Disfruta de la revista como si fuera en papel

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Jarra y Siete
Los martes de 18:00 a 19:00
en la 107.5FM o en www.radioenlace.org
Presentación
Redacción
Luis Antonio Freijo
Rodrigo Moreno
Carmen Valencia
Pablo Burgos
Víctor de Cea
Jaime Rodríguez-Conde
Rubén Omar Mendoza
Pablo Martín
Israel Aránguez
Daniel Muñoz
Diseño y Edición
Rubén Omar Mendoza
Portada y Contraportada
Carmen Valencia
Gran imaginador estrena formato. Casi un año después del rediseño,
el equipo se enorgullece de presentar esta nueva versión de la revista
cultural. La experiencia de la etapa pasada nos enseñó que tenemos
muchas cosas buenas, pero también muchas cosas que mejorar. TePágina web:
nemos tanta energía como siempre, pero sin perder nuestro símbolo
www.granimaginador.es
de identidad, la autenticidad y diferencia de los demás medios convenContacto:
cionales. Estrenamos formato también con intención de llevar Gran
granimaginadorweb@gmail.com Imaginador un paso más adelante en cuanto a profesionalidad y serieTwitter: @granimaginador
dad, de una forma humilde pero decidida. Para ello contamos con un
Facebook: Gran Imaginador
buen número de futuros grandes periodistas que estamos seguros de
Número extraordinario
que harán de éste un proyecto con éxito.
Queremos demostrar que no estamos dispuestos a aceptar el futuro
Recopilación de los mejores
que indican que nos espera, sino que lucharemos para construir el
artículos del año 2014
nuestro propio. Las razones que nos llevaron a lanzar la web en un
primer momento siguen siendo las mismas. La educación universitaria
que estamos recibiendo es deficiente, tanto a nivel de planificación de
los estudios y adecuación de los mismos al ámbito laboral como a nivel de calidad de profesorado y contenidos. Sería injusto por nuestra
parte decir que todo lo que se hace en la universidad es una pérdida
de tiempo y energía. Hay honrosas excepciones de gente que trabaja
con ilusión y ganas de enseñar. Sin embargo, el balance global sigue
siendo muy negativo.
Seguimos siendo conscientes de que nos queda mucho por aprender y que nuestra corta experiencia nos lleva a cometer errores pero,
precisamente, ese es el principal objetivo de Gran Imaginador: ser una
plataforma en la que poder practicar y mejorar. Simplemente, no podemos cruzarnos de brazos y esperar al final de la carrera, a ver qué
ocurre.
4
Sumario
Cine
06. Network: Análisis temático y de
contenido de la película realizada por Sidney
Lumet en 1976 Por Luis Freijo
10. Ecosistema Snowpiercer: Análisis de la
película de Joon-ho Bong que presenta un
universo distópico no tan alejado de la
realidad Por Rubén Omar Mendoza
Música y Literatura
14. Soledades y giratiempos: García
Márquez Por Carmen Valencia
16. El hombre de barro: Miguel Hernández
Por Rubén Omar Mendoza
18. The Dark Knight Returns: Batman Por
Luis Freijo
Entrevistas
24. Edu Galán: "No somos trabajadores.
Somos pobres ocupados y con miedo" Por
Rodrigo Moreno
34. Francisco Marhuenda: "Duermo cuatro
horas. Aprovecho mucho el tiempo" Por Luis
Freijo y Rubén Omar Mendoza
44. Clara Luquero: "¿Para qué sirve el poder
si no lo usas para ayudar a quien más lo
necesita?" Por Israel Aránguez
50. Ramón Lobo: "Yo siempre he querido
contar historias" Por Pablo Martín
5
Sociedad
62. Bolonia, que alguien abra esa caja de
herramientas: Bolonia es una ideología. Es
hacer por hacer, sin saber miuy bien por qué,
confiando en que al final te den un trabajo Por
Rodrigo Moreno
62. La pequeña sí se dio cuenta: Estaba
sentada junto a su madre en el metro. Morena,
pelo corto, no tenía más de seis años. Se creía
mayor, así que sobre sus rodillas llevaba un
bolso... Por Víctor de Cea
Deportes
64. Deportistas con estrella: Magic Johnson
Por Pablo Burgos
Relatos
66. Pase lo que pase: La historia de Laura
cambió cuando un chico rubio, de ojos verdes
y con una altura importante apareció el primer
día de clase y se sentó junto a ella Por Daniel
Muñoz
69. Vuelva usted mañana: Mariano José de
Larra nos habla de una manera de vivir "a la
española. Vuelva usted mañana y ya veremos
Por Pablo Martín
70. Amores de verano siempre mueren: El
amor de verano se caracteriza por su fecha
de caducidad. Está condenado como lo están
las hojas de los árboles que en otoño tienden
a caer Por Jaime Rodríguez-Conde
7
Cine y TV
Network
Por LUIS FREIJO
Decía Italo Calvino que un clásico
es un libro que se presta a
constantes revisitaciones, que
nunca termina de decir lo que
tiene que decir. El autor de El
barón rampante se refería a los
libros, pero el mismo concepto de
clásico puede aplicarse a
cualquier producción artística o
cultural, incluida una película. Así,
sus palabras me vinieron a la
cabeza cuando revisionaba hace
poco (por tercera o cuarta vez)
Network (Ídem, Sidney Lumet,
1976), ya que se ajusta a esa
definición de territorio siempre
inexplorado,
siempre
por
descubrir. Por tanto, me pareció
justo realizar aquí una
aproximación, siquiera imperfecta,
a tamaña obra maestra, a tamaño
clásico.
El guion de Network puede
contarse fácilmente entre los dos
o tres mejores escritos para cine.
Parece que a la obra magna de
Paddy Chayefski no se le acaban
nunca los temas que presentar y
analizar, las aristas con las que
dibujar a sus complejos
personajes o las frases
memorables en las brillantes
conversaciones que estos
mantienen,
que
rechazan
cualquier tipo de cliché. Al texto
de Network se le puede aplicar
uno de los adjetivos favoritos de
mi camarada Rubén Omar
Mendoza: es multidimensional. Y,
además, es agudo y acertado a
más no poder en los análisis de
los temas que trata, y que
intentaremos consignar, si nos
sonríe la fortuna, más adelante.
Además del guion, la calidad
de la película es el resultado del
espectacular equipo técnico y
artístico que la realizó. Para
empezar, estaba dirigida por
Sidney Lumet, que se encontraba
en estado de gracia en los
setenta: Perversión en las aulas,
Serpico, Tarde de perros,
Asesinato en el Orient Express o
Equus son algunos de los títulos
que firmó durante esta década.
Casi nada. Su labor es
fundamental para crear la
atmósfera
desquiciada
y
agobiante que rodea a ese
infernal mundo televisivo en
Network. No se queda atrás el
plantel actoral. El reparto está
encabezado por Peter Finch, que
realizó el papel de su vida;
William Holden, uno de los
supervivientes del Hollywood
clásico, y uno de los mejores
dotados de aquella época; Faye
Dunaway, que también tuvo unos
años setenta gloriosos, en la
cima de su talento; y Robert
Duvall, del cual poco queda ya
por decir tras la carrera que ha
llevado. Y, además, los
secundarios Ned Beatty y
Beatrice Straight roban un
puñado de espectaculares
minutos.
Aunque los premios son algo
anecdótico cuando se trata en
profundidad una película, no está
de más señalar los que Network
consiguió. 1976 es un año
especialmente brillante en la
industria hollywoodiense. En la
edición de los Oscar de 1977
encontramos entre los nominados
a mejor película, agárrense,
Rocky, Taxi Driver, Todos los
hombres del Presidente y
Network. Rocky se llevó el gato el
agua en las categorías de mejor
película y mejor director (sigo sin
entender por qué a día de hoy).
Network, por su parte, consiguió
la estatuilla de mejor guion
original para Chayefski y acaparó
tres de los cuatro premios de
interpretación, la segunda
8
película en conseguir esta
hazaña tras Un tranvía llamado
deseo. Peter Finch fue mejor
actor principal (William Holden
estuvo nominado a esta categoría
también); Faye Dunaway, mejor
actriz principal y Beatrice Straight
ganó mejor actriz de reparto. Solo
Ned Beatty se quedó sin el
premio a mejor actor de reparto,
que fue a parar al gran Jason
Robards por Todos los hombres
del Presidente.
Es el momento de entrar en
materia. Comencemos con la
sinopsis del argumento de
Network. La cadena UBS
comunica al presentador de
noticias Howard Beale que va a
ser despedido. Beale sufre un
colapso y anuncia que se va a
suicidar en directo. Cuando se le
concede
una
segunda
oportunidad, comienza a lanzar
un discurso apocalíptico sobre el
fin de la civilización occidental.
Frank Hackett, el representante
del conglomerado dueño de la
cadena, y la jefe de programación
Diana Christensen ven en la
locura de Beale una oportunidad
de subir la audiencia, y crean un
programa para él, ante el horror
del jefe de la sección de noticias
y amigo íntimo de Beale, Max
Schumacher. Los altibajos del
programa de Beale, junto con
otras tramas secundarias, serán
la columna vertebral de la trama
argumental.
A continuación intentaremos
analizar los temas de la película,
ordenándolos de lo más concreto
a lo más general:
- El poder de la televisión: Cada
una de las peroratas de Howard
Beale en su programa casi
constituye un tema en sí del cual
tratar, y resulta muy interesante la
dialéctica entre su personaje y los
bufones (fools) del teatro
shakespeariano, que veían la
realidad con mayor precisión a
pesar de su locura, o
precisamente gracias a ella.
Cuando muere Ed Ruddy, el
director de la cadena y última
pantalla que evita que Hackett se
haga con el control total y
abandone cualquier tipo de ética
profesional, Beale advierte de los
peligros de que la televisión esté
controlada por seres sin
escrúpulos en un país donde,
según él, solo lee un 3% de la
población y, por tanto, el
conocimiento que esta posee
tiene
un
origen
casi
exclusivamente
catódico.
Paradójicamente, será el propio
Beale quien demuestre ese poder
de movilización que emana de la
televisión cuando consiga que en
todo EE.UU. la gente grite por las
ventanas su famosa sentencia
“I´m as mad as hell and I´m not
gonna take this anymore!!“. Como
siempre, es Chayefski quien
mejor nos resume sus propios
conceptos y, en este caso, el
poder de la televisión es definido
cuando Beale explica la
“revelación”
que
ha
experimentado. El perturbado
presentador confiesa haber
preguntado al ente superior que
9
se dirigió a él por qué había sido
escogido para transmitir el
“mensaje”. La respuesta no puede
ser más clara: “Because you´re on
TV, dummie“.
"I'm not gonna take this
anymore!"
- El capitalismo salvaje y su
capacidad de destrucción: En
este caso la escena clave que
profundiza en el tema no está
protagonizada por Howard Beale,
sino por el dueño del
conglomerado que posee la
cadena UBS, Arthur Jensen.
Después de que Beale dañe
seriamente con su programa los
intereses económicos de la
empresa, Jensen se reúne con el
presentador y le suelta un
escalofriante discurso en el que le
explica
la
realidad
macroeconómica global y del cual
ya hablamos aquí. Chayefski
parece disponer de una bola de
cristal y define perfectamente
elneoliberalismo salvaje de
Reagan, Thatcher y la troika
antes incluso de que ninguno de
ellos llegara al poder: la
inexistencia de las naciones, el
dominio de las multinacionales, la
desaparición de las ideologías, el
flujo constante de dólares y, en
especial, la total irrelevancia del
individuo. Paradójicamente, un
sistema económico-político que
afirma estar basado en la
iniciativa individual es el que mata
y aísla al individuo de forma más
efectiva. El capitalismo, que en
este relato concreto está
encarnado por la televisión, es
destructor. Destruye la mente de
Beale; aniquila las personalidades
de gente como Diana Christensen
o Frank Hackett, alejadas de
cualquier tipo de valor humano;
destruye los ideales de la líder
comunista Lauren Hobbs, que
acaba reclamando como una
energúmena su porcentaje de la
distribución; destruye, en fin,
cualquier tipo de valor que
trascienda lo económico.
- Humanidad
vs.
deshumanización: Y el anterior
punto nos trae directamente a
este, ya que al final la batalla
ideológica y moral se libra aquí.
Esa deshumanización que Arthur
Jensen propugna con tanto
entusiasmo y que es transmitida a
los espectadores por un
resignado
Beale
está
representada aquí por Frank
Hackett y Diana Christensen.
Hackett vive por y para conseguir
beneficios para la compañía que
lo emplea, y cualquier acción o
medida (insisto, cualquiera) es
lícita con tal de llegar a ese fin
material. Diana, por su parte, es
una negada para cualquier tipo de
sentimientos o vida amorosa o
sexual. Su única vida, como ella
misma afirma, es conseguir un
alto porcentaje de rating y share.
Es a través de ella que vemos
sobre todo la tristeza y el vacío al
que lleva la deshumanización. Sin
embargo, frente a al capitalismo
de Jensen, la locura de Beale, el
pragmatismo extremo de Hackett
y el vacío de Diana se erige,
como campeón solitario, Max
Schumacher.
Él
es
el
representante de la humanidad,
de los valores, de las personas,
de la sensibilidad o, como él dice,
de la “simple decencia humana”.
Él será quien se oponga a la
cínica utilización de Beale, quien
analice si sus acciones son
correctas o no y quien, como
todo ser humano que se precie
de tal, se equivoque al aplicar su
escala de valores y reconozca
posteriormente su error. William
Holden, muy lejos ya de aquellos
papeles de joven atractivo (El
crepúsculo de los dioses, Sabrina)
borda al que es aquí el principal
aliado del autor, el medio a través
del cual Chayefski nos dice: “No
desesperéis, todavía tenemos
algo que decir”. Cada escena de
Holden es un regalo, pero
especialmente la discusión con
su mujer es una lección de
escritura, de interpretación
(Beatrice Straight ganó su Óscar
por estos cinco minutos) y de
humanidad.
Network no es una película
que realice concesiones. Fue
filmada en un periodo de grave
crisis moral en EE.UU., un año
después de la explosión del caso
Watergate y de la retirada de
Vietnam. Tan solo hay que mirar
a sus compañeras de
nominación: Todos los hombres
del Presidente desmenuzaba la
caída de Nixon y, en fin, todos
sabemos cómo es Travis Bickle,
el protagonista de Taxi Driver.
Quizá la razón de que Rocky
fuera declarada por la Academia
mejor película del año fue que
era la única que aportaba un
soplo de aire fresco, optimismo y
buenos sentimientos. Network no
lo hace. Es una película
compleja, inteligente, atrevida y
desafiante. Es una película
implacable.
11
Ecosistema Snowpiercer
Por RUBÉN OMAR MENDOZA
-Habéis tenido suerte de venir en esta fecha a comer sushi. Sólo se sirve en enero y en julio.
-¿Por qué? ¿No hay suficientes peces en el paraíso?
-No es eso. Es que el acuario es un ecosistema cerrado.
La última película de Joon-ho
Bong,
Rompenieves
(Snowpiercer, Joon-ho Bong,
2013), desprende talento visual y
narrativo a raudales, como nos
ha venido acostumbrando el
surcoreano. Una prueba de ello
es su maravillosa The host
(Gwoemul, Joon-ho Bong, 2006)
que ya analicé anteriormente.
En
Snowpiercer
nos
encontramos
un
mundo
totalmente distinto al que
estamos
acostumbrados.
Brevemente nos cuentan cómo
se ha llegado a esa situación. En
un par de minutos se ha liquidado
la explicación para quitársela de
en medio y centrarse en lo que
realmente importa: el ahora.
Como hoy en día, lo que importa
a la mayoría es la situación del
mundo actual, los problemas y
soluciones; las teorías de la
creación del mundo son un
reducto que se pueden encontrar
en algún canal de la TDT.
El universo de Snowpiercer
es, obviamente, un lugar
completamente congelado en el
que sólo se puede sobrevivir
permaneciendo en un tren
autosostenible que tarda un año
completo en dar una vuelta
completa a su recorrido. Dentro
del tren se hace una réplica
simplista de lo que podría ser un
mundo preapocalíptico pero
llevado al extremo. En los
distintos vagones se va
distribuyendo la población según
su nivel social: en el último vagón
las clases marginales y en el
primero Wilford (Ed Harris), el
genio creador del tren, el líder
que dirige la máquina.
Sobre esta base se construye
una trama heroica en la que uno
de los del último vagón se lanza a
conquistar la cabecera. Es así
como empieza una trayectoria
semejante a la lógica de los
videojuegos en los que tienes que
ir pasando pantallas (en este
12
caso vagones) hasta llegar al
malo malísismo. De este modo,
Curtis (el prota, interpretado por
Chris Evans), con la ayuda de lo
que parece un justiciero cómplice
de los vagones delanteros, se
lanza a la conquista de un mundo
mejor. Curtis es un héroe
completamente surgido de las
sombras, alguien que busca
redimirse de sus actos como
resultado de la visión de un acto
heroico. Además, es un personaje
acomplejado que se siente
incapaz de liderar la máquina una
vez se haya completado la misión.
Su complejo viene propiciado por
no haber sido capaz de posicionar
el bien de la comunidad por
encima del suyo.
El que empuja a emprender la
acción es el viejo Gilliam (Jhon
Hurt), un hombre que se ha
dejado un brazo y una pierna por
ayudar en los primeros meses del
nuevo mundo, cuando los
pobladores de los últimos
vagones estaban abandonados a
su suerte. Y el tridente
revolucionario más beligerante lo
completa Edgar (Jamie Bell), un
joven con el que a Curtis le
cuesta convivir por los
sentimientos de culpa que le
causan haber colocado por
delante sus propios intereses que
los de la familia de Edgar de una
manera fatídica.
Los últimos vagones tienen
que sufrir vivir apiñados,
comiendo unas barras de
proteínas no muy agradables a la
vista (suponemos que al gusto y
al olfato tampoco lo son) y viendo
cómo emisarios del Gran
Hermano Wilford se llevan a sus
niños sin saber el motivo. Una de
las secuaces de Wilford es, sin
lugar a dudas, uno de los mejores
personajes de Snowpiercer. La
genial Tilda Swinton interpreta a
Mason, la mujer encargada de
ejercer el poder fáctico por la
agenda apretada del líder. Mason
se presenta como la defensora
del statu quo y se encarga de
explicárselo de manera didáctica
a los habitantes de la cola. Con
su genial discurso de que el
zapato va en el pie y no en la
cabeza hace enervar a la
población, lo que le lleva a tomar
medidas de castigo que te dejan
helado. Más tarde se descubrirá
que Mason no es más que una
aliada
del
poder,
independientemente de quién lo
ejerza, dónde y cuándo.
Con el paso de los vagones
entrarán en acción Kang-ho Song
y Ah-sung Ko, padre e hija en
The host y que repiten los
mismos roles en Snowpiercer,
bajo el nombre de Namgoong
Minsoo y Yona, respectivamente.
En esta ocasión él es el inventor
del sistema de seguridad de las
puertas y ella es una especie de
vidente. Además, ambos son
adictos al kronol, una droga
compuesta
de
residuos
industriales. Con su ayuda, a
cambio de kronol, podrán ir
atravesando las distintas barreras
físicas que se les presenta.
Durante el camino hacia la
cabeza, los sublevados verán
13
asombrados el fantástico mundo
que les es esquivo: lleno de
buena comida, discotecas,
saunas, etc. Mención aparte
merece el vagón escolar con una
desatada Alison Pill como
profesora a la que le gusta
enseñar mediante unas curiosas
canciones en las que te cuenta
quién es el líder y qué te pasará
si lo cuestionas. Los sublevados
irán cayendo poco a poco ante la
superioridad enemiga y ante los
trucos en los que caen
constantemente. De estas
trampas sólo consiguen salir con
mucho
sufrimiento
e
improvisación y, esta vez sí,
anteponiendo el bien de todos
frente al de uno sólo aunque, de
nuevo, el resultado sea
dramático.
Cabe destacar también el
humor tan propio de Joon-ho
Bong. Un humor que aparece
constantemente durante la
película, basado en el absurdo de
las situaciones que se dan y que,
en muchas ocasiones, deja
descolocado al espectador ante
el desconocimiento del código del
surcoreano, que nos hace dudar
de si el momento es dramático o
cómico, o de si se están
cachondeando de nosotros.
Llegamos al último vagón
esperando una batalla final que
no se produce. Wilford utilizará el
método
expositivo-persuasivo
para dar su visión de por qué el
tren está organizado de esa
manera. El funcionamiento del
mundo es el que es, las materias
son escasas y se tienen que
distribuir de una manera que
permita llevar una vida cómoda, a
cambio de que otros lleven una
vida menos placentera. Ante la
perplejidad de Curtis, Wilford
explicará que este sistema se
apoya en la connivencia de la
parte inferior de la pirámide, de
los zapatos. Las clases populares
no son más que un instrumento
para que el sistema siga
fluyendo, y todo está medido para
el interés de la cabecera,
incluyendo las sublevaciones y
demás actos subversivos. Ante la
desconsolación sólo un acto de
dignidad impostado consigue que
Curtis vuelva a su senda de
héroe con la decisión bajo el
brazo de que es mejor acabar
con el mundo antes de que siga
siendo igual de injusto. Pero la
sensación que queda son las
palabras de Wilford: “El tren es el
mundo y nosotros la humanidad”
de las que extraemos un doble
significado de mundo como
mundo
extradiegético
e
intrediegético. Al fin y al cabo
ambos son, como el acuario,
ecosistemas cerrados.
El final, como el principio,
utiliza unos pocos minutos a
modo de epílogo para explicar el
mundo que vendrá y, al igual que
en The host, Joon-ho Bong
apuesta por señalar a la juventud
como motor del cambio, aunque
esta vez va más allá y presenta
un universo propio del Génesis
perosustituyendo el Paraíso por
un universo postapocalíptico.
14
Música y Literatura
Soledades y giratiempos:
García Márquez
Por CARMEN VALENCIA
“El amor se hace más grande y noble en la calamidad”, García Márquez
En el momento que uno se sienta
a toquetear teclas para hablar
sobre un personaje que ha
marcado, no sólo la literatura
hispanoamericana de los años
60, sino (posiblemente) la mitad
del siglo XX y lo que llevamos
del XXI, en ese momento entran
escalofríos.
Porque tras leer muchos
artículos en su honor, ver vídeos,
noticias, citas que facebookeros
ponen en su nombre, uno tiene
miedo de hablar de lo mismo, de
lo que todo el mundo cuenta
como especial y se convierte en
banal.
Pero la literatura de García
Márquez no es banal.
Desgraciadamente, el pasado
17 de abril, Gabo cerró finalmente
la contraportada del libro de su
propia vida, de 87 páginas.
escribía, sin caer en la más
mísera normalidad. Porque
parece que siempre alabamos de
más cuando alguien se va, ¿por
"El coronel se dirigió a la sastrería a llevar la
carta clandestina a los compañeros de Agustín.
Era su único refugio desde cuando sus
copartidarios fueron muertos o expulsados del
pueblo, y él quedó convertido en un hombre solo
sin otra ocupación que esperar el correo todos
los viernes."
El coronel no tiene quien le escriba, 1961
Como he dicho, no es fácil
hablar de un grande cuando ya
ha fallecido. No es fácil contar lo
maravilloso que era, lo bien que
qué no escribir de más, querer de
más, apreciar de más cuando el
escritor
todavía
puede
agradecerlo?
Recuerdo cuando conocí a
García Márquez. No me refiero
cara a cara, ya sabemos que la
mejor cara de un escritor es el
papel. Y si puede ser uno viejo,
amarillento, con las páginas
desgastadas de yemas nerviosas
engullendo líneas… esos, los
mejores. Ahora algunos escritores
se han convertido en píxeles de
colores, descansando silenciosos
en libros electrónicos y tablets,
tan fáciles de desaparecer como
arrastrarlos a la papelera (y esta
no es El Cementerio de Libros
Olvidados de Ruiz Zafón).
Por eso preferimos los
escritores de estantería y
bibliotecas. No nos abandonan ni
los abandonamos.
Así García Márquez. Como
bien decía Vargas Llosa en El
País sobre su muerte, “sus
novelas sobrevivirán e irán
ganando lectores por doquier”. El
don de un escritor es efímero,
como la vida, pero cuando escribe
perdura para siempre. Recuerdo
cómo con 16 años, hacía listas de
mis libros pendientes y ahí estaba
él, entre otros iconos del boom.
En mi libro de texto, compartía
página con Carlos Fuentes, José
Donoso, Vargas Llosa, Cortázar,
diferentes en su propósito de
crear un estilo literario propio,
pero a su vez, todos ellos hijos de
las influencias que habían
asumido
otros
escritores
hispanoamericanos años antes: el
realismo mágico de Miguel Ángel
Asturias, la preocupación por la
existencia de Onetti, la soledad
del hombre en Sábato.
Alejo Carpentier, otra gran
figura de la “nueva novela” de los
años 40, decía que el realismo –
bajo nuestra cosmovisión racional
occidental – no puede transmitir
la realidad americana en su
esencia. Y así como pasa con
ciencia y religión, lo real
maravilloso comienza y se
yuxtapone a los límites de lo real.
He ahí la invención de los libros.
He aquí García Márquez y su
magia.
El colombiano habla de
soledades del ser humano y de
América Latina, una patria
dividida. Dice el escritor José
María Mendiluce que “hay
soledades que sólo se curan
solas”, y Gabriel se sentaba con
lápiz y papel a olvidar una
Latinoamérica desunida que les
hacía menos libres, más
desconocidos, más solitarios.
Gabo veía el amor – en palabras
de Benedetti- como una tregua.
La tregua del ser humano con su
soledad.
García Márquez solía construir
sus novelas de manera circular,
un eterno retorno nietzscheano.
Macondo nace de cenizas, se
convierte en luz y acaba
desapareciendo. Quizá Márquez
también es circular, y con ojos
alegres desde su pueblo
fantasma nos saluda.
Quizá basta con abrir sus
libros y que un giratiempo le
traiga de vuelta.
Quizá sigue mirando desde el
manto negro, entre otras estrellas.
“Por fortuna, Macondo
no es un lugar sino un
estado de ánimo
que le permite a uno
ver lo que quiere ver, y
verlo como quiere”
El hombre de barro
Por RUBÉN OMAR MENDOZA
"Me llamo barro aunque Miguel me llame.
Barro es mi profesión y mi destino
que mancha con su lengua cuanto lame."
Diez años no dejan de ser un
suspiro. Diez años son sólo una
anécdota de la vida. Pero, 10
años bastan para poder
desarrollar una voz propia,
sincera y colectiva.
La trayectoria profesional de
Miguel Hernández se reduce a
poco más de estos diez años. El
poeta empezó con 20 años a
publicar sus primeros poemas y
su camino fue cortado
bruscamente a los 31. Sin
embargo, el de Orihuela consiguió
alzar tan fuerte su voz que hoy
sigue vigente como el primer día.
Con Miguel Hernández es fácil
toparte, aunque no te des cuenta,
sin buscarlo. Leer un guion y
toparte con un “menos tu vientre
todo es confuso”, ir al hospital y
que su pared recite “te mueres de
casta y de sencilla”. Miguel
Hernández está ahí, en la calle,
en las gentes. Aunque no lo
sepas, aunque no lo conozcas, él
está en contacto con todos
nosotros. ¿Quién
no ha
escuchado la voz de Serrat
declamando que para la libertad
sufre, lucha, pervive?
Miguel Hernández es de esos
poetas que a muchos no gustan.
De esos que hablan de sí mismos
para sí mismos. Hasta su poesía
beligerante no es más que una
lucha íntima. No enarbola la
bandera de la revolución ni
escribe discursos de excitación
desbordada.
Él
lucha
describiendo a aquel niño
existencia misma adquiriendo los
sentimientos que se desprenden
del papel. No hay poesía como la
maravillosa Elegía a Ramón Sijé
para despertar un sentir que para
muchas personas todavía es
desconocido. No es la voz de
Miguel, es la voz del hombre
animal que solamente siente y,
por lo tanto, no miente.
La poesía de Miguel
Hernández es una poesía de
otoño. Es una poesía castaña y
que sabe a hoja en tierra. No es
"Me callaré, me apartaré si puedo
con mi constante pena, instante, plena,
adonde ni has de oírme ni he de verte"
yuntero, aquel niño humillado y
más raíz que hombre que no es
un niño sino que es todos y cada
uno de los hombres.
Si algo caracteriza a Miguel
Hernández es que consigue que
el lector rompa las barreras de su
grandilocuente ni surrealista. Es la
poesía de un cabrero sin estudios
pero con una sensibilidad
desarrollada a golpe de pena. Es
la poesía del pueblo.
No es sino pena lo que empuja
su pluma. Miguel Hernández se
17
denomina a sí mismo como “el
más corazonado de los hombres”
y sabe que no hay suficientes
alegrías que maquillen una pena
(“tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la
alegría”).
La muerte fue compañera
constante de su camino, a pesar
de lo corto de éste. A la ya citada
muerte de su “compañero del
alma”, Ramón Sijé, habría que
sumarle la temprana muerte de
su hijo, apenas cumplidos los 10
meses (“la flor nunca cumple un
año, y lo cumple bajo tierra”).
Pero la muerte no sólo es
aneja para Miguel Hernández. En
sus propias carnes acaba por
sentir sólo muerte. No “saborea
otra bebida” que la que le ofrece
la parca y acaba “buscándose la
muerte por las manos”.
Y, ¿qué decir del amor? Al fin
y al cabo Miguel Hernández no
era más que un joven. Era
aquella “savia sin otoño”, una
savia de joven a despecho, sin
armadura ante las penalidades.
Y, como a cualquier joven, son
desvelos y los desplantes.
Siempre es curiosa la forma
en que un escritor llega a alguien.
Ese escritor con el que uno siente
una conexión especial, aquel que
"Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte"
pone palabras a tus sentimientos,
ese escritor “favorito” nunca llega
por una recomendación de un
amigo o del Facebook. Ése
siempre llega por casualidad y
eso aumenta la conexión, es una
relación predestinada.
Yo creo recordar la primera
vez que Miguel Hernández se
puso en contacto conmigo.
Recuerdo un pequeño grupo que
vino a tocar al salón de actos de
mi colegio. Yo de lo que me
enteré es de que si ibas a ver a
un grupo que cantaba poemas de
un escritor, te subían la nota de
lengua. Y allí fui. Sin saber nada
"Me sobra corazón.
Hoy descorazonarme,
yo el más corazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.
No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día"
estos daños los que más le
afligen.
Miguel Hernández entiende el
amor en su vertiente románticovital. La pérdida del amor es
motivo de pena y muerte. Es un
joven de veintitantos años
buscando el amor ante el
infortunio de las desgracias, los
Tampoco puedo olvidar a
aquella profesora de lengua, sola
frente a la clase. Sola con Miguel
Hernández. Recitando de memoria
aquella Elegía, con la voz
de qué iba aquello. Con pilas
nuevas en el mp3 para que me
duraran todo el tiempo que iba a
estar allí metido. Me acuerdo de
un hombre joven, de baja estatura
y cuya voz aguda no podía
hacernos más gracia. Pero
también recuerdo que volví a casa
con las pilas sin usar.
profunda de aliento gastado, con
sus dedos arañando el aire y con
sus dientes a bocados sintiendo la
arena caliente. Y de nuevo,
recuerdo nuestras risas, y hasta
nuestra pena hacia una profesora
que veíamos que estaba como
una regadera.
Pero la vida pasa y las cosas
cambian. Y ahora no puedo evitar
reírme cuando me encuentro a mí
mismo sin aliento y escarbando el
aire hasta poder besar esa noble
calavera. O cuando mi voz suena
aguda de sentimiento cuando
entono uno de esos poemas
musicalizados que nos han
regalado Joan Manuel Serrat y
muchos otros.
Miguel Hernández es un
corazón desbordado por las
circunstancias. Es la voz del
pueblo y el aliento del que sufre.
Es la desorientación del ganadero
entre tanto ruido y el susurro del
enamorado en plena guerra. Él no
se esconde ante la muerte,
muestra el pecho y espera la
certera hendidura del cuchillo frío
y metálico en su cuerpo cálido y
caduco.
"No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre"
19
The Dark Knight Returns
Por LUIS FREIJO
Me gusta Batman. Me encanta,
de hecho. Lo encuentro
altamente
interesante
y
estimulante como personaje,
como mito, como vehículo de
reflexión o como simple excusa
artística. Cualquier lector que
haya seguido mi trayectoria en
este nuevo Gran Imaginador
probablemente se haya dado
cuenta: tengo artículos de las tres
películas que filmó sobre el
personaje Christopher Nolan
(Batman begins, The Dark Knight
y The Dark Knight Rises). Sin
embargo, en esta ocasión quiero
acercarme a la materia prima, al
medio que vio nacer a uno de los
más grandes mitos modernos: el
cómic.
En el artículo de Batman
begins ya hice unas líneas
generales de las características
más importantes del Caballero
Oscuro, por lo que aquí quiero
centrarme en uno de los cómics
más aclamados por la crítica y el
público y que siempre aparece en
las listas de mejores historias
sobre Batman: The Dark Knight
Returns (Guión y Dibujo: Frank
Miller, 1986). El título tiene
múltiples traducciones al español,
pero qué queréis que os diga, no
me gustan, por lo que me referiré
a la obra por su nombre original.
The Dark Knight Returns es un
elseworld, es decir, una historia
de realidad alternativa, que no se
inserta dentro de la continuidad
oficial del personaje pero que da
pie a realizar experimentos más
o menos interesantes.
dispuestas a que el vigilante
ponga en evidencia su propia
inutilidad.
El aclamado guionista Frank
Miller (Sin City, 300) dio un golpe
de timón a la trayectoria de
Ronald Reagan sigue siendo presidente de
EE.UU., la Guerra Fría se acerca a un punto de
ebullición y los superhéroes o bien trabajan para
el Gobierno en silencio o bien se han retirado
En este caso, la historia parte
de la siguiente premisa: Bruce
Wayne tiene 55 años y ya hace
diez que colgó la capa de
Batman, tras la muerte del
segundo Robin, Jason Todd. Se
nos presenta un “futuro” (de
1986, se entiende) distópico, en
el que Ronald Reagan sigue
siendo presidente de EE.UU., la
Guerra Fría se acerca a un punto
de ebullición, los superhéroes o
bien trabajan para el Gobierno en
silencio o bien se han retirado y
los niveles de violencia y
corrupción en Gotham son más
salvajes que nunca. Ante esta
situación, Wayne decide retomar
la capa del murciélago y ser una
vez más el azote del mal. Se
deberá enfrentar a algunos de
sus antiguos enemigos (Harvey
Dent y el Joker), así como a las
autoridades que no están
Batman, que no gozaba de una
gran calidad desde finales de los
setenta y principios de los
ochenta. Con esta obra y Batman:
Year One (1987), un Miller en
estado de gracia permitió a
Batman llegar a la mayoría de
edad como mito y forjó el
concepto de Caballero Oscuro
que se siguió trabajando en los
90 y primeros 2000, así como en
las películas de Christopher
Nolan. Además, supuso una
revolución en el género de los
superhéroes, ya que, junto al
Watchmen de Alan Moore (que se
empezó a publicar ese mismo
1986), introduce la deconstrucción
del concepto de superhéroe.
A continuación trataré algunos
de los aspectos particulares de la
obra:
Temas: Se pueden apreciar tres
20
líneas temáticas en The Dark inevitable. Bruce Wayne ya no es
un chaval, y algunos de los
Knight Returns:
enemigos a los que se enfrentará
1. Bruce Wayne: La primera línea le sobrepasan en fuerza, en
temática es la que hace referencia agilidad, en juventud; sin
al personaje principal y, en embargo, su férrea voluntad le
general, es la línea que estructura lleva a no rehuir ningún combate.
toda la continuidad de Batman y En pocas palabras, Batman sabe
da coherencia a un corpus que se que ha recorrido más camino en
lleva desarrollando durante 75 su vida que el que le queda por
años. Los padres de Bruce delante, y quiere marcharse
Wayne son asesinados delante de envuelto en un halo de gloria y
este cuando es solo un niño, y peleando por aquello en lo que
desde entonces hace un cree. Este tema tiene también
cinematográfica,
juramento solemne de combatir el tradición
crimen y se prepara para ello especialmente en el western, y ha
física y mentalmente durante sido trabajado por directores
años. Este Bruce Wayne como Don Siegel, Clint Eastwood
cincuentón no ha superado ese o Sam Peckinpah. Este Bruce
terrible trauma, más bien al Wayne, el Pike Bishop de Grupo
contrario. Se ha acostumbrado a salvaje, el J.B. Books de El último
combatir el dolor a través de su pistolero o el Walt Kowalski de
cruzada contra el crimen y, tras el Gran Torino son un trasunto de lo
retiro, sus demonios le mismo.
atormentan con más saña que
nunca. Este Batman es
La novedad de The
físicamente más débil que
Dark Knight Returns
cualquier Batman joven, pero sin
embargo es más inteligente, más radica en presentar al
héroe como alguien
seguro de sí mismo y más
decidido. De la misma forma, es
terrible y salvaje
más oscuro y violento y, aunque
sigue cumpliendo su voto sagrado
de no matar, no tiene problemas 3. La legitimidad de Batman: Es
en romper los huesos que haga el aspecto temático más
falta. La novedad de The Dark interesante de The Dark Knight
Knight Returns radica, en parte, Returns, entre otras cosas porque
en presentar al héroe como la mayoría de las historias sobre
el personaje lo evitan. Por poner
alguien terrible y salvaje.
un ejemplo, en ninguna de las
2. El héroe cansado: Esta línea películas de Christopher Nolan,
temática está relacionada en que son bastante adultas, se
cierta medida con la anterior. pone en duda la legitimidad de
Hace referencia a la edad del las actividades de Batman. Pero,
personaje y a su death wish, es ¿es moralmente aceptable lo que
decir, a la forma desesperada e hace Bruce Wayne? No hay que
implacable en la que se precipita olvidar que al final las acciones
a la que parece una muerte de este vigilante enmascarado
consisten en saltarse a la torera
las autoridades e instituciones
democráticas que los ciudadanos
hemos elegido y atribuirse sus
funciones, aunque sea en pos de
un bien mayor. Frank Miller no lo
pone nada fácil al lector: por un
lado, nos presenta la ilegalidad de
las operaciones de Batman y su
carácter cuasifascista; por otro
lado, presenta a las autoridades
electas como ineptas, corruptas o
ambas; y, después, deja elegir.
Resulta un ejercicio interesante,
ya que, en un marco teórico, se
presenta una disyuntiva entre
alguien que puede solucionar
nuestros problemas (aunque no
sea vestido de murciélago y
calentando a criminales por las
noches) de forma ilegítima o la
prevalencia
de
nuestras
instituciones democráticas.
Personajes: Al ser una historia
de realidad alternativa, aparecen
algunos de los principales
personajes tanto del universo
Batman como del universo DC
con sus características un tanto
cambiadas. A continuación
analizaré a algunos de ellos:
1. Jim Gordon: El gran aliado de
Batman es ya un septuagenario a
punto de jubilarse como comisario
de policía. En esta historia,
Gordon conoce la identidad de
Batman y, en principio, es
contrario a su regreso. El viejo
comisario teme que la violencia
se recrudezca y que todos los
poderes del Estado caigan sobre
su tozudo amigo. Además, es un
personaje cansado por la lucha
que lleva sosteniendo durante
muchos años contra el crimen, y
lo único que quiere es retirarse y
21
vivir tranquilamente con su
segunda esposa, Sarah Essen. Ni
qué decir tiene que su deseo no
será del todo posible, y que el
comisario deberá sacar sus dotes
de liderazgo y honestidad y poner
su granito de arena para salvar la
ciudad, una vez más.
2. Alfred y Robin: El mayordomo
Alfred sigue incombustible a pesar
de su edad al lado de Bruce
Wayne y, aunque es reticente a
que vuelva a ponerse la capa a
su edad, le apoyará y curará
cuando sea necesario. Además,
sigue teniendo esa vena
sarcástica que le permite
amonestar a su ya crecidito jefe
con comentarios sardónicos a los
que Batman presta atención,
aunque no lo parezca. Además,
en esta historia aparece un nuevo
Robin, una chica, Carrie Kelley.
En la noche de su regreso,
Batman salva a ella y a una
amiga de ser violadas, y Carrie
se compra un traje de Robin. En
un momento crítico en el que
Batman está a punto de ser
derrotado por uno de los villanos
de la historia, Carrie aporta una
distracción suficiente para el
Caballero Oscuro escape, por lo
que Bruce Wayne la adopta
como Robin, a pesar de las
protestas de Alfred. Este Robin,
además de su sexo, aporta la
novedad de que su origen no es
trágico, como sí lo eran los de
Dick Grayson y Jason Todd. Por
lo demás, tiene la misma función
que todos los Robin: ejercer de
contrapunto pequeño y colorido a
esa masa grande y negra que es
Batman.
3. Harvey Dent: El antiguo fiscal
del distrito de Gotham también
está cambiado en The Dark Knight
Returns. Bruce Wayne ha
financiado un programa de
rehabilitación que incluye cirugía
estética para reparar la mitad de
su cara y tratamiento psicológico
para eliminar su obsesión por la
dualidad. Sin embargo, cuando es
liberado comienzan una serie de
crímenes y atracos que parecen
ser obra suya. Batman los
investiga con la esperanza de que
no sean obra de Dent. Para
Wayne, la rehabilitación de Dent
es necesaria porque si Two-Face
puede enfrentarse a sí mismo y
superarlo, él mismo podrá dejar
de ser Batman en algún
momento. El tratamiento, sin
embargo, no resulta según lo
22
previsto.
4. El líder de los Mutantes: En el
momento del regreso del
Caballero Oscuro, Gotham está
asolada por una banda criminal
que se autodenomina los
“Mutantes”. El líder de esta banda
es un mutante de verdad, un ser
más bestia que humano, con unas
capacidades
físicas
que
sobrepasan lo normal. El
personaje de Bane, que fue
creado algunos años más tarde,
comparte un cierto parecido con
este monstruo. Tras haber
derrotado a toda la banda usando
el Batmóvil (que es un tanque
más que un coche), Batman
decide pelear cuerpo a cuerpo
con él y es vencido y casi muerto.
Sin embargo, en su segundo
enfrentamiento el Caballero
Oscuro prevalecerá a base de
inteligencia y brutalidad. Este
villano evidencia cómo funciona
este Batman crepuscular: como
sabe que físicamente es inferior,
utiliza el entorno y sus trucos para
dejar en desventaja a su rival y
después caer sobre él de forma
salvaje e implacable.
5. Joker: En The Dark Knight
Returns, Frank Miller pone en
forma una idea que llevaba
rondando el universo Batman
desde hacía bastante tiempo: que
el Joker es el némesis perfecto
del Caballero Oscuro, que ambos
son las dos caras de una misma
moneda, que en su relación
aparece la figura simbólica e
histórica del doble. Esta idea
también sería trabajada por Grant
Morrison en Arkham Asylum
(1989) y, sobre todo, por Alan
Moore en The Killing Joke (1988).
En la obra que nos ocupa, Miller
quiere acabar con ese carácter
de batalla eterna entre ambos
personajes (el monólogo final del
Joker en la película de Nolan lo
explica muy bien) y fuerza un
“enfrentamiento final” entre ellos.
Por un lado, el Joker es más
violento, fuerte y rápido que
nunca tras la vuelta de Batman y,
por otro, Bruce Wayne se decide
a acabar definitivamente con él y
poner fin al reguero de muertes
que va dejando tras de sí. No
desvelaré cómo acaba este
choque de titanes, pero sí
declaro que las escenas más
impresionantes y salvajes de todo
el cómic están aquí.
6. Superman: Como colofón,
The Dark Knight Returns tiene un
superinvitado para la traca final:
el Hombre de Acero (también
aparece Oliver Queen, alias
Green Arrow, sin brazo, pero su
presencia es menos importante,
aunque
muy
decadente).
Superman es un pelele al
servicio del Gobierno de Reagan.
Es el último miembro activo de la
Liga de la Justicia, y sus
actividades son tapadas por un
velo de censura. Cuando el
conflicto entre estadounidenses y
soviéticos alcanza su punto
álgido, Superman es enviado
para lidiar con los rusos.
Además, también le obligarán a
detener a Batman cuando las
actividades de su antiguo amigo
resulten intolerables para el
gobierno. No quiero desvelar
tampoco el resultado de este
enfrentamiento, pero es de lo
más épico que he visto o leído
nunca. La Teomaquia de La
Ilíada parece una pelea de
colegiales comparado con lo que
desatan aquí los dos grandes
superhéroes de DC. Aunque en
mi opinión a Miller le falta valor
para que el desenlace sea
redondo (quien lo haya leído me
entenderá), sólo por esa escena
final, The Dark Knight Returns es
imprescindible.
El estilo: Es el aspecto más
reconocible del autor (me refiero
al estilo de escritura, no al
dibujo). Es un estilo polarizador,
ya que no admite medias tintas: o
te atrapa o lo detestas. Es duro,
cortante, casposo incluso, tanto
por lo que expresa como por
cómo lo expresa. Aunque en este
cómic todavía no es tan macarra
como lo será después en Sin City
o en 300, sí que es ya muy
agresivo. La sucesión de frases
lapidarias es continua, y no deja
prácticamente ni un momento de
respiro. Si normalmente una gran
obra deja una frase o dos
memorable, en The Dark Knight
Returns puede haber fácilmente
siete u ocho frases para
enmarcar. Este tipo de escritura
funciona en cómic, ya que en
imagen real resulta impostada o
incluso ridícula (de ahí que 300
no funcionase en pantalla. Por
eso y por convertir a McNulty en
una prostituta barata).
Así pues, hay un gran número
de razones por las que leer The
Dark Knight Returns, pero la
principal es que esta obra
constituye, por derecho propio, un
grandísimo producto cultural. Si
quieren empezar a leer Batman,
esta es definitivamente mi
recomendación.
g r a n im a g in a d o r . e s
La revista digital más bestia
Entrevistas
Edu Galán, el bonobo de
Mongolia
Por RODRIGO MORENO
“No somos trabajadores. Somos
pobres ocupados y con miedo”
Quedamos con Edu Galán, uno de
los responsables de la sección
satírica de Revista Mongolia. Nos
espera a la puerta del Ateneo
Republicano de Madrid tras
presentar las Marchas de la
Dignidad previstas para el 22 de
marzo. Llueve y nos lleva a uno de
sus bares favoritos. Por el camino
nos cuenta las batallitas que le
suceden en las presentaciones.
Total, a los actos gratuitos va
gente de todo tipo y no todo el
mundo tiene estómago, o sentido
del humor, para reírse al escuchar
que el Rey podría violarte. Pero
puede.
Revista Mongolia surge en
marzo del 2012, apenas un año
después del 15 M. ¿Supuso el
movimiento un cambio en las
prioridades informativas de la
ciudadanía?
El 15 M es consecuencia de un
cambio, como Mongolia y todo lo
que estamos viviendo con estas
marchas, de la crisis de la política
que se está siguiendo en este
país que da lugar a diferentes
movimientos ciudadanos y
diversas
manifestaciones
culturales. O sea, yo creo que en
este caso la gallina, que sería un
poco la sociedad en que vivimos,
da el huevo que es el 15 M y que
somos nosotros. Todo con sus
matices: nosotros con el 15 M
tenemos cosas en común y
cosas no en común. En general
con las marchas tenemos casi
todo en común. No sé, van
saliendo respuestas a la agresión
brutal que supone la crisis a
muchos colectivos, es lo que se
está defendiendo en esta
presentación,
desde
los
trabajadores a los servicios
públicos. El pago de la deuda y
la presión del Banco Central
Europeo, Merkel… hacen que
surja esto como respuesta a eso.
Unos meses después, en
enero de 2013, vemos que
también surge La Marea. Otro
medio también mensual,
también de izquierdas y
también
proveniente
de
Público. ¿Hasta qué punto se
estrechan vuestros lazos?
Muchísimo porque nosotros,
como sabrás, somos seis:
Fernando Rapa, Darío Adanti,
Eduardo Bravo, el editor Gonzalo
Boye y luego estoy yo y Pere
Rusiñol. Él y Fernando Rapa
fueron, respectivamente, el
subdirector de Público y el
director de arte de Público.
Cuando en Público Roures hace
esa atropelía infame, que
nosotros hemos documentado de
sobra tanto en la revista como en
la recopilación Papel mojado
sobre el estado de la prensa, sale
una serie de periodistas con una
formación brutal y unos contactos
brutales en el mejor momento de
su carrera. Surge a partir de ahí
La Marea, que antes era
MásPúblico, surgen también
Mongolia, Materia, Eldiario.es e
Infolibre. Todos compañeros que
creo que nos dirigimos más o
menos a un público similar con
nuestros matices, es decir,
nosotros somos los más berracos
en nuestra parte satírica. Luego
tienes la parte real que de
berraca no tiene nada, es muy
seria.
¿Qué
características
concretas tenía Público como
para que hayan salido tantas
cosas de ahí?
Bueno, yo creo que tenía una
plantilla
de
trabajadores
26
estupenda; gente con muchísimo
talento. Tú ves nombres en la
época como Nacho Escolar de
director, luego estuvo Maraña.
Son gente de mucho talento.
Durante un tiempo estuvo
Ekaizer, Pere Rusiñol estuvo de
subdirector y después tenía una
serie de redactores y redactores
jefe impecable. Pienso ahora, y
seguro que me dejo alguno, en
Patricia Fernández de Lis y
muchísima gente. También
culturales como Peiro Riaño, que
ahora está en El Confidencial.
Además tenía una cosa que para
mí es incomparable: un genio
como director de arte que es
Rapa. En mi opinión Fernando
Rapa es probablemente uno de
los grandes genios del diseño
editorial. Todo eso en un mundo
como el nuestro que se basa en
la imagen, en el que no solo
importa el fondo sino que importa
la forma también, es esencial.
Entender cómo comunicar a tus
lectores en Mongolia nos
obsesiona mucho y utilizamos un
formato que capte el lector. Que
entre primero al formato y luego
ya leen tu fondo.
En Mongolia es una de
vuestras señas de identidad
claramente. Vemos portadas
inspiradas en carátulas de
discos con gran colorido.
Cuando compré mi primer
ejemplar “España tiene una
salida: Barajas” fue por la
portada. Vi aquello y pensé:
“¿Qué demonios es esto?”
Claro, le pasó a muchísima
gente. Ese número uno no lo
contamos a nadie porque
pensábamos que era muy
imposible que alguien hiciera lo
mismo. Obviamente no como una
parte real, pero si el que sacaran
una revista satírica. No se lo
contamos a nadie, ni siquiera a
mi queridísimo Jordi Costa, el
crítico de cine de El País. Se lo
encontró de pronto en el quiosco,
le ocurrió lo mismo que a ti, vio la
portado y dijo: “¡Joder! ¿Pero esto
a una Virgen. ¿Esto es realidad?
Es una broma. Hay determinadas
cosas con las que, para ese
público que te sigue, les dices
que si piensas como yo creo que
te puede interesar esto. Y te lo
voy a contar de una manera que
sea sátira. Voy a usar las
"Hacen falta más lectores y periodistas que sepan de
muchas cosas bien"
qué es? ¡Esto es cojonudo!”. La
revista la llevábamos Darío Adanti
y yo, que somos íntimos amigos
suyos y nos dijo: “Pero qué
cabrones, no me habíais dicho
nada”. Era sobre todo para que
nadie se adelantase y luego
ocurrió que en 2012 nos echaron
de nuestros trabajos. Entonces,
ya que teníamos un proyecto y
aunque no contábamos con toda
la financiación que nos habría
gustado
para
arrancar…
arrancamos.
Habéis estado, por ejemplo,
presentando las marchas por la
dignidad en Madrid. ¿Creéis que
podéis servir como catalizador
de un pacto entre izquierdas?
No somos catalizadores de nada.
Tú expresas lo tuyo y puede
haber mucha gente con tus ideas
que se apunte. Les interesa que
haya una voz que se exponga al
Juzgado, pero alguien tiene que
hacerlo. Yo no me siento portavoz
de nadie. Básicamente a lo que
aspiro es a lo que hace Mongolia:
señalar ciertas informaciones que
a lo mejor te pasan
desapercibidas como que el
Ministro del Interior condecore a
una Virgen. Es que es una puta
broma. Parece un puto chiste,
¿ves? Te ríes y aún no he dicho
nada. El Ministro ha condecorado
herramientas del humor y voy a
decir, yo qué sé: “El Ministro cree
en una mujer del espacio, ¿por
qué no condecora a Spiderman
que también es un personaje de
ficción?”. Entonces te ríes porque
si vas al enlace y ves la
sinvergonzonería loca de este
señor entiendes que las creencias
religiosas chifladas son las que
marcan su política.
Está directamente relacionado,
aunque parezca una broma, que
el Ministro condecore a una
Virgen con que se limiten los
derechos de las mujeres. Porque
hay unos señores que son
vírgenes, se disfrazan de colores
y eso parece el Gay Parade.
Dicen (adopta un tono burlesco)
“Yo es que hablo con un señor
que está en el espacio y soy su
representante en la Tierra”. Esto
es una puta broma, ¿estás de
broma? No sabes más de lo que
sé yo sobre la vida y la muerte
pero te arrogas la capacidad de
ser el portavoz de un ser
imaginario con el que, aparte,
culpabilizas y achantas a mucha
gente.
Esto es una puta broma.
Entonces nosotros queremos
decir a nuestros lectores que esto
está ocurriendo porque vivimos en
una
sociedad
de
la
sobreinformación. Las cosas se
olvidan de una semana a otra la
semana pasada fue los
verificadores de ETA pero ya no
se acuerda ni Dios y fue una cosa
importante. No sé si os habéis
dado cuenta pero hemos vivido
cosas que son muy locas, ¡ha
dimitido un Papa! Eso es inédito
en la Historia de la Humanidad,
solo ha ocurrido dos veces o tres
pero por presiones políticas. Que
el Papa diga “Estoy cansado de
esta mierda” es inédito (ríe) ¡pero
lo vivimos como algo normal! Lo
vivimos como una noticia más
“¡Oh, mira! Ha dimitido un pobre
viejito, ahora ponen a otro viejito
nuevo diciendo barbaridades”,
¡pero es increíble! Es un momento
histórico muy loco. Hemos visto
abdicaciones de reyes. Hemos
visto a un señor, que es el yerno
del Rey, que está empapelado. Es
que es de locos. Estamos
viviendo una época, en mi
opinión, trágica y a la vez cómica
y a la vez apasionante.
A lo mejor el chiste sale solo
simplemente contando la
actualidad.
Hay cosas que sí. Nosotros
somos muy fan, en ciertas cosas,
de no tocar nada. Hay otras que
las tienes que exagerar. Por
es que el Ministro es mucho de
chupar la hostia. ¿Cómo voy a
decir yo que el Ministro le quiere
chupar la polla a un cura?
Además, que al cura no le
gustaría, ellos son más
aficionados a los niños
A lo mejor se le queda
grande
Claro (ríe)
¿A ti te preocupa que la
gente se quede con el humor y
eso sirva de inmovilismo?
Efectivamente, eso es muy duro.
Vivimos en una época en la que
hay programas, que a mí me
encanta Benny Hill, pero es el
humor por el humor. Tiene que
existir un programa de estar una
hora y media a ver quién dice la
cosa más ingeniosa. Pero
nosotros no queríamos hacer
eso, hacemos obviamente
titulares que son humor por
humor porque no somos unos
intensos de la hostia, pero la
idea es que vaya un poco más
allá y mediante la risa te des
cuenta de las cosas y actúes.
Que vayas a las marchas y te
informes, actuar es informarse.
A mí me estalla la puta
cabeza cuando vas a una
marcha, preguntas por la Ministra
de Empleo y no saben decirte
"El humor, lo decía Bergson, consiste exactamente en
romper una secuencia lógica de cosas"
ejemplo, en la presentación que
he hecho ahora se ve una imagen
del Ministro del Interior con un
cura dándole la hostia y he dicho
“Cómo le gusta chuparla, ¿eh?”,
Todo el mundo “¡Jajaja! Sois de
izquierdas pero sois unos
guarretes”. Me refería a la hostia,
quién es. Es que no puede ser.
Es una señora que dice que la
Virgen de Fátima, es una
integrista, va a ayudar al empleo.
¿Estamos chiflados de la puta
cabeza? La Virgen de Fátima es
un puto trozo de madera. Es
como decir que el pájaro loco va
27
a ayudar a España. Es ese nivel.
Te ríes porque es verdad. Siendo
materialistas y objetivos es lo
mismo decir que la Virgen de
Fátima va a ayudar al empleo que
decir que va a hacerlo Spiderman.
Es una puta chifladura. Entonces
nosotros a lo que aspiramos es a
que se rían pero que lean.
Leemos más que nunca pero se
hace demasiada lectura en
diagonal y escribimos mucho.
Escribimos demasiado. Hacen
falta más lectores y periodistas
que sepan de muchas cosas bien.
Con un conocimiento más
pausado y sedimentado.
Eso es. A un periodista no se le
puede pedir que sepa de todo
porque eso es imposible, pero
que sepas de qué está hablando
la gente. Por ejemplo, no me
gusta la danza pero como
periodista, aunque soy psicólogo,
tienes que saber un poco de todo
y luego ya ahondar en aquellas
áreas que te interesen más como
persona. Yo creo que falta eso,
falta leer.
Quizás
leer
menos
periódicos y más libros
También, las dos cosas. Y ver
más televisión. Yo veo Sálvame y
hay que ver como su formato
llega a tanta gente. ¿Hay cosas
de Sálvame como formato que se
puede usar en los espectáculos?
Pues sí. A lo mejor puedes en
mitad del espectáculo mirar el
móvil, eso lo utilizan cada poco, y
decir que te están mandando un
mensaje de la hostia. Hay que
utilizarlo a tu favor, no para hacer
un programa de mierda pero
utiliza el formato. Que a Sálvame
lo vea mucha gente implica que
usa unos códigos de los que hay
que aprovecharse para contar
28
cosas realmente importantes.
Son unos recursos que
tienes que aprovechar porque
sabes que funcionan.
Claro. Yo cuando leo Cuore me
quedo con muchas cosas porque
me parece una revista impecable
en el formato. Luego es una
ratería sacar a la gente, pero
debes quedarte con el formato
cuando quieres hacer un mensaje
masivo. Por ejemplo, poner a
Franco crucificado. ¿Cuál es el
objetivo? Son dos signos muy
potentes la crucifixión y el careto
de Franco, que es inconfundible.
Eso es un impacto tanto para
bien, que te van a aplaudir, como
para que digan “Esto es una
vergüenza, al
Tradicionalmente, en el siglo
XIX, el periodismo satírico tenía
un mayor equilibrio. También
había medios conservadores,
quizás porque tenían menos
problemas para saltarse la
censura, pero hoy por hoy
estamos viendo que los que
destacan son los de izquierdas:
el Jueves y vosotros. ¿A qué se
debe este desequilibrio?
Lo dice el propio nombre y lo has
dicho tú. El humor conservador,
que existe y hay algunos ejemplos
maravillosos, no funciona. El
humor, lo decía Bergson, consiste
exactamente en romper una
secuencia lógica de cosas. Si un
tipo va por la calle y se resbala
con un plátano te partes el culo
porque no ocurre normalmente.
La gente va por la calle y no se
resbala con un plátano. Chaplin
va por la calle y de pronto se le
caen los pantalones, pues te
partes el culo. Eso es romper la
secuencia lógica de cosas;
transgredir. Y la derecha no se
reconoce precisamente por eso
sino por lo contrario. En la cabeza
de la derecha el señor impecable
debe ir siempre por la calle
impecable. En la izquierda no, lo
que queremos es que al señor se
le caigan los pantalones. Aunque
no debes caer en hacer humor
sobre gente más débil que tú.
Yo estoy encantado con una
escena maravillosa, que es
cómica, en la que Botín le da la
"El Rey podría matar a
una persona (otra vez)"
mano al Rey en un campeonato
de Fórmula 1 completamente
vestido de rojo y con pantalones
cortos. Es una escena impagable,
te partes el ojete. Además te
partes el ojete porque el muy
gilipollas se ha vestido así. Es
que hay que ser imbécil para
vestirse todo de rojo.
¿Cómo conseguisteis abriros
paso frente al Jueves cuando ya
llevaba una tradición satírica
muy importante de 35 años?
El Jueves son compañeros, Darío
Adanti trabajó en el Jueves
mucho tiempo y si lees las dos
revistas no tenemos nada que
ver. Somos como mucho
complementarios. Hay gente de
un talento abrumador, está
Vergara y mi querido Pedro Vera
con su Ortega y Pacheco, que
trata de dos pueblerinos que la
lían parda (grita) “¡IEEPA!” Ha
creado una sección que habréis
visto en Twitterque se llama
#ranciofacts y trata de cosas
rancias que te dicen por España.
No sé, de viejos. Esta semana
era sobre perros (adopta tono
burlesco) “Los dóberman se
vuelven locos. Cuando son viejos
les crece la cabeza y chiflan” (ríe)
Eso es un #ranciofact brutal.
Es algo que roza el
cuñadismo
Así es, son frases hechas una y
otra vez que quedan instaladas y
son divertidas. Como el “Jefe,
campeón, ponme dos más”. Ese
es un #ranciofact de la puta y
Pedro lo ha sabido entender
porque es un genio. Pero eso,
somos complementarios
Sí que es cierto que el
Jueves ha tenido secuestros. Ha
tenido gran protagonismo, ha
salido en la televisión. En
Francia Charlie Hebdo ha tenido
episodios cercanos al atentado,
¿por qué a vosotros, con lo
burros que sois, no os suceden
esas cosas?
Solo nos pasó una cosa con El
Corte Inglés, que retiró nuestros
ejemplares por lo de “El Peñón
Inglés”, un chiste tonto. Aquí lo
que no funciona, hay que ser
gilipollas, es la denuncia directa.
Lo que hacen es vetarte y avisar
a los anunciantes para que no se
publiciten. Juegan a eso porque
tardas menos.
Al final cuando te cagas en la
madre del Ministro del Interior, lo
que hace el Ministro de Interior es
pedir tu expediente o pincharte el
teléfono. Hay que ser idiota para ir
a un Juzgado. Sales en la prensa,
tienen que pagar las costas,
Gonzalo tiene todo cerrado y si
nos llevan al Juzgado están
jodidos porque vamos a ganar.
Entonces dicen “Manolo, no te
anuncies ahí. Son muy bestias,
usan un lenguaje muy bestia y se
pasan tres pueblos”. Nosotros nos
pasamos tres pueblos pero lo
hacemos de una forma
consciente. En nuestro equipo hay
gente muy lista que le da muchas
vueltas al coco. Darío lleva siendo
dibujante mil años y es un genio
absoluto. Rapa es uno de los
mejores directores de arte. Bravo
es licenciado en Derecho y sabe
muchísimo de muchas cosas,
trabajó en RNE. Pere fue
subdirector de Público. Gonzalo
Boye es uno de los abogados
más prestigiosos de este país.
Que además os asesora para
que no os metáis en fregados
Así es. Joder, que venimos leídos
de casa. Somos muy burros, de
acuerdo, pero está todo calculado.
No somos unos punkis que
destrozan esto. Yo estoy
licenciado en Psicología y fue
profesor universitario, hostia. Son
burradas muy controladas y estos
juegan a “No te metas ahí, que
son muy bestias”. O te vetan o te
piden el historial. Como Darío y
Rapa son argentinos y Gonzalo es
chileno te preguntan si tienen la
nacionalidad y todos los papeles
en regla. Juegan a eso, que es
mucho más barato que ponerte
una denuncia.
Quizá también el poder,
sabiendo todo lo que tiene que
callar, prefiere no echaros la
bronca para que no se airee aún
más.
También, esa es otra. Aparte de
que cuesta mucho dinero. Si el
Rey pone una denuncia porque
han anunciado a su hija eso abre
portadas y las portadas están por
todas partes. Nosotros la final
tenemos 40.000 ejemplares que
están en los quioscos y que la
portada de “Hija de los Reyes de
España imputada” (hija de puta) la
ven como mucho un millón de
personas. Y se les olvida porque
ocurren otras cosas. En cambio,
si denuncias ya sales en todas
partes.
Lo mejor que os puede
pasar es que os secuestren un
número.
Sí, pero es un poco triste. Puede
ocurrir, pero viendo lo que pasa
en España nuestras portadas son
completamente realistas. En
nuestro número dos decimos “El
Rey podría violarte”. Es cierto,
podría violarte y no pasaría nada.
Podría ir desnudo por la calle,
podría sacarse la chorra y mear
en un bar. Podría bajarse cosas
de Megaupload. Podría matar a
una persona. Otra vez (ríe). No le
pasaría nada.
A la Monarquía le interesa
más estar calladita.
Sí, claro, pero con todos los
medios críticos. O sea, el otro día
cuando Évole hizo un debate
29
Estos señores con quien follen
implica que va a haber un
siguiente señor con los mismos
privilegios y encima nos dicen
“No, no, el siguiente señor que
nazca de mi próxima follada va a
tener los mismos privilegios que
yo y la señora pero no te quiero
contar con quién follo”. No, no,
perdone usted. Usted está a
nuestro sueldo y yo quiero saber
con quiénes follan cada una de
las personas de su familia y si no
lárguense y gánense la vida.
Quieren los privilegios medievales
pero los derechos del siglo XXI.
El derecho a la intimidad del siglo
XXI pero mis privilegios
medievales. No, maestro. O
vamos al siglo XXI y te piras o
vamos a lo medieval y lo
sabemos todo de ti.
Cuando
este
señor,
Urdangarín, manda mails no son
privados. Este señor no tiene
privacidad. Está casado con la
"No puedes contar lo que está pasando y encima salir
en sus medios"
después de lo del 23 F y enseñó
nuestras portadas “Hija de los
Reyes de España imputada” y
“Mongoliú” eso son cinco millones
de espectadores y a la
Monarquía le tocó los huevos
seguro, pero dicho esto si nos
denuncian les va peor.
Nos califican de burros y tal,
pero ahí detrás hay una crítica
brutal a estos señores que por
pura casualidad tienen unos
privilegios que yo no entiendo
bien por qué, cobran de todos
nosotros no entiendo bien por
qué y luego encima quieren tener
vida privada. Esto es otra cosa
que a mí realmente me fascina.
tercera en sucesión al trono,
¿cómo que privacidad? Este
señor si la mete y preña a una
tenemos un lío de la polla. Es el
duque de Palma, empalmado
como te decía. Es muy duro que
te echen en cara, hasta la
izquierda, que publiques mails de
Urdangarín como si tuviera
derecho a la privacidad. Esto es
una broma.
De eso quería hablarte
precisamente. Yo os he visto en
la 2, en algún programa
cultureta, en alguna tertulia de
El gato al agua o El cascabel al
gato. El otro día por ejemplo en
la sexta, pero os veo muy poco
30
en televisión a pesar de que
vosotros tuvisteis la primicia de
los mails de Urdangarín o la
sección de Reality News cada
vez está ganando más peso.
¿Por qué eso se ignora?
En primer lugar porque decimos
las cosas de forma muy cruda,
que no es lenguaje televisivo. La
televisión tiene otro lenguaje
como tú sabes perfectamente. Y
también tenemos una sección en
el Reality News que se llama
“Perro come perro”. En
periodismo dicen que en medios
no saques jamás noticias sobre
otros medios. Yo no voy a sacar
el ERE de El País en El Mundo
porque cuando yo tenga un ERE
me va a cagar El País. Nosotros
hemos roto esto y hemos sacado
una sección de “Perro come
perro”. En el último número del
MongHola! Hablamos de la
destitución deAntich al frente de
La Vanguardia y su sustitución
por Màrius Carol y la destitución
de Pedro J.a la puta calle. Esto te
crea muchos enemigos en los
medios.
Y más aún con lo de Papel
mojado.
Efectivamente. Tú cuando pones
en portada a Pedro J, y a
Cebrián nosotros en PRISA
aparecemos lo justo y gracias a
que aún queda gente íntegra que
te saca porque piensa que lo que
cuentas tiene importancia. Si no
no saldríamos nunca porque
sabemos que existe un PRISA
una ley del silencio. Es una
empresa privada y si sacas
mierdas de su presidente y las
juntas de accionistas es muy
duro. No puedes contar lo que
está pasando y encima salir en
sus medios. Eso es una ridiculez.
Tú cuando tienes un medio de
comunicación no tienes una
mercería y eres un interlocutor
entre lo que ocurre importante y
las personas que lo leen. Es un
puto servicio social y si quieres
tener un ático en Manhattan
dedícate a la puta bolsa. Dedícate
a algo que dé dinero de verdad.
El periodismo tiene un puto
servicio social al igual que la
psicología. Por eso me siento muy
cercano al periodismo. Hostia, yo
como psicólogo no puedo
recomendar terapia continua a
alguien solo porque cada vez que
viene me saco 80 o 90 euros “No,
no, es que no te quiero dar de
alta todavía”
Hablemos de tus padres
(Ríe) Eso, hablemos de tus
padres. “No, es que de tu
problema tenemos que analizar
otro poco”.Ris, ras, Tomás (se
golpea la palma de la mano con
el puño) No, compañeros, nos
dedicamos a algo que es un
servicio social que se basa en
lidiar con los trastornos y
dificultades de la vida de las
personas y los tienes que
resolver. Y en vuestro caso sois
los interlocutores entre lo que
ocurre y a lo que la gente no
puede llegar y esa gente.
Coño, tienes una responsabilidad
con decir tu verdad, ahí está la
ideología, y tienes una
responsabilidad muy seria. Esto
no es (adopta un tono burlesco)
“Me voy a montar un periódico,
voy a regalar los discos de los
Beatles y me voy a forrar”. No
mira, de verdad, dedícate a
montar un bar en vez de regalar
discos de los Beatles o una
cubertería de España como
hacen estos.
O directamente a la
prostitución y te saltas
intermediarios.
Efectivamente. Yo, cuando
hablan los liberales de que el
mercado lo mueve todo les digo
“Pues nada, monta un buen
negocio de cocaína. Legaliza la
cocaína, que a mí me parece de
puta madre, y nos metemos
todos rayas. Y si yo me pego un
rayazo, como vosotros no
defendéis los servicios de
sanidad públicos, el que se
pueda pagar una clínica de
rehabilitación bien y el que no
pues que se quede muerto de un
jamacuco y ya está”.
Es todo como los cristianos
con la Biblia “Esto de honrarás a
tu padre y a tu madre… es que
mi madre es una hija de puta,
paso.
Paso
de
este
mandamiento. Esto de desear la
mujer del prójimo… es que las
hay muy putas. Pues paso de
esto también”. O lo compras todo
o no compras nada. Esto me
parece un poco loco sobre todo
en cuestiones que organizan la
sociedad.
Tú también escribes en
Cinemanía, ¿cómo ves que la
población española sea tan
crítica con los Goya o el cine
español
no
esté
tan
"Tú no puedes dictar que a un señor le metan en la cárcel, aunque sea el mayor
criminal del mundo, saltándose las leyes"
31
respaldado?
Bueno, lo primero es agradecer al
Ministerio de Cultura que
tenemos, que es otro integrista
que parece que no está a sueldo
de todos los españoles, que está
a sueldo del PP, ¿no? Cuando
está a sueldo de todos los
españoles y es la representación
de todos los españoles. Es una
falta de respeto enorme que no
vaya a los Goya. Es una
vergüenza. Decía Esperanza “No
estamos aquí para escuchar los
pitos”. Vale, pues tampoco los
aplausos entonces. O sea, es que
estáis ahí para eso. Os ponemos
ahí para que estéis apoyando a
los actores y actrices. Ahí, ahí
debería estar.
Y el cine español está siendo
masacrado. O sea, el IVA ha
sido… aparte ya de las
dificultades que tiene: la piratería
y tal, el menosprecio constante de
los gobiernos de derechas a algo
de lo que se les llena la boca. De
verdad, porque es que no se
sacan de la boca la Marca
España.
Joder,
tenemos
representantes de la Marca
España como Javier Bardem que
es la hostia, tío. Es que no nos
damos cuenta, pero es un señor
que ha ganado un Oscar. Hay que
ganarse un Oscar. Hay mucho lío
para ganarse un Oscar y él se lo
ha ganado. Es un representante
de la Marca España al nivel de
Nadal y con sus opiniones
políticas ¿Por qué no va a tener
opiniones políticas? O sea, ¿qué
queréis? ¿Que todo el mundo
diga lo que os sale a vosotros de
la polla? No, mira, estos señores
tienen opiniones políticas que son
contrarias a las vuestras, pero por
respeto y por lo que venden tan
bien España deberíais aparecer
en esas galas en las que está
una industria representada. O
sea, hay un pie de la cultura que
es muy importante que es el cine
español. Que debes estar, pero
como es un verdadero cagón va
de “Soy un toro bravo” y tal y
pero de toro bravo nada. Es un
cagón absoluto y se inventa una
cita en Londres.
Y luego me molesta
profundamente ese machaque
constante con las subvenciones.
O
sea
“Titiriteros
subvencionados”. Ya, como la
industria del automóvil o las
minas. ¿Y? Obviamente hay
películas que no van a recaudar
y se hacen para estas cosas
locas. Que mejore la humanidad,
¡puta chifladura! DaVinci tenía
subvenciones del Estado, ¿y
qué? Las películas de Erice
como Sol del Membrillo, que
documenta cómo Antonio López
pintaba un cuadro, ¿cuánta gente
va a ver eso? Pues igual muy
poca, pero son documentos que
hay que tener porque son una
representación del país en que
vivimos. Pues nada, esto es
machaque absoluto “Es que el
cine español, y tal”.
Y luego teniendo en cuenta
también que las producciones o
las
distribuidoras
norteamericanas copan las salas.
Porque yo te vendo Harry Potter,
pero si tú tienes Harry Potter,
también tienes que tener otras
siete que a mí me interese tener
ahí. Entonces es una lucha muy
desigual que el Ministro se
encarga de hacerla todavía más
desigual. Entonces, en lo que se
supone que el Ministerio debería
ayudar… pues no. ¡Más hostias!
Pero bueno, es así.
¿Por qué el español va tan
poco al cine español, ahora que
el cine está tan barato los
miércoles, por ejemplo?
Nada es unívoco. Tiene muchas
causas. Lo primero, hay que ser
autocrítico. A lo mejor no todas
las películas españolas son tan
buenas. También hay que valorar
la promo que tienen los estrenos
norteamericanos. Yo he visto
películas españolas que a mí no
me gustan nada que con una
buena promo, han petado. Las de
Mario Casas, estas de Moccia
que me parecieron horribles
todas. O Las Brujas de
Zugarramurdi, que me gustó
mucho más. ¿Y esto por qué
ocurre? Porque tienen el aparato
promocional de Antena 3 o
Telecinco detrás. Entonces, claro,
es la hostia esto. ¿Es que el cine
español es malo o tiene poca
promoción? Las dos cosas. Hay
cosas que son malas y hay cosas
que son buenas. Es que se
puede decir “El cine español es
malo. No va. No me gusta”. Ya,
pero es que en este mundo, la
promoción es la hostia.
¿Qué futuro le ves a Revista
Mongolia?
¡Mucho! Ahora estamos con la
revista. Sobre todo es un futuro
de hacer cosas diversas con el
mismo tono. Cuando cambias de
formato, el tono se ve afectado.
Pero nuestra idea es hacer
muchas cosas diferentes. Por
ejemplo, nuestra idea es sacar
algún libro más, como hicimos
con El Libro Rojo o Papel Mojado;
estamos con Mongolia, el Musical.
Vamos a celebrar el aniversario
ahora, en abril, yo que sé, hacer
muchas cosas diferentes porque
32
somos pobres y autónomos.
Entonces, claro, hay que hacer
muchas cosas diferentes.
Pero sí que tenéis una buena
tirada. Al fin y al cabo sois algo
un poco grande.
Sí, la cosa va bien. Pero tanto
creativamente
como
económicamente a nosotros nos
encantaría poder dar empleo a
más gente, pagar un poco más a
los colaboradores, y cobrar
nosotros un poco más. Estamos
en ese proceso y para ese
proceso no solo da el papel.
Vamos a lanzar una nueva web
en nada. Es un poco esa historia
de, por la parte económica y
creativa, hacer otras cosas. A mí
me interesa mucho salir a hacer
shows.
¿No te da vértigo el que
según vayáis engordando
tengáis más anunciantes y vaya
imperando más una censura?
Nah…
¿Cómo
combatís
la
censura? ¿No tenéis en
Mongolia censura de ningún
tipo?
Sí, la legal, claro. Tú a Gonzalo
le dices “voy a decir que un
conocido periodista de derechas
se mete unos rayones de la puta
de su madre” y te dice “Bueno,
sí, pero si pones el nombre no”.
Claro, a mí me apetecería decir
que tal conocido periodista de
derechas es un cocainómano e
hijo de puta, pero claro no puedo
poner el nombre porque nos cae
una demanda. Entonces, ¿un
chiste vale 36.000 euros de
demanda? Pues no, no para mí.
Si es el mejor chiste del mundo
sí. Si es un chiste que yo lo
suelte en Gambia y la gente se
parta el culo. Yo digo “Bueno, por
36.000 euros pasaré a la
historia”, pero como no se va a
reír la humanidad completa pues
paso.
Un poco parecido al sketch
de los Monty Python en el que
crean el mejor chiste del mundo
y lo utilizan como arma
ofensiva.
¡Eso es! Justo. Es buenísimo, no
se paran de reír. Es crear el
chiste perfecto, que se ría todo el
Jordi Évole esté desmerecida
porque haya hecho un falso
documental al igual que, yo qué
sé, hay muchos ejemplos en
Estados Unidos de gente que
hace falsos documentales y su
credibilidad no es menor.
Además es un género
propio: el mockumentary. Un
género que está consolidado.
Sí, sí. Está consolidado. Es como
si dices que Orson Wells al hacer
"Se empiezan a meter España en la puta boca y la
Constitución en la puta boca pero la Constitución dice
que todos tenemos derecho a una vivienda digna y a
un trabajo"
mundo sin diferencias culturales.
Eso sí me cuesta 36.000 euros.
Pero un chiste sobre un mierdas
no. O chistes sobre víctimas del
terrorismo, que son ilegales. Hay
víctimas del terrorismo que tienen
su lío mental. Han pasado una
tragedia, pero eso no les da
derecho a ser juez y parte. Al
igual que a mí no me da derecho
a juzgar a la persona que, yo
qué sé, que haya violado a mi
hermana.
No sé qué pensarás del
término “nuevo periodismo”
que se está acuñando en torno
a Jordi Évole. Es un periodismo
más informal, pero más
incisivo.
Es lo que en norteamerica se
llama Infotainment, que es lo que
hace Bill Maher. La verdad es
que Jordi es un genio. O sea, es
que no hay otra palabra para un
genio. Incluso desde el
periodismo se le denigra en
determinados momentos por
utilizar recursos humorísticos. Yo
no creo que la credibilidad de
La Guerra de los Mundos, su
prestigio y su credibilidad ha
disminuido. Él porque se dedicaba
a la ficción, pero si hubiera salido
en la tele contando algo, su
credibilidad está intacta. Es un
creador que busca caminos
diferentes para contar cosas o
para denunciar cosas.
El falso documental de Jordi
Évole, fuera de su calidad
artística, que en mi opinión es
mejorable lo que ha hecho es una
cosa importantísima. Y se debe
aplaudir. Porque es un paso
adelante. Y que este país te meta
un meneo por algo que ocurrió
hace treinta años es un poco
loco, eh. Nosotros en El Libro
Rojo hacíamos lo mismo que
Jordi Évole. Hay una historia en
El Libro Rojo que mediante los
datos, hacíamos que Gutiérrez
Mellado era el golpista y Tejero el
que nos salvaba. Ahí está todo
escrito. Está todo sujeto al falso
documental.
El terrorismo que tenemos
ahora más que un tejerazo es
33
un tijeretazo.
Sí, ese es un terrorismo
constante, un terrorismo de terror.
Se dedican a meterte miedo con
los recortes. Y luego juegan
mucho con la doctrina del shock.
Se dedican a decirte: “Va a ser la
hostia. El recorte que vamos a
hacer va a ser la hostia. Te vas a
quedar fuera de casa, vas a estar
hundido”. Entonces la gente
protesta. “Bueno, la verdad es que
solo te vamos a echar de casa”. Y
entonces la gente dice: “Ah,
entonces sí, gracias.” Truco viejo.
¿Es volver también un poco
a una forma de amenaza
medieval?
Sí, es una forma de funcionar. Las
sociedades de la información
funcionan mucho con la amenaza
y el miedo. Entonces te deja
inmóvil. Es este gobierno que
tiene muy instalado la Ministra de
Empleo y el Presidente, es la idea
de “Estamos creando empleo. Lo
que hay que hacer en España es
crear empleo porque cuando
tienes empleo España va bien” y
esa mierda que tienen en la
cabeza. Ya, ¿pero qué empleo?
En la revista Alternativas
Económicas
dice
que
aproximadamente un tercio de las
personas empleadas, a pesar de
estar empleadas, viven en el
umbral de la pobreza. O sea, que
tienes pobres ocupados. No son
trabajadores.
Son
pobres
ocupados y con miedo. Con
miedo a manifestarse porque
pierden su sueldo de mierda, su
único ingreso, y ocupados. No
tienen tiempo para protestas,
dicen “Tú ya estás trabajando, no
me líes” y para las estadísticas
queda de puta madre. Tienes
trabajadores cansados, sin
posibilidad de protesta y con el
miedo este que te meten siempre
de que fuera es muy duro.
A mí me recuerda un poco a
la figura de Oliver Twist que le
dan lo justo de comer para que
no tenga fuerza para escaparse.
¡Justo! Es una muy buena
imagen. Te dan el trabajo basura
justo. El minijob. Que tengas
muchos minijobs o que seas
autónomo. Esta mierda del
emprendimiento “Venga, hay que
emprender. La ilusión de
emprender”. Primero hay que
tener un proyecto para
emprender. ¿Emprender a qué?
Emprender a quemar las
calles.
Yo siempre digo que emprendo
mucho la huida. Es una puta
estafa. Estás creando un país de
autónomos. Es una puta estafa
porque un autónomo no tiene
derecho a paro ni tiene derecho a
nada. Dentro de dos años dirán
“¡Un millón de personas más
están cotizando a la Seguridad
Social!” ¡Tongo! Se lo han creado
ellos y tienen un empleo precario.
Esa es la clave. El empleo no es
el empleo precario. En las
marchas del 22 M se reclama un
trabajo digno. Porque estos la
Constitución la utilizan para lo
que les sale de la polla.
“¿Derecho a la vivienda? Bueno,
si no robas”.
En cambio con lo de España
es indivisible “Ah, esto de la
Constitución sí me gusta”. Se
empiezan a meter España en la
puta boca y la Constitución en la
puta boca pero la Constitución
dice que todos tenemos derecho
a una vivienda digna y a un
trabajo. Coño, que eso es lo
normal para un país. Pero no,
estos los derechos básicos se los
pasan por el puto forro de los
cojones. Pero en cambio, cuando
la Constitución es Cataluña que
se separa o lo que sea ya no. Es
una puta broma. Es eso de “Leo
lo que me interesa”. Y eso es un
truco chungo.
Después de esto, Edu
desapareció. Hay quien dice
haberle visto en presentaciones
de actos o shows; otros, sostienen
que le hicimos hablar tanto que
ahora ha abrazado la devoción
trapense y el voto de silencio. Lo
dudamos.
Francisco Marhuenda
Por LUIS FREIJO y RUBÉN OMAR MENDOZA
“Duermo cuatro horas.
Aprovecho mucho el tiempo”
Francisco Marhuenda viene a
buscarnos a la sala en la que
tienen lugar los Desayunos
informativos de La Razón, donde
hemos estado esperando. Se
disculpa por el retraso, que se ha
producido debido a la visita
imprevista del vicepresidente de
Disney, lo cual ha trastocado su
agenda de la tarde. Subimos un
piso y entramos en su despacho,
que está literalmente abarrotado.
En las paredes hay colgados
mapas urbanos de ciudades
coloniales, así como varios
teléfonos antiguos. En la mesa
junto a la que estamos sentados
aparecen colocadas una serie de
carpetas, además de otros
documentos y un ejemplar de la
revista One. Al lado de la puerta
hay cajas apiladas, que contienen
libros de este acérrimo
coleccionista. La otra mesa del
despacho, que tiene el ordenador,
está presidida por una pequeña
bandera española. Una bicicleta
antigua descansa apoyada junto a
un juego de miniaturas del Antiguo
Egipto. Un cuadro de Cristóbal
Colón clava fijamente su mirada
sobre nosotros, y a su lado hay un
perchero en el que cuelgan cascos
y gorras de uniformes militares. Lo
que más llama la atención, sin
embargo, es la magnífica
colección de máquinas de escribir
antiguas, que se alternan en una
estantería con miniaturas de
coches antiguos.
La impresión que da al ver su
despacho es que tiene usted
vena de coleccionista.
Bueno, es divertido. Coleccionar
cosas siempre es un ejercicio
intelectual atractivo. Yo lo que
realmente colecciono son libros, y
luego máquinas de escribir. Eso
es básicamente lo que colecciono.
Pero bueno, las máquinas de
escribir hace ya tiempo que no,
como tengo casi completada la
colección ya no compro ninguna,
porque las que me faltan son tan
caras que no me son relevantes
para la colección.
Respecto a los libros, hemos
leído en una entrevista que tiene
una nave en la que guarda sus
libros. Por favor, háblenos de
eso, porque es impresionante.
Sí, yo tengo una cifra importante
de libros. Deben de ser como
60.000. Veis que tengo aquí todo
lleno de cajas para llevar a la
nave (señala a un montón de
cajas apiladas en el despacho).
Tengo la nave con muchísimas
cajas, pero todavía no he tenido
tiempo de hacer el diseño de
estanterías y de todo. Tengo unos
60.000 libros y va creciendo,
claro. Además, tengo también el
archivo de papeles, etc, que
ahora lo tengo dividido entre mi
casa de Barcelona, la casa de
mis padres de Barcelona y la
casa de aquí, de Madrid, más la
nave industrial, que está en
Valdemoro.
Me imagino que la colección
va creciendo a más velocidad de
la que le da tiempo a leer.
Sí, sí, por supuesto. Pero los
libros son siempre una buena
compañía. Tener un libro de papel
es muy grato, es muy grato poder
estar leyendo tranquilo y que sea
en papel. Para vosotros, que sois
más jóvenes, entiendo que todo
esto de los ordenadores, los iPad,
los libros electrónicos, etc, no es
que sea el futuro, sino que ya es
el presente. Pero a mí me sigue
gustando mucho el papel.
¿Qué podemos encontrar
allí, entre tantos libros?
Podéis encontrar de todo, porque
hay de todo, pero es cierto que yo
ya hace mucho tiempo que me
dedico más a lo que es mi
actividad docente, a libros de
Historia, de Derecho, de
Periodismo. Es lo que más voy
adquiriendo, y de hecho en esta
mesa está mi tesis doctoral de
36
periodismo (señala a una serie de
carpetas que ocupan gran parte
de la mesa), aquello son todo
libros de Historia, así que
realmente es lo que más
adquiero. Pero bueno, tenéis
también una colección magnífica
de clásicos griegos y romanos, la
famosa Alma máter del CSIC
completa,
tenéis
primeras
ediciones de la Generación del
27, de la del 98. Hay allí un
montón de libros.
¿Qué género o qué autor le
atrae más?
No tengo un autor favorito. Yo
creo que la literatura española y
mundial es tan rica y tan amplia
viendo cómo realmente se
desarrolló la Historia y qué
huecos faltan por rellenar, porque
puede que estemos pensando
que algo ocurrió de una manera y
resulta que fue de otra. El siglo
XIX es un siglo muy interesante.
La Historia de España es
convulsa, es complicada. Tiene
periodos interesantísimos, como
el Reformismo que empieza con
Felipe IV y que sigue con los
Borbones… hay periodos muy
interesantes. Hay otros en los que
no me hubiera gustado vivir. No
me hubiera gustado vivir la
Guerra Civil, lógicamente, o
algunas otras épocas por lo que
"El paro real de España debe de
estar en el 13 o el 14%"
que es muy difícil acotar para
quien le gusta la literatura o le
gusta la Historia. Me pasa con la
Historia también. Mi especialidad
es
la
Historia
del
Constitucionalismo, pero también
doy Historia de España e Historia
del Comercio. Al final acabas
apasionado por todo lo que es la
Historia en general. Me gusta la
pintura… Yo soy una persona
inquieta y me gusta casi todo.
Incluso me apasiona la economía,
por la asignatura que imparto de
Historia del comercio, no desde
un punto de vista teórico sino
práctico.
Hablemos de Historia,
entonces. Si tuviese que elegir
un periodo de la Historia de
España en el que le gustaría
haber vivido, ¿cuál sería?
La verdad es que me quedaría en
el actual, porque es un periodo
muy bueno. Es la típica pregunta
que es muy difícil de contestar,
porque me encantaría ser un
viajero del tiempo y poder ir
significaron de horror para la
sociedad española. Me hubiera
gustado vivir en el Renacimiento
italiano. Pero claro, estos periodos
son interesantes siempre que uno
sea príncipe. Si te toca ser un
campesino sometido a la injusticia
y el dolor, pues no es tan
divertido. La Historia no es la
Historia de las películas, sino la
Historia de la realidad y la
realidad es mucho más dura y
cruel de lo que uno pueda
imaginar.
¿Sigue las series españolas
de época, históricas?
He seguido alguna. No tengo
mucho tiempo, entre el periódico y
la universidad no tengo mucho
margen. Pero alguna que he
seguido me parece que ha tenido
gran calidad. Veo en familia
Galerías Velvet, que está
francamente bien; he visto
Hispania, también.
¿Cómo cree que están
documentadas?
Están bien. Siempre hay una
parte que no se corresponde, o
que es una interpretación no
ajustada, pero en una serie hay
que meter elementos que
atraigan. Si se hace una serie de
Historia pura y dura, atraerá a los
que les guste mucho la Historia,
pero ya. Hay que darle una
“vidilla”. Pero yo creo que están
bien. España tiene un buen sector
cinematográfico, con gente con
ganas, con buena técnica. Incluso
lo que es el atrezzo, la vestimenta
de época, está bien. En general,
yo creo que están bien.
Eso le quería preguntar,
¿cree que el cine español tiene
calidad?
Tiene calidad, pero a veces hay
algunos que no. Sé que esto es
polémico. A mí me gusta el cine
político, pero no me gusta la
politización del cine. Debemos
hacer un cine que sea de calidad,
pero calidad no significa de
brocha gorda, de insulto fácil o de
descalificar siempre a los mismos.
Si los descalificas, hay que
hacerlo con talento. Hay que
buscar un cine que sea
competitivo, aunque haya que
utilizar
criterios
de
excepcionalidad cultural que
favorezcan tu cine para que este
no se vea laminado por la
potencia del cine estadounidense,
pero hay que buscar también que
el cine lo vea la gente. Si no, es
como cuando le dan un Premio
Nobel a un poeta que no ha leído
nunca nadie, o lo han leído solo
cuatro exquisitos. Será muy
bueno, pero la gente no te
compra. Entonces, ¿cuál es el
criterio de bueno, que cuatro
exquisitos digan que es bueno o
que lo vean centenares de
millones de personas? Yo
recuerdo la polémica con La
guerra de las galaxias. Hoy ya es
una película de culto, pero en su
37
momento era despreciada por ser
ciencia ficción. Oiga, si lo ven
millones de personas a lo mejor
no es tan malo. Creo que los
intelectuales y los que
representan la cultura deberían
plantearse eso: si una obra es
masiva, a lo mejor no es tan
mala. No sólo pueden ser los
sumos sacerdotes de lo
culturalmente correcto los que
deben establecer el canon, sino
que el canon lo da el que la gente
compre el producto. A veces se
ha hecho un cine pensando más
en complacer los gustos de los
“amiguetes” que en complacer a
la gente que ha de pagar la
entrada para ir al cine en cada
momento, que es distinta porque
el precio del cine evoluciona.
Sube, más bien.
Claro, normalmente sube, no baja.
Todo sube.
¿Usted
ve
películas
españolas?
Normalmente yo las veo en DVD
en casa. No voy mucho al cine,
porque mis horarios son bastante
malos. Los cines no se adaptan a
mis horarios de cierre del
periódico. El día que se adapten,
podré ir. Bromas aparte, veo cine,
pero no demasiado. El sistema de
cine español donde la idea es
pintar a la derecha como unos
cavernícolas, por hacer una
caricatura, y con una serie de
tópicos lleva a que vista una,
vistas todas. Ya no me aporta
demasiado. Y, además, prefiero la
lectura.
Dejando el cine español, ¿en
general qué género le gusta,
como entretenimiento?
Soy bastante ecléctico, me gustan
casi todos. De hecho tengo
también, está mal que lo diga,
una colección de películas y de
series de televisión muy amplia.
Compro casi todo lo que sale.
Depende del día, me apetece ver
una cosa u otra. A veces me
divierte ver películas de acción,
me divierte ver dramas, me
divierte mucho la comedia
americana de los años 50 y 60,
con grandísimos actores; pero
también me gustan las películas
de acción, ya te digo. O cuando
estoy con mis hijas, veo
determinadas películas. Y luego
me gustan mucho las series.
¿Las
series
estadounidenses?
Sí, me gustan mucho. A veces
también me divierte ver series de
los años 50 o 60. Cuando ves
las series de ciencia ficción de
esa época, y ves cómo han
avanzado la tecnología y los
efectos
especiales,
es
interesante. Ayer veía una serie
que es la versión antigua de
Battlestar Galactica, y resulta
muy gracioso ver determinados
efectos especiales, como por
ejemplo hacer que alguien
parezca el Diablo. Hace gracia,
sobre todo comparado con la
capacidad tecnológica que
tenemos ahora, con la que se
hacen maravillas.
¿Ha visto The Wire?
The Wire me encanta. Es una de
las grandes series. Hay quien
dice que es la mejor, aunque eso
me parece una tontería. Hay
tantas tan buenas que es
imposible decir cuál es la mejor.
Es como cuando preguntan:
“¿Cuál es tu libro favorito?” Me
parece una pregunta tonta, hay
tantos que no soy capaz de
elegir. O cuando preguntan:
“¿Qué libro estás leyendo?” Yo
siempre leo varios libros a la vez,
nunca he leído uno solo. Tengo
varios abiertos. Esta mañana he
cogido uno que hacía tiempo que
no tenía, porque lo había
perdido. Es de Joan Reglá,
Estudio sobre los moriscos. Queda
un poco friki, pero es como
cuando la gente dice: “¡Hombre,
el Quijote! Qué bueno es el
Quijote“, y yo me pregunto: ¿lo
habrán leído? Como Guerra y paz
de Tolstói. Parece que hay que
decir que te gustan esos libros.
Por ejemplo, a mí me gusta
Shakespeare representado, pero
en cambio leer teatro nunca me
ha divertido mucho. Pero para
parecer culto e inteligente tienes
que decir que lees a
Shakespeare.
Pues
fíjese,
a
mí
Shakespeare me parece muy
divertido incluso leído.
Yo, en cambio, tengo menos
afición a leer teatro. Te entiendo,
y lo puedo hasta compartir, pero
no me gusta mucho leer teatro.
Prefiero verlo.
¿Qué es lo último que ha
visto en teatro?
Uf, hace muchísimos años que no
he visto teatro. Puede hacer diez
años. Tengo el mismo problema
que con el cine. Mira, el otro día
hablaba con un amigo sobre la
pereza de ir a ver teatro ahora
que te lo modernizan y te lo
reconvierten. Hablábamos de El
caballero de Olmedo reconvertido
en una obra con actores con
vestimenta actual. Si quieres ver a
Lope de Vega, o a Shakespeare o
a quien sea, lo quieres ver de la
época suya, no disfrazado de
época moderna y reconvertido.
Hay clásicos como Romeo y
Julieta, o determinadas óperas,
que si están reconvertidos se
convierten en las elucubraciones
psicodélicas
de
actores
pretenciosos. Oiga, puede decir
que su obra está inspirada en
Lope de Vega. Si es así, vale.
Ponga que está inspirada, pero
no ponga que es de Lope de
Vega. Es más, Lope de Vega
38
abominaría de esa interpretación
de, por ejemplo, El caballero de
Olmedo.
Quizá tenga que ver con el
presupuesto. Es más costoso
vestirse de época.
No, no, al revés, es más barato.
Ten en cuenta que para vestirte
de época hay un atrezzo ya
hecho, con miles de piezas. Yo
creo que se trata de reescribir las
obras. Hay algunos directores a
los que les gusta El caballero de
Olmedo y lo hacen como ellos
creen que debería interpretarse.
Oiga, no, hágalo como es. Ya se
trata de una obra cumbre, Lope
de Vega es magnífico en todas
sus obras, no es necesario que
nadie se invente nada. Lo mismo
que ocurre con Shakespeare.
Cuando se hacen las versiones
modernas de Ricardo III…
Ricardo III está muy bien, lo
mismo que Otelo, Hamlet, El
sueño de una noche de verano…
Todas ellas son redondas, no hay
que aportar más.
Hace poco veía Julio César y
ocurría lo que dice usted, la
ambientación
estaba
modernizada.
No es necesario, Julio César es
una obra lo suficientemente
potente como para que hagan
ninguna
barbaridad
de
reconvertirla no se sabe muy bien
en qué. Déjelo, déjelo.
Hablemos de prensa. Cuando
lee el periódico por la mañana,
¿qué columnas le gusta leer?
Aparte de las de La Razón,
claro.
Mi periódico normalmente lo leo el
día anterior. Y con respecto al
resto, la verdad es que no soy
buen consumidor de prensa
porque los leo todos. Bueno, los
ojeo. Leerlos todos sería
imposible. Por tanto, yo no soy un
buen lector de prensa en el
sentido de que no tengo un diario
favorito, aparte del mío.
Quizá un autor.
Tampoco. Hay mucha gente que
me interesa, pero a veces no me
interesan. Llega un momento en
el
que,
cuando
estás
hiperinformado, como es mi caso,
es más complicado detenerte en
un columnista. Por supuesto,
tengo a los míos, pero no voy a
hacer propaganda de los míos
(ríe). Cada uno tiene su punto:
hay unos más ligeros, otros más
complicados… Hay de todo.
¿Qué le pareció la
destitución de Pedro J.?
Es una decisión empresarial. Yo
no entiendo muy bien cómo
alguien puede plantear este
asunto de una forma que no se
corresponde con la verdad. La
propia empresa ha dicho que
responde a un criterio
empresarial. Los directores de
periódico tenemos un ciclo de
vida. Esto no es una plaza en
propiedad fruto de una oposición.
Yo soy director de periódico, y
ahora soy el decano, llevo seis
años, pero llegará un día en el
que dejaré de estar. El día en el
que deje de estar aquí no lo
plantearé como si hubiese sido
una destitución política, ni pasaré
por ser un mártir de la libertad de
expresión. Te destituyen porque
llega un momento en el que
quieren poner a otro. ¿Por qué?
Porque quieren y ya está.
Y el ciclo de Pedro J. ha sido
más bien largo.
Hombre, él lleva de director
(piensa un momento) yo creo que
desde los 28 años. Lleva un
montón de años de director. No
está nada mal (ríe). Son etapas.
Yo siempre digo que hay que ir
ligero de equipaje. En el
momento en el que deje de ser
director, mi idea es dedicarme
más a la universidad. Y tan feliz y
contento. No me causa una
inquietud de decir: “¡Oh, qué
horror!”. No, cuando llegue,
llegará. Que conste que prefiero
jubilarme como director, pero no
depende de mí. No soy el dueño
del periódico.
¿Qué prefiere, la docencia o
39
el periodismo? ¿O es como
elegir entre mamá y papá?
Es como elegir entre mamá y
papá, porque las dos cosas me
gustan mucho. Yo disfruto
muchísimo dando clase, me lo
paso muy bien, y aquellos que
han sido alumnos míos saben que
es verdad que disfruto. No se
presenta la tesitura de tener que
elegir. Siempre he podido
compatibilizarlo, excepto en las
épocas en las que he ocupado
cargos públicos y legalmente era
incompatible. Pero siempre que
he dejado la vida pública he
vuelto rápidamente a dar clases, y
muy bien.
¿Qué noticia ha disfrutado
más dando?
Uf, esa sí que es una pregunta
difícil, porque hay tantas…
Siempre las noticias positivas son
las que te generan una mayor
satisfacción. Yo quiero poder
escribir la noticia de la salida de
la crisis, aunque ya estamos
saliendo de ella, hemos dejado
atrás la recesión. Es una noticia
importante, pero no por nada
político, sino por la gente. Hay
gente que lo pasa muy mal, que
sufre, y me gustaría poder decir
que estamos en los niveles de
paro que debería tener España:
menos del 10%. Sabes que hay
un paro técnico porque siempre
hay gente que está cambiando
de trabajo, pero que sea algo
asumible.
Que no sea un 25 o un 27%.
Bueno, pero ese es un dato falso
por la economía sumergida. El
paro real de España debe de
estar en el 13 o el 14%. Un 25%
significaría una situación de
guerra civil, de rebelión en las
calles. Sería una situación peor
que angustiosa. Sí que hay gente
que sufre mucho y hay mucho
dolor, pero es muy malo
generalizar. Puedes parecer
frívolo
o
excesivamente
dogmático. Ni la situación es tan
trágica ni desastrosa como dicen
algunos ni tan buena como otros
querrían. Es algo intermedio.
¿Qué importancia le da en el
periodismo al surgimiento de
las redes sociales?
Forma parte del periodismo.
Ahora las redes sociales ya no
son un fenómeno al margen, sino
que todos estamos en Internet,
tenemos Facebook, Twitter… Es
decir, hay toda una sinergia
construida sobre ellas. Es verdad
que yo soy bastante escéptico en
el caso de Twitter, donde hay
gente energúmena que lo único
que hace es insultar y molestar,
por lo que pierdes el gusto.
Twitter estaría muy bien si la
gente lo utilizara de forma
correcta.
(Interrumpe un momento la
entrevista para pedir que bajen la
temperatura
del
aire
acondicionado).
Es que llevo muy mal el calor.
¿Gestiona usted en persona
su cuenta de Twitter?
(Duda un momento) No,
últimamente no. Pero como Pedro
J., o como todo el mundo.
Normalmente tienes gente que te
ayuda para cumplir con los
horarios. Si estás en medio de
una tertulia no puedes mandar la
portada. Eso lo hacemos
conjuntamente mi gente aquí y
yo. Pero vamos, todo el mundo lo
hace así, porque es normal. Hay
gente que te ayuda a gestionarlo,
pero lo gestionan contigo. Es lo
lógico y lo operativo. Los
políticos, los actores, etc, tienen
un equipo detrás que tuitea de
acuerdo a lo que tú autorizas o a
lo que es tu línea.
Respecto a la prensa escrita,
¿cuál es el futuro que tiene?
Yo soy de los que piensa que la
prensa escrita tiene un gran
futuro si somos capaces de
reciclarnos y de mantener el
pulso haciendo periódicos de
calidad, con buenos productos.
Siempre quedará una parte de la
población a la que le guste la
compra del periódico y la lectura
40
de las informaciones en un
periódico de papel. Habrá otros
que preferirán otro tipo de
soportes. Bueno, eso también
está bien. Estamos en una etapa
de enormes sinergias entre la
prensa de papel y el resto de
soportes.
¿Hay mucha diferencia entre
el Francisco Marhuenda de La
Sexta Noche y el Francisco
Marhuenda del día a día?
No, yo soy el mismo. Hombre,
eres más vehemente en
televisión, pero soy exactamente
el mismo. Yo defiendo lo que yo
creo. No defiendo aquello en lo
que no creo, ni hago de portavoz
de nadie. Si digo algo, es lo que
creo en conciencia y al cien por
cien. Además, yo soy libre, no
necesito complacer a un poder
político ni a nada. Eso me es
indiferente.
Hay
muchos
españoles que piensan como yo y
creen las mismas cosas que
defiendo en público.
(Aparece el técnico encargado de
arreglar el aire acondicionado).
Es cierto que las tertulias
son muy vehementes. Cuando
termina el programa, ¿se siguen
tirando los trastos a la cabeza o
se van de copas?
Yo no voy de copas con nadie
porque no bebo, pero sí que es
cierto que las relaciones son
cordiales por regla general.
Alguna vez se eleva el tono, y
hay veces en las que viene gente
a pedir disculpas, pero la relación
es
buena.
Normalmente
intentamos ser educados. Cada
uno defiende lo que defiende. Hay
gente que sobreactúa y a veces
te molesta, y determinadas cosas
no se pueden decir. Ha pasado
alguna vez. Pero bueno, bien.
Al aparecer en televisión, ¿se
preocupa por su imagen física o
le da igual?
No, me da igual. Tampoco tengo
un problema físico de estar muy
gordo o muy flaco, pero yo
considero que estoy bien, con lo
cual no me preocupa demasiado
(ríe).
Iñaki Gabilondo dice que sus
amigos le comentan que tiene
una mujer muy maja y que
debería conocerla, como broma
por el tiempo que está
trabajando. ¿Le pasa a usted?
Hombre, yo paso mucho tiempo
fuera de casa, efectivamente.
Pero también la vida te conduce
hacia donde te toca. Pero sí, mi
mujer es mucho más simpática
que yo y tiene más éxito, las
parejas de amigos nuestros la
encuentran simpatiquísima.
"Las dos subdirectoras
que he nombrado han
sido mujeres"
Cambiemos de tema. ¿Qué
música le gusta escuchar?
La verdad es que ahora escucho
poca música. La mayoría de lo
que escucho son radiofórmulas,
como Europa FM o Kiss FM. Pero
la música me gusta en general,
curiosamente. Me pasa un poco
como
con
la
pintura.
Evidentemente, hay unas cosas
que me gustan más que otras,
pero todo lo que es esfuerzo
artístico lo valoro mucho. Me
gusta mucho la música clásica,
pero también me gustan los
cantautores, o los Beatles. Lo
malo es que tengo muy mal oído,
por eso digo que me gusta la
música en general. Hombre, hay
cosas estridentes que no. Por
ejemplo, ¿cómo se llama? (Intenta
recordar un momento)… el rap. El
rap me gusta menos, me parece
repetitivo. Pero en cambio, me
gustan mucho los cantautores de
mi época: Paco Ibáñez, Víctor
Jara… Me gustan mucho.
¿Canta en la ducha?
No. Ni canto ni soy capaz de
utilizar un instrumento. A mí me
echaron del coro del colegio,
directamente. Me echaron del de
cantar al de los instrumentos y
del de los instrumentos a la calle,
por malo. Soy un desastre, no
tengo nada de oído.
¿Y respecto al deporte? ¿Le
gusta practicar algún deporte?
No, nada. Hace muchísimos años
que no hago nada de deporte.
Hubo una época de joven en la
que nadaba y hacía hockey sobre
patines pero no, ahora no hago
nada de deporte.
¿Y sigue alguno?
No, no me interesa. Nunca me ha
gustado mucho ver el deporte. El
deporte que más me gusta ver es
el atletismo, pero tampoco lo veo
nunca. Cuando hay Juegos
Olímpicos. Pero no me gusta el
fútbol, por ejemplo. Vamos, no
me interesa, no forma parte de
mis inquietudes, ni tampoco el
baloncesto, el balonmano, ni
nada.
¿Y los viajes? ¿Hay algún
viaje especial que querría hacer
y no ha hecho?
Bueno, eso sí. Tengo una lista
interminable de viajes que querría
hacer, que van unidos la Historia.
Me encantaría visitar los palacios
de los marajás y rajás indios,
visitar las ruinas de Angkor, de
los mayas, los puntos clave de la
Revolución americana, la huella
de los zares en Rusia… Es
interminable. Me hubiera gustado
ser arqueólogo, como a mucha
gente.
Dígame una comida concreta
para tomar un lugar concreto.
Huy, me encanta comer. Esa es
una pregunta complicada. Me
gusta mucho comer, y soy muy
41
ecléctico en eso. Me gusta desde
la tortilla de patata hasta las
angulas, pasando por la
merluza… Además, yo cocino
razonablemente bien, con lo cual
comer es algo importante para mí.
Alguna vez he participado en algo
muy divertido, un premio que
organizaba Mont Blanc, la marca
de plumas, que consistía en
proponer una comida y una
bebida inspirada en un escritor
concreto. Si era Dumas de la
época de Dumas, si era
Cervantes de la época de
Cervantes… y así sucesivamente.
Francis Scott Fitzgerald y la
decadencia del modo de vida
americano en los años 20… Son
comidas muy divertidas.
¿Qué comida la inspiraría El
Gran Gatsby? ¿O qué bebida?
Bebida sobre todo. Recuerdo que
fue una comida impresionante,
porque estaban los mejores
whiskies
de
Kentucky,
champagnes maravillosos… Y
luego el lujo. Sabéis que Francis
Scott Fitzgerald era un escritor
que se casó con una mujer
millonaria, enormemente rica, y
llevó una vida de lujo y de placer,
aunque también de dolor y de
crisis del matrimonio y de ellos
mismos, como seres humanos.
Como hemos hablado de
Shakespeare, ¿qué comida le
inspiraría Shakespeare?
Es una época de una comida
pesada, de pobreza, y las
comidas son básicamente guisos
y asados. Es muy británico.
Supongo que me inspiraría ese
tipo de comidas. Si lo asociamos
a Shakespeare, a Londres y a la
Inglaterra isabelina, tenemos
comidas pesaditas, regadas de
cerveza. No sé si es lo mejor para
mantener el tipo (ríe).
¿Probaría comidas exóticas,
por ejemplo asiáticas, del tipo
que a nosotros nos resultarían
repugnantes?
Los condicionantes culturales son
importantes, entonces es difícil
comer ciertas comidas. Yo he
estado en África y he comido
cosas exóticas, pero hay otras
comidas que me dan asco y
tampoco tengo ningún interés en
incisivo y es francamente… (Entra
en el despacho la subdirectora
Pilar Gómez, que se disculpa por
la interrupción y busca unos
documentos en la mesa de
trabajo). Esta es Pilar, es una
gran subdirectora. Nombrada
subdirectora por mí, por cierto,
para que quede claro que
"En el sistema de cine español la idea es pintar a la
derecha como unos cavernícolas"
probar. Ojos, insectos y cosas de
esas raras va a ser que no (hace
una mueca).
¿Qué le pareció África?
Muy bonita. Estuve recorriendo
Kenia, Seychelles, Marruecos… A
mí la verdad es que, como soy
una persona muy curiosa me
gusta casi todo, por no decir
todo. En cualquier país puedes
encontrar cosas atractivas,
incluso en los lugares más
inhóspitos o más modernos. Y
África es muy bonita. Yo entiendo
gente que se haya enamorado de
África y se haya quedado a vivir
allí, porque te dan ganas de
quedarte a vivir allí, con ese
clima tan peculiar… África,
además, es difícil porque es muy
grande. Estamos hablando de un
continente. Yo no conozco toda
África, obviamente. Pero por lo
que he visto, y por películas,
libros, etc., que hemos visto
todos sí podemos decir que es
una maravilla.
Con lo de las personas
enamoradas de África me
recuerda a Ébano, de Ryszard
Kapuscinski. ¿Qué le parece la
figura de Kapuscinski en el
periodismo del siglo XX?
Kapuscinski es un gran
periodista, que basa su trabajo en
el periodismo de realidad y en el
gran reportaje muy vivo y muy
asciendo a mujeres. (Pilar Gómez
encuentra lo que busca y
Marhuenda vuelve a la entrevista).
El siglo XX está lleno de grandes
escritores y grandes periodistas
con afición por escribir, por el
ensayo. Por tanto, es realmente
interesante. Es un periodismo
basado en meterte en los sitios,
entrar en profundidad, conocer. Y,
además, muchas veces con
riesgo de la propia vida, porque
muchas veces esos grandes
periodistas entraron en sitios y
escribieron en momentos en los
que no había Twitter ni nada.
Ahora mandas un tweet y dice:
“Estoy en peligro”. Antes eso no
existía. Aparecías y desparecías.
Si te enfrentabas a regímenes
totalitarios, te mataban y ya está.
Y vete luego a quejarte.
Ya que ha sacado usted el
tema anteriormente, ¿cuál es la
situación de la mujer en cuanto
al acceso a puestos de
responsabilidad en los medios
de comunicación?
Yo creo que es muy alto, más allá
de los tópicos que a veces se
barajan. Hay que tener en cuenta
que la mujer, desgraciadamente,
se incorpora tarde al mercado de
trabajo en el periodismo, pero ya
hemos visto a mujeres ocupando
cargos
de
máxima
responsabilidad. Yo creo que es
42
un ciclo normal. De hecho,
normalmente hay más chicas en
las aulas que chicos. Yo creo que
es normal. En los periódicos,
además, hay una igualdad
absoluta en los sueldos, no hay
una diferencia. No se cobra
menos, es mentira. Los periódicos
están muy reglados: un redactor
cobra como redactor, una
redactor jefe como redactor jefe…
A partir de ahí, hay absoluta
igualdad. De hecho, las dos
subdirectoras que he nombrado
han sido mujeres, casualmente.
Podrían haber sido hombres
también.
Todos
esos
componentes machistas, a estas
alturas de siglo XXI, me parecen
una payasada. Una mujer es
absolutamente igual que un
hombre, igual de bueno e igual de
malo. Hay periodistas hombres
buenos y malos, y periodistas
mujeres buenas y malas.
¿Ve cercano el ascenso de
una mujer a la dirección de un
gran rotativo en este país?
Cuando llegue, llegará. Creo que
a veces se le da un componente
emblemático. Yo, que soy padre
solo de hijas, preferiría que se
hablara de que un buen
periodista, indiferentemente de
que sea hombre o mujer, está al
frente de un gran periódico. A
veces parece que debemos
funcionar por cuota. Yo creo que
es un error, pero bueno. Hay
mujeres que se te echan al cuello
cuando dices eso, y te llaman
machista. No, yo no tengo ningún
problema, al revés: estaría
defendiendo egoístamente a mis
tres adoradas hijas. Pero yo creo
que hay que ir a una situación en
la que el hecho de que alguien
sea director dependa de la
persona, del grado de
compromiso o de muchos otros
aspectos.
Entiendo, entonces, que no
estaba de acuerdo con la
famosa Ley de Paridad del
Gobierno de Zapatero.
No, yo lo he dicho públicamente
muchas veces. Estoy totalmente
en contra de la Ley de Paridad.
Me parece un planteamiento
equivocado y de sobreactuación.
Luego la acaban incumpliendo. Es
un absurdo. Lo que hay que
intentar es buscar a los mejores.
Hay mujeres muy buenas,
mujeres malas y hombres buenos
y hombres malos. Pero también
ocurre una cosa: cada vez va a
ser más difícil fichar a los buenos
profesionales con los sueldos
miserables, y siento decirlo así de
cruel y de duro, que se cobran en
la política. Yo ya no estoy en
política, por lo tanto, puedo decir
la verdad. Cuando se quiere fichar
a un profesional brillante, que
cobra muchísimo en la vida
privada, y se le da un sueldo de
3000 euros, no acepta. Yo
entiendo que quien esté en paro
diga: “Es mucha dinero”. Pero
todo es proporcional: a tu
formación, al trabajo que tienes.
El sistema que a veces se
defiende de la igualdad por
debajo es malo, es un error. Hay
que igualar hacia arriba, hay que
conseguir que tengamos mejores
sueldos. Entonces, todo depende
de lo que tú quieras como modelo
de país. Si tú quieres un gobierno
donde la gente gane muy poco y
además los insultemos, pues
perfecto. Así nos irá, nos
hundiremos como país. Yo quiero
un país donde los ministros sean
gente
con
fuertes
incompatibilidades pero que
tengan un sueldo digno, un
sueldo que permita a gente de
cierto nivel mantenerse. Sin
grandes alharacas, sin grandes
excesos. Pero que nos parezca
bien que un ministro gane 3000
euros me parece increíble. Me
parece que tenemos un problema
como sociedad. Lo que debemos
hacer es ponerles sueldos como
tienen en Francia, por ejemplo.
¿Luego les exigiremos mucho?
Sí. ¿Que el régimen de
incompatibilidades sea muy duro?
De acuerdo. Pero que sea una
cosa digna. Esta idea de igualar
por abajo me parece un error
grave de la sociedad española.
¿Consideraría volver a la
vida política?
No, no lo tengo previsto. Yo estoy
encantado siendo director del
periódico.
(Recibe una llamada telefónica
que obliga a interrumpir la
entrevista y que lo tendrá ocupado
durante unos 15 minutos. Cuando
regresa, se disculpa y
proseguimos la entrevista).
Estamos
comprobando
ahora lo atareado que está, por
lo que nos gustaría saber cómo
es el día a día de un director de
periódico.
Es un día a día lleno de
imprevistos, lógicamente, de
reuniones
y
con
la
responsabilidad de trabajar con un
equipo para hacer un periódico…
(Vuelve a sonar el teléfono,
aunque esta vez atiende la
llamada en el mismo despacho. Se
acerca la hora en la que más
actividad hay en el periódico, y las
llamadas tienen que ver con las
informaciones que aparecerán al
día siguiente. Vuelve a
"La destitución de Pedro J. es una decisión empresarial"
43
disculparse,
visiblemente
consternado
por
las
interrupciones, y continuamos la
entrevista, que ya entra en su fase
final).
Estábamos con el día a día
del director de periódico.
Yo tengo la suerte de que duermo
muy poco, duermo cuatro horas
diarias y le saco mucho provecho
al tiempo. Esto me permite dar
clases, prepararlas, seguir
publicando, porque como profesor
has de mantener una vida
académica. Y luego mi dedicación
más completa es el periódico y
todo lo que significa, como es
normal.
Tenemos
muchas
reuniones, hay que atender
mucho el teléfono… Es la
actividad
normal,
pero
apasionante, de dirigir un
periódico. Cada día es distinto,
esa es la ventaja. Empiezas por
la mañana y no sabes cómo va a
desarrollarse el día.
Me gustaría acabar hablando
de la educación. ¿Cómo ve la
educación
en
España,
especialmente
a
nivel
universitario?
Yo creo que tiene que mejorar, y
mucho. Creo que la educación es
uno de los más graves problemas
de España, y además es una
lacra para la competitividad. La
educación es básica para
conseguir la igualdad. La igualdad
se consigue con educación, con
formación. Lo que nos hace
iguales no es determinadas
políticas, sino tener una buena
educación y la posibilidad de
recibir una buena formación y de
acceder a unas buenas carreras,
a una buena Formación
Profesional o a lo que uno quiera
hacer. Eso es lo que realmente
consigue, la igualdad. Ese es el
gran avance desde la sociedad
antigua a la sociedad moderna: la
extensión de la educación a
todos los niveles y todos los
sectores de la población. Una
persona acaba una carrera,
triunfa o no triunfa en la vida y
su origen social ni lo sabes ni te
importa. El éxito es fruto del
mérito, el esfuerzo y el sacrificio.
Y la universidad tiene que ser
mérito, esfuerzo y sacrificio
(golpea asertivamente la mesa
con el bolígrafo), porque no hay
otro camino. Nos equivocaremos
si no hacemos un sistema
universitario en el que a la
universidad se vaya a estudiar, a
sacar provecho, a esforzarse.
Todo lo demás es un error,
porque en el resto del mundo la
gente se está sacrificando y
esforzando. Nosotros ya no
vivimos en España, vivimos en el
mundo, en un mundo sin
fronteras. Es un mundo donde
hay que intentar tener no sólo
una carrera, sino intentar tener
dos, tener másters, hablar
idiomas, haber viajado… Todo
eso no te lo regalan. Y si te lo
regalan, mal, porque no estarás
preparado y eso se nota. Yo lo
siento muchas veces cuando se
montan huelgas, y protestas. Es
muy libre, por supuesto, que la
gente proteste, faltaría más. La
libertad ni la critico ni la
condiciono. Pero lo que quiero
transmitir es que es muy
importante que la gente entienda
que es un periodo fundamental,
el de la formación. Porque si no,
no vamos a ser competitivos y
llegará un universitario de
Francia, ahora que no hay
fronteras, y ocupará nuestro sitio,
porque estará mejor preparado.
Lo que hemos de hacer en la
universidad es aprovechar para
conseguir la mejor de las
formaciones.
¿Si fuese usted ministro de
Educación y tuviese la
posibilidad de implantar
medidas a largo plazo, cuáles
serían?
Yo creo que a la educación en
este país hay que darle la vuelta
como un calcetín. Empezar de
cero y hacer una reflexión
profunda de cómo creamos un
sistema universitario, y en general
educacional, que sea realmente
competitivo. Algunas cosas ya las
ha hecho este ministro y hay
otras cosas que, en mi opinión,
se tendrían que hacer. Hay que ir
hacia un modelo más anglosajón,
donde el acceso a las carreras y
el acceso a la docencia
universitaria se corresponda a la
búsqueda de los mejores y de la
competencia, y donde la idea de
una plaza fija y para siempre no
sea el elemento determinante en
la carrera de un profesor
universitario. Hemos de intentar
atraer a los mejores, hay que
implantar una formación continua,
la exigencia de una evolución
permanente del profesorado. La
educación es el futuro de una
sociedad. Es una de las
convicciones más firmes que
tengo. Como decía antes, se
avanza hacia la igualdad. Cuando
una sociedad tiene mejor
educación, más igual es. En eso
es en lo que deberíamos hacer
enormes esfuerzos. Y hay que
hacerlo con mentalidad a largo
plazo. Yo entiendo que en política
es difícil, porque el corto plazo es
el que te ocupa, por las
elecciones. Pero insisto, se han
hecho cosas, que sé que son
impopulares y la izquierda las
critica, pero la vida es sacrificio,
esfuerzo y sacrificio. No entiendo
cómo alguien no entiende algo
tan evidente como eso.
Clara Luquero
Por ISRAEL ARÁNGUEZ
“¿Para qué sirve el poder si no lo
usas para ayudar a quién más lo
necesita?”
Septiembre de 2014. Un mes de
resaca postvacacional, no solo
para todos los estudiantes y
trabajadores que deben volver a
sus muchas obligaciones; también
para los políticos. Políticos que en
los últimos tiempos parecen
haberse alejado del que debería
ser su única máxima: velar por los
derechos y libertades de todos y
cada uno de los ciudadanos que
componen nuestra querida
España. Con la renuncia de
Mariano Rajoy y los suyos a seguir
adelante con la reforma de la ley
electoral parece que las aguas han
vuelto a su curso. ¿Durante cuánto
tiempo? Nadie lo sabe; este
Gobierno tiene el don de
sorprendernos a todos cuando
menos lo esperamos.
Todos los días vemos, oímos y
escuchamos en los medios de
comunicación noticias de política
de ámbito nacional. Pero, ¿qué
pasa con los gobiernos locales de
las
pequeñas
ciudades?
¿Reproducen
los
mismos
esquemas que el gobierno
central? ¿Los alcaldes luchan por
satisfacer las necesidades de la
población o se dejan guiar por los
designios de su partido?
De la mano de Clara Luquero,
Alcaldesa de Segovia desde el 4
de abril de 2014 y militante del
PSOE, trataremos de responder a
estas y otras cuestiones.
¿Qué le parece la reforma de
la ley electoral que el Gobierno
pretendía llevar a cabo?
A mí me parecía inadmisible; y
me alegro muchísimo de que
hayan recapacitado y de
momento se quede sobre la
mesa. Me parece que es romper
las reglas del juego de una
manera unilateral y por intereses
puramente partidistas. Porque
todos sabemos que el Partido
Popular había hecho un análisis
de lo que podía suceder en las
elecciones municipales y por eso
había tomado esta decisión, que
es romper el sistema de pactos
políticos que imperó en la
Transición Española y con el que
se elaboraron las reglas del
juego. Todo estaba basado en el
consenso y en el pacto político y
esto habría sido romper aquel
espíritu de la Transición del que
siempre hemos presumido los
españoles. Yo creo que nuestro
sistema democrático durante 30
años ha funcionado bien, pero
después de tanto tiempo necesita
una revisión y una serie de
reformas, no solo en la ley
electoral, sino en muchos
aspectos, como el Senado. Pero
creo que se debe hacer con
tiempo, por consenso y de una
manera muy meditada, no “aquí te
pillo y aquí te mato”.
¿Tiene algo que ver el
“efecto Podemos”? ¿Teme el
Gobierno que lleguen a las
alcaldías?
No lo sé, sinceramente. Estamos
viviendo unos momentos bastante
difíciles tras la crisis, momentos
en que muchas personas están
desesperanzadas y buscan una
ilusión, una esperanza. Esto
quiere decir que todo lo que es
populista y utópico tiene demanda
entre la ciudadanía, esta es la
verdad. Yo creo que hay un
porcentaje de las cosas que
plantea Podemos que son
perfectamente asumibles y que
comparte con un planteamiento
progresista; y creo que hay un
porcentaje importante que es
puramente utópico, incluso pienso
que los líderes lo saben
perfectamente. Eso de “cancelo la
deuda exterior de España y no la
pago” es inviable, porque
significaría la quiebra del Estado,
de golpe dos millones de parados
más, más todo lo secundario.
Todo eso es inviable y ellos lo
saben. Pero han hecho un
ejercicio de populismo y de
utopía en el mejor de los casos,
al que los ciudadanos se han
aferrado.
Esto me recuerda a mi mucho
a lo que en historia llamábamos
“los milenarismos”. Eran las
épocas en los siglos de miseria,
de malas cosechas, de
hambrunas tremendas, de
epidemias que masacraban la
población, que la diezmaban;
surgían entonces movimientos
con un sentimiento religioso, los
milenarismos, que provocaban
movimientos sociales y a los que
todo el mundo se agarraba.
¿Por qué el PSOE no ha
sabido
liderar
esos
movimientos? ¿Qué le falta?
Lo primero que tenemos que
tener claro es que todos los
derechos sociales, todo eso que
las mareas han salido a defender
en la calle, las ha creado el
partido socialista. La educación
universal, la sanidad universal, la
ley de dependencia, la ley contra
la violencia de género, los
derechos
sociales
más
importantes en este país, los
crearon gobiernos socialistas,
sean de Felipe González o de
Zapatero. Y esto es una verdad
incuestionable. Dicho esto, hemos
cometido errores. La crisis nos
pilló a traspiés a todos; era una
crisis incierta, que ni los
economistas habían pronosticado,
ni los gobernantes sabían
resolver. Era una crisis que
cambiaba cada día y entonces se
tomaban medidas que quedaban
desbordadas. Por ejemplo,
gracias al plan E de Zapatero,
muchos ayuntamientos atendimos
a necesidades viejas, a
necesidades
de
nuestros
ciudadanos.
Supuso
una
inyección que de alguna manera
generó puestos de trabajo, pero
claro fue algo que lo resolvió
puntualmente. Si esa cara de la
crisis hubiera sido algo más
coyuntural, habría sido una
solución para salir del bache.
Pero como era verdaderamente
estructural y un problema muy
serio, palió las circunstancias dos
años, pero no consiguió el fin que
buenamente se buscaba.
También hay que tener en
cuenta que la sociedad en la que
vivimos está moviéndose bajo
nuestros pies. Los cimientos que
46
han sustentado esta sociedad
durante 30 años de democracia,
convulsionan. Hay que cambiar
de esquemas, hay que cambiar
liderazgos, hay que cambiarlo
todo para adaptarnos a los
nuevos tiempos; y en ese proceso
estamos.
¿Le
preocupa
la
fragmentación de la izquierda?
En este país, la derecha siempre
ha estado aglutinada; porque
dentro del Partido Popular está
desde la extrema derecha más
reaccionaria
hasta
la
centroderecha
moderada;
mientras que las fuerzas de
izquierda, siempre hemos estado
fragmentadas. Quizá porque
dentro de las fuerzas progresistas
tendemos más al debate, a la
divergencia, a no asustarnos
mucho de que haya opiniones
encontradas. Siempre ha estado
fragmentada; ahora lo está aún
más, al aparecer fenómenos
como Podemos.
"Durante muchos años
hemos sido invisibles
para el gobierno
regional"
Me preocupa que a quien le
salga bien el surgimiento de
Podemos sea al PP. El Partido
Socialista tiene que reaccionar,
consolidar planteamientos con el
nuevo liderazgo. De no ser así,
siempre gobernaría el PP y sería
algo terrible.
Se están
mercantilizando los derechos; no
prima el derecho a la salud,
priman los recursos económicos.
En los propios debates del
ayuntamiento,
nosotros
lo
notamos; es decir, el PP habla en
términos de empresa. Quieren la
rentabilidad de los servicios.
Vamos a ver, esta es una
administración pública. Nuestra
obligación es prestar a los
vecinos, a los ciudadanos los
mejores servicios públicos
posibles y nuestra rentabilidad es
social, no económica; porque si
pretendiéramos tener rentabilidad
económica, cada ciudadano que
se subiera al autobús tendría que
pagar diez euros.
No es que sea necesario un
PSOE como alternativa de
gobierno,
es
que
es
imprescindible.
¿Cómo dificulta la diferencia
de partido entre la Junta y el
Ayuntamiento de Segovia?
Lo dificulta todo, porque yo creo
que en esta comunidad y me
imagino que en otras partes de
nuestro país también, nos falta
cultura democrática. La cultura
democrática significa que una
cosa son los partidos y otra las
instituciones públicas. Los
partidos son vehículos, son
instrumentos que aglutinan a
personas que tienen una misma
forma o similar de entender, de
concebir la sociedad; y
plataformas para aglutinar todo
eso y llegar a las instituciones.
Pero una vez que asumimos
nuestra responsabilidad en las
instituciones, deben primar las
necesidades de los ciudadanos
por encima de los intereses de
partido.
Para mí es inadmisible e
incomprensible que por el hecho
de que gobierne a nivel regional
un partido y a nivel local otro, se
le vayan a negar determinados
apoyos, servicios, que son
básicos para la ciudad. Y yo lo he
vivido. Durante muchos años
hemos sido invisibles para el
gobierno regional. Por ejemplo, yo
lo he vivido en carne propia como
responsable de cultura estos 11
años anteriores: ninguna ayuda,
ningún apoyo. Todos los
proyectos que han nacido, ha sido
sin la ayuda de la Junta.
Recortes en Cultura
Fundación Don Juan de
Borbón.
47
Cuando el PSOE llegó al gobierno
municipal en el año 2003, la
aportación de la Junta a la
fundación de la que son patrones
desde el primer momento fue de
96.000 euros. En el año 2005,
cuando nadie había oído hablar
de crisis todavía ya lo habían
dejado en un 50%. Esto solo
obedece a que “yo no controlo”.
Ahora lo han recortado el 100%,
no hay nada.
Titirimundi, el estandarte
cultural de Segovia.
La Junta de Castilla y León en los
últimos años ha reducido su
presupuesto en un 70%. ¿Cómo
es posible que el festival de artes
escénicas más original y más
importante de nuestra comunidad
autónoma y uno de los más
importantes de España se deje
languidecer y al mismo tiempo se
crea un festival de circo en Ávila?
Si de verdad estamos en una
crisis que hace inviables muchos
proyectos, que no hay recursos
económicos, lo que es
incoherente es dejar languidecer a
un gran festival con 30 años de
existencia que está consolidado
para crear otro en otro sitio. Y sé
de lo que hablo, por haber sido
responsable de Cultura muchos
años; cada proyecto que
presentaba a la Junta era
recibido con un “no”.
No todo es malo, este año la
Junta colabora con el Hay
Festival.
evidentes con la literatura
universal (San Juan de la Cruz,
Antonio
Machado,
María
Zambrano…).
Una
ciudad
pequeña,
bien
situada
estratégicamente, cerca del
aeropuerto Madrid-Barajas; es
decir, en mitad de la península.
Nosotros no teníamos recursos
económicos. Pero en lugar de
decir “pues no podemos”, yo dije
“el ayuntamiento va a poner una
parte y el resto vamos a buscarlo”
y nos pusimos a trabajar.
Entonces gobernábamos nosotros
y yo conseguí apoyo en varias
direcciones
generales
del
Ministerio de Cultura, así como en
el Ministerio de Asuntos
Exteriores a través de
cooperación al desarrollo por la
cuestión de apoyar a artistas del
norte de África; hicimos bloques
de programación y buscamos
apoyos. La Diputación ha
ayudado siempre de forma
mínima, cediendo el teatro, pero
sin poner apoyos económicos; y
"Nuestro sistema democrático durante 30 años ha
funcionado bien, pero después de tanto tiempo
necesita una revisión y una serie de reformas, no
solo en la ley electoral, sino en muchos aspectos,
como el Senado"
En una etapa pusieron un poco
de dinero, durante la crisis
dejaron de apoyar y ahora
vuelven a contribuir. Hay Festival
es un modelo importado que
viene de Gales. Su director vino
a exponerme la idea a la
Concejalía de Cultura hace 10
años. Llegó un festival que tiene
un gran carácter literario a una
ciudad que tiene vínculos
la Junta apoyaba un poco; ahora
firmará un convenio.
Esa tan sonada frase de
“cuando se acercan las
elecciones, entran las prisas
para arreglarlo todo”, ¿qué tiene
de cierto?
Para mí, si todo se mide en clave
de campaña electoral, esta
comienza al día siguiente de
haber tomado posesión en el
48
gobierno de la ciudad. Nosotros
hemos trabajado a una velocidad
de vértigo siempre. Este equipo
de gobierno no descansa los fines
de semana. Estamos todo el
tiempo trabajando, porque en la
ciudad hay un montón de actos
sociales, culturales, deportivos,
populares…Los barrios quieren
que su ayuntamiento esté con
ellos. A parte de impulsar los
demandas. El 80% de las
personas querían autobuses
decentes. Cómo verían los
autobuses para decir ese adjetivo.
Nuestro primer reto fue ese.
La administración es muy lenta y
tardamos un año en llevarlo a
cabo. Pero al año estábamos
estrenando la mejor flota de
autobuses de España. Es verdad
que en estos años se ha ido
"Hay un porcentaje importante de las cosas que
plantea Podemos que es puramente utópico, incluso
pienso que los líderes lo saben perfectamente"
proyectos y de trabajar sin parar,
año tras año, nosotros hacemos
todo eso. Es verdad que cuando
llega la recta final uno quiere
concluir lo que está empezado y
en ese sentido sí que hay una
intensificación porque tú sabes
que caducas y tienes que dejar
finalizados los proyectos. Pero el
ritmo, la intensidad en el trabajo
por parte del gobierno de la
ciudad nunca ha cesado.
En este tiempo de mandato
socialista en la ciudad se han
hecho infinidad de cosas. Nos
encontramos cuando llegamos un
servicio
de
autobuses
tercermundista, nos traían los
autobuses que desechaban en
otras ciudades.
Salimos a la calle en aquella
campaña electoral (año 2003)
para que los ciudadanos nos
dijesen que es lo que querían
para mejorar su ciudad. La gente
apuntaba lo que quería para su
ciudad en unos cuadernos; a
cambio les ofrecíamos una flor. El
lema era “te cambio una idea por
una flor”. Yo estuve en el equipo
que transcribió todas esas
deteriorando, pero en eso
precisamente estamos trabajando,
en renovarlos. Hemos renovado
cinco autobuses y este año se
renovarán otros cinco, hasta
renovar la flota entera, porque de
golpe
es
inasumible
económicamente.
¿Cómo es un Pleno del
Ayuntamiento?
En un Pleno ordinario de Segovia
se llevan las tramitaciones
administrativas que han de ser
aprobadas en pleno, no todas,
pero sí las esenciales. Siempre
hay un ponente que suele ser el
concejal del equipo de gobierno
que lleva ese tema, que defiende,
explica el proyecto. Luego, la
oposición si está de acuerdo lo
apoya, o lo apoya con objeciones,
o directamente lo rechaza,
aunque sea bueno para la ciudad.
A mí me corresponde como
presidenta del Pleno, moderar los
debates, poner orden, hacer que
se cumpla el Reglamento.
¿Alguna aportación a nivel
personal?
Esta etapa, estos cinco meses
que llevo desarrollando la
responsabilidad como alcaldesa
de la ciudad, está siendo una de
las épocas más apasionantes e
intensas de mi vida; agradezco a
los ciudadanos que me den la
oportunidad de impulsar en el
equipo de gobierno proyectos
para ellos.
Por ejemplo, cuando llegan las
vacaciones y se cierran los
comedores escolares y los niños
de las familias que tienen
problemas económicos se
plantean “y qué va a pasar con
los niños cuyas familias no tienen
recursos económicos para darles
de comer”.
El equipo técnico dice que hay
que exigir a la administración
competente, que es la Junta de
Castilla y León, que contemple
ese problema. Y cuando tengo la
oportunidad, digo “no”. Porque si
yo exijo a la Junta, cuando me
responda habrá pasado un mes y
medio. Y con que solo haya un
niño que no tenga nada para
comer, ya es algo por lo que no
estoy dispuesta a pasar. Así que
se crean campamentos urbanos,
donde los niños puedan, a la vez
que divertirse con otros niños,
beneficiarse de una comida digna,
sin ser estigmatizados.
Eso es lo que me hace sentir
que el poder sirve para algo,
¿para qué quieres poder si no lo
usas para ayudar a quién lo
necesita?
Ramón Lobo
Por PABLO MARTÍN
“Yo siempre he querido contar
historias”
Son las 11 de la mañana de un día
lluvioso de diciembre. Hemos
quedado en la boca de Metro
Ópera, en el corazón de Madrid.
De repente aparece nuestro
entrevistado con un chubasquero y
sombrero de lluvia. Le pregunto
dónde quiere ir y el responde que
conoce una librería donde te sirven
café. Allá vamos. “¿Quiere usted
ponerse bajo el paraguas?” “No,
qué va. Desde que descubrí este
sombrero ya no uso paraguas”, me
dice.
Entramos en la nombrada librería y
tras un intercambio amigable y
cercano de comentarios con el
librero: “Dame una botella de agua
de esa catalana, por aquello del
boicot; y una chocolatina de esas,
por aquello de la dieta”,
comenzamos la entrevista.
Nuestro entrevistado es Ramón
Lobo Leyder nació en 1953 en
Venezuela. Su madre inglesa, su
padre español… Desde joven
quiso dedicarse a esto de contar
historias. Se le conoce en el
gremio por sus coberturas para El
País de la guerra de Bosnia, Sierra
Leona y otros muchos lugares.
Actualmente, y desde hace dos
años, trabaja de freelance,
colaborando con diversos medios
comoeldiario.es, Infolibre, El
Periódico de Cataluña, o la
Cadena Ser.
He leído un poco sobre sus
orígenes. En su página web
pone que tiene una madre
inglesa, un padre español (que
vivían en Venezuela), usted
nació en Venezuela, su abuela
es francesa y su abuelo
luxemburgués (aunque vivieron
toda su vida en Inglaterra) y
familia por toda Europa, ¿De
qué manera cree que le ha
influido tener una familia de tan
diversos lugares?
Mucho, yo creo que mucho,
porque claro, mi padre desde
pequeño no quería que me
hablaran en inglés, porque mi
padre era facha y además
antibritánico. Y claro, él creía que
era un sistema para que mi
madre y yo nos contáramos
cosas a sus espaldas, entonces
no le gustaba. Pero mi madre me
hablaba inglés a escondidas y yo
lo entendía. Iba los veranos a
casa de mis abuelos, las
conversaciones que escuchas,
escuchaba con 14 años la BBC…
A mi abuelo le gustaba mucho
leer el periódico, el Financial
Times, el Daily Telegraph, porque
ellos eran conservadores. Pues
claro, me voy educando en otro
tipo de conversaciones. Se habla
de Francia, de Holanda, de
Luxemburgo, de Bélgica o de
Alemania, la Segunda Guerra
Mundial. En este país no se
hablaba de nada, este país
estaba completamente asfixiado
con el franquismo. Para mí era
una ventana de luz. Fundamental.
¿Usted manejaba el idioma?
Es decir, ¿sabía hablarlo?
Sí, claro, yo entiendo el inglés
desde pequeño. Lo he entendido
siempre. Ahora mismo lo hablo
con acento español y mal, es
decir, yo no organizo bien, no sé
gramática porque nunca lo he
estudiado. Pero puedo decir lo
que quiero y entiendo
absolutamente todo, incluso en
acentos raros como puede ser el
escocés. Y leo todo en inglés.
Estoy todo el día leyendo cosas
en inglés. A veces, cuando he
estado leyendo cosas en inglés,
luego salgo a la calle, oigo
castellano y me sorprendo. Mi
cabeza está en inglés. Cuando
voy a Inglaterra, ya nada más
llegar sueño en inglés. Estoy
totalmente metido en el idioma.
Simplemente que no lo hablo
correctamente. Que eso no
importa, incluso es divertido. Los
franceses tienen acento francés…
pues qué le vamos a hacer.
Pero eso me dificulta mucho a
la hora de escribir. Puedo escribir
mails más o menos correctos,
pero no podría escribir un
reportaje. Eso para mí es una
gran limitación. Si tuviera que
modificar algo de mi vida,
52
modificaría eso. Si fuera
completamente bilingüe, que no lo
soy, estoy cerca, pero no lo soy,
sobre todo al escribir, podría
haber escrito para cualquier
periódico, y ahora, en la situación
de freelance en la que me
encuentro…
(David) Remnick, el director
del Newyorker, que me hizo una
entrevista, después de esta me
preguntó: “¿Tú escribes en
inglés?” Y yo fui sincero, le dije:
“no, yo puedo escribirte en inglés
los mails que te he escrito, si
tuviera que escribir un reportaje lo
escribiría en castellano y lo
mandaría traducir, pero no lo
podría escribir en inglés entero.
Lo podría intentar escribir, pero
sería en un idioma muy, muy
limitado y estaría lleno de errores.
¿Y qué le dijo cuando usted
le contestó eso?
Bueno, luego quedamos que
estaríamos en contacto, le hice
dos propuestas y no las aceptó.
Pero si hubiera escrito en inglés
perfectamente, podría haber
mandado reportajes en inglés, así
que eso me ha limitado al
universo español. No me ha ido
mal, pero podría haber tenido un
universo mucho más amplio.
También cuenta que se
matriculó en la Universidad
Complutense, pero que apenas
iba a clase, ¿Hasta qué punto
considera que se necesita
formación universitaria en este
mundillo del periodismo?
La formación universitaria yo creo
que siempre viene bien. Tampoco
es imprescindible, pero siempre
viene bien. La universidad es un
sitio que más o menos un día lo
definí, se lo dije a (José Álvarez)
Junco y le gustó la idea, como un
sitio donde te dan una mochila y
un pequeño mapa. Nada más. Y
tú eres el responsable de llenar la
mochila. Y ya no tanto una
mochila, incluso a veces te han
dicho cómo se buscan las cosas,
así que ya tienes una enorme
ventaja, pero las cosas las tienes
que buscar tú. Pensar que la
universidad te da todo es una
estupidez.
Pero sí, te supone una
apertura, una frescura… Hay
muchísimo mediocre, muchísimas
asignaturas inútiles. Pero siempre
encuentras alguien, que puede
ser un compañero, que te ayuda
a ampliar un poco la cabeza. Yo
quería ser periodista desde los
doce años, pero cuando llegó el
momento de estudiar cogí
periodismo porque me daba
miedo que se pidiera el carnet.
Porque había en esa época, el
año 1975 un run, run de que
había que hacerlo todo a través
de la universidad, la facultad, etc.
Yo no sé. A mí me ponía
bastante Derecho. Pero no
porque me interese para nada ser
abogado, pero es una carrera de
estas que te amueblan la cabeza.
No hay latín, no hay matemáticas,
que
son
dos
cosas
fundamentales. Me gustaba
Historia, pero había latín. Me
gustaba Filosofía, pero había
latín. Políticas no me lo planteé,
pero es otra carrera interesante
que te abre un poco la cabeza.
Sociología desde luego no, con lo
poco que estudié de sociología en
Periodismo ya fue suficiente. Y
decidí Periodismo. Empecé a
colaborar en seguida en la
agencia PYRESA, entonces iba
poco a clase.
Fueron cinco años en los que
no fui mucho, ya te digo, pero
tuve algunos encuentros con
profesores interesantes. La
mayoría eran muy malos y no me
aportaron nada o yo no supe
escucharles, pero hubo dos o tres
muy, muy interesantes que me
ayudaron bastante
Dice que empezó a colaborar
pronto, antes incluso de entrar
en la Facultad, pero no es fácil,
¿no? Cuando no tienes muchas
experiencia… Y los primeros
pasos de un periodista joven,
con vocación no son fáciles.
Esta siempre ha sido una
profesión que ha estado muy
jodida. Ahora está más, pero
siempre ha estado así, siempre
ha sido difícil. Antes no existían
los másters, no existían las
prácticas, había que tener
enchufe para trabajar en los
periódicos de verano. Yo
simplemente me encontré con un
amigo en Plaza Castilla, que su
padre era un alto directivo de
PYRESA, ese entramado de
medios de documentación del
franquismo y me dijo, “Ramón,
están cogiendo gente en
PYRESA. Ve. Pero ve ya con una
propuesta de entrevistas”. Fui y
hablé con un tío que era el
subdirector, que acababa de
empezar. Era muy joven, yo tenía
20 años y él tenía como 32-33
años.
Le llevé una lista de
entrevistas, él me dijo que sí a
algunas y la primera que hice fue
a Antonio Gala. Yo ya había
hecho dos o tres entrevistas
fallidas que no se habían
publicado, para Europa Press y
tal. Una con Julio Gutiérez Caba.
También le hice una a un torero,
que no le pregunté por la muerte
de su hermano. Yo ya conocía a
este torero desde los 9 años y me
dio vergüenza preguntarle por su
hermano. Coño, si le haces una
entrevista por la muerte de su
hermano, era bienvenida esa
pregunta, así que ni siquiera la
pasé ni la entregué a Europa
Press.
53
El caso es que le hice una
entrevista a Antonio Gala. El tío
habló muchísimo, yo le hice pocas
preguntas. Y ya cuando la
transcribí y la llevé. El primer
encuentro que tuve fue con él (el
subdirector). Claro, él no sabía si
yo llevaba colaborando o no,
entonces esta colaboración no
significaba nada. Pagaban una
mierda, creo que como un euro y
medio por texto.
Yo le llevé la entrevista y él la
tiró a la papelera delante de mí y
me dijo que la repitiera, que no
estaba bien. Yo le dije “pero si no
la ha leído”, y me contestó “es
imposible que esté bien.
Repítela”. Yo fui hacia un cubículo
de fotógrafos que estaba a tomar
por culo, pasadas todas las salas
de máquinas y me metí ahí y la
volví a escribir, ya hasta de
memoria. Y se la volví a llevar y
me dijo “Si quieres o la
corregimos juntos, o la publico
como está. Si la publico como
está y mañana no me gusta lo
que leo, no vuelves, ¿qué eliges?”
y le dije “pues corregirla”. La
corrigió y me dijo que era una
puta mierda, las comas, los
adjetivos no servían… todo
estaba mal, todo estaba rojo, todo
lleno de tachones. Le pregunté si
quería que la pasara a limpio y
me dijo “Hombre, claro, no la vas
a entregar así”. Total, volví al
cubículo, la volví a pasar y ya se
la llevé y se publicó. Y así
empecé mi colaboración con
PYRESA.
Luego este tío, hace años, a
través de Facebook, me dijo, “que
vas por ahí diciendo que fui un
buen jefe. Pero si yo no tenía ni
puta idea”. Y yo le dije, “pero tú
me enseñaste algo fundamental,
que no importaba cuántas veces
me ibas a tirar la entrevista a la
papelera, que yo iba a volver a
escribirla, porque yo quería ser
periodista”.
¿Y en qué momento de este
arranque o trayectoria inicial
decide que quiere ser
corresponsal de guerra?
Corresponsal de guerra… más
bien lo que a mí me gustaba era
Internacional. Lo que pasa es que
nunca me tocaba ahí. Me
mandaban hacer entrevistas a
actores, a futbolistas, a gente de
la tele… Estuve en Intercontinetal
haciendo guiones…
En Radio 80 fue la primera vez
que hice Internacional. Contaba
yo que venía de la BBC, me daba
muchísima vergüenza, y los
ejecutivos que había en el
momento estaban entusiasmados:
“¡¡Ha estado en el servicio de
exteriores de la BBC y le han
dejado hablar dos veces!!” – y
eso que había sido grabado-. No
sé, yo era “el de la BBC.” Maldito
el día que puse en el currículum
que había estado en la BBC,
porque aquí somos muy
exagerados.
Y eso, en Radio 80 empecé a
hacer Internacional. Y aunque era
al final del informativo, que solo
tenías tres o cuatro minutos, y
que nunca había tiempo para
esos tres o cuatro minutos, que al
final tenías que acortar todo en un
minuto yo, pues insistí, insistí,
insistí.
Descubrí todo esto (lo de
Internacional) en el año 80,
cuando estaba en el Heraldo de
Aragón, que hacía prácticas
mientras la mili. No eran prácticas
regulares, porque no iba todos los
días, iba cuando podía. Iba como
dos veces o tres veces a la
semana. Entonces, me sentaba
en la mesa de Internacional con
un tío que tenía los teletipos y yo
tenía que separar lo bueno de lo
malo. Yo se los enseñaba y él me
decía si sí, o si no, “este que te
has quitado, pues este sí. Quiero
20 líneas de cada uno”, y yo tenía
que subrayar las líneas de la
noticia, etc. Y un día, el redactor
jefe, que era como Dios, se me
acercó y me dijo “¿Alguien sabe
algo de Afganistán?”, y me cagué.
Y me repitió, “¿Has estado alguna
vez en Afganistán? Necesitamos
un especialista”. Y me mandó
hacer una entrevista a un
profesor. Y bueno, entrevistar a
ese profesor fue la leche. Sabía…
¡puf! Cuando terminé le dije, “¿Y
qué hay que hacer para saber
tanto?”. Y me dijo “Hay que tener
claro el marco. Lo demás son
perchas”. Y desde entonces dije
“¡Yo quiero hacer Internacional!”
Entonces claro, siempre me he
empeñado en hacer Internacional,
y en Radio 80, por ejemplo, yo era
54
un elemento muy secundario.
También hacía de realización,
hacía más cosas. Si hubiera
decidido hacer otro tipo de
información, habría tenido mucha
más visibilidad, pero no me
interesaba. La información
nacional siempre me ha
interesado como ciudadano, pero
como periodista no me interesa
nada.
Entonces le mandaron hacer
una entrevista sobre Afganistán.
Sí, además me llegó el tío y me
dijo “mira, te voy a mandar a tu
primer viaje”. Yo le iba a decir que
no podía viajar, que estaba
secuestrado por el Estado a
través del Ejército y que no tenía
pasaporte, lo tenía retenido. Y me
dijo “si lo que vas a hacer es
cruzar la calle, te vas a ir a la
Facultad de Derecho y vas a
entrevistar a este tío” y yo fui,
claro. Este tío era un experto en
toda la zona esta de Afganistán,
la India, Pakistán, y toda la zona
del centro de Asia. Y me pareció
un tipo fascinante.
¿Y no hay un momento en
que se dice – o le dicen- “Pues
voy a ir a esta zona donde hay
un conflicto”?
No, cuando estaba en Radio 80,
que era una mierda de emisora,
yo intento ir a Líbano, a la guerra
civil de Líbano. Hice la propuesta
y, obviamente, no me hicieron ni
puto caso. Primero porque no me
iban a pagar y segundo porque no
tenían ningún interés en tener un
tío allí que les estuviera
mandando crónicas, es decir, no
estaba en la frecuencia de la
emisora. La emisora hacía
informativos, pero su gran apuesta
eran sobre todo los conciertos,
que se emitían con una calidad de
música y una calidad de sonido
superior a lo que había en ese
momento. La emisora de Antena 3
también estaba en esa línea
cuando nació, pero la marca
Radio 80 era sobre todo la
calidad de la música, que era
muy buena. Por eso se convirtió
en M80.
Cuando cayó la dictadura
militar en Argentina e iban a
hacerse elecciones, sí les lié a
ellos y a una revista que era una
porquería –y ahora también- para
ir. No sé si era muy caro o no,
pero la estancia allí, con la
diferencia del Peso y tal, pues
salía barato. Y me fui allí como
diez o quince días. Y ese fue mi
primer y único viaje con ellos.
Claro, aunque era muy barato,
para estos medios de mierda
como quince años en llegar a
eso.
Yo a veces cuando voy a
hablar a la Facultad pues cuento
un poco como el currículum
rápido, porque a mí me costó
quince años estar en un sitio que
pagaran un poco más.
¿Qué motor interior le
llevaba a querer ir a esos sitios?
Contar historias. Yo siempre he
querido contar historias. A mí
siempre me ha fascinado al leer
el periódico, leer historias.
Historias con gente. Pero claro,
para contar las historias de la
gente, tienes que estar en los
sitios y hablar con la gente. El
otro día en un taller con
"Si a ti te ponen en una situación límite, es muy
probable que salga el asesino que todos tenemos
dentro"
pues fue un poco caro.
Y nunca más se planteó
ningún viaje ni yo me atreví. Para
ir a Líbano, por ejemplo, no me
atreví a dejar una porquería de
trabajo, que te pagaban 35.000
pesetas por trabajar un montón
de horas, sin contrato, ni
Seguridad Social, ni nada. No me
atreví a dejar eso.
Fue muchos años después,
cuando me iba a fichar El País,
en la conversación que tuve con
Miguel Ángel Bastenier y con
Luís Matías López, que iba a ser
mi jefe directo. Me preguntó Luis
“¿Pero tú estás dispuesto a irte a
Sarajevo?” Y dije “¡Coño! ¡Llevo
quince años esperando a que
alguien me diga esto!” Yo antes
había sido redactor jefe de
Internacional en El Sol, había
sido jefe de Internacional en La
Gaceta de los Negocios, que era
un periódico económico. Y claro,
yo no tenía ni puta idea. Y tardé
periodistas en Panamá les decía
“queda muy mal que lo diga, pero
yo en realidad escribo para mí”
pero para mí y estorbándome, es
decir: yo periodista, cuando
trabajo en la calle e investigo para
hacer mi reportaje y escribo,
siempre pienso: “Esto
como
lector, ¿me interesa cómo lo estoy
contando? No. ¡Pues no lo
cuentes así, gilipollas!” Tienes que
escribir pensando en el lector.
Entonces al final, me convierto en
lector para saber qué es lo que
quiero leer.
A mí me gusta contar
historias. La política nacional me
aburre. Además todo es política.
Fui un par de veces al Congreso
y una de ellas perdí la
acreditación. Es que no me
interesa, me aburre. ¿Sociedad?
Pues tampoco me gusta.
¿Deportes? Sí me gusta, pero
como espectador. ¿Local? Es que
local tiene poca importancia.
55
Bueno, ahora tiene más, pero en
el momento tenía muy poca
importancia. Local es una gran
escuela de reportajes, como lo era
en Estados Unidos el periodismo
de sucesos. Pero es que aquí no
había casi nada de ese
periodismo. Aquí era muy difícil
escribir y hablar. Internacional se
ha convertido en un sitio de
prestigio “claro, los de
Internacional viajan, no sé qué”.
Hombre, si estás en Internacional
en un periódico que paga viajes,
los normal es que vaya a guerras.
Porque hay guerras. ¡No vas a ir
a la playa! (Entre risas).
Y cuál fue su primera
impresión al llegar ahí al sitio de
conflicto (Sarajevo)
Pues de miedo. Yo antes había
ido a Irak un par de veces. Allí
hubo un bombardeo en el hotel
donde estaba yo alojado. Yo
estaba en información. Mataron a
dos tías con las que había estado
hablando, bastante impresionante.
Pero la primera guerra de verdad
es Bosnia.
Llegué a Sarajevo y cuando
bajaba del avión, iba con Kurt
Schork, un tipo con mucha
experiencia y con (Fernando)
Múgica, un tipo de mundo, que se
ha vuelto un poco loco con el 11M y la teoría de la conspiración,
pero es muy buen tío. Bueno,
pues él había estado en Vietnam
con 18 años. Entonces yo le dije
que lo que más miedo me daba
era que me mataran el primer día,
porque iba a quedar como un
gilipollas (Esto me lo dijo entre
carajadas). Él me dijo: “Bueno,
pues esa es una buena razón
para extremar las precauciones.”
Entonces, claro, vas ahí, lo ves
todo destruido y te acojonas. Y
dices, “ostras, tío, ¡qué hago yo
aquí!”.
También ha viajado por
África, Sudamérica, ¿De todos
los sitios en los que ha estado
cubriendo conflictos o haciendo
reportajes, con qué lugar se
siente más unido?
Bueno, en Sudamérica solo he
estado en Haití, dos veces, y el
primer viaje a Argentina, que no
cuenta.
Emocionalmente tengo Sierra
Leona. Allí he estado tres o
cuatro veces y las dos primeras
fueron emocionalmente muy
diversas. La primera porque un
niño que intentábamos salvar
Gervasio Sánchez y yo, no
pudimos, murió. Entonces claro,
eso se nos quedó marcado un
tiempo. Y la segunda porque
mataron a Miguel Gil, a un amigo
nuestro y a Kurt Schork. Y es un
país que me gusta. Ahora está
muy jodido por el Ébola, pero me
gusta. Me gusta la gente.
Ahora, cuando mira hacia
atrás, usted que has visto tanta
destrucción, muerte… incluso la
parte más animal del hombre…
¿A qué tiene miedo alguien que
ha visto tantas cosas?
A convertirte en un asesino, como
ellos. Porque la diferencia entre
alguien normal y un asesino es
muy pequeña. Y que la educación
y la cultura no te protegen. Que si
a ti te ponen en una situación
límite, es muy probable que salga
el asesino que todos tenemos
dentro. Nosotros somos gente
educada
porque
estamos
reprimidos por la cultura y la
educación. Porque no puedes
darle un guantazo a un tío por la
calle porque te ha adelantado y te
ha cerrado el paso; si un tío se te
cuela en el mercado no puedes
pegarle una paliza, pero muchas
veces te apetece pegarle una
paliza. Pues bueno, si estás en
una situación de impunidad total
absoluta y puedes pegarle una
paliza y que no te pase nada,
pues igual se la pegas.
Los asesinos son débiles
mentales, como uno que
entrevisté en Sarajevo, que había
violado y había degollado gente,
era un débil mental ¡Cómo le
habían comido el coco! Pero es
que aquí tú ves cómo hay gente
que te repite tonterías que han
oído por aquí o por allá, son
gente débiles mentales; gente que
no tienen ninguna fortaleza; gente
que depende de un grupo, de
hacer lo que les dicen. Este tipo
de personas es muy fácil que
puedan cometer barbaridades.
Incluso los que nos consideramos
educados, que estamos fuera de
un grupo no estamos a salvo, no
estamos a salvo nadie. La
diferencia entre el héroe y el
asesino es muy pequeña.
También depende de quién gana
la guerra. Si ganas tú la guerra,
todos tus asesinos son héroes…
”La historia la escriben los
vencedores”, que diría aquel…
Sí, exacto. Y todos los héroes del
contrario son asesinos. Y muchas
veces depende de la dirección a
la que corres. El héroe y el
cobarde actúan por lo mismo, por
impulso del miedo, solo que el
héroe corre hacia las trincheras
enemigas y el cobarde corre hacia
su casa. Pero el impulso de correr
es el mismo, es el miedo.
Y claro, respecto a lo de que
la historia la escriben los
vencedores. El papel del
corresponsal es dar a conocer
que no todos son héroes, ni
todos son villanos.
Me gustan los perdedores. El otro
día estaba en una escuela de
letras dando una charla y les
decía que yo no creo en la
objetividad. Creo que es una de
las grandes falacias del
periodismo. Es mentira, y hay que
56
denunciarlo de una puta vez. Y
hay un montón de gente dando
clase y viviendo de la objetividad.
Es mentira, porque ninguno
somos objetivos. Todos somos
subjetivos. Yo tengo una
educación, una familia, unas
lecturas, unos amigos, que me
hacen ver la vida de una forma
distinta de otra persona que ha
vivido otra situación. Incluso gente
que ha vivido lo mismo tienen
visiones distintas porque somos
singulares.
Lo que tú tienes que ser es
honesto, que es distinto. Yo, al
ser subjetivo tengo una visión
ideológica de la vida, aunque no
creo que deba seguir una forma
ideológica, pero sí selecciono los
temas de una forma ideológica. A
mí me interesan mucho más las
víctimas que los verdugos, eso es
una apuesta ideológica; a mí me
interesan los Derechos Humanos,
eso es una apuesta ideológica.
Estoy en contra de la gente que
tiene armas y sobre todo de los
guerrilleros, los ejércitos que
abusan… todo eso me molesta.
Los tíos estos que pegan a las
tías, yo estoy con las tías, no con
los tíos. Todo eso son apuestas
ideológica. Entonces, si yo quiero
hacer una cuestión sobre violencia
de género, yo lo voy a hacer
sobre las víctimas, no lo voy a
hacer desde el punto de vista del
que pega. Es que el punto de
vista del que pega no me interesa,
pero vamos, no me interesa ni
para decoración. Es que no se me
ocurre ir a hablar con un tío que
pega a su novia. Que igual es un
error. Igual habría que hablar con
alguno de estos…
Entonces, cuando voy a una
guerra, a mí lo que me interesa
son las víctimas. Pero lo que no
puedes olvidar nunca es que hay
víctimas en los dos lados. No
puedes tomar partido por unas
víctimas, porque te estás
equivocando. Por ejemplo, el
conflicto Palestina-Israel, un
conflicto permanente, si tú solo
ves víctimas en uno de los lados
te estás equivocando. De
acuerdo, las víctimas del otro son
muy relativas, pero igual las
víctimas del otro no son las
víctimas de los cohetes de
Hamás, igual las víctimas son las
víctimas de la manipulación de
su gobierno; son las víctimas de
la utilización constante del
Holocausto. Hay una especie de
violencia constante ahí, de
recuerdo de violencia que justifica
la violencia que, al final, hace a
todo el mundo víctima de la
violencia. Tienes que abrir mucho
más el foco.
Después la manera de escribir de
una forma en la que tú permitas
al lector sacar conclusiones
distintas. Por ejemplo, en un
perfil que hice a Netanyahu, pues
habrá gente que le habrá
encantado y que habrá pensado
que Netanyahu es un hijo de
puta, asesino de mierda; y habrá
gente que haya dicho “coño, este
es un tío inteligente que tiene un
plan”, pero porque yo no digo
nunca que este es un tío
inteligente y que tiene un plan,
pues la gente que es
completamente pro-Palestina y
que ve Korea del Norte TV, pues
me ataca. Si tú piensas que todo
el que no piensa como tú es
imbécil, vas a perder siempre,
porque el que está enfrente igual
no es imbécil. Es muy fácil y muy
divertido reírnos de Rajoy y
hacerle una caricatura. Pero
detrás de esa caricatura hay un
tío que no es idiota. Será un hijo
de puta, pero no es idiota.
Ha llegado a ser Presidente…
Claro. Pero es que esa es la
tendencia. En este país somos
súper sectarios. La izquierda es
muy sectaria. Negar a los otros
valores no te hace a ti mejor.
A lo mejor antes los
reporteros de guerra teníais una
mayor cobertura de los medios
que ahora, ¿cómo ves la
situación de los reporteros
actualmente?
Muy difícil. Antes los que iban a
guerras eran casi todos de
plantillas. Estabas protegido por
un medio que te pagaba todos los
meses escribieras o no
escribieras, y además había
seguros –yo siempre tuve seguros
de vida-, el chaleco antibalas,
había una concienciación de eso.
El País incluso llegaba a acuerdos
de las condiciones en las que se
debía ir, que si querías trabajar
para ellos tenía que ser en unas
condiciones.
Pero es que ahora todo eso ha
desaparecido. Ahora la mayoría
de los que están en las guerras
son freelance. Un freelance es un
tipo, o una tipa que no tiene
garantía de nada. Primero no
tiene garantía de que la van a
pagar un sueldo, por supuesto; ni
tienes garantía de que te van a
pagar bien por tu crónica, ahora te
pagan cincuenta euros por una
crónica que mandas desde Siria,
que te estás jugando las pelotas;
tampoco tienes garantía ni
"En este país somos súper sectarios. La izquierda es muy sectaria. Negar a los
otros valores no te hace a ti mejor"
siquiera de si te va a coger el
teléfono el jefe para ver qué es lo
que tienes; y tampoco tienes
garantía de que te van a publicar
respetando tu trabajo. De
acuerdo, hay muchos freelance
que escriben una mierda de
trabajo y hay que reescribírselo y
bueno, gracias a que está ahí,
pero eso es otra cosa, pero hay
que respetar el trabajo.
Yo no creo que tengamos una
cultura respecto del freelance, ni
creo que el freelance tenga una
cultura sobre como colocar su
trabajo en España. En Inglaterra
es más fácil. Allí siempre ha
existido una parte muy potente de
freelance, incluso en las
asociaciones de periodistas está
protegida la figura del freelance y
hay una especie de código ético y
el compromiso de los medios, etc.
Aquí no te pagan una mierda. Si
un tío te manda una crónica de
Coslada y le pagas cincuenta
euros y otro te manda una de
Siria y le pagas cincuenta euros…
pues no, eso no es así. No ya por
el peligro, sino porque irte a Siria
te ha costado una pasta.
Antes lo que se hacía, sobre
todo en el periodismo anglosajón
eran los llamados asignment,
sobre todo se daba con
fotógrafos. Si tú eras un fotógrafo
freelance, te llamaba una agencia
y te decía “queremos que vayas a
Bosnia un mes y te pagamos los
gastos y dos mil o tres mil euros.
A cambio nos tienes que dar 40
fotos”, entonces yo no tengo
ninguna relación contigo, se
acaba ese mes, se entregan esas
fotografías y ya está, ya no quiero
saber nada de ti. Eso es una
relación estable y razonable con
un freelance. Eso posiblemente no
se haga nunca en España.
¿Podría resumir un poco
cómo era su visión de estos
conflictos antes de haber estado
en ellos y ahora?
Bueno, el cuadro general no
cambia mucho. El marco general
lo tengo, porque leo mucho.
Cuando vas sobre el terreno
tienes un marco más concreto
porque vas preguntando aquí y
allá y te vas dibujando el tuyo
para ir colgando todo lo que vas
descubriendo. Lo que sí te llena
es de voces. Desde aquí se tiene
un marco mudo, que además
puede tener errores o matices, no
graves si es un estudio
universitario o un artículo, pero le
faltan voces. Pero en cambio
cuando estás ahí sobre el terreno
se modifica ligeramente, pero esa
pequeña modificación a veces es
importante. Todo lo llenas de
voces, de emociones.
¿Cuál es la diferencia? Sobre
todo eso, las voces, las
emociones, toda la gente que te
ha llenado de vida el marco
intelectual, que no tenía vida.
Pero la visión que yo tenía de
conflictos como Sierra Leona no
me ha variado después, lo que sí
ha variado es la gente que hay
dentro que me la ha llenado de
vida.
Ahora está en otra etapa en la
que se dedica a otro tipo de
periodismo, ya tiene un nombre,
ha trabajado en muchos sitios
de bastante prestigio… ¿Se
siente más cómodo ahora que
anteriormente?
Bueno, igual. Han pasado dos
años del ERE de El País. Hay una
cosa que es muy importante: el
tiempo. Cuando lo tienes
organizado, que tienes que ir a la
redacción y tienes unos horarios y
un jefe que no te cambia el fin de
semana cuando tienes algo…
Cuando pierdes el trabajo, lo
primero que te queda es un
enorme vacío, ¿qué hago con
todo este tiempo? Lo vives como
una situación muy agresiva, pero
eso luego se pasa. Acabas
controlando el tiempo y te das
cuenta de que el tiempo es tuyo.
El tiempo es la posibilidad de
usarlo o perderlo. Es la expresión
máxima de libertad. Yo me levanto
por la mañana y puedo decidir si
me ducho o no me ducho. Tengo
que hacer una serie de trabajos
cada semana que tengo que
entregar en unas fechas y yo me
lo organizo. ¿Que echo de menos
los viajes? Sí, pero ahora voy a
hacer cuatro, a partir de enero,
con Médicos Sin Fronteras, que
vamos a publicarlos en El
Periódico de Cataluña y en
algunos sitios más.
También quería dar la vuelta al
mundo el año que viene, pero he
decidido que no porque tiene
pinta de ser muy interesante
políticamente. Me voy a esperar.
Pero el año que viene quiero
hacer un viaje especial y el que
tengo más en la cabeza es Los
Balcanes. Se van a celebrar los
20 años del final de la guerra y
quiero ir. No limitarme solo a
Serbia y Bosnia, que ya los
conozco, sino ir a Bulgaria,
Rumanía, quizás Turquía, por el
Mar Negro y yo que sé acabar en
Crimea, ahí con una camioneta y
eso, a ver qué pasa. Uno me
decía que si vamos en tiendas de
campaña y yo diciéndole, “yo te
lavo los calzoncillos y tú me
montas la tienda, porque yo no
tengo ni puta idea.”(Esto lo decía
con una mezcla de emoción y
cachondeo)
También esta situación le da
menos estabilidad, ¿no?
Sí, yo tengo cuatro cosas. Si falla
una, la mesa se cae, pero bueno,
se puede intentar limar las otras
patas o buscar otra. También
estoy cerca de la jubilación, el
año que viene cumplo 60 y estoy
a seis de la jubilación. En un
principio no tengo ninguna
intención de jubilarme, pero es
una opción que está ahí. Porque
la jubilación es un derecho, no
una obligación.
Mi situación es un lío. Sobre
todo un lío burocrático. Cuando
estás en una plantilla, casi todos
los papeles fluyen. Cuando sales
de ahí el paro es un puto lío.
Aquí hay dos carriles: el carril A y
el carril B. En el momento en que
tú vas por el carril C, la has
cagado, porque nadie sabe nada.
Y yo estoy en el carril C y es un
lio de papeles tremendo, con el
INEM, la Seguridad Social. Este
es un país en el cual, si quieres
hacer las cosas bien, no se
puede. Todo está organizado
para que te saltes las normas.
Todo lo que es lógico, aquí es
imposible. Entonces al final lo
único que queda es defraudar.
Todo es una invitación al fraude,
porque aquí defraudar es muy
fácil y hacer las cosas bien es
muy difícil.
Todo eso lo vives cuando
sales del transatlántico, que te
das cuenta de que las aguas se
mueven, te sientes más
desprotegido. También cuando
estás en un grupo tienes la
sensación de pertenencia. No es
que te sientas protegido, porque
nadie lo está, pero te sientes
parte de algo. Yo me salí del
grupo de mi familia, porque son
fachas y me cuesta mantener una
relación con ellos, excepto con mi
madre; ahora me he salido del
grupo del periódico, entonces a
veces te paras y dices ¿quién
soy? Siempre he sido muy
individualista, con lo cual tampoco
he tenido problemas, pero te
sientes desprotegido. Me ha
funcionado lo que llama
Lafontaine la marca personal.
Llevo muchos años haciendo este
trabajo, 20 años haciendo trabajos
en sitios conflictivos y demás que
te dan cierto prestigio. Eso a mí
me ha ayudado mucho.
El primer jefe que tuve me
59
decía siempre –este me llamaba
siempre por los dos apellidos-:
“Lobo Leyder, te voy a dar un
consejo. Mejor dos. Cuando estés
jodido en este trabajo no te
preocupes, porque es un tobogán.
Cuando bajes no te preocupes,
porque subirás; y cuando subas
no te alegres, porque bajarás y
cuando subas y bajes, saluda
siempre”. Yo he hecho
exactamente eso, la he subido y
bajado varias veces y cada vez
que lo he hecho, he saludado a
todo el mundo. Entonces, ahora la
última vez que la he bajado, que
ha sido rodando, me encuentro
con muchas manos, mucha gente
que te ayuda. Pero el que ha sido
un hijo de puta que empieza a
subir y empieza a despreciar, está
absolutamente solo. Incluso me
han salido muchas cosas y hay
otras a las que he tenido que
decir que no. Son pequeñas
cosas, pequeños salarios que
todo junto no llega a lo que
ganaba en El País, pero sí lo
suficiente para lo que necesito:
tengo la casa pagada, no tengo
hijos… no tengo problema.
¿Cómo ve los medios de
comunicación actualmente en
España? Tienen una especie de
falta de legitimidad, sobre todo
de la prensa…
Sí, a la prensa tradicional se le
nota mucho quiénes son sus
dueños. Yo creo que sí, que
tienen más que una pérdida de
legitimidad, de credibilidad. Han
perdido credibilidad y de eficacia.
No quiero hablar mal de El País
porque es un periódico en el que
he estado 20 años y le debo
muchísimo, además, gracias a él
he tenido una salida fantástica. Y
que me hayan despedido es un
accidente menor: hay una ley que
lo permite y un director que me
puso en la lista que seguramente
tenía razones importantes.
No trabajo el rencor, el rencor
es una cárcel. Nunca lo he
trabajado. Ni con tías que te
dejan, ni con amigos que te
traicionan. Sí he sentido he
rencor, pero es algo que ataco
inmediatamente y me dura unos
días y después fuera, porque son
cárceles, y no me gusta la cárcel,
me gusta la libertad. Pero leo El
País y veo un deterioro, deterioro
desde los detalles. Por ejemplo,
el otro día Javier Ayuso –amigo
mío, le quiero muchísimo-,
escribió una historia sobre el
Pequeño Nicolás, cuando El País
no ha entrado en lo del Pequeño
Nicolás y Javier ha sido jefe de
prensa de la Casa Real. Es parte
de eso. Quizás sea la única
persona que no puede escribir de
eso. Puedes contarme a mí todo
lo que quieras de la Casa Real,
que yo lo escribo, pero no lo
puedes firmar, porque no es
creíble. Ese tipo de detalles se
han perdido.
Esto ya empezó hace mucho
tiempo, no es de ahora. Tuvimos
un compañero que trabajó en
Bruselas en la Comisión Europea
como jefe de prensa y después
se incorporó en la delegación de
El País de Bruselas. Puede irte a
París, puedes volver al periódico,
puedes irte a donde quieras
menos a Bruselas, porque no es
creíble. Ese cuidado de los
detalles es fundamental. Eso en
un periódico anglosajón, el
Financial Times, The Guardian,
The New York Times, no pasa. El
cuidado de los detalles es
fundamental, y si cuidas los
detalles, vas a cuidar todo. A mí
me dijo una vez un inglés que si
un periódico cuida las
necrológicas, va a estar todo bien
escrito. Si cuidas lo pequeño, los
breves, por ejemplo, si están bien
escrito, estará bien todo. Si solo
cuidas la historia que está bien,
todo lo demás será una mierda.
Esa cultura del detalle se ha
perdido.
(En este momento suena su
teléfono. Muy educadamente se
disculpa, lo coge y se aleja para
hablar. Unos minutos después
vuelve y proseguimos la
entrevista.)
Estábamos hablando de la
credibilidad de los medios…
Sí, yo creo que han perdido
mucha credibilidad, y los digitales
todavía no tienen suficiente. Una
historia que publican eldiario.es o
Infolibre no entra directamente en
el stream de los medios. Pero yo
creo que eso ya está cambiando
un poco. Ya ha habido cosas de
corrupción que han sacado, por
ejemplo Público, como lo de
Monago; o el Diario, o Infolibre,
que ya van entrando en el
circuito, pero todavía no tienen el
peso suficiente para marcar la
agenda
política.
Aunque
evidentemente eso va a ser así.
Tienen más futuro estos
periódicos que El País, o ABC o
cualquiera de estos en sus
formatos actuales. El País tiene
una cabecera con una potencia
de prestigio que, por muchos
errores que esté cometiendo o
haya cometido, sigue siendo muy
alto, sigue siendo un buen
periódico. Sigue siendo el mejor
periódico de los que se hacen o,
mejor dicho, el menos malo. Era
un periódico que competía en la
“liga internacional”, entre los
mejores del mundo, el problema
es que desde hace un tiempo no
se lo ha creído. Lo utilizaba como
lema, pero no se lo ha creído y
eso que tiene periodistas muy
buenos.
El problema es averiguar
cómo manejar la web, y creo que
60
casi ningún periódico ha dado
todavía con la clave. Quizás The
New York Time o The Guardian
estén más cerca. La web te
ofrece la posibilidad de contar las
cosas con más herramientas,
pero claro, tienes que utilizarlas.
Un gráfico interactivo no es algo
que se hace en dos minutos: The
"Creo que he hecho mi
trabajo"
New York Time unas 33 personas
en infografía y El País tiene 5;
trabajar con videos propios: The
New York Time tiene 22 personas
en vídeo y El País tiene 2. Eso te
marca.
Si estamos con unos recortes
brutales, una becarización de las
redacciones y unos directores
que tienen una mentalidad más
empresarial que periodística y
están más preocupados en
ahorrar que en informar, pues
claro, los periódicos van
perdiendo mucho peso. Y los
digitales son más baratos, por la
ausencia de papel, de
distribución…pero todavía no hay
una cultura de lectura de los
poderes públicos, bancos y
demás del periódico digital.
Además estos aún son
pequeñitos, no tienen potencia
como para tener una sección
potente de internacional y mandar
gente fuera.
No tenemos una cultura de
investigación en España. Si tú
dices eso ahora, te sacan mil
ejemplos. Pero todos esos son de
periodismo de buzón, es decir,
alguien que te entrega un dosier.
Eso no es periodismo de
investigación. Que está bien que
te entreguen dosieres, si luego
los tienes que comprobar y todo
eso y ver qué parte se puede
publicar y qué parte no. Incluso el
Watergate, el gran ejemplo de
investigación periodística, parte de
soplos, alguien que te va
dirigiendo. Pero también existe el
periodismo de investigación, es
decir, alguien que dedica meses a
investigar. Si aquí en España
reina la corrupción absoluta. Hay
un campo para investigar
tremendo. Claro, no se hace
porque es caro. Es que todo eso,
33 personas, un equipo de
investigación…. Es caro.
Y después, yo no tengo tan
claro que el lector en España
diferencie un trabajo de meses de
investigación de un copia-pega;
de un tipo que está en Afganistán
o en Siria jugándose el pellejo, de
un copia-pega sobre Siria o
Afganistán. No creo que
tengamos una cultura general y
periodística suficiente en los
lectores como para que sepan
diferenciar eso, y creo que
nosotros hemos trabajado para
romper eso. Los periódicos que
tenían un tipo de lector, como El
País o La Vanguardia, que sabían
apreciar la calidad los hemos ido
expulsando, porque cada vez
escribimos más para gente que
no lee los periódicos, si alguien
no lee el periódico, va a seguir sin
leerlo. Tenemos que escribir para
gente que sí lea los periódicos, da
igual en papel que en Internet.
Por eso, cuando hay que hacer
entrevistas largas, pues en papel
no, no se pueden hacer
entrevistas de cuatro páginas, que
no las lee ni Dios, sin embargo,
un reportaje de cuatro páginas sí
se puede, con fotos y tal, pero
tiene que ser muy bueno. Pero
una entrevista en Internet, ¿por
qué no va a ser larga?
Tengo un amigo, Guillermo,
me dice que las entrevistas que
hago son muy largas. Yo le digo,
¿tú crees que si fuera mucho más
corta la gente lo iba a leer? No,
iban a leer el título y el primer
párrafo. Eso es lo que leen el
50% de la gente. Del otro 50%, si
la entrevista es corta, lo va a
dejar. La gente que llega hasta el
final es porque realmente le
interesa el personaje o porque la
entrevista está bien. Si la
entrevista está bien y te interesa,
se puede leer perfectamente,
como todas las preguntas están
en negrita, te las puedes saltar, si
la pregunta te parece una
estupidez, te la saltas. Me dice –
mi amigo Guillermo- “es que
tendrías que hacer dos
versiones”, no, es que si hago
dos versiones estoy insultando al
lector: “mira, tú como eres tonto,
en lugar de esta de 8000
palabras, te hago una versión de
3000 palabras.”, hombre, si fuera
papel, sí, que tengo que hacer
una versión corta de unas 1000,
2000 palabras, pero una
entrevista así no puede ser de
conversación, tendrá que ser
concreta,
preparadas
las
respuestas… Entonces, la
conversación se produce porque
es Internet.
¿Tú
aguantarías
una
entrevista de media hora en
televisión? Si el personaje es
interesante sí. Yo sí creo que hay
gente que lee entrevistas largas,
y posiblemente su número no
será mayor que el que lee
entrevistas cortas. Es decir, que
litúrgicamente Internet permite
recuperar este tipo de cosas. ¿Un
reportaje o una entrevista en
televisión tiene que ser larga? No
tiene que ser larga ni corta, tiene
que tener su medida. Si tú le has
dedicado seis meses a un trabajo
de investigación y tienes mucho
material, igual no tienes que darlo
todo seguido porque a lo mejor es
un coñazo, pues buscas la forma
61
de cómo presentar ese trabajo.
Hay cosas con 300 palabras,
otras con 600 y otras con 6000,
depende de quién las escriba, de
cómo se enfoque, de qué tiempo
le has dedicado, de qué
personajes haya y qué pasa en
esa historia…
Esta falta de credibilidad de
la que hablamos, ¿qué solución
ve? Quizás algo no muy
mesiánico, porque no es fácil,
pero una línea general…
La credibilidad te la construyes
día a día. Por ejemplo, Infolibre,
con los que yo colaboro, es un
modelo mediaparte, es decir, unos
1000 socios. Infolibre tiene unos
5000. Con 5000 lo tienes jodido,
con 100.000 puedes sobrevivir.
Estos durante dos o tres años
tendrán dificultades. Consiguen
pasta para aguantar eso, dos o
tres años. No van a llegar nunca
a los cien mil mientras tengan
solamente 25 periodistas, aunque
saquen muy buena información,
pero están limitados al número de
periodistas. Si ese medio va
creciendo y vas pudiendo añadir
más
periodistas,
puede
convertirse en un modelo de
futuro. Creo que si Infolibre sale
adelante, que yo lo espero, por la
gente que está ahí y por lo que
ofrece, será un modelo
interesante.
Eldiario.es
es
un
planteamiento
completamente
distinto. En el Diario parte en
muchos casos de gente que se
mueve muy bien en Internet,
Twitter, etc. Pero hay muchos
comentarios que necesitan una
cierta militancia de un tipo de
izquierda cabreada: cabreada con
el PSOE; menos cabreada con
Izquierda Unida, aunque no
enamorada de IU; y ahora que ha
surgido Podemos hay una cierta
división. Creo que en eso les falta
pluralidad, aunque eso se
consigue con el tiempo. El cambio
de diseño que ha hecho Ignacio
Escolar da la sensación de que el
medio es mucho más profesional,
antes tenía un diseño más
amateur, donde no se veían
algunas cosas. El Diario trabaja
muy bien un par de cosas y con el
nuevo diseño se ven algunas
pequeñas cosas que antes no
veías que están muy bien. Para
eso sirve la página home, para
vender un poco lo que tienes.
Creo que El Diario es un periódico
en crecimiento, un modelo muy
interesante. La Marea, que lo leo
poco, también es interesante.
Se están haciendo cosas en la
web muy interesantes. La ventaja
en Internet es que te puedes
equivocar muy barato. Cuando
pase un tiempo se irán
consiguiendo medios interesantes
y, si esos medios hacen un
trabajo honesto durante mucho
tiempo, irán consiguiendo esa
credibilidad.
Público ha publicado las cosas
de Monago, el billete de la novia
pagado por Monago… es decir,
que lo que dices es cierto.
Cuando dices que una cosa es
así y el partido dice que es falso,
que es una campaña, etc. y tú
puedes demostrar que es cierto,
construyes tu credibilidad. Para
eso es necesario el rigor.
¿Es el futuro entonces?
Creo que el trabajo es el mismo,
solo que la manera de poner el
trabajo en circulación es distinto.
¿Acabarán extinguiéndose
los periódicos de papel?
Muchos sí. Seguramente los
periódicos de papel se acabarán
refugiando en el fin de semana.
Yo no veo tanto el final del papel.
Cebrián, por ejemplo, es un
especialista en matar el papel,
aunque de momento no parece
tener razón.
Por ejemplo The New York
Time ha añadido hace tiempo
una suscripción para el Long
Weekend. Es muy probable que
los periódicos en el fondo estén
pensando imprimir una edición
de fin de semana gorda y de
lectura, y entre semana escribir
en digital.
O puede ser que el periódico
sea en papel, pero mucho más
analítico, más arrevistado y que
en lugar de costar dos euros,
cueste cuatro, porque te da otra
cosa. El papel se irá
arrevistando, ya lo está haciendo,
y se irá tendiendo a una edición
más concreta.
Igual que hay gente que lee
en ebook, otros necesitamos
tocar el papel. He leído un par
de cosas en la tableta está bien,
tiene sus ventajas, pero a mí me
gusta el contacto del papel, me
gusta el olor. Creo que eso va a
existir siempre. ¿Que si el
número de personas que leen
papel va a ser suficiente para
sostener
la
edición?
Probablemente no. Ahora, si
quisiéramos sacar una revista de
puta madre, no se puede
plantear un periódico en papel,
es imposible.
¿Hay futuro para un
periodismo de calidad?
Yo creo que sí. Pero aprende
inglés, por si lo tienes que hacer
fuera.
Tras esta entrevista, nos
despedimos amigablemente. Él
siguió hacia sus colaboraciones y
yo hacia mi facultad. Él siguió por
su tobogán profesional ya con la
ruta marcada y yo hacia los
comienzos del mío.
62
Sociedad
Bolonia, que alguien abra esa caja de herramientas
Por RODRIGO MORENO
Bolonia es una ideología. Es
hacer por hacer, sin saber muy
bien por qué, confiando en que al
final te den un trabajo. El plan ha
fracasado, no es más que un
reflejo de lo viejo que está todo;
laUniversidad también. Se
supone que esta reforma hace
primar el esfuerzo sobre la
obtención de conocimientos,
¿pero qué pasa con la obtención
de conocimientos? No, en serio,
necesitamos conocimientos.
Michel Foucault entiende la
teoría como una caja de
herramientas. No propone una
moral concreta ni un sistema
determinado, pero considera que
a través de la lucha e
interpretación de la realidad
conseguiremos descubrir los
elementos que nos hacen falta
para construir una maquinaria
que nos sirva para vivir mejor.
Por lo tanto, la teoría no es nada
desdeñable ni un vestigio del
Antiguo
Régimen;
es
absolutamente necesaria para
construir la sociedad que nos
venga en gana.
Los planes de estudios, por su
cuenta, animan a lo contrario. A
hacer, a que los detalles son lo
de menos. Se pasa lista como en
el colegio, lo que obliga a ir unas
clases en las que los alumnos
reciben un barnicillo de cultura
general. Los profesores intentan
convencer de que sus
asignaturas son eminentemente
prácticas, pero las aulas están
tan masificadas y los grupos son
tan grandes que las únicas
dinámicas que se les ocurren son
escribir noticias a diez manos o
exponer un Power Point. Hay
pocas cosas más líquidas y
superficiales que un Power Point,
cuyo
formato
cercena
automáticamente la posibilidad de
profundizar acerca de algo, pero
son el pan de cada día porque no
se sabe hacer otra cosa.
La carencia de una teoría
desmantela la posibilidad de
desarrollar una respuesta frente a
las injusticias que suceden en
nuestro día a día. La falta de un
paradigma interpretativo provoca
que las achaquemos al azar.
Todo es anecdótico y nada tiene
una causa estructural. Mala
suerte, nada más.
Cada vez estoy más
convencido de que este proceso
no es fortuito. De que hay
La pequeña sí se dio cuenta
Por VÍCTOR DE CEA
Estaba sentada junto a su madre
en el metro. Morena, pelo corto,
no tenía más de seis años. Se
creía mayor, así que sobre sus
rodillas llevaba un bolso rojo, de
esos que llevan las niñas
pequeñas, donde no cabe nada
pero hace juego con la inocencia
de la edad. Escuchaba
atentamente a un chico de no
más de veinticinco años que
narraba su vida, o mejor dicho,
narraba lo mal que le había
tratado la vida.
Él joven estaba pidiendo. “No
quiero comida, puesto que ya
tengo a Cáritas, necesito dinero
para poder dar un techo a mi hijo
y a mi mujer, ya que hemos sido
brutalmente desahuciados. No
quiero perder a mi hijo” decía.
Tras su relato, el hombre se
paseó por el último vagón
rescatando hasta la última
moneda que cualquiera allí
sentado podía darle, y llegando a
su destino esperó frente a la
puerta para bajarse y seguir con
la jornada.
La niña miró fijamente a la
madre y esta respondió
asintiendo. Fue cuando la
pequeña sacó un monedero de su
bolso de niña mayor y se acercó
corriendo al joven, presionada por
los pitidos de las puertas del
metro que le indicaban como
aquel chico se le podía escapar.
Cuando le atrapó, sacó de su
monedero algunas monedas y se
las dio. Aquel joven le respondió
con una sonrisa y un sincero
63
quienes prefieren tener a un
reportero con un paraguas en lo
alto de la sierra dando el parte
meteorológico
en
directo,
persiguiendo a la Pantoja o
leyendo lo que pongan los
redactores en el teleprompter a un
periodista
que
investigue,
interprete y señale con el dedo.
Yo
quiero
sentarme,
enfrentarme a un autor, comenzar
a leer sus textos sin comprender
nada y que en algún momento de
mi estudio se haga la luz y
experimente la alegría de haber
llegado a entender una idea que
antes no estaba en mi cabeza.
Después, saldré a la calle y podré
explicarpor qué hay pobreza en
mi barrio y si esto se debe a una
causa mágica o si existe algún
responsable. Sin embargo, los
contenidos de las asignaturas se
repiten año tras año y vivimos
una continua introducción a la
nada, sin profundidad ni
sensación de ampliación del
conocimiento. Al final nos
aburrimos, y los jóvenes nos
quedamos desactivados.
Las notas son buenas,
aprobar un examen tipo test
sobre veinte diapositivas es fácil.
A pesar de todo, lo irónico es que
las notan son aún mejores en las
asignaturas en las que los
profesores explican, amplían, leen
y corrigen. Desde luego que
sentirse leído motiva más que
tener la certeza de que una
máquina despachara tu examen y
el de tus compañeros en diez
minutos. Los docentes que se
aprenden tu nombre tienen el
respeto suficiente por tu tiempo
como para preocuparse de que
su asignatura te sirva para algo,
pero no son suficientes.
Así que las lógicas del
nepotismo, el mercadeo político,
las amenazas de los rectores y
losdespidos
masivos
de
profesores, a pesar de que la
universidad tenga superávit,
provocan que la especialista en
cine imparta la asignatura de
radio y el enfermero la de
televisión. Y unos por otros y la
casa sin barrer. El contribuyente
paga, los alumnos pierden su
tiempo, los trabajadores cobran
una miseria y tú no aprendes
nada.
Eso sí, yo tengo una
propuesta. El actual sistema
educativo va a tratar de
acostumbrarte a que tu tiempo no
vale nada, a que nunca te van a
pagar y a que vas a tener un
empleo precario.Rebélate, ve a la
biblioteca pública más cercana,
busca entre las baldas algún
autor que no conozcas pero que
te llame la atención. Saca un
libro, regálate medios para
acceder al conocimiento y
recuerda que la influencia de las
élites de todo tipo será menor si
somos capaces de elaborar
nuestras propias explicaciones de
lo que sucede a nuestro
alrededor. Abre esa caja de
herramientas.
“gracias”.
Esto lo vieron mis ojos, los
mismos que ahora están frente a
la pantalla. Todos nos damos
cuenta, incluso los niños. Las
palabras de aquel chico las
reconocimos todos los que
estábamos en el vagón, porque
un
día
tras
otro,
desgraciadamente,
las
escuchamos. Aquella niña se dio
cuenta, pero ¿nos damos cuenta
nosotros? ¿Nos damos cuenta de
que ellos se están dando cuenta?
La niña se dio cuenta desde
que clavó la mirada sobre aquel
chico, le escuchaba y le entendía.
Entendía que se le había
ECHADO de su casa y que podía
perder a su hijo. En pleno siglo
XXI cualquiera de ustedes podría
haber leído un titular como este.
“Un joven es desahuciado junto a
su familia”.
¿Qué estamos haciendo?
¿Somos conscientes de lo que
está pasando? La gente es
despedida y no puede pagar su
hipoteca. Es denunciada. Se les
ECHA, sí, en mayúsculas, se les
ECHA de sus casas. Y la entidad
bancaria, esa que les ECHA, es
rescatada por el Estado, por
usted, por mí, por el que tiene al
lado, por el que está siendo
desahuciado, y por supuesto se
queda esos pisos vacíos mientras
permiten que las familias hagan
malabares para sobrevivir sin un
techo, que por cierto, es suyo.
El tiempo pasa y la
generación que ahora está
creciendo lo ve, lo observa, se
está dando cuenta. Por eso
aquella pequeña se levantó de su
asiento en el metro y se fue
hasta aquel joven para darle las
pocas monedas que tenía.
De verdad, ¿no nos damos
cuenta de la irracionalidad del
asunto?
Nosotros no sé, pero desde
luego la pequeña si se dio
cuenta.
64
Deportes
Deportistas con estrella:
Magic Johnson
Por PABLO BURGOS
Fue un 7 de Noviembre de 1991. La sala de prensa del Forum Club estaba abarrotada de
gente que no sabía exactamente lo que allí iba a ocurrir instantes después. Entró Magic
Johnson, secándose las lágrimas tras hablar con sus compañeros, y cuando vio toda la
gente que le esperaba solo atinó a decir: “Wow”. Ese día marcó la historia de una estrella
del baloncesto. De un deporte. De una enfermedad. El 32 de los Lakers fue valiente y dijo:
“Debido a que he contraído el virus del VIH tengo que dejar los Lakers hoy mismo”
Si hoy en día cualquiera
menciona a Magic Johnson es
para hacerlo con palabras de
respeto y admiración hacia el que
es y será una leyenda de Los
Ángeles Lakers, y, claro está, del
baloncesto. Es esa noticia en
unos años en los que apenas se
conocían datos sobre la
enfermedad y su lucha por darla
a conocer y evitarla; además de
intentar sobreponerse a todas las
adversidades, los motivos que le
hacen digno de pertenecer a la
sección de Deportistas con
Estrella.
Earving Magic Johnson es de
esos jugadores que pocas veces
ocurren en la historia del deporte.
Ya en el equipo de la Universidad
de Michigan consiguió ganar el
torneo nacional y ser el mejor
jugador, en el primero de muchos
duelos contra su amigo Larry
Bird; pero el verdadero paso lo da
en el año 1979, cuando Los
Ángeles Lakers consiguen al
jugador, que era número 1 del
Draft. Era un base totalmente
atípico dada su altura y
corpulencia, pero su juego
eléctrico y rápido hizo que se
disiparan las dudas que habían
en torno al joven jugador. El
juego de esos Lakers que
maravillaban al mundo fue el
conocido Showtime.
En la temporada de su debut
logró entrar en el mejor quinteto
de rookies y ser titular en el AllStar. Pero la irrumpción de Magic
no se limitó a eso, sino que
consiguió con los Lakers el anillo
de la NBA, el primero de cinco
que consiguió en nueve finales
que disputó, supliendo como pívot
a Abdul-Jabbar. Además fue
nombrado MVP de las Finales de
la NBA.
El cómico y actor Chris Rock
define a la perfección a Magic
65
Johnson con esta frase:
“Cuanto mejor se lo
pase él, mejor lo
pasamos nosotros”
Pero lo que hasta el momento
fueron aplausos y palabras
amables cambiaron radicalmente
cuando se retira a causa de su
enfermedad en 1991. El médico
de los Lakers y médico personal
del jugador, Michael Melman,
detectó su enfermedad y le hizo
dejar una concentración en Utah,
donde iba a disputar un encuentro
de pretemporada. El hombre que
siempre había tenido todo bajo
control, veía como la situación le
abrumaba y pasaba a ser una
persona indefensa. El SIDA es
una enfermedad contra la que se
ha evolucionado mucho y muy
bien en las dos últimas décadas,
aunque el camino restante es
todavía largo y tortuoso; pero
nada tiene que ver la situación
actual con la que se vivía en esos
años.
Magic Johnson optó por ser
embajador de la Comisión contra
el SIDA en Estados Unidos, y así
informar a la gente de cómo
evitarla y a su vez luchar para
encontrar un remedio contra ella.
La estrella de los púrpura y oro
sabía que tarde o temprano
moriría, pero aun así no dejó de
luchar en todo lo que pudo. Tanto
es así que de sus palabras
optimistas salieron muchos
detractores. Si él decía que
saldría adelante, la gente que no
tenía la enfermedad hablaba de
que no lo había aceptado todavía,
y los enfermos que no les
ayudaba lo suficiente. Antes de
los partidos de la NBA tras su
anuncio se guardó un minuto de
silencio en su honor, como si
estuviera ya muerto, y la
ignorancia sobre la enfermedad
hizo que se le despreciara.
Unos meses después de su
rueda de prensa y su retirada de
las pistas es elegido para
participar en el Partido de las
Estrellas de 1992. La NBA no
creía adecuado que el 32
angelino jugara, pero tras meses
de reuniones con expertos
optaron por dejarle jugar. Aun así,
jugadores como Byron Scott o
Green optaron por no jugar el
partido por miedo a un posible
contagio. Tiempo después, Karl
Malone declaró abiertamente su
miedo cuando disputaba un uno
contra uno con Magic Johnson;
unas palabras que tiempo
después el propio Malone matizó
diciendo que en esa época era un
“paleto de pueblo”. En ese AllStar fue elegido como MVP y le
sirvió para dar un paso adelante y
ser el capitán del Dream Team en
los Juegos Olímpicos de
Barcelona 92`. Tras la
consecución del oro olímpico
decidió volver de manera oficial a
los Lakers un 29 de Septiembre
de 1992. Como consecuencia de
su retorno, la NBA decidió añadir
una serie de reglas de higiene a
su reglamento, que ahora son
habituales en todos los deportes.
Pero su vuelta fue muy fugaz.
Un partido en Carolina del Norte
tumbó de nuevo a la estrella.
Durante el partido Magic
Johnson se hizo un corte.
Mientras su preparador físico le
curaba ocurrió una extraña
situación. Todo el mundo allí
presente no hacía caso del juego
y se limitaba a cuchichear, mirar y
señalar al jugador angelino que
estaba siendo atendido en el
banquillo. Pensó que si
continuaba jugando iba a ser una
distracción y que el baloncesto
quedaría en un segundo plano,
por lo que decidió echarse a un
lado para continuar su vida, lejos
de las canastas.
Durante los siguientes años se
dedicó a dar charlas y concienciar
a la gente sobre su enfermedad.
Quisiera o no, él era la cara
visible de la enfermedad, y solo él
conseguiría que la gente supiera
qué no debía hacer para
contraerla.
En 1996 jugó su último partido
con Los Ángeles Lakers y, ahí sí,
fue definitivo.
Magic Johnson es el fundador
de la Magic Johnson Foundation,
una organización que persigue lo
que el jugador hizo durante años,
dar ejemplo e información sobre
la enfermedad del SIDA, además
de recaudar dinero para encontrar
una cura definitiva.
Magic Johnson optó por
ser embajador de la
Comisión contra el SIDA
en Estados Unidos, y
así informar a la gente
de cómo evitarla y a su
vez luchar para
encontrar un remedio
contra ella.
66
Relatos
Pase lo que pase
Por DANIEL MUÑOZ
Laura era una chica tímida, muy
poco extrovertida. Desde que era
pequeña siempre había tenido
problemas para relacionarse con
los demás. En clase siempre era
ella la que se sentaba sola, la
que era motivo de las gracias de
sus compañeros y la que elegían
la última cuando había que hacer
un trabajo en grupo. En el recreo
la situación no cambiaba mucho.
Nadie quería acercarse a ella, ni
chicos ni chicas. Ella no era
guapa, así que los chicos no la
aceptaban, y las chicas
simplemente se reían de ella.
Únicamente destacaba por su
facilidad para aprender y hablar
idiomas, pues era de las pocas
cosas que la entretenía. Día tras
día, Laura se limitaba a sentarse
en una esquina del patio y
esperar que sonase la campana
que ponía fin a juegos y risas.
Para todos claro, menos para
ella.
Fueron pasando los años y la
situación no hizo más que
empeorar. La tortura no acababa
el viernes, pues los fines de
semana nadie la llamaba para
salir a la calle. No tenía nadie con
quien compartir confidencias,
amores o frustraciones. Bueno,
realmente sí lo tenía, pero este
amigo era un tanto especial. Se
llamaba Roby y había sido su
peluche desde que apenas era un
bebé. Él era el único que
“escuchaba” los secretos de
Laura, puesto que provenía de
una familia muy humilde y sus
padres trabajaban día y noche
para poder costearle un buen
futuro a su hija.
Sin embargó la historia de
Laura cambió cuando llegó a
tercero de la E.S.O. Todos sus
compañeros seguían siendo los
mismos, salvo uno. Un chico
rubio, de ojos verdes y con una
altura importante apareció el
primer día de clase y se sentó
junto a Laura.
Chico: – Hola, mi nombre es
Robin.
Laura: – Hello Robin…
Robin: – Do you speak English?
Laura: – Yes, I do. I’m always
alone so is my favourite hobby.
Robin: – What’s a surprise!! Sin
embargo, creo que si no
hablamos español, en esta clase
67
no vamos a hacer muchos
amigos. (risas)
Laura: – Si lo que pretendes es
hacer amigos, creo que no te has
sentado al lado de la chica
adecuada… (risa inocente).
Robin: ¿Cuál es el problema? A
mí me pareces una chica muy
agradable. Eres de las pocas
personas que me ha visto y no
me ha llamado bicho-palo a las
primeras de cambio… (Ambos
ríen).
Laura: La verdad es que tú
también pareces muy simpático,
incluso tienes un nombre muy
parecido a mi peluche favorito,
pero por lo visto aquí la rara soy
yo… Ya te iré contando. Creo que
el bicho-palo y esta niña solitaria
van a compartir muchos días
mesa… (Ambos ríen)
Pasaron los meses y Laura y
Robin se fueron conociendo más
y más. Al principio Laura no se
mostraba muy segura de querer
pasar tiempo con él. Le resultaba
demasiado extraño que alguien
se acercase a ella sin pedir nada
a cambio. Solo por el hecho de
querer entablar una amistad y
poder reír juntos.
Poco a poco, Robin se fue
ganando la confianza de Laura.
Ambos iban juntos en las
excursiones del instituto, jugaban
en el patio y de vez en cuando se
telefoneaban para ir a ver una
película o simplemente dar un
paseo el fin de semana.
Las noches pasaban y Laura
cada vez hacía menos caso a su
peluche. Le seguía teniendo
mucho cariño, pero por fin había
encontrado a alguien con quien
además de contarle sus
preocupaciones,
pudiera
simplemente, responderle. Tanto
fue así que la vida de Laura
cambió para siempre cuando se
decidió a contarle un secreto a
Robin. Algo que solamente su
peluche Roby conocía.
Ambos volvían del cine una
noche. Habían ido a ver una
película de amor donde un chico
tras
muchísimo
tiempo
conquistando a una chica,
consigue salir con ella. Robin
acompañó a Laura hasta su casa,
pero entonces, la historia dio una
giro de 180º.
Robin: – Me temo que ya
hemos llegado, y es que volvería
atrás sin dudarlo. Hace tanto
tiempo que no pasaba una tarde
tan divertida…
Laura: – Yo también me lo he
pasado genial. Al principio me
costó demasiado confiar en ti, y
te pido perdón. Eres un chico
excepcional…
Robin: – No tienes que
disculparte por nada, boba. Si
algo he aprendido durante mis
pocos años de vida es que
cuando alguien merece realmente
la pena, debes luchar por él. Y
eso hice yo contigo. ¿Cómo no
estar al lado de la única persona
que no me llama esparraguito
con melena? (Ambos ríen).
Laura: – Para que luego
digan que los ingleses no tienen
sentido del humor… (Ambos ríen)
Robin: – Bueno, creo que es
hora de irme. Mi madre estará
preocupada. (Robin se va yendo)
¿Te veo e lunes… (Laura le corta
sin que acabe la frase).
Laura: – Espera Robin, no te
vayas. Llevo mucho tiempo
queriéndote contar algo. (Robin
se sonroja). Lo que has dicho
antes, todo eso de luchar por
quien realmente merece la
pena… no sé, creo que ha sido el
empujón que me hacía falta para
lanzarme de una vez por todas.
Hasta ahora solo mi peluche
conocía este secreto y creo que
ya es hora de compartirlo
contigo…
Robin: – Claro, dime. ¿Qué
pasa, Laura?
Laura: – Creo que estoy
enamorada de un chico… Llevo
demasiado tiempo pensando en
él pero jamás me he atrevido a
decirle nada. Tengo miedo a que
me rechace. Miedo a hacer el
ridículo. Miedo a que diga:
“¿Crees que voy a salir con una
chica tan sosa como tú? Miedo
en definitiva a ser lo que he sido
para el resto de personas hasta
que llegaste tú, un cero a la
izquierda.
Robin: – ¡Eh, no digas eso! Tú
nunca serás indiferente para
nadie. No podrías serlo. Eres
demasiado imprescindible en la
vida de los demás cuando
realmente te conocen… Dime…
¿Quién es ese chico?
Laura: – Se llama… Raúl. Está
en la otra clase de tercero.
Apenas he coincidido un par de
veces con él en el comedor del
instituto, pero como ya sabes,
nunca me he atrevido ni siquiera
a saludarle… No sé cómo es, no
sé qué gustos tiene, no sé
quiénes son sus amigos, no sé ni
si tiene novia…
Robin: – ¿Y a qué esperas? ¿A
qué acabéis cuarto de la E.S.O. y
no le vuelvas a ver nunca más?
Mira Laura… tienes todo lo que
un chico busca. Eres una chica
alegre, risueña, alocada… Tú no
eres la chica que has demostrado
ser durante estos años pasados.
Eso solo era una coraza artificial
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con la que protegerte de los
ataques de la gente. Y si es así,
lo conseguiste. Pero, ¿qué
perdiste a cambio? Perdiste
posibles amigos, y si sigues en
este plan, seguramente perderás
al chico de tus sueños…
Muéstrate como lo haces
conmigo, confía en la gente y haz
que ellos confíen en ti. En el
amor nada se regala. Siempre
debes confiar en la otra persona,
pues el día que no lo hagas, esa
relación ya no tendrá ningún
sentido. ¿Quieres quitarte la
coraza y dar rienda suelta a lo
que sientes, o prefieres quedarte
encerrada en esa jaula con el
único acompañamiento de la
soledad?
Laura: – No sé cómo
agradecerte todo lo que haces
por mí. Todo lo que has hecho
desde el primer día… Tienes
razón. Debo abrir mi corazón y
hacer que mis sentimientos
hablen por mí. Ven aquí anda…
(Ambos se abrazan, Laura suelta
un suspiro de alivio y Robin suelta
una lágrima…).
Robin: – Sube a casa, métete
en la cama y descansa anda. Ha
sido una noche con demasiadas
emociones…
Laura: – La verdad es que ha
sido como si me quitase un gran
peso de encima. Muchas gracias,
en serio. Tú también debes irte
ya, tu madre me va a matar.
(Ríe). Por cierto, el lunes es el
último día de clase y por la noche
hacen un baile. ¿Te veré allí?
Robin: – Claro Laura, allí nos
veremos. Pero recuerda, pase lo
que pase, sigue luchando por lo
que deseas.
Laura: – Así lo haré, gracias a ti.
Buenas noches, Robin.
Robin: -Buenas noches, Laura.
Llegó el lunes. Laura sabía
que esa noche era su momento.
Se arregló, se puso guapísima y
se vistió con el mejor vestido que
tenía en el armario. Habían
quedado en casa de Robin, pues
su casa quedaba muy cerca del
instituto. Laura llegó a su portal y
esperó un buen rato. Al ver que
Robin se retrasaba decidió entrar
al portal y llamar a la puerta
donde vivía Robin. Al abrir la
puerta, Laura se quedó
noqueada. No conocía a ese
señor de nada.
Laura: – Perdone, ¿está Robin?
Señor: – ¿Robin? Te refieres al
chico inglés que vivía aquí desde
hace unos meses?
Laura: – Sí…
Señor: – Tú debes de ser
Laura… Robin me dejó dos cosas
para ti. (Le da una carta a Laura)
Carta: Hola Laura, si estás
leyendo esta carta es porque ya
estoy demasiado lejos. Tanto
como para no verte y no sufrir
más. Mi padre se marcha a
trabajar fuera y aunque yo podría
haberme quedado aquí con mi
madre, la realidad es que era
imposible. A medida que te he ido
conociendo me he ido
enamorando más y más de ti.
(Laura empieza a llorar…) Lo he
llevado en silencio durante todos
estos meses, esperando que
llegase el momento perfecto para
decírtelo. La verdad es que yo no
soy muy distinto a lo que tú
demostraste ser el primer día que
te conocí. También soy un chico
muy tímido, y el discurso que te
di la pasada noche no es más
que el reflejo de un consejo que
no tengo valor para aplicarme a
mí mismo. Me hubiera
encantando acudir al baile y darte
mil consejos para conquistar a
Raúl, pero lo cierto es que no soy
capaz de verte con otro chico que
no sea yo… Sé que nuestra
amistad ha sido corta, pero tengo
muy claro que eres una persona
que jamás olvidaré, y si algo
puedo hacer ya desde la
distancia, es solo pedirte que no
llores. En la vida hay situaciones
en las cuales una persona es
feliz si ve feliz a la persona que
quiere, aunque no lo sea estando
a su lado. Recuerda ahora mis
palabras cuando te dije que
pasase lo que pasase, siguieses
luchando por lo que deseas. ¡¡Así
que corre, pídele al señor que
está en casa lo otro que he
dejado para ti y sal pitando para
la fiesta, que solo faltaría que
llegases tarde!! Espero que todo
te vaya muy bien, tanto esta
noche, como en el resto de tu
vida. Te lo mereces, de corazón.
Un beso muy grande, tu amigo
Robin.
Laura: – (No puede articular
palabra)
Señor: – Venga guapa, no estés
mal. Ya te lo ha dicho en su
carta. Si quieres que su marcha
sirva para algo coge su regalo,
ves a esa fiesta y demuéstrale a
ese chico que mereces
muchísimo la pena. Toma anda…
Laura: (abre la caja y dentro hay
una foto de Robin y una nota
donde se puede leer: “No es que
solo no tenga novia, es que
además está loco por ti desde
primero. Si de algo sirve ser un
bicho-palo y que crean que no
entiendes nada, es que puedes
enterarte de secretos :P”)
Vuelva usted mañana
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Por PABLO MARTÍN
"En fin, lector de mi alma, te declararé que de tantas veces como estuve en esta vida
desesperado, ninguna me ahorqué y fue siempre por pereza."
(“Vuelva usted mañana”, Mariano José de Larra en “El Pobrecito Hablador” 1833)
No sé si has leído alguna vez los
artículos de Fígaro. Impresiona
ver que España no cambia su
esencia a pesar de que pasen los
siglos. Al final somos siempre los
mismos, con caras nuevas, ropas
nuevas y algo de telebasura en
esto que llamamos progreso.
Ya advertía nuestro amigo de
Larra a aquel gentilhombre, Sansdelái, que los quince días que
este esperaba tardar en resolver
sus negocios en Madrid serían
quince meses (en el caso
improbable de no desesperarse
antes). Y es que esto no cambia.
Quizás el satirismo hiperbólico del
poeta nos parezca exagerado.
Pero la cultura española se da
mucho a este tipo de situaciones.
Yo mismo aquí me hallo
improvisándote una perorata
cuasi sin sentido porque el
“vuelva usted mañana” me lo ha
impuesto.
No estoy muy seguro, pero
puede que tú que me lees hayas
dejado de cumplir una obligación
que te acucia porque cualquier
cosa es más interesante que
trabajar. Sí, incluso leer esta
basura. Pues haces muy bien,
qué te voy a decir. Al fin y al
cabo de tu “vuelva usted
mañana” depende mi trabajo.
Asique si ves que te habla la
conciencia de responsabilidad,
arguméntale
que
estás
contribuyendo al futuro de un
pobre desgraciado con aires de
periodista. Vamos, que de tu
pereza también nace un bien
social, una obra de caridad o
¡qué rábanos! Que es mejor
echar aquí un ratejo más
mientras te terminas el café que
subir ya a la oficina o la
biblioteca.
Decía un sabio (cuando no
sabes quién lo dijo, lo mejor es
poner ese adjetivo) que la pereza
es la madre de todos los
pecados, y como tal, hay que
respetarla. Esta reflexión viene al
hilo de una secuela que me ha
dado por pensar últimamente: si
todo el tiempo que dedico a no
hacer nada lo dedicara a… yo
qué sé… ¿estudiar? (ja, ja, ja,
hoy
estoy
sembrado)
posiblemente podría ser un
Carlos Slim o algo del rollo.
Puede que no te haya
descubierto América, pero ahí
queda. Ponte a echar cuentas de
los ratos que pasas delante del
ordenador viendo vídeos de
gatitos en YouTube (¡Ay! Es que
los gatitos son tan monos…). Es
el progreso amigo, y la
consecuencia de este.
Porque ya hemos llegado a un
alto nivel del Estado del
Bienestar. Ya no tenemos que
preocuparnos de sobrevivir. Ya no
cazamos para comer. Ya no
necesitamos ordenar nuestra vida
en función del clima. Así que nos
andamos como en las antiguas
polis griegas. Ellos se dedicaban
a pensar, nosotros a no pensar.
Lo mismo da, el caso es que
tienes mucho tiempo para perder,
y joder, pues ya que lo tengo,
vuelva usted mañana y ya
veremos qué fue de ayer.
Por terminar de algún modo,
que total, este ratejo por dos
minutos más nadie te lo
descuenta del sueldo. Se acabó
el verano y ya puedes mirar qué
fue de ayer y si has utilizado sin
ser consciente las palabras de
Fígaro y si este ha sido o no, en
palabras de Los Piratas “como
aquella canción de los años
Ochenta”. Disfruta de buena
música. Nos leemos.
Amores de verano siempre
mueren
Por JAIME RODRÍGUEZ-CONDE
El amor de verano se caracteriza
por su fecha de caducidad. Está
condenado como lo están las
hojas de los árboles que,
irremediablemente, en otoño
tienden a caer. Está marcado por
el inexorable paso de los días
estivales que lo van consumiendo
como si de un cigarrillo en labios
de un fumador compulsivo se
tratase; como una vela elegante
que agoniza, recta y orgullosa,
sobre un candelabro de plata.
No duran mucho, de ahí su
nombre de amor de verano, sino
sería un amor en general. O
simplemente un amor.
Duran lo que duran las copas;
los días de playa y las tardes
tirados al sol. Duran lo que duran
las mañanas sin madrugar; lo que
duran los besos; lo que dura una
mirada furtiva; lo que duran las
medias sonrisas, las sonrisas a
medias y las medias en el Mus.
Los amores de verano saben
a desayunos a las once y media;
a cervezas a la una de la tarde; a
comidas a las cuatro; a cenas a
las diez y media y a recenas de
madrugada. Saben a helados por
la tarde; a paseos por la orilla y a
bañarse desnudo en el mar.
Saben a siestas de cuatro horas;
a días cortos y noches largas; a
labios rojos y lenguas dulces;
saben a paseos nocturnos y a
chocolate con churros.
Suenan como el rugido de las
olas y el chillido de las gaviotas;
suenan a canciones de volumen
indecente bailadas a horas
indecentes. Suenan al tintineo de
las copas; a la respiración de su
boca; suenan a sus pisadas al
andar; a su risa musical en medio
de un bar. Suenan a jaleo de
chiringuito; a piropos susurrados
en su oído al pasar. Suenan a
Turnedo, a Summer Paradise, a
Dissolve Me, a Amores Flacos y a
todas esas canciones que te
inundan de recuerdos y te hacen
sonreír. Suenan a todo menos al
ruido del despertador.
Los amores de verano huelen
a pan recién hecho y a croissant;
huelen a barbacoas que se
alargan; al humo de las hogueras
en la playa; huelen a fragancias
en el cuello, en la camisa y en la
almohada. Huelen a los postres
de la abuela y a las cenas de
mamá. Huelen al salitre del
océano; a gofres con chocolate a
las ocho de la mañana; huelen a
todo aquello por lo que merece la
pena respirar.
Sin embargo las canciones se
acaban; los olores se difuminan y
dispersan en el aire; las palabras
se las lleva el viento y el verano
se termina.
Los amores de verano son
como el propio verano, intensos,
sin horas ni fechas; sin rutinas;
sólo días y noches que se viven
al límite, aprovechando hasta el
último minuto de su valiosa
escasez.
No pueden aguantar el día a
día. Son alérgicos al tedio de la
rutina, alérgicos a los planes de
futuro. Son como una especie
protegida a la que no puedes
sacar de su hábitat natural porque
se marchita y muere.
Están hechos para ser
salvajes, vivir en la playa, en la
montaña, en las carreteras sin
destino y en las olas del mar. No
se pueden encerrar en oficinas ni
en clases de universidad. No se
escriben en apuntes ni en
informes sino en la arena de la
playa y en servilletas de bar. No
están preparados para la realidad
cotidiana y por eso tienen que
vivir en su realidad paralela.
Un affaire así dura una
semana, quince días, un
mes…tres como mucho y si
tienes suerte. Nunca hay que
estar triste cuando acaba pues
eso se ve venir siempre desde
lejos, ya que nacen condenados
a morir. No hay que llorar su
pérdida sino sonreír ante su
recuerdo inmortal. No hay que
olvidar el sonido de su risa; ni el
color de sus ojos. No hay que
olvidar el tacto de su piel; el olor
de su pelo ni el sabor de sus
besos. No se debe olvidar
porque, esa risa, ese color, ese
tacto y ese sabor, son los cinco
sentidos en los que se resume el
verano.
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