La HELIEA era el gran tribunal judicial de Atenas.Fué el lugar en donde se juzgó a Sócrates. Conocía de todos los asuntos que no fueran de homicidio ni implicaran delitos de los funcionarios del estado (estos eran enjuiciados por la Bulé). Los delitos muy graves contra el Estado los juzgaba la Asamblea popular. En cuanto al homicidio, la principal audiencia criminal era el Areópago, ante el que comparecían los acusados de homicidio premeditado (consumado o no), así como los de incendio provocado que pusiera en peligro vidas. El Areópago estaba facultado para imponer la pena de muerte por asesinato, o el destierro con confiscación de bienes en los casos de delitos menores. Plano ágora El Pécile ocupaba una ubicación privilegiada en el linde septentrional del ágora, orientado a la Vía Panatenaica y a la Acrópolis. Brindaba protección contra el viento norte y el sol de mediodía en verano, y recogía la mayor parte del sol invernal. Se erigió al poco tiempo de la retirada de los persas. Tenía por fachada una columnata dórica simple, mientras que en su interior una fila de columnas jónicas soportaban la cubierta. Este soportal debe su nombre (poikile significa pintado) a la serie de obras colgadas en las paredes,ejecutadas sobre grandes paneles de madera por los tres grandes pintores atenienses del momento, Polignoto, Micón y Paneno. Representaban los principales hechos de armas de Atenas. Plano ágora Estoa de Zeus. Unos 40 años despues de la construcción del Pécile se construye en el ágora otra Estoa dedicada, en este caso, a Zeus Eleuterio (defensor de la libertad y la integridad del pueblo) y que estaba situada al lado de la Estoa real. Plano ágora Las Estoas (En este caso se trata de la Estoa sur) formaban una parte esencial del ágora ateniense. Bajo sus soportales, y, trás sus columnatas, se reunían los amigos a conversar, se cerraban tratos comerciales y se transmitían ideas filosóficas. No se puede olvidar que el nombre de los estoicos provenía precisamente de ahí. Plano ágora Las Estoas (En este caso se trata de la Estoa Real) formaban una parte esencial del ágora ateniense. Bajo sus soportales, y, trás sus columnatas se reunían los amigos a conversar, se cerraban tratos comerciales y se transmitían ideas filosóficas. No se puede olvidar que el nombre de los estoicos provenía precisamente de ahí. Plano ágora El Templo de Hefesto, situado en la colina Kolonos Agoraios, dominaba los principales edificios públicos del ágora ateniense. Plano ágora La colina Kolonos Agoraios era algo más baja que la Acrópolis y estába situada al oeste del ágora. En ella se encontraba situada el Templo de Hefesto. Plano ágora El altar de los 12 dioses se encontraba situado en el recinto situado delante de la Estoa de Zeus y la Estoa real. La Vía Panatenaica pasaba junto a ellos hacia las puertas del Dipilon y Sacra. El Monumento de los Heróes Epónimos fue erigido en honor de los heróes que dieron su nombre a las diez tribus establecidas por Clístenes en el 508-7 antes de Cristo. En la base del monumento, bajo el heróe correspondiende, se colocaban avisos destinados a los miembros de esa tribu. Tambien se ponían anuncios de carácter más general. El Monumento se encontraba enfrente a la Heliea. Aunque los tribunales principales de Atenas eran la Heliea, la Asamblea popular y el Consejo del Areópago, existían otros muchos TRIBUNALES. Por ejemplo, en el Paladion se juzgaba el homicidio involuntario. La pena máxima que podía imponer este tribunal era el destierro. Tambien existía un tribunal que procesaba a ciudadanos que, encontrándose en el exilio por haber cometido un homicidio involuntario, cometían un asesinato en primer grado. El juicio se celebraba junto al mar; el acusado se defendía desde una barca. Existía tambien un tribunal religioso que se reunía en el exterior del Pritaneo. Se encargaba de purificar al Estado por delitos cometidos en la ciudad por autores desconocidos. Lo prisidía el arconte-rey y la sentencia condenatoria recaía sobre un animal, o sobre el objeto causante de la muerte, y lo arrojaban al exilio. El ÁGORA ateniense era el centro político, comercial y judicial de Atenas. Aquí estaban los puestos de los comerciantes, pero tambien los edificios públicos y los tribunales. Tambien era la sede de las Stoas o soportales, lugares de reunión y discusión filosófica. En las guerras contra los persas éstos destruyeron casi la mayor parte de los edificios del agora. Pero tales edificios eran esenciales para los atenienses, de ahí que comenzaran su restauración. Así, por ejemplo, el Buleterion (boulé), que era la sede en se reunía el Consejo de los 500 fue reparado inmediatamente y funcionó durante 60 años, hasta que se construyó uno nuevo. Tambien se restauró la Estoa real, en la esquina noroeste del ágora. Lo mismo se hizo con el gran tribunal popular (Heliea) situado al lado de la Stoa Sur y con la Ennea Krounos (fuente de los 9 caños). Pero tambien se construyeron edificios nuevos, como sucedió con el Pécile que acabaría por convertirse en la Estoa más famosa. Todavía 40 años más tarde se construiría la Stoa dedicada al Zeus Eleuterio. La Acrópolis de Atenas El Partenón es un templo dórico dedicado a Atenea Parthenos, diosa griega de la sabiduría, situado en el lugar más destacado de la Acrópolis de Atenas. Se construyó en el siglo V antes de Cristo, a partir de los proyectos de los arquitectos Ictinos y Calícrates, aunque su concepción suele relacionarse con el escultor Fidias. Los especialistas consideran que el Partenón es uno de los edificios más importantes de la historia y la obra culminante de la arquitectura griega.El arte giego había heredado mucho de civilizaciones anteriores, especialmente de Egipto, y su evolución coincidió con el cambiante espíritu de cada época. En la edad de oro de Atenas alcanzó tan elevado grado de perfección que desde entonces el mundo lo ha considerado como paradigma y lo ha calificado como clásico.asta levantar la mirada desde cualquier punto de Atenas para ver la majestuosidad de la Acrópolis. El Partenón y sus monumentos recuerdan la grandeza de un pueblo que irradió su cultura por todo el mundo occidental. Acrópolis (Akropolis): En las ciudades antiguas, recinto fortificado en un lugar elevado, refugio de la población en caso de peligro y en el que, generalmente, se hallaban los santuarios de las divinidades protectoras de la ciudad. En griego significa "ciudad santa". Entre las más famosas, cuyos restos se conservan, cabe citar la de Pérgamo, magnífico ejemplar helenístico (siglo III a. C.) y, sobre todo, la de Atenas. en la colina donde ésta se asienta, quedan vestigios prehelénicos y de la acrópolis arcaica de los siglos VII-VI a. C., como el templo de Hecatómpedon. Arrasada por las guerra Médicas, Pericles decidió su reconstrucción (segunda mitad del siglo V a. C.), que dirigió Fidias con la colaboración de numerosos arquitectos y escultores. Así se alzaron el Partenón, obra cumbre del arte griego (dórico), el Erecteión (Jónico), el pequeño y armonioso templo de Niké Áptera (jónico) y los Propileos, especie de pórticos unidos (dórico el exterior y jónico e interior). A los pies de la Acrópolis, en tiempos helenísticos y romanos, fueron levantados, aprovechando las condiciones naturales del terreno y con decoración arquitectónica fija, los teatros de Dioniso, epidauro y Megalópolis. También el odeón (teatro destinado a audiciones musicales) de Herodes Ático. La ocupación turca causó estragos irreparables. Con ocasión de las luchas por la independencia griega, Lord Elgin la despojó de la mayor parte de sus relieves, que hoy se exhiben en el British Museum de Londres. Desde finales del siglo XIX se llevan a cabo campañas de excavación y restauración de la acrópolis ateteniense, que han logrado rescatar el más admirable conjunto artístico de la Grecia clásica. Atenas: Ciudad de la antigua Grecia, capital del actual nomo de Ática y, desde 1835, de la Grecia independiente. La Gran Atenas tiene unos 5 millones de habitantes. Centro administrativo, fabril e intelectual. Universidad. Atenas fue durante la antigüedad un foco principalísimo de las ciencias y las artes. Alcanzó su máximo esplendor en el siglo V a. C., época en que dominaba todo el Mediterráneo. Sucumbió a la dominación romana (146 a. C.) y posteriormente fue conquistada por los godos, los hérulos y Alarico (396). Los almogávares la integraron en la Corona de Aragón, para volver a dominio bizantino en 1838. Perteneció al imperio turco desde 1458. Cáucaso: Sistema montañoso que se extiende de SE. a NO. entre el mar Caspio y el mar Negro. Es una de las cordilleras mayores del mundo y forma el límite tradicional entre Europa y Asia. Es de origen terciario y está compuesta por granitos, esquistos y gneis. El núcleo central o Gran Cáucaso, comprendido entre Bakú y Sotchi, tiene una longitud de 1000 km. y en él se hallan los puntos culminantes del sistema, en los antiguos volcanes de Elbruz, con 5633 m. y el kazabek, con 5043 m. El Pequeño Cáucaso, paralelo al anterior y separado por el valle del Jura, alcanza su altitud máxima de 4095 m. en el Alaghez. El subsuelo es rico en minerales, petróleo, hierro, manganeso, bauxita, plomo, cinc y plata. Abundan los bosques. La región está poblada por antiguas comunidades integradas por tipos étnicos característicos, que han perdurado hasta hoy pegados a sus ancestrales costumbres. Queda comprendido en su totalidad dentro de la antigua URSS. Creta: Isla griega del Mediterráneo, situada al sur del Peloponeso y del mar de Creta. Extensión: 8.331 km.2; población: 502.165 hab. aprox. Capital, Jania (La Canea) Cereales, vid, olivo, agrios, tabaco; ganado ovino y cabrío; industria alimentaria; fabricación de alfombras. En esta isla se desarrollaron, muchos siglos antes de Cxristo, importantísimas culturas que la arqueología moderna ha ido descubriendo. hacia el segundo milenio se originó la cultura minoica, cuyo foco fue Knosos; los cretenses ejercieron la talasocracia (supremacía marítima o poderío naval de un Estado sobre los restantes) en todo el Mediterráneo hasta que, en el 1400 a. C., llegaron a la isla los aqueos. Posteriormente fue provincia del Imperio romano, sarracena, bizantina y veneciana. En 1645-1669 fue reconquistada por los turcos, hasta que en 1908 la isla declaró su anexión a Grecia. La antigua historia de Creta es aún poco conocida, pero lo suficiente como para percatarse de la considerable importancia que tuvo. Durante mucho tiempo los escritos conservados no habían podido ser descifrados, fue a partir de 1953 y gracias a los trabajos de Ventris cuando el alfabeto cretense más reciente pudo interpretarse. Arte: Del 4000 al 1200 a. C. se desarrolló la cultura cretense o minoica. Entre 2000 y 1700 a. C. se edificaron los palacios de Cnosos, Faistos y Mallia, y se configuró la cerámica Kamares. Entre 1700-1400 a. C. se crean los palacetes de Hagia Triada y el de Gournia, y la pintura al fresco alcanza su máximo esplendor. A partir del 1400 a. C. entra en una fase de deecadencia hasta ser absorbida por Micenas. Delfos: Antigua ciudad de Grecia, emplazamiento del famoso oráculo del dios Apolo, situada en la ladera suroccidental del monte Parnaso, en la región de Fócida, a 9,5 km del golfo de Corinto. Considerada por los antiguos griegos el centro de la tierra, Delfos fue sede del oráculo de la diosa de la tierra Gaya. Según la leyenda, Apolo derrotó a la monstruosa serpiente Pitón, que custodiaba a Gaya y la expulsó del santuario, el cual después compartió con el dios Dionisio. Los sacerdotes délficos desarrollaron un complicado ritual, centrado en la sacerdotisa principal llamada Pitia. Sus manifestaciones eran consideradas las palabras de Apolo y el oráculo era consultado tanto por ciudadanos particulares como por oficiales públicos. El camino sagrado al templo estaba alineado con ricas casas construidas con las ofrendas dadas por las ciudades estado griegas. La ciudad de Delfos, que en un principio era una dependencia de la ciudad focense de Crisa, más tarde se unió a la Anfictionía, que tenía como uno de sus objetivos proteger el templo de Apolo en Delfos, el cual patrocinó los juegos píticos (de Pitia). Cuando Fócida exigió tributo a los peregrinos del oráculo, la Liga Anfictiónica destruyó Crisa en la primera Guerra Sagrada (595 a.C.). En el 480 a.C. fracasó un ataque persa a Delfos debido a un terremoto atribuido a Apolo. Los focenses (habitantes de Fócida), que se habían apoderado de nuevo de Delfos y de sus tesoros en el 356 a.C., fueron derrotados en el 346 a.C. por el rey Filipo II de Macedonia en la tercera Guerra Sagrada. Hacia finales de ese mismo siglo, la Liga Etolia controló Delfos. La riqueza de la ciudad la convirtió en objetivo de sucesivos ataques, incluida la incursión de los celtas el 279 a.C. Tras la conquista romana de Grecia y sobre todo con la expansión del cristianismo, Delfos decayó. La mayoría de su arte y tesoros fueron confiscados por los romanos, en particular por el emperador Nerón, quien se llevó 500 estatuas. Sin embargo, el oráculo continuó hasta el 390 d.C., año en que lo cerró el emperador Teodosio I. La ciudad fue finalmente ocupada por la ciudad de Kastri. En 1891 Kastri fue trasladada, el enclave recibió el nombre de Dhirfis (Delfos) y en 1892 comenzaron las excavaciones del emplazamiento. Los descubrimientos incluyen templos, el gran altar, un estadio, los muros de la antigua ciudad y edificios considerados ofrendas con inscripciones de himnos a Apolo. El emplazamiento contiene más de cuatro mil inscripciones que proporcionan una valiosa información sobre la antigua Grecia. Delos: Grupo del archipiélago griego de las cícladas en el mar Egeo. Los forman dos islas: Delos Megalé de 17 km.2 y Delos Mikra, de 5 km.2. La mitología griega situó en Delos Mikra el nacimiento de Apolo y de Artemisa, por lo que la isla se convirtió en uno de los principales lugares de culto de ambas divinidades. En su honor, todos los años, al acercarse la primavera, tenían lugar grandes fiestas, que congregaban a numerosos peregrinos venidos, principalmente, de ls ciudades jonias. Desde 477 a. C. fue sede de la confederación promovida por Atenas, cuyo tesoro custodió hasta 454 a. C. (V CONFEDERACIÓN ATENIENSE o LIGA DE DELOS). Ese mismo año hubo de someterse a la soberanía de Atenas, de la que no logró liberarse hasta 314 a. C. Algún tiempo después, gracias a un activo comercio con todos los países ribereños del Mediterráneo, se abrió para ella un largo periodo de esplendor. En 166 a. C. Roma la conquistó, para cederla poco más tarde a Atenas, a condición de que hiciese franco su puerto. Desde esos años hasta las primeras décadas del siglo I a. C. canalizó buena parte del tráfico de esclavos entre Oriente e Italia. Durante la primera guerra entre Roma y Mitrídates VI del Ponto (88-85 a. C.) los saqueos y destrucciones infligidos a la isla por los dos bandos en contienda pusieron fin a su prosperidad. Tiene un inmenso conjunto de ruinas: santuarios, gimnasio, estadio, palestras y ágoras. Restos del templo de Apolo, de Artemisa y del santuario de los Toros. En el monte cinto se hallan los restos del santuario de Serapis, de los Cabiros, de Hera y en la misma cumbre las ruinas de los templos de Zeus y de Atenea. Alrededor del teatro existen algunas casas pavimentadas con mosaicos, modelos de viviendas de la época helenística. El Museo de Atenas conserva numerosas obras de arte procedentes de Delos: estatuas femeninas y masculinas, como la Artemisa de Nikandré, la Niké alada de Arquermo y la copia del Diadúmeno. Esparta: Ciudad de Grecia, capital del nomo (departamento) de Laconia, unos 13000 habitantes. Ciudad estado de la antigua Grecia, en el Peloponeso. Era la ciudad más importante del Peloponeso durante la antigüedad, situada en la orilla derecha del río Eurotas, a 32,5 km. del mar, en las laderas del monte Taigeto. La antigua ciudad, incluso en sus días más prósperos, sólo era un grupo de cinco pueblos con casas simples y algunos edificios públicos. Los pasos que conducían al valle del Eurotas se defendían con facilidad y Esparta no tuvo murallas hasta finales del siglo IV a.C. Los habitantes de Esparta estaban divididos en ilotas (esclavos), quienes realizaban todos los trabajos agrícolas; periecos, una clase sometida de hombres libres pero sin derechos políticos, que principalmente eran comerciantes; y los ciudadanos espartanos (homoioi o iguales), la clase gobernante política y militar, descendientes de los dorios que invadieron la zona en el 1100 a.C. La base de la grandeza espartana se atribuyó a la legislación de Licurgo, pero lo más probable es que fuera resultado de las reformas introducidas hacia el 600 a.C. En el siglo VII a.C., la vida en Esparta era similar a la de otras ciudades griegas, florecieron el arte y la lírica. Desde el siglo VI a.C. en adelante los espartanos acrecentaron su austeridad y rigidez militar, de forma que toda su disciplina estaba dirigida a la guerra. Así, no se permitía que un niño con defectos físicos sobreviviera; los niños comenzaban su instrucción militar a la edad de siete años y entraban en filas a los veinte. Aunque podían casarse, estaban obligados a vivir en los cuarteles hasta los treinta años; desde los veinte años hasta los sesenta, todos los espartanos tenían que servir como hoplitas (soldados de a pie) y comer en la fiditia (comedor público). Las primeras luchas de Esparta fueron contra Mesenia, en el suroeste del Peloponeso, y Argos, una ciudad localizada en el noreste de dicha península. La primera guerra contra Mesenia terminó hacia el 668 a.C. con la derrota de los dorios, la mayoría de los cuales fueron reducidos a la calidad de ilotas. Por lo general, vencieron a los descendientes de los aqueos y a los dorios de Argos en las guerras que mantuvieron con ellos. Con su disciplina severa, se convirtieron en una nación de guerreros decididos y osados, capaces de un patriotismo abnegado, como demostraron los 300 héroes de las Termópilas, cuando en ese desfiladero perecieron las tropas del rey espartano Leónidas I enfrentadas a los persas (480 a.C.), pero incapaces de adoptar un programa político y económico sensato, debido a la peculiar configuración autoritaria y poco representativa de la sociedad y el poder político espartano, todo ello agravado por el siempre presente enfrentamiento con las sucesivas revueltas de los ilotas. La guerra del Peloponeso, iniciada en el 431 a.C., transformó la rivalidad latente entre Atenas y Esparta en conflicto abierto. La derrota de Atenas en el 404 a.C., condujo a la consolidación de la hegemonía espartana sobre los estados griegos, pero los ejércitos de Tebas, a las órdenes de Epaminondas, privaron en el 371 a.C. a Esparta de su poder y de sus adquisiciones territoriales, reduciendo su territorio a las fronteras originales. Más tarde, Esparta se convirtió en parte de la provincia romana de Acaya y parece ser que prosperó durante los primeros siglos del Imperio romano. Los visigodos, dirigidos por su rey Alarico I, destruyeron la ciudad en el 396 d.C. Estige: La Estige es un río del mundo subterráneo; según Hesíodo, fue hija del Océano y Tetis. En la Gigantomaquia, Estige junto con sus hijos (Zelos, Niqui, Cratos y Bia) ayudaron a los dioses del Olimpo y especialmente a Zeus para conseguir la victoria. Por esta ayuda inestimable fue recompensada por Zeus con el honor de que los dioses prestasen juramento en su nombre. Es más, cuando un dios iba a prestar juramento por las aguas de Estige, Zeus mandaba a Iris que trajera del río del mismo nombre un cántaro lleno de aquellas aguas sagradas hasta el mismísimo Olimpo. Estige es también el nombre de una fuente en Arcadia, que tiene muchas cualidades benéficas. Gortina: Antigua ciudad de Creta situada en la llanura de Messara. Las excavaciones han proporcionado abundantes ruinas de teatros, ninfeos, termas y templos. Grecia (Ellas): Este de europa meridional; República parlamentaria; situada entre Albania, ex-Yugoslavia, Bulgaria y Turquía. Bañado por el mar Jónico al oeste, por el Mediterráneo al Sur y por el mar Egeo al Este. Comprende un sector de la península Balcánica, la gran isla de Creta, las islas Jónicas (Corfú, Cefalonia, Zante) y las islas del mar Egeo (cíclada y Esóradas). Es un país muy montañoso, destaca entre sus alineaciones la cordillera del Pinto (altura máxima Smolikas, 2637 m.), que se prolonga al Sur con las cadenas del peloponeso. Ríos cortos y torrenciales. Clima mediterráneo, costas muy recortadas. País en vías de desarrollo, tiene un 34% de su población activa empleada en la agricultura. El capítulo ganadero se resiente del desequilibrio entre el ganado vacuno y unas cabañas ovina y caprina mucho más nutridas. Un aprovechamiento forestal es el de la resina. La pesca constituye una riqueza importante. Del subsuelo se extrae una gama de productos variados (lignito, hierro y piritas, cinc, plomo, bauxita, etc.). La industria, poco desarrollada, se basa en los ramos textil, de cuero y alimentario. En los últimos años han surgido grandes plantas siderometalúrgicas, químicas y refinadoras del petróleo. Hay minorías búlgaras, macedonias, turcas y armenias. Los griegos propiamente dichos representan alrededor del 97 %. Lengua: el griego. Religión: cristiana ortodoxa, grupos musulmanes (la minoría búlgara). Capital: Atenas. Ciudades importantes: Salónica, Patrás, Candia, Larisa. Población: 10.451.000 Superficie: 131.944 Km2. Historia Antigua: Los primeros vestigios prehistóricos remontan al peleolítico. La esplendorosa civilización helénica, que puso los cimientos de la occidental, estuvo precedida por la cicládica, en las islas del Egeo, la cretense o minoica en Creta y la micénica en la parte continental (invasión de los aqueos, s. XV a. C.). A mediados del siglo XII a. C., tuvieron lugar las invasiones dorias. El país se fraccionó en ciudades-estado utónomas e independientes (polis -polis), cuya evoluciòn reflejó las cambiantes relaciones de fuerza entre los grupos sociales. Pronto despuntaron Atenas, donde triunfó desde el siglo VI a. C. la democracia, y Esparta, militarista y oligárquica. Estas polis griegas olvidaron sus diferencias para hacer frente en el siglo V a. C. a un enemigo común, los persas, en las guerras médicas. Tras ellas, Atenas se convirtió a dirección de Pericles en el centro intelectual y político del mundo helenico. El inevitable conflicto hegemónico con Esparta se dirimió en la guerra del Peloponeso (431-104 a. C.), resuelta a favor de los espartanos. Pero contra ellos se levantó poco después un movimiento dirigido por Tebas, ciudad que pese a sus exitos militares no supo consolidar tampoco su primacía. En el siglo IV a. C. la polis clásica se derrumbó y Grecia cayó bajo la dominación de la monarquía macedónica. Las conquistas de Alejandro Magno expandieron el helenismo hasta los confines del antiguo imperio persa (en el Indo) y en Egipto. En el año 146 a. C. el territorio griego pasó a poder de Roma, y cuando el imperio romano quedó dividido, se le incluyó en el ámbito de Bizancio. Arte y literatura antiguas: A las civilizaciones prehelínicas (cretense, micénica) siguió una decadencia artística larga de unos tres siglos, hasta la aparición del estilo geomético (900-750 a. C.), considerado como el inicio del período arcaico (900-480 a. C.). La arquitectura se afianzó a partir del siglo VII a. C. con el florecimiento del estilo dórico y posteriormente del jónico. Un tercer estilo, el corintio, se afirmó en el período llamado clásico (480-323 a. C.). Se levantaron entonces grandes edificios civiles (teatros, palestras), pero sobresaliendo ante todo la consturcción del Partenón ateniense, célebre por su friso, y el Pórtico de las Cariátides. la escultura rompió el esquematismo anterior y alcanzó la armonia perfecta entre las distintas proporciones del cuerpo humano. En la pléyade de artistas destacaron Fidias, Mirón y Plicleto, los dos exaltadores del desnudo femenino, Prasíteles y Escopas, y los pintores Apeles y Lisipo. El período helenístico (323-30 a. C.) representó la consolidación de las conquistas artísticas anteriores, con un denominador común de eclecticismo. La primera obra maestra literaria de la Grecia clásica es la de Homero (siglo VIII a. C.), el cual suscitó numerosos epígonos con los poemas épicos de la Ilíada y la Odisea. En la poesía religiosa destacaron hesíodo, Calímaco y Píndaro; en la lírica, Safo. El gran género literario fue la tragedia, llevada a sus cimas por Esquilo, Sófocles y Eurípides. La comedia culminó con Aristófanes y, ya en el período helenístico, con Menandro. Icaria: La isla de Icaria tuvo su nombre por Ícaro. Es una hermos isla del Egeo Oriental y Septentrional. Fue habitada por los jónicos a finales del siglo IX a.C. Ida: Monte de Grecia, en la isla de Creta. Altitud: 2456 m. Según la leyenda allí fue criado Zeus por las ninfas. Micenas: Antigua ciudad situada en la llanura de la Argólida, en Grecia, que dio su nombre a la cultura (micénica) que se desarrolló en el continente griego durante la edad del bronce. Las ruinas de la ciudad están cerca de la actual localidad de Micenas. Otros centros importantes de la cultura micénica fueron Tirinto y Pilos. Homero llamó aqueos a los micénicos en la Iliada y la Odisea, quienes es posible que se identificaran con los pueblos que llegaron a Grecia hacia el 2000 a.C., como parte de la migración indoeuropea. Su lengua, un antiguo dialecto griego, se reproducía en una escritura conocida como lineal B. Hacia el 1400 a.C. parece ser que Micenas conquistó Cnosos, en Creta, para convertirse en el centro de la civilización del Egeo. Hacia el 1200 a.C. los micénicos, al parecer bajo el rey Agamenón, de la casa de Atreo, eran unos de los principales participantes en la guerra de Troya, cuya duración y amplitud sin duda exageró Homero en la Iliada. Poco después, la supremacía de Micenas llegó a su fin, quizá debido a la rivalidad interestatal agravada con la invasión, en el siglo XII a.C., de otro pueblo griego, los dorios, procedentes del norte. La ciudad, aunque más tarde habitada de nuevo, no recuperó su antiguo esplendor. Hacia el 468 a.C. los habitantes de Argos sitiaron y destruyeron la ciudad, que no volvió a ser reconstruida. Las ruinas de Micenas incluyen las ciclópeas, poderosas murallas llamadas así porque se creyó que las habían construido los gigantes epónimos; la famosa Puerta de los Leones y las tumbas excavadas entre 1876 y 1878 por el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann, y que por error se identificaron con el tesoro de Atreo y la tumba de Clitemnestra. Olimpo: El Olimpo, el monte griego más alto situado en Macedonia, era el lugar donde vivían los dioses de Olimpo y antes que nada donde estaba el trono de Zeus. Según Homero, en aquella morada divina en los aposentos de los dioses tomaban lugar escenas realmente únicas. Ser recibido, o aún más, permanecer algún tiempo en el Olimpo era un gran honor incluso para los dioses. El semidiós Hércules fue recibido allí como muestra de la alta consideración de los dioses a su persona. Oráculo: Respuesta en forma de consejo o de profecía que, especialmente durante la antigüedad griega y romana, daba una deidad después de que le fuera formulada alguna consulta; también, por extensión, el lugar en el que el pueblo consultaba a sus deidades. En el antiguo mundo griego había muchos de esos lugares, los más destacados de los cuales se hallaban en Delfos, Dídimo (en la costa de Asia Menor), Dódona (en Epiro) y Olimpia. La respuesta del dios se podía obtener de diversas formas; en Delfos a través de una sacerdotisa en trance; en Dódona a través de la interpretación de las señales que producía el tintineo de una caldera golpeada por una cadena que se movía con el viento, o mediante el sacrificio de animales. El Oráculo de Zeus era el más antiguo de los oráculos griegos, y estaba en Dodona. Se estableció así: dos palomas negras emprendieron el vuelo en Tebas, Egipto. Una voló hasta Dodona, en Epiro, se posó en un bosque de robles y proclamó en lenguaje humano, a los habitantes de aquella provincia, que debían establecer allí un oráculo dedicado a Zeus. La otra paloma voló hasta el templo de Júpiter Amón en el oasis libio y dio allí un mensaje similar. El Oráculo de Apolo era el más famoso de Grecia, y estaba situado en Delfos. Se venía observando desde hacía mucho que las cabras que pastaban en el Parnaso sufrían convulsiones cuando se acercaban a una hendidura que se abría en la ladera de la montaña. Esto se debía a ciertos vapores que se desprendían de la caverna y cuyos efectos experimentó cierto pastor sobre sí mismo. Al inhalar este aire enrarecido el pastor se vio igual de afectado que el ganado, y como los habitantes de Delfos no sabían a qué se debía realmente, creyeron que era por intervención divina y construyeron el oráculo. La sacerdotisa o Pitonisa, se sentaba en un trípode que estaba situado encima de la hendidura, respiraba el aire y lo que decía era interpretado por los sacerdotes. El Oráculo de Trofonio estaba en Lebadea, Beocia. Trofonio y Agamedes eran hermanos y unos arquitectos muy notables, que construyeron el templo de Apolo en Delfos y un edificio para el tesoro del rey Hyrieus. Colocaron en el muro de este edificio una piedra que se movía de tal forma que la podían sacar todas las noches y robar el tesoro de ese rey. El rey puso una trampa para atrapar a los ladrones y en ella cayó Agamedes. Como Trofonio no quería que se supiese quién era el ladrón, ya que luego darían con él, le cortó la cabeza a su hermano y se la llevó para que el rey sólo descubriese el cuerpo. Se dice que Trofonio fue tragado por la tierra. En una ocasión hubo una gran sequía y el dios de Delfos envió a los beocios a Lebadea en ayuda de Trofonio. Llegaron allí, pero no había ningún oráculo, así que lo hicieron sobre una grieta que les habían mostrado unas abejas. Las personas que se acercaban a consultar el oráculo debían hacer antes de entrar unas ceremonias. Para entrar tenían que ir por un pasadizo estrecho y tenía que ser de noche. Para salir debían salir andando de espaldas y cuando reaparecía la persona tenía un aspecto melancólico y abatido. Por eso cuando alguien está desalentado se dice que parece venir del oráculo de Trofonio. El Oráculo de Esculapio estaba en Epidauro. Allí acudían los enfermos que esperaban recobrar su salud durmiendo en el templo. Las serpientes estaban consagradas a Esculapio, probablemente por la superstición según la cual estos animales recuperan su juventud cuando cambian la piel. El Oráculo de Apis estaba en Menfis. El toro sagrado Apis respondía a aquellos que lo consultaban aceptando o rechazando lo que le ofrecían. Si el toro se negaba a comer de la mano del que le preguntaba, se consideraba como un signo desfavorable y todo lo contrario cuando aceptaba la comida. Se cree que los oráculos paganos dejaron de contestar (según los antiguos escritores cristianos) cuando nació Cristo y ya no volvió a oírseles después de esa fecha. Peloponeso: Península del Sur de Grecia, bañada por el jónico y el Egeo; 21379 km2, 1.012.500 habitantes aprox. (datos de 1990), capital: Patrías; ciudad principal: Kalamata. Relieve accidentado (Taigeto, 2407 m.). Ríos: Eurotas y Alfeiós. Cereales, vid, olivos. Ovinos, caprinos. Industria alimentaria, textil, manufacturera, tabaquera, de la construcción. Fue ocupada por jonios, aqueos y dorios. Éstos últimos fundaron Esparta (siglo IX a. C.). Sidón: Antigua ciudad portuaria de Fenicia que ocupaba el lugar en el que se halla situada la actual Sayda (Líbano). Según Herodoto fue fundada antes del 2750 a. C. y constituyó una de las principales bases navales de los faraones egipcios hasta que fue invadida por los Pueblos del Mar (siglo XIII a. C.) y los filisteos (1100-1090 a. C.). Hacia el siglo X comenzó a perder importancia en favor de Tiro. Sublevada contra Asiria a la muerte de Senaquerib, fue conquistada por Asaradón en el 676 a. C. Fue la capital de la satrapía de Fenicia con los aqueménidas. Sublevada de nuevo contra Artajerjes III, fue incendiada en 334 a. C. Recibió favorablemente a Alejandro Magno y le proporcionó naves para el asedio de tiro. Convertida posteriormente en colonia romana, fue una de las primeras sedes episcopales del cristianismo. En el siglo VII fue tomada por los musulmanes. Conquistada por los cruzados, volvió a poder de Saladino para ser reconquistada en 1197 y comprada por los Caballeros Templarios en 1200. El cabo Sounio: El cabo Sounio, el extemo sur de ática es mencionado en las obras de Homero. Desde este cabo el rey Egeo miraba ansiosamente el mar esperando la buena noticia de la victoria de Teseo, hecho que desde luego no llegó a ver realizado ya que murió antes. En Sounio, en el siglo VI a.C. fue construido un Templo que fue consagrado a Poseidón, y cuyos restos arquitectónicos existen hasta nuestros días. Troya: Antigua ciudad de Asia Menor, cerca del Egeo, a 2 km. del río Menderez, en los Dardanelos. Las excavaciones realizadas por Schiliemann en 1871 revelaron la existencia de nueve ciudades, dispuestas en un espesor de 50 m. cuyo origen se remonta desde fines del Neolítico (3000 a. C.). Los restos más recientes corresponden a la época de los romanos. Heinrich Schliemann inició las excavaciones que desenterraron las verdaderas murallas de piedra y las almenas de una antigua ciudad en el montículo denominado Hissarlik (‘lugar de fortalezas’), a unos 6,5 km del mar Egeo y equidistante de los Dardanelos. En el montículo de Hissarlik, se determinaron los siguientes asentamientos: Troya I, primer asentamiento con una muralla construida con piedras pequeñas y pizarra, fechado hacia el 3000 a.C.; Troya II, fortaleza prehistórica, con fuertes terraplenes de defensa, un palacio y casas, que databa del siglo III a.C.; Troya III, IV y V, villas prehistóricas construidas sucesivamente sobre las ruinas de Troya II durante el periodo transcurrido entre el 2300 y el 2000 a.C.; Troya VI, una fortaleza, que abarcaba una zona más amplia que cualquier asentamiento precedente, con grandes murallas, torres, puertas y casas que databa del 1900 al 1300 a.C.; Troya VII a, reconstrucción de Troya VI, construida después de que la ciudad fuera destruida por un terremoto; Troya VII b y VIII, villas griegas, casas sencillas de piedra, fechada desde el 1100 a.C. hasta el siglo I a.C. aproximadamente, y Troya IX, la acrópolis de la ciudad grecorromana de Ilión, o Nueva Ilión, con un templo dedicado a Atenea, edificios públicos y un gran teatro, y que existió desde el siglo I a.C. hasta aproximadamente el 500 d.C. Guerra de Troya: Expedición que, según las leyendas griegas, emprendieron los aqueos en el siglo XII a. C., para vengar el rapto de Helena por Paris, hijo de Príamo, rey de Troya. El sitio de Troya duró diez años, al cabo de los cuales una treta de Ulises permitió a los aqueos tomar la ciudad. La Ilíada relata esta guerra. En Grecia, aseguran que la restauración de la Acrópolis tardará 15 años Los expertos explican que la contaminación ambiental provocó un daño muy grande. El Partenón es uno de los edificios que requerirá más cuidado para su preservación. ATENAS En Atenas, cuna de la civilización Occidental, yacen los restos de la ciudad estado más emblemática de la cultura griega: Acrópolis. Su restauración, iniciada más de treinta años atrás, ahora deberá postergarse por quince más, según informó ayer el equipo de arqueólogos y arquitectos que están a cargo de la obra. La razón por la que los tiempos de reconstrucción de la "Ciudad Alta" (significado de la palabra Acrópolis en griego) debieron estirarse reside en el daño colateral que la contaminación atmosférica ocasionó sobre las construcciones. Amenaza que se sumó a la erosión esperable que producen el viento, el agua y el paso del hombre a lo largo del tiempo. "Para nuestra sorpresa, durante los trabajos de restauración nos dimos cuenta de que los daños ocasionados por restauraciones anteriores eran mayores de los que estimábamos hasta el momento", apuntó la arqueóloga Fani Malouhou a la prensa. Y es que Acrópolis fue construida durante la segunda mitad del siglo V a.C; hace más de 2.400 años. El objetivo de su emplazamiento sobre una meseta escarpada de piedra caliza ubicada a 156 metros sobre el nivel del mar, fue crear una ciudad singular donde albergar a los dioses, a las deidades naturales y aprovechar su altura para aspectos de corte estratégico-militar. De esta forma, desde el lugar más alto de Atenas, los ojos de los antiguos habitantes de Acrópolis vieron elevarse el Palacio Municipal y los edificios reli giosos más importantes. Para la organización y planificación urbana griega, el establecimiento de esta ciudad fue considerado un acto religioso. La elección de su emplazamiento también fue deseo de la visión militar porque desde esa altura era posible transformar la ciudad en una ciudadela amurrallada. Y de hecho los cálculos funcionaron al dedillo ya que los habitantes griegos del campo encontraron refugio en Acrópolis cuando debían escabullirse de sus enemigos. Y fue deseado por las autoridades religiosas por tratarse de un lugar de un espíritu natural ideal: colinas completamente imbuidas de un halo de misterio rodeado por bosquecillos, manantiales, cañadas y cuevas. Un espacio único para cultivar el espíritu de los dioses. Con el pasar del tiempo en Acrópolis, ciudad protegida por la diosa de la guerra de la antigua Grecia Palas Atenea, sólo sobrevivieron algunos de sus edificios. Entre aquellos cuyos restos se conservaron se encuentra una de las construcciones más famosas del mundo: El Partenón (447-438 a.C). Templo consagrado a Atenea, construído con base a piedras y mármoles del monte Pendéli. Y es hoy precisamente el Partenón uno de los focos de atención del equipo de arqueólogos y arquitectos a cargo de la restauración. En tal sentido Malouhou señaló que la contaminación "obliga a ser especialmente cuidadosos; sobre todo con los trabajos de saneamiento del Partenón". Al parecer el principal obstáculo que los arqueólogos enfrentan en El Partenón es la sustitución de las viejas barras de hierro de sus columnas por otras de Titanio: "El hierro está oxidado y amenaza con hacer estallar la columna", enfatizó Malouhou. Un hecho que se suma a otra de las preocupaciones de los arqueólogos y arquitectos que trabajan en la vieja polis de Palas Atenea: no saben exactamente en qué estado se encuentra el mármol del interior de las columnas. El resto de las estructuras de Acrópolis que sobrevivieron y que, mayormente, deberán estirar sus plazos de restauración unos 15 años, son: Los Propileos (437-432 a.C.), puerta de entrada y vía de acceso al recinto sagrado; una construcción que combina características del estilo arquitectónico dórico con formas jónicas; el Templo Erecteion (421-405 a.C.), santuario de las deidades del campo y la agricultura, especialmente de Erecteo (quien según Homero fue un héroe antiguo y el fundador de Atenas). Por último, el Templo de Atenea Nike (430-420 a.C.), una construcción con la que se honró a Atenea. Fue diseñado por Kallikatres para celebrar la victoria de Atenas sobre Persia. Quizás porque el Templo de Atenea Nike fue reconstruido por primera vez en el siglo XIX, es que sobre él, ayer el mundo cultural escuchó la única buena noticia: su restauración final estará completamente terminada a mediados del año 2006. En el 461 a.C. el pueblo eligió a Pericles (495-429 a. C.) que cuando hablaba “Grecia se ilumina, tronaba y se conmovía “, y por ello fue llamado “Olimpo”. Su gobierno duro hasta su muerte (víctima de una epidemia que diezmó a más de un tercio de la población ateniense) y durante ese periodo, la potencia de la ciudad y sobre toda su cultura, las artes y las letras, alcanzaron el punto culminante de la gloria; contemporáneamente se consolidaba la democracia. Pero la obra que inmortalizó a Pericles, y con él los artistas Fidias, Mnesicles, Ictino, Calícatres, etc., fue la construcción de los monumentos de la Acrópolis. La Acrópolis (acro=alto, polis=ciudad) fue construida en la segunda mitad del siglo V a.C.; hace mas de 2.400 años. El objetivo de su emplazamiento sobre una meseta escarpada de piedra caliza ubicada a 156 metros sobre el nivel del mar fue construir, aprovechando su altura, una ciudadela para aspecto de corte estratégico-militar y también albergar a una de las construcciones mas famosa del mundo: el Partenón (447438 a.C.) construido con base de piedra y mármoles del monte Pendéli. Fue así como el Partenón se convirtió en un gran santuario donde se adoraba a los dioses pero, sobre todo, Atenea la diosa de la sabiduría, el trabajo y de las artes, diosa de la paz pero también diosa de la guerra, que ofrendaba la victoria a su ciudad. (El Templo de Atenea Nike, 430-420 a.C, construido en su honor, fue diseñado por Kallikatres para celebrar la victoria de Atenas sobre Persia) En la Acrópolis entre el Templo Erecteión (421-405 a.C.) santuario de las deleidades del campo, especialmente de Erecto, quien según el poeta Homero fue un héroe antiguo y fundador de Atenas, y los Propileos (437-432 a.C), puerta de entrada y vía de acceso al recinto sagrado (es una construcción que combina características del estilo arquitectónico dórico con formas jónicas) se elevaba una colosal estatua de bronce de Atenea, (que según algunos tenia 16 metros de altura), y que también era obra de Fidias. Era la Atenea "Promano"(aquélla que combate con los primeros rangos) o también "Polias"(protectora de la "polis"). Sin embargo, la diosa era más conocida con el nombre de Palas Atenea, es decir, aquélla que aterrorizaba a los enemigos blandiendo la lanza ("pallo" en griego). Durante este "siglo de oro" en Atenas alcanza su máximo esplendor la filosofía con Anaxágora, Sócrates.etc. , la historia con Herodoto y Tucídides, y la poesía ateniense por excelencia, la tragedia con Esquilo, Sófocles y Eurípides. Este esplendoroso siglo de victorias, de glorias y de conquistas espirituales se cerró de forma lamentable con la guerra entre Atenas y Esparta (431-404 a. C.), la guerra del Peloponeso, que terminó con la derrota de Atenas y transformó la vida cultural de la ciudad, anuló su potencia naval y militar provocando gravísimos daños en toda Grecia. Pero la civilización ateniense encontró su natural continuación en Platón, Praxiteles, Jenofonte y Demóstenes. Fue precisamente esta vitalidad cultural lo que más tarde deslumbró a Alejandro Magno que, a pesar de haber derrotado a los Atenienses y a sus aliados en Queronea en el 338 a. C., respetó, enviando a Atenas los escudos de la batalla de Gránico para que fuesen fijados en el arquitrabe del Partenón. Durante la época que siguió a las conquistas de Alejandro Magno (Edad Helenística 351-200 a. C.), muchos soberanos demostraron su admiración por la ciudad de Palas Atenea con grandes donaciones. Entre ellos estaban Eumenes, Atalos de Pérgamo, y los Ptolomeos de Egipto. En el 146 a. C. Grecia fue sometida por los romanos. Durante los primeros años de su dominio Atenas sufrió graves devastaciones: Sila en el 86 a. C. destruyó la ciudad y el puerto del Pireo, y se adueño de numerosas obras de arte para llevárselas a Roma. Durante la época imperial, y sobre todo en el siglo II d. C. Atenas conoció nuevamente un periodo de esplendor, fue adornada con nuevos monumentos, templos y acueductos gracias al liberal emperador Adriano, pero también gracias a ciudadanos privados, como Herodes Ático. Tiberio Claudio Herodes Ático fue un noble y generoso ciudadano ateniense, del demos de Maratón, que vivió en el siglo II d. C. Sobresalió como excelente retórico y maestro de todos los Sofistas y de muchas personalidades de su tiempo, como por ejemplo, el emperador Marco Aurelio. Por desgracia todas sus obras se han perdido. Fue procónsul en Asia; en Atenas se le honró con el cargo de pontífice de las Panateneas. De su padre, de quien se decía que había encontrado el tesoro de los Persas escondido en Maratón, heredó una enorme fortuna. De todas formas, y cualquiera que sea la historia, Herodes puso todo su dinero a disposición para favorecer la construcción de obras públicas. Mandó recubrir de mármol el Estadio de Atenas, construir piscinas de mármol en las Termópilas, un ninfeo en Olimpia, el estadio en Delfos, etc. Cuando murió su mujer, Apia Annia Regila, para honrarla y en señal de luto, mandó pintar de negro incluso la casa. Se cuenta que una vez su amigo sofista Lucio, al ver a un siervo que pelaba rábanos le dijo: "Pero, Herodes no cometes una injusticia a la memoria de Regila, comiendo rábanos blancos en una casa completamente negra?". Athenea Reconstruccion Fue pues en memoria de Regila, que Herodes mandó construir el Teatro Odeón, en el 161 d. C.. La prueba de la sensibilidad musical de los griegos es el hecho de que todos los niños estudiaban música y que en todos los grandes centros había innumerables conservatorios. En ellos se llevaban a cabo competiciones musicales, concursos de declamación y espectáculos de melodrama. Al contrario que los teatros, los conservatorios eran locales cerrados. El edificio del teatro Odeón esta construido según el estilo de los teatros romanos. A diferencia de los griegos, (que construían los teatros en la hondonada de una ladera de la montaña) los romanos construían generalmente los teatros sobre arcos y bóvedas en el lugar preciso que querían. La escena del teatro Odeón, de 35,40 metros de longitud, tenía tres niveles; la orquesta, de 18,80 metros de diámetro, estaba embaldosada con lastras blancas y negras de mármol de Káristos; la cavea, con sus 32 filas de asientos, tenia una capacidad para 5.000 espectadores. El techo estaba construido con madera de cedro. La escena, que está bien conservada, era majestuosa, con tres niveles y portal arqueado. Entre el teatro de Dionisio y el Odeón de Herodes Ático se extiende la "stoa"(pórtico) de Eumenes II, rey de Pérgamo, que mandó construir en el siglo II a. C. como refugio para los espectadores en caso de mal tiempo y como lugar de paseo. Esta galería tenia una longitud de 164 m., y estaba construida con poros y mármol del Himeto y contenía estatuas, monumentos y fuentes. La cavea del Odeón ha sido reconstruida y en la actualidad todos los veranos, durante el Festival de Teatro de Atenas, se llena, como en los tiempos antiguos, de espectadores que asisten, no solo a representaciones de dramas clásicos, sino también a conciertos de música clásica, ballet y óperas líricas. Periodo clásico: Segunda mitad del siglo V a. C. A este periodo se le conoce como el Siglo de Pericles, por ser Pericles el político con el que se da el salto a la democracia. Pericles se preocupó mucho de embellecer Atenas, dotándola de numerosos edificios como templos, teatros, odeones (para escuchar música) o estadios. Junto a Pericles, otra figura cumbre es Fidias, que fue el gran supervisor de todas las obras de Pericles. Otros arquitectos eran Ictino y Calícrates. Los griegos son los creadores de los órdenes arquitectónicos (arquitectura sometida a principios racionales), que presuponen proporción entre las partes, medida, armonía. El arte griego es uno de los elementos fundamentales que constituyen la cultura occidental, porque se pasa de la abstracción al realismo. A diferencia de los romanos, los griegos no cubrían los espacios mediante cúpulas o bóvedas sino mediante un primitivo entramado de vigas y simples cruceros. Los edificios se caracterizaban por una viva policromía heredada de los cretenses. Los azules y los rojos intensos predominaban en muros y columnas. Posteriormente la policromía desapareció y dejó templos de apariencia marmórea Se denomina órdenes a las diferentes soluciones estructurales y ornamentales que caracterizan las distintas etapas de la arquitectura griega. Hay cuatro órdenes según el tipo de columnas que se utilicen, el dórico, el jónico, el corintio y el cariátido: a) Orden Dórico: Se caracteriza por su simplicidad. Las columnas son sin basa, arrancan del piso (estilobato), el fuste es acanalado (con estrías), a arista viva. Va en disminución de diámetro hacia arriba. Hacia el medio del fuste tiene un pequeño ensanchamiento llamado éntasis. El capitel tiene una parte convexa que es el equino y una cúbica que es el ábaco. El entablamento (parte sustentada por encima del capitel) tiene cuatro partes: Arquitrabe. Gotas: Entre el arquitrabe y el friso. Friso: Está decorado con: Triglifos: 3 glifos (acanaladura cóncava). Metopas: Espacio entre triglifos. Están decoradas con relieves. Los triglifos tapan las cabeceras de las vigas, y las metopas los vacíos entre las vigas. Cornisa: Monta encima del friso. Es una moldura saliente y convexa. Tejado: Es a dos aguas. Es un triángulo que a su vez tiene otro triángulo dentro, llamado tímpano, con una espléndida decoración escultórica. b) Orden Jónico: Tiene basa, compuesta por dos toros (convexa) y una escocia (cóncava). Esta es la basa ática. El fuste es mucho más esbelto, con diámetro mucho menor, estriado, pero las aristas están biseladas. Se pasa al capitel con un pequeño collarino. El capitel tiene forma de cuernos de carnero, llamada voluta, compuesta por ovas y perlas. El arquitrabe está compuesto por tres piezas o lísteles. El friso puede ser limpio o decorado, pero toda una banda corrida, sin dividirlo en partes. La cornisa está bastante más saliente que en el Dórico. c) Orden Corintio: Tuvo un gran desarrollo en Corinto y comarca. Tiene basa y el fuste es todavía más esbelto que en el caso anterior. El capitel tiene pequeñas volutas, y entre ellas presenta hojas de acanto. Se acentúan los elementos decorativos en el friso y la cornisa. d) Orden Cariátido: La columna es representada por una jóvenes llamadas cariátides, que eran unas jóvenes condenadas a ser columnas. Hay mucha perfección técnica en la arquitectura griega. Se da mayor volumen a las columnas de las esquinas de los templos para que parezcan todas iguales (ya que la luz hace que se vean más pequeñas). Hacen retroceder la fachada del templo para que no lo veamos inclinado hacia nosotros si miramos hacia arriba estando a sus pies; además aprovechan los desniveles del terreno. El templo griego no es lugar de reunión de los fieles, sino simplemente es morada del dios. Cada ciudad tenía un dios, y por lo tanto, un templo situado en lugares altos y difíciles de la ciudad, llamado acrópolis. También se les ubicaba en los bosques. Hay una perfecta simbiosis entre lo arquitectónico, escultórico y pictórico. A diferencia de la arquitectura cretense y de la micénica, caracterizada por los palacios, la arquitectura propiamente griega, realizada en la península a partir del siglo VIII a.C., tenía en el templo su principal elemento. Los templos correspondientes al periodo arcaico presentan una estructura cuadrangular con travesías y vigas de madera y apenas se distinguen de las viviendas de los ciudadanos. A partir del siglo VII a.C. la planta de los templos se volvió más alargada y ya en el siglo VI a.C. aparecieron los primeros templos dóricos cuya estructura se mantuvo durante toda la civilización griega. La estructura de un templo griego constaba de un pórtico de entrada y una cámara rectangular destinada al culto, rodeados por una columnata; todo ello situado sobre una plataforma escalonada Megaron y Megaron precedido de un pórtico. El megaron es el antecedente de los templos griegos. En sus orígenes era el lugar de reunión de los jefes de los genos (la más antigua estructura social, un clan con genete de la misma sangre, donde el trabajo, hogar y descanso era común y donde sólo existía una autoridad, el más viejo). Había bancos alrededor de las paredes interiores del templo, y en el centro estaba el hogar (donde ardía el fuego). In Antis, In Antis, Próstilo y Anfripróstilo. El templo in antis (antis=columna) tiene dos columnas en el pórtico y a veces detrás del templo. El templo próstilo tiene cierto número de columnas (siempre pares) en la fachada delantera, más otras dos en el pórtico. El templo también se clasifica por el número de columnas, así si son cuatro es tetrástilo. El templo anfipróstilo tiene cuatro columnas adelante y atrás. Es tetrástilo. Períptero. El templo períptero tiene un vestíbulo de acceso en la parte delantera llamado pronaos; la morada del dios en la parte central, que es la cella o naos; y el opistodomos en la parte trasera, que es la sala donde se ponían los exvotos u ofrendas a los dioses. Este templo es in antis, por tener dos columnas en la entrada delantera y trasera y está rodeado de columnas (normalmente pares). Si no son columnas pares es que el templo es muy viejo, primitivo. Un templo hexástilo es el que tiene seis columnas en los frentes. Seudoperíptero. En el templo seudoperíptero todo es cella. En los frentes tiene seis columnas (hexástilo) y está rodeado de medias columnas adosadas a la pared (falso períptero o seudoperíptero). Díptero. El templo díptero tiene un pronaos y cella. Delante tiene tres filas de ocho columnas (octástiolo) y está rodeada de doble columnata (díptero) exenta. Seudíptero. El templo seudíptero o de falso díptero tiene pronaos y cella. En el frente tiene doble fila de ocho columnas exentas. Alrededor del templo hay dos filas de columnas, una exenta y otra adosada a la pared. Tolos. El templo tolos está dedicado a los dioses del fuego. Son circulares, rodeados de columnas y en ellos se encierran tesoros. In Antis, Tetrástilo, octástilo y períptero. Las antelijas son estatuillas en la cornisa de los templos, junto con las gárgolas. Los propileos son las entradas a la acrópolis con una escalinata. Menesicles es el autor de la entrada de la acrópolis ateneinse. Algunos ejemplos de templos y teatros son los siguientes: Partenón: Está dedicado a Atenea Parthenos (la vírgen), que es la patrona de la ciudad de Atenas. Data del periodo clásico de la arquitectura. El partenón fue construido en el 447 a. C. y es obra de Ictino y Talícrates. Es un templo hexástilo, anfipróstilo y períptero. Tiene pronaos y naos (o cella) y dentro de la cella se levanta un nuevo piso. En el siglo XVII los turcos lo usaron como polvorín y al explotar éste se perdió gran parte del edificio. En el piso alto de la cella hay un friso de orden jónico, mientras que el del exterior es dórico, así, se dice que es un templo ambivalente. En el friso se representa a las jóvenes atenienses que han tejido un peplos (chal). Templo de Atenea Niké (victoriosa): Está en la Acrópolis. Es del año 425 a. C. y es tetrástilo, in antis y de estilo jónico. Templo Erecteión: Erecteión es el fundador de Atenas. Es un templo jónico de basa ática. Tiene la tribuna de las cariátides de orden cariátido. Las cariátides tienen un cesto encima de la cabeza que sirve de capitel. Data de 421 a. C. Tolos de Marmania: Está en Jonia y tiene una estancia interior circular donde reside el dios. Mausoleo de Halicarnaso: Era templo y lugar de enterramiento. Alli está enterrado Mausolo. Es Hexástilo y tiene una disposición piramidal con una cuadriga que lo corona. Sus arquitectos fueron Piteas y Sátiros. Teatro de Epidauro: Data del siglo IV a. C. Se construye sobre la falda de una montaña. Es ultrasemicircular, ya que ocupa un poco más que el semicírculo. Tiene gradas o cavea, scena (lugar donde se situaba el coro) y en los laterales se disponían las entradas (aditus). Tiene orchrestra (para la orquesta) y scenarium (camerinos). El lugar donde se representaba la obra es semicircular y forma un triángulo perfecto, de tal forma que esté donde esté el actor dentro de ese triángulo, se oye todo a la perfección incluso desde la fila más alta de las gradas. Corazón de la milenaria civilización minoica y tan intrincado como en sus años de esplendor, el Palacio de Knosos encierra aún hoy un enigma en el que la historia y la mitología se cruzan a cada paso, ya que desde la rampa de acceso se puede advertir que en estas tierras todo es puro cuento. Erigido sobre las ruinas de una extensa población neolítica, Knosos es el palacio más importante de la gran isla de Creta, la mayor de Grecia y la quinta del Mediterráneo. Con una privilegiada situación geográfica, microclima mediterráneo y bañada por los mares Egeo y de Libia, Creta tiene 1.447 pueblos en las provincias Heraklion (la actual capital), Hania, Réthimmo y Lasthio. Sin embargo, poco se conocía de la Creta minoica antes de las excavaciones de principios de siglo en el Palacio de Knosos, de Minos Kalokerinós y, sobre todo, del arqueólogo inglés Arthur Evans. Su forma laberíntica inspiró numerosas leyendas -como la de Teseo, Ariadna y el Minotauro- y su historia formaba parte de la Mitología griega (ver El mito). Pero los hallazgos precisaron que desde 2600 a.C. hasta 1100 a.C. floreció en la isla la Edad Minoi-ca, en alusión al rey Minos. Junto con los palacios de Phaestos, Zakro y Malia, Knosos constituyó el centro de una de las civilizaciones más importantes del mundo antiguo. Fue edificado hacia 1900 a.C. y aseguraba la comunicación con el interior agrícola y los caminos marítimos del Egeo y el Mediterráneo. Sobre una colina, y rodeado por ricas villas, Knosos tenía 20 mil metros cuadrados. Era residencia del rey -con dependencias de uso doméstico y frescos decorativos-, centro administrativo y económico, y tenía carácter sagrado. El antiguo palacio fue destruido en 1700 a.C. y el nuevo en 1450 a.C., hasta que en 1375 a.C. quedó definitivamente en ruinas. El palacio minoico se caracteriza por evolucionar desde el interior hacia el exterior, partiendo del patio central rectangular. Las paredes estaban recubiertas por pinturas murales sostenidas por coloridas columnas. Sorprenden los sistemas de abastecimiento de agua -que procedía del monte Yujta- y de desagüe para aguas potable, de lluvia y residuales. También contaban con un sistema de tragaluces que ventilaba a todos los pisos del palacio. A 6 km. de Heraklion, un colectivo lleva al otrora majestuoso Knosos, dividido en dos alas: en la occidental están los santuarios y las estancias oficiales, y en la oriental, las viviendas y talleres. El recorrido laberíntico comienza en el Patio Occidental, pasando por los Santuarios y Habitaciones. En el primer piso, donde se encuentran los aposentos oficiales restaurados, las fachadas se ven coronadas por enormes cuernos de piedra. La cantidad de Talleres y Almacenes se debe a que Minos era también jefe religioso y en los depósitos se guardaban ofrendas. El Patio Central comunica con Salón del Trono, con el famoso Trono de Minos, el más antiguo de Europa. El ala oriental tenía 4 pisos y la Gran Escalera llevaba a la Sala de la Reina -allí se aprecia el Fresco de los Delfines-, seguida por su Baño y Tocador. Cerca de la salida y sin soltar el intrincado mapa, todos apuran el paso cuando cae el sol en Knosos. No sea cosa que el Minotauro les tienda una trampa. Exterior: Un palacio de leyenda que los visitantes recorren de punta a punta EL MITO Rey de Creta e hijo de Zeus y Europa, Minos ordenó al artista Dédalo que diseñara un laberinto para encerrar al Minotauro. Mitad toro, mitad hombre, el monstruo era hijo de unión de Pasífae, esposa de Minos, y un toro enviado por Poseidón. Minos exigió a los atenienses un tributo dé Jóvenes y doncellas, que daba como pasto al Minotauro. Teseo llegó al Laberinto como parte del tercer tributo. Soto se liberaría si mataba a la bestia. Una de las hijas de Minos, Ariadna, se enamoró de Teseo y le dio un ovillo de hilo que él fue desenrollando hasta encontrar la salida. Teseo mató al Minotauro y se fugó con Ariadna. Un viaje por el Peloponeso. El Peloponeso es una región de particular belleza natural, con extensos valles poblados de olivares, cipreses y naranjos silvestres, de bellísimas playas. La seducción de su paisaje, salpicado por los vestigios de los monumentos, que son el recuerdo vivo de las diversas civilizaciones, que alguna vez se asentaron en su suelo. A los restos arqueológicos que guarda como testimonio de su glorioso pasado histórico en Epidauro, Micenas, Olimpia, Pilos, Patras, Corinto, se suman los hermosos paisajes de sus montañas, el verdor de sus campos huertos, que se destacan sobre el telón de fondo del Taigeto y del Parnón; el encanto de los pequeños pueblos del interior y la calidez de su gente. Un recorrido por Laconia Nos trasladamos a catorce millas náuticas de Akra Malea; estamos en la punta más meridional del Peloponeso, en Kitira (Kithera). En otro tiempo esta isla fue llamada Cerigo, por marinos extranjeros. Y en la antigüedad fue conocida como Porfirusa o Porfíride, debido a que se encontraron pórfidos caracoles de mar, de los cuales se extraía la púrpura, sustancia utilizada para teñir distintas prendas. Topónimos como Porfirusa o el nombre del golfo de Fenicunte, que permanecieron hasta la época romana, dan testimonio del paso de los fenicios por este lugar. Según Heródoto, los fenicios erigieron un templo dedicado a la diosa Afrodita, que fue venerada durante toda la antigüedad. En la obra La Odisea, Homero llama a Afrodita "Citerea de hermosa Corona". Parece ser que esta isla fue un centro del culto a esta diosa. Esta era la diosa de la hermosura y del amor, de la procreación fecunda y de la vida. La leyenda dice, que había nacido de la espuma del mar y arribado a la costa de esta isla en una concha. Es una de las divinidades más frecuentemente representada por el arte (una obra admirable es la Afrodita Gnido, de Praxíteles). La capital homónima de la isla esta situada al sur y posee toda la belleza insular. Construida en la ladera de un cerro, mirando desde arriba al mar y coronada con un castillo veneciano hallamos en ella improntas medievales y venecianas, mientras recorremos sus estrechas callecitas empedradas. En el castillo se encuentra el museo que alberga hallazgos desde todas partes de Kitira, como muestras de cerámica minoica y micénica, monedas de diferentes épocas e íconos bizantinos y posbizantinos. Visitamos monasterios e iglesias bizantinas y posbizantinas muy bellas. Agia Elesa, una santa local posee una pintoresca iglesia y monasterio situados en lo alto de una colina, en la parte meridional de la isla, en medio de un paisaje salvaje, enmarcado por el azul del Mediterráneo. La iglesia de Agios Georgios es bizantina y contiene mosaicos muy importantes. En el lado oriental de la isla observamos los restos de la ciudad bizantina de Paleójora. Mientras que, en el Paleocastro, visitamos la iglesia de Agios Cosmás; en ella, se encuentran columnas y planchas de mármol. Allí están los restos del templo de Afrodita que, según se cree, estuvo emplazado en este pintoresco lugar. En Kitira comprobamos aquello que mencionamos; el encanto de los pequeños pueblos del interior; hallamos que en Agia Elesa, Milopótamos, Mirtidea y Mitala la naturaleza ha sido pródiga. Situados en verdes laderas, con una atmósfera más que agradable; el aire fresco y perfumado, aunado a las melodiosas y sentidas canciones de los pájaros, hacen de estos pueblos lugares mágicos. En silencio, bebemos lentamente un café frappé, para no perder una vele nota de tan maravillosa sinfonía. Kitira también posee cuevas de estalactitas con lagos como la de Agia Sofia, en Milopótamos, Agia Sofía en Calámos y Agios lannis en Gremós. De estas solo la cueva de Agio Sofía en Milopótamos puede ser visitada. Nos contactamos con la Policía local, que es la encargada de designar a una persona para que abra la cueva y oficie de guía. Luego de una caminata de cuarenta minutos, desde el mágico pueblo de Milopótamos, por un sendero de vegetación caprichosa llegamos a Agia Sofía. Nikos, nuestro guía abre la cueva, la misma posee varias bóvedas y corredores adornados con estalactitas y estalagmitas y lagos atractivos, Cerca de la entrada de la cueva se encuentran algunos frescos religiosos, que han sobrevivido en buenas condiciones. El efecto visual que causan las agujas colgantes en el agua, es de una belleza extrema. Mientras que en la cueva del fondo, en el distante final, observamos algunos mosaicos. Nikos nos informa que los corredores son de 110 metros de largo y la cueva cubre un espacio de 2.200 metros. La magia de este lugar no se desvanece ante las explicaciones científicas. Cada estalactita es diferente de la que acabamos de ver, lo cual nos permite imaginar dibujos o formas siempre distintos. Para cerrar esta imagen ensoñadora, basta con mirar los ojos simples y profundos de Nikos, mientras decimos ¡Efgaristó poli Nikos, efgaristó poli Kitira! Vista del interior de las cuervas Gremás, con sus lagos interiores y las enormes estalactitas y estalagmitas. Por el valle de Eurotas El itinerario nos señala como próximo lugar a Mistrás, en el valle de Eurotas. Aquí confluyen la historia, el arte y la mitología. El valle de Eurotas es atravesado por el mayor río del Peloponeso, el Eurotas. Este río, celebre en la antigua Laconia, era objeto de honores divinos. Su origen es mitológico. Una leyenda cuenta que en sus orillas, Zeus, el dios Supremo del Olimpo, sedujo y burló a Leda, hija del rey Testio y esposa del rey espartano Tyndareo. Según Heródoto, Zeus se apareció a Leda en forma de cisne, engendrando en ella a Pólux y a Helena. La escena de Leda y el cisne fue objeto de un gran número de obras de arte, una de las más célebres pertenece a Leonardo Da Vinci. Mistrás. Situada al pie de la colina y recostada sobre la ladera del Monte Taigeto se levantan las ruinas silenciosas de Mistrás. Con su fortaleza, sus calles invadidas de malezas, palacios, mansiones, viviendas de los pobres, monasterios e iglesias. El nombre primitivo de esta ciudad -''Mizitrás"- responde al nombre de su propietario, del que se cree, que fue un fabricante de quesos, cuya marca coincidía con el apellido de su creador. Otrora avanzada ciudad bizantina, Mistrás es ahora un vasto museo de arquitectura y arte decorativos que transmite y evoca con sobrecogedora intensidad, una época de esplendor, la del helenismo bizantino. Guarda, pese al implacable deterioro, una majestuosidad impresionante, sin embargo subsisten importantes lienzos de la muralla, tanto del recinto primitivo, como de la ampliación; palacios y calles pavimentadas con casas habitadas hasta 1821. Pero donde podemos impregnarnos mejor del arte y del espíritu de Mistrás es en el interior de sus iglesias. Allí se encuentran asociados los estilos de Grecia y de Constantinopla. En el año 1249, Guillermo Villehardouin, señor franco, edificó un castillo sobre la cima de la colina de Mistrás, un verdadero punto estratégico, donde asentó una infranqueable fortificación. Este castillo no duró mucho en manos de los francos. Después de la batalla de Pelagonia (1259) y de la derrota de G. Villehardouin volvió a manos de los griegos, a la vez que las fortalezas de Monenvasiá y del Gran Mani, a cambio de la libertad de Guillermo (1262). El sector norte, debajo del castillo, comenzó a ser habitado con el resultado que en los dos siglos siguientes vino a ser la Ano Jora (pueblo superior) y luego la Kato Jora (pueblo inferior); cada uno defendido por murallas. En el Mistrás superior estaba el palacio de los Déspotas (en el antiguo imperio bizantino se daba este nombre a los príncipes y señores de la nobleza). Este último es un raro ejemplo de arquitectura bizantina, cuyo gran vestíbulo estaba bien preservado. Construido sobre la llana extensión, mirando desde lo alto el valle, posee cuatro pisos y era un edificio cívico. Un poco más arriba, al norte, pero cerca del palacio se encuentra la iglesia palacio de Agia Sofía; ésta fue erigida como lugar de entierro del Déspota de Mistrás, Manuel Katakouzenos. Eh el pueblo inferior esta situada la mayor parte de las ruinas de los edificios: monasterios e iglesias, como por ejemplo la catedral dedicada a San Demetrio, que data del año 1309. La tradición sostiene que en esa catedral tuvo lugar la coronación del último de los emperadores bizantinos, Constantino II, Paleólogos. La arquitectura de Ayios Dimitrios, sus frescos, mosaicos y esculturas hacen de ella un monumento de valor inestimable para la historia del arte bizantino. Cabe citar que su piso está decorado con el bajorrelieve del águila de doble cabeza de Bizancio. Un edificio adyacente a la catedral es el Museo; allí se conservan fragmentos procedentes de frescos, esculturas, capiteles, íconos posbizantinos, cerámicas, joyas, orfebrería, monedas e inscripciones de iglesias y otros edificios. Por su parte la iglesia de la Evanguelistría posee una magnífica decoración de relieves esculpidos y finos frescos. En tanto que las iglesias Agi Teodori y Panagia Odiguitría pertenecen al complejo monástico de Vrantochi. Agi Teodori fue construida en el siglo XIII d.C., es la más antigua en Mistrás. Un poco más distante, pero digno de visitar encontramos el Convento de Pantánasa; posee frescos típicos de la época de los Paleólogos, su arquitectura es similar a la de Vrantochi, pero sus proporciones son más refinadas. Data del siglo XV y es la única institución religiosa habitada por monjas. Allí se encuentra también el monasterio de Perívleptos, con una iglesia elegantemente diseñada, es una de las mis importantes de Mistrás por la riqueza de sus pinturas. El ascenso hasta el castillo es escarpado y pedregoso, pero una vez en la cima, el paisaje es magnifico y compensa con creces la ardua escalada. La soberbia vista que circunda el recorrido del Taigeto hacia el oeste y el valle hacia el este, poblado de ondulantes olivares elevándose majestuosos en la apacible llanura de Laconia, es una postal difícil de hallar. En primavera, el aire huele a perfume de los capullos de naranjos; las níveas flores de los almendros se destacan en un mar de olivos y las laderas de las montañas y llanuras se encienden de colores rojos, amarillo, púrpura y azules, formando una alfombra multicolor. Dejamos Mistrás con sus bellezas bizantinas, custodiada por esbeltos y verdes pinos. Descendemos por un sendero salpicado de bellas anémonas, que florecen indiferentes ante el paso del tiempo, aferradas a las laderas rocosas. Ladera del Monte Taigeto donde se ubican las ruinas de Mistrás. Esparta A nuestro arribo a Esparta, nos espera Míxalis, nuestro guía por esta ciudad, quien nos informa que la antigua Esparta fue un conglomerado de pueblos edificados en seis colinas. Los únicos vestigios de su primera supremacía son las ruinas de un altar a la diosa Artemisa y la llamada Tumba de Leónidas (siglo V a.C.), situada en las inmediaciones de la actual Esparta. Para su defensa la antigua Esparta dependía del valor y potencia de sus guerreros, por eso sus habitantes nunca creyeron necesario construir murallas alrededor de la ciudad. La mayoría de los restos antiguos que hoy podemos apreciar son de la era romana. La actual capital de Laconia es la ciudad construida por el rey Otón, en el emplazamiento de la antigua Esparta, de la que quedan escasos vestigios. Los hallazgos efectuados en Esparta son muy escasos y nada prueba que allí haya habido una población importante, anterior al segundo milenio, ni siquiera al final de la época micénica. Según se cree, los verdaderos fundadores de Esparta fueron los dorios. Nos dirigimos al este, por la carretera de Trípoli. Allí visitamos las ruinas del santuario de Artemis Ortia. En este lugar se encuentran los cimientos del arcaico templo del siglo VI a.C. Este sufrió una serie de reparaciones y reconstrucciones hasta el siglo III d.C. Observamos también que delante del templo se hallan los restos de dos altares, uno del siglo IV a.C. y otro del siglo III d.C., así como los cimientos del anfiteatro romano, también del siglo III. Nos trasladamos al norte de la ciudad moderna. Allí visitamos la llamada tumba de Leónidas. Se trata de una construcción en forma de templo, integrada por dos piezas de sillares rectangulares. Según la tradición, aquí estarían depositados los restos de Leónidas, en cuyo honor se celebraban unas fiestas llamadas "Leonídeas", instituidas en honor al rey espartano. Míxalis nos informa que Leónidas decía ser descendiente de Herácles y demostró ser digno de su legendario antepasado. Los espartanos guiaron a los griegos aliados contra las invasiones persas. Con unos 5.000 soldados, de los cuales 300 eran espartanos, seleccionados cuidadosamente, Leónidas se enfrento con las hordas enemigas en el paso de las Termópilas. Aunque Leónidas y sus trescientos compatriotas cayeron, la gloria los levantó para la eternidad. Al sureste de Esparta, visitamos las ruinas de Meneleon, en la orilla izquierda del Eurotas. Es el santuario de Menelao y Helena; éste se encuentra enmarcado por el impresionante macizo del Monte Taigeto. Míxalis nos relata el origen mitológico, mientras los rayos de sol se filtran a través de las hojas y las flores ponen su nota de color. Menelao, era rey de Esparta, hijo de Atreo, esposo de Helena y por lo tanto, una de las figuras más destacadas en la guerra de Troya, sobre todo en los tres episodios siguientes: 1) El combate con Paris, el cual hubiera sucumbido de no tener la protección de Afrodita. 2) La lucha por él, sostenida sobre el cadáver de Patroclo. 3) Su participación en el ardid del caballo de madera y la muerte de Deifobo. Destruida Troya, se embarca con Helena; pero perdió el rumbo y anduvo errante por espacio de ocho años, hasta que Proteo le indicó la ruta de su patria. Las excavaciones británicas (1975) han descubierto exvotos que prueban que la cima de la colina era lugar de culto, desde la época micénica. Un arríbalo de bronce de la apoca arcaica lleva la inscripción "...a Helena de Menelao", y una pieza, también de bronce, está dedicada "...a Helena". Vista de las ruinas de Meneleon, en la orilla izquierda del Eurotas. Es el santuario de Menelao y Helena, personajes mitológicos de la guerra de Troya. Nos trasladamos a cinco kilómetros, al sur de Esparta, en la pequeña colina de Ayia Kiriakí. Allí se encontraba el santuario de Apolo, situado en el territorio de Amiclas; aún podemos observar restos del mismo. Según nuestro guía, aquí se alzaba la colosal estatua de Apolo, que se conoce por reproducciones en monedas espartanas. No muy lejos de Amiclas se encuentran los restos de la tumba de cúpula de Vafio, fechada -de acuerdo al tipo de construcción-, en la segunda mitad del período micénico. En el interior de la tumba fueron descubiertas ofrendas de oro y plata, entre ellas las célebres copas con representaciones de la captura del toro. La Esparta moderna es un agradable pueblo provincial bien trazado; construida en 1834, en las laderas del norte de la última de las seis colinas de la antigua Esparta. Posee amplias avenidas, verdes parques y bellos hoteles, además de los pintorescos y populares laikí agorá (mercado popular); en él encontramos bellamente ordenados puestos de frutas y verduras frescas, artículos para el hogar, artesanías, etcétera. Son lugares estupendos para comprar y recorrer. El mercado se establece en una calle o plaza principal; una o más veces a la semana y por las mañanas. Un recorrido por él nos permite observar lencería, bolsos de lana tejidos, vasijas de cerámica y pequeñas tazas de café, bandejas de cobre, cencerros para cabras, mantas tejidas de variados colores, a rayas, bastones o con las inconfundibles guardas griegas. Nos detenemos ante un puesto donde se venden los tradicionales "komboloi", llamados también "cuentas de la preocupación"; éstos constituyen recuerdos baratos y alegres; atraen nuestra atención grandes alfombras lanudas con copetes en lana natural sin teñir o teñidas con una variedad de vivos colores. Cambiamos de paisaje, ahora nos encontramos frente a un delicado edificio de estilo neoclásico construido en 1875-76 según los planos del arquitecto Hansen: es el Museo Arqueológico. Asentado bajo la sombra de altas palmeras en el centro de un jardín atiborrado de estatuas, ha sido ampliado sucesivas veces y, en su estructura actual, comprende cinco salas además del vestíbulo. En su interior podemos apreciar una colección de mosaicos y relieves de mármol que datan del siglo VI a.C., objetos de cerámica, exvotos en terracota, de plomo y de bronce procedentes de los santuarios de Artemis Ortia, de Atenea Galcieco, del Meneleon, del santuario de Apolo en Amiclas, así como mascaras votivas de terracota. La iglesia de Agios Georgios del siglo XIII en lo alto de la ciudadela, es una excepción. En su interior, diferentes motivos decorativos nos permiten apreciar el influjo franco. En la parte baja de Yeraki encontramos varias iglesias sumamente interesantes por sus frescos y los antiguos sillares reutilizados. Entre las mejor conservadas se encuentra la Evanguelistría, cuya planta es cruciforme; la basílica de San Juan Crisóstomo, de una sola nave, que data del siglo XII; la basílica con cúpula de San Nicolás; San Sozón de planta cruciforme con cúpula y la del Profeta Elías. Nos despedimos de las cíclópeas murallas del antiguo Gerontres, de sus reliquias y de su gente bajo un cielo límpido, surcado de tanto en tanto por pequeños velos níveos. Cerca de la desembocadura de la ancha y fértil llanura de aluvión del Eurotas nos encontramos con una "perla"; una pequeña villa cuyo nombre es Githio. La llanura de Laconia, entre Esparta y Githio, es uno de los paisajes más bellos del Peloponeso. El verde de los campos de naranjos y huertos se destaca sobre el telón de fondo del Taigeto y del Parnon. l brazo central del sur Peloponenso; el cual, extendido desde Githio hasta Cabo Taínaron es llamado "Mani", después del castillo de Maina, edificado por Guillermo Villehardouin por la misma apoca que construyó el de Mistrás y el de Monemvasiá en el siglo XIII. La región de Mani esta recorrida por la cadena montañosa del monte Taigeto, constituyendo su columna vertebral. Al Mani oriental se le llama "Mani soleado"; mientras que al occidental, se le denomina "Mani umbrío". Esta aislada región meridional del Peloponeso es única por su belleza, tradiciones y costumbres que han perdurado a través del tiempo. El Mani interior es un dedo montañoso, regado de iglesias bizantinas, torres de piedra y castillos, cual si fuera un racimo abigarrado. Nos hallamos a 15 kilómetros aproximadamente de Githio, en un fértil valle rodeado de montañas escarpadas, cuando de repente visualizamos el histórico castillo de Passava. Construida en 1254 por el francés Jean de Neuilly, la fortaleza de Passavá se levanta en una colina. Lo que hoy perdura de ella, por encima del barranco, da una idea de lo que fue en su momento. Este tipo de fortaleza permitía a quien la poseía, controlar todo el conjunto de Mani. Al pie de la colina se encontraba la ciudad homérica de Las, de la que se han hallado vestigios de las épocas clásica y romana. Penetrando en el Mani interior, el paisaje se torna árido y duro pero dignificado y suavizado por los olivos que allí crecen. Llegamos a Vathia, un pueblo situado en lo alto de la montaña regada de cactus que, de no ser por su color podríamos pensar que son las orejas de cientos de conejitos que se ocultan entre las piedras y flores silvestres, que engalanan a este espectacular pueblo - torre. Nos alojamos en una de las torres de Vathia, donde la Organización Turística Nacional de Grecia ha creado asentamientos tradicionales, con el propósito de atraer a los turistas y preservar la arquitectura griega vernácula, transformando hogares o edificios construidos tradicionalmente en cómodas casas de huéspedes, en las que sen han instalado servicios modernos, sin cambiar por ello el estilo arquitectónico. Una vez instalados, recorremos Vathia y descubrimos que este pueblo está repleto de casas antiguas, bastiones y torres medievales, así como iglesias bizantinas. Desde Vathia hasta Kita encontramos las iglesias bizantinas más antiguas de Laconia; éstas datan de los siglos X, XI y XII. Son de planta cruciforme, con dos o cuatro columnas y cúpula con nártex, exonártex y con decoración de relieves de terracota; la armonía de sus proporciones es única en la arquitectura bizantina. Un kilómetro más abajo se encuentra una playa de guijarros, donde el azul del mar se confunde con el cielo. Más distante, hacia el sur, con dirección a Taínaron, allí donde la carretera asfaltada termina, nos encontramos ante una de las bahías más bellas: Porto Kagio Vathia, y una vista desde la cima de una montaña. Porto Kagio Esta bahía fue famosa por sus aves de caza; de ahí su nombre, Puerto de las codornices. Aún hoy, durante la temporada otoñal continúa siendo un lugar preferido por aquellos que se dedican a la caza. Aquí, el paisaje varía y sorprende a toda hora; el pueblo se asoma al mar. Por la mañana despertamos con alegres canciones griegas (elliniká tragoúdia), entonadas por algún pescador. El día es cálido, luminoso, sereno y el Mediterráneo de un azul intenso nos invita a zambullirnos; a bautizarnos en el mar de los Argonautas. Al mediodía, instalados bajo una pérgola de moras, almorzamos con Dimitría quien nos agasaja con moussaká (cordero cocinado entre capas de queso y berenjenas). Al caer el día, el sol de Apolo centellea en el horizonte, cual una moneda gigante (Hesíodo diría que estamos frente al sol de la bahía, roja ya de atardecer). Horas después nos encontramos bajo una maravillosa bóveda tachonada de estrellas, cual si fueran pequeñas ventanitas llenas de luz. Este pueblo invita a soñar y hasta nos lleva a pedirle a Kronos que nos permita permanecer suspendidos en el tiempo. Akra Tainaron Al sur de Porto Kagio encontramos que la carretera está llena de pozos. En un principio el paisaje es escarpado y semidesértico, luego bruscamente finaliza en una cueva. Allí se encontraba un templo de Poseidón, dios griego del mar, a quien se le representaba armado de un tridente (honrado en particular por los marineros). Del templo ya no queda nada. Y en la cueva hoy se encuentran burros; estos animales siguen siendo utilizados como medio de transporte, allí donde el terreno es tremendamente abrupto. Hacia el sudoeste, sobre un promontorio se halla el faro de Tainaron como una alegoría de la soledad, la aventura y las leyendas. Porque en Grecia, la historia y la mitología están estrechamente entrelazadas. Ésta es la punta más meridional de la Grecia continental, donde los acantilados salen al encuentro del mar para caer sobre las asombrosas y azules aguas del Mediterráneo. Ascendemos por un camino que serpentea entre las montadas. El trayecto a través de la región nos ubica entre dos pueblos del Mani: Yerolimenas y Areópolis. Arribamos a un mundo medieval de torres grises, llenas de soledad. Extensos olivares seculares se elevan silenciosos, mientras que a lo lejos descuella el monte Taigeto. Aquí, la piedra, los verdes y el cielo se unen y forman un todo. Caminamos por angostas veredas pavimentadas que corren entre los muros de piedra rodeando las torres, muchas de éstas permanecen solitarias e inhabitadas, pero abiertas para todo aquel interesado en visitarlas. Al observar los olivos recordamos que éste es un árbol que en la antigüedad se veneraba. Sófocles llamó "nuestra húmeda nodriza, dulce y argéntea", al olivo. Su fruto y su aceite eran tan vitales que derribar uno de estos maravillosos olivos estaba penado con la muerte. A primera vista, el olivo no llama particularmente la atención. Quizás, porque no se eleva hasta el cielo como algunos árboles, tales como el cedro. Su madera no es tan preciada como la del enebro; y sus flores, no son atractivas como las del almendro. La parte más importante de este árbol no se ve, esta bajo tierra. Sus extensas raíces, que pueden profundizar en el suelo hasta seis metros y extenderse en sentido horizontal muchos más, son la clave de su generosidad y abundancia. Un olivo puede producir aceitunas durante siglos, aunque el retorcido tronco parezca no servir más que para leña y puede suministrar hasta 57 litros de aceite al año.