Oración de relativo (Proposición subordinada adjetiva: P.S.Adj.) El tipo de oraciones subordinadas conocidas como de relativo son aquellas que en las gramáticas actuales se corresponden con las introducidas por un que2 (revisar apuntes de lengua sobre la cuestión). Se trata de proposiciones subordinadas que cumplen la función de un adjetivo. Así: El hombre alto El hombre que más mide. Como se puede observar en la oración 2, la proposición “que más mide” cumple la misma función que “alto” en la primera. En gramática funcional (que es la que nosotros estudiamos) lo que hace lo mismo es lo mismo y, por lo tanto, “alto” y “que más mide” son iguales a efectos gramaticales. En castellano (y el resto de lenguas romances) este tipo de proposiciones van introducidas por un nexo “que” en su valor 2(que2) el cual, en determinados contextos, puede ser intercambiado por otros como “cuyo/a, el/la cual, etc.”. El “que” tiene dos funciones, una es la ya comentada de ser nexo pero, además, tiene una función de representación en la proposición subordinada de la palabra a la que complementa. Algunas veces la palabra representada tiene la misma función que en la frase anterior y no ha lugar a confusión, pero otras veces no es así. En lengua romance la función la tenemos que deducir pero en latín no puesto que “qui, quae, quod” se declinan. Singular Plural Masc. Fem. Neu. Mas. Fem. Neu. Nom. Qui Quae Qui Quae Quod Quae Acu. Quem Quam Quos Quas Gen. Cuius Quorum Quarum Quorum Dat. Cui Quibus Abla. Quo Qua Quo Así: El hijo de la reina que me ayudó, cenó conmigo. “Que me ayudó” es P.S.Adj de “hijo”. “hijo” es sujeto de “cenó”, “que” representa a “hijo” “el hijo me ayudó” y también es sujeto. En latín los dos serán nominativo: Reginae filius qui mihi auxilium tulit, mecum cenauit. Veo a los hijos de la reina que me ayudaron En esta oración, en cambio, “los hijos” son Implemento pero “que” que los representa sigue siendo sujeto. Uno será acusativo y el otro nominativo: Reginae filios (qui mihi auxilium tulerunt) uideo. Ady. N. S C I V V I Veo a los hijos de la reina (que me ayudaron). V N. Ady. S C V I 1. 2. 3. 4. 5. Oraciones Bis miser est ille, qui ante felix fuit Diligens agricola serit arbores quarum fructus ipse numquam aspiciet. Ciuitas popularis est illa in qua omnia in populo sunt. Fere homines id, quod uolunt, libenter credunt. Is qui non propulsat iniuriam, improbe facit. 6. Est in Hercinia silua bos cerui figura, a cuius media fronte, inter aures, unum cornu exsistit, excelsius magisque derectum his, quae nobis nota sunt. 7. Mihi gratior est is qui uerum dicit quam is cuius verba dulcia sed infida sunt. 8. Hic puer idem est, de quo tibi dixi. 9. Nauis, quae in flumine magna est, in mari paruula est. 10. Non qui parum habet, sed qui plus cupit quam habet, pauper est. 11. Phidias Mineruae simulacrum fecit quo ornauit templum quod Athenienses illi deae sacrauerunt. Origen del capitel corintio Puella quaedam in Corintho decessit. Post eius sepulturam, pocula, quae puella in uita amauerat, nutrix in calatho collegit et tulit ad monumentum tegulisque texit. Is autem calathus fortuito supra acanthi radicem collocatus erat. Interim acanthi radix folia uere tempore profudit; sed frondes, secundum calathi latera crescentes et tegularum pondere expressi, flexuras fecerunt. Tunc Callimachus hunc calathum uidit, delectausque formae nouitate, ad id exemplar columnas constituit. El latín y las lenguas romances Un idioma es un ideal. Toda persona tiene su propio idioma, particular e intransferible. Sin embargo, grupos de personas nos comunicamos y lo hacemos a través de un ente imaginario que nos une al que llamamos lengua o idioma. A lo largo de la historia, algunas de esas lenguas (las menos) han sido sometidas a una reglamentación que denominamos gramática porque se presentaba en forma escrita. La gramática describe un estadio ideal de un idioma, una supuesta manera “correcta” de usarlo y escribirlo. En el siglo XX la palabra gramática extendió su significado hasta significar las reglas, escritas, descritas o no, de un supuesto ideal de cualquier idioma, de tal manera que hoy en día se considera que todo idioma tiene una gramática aunque esta no haya sido nunca “reglamentada” en un libro. Pero que un idioma tenga una supuesta manera “correcta” de ser usado no significa que los hablantes de ese idioma lo hagan. De hecho, una minoría lo intenta, la mayoría no. Esto es así no ahora, también en los tiempos antiguos. Estas distintas maneras “incorrectas” de usar un idioma han dado lugar a derivaciones de un idioma que se han convertido ellas mismas en idioma. En el caso del latín es bien conocido que dio lugar a las llamadas lenguas romances. Hasta el siglo XX se consideraba que cualquier lengua con gramática (escrita) y sustentada por un poder económico-militar lo era y que las lenguas sin ese pedigrí eran “dialectos”. Esta idea fue especialmente extendida por los revolucionarios franceses, que querían un solo estado con una sola lengua y que extendieron la idea de que la “langue d’oui” era la lengua de todos (y así pasó a llamarse francés) y que el resto de los idiomas de Francia eran “patois”, es decir, lengua de campesinos, “dialectos”. Estos también extendieron la idea de que el francés era unitario mientras que los “patois” eran diversos. En España esta idea se extendió bajo la forma de que castellano solo había uno (el español) mientras que los dialectos se hablaban de muchas maneras (por ejemplo, se decía que no existía un idioma catalán, sino varios dialectos y que en realidad lo que había era ampurdanés, leridano del norte, del sur, barcelonés, tarraconense, mallorquín, menorquín, etc. A veces se llegaba en esta negación al absurdo diciendo que cada pueblo o incluso cada barrio tenía su propio idioma). Por supuesto, un idioma así se consideraba una acumulación de dialectos y un dialecto él mismo.