VIVIR CON LA INCERTIDUMBRE Estamos viviendo una situación de final de una generación humana, y indudablemente esto va a conllevar movimientos convulsiones muy propios de los Dolores de un parto, porque estamos naciendo a una nueva forma de entender nuestra existencia. Y desde lejos en el tiempo los maestros y maestras nos han hablado de esto, en diversas épocas, no para generar miedo sino para que estemos preparados para ese parto y sobre todo para sus contracciones y convulsiones. Muchos maestros nos han descrito con mucha precisión todos estos momentos finales de una generación humana, y que en estos momentos tendremos que cambiar nuestra percepción sobre la realidad, no reteniendo lo que se esta yendo, y no teniendo miedo de lo que está llegando. Y para lograr ese cambio tendríamos que cambiar básicamente tres cosas, nuestros pensamientos y nuestras emociones que nos harán cambiar nuestras creencias. Solo ahí podremos recibir otra información y podremos ver el mundo de otra manera. Y es que somos un programa dormido, y todavía funcionamos en automático, y eso nos hace seguir creando una realidad totalmente inconsciente. Y de muestra está el mundo que nos rodea que es la representación en un bucle sin fin de nuestras creencias. Y por eso y porque toca a nivel evolutivo el desprogramarnos, vamos a necesitar que el universo a través de su sabiduría vaya desmantelando la realidad que hemos montado, para que podamos crear nuevas estructuras más afines al orden universal, el orden de los principios. Y por eso está habiendo muchos acontecimientos que cada vez abarcan todas las áreas del ser humano. Es por todo eso que últimamente, se ha acrecentado en las personas durante estos últimos años, las dudas, la perplejidad y sobre todo la falta de certeza, y sobre todo durante este año 2024, gracias a estos movimiento del parto, nos estamos dando cuenta como humanidad, que aunque cada vez tenemos más conocimientos e información, sigue siendo imposible describir con exactitud lo que acontece a nuestro alrededor, dando igual su naturaleza, no importa si es de índole climático, político, económico, de salud etc.…. Da igual lo expertos que podemos llegar a ser en el área o la materia que sea, cada vez es imposible predecir con exactitud un resultado futuro, o más de un resultado posible. Estamos viviendo unos tiempos en los que se está haciendo más presente en nuestro día a día la incertidumbre. Esta emoción de falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, genera una inquietud de no saber que ocurrirá en el futuro, y en consecuencia nos está derrumbando la mayor de las herramientas del ego, que es el control. Porque seguimos con nuestro afán de tenerlo todo bajo control. Pero la necesidad de control es algo que nos roba la energía ( como pasa siempre con todos las necesidades de nuestro ego), y este control es el resultado directo al miedo que tenemos de hacer cambios y salir de nuestra zona de confort, una zona que en la mayoría de los casos no genera ningún confort pero que intentamos aguantar sin importarnos el sufrimiento que de ahí se desprende, ni lo caduca que es, y aguantamos por la simple razón de que estamos en una zona conocida, y más vale malo conocido que ………. Pero la realidad es que cuanto más intentemos controlar algo, más miedo sentimos a que las cosas salgan mal, y desde ese miedo claro que las cosas saldrán mal. Pero las energías del cambio que vienen, hacen que sostener el control sea cada vez más difícil y más doloroso. Ahora cada vez que intentamos controlar lo que nos rodea, más estrés, agotamiento y ansiedad vamos acumulando. Es agotador vivir en esa constante lucha por tener todo bajo control, y en estos momentos de incertidumbre en la que estamos entrando como humanidad, nos está ayudando a darnos cuenta que intentar seguir controlando cada aspecto de nuestra vida solo nos llevara a generar más tensión, frustración y agotamiento. Lo nuevo que viene nos está preparando para que dejemos de malgastar nuestra energía tratando de controlar lo incontrolable y en su lugar comencemos a invertir en confiar en la vida y en nosotros mismos que hemos elegido esa vida que tenemos. Irremediablemente ya nos toca confiar en que tenemos la capacidad de manejar lo que la vida nos presente, aunque nuestro ego siga intentando convencernos de lo contrario. Soltar el control no significa rendirse ni dejar de cuidar lo que es importante. Soltar significa confiar, confiar en que pase lo que pase seremos capaces de manejarlo porque tenemos las capacidades internas para hacerlo. Somos almas tan grandes y sin embargo nos sentimos tan disminuidos por los miedos, las expectativas, la ansiedad. Nos hacemos muchas preguntas y la incertidumbre que sentimos por no aparecer respuestas definitivas, nos dificulta mantenernos equilibrados. Incluso aunque algunos de nosotros, sigue extrañando su cotidianidad habitual, su normalidad entre comillas a pesar de que saben muy bien que esa normalidad a la que están acostumbrados no es más que una cadena que los ata a viejas estructuras, estructuras que puede que sí hayan servido hasta el momento, pero que la nueva energía impulsa a que sean modificadas y transformadas. Pero a la vista está que hemos entrado en ese periodo en el que las transformaciones se están solapando las unas con las otras, los acontecimientos a nuestro alrededor se suceden uno detrás de otro cada vez con más frecuencia y con más intensidad, el margen temporal para entender asimilar y integrar un acontecimiento es menor porque inmediatamente aparece otro acontecimiento y se solapa con el anterior, y da igual que sea a nivel individual o colectivo. Y es que a medida que vamos alcanzando una mayor conciencia, una visión más amplia, las antiguas estructuras van quedándose obsoletas para la nueva humanidad que se está gestando. Y es comprensible que sintamos ese deseo de volver a lo conocido ya que sabemos desenvolvernos y sobrellevar muy bien esa normalidad, mientras que ante lo desconocido nos sentimos como petrificados como si estuviéramos ante un abismo. Pero si pudiéramos comprender cuán grandiosos somos, el poder creador que tenemos, la maravillosa esencia que hay en su interior, la hermosa diversidad que poseemos y la variedad de recursos y opciones que generamos cuando cada uno aporta su singularidad. Si entendiéramos eso ya no sentirían deseos de volver a esa normalidad conocida a la que tantos deseamos regresar. Como sabemos ya, aunque no terminemos de creerlo, nosotros tenemos el poder de crear una nueva realidad, una nueva forma, una nueva existencia. Podemos tomar un nuevo rumbo, crear un nuevo camino en el que dejar las huellas para que otros lo sigan. Por eso ya es hora de ponernos manos a la obra, permitiéndonos expresar una consciencia más elevada, siendo y actuando como una humanidad amorosa compasiva cooperativa, ya llevamos demasiado tiempo caminando en la misma dirección de la separación, del egoísmo, y de la ambición desmedida. Estamos llegando a este punto en que nos encontramos frente a una bifurcación en nuestro camino, parados frente a ella y ante eso cada uno de nosotros actuará de manera diferente, algunos continuarán como dicen en piloto automático por el mismo sendero conocido que les brinda una aparente seguridad, otros elegirán de manera consciente continuar con las viejas formas porque todavía se escudan en la separación, el individualismo y la desigualdad, sin embargo muchos de nosotros debemos aprovechar este momento para generar los cambios hacia una nueva humanidad, generando primero esos cambios en nosotros que por conciencia ya tenemos claro. Cada vez será más difícil no hacer esos cambios que sabemos que tenemos que hacer, y no comprometernos en serio con nuestro trabajo personal de ser lo que sabemos que somos de verdad. Ya no hay tiempo para más justificaciones del ego. Así es como cada uno de nosotros cuenta en el plan universal de evolución y la postura de cada uno debería ser igualmente respetada a pesar de que no la compartamos, porque eso mismo es parte del cambio, por el contrario tratar de coaccionar y manipular la decisión de otros es seguir utilizando las herramientas de la vieja energía, no se trata de convencer a los demás de lo que nosotros creemos que es mejor, se trata de que aquellos de nosotros que somos conscientes, actuemos ya en concordancia con la energía a la que deseamos incorporarnos, es decir la energía del amor, la integración y unificación. Al mostrar coherencia con ello, ya estamos expandiéndolo, simplemente así, actuando como los seres conscientes que somos, de ese modo seremos referentes para aquellos que todavía no lo hayan conseguido. No es posible generar una nueva humanidad en la que exista intolerancia hacia quienes aún no comprenden o no sienten el llamado a un cambio, sin embargo, en la medida que aquellos que siendo conscientes actúan coherentemente, es decir que ponen en práctica aquello que desean ver reflejado fuera, esa misma energía de transformación irá impulsando a los que todavía no están listos de una forma natural y en concordancia con el orden divino. Como bien sabemos el cambio comienza en uno mismo, para ello revisen sus deseos y generen los cambios que hasta ahora no se hayan animado a realizar. Esa incertidumbre que sienten respecto a cómo continuará todo, muchos de nosotros también las sentimos respecto a nuestra vida personal, nuestras actividades, nuestro trabajo, y nuestras relaciones ya que todo eso se ha visto afectado por la energía de la transformación, con una intensidad diferente para unos más que para otros. Personalmente comprendo muy bien la difícil tarea que supone tener que gestionar cambios en la vida, porque cambiar asusta, y lo sé de primera mano que lo he visto en mí. Pero también he experimentado que, quienes se animan, quienes se atrevan a cambiar aquello que los mantiene oprimidos serán asistidos y acompañados, serán sostenidos por la energía de amor universal y acompañados por sus guías designados y por todos los seres que estamos al servicio del cambio en la tierra. Barajen un poco las posibilidades, consideren nuevas formas en vez de querer volver a aquello que hasta ahora les oprimía. Somos un ser grandioso, somos creadores, tenemos una gran capacidad para adaptarnos y reinventarnos. Podemos crear para nosotros la mejor vida que podamos, una cotidianidad en la que nos sintamos dichosos, libres, que nos sintamos en sintonía, en concordancia con los anhelos de nuestra Alma. Una vida donde el amor, la cooperación, la compasión sean la base, estando en armonía con nuestro entorno y en armonía con la madre tierra. Podemos hacerlo, lo tenemos todo para lograrlo, somos seres maravillosos, dentro de nosotros existe un gran universo más allá de nuestro oficio o nuestra ocupación, no es eso lo que nos define, esa solo es una faceta de nosotros, pero hay mucho más increíble y divino en nuestro interior. La evolución a lo nuevo necesita de la energía de la transformación, y esta genera incertidumbre en las mentes que se resisten a soltar las estructuras viejas, y a la vez las empujara a ser creativas, aunque al principio esa creatividad estará enfocada hacia un desgaste energético para que todo cambie para que no cambie nada y así todo seguirá igual pero disfrazado de otra cosa, y esta fase de resistencia del ego es inevitable, pero después esa creatividad será más útil y optimizara mejor la energía ya que se enfocara en el cambio que hace falta para la nueva humanidad. Esto se traducirá en que para muchos de nosotros es momento de buscar nuevas tareas, nuevos recursos, o de adaptar las actuales a nuevas formas. algunos podrán retomar algunas viejas pasiones abandonadas, pero en general empezaremos a estar más seguros de que podemos hacerlo, de que podemos llevar adelante este cambio, porque desde la creatividad útil y optima, vamos a ver todas las opciones sobre todo aquellas que nunca habíamos considerado. Por eso como Almas, es importante recordar continuamente que cada uno de nosotros tiene una misión que realizar, algo que aprender y algo que aportar, y que al sintonizarnos con ello viviremos más plenamente y sentiremos más felicidad. Aunque la vida no se puede controlar, nosotros si podemos aprender a responder a lo que sucede en ella con una serenidad y confianza en nuestra voz interior que cada vez se hace más clara. Solo hay que escucharla. En estos tiempos de grandes incertidumbres, lo que nos aportara paz y confianza, es además de soltar el control, el aceptar a la vez que todo, absolutamente todo lo que llega a nosotros, lo denso, lo bonito, lo difícil y emocionante, todo, estamos preparados para sostenerlo. Porque la vida es demasiado sabia como para ofrecernos algo que no es para nosotros o para lo que no estamos preparados. Y es por eso que a veces toca preguntarse a uno mismo ¿y si todo esto por lo que estoy viviendo me estuviera preparando para la evolución que tanto pedí?. Por eso hoy os pido y me pido a mí mismo tener primero confianza y después paciencia con todo lo que está ocurriendo en el mundo y que se refleja a nuestro alrededor, en nuestro entorno más cercano, y porque al final y siendo coherentes con lo que sabemos, eso que acontece fuera no es más que un gran y claro reflejo de lo que está sin resolver en nuestro corazón. Vamos a tratar de amar las dudas y los cuestionamientos que surgen dentro nuestra como si fueran un libro, un libro escrito en un lenguaje que todavía no podemos entender, porque quizás la respuesta no sea lo más importante en este momento, sino lo importante es el viaje de transformación por el que nos está llevando esas dudas y esos cuestionamientos. Y tal vez algún día gradualmente sin que ni siquiera lo notemos, estaremos viviendo las respuestas que tanto anhelábamos en estos momentos de gran incertidumbre. ¡¡¡¡¡¡¡Confiemos!!!!!!! confiemos ya de una vez por todas en que todo tiene un orden perfecto y un sentido, aunque ahora no lo podamos ver. y vamos a recordar esto cada vez que lo necesitemos, y cuando nos embarga la incertidumbre, cerremos los ojos y respiremos muy hondo todas las veces que necesitamos hasta que empecemos a confiar de nuevo que esto que estamos viviendo, igual que lo que hemos vivido, e igual que lo que vayamos a vivir en el futuro, tiene alguna razón de ser que va más allá del simple entendimiento humano, y que solo lo entenderemos desde el corazón, sintiendo más amor y pensando menos.