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asuntos inconclusos

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https://psicologos.mx/3-demonios-del-crecimiento-terapia-gestalt-humanista/
3 “demonios” del crecimiento en terapia
Gestalt Humanista
ESCRITO POR: FRANCISCO AGUIRRE - 15 JUL, 2013
Su presencia genera nuestro modo de relación. Basado en el
libro Emociones, sentimientos y necesidades: Una
aproximación humanista, de Myriam Muñoz Polit. Para la
autora, esos obstáculos al crecimiento personal son los
introyectos, las experiencias obsoletas y los asuntos
inconclusos.
1. Introyectos:
Ideas, valores y creencias que nos han llegado de otros y que
no tienen fundamento en nuestra experiencia personal, pero
que nos llegaron a través de personas significativas. Cuando
son conscientes se convierten en creencias. Los introyectos
nos hacen rígidos.
Generalmente se asumen buscando aprobación o pertenencia.
Nos ayudan a crecer, aprender, pertenecer y sobrevivir, pero
se vuelven disfuncionales cuando alguna idea empieza
estorbarnos.
Tips de trabajo: se trabajan retándolos, concretizando sobre lo
que significan, donde cuando y de quien los recibimos,
revisando cual es la amenaza si no los cumplimos, hay que
promover el contacto con las necesidades actuales, promover
la toma de riesgos, relativizar, revisando lo que sí se quiere y lo
que no, revisar las fantasías catastróficas, y trabajar con el
cuerpo, observando en donde se siente la carga o que
sintomatología existe al responder a frases como “quiero…” o
“debo…”. Los introyectos generalmente acompañan a los otros
dos “demonios del crecimiento”.
2. Experiencias obsoletas:
Son experiencias que no han sido revisadas y actualizadas.
Fueron útiles en otra época, pero se quedaron en un patrón
rígido de respuesta. Están basadas en mí propia experiencia.
Yo las viví, y las sigo viviendo rígidamente como entonces, aun
cuando las circunstancias hayan cambiado. Son lo que más se
ve en el consultorio. Se pueden convertir en un hábito o una
actitud difíciles de quitar o de modificar.
Los humanistas no usan el concepto de FUERZA de voluntad
(obligación) ni en nada que nos violente. En vez de ello usan el
concepto de voluntad (deseo) y de conciencia. Es importante
observar que nos hace repetir las experiencias obsoletas. A
mayor flexibilidad, mayor funcionalidad.
Tips de trabajo: Experimentar con una actuación que ayude a
romper con el automático. Trabajar con las preguntas: ¿para
qué me sirvió?, ¿para qué me sirve ahora? y ¿qué me falta
actualizar?
Relacionado: Mapa cognitivo trazado en las mujeres heterosexuales de 18 años
para la búsqueda de su pareja conyugal
A veces, lo que toca actualizar es el entorno. Para actualizar
hay que tocar el dolor, el sufrimiento y la molestia. (igual que el
introyecto). Usar concretizaciones y trabajar quiero vs. debo.
Cuestionar y retar la creencia, contrastar la creencia con las
necesidades actuales y reales.
3. Asuntos inconclusos:
Son menos frecuentes. Siempre ocurren en una relación pues
queda algo pendiente con alguien.
Tiene relación con la las heridas primaria (etapa pre-verbal de
los 0 a los 2 años donde no hay conceptualización abstracta,
solo concreta y las sensaciones y percepciones las tomamos
como verdades) y secundaria.
De los 2 a los 6 años, el pensamiento es concreto (solo lo que
puedo tocar y ver, no hay representación simbólica. Después
de los 6 años, ya hay pensamiento reflexivo.
Lo asuntos inconclusos quitan energía y vitalidad, nos hacen
perder nuestro aquí y ahora pues nos llevan al recuerdo, al
anhelo y a las expectativas.
Síntomas asunto inconcluso: obsesiones, anhelos,
perfeccionismo, devaluación, reacciones desproporcionadas Y
autoexigencia.
Como se detecta un asunto inconcluso: hay fantasías
persistentes sobre asuntos del pasado, diálogos internos,
sueños, rencor, melancolía, desilusión, sensación de tener algo
pendiente, inquietud sensorial al ver o recordar a alguien, la
cabeza en otra parte, insomnio o aburrimiento.
Como se genera un asunto inconcluso: por la represión de un
sentimiento, por rencor, resentimiento, muerte o alejamiento,
conflicto solucionado de forma no equitativa o un introyecto no
elaborado.
Como se resuelve un asunto inconcluso: Renunciando a la
necesidad, sustituyendo al satisfactor, convirtiéndome en mi
propio satisfactor, cuestionando la necesidad y acercándose al
satisfactor deseado.
Tips de trabajo para los asuntos inconclusos: Se trabaja con la
silla vacía, que consiste en: descubrir con quien es el asunto
inconcluso, en qué etapa de mi vida y de la del otro se dio el
asunto inconcluso, expresión de los sentimientos negativos y
detectar la necesidad que quedó pendiente, revisar si la
necesidad es real, o si hay otros satisfactores disponibles,
exposición de las razones por las que no se dio esa
satisfacción (dándole voz a las 2 partes), expresión de
sentimientos positivos, comprensión de la otra parte, y rescate
de lo que sí hubo, aceptación de la realidad (humildad y valor)
y despedida de la silla vacía.
Relacionado: Psicoterapia de Carl Rogers: orígenes, evolución y relación con la
psicología científica
Es importante visualizar al otro en la silla vacía, ver como se
viste, se sienta, sonríe, etc. También es importante revisar las
sensaciones físicas presentes así como las emociones que se
van tocando. Se utilizan preguntas como: ¿qué te va pasando?,
¿ubicas la época?, ¿Qué emociones tocas?, ¿qué necesitabas
en ese momento?, ¿qué estás buscando hoy de ella?
En un asunto inconcluso hay algo físicamente atorado
(fisiológico y emoción).
Datos para citar ese artículo:
Aguirre, Francisco. (2013). 3 “demonios” del crecimiento en
terapia Gestalt Humanista. Irradia Terapia
México. https://psicologos.mx/3-demonios-del-crecimientoterapia-gestalt-humanista/ [Consultado el ].
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CERRAR CICLOS Y ABRIR PUERTAS
Sé que es un cliché bastante habitual el "soltar" y "dejar ir", pero realmente siento
que son dos de las palabras que más hicieron magia en mi vida.
El sentido de ellas fue cambiando mientras iba quitando capas de "la cebolla" y
avanzando en la conciencia a mi misma. Al principio era algo casi obligado, como
un "deber ser" para dejar de sufrir ante determinadas circunstancias de la vida. Que
claramente no ayudaban sino que tensaban más lo que ya me estaba ocurriendo.
Luego, me di la oportunidad de elegir, ¿quiero soltar? ¿lo necesito? Y lentamente y
cada vez mas profundo, fui experimentando en mi corazón y en mi cuerpo esa
maravillosa sensación de libertad y expansión que me acaricia, cada vez que la
conciencia me muestra lo que estoy "reteniendo", cómo lo hago y el sentido de
hacerlo (el para qué). Cuando logro identificar el apego y llegar a la profundidad de
estas respuestas, un movimiento corporal aparece casi inmediato y un suspiro de
alivio me recorre por completo.
Es verdad, muchas veces me reconozco volviendo a "agarrar" lo que ya había
logrado "soltar" antes. Y en esas idas y venidas, de a poquito, con conciencia, amor
y paciencia, voy soltando amarras y permitiéndo experimentarme.
Cerrar ciclos es para mí soltar la expectativa de que determinadas cosas, relaciones,
circunstancias o situaciones tienen que ser cómo yo siento o espero. Cerrar ciclos
es decir "adiós" cuando lo que me sostiene en determinados lugares es el apego, el
sufrimiento, el sinsentido o la culpa. Es la aceptación de lo que es. Y así, habilitarme
a sentir el dolor, atravesar las aguas grises y encontrar las cristalinas... y seguir
fluyendo. Y una vez más encontrar agua gris para volver a zambullirme en la
profundidad.
"Cuando se cierra una puerta, se abre otra" el tema es que nunca sabemos la puerta
que se va a abrir, hasta que nos decidimos a cerrar la que necesitamos. Y he sentido
que esa es una de las entregas de confianza y amor más grandes ante el misterio
de la vida y ante mi misma. Saltar al vacío, soltar lo que me daña... y confiar. La vida
me sostiene. El universo me acompaña. No sé cuándo ni cómo... pero cuando
atravieso la tormenta y el cierre se da adentro y afuera, la vida resurge y vuelvo a
nacer.
¿Cómo es para vos dejar los lugares conocidos de sufrimiento? ¿Reconoces las
crisis que tuviste que atravesar para abrir nuevas puertas en tu vida
https://issuu.com/womanstyle-magazine/docs/woman_20style_20novdic_202020/s/11263900
https://psicologoemocionalonline.com/gestion-emocional/cerrar-puertas/
https://acento.com.do/opinion/preparar-la-llegada-nuevo-ano-cerrar-ciclos-soltar-revisardejar-ir-agradecer-8415271.html
https://www.instagram.com/p/CjnnT7GAGyH/
LA MAGIA DE LOS NUEVOS COMIENZOS
“Cuando se cierra una puerta se abre el universo entero” .. que no te de miedo cerrar ciclos,
decir adiós, terminar eso que solo te atormenta, atrévete a ver todas las posibilidades
increíbles que hay para ti detrás de esa puerta que estás por cerrar. Atrévete, esta es la
señal que necesitabas ��
https://www.institutgestalt.com/blog/terapia-gestalt-si-no-es-aqui-y-ahoracuando/#:~:text=El%20%E2%80%9Caqu%C3%AD%20y%20ahora%E2%80%9D%3A,realizan%20
siempre%20desde%20el%20presente.
https://www.psicoemocionat.com/cierra-el-ano-para-continuar-hacia-adelante/
https://gestaltsinfronteras.com/2019/12/31/cerrar-el-ciclo-del-ano-que-termina/
https://www.google.com/search?q=cerrar+ciclos+nos+abre+puertas&sca_esv=569891204&sxs
rf=AM9HkKnJzoIDZO3P1watZ4KFNNPvpa1Dg%3A1696193087497&ei=P9oZZfb5HbKrwbkPmeWysAw&oq=cerrar+ciclos+nos+abre+&
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https://www.esferagestalt.com/post/polaridades
Polaridades
Según entiende la Gestalt en todo organismo los fenómenos actúan de forma dialéctica,
y esta dialéctica se manifiesta en las polaridades. Las polaridades son extremos opuestos
pero complementarios : adaptación/creación, sumisión/revolución,
introversión/extraversión, deseo/odio, ternura/agresividad, frustración/gratificación,
bondad/crueldad, …
Esta concepción proviene de la tradición filosófica-espiritual del taoísmo, con la
conocida complementariedad del ying y el yang, principios fundamentales e
inseparables.
“Las innumerables cosas cosas llevan el Ying a sus espaldas y abrazan el Yang, y su
armonía vital deriva de la mezcla adecuada de los dos Alientos vitales”** (Lao-Tse. Tao
Te King)
Por tanto la aportación de la Gestalt no es tanto la existencia de polaridades en el
hombre como la concepción del individuo como una secuencia interminable de
polaridades: unas aparecen en un momento y otras en otro pero todas están ahí y forman
parte de nosotros. Estos opuestos que solemos ver o creer incompatibles no lo son en
realidad, más bien son complementarios, el uno le da sentido al otro y viceversa. Fritz
Perls dice al respecto “ Luz y oscuridad, opuestos irreconciliables cuando se miran
desde el punto de vista abstracto. ¿Cómo puede haber luz cuando hay oscuridad, que es
la esencia misma de la nada? Una excluye a la otra. Ahora miren ese árbol a la luz del
sol. ¿Ven la sombra? ¿Sombra sin luz, luz sin sombra? ¡imposible! En este caso la luz y
la oscuridad se determinan entre sí; se incluyen entre sí.” (Dentro y Fuera del tarro de la
basura, 1975).
Por tanto a diferencia del pensamiento lineal (causa-efecto) que entiende las polaridades
como dicotomías que generan disociación y conflicto interno, la gestalt como
pensamiento diferencial, entiende las polaridades como integradoras.
El filósofo Friedlaender, en su libro Indiferencia creativa, expone la teoría de
que todo evento se relaciona con un punto cero a partir del cual se realiza una
diferenciación de opuestos. Fritz Perls toma este concepto de Friedlander y lo incorpora
a la Terapia Gestalt. Un ejemplo del propio Perls facilita la comprensión de esta idea.
Nos dice que una pantalla de T.V. con el ajuste del balance óptimo de contraste la
podemos poner totalmente blanca o negra. En ese caso, constituirá una nada con
respecto al contenido, un punto de indiferencia. El contenido de esta imagen es la
diferenciación en puntos significativos, negros y blancos. El punto cero o de
indiferencia se hace creativo apenas comienza aquella diferenciación. Siguiendo el
ejemplo de la T.V., comenzará entonces a verse la imagen.
En los organismos biológicos, el punto cero de la normalidad tiene que mantenerse o de
lo contrario el organismo dejará de funcionar correctamente. “Cualquier disturbio del
balance organísmico constituye una Gestalt incompleta, una situación inconclusa que
obligará al organismo a ser creativo, a encontrar medios y modos de restaurar el
balance” (Fritz Perls, 1975). Tenemos multiples polaridades que si no son balanceadas
adecuadamente producen división y conflicto.
*"Los dos alientos Vitales” se refiere a la inspiración y a la espiración (que podríamos
ver como dos polaridades más)
Aplicaciones del enfoque
gestáltico en diferentes ámbitos
Las autoras describen las mismas en el desarrollo personal, clínico, educativo y social. Se
presentan recursos útiles para estar en contacto saludable con nosotros y con el ambiente.
El enfoque gestáltico surge a mediados del siglo pasado, su creador y principal expositor
fue Fritz Perls, médico psicoanalista y psiquiatra, quien tras recibir la influencia de la
filosofía existencialista, la fenomenología, el budismo, el psicodrama, las leyes de la
percepción, la psicología bioenergética, conforma esta nueva mirada psicoterapéutica.
Este nuevo enfoque, es holístico, percibe a las personas como totalidades, tomando en
cuenta lo corporal, lo intelectual, lo emocional, dentro de una visión integradora, teniendo
en cuenta las diferentes partes que componen la totalidad y su interacción con el ambiente,
en su aquí y ahora.
En distintos ámbitos podemos utilizar los diferentes recursos que aporta el enfoque
gestáltico y todos ellos serán útiles para estar en contacto saludable con nosotros y con el
ambiente.
Gestalt
en
el
desarrollo
personal:
La primera de las transformaciones que hacemos, cuando aprendemos gestalt, es con
nosotros mismos. Ampliando nuestra percepción, expresión y contacto. Para ello, es
necesaria una formación teórico/vivencial sobre los aspectos teóricos que aporta la gestalt
para el proceso de crecimiento.
Este enfoque, es en sí mismo un estilo de vida, promueve transitar la vida en forma
presente, de modo pleno, libre y abierto. Aceptando y responsabilizándonos por lo que
somos, sin usar más recursos que apreciar lo obvio, lo que es. Los pilares sobre los que
se apoya el enfoque gestáltico son: el aquí y ahora y el cómo. Su esencia está en la
compresión de estas dos palabras. Vivir en el ahora tratando de darnos cuenta cómo lo
hacemos.
Gestalt en el ámbito clínico:
Si llevamos este enfoque al ámbito de la psicoterapia podemos decir que la Gestalt ayuda
a ser uno mismo. La autenticidad y la responsabilidad son pilares de este enfoque, Y
solamente aceptando quienes somos podemos, si queremos, cambiar. Entendiendo que el
único cambio verdadero es el que podemos hacer comenzando con nosotros mismos.
El trabajo se centra a la apreciación de lo obvio, a reparar la brecha entre el cuerpo y la
mente, a captar claramente la diferencia entre percepción e imaginación, descubriendo
necesidades inconclusas, explorando las polaridades para producir la integración de la
personalidad.
El psicólogo con formación en Gestalt, usa como herramienta su propia capacidad
creativa, su actitud positiva, motivante, empática, sensible, cualidades que junto con el
conocimiento y manejo de técnicas, el conocimiento de los procesos, dando como
resultado del encuentro con el paciente, el aprendizaje de pautas y posibilidades de
crecimiento para que aprender a “ser lo que soy”.
Gestalt en el ámbito educativo:
La educación es la actividad fundamental que enseña a crecer y a vivir en sociedad, siendo
el profesor/a el modelo de referencia para el alumno/a. Muchos educadores se han
acercado a la Gestalt buscando ayuda para su crecimiento personal y recursos
pedagógicos para su mejor desempeño en la vida y en el aula.
El trabajo gestáltico proporciona herramientas personales para el cuidado de uno mismo
y la relación con el otro. La supervisión gestáltica de su labor es un medio para el darse
cuenta y la puesta en conciencia de las dificultades y conflictos internos que están
actuando e interrumpiendo las relaciones o la resolución de problemas en lo laboral.
Gestalt en el ámbito social:
Los aportes de la Gestalt nos pueden posibilitar pasar de lo individual a lo comunitario,
de la transformación interna a la transformación social, para que sea verdaderamente
liberadora. Podemos crear espacios de reflexión y acción que combinen esta
transformación a la vez personal y social. Desde el campo del trabajo social, se apunta
conjugar la actitud gestáltica y la tarea socioterapéutica del trabajador social. Se trata de
un proceso de aprendizaje psico-social que tiene en cuenta a la persona y a la relación
dinámica de la misma con su entorno. Este proceso de facilita que las personas descubran
sus diferentes capacidades y potencias personales, así como aspectos valiosos de su ser.
La Gestalt le aporta al profesional un caudal de elementos y técnicas sumamente ricas,
tanto en el abordaje de caso individual, la coordinación de grupos, el trabajo con familias
y la promoción comunitaria.
Es muy amplia la aplicación del enfoque gestáltico en diferentes ámbitos, por ello, se
promueve la formación en el mismo como una condición fundamental para la vida. El
aprendizaje es un trabajo de autoconocimiento, desde la vivencia, más allá de los
conceptos y técnicas, como un proceso de transformación personal y profesional.
https://clinicaeos.com/psicologia/gestalt/
¿En qué se basa la Terapia Gestalt?
La terapia Gestalt es un tipo de psicoterapia humanista, originada en la Alemania de
mediados del siglo XX.
Tiene como
mentor fundacional a un neuropsiquiatra alemán de origen judío, Fritz Perls, que
supo integrar diferentes corrientes teóricas y disciplinas para diferenciarse de los
modelos establecidos, como el determinismo, en el caso del psicoanálisis y el
intervencionismo, en el caso de la psicología conductista.
Sin embargo la Gestalt es algo más que un conjunto de técnicas, se presenta ante
nosotros como una filosofía de vida. Una forma diferente de concebir las relaciones del
individuo con su entorno.
¿Cuáles son sus objetivos?



El objetivo fundamental que persigue esta terapia es alcanzar un mayor grado de
consciencia, lo que en Gestalt se conoce como “darse cuenta”. En Clínica
EOS creemos que ese proceso es fundamental, gracias a ello la persona se abre a
experiencias más satisfactorias que dan lugar a una mejor calidad de vida y una mayor
capacidad de tomar decisiones.
Una vez se ha avanzado en la toma de consciencia, el segundo paso a seguir es
la “integración” de lo nuevo, que significa abrazar la polaridad (conflictos y opuestos) o
en otras palabras, que la persona descubra aquello que desconocía de sí misma y que
también es.
Otro objetivo es la búsqueda del “autoapoyo” y la mejoría del contacto interpersonal.
Ejercitado a través de los movimientos de contacto y retirada con quienes componen el
ambiente de la persona, lo que la rodea, aficiones, etc..
¿Cómo se estructura la Terapia Gestalt?
Un concepto teórico que da nombre y estructura la terapia, es el de “Gestalt”, que define
por el hecho de entender que permanentemente se nos abren y cierran ciclos de
necesidad a los que nuestro organismo de una manera u otra tiende a satisfacer. Cuando
este ciclo es interrumpido, la incomodidad se manifiesta en forma de síntomas.
El descubrir y prestar atención a aquellas necesidades no resueltas, si el proceso
terapéutico resulta efectivo, llevará a la “autoregulación” es decir a su satisfacción, para
luego proceder al cierre de la Gestalt.
Esta terapia posee como un eje fundamental de su práctica el hecho de que el ser humano
siempre tiende a la autoregulación organísmica, en otras palabras, a su superación.
Postula también, que es lógico y natural que haya ciertas “Gestalt” inconclusas que no se
pueden satisfacer y que lo sano sea la aceptación de esta situación.
Parte del trabajo terapéutico será detectar las “Gestalt” inconclusas que continúan en el
presente generando desorden y por ende neurosis. Con ese fin se recrean sensaciones,
sentimientos y pensamientos, fantasías, imágenes, recuerdos. Se considera que la terapia
avanza cuando una persona puede relacionar, sensación con sentimiento e integrarlo con
un proceso mental.
¿En qué consiste el trabajo terapéutico?
En la práctica se presta mucha atención
al cuerpo, a la postura, a las expresiones faciales y a cualquier otro movimiento
temporal o crónico. También se tienen en cuenta los sueños y fantasías, entendiendo
los sueños como verdaderos mensajes existenciales.
La integración de los conflictos y opuestos o polaridades, se trabaja recreando
experimentos como la “silla vacía” que promoverán la consciencia sobre patrones de
conducta. Otro tipo de experimentos que se recrean son visualizaciones, técnicas
teatrales, decir “no”, exagerar movimientos con el cuerpo, entre muchos otros. Este
tipo de ejercicios surgen del contexto inmediato de la sesión y pueden ser tan diversos
como permita la creatividad del terapeuta.
Por último la toma de consciencia implica darse cuenta de que cada uno es
responsable de la calidad y la dirección de su vida. Se puede evitar asumir esto con un
lenguaje irresponsable y de excusas, pero básicamente cada uno crea su existencia y su
conducta implica decisiones.
Darse cuenta, integrar y hacerse responsable son conceptos fundamentales de este
trabajo terapéutico que busca sobretodo una forma de estar presente aquí y ahora.
https://inukinstitut.com/el-trabajo-gestaltico-con-la-propia-muerte/
El trabajo Gestáltico con la propia
muerte
01/09/2019
por Noemi Casabón
con No hay comentarios
Artículo
Publicado en Revista de Terapia Gestalt Nº 39/2019. ///
“La Gestalt se ocupa de reconocer la realidad. No hay nada que inventar, la realidad
es que somos mortales. Si uno no tiene conciencia de eso, es que está dormido, que está
mirando para otro lado” Naranjo. C. 1
En el año 2002, Noemí Casabón y Ángeles Jorge realizamos varios talleres de
crecimiento personal sobre la vivencia de la muerte y la sombra; en base a algunas
experiencias recogidas y entrevistas realizadas a personalidades expertas en la materia,
escribimos la tesina que fue presentada el siguiente año en la AETG, bajo la tutoría
de Vicens Olivé. Algunos de las párrafos de este artículo son parte literal de esa tesina,
algunos otros han sido reformulados y unidos a bibliografía más actualizada.
Los talleres que impartíamos en ese momento se dirigían a personas interesadas en
profundizar en su autoconocimiento, utilizando la vivencia de la muerte como recurso
terapéutico.
La vivencia de la muerte es un elemento de aprendizaje que no resulta ajeno a nadie,
incluso si lo niega. Sirve como potenciador de conciencia. Cataliza el impulso natural
del ser humano de llegar a lo más profundo de sí mismo, impulso que en términos
generales, y especialmente en la sociedad actual, se diluye y pierde en entretenimientos
más superficiales.
La riqueza terapéutica que proporciona un contacto cercano con la vivencia de la muerte
puede ayudar a reducir nuestra neurosis, y seguro que el lector, si ha pasado por el
contacto de una experiencia así, sabe de lo que estamos hablando. Entendiendo por
neurosis, la huida del contacto con lo verdaderamente esencial, y real de lo que siente;
ese “darse cuenta” de lo presente, no en campos intermedios evitando lo doloroso, lo
molesto y también lo amoroso.
Desde la perspectiva de considerar la vida como un camino que lleva a alcanzar un
mayor grado de conciencia, la muerte puede servir como elemento indicador de que
estamos recorriendo un buen camino para nosotros. Si cada día al levantarse uno se
preguntara “Si este fuera mi último día de vida, ¿qué deseo y qué es lo verdaderamente
importante hacer?” se podría dilucidar mejor qué es lo que la persona entiende como
esencial.
Cada persona entiende la muerte de forma diferente. Comprobamos que en algunos
casos, el concepto de la muerte está influenciado, además de la cultura, educación
recibida; por la historia vivida y cómo todo ello afecta a su postura ante la posibilidad
de morir. Tal y como dice Campins, I., en su entrevista, “según se vive, así se muere”.2
Así pues, ante la propuesta de dibujar cómo cada participante entendía la muerte se
observó que María entendía la muerte como descanso, lo duro es la vida. En este caso su
historia personal es toda una vida de enfermedad y sufrimiento físicos. Sin embargo,
para Alicia*la muerte emerge como una danza bailando con la vida. En su vida existe
mucho movimiento, trabajos, relaciones que empiezan y se acaban. Existen grabados
del siglo XV que dejan patente esa idea: personas bailando con forma de calavera,
representaban el significado de la muerte en esa época. 3
La terapia gestalt está muy cercana al concepto de muerte. En efecto, si tomamos el
presente, el estar en el aquí y ahora como referente, lo que ocurre en este momento deja
de existir en el siguiente instante. Ya Krishnamurti mencionaba este concepto: que lo
importante no es la muerte que vendrá, sino ir muriendo a todo lo que va pasando. Si
morimos a todo, no hay pérdida ninguna.
Este fue el caso de Alicia, con dificultades para asumir el dolor de una infancia con un
padre maltratador, optó por enfrascarse en el trabajo, al que dedicaba todo su tiempo y
energía. A sus 45 años consideraba que había llegado a la mitad de su vida, y sin
haber podido establecer una relación de pareja que le nutriese. Escribió en su propio
epitafio (“Mucho éxito y poco amor”) Esa experiencia la colocó en el aquí y ahora de su
vida. Por primera vez, se dio cuenta de la pobreza de su vida emocional, a pesar de lo
cómodo de su situación económica y decidió concluir su proceso terapéutico para tener
una “segunda mitad de vida” con mayor amor por sí misma en todas sus dimensiones.
Darse cuenta en el Aquí-y-ahora. Impermanencia
Uno de los pilares básicos de la gestalt, el “darse cuenta” que Paco Peñarrubia lo
clasifica como el apellido más simple y descriptivo que se le ha dado a la terapia Gestalt
“terapia del darse cuenta”. 4
El trabajo con la muerte obliga casi necesariamente a darse cuenta, cuando menos de
la impermanencia de la realidad física. A pesar de observarla continuamente: cambio de
estaciones, pasar del día a la noche, abrir o cerrar los ojos,… no se toma conciencia de
ello. La mente consciente generaliza y engloba, perdiendo el punto de vista de
la impermanencia: a las olas que se suceden en la orilla del mar, las vemos como
“iguales” cuando cada una de ellas es única y diferente. En lugar de apreciar la
individualidad de cada instante, generalizamos. Cada respiración que realizamos nos
convierte en seres diferentes: al tomar conciencia de que puede que la siguiente sea la
última inspiración a realizar en la vida, cada instante adquiere un valor y un significado
que difícilmente le atribuimos por término medio. Desaparece el sentido de “matar el
rato” o “pasar el tiempo”. De repente, el tiempo se convierte en lo más valioso y lo más
útil para la expresión del yo.
Al asumir la impermanencia de lo físico, necesariamente el ser humano se enfrenta a lo
que ocurre una vez lo material desaparece. ¿Qué es lo que queda, si es que queda algo?
¿Qué es lo que está por encima, o más allá, de la vida material, la que nos resulta
palpable y observable por los sentidos?. Preguntas tan necesarias en estos momentos
sociales que nos toca vivir, dónde la carrera hacia el “conseguir cosas” (títulos, status
o más seguidores de “Instagram”) sea lo más importante y valioso del día.
Puede que en el trabajo vivencial con la muerte, no surjan tales cuestiones
transcendentales, ya que dependerá del momento vital y/o estado de conciencia de quién
lo experimente, pero sí se abre la puerta a lo emocional, a lo más auténtico, al
corazón… Surge un sentimiento de amor que tiñe hasta las acciones más pequeñas, y la
vida recobra un significado que quizás perdió en el camino de la cotidianidad.
El hacer presente la muerte nos lleva a lo más recóndito de nuestra psique. Obliga a
darse cuenta de lo no visto: Aparecen los miedos, a veces ocultos a nuestra gnosis,
miedos en definitiva al exterminio de nuestra existencia. Miedo a tocar lo desagradable,
lo molesto, lo doloroso. Por debajo de todos ellos aflora el otro extremo de la polaridad,
el miedo a la vida. Como todo sistema de opuestos, cuando tocamos uno, surge el
extremo opuesto, aunque no lo hayamos percibido. El miedo a la muerte conecta con el
miedo de vivir el momento, de sentir lo que sea que siento: es como vagar por la vida
con la muerte en el hombro pero no viviendo por si muero. El miedo al futuro, a lo que
tiene que venir, y para ello el mecanismo de compensación consiste en fantasear sobre
lo que tiene que llegar. Esta constituye otra de las trampas que nos tendemos para evitar
el presente.
La propuesta que hace Friedländer 5 con el concepto de “punto de la indiferencia
creativa” o “punto de equilibrio o vacío fértil” como posteriormente acuñó
Peñarrubia 6. Es un punto desde donde observar los opuestos, viendo las diferencias,
ya que todas las cosas existentes están determinadas por las polaridades. Ponerse en el
punto cero, como una posición neutra entre dos opuestos. Es un lugar para mirar los dos
lados de una polaridad, como es el de vida-muerte. Mirar desde el aquí y ahora
equivaldría a estar en el punto cero, un lugar neutro desde donde contemplar ambos
extremos.
La importancia de vivir en el presente nos ayuda a ir desprendiéndonos de los
mecanismos automáticos de evitación del contacto que hacen que nos convirtamos en
seres robotizados sin conexión con los sentimientos. En la medida que aumento y
permanezco presente en el aquí y ahora, aumenta mi conciencia y asumo mis
comportamientos, mis sentimientos, mis pensamientos y por tanto, mi propia vida.
Un ejemplo para ilustrar este punto es el caso de una mujer de 55 años, a la que
llamaremos Laura, que venía a consulta porque hacía años que padecía colitis ulcerosa,
cosa que le incomodaba bastante y le impedía hacer una vida como ella quería.
Manifestaba mucho miedo a la muerte y durante el proceso terapéutico murieron varias
personas cercanas. Comprendió que su colitis era el síntoma que su cuerpo
manifestaba, mostrando el miedo que tuvo cuando perdió a su madre con siete años. Se
había desconectado de sus emociones y en lugar de ser y sentir, se puso en la actitud de
“hacer para no sentir”. Su cuerpo se revelaba ante su desconexión y manifestaba sus
miedos y la ansiedad de esa forma. La psicofarmacóloga Candace Pert, describe así los
síntomas psicosomáticos: “Si reprimimos la expresión de las emociones, también
reprimimos nuestras funciones orgánicas, lo que a la larga produce enfermedad o
malestar, ya que se trata de una parte intrínseca de funcionamiento del cuerpo” 7
En la medida que Laura fue asumiendo sus miedos ocultos, fue naciendo en ella más
presencia en el presente y una capacidad de disfrute que antes no estaba desarrollada.
El contacto con lo dionisíaco le fue sanando de su enfermedad física y también de su
padecimiento psíquico.
En algunos de los pacientes se observó, que iba naciendo un interés en la dimensión
espiritual a medida que se hacían más libres en su expresión emocional.
Pert C. lo expresa así: “Las emociones no son sólo moléculas físicas del organismo,
sino una vibración, una energía que influye sobre el mundo. De hecho, creo que las
emociones son un puente no sólo entre la mente y el cuerpo, sino también entre el
mundo físico y el espiritual”. 8
Cerrando Gestalts y Autorresponsabilidad
El trabajo con la muerte despierta una fuerte necesidad de resolver asuntos pendientes,
incluso los más antiguos y en especial los relativos a los seres más allegados. Ponernos
en situación de “como si” uno dejara esta vida le conecta automáticamente con lo más
prioritario de la vida, con el impulso auténtico, con la verdadera necesidad. Se
restablece la autorregulación organísmica del individuo. Y devuelve a la persona la
responsabilidad de asumir su propia vida.
Así ocurrió con Lucía, quien después de la visualización de toma de conciencia con
asuntos inconclusos en el taller de la muerte, dijo que hablaría con su padre (en este
caso vivo) con el que tenía muchas cosas por expresar. En el transcurso del
taller observó que tenía sentimientos de rabia hacia su padre por no haber impedido el
suicidio de su madre cuando ella contaba nueve años.
Las situaciones inconclusas son de vital importancia en los procesos de despedida. En
ocasiones el proceso de despedida está bloqueado porque la persona se aferra al vínculo
con el sujeto. En la mayoría de casos es debido a que quedan asuntos por
concluir, gestalts inacabadas. Pueden ser sentimientos que no fueron expresados, tanto
positivos como negativos.
Las gestalts inacabadas hacen que se conviertan en patrones de repetición,
Freud 9 denominó ”impulso a la repetición”, un impulso compulsivo e inconsciente
que nos lleva a intentar cerrar lo pendiente.
Cerrar gestalts, acabar los asuntos inconclusos permite que fluya de nuevo el flujo
energético, que la persona lo experimenta como un impulso de vitalidad.
Consecuencia asimismo de concluir gestalts es que surge el orden: si una vida está
desordenada, aparece como figura lo prioritario a hacer, lo importante a realizar antes de
morir. El intervalo de tiempo antes de morir que uno percibe condiciona el quehacer
diario: si aparece la conciencia de muerte, resalta lo importante a realizar y la urgencia
de realizarlo. Reconciliaciones, confrontaciones, aproximaciones o huidas largamente
evitadas aparecen repentinamente como imprescindibles de realizar. Nos da fuerza
y motivación necesarias para hacer las cosas que tenemos pendientes. Y nos acerca a
las personas más importantes de nuestra vida. Un ejemplo ilustrativo de esto fue el caso
de Diana en el taller de la muerte. Tras el ejercicio de aceptación de su propia muerte
pudo integrar la posible muerte de su padre, que padecía una enfermedad al corazón. Al
mismo tiempo, se dio cuenta de que se pasaba la vida sufriendo por si algún día fallecía
su padre, olvidándose de disfrutar el tiempo que fuese que le quedara de vida.
Concluir gestalts da un orden y un sentido a la vida, lo que redunda en que la persona
ocupe su lugar en su familia, en su trabajo, en los sistemas que le importen, y determine
un aumento del bienestar de la persona. Por ello es importante comunicar al enfermo
terminal que se va a morir. Aunque evidentemente dependerá de si la persona lo quiere
saber o no. El enfermo tiene la oportunidad de cerrar asuntos inconclusos, y de dejar su
vida en orden. La ventaja de este “orden”, de este asignar prioridades que aparece,
frente a un imponer orden desde lo neurótico es que este orden deriva de la necesidad
imperiosa de ser uno mismo, mientras que en la neurosis el impulso es el de alejarse de
lo esencial. En este mostrarse públicamente ya no hay miedo, porque no hay pérdida: se
está asumiendo la pérdida principal, que es la pérdida del yo. Por lo tanto, lo que a la
persona le resulta importante proviene del deseo de ser yo, independientemente de
estructuras egoícas. Asumir la desaparición del cuerpo y centrarse en lo emocional tiene
como consecuencia directa el obrar lo que se puede obrar desde lo físico, que se pone al
servicio de lo esencial para canalizar hasta el final los deseos, necesidades y apremios
más personales, en contra de lo superficial, innecesario y exterior a uno mismo.
El darse cuenta que surge de imaginarse muerto repercute en el autoconcepto que la
persona tiene de sí misma, que puede variar radicalmente. Desde la perspectiva de la
muerte, se adquiere la capacidad de verse a uno mismo con prístina claridad. Es el caso
del universalmente leído Cuento de Navidad, de Charles Dickens. El protagonista se
enfrenta a su pasado, su presente y su futuro, en un proceso que podría ser similar al de
morirse en el que, según cuentan las personas que han pasado por una experiencia
cercana a la muerte, se ve como en una película la propia vida. La resignificación de
cada instante conlleva el desear hacerse cargo de cada uno de ellos.
Sólo yo puedo sentir mi propio yo, y sólo yo soy responsable de darle salida a lo que yo
soy. El resto de los seres humanos se convierten en posibles receptores de aquello que
yo doy, de aquello que yo percibo, siento o pienso. Puede que un mal funcionamiento,
un bajo grado de conciencia o una falta de impulso amoroso me haya llevado a
incomunicarme, a mal-expresarme, a declinar mi propia responsabilidad sobre otros,
pero al asumir mi propia identidad, mi individualidad, no puedo dejar de asumir la
responsabilidad sobre mi propia vida. A partir de asumirla, se le da permiso a la
creatividad a expresarse, a manifestarse, a ser… La vida, de nuevo, se enriquece. Se
elige con conciencia y, lógicamente, las decisiones tienen más sentido, más peso. Se
eleva el nivel de compromiso, táctica única para alcanzar la felicidad.
Puede ocurrir también que en lugar de ampliar fronteras, lo que se de es un limitar la
responsabilidad al yo: en lugar de hacerme cargo de la felicidad, del amor o la vida de
otras personas, me limito a mi propia parcela, a mi propia vida, a mi propio cuerpo. En
lugar de perseguir hacer feliz a mis padres, mi pareja, mi jefe, mis amigos… me dedico
a hacerme responsable de mí. La carga que puede haberse llevado hasta el momento se
aligera. Es un alivio ocuparse únicamente de uno mismo y dejar que los demás se hagan
cargo de sí mismos. En todo ello, puede aparecer la transparencia de mostrar quién soy
así como la dignidad del yo soy. Al surgir la dignidad que implica el hacerme cargo de
mí mismo, se le deja espacio al otro para que asuma su propia vida, sus propios asuntos
y responsabilidades: se le permite que acceda a su propia dignidad.
El tomar conciencia de la muerte es tomar conciencia del camino a recorrer. Repercute
en asumir dónde se está, de qué se dispone, qué es lo realmente propio y qué es ajeno.
Las conclusiones de qué es lo propio acaban por referirse:
Al cuerpo, es lo que marca el principio y el final de nuestra existencia en el plano
físico. Asumirlo implica tenerlo en cuenta, escucharlo más, alimentarlo y cuidarlo
mejor. También implica una mayor identificación con él, el valorar lo que ha dado, y lo
que puede dar. Implica una apertura a lo sensorial, a los sentidos, a escuchar, ver, oír y
tocar, que es una apertura al mundo físico y material. Implica necesariamente estar en el
presente, prestar atención al aquí y ahora, en lo físico. Con la apertura de los sentidos,
con la conciencia corporal, aparece el placer. Incluso si se vive el dolor, si se permite
que ocupe un lugar en el cuerpo, si la voluntad se rinde al cuerpo, aparece la calma y, si
el dolor es limitado, también el gozo de disponer de un cuerpo.
A lo mental. Esta dimensión corresponde a las creencias, imágenes, pensamientos.
Hacerse cargo de los propios pensamientos redunda en una mejor vida.
A lo emocional. Se presta una mayor atención a las emociones más profundas,
sentimientos propios y necesidades del corazón. Se minimiza el torbellino de emociones
secundarias, de emociones “prestadas” o “adoptadas”, a favor de las propias, de las
esenciales. La conciencia se dirige a lo más auténtico de uno, y surge una necesidad de
transparencia y de comunicar a las personas queridas lo verdaderamente importante.
Podría decirse que la vida intelectiva decrece, dando un mayor espacio a la emocional.
A lo espiritual. Puede hacerse importante la dimensión espiritual, que es un proceso
interno. Se plantea la creencia de si hay una vida después de la existencia física, otra
dimensión, Dios, o algo más grande que el hombre. Dependiendo del nivel de
conciencia y de la persona, esta parte puede o no presentarse o asumirse.
Dolor y evitación del contacto
El contacto implica una conciencia activa, prestando atención al percibir de mí mismo,
de mí cuerpo, de mis sentimientos. El contacto implica localizar, identificar y aceptar la
existencia de eso que ha estado oculto en la sombra, que ha estado negado. Una vez se
pone luz a lo oscuro, a lo oculto, se empieza a integrar, a asimilar. Aparece una nueva
dimensión de la conciencia. Claudio Naranjo en su entrevista lo nombra como “en el
momento que se puede dar cara ante lo feo, ya no es tan feo”. Un ejemplo de esto se vio
en el taller de la muerte: a través de la visualización del dolor, Lorena conectó con un
antiguo dolor, el dolor de haber perdido a su madre a los nueve años y no haber podido
llorar su muerte a causa de la prohibición del padre, que no permitía las lágrimas.
Conectar con ese dolor oculto, la liberó y a su vez le dio una percepción más amplia de
sí misma.
Contactar con el dolor puede transformar a la persona, si uno aprende a cambiar la
actitud ante el dolor. Tenemos dos opciones ante las circunstancias dolorosas de nuestra
vida: una es dejar que esas situaciones nos endurezcan y nos hagan cada vez más
resentidos y miedosos y otra es permitirnos sentir el dolor, pasando por él y con ello
aprender a ser más humanos. Ello nos ayuda a adoptar una actitud más abierta ante lo
que nos asusta. Para ello es imprescindible pasar por un proceso de trabajo personal que
implica asumir las dos caras de la vida.
La evitación del dolor puede crear una coraza que rodea nuestro corazón. Hay quien
piensa que no tiene aflicciones. Este es otro aspecto de nuestra rígida negación y
autoprotección. Levantamos muros protectores hechos de opiniones, prejuicios y
estrategias, barreras construidas por el profundo miedo a que nos hieran. Se puede
pensar que el dolor es una tristeza trascendental, pero es algo más sutil. Todos sentimos
dolor, pero si acorazamos nuestro dolor, éste se revela como autocrítica, como miedo,
como sentimiento de culpa, como cólera y reproche. Es la insistente crueldad con
nosotros mismos. Nuestro dolor es nuestro miedo delante de una pérdida, nuestro miedo
frente a lo desconocido, nuestro miedo a la muerte. El dolor es la soga que nos abrasaba
cuando lo que más queríamos queda fuera de nuestro alcance. Debajo de la armadura se
oculta la ternura y la compasión, el amor.
Consideramos esencial trabajar con el contacto con el dolor, ese dolor acorazado y
oculto como algo imprescindible para tener conciencia de lo amoroso, lo tierno. Mí
experiencia personal (Noemí) ante este tema fue crucial. En el año 2000 tuve la triste
noticia de que mi padre se había puesto enfermo: el pronóstico era bastante desolador y
al cabo de unas horas quedó sin vida. En ese momento, en mi vida estaba ocurriendo
algo maravilloso, acababa de iniciar una relación y me sentía totalmente enamorada. No
podía creer que me ocurriera esto. Para mí era difícil sentir esos dos sentimientos a la
vez, el amor y el dolor. Comprendí que eran casi lo mismo, que se tocaban en algo que
estaba muy cercano. Que los dos se unían en un punto de vulnerabilidad, de apertura
que me hacían sentir como nunca me había permitido sentir. Conectar con el dolor me
hizo conectar con el amor verdadero, con la entrega, algo muy diferente de lo que había
experimentado hasta ese momento. De manera que estas dos experiencias me hicieron
acariciar los lugares más tiernos que existen en mí y por supuesto cambió la concepción
que tenía del dolor. Ahora diferencio bastante bien lo que es el dolor natural de la vida y
la muerte respecto al sufrimiento innecesario.
En ocasiones la negación a procesar un duelo provoca el dar la espalda a la muerte. Y
esto puede incluir a todo el sistema familiar con una dinámica oculta de la que la familia
no es consciente. Si no se resuelve, esto puede implicar a varios miembros del sistema e
incluso pasar de generación a generación.
Un ejemplo puede ser el caso de dos clientes, Juan y Carolina, hermanos de veinticinco
y veintinueve años respectivamente. Los dos acuden a consulta por una depresión de
varios años de evolución. El padre de ambos, desde muy joven, también padecía la
misma dolencia. Indagando en su historia familiar, resultó que ambos abuelos paternos
se habían suicidado ahorcándose con tres años de diferencia, siendo el padre un niño de
corta edad. Carolina dijo el primer día de sesión: “Yo no puedo más con esto”. Juan
también manifestó: “Llevo un peso encima”. Al profundizar más en la historia, vimos
que ellos llevaban el dolor de la muerte de los abuelos, dolor que el padre no había
podido asumir en su momento.
Amor y muerte están unidos por un fino hilo: los hijos en este caso llevan el dolor del
padre, que no les corresponde, por amor a él. La solución consistió en dejarle al padre el
dolor y la responsabilidad del mismo, dolor que no pertenecía a los hijos. A mis clientes
les costó en un principio aceptar esta solución, pero acabaron haciéndolo, con la
consiguiente mejoría de los síntomas de depresión.
Tal y como manifiesta Ruppert 10 en su entrevista, “se necesita ir atrás e irrumpir allá
donde la muerte traumática ocurrió, y trabajar ahí algunas fijaciones que se han
producido en los procesos psíquicos”. (Ruppert. 2003). Se trata de ayudar a la persona a
salir del estancamiento psicológico en el que se quedó atrapado.
Aceptación
Al ver un final a la vida, puede aparecer un objetivo que le de sentido a la vida misma.
Simplifica el modo de vivir, dirige y alienta en los momentos más duros. Ayuda a vivir
más de acuerdo con la realidad posible, y a aceptarse a uno mismo. Por otra parte, y
también como efecto, aparece la necesidad de lo que necesariamente debe ser cambiado
para que la vida tenga el sentido que se ha percibido que posee.
Este es el caso de Begoña, mujer que a los 27 años le diagnosticaron una insuficiencia
cardíaca. Consciente por primera vez de su mortalidad, decidió no postergar más su
anhelo de viajar, largamente negado debido a las normas familiares, contraria a ello.
Encontró el valor para enfrentarse a sus padres y decidir sobre su propia vida con su
propio criterio.
El tener un objetivo de vida señala en qué entorno y con quién se desea vivir. Ayuda a
comprometerse con lo que se tiene, y enseña claramente a amar lo que se tiene, más que
a lo que se desea. Del conformarse sin resignación, del inclinarse ante la muerte con
respeto aparece también el respeto a la vida, una inclinación interna a la realidad con la
que nos enfrentamos cotidianamente, y se convierte en un regalo a valorar y a utilizar
“provechosamente”.
De aquí deriva otra de las importantes conclusiones de este trabajo: aparece una mayor
tolerancia hacia uno mismo y hacia los demás. Al estar de acuerdo con la vida propia,
aparece o aumenta la comprensión hacia lo propio y lo ajeno. Inclinarse ante la vida
tiene el efecto de inclinarse hacia uno mismo. El mayor respeto hacia el yo no puede
sino repercutir sobre el respeto hacia los demás.
Con ello, se favorece la aceptación de uno mismo, de la propia vida y del propio entorno
familiar, físico y profesional. Aparecen y se valoran puntos de la historia personal que
no se tenían en cuenta, y que, por lo tanto, no contaban en la conciencia del haber
personal. Los mecanismos de huida, de negación, de rechazo al dolor, la falta de asumir
lo oscuro de la propia historia, repercute, en el ocultar inadvertidamente lo bueno que se
ha vivido. Favorecer la aceptación de lo propio puede destapar los recuerdos de lo
negado, de lo no vivido por haber sido demasiado doloroso, por no haber dispuesto de la
fortaleza o recursos en el momento en que ocurrió. La aceptación y la tolerancia
aumentan el grado de conciencia de lo nuestro, y con ello, la vida se enriquece y se
agranda. Si además, se incluye con la conciencia de lo propio (de lo físico, lo cognitivo,
lo emocional y lo espiritual), se aprecia lo vivido en un número mayor de dimensiones.
A mayor número de dimensiones permitidas, mayor riqueza en lo vivido, mayor
apreciación de lo recogido de las experiencias. Una sola hora de vida puede conllevar
una infinidad de experiencias únicas. El límite lo establece el grado de conciencia, la
conciencia del aquí-ahora, la conciencia de las propias dimensiones. Si se vive en
función de una única dimensión, por ejemplo, la física, el tiempo es mucho más pobre
que si se incluye la dimensión emocional. Si el mismo tiempo se vive incluyendo
cuerpo, mente y emociones, se enriquece exponencialmente. La muerte actúa como
maestra en este sentido, al ser llave a la apertura dimensional del ser humano.
Amortiguación del “Awareness”
Trabajar con la propia muerte contribuye a aumentar la capacidad del darse cuenta y
parece evidente que el grado de conciencia se amortigua con el tiempo. La temporalidad
de lo que se asume es lo que Gold llama la “falta de voluntad” (Gold,
E.J.2003)11 afirma que el ser humano carece de la voluntad de vivir con conciencia,
que la debe “adquirir” a partir de alguien que esté enfermo y vaya a morir.
Resulta paradójico el considerar que ya que la ganancia de vivir con conciencia es tan
grande ¿cómo es que se amortigua? ¿Cómo es que cuesta tanto el asumir el nuevo grado
de conciencia y vivir coherentemente con ello?
Para contestar esta pregunta utilizaré un ejemplo. Cuando yo (Ángeles) obtuve el
permiso de conducir, empecé en seguida a conducir en la atestada ciudad de Barcelona.
Estaba completamente pendiente de cada uno de mis gestos, acciones y respiraciones.
Tensa, rígida y en alerta total circulaba pendiente de todas y cada uno de los momentos
que vivía, en un aquí-y-ahora que dudaba de mi supervivencia. Con el tiempo, fui
aprendiendo y conducir se convirtió en una tarea automática. Hasta el punto de que,
cuando llegaba a casa, me preguntaba si realmente había conducido yo, tan ausente
estaba durante el trayecto.
Una tarde, ya oscuro, pilotaba mi coche por una carretera desconocida, pero en buen
estado. De repente entré en un bache que no había visto, lo que provocó un traqueteo
tanto del auto como de mí. Inmediatamente, presté atención a lo que estaba haciendo.
Volví al aquí-y-ahora y estuve completamente pendiente de la conducción, atenta y
alerta. Durante un tiempo. El buen estado de la carretera permitió que yo, poco a poco,
aflojara el estado de alerta y volviera a un conducir más automático.
Enfrentarse a la propia muerte equivale a entrar en el bache. La sacudida de la
conciencia nos aparta de los automatismos, es en general inevitable el prestar atención
al yo emocional y se tiene más valor para enfrentarse a las evitaciones de contacto con
la intención de resolverlas.
La mayor capacidad de darse cuenta tras trabajar con la muerte puede sufrir un proceso
de amortiguación, pero deja un remanente que permite a la persona ver su vida con
mayor perspectiva. Queda algo de la sabiduría que se percibe desde el trabajo. Sería el
equivalente a, en una oscura noche de tormenta, ver gracias a un relámpago que ilumine
el paisaje. Luego, la conciencia no vuelve atrás. Ha visto. Sin embargo, sí que para la
mente consciente parece perder intensidad la sensación de amor que surge. El hecho es
que, a cada nuevo paso hacia la conciencia, cuando este es asimilado, pasa a formar
parte del inconsciente. Se vive desde ese nuevo grado de conciencia, y se pierde parte
de la intensidad, pero ya está asimilado, integrado. El trabajar hacia el aumento del
grado de conciencia repercute en una mejor calidad de vida, puesto que la persona tiene
una visión más amplia de sí misma, y puede actuar en consecuencia. Los juegos
neuróticos pierden parte de su intensidad, dejando mayor lugar a la esencia de la
persona.
Conclusión
En el trabajo con la muerte se hace obvio que el amor es ser uno mismo. Ser leal a lo
interno, a lo propio, a lo emocional. Ser leal a los propios sentimientos, pensamientos,
emociones… Mientras me soy fiel a mi mismo, me manejo con conciencia y la luz de la
vela de la conexión con mi esencia brilla más esplendorosamente. Cuando intento, por
amor, ser fiel a otro, me fallo a mí mismo, y necesariamente ha de aumentar la potencia
de la luz de la mente consciente para acallar lo incómodo de mi infidelidad a mi misma.
Y en ese intento de amor, acallo mi esencia, y fallo en el amor. La separación con mi
esencia se paga con separación con los otros. La pérdida del yo supone la pérdida del
encuentro con el otro.
Con la presencia de la muerte, se considera la tesitura de la pérdida de lo físico, de
aquello que es obviamente consciente. Supone un apagón de lo físico, un sumirse en el
aquí y ahora. Y es ante la pérdida de lo físico cuando surge lo esencial: el amor y
nuestra conexión con él. Darle permiso para que aflore permite la sanación en todos los
sentidos de todo aquel que tiene el coraje de aceptar y expresar lo que es.
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https://elmundoderegina.com/bienestar/como-saber-si-tienes-asuntos-inconclusos/
https://gestaltsinfronteras.com/2015/04/05/segundo_demonio_desarrollo_experiencias_obso
letas/
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“La acumulación de asuntos inconclusos es un generador de sufrimiento” - Francisco
Peñarrubia.
Son varios los motivos por los que no expresamos lo pendiente. Es posible que los
mecanismos de defensa tengan mucho que ver con seguir cargando el pasado como
mochilas emocionales. Es posible que seamos interrumpidos permanentemente por nuestra
mente cuando no pudimos expresar lo que nuestro Ser necesita cerrar para continuar más
liviano y fluidos.
Abordaremos ésta temática desde el enfoque Gestalt y las Constelaciones Familiares.
🍀Fecha: Viernes 14 de Octubre 2022
🍀Horario: 16:30 a 20.30 hs
🍀Duración: 4:00 horas
🍀Dirigido a: Un público adulto que desee realizar experiencias de Desarrollo Personal, con
un profundo nivel de exploración en los diferentes planos del ser.
🍀CUPOS LIMITADOS
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https://radiomariajuana.com/psicologia-la-mochila-emocional/
Tenemos normalizado el mandato que ante problemas o estrés,
debemos seguir para adelante, sin detenernos, poniéndole la mejor
para avanzar en el día a día.
Pero si no aprendemos a vaciar la mochila de experiencias negativas,
cuanto más tiempo pase, más cargada la tendremos, y mayor peso
deberemos soportar, lo cual repercutirá tanto a nivel físico como
psicológico o emocional, pudiendo sufrir tanto fatiga o cansancio,
tensión, dolores musculares, ansiedad, depresión.
https://mensvenilia.com/la-mochila-emocional/
amenteesmaravillosa.com/el-peso-de-nuestra-vidaamenteesmaravillosa.com/el-peso-denuestra-vida
https://www.instagram.com/p/CSb11NJIFlT/?img_index=5
https://www.youtube.com/watch?app=desktop&v=mqDFlGLhWiQ
https://www.google.com/search?q=emociones+mujer+cargando+y+hombre+arrastranmdo+u
na+mochila+pesada&tbm=isch&ved=2ahUKEwihsrajitaBAxUjQzABHYj5DXkQ2cCegQIABAA&oq=emociones+mujer+cargando+y+hombre+arrastranmdo+una+mochila+pesad
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https://www.tutiempodepaz.es/post/2018/03/15/taller-los-asuntos-inconclusos-14-de-abril
https://www.google.com/search?q=imagen+dibujo+tiza+vuelo+circulos&sca_esv=569916728
&hl=es&tbm=isch&sxsrf=AM9HkKm39xa7cvSZgs729UXMHKeDplAbA:1696209841498&source=lnms&sa=X&ved=2ahUKEwj2oMSImtaBAxVoRDABHdEVCv
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https://codeh-gestalt.com/tag/asuntos-inconclusos/
https://www.psicologosconcienciarte.es/asuntos-inconclusos-y-terapia-gestalt/
https://einaigestalt.wixsite.com/espaciogestaltico/post/cu%C3%A1les-son-mis-asuntosinconclusos-aqu%C3%AD-y-ahora
https://espaciohumanomalaga.com/que-es-la-terapia-gestalt-aqui-tienes-unas-pinceladas/
https://www.isuri.es/events/asuntos-inconclusos-escenas-temidas-y-traumas/
https://centrepsicologickaizen.com/cerrando-ciclos/
https://www.google.com/search?q=taller+asuntos+inconclusos&tbm=isch&hl=es&chips=q:tall
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https://gestaltsinfronteras.com/2015/04/23/tercer-demonio-del-desarrollo-los-asuntosinconclusos/
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