EL DÍA, sábado, 17 de septiembre de 2016 p1 CRISTO DE TACORONTE, la fiesta de septiembre y la historia de una devoción que tiene siglos de antigüedad. 6/7 del sábado revista semanal de EL DÍA El nacimiento de la primera moneda canaria Aunque las Islas nunca emitieron piezas propias, sí que se pusieron sellos distintivos a algunas de las que estaban en circulación en el siglo XVI con el fin de otorgarles un valor distinto o hacer que su circulación se circunscribiera al archipielago. Texto: Jaime Alberto García González (grado A.D.E. y máster M.B.A.) E l objetivo de este artículo de investigación no es otro que introducir a nuestro archipiélago en el panorama numismático nacional y poner de manifiesto que no sólo las diferentes regiones que componían la España peninsular y territorios de ultramar de otras épocas tuvieron su propia moneda, sino que Canarias también contó con tal honor, a pesar de no haber acuñado nunca su propio numerario. Tal vez esta última afirmación pueda resultar chocante e incluso contradictoria; sin embargo, analizaremos la existencia de unas monedas que pueden considerarse las grandes desconocidas de nuestra tierra, incluso para nosotros, los canarios. Canarias y el Nuevo Mundo En diferentes artículos hemos recogido la evolución, de forma simplificada, de los medios de cambio en el archipiélago, desde que los romanos asentaron sus primeros campamentos en la Isla de Lobos con fines industriales hasta la llegada del numerario castellano; sin olvidar la importancia de las monedas extranjeras, que tanto contribuyeron a paliar las necesidades de circulante en un territorio fragmentado como el de Canarias y a dinamizar, de alguna manera, nuestra precaria economía, que parecía no tener perspectivas de mejora por mucho que pasaran los siglos. Esto último, puede consultarse en el artículo referido en la bibliografía “El Ceutí: puente entre Canarias, Europa, América y el norte de África”. Con todo ello, la necesidad de disponer de unas monedas propias y cuyo fin fuera el de satisfacer unas necesidades específicas, sin que este numerario tuviera valor como tal fuera de nuestras fronteras marítimas, no se haría esperar muchos años más. Para entender el contexto en el que tuvieron lugar tales sucesos, debemos situarnos en el descubrimiento del Nuevo Mundo, con la llegada de Cristóbal Colón a las costas de La Espa- 4 maravedís. Sevilla. 4 maravedís tipo “A” (arriba) y tipo “B” (abajo). Colección particular. ñola, tras su paso por Canarias, y el vasto horizonte que se abría ante una potencia como España y la inminente carrera que otros países de Europa estaban a punto de comenzar para poder hacerse con un trozo de tan suculento pastel como suponía el hallazgo de un nuevo continente. Para cualquier potencia que se preciase, la acuñación de moneda en cada territorio conquistado era algo recurrente, pues no sólo favorecía el desarrollo económico de la región sino que también simbolizaba poder e influencia del soberano que regiría sus destinos desde ese momento. Así, los Reyes Católicos, fieles a este principio, dispusieron lo preciso para instalar en Santo Domingo la maquinaria necesaria para la acuñación de monedas y convertirla así en el primer enclave de ultramar que realizaría tales labores. Hasta entonces, las acuñaciones a nombre de Santo Domingo se habían estado realizando en Sevilla y mostraban una bellísima combinación de los anagramas reales de Isabel la Católica y Fernando de Aragón, la cual, como se puede observar en la imagen que se muestra en este trabajo. Esta nueva fábrica comenzó a acuñar monedas a nombre del emperador Carlos I y de su madre Juana “La Loca” sin variar el valor nominal de las mismas, establecido en 4 maravedíss por aquel entonces. Las órdenes que debían acatarse en la ceca de Santo Domingo fueron emitidas en la misma fecha en que se otorgó el permiso para labrar moneda (Reales Ordenanzas de 1497), garantizando su traslado a España. Esta institución se organizaría como una empresa privada, supervisada por la monarquía, y cuya fecha de inicio en la actividad no se puede precisar con exactitud, pues varía según las fuentes consultadas. Dicho esto, vamos a hacer hincapié en las monedas que guardan una relación directa con nuestro archipiélago. Los 4 maravedís de Santo Domingo Fundamentalmente nos centraremos en dos tipos, a las que de ahora en adelante llamaremos tipo “A” y tipo “B”. Con ello, sabemos a ciencia cierta que tales monedas empezaron a acuñarse durante el reinado de Carlos y Juana (Tipo A), pero que dichas labores continuaron incluso durante el reinado de Felipe II (Tipo B). A continuación veremos un ejemplo de estas monedas y, al final de este estudio, se adjunta una descripción relativa a cada pieza. La aparición de estas monedas no tenía otro fin sino el de facilitar los intercambios comerciales de la recién constituida colonia con la metrópoli, pues las monedas de cobre y vellón eran las más utilizadas para las transacciones cotidianas, reservando los grandes numerarios de plata o las monedas de oro para pagos internacionales o transacciones de peso entre particulares de los estamentos privilegiados de la sociedad del momento. De esta manera, se intensificaron los trabajos en la recién creada ceca de Santo Domingo y se acuñaron grandes remesas de monedas, que eran enviadas a la península como pago p2 sábado, 17 de septiembre de 2016, EL DÍA EN PORTADA de las mercancías que recibía la isla, y cuya entrada a la misma no era otra que Canarias. El archipiélago canario era un emplazamiento clave en los viajes hacia el Nuevo Mundo y, por lo tanto, la puerta a esa España que empezaba a florecer con la conquista de nuevos territorios. La economía canaria se encontraba en una situación delicada, casi podríamos decir que una constante en toda su historia, por lo que recibió con muy buena aceptación las remesas de monedas procedentes de Santo Domingo, entendiendo que éstas podrían ser una solución a corto plazo que hicieran más dinámicas las transacciones comerciales más básicas. Sin embargo, la fabricación de estas monedas pronto se vio afectada por la escasez de materia prima y por la picardía de las autoridades locales encargadas de su fabricación y supervisión, presente desde tiempos muy tempranos, por lo que empezaron a detectarse irregularidades en la ley del metal con el que fueron labradas y ello propició que desde la Corona se prohibiese su circulación en toda España, pues no podían equipararse con las monedas “de buena ley” que se acuñaban en los diferentes enclaves peninsulares donde se desarrollaba tal labor. Dichas piezas se acuñaban con una aleación que conocemos como vellón, que no era más que una mezcla de cobre con una menor proporción de plata, mientras que las monedas procedentes de Santo Domingo se acuñaban en cobre casi puro, claramente, un serio problema para los comerciantes y las equivalencias de cambio de la época. Las monedas canarias Tras estas noticias, en Canarias se decidió replicar la prohibición, a pesar de que ello pudiera afectar al flujo de circulante, tan necesario en nuestro archipiélago. El Cabildo de Tenerife acordó en 1559 prohibir la entrada de estas monedas en la isla, estableciendo mecanismos para tal fin en los puertos, por lo que decidió recurrir al resellado de las piezas que ya se encontraban en la isla, y que tal medida supusiera un freno a la entrada de más numerario de forma clandestina. Entonces, ¿a qué llamamos “moneda canaria”? Para responder a esta pregunta, tenemos que aclarar que el resello realizado en estas monedas locales derivó de monedas acuñadas en otro lugar (en este caso, en Santo Domingo) a la que se les añadió un cuño encima con la intención de dejar una marca característica sobre las mismas, con la finalidad de cambiar su valor nominal o que fuesen admitidas para la circulación en un territorio específico, sin que ello implicase su aceptación fuera del mismo. De la misma manera, las islas de La Palma y Gran Canaria procedieron a obrar de una forma muy simi- lar, con el objetivo de dar cumplimiento a la Real Cédula, pero sin acabar perjudicando a la economía de las islas. La primera de ellas lo hace constar en el Acta del 12 de junio de 1559, mientras que en el caso de la segunda no podemos determinar la documentación y fecha exacta de la puesta en marcha de las medidas para el resellado debido al saqueo de la capital de la isla por parte del pirata holandés Pieter Van Der Does en el año citado, a lo que se une el posterior incendio del Ayuntamiento de Las Palmas (1842), que arrasó el archivo provincial, destruyendo documentos de incalculable valor histórico para la sociedad canaria. De todo ello se desprende que sólo las tres islas llamadas “de realengo” confeccionaron su propio resello para estas monedas procedentes de Santo Domingo, con el objetivo de que únicamente tuvieran valor en sus respectivos territorios. Igualmente, existen algunos registros de otras islas que sugieren la aceptación de estas monedas reselladas como medio de cambio, circulando junto con el numerario corriente en las transacciones cotidianas, a causa de la escasez de moneda fraccionaria. Las características que presentan estos resellos quedan detalladas a continuación, existiendo cierta similitud en lo relativo a la tipología entre los ejemplares de La Palma y Gran Canaria, pero fácilmente identificables. En el caso del resello de Gran Canaria, éste se corresponde con una hoja de palma que se sitúa justo en el centro de la pieza y cuya anchura y proporción puede variar de un ejemplar a otro, pues, tras someter a estudio 4 ejemplares que presentan este resello, hemos podido observar diferencias significativas en el trazado de la hoja, dejando patente la existencia de cuños diferentes con la misma temática, pero adecuado a los precarios medios disponibles en aquella época. El resello de La Palma muestra claramente una pequeña palmera, donde se observan tanto las hojas como el tronco, aunque en determinadas ocasiones guarda un cierto parecido con un drago (también una especie autóctona de nuestra tierra). Igualmente, este cuño no se ponía en cualquier parte de la pieza y, para el caso que nos ocupa, se colocaba en el borde de la misma, teniendo los dos ejemplares analizados las características mencionadas. Sin embargo, es nece- Arriba, 4 maravedís tipo “A” con resello de Gran Canaria; debajo, la misma moneda pero del tipo “B” con resello de La Palma en el borde. La moneda en cuestión (tipo “B”) con el resello “Tf” de Tenerife sobre icono del Teide. sario puntualizar que se ha podido analizar otro ejemplar que, estando estampado en el lugar correcto, presenta una gran hoja de palmera con un diseño triangular en sus hojas, similar a pequeñas montañas unidas y de mayor grosor que la de la isla anterior. Claramente una curiosidad que debe ser mencionada, por salirse de los parámetros que caracterizan el trazado de cada cuño. En último término, hacemos lo propio para el resello de la isla de Tenerife, por ser totalmente distinto a los anteriormente descritos, además de mucho más sencillo tanto a nivel visual, como práctico, pues tal consideración hacía que se prestara muy fácilmente a la falsificación por parte de los comerciantes y particulares. La forma de este resello consistía en lo que parecía ser una letra “P”, atravesada por una línea horizontal en su centro. Esta es la teoría más extendida sobre la simbología de este resello. No obstante, me voy a permitir exponer la mía propia, y es que esta curiosa letra sería la resultante de unir una “T” (mayúscula) con una letra “f” (minúscula), de manera que ambas letras quedarían entrelazadas. Esta hipótesis no resultaría descabellada, sobre todo si tenemos en cuenta que las letras “Tf” se han utilizado (y se utilizan) en diferentes ámbitos como abreviatura representativa del nombre “Tenerife” y a que existe un ejemplo muy similar en la marca de la ceca de Potosí (actual Bolivia), que combina las letras “P”, “T” y “S”, dejando entrever una forma muy característica. Finalmente, señalar que ambas letras, unidas de esta manera, reposan sobre lo que estimo es una representación icónica del Teide, como figura de referencia en la isla. Regresando al problema de la falsificación, el Cabildo Insular decidió integrar una imagen más compleja que la dificultara, optando por un cuño con la imagen de san Miguel que únicamente se aplicaría a aquellas monedas que presentaran el resello original. La ubicación de los resellos sería en el campo de cada moneda, en el lado derecho. Con este proceso, se estimaron en unas 6.000 las monedas con resello falso, pero poco a poco siguieron apareciendo más, hasta el punto de abandonar las labores de resellado por la imposibilidad de hacer frente a las falsificaciones y no haber solicitado el correspondiente permiso a S.M. el Rey, por lo que todos estos resellos se consideraron ilegales. A la luz de estos datos y en vista de las circunstancias, sólo nos ha sido posible analizar un ejemplar con el resello en forma de “Tf”, sin incluir la mencionada imagen de san Miguel. Igualmente, muchas remesas de estas monedas se falsificaban siguiendo los intereses de personajes influyentes de la época, colectivos de distinta índole y comerciantes bien relacionados, y, aunque estos hechos en ocasiones p3 EL DÍA, sábado, 17 de septiembre de 2016 EN PORTADA Datos de la pieza “A” eran conocidos por las autoridades locales, decidieron no intervenir bajo la premisa de no causar perjuicios económicos a las finanzas de estos actores. De esta manera, el problema de la falsificación se extendió a los tres tipos de resello, llegando algunos de ellos hasta nuestros días, aunque de forma minoritaria, y siendo, además, muy raros de localizar, al igual que las piezas originales. Como dato adicional, es importante destacar el hallazgo de un ejemplar de este tipo de monedas reselladas en un enterramiento funerario posterior a la llegada de los castellanos a nuestras islas. Concretamente, el descubrimiento tuvo lugar hace pocos años en Guía (Gran Canaria) y presentaba el resello con la hoja de palma. Un claro ejemplo de la importancia de estas monedas en la época analizada y, posiblemente, haya más curiosidades que aún están por descubrir. Resumen Ante la escasez de numerario en Canarias, se recurrió a las grandes remesas de 4 maravedís acuñadas en la ceca de Santo Domingo. La mala calidad de la ley a la hora de acuñar estas monedas llevó a que S.M. las prohibiera en toda España, pues aquellas de similar tipología acuñadas en suelo peninsular se hacían de vellón, una aleación que combina el cobre con la plata, mientras que las procedentes de Santo Domingo se fabricaban únicamente con cobre casi puro. Por esta razón, las autoridades locales en Canarias, ante la llegada masiva de monedas de estas características, optaron por resellarlas con el objetivo de darles validez sólo en el ámbito insular. Existieron tres tipos distintos de resellos, realizados en las islas de Gran Canaria, Tenerife y La Palma, cada una con sus motivos particulares (hoja de palma, palmera y monograma de Tenerife “T” con una “f” entrelazadas y sobre una montaña que emula al Teide) y cuyo declive se vio marcado por la falsificación particular, el uso fraudulento de las monedas por parte de ciertos personajes y por la ilegalidad de tales actuaciones, pues no se solicitó permiso a la Corona. Finalmente, otros lugares del Caribe optaron, años después, por una solución similar a la que se le dio en Canarias a estas monedas. Algunos ejemplos son el propio Santo Domingo (resello de una llave gótica), Jamaica (resello en forma de ancla) y Cuba, con resellos de distinto tipo que pretendían modificar el valor nominal de las monedas atendiendo a las circunstancias del momento (siglo XVI). BIBLIOGRAFÍA –ALFARO ASINS, C. y LORENZO ARROCHA, J.M. (1999). “Monedas y billetes en la historia de Tenerife” (pág. 2-7). La Opinión S.L. y Gobierno de Canarias (Consejería de Economía y Hacienda). –GARCÍA GONZÁLEZ, J. A. (2012, agosto 25): “El maravedí en Canarias (siglo XVI)”. La Prensa, revista sema- Moneda donde se aprecia (izquierda, centro) el motivo de la hoja de palma. Detalle de dos resellos: a la izquierda, Gran Canaria y a la derecha, Tenerife. Nominal: 4 maravedíes. Periodo: por la siglas del ensayador, sabemos que la acuñación de la pieza se produjo entre 1508 y 1516. Ceca: Santo Domingo; “S-P” (antiguo Virreinato de Nueva España) en la isla denominada La Española, la que actualmente incluye la República Dominicana y Haití. Peso: 2,66 gr (aprox.). Diámetro: 27 milímetros (aprox.). Metal: cobre. Estado de conservación: MBC-/MBC (muy buena piezas para este tipo). Reinado: Carlos I y Juana. Ensayador: Siglas “F” (Francisco Rodríguez). Simbología: Anverso.: “CARO[L]VS • ET • I[OAN]NA” alrededor de un círculo. En su interior, “Y” (en el centro), “F” (izq.) referente al ensayador y “IIIIo” en alusión al valor (dcha). Reverso.: “REGIS • [ISPANIAR]VM • ET • [IND]” alrededor de un círculo. En su interior, “I I” coronados relativos a las columnas de Hércules y, a ambos lados, “S P” en alusión a la ceca (Santo Domingo). Referencias bibliográficas: KM# 00S-SD1, Calicó#211.Otras observaciones: la pieza presenta los típicos defectos de las primeras acuñaciones del Nuevo Mundo y este ejemplar en concreto parece haber resistido muy bien al paso de los siglos, e incluso, conserva una tonalidad muy atractiva. Cuando admiramos esta pieza nos sumergimos en los tiempos del descubrimiento de América, los viajes de Cristóbal Colón y la expansión por el continente a manos de los grandes conquistadores que dieron gloria y riquezas al Reino de España”. Datos de la pieza “B” Nominal: 4 maravedíes. Año: 1516-1556; por la siglas del ensayador, sabemos que la acuñación de la pieza data del año 1542 [Pellicer, Ensayadores, 2010]Ceca: Santo Domingo; “S-P” (antiguo Virreinato Nueva España) en la isla La Española. Peso: 2,63 gr (aprox.). Diámetro: 27 milímetros (aprox.). Metal: cobre. Estado de conservación: MBC-/MBC (muy buena piezas para este tipo). Reinado: Carlos I y Juana. Ensayador: Siglas “F” (Francisco Rodríguez). Simbología: Anverso: castillo dentro de circulo lobular a los lados S y P. Reverso: león dentro de circulo lobular, y bajo león, F. Referencias bibliográficas: Calicó tipo 60, Nº 73b; Vicenti año 1976 tipo 13, Nº 21. A/C/J; Cayón 3190 Pagina 481, año 2005. Otras observaciones: la moneda en cuestión presenta una pátina marrón amarillenta que le otorga cierta belleza extra en compensación con el desgaste aparente, dada la mala acuñación de estas piezas y a los desperfectos producidos por su puesta en circulación. nal de El Día, (pp. 1-3). Santa Cruz de Tenerife: Editorial Leoncio Rodríguez. –GARCÍA GONZÁLEZ, J. A. (2016, junio 25): “El Ceutí: puente entre Canarias, Europa, América y el norte de África”. La Prensa, revista semanal de El Día, (pp. 1-3). Santa Cruz de Tenerife: Editorial Leoncio Rodríguez. –GONZÁLEZ GUTIÉRREZ, P. (1996). Importación y acuñación de moneda circulante en La Española durante el siglo XVI. (pág. 32). Madrid: Universidad de Alcalá. – LORENZO ARROCHA, J. M. (1995). Las monedas de las Islas Canarias: la “bamba”. (2ª edición). Santa Cruz de La Palma: Servicio de Publicaciones de la Caja General de Ahorros de Canarias. –PÉREZ ALMEIDA, H. C. (2011). Moneda y medios de pago en las Islas Canarias durante los siglos XVI y XVII. En M. T. Muñoz Serrulla (Coord.), Estudios de Historia Monetaria, Ab initio, Núm. Extraord. 1, pp. 69-91. –TORRES SANTANA, E. (1991). Monedas y finanzas. En F. Morales Padrón (Ed.). Historia de Canarias (V. VII, pp. 385-393). Valencia: Editorial Prensa Ibérica S.A. Medios electrónicos: -Hallazgos monetarios en la isla de La Palma. Recuperado el día 7 de junio de 2011 de -http://www.palmens i s .c o m /e s t u d i o s - g e n e r a les/pdf/cero/17_lorenzo.pdf) –http://www.fuenterrebollo.com/faqs-numismatica/15014maravedis-sevilla.html –http://www.imperio-numismatico.com. p4 sábado, 17 de septiembre de 2016, EL DÍA TURISMO INVESTIGACIÓN EN PORTADA Gerardo Mesa Noda (Óleo sobre lienzo de 100cm x 100cm) Natural de Vallehermoso (La Gomera), casado con 4 hijos y 5 nietos, en 1939 se establece con sus padres en Fuerteventura. Gerardo Mesa es diplomado universitario en Relaciones Laborales. En 1956 se traslada con su familia a Tenerife, donde trabaja en la banca hasta 1970, cuando regresa a Fuerteventura para trabajar en la Caja Insular de Ahorros. En 1979 es elegido como primer presidente democrático del Cabildo Insular de Fuerteventura por mayoría absoluta y es reelegido en la segunda legislatura de 1982. Compatibiliza este cargo con su puesto de trabajo en la Caja Insular de Ahorros. En 1986 es elegido senador por Fuerteventura y sale reelegido en 1986, ostentando el cargo hasta el final de la legislatura, en 1993. El mismo año es nombrado director general del Instituto Canario de Formación y Empleo. Es miembro y cofundador del Intergrupo Congreso-Senado Paz para el Pueblo Saharaui. También es miembro la Asociación de Parlamentarios de Europa Occidental Antiapartheid. Fue presidente de la Delegación de la Asociación Canaria de Amigos de Pueblo Saharaui en Fuerteventura desde su fundación hasta 1999. En el año 2000 entra como voluntario a formar parte de Cruz Roja Española, en Fuerteventura, siendo nom- brado delegado especial. En 2003 asiste en Estocolmo, representando a la Cruz Roja Española, a la reunión internacional “Meeting regarding migrants, asylum seekers, refugees and detention”, con participación de sociedades nacionales e internacionales de Cruz Roja y la Media Luna Roja. El mismo año es nombrado presidente del Comité Insular de Fuerteventura y es reelegido en 2007. Se le concede la Medalla de Plata de Cruz Roja en 2011. En 2012 es nombrado presidente del Comité Autonómico de Cruz Roja en Canarias, cargo que renueva en 2015 y que ejerce actualmente. EL DÍA, sábado, 17 de septiembre de 2016 p5 p6 sábado, 17 de septiembre de 2016, EL DÍA Texto: Nicolás Pérez García R etorna el septiembre vendimiador, el mes de los cristos, entre ellos el Varón de los Dolores, la afamada imagen desclavada que llegó a este pueblo de Tacoronte en 1661 de la mano del capitán Tomás Pereyra de Castro-Ayala, copatrono del convento de San Agustín, fundado en 1649. Jesús Casas Otero, en su libro Estudio histórico artístico de Tacoronte, publicado en 1987, cita al historiador José Viera y Clavijo: “Fundose el convento de Tacoronte en una ermita de S. Sebastián que había en aquel lugar, por lo que tomó el título de aquel santo, hasta que habiendo celebrado escritura de patronato el capitán don Diego Pereyra de Castro y el capitán don Tomás Pereyra de CastroAyala,susobrino[ambosregidores], sacrificaron una gran suma de ducados alafábricadesuiglesia,queesmuydecente, y en ella colocaron la imagen del Santo Cristo de los Dolores y Agonía”. A la largo de la historia, las autoridades tacoronteras no han tenido un gesto de agradecimiento público a favor de quien trajo la emblemática imagen de tierras de Castilla, y que también contribuyó decisivamente en la construcción del convento agustino y su templo anejo, hoy santuario del Cristo. En el presbiterio de esta iglesia hay dos estatuas de mármol de Carrara en actitud orante, a la izquierda el capitán Tomás Pereyra de Castro-Ayala y a la derecha su hermano, el fraile Juan Carrasco. También en el frontis del templo campea el escudo de armas de la familia; signos que se suponen costeados por ellos mismos. Sin embargo, el honor popular y más que merecido hacia el capitán Pereyra ha venido por iniciativa de la Hermandad del Cristo de los Dolores, que con fecha 16 de abril de este 2016 ha descubiertounmonolitoqueencargóalescultortacoronteroCarlosMarreroHernández, en homenaje testimonial al prócer que trajo a este pueblo la singular imagen de tierras peninsulares hace ya 355 años. El significativo monumento se emplazó en la calle san Agustín, frente a la puerta lateral norte del santuario del Cristo, que se conoce como puerta de San Sebastián en recuerdo de la ermita que se levantó allí en el último tercio del siglo XVI. Los hermanos Diego y Tomás Pereyra de Castro llegaron a esta isla de Tenerife por 1610-1611. Eran naturales de la villa orensana de Allariz, obispado de Tuy, en Galicia, descendientes de ilustre familia gallega emparentada con la nobleza portuguesa. El apellido Castro es de origen castellano, de antiguos linajes de Burgos. Nietos del licenciado Simón Pereyra de Castro, jurisconsulto, también vecino de Allariz, varón legítimo del gran Solar de Castro, que floreció en los primeros años del siglo XVI. Tomás, apodado “el Viejo”, sirvió como capitán ordinario del rey Felipe III y fue regidor perpetuo de Tenerife en 1627, acreditándose de buen patricio y generoso caballero, defendiendo en ocasiones Cristo de Tacoronte LA FIESTA Y LA HISTORIA El Cristo de los Dolores de Tacoronte. el puerto de Santa Cruz de Tenerife frente a invasiones extranjeras. Llevó la administración de los bienes del quinto adelantamiento de las islas por su titular sucesorio, doña Porcia Magdalena Fernández de Lugo y Marini (V Adelantado), princesa de Asculi y duquesa de Terranova. Contrajo matrimonio con Bárbara Carrasco de Ayala y Ocampo el 26 de febrero de 1618 en la parroquia de NuestraSeñoradelaConcepción,deLaLaguna. Ella, nieta del primer conde de La Gomera, Guillén Peraza de Ayala, quedando así enlazados los apellidos CastroAyala; entre sus hijos, el primogénito fue Tomás Pereyra de Castro-Ayala, de quien se hablará más adelante. Diego Pereyra de Castro, también capitán, casó con Juana de la Cova Ocampo. Ejerció como recaudador de las rentas reales de los almojarifazgos de estas islas. Tomás Pereyra de Castro-Ayala nació en La Laguna y fue un gran benefactor de Tacoronte por su contribución en la construcción del convento de San Agustín y templo anejo y por haber traído desde Castilla a Tacoronte la imagen del Cristo de los Dolores en el transcurso de 1661. Tendría a la sazón unos 40 años. Fue el primer patrono del convento y a propuesta suya quiso que el patronato lo fuera conjuntamente con su tío-suegro Diego, ya citado. A finales de 1661 y comienzos del año siguiente se otorgan las escrituras y asientos correspondientes entre los patronos y el convento de Tacoronte ante el escribano público Matías Oramas Villareal. Uno de los capítulos establece el orden de suceder en el patronato, esto es a favor de los hijos y descendientes de ambos patronos y sus familiares, donde el más cercano excluye al más alejado genealógicamente. Han de tener asiento preeminente en la capilla mayor, al lado del Evangelio. En los actos en que se hallaren los patronos, así como misas mayores o rezadas, se les ha de dar la paz, y el Jueves Santo también las llaves del Sagrario. Asimismo se establece que los patronos se obligan con diversas dotaciones, entre ellas costear un retablo en la capilla mayor en el que se habría de colocar la “Stma. Imagen de Ntro. Sr. Jesucristo de la Agonía” que Tomás Pereyra de Castro-Ayala había traído de Madrid. La comunidad conventual habría de constar de seis religiosos sacerdotes, cuatro coristas y un lego; uno de ellos designado para ir a La Laguna a pedir limosnas para la imagen del Cristo. La iglesia o santuario ya estaba comenzada a construir por el año 1662, hallándose casi terminada en 1664, obra a cargo del maestro de cantería Domingo Rodríguez Rivero, natural de El Sauzal, quien también había acometido la ampliación del templo de Santa Catalina un decenio atrás. Por 1675, ya fallecido Diego Pereyra de Castro, su viuda, Juana de la Cova Ocampo, encargó a sus hijos que terminaran la inacabada fachada del santuario. Pero fue en el año 1906 cuando se remató el frontis y se añadió el campanario o espadaña del lado de la epístola; mejoras ejecutadas bajo la dirección del maestro de obras militares Domingo Pisaca Fernández, cuya familia aparece vinculada a Tacoronte desde finales del siglo XIX. En el mes de abril de este año 2016, la Hermandad del Cristo celebraba el XXV aniversario de su fundación y entre los actostambiénserindióunreconocimiento póstumo al fundador de la misma, Antonio Dávila Dorta, que nos dejó el 25 de octubre de 2014 a los 87 años. Don Antonio fue un ferviente seguidor del Cristo, cuya imagen cargó sobre sus hombros siempre que pudo. Hombre del pueblo, de amigos y de iglesia; persona atenta yrespetuosa,servicial,buenpadreymejor vecino. La refundación de la Hermandad del Cristo tomó fuerza a raíz de la restauración de la imagen, que se llevó a cabo en 1989, rodeada de cierta polémica ya olvidada. Entonces, un grupo de devotos encabezado por Antonio Dávila realizan gestiones y celebran junta general el 27 de abril de 1991, acordando poner en marcha la asociación y redactar los estatutos conforme a las normas eclesiásticas en vigor. El estatus legal que representa a la Hermandad es refrendado por el obispo Damián Iguacen, entonces ocupando la silla episcopal de la diócesis nivariense. Fue Antonio Dávila el primer presidente, permaneciendo en el cargo hasta 1998. Hablamos de “refundación” dado que existió una primera Hermandad del Cristo creada en el siglo XVIII, en la parroquia de Santa Catalina, de la que se conocen pocos datos. Consta que el 22 de enero de 1728 es fecha de la bula del papa Benedicto XIV autorizando la fundación de la hermandad del Santísimo Cristo de los Dolores, que estaría activa desde 1735 a 1829. Apenas existe historia que relatar de esta hermandad debido a la ausencia de noticias en los archivos. Después de 1829 se menciona la existencia de un mayordomo de la cofradía del Cristo de los Dolores, pero tanto las cofradías como las capellanías y otras fundaciones afines comenzarían a languidecer hasta casi su extinción merced a las leyes desamortizadoras decimonónicas que dieron lugar a la incautación de bienes por parte del Estado y posterior subasta. Aquellas leyes, en particular la promovida por Álvarez de Mendizábal en 1835, acabó por expropiar el convento de San Agustín y la subsiguiente exclaustración de los 10 o 12 frailes que allí profesaban. El ayuntamiento se posesionó del inmueble para instalar el consistorio, que permaneció hasta 1974, año en que abandona las dependencias por su estado ruinoso, mientras se iniciaba la construcción de la actual sede consistorial, que se inauguró a finales de 1976. Al respecto cabe decir que el nuevo ayuntamiento, el actual, es fruto del empeño de Graciano Álvarez Dorta, alcalde desde 1956 hasta 1979. Más de una vez se intentó derruir el antiguo convento agustino, pero, afortunadamente, ha subsistido hasta nuestros días. La últimaymásimportantereformaymejora fueejecutadabajolosauspiciosdelCabildo de Tenerife: se consolidó su estructura y se remodeló todo su interior mediante una actuación elogiable. Hoy es Casa de la Cultura de Tacoronte. Hablamos de la fiesta y de la historia, y del protagonista principal, el Santísimo Cristo de Tacoronte, que nos convoca en la cita septembrina desde 1662, siempre el domingo siguiente a la Exaltación de la Santa Cruz (14 de septiembre), ampliado a la dominica de la Octava, que se celebra desde comienzos del siglo XX, jornada de mayor afluencia, sobre todo de forasteros, peregrinos y romeros, particularmente del Valle de Güímar, fieles cumplidores de una p7 EL DÍA, sábado, 17 de septiembre de 2016 antigua devoción, herencia de generaciones; sureños que esperan con ansiedad este día para venerar a su Cristo tacorontero y cargarlo a sus espaldas. Muchos han sido los pregoneros de la fiesta desde 1947, año del primer registro que se conoce acerca de ellos, primero a través de las ondas de radio y programas de mano que divulgaban los actos y recogían la docta palabra de personas ilustres. Citemos como ejemplo al catedrático de Derecho Político José María Hernández-Rubio, a los periodistas Alfonso García-Ramos y Álvaro Martín Díaz (Almadi), al conde de Barbate, Enrique Romeu Palazuelos, al catedrático de Filosofía y Letras Jesús Hernández Perera, al director de EL DÍA Ernesto Salcedo Vílchez, al presidente del Colegio de Abogados Ángel Ripollés Bautista, al catedrático de Periodismo Ricardo Acirón Royo, al editor-director de EL DÍA José E. Rodríguez Ramírez, al obispo nivariense Bernardo Álvarez Afonso, y un largo etcétera. Pocos pregoneros, muy pocos, han sido hijos de esta ciudad-campo de Tacoronte. Consideramos a Graciano Álvarez Dorta (alcalde) como de los primeros con que se inicia la costumbre de pregonar la fiesta del Cristo. Siempre lo hizo con prosa elegante, medida y distinguida: “Un Cristo al que no se puede mentir, porque sus ojos nos están leyendo lo que llevamos escrito en lo más recóndito del alma. ¿Has mirado alguna vez, detenidamente, a nuestro Cristo? Él es, abrazado a su cruz y con su eterno dolor, la razón de la fiesta, el inagotable manantial de razones por las que el hombre, que vivía a solas, se convirtió en prójimo y pudo, desde entonces, cantar y rezar al mismo tiempo”. Antonio Abdo Pérez lo hizo en varias ocasiones desde la radio, el medio escrito y la tribuna de oradores, con la profesionalidad del actor y poeta que pone P toda la sensibilidad de su quehacer lírico y teatral. Sigue siendo puntual colaborador de la fiesta. Alfonso Morales y Morales pregonó en 1971. Aunque no natural del pueblo, sí que le consideramos tacorontero por su vinculación, lazos familiares y dedicación a la historia de estos lugares. Ya no está con nosotros, su ausencia es muy sentida desde que se fue en febrero pasado. Tenía 84 años de una existencia de trabajo serio, profesionalidad y calidad humana. Tenaz e incansable, en su biografía abunda un memorial digno y amplio fruto de su buen hacer personal. Inocencio Rodríguez Guanche, pregonero en varias ocasiones, nació en esta ciudad el 28 de diciembre de 1914 y falleció en febrero de 2004. Maestro y pintor, se prodigó en múltiples actos culturales e investigó buena parte del pasado de Tacoronte; fue alcalde del pueblo gomerodeAguloen1954-1955.Unamuestra de su retórica: “De modo singular no necesita Tacoronte ponerse galas extrañas, pues desde siempre el que fuera menceyato se ha vestido de una exuberante vegetación, con múltiples gamas de verdes esmeraldas teniendo de fondo los azules ultramarinos y el telón cobalto de un cielo que cada atardecer incendia de coloresalponerseelsoltraslaisladeLaPalma”. Julián de Armas Rodríguez, pregonero en 1991. Incontables los méritos que preceden a este sacerdote tacorontero nacido en el barrio de San Jerónimo en 1942; ordenado por el obispo don Luis FrancoCascónhace48años,largoperíodo que recoge las numerosas actividades de un hombre íntegro y fiel a sus principios. Sería prolijo enumerar la intensa labor desarrollada a lo largo de su ministerio. En la síntesis personal de Julián de Armas, nada fácil es describir su personalidad, si bien no difícil trazar su perfil atendiendo al carácter, actitud, epita Puerta era la madre de mi íntimo amigo, y además mi padrino de Confirmación y boda, José Antonio Arbelo Puerta, más conocido por “Lupi”, ya que su padre fue Lupicinio Arbelo Padrón, que fuera alcalde de La Laguna en los años cincuenta del pasado siglo. Hay una anécdota del citado exregidor municipal cuando en cierta ocasión un automóvil marca “Ford” se avería y lo deja tirado en un punto kilométrico bastante lejos, por cierto, de su Laguna y que después de que arribara a dicha ciudad, les dijo a sus amigos una frase críptica y que pasará a la historia de la urbe: “Ni el Ford es coche ni el mago es gente”. El matrimonio, junto a su hijo, vivía en la plaza de la Fonda, al lado del bar “El Sheriff” (primer miembro reconocido de la Policía Autonómica canaria), en Bajamar, habitada hoy día por mi compadre “Lupi”, su esposa, Laly Rodríguez Gil, catedrática de Biología Marina, y su único hijo, Adán, como lo era también único, el “Lupi”. Hace ya una porrada de años fallece Pepita Puerta, hecho que trascendió de forma rápida, y sobre las 6 de la tarde, yo, desde nuestra Agencia Oliva, llamé para encargar una corona a la funeraria Hipólito, que estaba en la calle El Juego, vamos, a trescientos metros de la agencia. Suena la llamada un par de veces y me coge el teléfono un empleado de la funeraria al que apodaban “Sevilla”, que empezaba a atizarse cuartas de vino desde las nueve de la mañana, por lo que a la hora de mi llamada imagínense cómo podría estar el “animalito”. Me di a conocer, que era Juan Oliva, de la agencia Oliva, y que quería encargar una corona con conocimiento, realizaciones y carisma de su andar por la vida. Su niñez y adolescencia pasaron por aquellos años complicados de la posguerra en los que hubo de superar no pocas dificultades; época carente de la mínima ostentación, pero sí al calor de una sana convivencia familiar y sencilla, de respeto y educación paternal. Julián y muchos de sus contemporáneos que hoy peinan canas supieron recoger la buena semilla y las luces de aquel tiempo, que siempre ayudanairmásallá.Recogiólabuenasimiente de padres y maestros instructores, de lo fundamental para aprender a discernir, cultivar el temperamento y promover auténticos valores que llevan a la simple nobleza que muestra su proceder ante la vida, a la certidumbre de que el estudio, la constancia y la paciencia son capaces de vencer los obstáculos que se interponen en el camino. Ilustre tacorontero, ilustre tinerfeño, protagonista de una importantecorrelacióndehonoresymerecimientos que testimonian la labor de este sacerdote ejemplar, cuyo éxito descansa en el convencimiento profundo de su credo, en la promoción de valores y en el trabajo incesante y bien hecho, sobre todo en el ámbito eclesial. ManuelBarriosDíaz,pregoneroen1996. Nacido en Tacoronte en 1927, fallecido recientemente. Siempre ávido de cultura, ha participado en diversas publicaciones de tipo histórico del municipio, además de la mucha divulgación sobre diferentes temas locales, destacando su investigación sobre el acontecer del Pósito y la Alhóndiga. Su contribución en torno al vino ha sido notable, además de ser buen bodeguero y amante incorregible de vidueños y malvasías. Dulce Xerach Pérez López, pregonera en el año 2000, vecina de este pueblo tacorontero, donde nació en 1969. Abogada y doctora en Arquitectura, ramo en el que se prodiga con numerosas publicaciones. Actualmente es presidenta del Círculo de Bellas Artes de Tenerife y en el campo literario cuenta con varios libros en su haber. Le precede, además, una intensa actividad política a nivel insular y regional. También han sido pregoneros de la fiesta Álvaro Arvelo Hernández en 2008, nacido en Tacoronte, expresidente de CajaCanarias, y Francisco Abreu Expósito en 2014, presidente de la Agrupación Musical Santa Cecilia, de la que es músico en activo desde niño. El epicentro de toda fiesta debe estar en solemnizar lo que se celebra, como en esta efeméride concierne a la imagen representativa de nuestro Cristo de los Dolores. No se contradice lo popular festivo con la tradición religiosa, al contrario, deben armonizar convenientemente ambos aspectos. Asimismo, ha de abundar el componente cultural, lo cual nos lleva a mirar nuestro pasado y costumbres de ayer. Es de buena ciudadanía ennoblecer la memoria de aquellos predecesores que en su época trabajaron y lucharon para engrandecer el espíritu del lugar donde han nacido, y de los que en la actualidad se esfuerzan por enaltecer el valor patrio del suelo que pisan, del solar donde viven, del patrimonio que forjaron otras generaciones que debemos recordar con generosidad y justicia. Aquellos tacoronteros de antaño rendían devoción al mismo Cristo que hoy celebramos, con arraigada creencia, buscando a través de la imagen desclavada respuestas a las inevitables preguntas que emergen desde la interioridad humana, tal como hoy se hace con total confianza hacia el auténtico amigo que no pide cuentas a nadie, el amigo cercano y mediador entre alegrías y dificultades, aquel que nos hace ser mejores personas. La factura de la cinta funeraria y el marqués de la Oliva incluida, se la mandó al Ayuntamiento del municipio de La Oliva, en Fuerteventura, y por ende si la recibió el alcalde Arroyo, más conocido por su título de “marqués de la Oliva” entre plebeyos y nobles. Lo que sí les puedo garantizar es que la agencia Oliva no abonó la factura, entre otras cosas porque nunca nos fue girada, por lo que en este caso, nunca mejor dicho, le pegamos un “muerto” a la funeraria “Hipólito”, que tampoco obviamente cobró la factura cuando murió el “Sevilla”, víctima de un “derrame” al tocar este la botella de morapio con el codo, con el consiguiente “derrame”. En los años cincuenta y pico del pasado siglo había un palmero que estudiaba en La Laguna al que apodaban “Duny James”, organizador de un coro “sui géneris” que en plan de coña, al tiempo que cantaba, también actuaba. Así pues, en medio de una actuación en el teatro Leal, de repente paraban de cantar y hacía su aparición una “mierda” de tipo en el centro del escenario, vistiendo ropa de futbolista, y en un silencio sepulcral de público y coro abría un paquete y después otro y otro hasta el infinito, abriendo por fin el último del tamaño de una caja de fósforos, sacaba del mismo un papelito al que daba lectura en estos términos: “Exigimos más ayudas para los clubs regionales”. Claro, el teatro se vino abajo por tal portento de excentricidad e ingenio. Olivarada: Oye, ¿tú quieres mucho a tu mujer? El otro: “Claro, coño”, rematando el primero: “Entonces, ¿por qué carajo no dejas en paz a la mía? * Pensionista de larga duración A REÍR QUE SON DOS DÍAS Juan Oliva-Tristán Fernández* su correspondiente cinta para la difunta Pepita Puerta, y que cogiera lápiz y papel que le iba a dictar el texto exacto que quería que apareciera en la cinta, y que era el siguiente: “Coral Polifonía de La Laguna”, y que la factura, por favor, me la pasara a mí, a Juan Oliva, de la Agencia Oliva. Al día siguiente fuimos los amigos del “Lupi” a Bajamar, al entierro de su madre, para testimoniarle nuestro pesar, reuniéndose un número importante de coronas con sus correspondientes cintas, encargándose Miguel “El Naripa” de ir quitando éstas de las coronas a las que estaba adheridas para por último entregárselas al “Lupi” y al padre de éste. Entre toda la maraña de cintas por fin apareció la nuestra, vamos, la que yo el día anterior le había encargado por teléfono al famoso borrachuzo del “Sevilla”. Cuando la leímos no tuvimos más remedio que descojonarnos pues el texto de la cinta de marras decía: “Coral Polifonía de la Oliva”. Lo enigmático y pintoresco de todo esto es que al día de hoy no sabemos si la factura de la corona y cinta p8 sábado, 17 de septiembre de 2016, EL DÍA www.eldia.es/laprensa Revista semanal de EL DÍA. Segunda época, número 1.050 BALCÓN DE VENEZUELA “Convive con tradiciones y ritos ancestrales que se mantienen vivos a pesar de los siglos. Ven a Perú, donde las maravillas están a flor de piel, donde los cinco sentidos no son suficientes para captarlo todo, donde detrás de cada cosa hay algo intacto y misterioso” (PROMPERÚ) Perú, ante el avance del turismo mundial DUPLICAR LA LLEGADA DE TURISTAS, UNA ILUSIONANTE META DEL NUEVO GOBIERNO Texto: Antonio Pedro Tejera Reyes (del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo. OMT) S on muchas las horas que hemos disfrutado tratando del desarrollo del turismo en Perú. En nuestra maestría sobre Calidad TurísticaAmbiental Sostenible y Promoción de la Paz, estudiada y puesta en escena conjuntamente con la Universidad para la Paz (UPAZ) de las Naciones Unidas e impartida en las Islas Canarias del año 1999 al 2012, los proyectos sobre el turismo en esa nación fueron una constante debido a la presencia de graduados en turismo peruanos, que aprovechaban la oportunidad de las becas que ofrecíamos para adentrarse en el análisis de las mas diversas regiones de su país, aprovechando los conocimientos que se les aportaban y las experiencias que vivían, en un territorio llamado a ser un laboratorio experimental del desarrollo turístico como son las islas de referencia. Desde la región montañosa de Los Andes hasta las mas clásicas reliquias históricas de sus ciudades y pueblos, vieron desfilar sobre ellos las orientaciones y recomendaciones de la célebre Agenda 21, aprobada en la Cumbre de la Tierra, celebrado en Río de Janeiro en 1992, para el desarrollo del turismo en base a su sostenibilidad. Presentes también los principios del Código Ético Mundial para el Turismo, de la Organización Mundial del Turismo, en todo el entramado de esos sencillos pero profundos trabajos, presentados ante eminentes tratadistas del turismo mundial, para obtener el diploma de su maestría, que tuvo el aval de varias decenas de graduados técnicos en Turismo de varios países americanos participantes en todas estas programaciones, con un total conocimiento de los temas. Un sin fin de situaciones que llamaban a los análisis comparativos en cada uno de los casos, así como a estudiar con detenimiento sus elementos desde la óptica DAFO, con lo cual se llegaban a conformar unas conclusiones basadas en hechos reales que daban una veracidad importante a los citados trabajos realizados, todos ellos con Una bella estampa de la bahía de Paracas, un lugar que conserva su limpia imagen de puerto de pescadores, con todos los singulares atributos necesarios para ser un deseado destino turístico. muchas horas de estudio, y numerosos debates y discusiones sobre el tratamiento que debía aplicarse a cada uno de los temas. Eran horas de estudios y de exposición donde imágenes de la nación peruana eran examinadas con todo interés y detenimiento por personajes venidos de otras tierras del mundo hispánico, recogiendo enseñanzas y experiencias y buscándole las fortalezas y debilidades para su desarrollo turístico y posibilidades reales para ello. De Cusco a Huancayo, pasando por Iquitos y Paracas “Turismo rural, alternativa de desarrollo y paz, para la comunidad en Perú. El Valle Sagrado los incas” fue el significativo trabajo que desarrollo Joel Ayarza, con señalado éxito y amplia participación, ya que encajaba directamente en los principios de la mencionada maestría. “Promoción del Nevado de Huaytapallana. Nueva alternativa de turismo ecológico en Huancayo” fue otro de los trabajos que generó un contexto importante de opiniones por su singularidad y estratégica situación dentro de la geografía de la nación peruana. Fue presentado por las graduadas peruanas Sheila Aguilar, Karen Iriarte y Giuliana Mesía, basando su proyecto en conseguir aportar un producto nuevo que despertase expectativas y tuviese una buena acogida para beneficio de toda un área especial del país. Unidos a estos logros no podemos obviar las referencias aportadas y discutidas en estas aulas sobre “la ciudad mágica de Perú”, la población de Iquitos, bañada por el río mas largo y caudaloso del mundo, el Amazonas, y último puerto posible conectado con el océano Atlántico, donde una ciudad de unos 500.000 habitantes nos ofrece una clara visión de un componente social que se idealizó en la época del “boom” del caucho, con emigrantes de diversas partes del mundo. Rodeada de una variada y rica biodiversidad, la ciudad de Iquitos es la capital de la provincia de Maynas, la más grande en extensión –128.000 kms. cuadrados– de la Amazonia peruana, equivalente a los territorios de Bélgica, Holanda y Luxemburgo, por hacer una simple comparación. Como contrapunto a todo esta panorama, acercándonos al clásico turismo de sol y playa, no podemos, en este breve espacio, olvidarnos de la mención que hace algunas fechas publicaba el digital uruguayo ‘’IBT Punta del Este’, sobre Paracas, un pequeño balneario situado en la costa Sur del Perú, en la provincia de Pisco, en el departamento de Ica, aproximadamente a 260 kms. de Lima, con una población de poco más de 4.000 habitantes, un lugar de clima agradable y mayormente soleado, que posee innumerables restaurantes de gastronomía local y marina, a base de pescados y mariscos. Dentro de sus lími- tes se encuentra la Reserva Nacional de Paracas, de cuyo enclave ofrece esta publicación un amplio reportaje fotográfico, muy bien realizado y de alto contenido para la promoción turística del lugar: “Lima, cargada de monumentales edificios históricos, museos, bellezas naturales, un litoral con espléndidas playas… sus espectaculares balcones son estampas para el recuerdo que llenan nuestra mente ahora… soñando con las majestuosas vistas de sus históricos barrocos edificios iluminados en la noche limeña, el insuperable sabor del pisco sour, los “tiraditos” de salmón, o las exquisitas especialidades culinarias que usted podrá disfrutar en sus mejores restaurantes que han logrado en Lima eso tan importante en el campo del turismo como es crear una identidad propia donde se han sabido conjugar los elementos decorativos y los funcionales para crear y darle vida a sus espacios con una alta calidad, que fueran el recuerdo inolvidable de una noche limeña. El conjunto monumental de San Francisco, sus valores históricos y sus catacumbas, la Plaza de Armas, la catedral, sus palacios y balcones o el mercado de indios, todo placenteros recuerdos, que nos llevan hacia ese acertado slogan de “el país de los seis sentidos”. Era nuestra sincera apreciación, que publicamos hace ahora algo mas de una década, de una memorable visita que hicimos a esa hermosa y pujante ciudad.