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Rocnrro Funr.¡ÁNonz Dnrc¡,po
LAS VICISITUDES DEL PRIMER
CATEDRÁTTCO DE ECONOMÍA POLÍTICA
DEt ATENEO ESPAÑOL DE 1820:
CASIMIRO DE ORENSE Y RÁVAGO
UNIVERSIDAD EUROPEA.CEES
Departamento de Fundamentos del AnáIisis Económico
Documentos de Trabajo
7/e8
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UNIVERSIDAD EI.JROPEA.CEES
Documentos de Tiabaio 1/ 98
Las aicisitudes del pimer catedrótico de Economía Políticø
del Atmeo Espaflol de 7820: Casimiro de Ormse y Róaago
Villaviciosa de Odón (Madrid), mayo de 1998
O 1998 Rogelio Femández Delgado
@ 1998 Universidad Europea-CEES Ediciones
Diseño de la colección y dirección editorial:
Departamento de Publicaciones e Intercambio Científico
de la UEM{EES
..._
ÍNorcn
Resumen
1. La fundación del Ateneo Español,14 de mayo de 1820
2. El Reglamento científico del Ateneo
3. Las ciencias y las cátedras en el Ateneo Español
4. Las cátedras en el Ateneo Español
5. La cátedra de Economía Política en el Ateneo Español
6. Antecedentes históricos de la cátedra del Ateneo Español
7. La iuvenhrd de Casimiro de Orense y Rávago
8. Los trabaios del profesor Casimiro
9. Las ideas económicas: los dos elogios y la advertencia
10. Las ideas económicas
Apéndice I
Apéndice II
Apéndice II (Cont.)
Conclusión
Notas del lector
4
5
6
6
7
I
9
10
11
t2
13
18
24
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28
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LAS
vrcrsrruDEs DEL pRTMER cATEDnÁrlco DE EcoNoruÍe
polÍrlcR
DEL ATENEo EspRñoL DE r820:
cASIMIRO DE oRENSE y RÁvAGo'
RocEuo
FEnNÁruoEz
Derc¡oo
Universidad Europea-CEES
Departamento de Fundamentos del Análisis Económico
Rrsutvr¡N
Este trabaio estudia cómo se estableció la cátedra de Economía política en el Atmeo
Espanol de 1820. Tiene un doble objetivo. Primero, pretende contribuir øl conjunto de
trabaios que esütdiart el pensamiento económico espafiol en el siglo XIX, m segundo lugar,
quiere mostrar un ejemplo en el que se vea como el criterio seguido para seleccionar ideas, en
este cøso económicas, no depende casi exclusivømente de sus cualidades innatøs, sino que en
algunos casos, depende de criterios arbitrarios que condicionarán su difusión posterior.
La primera parte del trabajo está dedicøda ø lafundación del primer Ateneo! a su
Reglamento cimtífco. Smølaré ln clnslìcación de las ciencias que este reglamento propuso, así
como las dfermtes cat¿dras c¡ue gracias a él sefundaron. La segunda parte estudiø lø cdtedrø
de economíø política y, brevemente, los antecedentes Eß ésta tuvo. Esta pørtz presenta las
vicisitudes por las que tuvo que pasør el primer cat¿drátíco del Atneq D. Casimiro de Orense
y Rtívago, en ln oposición que him ø ln catcdra de economía política de la Sociedad Económica
Matritmse, en Jbbrero de 1820. ,4sí Io reJleja el Recarso de Agravios que presmtó en mßzo
de 1820 øl Rey Femando WI, en cnntra de los resultados del examen. En el Recarso denuncía
cierto paisanøje entre el censor de las oposiciones D. Felipe Olivey el aspirønte Ponzóa. Esta
parte tnmbien presmtnrá la biogrøJía de su primer catrilráticoy resøltará sus ldeas económicas
de 1813. Lø tercera pørtu estd cnmpuesta por dos apêndices. El primero recoge la Lección de
Economía políticø sobre la población de 1820, que es el examen que realizó el proJbsor para
obtener la cátedra de Economía Política de la Sociedad Económica Matritense. EI segundo
npendicc está compuesto por dos cørtas rye dirigió al censor del examen, D. Felipe Olive. La
primerø cdrtø es el Recarso de Agravios que elevó ø Fernando WL
Este trabaio se presentó en las V Jomadas sobre Historia del Pensamiento Económico: Homenaie
al protèsor Fabián Estapé, celebradas los días I I y 12 de diciembre en la Universidad de
Zaragoza. Agradezco la ayt¡da que me han prestado los profesores Victoriano Marrín, Luis
v Femando Méndez Ibisate, así como a todos los miembros que integran la Sala
Cervantes de la Biblioteca Nacional soy el único responsable de errores y tältas aquí contenidos.
Perdices de Blas
R. Fernández Delgado
O
Las vicísitud.¿s dcl primer catedni¡ico.
I
1
I.lq.
UEM{EES EDICIONES
5
FUNDACIÓN DELATENEO ESPAÑOL, 14 DE MAYO DE
tg20t
Con el pronunciamiento en Cabezas de San fuan de Rafael del Riego el I de
enero de 1820, comienza el t¡ienio liberal. En este periodo surgieron una serie de
"Sociedades Patrióticas" que se reunían en diferente clubes, según el modelo francés
que Prosperó desde finales de siglo. Estos clubes se convirtieron en símbolos del
liberalismo, en tånto que, hasta aquel momento, la política había sido motivo de
discusión exclusiva de una élite que se había concent¡ado en las ilust¡adas
Sociedades Económicas de Amigos del País. En la existencia de estas nuevas
"sociedades" liberales podían inscribi¡se el nacimiento del Ateneo de Madrid o
reuniones como las de los Amigos de la Libertad, del Café de Lorencini, la de los
Amantes del Orden Constitucional, que se instaló en el café de La Fontana de Oro,
y la de los Amþs de la Constitución, que se celebraba en la Fonda de la Cruz de
Malta. El 14 de mayo del mismo año se futdå en Madrid, el Ateneo Español, en un
principio con el espíritu de una Sociedad patriótica y literaria. En el arúculo
segtrndo se atribuve al Ateneo la tarea de discutir tranquiln y amistosamenú¿ cuestiones
de Legislación, de Política Económica y de cualquier oûe materia que se reconociera
de utilidad. También pretendía propagar, por todos los medios, los conocimientos
y llamar la atención de las Cortes o del Rey a través de representaciones legales. En
el artículo tercero de los Estatutos se declara expresamente su independencia del
gobiemo y en el anículo cuarto, ofrece un modelo de participación parlamentaria,
con la celebración de iuntas sobre temas de interés, social o político2.
El primero de octubre comienza la labor del Ateneo con )osé Guerrero de
Torres como presidente, Mariano de Lagasca (vicepresidente), Heceta (primer
secretario) y Angel Calderón de la Barca (segturdo secretârio) en la primera f unta
de gobierno. Ent¡e los primeros socios se encuentran miembros de la clase más
ilust¡ada de la capital: Antonio Alcalá Galiano, Manuel Flores Calderón, el duque
de Frías, Pons y Morvau, Ferrando, Onís y Ferraz,los generales Castaños y Palafox,
Sánchez Toscano, Saturnino Montojo, Martín Foronda, Casimiro Orense, Joaquín
Blake, Claudio Antonio de Luzuriaga, el conde de Calderón y el marqués de
Antonio Ruiz Salvador. (197 l): El Ateneo Científco, Literarioy Artístico de Madrid, (/,835-/,885).
Tamesis Books Limited. London.
2
Labra. Ratäel M. de, (1878): El Atuneo de Madrid. Sus orígcnes, desenvolvímiento,
porvcnir. Madrid.
representdción
)
R. Femárdez Delgado
g
Las vicisíndes del primeT catednitico.
UEM.CEES
EDICIoNES
6
villacampo, Palarea, Arco-Agr'rero, La Sagra, el marqués de Cerralbo, Sánchez
Salvador, |osé Mariano valleio, La Guardia, los condes de Superunda, v de
Toneión, Surrá, Pâez, )aramillo y Manuel de Parga3.
2, EL REGLAMENTO CIENTÍFICO DEL ATENEO
El 18 de septiembre de l82o se aprobó su Reglamenro cienrífico, muy
mediatizado por las disposiciones legales que, sobre temas académicos, se habían
tomado con anterioridad. En efecto, las Cortes, por Decreto de I de febrero de
1815, ordenaron formar una funta especial para la elaboración de un nuevo Plan
de estudios que obligó a todas las Universidades, por Circular de 27 de octubre de
t818, a seguir el Plan de Salamanca de l77l que no incluía la disciplina de
Economía Política en ninguna Facultad.
Sin embargo, la Real Orden de I de enero del mismo año declaraba la
"subsistencia en las Universidades de las Cdtedras de Economíø Políticø que estuviesen
establecidas o que se establ¿cieran en eI fufirro", ya que el rey estaba convencido de "la
utilidad y necesidad de que se prlpagasen y dfundiesen los conocimientos de la cimcia
económica, cayos principios prøcticados en los pueblos sabios con lns ilemás ciencias auxiliares,
las nøturales, Ias Jísicas y matemáticds". En sus Estatutos se disponía que debían
establecerse enseñanzas públicas, impartidas por miembros del mismo, o por
profesores retribuidosa.
3.
IJA.S
CIENCTAS Y IJq.S CÁTTPN¡S EN Et ATENEO ESPAÑOL
El anículo 15 del Reglamento dividía el Ateneo en seis secciones: La primera
sección estaba dedicada al estudio de las ciencias primitivas (ciencias descriptivas),
compuesta
por Cosmología, Cosmografia, Zoolog¡a, Botánica, Mineralogía,
Meteorología, Química y Física general. La segunda sección (Ciencias del hombre),
se ocuparía de la anatomía, fisiología, medicina, ideología, gramática, educación,
Antonio Ruiz Salvador.
op. cit.
Gil Novales, Alberto. (198ó): El primer
Ateneo, l82O-23, Madrid
R. Fernárdez Delgado
O
Las vicisitud.es
&l
primer ca¡ednit¡co...
UEM-CEES EDICIONES
7
moral universal, legislación, historia y cronología. La [ercera sección (ciencias
matemáticâs y fisico-matemáLicas), se estudiería aritmética, álgebra, geometría,
mecárúcâ, astronomía, óptica, cálculo de probabilidades y artes ffsico-matemáticas
o ciencias prácticas). La cuart¿ sección tratâría de las artes mecánicas. Estå cuarta
sección eståba compuesta por el arte de alimentarse, de vestirse, de alojarse, y de
arrnarse, las artes nacidas del trabajo y del empleo del hierro, del oro, del vidrio, etc.
La quinta sección (Bellas Artes v bellas letras), tretåríe del dibujo, pinture, grabado,
escultura, poesía, idioma de acción, elocuencia y arqueolo$a. La sextâ, por último,
se ocuparía de metafisica y fi.losofta o análisis universal, que integra, según el
Reglamento científico,la ciencia que resulta de todas las ciencias y de todas las artes
que la sin¡en de base, y de las que también es regulador*. La Biblioteca del Ateneo
español contaba por estas fechas con las Obras Completas de Rousseau, Mably,
Fontenelle, Marmotel, Diderot, Montesquieu y Monfaucon.
Ent¡e las memorias v obras leídas destacan, aunque faltan datos de otras, el
Discurso de Bmtham sobre los Consejos de las Cortes, t¡aducido por |osé foaquín de
Mora. Las dos obsattaciones de )oaquín Fleix la primera sobre el comercio algodonero
en Cataluña, que recoge la petición catalana al Gobierno para que impidiera la
importación inglesa de algodones en su provincia; y sobre el origeny naturalezn de los
diezmos que se pûgan en Españø. Por último el dictamen que recoge la opinión del
Ateneo sobre la redacción del Código penal.
4. I]q.S CÁTEONNS EN EL ATENEO ESPAÑOI
Con el ánimo de dift¡ndir los conocimientos útiles, y a la vez las secciones, se
abrieron cátedras a las que podía asisti¡ gratuitâmente el público en general, con el
único requisito de asistir con regularidad a las explicaciones. Se abrieron catorce
cáted¡as: Alemán, Manuel Ramajo. Inglés, Antonio Garrido. Francés, Cristóbal
Garrido. Cuenta y razôn, Santiago Jonama. Derecho Natural, fosé foaquín de Mora.
Matemáticas, Martín Foronda, Economía Política, Casimiro de Orense v Manuel
Flores Calderón. Taquigrafia, Manuel Varinaga. Historia, Francisco |osé de Fabra.
Derecho Público Constitucional, Faustino Rodríguez Monroy. Griego, Satumino
Lozano y Velasco. Filosofia aplicada a la moral, f uan Meig y Antonio Fernández
Gil Novales. Alberto, (1986),
op.cít.
R. Fernández Delgado
O
Ins
vicisí¡ud.es del primer catedni¡ico.
UEM{EES EDIËIUNtS
E
Vallejo. Física, Saturnino Montojo y Armonía, Mariano Rodríguez de Ledesma6
5. t/q. CÁT¡onn DE ECONOMÍA POLÍTICA EN EL ATENEo ESPAÑOL
La cátedra de Economía Política del Ateneo Español, tuvo una vida muy cortå,
tan solo existió lo que existió el Trienio Liberal. En el corto espacio de su vida y
según la única actâ conservada, la de I de octubre de 1821, en elAteneo Español
de Madrid se polemizó, entre otros temas, sobre la cuestión de los diezmos, los
gremios, los señoríos, sobre quién tenía la facultad de interpretar las leyes de un
gobierno constitucional, sobre el empréstito público y la reforma colonial.
Con la segunda RestauraciónAbsolutista, conocida como década ominosa, se
liquidó el trienio liberal, su Constitución y sus Instituciones. Alavez se reståuran
la Inquisición v los señoríos, se cierran las Universidades y el Ateneo Español, sin
que su presidente, el general Castaños, pudiera impedirlo. Durante estos diez años
la Economía política fue considerada una "ciencia peligrosa para los jóvenes"7.
Sus titulares fueron, D. Manuel Flores Calderón8, y el catedrático de economía
publica de la Universidad de Valladolid, de D. Casimi¡o de Orense y Rávago, que
sólo ocupó la cáted¡a gratuitamente durante cuetro meses, poco después de haberse
presentado, sin éxito, a la cátedra de Economía Política de la Sociedad Económica
Matritense. La cátedra de la Matritense le correspondió a fosé Antonio Ponzóa que
es conocido por la t¡aducción de la quinta edición que realizó en 1834 delTratødo
de |. B. Say'q.
EI doctor Femández Vallejo desempeñó una cátedra de ideología (curso 182 l-22), en la que,
sigu.iendo los principios de Desttut de Tracv, trató de las funciones orgánicas o de asimilación,
de la historia de las sensaciones y de las tunciones del cerebro y el análisis de las ideas. Ver, Ruiz
Salvador, op. cit. pâg¡na28.
Vallesantoro. Marqués de.(1989): Elementos de Economíø Polítíca con aplicación particular a España,
Edición y estudio preliminar por Manuel Martín Rodríguez. Instituto de Estudios Fiscales ,
Madrid.
Manuel Flores Calderon llegó a ser presidente de las Cortes de Sevilla en 1823. Ver, Antonio Ruiz
Salvador, (197 l), op. cít.
los catálogos consultados han sido:
-Sagra, Ramón de la (1971): "Catálogo de escritores económicos españoles", editado por
R. Fernández Delgado
O
Las vicisitud¿s
d.el
primer catedrá¡ico.
6. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE
UEM-CEES EDICIONES
9
LA CÁTEDRA DEL ATENEO ESPAÑOL
Mucho antes de qLte se inco¡porara la enseñanza de la Economía política en
la Universidad, con la Reforma Caballero de I807, existían centrls no universitørios
en los que ya se estudiaba. La primera cátedra de Economía Política fue la que se
creó en la Real Sociedad Económic¿Aragonesa en I784. Seguirá la efimera Cáted¡a
de Economía Civil de Mallorca en 1814, (sólo duró cinco meses), la de la lunta de
Comercio de Barcelona en 1814, v todo un conjunto de cátedras en diferentes
ciudades que, a uavés de sus Consulados, eståblecieron Escuelas Mercantiles. Cabe
destacar, que todas ellas nnrieron en su conjunto una vida corta, aproximadamente
60 años, yâ que con el tiempo no pudieron o no supieron competir con las
Universidadesro.
El estudio de Economía política en éstas cátedras venía acompañado por unas
serie de libros de texto recomendados. En la cáted¡a de la Real Sociedad Aragonesa,
cuvo titular era Lorenzo Normante y Carcavilla, se aconseiaba como texto las
I*cciones de Economía C¡øl o de el Comercio de Bernardo |oaquín Danvila y Villagrasa,
;r la de Genovesi. Cuando en I80l deió la cátedra, sus sucesores recomendaban la
t¡aducción del Compendio de la Riqueza de las Nacion¿s de Condorcet y elTratado de
f . B. Sav. En el Plan de Estudios del Seminario de Nobles de Madrid, creado en
1813, se incluían los Principios de Economía Polít¡ca de /ean Herrenschwand y las
Lecciones de Economía de Danvila, que era el catedrático de la asignatura y difusor de
la obra de Cantillon en España". En la cátedra de Barcelona, en la que era titular
Gonzalo Anes en Anal¿s de Eønomía,3" época, n" I l, julio-septiembre., páginas 105-215.
Reproduce la segunda edición de 1853.
-Franco Gabriel, (1972), op. cit.
-R%lá de Lew, Iua¡r ( 1974): "Catálogo bibliográfico de economía de autores españoles
del siglo XIX", Hacienda Pública Española, núm. 28, páginas 227-334.
-Iparraguirre, Demetrio, (1975): "Historiografía del Pensamiento Económico español"
Anales de Economía,3' época, números 25-26.
-Cabrillo, Francisco (1978): "Traducciones al español de libros de economía política
(1800-1880)", Moneda y Crédita, páginas 7l-103.
-Correa Calderón, Evaristo ( 1982): Registro de Arbitristas, Economistns y Reformadores
Espøñoles ( I 5OO- I 93 6), Ftrndación Universitaria Española, Mad¡id.
r0
rr
Marqués de Vallesantoro (1989) op. cit.
Sobre eI\os Pñncipi¿s de Herrenschwand en el Seminario de Nobles de Madrid. ver Nuñez
Romero-Balmas (1981): "La introducción de la Economía Política en España hasta 1870:
Catálogo de traducciones y notas críticas".
R. Fernárdez Delgado
O
Las vícisittd¿s del primer catedrático.
UEM.CEES
EDICIONFS
IO
Eudaldo faumeandreu, se recomendaba el Tratado de Sav, v más adelante los
Propios trabaios del tittrlar; los Rudimentos de Economía Política de l8 16 y el Curso de
Economía Política de 183ó.
7.
tA IUVENTUD
DE CASTMTRO ORLNSE
y nÁVnCO
A falta de una biograffa definitiva, tengo que reconstruir la vida de Casimiro
mediante los datos que puedo recoger de sus escritos, urili2¿¡ds a veces el
razonamiento deductivo. Pudo nacer hacia 1791, en la localidad de Tabares,
Provincie de Palencia. A los once años comenzó la carrera de Filosofía en la
Univenidad de Osma. Después de estudiar dos años filosofia estudió Leyes durante
seis años en la Univenidad de Valladolid, donde obtuvo en julio de 18lO, el grado
de Bachiller nemine discrepante.
Durante los años de estudios en Valladolid, en concreto, a partir del año
1807, estudió Economía política ya que por Real Cédula de 12 de junio de ese año,
por primera. vez se incorpora estå disciplina en los Planes de Estudio de la
Universidad. Para estudiar esta asignatura se recomendaba La Investigación sobre ln
-Sobre la inlluencia de Cantillon en Danvila ver. Estapé, F.(199O): Introìlucción øl pensømiento
económico. LIna perspectiva española, Espasa Calpe,
Madrid.
-Sobre Herrenshwand ver foseph
'\ Schumpeter (1994): Hístoría d¿l Análisis Económico. Anel.
Barcelona. [o considera como un fisiócrata tardío porque parece ser que "no fi¡e ortodoxo aunque
fue un economista capaz".
-Sobre la influencia de Genovesi en Normante ver, Usoz Otal, /avier, (1997): "Lorenzo
Normante y la economía de Antonio Genovesi, Universidad de Taragoza. Este trabajo
resalta la labor divulgativa que realiza Normante de Ies Leccionss de Genovesi.
-Sobre la traducción del Compendio de Condorcet ver Reeders, (1973 y 1978)
"Economía e ilustración en España: Traducciones v traductores l7l7-1800"); En este
trabajo, nos informa que en I790 aparece el Inilicc último de los libros prohibidos y mandados
üpurgar: para tdos los rEnos y señoríos del católico Rey de las Españas, el señor don Carlos IV.
En este índice figuran las kaducciones francesas de la Riqucza de las Nacion¿s, de Adam
Srrúth, prohibida en 1792. Esta prohibición dará lugar a versiones modificadas como la
de Condorcet, en 1792, que fue realizada por Martínez de Irulo v, dos años más tarde
la traducción completa, convenientemente retocada, de Alonso Ortiz,
-Sobre la traducción del Tratada de Sav, ver Francisco Cabrillo ( l97B): "Traducciones
al español de libros de economía política (1800-1880), Moneday Créiliø, n" 147. Este
trabaio nos informa que la traducción apareció en Madrid en la Oficina de Pedro
Caballero Gómez Fttentenebro. en 1804-1807.
R. Fernández Delgado
O
La,s vtctsthtd,¿s dzl
primer catedràtico.
UEM-CEES
EDICIONES II
Rirpuzn de las Nndones deA<lam Smith, aunque la obra de Say será la preferida,,. En
1812, Casimiro consiguió certiJìcncion¿s en Economía Política por parre del doctor
Temes y de práctica forense por el doctor Cartagena.
Entre 1808 y hasta la bat¿lla de Arapiles de l8l2 viajó por diferentes
provincias, Galicia, Burgos y Lisboa, acompañando v colaborando con el sexto
ejército inglés, lo que le permitió conocer el idioma. En 1813 se instaló en Cádiz
donde consiguió, en el mes de iulio, el título de abogado en la Audiencia de Sevilla.
En este año publicó en Cádiz las ldeas económicûs, políticas y morales,'. En el año I 8 I 4
se incorporó al colegio de la æchancilleria de Valladolid, localidad en la que en 18 15,
sin solicitarlo, le nombró el Rector y el Claustro de la Universidad regente de la
cátedra de economía pública, asignatura que explicó durante ese año, al tiempo que
se incorpora al colegio de abogados de Mad¡id. En febrero de 1820 se presentó âl
concuso oposición de la cátedra de Economía política de la Sociedad Económica
Mat¡itense. La Comisión censora de las oposiciones le concedió el segundo lugar,
siendo el primero para Ponzóa. En ese mismo año publicôlas Lecciones de Economía
política sobre población, que es el examen que la Sociedad propuso para la cátedrara.
Ese mismo año aceptó la propuesta de la Sociedad Económica Mat¡itense de
regentar la cátedra de Economía política del recientemente creado Ateneo Español.
La cáteclra la desempeñó, gratuitåmente, durante cuatro meses, sucediéndole
Manuel Flores Calderón.
8. LOS TRABAIOS DEL PROFESOR CASTMTRO
- (1813)
, Ideas
Econ
icas, Políticas y Morøles: Obra original publicøda pøra Ia
Jèlicidad de la Monarquía española, Câdtz|s.
r2
¡r
r{
Martín Rodríguez, M. ( 1989): "La institucionalización de los Estudios de Economía Política en
la Universidad Española (1776-1857)".Revista de Hístoríø Económicø, Año VII.
Orense y Rávago, Casimiro de. (1813) o¿. cir.
Orense v Rávago, Casimiro de, (1820): L¿cción de Economía Política sobre población, Imprenta de
Vega y C".. Madrid. Las L¿cciones tienen el siguiente encabezamienÍo: Lccción de Economía Políticø
sobre pobløción esc:rita por D. Casimiro dc Oranse, et la oposición que hiæ d cát¿dra de la Cort¿. La
nplicación de los principíos ti csta matería que se hace con mucho discernimiento y la perpetuídød d¿ las
mdrimøs que mciewa la lección, la constituym dignas de la prensa rn concepto de muchos intelígentes
imparciales.
15 Este trabaio se puede encontrer en. Canáls y Martí,
fuan Pablo: M¿morias
Antiguos, Restaurada en España. 1779. ano de la licencia, Madrid
sobre la
Púrpura fu
los
R. Fernátdez Delgado
O
Las vicisirudes del primer catednitico.
- (1820),
UEM{EES EDICIONES
12
Lecciones de Economía política sobre población.
- (1839), EI amigo dcl labrador.
Proyeao agrlnómico pøra ld públicaJèliadad de
Espøña. Madrid.
-
parø inJbrmar al fucmo. ,A1runtamiento de Mad¡d sobre las
cñusas de demol¡Aón oJìcial de las casas núm. I y 2 de Ia calle del Humillndero. Madnd.
- (1850), Acusacíón públicn contra un delito público porlø sugestióny captación,
fraude y dolo malo y por la doctrina impía de las alegaciones de los patronls de la llamada
Obra Pía de Alamar:n _y es un mayorazgo de segundos perpetuo. Instituido en I78l en
( 184ó) , Memoria
Salamanca.
9. LAS IDEAS ECONÓMICAS: LOS DOS ELOGIOS Y
LA
ADVERTENCIA'ó
Las ldeas se publicaron el 12 de marzo de 1813 y fueron admitidas el 8 de
abril del mismo año en las Cortes, como así lo muestra el Diario de sesiones del
Congreso. Resalto este dato porque en este trabajo el profesor Casimiro defiende la
y en el mes de julio de ese año, la Comisión de Hacienda entrega
un proyecto de ley que suprime las rentas provinciales y eståncadas, estableciendo
en su lugar la contribución direaa proporcional a la riqueza. Con el regreso de
Fernando VII las rentas provinciales y equivalentes fueron restablecidas y la
cont¡ibución directa abolida. Sin embargo, en l8l7 Martín de Garay la utilizó
como modelo para su Contribución General". Podemos pensar que el uabajo del
profesor Casimiro, formó parte de los estudios legislativos que desarrollaron los
preceptos constitucionales en materia fiscal.
Las ldeas están divididas en tres grandes apartados. El primero de ellos, que
contríbución direAa,
ró
Sólo voy a prcs€ntår un breve resumen de las ideas económicas. dejando para estudios posteriores
el análisis completo de la obra. EI trabajo de Casimiro no merece la consideración de manual de
economía política, se trate, como advierte su autor, de un Libriø nuetto en el que se propone hacer
Ilega la Península prontamente øl mas alto grado de prosperidad. Este trabaio no contiene ninguna
retèrencia bibliográtìca pero se observan influencias, e pesar de que está publicado en un periodo
domirrado por I. B. Say. de lo que podríamosllamatfsióratas tardíos. Este escuela de pensamiento
se divulgó en el Seminario de Nobles de Madrid. que incluía en l8l3 como libro de texto. los
Prtncipios de funomía Política de Herrenschwand, traducidos en 1800 por fuan Smith y tuvo una
reedición. Ver Cabrillo (1987). op. cit.
It
Artola, Miguel, (dir.) (1991):
Editorial. Madrid. t. V.
Enciclopedia de Historia de Espøñø. Díccíonario temático. Alianza
R. Femár¡dez Delgado
E
Las vicisitudes del primer catednitico.
UEM-CEES
EDICIONES
13
contiene las ideas econónticas, comienza con dos elogios y una advertencia. Los
elogios están dedicados al pueblo inglés y al Congreso espeñol, la advertencia está
dirigida al pueblo español. En el elogio al pueblo inglés destaca la legislación
proteccionistå que desarrolló la agriculttua, consolidó las manufactures v activó el
comerciors. En el elogio al Congreso, denuncia dos hechos, el primero, que parte del
producto neto de Ia tierrø høn consumido los grøndes møJorazgos, comunidødes seanlaresy
regilares, y toda clase destrttctora que no se emplea en benefciar la øgriculnra, ó promover
la industría (en adelante,Ia cursivø es del autor). El segundo hace referencia a los
efectos que tiene para la sociedad la multitud de pensionados empleados inútiles en
rentas, en eltbro, y m la milicia. En la advertencia al pueblo español, afirma qrue una
nación pruspera hastn Io posible, si las autoridades no ponm trøbøs á los prngresos naturales
del interés paniølar. Después de haber leído, los originales de las mejores ideas
francesas e inglesas que hay en la materia, es necesario que los representântes
políticos se ocupen en Jormar legislación política, económica y civil, si deseøn que seûmos
Jblices, y no malgasten un tiempo precioso...,si este importante ramo no se compone de
economistas inteligentes é íntegros,
y
se adoptan luego las ideas que presentl, desgraciada
patriû.
IO. LAS IDEAS ECONÓMICAS
Comienza estudiando elOrigm de los capitales, el objeto de Ia Economíø, y las clases
que forman el Estado. La agricultura, la abundancia de subsistencias, de materias
primas,y arteJaaos, junto a la clase productora, conservadora y destmctora define
el sistema económico que Casimiro apunta. En est¿ economía, el ahorro es la
variable que determina el capital y las ganancias del capital y, a su vez, también
determina la riqueza de los individuos.
Da especial importancia a la buena dirección que deben seguir los capitales
hacia las actividades comerciales, y las artes, que son las actividades primarias.
Critica en este sentido la nalø dirección v el empleo inútil que es la causa de la
ta
rr¡y, ¿n verdad, las meiores posibles: pero sí, àe las constítuidaç, las mtß øprecìables". Casimiro (1813)
op.cit.
R. Fernández Delgado
Las vicisitud.es
d.el
O
primer catednitico.
UEM{EES EDICIONES
14
decadencia económica de Españare.
Los capitales t¿mbién tiene un origen
la
especulación v las
diferencias en la dotación de capitåI. Con respecto a la primera, dirigida con acierto
es trn medio permitido al negociante2o. Las diferencias en la dotación de los factores
prodtrctivos, del grado de fertilidad del suelo, la inteligmcia, la actividad industrial y
la propiedad, determinan la desigualdad del capital. En este sentido denuncia la
propiedatl perpetua de la tierra porque impide ot¡as formas de obtener rentå de la
tierra como son, el cultivo de la tierra por el propietårio, o por medio del trabajo
asalariado, cesión en usufructo con adelantos al colono, y por último, la cesión en
usufructo por medio de tura escritura de aniendo. Reflexiona a conLinuación qué
método de cultivo es el más idóneo. Si el país es pobre debe cultivar el propietario,
o ceder el usufirrcto. Si es rico, si tiene capitalistas, el arriendo es la mejor fórmula.
Analiza a continuación las causas del ret¡aso agrícola como origen de la
decadencia española. Advierte que ninguna comunidad religiosa debe ser
propietaria, porque solo en martos de quim mira la propiedad como su)/a...Jlorece la
agriailtura. Si nuestros legisladores hubieran sido economistas itendríamos una mult¡nd de
leyes privando hacer donøciones entre n)tos, ó por causa de muert¿ á corporøciones
eclesiásticas?. iCuitados legisladores, que inundaron nuestros códigos cnn tanta mult¡nd de
leyes! Acaso sabríais Io ryue debíais hacer. Pero os czntentasteis con podar el árbol, y así echó
con mcís vigor. Tanto temíais nlfanøtismo, qae nos ha conducido al último grado de pobreza
y decadenci¿. Condena el gran número de miserabl¿s colonos que evitan el que el
interés propio de cada pequeño propietario actúe, no sólo cultivando en su parcela,
sino estudiando la diferentes clases de cultivo. ,iPløntørá un ciudadano un árbol para
secTtndario,
que otro se aproveche de su sudor?
Critica la mala prensa que difi.nden los viajeros ingleses y franceses de España.
Esta crítica se centreba en la despoblación, en la falta de árboles, en las malas
posadas y en los medios de viajar. Las causas, a f uicio del autor, se encuentran en la
contribuciones indhzans y en el menosprccio que existe otrc nlsotrls, hacia ¿/ dueño de unø
te
El que era un maJorøzguito, se tlestlcñaba, ó exemplo del Crande, de ocapørce ¿n adelantar, la agriculnra,
la industriay el ømcrcio, v lo mismo ,tuestros eclesitßticos: casi todo lo tenían ørendado. Se scguird de aquí
ta muttínd d¿ t"riados improduxivos pørø Ia nación; pero distinguidos cn vicios. iTriste Espøña! Høs llcgado
ã la suma pobrezø por esta cøusa, que nuestros legisladores desconocieron,faltos de la preciosø ciencia de Ia
cconomía. Op.
dt, página
10.
20 ...sin que pueda conocer otra ley que
arreglarse á los precios de mercado. Muchos economistes,
rebosando un escolasticismo pueril. limitan Ia ganancia del negociante...ignorando que no hay otra
medida reguladora que arreglarse á los precios del mercado...y el número de comerciantes, que
acude á tener parte en las ganancias. redúce las mercancías á su justo precio. OP.tit.página I l.
R. Fe¡nández Delgado
O
Las vicisind¿s del primer catednitico.
UEM.CEES
EDICIONES
15
posûdd, ó ntesón,
-y lo mismo todo alquilador.
Estudia las cnusns de ln impaJbcción de las artes en España, señala que la esülela
no ha tratådo de formar hombres; si tinicømente se ha caltivado un escolasticismo d
propósito pøra extrøúar lø røzón, y en el hecho de que la legislación bárbara ha privado
de cimnlncion l"ø paftz mas preciosø de los capitales, que es
la propiedad, fomentando lø cløse
destntctora, que entre nosotros nada tiene de protectora, mientres se han oprimiilo las
laboriosas. A vista de esto admiraos de que høya Españø. Explica, a través de ejemplos,
la división del trabaio. La división del trabajo
es el
principio que tiene aplicación
universal y en España no existe por dos razones; falta de educación y møIø dirección
de. los capitales que no þmmtøn la cløse productiva.
Ni por asomo se detiene
a analizar cuál es su valor, únicamente resalta la capacidad como medio de
intercambio. Analiza a continuaciônla poca utilidad que nos han traído las minas de
El dinero lo considera como mercancía y numerario.
América. Denuncia la incapacidad del Gobiemo en saber dirig-tt estos capitales, al
creer que la riqueza eJbaiva consistía en ser poseedores de aEtellos metales, y fomentar el
lum..., y pagarlos anefaaos de los vecinos, verdøderos poseedores de nuestras minas....Tal es
el eþcto de la ignorancia. Løs minas verdøderas consisten en hacer producir en nuestro
suelo,...,con el dinero americano, sin descaidød el caltivo en el nuevo mundo.
Respecto a la Hacienda Nacional critica el que no se tuviera una legislación
económica, ni un método de vigilar y recaudar. Cree necesario proporcionar
información al ciudadano sobre los ingresos fiscales que se recaudan. Realiza una
clasificación de los ingresos de capital, y de las ganancias de capital. Las
cont¡ibucioneshan de salir de todo ciudadano proporcionalmente a su riqueza, que
está constituida por el capital v las ganancias del capital, predial o personal.
Defiende la contribución única y establece cuetro principios sobre los que fundarla.
Primero: cada uno d¿be contribuir á proporcion de su capital á la defensa del Estado. Segundo:
cada espafiol debe saber la cøntidad c¡ue le conesponde prtgør, parß no estar sujeto a lø
arbitrariedød. tercero: Se pagará la contribución øl tiempo que es más jicil satisfacerla.
Cuørto: toda ln contribución lucirá á la nación. Presenta a continuación cuat¡o
obstáculos a los principios anteriores: Primero: el gran núrnero de empleødos, que sobre
ser inútiles, gravosos y destractores, privnn de brazos ú las clnses productivay conseruøclora.
Segundo: Ias contribuciones indirectts sobre materias de prirnera necesidad, especialmente
porryte sflcan mûs del bolsillo del panicalar que luce a Ia naci6n, se prestø ocøsitín alfraude,
oJrece trnbas øl comercio, ! se oponen á la prosperidad nacional. Tercero: lns mismas
contribuciones indircAas an materiøs que no son dc primera nzcesidadfomentan el contrabando
si Ia ganancia
es
øcesiva,
J
son causa de conducir al suplicio à un hombre que ßcnso de otro
modo seria honrado. Cuarto: si no se impiden løs visitas odiosas
à
los
partiatlares pøra
R. Fernández Delgado
'Þ
Lørs
v
ic is i rudz s de I
pri ner.
ca
tednitico.
UEM4EES EDICIoNES
16
grúdwû su Mpitûl ltersonûI, Eæ dehe ser por declaración y por inspeccitin en el cû,pita.l predifil.
Está a favor de la única contribución directa. Esta debe recaer proporcionalmente
sobre todo capitalista, siendo necesario un método que permita graduar los
capitales. En este sentido elabora un plan con el recoger información sobre los
capitales. Los vecinos de cada pueblo deberán presentar notås acerca de las
propiedades que goz n v de las propiedades de los ausentes. La recogida de
información sobre los capitales personales se realizará obsewando las casas, los
ganados, los adomos..., y lo mismo con las fábricas, que se deberá hacer por el rédito
del capital. En las fábricas se han de tener en cuentå las rebajas propias de cadø
arteJaao.. Los comerciantes declararan de buena fe el capital que tienen en
circulación, y con arreglo a una ganancia moderada pagarán la cont¡ibución. Se
permite la crítica y la delaciôn y por medio del pøtriotismo nos dejarán conocer su
gmerosidad. El profesor considera que /ø repugnanciø de pagar impuestos nace de la
desconfiarza. Esto se solucionaría: informando cómo se gasta y qué proporción de
gasto público sostiene cada individuo, aldea..., etc. Con este método, cada individuo
permitirá reclamar ante abusos, no sólo sobre la inversión que se realice, sino sobre
abusos en las pesquisas de los recaudadores, v la posible oesigualdad en la
computåción de sus capital. Con la mdxima inJbrmación de cómo se gdsta, de los capitales
que tiene cada uno, no habní lugør pøra la ocultøción, ni de pobres, ni de ricos, que es la
inJbrmación mãs impotante. Se cvitørá de estø Jbrma que hayø tanto monopolistø en la
Hacinda pública, eviundose el pøgo en especie, porque el ciudadano pagará mfimción de lo
que percibe de la Hacienda. que como es poco, le interesará inþrmar.
Censura las contribuciones indirectas,J su origen porque recaen sobre mercancías
de primera necesidad (pan, sal, aceite, legumbres,..), o sobre mercancías superfluas,
(vino, todo licor fermentado, en especial los espirituosos; tÂbaco, azúcar, café, té,
chocolate...).El origm de løs contribuciones indirectøs está en la envidia Ete tienen los
cnpitøles prediales de løs gønanciøs de los comerciantes, tfue graciøs ø su laboriosidad, las
producen.. Esta cont¡ibución da lugar al fraude, porque aumentå la ganancia del
comerciante, repercutiendo negativamente sobre el consumidor que tiene que pagar
precios más elevados.
Respecto a las Contribuciones sobre salørios ó suelilos considera que en aþnas
circunst¿ncias esta contribución puede ser justa. Todos aquellos que reciben un
salario, todos aquellos que viven de su trabaio, son capitalistås Personales, v el
querer que éstos contribuyan con el sudor de su frente, es un enor. El sølørio queda
regilado por dos principios, el de lø dnnandn de trabøio, y el de la nbundancia dc
subsistencias. Lø møyor o mtís escasa demanda de trabøjo hace Ere los demøndantes de
salarios reciban Iø ley de tyien los empleø; pero clmo cada uno debe ganar parø vivir, Ia
R. Fernández Delgado
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Las vicisind¿s del primer cated,nitíco.
UEM€EES EDTCIoNES
L7
bqratura 0 cilrestíú de las vùsistencias influ¡le pl¿erosamente en el precio de los salarios.
(Entonces, si hay escasez de subsistencias, su precio será elevado, por lo que el
salario deberá arunentår. Por el contrario, si hay abundancia su precio clebe
disminui¡ y también los salarios). Uno y otro principio balancean de manera que solo
las circunst¿ncias pueden dar lugar a que se aplique acertådamente estå doct¡ina.
Por irltimo estudia la ciranlación de la riqueza nacional y el dinero prestådo a
interés. Respecto a la circulación de la riqueza, dependerá la prosperidad de la
nación y de la ominosa estancación de la propiedal. Si el agente laborioso conserva y el
disipador vende, al final, el capital quedará en manos de un capitalista que
atendiendo su propio interés fomentará la indust¡ia agrícola. Si el Estado liberara
a los capitales personales de las contribuciones indirectes, se fomentaría la
producción de las clases útiles. Hasta el øvaro abre su cofre cuando ve un campo inmenso
que Ie proporciona nuros medios de enriquecene mãs y más. Por último sobre ¿/ dinero
prestado a intenís, considera que hoy en día vale más el crédito que el capital, e
i¡rfinit¿mente más que el interés. Una multitud de moralistas, rebosøndo un escolasticismo
ridículo, ha querido graduør de pecado el dør dinero á interés. Mßerables. Los smtimientos
naturales de cnda hombre son ilo quedar obligado a nadie. Si un comerciante, que tiene en
cirøilacitôn todo su capital, al llegør el wncitniento de un letra no firyiera dinero parø pagarla,
podrá conseguirlo no mediante Iø limosna, ni tampoco recuriendo ø su mejor ømigo, sino
solicitándoselo a quim lefacilite dinero a interês. Por tanto el condenar el interés, es impedir
que cadø comerciante ponga todos sus fondos en giro, impidiendo de esta manera el progreso
de la sociedad, ! qut los pørticulares meioren su condición sin perjuicio de un tercero.
R. Fernández Delgado
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Las vicisitudcs del primer catednitico.
UEM-CEES EDTCIONES
18
APÉNDICE I
LECCION DE ECONOUÍ¡
POtiNC¡
SOBRE POBIACION
ESCRITA POR
D, CASIMIRO DE OR,ENSE
EN rA OpOSrcrcN QUE HIZO Á CÁrnOn¿. DE rA CORTE.
IA APLICACION DE LOS PRTNCIPIOS Á ESTA MATEKIA QUE
SE TTACE CON MUCHO DISCERNIMIENTO Y IA PERPETUIDAD
DE t,AS UÁXt¡vt¡S QUE ENCIERRA IA LECCION, IA CONSTITLIYEN
DIGNAS DE IA PR,ENSÁ Ë'N CONCEPTO DE MUCHOS
INTEUGENTES
IMPARCIALES.
MADND 18 DE FEBRERO DE I82O
S
OCIEDAD ECON O MI CA MAT PuTEN S E
Oposición a la Cátedra de Economía Política
El Opositor Don Casimiro de Orense tomó puntos ayer tarde eligiendo de
tras cédulas sacadas a la suerte, en que eståban designadas genéricamente otras
tantâs materias económicas la de Población dividida en las siguientes cuestiones:
l" ZEn qué se diferencian las relaciones que tiene la economía política con la
población, de las que existen entre estå, la aritmética política, la política v la
est¿dística?
2" Si fuese la población uno de los medios de la consistencia progresiva de los
cuerpos políticos según pretende Briganti; Zserá cierto, como establece Hume, que
une gren población es ventåiose en todos los casos, ó deberá limitarse en aþnos,
con aneglo á las opiniones de Palmieri y de Matthus (sic)"? Resolviéndose
afirmativamente este problema se señalarán los casos en que tenga lugar esta
lirnitación.
3" Explicar las coneúones y proporción que debe haber ent¡e la población v
el cultivo.
4" ZQué influencia podrá tener en los progresos de la población la resolución
2t
En España. el Ensayo de Malthus se traducirá en l8,ló. Se trata de la versión fiancesa de 1845
basada en Ia cuarta edición inglesa. Su traductor fue Eusebio María del Valle' que fue
q.r.
"rtãb"
catedrático de Economía política del Ateneo a partir de 1835. Ver Cabrillo (1987). op. cit.
R. Femández Delgado
Las vicísindzs del primer catednitico.
O
UEM-CEES
EDICIoNES
19
del problema sigrúente: aumentar en cuanto sea dable los productos anuales con el
rnenor trabaio posible? Si estimase que tiene influencia, resolverlo; v si se opinase
que no la tiene, fundar este dictamen.
5" ZLa población debe preceder á la agricultura o ésta a aquella?
El opositor podrá echar mano para su disertación de las cuestiones que le
parezc:' graduándose su mérito parâ el mayor número de las que tome a su cargo,
y por el modo con que t¡ate de ellas. Leerá la disertación hoy a las cuatro de la tarde
en la sala del Real Colegio de Sordomudos calle del Turco. Madrid 18 de Febrero
1820. f uan Acevedo y Salazar, Secretario de la Sociedad.
A la media hora de haber tomado puntos fijé las proposiciones siguientes,
inducidas de los programas que propuso la Sociedad, y siwen de base a la Lección.
I) La Economía política considera a la población en razón de las necesidades
del hombre en sociedad, que son el alimento, el vestido y la habitación, v en eso se
diferencia de la Aritmética política y la Política.
2) Una gan población supone una gran fuerza. política, por no existi¡ hombres
en las Sociedades, sino en proporción de su medios de subsistencie v de existencia;
por consiguiente la población es limitada siempre á estos medios; que fiian el estado
de adelantamiento y prosperida<l de la sociedad.
3)La indust¡ia nrral puede mantener por lo menos un doble número de
habitantes, es decir, que en un estådo medianamente Progresivo, y regularmente
sobrio, pueden vivir en la ciudad un numero duplo de habitantes que en el campo.
4)El aumentar el producto anual con el menor trabaio posible, es el mayor
estímulo que la indust¡ia manufacturara fabril, ó en otros términos el estado
progresivo de la Sociedad puede dar a la población; y por consiguiente puede
llamarse el primer móvil para su aumento.
5)La población precedió a la agricultura, viviendo los hombres en el principio
de toda sociedad mda de los frutos espontáneos de la tierra, y del producto o
subsistencias que facilitó el reino animal.
En el número 3 se explica el caso en el que la agricultura precede a la
población, con lo que se responde a la objeción que se hizo de no tomar el quinto
programa en este sentido, siendo la razón el evitar repeticiones en la lección por la
coincidencia de los razonamientos anticipados en la erylicación del tercer problema.
Importa aquí poco que Tracy nse o no de las voces en el mismo orden que aquí se
hace, siendo cierto que guardan consonancia con el buen sentido.
R. Fernández Delgado
O
Los vicisindes d.el
primer catednitico..
UEM.CEES EDICIONES
2O
----------oOOo---------Dßentaón Jbrmada con puntls de veinte y cuatrt horas por D. Casimiro de Oransq
a lø cátedra de Econotnía de esta corte. Fue l¿ída el 18 de
Febrero de I82O en el salôn destinado a los ejercicios públicos por Ia Sociedad Económica
Matritense".
Comienza le Lección refi¡iéndose a la idea de población que es igual a la
existencia de hombres reunidos en unâ sociedad política. La preciosø ciencia económica
es el.fimdamento de toda buenn bgrslnción, manifesterá, considerando las necesidades del
hombre, hasta que punto puede llegar la prosperidad de los estado civilizados. N¿
es difcaltad la multiplicación de los hombres, lo es el vivir con aquella comodidad
proporcionada øl estado y clase de cøda individuo. El ingmio humano øcude a llenar las
necesidades d¿l hombre, reducidas a su alimmto, vestido, habitación. Cuantos más medios hay
de ll¿nar necesidades mayor seró el progreso de Ia población. ParaJijar la ilo*rina económica
con relación a la población llevørá esta lección el mismo orden que la sociedad benéJìca,
protectora de este útil establ¿cimiento, se ha seruido predicar en los programas (yue sirven de
presttpuesto a este discarso.
Con respecto a la primera pregunta, la economía política prescinde de todo
cálculo político v de toda forma de gobierno. Como dice Say en su discurso
preliminar, los consejos o juntås populares han reducido las sociedades a su ruina.
La economía considera la población con respectl a la riqueza y øl orden con que esta se
produce, se dßtribuye o se znnsume. También señala los límites que separan la economía
de la política y de la estadística. La estadística recoge hechos partículares como quíera qte
los principios gmeralcs no sean mfu W consecuencias y combinaciones de hechos. La economía
se ocupa del aumcnto de las subsßtencifls, de materias primas, de an¿faúos, manufac'turas,
del trdfco, de la negociación, del giro, de todo producto út¡l ilesile lø mano del productor n lø
abogndo del Colego, como opositor
del consumidor.
Con respecto a la segunda pregunta, referente al tamaño de la población, el
profesor señala que una población grande necesita para llenar sus necesidades
muchos capitales que se forman con el excedente delo ahorro sobre el consumo. De
aquí proviene que la población está en proporción a los medios de subsistencia. Des
22 Vov a presentar un resumen de la Lecúón. Su autor. aunque no hace referencias bibliográfìcas
acerca de las obras trabaiadas. sí menciona autores. El autor más mencionado es |. B. Say (diez
veces), podemos pensar que la obra más consultada es el Trøtado (en 1820 contaba con cuat¡o
traducciones). aunque en esa fecha ya se habían t¡aducido, eI Epítnme, la Cartilla, Los Pincipios dc
Eønomía Polítíø y De la Inglatzray dc los inglescs. A continuación el autor más nombrado es Adam
Smith (cuatro veces), en t82O contaba con dos traducciones y varias reediciones de la Ric¡ueza de
las Naciones. Iæ sigue F. Quesnav (dos veces). que contaba con la traducción de las Møximcs
Gnerales á Manuel Belgrano en 1794. Por irltimo menciona a Mercier de la Riviere (dos veces),
Baron v Columela.
R. Fernández Delgado
C
I-as vicisind.es del primer catednitico.
UEM-CEES EDICIONES 2I
estå forma dice que, ûquellos que se dedican a la agriailturû, a la pesca y a la minería, se
la tendencia natural de las necesidades humanas,
es ø gastnrlos o consumirlos. Por tanto, l"a población no puede deiar de ser igual a los crtpitales
na¿muladosy nl nivel temológico alcanzado por la industria.
estãn reemplnzando continuømente porque
La tercera parte de la Lección, que se refi.ere a Ia tercera preguntâ del
examen, estudia la relación que debe eústir ent¡e la población y el cultivo. En este
sentido, partiendo de un eiemplo, robinsonianq constnrye diferentes sistemas
económicos cada vez más compleios, a medida que se va reemplazando capital. Nos
i¡rforma el profesor que si consideremos un pueblo øßlado y en estado agricaltor, el ailtivo
de la tierra Jija eI número de habitantes øI que puede llegør una pobløción que carece de
industriafabrily mercøntil. Una vez que se reemplaza el capital de cultivo, sus gønancias y
la renta de la tiena parece deberán Jijar necesøriømente el número de habitantes, y si el
tomercio es igual al producto anual, eI pueblo permønecerá estacionario sin crecer ni menguar
la poblnción. Sin aumentar los capitales, será imposiblc que puedø crecer Ia poblacitón. Por
tanto, el olnsumo reproductivo o improductivo, o b que se cercene anualmente de las gønancias
y de las ganatrcias o meior rentd de la tiena, Jìjarán precisamente los
límites de la población. Los habitantes guardarán proporción con aquél número de personas
de c1ue se compone toda sociedad civilízada. Estas clases originøriøs lss ha reducido el pødre
de los economistas Smith ø ffes, n snber: aquella clase que vive de Ia renta Ete produce la
tiera, Ia que vive de lns ganancias de los capitales, y Ia que tive de los salarios. El número de
unø pobløción semejante vendní determinado por el de los trøbajadores productivos e
improductivos Ete contenga, aunque esto no sea del agrado de Say, por mtís que su obra sea
elegda como libro de turt0. Por tanto, el número de índíviduos no podrá nuncd exceder de un
númeru furylo de gmtes o de individuos o de operarios que viven en la cíudad, y en un smtido
económico pefecto mereccn llamarse improductivos, en cotnparacíón nl número de individuos
dedicados a la agriculntrú! qte pert¿necen ø la clnse productivø, Ilamadø øsí por Iø primitiva
del cnpital del cultivo,
ntral de economíß, el doaor Quesnayy Mercier de
Ia Riviere. Le ertraña que Say censure en est¿ sentido a los fundadores de las doctrinas
escuela económíca, Ios padres del sistema
econtímicas.
A continuación explica los principios de la escuela fisiocrática para demostrar
los límites de la población de acuerdo a la agricultura, que es considerada la fuente
de la riqueza. Producir, dice Say, es dar valor a las cosas,y a mí me pnrece, que producir
es engendrar,
!
en este sentido se encuentrr Ia realidød y el aciefto con que los Economistas
llamøron a la agriculnrø clase productiva. Pone el eiemplo de que un grano de trigo
produce mil, y no encuentte en la industria urbana o manufacturera rnultiplicación
de la primera materia, sólo encuentra t¡ansformación o mudanza de forma. Critica
porque Destutt de Trary, y S"y, han dicho que un campo era lo mismo que una
R. Fernández Delgado
Las vicisind¿s
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primer catednilìco.
UEM-CEES EDÍCIONES
22
fãbrica para producir trigo v un rebaño:
En el cuarto åpertådo delal¿cción, ånaliza la relación entre crecimiento de la
población y el aumento de Ia productividad del trabaio. Para llevar a cabo su
razonamiento utjliza el ejemplo del molino de Say, advirtiendo que en muv
contados ejemplos la maquinaria ha disminuido el uabajo necesario para los
productos anuales aÊrmando, que la maquinaria ha tenido prodigiosos efectos en
la multiplicación del producto anual con el menor trabajo posible. A continuación
retlexiona, con Say, sobre la cantidad de ociosos que su invención ha ocasionado.
En este sentido, considera que el mal es momenláneo, porque tarde o temprano se
destinarán los operarios ociosos e otras clases de indust¡ia. La producción de una
determinada mercancía, y su ventâ al exterior proporcionará unos ingresos que
contribuirán al aumento rápido del capital indust¡ial del país exportådor. Este
aumento del capital facilitará grandes medios de subsistencia, en cuya proporción
se aumentårá la población. Por tånto, concluye, que la indusuia manufacturera, en
un estado fabril, con su ahorro de trabaio, es el primer móvil y el mavor estímulo
para aumentar la población.
El penúltimo epartådo está dedicado al problema de si es la población la que
debe preceder a la agricultura o ést¿ a aquella. Afirma, apoyándose en Say,
|enofonte y Columela, que es la población la que precedió a la agricultura De f . B.
Sav utiliza el estudio que realiza sobre los diferentes modos que tenían los pueblos
antiguos para adquirir la riqueza.
El último apartado son las conclusiones del autor acerca de las Leccíón. Nos
dice que ha procurado que las ci¡rco proposiciones guarden relación, con el mejor
sentido de las doct¡inas económicas, deducidas a su vez del conjunto de doct¡inas
que presenta el plan o sistema económico. Se advertirá valentía en la especie de
crítica que se forma del autor señalado por este respetåble cuerpo para servir de
texto a las lecciones útjles que se desean promover con la enseñanza de la ciencia
económica". Este género de licencia deberá sin embargo, al parecer considerarse no
como un atåque di¡ecto a la obra de Say, ni porque se crea que su obra no es írtil
para sewir de texto, pues real y verdaderamente los alumnos podrán sacar no poco
.
2t Manuel María
Gutiérrez prologô y tradujo en 1817, la segunda edición de la obra de Antonie'
Lotris-Claude, Destutt de Tracy, Elém¿nts d'idéologie (1804), con el título, Prtncipios de economía
política considerados por las relacíones que tíenen con la voluntøil humana-
24
comprendido ent¡e 1807 y 1835, dominó el campo
No
obstante, como atìrma Manuel Martín Rodríguez'
Política.
de
Economía
los
Tratados
de
algr-rnos t¡atadistas españoles que le siguieron en lo tundamental le abandonaron a la hora de
p-po.r"r medidas concretas de política económica pera nuestro país. Ver Manuel Martín
Rodigu.z ( 1989) op. cit. Las Lecciones de Casimiro pueden servir de eiemplo.
Se refiere al Traudo de Sav. que en el periodo
R. Fernández Delgado
Las vicisitud¿s del primer catedrá¡ico.
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UEM-CEES EDICIONES 23
provecho de ella, sino que en la exposición general de las doctrinas económicas es
necesario que el que aspire a merecer el con-notado de maestro, aun cuando deba
contår siempre con una buena perte de la indulgencia del público, pecaúa acaso en
nimia deferencia si no expusiese sencillamente en la prelección sus opiniones
arregladas a los sentimientos que necesâriamente nacen en el hombre que se dedica
a una ciencia en la que desea hacer algún progreso.
R. Fernández Delgado
è
Las vicisindcs del primer cøtednitico.
APÉNDICE
UEM{EES EDICIONES
24
II
PzuMERA CARTA
DIRIGIDA POR ORENSE
A DON FELIPE OLIVE,
COMO CENSOR QUE FUE DE LAS OPOSICIONES Á LA CÁTEDRA
DE ECONOMÍA DE ESTA CORTE
Muy Señor mío:
Si los militares defienden sus derechos con la espadâ no deberá desagradar que
nosotros batallemos con la pluma. Si me considero ofendido por la censura,
ciertamente no puedo prescindir de defenderme; si me engaña un amor propio
exaltado, tendré no poca complacencia en deberos, como justo censor, la
rectificación de mis ideas, y aún públicamente confesaría mi convicción; pero si la
pasión ó la ilusión os engañan, señor Censor, como yo creo, no llevéis a mal que
apele yo al público de vuestro iuicio, es decir, á personas inteligentes y que no sean
recíprocamente desconocidas. Hagamos un bien si alcanzan a el nuestras luces, o
hasta donde lle¡uen: entremos en un combate literario, y para ello ruego publiquéis
vuestra censura de cada uno de los t¡es ejercicios que se hicieron para obtener la
cátedra, y no temáis enoiarme por mas ama{ga que pueda senne su publicidad, y por
rnas que sea odiosa la necesaria comparación con vuestro paisano favorito. Con este
fin, me tomo la libertad de dirigiros copia del recurso de agavios que elevé al Rey,
en el que protesto solo estampé lo que creo verdad, cercenando no pocas reflexiones
que os desagradarían mas. Al formarle no dudé nunca que la comisión se ratificaría
en su propuesta, y aún que su enojo se destemplaría contra mí en defensa de la
distinguida clase que ocupó al pronunciar su voto. Como quiera, si es iusto, no
pretendo atacarle; pero mientras no me puedo persuadir que lo sea, creed que no es
dado en mi genio en igual caso el imponerme silencio. El recurso dice así á la letra.
Señor:
D. C. de O, vecino y abogado del colegio de esta corte, como opositor a la
cátedra de Economía política, a V.M. con el respeto debido exPone: Ha sabido por
quien menos esperaba, que la comisión de la Sociedad censora de las oposiciones,
le ha propuesto en segundo lugar para la cátedra, en lo que recibe un agravio
notorio, perjuicio en su opinión, v acàso se ofende al público, que debe mi¡arse
como conjuez por la publicidad y concurso que hubo a los eiercicios, al paso que la
mavoría de la Comisión comprueba su parcialidad, de que susuraba antes de
concluir los ejercicios, por las relaciones de paisanaje, y por haber sido maestro el
censor don Felipe Olive; de Ponzóa, a quien Por estås y otras concausas, he formado
R. Fernández Delgado
Las vicisind.es dzl primer catedrá¡ico.
9 UEM4EES
EDICIoNES
25
el nrás iniusto emPeño en proponerle en primer lugar.. El censor Olive, olvidó que
la Comisión ofreció en su edicto convocatorio publicado en gaceta de 25 de
diciembre írltimo, "que los opositores serían atendidos v propuestos e S. M. dentro
de los términos de rigurosa justicia"; promesa que forma un pacto solemne ent¡e los
opositores y la Comisión; e infringido por la influencia de Olive, es causa de que el
o(Ponente no pueda menos de interponer el recurso de nulidad de la censura dad,
fundándole en las siguientes refledones arregladas a las t¡es clases de eiercicios
hechos. I. Una lección o discuno que el exponente dará a la prensa, y compuso con
un amanuense llamado Solís, de la confianza de los censores, el que sabe no se t¿rdó
más en formarle que lo que tårdaba él en escribir; de su mérito facultativo que
juzguen los inteligentes. El exponente solo asegura que excedió el máximo en un
cuarto de hora de duración, v si no frre una hora más largo, ni fue por falta de
tiempo, ni de especies que dictar. Ninguna cita contiene que no sea facultativa y
llama la atención a los hombres de mérito nacionales.
Ponzóa, citando a Bacon y otros frlósofos, hizo lo que un médico que en su
facultad invocase a Horacio: sentó proposiciones anti-económicas, a saber: que la
indust¡ia no era necesariamente productiva. Muchos inteligentes obsewaron que
Olive descubrió públicament- su parcialidad, cuando en el ejercicio de preguntås a
otro opositor úató de probar como cierta tan dislocada proposición, con el ejemplo
de una alhaja comprada a menos precio en unâ prendeúa, lo que es igual a probar
con el ejemplo de una bancarrota que el comercio no es productivo. EI exponente
alegaría mas eiemplos sino fuese prolijo, y pudiese resultarle gloria de semejante
rivalidad, pero no es otro que defenderse, y que su opinión ocupe el debido lugar,
pues no fue impelido a la oposición con otro fin que el de merecer reputación. En
los otros dos ejercicios de explicación y de preguntes los censores mismos
imparciales han dicho delante de sujetos fidedignos, con quienes sería fácil probarlo,
que el exponente estuvo muv feliz, con otras expresiones v felicitaciones que ha
tenido el honor de merecer y deber con tål ocasión a muchos suietos desconocidos.
Sin faltar a la justa libertad que el ilust¡ado régimen actual concede a todo
ciudadano, el exponente no puede dejar de manifestar sus agravios con la debida
moderación y verdad a la sagrada persona del Rey, que pudiendo hacer el bien es
25 [o
más sobresaliente que realizó Ponzóa fue la publicación, en 1838. de la traducción de la quinta
Economía Política, de J.B. Sav. Ver, Cabrillo. Francisco, (1978):
edición tiancesa delTratndo le
'Traducciones al español de libros de Economia política 1800-1880", Moncday Crédito, número
147. En la portada de Ia uaducción declara los siguientes méritos: Caballero Comendødor ¡Ie la Real
Orden de Isabel la Cattilica, dcl Conseio dc S. M., su sccretario con eiercício de dccretos, jefc de sección dcl
ministerio de la Gobernacitín de la Península, c'atedrãtico quefue de Economía Políticay Estadßtica de ln
Llníversidad Ccntrø\, Indivíduo d¿ varias L-orporaLi.rnes científcøs, diputado a Cortes por la provincía dc
Murcin.&r. Por tanto puedo sospechar que este apellido se corresponde con el del aspirante a la
cátedra.
R. Fernández Delgado
O
Las vicisindzs del primer cated.¡ático.
UEM-CEES EDICIONES
26
llamada por su åutoridad suprema a sofocar toda parcialidad que <leprime el
verdadero mérito. El exponente tiene además considerables méritos patrióticos y
literarios que sabe la Sociedad, y le ponen fuera de toda comparación con el
Propuesto en primer lugar, y todo ha sido desatendido. Los ejercicios han sido públicos;
v pública y fundada debería ser tarnbién la censura. Si en todo caso hay lugar en el día
al recurso de nulidad, parece que no debe dejar de haberle en un negocio cuvo
fundamento principal es el pacto cont¡aído por los anuncios estampaãos en los
periódicos ministeriales; y en su virtud, y sin periuicio de vindicar la opinión por
rnedio de la prensa usando de la libert¿d racional que autorizan las leyes actuales.
A V. M. suplica que, en el caso de hallar reparo en conferi¡ la cátedra al
exponente por no ir en primer lugar, se digne mandar suspender su provisión,
ovéndosele antes en el recurso de nulidad que desde luego interpone de la censura
dada, cometiendo el conocimiento de la nueva censura de los ejercicios hechos a los
jueces imparciales que sean del superior agrado de V. M. para que dentro de un
breve término, v con los antecedentes necesarios, rectifiquen la propuesta y hagan
la que sea más justa. Madrid 23 de Marzo de 1829.- Señor, A L. R. P. de V. M.Cnsimiro de Orense.
!
t!
R. FernÁndez Delgado
Ò
Los vicisitud.cs del primer catednitico.
UEM{EES EDTCIONES
21
II
APÉNDICE
ICONt.)
SEGUNDA CARTA
DIRIGIDA POR ORENSE
A DON FELIPE OLIVE,
COMO CENSOR QUE FUE DE LAS OPOSICIONES Á LA CÁTEDRA
DE ECONOMÍA DE ESTA CORTE.
Señor:
Si os sirvieseis contesaÍ, y aún si gustâseis entrar conmigo en discusiones
publicas facult¿tivas vos, señor Olive, que habéis sido maest¡o, tendré suma
complacencia en ello por la doct¡ina que el público puede entender de vuest¡a boca,
v supuesto que habéis sido el promotor de esta cáted¡a útil, podrán nuestras
conferencias públicas suplir el defecto de las lecciones de la cátedra. Estoy por mi
parte tan dispuesto a condescender con cuento me pidáis pere tâl obieto, que los
días, horas y lugar, todo lo deio a vuestra elección, y me ofrezco con esta ocasión el
más obediente servidor vuestro.- Casimiru de Orense.- Madrid l7 de abril de 1820
P. D. Señor ilon Felipe: Después que escribí esta soñé por la noche, gue de
ningún modo me daría la cátedra, y eunque por no ser iluminado...me consolé
renunciando al título de maest¡o, me afïgió mucho el haber oído de vos en aquel
sueño lo siguiente: Es la última necedad el tener tan exaltado amor propio para
fbrmar esta representåción. Laus in ore propio. Toda alabanza en boca propia
envilece. Solo he @ido consolarme al considerar que el busca¡ quien me defendiese
y elogiase me ha costådo muy caro en Madrid,y he renunciado a buscar ningún
testå férrea, por más que tenga muchas campanillas, y Por otra Parte, ni en fábula
ni en cuento, decía yo medio dormido, debe un ciudadano buscar su defensa, sino
batirse frente a frente con su rival. Baio de este principio no tengáis reparo, Señor
Olive, ni en unión de la mayoría de rnrestra Comisión censora en decirme a mis
narices lo que entendiereis.
R. Fernández Delgado
e f IF.M-CF.F-s
Los vicisinil¿s del primer catednitico...
F.DfctoNF-s
rR
CONCLUSIÓN
El objetivo de este documento de uabajo ha sido mostrar un ejemplo anecdótico
-de los varios que existen- surgido en el seno de la institución del Ateneo de Madrid,
Õrendo utilizo un modelo inte¡pretativo para el estudio de la expansión de las ideas
foráneas en España durante el siglo XIX.
La metodología utilizada está basada en la del profesor George Stigler que
trtiliza los supuestos de la economía de Ia ínJbrmación aplicândolos al mercado de
ideassu, y refleia las vicisitudes por las que tuvo que pasa el primer catedrático del
Ateneo, D. Casimiro de Orense v Rávago, en la oposición que hizo a la cátedra de
economía política de la Sociedad Económica Mat¡itense, en febrero de 1820. fuí
lo refleja elReatno de Agraúos que presentó en marzo de 1820 al rey Fernando VII,
en contra de los resultados del examen. En el Recano denuncia cierto paisanaie entre
el censor de las oposiciones D. Felipe Olive y el aspirante Ponzóa, que lo más
sobresaliente que realizô fue la publicación en 1838 de la uaducción de la quinta
edición francesa del Tratado de Economíø Política de f .B. Say. Hasta aquí podemos
pensar que se tratå de un mero acto de desaprobación de los resultados del examen,
pero desde la perspectiva del modelo de difusión de ideas art-es mencionado,
considero que el saldo de la polémica es negativo. En efecto, la figura de Ponzoa era
desconocida en 1820, no así la del profesor Casimiro, que ya había regentådo la
cátedra de Economía pírblica en Valladolid en l8 15 y publicó en 18 13 unas ldeas
Económicas que formaron parte de los trabajos legislativos que desanollaron los
preceptos constitucionales en materia fiscal. Este ejemplo, aunque anecdótico, refleja
tur hecho llamativo que afecta al modelo de difusión de ideas. Hace desaparecer de
un plumazo la lógica del comportâmiento de la demanda de ideas. Esto es, aunque
efste el medio institucional, en este caso la Sociedad Económica Mat¡itense, se
impide, arbitrøriamente, el que las ideas se intercambien o se t¡ansfieran. En este
sentido puede ocurrir que las buenøs ideøs no se vendan aunque existan suficientes
medios que permitan difundirlas. El coste de t¡ansacción es muy grande Porque
algunas i¡rstituciones, en algún momento de su historia, puedan estar diseñadas de
forma perversa de manera que pueden mentener, e incluso hacer aumentar los
costes de t¡ansacción, en este caso de ideas económicas. Hechos como este,
2u Me
estoy relìriendo al artículo seminal del profèsor G. Stigler. (1982):' El Proceso v el Progreso
de la Êconom ía" , en lournat of Political Economy. Este artículo utiliza los suPuestos - Ia lógíca ' deI
comportamiento del consumidor - dc ideas - y, la variable organización institucional como elementos
explicativos del proceso de exparsión de ideas. Otra bibliogratia que pudiera estar relecionada con
y que retlå¡a variables èomo la calidad. la incertidumbre. los costes de t¡ansacción para la
"ti".
vertical de las irutituciones y. los costes de transacción y de organización institucional.
integåción
esto" es, los trabajos de Coase, Akerl,of y Williamson, también pudieran a¡rdar a clarifìcar el
proceso de expansión de ideas en España durante el XD(
R. Ferrúndez Delgado
Las vicisi¡ud¿s del primer catednítico..
9
(JEM€EES EDTCTONES 29
acaecidos en este cåso sobre la figura de D. Casimiro de Orense v Rávago, considero
que se deben tener en cuenta porque matizan los resultados obtenidos a través de
los modelo de difusión de ideas además, permiten percibir cómo se produce el
progreso de los conocimientos económicos.
R. Fernández Delgado
las
@
vicisitudes del primer catedrático..
Nor¡s
Pâg.
)
a
DEr.
LEcroR
Notas
upl,t-csEs EDICIoNES 30
UNIVERSIDAD EUROPEA-CEES
SERIE <DOCUMENTOS DE TRABAIO"
TfTULOS PUBLICADOS
2 I 96. R. Gnncte
o¡
r-q Sp¡¡, Perspectiaø histó-
rica ile la teoría matemática de
Ia
fiabilidad (Dpro.
de Matemática)
3 / 96. S. A. LópEz Nnvle, Ia þrmación retóriproþsor: el ejercicio del comgomiso comuni-
cn del
4 I 97. C. PELIcRos, Euolución ile las relaciones
productor-distribuidor en los merudos de bietæs de
consumo (11) (Dpto. de Economía Aplicada)
cntiao propio de Ia profesión docente. (Notas a la
luz de Ia retórica clásicn)
(þto. de Filología
6 / 97.
N.
SeNl EN¡er¡RIo ,
bs
dad en eI Neoinstilucionalisttø
derechos de proVie-
(þto. de Funda-
mentos del Análisis Económico)
Española)
4 I 96, J. Ruyto, Cálculo algebraicn de Ia malriz
matiz cuadrada (þto. de Mate-
f.
piutizacio-
5 / 97. R. Ver,orvt¡rrc, Políticn de
nes: ret¡isiótt de algunas cuestiones críticas
7
I 97. B. AnrusnlzAce , Sislena
de elanación al
n-sima de unø
íntegro: un tratamiento disc:riminatorio para deter-
mática)
minados *clores
5 / 96. R. H. Genctn Go¡.¡zÁrEz, La reducción
del tiempo de trabajo como medio de abærber el
paro (Dpto. de Derecho Privado)
6 I 96, I. L. Prñetoze, Ganancias de producti-
aidad: Una perspectiaa de largo plazo
(þto.
de
Economía Aplicada)
7
I
Ahono: Una prspctiaa enpírica mactoeconómica
(þto. de Fundamentos del Análisis Económico)
8l %.1. BnnroLouÉ, Señoreaje e imposición optima (Dpto. de Fundamentos del Análisis Eco-
nómico)
9 I 96. G. Gennor¡, Exríbir con diæianaio
(þto. de Filología Española)
70
I
96, M. J. Delcnoo, Efectos de lns inftaes-
tructulas en la proilucción yiaada
española
(Dpùo. de Economía Aplicada)
ll
196. E. os
moralidad
K. Ftn¡Á¡¡otz, Respon*bilidad y
mla gestionpúblicn (þto.
de Sociolo-
gía y Ciencia Política)
I I 97. C. Ptttcnos, Eoolución
de las relaciones
plazo aariables y la cnntribución del riesgo: eI caso
(þto. de Fun-
damentos del Análisis Económico)
3 I 97
dûd
.M. AnNeç
pøra la cnntrastación dc inætabilidad pramétrica
m
relaciones de cointzgracióz
Mercado de trabaio y desigual-
(Wto. de Sociología y Ciencia Política)
(þto.
de Funda-
mentoo del An¿álisis Económico)
I 97.I. PsRRorE Cosrr, Medición
de Ia inequi-
dad hoizontal: una aplicnción aI IP.PF
(tÞto. de
Fundamentos del Análisis Económico)
l0
197. S. Erzoro, K. O. Nnss, A.
I.
Scnwer.rlTz,
Vo¡.¡ MIlNcn, M. J,
Uz;us,
D.
I¡¡ecr¡ç K.
v D. Mütl¡n-Bornc, Ia
di*asión aclual en torno a Ia Unioetsidad aletnaMURMANN, G. TunNsn
z¿. Traductores:
Gnûwrl,
I.
C.ÁcgRES,
S. GARcfA,
C.
T. ICn:cE, A. P¡reoe, J. Sernrn v ].
(þto. de Filología Alemana)
scnünuaN¡¡s
77 197. M. I. Moner RINcóN, I-a retirada de automwiles en Espña: una øplicacion de los modelos
ile duræión
(þto.
de Fundamentos del Análi-
sis Económico)
1
productor4istibuidor en los mercados de bienes de
cot suffio (I) (Dpto. de Economía Aplicada)
2 I 97. M. D. RoeI-Es y R. Flonrs, Prinas por
del mercado interbanca¡io español
de Economía Aplicada)
I I 97.1. L. FsRNÁNoEz S¡nr¡¡¡o y R. PERUcA
URREn, AnáIisis cotnparatiao ile tres estidísticos
9
96, J. DE HEVIA, I-a morosidad en las Cajas de
(þto.
/ 98. R. FsRNÁNoEz DELcAno, [as oicisitudes
del pitnet cated¡ático fu Ecommío Política dcl
Auneo Español de 1820: Casimiro de Oren* y
RÁoago (þto. de Fundamentos del Análisis
Económico)
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