Seminario Teológico Adventista en Cuba El conflicto entre el bien y el mal terminado Artículo presentado en cumplimiento de los requisitos del curso OTST204 Libros Poéticos por Cesar Santiesteban González Noviembre 2020 Introducción Vivimos en un mundo lleno de dificultades. Todo es un caos y la felicidad ha llegado a convertirse en un enigma. El filósofo Arthur Schopenhauer enfatiza que “ser infeliz es muy fácil, mientras que ser feliz no sólo es difícil, sino del todo imposible”.1 Y es que, desde la perspectiva humana con un lente que difiere de la cosmovisión cristiana, puede parecer la vida sin sentido. Todo a nuestro alrededor se resume en una sola palabra, conflictos. Muestra de lo anterior descrito lo vemos en las noticas día a día. Pareciera que todo está convulsionando por fuerzas aparentes. El futuro se hace incierto y no se logra encontrar una luz de esperanza ante el desconcertado universo. Desde lo más general hasta lo más específico de nuestra existencia queda manchada por lo que encierra la palabra conflicto. La vida es una paradoja constante donde a veces es mejor no vivir que estar vivo. Pareciera que el sufrimiento es parte de lo que no logramos adaptarnos, pero nos envuelve cada día. ¿Cómo entender lo que está sucediendo? ¿Acaso existe alguna respuesta que pudiera aclarar tan obscuro medio? ¿Habrá alguna otra respuesta que difiera del pensamiento de Arthur Schopenhauer? Es posible encontrar una respuesta, para ello es necesario buscar y profundizar en el tema. Esto ayudará a entender lo que está ocurriendo. 1 Arthur Schopenhauer, El arte de ser feliz: Explicado en cincuenta reglas para la vida, 2da ed. (España: QPRINT, 2000), 71. 1 Conflicto Según la Real Academia, y desde la perspectiva psicológica, conflicto es “Coexistencia de tendencias contradictorias en el individuo, capaces de generar angustia y trastornos neuróticos”.2 No estamos ajenos a esas disyuntivas situaciones. Esta perspectiva expresa un punto de vista por así decirlo artificial. Hay muchas personas que, ajenas a otros elementos, pudieran declarar que no están pasando por conflictos. Otros en cambio pudieran señalar que es posible que exista algo más. Para una cosmovisión cristiana, se entiende que, la raíz de todo mal se encuentra en un concepto más profundo y mejor elaborado, El Gran Conflicto. El Gran Conflicto Al escuchar este juego de palabras, la mente no relacionada al tema, puede parecer que denotan grandes problemas. Y es el mero hecho de que están en lo correcto. Existen otros vocablos para distinguirlo, tal es el caso de “Conflicto Cósmico”, “El Conflicto de los Siglos”, El Gran Conflicto. Norman R. Gulley lo define de esta manera cuando dice: El Conflicto Cósmico, a veces denominado “el Gran Conflicto”, es la cosmovisión bíblica. Constituye el trasfondo en el que se despliega el drama de nuestro mundo, e incluso del universo. El pecado, el sufrimiento, la muerte, el surgimiento y la caída de las naciones, la difusión del evangelio, los acontecimientos de los últimos días, todo esto ocurre en el contexto del Conflicto Cósmico.3 Real Academia Española, “Conflicto”, https://dle.rae.es/conflicto, accesado el 18 de noviembre, 2020. 2 Norman R. Gulley, “Preparación para la crisis final”, Guía de estudio de la Biblia para la Escuela Sabática (Nampa, Estados Unidos: Pacific Press, 2018), 5. 3 2 La definición de Gulley sugiere que la situación por la que ha estado, está pasando y pasará el mundo se ha desarrollado en el ámbito del Gran Conflicto. Este hecho nos alumbra al saber lo que está pasando, pero, ¿cómo comenzó el conflicto? El comienzo del conflicto en el cielo Este tema recurrente, tiene su comienzo antes de la creación de este mundo. Todo comenzó en el cielo. Es razonable la pregunta del por qué tuvo que originarse en el lugar más perfecto de todo el universo. ¿Acaso Dios creó un ser imperfecto?, pero no fue así ya que “Satanás, el adversario de Dios, no salió de la mano creadora de Dios el Hijo como un diablo malo. Por el contrario, el Creador lo trajo a la existencia como un ángel sabio y glorioso. Dos pasajes del Antiguo Testamento describen indirectamente el origen, la posición y la caída moral de este ser poderoso (Isa. 14: 4-21; Eze. 28:12-19)”.4 Es muy cierto que el texto lo declara de manera indirecta, esto tiene una explicación lógica como se muestra en el siguiente texto comentando a Eze. 28:12-19. Las siguientes declaraciones parecen sumamente difíciles de aplicar a un rey literal de Tiro: (1) "En Edén, en el huerto de Dios estuviste", vers. 13; (2) "Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios" vers. 14; (3) "Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad". vers. 15; (4) "Yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector", vers. 16. Pareciera que mientras Ezequiel contemplaba en visión el carácter y las actividades del rey de Tiro, la Inspiración levantó el velo entre lo visible y lo invisible para permitir que el profeta viera al ser invisible, pero poderoso, a quien servía el rey de Tiro. En forma similar se le había permitido a Isaías que viera, más allá del rey literal de Frank B. Holbrook, “El gran conflicto”, en Teología: Fundamentos de nuestra fe, 9 vols., editado por Raoul Dederen, traducido por David P. Gullón (Miami, FL: Asociación Publicadora Interamericana, 2005-2008), 9:196. 4 3 Babilonia (cap. 14: 4), a Satanás, cuyo carácter y política practicaba el rey de Babilonia (vers. 12-16).5 El comentario explica la maldad que se produjo en ese ser y que fue el originador del mal en el universo. Estos elementos abren la mente a un nuevo conocimiento sobre lo que se ha estado compartiendo, pero, ¿qué tiene que ver con eso con la realidad en la cual vivimos? ¿Dónde se encuentra el vínculo con la humanidad del presente siglo XXI? Para responder a esas preguntas es necesario profundizar un poco más, recurriendo a uno de los escritos más antiguos, la Biblia, la que ha cobrado gran confianza por la confirmación de sus escritos. El comienzo del conflicto en la tierra Siguiendo una lectura simple de la Biblia, es posible dilucidar en los primeros tres capítulos la introducción del mal en la tierra. Dios había creado todo perfecto, y declara el autor bíblico “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (Génesis 1:31). La historia continúa en el Jardín del Edén cuando Dios le entrega al hombre el control sobre la creación, poniendo al hombre como señor sobre toda obra creada (Génesis 1:28). Esta responsabilidad implicaba algo más. El primer hombre, Adán, era el representante de Dios en la recién creada Tierra. Retomando el tema anterior, Satanás se había revelado contra Dios en el cielo y fue expulsado por desobedecer los preceptos divinos. Ahora en la tierra, Dios pone una prueba de lealtad al hombre, pero Satanás usando sus artimañas lleva a la familia perfecta a la “Rey de Tiro”, Comentario bíblico adventista del séptimo día (CBA), ed. Francis D. Nichol, trad. V. E. Ampuero Matta (Boise, ID: Publicaciones Interamericanas, 1978-1990), 4:704,705. 5 4 desobediencia (Génesis 3:6). De esta manera se introdujo el conocimiento del mal en la tierra. ¿A qué dio lugar entonces el acontecimiento? La caída no dio como resultado la libertad e independencia de la raza humana. La conquista moral de Satanás sobre Adán y Eva lo capacitó para establecer esta tierra como una cabeza de puente en su guerra contra Dios. Los ángeles caídos y la humanidad caída estaban ahora aliados en una confederación corrupta opuesta a la autoridad del Creador. Ambos se hicieron malos a través de la apostasía6. ¿Qué implicancia tendría esto sobre la tierra? Como antes se había declarado que Dios puso a Adán como señor de la tierra, ahora Satanás le arrebata el señorío a Adán y ocupa su lugar de representante de Dios. Al mismo tiempo, desde el Nuevo Testamento el apóstol Pablo señala “¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?” (Romanos 6:16). El sometimiento de los primeros habitantes de la tierra al tentador los convirtió en sus esclavos. Ahora todo quedaba bajo el dominio de quien los había engañado. Ahora es posible ver un poco mejor con el lente del conflicto cósmico, pero aún no es posible comprender del todo. Se necesitan una serie de argumentos más para descubrir lo que ha repercutido por siglos hasta nuestros días. ¿Qué evidencias existen que demuestren un conflicto cósmico repercutiendo sobre la tierra? Esta interrogante encuentra respuesta en muchos libros de la Biblia, pero existe uno, escrito en forma de poesía, que permite comprender este problema. Los libros poéticos y el gran conflicto La poesía Bíblica o como también se puede decir la poesía hebrea, está llena de imágenes que expresan rasgos del gran conflicto. Al mismo tiempo, el conflicto cósmico no trasciende de manera explícita, aunque si es reconocida por el lector. De manera general, abarca una serie de 6 Gulley, “Preparación para la crisis final”, 207. 5 aspectos que dan la evidencia del mismo. Es por ello que Carroll Gillis declara sobre el carácter poético lo siguiente: La poesía hebrea es esencialmente religiosa. Expresa todos los gozos y las tristezas de la religión, describe la experiencia del pecado y de la culpabilidad, y corre toda la extensión de las variadas experiencias de los hombres: el amor y el odio, la vida y la muerte, la duda y la fe. Por medio de ella los hombres cantan las alabanzas de Dios, confiesan sus pecados a él, buscan su perdón, miran a él para obtener socorro, anhelan la hora cuando irán a su presencia.7 Tal como lo expresara Gillis, mediante la poesía el autor bíblico expresa sus alegrías, pero al mismo tiempo sus dificultades. De esta manera abre la mente del lector mediante los sentimientos expresados a comprender el contexto que están pasando. Al mismo tiempo, la respuesta que obtuvieron y el comportamiento seguida al sufrimiento. Pero, aún no se puede percibir del todo el problema del conflicto. Es por ello que es necesario un mayor acercamiento a uno de los libros poéticos que reflejan más abiertamente el concepto. El gran conflicto en el libro de Job “... hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal” (Job 1:1). Esta es la manera que comienza el espectacular libro; presentando las cualidades de Job, quién delante de los hombres y delante de Dios, era perfecto. Si se sigue una lectura del libro se encontrará un evento expresado únicamente en esta parte de la Biblia. “Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás. Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová dijo: De rodear la tierra y de andar por ella” (Job 1:6,7). Este texto da una gran evidencia para el tema tratado 7 Carroll Gillis, El Antiguo Testamento: Un comentario sobre su historia y literatura, 5 vols., (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 1991), 5:232–233. 6 Dice la Biblia que Satanás se presenta delante Dios al igual que otro grupo, pero, si Satanás había sido expulsado del cielo, ¿cómo ahora se podía presentar delante de Dios? La respuesta se encuentra en Génesis, cuando el hombre y la mujer pecaron, se entregaron en servicio al tentador y este, obtuvo por engaño el señorío otorgado por Dios a Adán. Ahora se presenta ante el cielo como representante de la tierra que había caído en pecado por causa del engaño. De esta manera se abre aún más el lente cosmológico para entender el conflicto. En ese momento el hombre tiene un representante y es su principal enemigo. A través de los siguientes versículos se puede apreciar la manera que Satanás le dice a Dios que Job le adora por causa de las grandes bendiciones recibidas. (Job 1:9,10). A partir de ese momento le comienzan a suceder una serie de tragedias que lo dejan a la merced del sufrimiento tanto físico como mental. Aquel que lo tenía todo, de un momento a otro lo perdió; a pesar de ello, reconoció que Dios estaba al control de todo sin saber lo que estaba en juego. Ahora Job adora a Dios aún sin las bendiciones antes obtenidas. Durante todo el transcurso del libro, de manera poética se pone en evidencia el pensamiento acerca de Dios. A pesar de vivir en tiempos similares a la era patriarcal, el conocimiento de Dios estaba limitado. Tres amigos de Job vinieron inicialmente para consolarle, posteriormente vino un cuarto. Después de pasar tiempo con él en silencio, se pronunciaron abiertamente para enjuiciarlo por las desgracias acaecidas. Luego de que comenzaran a hablar esos amigos, se presentaron ciertas evidencias como motivo a los padecimientos de Job. A partir de estas escenas se expone el pensamiento de la época que no difiere de muchos pensamientos del siglo XXI, el cuestionamiento. 7 Se cuestiona a Job En los capítulos siguientes los amigos cuestionan a Job como el causante de sus propias desgracias. Les atribuyen a todos los sucesos, el pecado oculto de Job. Pareciera que en la actualidad existiera el mismo pensamiento. Tratando de justificar los problemas, se le adjudica a la propia persona que lo padece mereciéndolo por casusa de lo malo que han hecho en la vida. Pero este cuestionamiento carece de evidencias. Ciertamente como la Biblia lo indica, Job no era un pecador empedernido como le atribuían. Se cuestiona a Dios Por otro lado, Job se autodefiende exponiendo su justicia delante de Dios, porque realmente no había hecho algo tan grave como para merecer las penurias que estaba atravesando. Después de autodefenderse de la acusación de sus amigos, cuestiona a Dios porque sus obras de justicia no merecían tanto sufrimiento. Hasta ese momento ninguno de los hombres sabía lo que estaba ocurriendo tras bambalinas. Un conflicto que aparentemente había terminado adjudicando a Dios todo el sufrimiento humano. Respuesta de Dios Cuando Dios habla a Job, no se justifica a sí mismo, ni le explica el motivo de su sufrimiento. Al contrario, Dios le expresa su magnificencia, su poder, su gloria y su obra en la creación. Todo lo había hecho bueno en gran manera. De esta manera Job entiende que su justicia no era nada delante de Dios y se abrió de corazón al declarar: “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto, me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza” (Job 42:5,6) 8 El gran conflicto en pleno siglo XXI Muchos personajes del Antiguo Testamento no comprendieron en su momento lo que estaba ocurriendo en el mundo invisible que no está ajeno al nuestro. Muchos cuestionaron a Dios como el causante del sufrimiento, otros cuestionaron a hombres de Dios como el propio causante. No percibieron un enemigo común que incita al ser humano a desacreditar a Dios y culparlo por todo lo que le acontece al ser humano. En la actualidad el pensamiento acerca del tema pareciera ser el mismo. Hoy por hoy se cuestiona a Dios como el causante de todo el mal. Se expresan con mofo al declarar que si Dios existe por qué existe tantos conflictos y tanto sufrimiento. El corazón del ser humano se ha endurecido y muchos siguen sin entender el por qué de todo el mal en este mundo. Y tras el telón está el mismo personaje malévolo encausando las penas del mundo entero. El final del conflicto Cuando todo el mal fue originado en el cielo. Dios previendo un mayor problema no se deshizo del consecuente ni de los seguidores de este. Al contrario, le dio la oportunidad de arrepentirse y no lo hicieron. Luego el mundo se vio afectado por el virus del mal al engañar a la pareja edénica, de esta forma se hizo gobernador y representante de la tierra ante el universo. Pero en Génesis 3:15 Dios dictaminó su existencia a través de Jesucristo, la simiente que le aplastaría finalmente. Dios en la persona de Jesucristo tomó la condición del hombre y se hizo carne para vivir la vida que el primer hombre no pudo completar. De esta manera, al morir en la cruz y sin pecado, arrebató a quien dominaba al mundo sobre la tierra, el señorío que el hombre había perdido. De esta manera perdió el acceso al cielo y en estos momentos Cristo reina como nuestro representante en el cielo. 9 Aún la humanidad se encuentra viviendo en este conflicto, guerras, hambres, enfermedades, muertes, todo ello causante del mal manejo de Satanás sobre la tierra. Pero la Biblia declara que a ese ser le queda poco tiempo “¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo” (Apocalipsis 12:12). El aún trata de destruir al ser humano, y alejarlo de Dios inculpándole de todo el sufrimiento. Pero muy pronto todo terminará cuando Jesús venga por segunda ocasión a buscar al pueblo que le está esperando. Todo terminará de una vez para demostrarle al universo que Dios ha triunfado y expondrá ante el universo su gobierno de amor, tal como fuera expresado: El gran conflicto ha terminado. Ya no hay más pecado ni pecadores. Todo el universo está purificado. La misma pulsación de armonía y de gozo late en toda la creación. De Aquel que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la extensión del espacio infinito. Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas, declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor.8 8 Elena White, El conflicto de los siglos, 2007, 657, en Escritos de Elena G. de White, CD-ROM (Silver Spring, MD: Ellen G. White Estate, Inc, 2011). (Base de datos) 10 Conclusiones Con lo antes expuesto es posible determinar que todo el sufrimiento está siendo fomentado por Satanás, el adversario de las almas. Todo engaño, dolor, conflictos, ha sido y está siendo ocasionado por él. A veces se piensa que la culpa de nuestras desgracias ha sido dada por otra persona o incluso por Dios. Pero en el plano del gran conflicto no todos son víctima del gran engaño. Pablo lo reconoció de esa manera, por lo que escribió que “... no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12). ¿Habrá alguna otra respuesta que difiera del pensamiento de Arthur Schopenhauer? Si existe esa respuesta totalmente opuesta. Al final del tiempo la Palabra de Dios promete a través de la visión de Juan lo siguiente: Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. (Apocalipsis 21:1-4) 11