La cobertura universal de enfermedad en Francia; la cobertura complementaria CARLOS GARCÍA DE CORTÁZAR Y NEBREDA * SUMARIO: 1. INTRODUCCIÓN.2. ANTECEDENTES Y PANORÁMICA GENERAL DEL SISTEMA FRANCÉS DE SALUD.3. LA LEY Nº 99-641 DE 27 DE JULIO DE 1999. 4. RESUMEN.5. CONSIDERACIONES FINALES 1. INTRODUCCIÓN 1. En el espectro europeo de los sistemas de salud se está produciendo, paralela y estancamente, un doble fenómeno: Privatización y Universalización de la cobertura. Dos fuerzas contrapuestas. En efecto, algunos sistemas europeos que cuentan con la Seguridad Social más desarrollada (Holanda 1 y Alemania, por ejemplo) permiten (¿fomentan?) un «opting out», un escape, una salida del seguro obligatorio a colectivos cada vez más numerosos y frecuentemente acomodados que, como grupo de privilegio y demandantes de prestaciones más perfeccionadas y sofisticadas, aterrizan en la esfera privada con el beneplácito y aplauso de los compañías aseguradoras, poniendo en práctica el viejo aforismo político: «los hombres desean la protección del Gobierno cuando les va mal y sustraerse de él cuan* Funcionario del Cuerpo Superior de Técnicos de la Administración de la Seguridad Social. Las opiniones expresadas en este texto son estrictamente personales. 1 En Holanda 9.900.000 personas están aseguradas obligatoriamente (sistema legal) y 5.600.000 de manera privada (datos facilitados por la Consejería Laboral de España en La Haya). do prosperan». Este proceso, se reproduce también, aunque centrado más bien en la protección de tipo complementario, en algunos sistemas de salud basados en el modelo Beveridge, (Reino Unido, por ejemplo) en donde una gestión insatisfactoria está provocando la huida real y efectiva (¿promovida?) de múltiples beneficiarios del sistema público que desconfían de su masificación y de su presunta inoperancia. Si en el segundo supuesto la solidaridad no se resiente y hasta posiblemente, de forma indirecta, se acreciente ante el mantenimiento de cargas impositivas y no utilización de servicios, las consecuencias a largo plazo, en el primer caso, son imprevisibles, pudiéndose fomentar una orientación individualista y desigualatoria, contraria a los principios clásicos de la Seguridad Social. No obstante, como el Ying y el Yang, esta tendencia tiene su reflujo en las legislaciones de otros Estados Miembros de la Unión Europea que, al menos en el ámbito de la salud, se alejan del modelo Bismarck puro para procurar y garantizar la cobertura de todos sus ciudadanos 2 y residentes. 2 Actualmente, además de los Estados tradicionalmente universalistas (Reino Unido, Dinamarca, Irlanda, REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 32 145 LEGISLACIÓN 2. En España, la universalización del derecho a la asistencia sanitaria comienza a ser un clamor. La Ley General de Sanidad proclamaba el derecho de todos los españoles y ciudadanos extranjeros con residencia legal en España al derecho a la protección de salud 3. La declaración voluntarista de la ley de Sanidad, considerada e interpretada en determinados ámbitos únicamente como principio, objetivo o meta, probablemente culmine al final del trayecto en un auténtico Servicio Nacional de Salud que, gestionado por las Comunidades Autónomas, ofrezca protección global y universal. En este sentido la financiación del sistema de salud a través de los impuestos generales, ha constituido un paso de gigante hacia la consideración del ciudadano, y no únicamente del trabajador, como sujeto y beneficiario del derecho a la salud. No obstante, todavía se mantienen algunas incoherencias y contradicciones que probablemente en el futuro tiendan a remitir o a desaparecer. En efecto, a pesar de que las prestaciones de asistencia sanitaria puedan ser ya consideradas como de naturaleza no contributiva y de financiación estatal, algunos colectivos (trabajadores autónomos, suscriptores de Convenio Especial, emigrantes retornados, etc.), están sujetos para una misma protección a un doble gravamen: impuesIslandia, Suecia, Finlandia y Noruega), se han sumado en los últimos años al modelo del Servicio Nacional de Salud, Portugal e Italia. 3 Ley 14/1986 de 25 de abril, General de Sanidad (BOE 102 de 29 de abril de 1986), artículo 1º. «1. La presente Ley tiene por objeto la regulación general de todas las acciones que permitan hacer efectivo el derecho a la protección de la salud reconocido en el artículo 43 (se reconoce el derecho a la protección a la salud) y concordantes de la Constitución. 2. Son titulares del derecho a la protección de la salud y a la atención sanitaria todos los españoles y los ciudadanos extranjeros que tengan establecida su residencia en el territorio nacional. 3. Los extranjeros no residentes en España, así como los españoles fuera del territorio nacional, tendrán garantizado tal derecho en la forma que las Leyes y Convenios internacionales establezcan. 146 tos y cotizaciones. Otros en cambio (funcionarios de MUFACE) pueden quedar al margen, por voluntad propia, de los servicios públicos de salud, contratando su protección con compañías privadas. Asimismo, subsisten grupos minoritarios, sujetos impositivos también, que deben contratar su cobertura con Asociaciones colegiadas (abogados, por ejemplo) o con Seguros privados, al no alcanzarles la efectividad y gratuidad de los servicios sanitarios por su no consideración de «asegurados strictu sensu». 3. Por otra parte, todavía queda por resolver en nuestro sistema de salud la asignatura pendiente de la total gratuidad o de la total igualdad. Bien es verdad que en comparación con otros sistemas de la Europa comunitaria, la participación de los beneficiarios en España en los gastos de la asistencia sanitaria es mínima y solo limitada a la adquisición de productos farmacéuticos. Sin embargo, lo que resulta paradójico es la declarada voluntad del legislador de privilegiar a determinados colectivos (pensionistas), excluyéndoles, sin condicionamientos de ingresos, del ticket moderador en la prestación farmacéutica, manteniendo en cambio dicha contribución para otros colectivos con una situación económica probablemente más precaria (desempleados, perceptores del salario mínimo interprofesional, familias numerosas), colectivos éstos que necesitarían del Estado acciones concretas y efectivas de discriminación positiva a su favor. 4. Carezco de propósito didáctico y mis facultades adivinatorias son inexistentes. Consecuentemente no voy a aventurar el futuro del sistema de salud español. Cuestiones como generalidad, universalidad, gratuidad e igualdad van a impregnar un debate ya iniciado e imparable. Igualmente, el reparto de competencias (Estado-Comunidades Autónomas) en el ámbito legislativo o de gestión o la consideración de la asistencia sanitaria como una prestación de la Seguridad Social o una prestación del Estado, van a ser una constante en la dialéctica de los distintos grupos de intereses. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 32 CARLOS GARCÍA DE CORTÁZAR Y NEBREDA Mi contribución es mucho más limitada y se va a centrar únicamente en recoger las experiencias del vecino francés, plasmadas en una ley de reciente aprobación. La selección y explicación de esta normativa no es neutral por mi parte. Cualquier elección hasta la no elección, implica un cierto compromiso. 2. ANTECEDENTES Y PANORÁMICA GENERAL DEL SISTEMA FRANCÉS DE SALUD 5. Aunque en el pasado los seguros sociales franceses estaban marcados por criterios puramente profesionalistas, centrados en la protección del trabajador por cuenta ajena, finalizada la II Guerra Mundial se observan los primeros atisbos de una vocación extensiva y generalizada, que tiene su plasmación legislativa en la Ordenanza de 19 de octubre de 1945 4, con la que se inicia y se abre la vía de la universalización de los derechos de Seguridad Social. En el ámbito de la salud, este proceso expansivo se va conformando de forma gradual y progresiva en varias etapas. El primer gran paso se da con la extensión de los sistemas de protección social a los trabajadores por cuenta propia en 1966 5. El segundo hito histórico lo constituye la creación del seguro voluntario que abre la protección social a personas no incluidas en el régimen obligatorio 6. Por fin, la creación del «seguro personal» 7 se configuraba como un último eslabón que cerraba el círculo de la generalización completa. No obstante, el régimen del seguro personal dejaba sin cubrir a muchos colectivos en 4 «Primer paso en la vía de una extensión de los seguros sociales al conjunto de la población», el legislador, francés «dixit». 5 Ley nº 66-509 de 12 de julio de 1966: JO de 13 de julio. 6 Orden nº 67-709 de 21 de agosto de 1967. JO de 2 de agosto. 7 Ley nº 78/2 de 2 de enero de 1978. JO de 3 de enero. situación de precariedad o de marginación. Alrededor de 150.000 personas se encontraban privadas de protección social por no reunir los requisitos y condiciones del seguro de enfermedad y maternidad. Ante esta situación, la Asamblea Nacional y el Senado debatieron la creación de una cobertura de enfermedad universal que finalmente, en forma de Ley, fue promulgada por el Presidente de la República. 3. LA LEY Nº 99-641 DE 27 DE JULIO DE 1999 8 6. Hasta la aprobación de esta norma, el seguro de enfermedad francés había ampliado su campo de aplicación personal de manera asistemática y errática. Los grupos asegurados como titulares eran múltiples y de variada procedencia: trabajadores por cuenta ajena y por cuenta propia, pensionistas, desempleados, perceptores de prestaciones sociales, beneficiarios de asistencia social, estudiantes, sacerdotes, miembros de congregaciones religiosas, reclusos... Sin embargo, siempre cabía la posibilidad de que alguna persona no estuviese incluida en los referidos colectivos. Y este es el propósito y el objetivo de la Ley nº 99-641: Garantizar la afiliación al régimen general a todas las personas que con una residencia estable y regular en territorio francés no dispongan de la cobertura del seguro de enfermedad. Estructuralmente por tanto, y a pesar de la universalización del derecho, las prestaciones de asistencia sanitaria siguen formando parte de la Seguridad Social, aunque sus beneficiarios no tengan relación con la misma por no reunir la condición de trabajador o asimilado. Es decir, todos los residentes legales en Francia estarán cubiertos por el sistema de salud. Unos, por su condición de asegurados. Los restantes, en razón de su residencia en territorio francés. Con ello se potencia la 8 JO de 22 de julio de 1999. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 32 147 LEGISLACIÓN Seguridad Social, creándose un nuevo sistema mixto, híbrido y dual que recoge los principios de los modelos Bismarck (criterio profesional) y Beveridge (criterio de residencia). 7. La Ley nº 99-641 de 27 de julio de 1999 puede y debe ser analizada desde una doble perspectiva: Territorialidad y subsidiariedad. A partir de ahora, cualquier persona con una residencia estable y regular en territorio francés, quedará afiliado al régimen general siempre que no sea titular de un derecho con arreglo al régimen básico. Por residente estable se entiende toda persona que pueda demostrar una estancia ininterrumpida en territorio francés de más de 3 meses. Ahora bien, y conviene recalcar este elemento, la afiliación al régimen general sobre la base del criterio de residencia tiene un carácter subsidiario. Consecuentemente, nadie puede estar afiliado al régimen general, por el mero hecho de su residencia estable y regular, si puede acogerse por cualquier otro concepto a las prestaciones del régimen obligatorio, bien en calidad de asegurado bien como derechohabiente. 8. El sentido práctico y realista del pueblo francés se refleja y materializa en un tercer criterio de singular importancia: La afiliación automática y su consecuencia lógica, el acceso inmediato a los derechos. La complejidad del sistema francés, con múltiples opciones y posibilidades, directas o indirectas, de afiliación obligatoria y voluntaria, así como las dificultades personales y sociales de algunos segmentos de la población a quien prioritariamente la Ley nº 99-641 de 27 de julio de 1999 desea proteger, ha llevado al legislador francés a una solución encomiable por su eficacia: Toda persona que declare en una «Caisse primaire» que no se beneficia de las prestaciones de enfermedad, será afiliada inmediatamente al régimen general previa justificación de su identidad y de su residencia estable y regular. De este modo se obvian la complejidad de gestión de los distintos regímenes o la muy frecuente falta de información de los interesados sobre sus propios derechos. 148 Posteriormente, la Caja que proceda a la afiliación, efectuará las investigaciones necesarias para definir el régimen competente del asegurado, dado que puede suceder que el interesado sea ya titular del seguro de enfermedad por ser perceptor de prestaciones o subsidios, o bien tenga reconocido este derecho como derechohabiente. La situación específica, personal y familiar de muchos de los posibles beneficiarios, castigados por la marginación o la exclusión social, puede provocar que se produzcan, por desconocimiento, solapamientos de derechos, máxime, si los referidos beneficiarios son perceptores de algún subsidio asistencial o de integración. Consecuentemente, la «Caisse primaire», teniendo en cuenta el carácter subsidiario de este régimen, debe controlar si existe un derecho primario anterior. De todos modos, el servicio de las prestaciones en especie es automático y no se hace depender de los controles que deba realizar la Caisse primaire. La investigación, por tanto, no se realizará ex ante sino ex post. 9. Para cerrar el círculo de la protección integral y universal, la asistencia médica pública, al margen de la Seguridad Social, se encarga del tratamiento y cuidado de aquellas personas que no son consideradas como residentes estables y regulares (trabajadores extranjeros ilegales, estancias temporales inferiores a 3 meses, etc.). No obstante conviene aclarar que la Ley 99-641 de 27 de julio de 1999 no señala expresamente la necesidad de un título de residencia válido, sino solamente se refiere a una residencia estable y regular, por lo que se posibilita de facto aunque no estrictamente de iure, el acceso a la cobertura universal de enfermedad a los residentes ilegales o sin papeles siempre que puedan demostrar una residencia superior a tres meses 9 en territorio francés. 9 La Ley de 11 de marzo de 1998 ya había iniciado la extensión del seguro de enfermedad a los extranjeros legales, no trabajadores, al reconocer el beneficio de al- REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 32 CARLOS GARCÍA DE CORTÁZAR Y NEBREDA 10. Adentrarse en las fuentes de financiación del seguro de enfermedad francés puede resultar una aventura apasionante para expertos en estructuras complejas o adeptos de la teoría del caos. El legislador francés, consciente del proverbio «La salud se gasta al por mayor y se compra al por menor», ha elaborado un sistema de financiación múltiple y solidario al que quizá se podría achacar la ausencia de un tratamiento global y sistemático similar al existente en otros países (Alemania financiación del 100% a través de cotizaciones, Reino Unido 100% a través de impuestos).Así y en paralelo, el seguro de enfermedad se nutre de cotizaciones (13,55%) 10 y de tasas y prevelement. Entre otras, destacan por su importancia, la contribución social generalizada 11, los impuestos sobre bebidas alcohólicas, los gravámenes sobre publicidad de productos farmacéuticos, las cotizaciones sobre pensiones complementarias, las aportaciones sobre primas de seguro de accidente de automóvil, etc. Los franceses son maestros en rastrear posibles yacimientos económicos para evitar déficits que pusieran en peligro su ya costoso seguro de enfermedad. Y esta misma tendencia puede apreciarse en la financiación del seguro de enfermedad creado por la Ley nº 99-641 de 27 de julio de 1999. Los beneficiarios de la «couverture maladie universal» (cobertura de enfermedad universal) CMU a partir de ahora, deben contribuir siempre que sus ingresos sobrepasen un techo que para el año 2000 y 2001 se ha fijado en 42.000 francos 12. La cotización que deben ingresar estas personas es del 8% sobre los ingresos fiscales que han servido como base de liquidación para la declaración de impuestos. Este porcentaje de 8% se imputa sobre todos aquellos ingresos que superen los referidos 42.000 francos, quedando esta cantidad como mínimo exento. gunas prestaciones de carácter asistencial (Allocation speciale de vieilleise, Allocation aux mères de famille, Allocation supplémentaire, Secours Viager), cuyo reconocimiento implicaba la afiliación de los beneficiarios al seguro de enfermedad. 10 Trabajador 0,75%, empleador 12,80%. 11 Las personas con domicilio fiscal en Francia deben abonar el 5,1% de sus ingresos profesionales; el 3,8% de sus pensiones y el 5,1% de sus ingresos de capital o de propiedades para cubrir algunas prestaciones de Seguridad Social. 12 Esta cantidad es revisable anualmente, teniendo en cuenta los incrementos de precio. 11. El ticket moderador, cofinanciación o copago, ha sido y es utilizado con profusión por el sistema de salud francés para reducir costes y, de paso, desincentivar el uso excesivo de servicios. Así, las personas aseguradas deben asumir el 30% de los honorarios médicos, el 25% de las consultas hospitalarias y el 20% de los tratamientos en el hospital 13. Asi- Y es esta una de las características más curiosas y paradigmáticas del régimen creado por la CMU. Quizás hasta ahora se ha ofrecido la impresión en los párrafos precedentes de que este régimen va dirigido únicamente a marginados y excluidos sociales, lo que sólo es verdad en parte. Por supuesto, que éste será el colectivo más numeroso y el primer destinatario de la protección que se pretende otorgar. Ahora bien, el sentido universalista de la CMU y su vinculación con la residencia legal puede producir situaciones curiosas y que deberían ser objeto de seguimiento en el futuro. La CMU no es un régimen voluntario. Es sustitutorio pero obligatorio. Consecuentemente, todos los residentes legales que no estén afiliados al régimen básico lo estarán al régimen de la CMU y deberán abonar el 8% de sus ingresos fiscales declarados. Y algunos residentes legales en Francia, franceses o extranjeros, pueden contar con un rico patrimonio y/o con excelentes ingresos de capital. Pues bien, la CMU obligatoria les costará el 8% de sus ingresos declarados. Quizás nos encontremos ante una forma de solidaridad indirecta o bien con una nueva técnica refinada de alejar del territorio francés a residentes indeseados aunque éstos disfruten de una situación desahogada. 13 Están exentos los pensionistas de invalidez con un grado superior al 66,66%. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 32 149 LEGISLACIÓN mismo, los medicamentos tienen establecida una contribución por parte del asegurado que oscila entre el 35% y el 100% según la naturaleza de los productos farmacéuticos prescritos. De este ticket moderador están excluidas las personas que sufran enfermedades de larga duración y/o crónicas. Estos elevados porcentajes han sido objeto de un debate apasionado, siendo considerados por algunos grupos políticos y sociales, como una carga difícilmente sostenible, en especial cuando los beneficiarios cuentan con recursos insuficientes. Por ello, la Ley nº 99-641 de 27 de julio de 1999, a la par de la creación de la cobertura universal o seguro de residencia, introduce una serie de exenciones para determinadas personas, con recursos insuficientes, con independencia de que su aseguramiento se produzca en razón de su actividad laboral o por su residencia en territorio francés. La Ley, y esto supone una revolución, garantiza la gratuidad de las prestaciones del seguro de enfermedad para cualquier persona que no alcance unos ingresos establecidos. Y éste es el único requisito. El límite máximo de recursos aplicable a 1 de enero de 2000 para una persona sola es de 3.500 14 francos al mes; de 5.250 francos para una pareja 15, de 6.300 francos para 3 personas y de 7.350 francos para 4 personas. A partir de la quinta, este límite se aumenta en 1.400 francos por persona suplementaria. El número de beneficiarios asciende a 6 millones, es decir el 10% de la población. Los recursos considerados, son los establecidos para determinar los ingresos mínimos de inserción (RMI). Se trata pues de la totalidad de los ingresos correspondientes a los doce meses que precedan a la petición formulada. No obstante, algunas prestaciones percibidas para compensar una carga particular no se incluyen en el cálculo (por ejemplo, la 14 El Decreto de 15 de diciembre de 1999 ha aumentado a 3.600 francos el máximo de recursos para una persona sola. 15 También reconoce como integrante dentro del núcleo familiar, a la concubina. 150 asignación por hijo menor, etc.). Los subsidios de alojamiento sólo se tienen en cuenta hasta un límite máximo (300 francos para los subsidios cuyo importe asciende por término medio a 1000 francos). 12. La solicitud de acceso a la CMU complementaria se realiza en función de núcleo familiar y de las personas que lo componen. Los jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y 25 años pueden estar cubiertos a título personal por la CMU complementaria desde el momento en que se independicen (no residan con sus padres, no estén vinculados a ellos fiscalmente o no perciban una pensión alimentaria). Cabe la posibilidad de que algunos jóvenes puedan acceder partir de los 16 años a esta cobertura complementaria en caso de ruptura de vínculos familiares. Obviamente, los jóvenes de 18 a 25 años pueden beneficiarse de la CMU en el marco del núcleo familiar al cual pertenecen. Los beneficiarios de la CMU complementaria están cubiertos al 100%. No deben abonar nada en concepto de consulta médica, tratamiento o medicamentos prescritos (farmacia, biología, etc.). La CMU complementaria cubre íntegramente la parte de los gastos médicos que corre a cargo del asegurado y los costes hospitalarios. El acceso al derecho se hace por años, renovables. La Ley prohíbe que los médicos con emolumentos libres 16 perciban de los beneficiarios de la CMU honorarios que superen las tarifas de la Seguridad Social. De este modo, se garantiza que ningún gasto corra a cargo de los asegurados. En el caso de determinadas prestaciones o medicamentos, el reembolso del 100% de la tarifa de la Seguridad Social no es suficiente 16 Las tarifas están fijadas por Acuerdos nacionales o decretos interministeriales. Estas tarifas pueden superarse para algunos facultativos con libertad de honorarios o que hubieran adquirido una cualificación especial antes de 1980. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 32 CARLOS GARCÍA DE CORTÁZAR Y NEBREDA ya que los precios son libres y superiores a esta tarifa. La Ley prevé que un Decreto fije en este caso el porcentaje de participación del asegurado. Los precios de estos productos para los beneficiarios de la CMU deben negociarse con las Cajas o en caso de desacuerdo, fijarse a través de un Decreto. El objetivo consiste en garantizar una cobertura del 100%. Las principales prestaciones en cuestión son las prótesis dentales y las gafas. Por lo que respecta a las prestaciones asumidas por la CMU (básica y complementaria), las personas cubiertas están exentas del pago por adelantado de los gastos (tiers-payant) 17. 13. El coste del seguro complementario de salud y la gratuidad que pretende lograr, se calcula aproximadamente en 1.500 francos por persona, lo que representa 9.000 millones para los 6 millones de posibles beneficiarios de esta prestación. La financiación se basa casi en su totalidad en una subvención del Estado de 7.200 millones de francos. Ahora bien, como contrapartida el Estado disminuye el importe de la aportación global de descentralización que otorga a los departamentos. Teniendo en cuenta este ahorro, el coste total neto para el Estado es aproximadamente de 1.800 millones de francos. 14. El elemento extranjero es también tenido en cuenta en la Ley. En efecto, la afiliación por la residencia legal y efectiva en Francia podría conllevar un incremento de los gastos de asistencia sanitaria si se extendiese, sin diferencia alguna de status jurídico, a todos los extranjeros residentes. Por ello, la normativa francesa recoge un listado de personas que no están cubiertas por el CMU. Asimismo, por el juego de las normas de coordinación comunitaria (aplicación del Reglamento nº 1408/71), Francia podría estar obligada a servir prestaciones de asistencia 17 Los honorarios son abonados por el asegurado. Posteriormente dichos gastos son reembolsados según tarifas. sanitaria y a su cargo a muchos pensionistas asegurados en otros Estados pero que residen en territorio francés. Por ello, se excluye del campo de aplicación personal de la CMU básica y complementaria, a los miembros del personal diplomático y consular destinados en Francia, a las personas que se desplazan exclusivamente para seguir un tratamiento médico o una cura, a los agentes retirados de una organización internacional, a los pensionistas en virtud de la legislación de otro Estado que no tengan reconocida pensión francesa 18, es decir, a colectivos con residencias «atípicas» o que cuentan ya con una protección extraterritorial a cargo de otro Estado o de una Organización Internacional. 4. RESUMEN 15. La creación de la cobertura universal representa un progreso considerable en el campo de aplicación subjetivo del seguro de enfermedad, reconociéndose de iure lo que de facto cualquier sociedad desarrollada en la órbita del Estado del bienestar tiene asumido aunque simplemente sea por invocación de «razones humanitarias». Con la aprobación de la Ley nº 99-641 de 27 de julio de 1999 se universaliza el derecho a la asistencia sanitaria. Asimismo se posibilita eficazmente el acceso a los servicios de salud a colectivos muy numerosos de personas con una economía débil, eliminando el carácter disuasorio que para estos segmentos de población puede conllevar el ticket moderador, potenciando la solidaridad y la redistribución de la renta y profundizando en la igualdad a través de una discriminación positiva para los que, por su situación personal y social, más lo necesitan. La Ley nº 99-641 de 27 de julio de 1999 implica a su vez una revolución controlada. Se 18 Para mayor información, ver nota CA.SS.TM. 245/00 de la Comisión Administrativa para la Seguridad Social de los Trabajadores Migrantes. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 32 151 LEGISLACIÓN mantiene el carácter contributivo del seguro de enfermedad de asistencia sanitaria con lo que se crea un nuevo modelo que alcanza los objetivos de los sistemas Beveridge (la protección de todos los residentes), manteniendo una financiación típica del sistema Bismarck (cotización). nes, avanzando por el camino de la universalización. Por otra parte, con la aprobación de la C.M.U. básica, se estructura y racionaliza el mosaico normativo existente y se ordena el laberinto acumulativo de seguros complementarios derivados, voluntarios o personales, ofreciéndose un tratamiento global en el que, con el establecimiento de dos regímenes, profesional y/o de residencia, se prima la generalidad sobre la especialidad, la simplicidad sobre la complejidad, la justicia sobre el voluntarismo. También la Ley Orgánica 4/2000 sobre Derechos y Libertades de los Extranjeros en España y su Integración Social equipara de manera plena al extranjero con el nacional siempre que aquél sea residente legal en el territorio español o se encuentre inscrito en el padrón del municipio en que resida habitualmente. Además otorga también derechos, aunque limitados, a los extranjeros no regularizados, sin papeles o ilegales, cuando éstos no hayan procedido a su empadronamiento. 5. CONSIDERACIONES FINALES 16. Tradicionalmente en España, la asistencia sanitaria se ha ubicado prioritaria aunque no exclusivamente en el ámbito de la Seguridad Social. De hecho, la extensión de las prestaciones en especie de enfermedad y maternidad a colectivos no excluidos en el campo de aplicación personal del sistema (objetores de conciencia, emigrantes retornados, beneficiarios del desempleo, perceptores de prestaciones no contributivas, etc.), se ha producido mediante una técnica de asimilación directa y no como en otros países, indirectamente, a través de la vía de la Asistencia Social. Sin embargo, la vinculación Asistencia Sanitaria-Seguridad Social ha comenzado a diluirse con la eliminación casi absoluta del carácter contributivo de las prestaciones en especie de enfermedad y maternidad. En efecto, la financiación a través de los impuestos directos e indirectos, sin participación directa de las cotizaciones de los trabajadores (por cuenta ajena) y de los empresarios, parece deslaboralizar el carácter de estas prestacio- 152 Así lo han entendido ya algunas Autonomías que se han pronunciado legislativamente o administrativamente por el reconocimiento del residente como sujeto de derechos 19. El reconocimiento para estos colectivos extranjeros no lo realiza el Instituto Nacional de la Seguridad Social sino el INSALUD o Instituto Autonómico de Salud correspondiente, sentándose, aunque ya existían otros casos, un precedente importante o una quiebra en el proceso de desvinculación de las prestaciones de asistencia sanitaria del sistema de Seguridad Social strictu sensu. Y quizás sea ésta la opción correcta y la Asistencia Sanitaria, enmarcada en un sistema de protección social, deba dejar de ser parte de la Seguridad Social, abriendo la vía a su transferencia total, y no solamente en lo referido a la gestión, a las Comunidades Autónomas. No obstante, como nos enseña Francia, se puede compaginar la universalización del derecho y su inclusión e integra19 A título de ejemplo, Navarra, Ley Foral 2/2000 de 25 de marzo, artículo primero: La asistencia sanitaria pública dentro del territorio de la Comunidad Foral se extiende a todos los ciudadanos y ciudadanas residentes en cualquiera de los municipios de Navarra con independencia de su situación legal o administrativa. También Andalucía, esta vez de facto, ha efectuado una extensión subjetiva a través de las prestaciones. Prórroga definitiva de Asistencia Sanitaria. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 32 CARLOS GARCÍA DE CORTÁZAR Y NEBREDA ción en la Seguridad Social. No conviene rechazar de antemano esta posibilidad. 17. También el régimen de gratuidad para los colectivos más necesitados, adoptado por la Ley 99-641de 27 de julio de 1999, puede enriquecer el debate español sobre este punto. Periódicamente, siempre como globos sonda, los medios de comunicación recogen las reflexiones de algún político sobre la necesidad de que los pensionistas contribuyan, como los activos, en el gasto farmacéutico. A lo mejor no debe ser el criterio de la pensión sino el de los ingresos, junto a otros elementos a considerar, el que determine la gratuidad u onerosidad de los servicios sanitarios. ¿Por qué no? Posiblemente de este modo comience a entenderse que la solidaridad intergeneracional puede ser de doble dirección, transformándose en otro tipo de solidaridad más amplia y generosa: la de los más favorecidos con los menos favorecidos. REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO Y ASUNTOS SOCIALES 32 153