Año 37 - Edición Nº 841 – 9 de Noviembre de 2015 La transición productiva, tan compleja como la financiera Jorge Vasconcelos jvasconcelos@ieral.org La transición productiva, tan compleja como la financiera1 Los análisis sobre la transición entre el gobierno saliente y el entrante tienden a concentrarse en los serios problemas derivados de la falta de dólares y del exceso de pesos generado por el financiamiento espurio del déficit fiscal. Sin embargo, tan compleja como la dimensión cambiario-financiera es la cuestión del aparato productivo del país. Sin dudas, en caso que después del 10 de diciembre la economía comience a funcionar con menos trabas, con un precio del dólar más realista, con pautas monetarias y fiscales que organicen las expectativas, las decisiones de las compañías se habrán de facilitar. Pero también es cierto que luego de cuatro años de una cada vez más acentuada desconexión con el resto del mundo, es lógico que un sector de empresarios se pregunte con que se habrán de encontrar si es que la economía se vuelve a integrar con los países de la región y el resto del mundo. ¿Podrán ser competitivos? Hay datos muy preocupantes, caso del achicamiento de 8 mil millones de dólares de las exportaciones industriales desde 2011. La merma, de 28 % contrasta notablemente con lo ocurrido en los últimos cinco años de la convertibilidad, cuando las exportaciones industriales subieron un 29 % (de 1996 a 2001), compensando parcialmente la recesión interna. Esta publicación es propiedad del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL). Dirección Marcelo L. Capello. Dirección Nacional del Derecho de Autor Ley Nº 11723 - Nº 2328, Registro de Propiedad Intelectual Nº (5225373) ISSN Nº 1850-6895 (correo electrónico). 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A eso se agrega la preocupación acerca de como habrá de aterrizar su empresa hacia mediados del año próximo, dado que descuenta modificaciones de la política económica. Sabe que el tipo de cambio se habrá de mover, pero no cuánto lo harán sus costos. Percibe que los controles al comercio exterior perjudican su competitividad, pero se pregunta qué ocurrirá con las importaciones si es que las trabas se levantan. Tampoco está tan seguro acerca de cuantas puertas podrá volver a abrir de su clientela externa, ya que el tiempo no pasa en vano; puede haber ahora competidores más actualizados tecnológicamente, o más agresivos por la existencia de capacidad ociosa en sus países de origen. Argentina: Exportaciones industriales (MOI) Los últimos 5 años de la convertibilidad vs 5 años de cepo Índice base 100 = primer año del período 140 + 28,8 % 120 100 80 ‐ 27,2 % 60 1996 2011 1997 2012 1998 2013 1999 2014 2000 2015* 2001 Fin de la Convertibilidad: 1996 = US$ 6,4 MM 2001 = US$ 8,3 MM Desde Cepo Cambiario: 2011 = US$ 28,9 MM 2015* = US$ 20,9 MM * 12 meses a septiembre Fuente: IERAL en base a INDEC 3 Revista Novedades Económicas – 9 de Noviembre de 2015 Considerando datos agregados, es difícil pensar que aquellas preocupaciones puedan estar siendo exageradas. En los últimos doce meses, las exportaciones de manufacturas de origen industrial totalizaron 20,8 mil millones de dólares, marcando un descenso de nada menos que un 28 % frente al registro de 2011, un fenómeno inusual que, a su vez, ocurre en un contexto de aumento de la capacidad ociosa de las fábricas: tradicionalmente, cuando la economía entraba en recesión, las industrias compensaban parte del freno interno con mayores exportaciones. Esto es lo que ocurrió en los últimos años de la convertibilidad, cuando las ventas al exterior de Manufacturas de Origen Industrial subieron un 29 % entre 1996 y 2001. Y eso que desde 1999 hubo que convivir con la devaluación del real brasileño. La referencia a los últimos años de la convertibilidad permite llamar la atención sobre la seriedad del problema actual. ¿Por qué ha sido tan fuerte la caída de las exportaciones manufactureras en los últimos cinco años? Obviamente, la brecha cambiaria ha jugado un rol muy negativo. Es posible que exista subfacturación de exportaciones pero, además, hay insumos cuyos precios han seguido más de cerca la evolución del “blue” que del mercado oficial. Además, los costos laborales en dólares han escalado en estos últimos años, mientras que la deflación del último período de la convertibilidad permitió una leve caída en esta variable. Desde el tercer trimestre de 2010 hasta igual período de 2015, el costo laboral unitario de las industrias argentinas, que tiene en cuenta la incidencia de la productividad, subió en dólares nada menos que un 47,1 %. Otro elemento es que, a diferencia de 1999, la devaluación del real brasileño vino esta vez acompañada de una profunda recesión. Las restricciones de abastecimiento de gas en invierno y de electricidad en verano también han tenido su importancia. Sin embargo, más allá de estos determinantes, en el podio seguramente está la incertidumbre que han venido sufriendo las firmas locales a la hora de rubricar contratos con los clientes del exterior. Primero aparecieron las dudas sobre la evolución de los costos locales, desde que la inflación se instaló en el andarivel del 25 % anual. Esa dificultad se potenció por una política cambiaria errática, que en los últimos 18 meses se transformó directamente en un remedo de la “tablita”. Y este combo negativo se completó con la pérdida de automaticidad del comercio exterior y de los pagos al exterior. Sin garantías de acceso a insumos y partes importadas, asumir compromisos de exportación se hizo cada vez más temerario. Así, la irrupción de la burocracia en el comercio exterior puede haber costado miles de millones de dólares en exportaciones (y quien sabe cuántos puestos de trabajo). Y es muy probable que se haya afectado mucho más a las pymes que a las grandes empresas, ya que éstas últimas tienen más recursos para superar imprevistos. 4 Revista Novedades Económicas – 9 de Noviembre de 2015 Por lo visto hasta aquí, la agenda del próximo gobierno vinculada con la recuperación de las exportaciones industriales luce mucho más complicada que la correspondiente al sector agroindustrial. En éste último caso, se trata de una cuestión de tipo de cambio, de bajar o eliminar retenciones y de acabar con los cupos y las restricciones al comercio exterior. Importaciones argentinas de origen Brasil sobre PIB Manufacturero argentino a precios corrientes * 30% 25% 20% 15% 2015* 2014 2013 2012 2011 2010 2009 2008 2007 2006 2005 2004 2003 2002 2001 2000 1999 1998 1997 10% * datos últimos 12 meses: Importaciones = US$ 13,05 mil millones PIB Manufacturero a TC oficial = US$ 65,5 mil millones En cambio, para el caso de la industria, es muy probable que esas mismas medidas impliquen inicialmente una reacción mucho más rápida del lado de las importaciones que de las exportaciones. En magnitudes nada despreciables, además. Y si quisiera evitarse ese efecto, habría que ubicar el tipo de cambio en un nivel demasiado elevado, con impacto sobre la inflación y los salarios. La otra opción sería postergar indefinidamente el levantamiento del cepo, pero esto tampoco es aconsejable debido a sus múltiples efectos negativos sobre la competitividad, como se analizó más arriba. De modo que se impone un diseño cuidadoso para la transición del sector productivo, tanto como para la dimensión cambiario-financiera, debido a que no ha resultado gratuito el corsé impuesto a la economía, con racionamiento de las cantidades a comprar y vender. Mucho más eficiente y asociado a objetivos de competitividad es comenzar a desplazar el centro de gravedad hacia un esquema en el que sean los precios los que tengan la “responsabilidad” de racionar los recursos más escasos. Para evitar que ese racionamiento por precios signifique un dólar demasiado alto, quizá 5 Revista Novedades Económicas – 9 de Noviembre de 2015 convenga una transición con fecha cierta de finalización, en la que la protección a los sectores más sensibles a las importaciones (indumentaria, calzado, juguetes, electrónica de consumo) baje más gradualmente. Para hacerlo con los menores controles posibles, el instrumento son los aranceles. Deberían ser elevados, pero de hecho serían más bajos que los que hoy rigen en forma implícita, por las trabas existentes. 6 Revista Novedades Económicas – 9 de Noviembre de 2015