lOMoARcPSD|42401492 Resumen spitz Psicología del Desarrollo I (Universidad Autónoma de Entre Ríos) Escanea para abrir en Studocu Studocu no está patrocinado ni avalado por ningún colegio o universidad. Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 TEXTO: El primer año de vida del niño. - Rene A. Spitz. INTRODUCCIÓN TEÓRICA Lo que se estudiará en este libro será la relación entre madre e hijo y qué ocurre entre ellos, y la forma en que esa relación garantiza la supervivencia y se encarga del despliegue psíquico de la personalidad. Se realizan los estudios a través de observaciones directas y experimentos con niños. Durante todo el primer año de vida (0-1 año) el infante está completamente desamparado. El objetivo en ese periodo es mantenerse con vida, objetivo que requiere que la madre (o quien cumpla su función) atienda a sus necesidades. Así se crea una relación complementaria, una diada. A medida que pasa el primer año de vida el niño se va haciendo más independiente. El crecimiento y desarrollo psicológico dependen del establecimiento y despliegue progresivo de las relaciones de objeto cada vez más significativas (relaciones sociales). El pensamiento de Spitz se basa en el concepto de neonato de Freud: un organismo psicológicamente indiferenciado (que carece de las funciones psíquicas - consciencia, percepción, sensación…). Lo considera como una totalidad indiferenciada. Luego se diferenciarán las funciones, estructuras, impulsos instintuales, como resultado de dos procesos: 1. Maduración: despliegue de las funciones de la especie, innatas, que emergen en el transcurso del desarrollo embrionario; 2. Desarrollo: aparición de formas, funciones y conductas, resultados de intercambios entre el organismo y el medio (interno y externo). En ese organismo psicológicamente indiferenciado no hay “yo” alguno, no existe Complejo de Edipo o un superyó; tampoco existe ni simbolismo ni pensamiento por medio de símbolos, por lo tanto no hay interpretación. No hay lenguaje ni mecanismos de defensa. Proposiciones psicoanalíticas Son elegidas arbitrariamente por utilidad en este libro. ● Los principios reguladores básicos del funcionamiento psíquico son: - el principio de Nirvana (principio de permanencia); - el principio de placer; - el principio de la realidad; ● La división descriptiva de la psique en: - consciente - inconsciente ● El punto de vista topográfico: división del aparato psíquico en: - inconsciente - preconsciente - consciente ● El punto de vista dinámico: los procesos mentales derivan de fuerzas de naturaleza instintiva (impulsos instintivos) por lo que tienen origen orgánico. Se representan mentalmente como imágenes o ideas con cargas afectivas. Hay dos clases de instintos: libidinal y agresivo. ● El punto de vista económico: las representaciones mentales de los instintos (impulsos instintivos) tienen una carga (catexia) de cantidades de energía definidas. La catexia son quantas de energía desplazables. ● El enfoque metapsicológico: se tiene una representación metapsicológica cuando se logra describir un proceso psíquico en sus aspectos dinámicos, topográficos y económicos. ● El punto de vista estructural: el aparato mental se divide en yo, ello y superyo (que coinciden con el topográfico); Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 ● ● ● ● El punto de vista genético: todo fenómeno psicológico puede ser estudiado a través de su ontogénesis, hasta su origen psicológico. Ésto nos hace retroceder al nacimiento, a la embriología y la filogenia; La teoría de la libido y las zonas erógenas. Libido: la fuerza (concebida como cuantitativamente variable y mensurable) de los instintos sexuales dirigidos hacia un objeto. Agresión: indica la presión y la dirección en relación con el objeto. Las series complementarias; El punto de vista adaptativo: la explicación psicoanalítica de todo fenómeno psicológico incluye la relación con el medio ambiente. Factores congénitos El equipo congénito es aquello con que el recién nacido está dotado y lo hace único. Consta de tres partes: 1. el equipo heredado, que determina los genes, el adn, el arn etc; 2. las influencias intrauterinas durante la gestación; 3. las influencias durante el parto. Factores ambientales, su esfera de acción y complejidad La relación madre e hijo evolucionará de un estado puramente biológico a uno social. En el útero es una relación parasitaria; durante el primer año de vida hay una simbiosis psicológica con la madre; y luego se establecen interacciones sociales, jerárquicas. Es una relación dispareja en cuanto a que la estructura psíquica de la madre es fundamentalmente distinta a la del hijo. Este grado de disparidad no se encuentra en ninguna otra organización social, no sólo a nivel estructural mental sino también ambiental. El medio del adulto está constituido por una cantidad de factores muy diferentes, individuos, diversidad de grupos, de cosas inanimadas. El medio del neonato está constituido solo por la madre, pero no es distinguido como algo distinto de él, sino que es una de las partes de la totalidad de sus necesidades y satisfacciones. Neonato y medio (madre) forman un “sistema cerrado”. El objeto libidinal Definición: es el objeto de un instinto, aquello en lo cual y por lo cual el instinto logra su finalidad. Puede ser variable y originariamente no está conectado con él. El objeto no es si o si algo extraño, también puede ser una parte del cuerpo del sujeto. Puede ocurrir además que el mismo objeto sirva para la satisfacción de varios instintos a la vez. Por ende no hay objetos ni relaciones de objetos en el mundo del recién nacido, éstos se desarrollan progresivamente durante el primer año de vida recorriendo tres etapas: 1. etapa preobjetal o sin objeto; 2. etapa del precursor del objeto; 3. etapa del objeto libidinal. CAPÍTULO 3: LA ETAPA SIN OBJETO ( ver guía de lectura) En la etapa preobjetal (o sin objeto) no existe ni el objeto ni la relación de objeto. Es la etapa de la no diferenciación. Las percepciones, la actividad y las funciones del recién nacido no están organizadas, no se pueden distinguir una de otra. Entre el recién nacido y el mundo exterior hay una barrera que imposibilita al aparato perceptor percibir estímulos. Para el bebé, no existe el mundo exterior. Solo cuando la intensidad de los estímulos que provienen de afuera sobrepasa el límite soportado de la barrera, irrumpen a través de ella rompiendo el sosiego del neonato que reacciona con violencia y desagrado. Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 Prototipos primitivos de respuestas afectivas Spitz no está de acuerdo con la proposición del trauma del nacimiento ya que como Freud afirma, al nacer no hay consciencia. Para confirmar ésto, hizo registros de 35 partos, efectuados sin anestesia ni sedantes, y de las dos semanas siguientes. El resultado fue que la reacción del recién nacido no puede ser llamada traumática. La reacción es pasajera y dura muy pocos segundos. Es un breve estado de excitación que demuestra displacer (emoción). Se suscitaba cuando el neonato era expuesto a una estimulación suficientemente fuerte para rebasar la barrera. La contraparte no son manifestaciones de placer, sino de sosiego ya que esa situación negativa constituye un proceso de descarga (procesos fisiológico). Primitivas respuestas cognitivas ¿Cómo percibe el recién nacido los estímulos venidos del exterior? Lo explica haciendo referencia al experimento de Von Senden. Von Senden investigó a 63 sujetos ciegos de nacimiento que luego fueron operados de cataratas congénitas. La “bendición” que les era otorgada no era tomada así por ellos, en cuanto a que tuvieron que aprender a ver con gran esfuerzo. Con esfuerzo, porque habían establecido sus relaciones con el medio con los sentidos que les quedaban y adquirieron un código firme de signos y señales significativos. A partir de ellos formaron su “imagen”del mundo. Cuando pueden ver, después de la operación, los estímulos recibidos no tenían significación y perturbaron el código de señales ya existente. Esa misma experiencia puede aplicarse al neonato (primeros 6 meses) pero con una diferencia. Al contrario de las personas luego operadas, los neonatos no tienen un sistema de señales ya organizado, por tanto los estímulos que le llegan desde lo visual son igual de nuevos que los otros sentidos. Cada estímulo debe primero ser transformado en una experiencia significativa, para luego convertirse en una señal a la cual se le agregarían otras para ir construyendo la imagen del mundo. Esa experiencia requiere de ciertas condiciones: 1. la creación de la barrera contra los estímulos; 2. el proceso de dotar de significación lo estímulos debe ser gradual; 3. el clima creado por la madre deber proteger al sujeto de los estímulos fuertes; 4. la madre ayuda al neonato a tratar con los estímulos que provienen de su interior; 5. la reciprocidad entre madre e hijo. En fin, los datos de Von Senden mostraron que la percepción se aprende, se coordina, se integra, se sintetiza. Condiciones neurofisiológicas dadas en que se apoya la conducta. El neonato tiene ya tempranamente patrones de conducta (como el acto de mamar). Los estímulos que ponen en acción esos patrones pertenecen a un sistema de captación distinto al sistema de percepción. Existen dos tipos de sistema de captación: ● organización cenestésica: se halla presente al nacer. Es generalizado, principalmente visceral, tiene su centro en el sistema nervioso autónomo y se manifiesta en forma de emociones. Esa forma de “percepción” se llama recepción. ● Organización diacrítica: se percibe a través de los órganos sensoriales y es localizada. Su centro está en la corteza cerebral y sus manifestaciones son procesos cognitivos, entre los cuales se encuentran los procesos conscientes del pensamiento. En común tienen que están contenidos en el mismo cuerpo. Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 La cenestésica ha enmudecido en el hombre occidental. Desde el punto de vista del desarrollo, cumple un papel importante por dos razones: 1. la diacrítica evoluciona a partir de ella y nunca dejan de estar conectadas, aunque sea neurológicamente; 2. continúa funcionando durante toda la vida aunque sea silenciada conscientemente. Se “prende” en situaciones de peligro. Modificaciones de la conducta a través de la experiencia. Para el final de la primera semana el infante comienza a tener indicios de conductas dirigidas hacia un fin. Por ejemplo si se lo levanta de la cuna en posición horizontal volverá la cabeza hacia el pecho independientemente de si es un hombre o una mujer. Pasa lo contrario si se lo levanta verticalmente. Hasta el comienzo del segundo mes, el infante reconoce las sugestiones de alimento solo si tiene hambre. Para que el infante sea capaz de percibir un estímulo externo a esa edad deben haber dos factores: - estímulo externo: que asocia con la inminente satisfacción; - estímulo de orden propioceptivo: estado de hambre del infante. Experimento de Köhler: se le ofrece a un perro un trozo de carne que estaba separado de él por una valla metálica. Normalmente el perro daba vuelta a la valla y lograba alcanzar la carne. Pero cuando estaba hambriento de un par de dias no podia alejarse de la proximidad inmediata de la carne, debido a su gran afán de satisfacer ese estímulo. Cerca del comienzo del segundo mes, el niño comienza a distinguir visualmente el adulto que se le acerca. Si está llorando hambriento y se le aproxima un adulto, abrirá la boca y hará movimientos de succión. Pero en términos de percepción, al segundo mes solo reaccionará al estímulo exterior cuando éste coincide con la percepción introspectiva del hambre. Por ende en los dos primeros meses de vida, el rostro humano queda fijado en la memoria del infante, como primera señal de la presencia de la satisfacción de una necesidad. CAPÍTULO 4: LA CUNA DE LA PERCEPCIÓN ( ver guía de lectura) Hasta ahora no sabemos si el neonato percibe cosa alguna. Lo que pueda llegar a percibir lo podemos inferir. Una base sobre lo que inferir son los estudios de Von Senden sobre la percepción visual de los ciegos de nacimiento operados, luego, de cataratas congénitas. El caso número 65 es el de una muchacha de 18 años. Ella cuenta que lo que miraba no significaba nada, eran una multitud de resplandores distintos. Ni siquiera estaba segura de que esas sensaciones le llegarán de los ojos hasta comprobarlo cerrando los párpados. Las informaciones esenciales que este caso nos proporciona son: 1. la percepción empieza como una totalidad: con el desarrollo se van separando cada una de las modalidades perceptivas. La maduración también aporta a este proceso. 2. La percepción, en el sentido en cómo perciben los adultos, no está presente desde el principio, debe aprenderse. Algunos problemas surgidos por las referencias de estos pacientes fueron estudiados experimentalmente por Fantz. Él quería validar (o no) la posición de que la percepción de la forma es innata y hereditaria, tanto en el animal como en el ser humano. Esta tesis logró confirmarla en el caso de los pollitos. Éstos son capaces desde el nacimiento de percibir formas tridimensionales de manera innata, sin aprenderla. Esta capacidad es de gran valor para su supervivencia. Siendo el pollito un animal precocial, osea un animal cuya cría nace cubierta de plumón o vello y son capaces de andar, debe procurarse alimento desde el primer momento. Para eso debe ser capaz de percibir el objeto alimenticio. Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 El hombre, por el contrario, es altricial, es decir pertenece a una especie cuyos pequeños nacen desamparados por lo que requieren de crianza durante un tiempo luego del nacimiento. El hombre, al nacer, es incapaz de locomoción, de toda conducta volitiva, requisitos indispensables para la supervivencia. No así es necesaria la discriminación visual. Pero es de vital importancia el cuidado paternal (de lo contrario moriríamos). Los resultados de Fantz parecerían indicar que el niño recién nacido podría percibir formas. Cosa que sería contradictorio con lo afirmado por Von Senden a través de sus referencias de los nacidos invidentes. Pero se salva la contradicción en cuanto a que a pesar de que los invidentes no distinguen formas, sí distinguen diferencias desde el primer momento. En todo caso no se puede afirmar ciertamente que el infante perciba formas. Sí se puede afirmar que percibe diferencias. [Apercepción: proceso por el cual el hombre tiene la capacidad de guardar depositados rastros mnémicos susceptibles de ser reactivados como representaciones, osea como recuerdos y como imágenes.] Spitz dice que: ➢ Anatómicamente: los infantes son perfectamente capaces de ver; el ojo está pronto, dispuesto y neurológica y fisiológicamente funcionando, pero ese funcionamiento no comprende los procesos mentales; ➢ Aperceptivamente: no está disponible la visión. La apercepción se adquiere a través de experiencias proporcionadas en el transcurso de los intercambios afectivos con otras personas. Spitz considera que la emoción es el incentivo más poderoso para aprender. Al nacer el niño únicamente responde a las sensaciones del propio cuerpo. El estudio de Von Senden demuestra que las sensaciones son generalizadas, extensivas y sin localización. Pero hay una zona perceptual que actúa de forma específica desde el nacimiento: la zona de la boca y la cavidad oral. Ahí se encuentran las sensaciones venidas del exterior con las del interior. La estimulación de esta zona suscita un movimiento de la cabeza hacia el estímulo, además del chasqueamiento de los labios. Así se origina el reflejo de mamar, el cual es seguido del reflejo de asir (cerrar el puño cuando se siente un estímulo en la palma). El reflejo de asir el pezón con la boca seguido con el de succionar es la única conducta dirigida del bebé. La cavidad oral (incluyendo la faringe) representa lo externo y lo interno por lo que es intrarreceptora y extrerreceptora. Su estimulación comporta una conducta dirigida, además toda percepción empieza ahí. El desarrollo va de la percepción por contacto a la percepción a distancia. El cambio se produce por medio del instrumento de las relaciones de objeto. Al mamar, el bebé siente el pezón en la boca (percepción por contacto), y además ve el rostro de la madre (percepción a distancia). La fusión de las dos percepciones abre camino a un cambio gradual de la orientación a través del contacto a la orientación a través de la visión. El contacto oral es discontinuo. Es diferente de la percepción visual, la cual aporta seguridad, continuidad pero no contigüidad. Ésto es lo que hace a la perceptividad guiadora del hombre. Comporta el comienzo de la permanencia y de la formación del objeto. En el neonato el sistema perceptual central de la cavidad oral subordina las sensaciones de los tres órganos perceptuales ancilares presentes al nacer (osea la mano, el laberinto auditivo y la epidermis), que actúan conjuntamente. Sus sensaciones son “sentidas” como una experiencia situacional unificada. Esa experiencia es de naturaleza consumatoria, es decir procura la satisfacción de la necesidad y reduce la tensión tras un periodo de excitación no grata. Además, es iterativa, se repite cotidianamente cinco o seis veces por dia. Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 En los adultos los cuatro órganos sensitivos están especialmente separados. El funcionamiento cenestésico (extensivo y visceral) produce sensaciones prototípicas. Sensaciones con escasa capacidad discriminativa, sobretodo en relación con el área estimulada. Estas sensaciones las experimenta de manera poco grata (por ejemplo la estimulación del laberinto auditivo en un barco que provoca náuseas y vómitos). El infante por el contrario las tolera mejor, porque las estimulaciones en los cuatro órganos sensoriales son una experiencia total propioceptiva. El sistema diacrítico no ha dado comienzo a su función por lo que el infante percibe y funciona primordialmente en el nivel cenestésico. En el neonato los afectos pueden observarse de manera rudimentaria, por eso el autor habla de excitación negativa y de, su contrario, la quiescencia, precursores de los afectos. Por ejemplo en el “grito del nacimiento” la necesidad y la satisfacción son muy manifiestas. A partir de esas dos (la necesidad y la satisfacción) surgen las primeras percepciones. En la vida del neonato las necesidades se repiten reiteradamente con breves intervalos. Pero su satisfacción no siempre llega de inmediato, puede existir una demora. Esa demora tiene un papel muy importante en el desarrollo adaptativo. La frustración que la acompaña está en el origen de la conducta adaptativa. CAPÍTULO 5: EL PRECURSOR DEL OBJETO (ver guía de lectura) La respuesta sonriente hacia el rostro de una persona se da desde el comienzo del 3er mes de vida hasta los 6 meses. Deben existir ciertas condiciones para que surja, por ejemplo que el rostro se muestre de frente para que el niño pueda ver los dos ojos y que el semblante tenga movimiento (o la boca o la cabeza deben estar moviéndose). .La configuración determinada al cual el niño sonríe es el sector formado por la frente, los ojos y la nariz. Además se requiere del movimiento porque es la manera más simple de separar la figura, del fondo. Igualmente, según el estudio de Spitz, no hay certeza de que en los dos primeros meses el niño sonría. Por el contrario, sí hay certeza de que luego de los 6 meses el niño solo sonríe a un rostro humano conocido y no frente a un extraño. La respuesta sonriente consiste (durante el 3er mes de vida hasta el 6to) en la primera manifestación activa de conducta, dirigida e intencional, pero no es una respuesta en cuanto a que reconoce un congénere humano sino que es solo en respuesta a un signo. Es demostrado por el hecho de que sonríe también frente a una máscara y no así cuando la cabeza está de perfil y/o no se ve el rostro entero. Luego de 4 o 6 meses recién puede el bebé reconocer el rostro de una persona u otra. Dota ese rostro con los atributos del objeto. Es el indicador visual externo del proceso intrapsíquico de la formación del objeto libidinal. Spitz habla de preobjeto, como referencia a la Gestalt signo del rostro que el niño reconoce a los tres meses. Es la transición de una “cosa” al establecimiento del objeto libidinal. El objeto libidinal se distingue de los otros dos por haber sido dotado de cualidades esenciales en el curso del intercambio entre la madre y el hijo. En ese intercambio, el que luego será objeto libidinal, es investido de catexia libidinal. En consecuencia una muñeca mecánica no podría nunca educar a los niños porque es la relación del intercambio con un congénere o con la madre la que proporciona un circuito de conducta en donde es primordial el afecto. Cuando el infante experimenta una necesidad, eso provocará en ella (la madre) un afecto que le llevará al intercambio de conducta. Ella obrará como si “hubiera entendido” cual es la necesidad del niño. Además, uno es complemento del otro. La madre proporciona lo que el niño necesita y el bebé también proporciona a la madre lo que ella necesita, aunque esto sea menos evidente. Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 Durante el 1er año de vida, el infante pasa de tener una percepción pasiva a tener relaciones de objeto activas. El ejemplo de la adquisición de la palabra ayuda a la explicación. Al principio la vocalización del infante sirve para descargar la tensión. Luego sufre modificaciones y se convierte en un juego en donde el pequeño imita y repite los sonidos que él mismo produce. Hasta el tercer mes no identifica de dónde vienen los sonidos, no se da cuenta que provienen de él. A partir de la maduración de los sentidos, en el tercer mes, se da cuenta de los sonidos que él produce y se divierte con ellos (obtiene placer en producir el mismo un estímulo). Hay una transición desde un nivel narcisístico (el niño se toma a él mismo como objeto) a un nivel de las relaciones de objeto (final del primer año de vida; el niño repite sonidos de la madre). El afecto de la madre es importantísimo para el desarrollo del neonato, porque su afecto servirá para orientar los afectos del niño. Las conductas patológicas de una persona pueden ser originadas a partir de una perturbación en la relación madre-hijo. Las consecuencias y significación del establecimiento del primer precursor del objeto libidinal son: A. En este período el infante se vuelve desde la recepción del estímulo venido desde adentro, hacia la percepción del estímulo venido desde afuera. B. Empieza a funcionar el principio de la realidad. C. El hecho de reconocer y sonreir a un rostro humano implica que se produjo la división del aparato psíquico en consciente, preconsciente e inconsciente porque se han depositado rastros de recuerdos. D. Hay un cambio catéxico desde la representación sensorial del precepto al rastro mnémico comparable de dicho objeto. E. El d) implica el pensamiento. F. Se marca el albor de un yo rudimentario, se separa el yo del ello y ese yo rudimentario comienza a funcionar. Este mismo es llamado por Freud, yo corporal. G. La función protectora de la barrera. H. Cambio de la pasividad a la actividad dirigida. I. Comienzos de las relaciones sociales del hombre. CAPÍTULO 6: LA PLASTICIDAD DE LA PSIQUE INFANTIL (ver guía de lectura) El primer año de vida es un período muy plástico. Hay muchos cambios y progresos en un corto período de tiempo. Durante este período, el niño va pasando por distintas etapas. Cuando surge la respuesta sonriente es el fin de la primera etapa (etapa de la no diferenciación, el desamparo y la ausencia de un yo firme son las causas de esa plasticidad). Luego, sigue una etapa transicional, en donde las experiencias del infante tienen consecuencias trascendentales en la constitución de la psique ( si es expuesto a trauma en esas etapas transicionales las consecuencias son graves). Cada etapa transicional es vulnerable a ciertos traumas y a otros no porque en cada una se desarrollan dispositivos adaptativos apropiados para la edad en la que se encuentra el niño. Por la existencia de la etapas transicionales, un mismo estímulo toma significados diferentes de acuerdo con la etapa en la que se encuentra. Por ejemplo; se le muestra una careta de Halloween a un niña a los tres meses, a los 7 meses y medio y a los 14 meses (son periodos transicionales). Los resultados de los cambios de significado y de respuesta son: 1. A los tres meses, provocó una respuesta sonriente. La niña estaba en transición de la etapa sin objeto a la preobjetal. En presencia de la Gestalt signo, la niña responde sonriendo, queda integrado un yo rudimentario. 2. A los 7 meses y medio la niña se rió de la máscara, se le acercó sin temor y trató de arrancarle las canicas que le servían de ojos, mientras intentaba subirse a las rodillas del observadora. La transición era de la etapa de la Gestalt signo a la de Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 reconocimiento y establecimiento del objeto libidinal. Se ha convertido el yo rudimentario en yo corporal, que ahora obedece su volición y sirve como instrumento para efectuar sus propósitos. Ese desarrollo permite a Jessy la libertad de usar la máscara en un juego recíproco con el observadora. 3. A los catorce meses, la niña sigue en buenas relaciones con la observadora. Ésta se puso la careta en el rostro. La expresión de la niña es de terror, se da vuelta gritando y se va hacia un rincón. Cuando la observadora se quita la máscara, se tranquiliza pero no quiere tocar la máscara. Luego se pudo `persuadir a la niña de que la tocara. Al final le empieza a morder los ojos a la máscara. En ese tercer experimento las relaciones de objeto con la madre han sido firmemente establecidas y han surgido relaciones de objeto subordinadas con varios “amigos”. A los 14 meses la observadora ya es una “amiga” de la niña. Cuando se pone la máscara se convierte en un terrible extraño (diferente al ya individuado rostro de la “amiga”). La “amiga” se convierte en una extraña amenazadora. Cuando ésta se quita la máscara vuelve la “amiga”, por lo que la niña la acepta, y apoyada contra ella (segura de su contacto corporal) hasta acepta tocarla. En términos de Piaget, Jessy logró sólo parcialmente la reversibilidad. El papel del yo en las tres situaciones son: - Primera situación: el yo rudimentario responde con una sonrisa sin identificar a amigos o extraños. - Segunda situación:el yo rudimentario cambia. Ahora empieza la estructura del yo y éste asume el papel de una organización dirigida centralmente. Media entre los impulsos de la niña, que se vuelven más diferenciados por el afecto. Todo eso se centra en las acciones y las expresiones afectivas, porque el yo comienza a controlar los accesos a la movilidad. - Tercera situación: adquiere un papel de protector, ahora da la señal de peligro a la que le sigue la angustia y la huida. Las diferencias entre infante y adulto son citadas en el texto. Por ejemplo que un infante soporta mejor el dolor que un adulto y asimismo que soporta mejor la apnea que el adulto. Y también que un cambio en el medio de un adulto no le afecta tanto cuanto le afecta al niño, tanto que podría tener graves consecuencias. El desarrollo del niño en el primer año de vida no es una línea curva perfecta, sino que presenta cambios de dirección que coinciden con la transformación de la psique. Para abordar el estudio de esas transformaciones Spitz utilizó el concepto de “organizador” (derivado de la embriología). Los organizadores son puntos críticos en el desarrollo del infante. Una convergencia de diversas corrientes del desarrollo dentro del aparato psíquico. Son importantes para el progreso y el orden sin obstáculos del desarrollo infantil. Cuando la consolidación del organizador se desvía, el desarrollo se detiene (aunque la maduración puede seguir su curso). El papel de yo El yo es la esfera de la psique que media entre las relaciones con el exterior y el interior. Sirve para el dominio y la defensa. O sea que realizan las descargas de tensión innecesarias y dañinas, además de que excluyen estímulos inoportunos y admiten los deseables. También realizan la adaptación a esos estímulos. El yo no está presente en el neonato. Si los estímulos son muy fuertes y pasan la barrera, pueden provocar la modificación de la personalidad, hasta ahora no diferenciada. A través del desarrollo del yo rudimentario, los estímulos exteriores comienzan a modificar esa organización rudimentaria que está formándose. Al desarrollarse el yo, podrá contener a los estímulos y dominarlos. Esa dominación determinará su estructura y organización. CAPÍTULO 7: EL PAPEL DE LAS RELACIONES ENTRE MADRE E HIJO EN EL DESARROLLO DEL INFANTE Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 (ver guÍa de lectura) La sola presencia de la madre (sobretodo sus acciones y experiencias intencionales de ella), como medio circundante al niño, es un estímulo que provoca una respuesta. En las relaciones entre una “madre normal, buena” y su hijo, hay corrientes contradictorias que actúan, por ejemplo los controles (influencia restringente) y las facilidades (influencia de liberación, aliento, fuerza progresiva). En la relación madre-hijo se efectúa un proceso de amoldamiento, que consiste en una serie de intercambios entre ellos, cada uno de los cuales influye en el otro. Esa relación es denominada diada, en referencia a cierta relación que queda aislada del medio circundante que se mantiene mediante lazos afectivos. Freud, trata de explicar cómo surge la comunicación en esta diada, tratando el proceso de descarga necesario como resultado de los estímulos originados en el interior del cuerpo. Por ejemplo la necesidad de alimento. Para eliminar la tensión del hambre, tiene que haber un cambio en el ambiente exterior que el niño no puede hacer. Solo puede eliminar la tensión con una manifestación de emociones (o sea llorando). Pero eso no puede aliviar la tensión permanentemente. Se aliviana a través de la intervención externa (proporcionándole alimento). Se atrae la atención de un individuo del medio circundante con chillidos, actividad muscular difusa, etc. Comunicación animal y humana Se puede utilizar el estudio de la comunicación entre animales para tratar de dilucidar aspectos de la comunicación entre madre e hijo cuando todavía no hay función simbólica en el niño. Una de las diferencias entre estos dos tipos de comunicación es que los animales se comunican en un nivel de integración psicológica que puede llamarse afectivo innato, y también que el humano se comunica a través de funciones cognitivas y abstractivas de la comunicación verbal. La comunicación entre la madre y el hijo en su primer año de vida puede ser comparada a aquella que prevalece en el mundo animal. Es decir, a través de patrones de conducta que contienen mensajes pero que no son dirigidos específicamente a un determinado individuo. Esos mensajes son expresiones “afectivas”, reacciones no dirigidas, no controlada, a un estímulo percibido por el sujeto. En el neonato pasa lo mismo. Como se ha dicho previamente, durante el 1er año de vida, el sensorium del infante cambia desde la percepción cenestésica hacia la percepción diacrítica. Esta recepción y las respuestas correspondientes a las sensaciones cenestésicas son evocadas por las señales y los estímulos, señales no verbales, no dirigidas. Aquí, surgen tres preguntas (con respectivas respuestas): 1. ¿Cómo y porqué logra recibir el infante las señales cenestésicas a una edad en que es incapaz de percibir las señales diacríticas? El nivel más elemental de comunicación aprendida es el reflejo condicionado. Un estímulo provoca una respuesta del sistema vegetativo. Los primeros surgen en respuesta de los cambios de equilibrio (sensibilidad profunda - estimulación del sistema cenestésico). Además, la ausencia de la percepción diacrítica intensifica la “percepción” cinestésica, ya que las señales son las únicas que recibirán y serán efectivas. 2. ¿En qué categorías de la conducta adulta humana pueden hallarse esa señales? Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 Pueden ser el equilibrio, la tensión (muscular o de otro género), postura, temperatura, vibración, contacto cutáneo corporal, tempo, duración, diapasón, tono, resonancia. 3. ¿Porqué, de ordinario, las personas adultas no parecen responder a ellas? Esas categorías sensoriales no están presentes en la comunicación adulta. Los símbolos semánticos percibidos diacríticamente han sido reemplazados completamente, salvo en algunas personas que son llamadas superdotadas, en cuanto a que tienen algunos sentidos sobradamente desarrollados (por ejemplo los equilibristas, los videntes etc). Durante el embarazo y durante el período que sigue inmediatamente, las madres activan esta capacidad potencial para la respuesta cenestésica. Las señales afectivas maternas se convierten en una forma de comunicación para el niño. Esa comunicación ejerce una presión constante que conforma la psique infantil junto con el aflojamiento, alternándose entre ellos, influyendo ahora una función ahora otra, retardando unas, facilitando otras. Los órganos corporales, la comunicación y la evolución. Cuando el hombre todavía no erguía su postura, las funciones de la boca, la mandíbula y toda esa región tenía múltiples funciones aparte de la alimenticia. En cuanto a la mano, su función original fue de apoyo y locomoción. A medida que el hombre fue evolucionando y tomó la posición erecta, algunas funciones de la boca traspasaron a la mano. La zona perioral implica ahora solo la vocalización y la alimentación. Afectos placenteros y displacenteros. Los afectos placenteros surgen a partir de los 3 primeros meses. La respuesta sonriente es la manifestación más notoria. Las manifestaciones de displacer se vuelven cada vez más específicas también en los primeros 3 meses. Y se manifestarán sólo si su compañero humano de juego lo abandona (y no por ejemplo si le sacas un juguete de la mano). Recién a los 6 meses, manifiesta su placer o displacer relacionándolo con “cosas”. Los dos tipos de afectos son las dos experiencias afectivas principales de la primera infancia, porque facilitan y aseguran el almacenamiento de los rastros mnémicos de los hechos situacionales externos. Éstos además, son los resultados finales percibidos de los procesos de descarga. El papel de ambos es igual de importante en el desarrollo psíquico y de la personalidad. Así como también el papel de la frustración, porque la naturaleza misma lo impone. Al nacer estamos sujetos a la frustración de la asfixia, que nos obliga a adquirir la respiración pulmonar. Siguen las reiteradas frustraciones de sed y hambre, que nos obligan a buscar e incorporar alimento y a activar y desarrollar la percepción. Por lo tanto entonces, la frustración va implícita en el desarrollo y la afirmación del yo. CAPÍTULO 8: EL ESTABLECIMIENTO DEL OBJETO LIBIDINAL. (ver guía de lectura) Entre el sexto y el octavo mes se produce un cambio decisivo en la conducta del niño hacia los otros. La capacidad perceptiva diacrítica ya está bien diferenciada por lo que ahora el infante distingue claramente entre amigo y extraño. Si un extraño se le acerca puede: Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 - bajar los ojos tímidamente; - cubrirselos con las manos; - alzar sus vestidos para cubrirse el rostro; - arrojarse boca abajo; - esconder la cara entre las manos; - o puede llorar o chillar. El patrón de conducta por lo tanto es la “angustia del 8vo mes). El denominador común consiste en una negativa a entrar en contacto con el desconocido. Se pueden distinguir tres etapas en el proceso de origen de la angustia: 1. la reacción del infante al proceso del parto. En la primera semana después del parto, se identifican manifestaciones de desagrado que no llegan a ser angustia. Aproximadamente en la octava semana, las manifestaciones de desagrado se hacen más estructuradas e inteligibles porque responden a situaciones más específicas. Comienzan a aparecer matices en el tono del llanto del neonato. Éstos se transforman en dos o tres signos “codificados” (se identifica cuando el niño tiene hambre, cuando le duele la panza o cuando esta aburrido). Las respuestas del medio se hacen más adaptadas a las necesidades. Ésto comporta que el niño sea capaz de captar una conexión entre lo que hace y la respuesta del medio. Así el niño es capaz de dominar “la llamada”, osea la capacidad para volverse hacia el medio e indicar su necesidad. Ésta es distinta del reflejo. La diferencia es que: - en el reflejo condicionado: la sugerencias parte del exterior y la respuesta viene de adentro del sujeto; - en la llamada: el sujeto hace la referencia por medio de sus gritos de hambre, y el otro, el medio, es quien responde. 2. Luego del tercer mes crece la cantidad de rastros de recuerdos que quedan depositados en los sistemas mnémicos del niño. Están relacionados con matices de afecto, agradables o no. Aquellos desagradables se manifiestan en forma de conducta retraída. El miedo (surge entre el cuarto y el sexto mes) y es el segundo paso para el establecimiento de la angustia propiamente dicha. La reacción de temor es provocada por un percepto que el niño ha relacionado con una experiencia desagradable previa. 3. En el octavo mes: aparece la angustia propiamente dicha. Ésta es diferente del miedo porque en la reacción hacia el desconocido el niño responde a algo o a alguien con quien nunca tuvo una experiencia desagradable. La hipótesis más plausible para explicar porqué se manifiesta la angustia es que el niño responde a la ausencia de la madre con desagrado y ese desconocido “no es la madre”. Es una respuesta a la percepción de que el rostro del desconocido no coincide con las huellas mnémicas del rostro de la madre. Indica que el niño puede establecer una verdadera relación de objeto y que la madre se ha convertido en su objeto libidinal. La angustia del 8vo mes es el segundo organizador. Señala una nueva etapa del desarrollo infantil en el cual su conducta y personalidad sufren un cambio considerable. El segundo organizador comporta que la forma en que se expresa el desagrado, como la percepción y el reconocimiento del estímulo que provoca displacer se hacen más específicos. Implica también el establecimiento del objeto libidinal que, además, comporta que la persona dotada con los atributos del objeto ya no puede intercambiarse con cualquier otro individuo. Hay tres corrientes del desarrollo que deben marchar paralelas: 1. la cristalización de la respuesta sonriente; 2. la integración del yo; 3. la consolidación de las condiciones de objeto. Otros cambios que lleva consigo el establecimiento del 2do organizador: 1. en la esfera somática: la consolidación del funcionamiento diacrítico del aparato sensorial; Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 2. en el aparato mental: se han acumulado suficientes rastros mnémicos de modo que pueden efectuarse acciones más complejas y secuencias de acciones más diversificadas. Todo eso hacen posible el funcionamiento del aparato del yo; 3. la maduración, la organización psíquica y el desarrollo del equipo congenital: permiten efectuar secuencias de acciones dirigidas que hacen descender el nivel de tensión en el aparato psíquico. Al final del capítulo el autor afirma que las diferencias culturales influyen mucho sobre el medio circundante a la diada, por lo que el desarrollo mismo del infante es influido por eso. CAPÍTULO 9: EL PAPEL Y LA EVOLUCIÓN DE LOS IMPULSOS INSTINTUALES. (Desde acá ya no hay más guía de lectura). En capítulos anteriores, el autor afirmó que el impulso libidinal y agresivo participan en igual medida en la formación de las relaciones de objeto. Esos dos impulsos se diferencian entre sí en los primeros 3 meses (como resultado de los intercambios entre madre e hijo). En ese periodo los impulsos se “apoyan” en la satisfacción de las necesidades orales del infante. La madre satisface estos deseos orales del infante. El objeto “bueno”, el objeto “malo” y su combinación. Spitz supone que en ese periodo (durante los primeros 3 meses) el infante tiene dos objetos: ● el objeto malo: contra el cual está dirigido la agresión; ● el objeto bueno: hacia el cual se vuelve la libido. Este periodo se llama etapa ambivalente. Es la etapa en donde se desarrolla el yo rudimentario. Por ese desarrollo del yo el niño puede distinguir entre los dos objetos. Luego, aproximadamente a los 6 meses, se produce una síntesis. Se combinan “madre buena” con “madre mala” y surge una sola madre: el objeto libidinal propiamente dicho. El impulso libidinal predomina sobre el agresivo (porque la madre satisface las necesidades del niño). Por eso también se denomina objeto amoroso. Horarios de alimentación: su efecto sobre la maternidad. Reprimiendo o facilitando unos de los dos impulsos, se pueden deformar las relaciones de objeto. Sólo puede hacerlo la madre. Sus conductas y actitudes dependen por completo de las instituciones y de la cultura en que se encuentra ella. El autor menciona dos casos para explicar ésto: - primero, probablemente bajo el influjo de la psicología de la conducta, el objeto malo se acentuó en la crianza del niño de EEUU luego de la Primera Guerra Mundial hasta el 1942. Durante ese periodo se los crió sujetos a un horario rígido, con cantidad de alimento prescrita, se instruian a las madres que no “mimaran” a sus hijos; - luego de 1940 se instó a las madres a seguir el horario de autodemanda que consiste en dar de mamar o alimentar al niño cuando éste manifieste que lo desea. La frustración, la tolerancia y el principio de realidad. La primacía del instinto libidinal sobre el agresivo, servirá para cuando las frustraciones serán más intensas y con más duración. La capacidad de tolerar la frustración es el comienzo del principio de realidad. Es la formulación de una función de rodeo, la satisfacción inmediata del impulso debe de ser aplazada, pospuesta, para así lograr una satisfacción más adecuada. Eso es un paso más en la humanización del hombre. El paso siguiente es el de pensar y juzgar. Permiten la regulación de los impulsos canalizando su descarga en actos volitivos. Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 CAPÍTULO 10: DESARROLLO SUBSIGUIENTE TRAS EL ESTABLECIMIENTO DEL SEGUNDO ORGANIZADOR. Luego de la aparición de la angustia del 8vo mes, aparecen muchos patrones nuevos de conducta, y aún más importante, nuevas formas de relaciones sociales; además el niño empieza a comprender prohibiciones y órdenes. También aumenta su participación en juegos de reciprocidad (por eso si se le tira una pelota rodando, la tira de vuelta). Los avances en los sectores perceptual, motor y afectivo. También se producen cambios en su trato con el medio inanimado. Se modifica su relación con el espacio que lo rodea. Por ejemplo cuando se establece el segundo organizador. Por ejemplo cuando el niño se encuentra sentado en su cuna, la orientación del niño en el espacio está limitada por los barrotes de la cuna. Dentro de éste, toma los juguetes con la mano sin dificultad. Si se le ofrece el mismo juguete pero fuera de los barrotes tiende la mano hacia él y se detiene, no continúa su movimiento más allá. Dos o tres semanas después del 8vo mes, podrá continuar su movimiento más allá de los barrotes y podrá agarrar el juguete. En el sector perceptual hay avances en la capacidad de discriminación entre las cosas inanimadas. Podrá agarrar su juguete preferido en un cúmulo de juguetes, y no el que tenga más cerca. En el sector motor puede usar herramientas en la ejecución de una tarea, como tirar de una cuerdita para acercar una campanita. En el sector afectivo hay una matización en las actitudes emocionales (celos, cólera, envidia, sentido de posesión, amor, afecto, apego, alegría, placer). Es un resultado del despliegue de relaciones de objeto más complejas, que también estimulan ciertos mecanismos de defensa (finales del primer año). Imitación e identificación. La imitación aparece (a pesar de haber varios intentos previos), después del establecimiento del segundo organizador, gracias a la actitud de la madre y el clima emocional. Un ejemplo puede ser devolver rodando una pelota (juegos sociales). Ese tipo de conducta es llamada “identificación a través del gesto”. Imita los gestos sin comprender su contenido ideativo, la identificación propiamente dicha viene después. La adquisición de patrones de conducta, el dominio de la imitación y el funcionamiento de la identificación permiten al niño lograr una autonomía creciente de su madre. CAPÍTULO 11: LOS ORÍGENES Y COMIENZOS DE LA COMUNICACIÓN HUMANA: EL 3ER ORGANIZADOR DE LA PSIQUE. Luego del segundo organizador, los cambios más importantes son la comprensión progresiva del niño a las prohibiciones y el comienzo de los indicios de identificación. El efecto de la locomoción en las relaciones diádicas. Cuando el niño comienza a poder desplazarse, el niño se esfuerza en buscar la autonomía con respecto a la madre. Antes, las relaciones de objeto estaban basadas en el contacto por proximidad, eso es lo que cambia. Ahora se sobrevienen muchos peligros, la madre ha de hacerse imperativa y se vale cada vez más del gesto y de la palabra, adquieren un rol más de atajadora del ímpetu del niño. El movimiento negativo de cabeza: el primer gesto semántico del infante. Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 Cuando el niño adquiere la locomoción la madre comienza con la prohibición, la orden, el reproche. Utiliza la palabra no,no! moviendo la cabeza. El niño comprende lo que la madre le prohibe, a través de un proceso de identificación, imitando el gesto negativo de la cabeza. Ésto se convierte en el símbolo constante de los actos frustradores maternos. Acompañados de la palabra “no”, son los primeros símbolos semánticos que aparecen en el transcurso del código de comunicación semántica del niño (desde el punto de vista de los adultos). Representan un concepto de negación , de rechazo. La imitación, la identificación y el gesto negativo de cabeza: 3 proposiciones. El gesto negativo “no” es el primer concepto abstracto porque imita el gesto seleccionando las situaciones para usarlo. Cómo lo adquiere? explicación proveniente de la Gestalt: el niño memoriza más las acciones inconclusas que las conclusas. La madre, al prohibir las cosas, esas quedan inconclusas y son favorecidas para la memorización. Explicación proveniente del psicoanálisis: cada “no” de la madre representa una frustración emotiva para el niño. Además, la prohibición interrumpe una iniciativa del niño. Lo empuja de la actividad a la pasividad, ésto provocará intolerancia. El niño se encuentra atrapado entre: el vínculo libidinal (que lo atrae hacia la madre), y la agresividad (provocada por la frustración inducida por la madre). El niño entonces deberá recurrir a una solución de compromiso, osea la “identificación con el agresor”. Cuando esto ocurre, irá seguida por un ataque contra el mundo exterior. Ese ataque toma la forma de “no”, comienza la fase de la obstinación (alrededor de los 2 años). El tercer organizador. La identificación con el agresor es un proceso selectivo. En la conducta de la madre pueden distinguirse tres factores: el gesto (o palabra), el pensamiento consciente, y el afecto. El niño hace suyo el gesto (o palabra). En cuanto al pensamiento consciente, el niño no lo comprende todavía porque es incapaz de pensar racionalmente. Respecto al afecto, el niño solo comprende el afecto en forma global. Con la adquisición del gesto negativo (origen de la comunicación verbal), la acción es reemplazada por el mensaje. Inicia la comunicación a distancia. Por ende, la adquisición del gesto negativo es el tercer organizador (que surge poco después del 2do año). Raíces biológicas y neurofisiológicas del gesto negativo de la cabeza. El gesto negativo de la cabeza tiene sus orígenes en el reflejo de mamar (ya a los 3 meses luego de la concepción, en el feto ya está presente la conducta de mamar). Biológicamente es una conducta anticipatoria. Cambio en la función: aspecto biológico y psicológico. Enseguida luego del nacimiento, el bebé comete movimientos rotativos con la cabeza para encontrar el pezón y adquirir su alimento. Luego de los 6 meses, ese movimiento rotativo de la cabeza lo utiliza (cuando ya está satisfecho) para rehuir al alimento. Todavía, esos movimientos son conductas (no gestos semánticos). Durante el desarrollo, los patrones motores del movimiento de cabeza negativo, recorren tres etapas: 1. al nacer: el hociquear es una conducta afirmativa, puesto que Freud afirma que el “no” no existe en el inconsciente, y el recién nacido no es consciente; Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 2. a los seis meses: rechaza el alimento hociqueando. Ya están establecidos los primeros rudimentos del yo consciente, aunque todavía no está capacitado para dirigir una comunicación a “otro”. Su conducta expresa rechazo, dirigido a nadie y todavía es la manifestación de un estado psicológico del niño; 3. aprox a los 15 meses: la rotación de la cabeza ya es un mensaje dirigido a otra persona. Un prototipo del gesto afirmativo. Así como hay predecesores del movimiento negativo de cabeza desde el nacimiento (y antes aún), se esperaría que haya lo mismo para la afirmación. Pero no hay indicios de movimientos verticales en la conducta hociqueante. Ese prototipo de gesto afirmativo, también se encuentra entre los patrones de conducta conectados con el amamantamiento. No se halla presente al nacer (aparece a los 3 meses). De los 3 a los 6 meses, ya puede mover libremente la cabeza, y entonces cuando está mamando si se le retira el pezón buscará aproximarse de nuevo con movimientos verticales. Se asemejan al patrón motor de la cabeza que saluda (son sus primeros prototipos). En el 2do año de vida, adopta un significado semántico convirtiéndose en gesto afirmativo (puede ocurrir varios meses después del de negación). CAPÍTULO 12: RELACIONES DE OBJETO DESVIADAS Y PERTURBADAS. Dos supuestos sobre los que se apoya la construcción del niño”normal”: 1. es posible “medir” el avance en el desarrollo en las etapas sucesivas durante el primer año de vida y ofrecer los hallazgos bajo resultados numéricos; 2. estudiando las desviaciones y perturbaciones se puede inferir el funcionamiento “sano” del organismo. Relaciones de objeto normales. Hay un promedio estadístico que indica la normalidad en términos del logro medio del infante en un nivel dado de edad. Los tests, son otro criterio de normalidad. Dividen los logros del infante y sus realizaciones en el primer año de vida en 6 sectores, en cada uno de esos sectores el infante debe avanzar en distinta proporción. En algunos niños se encuentra que la proporción entre los sectores individuales permanecen invariables mes a mes. El desarrollo ha sido inhibido por alguna influencia originada en la relación madre-hijo. Cuando la relación de objeto es normal, es satisfactoria sea para la madre que para el hijo (aunque a ellos les satisfacen cosas distintas). Comenzamos con la madre. Cuando todavía está embarazada, su apego al bebé no puede distinguirse del apego a su propio cuerpo. Cuando a través del parto el bebé se distingue del cuerpo de la madre, debe renunciar al sentimiento de que el niño era aún algo idéntico a ella. Es un proceso gradual. Durante largo tiempo los logros del niño serán sus propios logros y todos los defectos del infante su propio fracaso. Para la madre su niño es el principal objeto amoroso y por ende una fuente de satisfacción. La satisfacción que cualquier madre puede obtener de sus relaciones con su hijo está determinada por numerosos elementos: A. a través de la naturaleza de los elementos constitutivos de su propia personalidad; B. a través de la transformación que esos elementos han sufrido hasta el momento en que ha parido su hijo; C. de la manera en ese hijo determinado, en virtud a su equipamiento congenital, tiene la capacidad de efectuar la síntesis de esos distintos elementos en la personalidad de la madre, así como de encajar en las circunstancias de la realidad exterior. Con respecto al niño, el organismo del niño está en constante despliegue y desarrollo por lo que las satisfacciones cambian también rápido en cada nivel sucesivo. En el nivel más Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 primitivo, las satisfacciones están más ligadas a lo fisiológico que a lo psicológico. Cuando surge el yo, las satisfacciones de infante se satisfacen a medida que se complejizan las relaciones con la intervención de la relación con la madre. Cuando uno de los participantes (de la relación madre-hijo) obtenga satisfacción, el otro también. Si esa armonía falta (más comunmente por malas influencias del medio de la madre), puede conllevar a grandes perturbaciones. Los factores cuantitativos y cualitativos en las relaciones de objeto perturbadas. En la relación madre-hijo, la madre es la parte dominante (el niño es pasivo). Las perturbaciones de la personalidad maternal se reflejarán en perturbaciones del infante. Las influencias psicológicas dañinas son la consecuencia de relaciones insatisfactorias entre la madre y el hijo. Esas relaciones insatisfactorias son patológicas y se pueden dividir en 2 categorías: 1. relaciones madre-hijo incorrectas (factor cualitativo); 2. relaciones madre-hijo insuficientes (factor cuantitativo). Relaciones madre-hijo incorrectas. Hay varios cuadros clínicos para tales perturbaciones, cada uno vinculado con una incorrección determinada. El cuadro clínico parece ser en consecuencia de un patrón de conducta maternal dada. Se puede decir que la personalidad materna actúa como agente provocador de la enfermedad (como una toxina psicológica). Por esta razón, Spitz llamó a este grupo de perturbaciones en las relaciones de objeto enfermedades psicotóxicas de la infancia. Spitz distinguió una serie de conductas maternales dañinas, cada una vinculada con una perturbación psicotóxica específica del infante: - franca repulsa primaria; - tolerancia excesiva angustiosa primaria; - hostilidad enmascarada de angustia; - fluctuaciones entre el mimo y la hostilidad; - oscilaciones cíclicas del humor de la madre; - hostilidad consciente compensada. Insuficiencia de las relaciones madre-hijo. Privar al infante en su primer año de vida de las relaciones de objeto lleva a graves perturbaciones emocionales. Por ejemplo cuando se los priva de la madre sin ofrecerles un sustituto adecuado, les privamos de los suministros libidinales. En el caso de la privación parcial, obtienen ese suministro insuficientemente. Se denomina esta segunda categoría enfermedades defectivas psicogénitas emocionales. Las consecuencias de la deficiencia emocional se dividen en dos categorías (según la extensión de la privación del niño): - defectividad parcial; - defectividad total. Psicotóxica (cualidad). Factor etiológico aportado por las actitudes maternales. Dolencias del infante. Franca repulsa primaria. Coma en el recién nacido. Tolerancia excesiva Cólico del tercer mes. angustiosa primaria. Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 Hostilidad enmascarada de Eczema infantil. angustia. Fluctuaciones entre el mimo Hipermovibilidad (cabeceo). y la hostilidad. Oscilaciones cíclicas humor de la madre. Hostilidad compensada. del consciente Juegos fecales. Hipertimia agresiva. Privación emocional parcial. Depresión anaclítica. Privación emocional total. Marasmo. Defectiva (cuantitativa). CAPÍTULO 13: PERTURBACIONES PSICOTÓXICAS. Franca repulsa primaria. Repulsa activa primaria. La actitud maternal consiste en una repulsa global de la maternidad (tanto al embarazo como al bebé y probablemente también a algunos aspectos de la sexualidad genital). Estos casos son difíciles de seguir, ya que el bebé con frecuencia muere, es abandonado o cedido en adopción. Repulsa pasiva primaria. La reacción del recién nacido hacia la madre que no quiere aceptarlo, en los casos extremos, es que el bebé se vuelve comatoso, extremadamente pálido y de sensibilidad reducida. Parecen hallarse en estado de shock. El tratamiento consiste en enema salino, glucosa en inyección intravenosa o transfusión de sangre. Luego de curarse esos niño deben aprender a succionar mediante estimulaciones. El autor describe 2 casos de esta repulsa masiva: - el primero es de una adolescente de 16 años que queda embaraza. El embarazo y el parto fueron acompañados por un sentimiento de culpabilidad muy grande. El proceso de amamantamiento no tuvo éxito, ya que la madre pretendía no tener leche. Durante el amamantamiento la madre se comportó como si su bebé fuera completamente ajeno a ella y ni siquiera se tratara de un ser viviente. Luego de 5 días, el bebé era mantenido con la leche exprimida del pecho de la madre. En uno de los intentos, se ve al bebé sumirse en un estado de estupor semicomatoso. Hubo que emplear métodos energéticos, que incluían la alimentación con sonda para sacarlo de ese estado. Al mismo tiempo se hizo un intento de educar la madre para que hiciese posible el amamantamiento. Luego de esas instrucciones, el amamantamiento prosiguió con cierto éxito y el bebé se repuso. A causa de esa repulsa masiva desde el principio, el bebé sufrirá secuelas psicosemánticas. - El segundo caso se trata de un bebé que desde el principio es alimentado del pecho de la madre. Luego la madre se niega a hacerlo y lo alimenta con biberón. Durante los 2 tipos de alimentación la madre rebosaba de quejas y recriminaciones, todo porque el niño vomitaba. Luego de tres semanas la madre se enferma y es Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 hospitalizada y separada del hijo. Los vómitos del niño cesan y regresan cuando la madre vuelve. En este caso la repulsa pasiva no está dirigida contra el niño en sí, sino contra haberlo tenido, contra la maternidad (repulsa sin objeto). Pero cuando el niño empieza a desarrollarse y su personalidad especificarse, la hostilidad materna se hace más dirigida a él. Esa hostilidad proviene de su historia personal, de su relación con el padre del niño, de la forma en que ambos lograron (o no) resolver el conflicto edipiano. La respuesta del infante, ya que se encuentra en la primera etapa, la etapa oral, es completamente lógica que los síntomas de las perturbaciones descritas, sean síntomas orales (como la parálisis de incorporación alimenticia caso 1- o el vómito - caso 2). La tolerancia excesiva angustiosa primaria (el cólico del 3er mes). Es una actitud maternal que puede ser considerada una forma especial de protección maternal excesiva. Relacionado con este tipo de conducta es el “cólico del tercer mes” (pueden empezar a partir de la tercera semana hasta el final del tercer mes). Los trabajos de Weilk, Finkelstein, Alarcón y Spock. Los cólicos del tercer mes fueron denominados diátesis espásticas. Se atribuía su origen a una incapacidad para asimilar la leche materna. Algunos pediatras españoles y sudamericanos estudiaron este fenómeno y encontraron que niños provenientes de instituciones no eran afectados por este fenómeno. Luego Spitz también lo confirmó. La explicación de Soto (uno de los pediatras) era que en las instituciones no se “miman” a los niños. Observó un caso de una excepción. Un niño de 6 semanas fue adoptado por una señora que según él le daba al niño “demasiadas atenciones”. La rutina de la alimentación en punto, que prevalecía en el orfanato, así como la ausencia completa de solicitud maternal son las explicaciones que da Soto para la inmunidad al cólico del tercer mes. Esta explicación fue confirmada por Spock, que también creer que la solicitud demasiado ansiosa de la madre puede ocasionar cólicos. Los hallazgos experimentales de Levine y Bell. Estudiaron a 28 bebés con cólicos, todos eran criados en sus hogares según el horario de la autodemanda, osea dar la leche al bebé cuando él la desea (puede ocasionar la tolerancia angustiosa excesiva). Ésto llevó a un caso de una mamá que le dio la leche al bebé 28 veces en 24 horas. Levine y Bell mencionaron además otro factor. Los 28 bebés mostraban un tono muscular de una elevación notable sobretodo en el abdomen. Afirmaron que el remedio del cólico era el uso del chupete, que ayuda a desaparecer el cólico. Consideraciones teóricas. De los hallazgos de los diversos observadores, emerge que si los recién nacidos con hipertonicidad congénita son criados por una madre que tiene un exceso de preocupación angustiosa, padecerán el cólico del tercer mes. Se establece un círculo vicioso entre esos dos aspectos en particular cuando se pone en práctica el plan de alimentación de autodemanda. Una madre extremadamente solicita reacciona a toda manifestación del bebé alimentándolo. También lo provoca el sentimiento de culpabilidad de la madre, que le quiere dar más de comer para aliviar la culpa. Con respecto al infante hipertónico, esa tensión debe descargarse más frecuentemente que un “bebé normal”. El órgano de descarga de la primera infancia es la boca. Cuando el niño está mamando, a parte de alimentarse, descarga la tensión. Así se crea el círculo vicioso: Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 ¿Por qué desaparece el cólico luego de los tres meses? Primero porque la madre aprende a interpretar el llanto del bebé, y luego porque el niño comienza a efectuar sus primeras respuestas dirigidas hacia su medio ambiente, por lo que las actividades corporales aumentan y sirven de descarga de tensión. Consideraciones prácticas. El chupete propuesto por Levine y Bell es un método ingenioso que interrumpe el círculo vicioso descrito previamente. Porque le proporciona un medio de descarga. Otro método es acunarlo o mecerlo. En algunas culturas indígenas donde los bebés se los acarrea atandolos con una tela en la espalda o en la cintura, hace que descarguen más tensión y además proporcionan una estimulación perceptual en el nivel de la receptividad. Observaciones finales sobre el cólico del tercer mes. El método de la autodemanda no es la única vía a través de la cual la madre transmite su preocupación angustiosa al niño. Hay otras condiciones que lo pueden activar. El cólico del tercer mes es una de las formas más arcaicas, un precursor de las perturbaciones de relaciones de objeto. La hostilidad enmascarada de ansiedad (eczema infantil). Los hallazgos y los datos clínicos. Cuando los niño presentan eczema infantil se observó que las madre manifestaban angustia acerca de sus hijos. Esa angustia corresponde a la presencia de cantidades inusualmente grandes de hostilidad inconsciente reprimida. Los estudios psiquiátricos presentados por el autor son de niños que viven en una institución penal para muchachas de 14 a 23 años. Ellas daban a la luz durante su condena y podían quedarse con su niño en esa institución (todas tenían conflictos penales). Así que, había una elevada cantidad de niños que sufrían de eczema infantil a partir de la segunda mitad del primer año (desaparecía a los 12-15 meses). El médico de la institución Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 trató de buscar soluciones fisiológicas para el problema, pero éste persistía. El problema debía originarse por factores psicológicos. Así estudiaron todos los datos de todos los bebés y encontraron que las diferencias entre aquellos que sufrían de eczema y los que no, se basaban en dos factores: una predisposición congénita, y un factor psicológico, originado en el medio, que en esa institución se limitaba a la relación madre-hijo. Las diferencias entre los dos grupos de bebés con respecto a los reflejos era que había una diferencia estadísticamente significativas en los reflejos cutáneos. Los bebés que luego presentarían eczema tenían una exitabilidad cutánea mucho más elevadas que el otro grupo de bebés. Pero como el eczema se presentaba luego de los 6 meses, había que descartar la vulnerabilidad de la piel. La diferencia central entonces se encontraba en las relaciones de objeto. Habría una gran diferencia en las manifestaciones de la angustia del 8vo mes. En los niños con eczema se presentaba muy poco la angustia del octavo mes. Por el contrario en los que no presentaban eczema, la angustia del octavo mes se manifestaba en la mayoría de los casos. Todo eso indica la presencia de algo patológico, nos previene que el niño ha quedado retrasado en su desarrollo afectivo debido a perturbaciones de las relaciones de objeto (osea de la relación madre e hijo). Se exploró psiquiátricamente las madres de los niños con eczema. Ellas mostraron una actitud de angustia manifiesta acerca de sus hijos. Bajo esa angustia igualmente se hallaba una grande hostilidad inconsciente reprimida. La mayoría de esas muchachas estaban encarceladas por mal comportamiento sexual. En realidad es la conducta sexual media de la mayoría de la población femenina no casada. Pero esas muchachas habían sido sorprendidas en el acto delictivo y en un medio rural que no admite el quebrantamiento de las costumbres. Ellas tenían personalidades manifiestamente infantiles. Además otra particularidad era que no les gustaba tocar a sus hijos y tenían una preocupación exagerada (como algo compensativo al exceso de hostilidad inconsciente). Los gráficos del desarrollo de los niños, revelaron otra particularidad en esos niños. Mostraron un retraso característico en el adquirir conocimientos y también en el de las relaciones sociales. El sector de la adquisición de conocimientos representa el dominio de la imitación y la memoria, ya que la madre no tocará el niño en sus primeros 6 meses harán que sea difícil la identificación primaria. El papel de la identificación primaria. La identificación primaria es una construcción ideológica de la teoría psicoanalítica referente al estado de no diferenciación, en el cual no hay diferencia en el infante mismo y tampoco es este capaz de distinguir entre lo de afuera y lo de adentro, entre el yo y el no yo. Consiste entonces en que el infante experimenta todo lo que en su medio le permite satisfacer la necesidad como parte de su propia persona, de su propio cuerpo, fuera del cual no existe nada. Por tanto es difícil con esas madres que rehusan a sus hijos la necesidad de ser tocados. La movilidad de acción dirigida y la locomoción son los artificios del niño para tratar con la identificación primaria y lograr la diferenciación con la madre para luego formar las identificaciones secundarias que permitirán la autonomía (se logra a partir de los 18 meses). Procesos psicodinámicos. Los procesos dinámicos fundamentan las interacciones diádicas implicando desplazamientos catéxicos que llevan a la identificación secundaria. Como las madres de estos niños con eczema no les ofrecen las oportunidades suficientes para tales descargas, la adecuación de los impulsos libidinales y agresivos no están fácilmente al alcance. Una explicación pavloviana. Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 El autor establece un paralelo entre lo que los pavlovianos denominan “un temperamento lábil” en los perros y lo que él ha llamado “excitabilidad refleja” en el niño que padece eczema. Lo que los pavlovianos estudian es el quebrantamiento del procesos normal de aprendizaje. Dicho proceso de aprender está reemplazado por una o dos perturbaciones. La mayoría de los perros generaban una “neurosis experimental”, la minoría con “temperamento lábil” generaban eczema. Cuando empezaron a estudiar los afectados, todavía no tenían una organización psíquica y se hallaban en el proceso de desarrollar el yo. Observaciones finales sobre el eczema infantil. El cese del eczema infantil se da cuando empieza el segundo año de vida, ya que al adquirir la locomoción puede avanzar sin tanto contacto con la madre. Todo fue corroborado por dermatólogos, inclusive la causa de su origen. Según palabras suyas: es por falta de tacto de la madre. Fluctuaciones entre el mimo y la hostilidad (cabeceo de los infantes). Datos clínicos y de otro género. Las perturbaciones del cabeceo de los infantes, es muy frecuente en las instituciones. Se convierte en actividad patológica cuando se adopta como actividad principal del niño y sustituye todas las demás actividades habituales para la edad. Comportan una violencia y un gasto de energía excesivo para la edad. El autor, con la colaboración de otros científicos estudiaron una población de 170 niños en una institución, “casa cuna”. Encontraron que prácticamente la mitad de los niños cabeceaban en el primer año de vida. Los factores etiológicos posibles se dividían en: - factores congénitos: encontraron que no había una disfunción congénita importante; - factores hereditarios: no tenían mucha información pero llegaron a la conclusión que no era de mucha relevancia; - factores del medio: fue el decisivo. Investigaron las actitudes maternales y las conductas de las madres de los dos grupos. Las madres de los bebés cabeceantes eran de personalidad extrovertida, con una predisposición al contacto intensivo, positivo. Además eran de personalidades infantiles que carecían de control contra la agresividad, la cual se expresaba en explosiones de fuertes emociones negativas y de una hostilidad manifestada violentemente. Sus bebés eran sus vías de escape para sus emociones lábiles, se hallaban expuestos a oscilaciones rápidas del mimo a la hostilidad. En cuanto a los bebés, encontraron ciertos retrasos con respecto a la adaptación social y a la habilidad manipuladora. Esa falta de desarrollo en esos sectores se debe a que el niño ha sido entorpecido en el establecimiento de un objeto libidinal unificado, lo que conlleva a que sean difíciles las relaciones de objeto posteriores. Oscilaciones clínicas del humor de la madre (juegos fecales y coprofagia). Observaciones clínicas (ver p.186). Acá el autor describe un caso de una niña que practicaba juegos fecales. La mayoría de los niños que lo practican son además coprófagos. El origen de esta conducta también se encuentra en perturbaciones de la relación madrehijo. En cuanto a la personalidad de la madre, la mayoría sufría de depresión y además tenían variaciones de humor (que podían variar su duración desde los 2 hasta 6 meses) hacia sus hijos. Esos humores iban desde la hostilidad extrema con repulsa, hasta la Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 compensación. Un número sorprendentemente grande de niños coprófagos sufrían daños de mano de la propia madre. El estado afectivo del niño coprófago. La mayoría de los niños coprófagos estudiados, tenían una apariencia depresiva. Pero aunque parezcan deprimidos, los niños coprófagos se muestran predispuestos socialmente. Por ejemplo combidaban sus heces a los observadores y a otros niños. Dinámica de la relación maternofilial en la coprofagia. La diferencia entre las actitudes inconsecuentes de las madres de los niños cabeceantes, con los cambios de humor de las madres con niños coprófagos es que lo niños cabeceantes son expuestos alternativamente a explosiones intensas pero breves de amor y cólera. Mientras que las variaciones de humor de las madres de los niño coprófagos son mucho más duraderas (pueden durar meses). En común tienen que tanto los niño coprófagos como los cabeceantes encuentran obstáculos para hallar un objeto y relaciones de objetos. Los cabeceantes se encuentran en un nivel preobjetal (en el cual su objeto es primordialmente narcisístico) y patologiza en cuanto la conducta autoerótica (normal en los primeros 8 meses) se convierte en la conducta principal y persiste hasta después del primer año. El juego fecal, en cambio, presupone en cierto modo relaciones de objeto. Previamente al surgimiento de los juego fecales, hay juegos genitales por lo que se deduce que las relaciones de objeto normales habían sido logradas pero que luego se perturbaron.. ¿Porqué surgen los juegos fecales y la coprofagia? Uno de los aspectos más destacados de la depresión, es la incorporación oral del objeto perdido. Los niños coprofagos se “infectan” con las tendenncias inconscientes manifestadas en sus madres y esa infección les lleva a la incorporación oral. El autor habla de “infección” haciendo referencia al concepto de Anna Freud. Infección: que el niño toma del clima emocional (madre-hijo) y que por eso adquiere el humor depresivo de la madre (sin que esté en efecto deprimido). El niño coprófago sufre lo que equivale a la pérdida “del objeto bueno” de la madre, no pérdida física, sino una pérdida emotiva. La hostilidad materna compensada conscientemente (el niño hipertímico). No hay mucho material sobre el cuadro clínico de la hostilidad materna compensada conscientemente, en cuanto a que esa actividad maternal es poco destacada. La conducta maternal en esos casos es el resultado de un conflicto consciente. El hijo le sirve a la madre como desahogo para sus satisfacciones narcisísticas y exhibicionistas (no como objeto amoroso). Esa madre se da cuenta de su actitud hacia el hijo es impropia y se siente culpable y por eso conscientemente compensa con excesos su actitud mediante una dulzura agridulce. Principalmente ocurre en los círculos intelectuales y profesionales. Las gráficas de desarrollo de los niños, muestran un retraso notable. Para el segundo año de vida son hiperactivos, no muy sociales y destructivos con sus juguetes. CAPÍTULO 15: ENFERMEDADES DEFECTIVAS EMOCIONALES DEL NIÑO. Esas condiciones derivan de la ausencia física materna (por enfermedad, muerte u hospitalización del infante), mientras que el sustituto de la madre es inadecuado o prácticamente inesistente. El infante es privado del cuidado materno y del suministro emocional vital. El daño sufrido será proporcional a la duración de dicha privación por eso se han distinguido dos categorías: - la privación parcial afectiva; Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com) lOMoARcPSD|42401492 - la privación total afectiva. Privación emocional parcial (depresión anaclítica). Se hace el estudio a 123 infantes de Casa Cuna. El cuadro clínico es: - primer mes: los niños se vuelven llorones, exigentes, tienden a asirse al observador, cuando este logra hacer contacto con ellos; - segundo mes: cambia el lloriqueo a gemidos. Se inicia la pérdida de peso. Hay una detención en el índice de desarrollo; - tercer mes: los niños se niegan al contacto. Yacen postrados en sus camitas la mayor parte del tiempo (indicio patognómico). Inicia el insomnio, prosigue la pérdida de peso. Hay una tendencia a contraer enfermedades extrarecurrentes. El retraso motor se generaliza. Inicia la rigidez facial. Luego del tercer mes, queda fírmemente establecida la rigidez facial. El retraso motor se incrementa y es reemplazado por el letargo. Factores etiológicos. Los niños que presentaron esas condiciones fueron niños cuyas madres fueron separadas de ellos entre el sexto y el octavo mes. Por las expresiones faciales, fueron denominados “depresión anaclítica”. Si durante el periodo desde los 3 hasta los 5 meses desde que adquieren esas condiciones: ● la madre regresa: el niño se recupera (aunque pueden quedar cicatrices de esto para el futuro); ● si la madre no regresa dentro de esos 5 meses: la sintomatología se transforma en “hospitalismo”. Para que haya “depresión anaclítica” el niño, antes de separarse, debe haber tenido una buena relación con la madre. Privación emocional total (hospitalismo). Observaron la privación total y sus consecuencias en una Casa de Expósitos situada fuera de los EEUU. Eran criados a pecho durante los 3 primeros meses. Durante ese periodo el niño tenía apariencias normal. Luego los niños y las madres eran separados, y presentaban empeoramiento progresivo característico de la privación parcial. Luego de los 3 meses presentaban un cuadro clínico nuevo. El retraso motor se hacía evidente por completo (yacían postrados bocarriba en sus camitas), ni siquiera podían darse vuelta bocabajo. La coordinación ocular era defectuosa y tampoco podían hablar, sentarse, pararse o andar. El empeoramiento progresivo y el aumento a la propensión a las infecciones llevaban a un porcentaje tristemente elevado de casos de marasmo y de muerte. Descargado por Sil Gallardo (silg873@gmail.com)