de 1960 (Fig. 2). Este sector es el único habilitado al ingreso de visitantes. Sin embargo, la ciudad cuenta con nueve (9) unidades constructivas más. Son los denominados conjuntos amurallados con estructuras menores en su interior de características semejantes. En el siglo XIX se iniciaron los estudios Figura 1: Sector de recepción. Museo de Sitio Complejo Arqueológico Chan Chan, Trujillo, Perú Squier, Fochic-An (Casa del Norte) Gran Chimú, Utzh-An (Casa Grande) Bandelier, Ñain-An (Casa de las Aves) Ulhe, XllangChic-An (Casa del Oriente) Chayhuac, Chayhuac-An (Casa de interesados en registrar y mapear la ciudad Chayhuac) de Chan Chan. Desde entonces, cada con- Tschudi, Nik-An (Casa del Centro) junto arquitectónico fue tomando el nombre Rivero, Chol-An (Casa Nueva) de quien lo trabajaba. Actualmente el traba- Laberinto, Fechech-An (Casa del Occi- jo de los arqueólogos peruanos en el sitio le dente) ha devuelto su denominación de origen en Tello, Tsuts-An (Casa Pequeña) Centro de Investigaciones Precolombinas • 37 María Laura Gili Velarde, Ñing-An (Casa del Mar) ideologías políticas entre fuerzas irreconciliables de la oligarquía sanchecerrista, el En el siglo XX, un acontecimiento bisa- aprismo y el socialismo. En julio de 1932, gra de la historia política peruana, la tuvo un levantamiento contra la dictadura de como escenario dramático: la Masacre de Sánchez Cerro, en Trujillo, culminó en la Chan Chan del 7 de julio de 1932 (Bonilla feroz represión conocida como la Masacre 2009: 110-111). El acontecimiento merece de Chan Chan, donde murieron cerca de ser destacado en la historia del uso de la seis mil personas. Los cuerpos fusilados no ciudad de Chan Chan. El militar Sánchez fueron enterrados, permanecieron esparci- Cerro se encontraba en el gobierno, ejer- dos entre los muros de la ciudad de adobe y ciendo una política oligárquica y fuerte- en las pampas de la costa norcosteña. mente represiva de las fuerzas políticas que Los problemas de patrimonio que pre- se venían desarrollando en las décadas ante- senta el Complejo Arqueológico Chan riores en el país con José Carlos Mariátegui Chan, se visualizan en relación con la y Víctor Raúl Haya de la Torre. sociedad y con los organismos de gestión afectados al complejo. Se pueden diferenciar cuatro aspectos: ocupación de terrenos en el área intangible por agricultores, a quienes llaman invasores; saqueos de huaqueros; utilización del sitio como área de esparcimiento, ciclistas y motociclistas; creci- Figura 2: Palacio Tschudi o Nik-An. Sector audiencias. Complejo Arqueológico Chan Chan, Trujillo, Perú El historiador peruano Heraclio Bonilla miento demográfico, hay barrios que ya lindan con el sitio; delincuencia provocada por el turismo que se sale de las áreas vigiladas; (2009) sostiene que la Masacre de Chan superposición de tareas entre el INC-La Chan marca la transición entre el siglo XIX Libertad y la Unidad Ejecutora 110 en sus y el XX en el Perú y en lo que sería, de allí decisiones sobre Chan Chan. Ambas con en más, la confrontación de clases e sede en la ciudad de Trujillo. 38 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 En el 2006 el gobierno de Perú crea la taje aceptó, siempre y cuando reconocieran Unidad Ejecutora 110, a cargo del Dr. la autoridad de la Unidad Ejecutora (UE). Cristóbal Campana, destinada a la conser- Desde la presencia de la UE sacaron seis vación y salvaguarda de Chan Chan, en el invasores, ahora hay once. Es decir, la marco del Plan Maestro para la Conser- situación es compleja y de permanente vación y el Manejo del Complejo Arqueoló- avanzada. gico Chan Chan, realizado por el INC en Se han organizado entre los campesinos 1987 y aprobado en el 2000, con un presu- allí asentados ONG`S inscriptas en Europa puesto de 10 millones de soles. A partir de (Holanda, Bélgica). Reclaman por derechos entonces, se trabaja en asuntos de limpieza humanos. No advierten que su principal y de orden ambiental como son los efectos derecho es poder “comer” en Chan Chan, del clima, de la humedad, de la salinización donde viven. de los muros, los niveles de las napas La situación es compleja. Los intentos freáticas (al aumentar demasiado dañan los por organizarlo se derivan en proyectos de muros, sus frisos y patios). restauración, de creación de un Parque Forestal que integre el sitio a la ciudad y dé Entrevista al Dr. Campana (1). Prin- empleo a los pobladores de la región, a los cipales aspectos en relación a la gestión campesinos. de Chan Chan: Parque Forestal. Proyecto que se piensa Relación con los campesinos-invasores integrado a la ciudad, con una cobertura de que ocupan el área intangible de Chan 72 ha, con auditorio, museo, parques Chan: temáticos, etc. En los últimos cuarenta años la relación La UE, desde su inicio, asume el vínculo ha sido conflictiva. con los campesinos invasores con un Entre los campesinos-invasores que se equipo de arqueólogos y abogados. asientan en el área intangible de Chan Si bien al inicio la relación fue tensa, Chan, hay gente que está desde 1870. En últimamente se han acercado los vecinos ese caso, pueden seguir donde están, res- informados de la proyección del parque petando caminos, muros, demás construc- forestal, van arreglando sus casas, los ciones. Hasta el momento, un alto porcen- frentes, los jardines, etc. Centro de Investigaciones Precolombinas • 39 María Laura Gili Entre los campesinos-invasores, Pueblo Chan Chan. El programa les brinda también Joven de la Esperanza es el más conflictivo. información Allí están trabajando con la elaboración de distintos aspectos: artesanías procurando organizarlos comer- o Valor por el trabajo, con el eje hombre- cialmente. trabajo, valorando la labor de los antepa- arqueológica promoviendo sados; Problemas de conservación de estructu- o Valorar la capacidad artística de los ras: antepasados; El Plan Maestro sobre Chan Chan limita o Conocer quiénes fueron las sociedades las acciones que se pueden y que no se antepasadas. pueden hacer en materia de conservación. Mujeres de Chan Chan. Actualmente El único espacio que está permitido abrir trabajan 486 obreros en el complejo. Mu- al público es el Palacio Tschudi o Nik-An. chos de ellos son mujeres que prefieren Sin embargo, en el Palacio Velarde se trabajar en Chan Chan a otro tipo de trabajo encuentran los frisos más bellos pero no se informal en la ciudad (ej.: trabajo domés- los puede mostrar. Se los tapa ¿para qué tico). Destaca el fino trabajo que realizan y sirven entonces? su precisión. En Chan Chan todo lo que se ve, son El trabajo de los huaqueros le ha quitado réplicas. Y nadie reclama. suelo a los muros. Esto suma un problema a El plan autoriza la intervención en los los trabajos de restauración. muros perimetrales, la reforestación. Los trabajos de restauración deben se- La idea central de la actual dirección es guir las normas de los convenios interna- que la gente del lugar sienta orgullo de su cionales; por ejemplo, aquella que sostiene pasado y reivindique su identidad local y la mínima intervención. Y aquí la dificultad nacional. dado que, por el accionar de los hauqueros, Se han puesto en marcha programas en muchos casos los muros deben ser muy específicos al respecto, como por ejemplo intervenidos para evitar que se derrumben “Ciudadanos de Chan Chan”, orientado a por completo. los niños escolarizados. Hoy cuenta con Otro aspecto que se observa siguiendo 22.000 niños inscriptos, de los cuales 8000 los están aprendiendo karate para defender nuevos es la arqueológica cognitiva. Las 40 • Centro de Investigaciones Precombinas lineamientos teórico-metodológicos ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 nuevas interpretaciones en este sentido La creciente complejidad de la produc- permiten sostener que, los muros perime- ción de conocimiento en ciencias sociales trales, fueron construidos con posterioridad, se ha caracterizado por presentar numerosos para cubrir de la salinización la decoración interrogantes a sus problemas de investiga- de los muros interiores. ción tradicionales. Los diferentes campos La misión Harvard, de los años ´70, no disciplinarios debieron volver a reflexionar vio muchos aspectos de la arqueología de sus temas centrales procurando responder a Chan Chan, que si observaron los estudios nuevos cuestionamientos. El patrimonio hechos por arqueólogos peruanos y en los cultural es uno de estos temas que se pre- que han avanzado en los últimos veinte senta en la actualidad en el cruce de distin- años de investigaciones en el complejo tas disciplinas, especialmente cuando se arqueológico. vuelve objeto de una presentación museo- Lluvias. El 11/02/10, mientras estaba- gráfica. mos en la ciudad y en la visita a Simbal, También el patrimonio cultural es poblado colonial de origen indio, llovió espacio de discusiones políticas-ideológicas sobre Trujillo provocando inundaciones y por la imposición de perspectivas acerca de anegaciones en la ciudad y en Chan Chan. la sociedad, la historia y su memoria En el sitio, la inundación de los patios colectiva que el mismo conlleva en cada ceremoniales provocó la caída del friso de nueva presentación. El análisis sobre los las ardillas con vástago, recientemente principios éticos que subyacen a toda narra- descubierto. Los trabajos de drenaje procu- tiva histórica patrimonial queda, por lo raron derivar el agua hacia el huachaque. tanto, implicado. La reflexión en este sentí- Hoy, devenido en patrimonio cultural do siempre permite elucidar el problema y, arqueológico, numerosos turistas y vecinos así, aportar criterios de reflexión sobre el visitan Chan Chan año a año. Al ingresar al vínculo dilemático planteado entre quienes sitio, hay un centro informativo con sala reclaman derechos de decisión sobre los explicativa y locales comerciales. bienes culturales, distintos sectores sociales que convergen en su estudio y gestión. SOBRE LA MEMORIA, LA HISTORIA Cuando todo esto ocurre en contexto Y LOS BIENES CULTURALES EN latinoamericano, la situación adquiere ribe- LOS RELATOS MUSEOGRÁFICOS tes particulares. La historia colonial y repuCentro de Investigaciones Precolombinas • 41 María Laura Gili blicana dependiente de nuestros países, así sentan los recuerdos, especialmente aque- lo determina. llos que traumatizan…” (Moure 2008: 128). Si bien es cierto que los objetos, los Por ello los museos deben ayudar a las bienes culturales materiales e inmateriales, sociedades a superar las instancias más cuentan con la capacidad de evocar la dolorosas de su historia. Ahora bien, en memoria de los pueblos, también lo es que aquellos casos con experiencias históricas han sido sacralizados por la museología extremas y muy dolorosas, puede implicar positivista o los primeros relatos históricos, la destrucción del bien cultural, a modo de en el siglo XIX. Y allí su problema o la sacrificio necesario para exorcizar los dificultad que se les presenta a los historia- fantasmas del pasado. dores y museólogos ante la necesidad de Por otra parte, en la discusión sobre señalar que hay más allá de los objetos cómo presentan los museos la memoria y la evocadores. historia, qué rol desempeñan en los relatos Cuando de analizar presentaciones mu- museográficos estos dos conceptos, André seológicas se trata, surgen reflexiones sobre Devallés (2008) recuerda que la historia diversos aspectos. Marc Moure (2008) revi- trabaja en base al pensamiento crítico y sando críticamente las exposiciones museo- procura la objetividad en su reconstrucción lógicas, cita distintos ejemplos de museos del pasado, siempre incompleto. Y en esta en ciudades de Europa y América, y tarea, el historiador observa continuidades advierte que los guiones museográficos no temporales, evoluciones, relaciones entre muestran la historia de sus países en forma los acontecimientos. Pero la memoria se completa y objetiva. En ellos hay zonas de apoya en recuerdos borrosos, en espacios olvido, agujeros en la memoria de las concretos, en imágenes y objetos; es la vida sociedades a las que se refieren. Las socie- con recuerdos, olvidos y manipulaciones dades se organizan sobre recuerdos y (Devallés 2008: 110). Para la memoria, olvidos comunes, sostiene el autor; por ello objetos, monumentos, archivos en papel, los museos son espacios de memoria pero son testimonios del pasado. Según como se también de olvidos: “…no solamente per- los use o interprete, se convierten en sostén miten a la sociedad conmemorar momentos de la memoria de su comunidad o en importantes de su historia sino, al mismo herramienta de su historia. tiempo, deshacerse de la carga que repre42 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 Queda, así, postulada la disyuntiva sobre arte de fabricar y navegar caballitos de los potenciales guiones museológicos en totora, embarcación tradicional de la costa casos de relatos históricos con situaciones del Pacífico norperuano. Son la cultura viva conflictivas en términos del pensamiento de Chan Chan. Algunos de ellos pertenecen crítico, histórico. Los museos de historia, a familias asentadas allí desde 1870. Los sostiene llaman invasores. Devallés, se encuentran con interrogantes frente a los bienes culturales La Carta Internacional para la Gestión sobre qué exponer, qué conservar, cómo del Patrimonio Arqueológico de ICOMOS transmitir, cómo restituir. El autor se cues- (1990) establece que el patrimonio arquitec- tiona ¿con qué mirada referirse al pasado? tónico, su protección, debe ajustarse a los Sabiendo que los objetos son polisémicos, criterios fijados en la Carta de Venecia de dotados de diversos sentidos según épocas y 1964 sobre restauración y conservación de observadores; teniendo conocimiento, ade- monumentos y lugares histórico-artísticos. más, que con las generaciones varían las Los sitios que hemos visitado se correspon- lecturas teóricas sobre la narrativa histórica. den, en muchas de sus intervenciones, con La historia es fragmentaria. La construimos los lineamientos establecidos por ICOMOS. sobre múltiples objetos y referentes que A continuación reseñamos aquellos en los expresan identidades comunitarias, múlti- que observamos mayor correspondencia ples miradas, diversidades (Devallés 2008: con sus criterios: 123-124). Eso deben mostrar los museos En términos de una conservación inte- actuales, a pesar de la tensión que el pro- grada: ceso globalizador imprime en los vínculos - Políticas de conservación integrada. Se económicos por uniformarlo todo, incluso postula promover la conservación de las las referencias culturales. tradiciones vivas de las poblaciones autóc- Uno de los problemas que más aquejan a tonas, promoviendo su participación en la las autoridades que gestionan el sitio es la conservación del bien. presencia constante de campesinos asentán- - El proyecto para hacer en Chan Chan dose en la zona intangible del sitio. Des- una Parque Forestal, según lo testimonió el cienden de quienes construyeron Chan director de la UE 110, Dr. Campana, insta a Chan, muchos de ellos de familias de Huan- unir las políticas de protección del patri- chaco y Huanchaquito. Conocedores del monio arqueológico a las tradiciones vivas Centro de Investigaciones Precolombinas • 43 María Laura Gili expresadas en prácticas agrícolas, uso y ca de Joseph Jocotot, narrada por Jacques planificación del suelo, medio ambiente y Ranciere en su texto de 2003, El maestro educación. La creación de reservas es ignorante, sería un buen ejemplo a aplicar. postulada como un elemento válido. Jocotot, a principios del siglo XIX, dando - Conservación del patrimonio arqueoló- clases en la universidad de Lovaina, en los gico en función de la tradición, historia, Países Bajos, demostró que era posible necesidades de cada región y país. El enseñar sin explicar y aprender sin saber patrimonio arqueológico adquiere relevan- poniendo en acción la capacidad que todo cia por ser herencia de la humanidad y de ser humano posee de comprender aquello los grupos humanos, y no de algunos pocos que le interesa sin explicación mediante. que puedan acceder al turismo cultural. Aplicó el método del azar o el método de La Carta de ICOMOS también hace la igualdad basado en la voluntad por el hincapié en la necesidad que el Estado, con impulso del deseo propio o la exigencia que la legislación que promulga, arbitre los una situación presenta. En él, el maestro no medios para la conservación y manteni- está ausente en el vínculo alumno y cono- miento del patrimonio arqueológico. cimiento; por el contrario, es quien promueve la emancipación, acto por el cual la CONCLUSION inteligencia no obedece más que a sí misma, generando mecanismos que obligan Tal vez sea propicio analizar el patri- o ponen al alumno en situación de emplear monio cultural y los bienes culturales que lo la propia inteligencia (Ranciere 2003: 30). integran en tanto instrumento para la refle- Jocotot pretendía hacer descubrir a cada xión, como bien al servicio de las comu- uno de sus alumnos, la propia capacidad nidades que los contienen y no como fin en intelectual, para comprender aquello que sí mismo. desconocía y decidir sobre ella. En eso Si los museos han de ser espacios consistía su idea de la emancipación. El pedagógicos, canalizadores de nuevas expe- hombre emancipado sabrá aprender solo, riencias sociales para la comunidad donde sin explicación mediante, aquello que se emplazan (Martini 2008: 35), vale refe- necesita. renciar el concepto pedagógico emanci- Tal vez el patrimonio cultural y sus pador de Jocotot. La experiencia pedagógi- referentes, los bienes culturales que lo 44 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 componen, sean adecuados instrumentos de sede de la Unidad Ejecutora 110, Trujillo, emancipación en contextos de profundas Perú. desigualdades socio-económicas. Y los espacios musealizados puedan constituirse en BIBLIOGRAFÍA lugares que faciliten el proceso. Tal vez ya no se trate de preservar y conservar bienes Devallés, A. culturales por sí mismos, sino volverlos 2008. Disertaciones. Memoria, historia, instrumentos de aprendizaje social emanci- museología y verdades históricas. En: pador de la comunidades donde se encuen- Patrimonio Cultural. Perspectivas y Aplica- tran. Tal vez los campesinos invasores de ciones. A. Rocchietti, Y. Martini y Y. Chan Chan estén señalando que ha llegado Aguilar (comp.). pp. 107-126. Editorial de el momento de darle otro uso al sitio. No se la Universidad Nacional de Río Cuarto. Río trataría ya del patrimonio cultural. Sino de Cuarto. generar en los vecinos del complejo arqueológico sentimiento de orgullo de su pasado, Bonilla, H. deseos de reivindicación de su identidad 2009. La trayectoria del desencanto. El local. Para fortalecer con ello el presente y Perú en la segunda mitad del siglo XX. el futuro de los descendientes chimú, de los Fondo herederos de Chan Chan. Marcos. Lima. AGRADECIMIENTOS Campana, C. Editorial del Pedagógico San 2000. Tecnologías constructivas de tierra Este trabajo es posible gracias a los en la costa norte prehispánica. Instituto esfuerzos conjuntos del CIP y El INC-La Nacional de Cultura – La Libertad. Trujillo. Libertad, en sus miembros directivos y 2006. Chan Chan. Descubre, conoce, vive. colaboradores. Ed. Unidad Ejecutora 110. Ministerio de Educación. Perú. NOTAS Martini, Y. (1) Realizada el 10/02/10 junto a la Lic. A. 2008. Museos: de la relación público, M. Rocchietti y la Lic. G. Pérez Z. en la objeto y contenido en un marco histórico. Centro de Investigaciones Precolombinas • 45 María Laura Gili En: Patrimonio Cultural. Perspectivas y Aplicaciones. A. Rocchietti, Y. Martini y Y. Aplicaciones. A. Rocchietti, Y. Martini y Y. Aguilar (comp.). pp. 127-130. Editorial de Aguilar (comp.). pp. 31-42. Editorial de la la Universidad Universidad Nacional de Río Cuarto. Río Río Cuarto. Nacional de Río Cuarto. Cuarto. Ranciere, J. Moure, M. 2003. El maestro ignórate. Cinco lecciones 2008. El Museo: ¿lugar de reconciliación?. sobre la emancipación intelectual. Ed. En: Patrimonio Cultural. Perspectivas y Libros del Zorzal. Barcelona. 46 • Centro de Investigaciones Precombinas HUACA SAN IDELFONSO Y LA OCUPACIÓN MOCHE EN LA MARGEN NORTE DEL VALLE BAJO DE MOCHE, COSTA NORTE DEL PERÚ Jorge Gamboa Velásquez Proyecto Valle de Santa de la Universidad de Montreal jgamboavelasquez@yahoo.com Jason Nesbitt Proyecto Arqueológico Caballo Muerto, Valle de Moche jason.nesbitt@yale.edu RESUMEN La primera parte de esta contribución trata sobre Huaca San Idelfonso, uno de los asentamientos involucrados en el proceso de expansión agrícola Moche en la margen norte del valle de Moche, un evento acaecido entre los siglos V a VIII d.n.e. Las características de la ocupación Moche en esta área no son completamente conocidas, pero se dispone de valiosos datos sobre los sistemas de irrigación, los caminos, la arquitectura residencial y monumental, entierros humanos, y la cultura material de la población local, datos que han servido como marcadores para la cronología relativa de los sitios implicados. En la segunda sección del articulo revisaremos los datos sobre la presencia Moche en la margen norte del valle bajo así como las propuestas sobre una relación estrecha, pero aun poco entendida a un nivel más especifico, entre este sector del valle y el proceso de centralización política Moche desarrollado principalmente en la margen opuesta. Al hacerlo examinaremos la interacción entre una entidad estatal Moche proyectando ampliar su base económica y poder político y una serie de comunidades creando nuevas tierras agrícolas en un paisaje que adquiría un nuevo rol para todos sus ocupantes. Palabras clave: Costa Norte de Perú, valle de Moche, jerarquía de asentamientos, expansión agrícola prehispánica. Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt ABSTRACT In its first section, this article focuses on Huaca San Idelfonso, a minor Moche settlement located in the north margin of Lower Moche Valley and which was part of the process of agricultural expansion in that area between the V and VII centuries A.D. The characteristics of the Moche settlement system in this area are not fully understood yet. The second part of this article aims to contribute to the understanding of the relationship between the Moche occupation at the lower north margin of the Moche Valley and the process of political centralization carried out in the opposite margin of the valley at the primary site of Huacas del Sol y de la Luna, by examining aspects of irrigation systems, roads, residential and monumental architecture, burials, and local material culture in the area. Key words: North Coast of Peru, Moche Valley, settlement hierarchy, prehispanic agricultural expansion. INTRODUCCIÓN Estos sitios presentaron importantes concentraciones poblacionales y una jerarqui- U n gran número de los proyectos zación interna basada en el status y la arqueológicos efectuados en las especialización laboral de sus ocupantes, y, últimas décadas en la Costa Nor- como en los casos de la entidades multi- te de Perú han sido enfocados hacia el estu- valle de Huacas de Moche, en el valle bajo dio de las poblaciones prehispánicas cono- de Moche (Chapdelaine 2003; Moseley cidas en conjunto como Moche, cuyo desa- 1992: 183; Topic 1982: 273, 284) o la más rrollo ocurrió entre los siglos I a VIII d.C. tardía de Pampa Grande, en Lambayeque Estas investigaciones continúan ampliando (Haas 1985; Anders 1977; Shimada 1994), nuestro conocimiento sobre la economía, la pudieron ser las capitales políticas y cere- organización social y la ideología política y moniales de organizaciones con un nivel de religiosa al interior de los asentamientos complejidad estatal. mayores de esa civilización de los valles y Sin embargo existen numerosos sitios desiertos del norte peruano, en centros tan menores cuyo estudio es vital, dado su rol importantes como Huacas de Moche, Galin- intermediario entre los centros urbanos Mo- do, El Brujo, Guadalupito y Dos Cabezas. che y las zonas rurales dedicadas a la 48 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 producción agrícola y pecuaria, y también Complejo Caballo Muerto o Huaca Saca- en sentido diacrónico su importante papel chique. El Vichanzao discurría sobre un tanto en la transformación física a largo pla- nivel más alto del terreno, y marcó el límite zo del paisaje norcosteño como en la evolu- de la expansión agrícola Moche sobre las ción de las sociedades complejas prehispá- planicies altas de El Porvenir, Florencia de nicas que iniciaron ese proceso. Uno de Mora y el lado noreste de Pampas La Espe- estos sitios es Huaca San Idelfonso, corres- ranza. A lo largo de su recorrido este canal pondiente a las fases finales de la civil- conectaba la parte media del valle con una zación Moche y ubicado en el distrito de El serie de asentamientos e instalaciones Mo- Porvenir, en el borde desértico norteño del che ubicadas en la banda norte del valle valle bajo de Moche. Esa sección del valle bajo, entre ellos Huaca San Idelfonso (Fig. es un área llana de 21 km. de largo, deli- 1 y 2). Todos estos canales siguieron en uso mitada al norte por una cadena montañosa y hasta el periodo Chimú (siglos X-XVI al sur por el propio Río Moche, extendién- d.C.), siendo progresivamente remodelados, dose de este a oeste entre el distrito de expandidos, y parcialmente abandonados, Laredo y el litoral de Huanchaco. proceso que ha continuado hasta la actua- La llanura costera se encuentra dividida lidad. actualmente entre la creciente área urbana de Trujillo, campos de cultivo irrigados por EL PAISAJE DE LA MARGEN NORTE canales antiguos, y una serie de pampas DEL VALLE BAJO DE MOCHE donde hallamos abundantes evidencias arqueológicas. Los elementos que permitieron Esta sección de la cuenca del Río Moche la colonización prehispánica del área fueron comprende la sección septentrional del los canales La Mochica, Moro y Vichanzao abanico aluvial del valle, y puede ser des- El canal Moro y la parte alta del canal crita como una planicie de forma triangular Vichanzao, ambos en el área de Laredo, son con suave pendiente al oeste, circunscrita considerados como los componentes más entre los cerros aislados del sector Caballo antiguos de este sistema de irrigación y de- Muerto y las proyecciones rocosas de Cerro bieron funcionar desde el Horizonte Tem- Galindo hasta las playas de Huanchaco y prano (1800-100 a.C.), discurriendo en pro- Chan Chan. El limite norte del área esta ximidad a sitios Formativos como los del formado por una elevada proyección del Centro de Investigaciones Precolombinas • 49 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt Figura 1: El valle de Moche y sitios Moche registrados en la margen norte del valle bajo Figura 2: Foto satelital del valle bajo de Moche 50 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 macizo andino, que forma el divortium intensas precipitaciones ocasionadas por el aquarium con el valle de Chicama. Las ru- Fenómeno El Niño o ENSO. La actividad tas naturales de comunicación hacia Chica- aluvial en las quebradas ha sido un ele- ma se encuentran en la periferia occidental mento importante en la formación del pai- del área, en las abras entre los Cerros Ca- saje en la sección norte del valle bajo, y su bras y Campana y entre este último y el ocurrencia esporádica se convierte en un litoral. La margen norte del valle bajo de constante factor de riesgo para las zonas Moche presenta un ancho inicial de solo 2.5 más bajas. Sin embargo las tres quebradas km., alcanzando 15 km. de ancho máximo también son hasta la actualidad un refugio en su término, junto al litoral entre la falda de vida silvestre, debido a la formación de sur del Cerro Campana y la desembocadura pequeños ecosistemas de “lomas” durante del Río Moche (1). los meses de de invierno y especialmente en El límite montañoso del valle bajo con- los años de lluvias torrenciales. La banda tiene tres cursos aluviales: las Quebradas norte del valle bajo es afectada al igual que Río Seco de Laredo, San Idelfonso en El el resto del valle de Moche por los fenó- Porvenir, y Río Seco al noreste del sector El menos climatológicos El Niño o ENSO (El Milagro, que han sido elementos cruciales Niño Southern Oscillation). Pero el impacto en el devenir de las ocupaciones humanas en esta zona de esas alteraciones climáticas pasadas y presentes, como zonas de diver- es peculiar, dada la combinación de quebra- sidad ecológica y como puntos de origen de das temporalmente activas, una planicie fuertes aluviones. La parte alta de las dos agrícola a menor altitud y zonas de alta primeras quebradas forma una pequeña densidad demográfica (con ápices alcanza- cuenca que es conocida popularmente como dos en los periodos Moche y Chimú y en Quebrada del León. Durante el Pleistoceno épocas modernas) (2). estos cursos de agua formaban parte de la La planicie baja del área esta formada cuenca baja del Río Moche (Nials et al. por gruesas capas de sedimentos y gravas, 1979a, 1979b). Actualmente estos rasgos acarreados por el Río Moche o depositados del paisaje presentan laderas escarpadas y en la desembocadura de cada una de las fondos rellenados por depósitos de sedi- quebradas señaladas, con zonas cubiertas de mentos y cantos rodados, que son removí- arena eólica localizadas en el piedemonte dos por avenidas de agua y lodo durante las de los cerros que encierra parte del valle Centro de Investigaciones Precolombinas • 51 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt bajo. El área puede ser dividida en dos Los estudios arqueológicos en el valle de grandes sectores divididos por un grupo de Moche empezaron a fines del siglo XIX, cerros aislados en el actual límite entre los con los trabajos de Max Uhle (1915) en distritos de El Porvenir y Florencia de 1899 en Huacas de Moche. Después de más Mora. La sección oriental comprende las de un siglo de investigaciones de la historia pampas de Laredo y El Porvenir. La sección prehispánica del valle, se ha establecido que occidental es más amplia y presenta los generaciones después del apogeo de las sectores de Pampas La Esperanza, Pampas sociedades Formativas conocidas como Cu- de Río Seco (o El Milagro) y Pampas de pisnique (desarrolladas entre circa 1500 y Huanchaco, también denominados en con- 500 a.C.) el área fue escenario de la for- junto como Tres Pampas (Beck 1979: 89; mación de nuevas entidades sociopolíticas Pozorski 1987: 112, Fig. 2). Estas áreas altamente jerarquizadas y con una compleja fueron irrigadas en tiempos prehispánicos, base económica, denominadas ahora en pero, tras su parcial despoblamiento hacia conjunto como Gallinazo y Moche. La tran- fines de la época prehispánica y durante el sición entre los Cupisnique y las sociedades periodo Colonial, retornaron a ser eriazas y del Período Intermedio Temprano (siglos I- actualmente se encuentran ocupadas en VI d.C.) comprende el tiempo de desarrollo gran parte por los suburbios de Trujillo. Las del estilo Salinar (circa 500-100 a.C.), dos secciones llanas del valle bajo muestran caracterizado por su cerámica oxidada con diferencias en ecología y relieve. La parte engobes blanco sobre rojo (Larco 1944). La oriental presenta pequeñas cadenas de ce- cultura Salinar en el valle de Moche es me- rros bajos, es más boscosa, y aun conserva jor conocida por haber experimentado una relictos de bosques de algarrobo (Prosopis notable concentración poblacional en el si- pallida) especialmente entre Laredo y tio de Cerro Arena en el lado sur del valle Galindo, en contraste a la parte occidental, bajo (Brennan 1980; Mujica 1984). casi carente de elevaciones rocosas y de áreas de bosque. Los estudios desarrollados en el valle de Moche para las sociedades del Período Intermedio Temprano e inicios del Horizon- SOCIEDADES DEL PERIODO INTER- te Medio se han concentrado en la mani- MEDIO TEMPRANO EN EL VALLE festación arqueológica Moche. Pero cono- DE MOCHE cemos que los grupos Gallinazo, aunque 52 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 distinguiéndose por un estilo cerámico de- con pintura negativa decorando figuras mo- corado con pintura negativa, compartían deladas, cuyos rasgos frecuentemente eran con sus contrapartes Moche un número altamente estilizados (Larco 1948; Fogel sufíciente de técnicas similares de construc- 1993). La cerámica Castillo Modelado y ción monumental, arte mural, motivos reli- Castillo Inciso (Strong y Evans 1952) por giosos y producción artesanal para consi- su parte presentaba pastas gruesas cocidas derarlos como grupos humanos con valores en atmósferas oxidantes poco controladas, y culturales compartidos. Es necesario recor- su decoración se basaba en triángulos im- dar que estas sociedades han sido definidas presos, incisiones, cordones mellados, la a partir de sus evidencias materiales, y que aplicación de pequeñas y simples cabezas su investigación por los proyectos arqueo- zoomorfas modeladas, y el modelado senci- lógicos desarrollados en la zona conduce a llo de rostros zoomorfos y antropomorfos la reevaluación de postulados tradicionales ya señalado. sobre su origen, características y rol en la La reciente discusión sobre la validez de formación de las entidades prehispánicas las identificaciones de una cultura Galli- tardías locales. nazo en base a los restos cerámicos La cerámica Gallinazo fue definida ori- (Millaire 2009) ha implicado el reconoci- ginalmente por los investigadores del Virú miento que varios de los tipos cerámicos Valley Project (Bennett 1950; Fogel 1993; mencionados -especialmente aquellos popu- Strong y Evans 1952) como un conjunto de lares en la vajilla de uso doméstico- podrían tipos formales y tecnológicos que incluía a haber sido producidos por diversas pobla- Castillo Llano, Valle Llano, Castillo Mode- ciones de la región para uso mayormente lado, Castillo Inciso y Gallinazo Negativo cotidiano, sin asociarse a formaciones polí- como variantes principales. El estilo carac- ticas especificas, como sí ocurriría en el ca- terizado por la cerámica con pintura nega- so de la cerámica Gallinazo Negativo, una tiva y las representaciones escultóricas sim- producción especializada de alfarería vincu- plificadas pasó a ser denominado genéri- lada a grupos de élite. camente en la literatura arqueológica como El tema de la etnicidad en la Costa Norte Virú o Gallinazo. La cerámica fina Galli- peruana durante los primeros siglos de nazo comprendía piezas mayormente mode- nuestra era es un campo de debate teórico ladas quemadas en atmósfera oxidante y surgido a partir de la década de 1990 Centro de Investigaciones Precolombinas • 53 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt (Castillo y Donnan 1994; Makowski 1994, sentaba engobes crema y rojo aplicados an- 1998) y se halla ciertamente aún sujeto a tes de la cocción, y pintura negra orgánica debate. La aparición de linajes de elite postcocción (Donnan y McClelland 1999). norcosteños diferenciados en su cultura El otro rasgo distintivo fue la utilización material de aquellos que favorecían al estilo intensiva de moldes cerámicos para la fabri- Moche es una posibilidad que, aunque sus- cación de las vasijas Moche, lo cual permi- tentada principalmente en la producción de tió nuevas formas de organización de la la cerámica Gallinazo Negativo, deberá producción artesanal (Uceda y Armas 1998) incorporar el grado de relación con socie- y la reproducción masiva de motivos e ico- dades foráneas y el diseño y significado de nos escultóricos, aspecto sumamente rele- la arquitectura pública como aspectos im- vante para el registro de la presencia de portantes de las etnicidades regionales de poblaciones que habían adquirido la tecno- este periodo. logía cerámica Moche. No obstante, varias Las sociedades Moche ocuparon gran formas de vasijas, especialmente las em- parte de la Costa Norte durante los primeros pleadas en la cocina y en el almacenamien- ocho siglos de nuestra era, y desarrollaron to de productos, continuaron siendo elabo- intensivamente la agricultura por irrigación, radas manualmente y fueron decoradas con la pesca y recolección de recursos marinos, técnicas simples de modelado, incisión y y una producción artesanal llevada a cabo pintura. por especialistas a tiempo parcial y comple- Al interior del valle de Moche se consi- to. Los linajes de elite Moche auspiciaban dera que entre los siglos I a IV d.C. existía activamente la formación de un estilo dis- una entidad Gallinazo centralizada en el tintivo de arte público y mueble, dirigiendo sitio de Cerro Orejas, sobre el cuello de la la construcción de edificios ceremoniales de margen sur del valle medio. Según Billman adobe y la elaboración de cerámica, tejidos, (2002) esta organización sociopolítica no metalurgia y pinturas murales representan- solo estaba afiliada a los grupos Gallinazo do los rituales y mitos de la cosmovisión del valle de Virú, sino que además interac- norcosteña de la época (Larco 2001; Pills- tuaba activamente con las poblaciones se- bury 2001; Uceda y Mujica 1994, 2003). rranas del valle alto de Moche, vinculán- A diferencia de la cerámica con pintura dose a las zonas serranas de Otuzco. Para negativa, la alfarería decorada Moche pre- este mismo autor la emergencia de una 54 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 poderosa organización Moche en el lado sur consolidación del poder político en Huacas del valle bajo, alrededor de Huacas de de Moche (Fases Moche III y IV) de Moche, implicó el abandono de las relacio- aquellas del tiempo de fragmentación geo- nes del valle medio con los grupos altoan- política del valle (Fase Moche V) (Topic dinos y una homogeneización del panorama 1982, 1991; Uceda et al. 2008). Las parti- cultural local según los cánones Moche. La cularidades históricas de la evolución socio- mayoría de autores que han investigado en política Moche dentro del valle homónimo el valle de Moche concuerdan en dos aspec- entre el tiempo adscrito a las Fases IV y V tos: 1) que hacia mediados del período es un aspecto que tocaremos en extenso Intermedio Temprano (circa 400-500 d.C.) posteriormente. En términos generales, tan- ocurrió la desarticulación y/o integración to las poblaciones que propulsaron las tradi- definitiva de cualquier organización política ciones artísticas y los valores culturales intravalle no afiliada a los grupos Moche Moche como aquellas que eventualmente asentados en el valle bajo de Moche y que los adquirieron estuvieron compuestas por hasta entonces se hubiera mantenido afilia- un substrato general con bases en una am- da a las tradiciones culturales y estilísticas plia tradición étnica regional norcosteña, Gallinazo Negativo o nor-serranas y 2) que con familias nobles difundiendo entre sí este proceso condujo a un encumbramiento mismas (tanto al interior del valle como con del poder político de Huacas de Moche los valles costeños vecinos) y en sentido hasta mediados del siglo VII d. C. más vertical una “alta cultura” Moche, dife- La propia secuencia de desarrollo regio- renciada en mayor medida de aquellas de nal Moche ha sido sujeta a cuestionamien- otras sociedades regionales, especialmente tos en las dos décadas pasadas. Para el área las de la sierra norteña contigua. entre los valles de Chicama a Nepeña se acepta en términos generales una secuencia HUACA SAN IDELFONSO cerámica basada en la propuesta original de Larco (1948) de cinco fases de evolución Ubicación y contexto ecológico estilística, en las cuales se pueden distinguir -considerando la parcial superposición tem- Huaca San Idelfonso se localiza en la poral de los tiempos de popularidad de cada margen norte del valle bajo del Río Moche, una- las fases del tiempo de emergencia y a 6 km. al noreste de la ciudad de Trujillo. Centro de Investigaciones Precolombinas • 55 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt Sus coordenadas geográficas son 08 02´ talus sp. y Bostrix sp.), insectos, aves (Co- 30´´ de Latitud Sur y 78 58´ 40´´ de de ragyps atratus o gallinazo de cabeza negra, Longitud Oeste. Pertenece políticamente al Bubulcus ibis o garza, Athene cunicularia o Distrito El Porvenir, encontrándose sobre búho de arena), reptiles (familias Teiidae y una llanura delimitada por contrafuertes an- Gekkonidae) y mamíferos (Lyacalopex se- dinos que se elevan hasta los 600 m.s.n.m. churae o zorro costeño y Pillotis sp. o ratón El Cerro San Idelfonso se proyecta de este de campo). Las referencias de antiguos macizo, y sus flancos oeste y sur forman pobladores de El Porvenir indican que hasta parte respectivamente del sitio arqueológico la mitad del siglo XX la quebrada era y de la quebrada homónima (Fig. 3). ocupada estacionalmente por venados (Odocoileus virginianus) y pumas (Felis concolor), pudiendo ser utilizada en épocas de humedad para la crianza de ganado. El incremento de lluvias durante la ocurrencia del Fenómeno El Niño permite un notable aumento en la vida silvestre en la zona, sucediendo la aparición temporal de nuevas especies de aves y de especies vegetales como Prosopis pallida o “algarrobo” y Figura 3: Plano del sitio de Huaca San Idelfonso Capparis angulata o zapote (3). (Dibujo J. Gamboa) La muralla El sector corresponde a la Formación Pre-montano La estructura principal de Huaca San (ONERN 1973). La vegetación y fauna Idelfonso es un amurallamiento de casi 800 silvestres en la llanura son escasas, pero el m de longitud, que se origina junto al Canal área próxima de Quebrada San Idelfonso Vichanzao y continúa en trayectoria recti- muestra una comunidad biogeográfica ma- línea al noreste hasta la base de un espolón yor, con especies vegetales xerofíticas (Ti- rocoso del Cerro San Idelfonso (Fig. 4). En llandsia sp. y cactáceas), que sustentan a sus tramos finales la muralla esta recubierta una población de caracoles terrestres (Scu- parcialmente por depósitos de arena, y apa- Ecológica del Desierto 56 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 rece cortada por una escorrentía, reapare- al área cercana al inicio de la segunda sec- ciendo finalmente en la base de la montaña. ción de la muralla. Las características constructivas de la muralla permiten describirla en dos segmentos: Tramo elaborado con adobe La sección de la muralla elaborada con adobes mide 350 m de largo, con un ancho promedio de 2 m., y se prolonga hasta la base de Cerro San Idelfonso. La altura original de la estructura es desconocida, pero considerando una elevación mínima de 1 m, esta construcción incluiría un volumen de 700 m2 de adobes moldeados. Los Figura 4: Muralla de Huaca San Idelfonso (Foto: J. adobes empleados para la construcción de Gamboa, 2008) este tramo de la muralla son paralelepípedos, con lados lisos o estriados que eviden- Tramo elaborado con piedras canteadas y guijarros aluviales cian su fabricación en moldes de madera tallada o de cañas (Fig. 5 y 6). El primer segmento del muro se extiende desde el Canal Vichanzao hasta una colina rocosa, con un largo aproximado de 550 m. Esta sección de la muralla presenta una interrupción de 12 m en una zona donde afloran rocas graníticas. Esta parte de la Figura 5: Adobes marcados de Huaca San Idelfonso muralla fue elaborada con piedras angú- (Foto: J. Gamboa, 2008) losas y cantos rodados, a modo de un grueso muro de doble cara (de 2 a 2.50 m. de espesor), con rellenos interiores de cascajo. En el punto donde la muralla asciende el promontorio rocoso, un pozo de huaquero muestra la existencia de un revestimiento de Figura 6: Adobes elaborados en gavera de cañas adobes paralelepípedos sobre el paramento registrados en Huaca San Idelfonso (Foto: J. este de la estructura, este rasgo corresponde Gamboa, 2008) Centro de Investigaciones Precolombinas • 57 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt En 1998 y recientemente, pobladores función doméstica de esta parte del asenta- cercanos afectaron partes de la muralla (4), miento. Debido a la carga eólica sobre la especialmente con el fin de extraer adobes base de la montaña no se aprecian restos para la construcción de sus propias vivien- arquitectónicos sobre la superficie de este das. En el corte más grande efectuado para sector, siendo visible únicamente un canto la sustracción de adobes se aprecia la colo- aluvial aplanado utilizado como batán. cación alternada de los adobes en hiladas de soga y cabeza, así como paramentos enlu- La cerámica cidos con arcilla y capas de sedimentos producidos por lluvias. Entre los adobes Hacia ambos lados de la muralla y en la desmontados se encuentran varios tipos de base del cerro aparecen en superficie tiestos marcas incisas, como un punto central, una de cocción oxidante completa o imperfecta, línea diagonal, o la combinación de ambos pertenecientes a vasijas domésticas llanas y motivos. Las dimensiones de los adobes a piezas decoradas. La mayoría de frag- varían entre 33 x 20 x 13 cm, 30 x 20 x 14 mentos sin decoración se encuentra en el cm y 28 x 19 x 12 cm. Al este inmediato del área con desechos domésticos, correspon- muro aflora sobre la arena eólica una acu- diendo a vasijas empleadas en la cocción de mulación casi rectangular de adobes, que alimentos y en el almacenamiento de pro- podría representar una edificación adosada ductos, como cántaros de cuello divergente o adyacente a la cara oriental de la muralla. y base anular, cántaros de cuello convexo, ollas de borde corto divergente, y tinajas de Ladera sur de Cerro San Idelfonso borde reforzado. Algunos bordes de cántaros muestran “marcas de alfarero” en forma En la superficie del flanco meridional de de incisiones cortas (Fig. 7 A y B). Esta Cerro San Idelfonso se encuentran en super- cerámica comparte muchas de sus caracte- ficie restos malacológicos (Donax sp., Tur- rísticas formales con la producción alfarera bo níger, Choromytilus chorus, Fisurella de la ocupación Moche IV en Huacas de crassa, Scutalus sp.) y concentraciones de Moche (Chapdelaine 1998, 2003; Chapde- fragmentería cerámica llana y decorada, laine et al. 1997). ceniza y grumos de tierra calcinada. La La cerámica decorada incluye botellas, presencia de estos elementos indicaría la cántaros pintados, floreros, y figurinas. 58 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 También se observó un pequeño fragmento de molde para una figura escultórica. La pintura sobre cerámica aparece en tres variantes: engobes crema, rojo sobre crema y crema sobre rojo. La mayoría de cántaros pintados muestran motivos geométricos pintados simples (triángulos y bandas cruzadas) y fueron elaborados con pastas finas. Un elemento significativo para proponer una cronología relativa de Huaca San Idelfonso fueron los fragmentos de botellas de asa estribo hallados cerca a la muralla. Dos de ellos correspondieron a piezas Moche IV con decoración en línea fina representando “escenas de carreras rituales” (Hocquenghem 1987: Figs. 51, 54, 55), con personajes humanos o antropomorfizados portando pequeñas bolsas en una mano y ataviados con tocados en forma de felino rematados por láminas discoidales o trapezoidales (Fig. 8 A). Figura 7: Cerámica de la base de Cerro San Idelfonso. B. Bordes de cántaros (Dibujos: J. Gamboa) Otros fragmentos pertenecen estilísticamente al estilo Moche V, ahora reconocido como parcialmente contemporáneo con el estilo Moche IV. Se trataba de partes de una Figura 7: Cerámica de la base de Cerro San botella y de una figurina femenina vacía Idelfonso. A. Bordes de olla y cántaro con marcas (Figs. 8 B y C). El fragmento de botella de fabricante. (Foto: J. Gamboa) pertenecía a una pieza de cocción reductora Centro de Investigaciones Precolombinas • 59 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt incompleta (que creó una pared de coloración gris claro con superficie exterior oxidada), con pintura marrón grisáceo sobre crema que muestra a un personaje con camiseta de decoración escalonada y tocado similar al que portan algunos participantes de las “escenas de navegación y pesca” (Donnan 1978: Fig. 163; Donnan y McClelland 1999). Figura 8: Cerámica decorada de Huaca San Idelfonso. A. Fragmento de botella Moche IV. (Foto: J. Gamboa) Figura 8: Cerámica decorada de Huaca San En la superficie del sitio no se presentan materiales anteriores al Período Intermedio Idelfonso. B. Fragmento de figurina moldeada. C. Fragmento de botella Moche V (Fotos: J. Gamboa) Temprano o pertenecientes a la tradición alfarera Chimú. Estos últimos aparecen al Caminos oeste y este de San Idelfonso en proximidad al canal Vichanzao y a varios de los caminos prehispánicos que cruzan el área. 60 • Centro de Investigaciones Precombinas El estudio de Colleen Beck (1979: 79, 82) sobre los caminos prehispánicos en el ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 valle de Moche proporcionó valiosos datos el tráfico a lo largo de la margen norte del sobre las rutas de tránsito ubicadas alre- valle, como un punto intermedio entre dedor de Huaca San Idelfonso (Fig. 9), sitio Laredo y la zona de Cerro Cabras. Beck que fue identificado por esta investigadora (1979: 81) mencionó el desmantelamiento como un muro Moche III y IV vinculado a de los adobes de la muralla para habilitar la trayectoria de tres caminos prehispánicos parte de su Camino 4, pero es posible que (Beck 1979: 80). El Camino 1 corría en se refiriera en realidad al Camino 3, que sí paralelo y al oeste de la muralla, desapa- cortó la sección de adobes de la estructura. reciendo en la entrada a Quebrada de León, Según Beck el muro Moche pudo original- punto donde se unía al extremo noroeste del mente haber obliterado esa ruta de tráfico, Camino 2, el cual atravesaba la segunda la cual fue posteriormente reabierta. Otros sección del muro. El Camino 3, orientado caminos registrados al este de San Idelfonso de este a oeste, también pasaba transver- (Caminos 4, 5, 6, 7 y 9) formaron un siste- salmente sobre la muralla y se unía al extre- ma irregular pero mayormente orientado de mo sur del Camino 2. Los Caminos 2 y 3 este a oeste, usado durante los tiempos pudieron ser usados en tiempos preh- Moche y Chimú, y que se unían intermi- ispánicos tardíos, y existía una concentra- tentemente con los caminos ubicados al ción de fragmentos de cerámica Chimú al norte de Laredo. Beck (1979: 81) observó la noroeste de la unión de ambas rutas (ver presencia de tiestos Chimú en el extremo Beck 1979: Fig. 13, Sitio A). sur del Camino 8, una ruta con dirección norte sur, que conducía hacia el interior de una pequeña quebrada ubicada en el flanco oriental de Cerro San Idelfonso. Todas estas vías de tránsito estaban sobre el curso del Canal Vichanzao. El Camino 3 junto a los Caminos 4, 5 y 9 Figura 9: Caminos prehispanicos en el área de Huaca San Idelfonso (Fuente: Beck 1979: Fig. 13) pudieron conformar la ruta principal del área hacia Laredo. Esta ruta podría haber continuado al oeste -cruzando el cauce de La autora indicó que el área de San Quebrada San Idelfonso- hacia el sector de Idelfonso pudo ser una ruta importante para Florencia de Mora, un sitio de categoría Centro de Investigaciones Precolombinas • 61 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt superior, y la falda este de Cerro Cabras, solo a algunas partes de la muralla, pudien- donde se iniciaba el camino de Río Seco do ubicarse marcas adicionales en los que permitía salir del valle. Los Caminos 1, tramos restantes. 3 y 8 habrían servido, por el contrario, Los acumulamientos de adobe cercanos como vías transversales a la ruta principal, al lado este de la segunda sección de la sirviendo como senderos para acceder a las muralla parecen corresponder a arquitectura quebradas de la zona. asociada directamente a esa estructura. Es prematuro hablar de construcciones residen- Evidencias de jerarquización social en ciales, pero la existencia de cerámica fina San Idelfonso en la superficie indica que ese sector pudo ser un espacio dedicado a las actividades de Los 700 m2 de adobes de la segunda grupos de mayor status o que desarrollaban sección de la muralla equivaldrían a 83,300 actividades especiales. La presencia sobre adobes (a un promedio de 119 adobes de 30 el flanco sur del cerro San Idelfonso de x 20 x 14 cm por cada m2). La presencia de restos alimenticios, áreas de quema, y cerá- adobes con marcas incisas en San Idelfonso mica mayormente domestica señalaría que indicaría que la elaboración de su monu- ese sector tuvo un carácter distinto, posible- mental muralla pudo ser realizada en el mente asociado a la preparación de alimen- marco de una organización de tributo labo- tos y a la residencia de pobladores en ral por grupos distintos de trabajadores ante viviendas de materiales perecederos. una autoridad gubernamental central (y sus La ocurrencia de cerámica con icono- representantes en el asentamiento), con grafía compleja implica que este asenta- cada marca identificando la producción es- miento contó entre sus ocupantes con indi- pecífica de una entidad étnica discreta o de viduos que podían acceder a estas piezas de un grupo de intereses socioeconómicos co- alta calidad. Sí las botellas no eran elabo- munes (Hasting y Moseley 1975). El asen- radas localmente, el sitio pudo ser parte de tado de los adobes pudo organizarse en de una red de intercambio de cerámica fina forma distinta, puesto que varias de las mar- y otros artículos con centros mayores cas aparecen en un mismo segmento cons- Moche. Las prácticas religiosas desarrolla- tructivo. Debemos recordar que los tres das en Huaca San Idelfonso pudieron haber tipos de incisiones registradas corresponden incluido la celebración calendárica o even- 62 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 tual de ceremonias desarrolladas en ámbitos tadas por la arena, pero que incluyó núcleos desérticos, como las denominadas “batallas poblacionales de diverso tamaño y comple- rituales” y las carreras de portadores de jidad, canales y caminos intra e intervalle. pequeñas bolsas conteniendo pallares gra- Estas evidencias se asocian a los estilos bados (Donnan 1978; Hocquenghem 1987), cerámicos Moche III (300-550 d.C.), Mo- así como ritos de recolección del caracol che IV (450-750 d.C.) y Moche V (600-800 Scutalus sp. en las lomas y quebradas d.C.), reconocidos ya no como fases cultu- próximas. Las actividades económicas infe- rales consecutivas sino como manifesta- rídas para los ocupantes del sitio debieron ciones estilísticas parcialmente contemporá- incluir la producción agrícola de regadío en neas (Uceda et al. 2008). la planicie próxima y la explotación de especies de plantas y animales al interior de Canales de irrigación las quebradas próximas. Sobre la sección norte del valle bajo de EL PATRÓN DE ASENTAMIENTO Moche discurren tres canales primarios, MOCHE EN LA MARGEN NORTE cada uno con su bocatoma localizada al este DEL VALLE BAJO DE MOCHE de Galindo en el valle medio, en proximidad al sector de Cerro Blanco. Cabe La presencia de Huaca San Idelfonso en señalar dos aspectos importantes de la cons- la literatura arqueológica es escasa, aún trucción y empleo de estos canales. Prime- cuando fue reconocida por Rodríguez Suy ro, la trayectoria de los mismos no perma- Suy (1971) como uno de los asentamientos neció inalterable a lo largo de los siglos de asociados al canal Vichanzao. Con posterio- su funcionamiento, en realidad presentaban ridad el sitio fue inventariado por Ravines y tanto reparaciones ante los daños causados Matos (1983), pero no se especificó su filia- por aluviones y desbordes como traslados ción cronológica. Huaca San Idelfonso for- hacia elevaciones mayores, usualmente a mó parte de un conjunto de asentamientos través de la excavaciones de nuevos cauces Moche distribuidos en la margen derecha paralelos a los anteriores (Moseley y Deeds del valle bajo de Moche, parte de los cuales 1982: 42, Figuras 2.2 y 2.3). Segundo, fue destruido por actividades agrícolas y durante la época Moche al igual que ahora, urbanísticas posteriores o aún yacen sepul- los canales debieron haber servido como Centro de Investigaciones Precolombinas • 63 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt vías de tránsito pedestre sobre sus gruesos El único fechado rediocarbónico reporta- bordes, en los cuales se acumulaban los do para la ocupación Moche en el lado materiales extraídos de los cauces durante norte del valle bajo de Moche procede de las labores periódicas de limpieza de barro un canal secundario proximo a La Mochica y maleza. denominado Canal A de Pampas La Esperanza, localizado al noreste de Chan Chan y Canal La Mochica que produjo una fecha sin calibrar de 550 +/- 80 d.C. (Pozorski 1987: Tabla 1), lo Se trata del canal primario más bajo cual concuerda con la presencia de cerá- localizado en la banda norteña del valle. La mica Moche III y mayormente Moche IV construcción de su tramo inicial debió ser dentro del área. El Canal A discurría entre iniciada junto a la del Canal Moro en el los Canales La Mochica y Vichanzao y Período Inicial (1800-1000 a.C.) por las pudo haber funcionado hasta la primera primeras entidades Cupisnique del valle, parte del Período Intermedio Tardío, cuan- dado que en su primer tramo permitía la do fue parcialmente anulado por la cons- irrigación de los sectores de Caballo Muerto trucción perpendicular a su cauce de dos -la principal concentración de edificios nuevos canales secundarios Chimú (Pozors- públicos Formativos del valle de Moche- y ki 1987: 113). de Sacachique (o Huaca Caña). En el Período Intermedio Tardío (siglos X-XV Canal Moro d.C.) el curso de La Mochica fue ampliado, alcanzando 31 km. de largo hasta las pla- El Canal Moro irriga la parte alta de la nicies eriazas bajas de Pampas La Esperan- sección oriental de la planicie costera desde za y el área en proximidad a Huanchaco. el punto de las bocatomas hasta el límite Las evidencias de funcionamiento de esta ente El Porvenir y Laredo. Hacia el siglo VI extensión del canal La Mochica en el Perío- d.C. los Moches decidieron ampliar el área do Intermedio Temprano aún no son con- agricola situada a mayor elevación que el cluyentes, pero es probable que su curso en curso de La Mochica, ello habría motivado la parte más baja del área también se inicialmente la ampliación al oeste del iniciara en ese tiempo (Billman 2002: 379, Canal Moro, y, finalmente, la construcción 383; Moseley y Deeds 1982: 42). de un nuevo canal más elevado que ahora 64 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 conocemos como Canal Vichanzao, crean- Asentamientos y caminos do un complejo cuadro de experimentación de trayectorias de canales y de elevamiento Laredo y Complejo Caballo Muerto progresivo de los mismos en la zona entre Laredo y Pampas La Esperanza. Los datos publicados sobre la presencia Moche en las planicies cultivadas y desér- Canal Vichanzao ticas de Laredo proceden principalmente de Caballo Muerto, un sector donde se ha El canal Vichanzao alcanzó una longitud reportado la presencia de ocupaciones Mo- de 30 km., extendiéndose hasta la planicie che sobre una serie de plataformas que da- cortada por la quebrada de Río Seco, al tan del Período Formativo (circa 1800-200 noroeste de Pampas La Esperanza. La cons- a.C.). trucción del Canal Vichanzao no habría Caballo Muerto es un complejo de ocho sido producto de un evento único, sino de plataformas aterrazadas localizadas a 16 km una serie de elevaciones progresivas del del Océano Pacifico (Pozorski 1983; Wata- curso de canales más antiguos. Aunque se nabe 1976). Adicionalmente, este sitio se carece de datos sobre el momento preciso halla en proximidad al centro Moche de en que alcanzó su mayor longitud durante el Galindo (Bawden 1982; Lockard 2008). Período Intermedio Temprano, Moseley y Como Pozorski (1982) y Billman (2002) Deeds (1982: 37) indicaron que la elabora- han argumentado, la localización de Caba- ción del cauce del Vichanzao alteró un llo Muerto fue crucial para el control de la cementerio Moche III, lo cual señalaría una sección inicial de los canales de irrigación contrucción en la segunda mitad de este en esa parte del valle. Caballo Muerto es período, posiblemente hacia el siglo V d.C. mejor conocido por ser el mayor centro El Vichanzao permitió completar la irrig- Cupisnique en el valle de Moche, con in- ación de las planicies altas de El Porvenir, vestigaciones arqueológicas que han produ- Florencia de Mora y el lado noreste de cido fechas de Carbono 14 para esa ocu- Pampas La Esperanza, discurriendo en cer- pación de entre inicios del segundo milenio cana proximidad a los sitios con ocupación a mediados del primer mileno a.C. (Chau- Moche IV de Huaca San Idelfonso y Huaca chat et al. 2006; Nesbitt et al. en prensa; Florencia de Mora. Pozorski 1976, 1983). Sin embargo, las di- Centro de Investigaciones Precolombinas • 65 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt versas excavaciones efectuadas en las plata- En términos generales, la presencia Mo- formas han revelado evidencias de reocupa- che en Caballo Muerto ha sido poco estu- ciones Salinar (circa 200 a.C.-100 d.C.), diada, y ninguno de los trabajos de exca- Moche (circa 100-800 d.C.), Chimú y vación desarrollado al interior del área ha Chimú-Inca (circa 900-1532), en forma de sido enfocada específicamente en ese tema. entierros, ofrendas, y arquitectura (Chau- Las investigaciones recientes de Jason Nes- chat y Guffroy 2003; Donnan y Mackey bitt entre 2007-2008 en Huaca Cortada, 1978: 40-41, 82-83, 364; Nesbitt et al. ms). Huaca La Cruz y Huaca Curaca sin embar- El único entierro Moche conocido para Ca- go han permitido documentar una cantidad ballo Muerto fue localizado en el lado significativa de materiales cerámicos Mo- noroeste del cerro donde se ubica Huaca che (Nesbitt et al. en prensa, Nesbitt et al. Guavalito (Donnan y Mackey 1978: 22, ms.). 81). Las excavaciones recientes en Huaca En Huaca de los Reyes, la plataforma Cortada, un edificio de 20 m de altura, Formativa mejor conocida (Pozorski 1976; produjeron abundantes materiales Moche. Watanabe 1976), las evidencias de reocupa- Gran parte de estas evidencias procedieron ción Moche son muy escasas, aunque Po- de un grueso depósito de escombros de la zorski menciona que varios de los edificios trinchera de saqueadores que corta la facha- Formativos del sitio, incluyendo Huaca da oriental de la plataforma. Dentro de esa Guavalito, Huaca Herederos Grande, Huaca capa se recuperaron numerosos fragmentos Herederos Chica, Huaca la Cruz, y Huaca de cerámica Moche IV con decoración en San Carlos tienen reocupación Moche (Po- línea fina, incluyendo partes de floreros, zorski 1976: 19, 31, 37, 42). Por otro lado, botellas de asa estribo, cántaros y vasijas ha sido reconocida una estrecha relación retrato (Fig. 10 A-E). En Huaca La Cruz entre la iconografía del Horizonte Tempra- solo se recuperó un fragmento de botella no y las imágenes míticas Moche, lo que ha Moche IV, pero se pudieron registrar evi- conducido a algunos autores a proponer una dencias substanciales de una ofrenda del continuidad o el reavivamiento de atributos período transicional entre Moche y Chimú, de las divinidades Cupisnique en las repre- en forma de un cráneo humano y piezas de sentaciones sobrenaturales Moche (Cordy- cerámica colocadas en la plaza delantera del Collins 1992). edificio (Nesbitt et al. ms.). 66 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 A E Figura 10: Cerámica Moche IV de Huaca Cortada. A, B, C, D y E. Fragmentos de floreros y botellas (Fotos: J. Nesbitt, 2008) En el caso de Huaca Curaca, la limpieza de un pozo de huaquero permitió registrar un muro de piedra asociado a un piso conteB niendo una capa de desechos con fragmentos de cerámica Moche. La mayoría de los tiestos recuperados en este contexto se caracterizó por pertenecer a vasijas con engobes rojo y crema, así como fragmentos de piezas con pintura en línea fina. La muestra cerámica de Huaca Curaca contuvo una proporción menor de floreros en relación a C aquella procedente de la cercana Huaca Cortada (Fig. 11 A-C). La alfarería decorada dominó las asambleas cerámicas de Huaca Cortada y Huaca Curaca. Esto contrasta con las muestras procedentes de excavaciones conducidas en los campos agrícolas alrededor de Huaca D Cortada. En esas intervenciones toda la cerámica Moche careció de decoración pin- Centro de Investigaciones Precolombinas • 67 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt tada o moldeada, perteneciendo en cambio Las diferencias en la cerámica documen- a formas utilitarias y domésticas como cán- tada en montículos y bajo los actuales cam- taros y ollas con pastas naranja. Ocasional- pos agrícolas son contundentes e indican mente, algunos de los tiestos hallados en la distintas actividades conducidas por la po- periferia de Huaca Cortada presentaban en- blación del sitio en la segunda mitad del gobes crema al exterior. Período Intermedio Temprano. El predominio de materiales decorados tales como floreros y botellas indica que la ocupación de algunas plataformas por los Moche fue significativa y posiblemente asociada al desarrollo de actividades ceremoniales. Tanto Huaca Cortada como Huaca La Cruz fueron abandonadas varios siglos antes de ser reocupadas en tiempo Moche IV. Es probable que el uso de esos monumentos por la gente Moche representara un reconocimiento de Caballo Muerto como un importante lugar histórico asociada a sus ancestros. Otras evidencias de la ocupación Moche en el Complejo Arqueológico de Caballo Muerto se localizan en el Cerro La Virgen, una elevación rocosa que ocupa el extremo sur del área. En los flancos norte, oeste y este de esta montaña se observan diversos muros de terrazas bajas y fragmentos de cerámica oxidada Moche (asi como tiestos de clara filiación Chimú). En la parte alta del cerro se encuentra un recinto rectan- Figura 11: Cerámica Moche IV de Huaca Curaca. gular amplio, con muros de piedra tosca- A, B y C. Fragmentos de cántaros decorados (Fotos: mente canteada asentada con barro, en cuyo J. Nesbitt, 2008) interior se encuentran fragmentos de cerá- 68 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 mica diagnóstica Chimú y en menor propor- de cerámica Moche IV y V, arquitectura ción Moche. La cima de Cerro La Virgen con adobes marcados, áreas con restos do- presenta una estructura platafórmica masi- mésticos y un camino prehispánico (Pérez va, construida con muros de contención de 1994: 228). Una década después, Eulalia piedra y rellenos de adobes tramados; aun- Ramírez y María Wong (1984) de la Uni- que se encuentran solo escasos fragmentos versidad Nacional de Trujillo realizaron una de cerámica oxidada, la presencia de adobes serie de pozos de prueba en el sitio, docu- paralelepipedos elaborados en gaveras de mentando la superposición de rellenos de caña permite asignar a este edificio una adobes tramados, pisos de barro interca- cronología en el período de ocupación Mo- lados con rellenos de arena, y capas de che del complejo. El extremo noroeste de la sedimentos ocasionados por lluvias (Fig. 13 montaña aparece como un espolón rocoso, A), así como partes de un edificio fuerte- sobre el cual se inicia una muralla elabo- mente afectado por huaqueros y pobladores rada con piedra canteada, la cual desciende modernos, recuperándose en uno de los ca- hasta la base del cerro, reapareciendo al teos una botella escultórica de asa estribo norte sobre el Cerro La Cruz (donde se Moche IV (Fig. 13 B) con la representación superpone al edificio platafórmico Forma- de un personaje antropomorfo con cabeza tivo de Huaca La Cruz) y el flanco sur de de zorro (Ramírez y Wong 1984; Pérez Cerro San Lorenzo. 1994). En 1986 el Instituto Nacional de Cultu- Huaca Florencia de Mora (o Huaca ra-Filial La Libertad intervino en el sitio Vichanzao) ante la depredación causada por los pobladores cercanos. En los trabajos extensivos Este sitio dotado de arquitectura monu- realizados se registraron varios sectores de mental se localiza junto al curso del canal una plataforma construida con adobes de Vichanzao, aproximadamente en la parte lados lisos o estriados y con piedras can- central de la margen norte del valle bajo de teadas (estás últimas empleadas en las es- Moche. En 1973 los integrantes del Chan quinas del edificio). La plataforma presen- Chan-Moche Valley Project registraron taba paramentos enlucidos y pintados en Huaca Florencia de Mora con el nombre de rojo, blanco y amarillo, reportándose nue- Huaca del Arenal, observando la presencia vamente cerámica Moche IV así como frag- Centro de Investigaciones Precolombinas • 69 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt mentos de cerámica Moche III en rellenos Una referencia etnohistórica a Huaca constructivos y sobre los pisos de tierra Florencia de Mora y al sector colindante de (Pérez 1994: 231-233). Nuevas labores Mampuesto fue publicada por Rischar et al. arqueológicas del Instituto Nacional de Cul- (1998: 25). Estos autores hicieron referen- tura al año siguiente determinaron la planta cia a campos de cultivo prehispánicos local- cuadrangular de la plataforma de Huaca zados en las terrazas aluviales de la margen Florencia de Mora, de 87 m en uno de sus izquierda de la quebrada. Actualmente, lados (Fig. 12). Un detalle importante de los Huaca Florencia de Mora ha pasado a trabajos de 1986 y 1987 fue el registro en formar parte de la jurisdicción del Distrito los adobes de la arquitectura conservada y El Porvenir, encontrándose rodeada por las de los escombros de 130 “marcas de fabri- viviendas y calles de una creciente pobla- cante” formalmente distintas (Fig. 13 C). ción moderna. Esta gran cantidad de marcas evidenciaría que el sitio pudo presentar vínculos no solo Pueblo Joven de Pampas La Esperanza y con las poblaciones cercanas sino también el sector norte de Chan Chan con otros sectores del valle (Pérez 1994: 243). La referencia al sitio de Pueblo Joven, ubicado por el Chan Chan-Moche Valley Project, es proporcionada por Beck (1979: 90-92), que lo describe como una concentración de 40 estructuras de piedra ubicada en la parte norcentral de Pampas La Esperanza cerca al área de Río Seco, indicando tanto la existencia de un estudio inédito detallado del sitio, como la asociación con los canales del área y su pertenencia a la Fase V (Beck 1979: Nota 22). Adicionalmente, Beck (1979: 91), indicó la existencia Figura 12: Plano de Huaca Florencia de Mora (Fuente: Pérez 1994) 70 • Centro de Investigaciones Precombinas de pequeñas “huacas” Moche III-IV en Pampas La Esperanza. ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 Figura 13: Arquitectura monumental en Huaca Florencia de Mora. A. Rellenos masivos de adobes tramados (Fuente: Ramírez y Wong 1984: Foto 6). B. Botella de asa estribo Moche IV registrada en Huaca Florencia de Mora (Fuente: Pérez 1994). C. Adobes marcados (Fuente: Ramírez y Wong 1984: Foto 7) Para la zona sur de Pampas La Esperanza, Beck (1979: 91, Fig. 16) también indica la presencia del Camino 1, carente de bordes de piedra y que corría de sureste a noroeste por debajo del curso del Canal Vichanzao. Durante la ocupación Moche esta vía pudo servir para el tránsito al oeste de Cerro Cabras, comunicando la zona al sur de Huaca Florencia de Mora con el abra que conducía a Chicama. El Camino 1 fue alterado por la construcción del sitio de Pueblo Joven y por la trayectoria de varios canales (Beck 1979: 91-92), pudiendo estar fuera de uso en tiempos Chimú, al encontrarse en medio del área de canales de la parte septentrional de Chan Chan. Centro de Investigaciones Precolombinas • 71 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt Sector norte de Pampas La Esperanza preparación de alimentos, actividad que incluía molienda en un batán ubicado en el Esta área se encuentra fuertemente afec- patio. La cerámica hallada en esta residen- tada por el crecimiento del Distrito La cia comprendía una alta proporción de ollas Esperanza y del sector El Milagro, hecho ya y cántaros domésticos con base pedestal anotado en la década de 1970 por los inves- (Fig. 15). tigadores de los proyectos Chan ChanMoche Valley y Riego Antiguo, quienes identificaron varios sitios prehispánicos asociados a canales de irrigación. En 1997 uno de los sectores con arquitectura fue investigado por un equipo de la Universidad Nacional de Trujillo dirigido por Carlos Deza. El reporte de las excavaciones permite reconocer una vivienda asociada a material cerámico Moche IV y en menor proporción Moche V (Cossio et al. 1997). La estructura fue definida por sus inves- Figura 14: Vivienda rural Moche en Pampas La Esperanza. Dimensiones 12 m por 10 m (adaptado de Cossio et al. 1997: Lám. 4) tigadores como una residencia rural aislada, edificada con cimientos gruesos de cantos La planificación de esta residencia rural rodados, con pisos de barro sobre rellenos es parcialmente similar a la de los conjuntos de tierra y desechos. El conjunto contenía habitacionales en Huacas de Moche y Ga- un patio central cuadrangular dotado en la lindo. En todos ellos es recurrente la pre- esquina norte de una pequeña plataforma sencia del patio como elemento nuclear de con tres escalones de acceso (Fig. 14). la vivienda y como espacio de cocina. Sin Otros componentes de la vivienda fueron embargo, en Huacas de Moche los patios varios recintos menores, algunos de planta centrales de las residencias presentaban cuadrangular y con un espacio interior de banquetas laterales y eran accedidos me- 1.5, 2 y 3 m2, identificados como depósitos. diante corredores que los conectaban a las El patio y un ambiente colindante presen- calles de la red urbana. En Galindo por su taban restos orgánicos y áreas de quema y/o parte se encuentran casos de viviendas con 72 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 dos patios, uno dedicado a la preparación de 16). Esta ruta de tráfico fue usada inten- alimentos y otro conteniendo banquetas samente en el Período Intermedio Tempra- techadas (Bawden 1982: 310). Un rasgo no, siendo cortada tardíamente por las particular de la residencia en Pampas La construcciones Chimú del Canal Intervalle Esperanza son los depósitos, ubicados en de irrigación La Cumbre y de la muralla de varios lados del conjunto y no en hileras piedra que corre entre Cerro Campana y el contiguas como en los conjuntos domésti- flanco este de Cerro Cabras. cos de Huacas de Moche. Figura 16: Caminos prehispánicos en el área entre Cerro Campana y Cerro Cabras (Fuente: Beck 1979: Fig. 15) En la sección meridional de esta parte periférica del valle bajo de Moche, Beck Figura 15: Bordes de cantaros domésticos de identificó seis caminos, la mayoría con vivienda Moche en Pampas La Esperanza (Fuente: trayectorias de sureste a noroeste y que en Cossio et al. 1997: Fig. 8) varios casos corrían en paralelo. Los Cami- Caminos entre Cerro Campana y Cerro nos 2 y 5 fueron las vías principales. El Cabras y el sitio de Río Seco Camino 2 se hallaba en el extremo sur de la ruta y se iniciaba cerca al cauce de la Beck (1979: 82-89, Figs. 14-15) inves- Quebrada de Río Seco, pudiendo haberse tigó el sistema de caminos prehispánicos conectado originalmente con la ruta este- que se iniciaba junto al flanco este de Cerro oeste que cruza el área de San Idelfonso. El Cabras para continuar por varios kilómetros Camino 5 era de marcada trayectoria recti- al noroeste rumbo al valle de Chicama (Fig. línea y se iniciaba en el abra al este de Centro de Investigaciones Precolombinas • 73 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt Cerro Cabras. Los Caminos 3 y 4 eran para- che. La proximidad entre el Camino 4 y el lelos al Camino 5, y parecen versiones tem- edificio Cupisnique, y la ocurrencia de pranas y más cortas de este último. El aluviones observada en ese camino pero no Camino 1 en cambio corría por los flancos en el Camino 5 indican que la ruta inter- este y sur de Cerro Cabras, dirigiéndose valle al este de Cerro Cabras estuvo en uso hacia el área de Huaca Florencia de Mora, durante el Horizonte Temprano. El Camino mientras que el Camino 6 pudo ser una ruta 5 formó parte de la ruta de los Moche hacia de ingreso hacia la parte alta de la Quebrada el valle de Chicama (Beck 1979: fig. 14), de Río Seco. sin embargo a 8 km al norte de Cerro El Camino 5 fue la vía principal de la Cabras este camino deja de ser evidente, zona durante el Período Intermedio Tem- por lo cual Beck considero que probable- prano y se asociaba directamente al asenta- mente continuaba hasta unirse con los miento Moche de Río Seco, identificado Caminos 7 y 8 del mismo sector (de 7 y 3 por Beck (1979: 84-85) como Sitio B (o km de largo respectivamente), que muestran H1929). La contemporaneidad entre el sitio una orientación similar a la del Camino 5 y de Río Seco y el Camino 5 indicaría que que se proyectaban hacia la margen del área esta vía estuvo en uso al menos desde tiem- agrícola en el lado sur del valle bajo de pos Moche III (Beck 1979: 84), empleán- Chicama. dose también durante el Período Intermedio El asentamiento de Río Seco cubre un Tardío. La ubicación del asentamiento Mo- área de 260 m por 60 m y comprende dos che en proximidad al punto donde termina hileras de recintos rectangulares, elaborados la parte mejor conservada del Camino 4 con piedras y barro y ubicados a cada lado puede indicar una relación entre el aban- del Camino 5 (Fig. 17), el cual presenta 15 dono de esa vía y la aparición de esta con- m de ancho al interior de la aldea, amplián- centración de estructuras. dose hasta 25 m en otras partes de su Entre los Sitios A y B se encuentra una trayectoria. Dos estructuras fueron excava- estructura rectangular de piedra asociada al das por Bankes (1971), quien encontró frag- Camino 4, esa edificación fue excavada por mentos de cerámica mayormente Moche Bankes (1971: 120) y pertenece a la mani- IV, y en menor proporción Moche III y festación Cupisnique del Horizonte Tem- Chimú. Más recientemente, Carlos Deza y prano, con reocupaciones Gallinazo y Mo- Marco Rodríguez (2003: 271- 273) pros- 74 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 pectaron el sitio, señalando que la mayoría 60 m por 8 m) de recintos pequeños conti- de muros fueron elaborados con cantos guos y de diverso tamaño, que cubren los rodados que formaban un doble paramento extremos de esa parte de la aldea. Un tercer con rellenos interiores de tierra, ubicando grupo de amplias estructuras rectangulares también una estructura de 1 m por lado ubicadas al oeste del sitio pudieron servir construida con adobes, aunque no especifi- como áreas abiertas o corrales. caron la ubicación exacta de esa construcción (Deza y Rodríguez 2003: 270). En la superficie de los recintos se presenta fragmentaria cerámica, con partes de cántaros domésticos o decorados, cántaros escultóricos, botellas de asa estribo o de asa lateral, ollas, y figurinas moldeadas, así como restos Figura 17: Sitio Moche de Río Seco (Fuente: Deza y Rodríguez 2003: 266) orgánicos de especies malacológicas terrestres y marinas, y en menor proporción de mamíferos terrestres. Deza y El sitio muestra dos tipos de estructuras Rodríguez (2003: 268) señalaron el proba- morfológicamente diferentes. El primer ble uso doméstico del primer grupo de grupo se concentra en el lado este del construcciones, así como la función del si- camino y comprende al menos dos conjun- tio como un puesto de control y aprovisio- tos separados por una depresión del terreno, namiento del trafico intervalle. con acceso directo al camino y con múltiples recintos distribuidos alrededor de un Prácticas funerarias patio abierto. Ambos conjuntos se ubican en el extremo sureste del sitio y miden 20 Los contextos funerarios Moche registra- por 15 m. Otro probable conjunto se ubica dos por arqueólogos y publicados hasta la al noreste del asentamiento y mide 25 por fecha para la margen norteña del valle bajo 20 m, aunque presenta menos divisiones de Moche son sumamente escasos, y se internas. El segundo grupo de estructuras se limitan a los entierros documentados por el localiza al oeste del camino y está formado Chan Chan-Moche Valley Project (Donnan por dos grupos alargados (40 m por 8 m y y Mackey 1978) durante los años de 1969 y Centro de Investigaciones Precolombinas • 75 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt 1974 en los sectores de Huanchaco y Caba- tendido, conservando sus vértebras cervica- llo Muerto. Por ese motivo reunimos en esta les, y con los brazos a los lados del cuerpo, sección las referencias a contextos funera- mientras que el segundo personaje estaba rios del Período Intermedio Temprano do- apoyado sobre su lado derecho, con las cumentados en valle bajo de Moche así piernas semiflexionadas, el brazo derecho al como aquellos procedentes de Huanchaco y costado del torso y el brazo izquierdo dis- que han sido referidos como asociados a la puesto en ángulo recto sobre el pecho. Tam- tradición cultural Gallinazo. bién se observa la presencia de una mandíbula, ubicada en proximidad al primer Entierros Gallinazo en Huanchaco individuo. El segundo contexto registrado en 1989 Durante las investigaciones realizadas a por los arqueólogos Genaro Barr y Jorge fines de la década de 1980 por el Instituto Sachún pertenecía a un adolescente de 12 Nacional de Cultura-La Libertad y la Uni- años, que fue inhumado, posiblemente al versidad Nacional de Trujillo en el sector interior de una fosa, en un pequeño recinto de Huanchaco conocido como Pampa La identificado tentativamente como un “recin- Cruz o La Poza se documentaron dos con- to abastecedor”, que contenía vasijas do- textos funerarios que han sido interpretados mésticas y fogones y que fue ubicado a 170 como pertenecientes a la sociedad Gallina- m al este del edificio platafórmico denomi- zo. nado Montículo 1 (Barr 2000: Figs. 4 y 5). El primero entierro fue excavado por Este entierro se caracterizó por presentar el Sánchez y Tinta (1990), y consistió en una fondo de una gran vasija llana como soporte tumba de fosa definida por un muro bajo de para el cuerpo del individuo, el cual mos- piedras y que contenía los cuerpos de dos traba las piernas fuertemente plegadas hacia adultos y ofrendas cerámicas del estilo Ga- el lado izquierdo del torso y los brazos do- llinazo. Ambos individuos carecían del blados en ángulo recto sobre el abdomen cráneo, pero sus cuerpos se hallaban articu- (Barr 2000: Foto 7). Los dos contextos lados y fueron dispuestos en sentido norte- funerarios descritos aparecen identificados sur. La fotografía publicada de este contex- como pertenecientes a la cultura Gallinazo, to (Barr 2000: Foto 5) permite apreciar que sin embargo esta interpretación ha sido uno de ellos yacía casi completamente ex- cuestionada en los últimos años, y amerita 76 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 una nueva evaluación donde se destaquen tórica de animales con extremidades cortas las particularidades del tratamiento mortuo- y robustas y de cola larga y ancha. rio en estos entierros, su asociación estratigráfica y la presentación completa de los materiales registrados como ofrendas y como parte del relleno de las tumbas. Entierro en Caballo Muerto El único entierro Moche reportado hasta ahora en el sector limítrofe con el valle medio correspondía a una mujer joven sepultada en una fosa simple, al interior de un recinto amplio localizado en el flanco noroeste del cerro donde se ubica Huaca Guabalito (Donnan y Mackey 1978: 22, 8185). El cuerpo estuvo colocado en posición decúbito dorsal, orientado de noreste a suroeste, y con la cabeza dispuesta hacia el oeste (Fig. 18). La mano derecha yacía sobre la región pélvica. Las ofrendas mortuorias de este personaje consistieron en tres láminas circulares de cobre dobladas y colocada en la boca y junto a cada mano, tres cántaros finos (dos con pintura crema, roja y negra orgánica y uno con engobe llano crema) dispuestos junto a las extremidades inferiores, y una botella de asa estribo Moche III localizada junto al cráneo, está última pieza se hallaba junto a la cabeza y Figura 18: Entierro M-III 4 de Caballo Muerto (Fuente: Donnan y Mackey 1978: 83) estuvo decorada con la representación pic- Centro de Investigaciones Precolombinas • 77 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt Entierros en Huanchaco individuo juvenil (Barr 2000: Fotos 6a-b, 7). La cerámica completa hallada en este La mayoría de datos sobre las prácticas recinto careció de decoración moldeada, y funerarias Moche para el lado norte del aunque ha sido descrita como perteneciente valle bajo de Moche proceden de intervén- al estilo Gallinazo ciertamente comparte ciones arqueológicas en la localidad litoral rasgos formales con algunos componentes de Huanchaco, específicamente en el sitio de la cerámica doméstica del sitio de Hua- Pampa La Cruz. Antes de iniciar la descrip- cas de Moche. Otros trabajos desarrollados ción de los contextos funerarios Moche de por entonces en Pampa La Cruz condujeron Huanchaco debemos revisar la información al registro de secuencias estratigráficas de pertinente a las evidencias habitacionales en hasta 3 m de profundidad con materiales la zona de Pampa La Cruz, las cuales inclu- cerámicos Salinar y Gallinazo Temprano, yen al Montículo 1, muros perimetrales de consistentes en los tipos Blanco sobre Rojo, piedra, construcciones menores, y restos de Castillo Modelado y Castillo Inciso (Men- campos de cultivo y canales de riego. doza et al. 1989; Sánchez y Tinta 1990; Si bien el número de trabajos inéditos en Barr 2000: 17-18). Huanchaco supera al de aquellos publica- Dos décadas antes, en 1969 un grupo de dos, es posible reconocer la existencia de un entierros Moche IV fue excavado en la mis- asentamiento importante, parte de cuyas ma zona arqueológica de Huanchaco (Don- estructuras aparecían en superficie hacia nan y Mackey 1978: 17, 188-207). Estos 1980, y que ha sido severamente afectado entierros se hallaban al interior de otro por la expansión urbana. Uno de los secto- sector arquitectónico aparentemente domés- res con arquitectura excavado en 1989 (Barr tico, localizado a 50 m al noreste del recinto 2000: 18-19) presentó como principales publicado por Barr (2000: Fig. 5) y cons- evidencias un ambiente de 6 por 2 m, truido con piedras y mortero de barro y que delimitado por muros de cantos rodados estuvo dotado de recintos amplios y meno- unidos con barro y que mostraba un piso de res, pequeños “depósitos” rectangulares, un tierra conteniendo zonas de combustión, corredor central y vasijas domésticas dis- concentraciones de desechos orgánicos, una puestas al interior de los ambientes. Dos de serie de cántaros de cuello convergente o los contextos funerarios correspondieron a recto evertido, así como el entierro de un cámaras mortuorias rectangulares construi- 78 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 das con piedras. A pesar que la ocupación niveles de relleno subyacentes hasta alcan- Moche en Huanchaco se prolongó entre las zar la capa de arena estéril. La primera Fases III y IV (Donnan y Mackey 1978: cámara (M-IV 20) midió 1.90 m por 0.75 189), los entierros de la Zona B correspon- m, y se orientaba de noreste a suroeste dieron solo a la Fase IV. (Donnan y Mackey 1978: 190-191). La cubierta de la tumba estuvo formada por varas de madera entrecruzadas, que sostuvieron los adobes que recubrían la boca de la cámara. El individuo inhumado fue una mujer adulta y posiblemente embarazada al momento de su muerte, dispuesta con el cuerpo extendido pero con el torso apoyado sobre su lado derecho, con la cabeza orientada al noreste. Las ofrendas incluyeron un cántaro pintado con pequeños diseños escalonados y un artefacto de cobre en forma de aro colocado al interior de la boca. El cuerpo habría estado envuelto en textiles. La segunda cámara (M-IV 25) fue peculiar, debido que además de contener el cuerpo de un adulto probablemente masculino como personaje central incluyó la osamenta de una mujer adulta (M-IV 28) y dos fetos Figura 19: Entierro M-IV 25 de Huanchaco (Fuente: Donnan y Mackey 1978: 201) (M-IV 26 y 27) (Fig. 19). La estructura presentaba un eje noroeste-sureste, y media Tumbas de cámara 2.00 m por 0.75 m, con 0.60 m de profun- Las dos cámaras funerarias fueron elabo- didad (Donnan y Mackey 1978: 200-207). radas con revestimiento de cantos rodados, El individuo principal fue sepultado en po- habiendo sido dispuestas en grandes fosas sición extendida, con la cabeza orientada al que rompieron los pisos de barro y los sureste, presentando objetos de cobre en la Centro de Investigaciones Precolombinas • 79 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt boca y en las manos. Estuvo flanqueado por cados en el lado sur de la tumba. La cubier- los cuerpos de los nonatos, en posiciones ta de la estructura mortuoria incluía varas aparentemente similares a la del adulto. Los de madera transversales al eje de la tumba y restos del personaje femenino en cambio se una larga sobrecubierta de cañas. Los hue- hallaban sobre el muro sur de la cámara, y sos desarticulados de la mujer fueron colo- fueron objeto de manipulación con fines de cados sobre el borde del lado sur de la desmembramiento y extracción de partes tumba, al exterior de la cubierta de caña y corporales, faltándole el cubito y el radio de estuvieron acompañados por el cráneo de ambos brazos, el húmero y el omoplato un camélido y una botella de asa estribo. izquierdos, el sacro, vértebras y ambas manos. Las manos de la mujer pudieron ser colocadas como ofrendas al interior de la cámara, la cual contenía tres manos adicionales (articuladas y posiblemente seccionadas aun con tejidos musculares), dos de ellas dispuestas junto a aquellas del personaje central (Donnan y Mackey 1978: 206). El ritual funerario en esta tumba se inició con la dispersión de arena amarilla fina Figura 20: Cerámica del Entierro M IV de Huanchaco (Fuente: Donnan y Mackey 1978) sobre el fondo de la cámara. Tras colocarse los cuerpos del hombre y los nonatos, posi- Entierros en fosas blemente sobre esterillas, se dispusieron En un ambiente distinto a aquellos con- como ofrendas las cabezas y extremidades teniendo las cámaras funerarias se regis- de dos camélidos, las tres manos humanas traron cuatro tumbas de fosa, que fueron cortadas, pequeños animales dispuestos jun- rellenadas con arena después de la coloca- to al muro oeste, y diez vasijas (dos flore- ción de los cuerpos. Todos estos entierros ros, cuatro cántaros pintados, un cántaro se orientaban de noroeste a sureste, con los efigie, dos cántaros domésticos y una bote- cráneos dispuestos hacia el sur (Donnan y lla antropomorfa) (Fig. 20). La mayor canti- Mackey 1978: 192-199). Dos de ellos dad de vasijas, los cráneos de camélido, y correspondían a una mujer y a un hombre una de las manos seccionadas fueron colo- que debieron haber sobrepasado los 55 años 80 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 de edad. El varón (M-IV 22) presentaba las en Huacas de Moche. La disponibilidad de manos sobre la pelvis y estuvo envuelto en cobre en el contexto funerario de Caballo textiles y juncos no entretejidos, con el Muerto no difiere de aquella observada en rostro cubierto por un tejido fino, presen- las tumbas de Huanchaco, habiéndose tando como únicas ofrendas láminas de co- ofrendado en ambos sectores principalmen- bre sobre la nariz y en una de las manos. La te piezas sencillas de cobre laminado dis- mujer anciana (M-IV 21) estuvo envuelta puestas junto al cadáver. Las ofrendas cerá- en una esterilla, presentaba los antebrazos micas también son similares a las halladas doblados en ángulo recto sobre el abdomen, en tumbas de Huacas de Moche (Donnan y y no recibió ofrendas de cobre sino de tres Mackey 1978: 92-187; Chapdelaine 2003: mates (uno de ellos en posición invertida y Lám. 22.4), presentándose claras afinidades cubriendo parte del cráneo) y una botella de formales entre la cerámica funeraria Moche pico recto y asa lateral, objetos que fueron III y IV de estos sectores y las del sitio colocados junto a su cabeza. primario, semejanzas que incluyen una ico- Las otras dos tumbas de fosa correspon- nografía con motivos como la cuerda pinta- dieron a individuos infantiles. El primero da bajo al cuello de cántaros, motivos ser- (M-IV 23) fue sepultado con objetos de pentiformes, y figuras en S o escalonadas. cobre en la boca en cada mano, envuelto en La variabilidad en la orientación mortuo- textiles y en juncos, y presento como ofren- ria de los cuerpos es aún difícil de evaluar da una botella similar a aquella ofrendada a debido al tamaño reducido de la muestra de la mujer anciana, dispuesta junto a sus pies. entierros para el lado norte del valle bajo. Un infante (M-IV 24) yacía cerca a la cabe- Las orientaciones de los cráneos al sureste, za del niño anterior. Este último individuo suroeste y al noreste que fueron registradas se asociaba a pequeñas piezas de cobre en el litoral y al interior de la margen norte colocadas en el relleno de arena sobre y ba- del valle también aparecen en la muestra jo el niño, el cual fue envuelto en textiles. mucho más extensa de Huacas de Moche (Tello et al. 2003: Cuadro 5.1), existiendo Comparaciones de los contextos funerarios en ambos grupos un predominio en la po- Los entierros de Caballo Muerto y Huan- sición extendida dorsal de los cuerpos así chaco evidencian un tratamiento funerario como en la posición de la cabeza hacia el básicamente indistinto de aquel registrado sur. Centro de Investigaciones Precolombinas • 81 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt LA ORGANIZACIÓN SOCIOPOLÍTI- de fines del Horizonte Temprano, pero se CA MOCHE EN LA SECCIÓN NORTE carece de datos específicos sobre ello. Evi- DEL VALLE BAJO DE MOCHE dencias Salinar en forma de restos habitacionales, contextos funerarios y cerámica Las ocupaciones previas: Periodo Inicial y Horizonte Temprano (1800-200 a.C.) Durante el Período Formativo la margen norte del valle bajo de Moche presentaba ocupaciones permanentes importantes en su sección oriental, donde se erigieron los edificios monumentales que forman el Complejo Caballo Muerto. En la sección oriental también existió una ocupación del Período Inicial en Gramalote (Briceño y Billman 2008), un sitio habitacional localizado sobre la terraza marina de Huanchaco. La ocupación frente al litoral de Huanchaco formaría en adelante un continuo hasta el presente, sucediéndose en el área el asentamiento de pobladores Salinar, Gallinazo, Moche y Chimú Este hecho evidencia la importancia de los pescadores y agricultores en hoyas húmedas en la formación de entidades locales muy posiblemente autónomas de aquellas del interior del valle, directamente vinculadas al diagnóstica doméstica o decorada han sido documentadas en Huanchaco (Barr 2000: 14-15, 17; Donnan y Mackey 1978; Piminchumo 2001) y en Caballo Muerto, particularmente en la denominada Huaca Herederos Chica (Chauchat y Guffroy 2003). La baja frecuencia de evidencias Cupisnique y Salinar en gran parte del valle bajo entre el litoral y Laredo puede ser el resultado de factores como el posterior uso agrícola intensivo de la llanura, la acumulación de depósitos de arena eólica y sedimentos, y la carencia de investigaciones, pero la determinación de la densidad demográfica local durante ambas ocupaciones solo podrá ser evaluada a tráves de excavaciones profundas en este sector. La margen norte del valle bajo careció de un sitio residencial comparable a Cerro Arena, el principal sitio habitacional Salinar en el lado sur del valle (Brennan 1980). funcionamiento de la sección El Período Intermedio Temprano y los alta del Canal La Mochica y del Canal inicios del Horizonte Medio (300-750 Moro (Moseley y Deeds 1982: 35-36). d.C.) Los canales Cupisnique en la margen norte del valle bajo pudieron haber conti- Aunque los canales La Mochica y nuado en uso durante la ocupación Salinar Vichanzao aparecen asociados principal- 82 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 mente a sitios con materiales Moche, es Medio. Debido a las escasas referencias al necesario recordar la presencia en el litoral hallazgo de vasijas con decoración en pintu- de Huanchaco de una ocupación con evi- ra negativa, no es posible aun definir si dencias cerámicas y funerarias que han sido todas esas evidencias se asociaban a una asociadas al estilo Gallinazo. Como se indi- ocupación no-Moche. Asimismo, se debe có en una sección anterior, ahora se recono- considerar que parte de la cerámica “Galli- ce la existencia de una identidad compartida nazo” de Huanchaco (Barr 2000) pertene- por las diversas poblaciones regionales de cería a una ocupación doméstica local que inicios del Período Intermedio Temprano, formó parte de un asentamiento más exten- expresada en formas comunes de cerámica so que experimentó hacia mediados del de uso cotidiano y en producciones artesa- Período Intermedio Temprano una fuerte nales distintivas y más especializadas vin- interacción con los sitios principales Moche culadas a las élites y a las actividades del valle (circa 200 a.C.-600 d.C.), y que ceremoniales. pudo mantener algunos rasgos culturales Este aspecto implica el problema de la afiliación étnica y política de los produc- distintivos perceptibles en prácticas funerarias y en la alfarería de uso cotidiano. tores de la cerámica Castillo Modelado y A partir de mediados del Período Inter- Castillo Inciso registrada en Huanchaco en medio Temprano aparecieron sitios habita- la década de 1980. Las vasijas recuperadas cionales e instalaciones de pobladores em- entonces en rellenos y al interior de un pleando artefactos cerámicos en el estilo recinto y que han sido identificadas como Moche en Caballo Muerto, Laredo, las Gallinazo carecen de decoración moldeada pampas eriazas marginales ubicadas desde y presentan aplicaciones modeladas y dice- El Porvenir hasta La Esperanza y Río Seco, ños punteados e incisos. Precisamente, este y en la zona costera de Huanchaco. Esta tipo de vajilla de uso frecuentemente do- ocupación habríase relacionado a la extrac- méstico, aunque ocasionalmente también ción de recursos marinos, de quebradas y funerario, aparece entre los valles del Alto lomas, y al control de los caminos hacia el Piura y Lambayeque hasta Santa y Nepeña, mar y el valle de Chicama, pero sin duda la y formaría un continuo en las tradiciones explotación de nuevos campos agrícolas fue alfareras regionales desde fines del Hori- el principal factor en juego para la pobla- zonte Temprano hasta inicios del Horizonte ción involucrada. Durante el Período Inter- Centro de Investigaciones Precolombinas • 83 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt medio Temprano el valle de Moche pudo área irrigada por los canales Vichanzao y presentar 13000 Ha de tierras irrigables en La Mochica. Debido a su ubicación cerca a condiciones optimas (Billman 2002: 380, la parte media del valle, San Idelfonso pudo 384). Con 7000 Ha cultivables, la margen constituirse en una zona de contacto con las norte y baja contenía el 65% de las tierras poblaciones de Laredo y Galindo, y a la vez agrícolas del sistema (Moseley y Deeds en un punto de ingreso desde el interior del 1982: Tabla 2.1; Billman 2002: 395), adqui- valle hacia Huaca Florencia de Mora, y las riendo un alto potencial económico y polí- rutas a Chicama. La comunidad de pesca- tico en el panorama local y regional entre dores y agricultores de Huanchaco debió los años 400 a 750 d.C. (según las eviden- representar otro centro terciario, con un cias cerámicas de sus asentamientos). Aun- carácter distintivo dado su rol como provee- que son necesarias mayores investigaciones dor de recursos marinos y su mayor anti- respecto a la cronología y el patrón de asen- güedad frente a los sitios del área antes tamientos en el área, es posible afirmar que eriaza. en la segunda mitad del Periodo Intermedio ¿Cual fue el origen del sistema de asen- Temprano la economía y la distribución tamientos Moche en la banda norte del valle poblacional en el lado norte del valle bajo bajo y como funcionó a lo largo de su adquirieron un rol importante en las estruc- existencia? Para tratar esos temas debemos turas organizativas y de poder de todo el tocar las revisiones recientes a la cronología valle de Moche. y la organización sociopolítica Moche local. El asentamiento más relevante de esta Las prospecciones y excavaciones en el zona fue Huaca Florencia de Mora, un asen- valle de Moche indican un proceso de tamiento con arquitectura corporativa y de fuerte centralización política endógena a rango secundario dentro del valle. Sin em- partir del año 300 d.C. (Bawden 1994b; bargo aún no se ha aclarado la naturaleza Billman 2002; Chapdelaine 2003: 271-279). exacta de su interacción con el resto de El esquema interpretativo vigente indica asentamientos en el área y si todos ellos que la colonización de los sectores agrícolas fueron ocupados sincrónicamente. Por su ganados al desierto mediante irrigación arti- menor extensión y carencia de plataformas, ficial en la margen norte baja habríase Huaca San Idelfonso pudo ocupar una originado en una presión demográfica sobre posición terciaria, controlando parte del las zonas ya ocupadas del valle y en la con- 84 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 solidación del poder económico y prestigio margen norte no fue un factor causal de la de los lideres del valle bajo sureño. centralización política Moche ocurrida en el El modelo implícito en estas interpreta- valle bajo hacia el siglo IV d.C. en torno a ciones incorpora la posesión estatal y el Huacas de Moche; ello debido a la repre- otorgamiento de grandes extensiones de sentatividad menor de materiales Moche III terreno a líderes de linajes de elite, asocia- -el tiempo supuesto de la consolidación del ciones religiosas o corporaciones de espe- poder político de los líderes de Huacas de cialistas vinculados directamente a los go- Moche y de la asimilación o desalojo de las bernantes de un asentamiento dominante. poblaciones de filiación serrana del valle Esta posibilidad se basa en la interpretación medio- frente a las Moche IV. Según este usual de la aparición de grandes canales de autor (Billman 2002: 392, 395), la expan- irrigación como resultado del interés de una sión agraria en la margen norte del valle organización sociopolítica compleja por bajo ocurrió mayormente durante la Fase ampliar su base económica. Los sitios loca- Moche IV cuando los dirigentes del valle les con arquitectura monumental y adobes habrían iniciado la movilización de la fuer- marcados también son considerados en esta za laboral rural como una forma de conso- perspectiva como evidencia del tributo lidar su capacidad económica y prestigio laboral de distintas comunidades ante una locales antes de emprender un programa autoridad central que auspiciaba y dirigía la político más ambicioso de nivel regional. construcción. El candidato principal de esta La producción de los nuevos campos de autoridad es el sitio de Huacas de Moche (a cultivo irrigados por el Canal Vichanzao 7.5 km al sur de Huaca Florencia de Mora), habría incrementado notablemente el poder considerando su cronología, la similitud de político y económico ya establecido de su cultura material con los sitios entre Huacas de Moche, y consecuentemente su Laredo y Huanchaco, y la indudable posi- capacidad de efectuar a escala intervalle los ción primaria que adquiría en el valle. mecanismos de reciprocidad y eventual do- En un reciente análisis de la relación entre sistemas de irrigación y la organiza- minio sobre otras organizaciones sociopolíticas. ción política prehispánica del valle de Mo- La perspectiva de Billman incluye una che, Billman (2002: 393) señaló que la modalidad de tributo pagada según el ciclo construcción de los grandes canales de la anual de las cosechas (u otorgada en forma Centro de Investigaciones Precolombinas • 85 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt de servicios) por 12700 a 18200 agriculto- partes del valle. Pero la producción del área res colonos dependientes políticamente de pudo ser orientada en gran parte a satisfacer los gobernantes de Huacas de Moche la demanda de alimentos para las activida- (Billman 2002: 395). Para este investigador des festivas y el consumo selectivo de re- la formación de grandes extensiones de cursos y bienes por la población local y nuevas tierras de cultivo no estuvo ligada a muy posiblemente la población urbana la emergencia de un Estado en la parte baja asentada en el sitio primario de Huacas de del valle de Moche sino que fue un fenó- Moche a solo 8 km al sur del área. meno acaecido solo después de la consoli- Los proyectos de intensificación de la dación efectiva del poder político de los producción agrícola han sido señalados co- gobernantes de Huacas de Moche. Conside- mo una característica de las entidades esta- rando la escasez de fechados radiocarbó- tales andinas, en casos tan diversos como nicos en la propia zona de la expansión los cultivos en camellones y cochas del alti- agrícola y el reconocimiento de la existen- plano de Tiwanaku (Kolata 1993) y las cia desde circa 350 d.C. de una anterior irrigaciones de sectores eriazos en Lacra- presencia regional Moche III extensiva pero marca por los Moche de Santa (Chapdelaine discontinua (5) (con zonas al exterior del y Pimentel 2001, 2002) y en la propia valle de Moche que presentaban fuertes margen norte del valle bajo de Moche por vínculos con las elites de Huacas de Moche, los Chimú (Moseley y Deeds 1982). En como el valle bajo de Santa, Chapdelaine et estos y en otros casos se ha propuesto que al. 2009) la relación entre la formación del el incremento de la producción agrícola en Estado en Huacas de Moche y la amplia- las nuevas áreas cultivables estuvo dedi- ción del sistema hidráulico Vichanzao-La cado al expendio de los grupos dirigentes y Mochica debe ser mejor investigada antes solo en menor proporción al consumo de las de que conozcamos con precisión la rela- comunidades involucradas directamente en ción cronológica entre esos eventos. la producción agrícola. Esta perspectiva sin La expansión agrícola Moche en la mar- duda incorpora el tema del grado de inter- gen septentrional del valle bajo ciertamente dependencia entre autoridades y los grupos no fue motivada por una necesidad de de trabajadores encargados directamente de complementariedad ecológica, dada la re- ampliar la frontera agrícola, un punto difícil dundancia de recursos entre esa área y otras de evaluar arqueológicamente en el propio 86 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 valle bajo de Moche debido al menor énfa- sin duda experimentó cambios especialmen- sis puesto en el estudio de los asentamien- te entre los siglos VII y VIII d.C. cuando la tos menores y las propias áreas de produc- zona de los canales pasó a hallarse dividida ción agraria. entre el sector de valle medio dominado por La irrigación de los terrenos eriazos en la parte baja del valle de Moche lograda en la Galindo y el sector del valle bajo vinculado a la entidad de Huacas de Moche. segunda mitad del Periodo Intermedio Tem- La perspectiva actual sobre la formación prano debió implicar un factor organizativo del sistema hidráulico en la margen norte determinante pero aún poco comprendido y del valle de Moche acentúa el rol de direc- no siempre claramente perceptible en el tor del estado en sus orígenes, vinculando la registro arqueológico: la interacción de los ampliación de los canales al fortalecimiento agricultores del valle bajo y aquellos del progresivo del poder político y económico valle medio. Las poblaciones del valle me- de los líderes de Huacas de Moche. Pero no dio pudieron aprovechar en primer término debe descartarse que en algunos momentos, las aguas de los canales Vichanzao y La como durante la emergencia del poder de Mochica, e hipotéticamente pudieron tener Galindo y la pérdida de control de Huacas control sobre y/o acceso directo a las boca- de Moche sobre la margen norte del valle tomas de dichos canales. Las disputas sobre medio, existieran sectores de la margen nor- derechos de uso de aguas entre ambos gru- te del valle bajo controlados por los jerarcas pos debieron ocurrir sobre todo en tiempos locales así como zonas poseídas por comu- de sequía, cuando los campesinos de la zo- nidades agrícolas y pescadoras asociadas a na alta podían aprovechar en mayor grado esas elites por el acceso al agua de los las escasas descargas de los canales (Bill- canales. La extensión de la zona ocupada man 2002). El mantenimiento del extenso por los Moche en la margen norte del valle sistema agrícola Moche en la banda norte bajo (120 km2) y el carácter abierto de gran del valle bajo de Moche, debió haber inci- parte de esa llanura tienden a apoyar un dido en la evolución de una estructura modelo de fuerte cohesión entre sus asen- administrativa interzonal que manejara la tamientos, pero dada la prolongación tem- distribución del recurso hídrico y/o la redis- poral de la ocupación, la presencia de tribución de la producción agraria entre las aldeas relativamente alejadas de los sitios poblaciones implicadas, una estructura que con arquitectura monumental (en Pampas Centro de Investigaciones Precolombinas • 87 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt La Esperanza), y el conocimiento restringi- de dunas de arena, que pudieron deteriorar do de la mayoría de sitios en el área debe la infraestructura agrícola del lado sur del considerarse la posibilidad que algunas po- valle (Moseley 1992: 211; Moseley y Deeds blaciones rurales de la zona formaran rela- 1982: 37, 47) y que habrían incidido ciones menos jerárquicas de lo que usual- también en la ocupación de la margen norte mente se supone con las élites de Huaca (6). Las condiciones cambiantes del clima Florencia de Mora y Huacas de Moche. registradas para fines del siglo VI no ocasionaron el abandono de Huacas de La ocupación terminal Moche de la Moche, aunque es probable que fueron uno margen norte del valle bajo de Moche de los factores causales de los cambios que sucedieron por entonces al interior de este La ocurrencia hacia fines del siglo VI centro urbano (Fig. 21), cambios que inclu- d.C. de fuertes Fenómenos El Niño y de yeron la clausura parcial de Huaca de la cambios climáticos asociados afectando al Luna y una gran actividad constructiva en territorio Moche fue propuesta en base al Huaca del Sol y en la planicie ocupada por análisis de muestras de hielo del Nevado conjuntos residenciales y talleres artesana- Quelccaya (Cuzco) y de diatomeas en depó- les (Chapdelaine 2000; Uceda 2008). sitos lacustres de Ecuador, que muestran La visión de los años 80´ del abandono una sucesión de periodos fríos y una severa de Huacas de Moche hacia fines del siglo sequía entre 562 y 594 d.C. (Moseley 1992: VI d.C. esta siendo reemplazada por un 209; Shimada et al. 1991). Durante esas cuadro basado en mayores fechas de Car- décadas la población del valle de Moche bono 14 y evidencias estratigráficas y arqui- debió dar frente a fuertes lluvias y el avance tectónicas que señalan una prolongación Figura 21: El sitio de Huacas de Moche (Foto: J. Gamboa, 2008) 88 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 temporal de la ocupación del sitio. La po- el sector norte del valle bajo y el funcio- blación urbana de Huacas de Moche conti- namiento de sus aldeas y centros menores, nuó fabricando la cerámica Moche IV hasta donde predominaban las vasijas producidas aproximadamente el año 750 d.C. (Chap- en el estilo Moche IV. Sin embargo la cerá- delaine 1998: 114, 2000: 137-139), con mica fina Moche V es un componente mi- fechados radiocarbonicos que indican su noritario en Huaca San Idelfonso (Gamboa parcial contemporaneidad con el tiempo de 2006), Florencia de Mora (Pérez 1994: 229) ocupación de Galindo, el asentamiento prin- y Pampas La Esperanza (7) (Cossio et al. cipal del valle medio, portador del estilo de 1997: Fig. 20), e indica la interacción de cerámica fina Moche V y cuyo periodo de esos sitios con el sector del valle medio. Es mayor desarrollo ocurrió entre los siglos necesario recordar que el estilo Moche V VII y VIII dC (Bawden 1982). Por su parte, fue reproducido especialmente en vasijas de las investigaciones en el complejo de Huaca uso ceremonial, como botellas, floreros, de la Luna indican que su sector más cántaros y cuencos dotados de relieves o antiguo, formado por la Plataforma I, la pinturas en línea fina (Bawden 1994a, Plaza 1 y las estructuras inmediatamente 2001), con cambios menos evidentes en la cercanas, fue clausurado por los Moches cerámica de uso doméstico, lo cual significa tiempo después de la época de cambios actualmente mayores dificultades para esta- climáticos, habiéndose registrado el sella- blecer en la zona una cronología relativa miento con adobes del único pórtico de basada en las formas de alfarería no deco- acceso a Plaza 1 (Gamboa 2005: 211; rada. Uceda y Tufinio 2003: 186). Este suceso se La aparición de materiales de ambos es- relacionaría a la emergencia de la Platafor- tilos en los sitios del valle bajo norteño ma III, un nuevo edificio dentro del com- puede significar que los materiales Moche plejo que fue decorado con murales, entre V eran introducidos en la zona como bienes los que destacaba la representación del tema de intercambio entre los pobladores locales de la “rebelión de los artefactos” (Uceda y usuarios del estilo Moche IV y aquellos del Tufinio 2003: 215). sector dominado por Galindo en el valle Es probable que paralelamente a los medio (Fig. 22). Esta posibilidad deberá ser cambios en la organización de Huacas de evaluada en el futuro a través de una mejor Moche prosiguiera la expansión agraria en comprensión de las similitudes y divergen- Centro de Investigaciones Precolombinas • 89 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt Figura 22: Sector de contacto entre los sectores bajo y medio de la margen norte del valle de Moche (Foto: J. Gamboa, 2007) cias en la cultura material de los sitios en culada a la tradición tecnológica y artística las secciones baja y media de la margen de Galindo en los sitios de la margen nor- norte del valle. teña baja indica que la población de esa La ocupación terminal Moche en la mar- zona, además de sus contactos con el sitio gen norte del valle bajo deberá ser recon- principal de Huacas de Moche, desarrollaba siderada teniendo en cuenta factores como también interacción con el asentamiento los cambios climáticos, un posible declina- dominante del valle medio. El acceso de la miento gradual en el control sobre el área población de la margen norte del valle bajo por los dirigentes afiliados a Huacas de norteño a la producción artesanal Moche V Moche, y la aparición de una nueva entidad de Galindo no debe hacernos excluir posi- política autónoma en Galindo. La compa- bles situaciones de conflicto entre ambas ración de fechados radiocarbónicos de di- zonas, especialmente por el control del agua versos proyectos (Chapdelaine 1998, 2000: y de las tierras irrigables, un aspecto que 134, 137-138; Lockard 2008: 278-281) ha contribuiría a explicar la presencia de gran- demostrado la coexistencia entre los años des murallas de piedra y adobe en sitios co- 600 y 750 d.C. de las entidades del valle mo San Idelfonso, Galindo y los cerros La bajo (centralizada en Huacas de Moche) y Virgen y San Lorenzo en Caballo Muerto. aquellas del valle medio (alrededor de Ga- El eventual despoblamiento del área irri- lindo), con ambos grupos mostrando estilos gada por el canal Vichanzao parece indi- emblemáticos distintivos y orientaciones cada por la escasez de materiales Chimú diferentes en organización socioeconómica Temprano, y es probable que la zona pre- e ideológica. La presencia de cerámica vin- sentara baja densidad demográfica hacia 90 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 fines del Horizonte Medio. Sin embargo, la tegias políticas y económicas que condu- zona alimentada por el canal La Mochica jeron al poder regional de este estado pudo continuar siendo ocupada durante el prehispánico tardío. La reducción del área Horizonte Medio. Haciendo un salto tempo- agrícola en la margen norte del valle bajo ral se encuentra una nueva expansión de la de Moche habría sido anterior o paralelo al agricultura en la margen norte del valle bajo periodo de construcción de los conjuntos como consecuencia de la ampliación de los arquitectónicos amurallados más extensos y canales primarios durante el Periodo Inter- con diseño tripartito en Chan Chan (Po- medio Tardío. Pozorski (1987: 112) señala zorski 1987: 114) (8). que la máxima expansión de los canales El caso prehispánico tardío conduce a Chimú en el área fue anterior al periodo de preguntarnos sí sucedió una reducción del mayor expansión territorial del Reino Chi- área irrigada por el Vichanzao tras la for- mú. El límite de la extensión de esos cana- mación de fuertes vínculos y posibles rela- les habría sido alcanzado antes del año ciones de dominio entre el sitio de Huacas 1300 d.C., tiempo en el cual el área agrícola de Moche y otros valles de la Costa Norte experimento una reducción gradual tras meridional. En el presente no es posible dar varios periodos de lluvias torrenciales. una respuesta satisfactoria a estas interro- Según los miembros del Proyecto Riego gantes. Antiguo, después de 1300 d.C. y en coincidencia con una etapa de conquistas regiona- FUNCIÓN les (Mackey 1987: 122) los Chimú conti- MIENTOS PREHISPANICOS EN LA nuaron operando solo los canales del valle ZONA DE ESTUDIO DE LOS AMURALLA- bajo de Moche que rendían mayor usufructo, como la Mochica y la parte alta del Rafael Larco Hoyle (2001) creía que los Vichanzao, sucediendo una contracción de Moche construyeron grandes murallas co- las tierras agrícolas localizadas al norte de mo parte de sus sistemas de defensa militar Chan Chan, la capital Chimú. Este evento y establecimiento de divisiones territoriales, fue denominado “el colapso agrario Chimú” citando los casos de las murallas de Sala- (Moseley y Deeds 1982: 43; Pozorski 1987: manca en Chicama, La Cumbre en el extre- 113, 117-118) y ha sido considerado un mo noroeste del valle bajo de Moche y la factor catalizador en el cambio en las estra- muralla que corre sobre la margen norte del Centro de Investigaciones Precolombinas • 91 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt valle de Santa. Larco también observo que provenientes de las quebradas activas du- algunas de estas construcciones presentaban rante los Fenómenos El Niño, estando largas secuencias constructivas, incorporan- dispuestos en sentido transversal y en la do adiciones realizadas durante prolongados parte baja de los cauces aluviales. períodos de tiempo. En ese caso la función La muralla de San Idelfonso, mostrando de las murallas pudo haber variado tempo- secciones de piedras, de adobe, y de piedra ralmente, sirviendo durante algunas genera- con revestimiento de adobe es un buen caso ciones como marcadores de divisiones terri- de estudio de esta temática. Por su ubica- toriales, y en otros períodos como estruc- ción este muro monumental Moche no pro- turas defensivas. tegía al asentamiento de los aluviones originados en la quebrada próxima, cuyo cauce es más profundo que el nivel general del asentamiento. Asimismo, existen áreas al oeste del muro donde el terreno es más elevado que la muralla, formando colinas Figura 23: Muralla de Huaca San Idelfonso y alargadas paralelas a su lado occidental quebrada cercana (Foto: J. Gamboa, 2008) (Fig. 23). Si la muralla hubiera tenido una función protectora ante aluviones, esos ras- Un punto de vista opuesto ha sido pro- gos naturales habrían sido adecuados para puesto por Piminchumo y Gálvez (2003), su emplazamiento al brindar mayor eleva- quienes examinaron la muralla Chimú de ción al muro. Nuestra idea es que la muralla La Cumbre; estos investigadores han seña- Moche de San Idelfonso formaba parte de lado que en ese y en otros casos donde las una demarcación territorial dentro del valle estructuras corren sobre áreas sometidas a bajo, con una comunidad asentada junto a erosión por aluviones, las murallas forma- ella que pudo haber controlado los pasos ron parte de vastos sistemas de protección situados sobre el curso del Canal Vichan- para zonas dedicadas a la producción agrí- zao. Con casi un kilómetro de longitud el cola, especialmente durante el periodo Chi- muro monumental de este sitio debió haber mú (siglos X-XV d.C.). Este tipo de muros sido una manifestación imponente del con- habría servido principalmente para la trol ejercido sobre el espacio geopolítico contención de las descargas de agua y lodo local. La sección de la muralla de San 92 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 Idelfonso donde esta se presenta como una 2008: 277, 280) y las de Cerro La Virgen y estructura de piedra con revestimiento de el sector de Laredo. Sobre la cima de Cerro adobes podría ser, al menos parcialmente, La Cruz el segmento central de este sistema similar a la gran muralla dotada de parape- de murallas se conecta a un espacio circular tos, accesos restringidos y cúmulos de pro- parcialmente aterrazado, que pudo funcio- yectiles localizada en la base de Cerro nar como punto de control y convergencia Galindo e interpretada por Theresa L. Topic para las comunidades de la zona. El único (1991: 237-239, Fig. 3) como una estructura tramo principal de este grupo de muros que defensiva ante agresiones procedentes de la fue construido sobre un área mayormente zona de “chaupiyunga” (zona de 400 a plana fue la sección conocida como Muralla 1500 msnm) en el valle alto de Moche. Solo de Huaca San Carlos (Piminchumo y Gál- las excavaciones permitirán determinar sí el vez 2003: 19, 23). Las partes más bajas del gran muro de San Idelfonso pudo presentar conjunto de murallas en Caballo Muerto se también un uso defensivo. situaban en la planicie agrícola ubicada en- Por otro lado el conjunto de murallas en tre las montañas y sobre la pampa desértica la sección noroeste de Caballo Muerto sirve próxima a Huaca San Carlos, y solo esos para examinar un ejemplo prehispánico tar- sectores bajos pudieron haber servido para dío de cómo estas construcciones pudieron contener (al menos temporalmente) las des- conformar una delimitación física del espa- cargas aluviales de la Quebrada del León. cio con funciones secundarias para la contención de aluviones. Las murallas de pie- COMENTARIOS FINALES dra que ascienden las laderas de los Cerros La Virgen, La Cruz y San Lorenzo forman Gran parte de la margen eriaza norte del un sistema de muros de más de 3 km de valle bajo de Moche no presenta evidencias longitud, emplazado en un 60% sobre cres- de ocupaciones permanentes extensivas del tas rocosas y puntos elevados de las laderas, Precerámico Tardío (circa 3000-1800 a.C.) y que hipotéticamente debió ser construido y del Horizonte Temprano (circa 1800-200 desde fines del Periodo Intermedio Tempra- a.C.). No obstante, debido a la presencia de no hasta el Periodo Intermedio Tardío, rutas de tránsito intervalle y a las posibili- marcando una divisoria territorial entre las dades de explotación de recursos en las comunidades Chimú de Galindo (Lockard zonas de lomas y quebradas (estacional- Centro de Investigaciones Precolombinas • 93 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt mente o durante la ocurrencia de los Fenó- partir de las evidencias registradas en esos menos El Niño), ese espacio desértico fue sitios pero también sobre los datos más sin duda conocido y manejado por las po- completos y abundantes de los asentamien- blaciones asentadas en las áreas hasta tos mayores del valle- como hechos estre- entonces irrigadas. chamente vinculados a la consolidación del Durante el tiempo Moche se observan control político y económico Moche en el los primeros intentos tanto de expandir la valle de Moche. Pero, dada la expansión frontera agrícola hacia esta área como de temporal de esta colonización (siglos V- crear un sistema de asentamientos perma- VIII d.C.) y el conocimiento superficial de nentes en su interior. Posiblemente como muchos de los sitios involucrados aun res- reflejo de competitividad entre los grupos tan por comprender muchos y diversos de elite asentados en ambas márgenes del aspectos de este proceso, entre ellos la cicli- valle medio y la parte cultivada del valle cidad de las prácticas agrícolas en las nue- bajo, uno de los principales intereses loca- vas tierras, los tipos de cultígenos a los cua- les de los líderes del sitio primario de Hua- les esas áreas fueron dedicadas, y el grado cas de Moche fue ocupar las planicies po- de autonomía de las comunidades locales. tencialmente cultivables ubicadas entre el La margen norte del valle bajo experi- Porvenir y Río Seco. Este proyecto dio mentó un proceso de ocupación múltiple y origen al reasentamiento de algunas pobla- complejo por los Moche, con una primera ciones en zonas colindantes o no a sus fase a inicios del Periodo Intermedio Tem- lugares y modificó fuertemente el panorama prano de explotación del área irrigada por demográfico del valle de Moche. Esta colo- La Mochica, y una fase posterior de expan- nización agrícola estuvo también relaciona- sión de los Canales Moro y La Mochica da a ensayos constantes de apropiación y desde el área tradicional de cultivo de Lare- modificación física del paisaje a través de la do hacia las planicies de El Porvenir a La edificación de plataformas, muros monu- Esperanza. El mayor crecimiento demográ- mentales, caminos y cursos artificiales de fico del área ocurrió en la segunda fase, agua. La ampliación de los canales La Mo- durante la parte final del Período Interme- chica y Vichanzao y la aparición de asenta- dio Temprano y en la primera parte del mientos de diversa magnitud en las nuevas Horizonte Medio, cuando se desarrollaron zonas cultivadas pueden ser interpretadas -a múltiples sitios con poblaciones usuarias de 94 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 los estilos cerámicos Moche IV y en menor en un proceso que marcó un hito en la medida Moche V. La presencia de estos organización económica y política de la asentamientos ha sido interpretada como Costa Norte Peruana prehispánica. No obs- parte del proceso de emergencia de un esta- tante, mientras no conozcamos mejor a los do Moche al interior del valle pero, consi- asentamientos implicados no comprenderé- derando los nuevos datos, el estudio de la mos tanto las particularidades de su inte- organización sociopolítica Moche en la racción con los sitios mayores locales y la margen norteña baja deberá incluir tanto a zona donde se originaban los canales de Huacas de Moche como a Galindo como a irrigación, como las diversas facetas de la sitios implicados en la ocupación del área y vida de quienes colonizaron esta parte del en el manejo de sus recursos agrícolas e valle bajo de Moche y dejaron las primeras hídricos. En ese contexto, el abandono de huellas de actividad humana permanente los campos de cultivo y los asentamientos sobre el área. en la zona de máxima elevación de canales en el valle bajo norte de Moche pudo ser un PROBLEMÁTICA componente primario en la serie de cambios CIÓN EN HUACAS FLORENCIA DE en la organización sociopolítica, la ideolo- MORA Y SAN IDELFONSO DE CONSERVA- gía y la cultura material que marcaron la historia Moche tardía en este valle. El sitio arqueológico Huaca San Idel- El desarrollo de obras dedicadas a la fonso está sometido a un creciente proceso expansión agrícola ha sido señalado como de expansión urbana, que implica tanto el una característica de las entidades estatales recorte del espacio donde se encuentran los andinas. Pero un punto de vista opuesto y materiales arqueológicos como la destruc- que debe ser siempre considerado enfoca el ción de las propias estructuras arquitectó- rol autónomo de las comunidades y su alta nicas. Si bien el tendido de postes para capacidad organizativa y de fuerza laboral cables de alta tensión que se efectuó en para incrementar su base productiva. La décadas pasadas sobre el área no afectó ocupación Moche en el área examinada en directamente a la estructura principal del este artículo brinda una valiosa oportunidad sitio, aún no es previsible la repercusión de para estudiar las relaciones entre comuni- obras públicas a efectuarse en el futuro en dades rurales y asentamientos principales, torno al área arqueológica. El mayor riesgo Centro de Investigaciones Precolombinas • 95 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt para la integridad del sitio es el avance de un edificio platafórmico ya afectado por los asentamientos modernos cercanos del saqueadores en la época colonial (Pérez sector Gran Chimú del Distrito El Porvenir, 1994, Rischar et al. 1998), la extracción y cuyos pobladores extraen adobes en la demolición de adobes por parte de los segunda sección de la muralla, habiendo pa- pobladores que rodean al sitio se detuvo sado durante los años 2009 y 2010 a tras las labores de rescate por parte del construir viviendas inicialmente precarias Instituto Nacional de Cultura de La Liber- junto a las edificaciones prehispánicas. Este tad (Pérez 1994: 231). El sitio quedó rodea- primer paso ha sido seguido por la habilita- do por casas y calles (siendo utilizado en ción de un camino carrozable hasta la pro- años recientes como espacio para el vertido ximidad de la muralla arqueológica, y por de desechos de construcción y basura), adicionales depredaciones de las estructuras habiendo pasado en los últimos años a de adobe. El caso de Huaca Florencia de formar parte de la jurisdicción política del Mora, un importante centro ceremonial Mo- Distrito de El Porvenir. Sin embargo, se che depredado anteriomente y actualmente hallá en peligro potencial de ser nueva y en proceso de ser totalmente cubierto por completamente invadida por los pobladores viviendas modernas, nos alerta del grave cercanos. En el caso de Huaca San Idelfon- peligro que corren los sitios arqueológicos so la protección del monumento arqueológi- ubicados en el Distrito de El Porvenir. co y su entorno (Fig. 4 y 24) mediante el En Huaca Florencia de Mora, donde en trabajo conjunto de arqueólogos y autorida- la década de 1980 se destruyó gran parte de des locales puede ser una nueva oportuni- Figura 24: Viviendas precarias modernas junto a Muralla de Huaca San Idelfonso (Foto: J. Gamboa, 2008) 96 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 dad en la preservación del patrimonio norteña. Su planicie está compuesta por dos arqueológico en las áreas de rápido creci- zonas llanas, separadas por los espolones miento de la ciudad de Trujillo. rocosos de Cerro Arena y Cerro Blanco. La AGRADECIMIENTOS sección más interior corresponde a las Pampas del Cacique, entre el lado sur de Cerro El primer autor desea expresar su agrade- Oreja y los flancos de Cerro Arena. La cimiento a Tomás Campos, Álvaro Castañe- segunda sección colinda con el mar y com- da, María Chiroque, Niel Pajuelo, Víctor Pi- prende el área entre Huacas de Moche y el minchumo, Ricardo Toribio y Percy Vilche- litoral. En épocas prehispánicas gran parte rrez, arqueólogos de la Universidad Nacional de ambas zonas fueron cultivadas mediante de Trujillo, por su apoyo en el reconocimien- una red de canales que se extendían hasta to de Huaca San Idelfonso. Santiago Uceda, las áreas actualmente eriazas del sector Co- Claude Chapdelaine, Víctor Pimentel y Carol nache. Sin embargo, la margen sur del valle Mackey proveyeron de valiosas referencias bajo no podía competir en extensión del sobre la arqueología Moche y Chimú de los área agrícola con la margen norte, la cual valles de Moche y Santa. Asimismo Jason comprendía una extensión de tierras poten- Nesbitt hace presente su gratitud a Belkys cialmente cultivables tres veces mayor. Gutiérrez, Segundo Vásquez y el equipo de (2) Los Fenómenos El Niño más fuertes en estudiantes de la Escuela de Arqueología de tiempos modernos fueron los de 1925, 1983 la Universidad Nacional de Trujillo por su y 1998-1999, durante estos períodos las apoyo a la investigación en Caballo Muerto. quebradas de la margen norte del valle bajo Este artículo está dedicado a la memoria de de Moche condujeron agua y formaron Agapito Gamboa Centurión, quien fue un embalses que afectaron las zonas rurales y primer guía en el reconocimiento del ecosis- urbanas de Trujillo. El Fenómeno El Niño tema de la Quebrada San Idelfonso. Erell mejor documentado para tiempos prehispá- Hubert amablemente colaboró en la revisión nicos es el de 1100 d.C. (Nials et al. 1979a, del texto presentado. 1979b; ver Chapdelaine 2000: 130 para su NOTAS impacto sobre la planicie de Huacas de Moche), que afectó fuertemente a la parte (1) La margen sur del valle bajo de Moche baja y media del valle durante la ocupación presenta un relieve distinto a la contraparte Chimú. Centro de Investigaciones Precolombinas • 97 Jorge Gamboa Velásquez y Jason Nesbitt (3) La presencia de algunas especies de fau- otros grupos autónomos tanto Moche como na como Coragyps atratus, Bubulcus ibis, de identidad étnica distinta. Athene cunicularia y Pillotis sp. en la Que- (6) Las oscilaciones climáticas detectadas brada de San Idelfonso está relacionada para la parte final del siglo VI d.C. estarían también a la presencia de un extensa área de relacionadas a las ceremonias de sacrificio acumulación de desechos al oeste de Huaca humano registradas en Plaza 3A de Huaca de San Idelfonso. Beck (1979: 80) señaló de la Luna y que fueron ejecutadas durante que en 1977 el área al oeste de la muralla de un período de fuertes lluvias (Bourget 1994, piedra y adobe ya se encontraba convertida 1998). en uno de los vertederos de desechos de (7) El posible fragmento Moche V registra- Trujillo. do en Pampas La Esperanza por Cossio et (4) El sitio de Huaca San Idelfonso fue visi- al. (1997: Fig. 20) pertenecería a una bote- tado inicialmente por el autor entre los años lla con el diseño pintado de una ola con de 1997 a 1999, durante sus estudios en la triángulo en la base y sobre una doble línea Escuela de Arqueología de la Universidad horizontal. Este motivo es muy similar a los Nacional de Trujillo. Entonces se pudo ob- registrados en la cerámica fina de Galindo servar la extracción de adobes sobre un (Lockard 2008: Fig. 7). segmento de 15 m de largo, en el cual se (8) Las fechas sin calibrar de Carbono 14 hallaron adobes marcados con puntos cen- para el sitio Chimú de Milagro de San José trales o líneas diagonales. en Pampas de Río Seco caen hacia 1255 +/- (5) La existencia de un control territorial 80 y 1325 +/- 80 dne (Pozorski 1987: Tabla Moche discontinuo fue adelantada por Shi- 2), indicando que ese centro administrativo mada (1987: 134-135). Los nuevos datos de rural funcionó hacia la parte final de la má- los valles de Santa (Chapdelaine 2008; xima expansión agrícola Chimú en la mar- Chapdelaine y Pimentel 2000, 2001) y Virú gen norte del valle bajo de Moche. (Bourget 2003) tienden a consolidar esta idea, pero reorientándola hacia un dominio BIBLIOGRAFÍA hegemónico discontinuo y complejo en la Anders, M. parte meridional de la Costa Norte, con 1977. Sistemas de depósitos en Pampa sectores controlados por la entidad del valle Grande, Lambayeque. Revista del Museo de Moche intercalados por las tierras de Nacional 43: 243-279. Lima. 98 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 Contextos Funerarios Moche y “Gallinazo” en la margen norte del valle bajo de Moche Tumba Ubicación Cronológica relativa Individuo/Edad 1.- Entierro doble Huanchaco “Gallinazo” Adultos * 2.- Tumba del Huanchaco “Gallinazo” Femenino/juvenil * “Recinto abastecedor” 3.- M-III 4 Caballo Muerto Moche III Femenino/adulto 4.- M-IV 20 Huanchaco Moche IV Femenino/adulto 5.- M-IV 21 Huanchaco Moche IV Femenino/adulto mayor 6.- M-IV 22 Huanchaco Moche IV Masculino/adulto mayor 7.- M-IV 23 Huanchaco Moche IV Niño 8.- M-IV 24 Huanchaco Moche IV Infante (?) 9.- M-IV 25 Huanchaco Moche IV Masculino (?)/adulto 10.- M-IV 26 Huanchaco Moche IV Feto 11.- M-IV 27 Huanchaco Moche IV Feto 12- M-IV 28 Huanchaco Moche IV Femenino/adulto Nota: * indica como fuente bibliográfica al artículo de G. Barr (2000). El resto de contextos funerarios aparece publicado en Donnan y Mackey (1978). Bankes, G. Perú. 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Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Centro de Investigaciones Precolombinas • 107 RUMICHACA, UN SITIO DE PRODUCCION PARA EL INTERCAMBIO Álvaro Hernán Castañeda Mesía Centro de Investigación, Promoción y Desarrollo de la Región Norte alhecame@hotmail.com RESUMEN Rumichaca es un sitio arqueológico ubicado en el distrito de Angasmarca, provincia de Santiago de Chuco, departamento de La Libertad (Perú). Este sitio se compone de dos plataformas; la Plataforma 1, es la más grande con forma elíptica y la Plataforma 2 es más pequeña y de forma circular. Los materiales encontrados fueron cerámica, lítico y material orgánico. Los materiales líticos están relacionados con la textilería, cestería y procesamiento de pieles, entre otros. La cerámica diagnóstica permite establecer relaciones con Cajamarca y Recuay. Palabras clave: excavación, arquitectura, materiales líticos y cerámicos ABSTRACT Rumichaca is an archaeological site located at the district of Angasmarca, province of Santiago de Chuco, department of La Libertad (Peru). The site is formed by two platforms; Platform 1 is the largest one with elliptical shape and Platform 2 is smaller and has circular shape. The materials found are pottery, stone tools and organic remains. Lithic materials are related with textiles, basketry, leather processing and others. Diagnostic ceramics allow to propose the existence of relationships with Recuay and Cajamarca. Key words: excavation, architecture, ceramic and lithic materials. Álvaro Hernán Castañeda Mesía L os trabajos en Rumichaca se reali- El entorno de Rumichaca es netamente zaron con el fin preservar los ma- andino, con quebradas escarpadas y profun- teriales que se encontraron en la das y colinas a modo de anfiteatros. Hay excavación para así poder estudiarlos poste- una vegetación herbácea predominante en riormente. A esto se lo denomina rescate, la superficie, con algunos bosques pequeños donde el arqueólogo recolecta toda la infor- de eucaliptos. mación posible de un sitio que va desapa- Rumichaca se encuentra a una altitud de recer. Con este fin nace el proyecto de res- 3360 m.s.n.m. en la región altitudinal que- cate del sitio Rumichaca, en donde el chua. Según Pulgar Vidal (1987), ha sido objetivo principal fue excavar, registrar y una región de gran desarrollo del hombre catalogar los materiales. andino, en su gran dimensión. EXCAVACIÓN Las excavaciones de Rumichaca se efectuaron sobre un área de 3850 m². que fue dividida en 46 cuadrículas, de las cuales treinta y dos (32) fueron de 10 x 10 m, doce (12), de 5 x 10 m. y dos (2) cuadrículas de 5 x 5 m. (Fig. 2). El área arquitectónica es de 2872 m². La misma contiene dos ocupaciones y tres capas estratigráficas. Estas son: la capa superFigura 1: Mapa de ubicación ficial, compuesta de plantas y raíces, es de color negro por la presencia de material Rumichaca está ubicado en el distrito de orgánico. La capa A, compuesta por algu- Angasmarca, en la provincia de Santiago de nas raíces, es más clara que la anterior, gra- Chuco, departamento de La Libertad (Fig. nulosa y semicompacta. La capa B es más 1). Su ubicación referencial posee las coor- suelta, granulosa y su color es un poco más denadas UTM 9101324.41–9101233.69 N y claro que el de la anterior; es la capa más 877395.30 – 827463.85 E. temprana del sitio. Ambas capas están defi- 109 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 nidas por ocupaciones. Finalmente la capa segunda ocupación corresponde a la capa A C, es la capa con cenizas de los fogones. y comprende las dos plataformas (1 y 2) en su totalidad; en esta segunda ocupación se termina de construir el resto de Rumichaca (Fig. 4 y 5). Finalmente, en la Plataforma 2 se hallaron fogones en la capa C. Figura 2: Distribución de cuadrículas DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA Rumichaca está conformado por dos plataformas, una de forma casi elíptica y la otra de forma circular. La Plataforma 1, que Figura 3: Plataformas del sitio (Plataforma 1 en verde, Plataforma 2 en marrón) tiene forma casi elíptica, está formada por cuatro recintos bien definidos y fue excava- MATERIALES ENCONTRADOS da por medio de cuarenta y dos (42) cuadrículas. La Plataforma 2, con forma de Los materiales encontrados son muy di- círculo, está conformada por ocho recintos versos e incluyen cerámica, material lítico, y fue excavada mediante cuatro (4) cuadrí- material orgánico y carbón. Entre ellos se culas (Fig. 3). puede mencionar: fragmentos cerámicos Rumichaca cuenta con dos capas de ocu- tipo Cajamarca con decoración pintada en pación; la primera es la capa B donde se rojo y crema (Fig. 6), instrumentos musi- ubica la Plataforma 2 y los cuatro recintos cales como ocarinas y zampoñas (Fig. 7), de la Plataforma 1. En esta primera ocupa- agujas (Fig. 8), hachas (Fig. 9) y porras de ción se comenzó a cantear el cerro que piedra (Fig. 10). La suma de los hallazgos ocupa Rumichaca por el lado sur y, luego de las dos plataformas resulta en un total de de ello, se aterrazó el resto de ambientes. La ciento cincuenta (150) piezas. Hay que Centro de Investigaciones Precolombinas • 110 Álvaro Hernán Castañeda Mesía Figura 4: Capa A Figura 5: Capa B resaltar que se encontró un tallado de piedra digno de resaltar, por su variedad y que tiene la forma de una mujer que carga a cantidad, son los cuchillos que contribuye- su hijo, imagen que tiene relación con el ron al procesamiento de alimentos; también Apu Katequil de San José de Porcón (Fig. hay raederas que sirvieron para sacar los 11) y un pendiente con forma de oso, que restos de material orgánico de las pieles, probablemente sea el oso de anteojos (Tre- escotaduras que se utilizaron como sierras marctos ornatos) (Fig. 12). Otro hallazgo es para sacar la corteza de algunos arbustos la lúcuma (Poutería lúcuma), planta que para hacer cestas y lascas que fueron usadas crece entre los 1000 y los 3000 m.s.n.m. en como elementos cortantes. Se observa la la reserva de Calipuy ubicada en la Provin- presencia de material rehusado, lo que cia de Santiago de Chuco. indica que hubo elementos deteriorados que Los materiales líticos hallados son ele- les dieron otro uso, como núcleos o lascas. mentos que tienen mucha importancia ya Estos materiales se concentran principal- que sirvieron para realizar diferentes tareas mente en la Plataforma 1 en donde hay un como la hilandería en tanto se encontraron total de 837 piezas, las cuales se dispersan piruros y pesos para hilar. Las manos de en toda la plataforma. En la Plataforma 2 moler pudieron haber servido para moler también hay un apreciable número de pie- los trozos de arcilla para elaborar la cerá- zas (518), las cuales se distribuyen por toda mica y también para moler granos en bata- la plataforma. Los instrumentos que se des- nes, morteros o molinillos. Otro elemento criben en líneas atrás se relacionan con acti- 111 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 vidades como el procesamiento de pieles, se puede intercambiar con otras sociedades, procesamiento de alimentos y elaboración como Recuay y Cajamarca. Otro indicador de cerámica. Algunos instrumentos revelan importante es la cerámica con quema. Esto la relación que existe entre la ganadería y demostraría su uso para el procesamiento de los materiales líticos. Es importante indicar alimentos en el sitio de estudio. que estos materiales son indispensables para que la actividad ganadera se desarrolle. La presencia de restos óseos de camélidos en el sitio así lo indicaría. A Figura 6: Fragmento estilo Cajamarca En cuanto a la cerámica diagnóstica, hay bases tipo pedestal en forma de copa y baB ses tipo trípode que podrían estar emparentadas con la tradición Cajamarca (Fig. 13). Figura 7: Instrumentos musicales. A: Ocarina, B: Zampoña Hay también asas planas y un tipo de base pedestal de media luna que se relacionan COMENTARIOS FINALES con Recuay (Fig. 14). La suma de cerámica diagnóstica entre El sitio de Rumichaca es un sitio Hua- las dos plataformas da un total del 12.126 machuco (Fig. 15 y 16) con influencia de fragmentos de los cuales 359 están en la Recuay y Cajamarca. En este sitio se reali- capa superficial, 9559 están en la capa A y zaron actividades relacionadas con la texti- 2208 se encuentran en la capa B. La can- lería, la cestería, la producción de cerámica tidad de fragmentos indica que fueron un y el intercambio, movido por camélidos, bien importante para esta comunidad pre- que fueron criados para carga y alimenta- hispánica ya que la cerámica es un bien que ción. Hay que agregar que el sitio tiene Centro de Investigaciones Precolombinas • 112 Álvaro Hernán Castañeda Mesía fogones en la Plataforma 2 (Fig. 17), relacionados a la cerámica con quema; esto demuestra que hubo cocción de alimentos, así como un uso constante y sostenible del sitio. El abandono del sitio debió haberse dado con la conformación de la hacienda Angasmarca, de origen colonial. Figura 12: Pendiente Figura 8: Aguja A Figura 9: Hacha Figura 10: Fragmentos de porras B Figura 11: Tallado de piedra 113 • Centro de Investigaciones Precombinas Figura 13: Bases de tradición Cajamarca. A: tipo pedestal en forma copa, B: tipo trípode ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 A Figura 16: Plato Huamachuco B Figura 14: Fragmento de tradición Recuay. A: Base pedestal, B: Asa plana Figura 15: Canastilla Huamachuco Figura 17: Fogón en la Plataforma 2 BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA de la religión y gobierno de los Incas. Colección de Libros y Documentos para la Agustinos. Historia del Perú. Tomo XI pp. 3-56. 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Centro de Investigaciones Precolombinas • 116 SINSICAP Y SIMBILA: TRADICIONES ALFARERAS, CONTINUIDAD Y PROBLEMAS ACTUALES Walter Álvarez Iparraguirre Centro Cultural de Investigación, Promoción y Desarrollo de la Región Norte walteral_2004@yahoo.es María Andrea Runcio Universidad de Buenos Aires, Centro de Investigaciones Precolombinas andrearuncio@hotmail.com César Gálvez Mora Dirección Regional de Cultura-La Libertad / Instituto Nacional de Cultura cgmsepam@yahoo.es RESUMEN En la costa y sierra norperuanas varios pueblos mantienen tecnologías ancestrales así como usos y costumbres que representan una marcada continuidad en el tiempo. Entre ellos, Sinsicap y Simbilá adquieren un valor singular porque sus alfareros mantienen la tecnología prehispánica orientada a la elaboración de recipientes de uso doméstico. Este trabajo enfocará los problemas que enfrentan estas poblaciones en cuanto al mantenimiento de las técnicas tradicionales y la necesidad de introducir innovaciones para que la producción alfarera pueda continuar. Palabras clave: Sinsicap, Simbilá, alfarería, continuidad. ABSTRACT Various traditional coastal and mountain people keep ancient technologies and customs in northern Peruvian region that express a strong continuity for a long time. Sinsicap and Simbilá inhabitants have an exceptional value because their potters keep Pre-Columbian technology to go in for making utilitarian vessels. This paper focuses the problems this villages confront for keeping traditional technology as well as the necessity to bring in innovations that allow pottery production to continue. Key words: Sinsicap, Simbilá, pottery, continuity Walter Álvarez Iparraguirre, María Andrea Runcio y César Gálvez Mora INTRODUCCIÓN aún esta práctica sigue vigente y se trans- V arios pueblos de la costa y sierra mite a los jóvenes, quienes desean conti- peruana conservan la tecnología nuar con la actividad. ancestral de producción de cerá- mica utilitaria manteniendo desde tiempos EL PUEBLO DE SINSICAP Y EL antiguos una importante tradición de manu- CASERÍO DE SIMBILÁ factura que los ha hecho merecedores del interés de diferentes estudiosos (Camino El pueblo de Sinsicap es la capital del 1981, 1983, 1984; Bankes 1985; Monzón distrito del mismo nombre. Se encuentra a 1991; Shimada 1994; Druc 1996; Roel 65 km. al noreste de la ciudad de Trujillo, 2009; Runcio y Gálvez 2009). en la provincia de Otuzco, región La Liber- Sin embargo, una serie de problemas co- tad (Fig. 1). Desde Trujillo se accede a Sin- mo la pérdida de interés por parte de las sicap mediante la carretera que pasa por las generaciones actuales, la dificultades para localidades de Laredo, Simbal y Collam- la comercialización de los recipientes y la bay. Sus calles estrechas y empinadas, típi- indiferencia de las autoridades, entre otros, cas de las zonas andinas, hacen de Sinsicap pueden conducir a que la antigua tradición un pueblo pintoresco, donde aún perduran alfarera esté en riesgo de perderse para varias prácticas ancestrales, entre ellas la siempre, como sucedió con el centro alfare- alfarería. Sin embargo, al igual que en mu- ro de Coina (Otuzco, La Libertad) (Saldívar chos pueblos de la serranía liberteña, sus 2006). habitantes migran a las ciudades costeñas En esta perspectiva, se presentan dos casos: el de Sinsicap -en la sierra de la región La Libertad- donde la tradición alfarera está mucho más cercana a perderse y el de Simbilá -en la costa de la región Grau- donde 118 • Centro de Investigaciones Precombinas en busca de mejores oportunidades de progreso. ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 En la actualidad sus habitantes se dedi- cofradías. Entre ellas se destacan el Día de can principalmente a la agricultura, en par- las Cruces, la Fiesta Patronal en honor a la Figura 1: Ubicación de Sinsicap en la región La Libertad (Fuente: Gran Enciclopedia del Perú, LEXUS 1998) ticular al cultivo de maíz, trigo, cebada, Virgen de la Visitación, el Señor de los arvejas y frutales. Además, existen impor- Milagros y el Festival del Membrillo. tantes plantaciones de manzanas, blanqui- El caserío de Simbilá se ubica a 5 minu-tos llos, duraznos y membrillos, entre otros, de la ciudad de Catacaos y al pie de la que son llevados a la costa por los sinsica- carretera que une esta ciudad con la de Piu- pinos donde -a su vez- se abastecen de ra, en la provincia de Piura, región Grau víveres, combustible y ropa. (Fig. 2). La población ocupa una elevación Estas actividades se complementan con arenosa y utiliza la parte llana para el la celebración de festividades religiosas cultivo de productos de consumo doméstico organizadas a través de mayordomías y y de uso industrial, como el algodón de Centro de Investigaciones Precolombinas • 119 Walter Álvarez Iparraguirre, María Andrea Runcio y César Gálvez Mora fibra larga. Uno de los rasgos peculiares del varones se dedican a la alfarería utilizando pueblo es la persistencia de la arquitectura técnicas prehispánicas. tradicional elaborada con caña, madera y Algunos de los alfareros de Simbilá lle- tierra, entre otros usos y costumbres ances- gan a ofrecer sus vasijas en la calle Comer- trales. Asimismo, algunos de los habitantes cio de la vecina ciudad de Catacaos (“Capital Artesanal de la Región Grau”), donde se concentran los artesanos para mostrar sus productos. A la oferta artesanal cataquense, se suman otras expresiones culturales como la fiesta de los Carnavales, la Semana Santa y la Semana Turística de Catacaos que coincide con la Semana Jubilar por la creación del distrito (21 de julio). ANTECEDENTES ARQUEOLOGICOS En el ámbito de la provincia de Otuzco a la cual pertenece Sinsicap- existe un conjunto de sitios arqueológicos cuya antigüedad se estima entre el Intermedio Tardío y el Horizonte Tardío (Inca). La naturaleza de los sitios es variada: edificaciones de gran escala, recintos habitacionales, sitios fortificados, cementerios, caminos y andenes (Ravines y Matos 1983: 93, 94). En torno de la zona de Sinsicap la información proviene del reconocimiento arqueológico realizado por Billman (1996) quien menciona 14 sitios arqueológicos atribuidos al período Intermedio Temprano (ca. 100-700 d.C.). Fi- 120 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 nalmente, las evidencias prehispánicas en el Cerro Orga (Fig. 3), ubicado al oeste de la capital del distrito, y la presencia de entierros en la zona denominada “Alonso”, indican la existencia de antiguos asentamientos en esta área la cual, debido a su ubicación estratégica en la parte alta del valle de Moche, se ubica en la ruta de intercambio entre las sociedades costeras y andinas de la cuenca del río Moche. Figura 2: Ubicación de Simbilá en la región Grau A diferencia de Sinsicap, existen algunas investigaciones arqueológicas desarrolladas en el distrito de Catacaos (Kelley 1971; Fernández Villegas 1990). En este distrito es de especial interés el sitio arqueológico Narihualá (Fig. 4) por su cercanía al caserío de Simbilá (Fernández Villegas 1990). Centro de Investigaciones Precolombinas • 121 Walter Álvarez Iparraguirre, María Andrea Runcio y César Gálvez Mora Figura 3: Cerro Orga Narihualá contiene las evidencias más técnica del paleteado y el modelado, la notables de arquitectura Tallán elaborada en utilización de engobe y la cocción en hor- adobe y fue ocupado entre el 1000 y el nos abiertos (Fernández Villegas 1990) ele- 1480 d.C. según lo prueba el hallazgo de mentos que continúan siendo empleados cerámica Tallán, Chimú Tardío e Inca local. por los alfareros de Simbilá (Bankes 1985; Debido a la extensión, calidad de su arqui- Monzón 1991). tectura y la escala de sus templos, se estima que Narihualá fue un centro ceremonial CONTINUIDAD DE LAS TECNICAS desde el cual se ejerció el control de la ALFARERAS región baja de Piura y que su prestigio se mantuvo, al menos, hasta la época Chimú. Sinsicap La cerámica utilitaria hallada en el sitio muestra una variada tipología que incluye Las técnicas alfareras en Sinsicap man- grandes tinajas, cántaros, ollas y cuencos de tienen su continuidad, al haberse trasmitido uso doméstico y ha sido elaborada con la de padres a hijos (Camino 1983). La pro- 122 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 ducción se orienta principalmente al uso do- 2- El segundo paso consiste en remojar méstico que incluye ollas, tinajas, cantari- la arcilla con agua dentro de un recipiente llos, botijas, urpos, callanas y cántaros para durante un día, y después se la mezcla con llevar agua (Fig. 5). Asimismo, se moldean arena. tejas y huacos chicheros. 3- Luego la arcilla se amasa con los pies sobre un cuero de asno, se la cubre con un plástico y se la deja a la sombra durante un día. 4- Para modelar la pieza se toma una porción de arcilla, de acuerdo al tamaño de la vasija requerida y se la amasa con la Figura 4: Sitio arqueológico Narihualá mano. 5- Luego, se le da forma utilizando una tabla, un canto rodado o chungo y un garrote (palo de madera con una cara plana) (Fig. 6 y 7). Los bordes de las vasijas se modelan aparte y una vez terminados se adosan a las mismas. 6- Después se la deja reposar en la sombra durante un día. Por último, se alisan Figura 5: Vasijas elaboradas en Sinsicap las caras utilizando una piedrecilla suave y un pedazo de cuero -aunque se puede usar De acuerdo a la información brindada por los maestros alfareros a uno de los autores (W. A.) la manufactura de los recipientes consta de los siguientes pasos: una tela de costal- y se deja secar la pieza durante 15 días antes de quemarla. 7- La cocción se realiza en un horno donde se colocan las vasijas en el fondo y 1- Extracción de la arcilla: Sinsicap se son cubiertas con excremento de vaca y localiza en un terreno rico en yacimientos paja. La duración de la cocción depende del arcillosos cercanos, como la zona de Cas- tamaño del recipiente; para una pieza me- caiday, de donde se recolecta esta materia diana se requiere de un día a día y medio y prima. de dos días para las piezas grandes. Centro de Investigaciones Precolombinas • 123 Walter Álvarez Iparraguirre, María Andrea Runcio y César Gálvez Mora En décadas pasadas la producción de continúan con la elaboración de recipientes ollas en Sinsicap era masiva, su calidad era de arcilla. Debido a esto las ventas son reconocida y se comercializaban en pueblos escasas y las vasijas se utilizan mayormente lejanos. La época de máximo esplendor de para uso doméstico o para el intercambio con la producción cerámica fue durante las dé- otras comunidades en las ferias semanales cadas del 50 y 60, años en los cuales los que se realizan en los pueblos aledaños, alfareros de Sinsicap producían grandes donde se las canjea por productos comes- cantidades de cerámica para intercambiarlas tibles. con las comunidades cercanas de San Ignacio, Otuzco, Usquil y Simbal. Esta realidad es diferente a la reportada por Camino (1984) para el caso de los alfareros de Tariká, ubicado en el Callejón de Huaylas (Huaraz), los cuales tienen afinidades tecnológicas con sus pares de Sinsicap. En Tariká, la producción de vasijas utilitarias destinadas a la venta y el trueque resulta rentable para sus productores. Simbilá Figura 6: Instrumentos del alfarero En Simbilá, la práctica de la alfarería es realizada por el grupo familiar que trabaja junto, en el mismo taller, usualmente incorporado a la casa (Camino 1981; Bankes 1985). De acuerdo a nuestros informantes (vide Runcio y Gálvez 2009), la enseñanza de esta técnica se transmite de generación Figura 7: Modelado con tabla y chungo en generación; a partir de los 12 años los niños aprenden y se perfeccionan elaboran- En la actualidad, debido al reemplazo de do pequeños objetos de arcilla. estas vasijas por ollas de cobre y aluminio, El proceso de fabricación de las vasijas son muy pocos los maestros alfareros que puede resumirse brevemente a través de la 124 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 información brindada por José Santos Ló- también emplean una técnica de decoración pez, alfarero de Simbilá: por impresión, con antecedentes prehispá- 1- Extracción de la arcilla: la arcilla se nicos, aplicando sobre las vasijas aún hú- obtiene de la cantera de Coscomba, cercana medas una placa con diseños que, además al pueblo de La Legua (a unos 5 km. al de ser un elemento decorativo, sirven como noroeste de Simbilá), donde esta materia la marca de identificación del alfarero prima se halla cubierta por arena, a 2 m. de (Monzón 1991). profundidad. La arcilla se saca húmeda y se la traslada a Simbilá, donde se la deja secar al sol por dos días, amontonada en la entrada de la casa del alfarero. 2- El siguiente paso es el “remojo”, es decir, la mezcla de la arcilla con arena y agua en las proporciones necesarias, dentro de un gran tinajón enterrado en el piso de Figura 8: Paleta y piedra un espacio amplio y techado en el interior de la casa. 3- Después se procede al “amasado” que consiste en pisar y amasar la arcilla sobre un plástico extendido en el suelo. 4- Una vez finalizado el amasado, se extrae una porción de arcilla adecuada, según el tamaño de la vasija a realizar, y se Figura 9: Alisado de la pieza le da forma ahuecándola con las manos. 5- Cuando la pieza está modelada, se 6- Posteriormente, la vasija se cubre efectúa el “alisado” utilizando una piedra y con un engobe de color rojizo y se la deja una paleta de madera, técnica cuyos oríge- secar una semana bajo sombra y un día al nes se remontan a la época prehispánica sol. (Bankes 1985) (Fig. 8 y 9), según lo de- 7- Finalmente, se realiza la cocción muestran los hallazgos de Narihualá (Fer- que tiene lugar en un horno al aire libre, el nández Villegas 1990). Algunos artesanos cual consiste en una concavidad realizada Centro de Investigaciones Precolombinas • 125 Walter Álvarez Iparraguirre, María Andrea Runcio y César Gálvez Mora en la tierra, donde se colocan las vasijas en es tierra de alfareros. La mayoría de sus hi- el fondo y se las cubre con leña de zapote jos se están dedicando a la alfarería y no (Capparis angulata), fragmentos de vasijas quieren que esta actividad se pierda porque (callana) y finalmente pajilla de arroz, de- son conscientes que se trata de una tecno- jando un hueco para encender el fuego, el logía muy antigua. cual también sirve como conducto de venti- Producen mayoritariamente recipientes lación. La cocción dura 24 horas y una vez de uso doméstico (ollas, tinajones, jarras, concluida se deja enfriar las vasijas durante cacerolas, peroles, cántaros) y objetos orna- un día. mentales (macetas, floreros) (Fig. 10). Ellos venden sus productos en varios espacios: la Casa del Alfarero (un local ubicado frente al pueblo, junto a la carretera Piura – Catacaos), la cercana ciudad de Catacaos y, en menor medida, en el ámbito provincial así como en otras localidades costeñas, como Lima y Tumbes. PROBLEMAS Y DESAFÍOS EN AMBAS COMUNIDADES Entre otros factores, el limitado comercio de las ollas de Sinsicap debido a su reemplazo por ollas de bronce y aluminio y Figura 10: Vasijas elaboradas en Simbilá la consiguiente reducción de su producción hace que los jóvenes del pueblo no quieran A diferencia de Sinsicap, actualmente un incursionar en esta actividad, por conside- promedio de 40 alfareros de Simbilá forman rarla poco rentable y sin mayor perspectiva la Asociación de Alfareros Tallanes. Ellos para su futuro. se sienten reconocidos en su comunidad Si bien los viejos maestros alfareros de- porque el pueblo los mira como maestros y sean que la cerámica no desaparezca y están tienen la satisfacción de decir que Simbilá dispuestos a transmitir sus conocimientos a 126 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 los jóvenes para continuar con la tradición, respaldo de importantes instituciones regio- un problema adicional a ser considerado es nales, y se construyó un horno para la la migración de la juventud hacia las gran- elaboración de las artesanías en el centro des ciudades y, posiblemente, la precaución educativo (Fig. 11), pero el proyecto no ante las enfermedades derivadas de la dedi- tuvo el respaldo necesario. cación continua a alfarería como la osteoporosis y el reumatismo. El problema del transporte es otro factor que afecta la comercialización de las vasijas. Si bien el traslado hacia los poblados cercanos se realiza a lomo de bestia o en los vehículos que pasan por la zona, es difícil llegar a ciudades como Trujillo, donde la venta podría ser mayor. Asimismo, el proceso que pone en riesgo la continuidad de esta tradición se ve acelerado por la falta de apoyo de las instituciones públicas y privadas, en particular por el órgano de gobierno local, posiblemente debido al desconocimiento de su verdadero Figura 11: Horno construido en Sinsicap potencial en el desarrollo del pueblo de Sinsicap. Por lo tanto, se requiere que las insti- Algunos intentos por rescatar esta tradi- tuciones públicas y privadas participen en el ción por parte de diferentes instituciones, rescate de esta antigua tradición desde una no han dado los frutos esperados quizás de- perspectiva que respete y valore las prácti- bido a la falta de una metodología adecuada cas originales, excluyendo elementos y para analizar la naturaleza del problema. prácticas contemporáneas que desvirtúen la Por ejemplo, hubo una iniciativa por parte forma ancestral de elaborar las vasijas. Por de los sinsicapinos residentes en Trujillo y su parte la Municipalidad podría impulsar la Escuela Superior de Bellas Artes de esta normas que protejan la continuidad de la ciudad de crear un centro artesanal con el tradición alfarera en Sinsicap, como ocurrió Centro de Investigaciones Precolombinas • 127 Walter Álvarez Iparraguirre, María Andrea Runcio y César Gálvez Mora en el caso de Simbilá, y cooperar a favor de proviene de Chulucanas (Fig. 12), la cual ello. Asimismo, la promoción del reconoci- tiene mayor demanda entre los turistas. miento de la actividad alfarera como patrimonio cultural, como es el caso de la Faja Pata y la Faja Sara elaboradas por las tejedoras del cercano pueblo de San Ignacio, puede contribuir a este propósito. En Simbilá, la problemática actual de los alfareros se vislumbra mejor a través de las Figura 12: Cerámica de Chulucanas expresiones de los propios artesanos. Genaro Paz Sosa sostiene que la venta de Los alfareros de Chulucanas -descen- los recipientes no compensa el trabajo in- dientes de inmigrantes de Simbilá- dejaron vertido y los costos de traslado de la ma- de lado la elaboración de piezas utilitarias e teria prima y de la leña, por lo cual sólo les introdujeron innovaciones que les han per- alcanza para sobrevivir. Según Don Genaro, mitido desarrollar una producción de cerá- el único artesano de Simbilá que trabaja en mica artística muy cotizada en el ámbito na- la Casa del Alfarero, pocos colegas suyos cional e internacional, la cual rescata la llevan sus productos a este local para ven- técnica prehispánica del negativo-positivo derlos, ya que la mayoría trabaja y vende en de la cerámica Vicús. sus propias casas. Menciona que en la Casa Entonces, la posibilidad del incremento del Alfarero tiene la oportunidad de vender de la demanda de los recipientes de Simbilá a mejor precio en relación a los demás se ve mermada por las características de los alfareros, por lo cual sostiene que los otros mismos, más orientadas al aspecto utilita- artesanos deberían uniformar los precios rio. Y aún cuando algunos alfareros han para que todos puedan obtener ganancias adoptado una nueva tendencia a producir similares. recipientes artísticos, la limitación reside en El mayor problema que afrontan las va- la tecnología misma, por cuanto a diferen- sijas de Simbilá es que se insertan en el cia de la cerámica decorativa producida por contexto de un mercado competitivo que les los alfareros de Chulucanas, el producto de brinda pocas oportunidades, pues se halla Simbilá resulta ser más tosco y pesado. capturado por la cerámica decorativa que 128 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 En opinión de los artesanos de otro raciones que, además, tienden a emigrar en rubros de la ciudad de Catacaos, hace falta busca de nuevas posibilidades, hecho que es mayor divulgación de la actividad de los evidente en Sinsicap. De otro lado, los reci- alfareros de Simbilá, quienes, por otro lado, pientes ornamentales (como los de Chulu- no suelen asistir a las ferias debido al peso canas) representan la mayor preferencia en y fragilidad de sus productos y los costos de un mercado cuyo interés se va alejando de pasajes. Hay consenso en que los alfareros la adquisición de vasijas utilitarias, ponien- de Simbilá tendrán un mejor futuro si do a los alfareros tradicionales en la disyun- cambian las características de sus productos tiva de variar su tecnología (lo cual signifi- y los mejoran pero usando las mismas téc- ca ir alejándose de la tradición) o desapare- nicas locales. Asimismo, coinciden en que cer. Existen iniciativas para el mal llamado los alfareros necesitan capacitación para mejoramiento tecnológico, que no es sino la que puedan innovar sus productos y obte- introducción de técnicas foráneas. Estas ner préstamos para mejorar su producción, iniciativas llevan no solo a la edificación de acopiar sus recipientes y uniformizar pre- locales de material distinto al tradicional, cios para no venderlos a bajo costo. sino a la construcción de hornos cuyo dice- Adicionalmente consideran que una de ño difiere notoriamente de los ancestrales, las dificultades de la Asociación de Alfa- por lo cual no son utilizados por los alfa- reros Tallanes es la escasa participación de reros. Esto refleja la ausencia de una visión sus miembros para gestionar apoyo, lo cual antropológica del problema, sumada a la hace que pierdan oportunidades. indiferencia de las autoridades locales, como en el caso de Sinsicap. La iniciativa de COMENTARIOS FINALES la Municipalidad Distrital de Catacaos de proteger con una norma a los alfareros de Aunque con ciertas ventajas compara- Simbilá, obligando a los locales dedicados a tivas de Simbilá con respecto a Sinsicap, en la venta de comida al uso de recipientes de el fondo los alfareros de ambos pueblos cerámica utilitaria, ha dado resultados posi- enfrentan retos similares, relacionados a la tivos y debería ser imitada en Sinsicap, para continuidad de la tradición en un contexto evitar la pérdida de la tradición, como suce- donde la llamada “modernidad” influye en dió en Coina, localizado en la misma pro- el paulatino desinterés de las nuevas gene- vincia de Otuzco (Saldívar 2006). Centro de Investigaciones Precolombinas • 129 Walter Álvarez Iparraguirre, María Andrea Runcio y César Gálvez Mora Sin duda, se requiere también de progra- expresión del patrimonio cultural inmate- mas de capacitación en cuya realización rial. Por lo tanto, los alfareros tienen que ser participen los maestros alfareros en sus convocados como parte de la evaluación de respectivos pueblos, los mismos que serían las diversas iniciativas y aceptar aquellas dirigidos a los jóvenes. Pero también se que les favorezcan sin que ello signifique necesita ampliar y mejorar el mercado para cambios abruptos que se alejen de la tradi- los productos y alentar una mayor diver- ción milenaria que ellos representan, de sidad de objetos producidos sin abandonar modo que la cooperación haga posible la la tradición tecnológica. Es decir, mantener continuidad y el fortalecimiento de la mis- la producción de vasijas utilitarias para el ma, donde los alfareros sean parte del lide- mercado tradicional y empezar una línea razgo y no personas subordinadas a pro- paralela de objetos ornamentales para otros puestas externas. mercados. En este aspecto es importante Asimismo, consideramos que la iniciati- mencionar la experiencia de la comunidad va de diversificar los productos debe apare- alfarera de Charamuray (distrito de Colque- jarse con la capacitación de los pobladores marca, Cusco), donde la Universidad Na- en el manejo de su producción y su distri- cional San Antonio de Abad del Cusco bución ya que ellos deberían poder vender introdujo algunas innovaciones tecnológi- directamente sus productos sin la necesidad cas (horno de dos niveles, torno de pedal) de intermediarios. para reducir las pérdidas de la cantidad de En suma, el desarrollo a futuro de la piezas elaboradas y conseguir productos alfarería de Simbilá y Sinsicap requerirá del interesantes para el mercado externo (Roel fortalecimiento de las propias capacidades 2009). Asimismo, la cerámica de Charamu- de los alfareros, la diversificación de la ray fue declarada Patrimonio Cultural de la oferta con un mayor repertorio de formas Nación por el Instituto Nacional de Cultura, manteniendo pero recreando la tecnología el 5 de julio del 2008. prehispánica y alentando la promoción y En Simbilá y Sinsicap, tales innovacio- protección del mercado local, regional y nes deberían ser generadas y aceptadas por nacional. También es necesaria su participa- los mismos alfareros. Para esto es indispen- ción en toda iniciativa promovida externa- sable el reconocimiento de lo que los alfa- mente para lo cual es preciso que los alfa- reros representan y del significado de esta reros establezcan una interacción de mutuo 130 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 respeto entre ellos, las autoridades y las Druc, I. organizaciones vinculadas a la artesanía 1996. De la etnografía hacia la arqueología: tradicional, aspectos en los cuales es aportes de entrevistas con ceramistas de imprescindible un mayor aporte de la ar- Ancash (Perú) para la caracterización de la queología y la antropología en la política cerámica prehispánica. Bulletin de l`Institut cultural de las municipalidades distritales y Française d`Études Andines 19(1): 103- provinciales. 127. Lima. BIBLIOGRAFIA Fernández Villegas, O. 1990. La Huaca Narihualá, un documento Bankes, G. para la etnohistoria de la costa norte del 1985. The manufacture and circulation of Perú. paddle and anvil pottery on the North coast d`Études Andines 25(1): 17-41. Lima. Bulletin de l`Institut Française of Peru. World Archaeology 17 (2): 269277. Kelley, D. 1971. Reconocimientos arqueológicos en la Billman, B. costa norte del Perú. Arqueología y So- 1996. The evolution of prehistoric political ciedad 5: 1-16: Museo de Arqueología y organizations in the Moche Valley, Peru. Etnología. Universidad Nacional Mayor de Tesis doctoral. University of California, San Marcos. Lima. Santa Barbara. Monzón, S. Camino, L. 1991. El estudio de la cerámica y su 1981. Los que vencieron el tiempo. Perfil contribución a una investigación interregio- etnográfico de un centro alfarero. CIPCA. nal, el caso de Piura. Bulletin de l`Institut Lima. Française d`Études Andines 20(2): 589- 1983. Los últimos olleros de Sinsicap. Bo- 597. Lima. letín de Lima 29: 31-36. Lima. 1984. Tarika, un centro alfarero. Boletín de Ravines, R. y A. Matos Ávalos Lima 35: 49-53. Lima. Centro de Investigaciones Precolombinas • 131 Walter Álvarez Iparraguirre, María Andrea Runcio y César Gálvez Mora 1983. Inventario de monumentos arqueoló- Saldívar, S. gicos del Perú. Zona norte (Primera aproxi- 2006. Coina, un centro alfarero ya extin- mación). Instituto Nacional de Cultura. Lima. guido. Revista del Museo de Arqueología, Antropología e Historia 9: 363-375. Uni- Roel, P. versidad Nacional de Trujillo. 2009. Olla de piedra: la cerámica de la comunidad de Charamuray. Gaceta Cultural Shimada, I. del Perú 39: 6-9. Instituto Nacional de 1994. La producción de cerámica en Mórro- Cultura. Lima. pe, Perú: productividad, especialización y espacio vistos como recursos. En: Tecnolo- Runcio, M. A. y C. Gálvez Mora gía y organización de la cerámica prehis- 2009. Simbilá: problemas y desafíos de un pánica en los Andes. I. Shimada (ed.). pueblo de alfareros en la costa norte del Fondo Editorial, Pontificia Universidad Perú”. Revista ANTI Especial Nº 3. II Colo- Católica del Perú. Lima. quio Binacional Argentino-Peruano “Ciencias Antropológicas aplicadas al Desarrollo”. Instituto Superior del Profesorado “Dr. Joaquín V. González”. Centro de Investigaciones Precolombinas 132 • Centro de Investigaciones Precombinas CIRCUITO ARQUEOLÓGICO DE LA LIBERTAD. CHAN CHAN, HUACA DE LA LUNA Y EL BRUJO. ASPECTOS Y RECOMENDACIONES María Laura Gili y Graciana Pérez Zavala Centro de Investigaciones Precolombinas mlauragili@yahoo.com.ar INTRODUCCIÓN Delgado (2000), quien realizara un exhaustivo estudio de las tecnologías constructivas E l presente informe se realiza en el norcosteñas, señala una serie de condicio- marco del Convenio Interinstitu- nes básicas a tener en cuenta para establecer cional de Apoyo Mutuo entre el un patrón de análisis en las tecnologías de Instituto Superior de Profesorado Joaquín tierra empleadas en la construcción; dichas V. González, el Centro de Investigaciones condiciones, deben buscarse en sitios que: de Precolombinas, ambos de la ciudad de a. den evidencia de construcciones tem- Buenos Aires, Argentina y el Instituto Nacional de Cultura La Libertad de la ciudad de Trujillo, Perú. Toma para el análisis tres sitios arqueológicos patrimoniales de la costa norte de Perú emplazados en el pranas, b. muestren diversidad de procesos de poblamiento con materiales diferentes, c. evidencien etapas constructivas y procesos experimentales. Departamento de La Libertad y Valle de Según el autor que seguimos aquí, el Chicama: Huaca de la Luna; Complejo Valle de Moche, puede ser entendido como Arqueológico Chan Chan y Complejo un “espacio experimental antiguo”, Campa- Arqueológico El Brujo. na Delgado (2000: 13-15). La costa norte de Perú es próspera en Nos proponemos realizar una descrip- monumentos arqueológicos fabricados en ción general de los sitios mencionados en tierra, barro, adobe o adobón. Campana base a los siguientes criterios: 1) emplaza- María Laura Gili y Graciana Pérez Zabala miento del sitio; 2) espacio ocupado por el lograban los extraían de sustancias mine- sitio; 3) registro patrimonial y 4) política rales como limonita (amarillo), hematita del sitio. (rojo), arcilla (blanco) y carbón (negro). La Huaca de la Luna dista a unos 500 HUACA DE LA LUNA metros aprox. de la Huaca del Sol, la cual habría sido construida posteriormente. En- La Huaca de la Luna está ubicada a 8 km tre medio de las Huacas del Sol y de la al sur de Trujillo. El sitio corresponde a la Luna se destacan antiguas viviendas, espa- cultura Moche (200d-C.-750 d.C.) pertene- cios para preparación de alimentos, como ciente al período de Desarrollos Regionales también una plataforma que mira a un o Intermedio Temprano. Habría funcionado posible altar. El área intangible está rodeada como centro ceremonial y contiene una por la carretera, el valle y casas de pobla- zona urbana compuesta de viviendas gran- dores actuales. des, avenidas, callejones, corredores y pla- La Huaca de la Luna posee un museo de zas, lo cual da cuenta de una alta organi- sitio denominado Centro de Investigaciones zación política, religiosa, económica y y Visitantes que se distribuye en varias social. Está conformada por templos super- habitaciones en torno a dos patios. La puestos según distintas etapas del poder arquitectura sigue la línea constructiva del mochica, que dan la forma de pirámide sitio por lo que no impacta visualmente en trunca. Los materiales de construcción son el mismo: techos bajos, postes y quincha, los adobes, adobes con impresiones o paredes en tonalidades naranja y beige. sellos, adobones y adobitos conservándose Alrededor de éste se observa una parquiza- aún unos 10.000 metros2 de superficies ción con cactus y flores del lugar. En uno policromas. En los adobes se han identifi- de los patios se disponen mesas con artesa- cado 128 marcas de origen provenientes de nías, que reproducen los diseños de los comunidades cercanas; cada una aportaba murales y cerámica. El sitio cuenta con una cierta cantidad de adobes para la cons- financiación privada, correspondiente a una trucción de los tempos. En alguna de sus marca de cervezas. paredes contiene murales polícromos con El ingreso a la Huaca se realiza a través una fuerte presencia de la representación al de una senda escalonada por tramos dios degollador Ai-Apaec. Los colores que acompañada de paneles explicativos y 133 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 visuales. En el interior de la Huaca se UNESCO la incorporó en la lista del disponen pasillos con cordeles a modo de patrimonio mundial el 28 de noviembre de barrera psicológica; cada sector está cubier- 1986. to por techos de quincha sostenidos por En el caso de Chan Chan, los problemas pilotes de caña, similares a los originales. de patrimonio se visualizan en su relación La lógica expositiva de los diferentes con la sociedad. Se pueden diferenciar tres sectores sigue el curso de las investiga- aspectos: ocupación de terrenos en el área ciones arqueológicas; se abren al público a intangible por agricultores (a quienes lla- medida que éstas se realizan. man “invasores”); saqueos de huaqueros; utilización del sitio como área de esparci- COMPLEJO ARQUEOLÓGICO DE miento (ciclistas y motociclistas); crecimiento demográfico (hay barrios que ya CHAN CHAN lindan con el sitio); delincuencia provocada La Ciudad Sagrada de Chan Chan es el por el turismo que se sale de las áreas asentamiento urbano más grande del reino vigiladas. Carece de área de amortigua- Chimor, fundado por el mítico Tacaynamo. miento dado que en ella habitan pobladores, Está situada en la margen derecha del valle una industria y un cementerio. Otro aspecto de Moche, en el actual distrito de a tener en cuenta es el efecto destructivo Huanchaco provincia de Trujillo, departa- que ocasiona en los adobes el crecimiento mento de La Libertad. El complejo arqueo- del nivel de las napas freáticas, y especial- lógico se divide en dos grandes áreas: área mente, las secuelas que está originando en nuclear (ciudadelas, anexos, subanexos, el lugar conocido como Reservorio o arquitectura intermedia y barrios populares) Huachaque. y área marginal (graneros, depósitos, cami- Los comienzos de Chan Chan como urbe nos, pirámides, diques, lagunas, murallas se remontan al siglo X de nuestra era. limítrofes y de circunvalación, cementerios, Según la leyenda, su fundador fue el mismo acequias, huertos). Su extensión original era Taykanamo (creador del reino Chimú). Sus 2 de 20 Km (aprox.); su extensión actual 2 descendientes fueron quienes gobernaron (zona intangible) es de 14.15 Km ; tiene hasta mediados del siglo XV, cuando el una altitud de 16 msnm y se sitúa a 550 Km reino Chimor fue incorporado al Tahuan- de Lima y a 5 Km de la ciudad de Trujillo. tinsuyo entre el 1460 y 1480. Centro de Investigaciones Precolombinas • 134 María Laura Gili y Graciana Pérez Zabala A fines del siglo XIII, Chan Chan era el centro urbano más extenso de América del 1960. Este sector está habilitado al ingreso de visitantes. sur, y a mediados del siglo XV (1450 d.c.) El Complejo cuenta con un Museo que el reino de Chimor ocupó más de 1000 posee varias salas. En la primera se procura kilómetros de la costa peruana, sobre un ubicar cronológicamente al espectador en el 2 área de 40000 Km . Dentro de este terri- Área Nuclear Andina. Otra sala estaba torio hubo un gran número de poblaciones dedicada a los distintos tipos de construc- asentadas entre el río Zarumilla (Norte) y el ciones de viviendas, templos, palacios, etc.; río Chancay (Sur) y desde el Pacífico hasta en ella, también pudimos observar los mate- la parte baja de la Cordillera de los Andes. riales de construcción tales como: adobes, Las construcciones monumentales de maderas de huarango. En otra sala se divi- Chan Chan, evidencian la culminación de saron cerámicas, textiles, utensilios de un proceso constructivo particular a la trabajo, ídolos, etc. Todas las salas poseen región norcosteña y del Valle de Moche, escenificaciones en tamaño natural de específicamente. Allí, las influencias recibi- instancias de la vida cotidiana, rituales y das por otros grupos, representan instancias ceremoniales. Tiene una sala interactiva que de invención, evolución y desarrollo de presente un espectáculo de luz y sonido tradiciones tecnológicas. Si bien Chan Chan sobre una maqueta del Complejo que ocupa se encuentra asentada sobre una gruesa todo el piso de la habitación. Su guión gravera de origen aluvial que le otorga recrea la historia, la cotidianeidad y las estabilidad a sus construcciones, tuvo en etapas de expansión del pueblo Chimú. Ésta diferentes momentos de su historia, movi- sala está dirigida por una computadora y mientos telúricos que destruyeron sus edifi- presenta dioramas, maquetas y restos de cios. Con el tiempo, esto generó una técnica objetos pertenecientes a la citada cultura. constructiva flexible, que eludía en parte las Al ingresar al sitio hay un centro infor- fuerzas sísmicas. Probablemente, lo dicho mativo con sala explicativa y locales explique las formas de asentar los adobes comerciales. El ingreso al sitio sólo se reali- que en ella se pueden observar. za bajo el acompañamiento de guías. El Palacio Tschudi, o Nik An, tiene En cumplimiento del Plan Maestro reali- sectores reconstruidos siguiendo la lógica zado por el INC en 1987 (aprobado en el de monumentalización de la década de 2000) en el año 2006 se formó una Unidad 135 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 Ejecutora. Ella tiene por objetivo aplicar los más se extendió en el tiempo y dejó proyectos del PM con un prepuesto de 10 arquitectura monumental); Lambayeque; millones de soles. Chimú; Inca; ocupación colonial. En el siglo XVI delante de la huaca Cao Viejo los COMPLEJO ARQUEOLÓGICO EL dominicos construyeron una iglesia. La ocupación fue continua. BRUJO El grupo visitó la Huaca Cao Viejo. Es la Se encuentra cerca de las actuales pobla- edificación Moche más grande del com- ciones de Magdalena del Cao, El Nazareno plejo arqueológico. Tiene la forma de una y Cortavío, todas ellas pertenecientes a la pirámide trunca, con lados escalonados. provincia de Ascope, Trujillo. En las inme- Posee 4 grandes templos. Posee una gran diaciones del complejo se destacan el mar y plaza de 140 metros de largo y 75 de ancho, los cerros y en sus laderas se desarrollan en dirección sur norte (propio de la arqui- plantaciones de azúcar. tectura moche). Las fachadas eran escalo- El Complejo consta de varias Huacas pertenecientes a distintas culturas nadas pintadas en rojo, verde y amarillo. y Está construido con adobes y se han momentos cronológicos de la historia del reconocido 288 marcas. En la Huaca Cao Perú y, en particular a la Cultura Moche los adobes son de diferentes tipos, de (200d.C.-750d.C.). En el complejo se pue- acuerdo a la etapa constructiva: lisos o con den distinguir diferentes asentamientos: marcas incisas (posiblemente de tributa- Huaca Prieta; Huaca Cortada; Huaca Cao ción). Viejo; Huaca el Brujo, tomando el Com- Este templo Moche tuvo vigencia desde plejo el nombre de esta última. A lo largo el 200 d.C. hasta el 750 d.C. En este del tiempo y hasta el presente el lugar período sufrió varias remodelaciones arqui- constituye un centro ceremonial para los tectónicas, correspondiendo cada una a una shamanes de la región, que ingresan al cerro nueva fachada. En la cima de la Huaca se para hacer sus rituales. encontró la “Dama de Cao”. Las condicio- El registro arqueológico del área da nes naturales permitieron en ella la conser- cuenta de las siguientes ocupaciones: Huaca vación de su piel y textiles. Medía 1,45 Prieta, Cupisnique (formativo costeño), metro y tenía entre 20 y 25 años. Habría Salinar, Gallinazo, Virú; Moche (es la que fallecido por una gran infección en instanCentro de Investigaciones Precolombinas • 136 María Laura Gili y Graciana Pérez Zabala cias parturientas. Su ajuar funerario da cuenta de que era una gobernanta moche. La investigación, conservación y puesta en valor ha sido planificada en el tiempo. 3. Propiciar el desarrollo de publicaciones científicas que den a conocer los resultados de registros de campo y sus interpretaciones. Todo está protegido, se circula por sobre- 4. Evitar la nueva apertura de sitios pisos a los originales y por sendas con arqueológicos al turismo masivo asegu- barandas de caña. Las pinturas en los rando su resguardo para generaciones murales tienen tratamientos de protección futuras. para fijarlos, manteniéndose los pigmentos 5. Proteger los murales con iconografía y originales (amarillo, azul, rojo, negro y representaciones (Huaca de la Luna y El blanco). En la Huaca no se realiza recons- Brujo) del daño causado por el impacto trucción sino reposición de adobes caídos. de vientos, lluvia y efecto antrópico. En el centro de investigación se hacen 6. Realizar en la sede del Instituto Nacio- trabajos de laboratorio acondicionado las nal de Cultura, La Libertad, cursos y piezas que acompañaban a la Señora de talleres de formación patrimonial desti- Cao. Se está construyendo un Museo de nados a los empleados del INC y abierto Sitio para su muestra al público. La a docentes y alumnos de instituciones Fundación Wisse desde 1990 financia las educativas de la ciudad y región y al investigaciones en el Complejo el Brujo. público en general. 7. Crear en las instalaciones del INC una RECOMENDACIONES sala de interpretación que resuma y presente al público de La Libertad el 1. Incluir en la folletería y los paneles los circuito arqueológico de la región. Se criterios de conservación y preservación sugiere tomar ejes de: investigación, de los Complejos Arqueológicos. relato histórico -arqueológico, conserva- 2. Explicitar los criterios de exhibición de los restos de la Señora de Cao. Se ción de los bienes y difusión de criterios de preservación integrales. recomienda añadir a las justificaciones las interpretaciones sobre la cosmovisión moche acerca de sus muertos. 137 • Centro de Investigaciones Precolombinas Trujillo, 23 de febrero de 2008 INFORME DEL PROYECTO: EL PROBLEMA DE LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL BILINGÜE. ENTRE LOS INSTITUTOS DE FORMACIÓN DOCENTE Y LA PRÁCTICA EN LAS COMUNIDADES, PROVINCIA DE MAYNAS, REGIÓN LORETO, PERÚ María Laura Gili Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Humanas. Universidad Nacional de Villa María. Investigadora Adscripta CIP. mlauragili@yahoo.com.ar INTRODUCCIÓN En esta oportunidad el tema planteado para analizar fue la educación intercultural L a visita a la Comunidad Nativa bilingüe, sus particularidades en la Amazo- Yagua, en la quebrada de Urco nia peruana, los resultados de su aplicación Miraño y a la Comunidad Nativa y sus perspectivas a partir de la observación Mai Juna, en la quebrada del Sucusari, y registro de dos casos: la comunidad Na- ambas situadas en el rio Napo, se realizó tiva Yagua, de Urco Miraño y la Comuni- con la guía del Sr. Augusto Cardenas dad Nativa Mai Juna, de Sucusari. En visi- Greffa, la Prof. Julissa Rondon y el Lic. tas realizadas en los meses de febrero de Teodulio Grandez, docente del Departa- 1998, 1999, 2000 y 2002 (en 2004 visita- mento de Ciencias Sociales, Facultad de mos las Comunidad Mestiza de Centro Are- Ciencias de la Educación y Humanidades, nal), tuve oportunidad de realizar registros Universidad Nacional de la Amazonía Pe- con enfoque antropológico de la vida de los ruana, entre los días 12 al 14 de febrero de pobladores en las mencionadas comunida- 2008. En ambas comunidades habíamos des como también en comunidades del estado en ocasiones anteriores, entre 1998 y Ampiyacu, el Yahuasyacu y el Nanay. 2002, en cumplimiento del Convenio Institucional entre la UNAP, el IJVG y el CIP. En términos metodológicos, se realiza un enfoque antropológico de tipo diacrónico, María Laura Gili con perspectiva sobre el transcurso del La primera comunidad visitada fue Urco comportamiento en el tiempo de los pobla- Miraño; comunidad Yagua fundada en dores de comunidades nativas del río Napo, 1975, ocasión en que recibieron el título de factible de realizar por las visitas anteriores propiedad de las tierras que ocupan, bajo el a los sitios mencionados. La observación se gobierno de Velasco Alvarado. Allí llega- completa con una entrevista al Lic. Gabel mos el 12/02 a las 21:30 hs (aprox.) luego Garcia Sotil docente-investigador que traba- de quedar nuestro bote varado en la quebra- ja en el sistema educativo de la ciudad de da dado a la bajante de los ríos en esta épo- Iquitos y tiene experiencia en educación ca del año. Al llegar nos esperaban y aloja- intercultural en el Instituto Pedagógico de ron en la Escuela Inicial. Al día siguiente, al dicha ciudad y en la UNAP donde se for- amanecer, se acerco a saludarnos Don An- man los maestros bilingües. tonio, quien fuera jefe de la comunidad en El informe se organiza a partir de la la visita de 1998. Actualmente dicho cargo presentación de las comunidades visitadas y lo ocupa uno de sus hijos, ausente de la el registro realizado en los días de campo, comunidad en estos días. La comunidad antecedentes y diagnóstico sobre la región ocupa 3 km a lo largo de la quebrada y 5 obtenida de autores locales, docentes de la km hacia el monte. Cuenta con tres niveles UNAP, conclusiones y recomendaciones de educación formal: Inicial, Primario y sobre acciones a implementar en temas Secundario. En todos ellos se aplica la vinculados a la interculturalidad. educación intercultural bilingüe. Trabajan tres docentes, uno solamente domina la REGISTRO DE CAMPO lengua yagua, por ser de la comunidad, los otros dos son cocama y bora respectiva- Comunidad Nativa Yagua, quebrada de mente. En las escuelas reciben también Urco Miraño alumnos que vienen de comunidades vecinas y los alojan en una casa particular La visita se realizo entre el 12 y 14 de dispuesta a tal efecto. En el día de nuestra febrero de 2008. Partimos del Puerto Bella- visita (en periodo de receso escolar aun) la vista Nanay, en Iquitos, rumbo a Mazán. estaban ocupando dos turistas españoles. Allí el alcalde nos facilito el transporte para Los hombres se encontraban en miga de navegar hacia las comunidades del Napo. hojas, las mujeres en sus casas ofreciendo 139 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 masato de pijuayo, de yuca y de yuca y bien para recibir turistas con bailes, cantos maíz preparado para la ocasión. y trajes tradicionales. A cambio, ellos dejan El grupo se dividió en sectores para visi- una contribución en dinero no tarifada aún. tar las casas. En mi caso tuve oportunidad En la plaza central de la comunidad se de conversar con Valmer, un adolescente de observan tres ovejas, flacas y con el vellón 16 años que cursa el 3º año en la escuela caído, mientras que camino a la cocamera secundaria, donde asisten 80 alumnos. En observamos la presencia de vacunos. En su casa, un hermano mayor, de 25 años cur- ambos casos, son especies alóctonas de sa el 5º año, mientras dos hermanitos meno- dificultosa incorporación al ambiente ama- res cursan la escuela primaria, la cual cuen- zónico. Ninguna de ellas estaba en nuestra ta con 120 alumnos. Valmer solo puede primera visita a la comunidad en 1998. mencionar palabras sueltas en yagua, su A su vez, la comunidad cuenta también lengua nativa, por ej.: jivy (hola) y rayana- con el apoyo de la CAAP, Centro Amazó- mã (chau), luego de mucho insistir. Agrega nico de Antropología y Aplicación Práctica, que el maestro les enseña también las fies- ONG de la Iglesia Católica Española. La or- tas y costumbres yagua como la elaboración ganización les ha ayudado a implementar del masato, la minga y las fiestas de la proyectos de producción. Esto modifico no- comunidad. tablemente el emplazamiento de la comuni- Luego, en camino a la cocamera de dad desde nuestra visita en 1998; así por reciente fabricación, Deodín, Teniente Go- ejemplo, ahora se observan construcciones bernador de la comunidad, me diría que nuevas cerradas, de dos plantas, parquiza- consideran de gran importancia la presencia ción en algunos sectores con flores y cercas, de los niveles de educación en la comu- recipientes clasificados para la basura, un nidad, como la educación bilingüe, porque proyecto agroforestal con identificación y ellos favorecen la permanencia de los más plantación de plantas maderables y medici- jóvenes en la comunidad, su mejor prepara- nales. ción y el reforzamiento de la identidad yagua. La cocamera, vivienda comunal tradicional hoy reemplazada por viviendas ais- Quebrada de Sucusari, Comunidad Nativa Mai Juna ladas unifamiliares, es utilizada para reunió- Al mediodía del 13/02 nos retiramos en nes especiales como tomar la ayahuasca o lancha por la quebrada de Urco Miraño Centro de Investigaciones Precolombinas • 140 María Laura Gili rumbo a la quebrada de Sucusari, para agobiante presencia de zancudos que notá- encontrarnos con la comunidad Mai Juna, ramos en nuestra visita anterior. Ocasión en conocida en el pasado por sus condiciones que la comunidad sufría de un ataque de guerreras, también llamada Orejones o “Co- malaria endémica que los dejaría en estado to” (termino despectivo que refiere al anómico varios meses. La posibilidad de mono). Llegamos allí a las 15:45, para fumigación un año atrás, en 2007, les alojarnos en la escuela. Hay poca gente, los permite hoy estar libres de zancudos. Ellos hombres están en el monte y las mujeres se atribuyen a este factor el no rebrote de la fueron a Tamanco, rio arriba, a cobrar un malaria. subsidio de $100 que el Estado le paga Al igual que en Urco Miraño, también mensualmente a cada mujer con niños. Este aquí hay ganado vacuno muy flaco con escaso aporte es resultado de un proyecto indicios de patologías severas a poco de del actual gobierno de Alan García. Al morir. Cinco años atrás los recibieron de retirarse las mujeres a Tamanco, los niños parte del alcalde de Mazan para quedar en quedaron solos. Son aproximadamente 10 custodia de la comunidad. No consumen su niños que no cenaron ni desayunaron ese carne, los faenan para vender su carne en día y el anterior. casi su totalidad al regatón. No recibieron En la escuela había material didáctico indicaciones técnicas sobre la crianza y la bilingüe empleado por el maestro en su alimentación de estos animales de pampa y desempeño áulico, realicé allí registro pradera, que desconocen por completo; solo fotográfico digital del Modulo/Modulomis- una vez los vio un veterinario. ka. Bilingüe Quechua-Castellano, de 2002, A las 8:30 hs del 14/02 llegan del monte Publicado por el Instituto Peruano de Edu- los hombres, entre ellos, el maestro bilingüe cación en derechos Humanos y la Paz. de la comunidad, Emerson. Nos reciben en También pude registrar un texto de Ciencias reunión en la vivienda de uno de los mo- Sociales, de Editorial Santilla. Esparcidas a radores que nos ofreció su cocina para lo largo de la quebrada, se observan las preparar nuestros alimentos. Allí el maestro casas, muchas de ellas con aparente aban- sintetizo con mucha claridad y precisión los dono de sus moradores. El pasto esta creci- problemas de la comunidad y de la escuela. do, es notable el estado de abandono gene- Actualmente viven en Sucusari 127 pobla- ral de la comunidad, aunque no se siente la dores. La comunidad cuenta con escuela 141 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 primaria de 26 alumnos, dos de los cuales federación es el avance en sus aguas y están en condiciones de pasar a la secun- tierras de Explorama Lodge, empresa de daria. Han solicitado una escuela secundaria capital extranjero dedicada a la explotación que asegure la continuidad en el estudio de turística de la selva. En el caso del Sucusari, los niños. Carecen de elementos escolares, solo les queda la entrada a la cocha. El carpetas, libros y utilería como armarios y ingreso del Estado Peruano al ALCA bancos cómodos, los actuales son para (Alianza Latinoamericana de Libre Comer- niños, muy chicos. Si bien constantemente cio) y las recientes propuestas del gobierno realizan gestiones en el gobierno local de de venta de sectores de la Amazonia a Mazan, lo solicitado nunca llega. La comu- inversionistas extranjeros, complejiza aun nidad no cuenta con un puesto sanitario, se mas la situación de los pobladores que ven atienden en Tamanco, a hora y medio de desaparecer sus territorios de chacra, caza distancia en peque peque (embarcación y pesca. Los madereros también son un pequeña); carecen de motor, por lo que en problema por cuanto ingresan sin permiso, las urgencias por embarazos o hemorragias tumban arboles y los llevan para vender sin se complica la asistencia inmediata necesa- dejar nada a la comunidad. ria. Usan la medicina tradicional para pequeñas dolencias, ya no tienen chaman. DIAGNOSTICO En la actualidad quedan cuatro comunidades Mai Juna; situadas en distintas que- La Amazonía peruana comprende cuatro bradas en la margen izquierda del rio Napo, departamentos: Loreto, Ucayali, Madre de forman una federación para defender su Dios (selva baja) y San Martín (selva alta). cultura. Con ella han solicitado un área de Se diferencia en dos áreas: área de selva 200.000 ha. Cuentan con un documento de amazónica y área de la cuenca del rio Ama- propiedad comunal de su territorio actual. zonas. El total de la superficie cubierta por Una ONG, CONAPAC trabaja con ellos en la cuenca hidrográfica amazónica en el proyectos botánicos, agroforestales. El pro- Perú, es de 956.751 km2, es decir el 74, 44 blema es que no reciben ayuda económica % de su territorio nacional. El bosque o para implementar las propuestas y proyec- línea de arboles, la denominada selva ama- tos que les aportan (ej: para pintura, mate- zónica, se halla en las vertientes orientales riales, etc.). El principal problema de la de los Andes, por debajo de los 3.400 Centro de Investigaciones Precolombinas • 142 María Laura Gili msnm, al Norte y de los 3.800 msnm, en el y la producción para el autoconsumo. Sus Centro y el sur. Se divide en Selva Alta, actividades son la pesca, caza, agricultura con 3.400 msnm y Selva Baja o llano migratoria por roza. En las chacras cultivan amazónico, con 400 msnm. La selva baja yuca, maíz, frijoles, plátanos. En ellas posee dos paisajes: aluvial o várzea, paisaje trabajan las mujeres para el cultivo y la plano que se encuentra en los grandes ríos, recolección; mientras los hombres preparan de suelos inundados cada año, son los mas las chacras, la roza, el desmonte. También productivos y apropiados a la agricultura; el crían gallinas, patos, cerdos (Moscoso interfluvial o de alturas, paisaje ondulado, Conde 2001). La economía indígena, por su de suelos pobres, aptos a la forestación. parte, con ocupantes ancestrales de las Ambos son pisos o espacios ecológicos de cuencas fluviales, desarrollaron su cultura e la selva. Fauna y bosque están íntimamente identidad a pesar de soldados, misioneros, relacionados. Cualquier alteración en uno regatones, colonos, caucheros, petroleros y de ellos afecta al otro. Por ejemplo la tala últimamente, intensiva del bosque, altera el régimen de Ríos 2001). Combina agricultura de peque- lluvias y seca los suelos, afectando el desa- ña escala, horticultura, caza, pesca, extrac- rrollo sostenido de la producción agrope- ción forestal, industria artesanal. Hombres y cuaria (Moscoso Conde 2001). mujeres reparten tareas de chacra, unos ro- narcotraficantes (Aguilera La composición sociocultural de la ama- zan, tumban, queman, pescan, etc. Mientras zonia loretana abarca distintos aspectos. ellas siembran, cultivan, cosechan, preparan Según la antropóloga Rosa Aguilera de la comidas, hilan y tejen, cuidan de los niños. UNAP, estos son: migración y colonización En este contexto, Garcia Sotil sostiene del área andina; expulsión de población de que el maestro bilingüe no esta preparado la selva atraídos por la ilusión citadina de para la interculturalidad; por el contrario, Iquitos que rápidamente los margina a sus egresa del instituto o de la universidad con áreas mas precarias (Mercado de Belén) y una formación fuertemente etnocéntrica que hostiles ampliando la franja de miseria de la continua presentando el relato de la historia ciudad. mestizo-criolla del Perú, relato que solo La economía campesino-ribereña es muy considera historia nacional los aconteci- compleja, su población es la más flexible mientos de la sierra y la costa peruana y para moverse entre la economía de mercado excluye la historia de la selva. 143 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 CONCLUSIONES organiza junto al resto de 600 pobladores Mai Juna de la región. Con ella están solici- A diez años de haber realizado la prime- tando un amplio territorio que los pone en ra vista a la comunidad de Yagua de Urco disputa con Explorama Lodge, empresa de Miraño, sus problemas actuales tienen que capital extranjero dedicada a la explotación ver con la aplicación de la educación turística de la selva. Una ONG, CONAPAC intercultural bilingüe, falta de mecanismos trabaja con ellos en proyectos botánicos, de transferencia para hacerla efectiva mas agroforestales. Aunque carecen de imple- allá de la escuela; la carencia de posibi- mentos necesarios a la ejecución de proyec- lidades de continuar la educación profesio- tos de mejoramiento de la comunidad. Por nal en un centro educativo terciario o uni- ultimo los madereros también son un pro- versitario de Iquitos por los costos que blema por cuanto ingresan sin permiso y implica; carencias en salud y atención sani- extraen los arboles maderables de su terri- taria; escasa cultura material, los utensilios torio. en la escasa se limitan a los necesarios; El IIAP, Instituto de Investigaciones de colonización de especies animales alócto- la Amazonia Peruana, ha propuesto como nas; transformación en la producción por el modelo de desarrollo dos niveles de aprove- accionar del CAAP; imposibilidad del acce- chamiento de la biodiversidad de la selva: so al estudio universitario o al pedagógico la explotación del valor comercial de la para ser maestro bilingüe. biodiversidad y la elevación del nivel de En el caso de la comunidad Mai Juna, las principales dificultades consisten en sus subsistencia usando al máximo la fotosíntesis. carencias de implementos áulicos para la La economía monetaria regional en con- efectiva educación intercultural bilingüe; de junto sigue al servicio de intereses econó- desarrollo de la jornada escolar sostenida a micos ajenos a la región y su gente. Por otra lo largo del año escolar, tanto del maestro y parte, las comunidades nativas presentan como de los alumnos; de elementos escola- una fuerte dependencia extra-regional, un res, carpetas, libros y utilería como arma- relativo aislamiento geográfico y una débil rios y bancos cómodos; de una escuela estructura productiva. La auto-subsistencia secundaria; de un puesto sanitario; de mo- es el potencial económico más claro de la tor. Cuentan con una federación que los región (Moscoso Conde 2001). Centro de Investigaciones Precolombinas • 144 María Laura Gili ficación y desarrollo local y regional. RECOMENDACIONES Implementar para esto espacios curricu Favorecer la formación de profesionales lares que lo favorezcan en la Carrera de universitarios con visión intercultural, Antropología, de la Facultad de Cien- que sean capaces de reconocer, respetar cias de la Educación y Humanidades de y trabajar en favor del desa-rrollo de la la UNAP. diversidad cultural de su región y país. Promover programas educativos y de Incorporar al currículo del profesorado capacitación orientados al conocimiento en educación bilingüe contenidos sobre y aprovechamiento del patrimonio cul- diversidad, bio-diversidad, intercultura- tural y natural de la región. lidad que propicien una formación mas Implementar en el currículo del profeso- amplia a los futuros docentes, supera- rado y de todas las carreras de la UNAP dora de la actual visión etnocéntrica del la educación ambiental como base de relato mestizo-criollo que impregna los una nueva concepción de vida amazó- materiales educativos. nica, para una nueva mirada sobre sus Elaborar material didáctico que de propios recursos naturales. cuenta de la región amazónica y su Desarrollar una ciencia y tecnología en cultura; incrementar el número de pu- términos de su adecuación a la realidad blicaciones sobre la historia y cultura amazónica, recuperando conocimientos peruana que incluyan en la historia na- y tecnologías nativas. cional, además de la costa y la sierra, a la selva. BIBLIOGRAFÍA Usar en las planificaciones de desarrollo regional generadas en los diferentes Aguilera Ríos, R. ámbitos de las facultades de la UNAP, Aspecto Sociocultural. En UNAP La UNAP las ventajas comparativas de la región: en su contexto. Fundación para el desarrollo comunidades nativas, clima, precipita- sostenible de la Amazonia Baja del Perú. ciones, cuerpos de agua, paisaje, etc. Iquitos. Incorporar conocimientos locales indígenas y mestizos en la zonificación eco- Garcia Sotil, G. lógica y económica local para la plani- 2001. Panorama histórico de la Amazonía 145 • Centro de Investigaciones Precombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 Peruana. Una visión desde la Amazonia. UNAP en su contexto. Fundación para el Iquitos. desarrollo sostenible de la Amazonia Baja del Perú. Iquitos. Garcia Sotil, G. 1997. Hacer educación en la selva. Iquitos. Iquitos, 15 de febrero de 2008 Moscoso Conde, J. 2001. Aspecto demográfico. En UNAP La Centro de Investigaciones Precolombinas • 146 INFORME DIRIGIDO AL INSTITUTO NACIONAL DE CULTURA, PERÚ Celeste Bolmaro, Raúl Eduardo Bolmaro, César Borzone, Graciela Elsesser, María Teresita de Haro, Olga Graciela Lima, Adrián Sabbatella y Graciela Vielmas Centro de Investigaciones Precolombinas INTRODUCCIÓN E HUACA DE LA LUNA n el marco del acuerdo de coope- Es una construcción de adobe que está ración interinstitucional entre el ubicada al norte del Perú, en el departa- Instituto Nacional de Cultura mento de La Libertad, a unos 5 km al sur (INC), el Instituto Superior Profesorado de Trujillo; fue construida por la cultura “Joaquín V. González” y el Centro de In- Moche o Mochica. Se encuentra muy cerca vestigaciones Precolombinas (CIP) se re- de la Huaca del Sol, también de la cultura dacta este informe a fin de dar cuenta de la mochica; entre las dos huacas se encontraba situación patrimonial de diversos sitios la ciudad. En la actualidad se exhibe con arqueológicos pertenecientes al departa- sus diferentes pinturas en las paredes con mento de La Libertad. El objetivo de este muchos años y que han perdurado al paso informe es realizar una observación y apre- del tiempo. ciación evaluativa de los bienes arqueoló- Esta huaca fue centro de culto, ceremo- gicos pertenecientes a los sitios de Huaca nial y religioso. Es una de las pocas huacas de la Luna, Chan Chan y El Brujo (Cao que se encuentra abierta. Esta construcción Viejo). destaca por tener templos que fueron super- Se presentará a continuación el estado de puestos y construidos en diferentes perio- situación, evaluación de la misma y consi- dos. Tiene una base cuadrada de 87 metros deraciones finales. de lado y una altura de 21 metros. En su La metodología utilizada es la observa- plataforma superior se levantaban una serie ción mediante visitas guiadas y el releva- de salas decoradas con figuras humanas. En miento fotográfico y fílmico de cada sitio. un altar ceremonial del último templo cons- Celeste Bolmaro, et al. truido, fueron descubiertos los restos de minimizar el impacto visual. Existen cordo- guerreros sacrificados. nes de seguridad (barreras psicológicas) a La huaca de la Luna conserva pinturas fin de que el visitante no acceda a espacios murales de 5 colores (blanco, negro, rojo, que puedan resultar perjudicados por el azul y amarillo), los cuales fueron obteni- exceso de circulación o que no puedan ser dos de minerales, y relieves donde se puede expuestos al tacto. A esto se le agrega la apreciar la divinidad moche llamada Ai concientización de la población al mencio- apache o el dios degollador. Igualmente es nar que es un sitio sagrado. posible visitar los patios y plazas ceremoniales de más de 1.500 años de antigüedad. CHAN CHAN Existe un patio de 10.000 metros cuadrados desde donde la población de la zona Está emplazado en la margen derecha urbana circundante podía ver la preparación del valle Chimor a 4,5 km al noroeste de para el sacrificio de los guerreros. Trujillo, siendo atravesado por la vía que conduce al aeropuerto y a Huanchaco exis- Política de sitio tiendo ocupaciones indebidas en las inmediaciones (viviendas, fábrica de alimentos Existe un convenio entre el Instituto Na- balanceados para aves). cional de Cultura (INC); la Universidad Na- Chan Chan constituyó el centro hegemóni- cional de Trujillo; el patronato Huacas del co y capital política, económica y religiosa valle moche, y la Unión de Cervecerías Pe- del estado Chimor a partir de donde se ruanas Backus y Johnston, empresa privada administró una confederación de curacazgos que constituye la principal fuente de finan- extendidos en una vasta región costera del ciamiento. Perú, que abarcó desde Tumbes por el norte, Se pueden observar intervenciones, re- hasta las cercanías de Lima, con centros construcciones, restauraciones, investiga- administrativos provinciales que se articula- ción, uso turístico del sitio y puesta en valor ron mediante un complejo sistema de infor- por medio de cartelería y visitas guiadas mación, intercambio y reciprocidad, a los obligatorias. La protección de las estructu- diversos territorios y valles conquistados. ras se realiza por medio de techados confec- Es la ciudad arqueológica de barro más cionados con materiales de la zona, para grande hasta hoy descubierta. Posee 14 km2 148 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 de superficie y fue declarada patrimonio de algunos pasos mediante sogas y por la cultural de la humanidad por la UNESCO señalización con motivos propios del sitio en 1986. (peces). A lo largo del recorrido se encuen- El complejo de Chan Chan está confor- tran algunas maquetas que junto con textos mado por varios conjuntos o palacios (9 o explicativos detallan características propias 10), pero solo el 1 % es accesible al turista. de cada recinto o sector. El impacto antrópico se ve disminuido con la cobertura de Política de sitio las estructuras con material superpuesto. El sitio posee guardia permanente. La fábrica Posee un museo de sitio que exhibe ubicada en sus inmediaciones genera un variedades de maquetas, réplicas de frisos, fuerte impacto material y visual. Existe una murales, textiles, cerámicas, etc., y una sala alta presión poblacional ya que la ciudad se de proyecciones en la cual se narra la his- expande hacia el terreno donde está ubicado toria del sitio. el sitio siendo además sus alrededores utili- Por tratarse de un sitio que ha sido tra- zados como campos de cultivo. Así mismo bajado desde aproximadamente la década la carretera es generadora de gran impacto, del 60 ha pasado por diversas políticas de seccionando el sitio en dos. Las napas freá- gestión, desde la destrucción parcial y re- ticas han crecido en una medida mayor a la construcción indiscriminada en un principio prevista por el Plan Maestro erosionando hasta las nuevas políticas de restauración y las estructuras. conservación que incluyen la creación de la Unidad Ejecutora, la cual lleva a cabo el COMPLEJO EL BRUJO, HUACA CAO Plan Maestro de conservación del sitio. VIEJO Una pequeña porción de las estructuras se han protegido mediante estructuras de Las huacas de El Brujo y de Cao Viejo, caña y tecnopor recubierto de barro, simila- conocidas como Complejo Arqueológico El res a las de la Huaca de la Luna. Sin em- Brujo, se ubican sobre la margen derecha bargo, está proyectada la instalación de co- del río Chicama, muy cerca al litoral del lumnas metálicas con cubiertas de lona océano pacífico, en el distrito de Magdalena plastificada. El recorrido debe hacerse con de Cao, provincia de Ascope, departamento un guía y se ve dirigido por el cerramiento de La Libertad en el norte del Perú. Centro de Investigaciones Precolombinas • 149 Celeste Bolmaro, et al. Fueron construidas por la cultura Moche museo la exposición del cuerpo de la señora entre los años 100 y 750 d.C. El sitio se de Cao junto con su ajuar funerario. En el encuentra abierto al público desde mayo del sitio se han realizado trabajo de preserva- 2006, y la señora de Cao allí encontrada ción y reposición. aún no se encuentra en exposición. El impacto visual ocasionado por el te- Circundan a la Huaca de Cao Viejo cam- chado no es de mayor envergadura. La pos de cultivo de caña de azúcar y cultivos cartelería si bien no es abundante posee en huachaques. En la ubicación del antiguo amplia información apoyada por la existen- pueblo moche, situado a pies de la huaca, se cia de una maqueta de la huaca. Los cam- puede apreciar una cantidad innumerable de pos de agricultura circundantes no ocasio- hoyos que indican que allí se realizaron nan demasiado impacto. Los materiales se huaqueos (saqueos). ven perjudicados por la salinidad del mar. Política de sitio MARCO TEÓRICO El sitio no se encuentra habilitado en su Vemos el patrimonio como una construc- totalidad, estando aún en construcción el ción social (Mantecon 2005, García Canclini museo de sitio. 1987). Como una cualidad que se le atribuye a Las estructuras se han protegido, en un determinados bienes que son seleccionados sector con una estructura parabólica de lona como integrantes del patrimonio de acuerdo y en otros sectores con columnas de caña y con algunas jerarquías que valorizan algunas techos de paja. producciones en detrimento de otras. Implica La visita está programada para que sea una “operación dinámica”, enraizada en el pre- guiada. Su recorrido se encuentra delimita- sente, a partir del cual se construye, selecciona do por sogas. Los perfiles se han protegido e interpreta el pasado (Mantecon 2005:65). con muros de adobe imitando la técnica constructiva original. Los elementos de patrimonio cultural tienen una significación particular en fun- Debido a que se encuentran en el sitio ción del contexto sociocultural, aunque al los materiales hallados hay una permanente ser apropiados por otros grupos sociales e vigilancia armada para su protección. Se implantados en nuevos contextos, se produ- planifica al momento de inauguración del ce un proceso de resemantización. 150 • Centro de Investigaciones Precolombinas ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 El turismo se está transformando en una un microclima adverso por los materiales de de las mayores industrias del mundo, dando los que se hará uso. Por otro lado la ruta lugar a una verdadera industria del patrimo- que atraviesa el sitio debiera ser relocali- nio, en la que este es utilizado con la lógica zada, así como la fábrica de alimento balan- del espectáculo y del consumo. En algunos ceado, que es un factor contaminante. Sería sitios esta manipulación desconoce inten- conveniente considerar el problema de la cionalmente los derechos políticos, econó- napa freática y la forma más adecuada para micos y culturales de los pueblos origina- su drenaje. rios, situación que no hace más que En la Huaca de Cao Viejo, creemos que acentuar la polarización de la riqueza, el la exposición de los restos humanos podría deterioro de los recursos naturales y el uso llegar a ser un punto de conflicto y no elitista del patrimonio de los pueblos origi- contribuye necesariamente al enriqueci- narios. Aún así consideramos al turismo miento del conocimiento del visitante. como una fuente de desarrollo. Consideramos absolutamente necesario que toda toma de decisión, intervención y/o CONSIDERACIONES FINALES actividad sobre el patrimonio cultural ha de ser una acción interdisciplinaria que involu- En líneas generales podemos ver que los cre la participación de diferentes actores sitios observados intentan realizar un mane- sociales y especialistas de disciplinas va- jo adecuado del patrimonio. Adhiriendo a rias. Así también creemos que es conve- las nuevas normativas internacionales en niente implementar políticas educativas di- cuanto a preservación, conservación, restau- rigidas a la comunidad toda, a fin de una ración y exhibición del sitio. concientización del valor patrimonial de los Sin embargo, en Huaca de la Luna las sitios arqueológicos. pinturas están demasiado expuestas sin una protección adecuada y sería conveniente la existencia de un museo de sitio donde se explique visualmente la historia de la huaca. En Chan Chan, la cubierta diseñada a futuro, creemos impactará negativamente tanto visualmente como en la creación de Centro de Investigaciones Precolombinas • 151 INFORME. CUENCA DEL AMANZONAS PERUANO. ACTUALIDAD ANTROPOLOGICA Gilda Arias Montes, Celeste Bolmaro, Raul Bolmaro, Cesar Borzone, Graciela Elsesser, Maria Teresita de Haro, Olga Graciela Lima, Alejandro Pisnoy, Adrian Sabbatella y Graciela Vielmas Centro de Investigaciones Precolombinas INTRODUCCIÓN La metodología utilizada es la de observación participante en las comunidades na- En el marco del acuerdo de la coopera- tivas de Urco Miraño (Yaguas) y Sucusari ción interinstitucional entre la Universidad (Maijunas) y del Mercado de Belén y aleda- Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP), ños en la Ciudad de Iquitos. el Instituto Superior del Profesorado Dr. Se tomaran, a fin de una mejor compren- Joaquín V. González (INSPJVG) y el Cen- sión tres ejes conductores: económico, so- tro de Investigaciones Precolombinas (CIP), cial y sanitario-educativo. se redacta este informe a fin de dar cuenta de la situación observada de los pobladores UBICACIÓN ESPACIAL: nativos de las comunidades de la cuenta del Napo y lo s pobladores de la periferia de la Ciudad de Iquitos. El distrito de Belén y los pobladores de San José de Itaya y San Francisco se sitúan El fin que se persigue es el de la bús- al sudeste de la ciudad de Iquitos, sobre el queda conjunta de alternativas que mejoren Río Itaya. El poblado de Urco Miraño se la calidad de vida de dichos ciudadanos. encuentra en una cocha cuya caño desem- Se presentara a continuación el estado de boca en la margen derecha del Río Napo. El situación, las conclusiones derivadas de di- poblado de Sucusari, se halla en la margen cho estado y algunas recomendaciones con- derecha de dicho río, afluente del Río Napo. sideradas pertinentes para dicho objetivo. Los dos últimos poblados se encuentran Gilda Arias Montes, et al. ubicados en el ecosistema perteneciente a la selva baja amazónica. (FUNDESAB). - En los últimos tiempos, la producción de artesanías se ha visto transformada a fin de satisfacer los gustos de los turistas. SOBRE LA CUESTIÓN ECONÓMICA: - Existe desaprovechamiento de nuevos recursos introducidos, en este caso, ovejas. Periferia de Iquitos - Según un poblador de San Francisco, Belén representaría el 40% de la economía de Iquitos. - El comercio es el sustento básico de la población allí radicada. - El trabajo familiar es el trabajo de di- - La deforestación ocasiona que los recursos se encuentren cada vez más lejanos. - La falta de trabajo da por resultado la migración de los jóvenes. - Las madres reciben un plan de ayuda económica del estado que es insuficiente para cubrir sus mínimas necesidades. cha economía. - La producción principal que recibe la zona es de madera, frutos, pesca y vestimenta. - La actividad es continua a lo largo de la jornada. - Cabe destacar que toda esta actividad se realiza en un marco de extrema pobreza. Sucusari - El marco económico es de extrema pobreza. - La falta de bienes muebles es total. - Las madres reciben un plan de ayuda económica del estado que es insuficiente para cubrir sus mínimas necesidades. - Es casi nula la actividad agrícola. Urcomiraño - Hay una baja existencia de bienes materiales. - Se observa cierta diferenciación social a partir de los bienes muebles. - La economía es de subsistencia, basada en la agricultura y pesca, y en segunda instancia, en la venta de artesanías y masato y el trabajo en maderas y chacras aledañas. 153 • Centro de Investigaciones Precolombinas - La caza y la pesca son la base de su economía domestica. - Existe desaprovechamiento de nuevos recursos introducidos, en este caso, el cebú. SOBRE LA CUESTIÓN SOCIAL Iquitos - Existe una percepción por parte de algunos pobladores de que “la pobreza esta ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 porque quieren ser pobres”, generando impuesta por el Estado del Teniente Gober- estigmatización. nador, creando un sistema de gobierno dual. - La valoración de la vida es escasa. - La visión de futuro de los jóvenes es prácticamente nula. - La situación de los pobladores es marginal geográfica y socialmente. - Hay una alta tasa de delincuencia como alternativa de subsistencia. - Se encuentra la existencia del turismo sexual infantil. - Aparentemente existe integración social en el grupo. Si bien la vivienda comunitaria tradicional (Cocama o Maloca) se desdoblo en viviendas unifamiliares, estas se sitúan en un sistema concéntrico con respecto a una plaza central. Sucusari - Se observa falta de cohesión social, que estaría reflejada en su organización dispersa del espacio. Urcomiraño - Se considera al río como una fuerza de vida. - Existe una organización social a través de diversas agrupaciones comunales, como ser la APAFA (Asociación de Padres de Fa- - A pesar de la falta de cohesión social interna, existe una confederación de comunidades maijuna, integrada por cuatro comunidades. - Entre los niños se observan manifiestas acciones violentas entre si. milia) y convenios con organizaciones no - Se ve al río como una fuente de vida. gubernamentales y gubernamentales, por - La comunidad mantiene una serie de ejemplo CETA (Centro de Estudios Teoló- conflictos: frente al Estado por falta de gicos Amazónicos) y CAAP (Centro de An- atención, y con “Explorama” (empresa nor- tropología y Aplicación Práctica). teamericana de turismo) por el avance de- - La comunidad mantiene una serie de conflictos: frente al Estado por falta de aten- predador sobre la selva comunal con apropiación de terrenos. ción, y frente a las madereras por la apro- - Se expresa queja por parte de un pobla- piación de recursos comunales, si bien la con- dor (profesor) por la perdida de autonomía, ciencia de estos reclamos no es generalizada. por la falta de registro civil. Este hecho oca- - La estructura social mantiene la jefatura por parte del Apo, y a su vez acepta la siona que las personas indocumentadas no existan ante el Estado. Centro de Investigaciones Precolombinas • 154 Gilda Arias Montes, et al. - Existen conflictos entre algunos padres de la comunidad que prefieren profesores mestizos y el profesor, que es un profesor bilingüe. - Se evidencia necesidad de una autoafirmación como comunidad maijuna. SOBRE LA SALUD Y EDUCACIÓN Iquitos - Existe una alta contaminación de las aguas del Río Itaya por el desecho de los residuos patológicos (del hospital local), cloacales y basuras varias. “El río como un gran tacho de basura”. - Observamos falta de control sanitario y - La tasa de mortalidad infantil no es alta. - La nutrición de los niños se evidencia como no adecuada, con falencias. - Se encuentran en la comunidad tres niveles educativos: inicial, primario y secundario. - Hay un reclamo por parte de la comunidad con respecto al nivel de preparación con el cual egresan los alum-nos, que no les permite el acceso a niveles superiores. - Se nota en los establecimientos educativos la presencia de la iglesia católica. - La iglesia pentecostal también se encuentra presente. bromatológico. - Hay un amplio contacto de los niños con el agua contaminada. Sucusari - Se observa la existencia de letrinas, pero no su uso. Urco - Se observa cierta organización del tratamiento de los residuos (utilización de recipientes diferenciados). - Si bien existen letrinas, estas no son utilizadas con frecuencia. - El sistema de agua y cloacal instalado en el colegio no es debidamente utilizado por su deterioro. - No hay existencia de puesto sanitario. - Existe cierta disminución de enfermedades endémicas. 155 • Centro de Investigaciones Precolombinas - En el edificio escolar los sanitarios se encuentran totalmente en desuso por su deterioro. - El estado general del edificio escolar es de pésimo estado de salubridad (existencia de gran cantidad de murciélagos). - No hay existencia de puesto sanitario. - Se realiza la utilización de plantas medicinales autóctonas por parte de toda la comunidad. - Existe conciencia de la necesidad de mantener cierta limpieza y atenciones do- ANTI • Núm. 9 • Mayo de 2010 mesticas como hervir el agua, cortar el pas- En el aspecto económico la pobreza es- to o fumigar como medio de controlar las tructural de las comunidades nativas ocasio- enfermedades. na la migración de las personas hacia la - Se observa un alto índice de desnutrición. zona marginal de la ciudad. Esto genera la merma de la mano de obra de la economía - Hay un retraso escolar debido a la eje- familiar. Este proceso se produce por una cución de tareas comunitarias por parte de gran dependencia económica de otras regio- los niños. nes y una economía monetaria regional al - El material didáctico es obsoleto ya que servicio de intereses ajenos (FUNDESAB). consta de cartillas del ILV (Instituto Lin- Este proceso migratorio es considerado por güístico de Verano) de la década de 1970. Nicolás Rosa como una defensa ante el - Se expresa un requerimiento por parte de la comunidad de un colegio secundario bilingüe. - El acompañamiento familiar en la educación bilingüe se ve como una necesidad. ataque de los otros. Socialmente la falta de conciencia de sus derechos sobre la tierra a la larga podría ocasionar la perdida de la misma, la cual ocasionaría fenómenos como la disgrega- - El maestro hace mención de la necesi- ción de la comunidad, su contratación como dad de becas universitarias para la comuni- mano de obra barata y su migración a otras dad pueda contar con profesionales. comunidades o centros urbanos. - Se observa una dificultad en la coordi- Con respecto al sistema de salud, consi- nación de los contenidos curriculares res- deramos que no cumple los requisitos indis- pecto a la enseñanza de la lengua materna. pensables para la atención de la población. La educación manifiesta distintos niveles CONCLUSIONES de inaccesibilidad debido a la brecha socioeconómica y de conocimientos requeridos Planteamos la existencia de una proble- para una instrucción superior. Existe una matica que atraviesa los ejes descriptos y dicotomía en la cuestión de la educación que es inherente a todas las comunidades bilingüe, ya que si bien el recuperar la observadas. Nos estamos refiriendo a la po- lengua nativa estaría reafirmando su cultura breza y la marginalidad. y generando una resistencia a la cultura Centro de Investigaciones Precolombinas • 156 Gilda Arias Montes, et al. dominante (CALVET), por otro lado esta BIBLIOGRAFIA situación los excluye más y aumentaría su opresión. CALVET, L.J. s/f. Lingüística y Colonialismo. Breve tra- RECOMENDACIONES tado de la glotofagia. Fondo de Cultura Económica. Creemos que la comunidad amazónica se beneficiaria en la medida que el Estado im- FUNDESAB. plante planes para que las personas encuen- s/f. La UNAP en su contexto. UNAP. tren en sus lugares de origen un desarrollo adecuado a sus necesidades. Estas necesi- LEVI STRAUSS, J.C. dades deben ser evaluadas desde la pers- s/f. Tristes Trópicos. Editorial Paidos, pectiva nativa, a fin de no imponer nuestra Argentina. propia mirada (LEVI STRAUSS). Consideramos que un plan de desarrollo ROSA, N. debe tener en cuenta plazos de largo alcan- 2006. Relatos míticos, cosas, animales, dis- ce sin dejar de lado las necesidades inme- cursos. Santiago Arcos Editor, Buenos Ai- diatas y con aplicación de propuestas real- res. mente factibles de completar, como por ejemplo: la capacitación técnica de los lugareños para el aprovechamiento de los nuevos recursos o la creación de un curso nivelatorio para que los egresados de escuelas secundarias rurales puedan ingresar a estudios superiores). Asumimos que la UNAP posee el equipo y el material humano necesario para la propuesta y asesoramiento en la realización de los planes a implementar por el Estado. 157 • Centro de Investigaciones Precolombinas NORMAS EDITORIALES Los trabajos deben presentarse de acuerdo a las siguientes normas editoriales: (Hodder 1985; Costin 1986; Patterson 1990). Se citan hasta dos autores, si son más de 1. Título en mayúsculas, margen izquierdo, sin subrayar, negrita, Times New Roman 12 2. Autor/es en el margen izquierdo, mayúscula-minúscula, negrita. 3. Pertenencia Institucional: en el margen izquierdo, cursiva, sin abreviaturas. 4. Correo electrónico: en el margen izquierdo 5. Resumen de no más de 200 palabras en castellano y en inglés y cinco palabras clave en castellano e inglés. dos se nombra al primer autor y et al. 9. Las tablas, figuras, mapas y fotos deben ir con numeración y epígrafes al final del texto, para lo cual se solicita enviarlos en archivo aparte, indicando en el texto su ubicación. Deben estar citadas en el texto. 10. Agradecimientos 11. Notas: numeradas correlativamente a continuación de los agradecimientos. 12. Bibliografía: todas las referencias citadas en el texto deben aparecer en la lista 6. Texto: Times New Roman 12, interli- bibliográfica y viceversa. La lista bi- neado 1,5, justificado de ambos lados. bliográfica debe estar en orden alfabé- 7. Subtítulos primarios en el margen iz- tico, ordenada de acuerdo al apellido del quierdo, en mayúsculas, sin subrayar, primer autor. Dos o más trabajos del negrita. Subtítulos secundarios, en el mismo autor se ordenan cronológica- margen izquierdo, en minúsculas, sin mente y a los trabajos del mismo año se subrayar, negrita. le agrega una letra minúscula. 8. Las referencias bibliográficas irán en el Debe seguirse el siguiente orden: Au- texto siguiendo el sistema autor-año. tor/es. Año. Título. Publicación. Número. Ejemplos: Páginas. Editorial. Lugar de edición. (Costin 1986) Deben ir en cursiva los títulos de los (Costin 1986: 21) libros o los nombres de las publicaciones (Costin 1986, 1988) periódicas. Ejemplos: Editorial procederá a la selección de los trabajos que cumplan con los criterios Raffino, R. (ed.). 1993. Inka. Arqueología, historia y urbanismo del Altiplano Andino. Ed. Corregidor. Buenos Aires. Madero, C. formales y de contenidos de esta publicación. Los artículos seleccionados serán evaluados por un miembro del Comité Evaluador, que actuará como árbitro. 1993. Explotación faunística, tafonomía y Se comunicará a los autores la acepta- economía en Humahuaca antes y después ción o no de los trabajos. Si se sugieren de los Yupanki. En: Inka. Arqueología, modificaciones, éstas serán comunicadas al historia y urbanismo del Altiplano Andino. autor quien deberá enviar la versión defi- R. Raffino (ed.). pp. 145-168. Ed. Corre- nitiva en el plazo que se acuerde entre el gidor. Buenos Aires. autor y el Comité Editorial. Todas las comunicaciones se realizarán por correo Nielsen, A. electrónico. 1996. Demografía y cambio sociocultural Los artículos deberán enviarse a: en la Quebrada de Humahuaca. Relaciones anticip2008@gmail.com de la Sociedad Argentina de Antropología XXI: 307-385. CONSTANCIA DE ORIGINALIDAD Hodder, I. 1982a. Symbolic and Structural Archaeology. Cambridge University Press. Cambridge. 1982b. Symbols in Action. Cambridge University Press. Cambridge. MECANISMOS DE SELECCIÓN DE ARTÍCULOS La recepción de los trabajos no implica compromiso de publicación. El Comité Todos los artículos deberán ser enviados con una nota de autorización de publicación por parte de los autores.