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La sobreexposición de jóvenes en redes sociales como riesgo evitable
(Sharenting)
Article · May 2023
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Sandra Wierzba
University of Buenos Aires
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Dossier
La sobreexposición de jóvenes
en redes sociales como riesgo evitable(1)
Sandra M. Wierzba
Directora del Instituto del Salud del Colegio de
Abogados de San Isidro. Integró la Comisión
de Bioética del Código Civil y Comercial de la
Nación. Miembro del Instituto de Derecho Civil
de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias
Sociales.
sandrawierzba@derecho.uba.ar
Resumen: Con vistas a dar cuenta de los peligros ínsitos de la aparentemente “inocente” y cada vez más
extendida práctica del sharenting, así como de la vulneración de derechos de niñas, niños y adolescentes
(NNyA) que esta supone y de la particular relevancia
de las tareas de prevención, el presente artículo analiza, desde una perspectiva jurídica y jurisprudencial,
aspectos tales como los riesgos asociados a la sobreexposición de NNyA en redes sociales, la responsabilidad parental y el rol del Estado, el derecho al
olvido que asiste a NNyA, la afectación del derecho
de imagen, así como asuntos derivados, como la relación sharenting-trabajo infantil.
Abstract: With a view to explaining the dangers inherent in the apparently "innocent" and increasingly widespread practice of sharenting, as well as the violation
of the rights of children and adolescents that this
practice entails and the particular relevance of prevention efforts, this article analyzes, from a legal and
jurisprudential perspective, aspects such as the risks
associated with the overexposure of children and adolescents on social networks, parental responsibility
and the role of the State, children's rights to oblivion,
the affectation of the right to image, as well as derived
issues, such as the relationship between sharenting
and child labor.
Palabras-clave: sharenting; niñas, niños y adolescentes; sobreexposición en redes sociales; derecho al olvido; derecho a la imagen; responsabilidad parental;
Estado.
Keywords:sharenting; children and adolescents; overexposure in social networks; right to be forgotten;
right to image; parental responsibility; State.
1. Planteo del tema (1)
importancia el fenómeno de la sobreexposición de los jóvenes en redes sociales. Conocido por su denominación en
idioma inglés, el “sharenting”(2) constituye
En los últimos años, con el amplio desarrollo de una faceta relevante de la vida
humana en el mundo digital, ha cobrado
(1) El presente trabajo se basa parcialmente en la
exposición que integró el Panel 3 –“Función preventiva de la responsabilidad civil”– de las XXVIII
Jornadas Nacionales de Derecho Civil celebradas
en Mendoza, del 22 al 24 de septiembre de 2022,
así como en abordajes previos sobre las temáticas tratadas.
(2) Apelaremos a diversos vocablos para nombrar
este concepto a lo largo del presente trabajo, a
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un neologismo que reúne en una palabra
las ideas de compartir (“share”) y crianza
(“parenting”) para describir las prácticas
de uso de tales redes, con el fin de acercar a los allegados información sobre
los propios hijxs, sobrinos, nietos y otras
personas menores de edad, cercanas en
el afecto. Es decir, se ha generalizado la
publicación de fotografías, videos y audios
de niñas, niños y adolescentes, por razones de índole familiar, social o de salud (en
este último caso, por ejemplo, en busca
de apoyos ante el padecimiento de enfermedades crónicas o huérfanas), pero también por motivos de índole económica (por
ejemplo, comercialización de productos
infantiles por parte de ciertos influencers).
En cualquier caso, el sharenting constituye
a esta altura un hábito social incorporado
que, si bien obra como fuente de satisfacciones y sostén para muchas personas,
supone ingentes riesgos de provocar daños a los titulares de la información involucrada, quienes generalmente no brindan
un consentimiento informado y adecuado
para la extensa difusión de aspectos que
conciernen a su intimidad, a su imagen y,
en definitiva, a su dignidad.
Desde ciertas lecturas de la realidad, podrá
afirmarse que los profundos cambios sociales acaecidos en el presente siglo justifican el tipo de exposición pública señalada;
que muchos jóvenes se verán favorecidos
por la publicidad de sus vidas, con repercusiones favorables para su desarrollo laboral y social; que los posibles daños derivados de la sobreexposición mencionada
carecerán de entidad, en la marea de información personal que hoy en día circula en
pesar de sus diferencias semánticas (sobreexposición de niños, niñas y adolescentes [NNyA], filial,
de los jóvenes, sharenting, etc.).
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los entornos digitales y que el tradicional
concepto de privacidad se ha difuminado.
Sin embargo, dentro de los límites todavía
imprescindibles para la vida humana y la
convivencia social, y bajo el amparo de
los derechos fundamentales vigentes en
nuestro medio, se impone mantener protecciones adecuadas para las elecciones
personales, máxime si estas involucran
derechos personalísimos de NNyA.
Particularmente en el caso de la sobreexposición filial, se observan ciertas características diferenciales con relación a otros
fenómenos propios de los daños habilitados por el mundo digital: en este supuesto, suele existir un lazo afectivo entre las
personas involucradas y una intención de
beneficiar a quienes pueden resultar damnificados, sostener lazos familiares a la
distancia o encontrar una solución para un
problema de salud.
Hasta podría afirmarse que hay un tipo de
daño característico del sharenting provocado por quien persigue causar un bien a la
posible víctima o a su núcleo íntimo. Además, en muchísimos casos, los riesgos de
daño se asocian al despliegue de acciones
cuyas consecuencias se desconocen —un
desconocimiento no necesariamente inocente o derivado de una actitud responsable, pero desconocimiento al fin–.
2. Notas sobre los alcances
de la sobreexposición de NNyA
en redes sociales
Ahora bien, ¿qué alcances tiene el fenómeno bajo análisis en términos de realidad?
A nivel local, en un informe realizado por
el Programa “Navegación Segura por Internet”, desarrollado en conjunto con el Instituto de Estadísticas del Defensor del Pueblo de Córdoba (2018), se publicaron datos
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como los siguientes: más de un 70% de los
encuestados comparte fotografías o videos de un hijo/sobrino, nieto/ahijado en
redes sociales (en adelante, RRSS); y, entre
ellos, un 98,04% muestra su rostro; 54,66%
lo ridiculiza; 40% lo nombra; 29,41% lo
muestra desnudo o semidesnudo; 23,53%
aporta datos para su geolocalización.
A su vez, en una publicación del Ministerio Público Tutelar del Poder Judicial de
la Ciudad de Buenos Aires (2019) se señala que 8 de cada 10 niños de hasta seis
meses de edad tendrían ya fotos publicadas en internet, así como que el 39% de
los argentinos publica, por lo menos una
vez al mes, fotografías de niños de su familia con poca ropa (por ejemplo, en pañales, después de la ducha, en la pileta o
playa).
La sobreexposición de personas menores
de edad también ha generado preocupación en el extranjero. Ya en 2016, en Reino
Unido se observó que, en promedio, los
progenitores habían posteado casi 1500
fotografías de sus hijos hacia el quinto
cumpleaños –con un 54% de incremento
respecto del año anterior (Informe Nominet)–. En los Estados Unidos, el 92% de
los niños contaría con una huella digital
a los dos años de edad (Jo Sales, 2016;
Elorriaga Illera et al., 2022). Asimismo, en
un estudio canadiense que exploró el uso
de Facebook desde una “perspectiva del
capital social”, se concluyó que un 98% de
las madres y el 89% de los padres habían
subido fotos de sus hijos a esa red social
con vistas a que sus amistades pongan
“me gusta” o comenten las imágenes, pero
se alertaba fuertemente en los medios de
comunicación sobre la circulación de esas
fotografías en sitios pedófilos.
En general, la divulgación de datos personales a través de redes sociales se explica por
Dossier
factores diversos: interés de los individuos
en darse a conocer a los demás; presiones
de los grupos sociales y los comportamientos de tipo rebaño; actitudes relajadas o
falta de interés en la privacidad personal;
desconocimiento acerca de las posibles
implicancias de las publicaciones; fe en
el proveedor del servicio de red social; o
confianza en un miembro y la consecuente aceptación de las condiciones de uso
sin cuestionar los estándares de privacidad predeterminados (García Ricci, 2009).
Todos esos factores requieren de una necesaria revisión por los usuarios de redes
sociales, pero tal revisión resulta inexorable
cuando la información que se publica no es
propia, sino que se refiere a la vida de un
tercero que, además, es una persona menor de edad.
3. Riegos asociados a la sobreexposición
de jóvenes en internet
El fenómeno bajo estudio, potenciado por
el efecto viralizador de las publicaciones
digitales, la pérdida del control del material y la imposibilidad de su eliminación
definitiva, entraña riesgos concretos: el
engaño pederasta, el abuso sexual infantil,
el hostigamiento, el robo de datos personales y de identidad, la generación de una
huella digital asociada a los propios datos
y, en general, la afectación de la privacidad
con impacto en el mundo físico. A ello se
suman conflictos que, desde las ciencias
del comportamiento, se identifican con la
“dictadura del like”, los problemas de autoestima y el resentimiento de los hijos
con los padres.
A su vez, en ocasiones, la publicación de
imágenes de personas menores de edad
tiene –o bien termina teniendo– finalidad
lucrativa. Es que, según resulta de público
conocimiento, de acuerdo a un moderno
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y muy extendido modelo de negocios, las
personas de influencia reciben remuneraciones en forma directa o indirecta por
sus posteos o publicaciones. La actividad
conocida como sharenting alcanza otra dimensión cuando se obtiene un rendimiento económico derivado de la exposición de
las NNyA y su colaboración con las marcas, constituyendo un paso más en el uso
que se hace de las personas menores de
edad para monetizar las cuentas de ciertas redes sociales por los adultos (Sarget
Tarifa et al., 2023).
Así, por ejemplo, resultó célebre el caso de
la influencer Verdeliss, reconocida por su
canal de Youtube, en el que se expone la
vida familiar de la que forman parte seis
hijos menores, que motivó una campaña
extendida por explotación infantil (Elorriaga Illera et al., 2022). Asimismo, adquirió
gran fama el caso de una niña coreana,
cuya gracia y simpatía encantaron a los
usuarios de redes sociales a partir de las
variadas imágenes que, de ella, publicaron
sus progenitores, dando lugar a conflictos
sobre su propiedad intelectual y a un llamado a los seguidores de abstenerse del
uso de tales imágenes sin autorización,
bajo la amenaza de iniciar acciones legales (2021).
Todo ello implica una serie de repercusiones jurídicas, de muy variada naturaleza,
que, en parte, comentamos a continuación.
4. Cuestiones jurídicas relevantes
4.1. ¿A partir de qué edad pueden las
NNyA decidir en forma autónoma la
exposición de su imagen en internet?
En primer lugar, cabe preguntarse desde
cuándo un joven puede decidir autónomamente la publicación de fotografías,
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videos u otros contenidos suyos, en un
sistema legal que, por un lado, ha conservado categorías clásicas –como la
capacidad y el discernimiento– para
habilitar o reconocer efectos en forma
directa a los actos realizados por los individuos (arts. 25 y 261 CCyC), pero, por
el otro, ha consagrado la autonomía progresiva basada en aptitudes personales,
fijando ciertas presunciones al efecto
(arts. 25, 26, 59, 261, incs. b. y c, CCyC,
entre variadas normas).
Desde cierta lectura se ha propuesto que
los progenitores pueden publicar en redes
sociales fotos, videos y otros datos de sus
hijos, mientras ellos no alcancen la edad
y grado de madurez suficiente, y siempre
respetando sus derechos e interés superior (Nieto, 2021).
Sin embargo, pensamos que la regla debe
plantearse en sentido contrario, considerándose además otro tipo de criterios.
Concretamente, entendemos que tales publicaciones en RRSS deben ser decididas
por los titulares de la información, atendiéndose a las condiciones psíquicas de
cada joven, interesando las presunciones
del art. 26 en casos dudosos y debiendo
reconocerse un derecho a veto al NNyA en
todos los casos, con independencia de la
edad (Keith Steinberg, 2017; Otero, 2017).
Al realizar tal afirmación, no desconocemos las dificultades de implementación
de una pauta como la propuesta, pero nos
posicionamos respecto de las implicancias de proponer toda facilitación jurídica
de las prácticas vigentes. Ello se explica,
llanamente, con el siguiente ejemplo: pocas personas dudarían sobre los peligros
que supone exhibir en la puerta de calle
de sus hogares y a la luz del vecindario y
de sus eventuales visitantes, fotografías
o videos de sus propios hijos, máxime si
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estos revelan datos íntimos que hacen a
sus cuerpos, costumbres o actividades.
¿Por qué debería, entonces, dudarse del
peligro que supone publicar fotos y videos
en un medio al que tendrá acceso gran
parte de la humanidad, por tiempo indeterminado?
4.2. Apuntes sobre el sharenting
y el trabajo infantil
En lo que hace a posibles derivaciones de
orden laboral asociadas a la publicación de
la imagen de los jóvenes, corresponde destacar que, por regla y en base a la ley 26.390
(2008), en la Argentina se encuentra prohibido el trabajo infantil y adolescente (Iacovantuono, 2021), constituyendo un delito
penal su aprovechamiento económico, en
los términos de la ley 26.847 (2013).
No obstante, hoy en día, existe un criterio algo confuso sobre la cuestión de la
participación de los niños, niñas y adolescentes en los medios audiovisuales en
general, resultando importante determinar
cuáles son los alcances que el Estado
argentino reconoce a dichas actividades
–incluyendo aquellas que se desarrollan
en internet y en las redes sociales–. En
este sentido, la Comisión Nacional para
la Erradicación del Trabajo Infanto-Juvenil
(Conaeti), en su Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente
(2018-2022), ha conceptualizado el trabajo infantil como
... toda actividad económica y/o estrategia de supervivencia, remunerada o no, realizada por niñas y niños,
por debajo de la edad mínima de admisión al empleo o al trabajo, o que
no ha finalizado la escolaridad obligatoria o que no han cumplido los 18
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años si se trata de trabajo peligroso.
(MTEySS, p. 12)
Por otro lado, el tema bajo análisis renueva
las controversias sobre quiénes serán las
personas o entidades que tendrán la responsabilidad de decidir qué es lo mejor para
la crianza y el desarrollo de los NNyA, en los
variados supuestos en los cuales carecen
aún de competencia suficiente para tomar
determinadas decisiones: si los progenitores o adultos a cargo, o bien los Estados.
4.3. Crianza de los NNyA y cuestiones
dilemáticas: ¿deciden los progenitores
o el Estado?
En materia de vacunación infantil obligatoria, y ante la negativa de los progenitores a
administrar vacunas previstas por el Plan
Nacional de Vacunación, la cuestión fue ya
resuelta en favor de los Estados, en precedentes de los máximos tribunales nacionales e internacionales. Ello fue así, a nivel nacional, en los autos “N.N. O U.V. s/ protección
y guarda de personas" (CSJN, 2012) y, en la
Unión Europea, en el precedente “Vavřička v.
República Checa” (TEDH, 2021). Pero cuando se trata de enfermedades transmisibles,
la decisión de vacunarse o no comprometerá en forma directa la salud de terceros y del
público en general, lo cual hace a una particularidad de estas prácticas.
Por su parte, la educación sexual de las
niñas, niños y adolescentes también ha
generado este tipo de debates, dirimidos
en general en favor de la existencia de un
derecho autónomo de los NNyA a recibir
información y tomar decisiones en relación con su salud reproductiva, sin necesidad de consulta previa y obligatoria a sus
progenitores, como así también a requerir tal información en los establecimientos educativos, cuando esta no le fuere
proporcionada en su entorno educacional
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estrecho (TSJ CABA, 2003). Ello no impide
las dificultades en materia de implementación de la Ley 26.150 de Educación Sexual
Integral (ESI), del 2006, cuestión sobre la
que se da cuenta en múltiples trabajos
académicos y noticias periodísticas. A nivel comparado, el emblemático caso “Gillick” (Reino Unido, House of Lords, 1986)
constituye un material de exquisito interés
para recorrer la historia de las posiciones
opuestas con relación a esta controversia.
4.4. Responsabilidad de los progenitores
por daños causados a sus hijos
Desde otra óptica, los daños derivados de
la sobreexposición filial resignifican las
discusiones dadas en torno a la responsabilidad de los padres por daños causados
a sus hijos. Pensadas antaño para el supuesto de transmisión de enfermedades,
se esgrimieron variados argumentos en favor y en contra de tal responsabilidad. Entre ellos, la gravedad e injusticia del daño
sufrido por el hijo o hija y el hecho que la
relación familiar no puede constituir una
valla inexorable para un reclamo indemnizatorio –de un lado y para propiciarla–; y
de que la responsabilidad favorecería un
conflicto familiar, faltando alguno de los
presupuestos de la responsabilidad civil,
como la función reparatoria del daño o la
antijuridicidad –de otro y para rechazarla–
(Wierzba, 1996; Tagliani, 2021).
Esas discusiones bien podrían replantearse ante la situación inaugural que significará, para los jóvenes, encontrarse a
futuro con las consecuencias lesivas de
publicaciones de imágenes y datos sensibles propios en la web, no debidamente
consentidas.
4.5. Derecho al olvido
Finalmente, en cuanto el sharenting supone la creación de una huella digital por
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representación, no debidamente consentida por los interesados, la figura del “derecho al olvido” cobra relevancia en su caso.
Se trata de un instituto que ha generado
un debate complejo en términos de ponderación, en la medida que contrapone
derechos personalísimos (a la imagen, a
la intimidad, a la dignidad), con derechos
fundamentales a la libertad de expresión
y de información (Faliero, 2020), pero en
supuestos en los cuales se presupone la
veracidad de lo publicado.
Más allá de los interesantes y publicitados
debates dados en las diversas instancias
del caso “Denegri”, que culminaran en una
decisión de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación desfavorable a la pretensión
de la actora (CSJN, Fallos: 345:482), cabe
mencionar que, en las XXVIII Jornadas Nacionales de Derecho Civil (Mendoza, 2022),
hubo un despacho específico que propuso
un reconocimiento más amplio de este derecho para los casos de NNyA.(3)
5. La afectación del derecho
a la imagen
Vale la pena dedicar un breve análisis particularizado al vínculo entre la sobreexposición de NNyA en el mundo virtual y el derecho a la imagen. Para ello, recordemos
que el concepto de imagen nos acerca a la
representación de la realidad, a la recreación de aquello que existe. En el caso de
las personas humanas, la imagen hace a
(3) Comisión N°1. Parte General, “Derechos Personalísimos y Nuevas Tecnologías”, conclusiones 17
a 20, de la mayoría. Se sostuvo por mayoría que
“El standard exigido para invocar el derecho al olvido debe ser más amplio cuando se trate de niñas,
niños y adolescentes” (p. 2). Su redacción puede
dar lugar a interpretaciones diversas, pero resulta
claro el sentido expuesto si se realiza una lectura
contextualizada. Para conocer las conclusiones
de cada una de los comisiones, entrar a: jornadasnacionalesderechocivil.org/
Mayo 2023 - Volumen 2 - Número 3
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un atributo esencial, que exhibe nuestra
originalidad y nos diferencia de nuestros
congéneres.
Su regulación en la normativa constitucional argentina aparece, por lo menos,
implícita en las disposiciones que regulan
el derecho a la dignidad, a la identidad y a
la honra. Pero se trata de un derecho fundamental autónomo, según las constituciones de Portugal (arts. 26 y 37), España
(arts. 18° y 20°), Brasil (art. 5 XXVIII) y Perú
(arts. 2 y 4).
En la jurisprudencia clásica, su tratamiento
resultó nodal en precedentes como “Ponzetti de Balbín, Indalia c/ Editorial Atlántida
S.A.” (CSJN,1984), donde se interpretó que
la privacidad y la intimidad amparadas por
el art. 19 CN, comprendían el derecho a la
imagen. Su análisis también fue decisivo en
el fallo “Fontevecchia y D’Amico vs. Argentina” (Corte IDH, 2011), en el cual se afirmó
que, si bien el derecho a la propia imagen
no se encuentra expresamente enunciado en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), las imágenes o
fotografías personales, evidentemente, están incluidas dentro del ámbito de protección de la vida privada, así como que, en sí
mismas, tienen un importante contenido y
valor expresivo, comunicativo e informativo
–en ocasiones mayor a la palabra escrita–,
destacándose su importancia en tiempos
donde los medios de comunicación audiovisual predominan.
Los avances tecnológicos imprimieron un
nuevo tratamiento al tema de la imagen,
siendo que en el precedente “Rodríguez,
María Belén” (CSJN, 2014) se analizó tangencialmente el concepto de thumbnail y
su función en el contexto de las responsabilidades de los buscadores de internet.
En la normativa interna, luego de décadas
de vigencia de la Ley 11.723 de Régimen
Dossier
Legal de la Propiedad Intelectual,(4) centrada en el retrato fotográfico el derecho a la
imagen fue consagrado con autonomía en
el derecho civil constitucionalizado más específicamente, en el art. 53 CCyC.
Allí se destaca una protección de la imagen que no solo incluye su reproducción,
sino su misma captación. Es que el amparo efectivo del derecho a la imagen requiere del consentimiento del interesado desde
el momento de su captura, pues de no ser
así, un atributo esencial de la personalidad
podría ser detentado por otro, sin que su
titular tuviera el control sobre su eventual
uso posterior (TEDH, 2009 y 2014). Se incluye, además, la protección de la voz, en
base a la opinión unánime de la doctrina
especializada, que la considera el reflejo
sonoro de la imagen (Pizarro, 1997; Leiva
Fernández, 1990).
El amparo del art. 53 CCyC recae sobre la
imagen en cualquier formato, lo cual claramente incluye su difusión por medios
digitales y, más específicamente, por redes sociales. Así, por ejemplo, se ha sostenido que la conformidad prestada por
una persona para ser fotografiada en un
evento privado, de ningún modo habilita
a terceros para que hagan uso de ella en
cualquier sitio web o RRSS, sin la autorización del titular del derecho personalísimo
(CNCiv., Sala B, 2022).
Y, por regla, se requiere del consentimiento informado del titular para la disposición
de la imagen por todo tercero, con excepciones, que incluyen la participación en
actos públicos; el interés científico, cultural o educacional prioritario –siempre
que se tomen las precauciones suficientes para evitar un daño innecesario– y el
ejercicio regular del derecho de informar
(4) BO, 30/09/1933.
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sobre acontecimientos de interés general
(art. 53 CCyC). En línea con tales excepciones, aun antes de la entrada en vigencia del Código unificado, se consideró
legítima la publicación de una fotografía
que incluía a personas menores de edad,
tomada en el contexto de una actividad de
interés general, desarrollada en público, a
pesar de no haber existido consentimiento informado previo y específico al efecto
(CNCiv., Sala H, 2011).
Ahora bien, los adultos a cargo de NNyA
son claramente terceros, aunque por el
ejercicio de su representación puedan tener derecho a la administración limitada
y justificada de la manifestación de tal
derecho personalísimo. Al ejercerlo, deben respetar los derechos a la intimidad, a
la imagen y a la privacidad de sus hijos y
“… un cierto ámbito de decisión que compete exclusivamente a ellos, según su madurez progresiva y las circunstancias del
grupo familiar” (Caramelo, 2012, p. 38). Ello
es así porque, como afirma Caramelo en el
artículo “Infancia y adolescencia en tiempos de Revolución Digital" publicado en
este mismo número de la revista, “[c]omo
sea, es su derecho, como lo es de toda persona, el decidir sobre el empleo que se vaya
a hacer de su imagen”.
Más específicamente, la Ley 26.062 de
Protección Integral de las Niñas, Niños y
Adolescentes contiene un valladar en su
art. 22, al expresar:
Se prohíbe exponer, difundir o divulgar
datos, informaciones o imágenes que
permitan identificar, directa o indirectamente a los sujetos de esta ley, a través
de cualquier medio de comunicación o
publicación en contra de su voluntad
y la de sus padres, representantes legales o responsables, cuando se lesionen su dignidad o la reputación de
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las niñas, niños y adolescentes o que
constituyan injerencias arbitrarias o
ilegales en su vida privada o intimidad
familiar.
Claro que dicha norma requerirá de una
adecuada interpretación, ya que, desde el
punto de vista legal, el sharenting también
implica otra complejidad específica: la
normativa suele partir de la base de que
los progenitores siempre actuamos en el
mejor interés de los hijos, cuando en realidad, con nuestras palabras y acciones
poseemos la habilidad de beneficiarlos o
perjudicarlos. En este sentido y con relación al Reglamento Europeo de Protección
de Datos (RGPD, 2016), que introdujo un
conjunto de medidas de protección de
la privacidad y seguridad a favor de los
más jóvenes (como la prohibición del tratamiento de sus datos biométricos, su derecho a la portabilidad de datos y al olvido),
se dijo que no incluyó tales protecciones
para los casos de víctimas de sharenting
(Donovan, 2020).
Por lo demás, todo el sistema de fuentes
protectorias de los derechos fundamentales de las personas más jóvenes, además
de propiciar el respeto a su autonomía progresiva, asigna una consideración primordial a su derecho a ser escuchados (art. 12
de la Convención sobre los Derechos del
Niño [CDN]), 1989), que exige información
sobre su existencia para que pueda ejercerse (Kemelmajer de Carlucci, 2019), y al
resguardo del interés superior del niño, que
excluye la idea de su explotación económica y social (art. 10, inc. 3, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales [PIDESC], 1966).
Es así que, en las prácticas de publicar
fotografías, videos, audios y otro tipo de
informaciones en las redes, puede haber
una transgresión al derecho a la imagen
Mayo 2023 - Volumen 2 - Número 3
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Dossier
de NNyA, por captación y reproducción
inadecuadamente consentida de los titulares de tal información personalísima.
intimidad en imágenes, cuando aún carecía de competencia para decidir si eso es
lo que quería para sí.
6. Casos judiciales que interesan
al fenómeno de la sobreexposición
de lxs jóvenes en entornos digitales
7. Algunas ideas en materia
de prevención
En nuestros tribunales vienen tratándose diversas acciones vinculadas a la sobreexposición filial. Como precedente en
la materia, se refiere el caso “V. F. c/ S.B.
s/ Medidas Precautorias” (Juzgado de
Familia N° 1 de Tigre, 2021), en el que el
padre de tres niñas solicitó una medida
cautelar contra su madre, acogiéndose el
requerimiento de abstención de publicar y
difundir información, además de la eliminación de las imágenes de aquellas de la
red social Instagram. En dicha sentencia
se destaca el rol preventivo y orientador
correspondiente a los progenitores, reconociéndose el derecho de NNA a la intimidad, a la imagen, al honor, a formar una
identidad digital y a la libre disposición de
tales derechos según su autonomía progresiva.
En el extranjero, ha generado gran interés
el caso “Spencer Elden v. Nirvana” (2022),
donde se demandó a los integrantes de la
famosa banda musical estadounidense,
a la sucesión de su líder, a su fotógrafo y
a distintas discográficas, por explotación
infantil y pornografía, con fundamento en
el lucro que las demandadas habrían obtenido a partir de la publicación y difusión
de la foto de un bebé desnudo, en la tapa
de un disco con el cual la banda obtuviera un notable éxito comercial. Si bien el
hecho ocurrió mucho antes de la existencia de las redes sociales y el reclamo
no obtuvo aún una resolución definitiva,
este obra como precedente de interés
para la materia, en tanto exhibe la reacción
a largo plazo de quien vio expuesta su
En tanto los daños por sobreexposición infantil suelen tener por víctimas y victimarios
a personas unidas por fuertes lazos afectivos y un relevante componente de desconocimiento a su respecto, es de esperar que
la adecuada información y educación pueda tener efectos ciertamente beneficiosos.
A su respecto, la función preventiva de la
responsabilidad civil tiene todo un sentido,
no solo bajo el formato de acción inhibitoria (arts. 1711 a 1713 CCyC), sino fundamentalmente en su faz de prevención
genérica y no litigiosa (art. 1710 CCyC).
Es así que la difusión de propuestas sencillas de prevención en las escuelas, en
las consultas pediátricas, en otros ámbitos institucionales y en las sentencias que
puedan dictarse sobre la materia constituyen desde ya una herramienta importante. De hecho, desde la doctrina ya se han
difundido catálogos de pautas (Steinberg,
2017): que sugieren: 1) familiarizarse con
las políticas de privacidad de las RRSS;
2) configurar notificaciones/alertas cuando el nombre del hijo o hija aparezca en
los motores de búsqueda; 3) cerciorarse
de que toda Información sobre problemas de salud sea anónima; 4) tomar precauciones al compartir la ubicación real y
nombre completo de las NNyA; 5) otorgar
“poder de veto” a los hijos mayores sobre publicaciones; 6) no publicar fotos de
NNyA en cualquier estado de desnudez; y,
sobre todo, 7) considerar el efecto actual
y futuro de compartir información.
El dictado de normativa sobre concientización e información referida al uso
Ediciones SAIJ-INFOJUS < Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación
Nuevas tecnologías e innovación en el campo jurídico
responsable de tecnologías de la información y comunicación por parte de NNyA
también podría introducir marcos para
el desarrollo de las citadas políticas. La
ley 3268 (2020) de la provincia de Neuquén
resulta un ejemplo interesante a este respecto, en cuanto dispone un sistema de
planificación, coordinación y asesoramiento en la materia, la provisión de herramientas para NNyA y adultos –con articulación
intergubernamental, interdisciplinaria e integral– para la optimización de recursos,
espacios de contención y sitios de denuncias, además de la inclusión de contenidos
específicos en la normativa sobre educación a nivel primario y secundario, entre
otras cuestiones.
Ahora bien, de persistir el fenómeno bajo
estudio y perpetuarse sus efectos nocivos sobre el grupo vulnerable que integran
NNyA, debieran valorarse alternativas adicionales que establezcan protecciones
legales más poderosas con relación su
derecho a la imagen. Ciertos países como
Francia debaten hoy en día la implementación de mecanismos de prohibición lisa
y llana del sharenting para ciertos supuestos, que podrían tener sentido a futuro en
nuestro medio si resultase que las políticas de concientización y educación resultan insuficientes
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Mayo 2023 - Volumen 2 - Número 3
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