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Comunidad Campesina Taucca
Sistematización de una experiencia de
desarrollo comunal
Contenido
Presentación ……………………………………………………………………………………………..…… p. 03
Comienzos difíciles ……………………………………………………………..………………..………... p. 04
Una nueva conciencia estaba creciendo ……………….………………………………..…………... p. 06
Cuando dejaron de tomar comenzaron a soñar – Logros de la organización comunal …. p. 09
Haciendo cumplir el Estado - Conquistas colectivas a través de la organización y la
articulación con comunidades vecinas ……………….……………..………………………………... p. 10
Empoderamiento de las mujeres - “Las mujeres y los varones somos igualdad” …………. p. 11
Conclusiones y una mirada hacia el futuro ……………….………………………………………..... p. 12
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Presentación
La idea de sistematizar y hacer pública la experiencia de desarrollo de la comunidad
campesina Taucca surgió en una visita la comunidad por el equipo de la Asociación ARARIWA
y una representante de MISEREOR en mayo de 2014, en la cual dos comuneras contaron de
los avances logrados. Los cambios en su organización comunal y el empoderamiento de las
mujeres eran impresionantes, en comparación con el Taucca de comienzos de los 80 cuando
era visto poco menos como “la oveja negra del distrito”1.
En esta sistematización se pretende presentar la reflexión analítica, crítica y participativa con
comuneras y comuneros de Taucca sobre su propio proceso organizacional durante los
últimos treinta años. Teniendo esta sistematización escrita se puede divulgar y hacerla
accesible a todas las personas, instituciones y comunidades interesadas en procesos de
empoderamiento de comunidades rurales para que de esta manera se puedan motivar a
realizar cambios similares.
La sistematización se realizó durante los meses junio y julio de 2014 en un proceso
participativo entre comuneras y comuneros de Taucca que fue guiado por la encargada de la
sistematización, Anke Schünemann. La elaboración consistió en seis etapas. La misma se
inició con (1) la presentación de la idea de la sistematización en una asamblea comunal en
Taucca en la cual la comunidad manifestó su interés y eligió a los representantes más idóneos
para las entrevistas. Siguió con (2) el levantamiento de la información mediante entrevistas
personales realizados por la consultora, en cuya base (3) ella elaboró una línea de tiempo, que
fue presentada en (4) una reunión de retroalimentación a las y los representantes de la
comunidad. Esta información entró en la elaboración (5) de un documento escrito por la
consultora. Se cerró el proceso con (6) la entrega del mismo en Taucca en la cual las
comuneras y los comuneros pudieron hacer las últimas observaciones.
Un especial agradecimiento para:
 Justina Puma Huancca
 Grimaldina Puma Huancca
 Ruperto Quispe Inquiltupa
 Florencio Ttito Huamán
 Rubén Ttito Quispe
que han ofrecido material fotográfico, su conocimiento y su reflexión, participando además
en las entrevistas y en la reunión de retroalimentación.
1 Entrevista con Francisco Cueva García, anterior Director Ejecutivo de la Asociación Arariwa –
institución que durante más de 20 años acompañó y apoyó el desarrollo de Taucca.
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Comienzos difíciles
A fines del siglo XX Taucca se caracterizaba por su pobreza extrema. Su mayor problema era
el alcoholismo que abarcaba a casi toda la comunidad. Desde la mañana, tanto varones como
mujeres ingerían alcohol metílico. Los
impactos del consumo de alcohol eran
“Aquí había mucha violencia familiar
amplios y desastrosos. Había un alto grado
por el alcoholismo. Entre mujeres y
de violencia intrafamiliar entre adultos que
varones. En las casas peleaban pues.
afectaba de manera directa a niños y
Mamá y Papá peleaban. Los hijos
jóvenes. Sufrían de agresiones físicas,
estaban asustados de eso. Cuando
emocionales y de desnutrición.
nosotros tomábamos, nuestros hijos
sin comer dormían, sin comer
Para muchas familias, la educación formal
caminaban. Pobres estábamos.”
tenía poco valor. Mujeres y niños pasaban la
Justina Puma Huancca, fiscal de la
mayor parte de su tiempo cuidando
comunidad
animales y chacras.
Los ingresos económicos eran pequeños y los productos agrícolas ofrecían lo básico para
garantizar la subsistencia. Había casos de robos de animales entre los mismos comuneros, y
Conociendo la Comunidad Campesina Taucca actual
Ubicación
Está a una altura de 3960 msnm y tiene una expansión territorial de 622ha
Pertenece al distrito Chinchero de la provincia Urubamba en el centro del departamento
Cusco, que a su vez se localiza en la parte surandina del Perú
Población
40 familias compuestas por aprox. 200 personas
Principales actividades económicas
Agricultura, ganadería, artesanía, trabajos variados en las ciudades cercanas
Infraestructura
Una carretera construida en 2003 conecta Taucca con la ciudad de Chinchero y con los
mercados cercanos
Desde 2001 tiene luz eléctrica
Educación
Hay una escuela primaria en el centro de Taucca, la escuela secundaria está a una hora y
media caminando o a veinte minutos en carro
Organización comunal
Junta Directiva, Comité de Regantes, Comité JASS (Junta Administradora de Servicio y
Saneamiento), Comité de Recursos Naturales, Comité de Ahorros, Comité de Mujeres,
Comité Vaso de Leche, Asociación de Artesanas “Las Hormiguitas”
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los ingresos obtenidos muchas veces se utilizaban para la compra de alcohol. También
existían conflictos con las tres comunidades vecinas que compartían el acceso a agua.
La organización comunal era débil. Las Juntas Directivas no contaban con el reconocimiento
suficiente para darle seguimiento a los acuerdos comunales. Muchas veces tenían problemas
con la llegada a acuerdos porque algunos varones venían tomados a las asambleas comunales
y no permitían consensos. La mayoría de las mujeres participaban pasivamente en las
reuniones y no formaban parte de las decisiones importantes. Su autoestima era baja.
Temían hablar en público.
Crecían pocas plantas en Taucca, en parte debido a las condiciones climáticas de la altura.
Las chacras sufrían de erosión y deslizamientos de tierras en la temporada de lluvia. Los
animales, como ovejas, vacas y llamas, estaban sueltos en las chacras lo que impedía el
crecimiento de las pocas plantas que había.
En este escenario, al comienzo de los años 80, la Asociación Arariwa tomó la decisión de
iniciar el trabajo agropecuario y organizacional en Taucca. Para obtener la confianza de los
comuneros y lograr impactos mayores decidieron convivir con la comunidad. Esto significaba
pernoctar en las casas y acompañar personalmente todas las actividades colectivas, como
reuniones, asambleas o faenas. El compartir diario con las familias les permitió adaptar sus
capacitaciones a las condiciones y necesidades reales y a identificar a grupos de personas que
destacaban en ciertos aspectos por lo que tenían un rol especial para el desarrollo de la
comunidad.
Así se dieron cuenta de la importancia del trabajo con las mujeres. Ellas eran las más
organizadas, ordenadas y cumplidas de Taucca. Después de un tiempo de capacitación en
medicina natural, artesanía, participación, derechos de las mujeres y lucha contra la violencia
familiar, ellas lograron un hito en la comunidad al crear un Comité de Mujeres en el año 1984.
Durante los primeros años, su tema principal era el alcoholismo y la violencia en las familias.
Al mismo tiempo, Arariwa comenzó a acompañar y a capacitar a un grupo de jóvenes que
destacaba por una visión diferente sobre el desarrollo de
Taucca. Rubén Ttito Quispe, uno de los jóvenes de ese
entonces lo expresa de la siguiente manera: “como éramos
jóvenes, más ánimo había entre nosotros. Teníamos otra visión.
Promovíamos nuevas cosas en la comunidad.
Las y los jóvenes soñaban con una comunidad sin pobreza ni
alcoholismo y estaban dispuestos a entregar su mano de obra
para promover mejoras en Taucca. Recibieron capacitaciones
tanto en tecnologías agropecuarias como en liderazgo y
organización comunal. En este momento conjugaron dos
elementos importantes en la comunidad: la existencia de un
grupo de jóvenes que buscaba un futuro diferente y el interés
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de una ONG en promover un desarrollo de las capacidades de las personas en el marco de la
agricultura sostenible.
Sin embargo, durante los primeros años de capacitación, Taucca no experimentó grandes
cambios. La comunidad misma reconoce que al principio tenía un interés limitado en las
propuestas de formación. “Nos estaba apoyando Arariwa pero no le hacíamos caso. Por cumplir
y por el incentivo no más estábamos haciendo los cursos de capacitación pero en la práctica no
poníamos atención” (Florencio Ttito Huamán, expresidente comunal).
Así por ejemplo, Arariwa planteaba la necesidad de sembrar árboles nativos, adecuados para
las tierras de altura, que necesitan menos agua que el eucalipto muy usual en la zona. Pero
seguidas veces, la comunidad usaba los árboles nativos como leña o como alimentación para
el ganado. Hasta que los primeros árboles nativos comenzaron a crecer pasaron varios años.
Donde sí se pudo observar mejoras fue en la organización comunal. La convicción de los
jóvenes de que la comunidad debería cambiar su rumbo y la capacitación de Arariwa
empezaron a dar frutos. Los comuneros comenzaron a valorar el cumplimiento de los
acuerdos de las reuniones comunales y a tratar los problemas centrales de la comunidad.
Una nueva conciencia estaba creciendo
En 1988, la calidad de la organización comunal dio un salto cuando eligieron como presidente
comunal a una persona que pertenecía al grupo de jóvenes. Él gozaba de reconocimiento
entre los comuneros porque era la única persona en Taucca que había finalizado la educación
secundaria. Con su Junta Directiva comenzaron a disminuir las barreras que frenaban la
comunidad: el alcoholismo y la destrucción de árboles y plantas por el ganado. Convocaron a
una asamblea general para abordar esta problemática. Fue la primera vez, y hasta ahora la
única, en que solicitaron la participación de instituciones del Estado Peruano en la asamblea,
para darle un mayor peso a los acuerdos y el cumplimiento de las sanciones.
Los acuerdos de aquella asamblea comunal
fueron: prohibir la venta de alcohol en la
comunidad y seleccionar cada año una nueva
zona protegida para la siembra de plantas
nativas. Quien entraba con sus animales en
esta zona tenía que reponer la planta dañada
y pagar una multa. La sanción para los
vendedores de alcohol fue más drástica: quien
seguía vendiendo alcohol a escondidas perdía
uno de sus terrenos. Taucca ha podido aplicar
esta multa porque la totalidad de sus tierras
eran comunales.
Hoy en día los domingos hay partidos de futbol en Taucca.
Es un momento tranquilo de encuentros.
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Una asamblea general que cambió la comunidad
“Para esta asamblea invitamos a las autoridades del distrito de Chinchero: al
Gobernador, al Juez de Paz, a la Policía Nacional y también a la Asociación Arariwa.
Nuestra costumbre era reunirnos a las nueve o diez de la mañana. Pero como
tomábamos, la gente solía venir tomada, reaccionar con machismo e interrumpir las
asambleas. Viendo eso, yo había llamado para las ocho en punto. Para eso había solicitado a
la Policía Nacional. La Policía llegó a las ocho, pasó por casa en casa y trajo a la gente. Y así la
gente entró sanita a la escuela.
En la asamblea aprobamos dos puntos: uno era sobre el alcoholismo, el otro sobre los
daños.
El primer punto era sobre el alcoholismo. Todos participamos, marido y mujer. Ante
toda la comunidad, ante todas las señoras, los varones reconocieron lo que habían hecho mal,
que habían agredido a sus señoras y a sus hijos. Lloraron los comuneros. Las señoras dijeron:
“Mi esposo también me maltrata mucho cuando toma. Me ha pegado. Nos hace dormir afuera.
Cuando viene de su trabajo está tomado.” Lloraron. Los esposos contestaron: “Sí, cuando
tomo maltrato a mi señora. Yo quiero que el alcoholismo desaparezca de esta comunidad”.
Varios lo reconocieron y lloraron.
Entramos en votación sobre la desaparición del alcoholismo. Toditos levantaron la
mano para que desaparezca el alcoholismo. También acordamos que tenían que desaparecer
las cinco o seis tiendas que vendían alcohol en la comunidad. Acordamos que a la persona que
iba a continuar vendiendo alcohol, le íbamos a quitar una parte de su tierra porque era tierra
comunal.
¿Quiénes iban a hacer cumplir esto? Eligieron a mi persona. La Policía Nacional se
comprometió también, después el Gobernador y el Juez de Paz también.
Después pasamos al otro punto, él de los daños. Elegimos una zona protegida de cinco
a diez hectáreas donde íbamos a sembrar plantas nativas y donde no iba a entrar ningún
animal. Porque si plantamos y hacemos daño con nuestros animales, por gusto hacemos el
trabajo.
Así acordamos ese día.”
Florencio Ttito Huamán, presidente comunal en 1988
Un tema que no se había abordado a profundidad era cómo resolver el alto grado de violencia
en las familias. Al principio pensaron que con la prohibición de la venta de alcohol también
iba a desaparecer ese fenómeno. Pero no fue así. La Junta Directiva seguía recibiendo muchas
quejas de mujeres sobre el maltrato en sus casas. Por eso acordaron en otra asamblea
comunal una sanción: chicotazos en público de todas las comuneras a los varones que
maltrataban a sus esposas o hijos.
Sin embargo, no se pudo impedir un triste acontecimiento. En 1989 una comunera fue
asesinada a golpes por su esposo. Sospechando el afán del asesino de esconder el crimen, las
autoridades comunales exigieron la investigación de la muerte. El asesino fue condenado y
estuvo preso por varios años. Cuando regresó a Taucca fue expulsado por la comunidad. La
reacción de las y los comuneros frente a este acontecimiento es un reflejo de la creciente
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sensibilidad ante los derechos fundamentales de las mujeres y la unidad entre los comuneros
para impedir tal exceso de violencia.
A pesar de que toda la población había firmado el acta, al principio hubo bastante rechazo al
cumplimiento de los acuerdos. En varias ocasiones, la Junta Directiva recibió amenazas por
parte de los sancionados. Sin embargo, no se desanimó y siguió con la vigilancia de las tiendas
y de las zonas protegidas. Finalmente, el apoyo del Gobernador, que cada semana visitaba la
comunidad, y la firmeza de la Junta Directiva en hacer cumplir las sanciones, fueron
esenciales para lograr la aceptación gradual. En un caso se tuvo que quitar un terreno a la
persona que seguía vendiendo alcohol. Por miedo, todos comenzaron a respetar los
acuerdos.
Cuando los comuneros vieron los resultados positivos de las sanciones, la obligación se volvió
convicción. La población de Taucca empezó a vigilarse entre sí para que nadie destruyera el
trabajo comunal del cuidado de plantas. Después de dos o tres años, en los terrenos cercados
comenzaron a crecer árboles, arbustos y
“Con la organización comunal empezamos
plantas nativas que habían desaparecido
a cambiar, empezamos a cuidar los
en la comunidad. Al mismo tiempo, los
árboles. Nosotros mismos nos dimos
comuneros que antes rechazaban la
cuenta que estas plantas eran para el
aplicación de las capacitaciones, las
futuro.” Justina Puma Huancca, fiscal de
comenzaron a comprender como
Taucca
nuevas oportunidades y a cuestionar su
propio comportamiento. Recibieron
formación de Arariwa y después también de PRONAMACHCS 2 en gestión del agua y
tecnologías adaptadas a los terrenos de altura, como por ejemplo la construcción de andenes
con muros o zanjas de infiltración, que implementaron en sus parcelas.
Lograron una mayor producción agrícola que conllevó a cambios en la economía familiar. Los
comuneros produjeron más de lo que necesitaban para el autoconsumo y comenzaron a
vender los excedentes. También las tintes
naturales de las plantas nativas han servido
para la artesanía a que se dedicaba la
mayoría de las mujeres. Todas las familias
comenzaron a pensar en el futuro y a gastar
una parte de sus ingresos en la educación
de sus hijos.
Cerros con andenes, árboles nativos reforestados
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PRONAMACHCS representa las siglas del „Programa Nacional de Manejo Integral de Cuencas
Hidrográficas y Conservación de Suelos” que pertenecía al Ministerio de Agricultura del Perú.
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No solamente a nivel de la producción agrícola hubo un cambio de actitud sino también
respecto al alcoholismo. Desde la asamblea general en 1988 había crecido la conciencia de
que el alcoholismo era el sinónimo de fracaso para Taucca. La Iglesia Evangélica Peruana
logró su presencia estable en la comunidad en los años 90, y predicó la importancia del amor
al prójimo lo que también implicaba erradicar el alcoholismos y la violencia entre las
personas. La mitad de la población de Taucca se volvió evangélica y la Iglesia dio impulsos
importantes a toda la comunidad para desistir al alcohol.
“Entonces las plantas que hemos plantado, rapidito crecieron. De ahí, la gente recién
se ha concientizado: ¿Por qué tantos años no hemos reaccionado? ¿Por qué no hemos
luchado juntos, marido y mujer? Hace tiempo lo hubiéramos hecho así y no
hubiéramos sufrido de la vida. Pero nos estábamos atacando entre nosotros, decían.”
Florencio Ttito Huamán, ex presidente comunal
Cuando dejaron de tomar comenzaron a soñar – Logros de
la organización comunal
El autoestima de los comuneros había subido. Estaban convencidos de que si habían logrado
vencer el alcoholismo, la violencia intrafamiliar y el descuido de las plantas también eran
capaces de cosas mayores para lograr un futuro diferente. El hecho de que comenzaran a
planificar su propio desarrollo se puede ver a nivel de la organización interna y en las
relaciones con otras comunidades y con el Estado.
Cuando el trabajo comunal se multiplicó y se diversificó, la población de Taucca vio la
necesidad de dividir las funciones de la Junta Directiva que hasta los años 90 había sido el
único órgano comunitario para la resolución de
asuntos comunales. Para equilibrar las
responsabilidades en la comunidad y así evitar una
sobrecarga de pocas personas, pero también para
ejercer una vigilancia ciudadana sobre los líderes
comunales electos, formaron diferentes comités
que atendían asuntos específicos, como el tema de
la irrigación, del cuidado de las plantas o de la
administración de un fondo comunal.
Trabajo comunal en Taucca – el Ayni
Después de un tiempo de cobros por sanciones, la comunidad estableció un Comité de
Ahorros, que empezó a administrar un fondo comunal destinado al desarrollo de la
comunidad. Decidieron que este fondo debería funcionar en dos sentidos: para gastos de
interés comunal y como préstamo para las familias. A pesar del aumento de los ingresos
económicos, las familias de Taucca no contaban con capacidad de ahorro para realizar gastos
mayores, como por ejemplo para la mejora de su vivienda. El fondo comunal sirvió entonces
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para realizar algunos gastos que permitían un acercamiento al desarrollo soñado por las
familias. La comunidad pudo mantener el fondo debido a la propiedad comunal de los
terrenos: cada persona o familia que pidió el préstamo tenía que devolver dentro de un plazo
fijo el dinero más un 3% de intereses. Si alguien no devolvía el dinero acordado perdía un
terreno. En realidad esta sanción nunca se ha tenido que aplicar. Una vez más, el hecho de
que los terrenos sean comunales ha ayudado al cumplimiento de los acuerdos colectivos.
“Con el cambio vivimos más feliz con nuestros hijos, nuestras familias y entre los
comuneros también vivimos tranquilos. Apoyarnos en los aynis se ha vuelto muy
importante.” Ruperto Quispe Inquiltupa, comunero de Taucca
Haciendo cumplir el Estado - Conquistas colectivas a través de la
articulación con comunidades vecinas
Al soñar con un futuro diferente de Taucca, también la comunidad tomó el reto de exigir una
mejora de los servicios básicos respecto a salud, educación, energía eléctrica y agua a los
entes correspondientes estatales y privados. Ya no solamente se organizaron internamente
en la comunidad sino comenzaron a coordinar con otras comunidades cercanas que
compartían la misma situación.
“Nos hemos organizado todas estas comunidades que tampoco no teníamos luz, y hemos
solicitado un préstamo. Solito para nuestra comunidad hubiera sido muy costoso” explica
Florencio Ttito Huamán, el representante de Taucca en el proceso de electrificación. De esa
manera obtuvieron, junto con otras comunidades cercanas, un préstamo compartido y la
electrificación de Taucca.
Otro ejemplo del nuevo nivel de coordinación entre comunidades era el acceso a agua que
siempre había sido motivo para conflictos entre las cuatro comunidades vecinas que
compartían un mismo manantial. La conflictividad desapareció cuando las cuatro
comunidades establecieron reglas de acceso. Hoy en día, cualquier dificultad se discute en
reuniones intercomunales. La capacidad de negociación con actores externos como el Estado
se refleja en las mejoras en la calidad de la educación básica en la escuela primaria de Taucca
y respecto al acceso a la salud
pública.
Escuela primaria y electricidad en
Taucca
Empoderamiento
de las mujeres - “Las
mujeres y los varones somos igualdad”
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Tradicionalmente, las mujeres en Taucca se dedicaban a los trabajos reproductivos, o sea a las
tareas de la casa y al cuidado de los niños, como también a la agricultura. Generalmente no
participaban en los espacios de tomas de decisiones comunitarios como las asambleas y
reuniones comunales. Estos espacios estaban reservados para los varones. El efecto de esta
situación fue que no aprendieron a expresarse en público ni a confiar en su propia opinión.
Sus autoestimas eran bajas. Además, “cuando íbamos a las asambleas, cuando opinábamos, no
valoraban nuestras opiniones. Eran machistas los varones”, dice Justina Puma Huancca, una
comunera que ha logrado ocupar varios
puestos en la organización comunal.
Esta situación comenzó a cambiar cuando la
Asociación Arariwa inició capacitaciones sobre
derechos de las mujeres, un tema que después
también fue asumido por PRONAMACHCS.
Dicen que en ese momento los participantes
de ambos sexos comprendieron que eran
iguales y que tenían los mismos derechos.
Sin embargo, el cambio de mentalidad no fue inmediato. Tanto las mujeres como los varones
tuvieron que aprender mucho antes de tratarse como igualitarios en los espacios de tomas de
decisión comunal. La comunera Grimaldina Puma Huancca expresa que un factor favorable
había sido la regla de Arariwa de realizar todas las capacitaciones incluyendo tanto a varones
como a mujeres. Esto conllevó a la situación que ambos manejaron las misma información,
tanto a nivel técnico como a nivel organizacional. Después aplicaron la misma norma a los
espacios de toma de decisión comunal: “varón y mujer tuvieron que ir - igual tuvieron que
participar en la asamblea” (Grimaldina Puma Huancca).
Participando en los espacios públicos ofrecidos por Arariwa y la municipalidad distrital de
Chinchero, muchas mujeres de Taucca aprendieron a confiar más en si mismas. La Asociación
Arariwa invitaba a comuneras y comuneros a pasantías para conocer y replicar experiencias
exitosas. Eran momentos en los cuales los representantes de Taucca tuvieron que comunicar,
dialogar y discutir con personas de otros lugares. En estos momentos, las mujeres quechuahablantes tuvieron que vencer sus miedos y hablar no solamente en público sino también en
castellano. “Yo tenía miedo para hablar en cursos, en capacitaciones. No quería ni hablar. Porque
quechua no más hablaba. Cuando iba a capacitarme ahí he aprendido a hablar.” (Justina Puma
Huancca, actual fiscal de Taucca).
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Otro espacio público que les exigía a las mujeres de
Taucca representar los intereses de la comunidad
en público fueron las reuniones frecuentes en la
municipalidad distrital de Chinchero en el marco
del programa social “Vaso de Leche”. Después de
estos encuentros, las mujeres regresaban
fortalecidas a su comunidad. Se preguntaban, si ya
manejaban tanta información y podían
representar
su
comunidad
ante
otras
comunidades, ¿por qué no podrían participar en las Juntas Directivas y en los comités
comunales?
Las mujeres lideresas que se insertaron en la estructura organizativa tuvieron una función
ejemplar. Al ver a mujeres con autoestima alta y seguras de si mismas, otras mujeres también
se animaron a levantar su voz y a participar en las tomas de decisiones comunales.
Actualmente, no hay Junta Directiva ni comité comunal sin la participación de mujeres.
Conclusiones y una mirada hacia el futuro
Los mayores cambios en la comunidad campesina Taucca se dieron durante los años 80 y 90
del siglo pasado. Fueron dos décadas en las cuales las comuneras y los comuneros se
concientizaron sobre la importancia de la organización comunal para lograr el desarrollo
comunal deseado. Los siguientes años sirvieron para profundizar los acuerdos obtenidos y
hacer nuevas coordinaciones y negociaciones con actores externos con el fin de mejorar la
calidad de vida. Hoy en día la población de Taucca está consiente que los cambios en la
comunidad se deben al trabajo colectivo. Una comunidad sin unidad no puede funcionar bien.
“Lo más importante es la organización, si no estaríamos organizados no sé dónde estaríamos.
Igualito estaríamos sin árboles, sin plantas, nuestros hijos no estarían educados, no estarían bien
alimentados, estaríamos dedicados al alcoholismo” resume el ex presidente comunal
Florencio Ttito Huamán.
Los cambios externos no han pasado desapercibidos a la comunidad. El acceso a la educación
secundaria y universitaria, las ofertas laborales fuera de Taucca y las expectativas económicas
relacionadas al futuro aeropuerto internacional a pocos kilómetros de Taucca han
introducido nuevas visiones y sueños en la comunidad. Ante esta situación, una vez más la
buena organización comunal puede jugar un rol importante para el bienestar de la población
de Taucca. Tienen la oportunidad de aprovechar varias experiencias exitosas para la nueva
situación.
Así por ejemplo, se podría tomar en cuenta una vez más las ideas novedosas de la juventud
para lograr un desarrollo económico sostenible. Estudiantes de turismo provenientes de
Taucca podrían orientar mejor la comunidad en la introducción del turismo comunitario. Para
el desarrollo de Taucca, la cooperación con otras comunidades ha sido importante y lo puede
ser otra vez para negociar con más fuerza la reducción de impactos ambientales y las
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condiciones de capacitación y de oferta laboral relacionadas al aeropuerto internacional. El
fondo comunitario podría tener un nuevo impacto como beca para jóvenes de familias con
pocos ingresos.
Aunque Taucca decida reducir su producción agrícola, su buena organización comunal no
pierde de valor. Las comuneras y los comuneros cuentan con un conocimiento extraordinario
sobre la organización colectiva y el respeto de los derechos de las mujeres que pueden ser la
base para una vida digna en el marco de las nuevas condiciones.
Vista desde el camino a Taucca sobre la Laguna Piuray
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