Aposento Alto - No os dejaré huérfanos Alguna de las interrogantes con la que muchos de los creyentes han tenido que lidiar a lo largo de los siglos, gira en torno con el tipo de relación que debemos tener con un salvador que no está físicamente entre nosotros. Nosotros cantamos: "Hallé un buen amigo, mi amado salvador; contaré lo que Él ha hecho para mí". ¿Cómo puedo tener comunión con un amigo que no puedo ver y que no puedo tocar? ¿Cómo puedo cultivar una relación de intimidad con alguien al que yo no puedo hablarle y recibir inmediatamente una respuesta audible? ¿Cómo podemos ser consolados, fortalecidos, alentados en el contexto de ese tipo de relación? Es muy probable que los discípulos del Señor hayan comenzado a tener inquietudes muy similares mientras participaban de la última pascua con Jesús unas horas antes de Su crucifixión. Estos hombres lo habían dejado todo para seguir al Señor. Por tres años y medio habían compartido con Él una relación sumamente cercana, pero ahora les dice que se va y que ellos no pueden seguirle inmediatamente. Juan 13:33, 36 " Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir. 36 Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después. " Seguramente los discípulos estaban experimentando en esa noche un profundo sentido de desamparo y es en ese contexto que el Señor consuela sus corazones con la promesa de la venida del Espíritu Santo. Ese sentido de desamparo que ellos estaban experimentando en ese momento no era conforme a la realidad. El amor de Jesús era tan grande que, unas horas más tarde, estaría muriendo por ellos en una cruz. ¿Cómo podían pensar que Él tenía la intención de dejarlos solos? De hecho, por paradójico que esto parezca, la partida física de Jesús era necesaria para que los discípulos pudieran tener con Él una relación más cercana, más íntima. Eso es lo que Jesús está enseñando básicamente en este pasaje. Los creyentes no somos huérfanos, no somos dignos de lástima. Aunque no podemos ver, ni palpar a nuestro Señor y Salvador, Él ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo a través de la presencia de Su Espíritu. La venida del Espíritu Santo es, probablemente, uno de los aspectos más sorprendentes y, al mismo tiempo, menos comprendidos de la vida cristiana práctica. Ahora bien, a diferencia de los estudios anteriores que hemos visto ya, esta vez no vamos a seguir la secuencia cronológica de estos versículos; sino, más bien, resaltaremos tres aspectos de la venida del Espíritu Santo que encontramos en todo este pasaje. 1) La promesa de Jesús de la venida del Espíritu Santo es exclusiva para los creyentes, no para el mundo. Juan 14:16-17, 19, 22 " Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. 19 Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. 22 Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? " Hay un contraste muy obvio en este pasaje entre los creyentes y el mundo. Lo que Jesús está prometiendo en este pasaje es algo que el mundo no puede experimentar de ninguna manera. ¿A qué nos referimos cuando estamos hablando del mundo? Juan no se refiere a este planeta tierra, sino, a toda una humanidad incrédula en rebeldía contra Dios. El mundo, en el evangelio de Juan, representa todo lo pecaminoso, lo soberbio, lo egoísta que hay en el hombre caído. Este es un mundo que aborrece a Dios, que no quiere someterse a Su autoridad y señorío. Consecuentemente, ese mundo ha decidido irse en contra de toda evidencia para no tener que aceptar la realidad de que Dios es soberano y que merece ser obedecido. En Juan 8, Jesús está discutiendo con un grupo de judíos, que pensaban que, por el simple hecho de ser descendientes físicos con Abraham, ya tenían una relación asegurada con Dios. Juan 8:42-45 " Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. " El punto que Jesús está haciendo aquí, no es simplemente el hecho que ellos no querían creerle, a pesar de que decía la verdad. Eso no dice el texto, la acusación es mucho más seria. La razón por la que ellos rehusaban creerle era precisamente porque hablaba la verdad. Juan 8:45, no es "a pesar de que digo la verdad", sino "porque digo la verdad"; ellos no querían la verdad, no aman la verdad. El mundo no puede recibir al Espíritu de Verdad porque el mundo no quiere la verdad que el Espíritu revela. Ahora bien, si eso es así: ¿Cómo puede ser salva una persona de mundo? Si el mundo no puede recibir al Espíritu Santo (Juan 14:17), ¿Cómo se escaparan, entonces, de la esclavitud del pecado, las personas que pertenecen a esa humanidad incrédula en rebeldía contra Dios? O la misma pregunta de otra forma: ¿Cómo una persona que pertenece al mundo (un mundo que no puede percibir a Jesús mediante los ojos de la fe, ni le obedece) cómo puede dejar de pertenecer a ese mundo y convertirse en seguidor de Jesús? Jesús no responde esa pregunta en los versículos que estamos estudiando, pero hay algo que se hace evidente a la luz de esa condición de rebeldía, de enemistad en la que se encuentra el hombre contra Dios; el hombre en su pecado. Para que alguien se convierta en seguidor de Jesús, Él tiene que tomar la iniciativa, el mundo nunca la va a tomar. Juan 15:16a " No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca. " Jesús nos eligió, nosotros no lo elegimos a Él. No debemos olvidar que los discípulos que estaban con Jesús esa noche, en el Aposento Alto, una vez formaban parte de ese mundo que no puede recibir al Espíritu de Verdad. ¿Qué hizo la diferencia? Que Dios los escogió por el puro afecto de Su voluntad y lo mismo podemos decir de cada creyente en el mundo. La única razón por la que hoy estamos en Cristo y disfrutando de todos los beneficios de Su gracia, es porque Él tomó la iniciativa de obrar en nosotros para que vengamos a ser suyos. ¿Cómo lo hizo? Recordemos: El mundo no puede recibir al Espíritu. Por eso Cristo envía a Su Espíritu al mundo para que obre en aquellos que no lo puede recibir, para prepararlos para que lo reciban. Juan 16:7 " Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros… " Será necesario que Jesús muriera en la cruz, resucitase, ascendiera a los cielos, completara Su obra redentora y entonces enviar a Su Espíritu Santo para aplicar esa obra redentora ya consumada de nuestro Señor en el corazón de aquellos que fueron elegidos. Juan 16:7-8 " Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. " Dios salva a los pecadores convenciendolos de su pecado por medio de la obra del Espíritu para que vengan a Cristo en arrepentimiento y fe. Es tal la obra de transformación del Espíritu que se produce en nosotros que cambia radicalmente nuestra relación con Jesús. 2) Los creyentes a quienes se promete la venida del Espíritu son descritos aquí como aquellos que aman a Jesús y, consecuentemente, guardan sus mandamientos. Juan 14:15-16 " Si me amáis , guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre. " ¿A quienes viene el Espíritu? Con aquellos que aman a Jesús y guardan sus mandamientos. Juan 14:21a " El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama. " Segunda vez, que Jesús describe a los creyentes que le aman. Juan 14:21b " … y el que me ama , será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. " Tercera vez. Juan 14:23 " Respondió Jesús y le dijo: El que me ama , mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. " Cuarta vez. Una lectura superficial de estos versículos puede llevar a alguien pensar que nuestro amor por Jesús es un prerrequisito para que seamos amados por Él. Es decir: Yo amó a Jesús y entonces Jesús me ama a mí. Pero ya hemos visto que en esa relación siempre es Él el que toma la iniciativa porque nosotros no estábamos en condiciones de escogerlo a Él. Romanos 5:8 " Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. " 1 Juan 4:19 " Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero." Así que el amor de Dios no depende de nuestro amor por Él. Nuestro amor por Él es una respuesta a Su iniciativa de amor. Vemos claramente en este pasaje que la clase de amor que el creyente tiene por Jesús, produce como resultado obediencia a sus mandamientos. Recordemos: * La promesa de este pasaje es exclusiva para los creyentes. * Los creyentes a quienes se promete el Espíritu Santo son descritos aquí como aquellos que aman a Jesús y la clase de amor con que estos individuos aman a Jesús es de tal clase, tal tipo, que produce obediencia a sus mandamientos. Juan 14:15, 21, 23-24 " Si me amáis, guardad mis mandamientos. 21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama;… 23 El que me ama, mi palabra guardará… 24 El que no me ama, no guarda mis palabras… " La enseñanza de estos textos es clarísima: Todo aquel que realmente ama a Jesús, lo evidencia guardando sus mandamientos. ¿En qué consiste ese amor de Jesús que produce como resultado ese tipo de obediencia? John Piper responde esta pregunta diciendo: "Ese amor se trata de una respuesta del creyente a la belleza, la gloria, la grandeza, que el pecador redimido ahora percibe en Jesús y que antes no percibía. Cuando el Espíritu Santo obra en el pecador para traerlo a salvación, no solo le muestra la gravedad de su pecado, sino que también nos muestra el valor incomparable de nuestro gran Dios y salvador Jesucristo. Esa es la enseñanza de las parábolas "El tesoro escondido" y "La perla de gran precio" que encontramos en Mateo. Mateo 13:44 " Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. " El Espíritu Santo nos hace ver de tal manera el valor de Jesús que cuando nosotros preguntamos: "¿Qué tenemos que dar para tener una relación con Jesús?" la respuesta de las Escrituras es: "Toda tu vida". Pero Jesús es tan valioso que el verdadero creyente dice: "Eso es una ganga". Por tener a Jesús, ese hombre, va y vende todo lo que tiene y gozoso compra el campo. Mateo 13:45-46 " También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa , fue y vendió todo lo que tenía , y la compró. " Vamos a ver esto de una forma negativa para que comprendamos qué significa cuando Jesús dice "El que me ama". Juan 3:19 " Y esta es la condenación: que la luz (Jesús) vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. " ¿Ven como Juan usa la palabra amor aquí? ¿Qué significa que "los hombres amaron más las tinieblas que la luz? Eso significa es que los hombres del mundo prefieren las tinieblas antes que la luz. Ellos desean las tinieblas, es allí donde ellos desean estar, porque ellos aman las tinieblas. Lo que hace el Espíritu Santo, en el corazón de un pecador para que pueda ser salvo, es producir un cambio tan radical en el asiento de su personalidad, en el nuevo nacimiento, que ahora esta persona aborrece las tinieblas que antes amaba y ama al Jesús que antes rechazaba. De tal manera que ahora ese creyente prefiere a Jesús, desea estar en Jesús y se deleita en Jesús. Jesús viene a ser ahora el objeto primario de su gozo, de su alegría, de su satisfacción y precisamente por eso guarda sus mandamientos. Por eso es que es tan importante que nos empapemos de la palabra de Dios. Porque es a través de la palabra de Dios que nosotros conocemos cada vez más quién es Jesús, lo maravilloso que es Jesús, todo lo que Él hizo, hace y hará por nosotros. Es a través de Su palabra que nosotros adquirimos el conocimiento necesario para que cada vez estemos maravillados, sorprendidos, extasiados por quien es Jesús y de esa manera guardar sus mandamientos. Un comentarista dice: "Jesús no solo dice aquí que, el verdadero amor para con Él, se observa en la obediencia, aunque sin duda esto es así. Lo que Él está diciendo es que somos capaces de la verdadera obediencia a Jesús en virtud de una nueva relación para con Él." Significa esto que debido nuestro amor por Jesús ¿Los creyentes obedeceremos automáticamente todos sus mandamientos? No. Es una realidad que el pecado todavía mora en nosotros, no como una bomba desactivada o como un volcán apagado; la obediencia para el creyente es una lucha. La buena noticia es que no estamos solos en el campo de batalla. 3) Jesús nos promete la ayuda permanente del Espíritu Santo a través del cual el Dios trino viene a morar en nosotros. Juan 14:16-17 " Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. " Recordemos que lo que hacía que los discípulos estuvieran turbados esa noche es el hecho que Jesús les dice que se va. De manera que lo único que puede calmar la ansiedad sus corazones es saber que Jesús no los deja solos. Es precisamente lo que Jesús les está prometiendo aquí. Una palabra clave es: " Otro consolador ". En el idioma griego (que es un idioma muy preciso) hay dos palabras que se traducen como otro en español. Uno es la palabra griega ἕτερος "heteros" (de donde viene la palabra heterogéneo) y significa: otro de una clase distinta; otro de una clase diferente. Por ej.: El hombre y la mujer son heterogéneos; pertenecen a dos géneros distintos. Pero también está la palabra griega ἄλλος"allos" que quiere decir: otro de la misma clase; otro de mismo tipo. Y esa es la palabra que Jesús está usando aquí. El consolador que promete enviarnos es de la misma clase que Jesús. En otras palabras, no se trata de una fuerza misteriosa, sino de una persona divina. La tercera persona de la trinidad. Tan Dios como el Padre y el Hijo que viene a morar en nosotros como nuestro ayudador en lugar de Jesús. Juan 14:18 " No os dejaré huérfanos… " En otras palabras: No va a dejarnos solos, sin amor, sin ayuda, sin provisión, sin consuelo; sin alguien que los guarde, nos guíe, nos proteja como si fuera el Señor mismo. Jesús mismo vendrá a nosotros en la persona del Espíritu. Juan 14:19 " Todavía un poco, y el mundo no me verá más… " ¿Qué quiere decir esto? Que unas horas más tarde Jesucristo sería crucificado en una cruz, enterrado en la tumba de José de Arimatea y a partir de ese momento, ninguna persona del mundo volvería ver a Jesús hasta la segunda venida. Para ver a Jesús Dios tiene que transformarlo en un creyente. Juan 14:19 " … pero vosotros me veréis… " Aunque esta promesa se cumplió parcialmente cuando Cristo resucita y se aparece físicamente a los apóstoles, esta promesa es mucho más amplia: Juan 14:19 " … pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis… " Los discípulos sí tendrían el privilegio de ver a Jesús, porque debido a la resurrección de Jesús y de nuestra unión con Él, ahora disfrutamos de una nueva vida (en el nuevo nacimiento) que hace posible que nosotros podamos ver y experimentar a Jesús con los ojos de la fe. Juan 14:20 " En aquel día (después de la resurrección y de la venida del Espíritu Santo en el pentecostés) vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. " Los discípulos no entendieron muchas cosas de Jesús esa noche. Pero después de la venida del Espíritu (en el día de pentecostés) comenzaron a entender. Juan 14:21 " El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. " Nuestra relación con el Padre depende enteramente de nuestra relación con Jesús. Juan 5:23 " …que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. " Es completamente imposible tener una relación con Dios el Padre rechazando, al mismo tiempo, a Dios el Hijo. Pero debido a la obra del Espíritu Santo en nosotros, ahora los creyentes amamos al hijo, no con un amor perfecto, pero si con un amor sincero; y Dios el Padre, que tiene en el Hijo toda su complacencia, viene a morar gustosamente en todos aquellos que se complacen en Jesús. Juan 14:23 " Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará y vendremos a él, y haremos morada con él. " Entender lo que ese texto dice es como para ponerse a brincar en una silla. La palabra que se traduce como morada solo aparece una vez más en todo el evangelio de Juan. Juan 14:2 " En la casa de mi Padre muchas moradas hay… " De manera que lo que Jesús está diciendo aquí es que mientras nosotros estemos en este mundo en nuestro camino a la morada del Padre, en cierto modo, el Dios trino trae el cielo a nuestro corazón y hace una morada en nosotros. ¿Qué es el cielo? Es el lugar donde nosotros tenemos comunión con Dios; el cielo, se dice cielo, porque el Dios trino está allí y nosotros podemos tener comunión con Él. Lo que Jesús les está prometiendo a los discípulos es que va a traer el cielo hasta que nosotros lleguemos al cielo. Esta es la respuesta a la inquietud que nosotros planteamos al inicio del mensaje: "¿Cómo podemos tener comunión con un Salvador que no podemos ver, ni tocar? ¿En qué sentido podemos decir que tener a Jesús como nuestro amigo es la bendición más extraordinaria que un ser humano pueda llegar disfrutar? Porque Él mora en nosotros junto con el Padre por Su Espíritu dándonos toda la ayuda, todo el consuelo, todo el aliento, toda la dirección que nuestras almas necesitan, hasta que lleguemos sanos y salvos a nuestra morada celestial. El problema es que muchas veces no estamos tan conscientes de esa morada divina en nosotros. No estamos conscientes de que Jesús, a través del Espíritu, está haciendo algo. ¿Tú puedes recordar algún momento en que estabas atravesando por una circunstancia tan aflictiva que llegaste a pensar que nunca ibas a poder recuperarte de ese dolor? ¿Que nunca más ibas a poder disfrutar de tu vida cristiana? Hay momentos en que nosotros estamos sumidos en una tristeza tan profunda que literalmente sentimos que el corazón está a punto de estallar en mil pedazos y nosotros miramos hacia adelante y no vemos en el horizonte ni un rayito de luz. ¿Te has sentido alguna vez así? Sin embargo nos volvemos a levantar y experimentamos de nuevo el gozo de nuestra salvación a pesar de todas las aflicciones que todavía seguimos encontrando en el camino. ¿Sabes de dónde viene ese consuelo? Esa es la obra misteriosa del Espíritu Santo en nuestro corazón. Ese es Jesús, nuestro amigo, obrando en nosotros por Su Espíritu. ¿Has pensado en todas las veces que tú has sido tentado a lo largo de toda tu vida cristiana, aún en esta misma semana, y cuantas veces has podido resistir la tentación o cuantas veces has experimentado convicción de pecado después de haber caído, impidiendo así que tu corazón continúe endureciendo y termines apostatando de la fe? ¿Alguna vez te has sentido tan desalentado que has llegado a preguntarte si de verdad vas a poder llegar a mantener fiel y firme hasta el fin, pero luego te das cuenta que sería una verdadera locura apartarse del Señor y decides seguir corriendo la carrera confiando en el poder de Su gracia y no en tu propia capacidad de perseverar? ¿De dónde vino ese chispazo de cordura? O ¿Cuántas veces has estado leyendo la biblia y de repente entiendes un texto bíblico como nunca antes lo habías entendido y, por si todo eso fuera poco, resulta que la enseñanza de esa porción bíblica era precisamente lo que tu alma necesitaba en ese momento? ¿Sabes por qué suceden esas cosas? ¡Porque Jesús no nos ha dejado huérfanos! Él mora en nosotros por su Espíritu. Él está allí a nuestro lado en todo momento, en toda circunstancia, dándonos consuelo, ayuda, fortaleza. Esa es la idea de la palabra griega parakletos , que se traduce como Consolador. ¿Qué significa esa palabra griega? Significa: Uno que es llamado al lado del otro para darle toda la ayuda que necesita. Para: alado. Kletos: llamar. Él es llamado alado. Cuando los Padres enseñan a sus hijos a montar en bicicletas. Primero que hacen es darle una bici con rueditas. Luego le sacamos la rueditas, pero todavía lo agarramos del sillín. Hasta que llega ese gran momento en que ya pueden montar solos. Pero los padres se mantienen a su lado, corriendo, diciéndoles: ¡Mira para adelante! ¡Dale a los pedales! Y si se caían, los padres le levantaban y le decían: ¡Sigue intentándolo! Eso es lo que Dios hace en cada creyente, con la diferencia de que nunca aprenderemos a montar tan bien la bicicleta de la vida cristiana para que Él nos deje solos. Mateo 28:20 " … he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. " ¡Qué promesa más impresionante! Jesús nos rescató de la esclavitud en que nos encontramos cuando estábamos en el mundo para que podamos disfrutar ahora de ese tipo de relación con Él. Unos minutos antes, Cristo le había advertido a Pedro que le negaría tres veces y, debemos de suponer, que eso tuvo un impacto en el resto de los discípulos. Si una persona de convicciones tan firmes como Pedro terminaría negando al Señor ¿Que se podría esperar de ellos? Sobre todo en la perspectiva de que Jesús les dice que se va. Pero Jesús les dice en esa situación: "Yo no pienso dejarlo solos; yo vendré a morar en ustedes y tendré una relación de amor tan especial, que hará posible que ustedes guarden mis mandamientos. Si me amáis, guardareis mis mandamientos." Algunas personas parecen pensar que todo lo que se requiere del cristiano es: Que ame a Jesús y que eso le exime de guardar sus mandamientos. Pero eso no es lo que vemos en este pasaje. La clase de amor que Jesús está describiendo aquí, más bien, capacita al creyente a guardar sus mandamientos. Y lo hacemos como esas llamadas a la novia. 2 Corintios 5:14-15 " Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. " Nosotros amamos a Jesús. El mora en nosotros por Su Espíritu como nuestro ayudador permanente y eso es lo que hace posible la obediencia del cristiano. Como dice un comentarista: "Solo cuando el Espíritu de Dios viene para darnos comunión con el Padre a través del Hijo se hace realidad la obediencia que Dios exige". Es por eso que la partida física de Jesús iba a traer como resultado una comunión más íntima, más cercana. ¿Ustedes recuerdan lo que sucedió en Marcos 2 cuando un grupo de personas trajeron un paralítico para que Jesús lo sanara? Dice que era tan grande la multitud que no podían entrar a donde estaba Jesús. Si Jesús estaría aquí físicamente sería un problema. Nosotros no tenemos ese problema porque Jesús mora por nosotros en Su Espíritu y está disponible la 24 hs del día, los 365 días del año, hasta que lleguemos a su presencia. Pero recordemos que esta promesa no es para todo el mundo. Ese privilegio lo disfrutan únicamente aquellos que han venido a Cristo en arrepentimiento y fe. Juan 14:24 " El que no me ama, no guarda mis palabras… " Como dijimos en el estudio anterior el creyente no debe ser digno de lástima. Nosotros somos las personas más privilegiadas del planeta porque nosotros tenemos a Jesús.