PROPUESTA DE LAS CENTRALES SINDICALES PARA LA REFORMA DE LA SEGURIDAD SOCIAL EN EL PERÚ Hacia una seguridad social universal y solidaria Lima, 2007 1 INDICE PRESENTACIÓN RESUMEN EJECUTIVO 1. INTRODUCCION 2. MARCO CONCEPTUAL 2.1 Exclusión social, políticas sociales y seguridad social 2.2 ¿Qué es la seguridad social? 2.3 La seguridad social como derecho humano. 2.4 Las prestaciones de la Seguridad Social. 2.5 Cobertura. 2.6 Principios de la seguridad social. 2.7 3. 4. LA SEGURIDAD SOCIAL EN EL PERÚ 3.1 Antecedentes. 3.2 La Reforma de 1993 DIAGNÓSTICO DE SITUACIÓN 4.1. Bajo nivel de cobertura. 4.2. Escasa o nula participación democrática de los trabajadores y asegurados en la administración y gestión de la seguridad social. 4.3. Carencias Institucionales: 4.4 5. Importancia de las Resoluciones y Conclusiones de la OIT relativas a la seguridad social. Problemas específicos por contingencia. PROPUESTA SINDICAL PARA LA REFORMA DE LA SEGURIDAD SOCIAL EN EL PERU 5.1. Objetivos del nuevo sistema de seguridad social. 2 5.2. Principios y conceptos en los que se sustenta el nuevo sistema de seguridad social propuesto. 5.3. Hacia un nuevo Sistema. La propuesta sindical: 5.3.1. Características de un nuevo Sistema de Seguridad Social 5.3.2. El nuevo Sistema en Pensiones. 5.3.3. El nuevo Sistema en Salud 5.3.4. El nuevo Sistema en Riesgos del Trabajo 5.3.5. Recomendaciones sobre un nuevo sistema integral de protección a la familia 5.3.6. Instituciones del nuevo Sistema de Seguridad Social 6. BIBLIOGRAFIA 7. Anexos: - Declaración de compromiso de las centrales sindicales del Perú para el trabajo sindical en Seguridad Social. 3 PRESENTACION En un mundo caracterizado por cambios y presiones adaptativas permanentes, es cada vez más patente la inseguridad social y económica que afecta a grandes masas de población. En todas partes los/as trabajadores/as demandan con frecuencia la atención a sus necesidades de seguridad humana en distintos órdenes. Las sociedades y los países requieren también un sentido de seguridad, de estabilidad y de gobernabilidad, para poder funcionar con efectividad y prevenir el deterioro de las condiciones de vida y trabajo, la marginación y la pobreza. La seguridad económica y social de los pueblos se constituye en un imperativo democrático. La seguridad humana es una preocupación universal; sus componentes son interdependientes y se centran en el ser humano. La seguridad humana es hoy la base de la seguridad nacional. El objetivo de una sociedad justa es garantizar para todos/as una seguridad básica, que de oportunidad de acceso a los servicios de salud, educación, nutrición, vivienda, y posibilite cubrir otras necesidades esenciales de la existencia humana. En este sentido, los sistemas de seguridad social son vitales para la seguridad humana y para el desarrollo con equidad de las naciones. En el marco de la globalización se están observando hechos que reflejan cómo ha aumentado la inseguridad laboral, económica y social en muchos lugares, aunque con distintos niveles de gravedad según los casos. Varios factores han contribuido a ello: La liberalización económica, incluida la liberalización del mercado financiero, el debilitamiento de los sistemas de apoyo social, la reforma o reorientación de los sistemas de relaciones laborales que ha puesto el acento en la relación individual de trabajo y menos en la acción o protección colectiva, el cambio tecnológico que ha variado las técnicas de producción, la deslocalización industrial, el crecimiento de la informalidad ocupacional y productiva, la subcontratación, tercerización e intermediación laboral, las nuevas formas de flexibilidad (contractual, de empleo, de remuneración, de horarios y jornadas, y de la organización del trabajo). Estos y otros factores han provocado diversas formas de inseguridad para los/as trabajadores/as y la ciudadanía (La inseguridad del mercado laboral, del empleo, del trabajo, del puesto, del desarrollo de calificaciones profesionales, de ingresos, y de representación), y han influido significativamente en el estado del sistema de seguridad social de cada país. En el caso de Perú, las organizaciones sindicales han venido señalando desde hace varios años las carencias y serios problemas de la seguridad social y de sus subsistemas, así como la necesidad de corregir las deficiencias en cantidad y calidad de sus servicios, y extender la cobertura a múltiples sectores de la población que no tienen acceso, incluyendo las diversas categorías de grupos vulnerables desprotegidos. La seguridad social es muy importante para el bienestar de los/as trabajadores/as, sus familias y el país; a través de la solidaridad nacional y la distribución de la carga, el sistema puede contribuir a la dignificación del trabajo humano y a la justicia social. Un sistema de 4 protección social solidario posibilita un desarrollo económico dinámico. La situación de “no seguridad” acarrea costos directos en forma de exclusión y pobreza que, aunque son factores difíciles de cuantificar, se traducen en una disminución del nivel de bienestar comunitario y en mayor inestabilidad (ingobernabilidad) política y social. Los cambios en el mercado laboral (el índice creciente de participación de la mujer y la ampliación de los modos de trabajo flexibles), así como el surgimiento de nuevas formas de organización del trabajo, están haciendo evolucionar el mundo de la producción hacia modelos de trabajo individual más variados. La protección social puede apoyar tales cambios facilitando distintas modalidades de transición del mercado de trabajo. La economía informal también plantea un gran desafío para la solidaridad colectiva de cara a que éstos/as trabajadores/as puedan ser cubiertos/as por el sistema. Conviene aquí recordar que la función prioritaria del Estado es facilitar, promover y extender la cobertura de la seguridad social. La seguridad social también debe fomentar y basarse en los principios de la igualdad de género, lo que significa asegurar no sólo un trato igualitario entre mujeres y hombres, sino además la adopción de medidas para garantizar dicha igualdad, la no discriminación y la equidad de género. Las acciones que favorecen el acceso de las mujeres al empleo apoyan la tendencia a conceder a las mujeres prestaciones por propio derecho, y no por ser personas a cargo. Las continuas desigualdades entre las remuneraciones de hombres y mujeres (discriminación salarial) suelen afectar los derechos de las mujeres a la seguridad social. Por todo ello las centrales sindicales consideramos como una necesidad histórica urgente el llevar a cabo la reforma del actual sistema de seguridad social, para que se pueda afianzar una política de Estado consecuente con los criterios señalados, que vincule estrechamente la estrategia de protección social con las políticas de desarrollo, y en especial con las políticas sociales y de empleo. Es clave hacer compatible el crecimiento económico con la extensión y el mejoramiento de la protección social. La propuesta de reforma que se presenta a continuación ha sido el fruto de una labor de reflexión e intercambio permanente de las cuatro centrales sindicales mayoritarias del Perú (CGTP, CUT, CTP y CATP), a través de un Grupo de Trabajo Intersindical que a lo largo de muchas sesiones analizó la problemática de la seguridad social en el país, y elaboró la posición sindical unitaria en materia de protección social y la consiguiente Propuesta Sindical de Reforma de la Seguridad Social, acogida y aprobada por los Comités Ejecutivos de las confederaciones que suscriben. El Grupo de Trabajo Intersindical estuvo conformado por los siguientes compañeros: a) Joaquín Gutierrez, José Sandoval Elías y Victor Gorritti Candela (CGTP); b) Guillermo Onofre Flores, Jorge Reyes Sota y Urbano Garay Gutiérrez (CUT);c) Juan Miranda Donayre, Alejandro Ubillus Carrasco, Eduardo Marco Rueda y Augusto Cruzado Zavala (CTP); y d) Rolando Torres Prieto, Doris Arias Inga y Néstor 5 Loayza Navarro (CATP). A todos ellos nuestro agradecimiento por su dedicación y por la excelente tarea realizada. Agradecemos muy encarecidamente a la OIT por el apoyo y acompañamiento técnico ofrecido de modo constante durante el proceso de elaboración de la propuesta sindical, tanto por parte de la Oficina Subregional para los Países Andinos (OSRA) como por parte de la Oficina de Actividades para los Trabajadores (ACTRAV), y cuyo auspicio ha sido crucial para poder elaborar el documento de base, a través del colaborador externo Sr. Jaime Sánchez Artega ( experto nacional en seguridad social de muy alta calidad profesional), y para financiar esta publicación. Queremos reconocer el valioso aporte técnico del Sr. Fabio Durán, Especialista en Seguridad Social de la OSRA, cuyas orientaciones y claridad conceptual fueron una fuente muy enriquecedora para realizar este trabajo especializado. Asimismo queremos extender nuestro agradecimiento al Sr. Jesús García, Director del Proyecto Seguridad Social para Organizaciones Sindicales (SSOS), por sus inestimables sugerencias e ideas para mejorar la propuesta, y al Sr. Oscar Valverde, Especialista ACTRAV, por sus eficientes coordinaciones y gestiones de cooperación sindical, y su colaboración con la edición del material. Esperamos que nuestra propuesta pueda ser de utilidad para las instituciones públicas y privadas relacionadas con la seguridad social, el trabajo y la salud, así como para otras entidades académicas, técnicas y sociales, y para toda la ciudadanía en general. También es nuestro objetivo socializar la propuesta sindical con las bases y con todos/as la trabajadores/as del país, para propiciar una mayor toma de conciencia de la necesidad del cambio y generar mejores condiciones para el diálogo social tripartito, el cual entendemos como imprescindible para abordar la reforma de la seguridad social peruana. MARIO HUAMAN, SECRETARIO GENERAL JOAQUIN GUTIERREZ, SECRETARIO DE BIENESTAR SOCIAL CGTP DOUGLAS FIGUEROA SILVA, PRESIDENTE AUGUSTO CRUZADO ZAVALA, SECRETARIO NACIONAL DE SEGURIDAD SOCIAL CTP JULIO CESAR BAZAN, PRESIDENTE GUILLERMO ONOFRE FLORES, SECRETARIO DE SEGURIDAD SOCIAL CUT ALFREDO LAZO PERALTA, SECRETARIO GENERAL MARIA CARMEN PANDURO YAMONA, SECRETARIA DE BIENESTAR SOCIAL Y SEGURIDAD SOCIAL CATP 6 RESUMEN EJECUTIVO Las manifiestas carencias del sistema de seguridad social peruano, derivadas de la ausencia de una política de Estado en materia de protección social, hacen necesaria una reformulación del sistema para superar sus déficits y poder satisfacer las crecientes demandas de la ciudadanía en este campo. La presente propuesta elaborada por las cuatro centrales sindicales mayoritarias (CGTP, CUT, CTP y CATP) tiene esa finalidad, acorde con el enfoque del trabajo decente de la OIT. El bajo nivel de cobertura del sistema actual, en todas las contingencias: salud, pensiones, riesgos del trabajo, prestaciones familiares, etc., exige una respuesta integral del Estado. Abordar, por tanto, esta tarea de manera participativa y democrática, lleva a la urgencia de reformar la organización del sistema y sus aspectos institucionales, a mejorar los niveles de participación de los trabajadores y sus representantes en la administración y gestión del sistema. Implica también abordar la responsabilidad del Estado y de los empleadores en el cumplimiento de la ley. Las brechas de cobertura que no alcanzan a cubrir los programas de naturaleza contributiva, obligan a un aporte fiscal, pero también al diseño y adopción de medidas concretas para combatir la evasión contributiva. Otro grupo de retos pendientes es el derivado de las carencias institucionales como: insuficiencia de recursos públicos, déficit que en pensiones ha estado caracterizado por un importante y prolongado costo fiscal de la transición del modelo de gestión pública al modelo de gestión privada; alta morosidad y evasión patronal; deficiencias en los mecanismos de supervisión y control; inequidad e ineficiencia en la gestión; inequidad de género (con dificultades de acceso a la salud de las mujeres y menor constancia en los aportes por intermitencia en el mercado laboral formal), y escasa atención a la familia. En todas y cada una de las diferentes contingencias se subrayan estos problemas con diferentes elementos identificadores; así, por ejemplo, en salud, no existe en el sistema una instancia con poder de decisión y capacidad institucional para lograr una gestión de políticas públicas de seguridad social en salud armónica, articulada y coherente; hay claras deficiencias en el acceso a la red de servicios, así como en la gestión de recursos humanos; incluso se evidencia la falta de un modelo de contrataciones y adquisiciones adecuado a las características de la seguridad social. En el sistema de pensiones se aprecia una erosión de los mecanismos de solidaridad, agudizada por una débil garantía estatal y por los altos costos administrativos en la gestión privada. La desarticulación y limitación del sistema de riesgos del trabajo, que según estimaciones de OIT solo llega a cubrir al 4.5% de la PEA y lo convierte en el sistema de menor cobertura en Latinoamérica, aunado a la ausencia de un modelo de protección a la familia integrado en el sistema de seguridad social, terminan por caracterizar la situación actual de la protección social en Perú. 7 La PROPUESTA SINDICAL para un nuevo sistema de seguridad social busca respuestas y soluciones ante el panorama descrito, para que a través del diálogo social se de un impulso decidido a una Política de Estado en Protección Social, buscando que el Estado cumpla con sus obligaciones de mejorar, ampliar y garantizar la seguridad social para todos/as los/as peruanos/as, otorgando las prestaciones que correspondan a las necesidades de los asegurados y sus familias; y que estas prestaciones sean oportunas, suficientes y con equidad de género, en un marco de solidaridad financiera con recursos estables. Se propone dotar al sistema de mecanismos de participación democrática de los trabajadores y asegurados en la administración, gestión, seguimiento y control de la seguridad social, y resolver las carencias institucionales. Se enfatiza la necesidad de terminar con el incumplimiento en las empresas (públicas y privadas) de las normas que establecen el derecho de los trabajadores y las trabajadoras a acceder a la seguridad social. Para ello debe diseñarse una Política Nacional de Seguridad Social que sirva a la universalización de la cobertura en los diversos subsistemas, con un régimen de seguridad social básico (salud y pensiones) de naturaleza pública y obligatorio para todos y todas, pero que no excluye la posibilidad de complementos voluntarios. Con financiamiento y prestaciones contributivas y no contributivas, que sancione con eficacia la morosidad y la evasión en el aseguramiento. Las políticas sociales del Estado, además, deben orientarse a reforzar la política preventiva sanitaria y de seguridad y salud en el trabajo que reduciría las enfermedades e incapacidades; las políticas sociales deben potenciar la política educativa que contribuirían a combatir y prevenir la exclusión social y la pobreza; y debe priorizarse la solución de los problemas de salud de mayor prevalencia. Para el régimen de pensiones se propone un sistema multipilar: un primer pilar obligatorio y solidario para todos los trabajadores activos, con un componente no contributivo y otro contributivo en función de la capacidad de aportes de los asegurados, financiado por contribuciones tanto de trabajadores como empleadores, y con aportaciones del Estado para los adultos mayores pobres, y siempre con beneficios definidos. El segundo pilar del sistema de pensiones del Perú, sería una pensión basada en el principio de cuenta individual, de aportación definida o cuenta individual, administrada por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP´s), con financiamiento bipartito. El tercer pilar sería voluntario, complementario, y disponible para cualquier persona, ocupada o no. La propuesta sindical toma como principios rectores: el derecho a una pensión justa y equitativa, con garantía de pensión mínima, en el que las AFP´s complementen el pilar público sin sustituirlo, y con el Estado como último garante. En cuanto al sistema de salud se proponen también dos pilares, con el fin de avanzar hacia una seguridad social en salud universal y solidaria: un primer pilar solidario compuesto por el régimen contributivo de aseguramiento en salud, de afiliación obligatoria para todos los trabajadores activos y con aportaciones de empleador y trabajador; y un segundo pilar formado por un régimen no contributivo de aseguramiento en salud financiado directamente por 8 el Estado, vía recursos fiscales, que permitirá extender la cobertura en salud a amplios sectores de la población en condiciones de pobreza. Para dar la eficacia adecuada al nuevo sistema de salud es necesario mejorar la gestión y la calidad de los servicios, así como fortalecer a Essalud. En cuanto a la cobertura de los riesgos profesionales, se propone extender la protección a todas las categorías de empleos y actividades económicas, sin distinción alguna, así como dotarse de un registro de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales completo y fiable, y dar a la prevención de riesgos laborales un papel protagónico en todo el sistema, tomando como base el principio de la responsabilidad objetiva del empleador en las condiciones de trabajo generadoras de riesgos laborales. Finalmente, las centrales sindicales proponemos la creación del Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS), como espacio de diálogo social para la formulación de políticas, la supervisión y la regulación del sistema, al que deben rendir cuentas la Tesorería de la Seguridad Social, el Instituto Nacional de Pensiones, el Instituto de Seguridad Social de Salud, el Instituto de Riesgos del Trabajo y tres Superintendencias (por Salud - SAS, por pensiones – SAFP, y por riesgos del trabajo-SART), y del que deben formar parte las organizaciones sindicales, las organizaciones de empleadores y los máximos responsables de la gestión del Sistema. 9 1. INTRODUCCION En diciembre del 2005, representantes de la CGTP, la CUT,la CATP y la CTP, se reunieron con el objetivo de estudiar la situación de la seguridad social en el Perú y evaluar el papel que le corresponde a las organizaciones sindicales en torno a la promoción y defensa del derecho a la seguridad social de los peruanos, coincidiendo en el diagnóstico de un conjunto de problemas estructurales y preocupantes, cuya solución requiere la acción unitaria, coordinada y permanente de las centrales sindicales. En la declaración conjunta emitida en aquella oportunidad, las confederaciones trazaron como uno de sus principales objetivos la “construcción conjunta de políticas sindicales en seguridad social, que conduzcan a la formulación de una propuesta sindical de nuevo sistema de seguridad social, a través de una reforma estructural integral” (ver anexo 1). A partir de ahí se creó un Grupo de Trabajo intersindical que se reunió en numerosas ocasiones para preparar el documento de base que finalmente las centrales aprobaron. Fruto de estos esfuerzos ha sido la elaboración de una PROPUESTA SINDICAL DE REFORMA DE LA SEGURIDAD SOCIAL, que garantiza, entre otros aspectos, el reconocimiento de la seguridad social como un derecho humano fundamental, el respeto a los convenios internacionales, el cumplimiento de los principios solidaridad, equidad, integralidad y universalidad, y una administración transparente, con participación tripartita, con aportes del Estado, trabajadores y empleadores, que promueva nuevos esquemas de financiamiento para la protección social de los trabajadores y la ciudadanía. El presente documento se ha realizado sobre la base de la revisión de material bibliográfico y estadístico especializado de diferentes autores, instituciones y organizaciones vinculadas a la problemática de la Seguridad Social, así como de las sugerencias, comentarios y opiniones recibidas de personalidades académicas, trabajadores y asegurados. También se recibió apoyo técnico de la OIT tanto para el tratamiento especializado del tema, como para profundizar la reflexión y el debate técnico en este ámbito por parte de las organizaciones sindicales. La propuesta sindical considera las diversas trabas existentes para el acceso universal a la seguridad social, y que son una expresión de la exclusión social en el Perú. Destaca su carácter de derecho humano protegido por normas internacionales de obligatorio cumplimiento por parte del Estado peruano, haciendo referencia constante a los principios que inspiran la seguridad social y las prestaciones mínimas sustentadas en las nueve ramas básicas establecidas en el Convenio 102 de la OIT. También se hace una revisión sucinta de la reforma de la seguridad social en el Perú de 1993, incidiendo en la identificación de los problemas centrales no resueltos a través del tiempo. 10 El aspecto medular del documento es la formulación de un conjunto de propuestas orientadas a una reforma integral del sistema de seguridad social en el Perú, que recoge las inquietudes de los trabajadores y asegurados afiliados a las centrales sindicales del país. Merecen especial atención los apartados referidos a los objetivos del nuevo sistema de seguridad social, los principios y conceptos en los que se sustenta, su institucionalidad, y las características principales de los regímenes de aseguramiento en pensiones, salud y riesgos del trabajo. Los regímenes de protección social son, por su propia naturaleza, cambiantes; en consecuencia, se adaptan a las realidades políticas, sociales, económicas y culturales de los países en los que se desarrollan. En este sentido, nuestra propuesta de reforma no es estática sino que se concibe como un proceso permanente en el que se va observando la evolución en materia de cobertura, grado de satisfacción, equilibrio económico, financiero y actuarial, y a partir de estas constataciones se pueden ir realizando los ajustes necesarios. En el desarrollo de los contenidos, se ha procurado lograr un documento propositivo que tenga también una utilidad informativa y formativa para todos/as los/as trabajadores/as. 11 2. MARCO CONCEPTUAL 2.1 Exclusión social, políticas sociales y seguridad social Las limitaciones de las políticas sociales y de lucha contra la pobreza, aplicadas en las últimas décadas en el Perú, plantearon la necesidad de un enfoque alternativo de políticas públicas. Este enfoque sugiere que el concepto de exclusión social permite una observación mas completa del estado actual de la pobreza y la articulación de una estrategia alternativa de política social. La exclusión social es generalmente definida como “la acción y efecto de impedir la participación de ciertos grupos sociales en aspectos considerados valiosos de la vida colectiva”1. Es un concepto más amplio que el de pobreza ya que éste último se enfoca más en los niveles de ingreso y en la identificación de necesidades básicas insatisfechas pero no incorpora otros aspectos importantes sociales y políticos. La exclusión social comprende fundamentalmente tres dimensiones: económica, social y política. La exclusión económica está vinculada a la falta de medios y capacidades para participar en la producción; la exclusión política se presenta cuando las personas carecen de derechos (civiles, políticos, sociales, económicos y culturales) garantizados por una autoridad legítima. Desde esta perspectiva, para combatir las desigualdades generadas por la exclusión social y promover la integración social y el desarrollo humano, es necesario diseñar y poner en práctica políticas sociales coherentes “(…) llevadas adelante principalmente por el Estado, a través del presupuesto público, pero también por otro conjunto de instituciones públicas, privadas, sociales, organizaciones no gubernamentales, etc”.2 Uno de los derechos sociales fundamentales cuya carencia está vinculada a la exclusión social es la seguridad social (protección básica de la salud, pensiones y aseguramiento de los riesgos del trabajo) la misma que “forma parte indispensable de la política social de los gobiernos y es una herramienta importante para evitar y aliviar la pobreza. A través de la solidaridad nacional y la distribución justa de la carga, puede contribuir a la dignidad humana, a la equidad y a la justicia social”.3 Para la OIT el trabajo decente es uno de los medios más eficaces para superar la pobreza. Precisamente el concepto de trabajo decente incluye la protección social como uno de los componentes esenciales. Por eso, no es posible implementar una política social coherente, que pretenda combatir la pobreza y la exclusión social, sin una clara Figueroa, D. Sulmont y T. Altamirano: “Exclusión social y desigualdad en el Perú”. Lima ,1996 Murro, Ernesto: “El dilema de la seguridad social en el Cono Sur”. OIT. Lima, 2004 3 OIT: Seguridad social: un nuevo consenso”. Ginebra, 2002 1 2 12 política promotora de la seguridad social. En consecuencia consideramos que para combatir la pobreza y reducir la exclusión social es necesario diseñar y poner en práctica una política de seguridad social que garantice a los trabajadores (as) el respeto a este derecho y el acceso progresivo de todos/as los/as ciudadanos/as a la seguridad social. 2.2. ¿Qué es la seguridad social? Siempre ha sido una preocupación de las comunidades humanas la protección de las necesidades individuales y colectivas de sus miembros. Fueron diversos los mecanismos de protección social que adoptaron para protegerse de los peligros y riesgos circundantes. Estos mecanismos de protección diseñados a lo largo del tiempo, como el ahorro, la asistencia social, los basados en la idea de solidaridad y mutualidad, y el seguro privado, son precedentes históricos de lo que hoy es la Seguridad Social. En la época contemporánea, los acontecimientos políticos y sociales en Europa impulsaron notables avances en materia de protección social. Sin embargo, progresivamente se va haciendo evidente la incapacidad del liberalismo económico para hacer frente a las necesidades sociales de la nueva sociedad industrial. El desarrollo del movimiento obrero y del socialismo generó condiciones políticas y sociales favorables a la adopción de medidas destinadas a resolver las necesidades sociales de los trabajadores. En Alemania, surge el “Socialismo de Estado” que inspiraría el surgimiento de los Seguros Sociales (régimen contributivo) como seguros obligatorios, siendo una nueva forma de protección social. En otros países, se introdujeron sistemas basados en cotizaciones o basados en fondos estatales. Este último sistema es lo que se denomina seguridad social y al que la OIT define como “la protección que la sociedad proporciona a sus miembros, mediante una serie de medidas públicas, contra las privaciones económicas y sociales que de otra manera derivarían de la desaparición o de una fuerte reducción de sus ingresos como consecuencia de enfermedad, maternidad, accidente de trabajo o enfermedad profesional, desempleo, invalidez, vejez y muerte; y también la protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos”.4 2.3. La seguridad social es un derecho humano fundamental Para las Naciones Unidas los derechos humanos son “las condiciones de la existencia humana que permiten al ser humano desenvolverse y utilizar plenamente sus dotes de inteligencia y de conciencia en orden a la satisfacción de las exigencias fundamentales que le imponen su vida espiritual y natural”.5 Los derechos humanos 4 5 OIT: “Seguridad Social: Guía de Educación Obrera”.Ginebra, 1995 Citada por Francisco del Solar en “Los Derechos Humanos y su protección” 13 constituyen uno de las más importantes conquistas democráticas de la humanidad en su permanente lucha por alcanzar la justicia social. Son derechos inherentes al ser humano que este ejerce a través de su desenvolvimiento individual y social. La protección involucra no sólo los derechos civiles y políticos sino también los económicos, sociales y culturales. La seguridad social es la protección que la sociedad proporciona a sus miembros (seres humanos) mediante la cobertura de las contingencias sociales. La seguridad social busca la protección integral de las personas ante las dificultades de la vida, particularmente cuando debe enfrentar riesgos como las privaciones económicas y sociales, enfermedad, maternidad, accidentes de trabajo, vejez y otros. La cobertura de las contingencias sociales, razón de ser de la seguridad social, es parte fundamental de los derechos humanos; es decir, no se conciben derechos sin la cobertura integral de las contingencias sociales. No se puede sostener la existencia de derechos humanos si las personas no están protegidas por las contingencias de salud, de vejez, de empleo y de cargas de familia. El carácter de derecho humano fundamental de la seguridad social aparece sancionado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo Art. 22 establece que "Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad". El Art. XVI de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (1948) precisa que: "Toda persona tiene derecho a la seguridad social que lo proteja contra las consecuencias de la desocupación, de la vejez y de la incapacidad que, proveniente de cualquier otra causa ajena a su voluntad, la imposibilite física o mentalmente para obtener los medios de subsistencia”.6 La Convención Americana sobre Derechos Humanos de 1959, ratificada por el Perú el 28 de julio de 1978, ratifica en su Art. 26 la obligación de los Estados de “lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que se derivan de las normas económicas, sociales” 7 y el Protocolo, en su Art. 9, reconoce el derecho de toda persona a la seguridad social. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, sociales y culturales (PIDESC), pacto ratificado por el Perú el 28 de abril de 1978, prescribe que “los Estados partes en el presente pacto reconocen el derecho de toda persona a la seguridad social, incluso al seguro social”. 6 7 Zovatto, Daniel: “Los Derechos humanos en el Sistema Interamericano (…) ”. Costa Rica, 1987 Idem. 14 Asimismo, el Pacto establece las obligaciones que contraen los Estados para “adoptar medidas (…) hasta el máximo de los recursos de que disponga, para lograr progresivamente por todos los medios apropiados, inclusive en particular la adopción de mediadas legislativas, la plena efectividad de los derechos aquí reconocidos”. La Comunidad Andina de Naciones (CAN) también desempeña un importante rol en el reconocimiento y respeto del derecho humano a la seguridad social. Prueba de ello son una serie de instrumentos relativos a la seguridad social y a la seguridad y salud en el trabajo. Uno de estos instrumentos es la decisión 583, sustitutoria de la Decisión 546, Instrumento Andino de Seguridad Social, que tiene como objetivo, entre otros, garantizar a los migrantes laborales la aplicación del principio de igualdad de trato a percibir las prestaciones de seguridad social durante su residencia en otro país miembro, así como garantizar a los migrantes laborales la conservación de los derechos adquiridos. La Resolución sobre Seguridad Social de la 89º Conferencia Internacional de la OIT (2001), ratificó que “la seguridad social es (…) un derecho humano fundamental y un instrumento esencial para crear cohesión social, y de ese modo contribuye a garantizar la paz social y la integración social (…) 8. 2.4. Las prestaciones de la seguridad social Las prestaciones de seguridad social son “el conjunto de bienes y servicios que los organismos de seguridad social o los seguros sociales otorgan a las personas para prevenir los riesgos sociales o reparar sus efectos”. (Rendón: 1985). En la normativa internacional (9) las normas de seguridad social han sido divididas conceptualmente por la OIT en tres generaciones: a) Primera Generación de normas (1919-1944).- Son las normas adoptadas hasta fines de la Segunda Guerra Mundial. Es la denominada era de los seguros sociales. Están referidas al establecimiento de “un sistema de seguro obligatorio relativo a un riesgo determinado que cubra los principales sectores de actividad y las principales categorías de trabajadores”.10 b) Segunda Generación de normas (1944-1952).- Son las normas adoptadas con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial. Corresponde a la era de la seguridad social. El objetivo era “unificar y coordinar los diferentes regímenes de protección en un sistema único de seguridad social que cubra todas las contingencias y todos los trabajadores”. Una de las normas más importantes adoptada en este período fue el Convenio sobre la seguridad social (norma mínima), 8 OIT: Seguridad Social: Un nuevo consenso, Ginebra, 2001 G. López M. , R. Silva y A. Egorov: “Las Normas Internacionales del Trabajo. Un Enfoque Global”. OIT. Ginebra, 2001. 10 Op. cit 9 15 1952 (núm. 102), que se basó en el principio de un sistema general de seguridad social. c) Tercera Generación de normas (1952-2000).- Son los instrumentos adoptados con posterioridad al Convenio núm. 102. Para los fines del presente apartado, interesa destacar las normas de segunda generación y especialmente el Convenio núm. 102 sobre la seguridad social (norma mínima) en la medida en que este Convenio significó “una evolución respecto a las normas anteriores debido a que en un mismo instrumento se trata de las nueve ramas principales de la seguridad social”.11 El Convenio 102 introduce la idea del nivel mínimo de protección que debe ser alcanzado por los Estados miembros en relación a su desarrollo económico y social, y del cual no pueden sustraerse. Este nivel mínimo comprende las siguientes nueve ramas principales de la seguridad social: i) Asistencia médica. La asistencia comprende todo estado mórbido, cualquiera que fuere su causa y la necesidad de asistencia médica que de ella se derive. El Convenio 102 cubre igualmente la asistencia médica necesaria durante el embarazo, el parto y sus consecuencias. El Estado debe garantizar a las personas protegidas la concesión de asistencia médica de carácter preventivo (artículo 7 del Convenio 102 y artículo 8 del Convenio 130). ii) Prestaciones monetarias de enfermedad Comprende la incapacidad para trabajar resultante de un estado mórbido, que entrañe la suspensión de ganancias. La Recomendación núm. 134 estipula que “debería concederse la prestación cuando la ausencia al trabajo esté justificada por el hecho de que el interesado esté bajo observación médica con fines de readaptación o tenga un permiso de convalecencia”. iii) Prestaciones de desempleo La contingencia cubierta deberá comprender “la suspensión de ganancias ocasionadas por la imposibilidad de obtener un empleo conveniente en el caso de una persona protegida que sea apta para trabajar y esté disponible para el trabajo”. El Convenio 168 precisa que la persona deberá estar efectivamente en busca de empleo. El Convenio 102 enfatiza sobre el desempleo total. El Convenio 168 prevé que los Estados deberán, por una parte, realizar esfuerzos para extender la protección a la pérdida de ganancias debida al desempleo parcial y a la suspensión o a la reducción de ganancias debidas una suspensión temporal del trabajo y, por otra parte, prever el pago de indemnizaciones 11 Op. cit 16 a los trabajadores a tiempo parcial que están efectivamente en busca de un empleo a tiempo completo. iv) Prestaciones de vejez El riesgo cubierto es la supervivencia más allá de una edad prescrita. De conformidad con el artículo 26 del Convenio 102 y el artículo 15 de Convenio 128, la edad prescrita normalmente no deberá superar los 65 años. Los convenios autorizan, sin embargo, la fijación de una edad más elevada en función de criterios específicos. En el Convenio 102, se toma en cuenta la capacidad de trabajo de la personas de edad avanzada y, en el Convenio 128, los criterios demográficos, económicos y sociales apropiados, justificados por datos estadísticos. Los Estados pueden reducir la edad que da derecho a percibir la pensión de vejez. El Convenio 128 establece que si la edad prescrita fuera igual o superior a 65 años, esa edad deberá ser reducida para las personas que hayan estado trabajando en labores consideradas por la legislación nacional como penosas o insalubres a los efectos de la prestación de vejez. v) Prestaciones en caso de accidentes del trabajo y enfermedad profesional La contingencia cubierta comprende: el estado mórbido; la incapacidad para trabajar y la invalidez o disminución de las facultades físicas producidas por un accidente del trabajo o por una enfermedad profesional prescrita. La contingencia comprende asimismo la pérdida de medios de existencia sufrida en caso de muerte del sostén de familia como consecuencia de una lesión profesional. En el marco del Convenio 102, los beneficiarios serán la viuda y los hijos. Para el Convenio 121 se tratará de categorías de beneficiarios prescritas a saber: la viuda, de acuerdo con lo que prescriba la legislación nacional; el viudo a cargo e incapacitado; los hijos a cargo del fallecido, y toda otra persona que fuera designada por la legislación nacional (generalmente los padres, los abuelos, etc.). vi) Prestaciones familiares La contingencia cubierta será “la de tener hijos a cargo en las condiciones que se prescriban”. El artículo 1 del Convenio 102 precisa que el término “hijo” designa un hijo en la edad de asistencia obligatoria a la escuela o al que tiene menos de 15 años. vii) Prestaciones de maternidad La contingencia cubierta deberá comprender, por una parte, el embarazo, el parto y sus consecuencias, y por otra, la suspensión de ganancias que ocasionen. El Convenio 183, si bien no define expresamente la contingencia, cubre los mismos riesgos que el Convenio 102, garantizando incluso prestaciones más amplias. 17 viii) Prestaciones de invalidez Consiste en la ineptitud para ejercer una actividad profesional, en un grado prescrito, cuando sea probable que esta ineptitud será permanente o cuando la misma subsista después de cesar las prestaciones monetarias de enfermedad (artículo 54 del Convenio 102 ). ix) Prestaciones de sobrevivientes. Comprende la pérdida de medios de existencia sufrida por la viuda o los hijos como consecuencia de la muerte del sostén de familia (artículo 60 del Convenio 102 y artículo 21 del Convenio 128). La protección comprende entonces a la viuda que estaba a cargo del sostén de familia fallecido así como a los hijos cuyo sostén de familia (padre o madre) haya fallecido. El término hijo designa al hijo en la edad de asistencia obligatoria a la escuela o al que tiene menos de 15 años, o al hijo que no ha alcanzado una edad prescrita superior a los 15 años y que sea aprendiz o estudiante o padezca una enfermedad crónica o una dolencia que lo incapacite para toda actividad lucrativa. 2.5. Cobertura La cobertura “es el referente poblacional al que va dirigido un sistema de seguridad social” 12. Importantes sectores de la población en el mundo están excluidos de la protección de la seguridad social. En el área andina y en el Perú, está exclusión adquiere rasgos particularmente graves debido a que no sólo no se ha extendido la cobertura sino que, lo que es mas grave, se ha reducido de manera considerable. El tema de la cobertura es de especial relevancia cuando se trata de elaborar políticas en materia de seguridad social. Por eso, las organizaciones sindicales colocamos este tema en el centro del debate de la reforma de la seguridad social en el Perú. Tratar el tema de la cobertura obliga a reflexionar acerca de su extensión (número de personas alcanzadas por la protección) y de la calidad (suficiencia de las prestaciones). La cobertura también lleva a reflexionar acerca de las desigualdades e inequidades que genera el mercado de trabajo y que los programas de seguridad social tienen que enfrentar para evitar agravar las condiciones de vida de la población. 2.6. Principios de la Seguridad Social La práctica de la seguridad social en el devenir histórico de la sociedad contemporánea, ha originado un conjunto de orientaciones que han inspirado las políticas de seguridad social elaboradas para lograr la prevención y la cobertura de los riesgos sociales. Estas orientaciones surgidas de la experiencia de la seguridad social han sido denominadas por la doctrina como principios de la seguridad social. Los principios de la seguridad social pueden ser conceptualizados como “los cimientos 12 Murro. Op.cit 18 que la sostienen y la conforman, sin los cuales perderían su identidad y razón de ser. En ellos se basan o debieran basarse, en general, los sistemas de seguridad social. Buscan cumplir diversas funciones: inspiran y determinan las normas, y permiten dar soluciones coherentes tanto a los casos previstos como a los dudosos” 13. Esos principios son: a) Universalidad.- Según este principio la seguridad social se orienta a la necesidad de suministrar las prestaciones a todas las personas sin excepción. Su esencia deriva del carácter de derecho humano fundamental de la seguridad social. El principio de universalidad tiene dos vertientes: “La objetiva significa que la seguridad social debe cubrir todas las contingencias a las que esta expuesto el hombre que vive en sociedad. La subjetiva, que todas las personas deben estar amparadas por la seguridad social.” 14 b) Internacionalidad.- Por este principio una persona o un trabajador y su familia, que se desplaza de un país a otro por diversos motivos o por trabajo, deben tener derecho a recibir las prestaciones de la seguridad social en el lugar donde se encuentren y a añadir a su record el tiempo de trabajo y los aportes acumulados en otro país. El principio de internacionalidad en materia de seguridad social es el fundamento para la protección de los trabajadores que emigran a otros países en busca de empleo. La aplicación de este principio es hoy más importante que nunca en la medida en que, en la era de la globalización, la movilidad de la fuerza de trabajo se ha hecho más intensa y requiere ser protegida. c) Integralidad.- Por el principio de integralidad, las personas deben tener acceso a todas las prestaciones que les sean necesarias para defenderse de los riesgos sociales. Si bien la aspiración es proteger a las personas contra todos los riesgos, por ahora, los que son susceptibles de ser cubiertos se encuentran precisados en el Convenio 102 de la OIT, con una serie de prestaciones (nueve ramas) mínimas que son el fundamento de la seguridad social. d) Uniformidad (igualdad).- Por el principio de uniformidad, todas las personas tienen derecho a ser amparadas “igualitariamente ante una misma contingencia” 15. Todos los beneficiarios tienen derecho a que se le otorgue prestaciones semejantes en calidad y cantidad. Esto quiere decir que “las prestaciones deben bastar para neutralizar adecuadamente los riesgos en función de la necesidad. Cabe distinguir, en este aspecto, que las prestaciones de enfermedad, maternidad, accidente y muerte, en tanto se suministra a la persona como entidad biológica, deben ser necesariamente iguales, y que las prestaciones en dinero, como pagos sustitutorios o complementarios de las remuneraciones, pueden variar entre un límite mínimo y un 13 Op.cit Op.cit 15 Op.cit. 14 19 límite máximo, según las necesidades y el monto de las aportaciones que indican el nivel de vida del beneficiario”. 16 e) Solidaridad.- Según este principio todas las personas de la sociedad tienen el deber de contribuir a financiar las prestaciones de seguridad social, de este modo “las personas capacitadas para el trabajo, o con recursos suficientes para contribuir (capacidad contributiva), suministran, en cada momento, los recursos que las personas incapacitadas o necesitadas reciben como prestaciones para beneficiarse, a su vez de la solidaridad de los otros cuando ellos tengan necesidad de las prestaciones sin que haya correlación entre lo que cada uno aporta y lo que recibe” 17. El principio de solidaridad constituye una “herramienta esencial a efectos de cumplir con el objetivo esencial de la seguridad social: la redistribución de la riqueza con justicia social” 18. El principio de solidaridad está pues en la naturaleza misma de la seguridad social. No es posible un sistema de seguridad social sin el componente de solidaridad. En consecuencia, toda propuesta de reforma de la seguridad social requiere que ese componente sea central. f) El Principio de unidad.- Presupone que todas las prestaciones de la seguridad social deben ser suministradas por una sola entidad o por un sistema de entidades entrelazadas orgánicamente y vinculadas a un sistema único de financiamiento. Inspira la aparición de este principio una necesidad de carácter operacional para viabilizar los principios relativos a las prestaciones, y, sobre todo, el principio de solidaridad. La unidad de gestión permite “una mejor planificación, dirección, coordinación organización y control, y la economía en los gastos de administración”. 19 A los principios clásicos de la teoría de la Seguridad Social, se han sumado aquellos que fueron progresivamente incorporados en los Convenios y Recomendaciones de la OIT, adoptados entre 1944 y 1988 (Gruat: 1998). Así se reconocen como principios de la seguridad social el de igualdad de trato, el de participación y administración democrática, y el de responsabilidad del Estado. g) Igualdad de trato.- corresponde al hecho de que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, según la cual todo ser humano, como tal, tiene el derecho a la seguridad social, prohíbe toda clase de discriminación (art. 2.1). El tema reviste particular importancia en su relación con la discriminación basada en motivos de sexo, de nacionalidad y de residencia. Este principio tiene enorme relevancia y debe ser tenidos en cuenta al momento del diseño de una reforma del sistema de pensiones. Rendón, Jorge, “Derecho de la Seguridad Social”. Lima, 1995 Rendón, Jorge, “Derecho de la Seguridad Social”. Lima, 1995 18 Murro. Op. Cit. 19 Rendón, Op.Cit 16 17 20 h) Obligatoriedad.- la seguridad social es necesaria, sin perjuicio de que pueda aceptarse la cobertura optativa y voluntaria, de acuerdo a ciertas condiciones y como adecuado complemento de los regímenes obligatorios indispensables. i) Responsabilidad general del Estado.- Este principio se deriva de la naturaleza de los derechos humanos de la seguridad social. En virtud de los instrumentos internacionales de derechos humanos, el Estado no puede sustraerse a la obligación de proteger las necesidades de la población ante la ocurrencia de contingencias. j) Administración democrática.- la sociedad debe involucrarse en la administración y dirección de la seguridad social a través de sus organizaciones representativas (Convenio 102 de la OIT). 2.7. La Importancia de las Resoluciones y Conclusiones de la OIT relativas a la seguridad social. La importancia de destacar los principios de la seguridad social, radica en que toda propuesta de reforma del sistema de seguridad social debe atenerse a ellos sino se quiere desnaturalizar su papel. Proceder de otra manera puede desviar el sistema de su objetivo principal cual es la protección social. No debe olvidarse que las reformas impulsadas por el Banco Mundial, particularmente en América Latina, se basaron principalmente en una visión económica y financiera del papel de los sistemas de protección social, sin entender su carácter de derecho humano fundamental. En la 89º Conferencia Internacional de Trabajo (2001), este fue un tema central que concitó especial atención entre los delegados, expertos y observadores. En dicha Conferencia, y luego de un amplio debate realizado sobre la base del Informe VI (Seguridad Social: temas, retos y perspectivas), se alcanzaron importantes acuerdos que se constituyen en orientaciones fundamentales para emprender una reforma eficiente de la seguridad social. Murro 20 ha resumido muy bien estas orientaciones en 12 coincidencias: 20 1. La seguridad social es un derecho humano fundamental. 2. La necesidad de dar la máxima prioridad a la cobertura de la seguridad social. 3. No hay un modelo único ejemplar, y le incumbe a cada sociedad determinar los regímenes que le conviene. 4. El Estado prioritariamente tiene la función de favorecer, mejorar y ampliar la seguridad social, y de establecer un marco normativo eficaz con mecanismos de aplicación y control. Op.cit 21 5. La importancia del diálogo social para asegurar la eficacia en la institución o ampliación de la seguridad social, en su evaluación, y en el desarrollo de opciones para hacer frente a cualquier desequilibrio financiero, así como en la participación de los interlocutores sociales en la formulación de la estrategia nacional, en la gestión de los sistemas nacionales y de los regímenes complementarios. 6. En los sistemas de pensiones en los que existen los regímenes de de cuentas de capitalización individual en el que el riesgo es individual; este no debe debilitar los sistemas de solidaridad. 7. Los regímenes de pensiones obligatorios deben garantizar pensiones suficientes y solidaridad nacional. 8. Las medidas para aumentar el empleo y el crecimiento sostenible que genere empleo productivo como soluciones frente al impacto del envejecimiento en los sistemas de pensiones y en el costo de la asistencia médica. 9. La necesidad de promover el acceso al empleo decente. 10. Promover la igualdad entre hombres y mujeres como cimiento y eje de la seguridad social y para el óptimo desarrollo de la sociedad. 11. La pandemia del VIH-SIDA tiene consecuencias catastróficas en diversos sectores de la sociedad e influye en el financiamiento de la seguridad social y la salud. 12. La OIT debe encarar sus actividades en seguridad social basándose en la Declaración de Filadelfia, en el concepto de trabajo decente y normas internacionales respectivas; priorizando en sus actividades la extensión de la cobertura. La importancia de estas conclusiones radica en que constituyen ejes programáticos de consenso para enfrentar los retos de la seguridad social en la comunidad internacional y bases sólidas sobre las cuales se debe emprender la tarea de construir consensos en los países miembros, como es el caso del Perú, para impulsar una reforma integral de la seguridad social. 22 3. LA SEGURIDAD SOCIAL EN EL PERÚ 3.1. Antecedentes Antes de las reformas que se hicieron al sistema a inicios de la década de los noventa, el sistema de seguridad social estaba a cargo del Estado. En la década de los 70 se inicia un proceso de unificación de sistemas (Seguro Obrero y Seguro del Empleado) para uniformizar también las condiciones de acceso y las prestaciones. En los 80 el sistema se organizaba en dos grandes campos: el de la salud y el de las pensiones. La gestión de los Regimenes de Prestaciones de Salud (Decreto Ley 22482 ) y del Sistema Nacional de Pensiones (Decreto Ley 19990), eran responsabilidad de una entidad autónoma y descentralizada, llamada Instituto Peruano de Seguridad Social (IPSS), a la que debían afiliarse obligatoriamente los trabajadores dependientes y a la que debían aportar éstos y sus empleadores. La tasa era de carácter bipartita, y equivalía al 9% de la remuneración para cada régimen; el empleador cubría el 6%, y el trabajador el 3%.. El Régimen de Prestaciones de Salud estaba dirigido a trabajadores en actividad, pero también protegía a los pensionistas que sufrieran contingencias temporales como las enfermedades que causan un mayor gasto o una incapacidad para el trabajo. Las prestaciones asistenciales cubrían la necesidad de consultas médicas, medicamentos, pruebas de laboratorio, etc.; y las prestaciones económicas, conocidas como subsidios, sustituían las remuneraciones dejadas de percibir. El Sistema Nacional de Pensiones beneficiaba a quienes habían cesado de modo definitivo en el trabajo u empleo, por contingencias permanentes, como la vejez y la invalidez; o a los familiares sobrevivientes del titular fallecido. Su objetivo fundamental era únicamente la de reemplazar la remuneración y por ello solo otorgaba pensiones. Además de estos dos regímenes, existían también regimenes especiales. El más importante de estos regímenes se mantenía en el ámbito de las pensiones, y era el Régimen de Pensiones y Compensaciones por Servicios Civiles prestados al Estado (Decreto Ley 20530). En realidad este sistema fue concebido desde sus origenes como cerrado, a favor de los trabajadores públicos que ingresaron hasta el 11 de Julio de 1962. No obstante, pese a que desde que apareciera fuera considerado un régimen cerrado, fue varias veces reabierto por leyes e interpretaciones administrativas y judiciales, debido a las ventajas que ofrecía con respecto al Sistema Nacional de Pensiones. Especialmente en lo que se refiere a los requisitos (edad y años de aportación menores al del SNP) para adquirir una pensión, a los que se agrega el hecho de que se podía computar como años de servicios los años de formación profesional. 23 La Constitución de 1979, vigente a fines de los 70 y sobre todo durante los 80, hasta el autogolpe de 1992, regulaba la previsión social como un derecho fundamental de la persona. Establecía dos modelos de previsión social, uno de carácter universal como es la seguridad social, y otro laboral como es el Seguro Social. Así podían actuar como entidades aseguradoras, conjuntamente con el Seguro Social, otras entidades de naturaleza pública o privada que ofrecieran mejores prestaciones y que contaran con el consentimiento de los asegurados. Estos podían afiliarse complementariamente a otras entidades sin desafiliarse del Seguro Social. El sector privado no había incursionado todavía en la seguridad social, sólo lo había hecho en el área de la salud, pero lo hacia en forma complementaria al Régimen de Prestaciones de Salud, al que podían acceder un reducido grupo de personas que tenían las posibilidades económicas para pagar las primas de un seguro de naturaleza privada. A fines de la década de los ochenta se había desatado una verdadera crisis que afectaba al sistema de seguridad social. El uso indebido de los fondos de la seguridad social por los sucesivos gobiernos, para fines ajenos a la misma y en cuantía incalculable, la pérdida de autonomía, la corrupción, y la ineficiencia en la calidad de los servicios a los asegurados, fueron los factores desencadenantes de la crisis. En aquel entonces se divisaban dos vías o perspectivas para darle salida a dicha crisis: 3.2. En una de ellas, la crisis podía resolverse a través de modificaciones legislativas, mejoras en la gestión administrativa y voluntad política. La otra perspectiva, sostenía que la salida consistía en promover la incursión de la empresa privada en la cobertura de la salud y de las pensiones. La Reforma de 1993 El autogolpe presidencial de 1992 y la nueva Constitución de 1993, brindaron el contexto político y constitucional propicio para que el sector privado se instalara en la provisión de servicios de la seguridad social. Para el posicionamiento de la empresa privada en este ámbito, el debate se centraba en determinar el grado de participación que le debía corresponder. El dilema consistía “en si se debían mantener las entidades públicas, a cargo de prestaciones básicas, con afiliación y aportación obligatoria de los trabajadores dependientes, aunque la tasa de la contribución se rebajara y reservar la presencia privada para la cobertura adicional, o si se debía permitir que los trabajadores eligieran entre la afiliación y aportación exclusiva a una entidad pública o a una privada, las que competirían por la prestación del mejor servicio”. 21 En 21 Defensoría del Pueblo: Informe Defensorial No. 85 Lima, 2004 24 otras palabras, si se requería un esquema complementario o uno alternativo. En materia de pensiones, se impone el modelo alternativo22 en el que el asegurado debía optar entre permanecer en el sistema público de reparto del Sistema Nacional de Pensiones (D.L Nº 19990) o afiliarse al recién creado Sistema Privado de Pensiones (Decreto Ley 25897) de capitalización individual. Creado el régimen de capitalización individual, las decisiones políticas y legislativas del Estado, debilitaron el sistema previsional público. Con estas medidas legislativas, afiliarse al Sistema Privado de Pensiones (SPP) fue mucho más sencillo que al Sistema Nacional de Pensiones, fue posible trasladarse del Sistema Nacional de Pensiones (SNP) al Sistema Privado, pero fue imposible (salvo excepciones, a veces difícil de probar) el retorno al primero. También se dieron una serie de beneficios a los trabajadores que se pasaran del sistema público al sistema privado, se rebajó la tasa de aportación al Sistema Privado de Pensiones y se elevó la del Sistema Nacional de Pensiones; se aumento la edad de jubilación en el sistema nacional para equipararla a la del sistema privado. La reforma realizó sustanciales cambios al Sistema Nacional de Pensiones que perjudicaron a afiliados y pensionistas: Fue elevado el número mínimo de años de aportación para tener derecho a una pensión de jubilación de 15 y 13, para hombres y mujeres, respectivamente, a 20 años para todos los afiliados al sistema; se modificó la base de cálculo de la remuneración de referencia para la determinación de la pensión a percibir, que era el promedio de las últimas 12 remuneraciones y pasó a ser el promedio de las últimas 36, 48 ó 60 remuneraciones; se fijó un tope a las pensiones estableciendo una pensión máxima de 600 nuevos soles mensuales. simultáneamente, se aumenta la edad para la jubilación de 60 y 55 años para hombres y mujeres, respectivamente, a 65 para todos y, se estableció el aporte exclusivo de los trabajadores el mismo que se incrementó en 9% de la remuneración primero, 11% de la remuneración después para luego alcanzar el 13% (Ley 26504 ). En el Régimen de Pensiones y Compensaciones por Servicios Civiles Prestados al Estado, se declaró la nulidad de pleno derecho de las incorporaciones o reincorporaciones al régimen que se habían producido con infracción de la normatividad legal (Decreto Legislativo 763). 22 Voluntario en la elección pero sustitutivo del reparto una vez elegido. 25 También se interpretó que la nivelación de las pensiones a que se refería la Constitución de 1979, debía realizarse con la remuneración de un trabajador sujeto al régimen laboral público. El propósito era la nivelación en función de las bajas remuneraciones de los trabajadores del régimen laboral público. A todo ello se sumó la fijación de topes para estas pensiones a través de las leyes de presupuesto público hasta llegar a la norma que lo equiparó al sueldo de un congresista y después se las ha fijado en función de la unidad impositiva tributaria. Para completar los cambios al régimen, se procedió a la modificación de otras normas referidas a pensiones de jubilación y sobrevivientes orientadas a su restricción. En mismo régimen también se elevaron los aportes por tramos y se ha estableció una contribución solidaria por el monto que exceda de 14 unidades impositivas tributarias anuales, con la tasa del impuesto a la renta. Otro aspecto que modificó la reforma fue el referido a la gestión unitaria de los sistemas de salud y de pensiones. Como se sabe, la gestión de la seguridad social estaba a cargo del Instituto Peruano de Seguridad Social, la reforma la desdobla en dos entidades, una para la gestión del seguro social en salud, llamada Seguro Social de Salud (ESSALUD) (Ley 27056) y la otra para la gestión del régimen público de pensiones, denominada Oficina de Normalización Previsional (ONP) (D. Ley 25697). Este cambio significó la perdida de la unidad del sistema y de la autonomía, debido a que ESSALUD pasó a depender del Ministerio de Trabajo y la ONP del Ministerio de Economía y Finanzas. La ONP centralizó la administración de las pensiones del régimen público a cargo del Estado, hasta que fue declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional, momento a partir del cual se limita a la gestión de las pensiones del régimen del Decreto Ley 19990, quedando la gestión del régimen del Decreto Ley 20530 en manos de la entidad pública en que se habían generado. En seguridad social en salud, la salida consistió también en promover la incursión de la empresa privada en la cobertura de la salud bajo un esquema complementario con la denominada modernización de la seguridad social. Para ello se crean las Entidades Prestadoras de Salud (EPS) como empresas e instituciones públicas o privadas distintas del Instituto Peruano de Seguridad Social, para prestar servicios de atención para la salud con infraestructura propia y de terceros, sujetas al control de la creada Superintendencia de Entidades Prestadoras de Salud (SEPS). Asimismo, se estableció un crédito contra aportes a favor de las entidades empleadoras que otorguen cobertura de salud a sus trabajadores mediante servicios propios o a través de planes o programas de salud contratados con Entidades Prestadoras de Salud para dar cobertura de “capa simple” con base en un Plan Mínimo de Atención, y se establecen co-pagos, manteniendo la cobertura de atenciones de “alta complejidad” a cargo del Seguro Social de Salud (Essalud). 26 En lo referente al aseguramiento de riesgos laborales se emprendió un verdadero retroceso, pues se creó el Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo (SCTR) que otorga cobertura adicional sólo a los afiliados regulares del Seguro Social de Salud que desempeñan actividades de “alto riesgo” determinadas mediante Decreto Supremo. El SCTR es de carácter obligatorio para las empresas que realizan actividades de “alto riesgo” y su financiamiento corre por cuenta de la entidad empleadora. Se estableció que los empleadores podrían contratar libremente el SCTR con Essalud o las EPS para cubrir las prestaciones de salud en caso de accidente o enfermedades profesionales. También se estableció que este seguro cubriría las prestaciones económicas por invalides temporal o permanente y a sobrevivientes y gastos de sepelio como consecuencia de accidente de trabajo o enfermedad profesional, pudiéndose contratar libremente con la Oficina de Normalización Previsional (ONP) o con aseguradoras privadas. 4. DIAGNÓSTICO DE LA SITUACIÓN ACTUAL Ausencia de una Política de Estado en Protección Social y como consecuencia: a) Bajo nivel de cobertura. b) Escasa o nula participación democrática de los trabajadores y asegurados en la administración y gestión de la seguridad social. c) Carencias Institucionales: Precariedad institucional e insuficiencia de recursos públicos; inequidad e ineficiencia en la gestión; alta morosidad y evasión patronal; deficiencias en los mecanismos de supervisión y control; inequidad de género; y escasa atención a la familia. d) Problemas específicos por contingencia. 4.1 El bajo nivel de cobertura, en todas las contingencias (salud, pensiones, riesgos del trabajo, prestaciones familiares, etc.) Abordar el terma de la cobertura de la seguridad social lleva a la necesidad de reformar la organización del sistema y de los aspectos institucionales. Implica también abordar la responsabilidad del Estado y de los empleadores en el cumplimiento de la ley. Las brechas de cobertura que no alcanzan a cubrir los programas de naturaleza contributiva, obligan a un aporte fiscal, pero también al diseño y adopción de medidas concretas para combatir la evasión contributiva. Precisamente, por la relevancia que tiene el tema de la cobertura, las Resoluciones y Conclusiones relativas a la seguridad social de la 89º 27 Conferencia Internacional del Trabajo (2001), han puesto énfasis en la necesidad de dar “la máxima prioridad a las políticas e iniciativas que aporten seguridad social a aquellas personas que no estén cubiertas por los sistemas vigentes (…)” y en que “las políticas e iniciativas sobre la extensión de la cobertura deberían enmarcarse en el contexto de una estrategia de seguridad social nacional integrada”23. Para los fines del diagnóstico las centrales sindicales han destacado tres factores principales que explican la baja cobertura de la seguridad social en el Perú: i) La ausencia histórica de una política de Estado en Seguridad y Protección Social, en particular hacia la extensión de la cobertura; ii) La existencia de un mercado laboral cuya estructura se caracteriza por la fuerte presencia de trabajadores no asalariados y las brechas existentes en el desempleo y subempleo24. iii) El incumplimiento por parte de los empleadores de las leyes que reconocen el derecho a la seguridad social a todos los trabajadores de la economía (formal e informal). 4.1.1. Bajo nivel de cobertura en Salud Una de las razones que se argumentara para impulsar la reforma de la seguridad social en salud fue que la nueva organización del Seguro Social en Salud permitiría “una más amplia cobertura, como parte de la estrategia orientada al logro de la universalización del sistema”25. Sin embargo, la reforma implementada no ha ampliado la cobertura sino que, por el contrario, ésta ha diminuido sustancialmente. El Seguro Social de Salud sólo cubre el 26% de la cobertura de salud de la población nacional. Con relación a la PEA, la cobertura ha mostrado una clara tendencia a la disminución, como se puede observar entre los años 1994 y el 2003; período en el que pasó de 25.4% en el año 1994, al 17% en el 2003. Perú es uno de los países de América Latina con la menor cobertura de la población asalariada. El índice global de cobertura (30.7%) no llega a ser la mitad del promedio de la región (65.9%). Un aspecto particularmente grave es que la cobertura en el sector público solo alcanza al 72.2% de los empleados públicos y en el sector privado al 23.4 % de los trabajadores. Como se puede apreciar, los bajos índices de cobertura no son exclusivos de la economía informal, sino que también alcanza a importantes sectores (público y privado) de la economía formal. La 23 Idem Durán,Fabio: “Estudio financiero-actuarial y de la gestión de Essalud Perú”. OIT. Lima, 2005. 25 Reglamento de la Ley de Modernización de seguridad social en Salud, Cuarto considerando. 24 28 falta de cobertura afecta también a los no asalariados y a los trabajadores asalariados de la microempresa. Ello obedece a que muchas empresas (públicas y privadas) evaden las normas que reconocen el derecho de los trabajadores de acceder a la seguridad social, evasión que se ve facilitada por las limitaciones de los servicios de inspección del Ministerio de Trabajo y de los mecanismos de control contributivo. 26 4.1.2. Bajo nivel de cobertura en Pensiones El crecimiento del empleo informal en la economía, la flexibilización laboral, la reducción significativa del empleo público, entre otros factores, provocaron la disminución de la cobertura del sistema de pensiones. La aparición del Sistema Privado de Pensiones (SPP) no ha resuelto el problema de la cobertura, y ha agravado sus déficits debido a que ha favorecido un incremento de los excluidos, puesto que el porcentaje de la población protegida por el nuevo sistema ha decrecido. La reforma no ha sido capaz de incorporar a los trabajadores independientes y por cuenta propia al sistema de pensiones. Tampoco ha sido capaz de terminar con la evasión y elusión contributiva facilitada por la proliferación de mecanismos de contratación de fuerza de trabajo que encubren la relación laboral. La OIT estima que la cobertura del sistema de pensiones bordea actualmente el 15% de la fuerza de trabajo. 4.1.3. Bajo nivel de cobertura ante Riesgos del Trabajo Cuando se dispuso la sustitución del régimen de la Ley de Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales por el nuevo SCTR, se dijo que éste último comprendía “el amparo universal de los trabajadores”27. Este objetivo se desdibujó porque el nuevo seguro estaba dirigido sólo a un sector de trabajadores que desarrollan actividades denominadas de “alto riesgo” por la norma vigente. El Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo (SCTR) no es pues un seguro de riesgos laborales sino de “trabajo de alto riesgo”; por ello, se estima que sólo cubre entre un 3.5% y un 5% de la PEA y que el 42% de los accidentes de trabajo se producen en actividades inafectas al SCTR, lo que refleja la desprotección de los trabajadores frente los riesgos laborales. 4.1.4. Bajo nivel de Protección a la Familia. Hay un análisis bastante completo de la cobertura de la seguridad social en salud en el “Estudio financiero-actuarial y de la Gestión de Essalud Perú: análisis y recomendaciones técnicas”. OIT. Lima, 2005. 26 27 Normas Técnicas del Seguro Complementario del Trabajo de Riesgo, D.S Nº 003-98-SA, Lima, 1998. 29 El sistema de seguridad social peruano carece de programas de prestaciones familiares, es decir, de cobertura con modelos de atención de enfoque familiar; la acción del Estado en esta materia se ha realizado de forma fragmentaria y al margen de lo que debiera ser un sistema público de seguridad social integral. Uno de los objetivos declarados de la Seguridad Social es el de servir como instrumento para la mejora de la distribución de la renta, otro es el de cubrir necesidades de la sociedad en su conjunto (en buena parte pobre e informal). Las prestaciones familiares no son proporcionales a la capacidad de contribución, y son, por su propia naturaleza y por su impacto, de las prestaciones más progresivas, junto con la salud, dentro de un sistema público de seguridad social. Se hace necesario disponer de programas de lucha contra la pobreza bien estructurados, estables y con financiación adecuada, dentro de un Sistema Integral de Seguridad Social. Con criterios tasados de acceso a prestaciones y que generen derecho, más allá de la asistencia social. La necesidad de “extensión de la cobertura", es también la necesidad de “extender la protección", y es un criterio lógico de trabajo integrar en el sistema de seguridad social los programas públicos de mayor impacto social. 4.2 Escasa o nula participación democrática de los trabajadores y asegurados en la administración y gestión de la seguridad social. 4.2.1 Salud La existencia de la Comisión de Seguridad Social en el seno del Consejo Nacional de Trabajo y Promoción del Empleo (CNTPE), órgano consultivo tripartito del Ministerio de Trabajo, no es suficiente para fortalecer el diálogo social y la gestión de políticas de protección social, debido a que carece del poder decisión que se requiere y de la capacidad institucional suficiente. 4.2.2 Pensiones Las centrales sindicales consideran que la reforma previsional en el Perú fue un proceso impuesto por el Estado y los intereses del capital privado. Al haber sido impuesta, las reformas no han tenido ni tienen consenso tripartito y tampoco han cumplido sus propósitos. No han tenido, como principio rector del proceso, la consulta plena con los agentes sociales a fin de lograr su legitimación social y política. 4.3 Carencias Institucionales: 4.3.1 Insuficiencia de recursos financieros. 30 a) Salud. Un problema serio en materia de seguridad social en salud es la insuficiencia de los recursos financieros que destina el Estado para este aseguramiento social. El Estado peruano destina el 4,4% de su PBI para los gastos de salud, porcentaje muy por debajo del promedio latinoamericano que alcanza el 7.5 % del PBI. Pero si este porcentaje para los gastos de salud en general resulta muy por debajo del promedio latinoamericano mas bajo es aún lo que el Estado destina para el aseguramiento en salud a través del Sistema Integral en Salud (SIS) cuyo gasto per cápita actual es de $10 dólares al año. La evolución financiera del seguro social de salud se caracteriza por una situación relativamente ajustada en la relación entre ingresos y gastos, con un comportamiento relativamente estable en la estructura de los ingresos pero no en la de los gastos que tienden a incrementarse. La existencia, durante largo tiempo, de aportes diferenciados en el seguro social de salud, del 9% y 4%, para los seguros regular, agrario y pensionistas, determinaron una tasa de aporte efectiva de 6.35% para el seguro de salud. Esta prima efectiva que recibe el Seguro de Salud, se distribuye en 5.38% para prestaciones asistenciales en salud; 0.58% para financiar las prestaciones económicas y 0.35% para la administración del aseguramiento (incluida la comisión pagada a SUNAT). El estudio financiero actuarial de la OIT ha alertado que de mantenerse esta situación “se generaría un resultado económico negativo (déficit operativo anual) a partir del año 2005, que se incrementaría en el tiempo. El actual costo global del Seguro de Salud de 7.27, crecería hasta 8.3% en el 2015”. Dadas estas perspectivas, Essalud ha de darse la tarea de desarrollar acciones tendientes a afrontar un panorama futuro económicamente tenso”28. La insuficiencia de los recursos financieros que el Estado destina al aseguramiento en salud a través del SIS, y la situación financiera ajustada del Seguro Social de Salud, ocasionan que el gasto en salud sea financiado en gran medida por las familias, a través del denominado “gasto de bolsillo” que en los países de la región es del 37% y que en algunos casos supera el 50% del gasto total. b) Pensiones Sustancial y prolongado costo fiscal de la transición: La introducción del sistema de gestión privada, como alternativo al régimen público, ha generado lo que se ha llamado el costo fiscal de 28 Durán, Fabio. Op. Cit. 31 la transición, compuesto fundamentalmente por el pago del déficit del sistema público, el bono de reconocimiento y el aseguramiento de una pensión mínima. El Banco Mundial ha estimado para el Perú un costo fiscal creciente entre 2001 y 2040, que demanda de la identificación de las fuentes para su financiamiento y la adopción de políticas económicas efectivas, para que ese costo no incida negativamente sobre el desempeño de la actividad productiva y financiera del país. c) Riesgos del Trabajo El seguro regular del Seguro Social de Salud subsidia el Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo (SCTR). Tal como está concebido el denominado seguro de “alto riesgo”, ocurre que el seguro regular de salud del Seguro Social de Salud viene subsidiando al SCTR. En la medida que existen muchas actividades productivas y de servicios no obligadas a contratar el SCTR, los accidentes de trabajo que en ellas se producen son atendidos y financiados por el seguro regular de salud. Ahora bien, la exclusión de la obligación de contratar un seguro contra los riesgos del trabajo le significa para algunas empresas un ahorro importante, lo que no tendría nada de negativo si no fuera porque ello desfinancia al seguro regular. 4.3.2 Alta morosidad y evasión patronal en los aportes. a) Salud Otro de los problemas del seguro social de salud es que existe alta morosidad en el cumplimiento de pago de los aportes por parte del empleador (público y privado). Existe una fuerte evasión patronal en el pago de aportes facilitada por la ausencia de mecanismos de fiscalización y compulsión eficientes, y por la existencia de mecanismos de contratación diseñados para el encubrimiento de la relación laboral. Esta situación, muy difundida en el país, ocasiona que muchos trabajadores no tengan acceso al seguro social y que muchos empleadores no realicen las cotizaciones correspondientes. El incumplimiento del pago de los aportes por parte de un empleador, constituye retención indebida de los recursos de la seguridad social, y debería ser penalizado con severidad. b) Pensiones Incumplimiento del pago de aportes: Pese a que se eliminó el aporte del empleador, reservándose exclusivamente la obligación contributiva al trabajador, y se incrementó el aporte, el porcentaje de cumplimiento de pago de los aportes retenidos por empleadores (públicos y privados) ha descendido, evidenciándose el incremento de la morosidad y evasión del empleador público y privado. El incumplimiento del pago de los aportes descontados a los trabajadores, debe ser prevenido y/o penalizado con el mayor rigor. 32 c) Riesgos del Trabajo Alto nivel de omisión de empresas afectas al SCTR. Un documento de Essalud29, que cita como fuentes a la SUNAT y a la SEPS, refiere que la población nacional de “trabajo de riesgo” adscrita al SCTR representa el 22% de la población regular titular. La cantidad de contratantes de entidades empleadoras afectas al SCTR representa 14% del universo de empleadores. No obstante, la población bajo cobertura de Essalud y EPS es de 420,000 asegurados, pues se estima que el 37% de las empresas afectas al SCTR son omisas. Así, existen más de 5,000 empresas omisas, lo que significa una población descubierta del orden de 178,000 trabajadores que realizan labores de “alto riesgo” 4.3.3 Inequidad de género en el acceso a la seguridad social a) Salud Las mayores tasas de desempleo, subempleo y empleo temporal que afectan a las mujeres impiden o limitan su acceso a la seguridad social en salud. Las trabajadoras de la economía informal, las trabajadoras del hogar y las trabajadoras rurales, sectores donde las mujeres representan un número significativo, también están desprotegidas porque no tienen la posibilidad de acceder a la seguridad social en salud. Los “gastos de bolsillo” a los que muchas veces se ven obligadas a recurrir estas mujeres agravan la inequidad por cuanto se ha constatado que pueden llegar a ser un 40% superior al “gasto de bolsillo” de los hombres. b) Pensiones La tasa de participación de las mujeres en el mercado laboral peruano ha crecido significativamente en las últimas décadas. Pero la forma en que ellas se vinculan suele ser en condiciones más desventajosas que los hombres: la tasa de desempleo abierto y las tasas de subempleo son más altas, el nivel de remuneraciones es menor el de que los hombres, aún en puestos similares; la densidad de los aportes es menor (empleos temporales y maternidad); por otro lado, tienen una esperanza de vida mayor que los hombres. Todo ello puede ocasionar, si no se toman medidas apropiadas, situaciones de inequidad en el acceso a pensiones adecuadas. c) Riesgos del Trabajo El SCTR no comprende como actividades de “alto riesgo” diversas labores que realizan las mujeres en condiciones adversas, lo cual evidencia problemas de inequidad. Las trabajadoras de la economía informal, las trabajadoras del hogar y las trabajadoras rurales también están desprotegidas contra los riesgos de trabajo. 29 Essalud, propuesta sobre modificaciones al D.S Nº 003-98-SA. Lima, 2004 33 4.4. Problemas específicos por Contingencia: 4.4.1 SALUD a) Precariedad Institucional En el Perú, el sector salud presenta una serie de instituciones y mecanismos para el financiamiento, el aseguramiento, la regulación y la prestación de servicios. Coexisten con la seguridad social, los sectores público y privado. La presencia de estos tres sub sectores determina una mayor dispersión de las fuentes de financiamiento, del aseguramiento y de la provisión de los servicios, condicionando los mecanismos de solidaridad. La dualidad estructural del sistema público de salud (Essalud y el MINSA) en cuanto a su financiamiento, constituye un serio obstáculo para el incremento de la cobertura de la seguridad social en salud. Hay una falta de articulación entre los subsectores que financian la atención de la salud. Estos subsectores no han desarrollado una visión compartida. El sistema no sólo es disperso en el plano operativo sino también en los roles de rectoría, regulación y supervisión. En el caso de la seguridad social en salud, participan Essalud, el Ministerio de Trabajo, el Ministerio de Salud, el SIS y la Superintendencia de Entidades Prestadoras de Salud (EPS). No existe en el sistema una instancia con poder de decisión y capacidad institucional para lograr una gestión de políticas públicas de seguridad social en salud armónica, articulada y coherente. b) Inequidad e ineficiencia en la gestión de la seguridad social en salud La equidad es un concepto que está en el centro de las políticas sociales y con mayor razón si se trata de la equidad en salud, debido a que esta última es una de las condiciones más importantes del desarrollo humano y el bienestar social. En el Perú, la inequidad en salud se manifiesta en el hecho de que los pobres usan menos recursos públicos que los sectores de ingresos medianos y altos; los sectores socioeconómicos de menores ingresos son los más expuestos a enfermedades, y la disparidad en el impacto de estos aspectos sobre la salud y el bienestar son crecientes. La inequidad se observa en hecho de que la seguridad social en salud no llega a los más pobres, ni a los de mayor edad; no llega a los trabajadores por cuenta propia y a los trabajadores de la economía informal, aunque también hay que decir que tampoco llega a amplios sectores de trabajadores de la economía formal (por la evasión patronal). 34 Otro de los problemas que aquejan a la seguridad social en salud es la falta eficiencia en la gestión y su impacto sobre el nivel de los costos. El seguro social de salud ha venido operando con diversos esquemas de afiliación, así como con programas de protección más baratos que el seguro regular y sin diferencias sustanciales en las prestaciones. La gestión de los ingresos y el control contributivo es otro de los aspectos de la gestión del seguro social de salud que presenta problemas, debido a que la transferencia de las funciones de afiliación, recaudación y control contributivo a la SUNAT no ha generado resultados importantes con relación al incremento de la cobertura de la fuerza laboral. El seguro social de salud también presenta problemas en sus esquemas de acreditación y control de acceso, originados en la calidad de la información que recibe de SUNAT y de sus propios sistemas de información. La falta de eficiencia en la gestión del seguro social en salud también se refleja en las dificultades para el reembolso de los servicios suministrados a pacientes no asegurados; en la existencia de formas de contratación que impiden el aseguramiento, agravado esto por la inaplicación de instrumentos compulsivos para impedir la evasión. A todo ello hay que agregar la elevación de los costos de administración debido a las comisiones por recaudación; el pago por pasivo de pensiones; la gestión presupuestaria de carácter marcadamente centralista y poco eficaz en la distribución de los recursos hacia su red de servicios de salud. El modelo de atención marcadamente curativo, la elevada estancia hospitalaria, los problemas de programación interna, la lentitud de los exámenes de laboratorio, etc., y la derivación de demanda de servicios a otros proveedores, generan al seguro social de salud elevados costos. Las deficiencias en la gestión del seguro social de salud se traducen en altos costos operativos asistenciales, en una baja calidad de los servicios y en el deterioro de la imagen institucional frente a los asegurados, a tal punto que se pone en riesgo la sostenibilidad política y económica de los programas de seguridad social en salud. 30 c) Deficiencias en el acceso a la red de servicios de salud y otros Las principales consecuencias que derivan de las deficiencias en la gestión de la seguridad social en salud son los problemas que se presentan en el acceso oportuno y eficiente a los servicios para los asegurados. Se aprecia la prolongada espera de los asegurados para las atenciones de consulta externa, exámenes radiológicos, 30 Durán, Fabio. Op. cit 35 ecografías, tomografías, y otros exámenes y procedimientos. A ello se suma las demoras en la programación de las intervenciones quirúrgicas, escasez de material médico. Deficiencias en el abastecimiento oportuno de medicamentos y material médico así como en el acceso oportuno a los subsidios por enfermedad, lactancia y sepelio, etc. d) Deficiencia en la gestión de los recursos humanos Unos de los problemas que afronta la seguridad social en salud es la ausencia de una adecuada política en la gestión de los recursos humanos que propicie su uso eficiente, racional y flexible en concordancia con las necesidades institucionales de prestar servicios oportunos y de calidad a los asegurados. Hay notorias deficiencias en la distribución y racionalización de los recursos humanos como los casos en los que personal sanitario (médicos, enfermeras y otros) realiza funciones de naturaleza administrativa y no en las redes hospitalarias; los casos en los que el número de médicos y especialistas asignados a una red hospitalaria no se realiza en función de las prioridades establecidas en los estudios epidemiológicos, ocasionando que algunos hospitales no cuenten con los especialistas que requieren. También se puede constatar la falta de una política de personal que contemple remuneraciones adecuadas lo que, entre otras cosas, impide contar con profesionales especializados en zonas alejadas de la capital. La falta de una clara política que promueva la capacitación del personal es otra de las deficiencias en la gestión de los recursos humanos. Otro problema que, en materia de recursos humanos, afecta la gestión de la seguridad social en salud, es la inestabilidad en los cargos de responsabilidad gerencial, lo que origina la ausencia de un estamento especializado, estable y experimentado. Este hecho ocasiona que las autoridades actúen más en función del corto plazo que del largo plazo, o conduce a situaciones aún mas graves como cuando se interrumpen medidas destinadas a resolver problemas estructurales que demandan tiempo para su estudio y tratamiento, y un alto costo de inversión. e) Falta de cumplimiento de los acuerdos tomados por el directorio Un problema serio en la conducción institucional del seguro social de salud es el desfase que se presenta entre las decisiones y acuerdos tomados por el Consejo Directivo de Essalud, máxima instancia de gestión institucional con representación tripartita, y el accionar de los mandos gerenciales en la ejecución de tales acuerdos, quienes obvian o retardan las decisiones tomadas. f) Falta de independencia de la función auditora 36 La función auditora a nivel institucional es encargada un funcionario designado por la Presidencia Ejecutiva de Essalud entre funcionarios dependientes de la propia institución, que si bien debe sujetar su accionar a las normas del Sistema Nacional de Control y articularse a la Contraloría General de la República no representa necesariamente una garantía de independencia en el desempeño de sus funciones. g) Falta de un modelo de contrataciones y adquisiciones adecuado a las características de la seguridad social El modelo de contrataciones y adquisiciones de bienes y servicios vigentes en la administración pública, que se aplica en los procesos de contratación y adquisiciones en el Seguro Social de Salud, no garantiza el abastecimiento oportuno de los insumos, medicamentos y equipos necesarios para la atención eficiente de los asegurados. h) Ausencia de articulación de las funciones de rectoría, regulación, supervisión y de diálogo social. El sistema peruano de seguridad social en salud es sumamente disperso en el plano operativo y en los roles de rectoría, regulación y supervisión. Participan Essalud, el Seguro Integral de Salud (SIS), la Superintendencia de EPS, el Ministerio de Salud y el Ministerio de Trabajo; sin embargo, no existe un nivel adecuado de articulación entre estos sectores para el diálogo social y la gestión de políticas. 4.4.2 PENSIONES a) Erosión de los mecanismos de solidaridad La reforma del sistema de pensiones ocasionó un intenso traslado de afiliados y recursos al sistema de gestión privada (basado en la capitalización individual), agravando con ello la ya difícil situación del sistema público de reparto basado en la solidaridad. El sistema de gestión privada carece del componente de solidaridad pues no existe redistribución entre los afiliados de mayores ingresos hacia los más pobres, y tampoco contribuye a garantizar para las próximas generaciones. Al respecto, la Conferencia Internacional de Trabajo, 89º Reunión (OIT, 2001) ha precisado que “En los sistemas de pensiones con prestaciones definidas basadas en el reparto, el riesgo se asume colectivamente. En los sistemas de cuenta de ahorro individual, en cambio, son las propias personas las que asumen el riesgo. Si bien se trata de una alternativa que existe, ello no debería debilitar los 37 sistemas de solidaridad, en los que el riesgo está repartido entre todos los afiliados al régimen”31 b) Débil garantía estatal La reforma del sistema de pensiones de alguna manera se orientó a sustraer al Estado de la obligación de proteger las necesidades de la población ante la ocurrencia de contingencias, amparándose en la necesidad de disciplina fiscal y de reorientación del gasto. En el sistema de gestión privada, los riesgos recaen sobre las personas individualmente consideradas. No obstante, el Estado en virtud de los instrumentos internacionales de derechos humanos no puede sustraerse a su papel de garante. Precisamente, la 89º Conferencia de la OIT, ha ratificado que el Estado “además de asumir los costos financieros directos sobre una base regular, los gobiernos pueden tener que asumir los costos indirectos o la responsabilidad de los costos potenciales. Los gobiernos desempeñan un papel importante como garante financiero, o como asegurador, de los regímenes de seguridad social o incluso de los sistemas de seguridad social administrados por empresas privadas” 32 c) Altos costos administrativos en el sistema de gestión privada Problema originado por un mercado oligopólico y por que los gastos de administración son excesivamente altos. Los gastos administrativos se concentran en comercialización, publicidad, comisiones de ventas, los movimientos frecuentes de afiliados de una administradora a otra y los salarios del personal. Un reciente estudio del Banco Mundial refiere que en el Perú las AFPs son las más rentables de América Latina, pero las más caras para sus afiliados. Así se tiene que mientras la rentabilidad promedio de las AFPs fue cercana al 59%, los ingresos por comisión alcanzaron el 30%. d) Elevada concentración de mercado previsional Como argumento que justificara la implementación del SPP en el país, se adujo que éste eliminaría el monopolio del sistema público, lograría la reducción de los costos administrativos y el aumento de la rentabilidad de las inversiones. Sin embargo, no existe “monopolio público”, pero si una elevada concentración de administradoras privadas de fondos de pensiones y altos costos administrativos. 31 32 OIT: “Seguridad Social: un nuevo consenso” Ginebra, 2002 OIT: “Seguridad Social: un nuevo consenso” Ginebra, 2002 38 e) Concentración de inversiones en instrumentos de alta volatilidad En el Perú, el sistema de gestión privada muestra una cartera de inversión muy diversificada, pero con una concentración de instrumentos de inversión de alta volatilidad, como son las acciones. f) Ausencia articulación de las funciones de rectoría El sistema de seguridad social es muy disperso, tanto en el plano operativo como en las funciones de rectoría, regulación y supervisión. En efecto, en el Sistema de Pensiones están involucrados la Superintendencia de Banca y Seguros, la ONP y el Ministerio de Trabajo, sin que exista una instancia de articulación. 4.4.3 RIESGOS DEL TRABAJO a) Sistema de información desarticulado e incompleto Una de las deficiencias del sistema de información actual es la carencia de información consolidada y completa de los contratos de SCTR, de las entidades empleadoras obligadas que no permite la identificación de su universo y de estadísticas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, para la planificación y toma de decisiones. b) Limitada acción fiscalizadora del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE). Las deficiencias del servicio inspectivo del MTPE y la existencia de un sistema de información desarticulado e incompleto del SCTR que no permite la identificación del universo de empleadores afectos al referido seguro, dificultan las labores de control y fiscalización del MTPE. Tampoco permite la elaboración de estadísticas completas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. c) Desarticulación en la gestión del aseguramiento de los riesgos del trabajo La gestión de los riesgos del trabajo está dispersa en diversas entidades sin que ninguna de ellas desempeñe un rol rector. Las diversas funciones de gestión están asignadas a diversas instituciones. La función de inspección laboral está asignada al Ministerio de Trabajo; la normativa técnica, el control ambiental, servicios de curación y rehabilitación a la población no asegurada que se accidenta o enferma por causas laborales están asignadas al Ministerio de Salud. Essalud tiene funciones de promoción, prevención y reparación de daños. Las EPS tienen funciones de reparación de daños supervisadas por la Superintendencia de Entidades Prestadoras de Salud. La ONP y las compañías aseguradoras tienen funciones en la cobertura de las prestaciones 39 económicas. Existe pues una dispersión operativa y en los ámbitos de supervisión y regulación. 5. PROPUESTA SINDICAL PARA LA REFORMA DE LA SEGURIDAD SOCIAL EN EL PERU 5.1. Objetivos del nuevo sistema de seguridad social. Objetivos prioritarios: Impulsar una Política de Estado en Protección Social. Lograr que el Estado cumpla con sus obligaciones de mejorar, ampliar y garantizar la seguridad social para todos/as los/as ciudadanos/as. La extensión de la cobertura a la mayoría de la población del país; otorgar las prestaciones que correspondan a las necesidades de los asegurados y su familia; y que estas prestaciones sean oportunas y suficientes Dotar al sistema de mecanismos de participación democrática de los trabajadores y asegurados en la administración, gestión, seguimiento y control de la seguridad social. Resolver las carencias institucionales del sistema, tales como, la insuficiencia de recursos públicos; inequidad e ineficiencia en la gestión; deficiencias en los mecanismos de supervisión y control; inequidad de género, etc. Con mención especial a la necesidad de terminar con el incumplimiento por parte de los empleadores (públicos y privados) de las normas que establecen el derecho de los/as trabajadores/as a acceder a la seguridad social. Se trata de lograr un régimen de seguridad social solidario, eficiente y sostenible financieramente; que se constituya en un instrumento de cohesión y desarrollo social; que los distintos regímenes del sistema se adapten al dinámico mercado de trabajo, de forma que los cambios no sean un obstáculo insalvable para la viabilidad y fortalecimiento del sistema; y que se inserte en los procesos de integración regionales y subregionales. 5.2. Principios y conceptos en los que se sustenta el nuevo sistema de seguridad social propuesto. Una de las lecciones más importantes aprendidas en las reformas de los sistemas de seguridad social que se han llevado a cabo en la región y en el país, es que de una forma explícita o implícita se intentó lograr simultáneamente objetivos secundarios como desarrollo financiero y aumento en el ahorro interno, y se perdió la prioridad de proveer prestaciones adecuadas a la población más amplia posible. 40 Considerando esta importante lección, a continuación se explicitan los principios y conceptos fundamentales sobre los que giran nuestras propuestas de reforma al sistema de seguridad social del Perú. Las Políticas de Seguridad Social como componente de la Política Social: Las políticas y mecanismos diseñados por los pueblos para proveer seguridad social a las personas, cuando sus capacidades de generar ingresos, para su manutención o la de su familia, (mediante la ejecución de un trabajo remunerado) se ven reducidas o limitadas sensiblemente por razones de salud o envejecimiento, están estrechamente ligados con la política social y de desarrollo de una nación. Los aspectos financieros, económicos y actuariales, son cuestiones instrumentales, pero lo que en realidad está en juego es la calidad de vida y el bienestar individual y colectivo. La responsabilidad general del Estado: La propuesta tiene como valor supremo, que el Estado, asuma nuevamente, de una forma activa y dinámica, la responsabilidad que le compete en materia de protección social, en particular respecto al sistema de de seguridad social en materia de salud y pensiones, y la protección financiera de la vejez. No debe olvidarse que el Estado es el “último garante responsable del financiamiento del sistema, aún cuando la gestión sea privada” (89º Conferencia OIT). El Estado es el encargado de articular la política de protección social con el instrumental que se desarrolla para tales fines (el sistema y sus componentes), y de hacerlo de forma coherente con las restantes políticas sociales del país. Universalización: Uno de los grandes retos del Perú en materia de protección social, es incrementar la cobertura de los servicios de salud, pensiones y riesgos del trabajo en su población. El nuevo régimen de seguridad social en salud, pensiones y riesgos del trabajo que proponemos, está concebido para ampliar la cobertura, incluyendo como obligatoria la afiliación de los trabajadores independientes y por cuenta propia, y otorgando prestaciones no contributivas para personas en situación de pobreza. No es una universalización de la seguridad social en sentido estricto, pero tiene que convertirse en el inicio de un proceso encaminado hacia dicho objetivo. Participación democrática de los trabajadores y asegurados en la administración y gestión de la seguridad social: La participación de los representantes de los trabajadores y asegurados en la administración de los regímenes de seguridad social y de la gestión de la institucionalidad de la seguridad social constituye un elemento central a fin de garantizar una gestión sistémica más articulada y una representación y participación efectiva en los roles de rectoría, regulación y supervisión. Para ello se propone que cada institución gestora de los programas de la seguridad social cuente con sus respectivos órganos autónomos de control y fiscalización, los 41 cuales deben ser independientes y contar con la representación de los trabajadores en: consejos directivos, comités de fiscalización y control y defensorías de los asegurados. También debe garantizarse la participación activa de las organizaciones de los trabajadores en la Defensoría de los Asegurados. Por otra parte, se plantea que la integración de los consejos directivos responda a propuestas democráticas de las organizaciones de trabajadores y de las organizaciones de empleadores. Fortalecer las tareas de rectoría, supervisión y regulación, así como el diálogo social: El sistema actual de seguridad social en salud, pensiones y riesgos del trabajo en el Perú, exhibe un alto grado de dispersión en el plano operativo, y en los roles de rectoría, regulación y supervisión. Una de las aspiraciones de nuestra propuesta es que se avance en esta materia, y se cuente con un organismo rector que dirija con claridad y contundencia el proceso de cambio, y que tenga la visión del futuro que se desea del sistema de seguridad social. Por otro lado, se requiere la intervención eficiente de los organismos reguladores reformados y la participación de los asegurados y trabajadores, en concordancia con lo que establece el convenio 102 de OIT, a través del diálogo social. Fortalecimiento del marco institucional: Es de vital importancia separar las funciones críticas que deben ser atribuidas al Estado y a los regímenes de seguridad social. En efecto, las funciones de recaudación, fiscalización y afiliación debería ser competencia de un organismo público especializado con las facultades necesarias a través de ajustes en la normatividad. En esta dirección, se propone la creación de la Tesorería de la Seguridad Social, encargada de las funciones de afiliación, recaudación y fiscalización. Sostenibilidad financiera: Los beneficios contenidos en la propuesta sindical de reforma del sistema de seguridad social, las fuentes y mecanismos de financiamiento, los requisitos exigidos para el otorgamiento de las prestaciones, deben tener la consistencia y congruencia necesarias que garanticen la sostenibilidad de cada uno de sus componentes y del sistema como un todo. Solidaridad financiera: La propuesta sindical de reforma recobra el principio fundamental de la solidaridad financiera, ausente en el modelo actual sustentado en el régimen privado, particularmente en materia de pensiones. En primer término, se incorpora de nuevo la contribución bipartita. En materia de pensiones, el régimen público permite el subsidio de los trabajadores de más altos ingresos a aquellos de ingresos menores, gracias a la fijación de una pensión mínima y una pensión máxima, y la mancomunidad de los riesgos de invalidez y muerte. De igual manera, tanto en salud como en pensiones se define la creación de un régimen no contributivo para personas en situación de pobreza, con aporte financiero del Estado. 42 Equidad de género: En el contexto de los cambios en el mercado de trabajo, el establecimiento de los sistemas privados de pensiones y de planes de salud privados ha acentuado la inequidad de género. La mayoría de las mujeres se encuentra en desventaja laboral (ocupación en el trabajo reproductivo, mayor tasa de desempleo, menores salarios respecto de los hombres, trayectoria laboral más discontinua, menos densidad de cotización) y son más longevas, siendo ambas condiciones un obstáculo para acceder a la protección de la seguridad social en salud, pensiones y riesgos del trabajo. Esta situación es particularmente negativa para el monto de la pensión basado en la cuenta individual o calculada según número de contribuciones. Entonces, en materia de pensiones, por ejemplo, la propuesta sindical plantea que se estudie la posibilidad de ajustes en las fórmulas de cálculo de la pensión y en los requisitos de acceso a las prestaciones, como un mecanismo de equilibrio. Se considera apropiado el uso de una tabla combinada de vida para hombres y mujeres en el cálculo de la renta vitalicia que ofrece el sistema de cuentas individuales, eliminando con esta medida el sesgo que se produce en contra de las mujeres por su mayor longevidad respecto de los hombres. 5.3. Hacia un Nuevo Sistema. La Propuesta Sindical 5.3.1. Características de un Nuevo Sistema de Seguridad Social La propuesta sindical de reforma es aplicable a todo el sistema de seguridad social, y contiene varios ejes de políticas congruentes: a) Diseño de una Política Nacional de Seguridad Social que sirva a la universalización de la cobertura en los diversos regímenes. Uno de los objetivos prioritarios para las centrales sindicales es la extensión de la cobertura a la mayoría de la población del país, para ello es necesario recurrir a una pluralidad de mecanismos de protección y a un conjunto de estrategias contributivas y no contributivas. Para dicha finalidad es esencial definir una política nacional de aseguramiento, que indique el derrotero a seguir hacia la consolidación progresiva del aseguramiento universal, la promoción del aseguramiento y la mejora de los servicios de salud, de tal manera que la ciudadanía se sienta motivada a participar en el financiamiento de la seguridad social. Se requieren medidas inmediatas para el incremento de la cobertura en las unidades de la economía formal, e innovar con esquemas alternativos de aseguramiento contributivo (trabajadores por cuenta propia y de la economía informal). Es imprescindible y urgente también formalizar la situación de la cobertura de los empleados públicos (contratados bajo los denominados regímenes de servicios no personales) y de los trabajadores de las empresas (Services) que prestan servicios a la 43 administración pública. Hay que incluir otras modalidades de contratación laboral atípicas (trabajo a domicilio, subcontratación, tiempo parcial, empleo temporal, etc.) b) Un régimen de seguridad social básico (salud y pensiones) de naturaleza pública y obligatorio para todos, pero que no excluye la posibilidad de complementos voluntarios La seguridad social es un derecho humano y un instrumento para la creación de cohesión social; forma parte indispensable de la política social de los Estados. Siendo la seguridad social ante todo un sistema de naturaleza pública, nuestra propuesta se sostiene en la idea de una seguridad social básica y obligatoria garantizada por el Estado, pero admite la posibilidad de complementos voluntarios, sin que ello desnaturalice el modelo esencialmente público del sistema. c) Financiamiento contributivas y prestaciones contributivas y no El sistema de seguridad social actual es un modelo basado en el financiamiento contributivo, debido a que se edificó sobre la idea del aseguramiento de los trabajadores asalariados. De hecho, la base del modelo de seguridad social seguirá siendo el financiamiento y las prestaciones contributivas. Sin embargo, el objetivo de extender la cobertura de la seguridad social implica la necesidad de recurrir a estrategias de financiamiento no contributivo con aportes del Estado. d) Principio de automaticidad de las prestaciones. El principio de automaticidad significa que, por parte del trabajador, no se requiera cumplir con formalidad alguna para tener derecho al goce de las prestaciones establecidas, aunque el empleador no se encuentre al día en el pago de las primas correspondientes. Este principio garantiza el acceso a las prestaciones de los trabajadores asegurados y sus familiares, y fuerza al Estado a dotarse de los instrumentos necesarios que le permitan cumplir con su responsabilidad recaudatoria de aportes. e) Fortalecer el control contributivo El objetivo de extender la cobertura a la mayoría de la población peruana no es posible si no se adoptan medidas urgentes e inmediatas para fortalecer el control contributivo a fin de combatir y sancionar de manera drástica la morosidad y la evasión en el aseguramiento, pues sólo así se puede garantizar el financiamiento que requiere la extensión de la cobertura a sectores de baja capacidad contributiva, en cumplimiento del principio de solidaridad. Por ello, se propone fortalecer el control contributivo, mejorar la inspección de la seguridad social, y llevar a cabo las reformas legislativas que tipifiquen y sancionen drásticamente la morosidad y la evasión en el aseguramiento. 44 f) La prevención como elemento central de la política social del Estado en materia de seguridad social Las políticas sociales del Estado deben orientarse a reforzar la política preventiva sanitaria y de seguridad y salud en el trabajo que reduciría los riesgos, los accidentes, las enfermedades e incapacidades consecuentes. Hay que potenciar líneas estratégicas de política educativa para combatir y prevenir la exclusión social y la pobreza, y priorizar la solución de los problemas de salud de mayor prevalencia. 5.3.2. El nuevo Sistema de ensiones. a) Hacia un sistema multipilar Uno de los principios fundamentales de los esquemas de seguridad social, y en particular de los sistemas nacionales de pensiones, es el relativo a la solidaridad. En un sistema privado como el que opera en Perú, este principio es sustituido por el principio de equivalencia estricta entre la cotización y el nivel de la pensión, situación que reproduce las desigualdades que se manifiestan en el mercado laboral y en las remuneraciones percibidas por los trabajadores. En un régimen privado de pensiones también se elimina la solidaridad financiera entre generaciones, y en el Estado recae la función redistributiva, por medio de la garantía de una pensión mínima y la concesión de pensiones asistenciales o no contributivas. En términos de estructura y organización del sistema de pensiones, la presente propuesta sugiere la construcción de un modelo multipilar, diseñado con base en tres pilares complementarios. Este diseño facilita el logro de múltiples objetivos en forma más efectiva, en particular cuando se trata de generar un importante grado de solidaridad financiera entre los distintos grupos de afiliados, así como la garantía de una pensión mínima y la posibilidad del otorgamiento de pensiones asistenciales o no contributivas, cuyo financiamiento estará a cargo del Estado. b) El primer pilar El primer pilar está constituido por dos regímenes, ambos públicos: uno contributivo y otro no contributivo. El régimen contributivo trata del régimen base del sistema, cuya afiliación será obligatoria para todos los trabajadores activos, tanto asalariados como independientes, cuyas aportaciones están en función de su capacidad contributiva, medida por los salarios o ingresos devengados. El mecanismo de financiamiento del régimen contributivo base, incluye aportes tanto del trabajador como del empleador, 2.75% y 5.50%, respectivamente, para una tasa global de 8.25%. Existe la alternativa de fijar una cuantía básica de cotización, 45 destinada a aquellos trabajadores que devengan un salario o ingreso inferior a cierta suma. La afiliación de los trabajadores independientes, si bien se apunta como obligatoria, estaría sujeta a un proceso gradual de incorporación, no superior a los cinco años. Este período permitirá que la administración del régimen público diseñe modalidades de afiliación, ajustadas a las condiciones particulares que este contingente de trabajadores presenta, en especial, los problemas de densidad de contribución, la alta volatilidad de los ingresos que perciben y la complementariedad de sus contribuciones por parte del Estado, dada la ausencia del aporte del empleador. El régimen debe incorporar modalidades de aseguramiento facultativo, dirigidas a personas que tienen capacidad contributiva, aunque no se encuentren laborando activamente, y pretenden lograr la continuidad en sus aportaciones (caso de trabajadores temporalmente cesantes o laborando fuera del país). Es justo enfatizar, la importancia estratégica que tiene para el desarrollo y fortalecimiento del sistema nacional de pensiones, la extensión de la cobertura contributiva. Por un lado, porque los derechos previsionales se consolidan en períodos extensos de contribución, y tanto,cuenta la cuota de un mes como aquella acreditada veinte o treinta años después. Con tasas de cobertura en la actualidad que no superan el 15% o 20% de la población, se tiene un problema a 25 o 30 años plazo de desprotección financiera en las futuras generaciones de adultos mayores. De igual manera, la mancomunación de riesgos es más efectiva, cuando, el tamaño de la población cubierta sea mayor, particularmente en riesgos como la invalidez o muerte prematura. El esquema de prestaciones en este régimen contributivo del primer pilar, corresponde a lo que se denomina de beneficio definido, pues el monto de pensión ofrecido está sujeto a unos parámetros previamente conocidos. En efecto, la tasa de reemplazo o sustitución propuesta, se compone de una cuantía básica de un 35% del salario o ingreso promedio reportado en los últimos 240 meses de cotización, los cuales, requieren un ajuste o indexación vía variación del nivel de precios, que permita su comparabilidad en el tiempo. El uso de un período tan extenso para la estimación del monto de la pensión, permite reconocer con mayor amplitud el historial laboral del trabajador, y no sólo el correspondiente a los años más recientes; pero además, es una forma muy efectiva de combatir la subdeclaración de salarios, tan típica, en los esquemas contributivos (con mayor incidencia en grupos de ingresos medios y altos) de los países de la Región. Sumado al 35% antes mencionado, el régimen público supone un cuantía adicional equivalente a un 0.5% por cada 12 cuotas adicionales registradas después de las primeras 240 cuotas, con el reconocimiento de un máximo del 15%. En este sentido, la pensión 46 mínima otorgada según los parámetros señalados no podrá ser menor a un 75% del salario mínimo vigente, y en todo momento las revaloraciones periódicas de las pensiones deberán considerar está como una relación básica. De forma complementaria, y de acuerdo con los estudios actuariales correspondientes, tendrá que limitarse la pensión a un monto máximo. En relación con la administración de este régimen públicoobligatorio, estará a cargo, en forma centralizada, de una sola entidad, reconocida como un organismo autónomo, y con capacidades y competencias suficientes para su buen gobierno. Se propone entonces transformar la actual Oficina de Normalización Previsional (ONP) en un ente autónomo denominado Instituto Nacional de Pensiones, dotado de las potestades legales y los recursos humanos, financieros, físicos y tecnológicos, requeridos para la gestión eficiente y eficaz del nuevo régimen público de pensiones. El otro componente del primer pilar, es el régimen no contributivo de pensiones, cuya población meta son las personas adultas mayores que califiquen como pobres. Los potenciales beneficiarios pueden tratarse de personas que no hayan cotizado en ningún momento para el régimen base, o bien que, a pesar de contar con un cierto número de cotizaciones, éstas fueron insuficientes para consolidar el derecho a la pensión contributiva. Este régimen permite que el objetivo de universalizar el acceso a una pensión básica pueda convertirse en una posibilidad más próxima, sin obviar que en la situación óptima todavía quedaría un contingente importante de personas no cubiertas por este beneficio. El monto de la pensión no contributiva se fijará en un 35% del salario mínimo vigente, y puede incrementarse en un 5% adicional en aquellos casos que el pensionado tenga a cargo dependientes distintos a su cónyuge (por ejemplo, hijos discapacitados). El cónyuge también puede beneficiarse de una pensión no contributiva a título personal. Los recursos financieros que apoyan el financiamiento de estas pensiones, recaen tanto en una contribución adicional del empleador de un 1% sobre la nómina, así como en transferencia del Estado, sea de impuestos generales y/o específicos. Uno de los objetivos básicos en esta modalidad de pensiones es lograr la cobertura de un 100% de la población meta, dadas las condiciones de vulnerabilidad económica en que se encuentran. Para ello se requiere una financiación adecuada procedente de recursos fiscales, que haga posible, progresivamente, alcanzar dicho objetivo de cobertura, como un derecho para la población destinataria. 47 Estimaciones del costo como porcentaje del PIB de esta pensión no contributiva, para una cuantía de s/ 96 por mes, para los adultos mayores pobres, lo ubican en un valor anual no superior al 0,3% del PBI como se aprecia en el siguiente cuadro: PERÚ: Estimación PENSIÓN NO CONTRIBUTIVA de s/. 96 por mes, para adultos mayores pobres y en extrema pobreza. Gasto anual, gasto como % del PIB Gasto anual (millones soles) Grupo edad 65 - 69 70 - 74 75 - 79 80 y más TOTAL 65 y más 70 y más 75 y más pob total Extr. Pobreza pobres 553,361 407,892 263,887 227,255 83,004 61,184 39,583 34,088 226,878 167,236 108,194 93,175 1,452,395 899,034 491,142 217,859 134,855 73,671 595,482 368,604 201,368 Extr. Pobreza pobres 251 155 85 686 425 232 Gasto como % PIB Extr. Pobreza pobres 0.10 0.06 0.03 FUENTE: estimaciones preliminares de Fabio Durán OIT, basadas en CELADE e INEI, 2005. Presentado en el Foro: “Nuevos rumbos para la seguridad social en el Perú” (Lima, 17.10.2006) La experiencia de los programas de pensiones no contributivas en algunos países de América Latina (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Uruguay), ha evidenciado que tienen un impacto significativo en la reducción de la pobreza, o al menos, en su intensidad. c) Segundo pilar El segundo pilar del sistema de pensiones del Perú, supone una pensión basada en el principio de cuenta individual, gestionada por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP´s). Este régimen tendría carácter voluntario, tanto para asalariados como trabajadores independientes, pero, para estos últimos, su entrada en vigencia queda condicionada al diseño y ejecución de las modalidades de aseguramiento especiales, señaladas en párrafos anteriores. El financiamiento de la pensión del segundo pilar, será bipartito: empleador 3.5% y trabajador 1.5%, para una contribución global de un 5%. En este esquema el beneficio no está definido, aunque las contribuciones sí. El beneficio final dependerá estrictamente del historial laboral, es decir, continuidad en contribuciones y nivel salarial, más un incremento producto de los intereses devengados por la inversión de los fondos administrativos, y una deducción por los gastos de administración. La tasa de reemplazo sugerida es de un 30%, aunque para ello se exige una cotización no menor a 10 cuotas anuales, durante la fase laboral de las personas (por ejemplo, de 24 a 65 años). Aunque por su magnitud se convierte en una pensión complementaria a la básica contributiva, es evidente que la protección financiera de los pensionados está fuertemente ligada a los resultados en ambos regímenes. 48 0.27 0.16 0.09 En contraposición a la índole privada e individual que tiene este segundo pilar, se crea un dispositivo de solidaridad (externo al régimen mismo), dado que el Estado debe garantizar una pensión mínima. Es factible, como alternativa, la creación de un Fondo de Solidaridad Provisional, tal como se usa en Colombia o República Dominicana, formado por las contribuciones adicionales de trabajadores que superan ciertos límites en sus salarios o ingresos, que apoyan el financiamiento de la pensión mínima complementaria o la pensión no contributiva. El primer pilar está organizado para proteger a la familia. Por ello brinda pensiones por vejez a quienes contribuyen y pensiones por muerte a quienes son económicamente dependientes de los asegurados. El segundo pilar puede o no atender a la familia, según el tipo de plan al que se acoja el asegurado al momento de pensionarte. En el caso de la renta vitalicia el pensionado recibe las transferencias hasta el momento de su muerte y el compromiso de la AFP con la familia cesa desde que él opta por ese plan. En el caso de la renta permanente se establece un lapso de tiempo durante el cual el asegurado recibirá el beneficio. Si fallece antes de cumplirse ese plazo, la familia o personas designadas heredan la pensión. En la medida de lo posible es conveniente que se procure un sistema centralizado de recaudación, tanto de los aportes al régimen base contributivo como al régimen privado complementario. Una de sus principales ventajas es la reducción significativa que produce en la gestión de recaudación, transferencia de recursos y disponibilidad de información oportuna y confiable, y por tanto, en los costos de administración del sistema privado de pensiones. En tanto se cuente con la capacidad, lo pertinente es que la institución responsable de administrar el régimen básico contributivo, que únicamente es una, también se encargue de la recaudación de los aportes a las AFP´s y su posterior distribución. Las administradoras u operadoras de las pensiones complementarias, tienen sus principales responsabilidades operativas en el manejo de las inversiones de los fondos aportados por los afiliados. Tales inversiones deben realizarse en el marco de los principios de seguridad, rentabilidad y diversificación, procurando el mayor retorno para el fondo como un todo y para cada una de las cuentas individuales de los afiliados. Este aspecto está condicionado por el desempeño del mercado de valores y capitales del país, y específicamente por la capacidad que posea el mercado de ofrecer oportunidades de inversión a mediano y largo plazo, y de instrumentos que no sólo correspondan a deuda pública sino también a emisores privados, nacionales o internacionales, cuyos recursos se destinan a proyectos productivos, e incluso al desarrollo de infraestructura pública como: carreteras, puertos, aeropuertos, acueductos, represas hidroeléctricas, entre otros. 49 La regulación del órgano fiscalizador o superintendencia de las AFP`s, debe poner especial atención en las comisiones cobradas sobre los rendimientos de los fondos invertidos, que en un principio no deberían superar el 10%. Observando las experiencias en otros países, que las altas comisiones y gastos de administración de las operadoras de fondos, inciden negativamente sobre la capacidad de los afiliados para acumular un ahorro mayor en su cuenta individual. Se tiene que regular de forma apropiada, los tiempos en que los afiliados tienen derecho a movilizarse de una administradora a otra, y el tipo de actividades y gastos en las que éstas pueden incurrir para atraer a aquellos. d) Tercer pilar El tercer pilar del sistema de pensiones sería uno voluntario, complementario y disponible para cualquier persona, ocupada o no. Es común que dentro de la legislación sobre esta materia, se incluya un paquete de incentivos fiscales, tales como la deducción de los aportes anuales a estos fondos, del monto gravable por el impuesto de renta, o bien la exoneración de las contribuciones sociales, que motiven la adopción de estos planes. Es un esquema de cuenta individual, cuyo beneficio no está definido, sino condicionado por los recursos depositados en cada una de las cuentas. 50 DETALLE DEL PROGRAMA PROPUESTO EN MATERIA PREVISIONAL DE DISEÑO Y ESTRUCTURA MULTIPILAR En términos de diseño y estructura, proponemos la integración en un sistema de pensiones sustentado en tres pilares, que actúan con carácter de complementarios. El primer pilar tiene dos componentes: i) contributivo-obligatorio, cuya tasa de reemplazo oscilaría entre un 35% y un 45%, pero con un límite inferior, que corresponde a una pensión mínima; los aportes provienen del empleador y el trabajador en el orden de un 5.5% y 2.75%, respectivamente, y los beneficios de pensión por vejez se consolidan considerando tanto la edad de la personas como el número de cuotas aportadas al régimen; ii) no contributivo-asistencial, dirigido a los adultos mayores de 65 años o más, en condición de pobreza, y cuyo financiamiento será a partir de una contribución adicional del patrono sobre la nómina y transferencias complementarias del Estado. El segundo pilar, responde al esquema actual vigente en el Perú, es decir, un sistema privado, basado en cuentas individuales, carente de solidaridad financiera interna, y con la administración en manos de las Administradoras de Fondos de Pensiones. Este es un régimen voluntario en condiciones similares al público, y con una tasa de reemplazo esperada de aproximadamente un 30%. Por último, un tercer pilar, voluntario, de cuenta individual y complementario a las pensiones de los otros dos pilares. Con frecuencia se hace uso de incentivos fiscales para promover su adopción, pero en general sus afiliados son trabajadores de ingresos medios y altos. En síntesis, el modelo propuesto trata de lo que se ha denominado internacionalmente como un modelo mixto, el cual ha tenido sus manifestaciones más desarrolladas en Uruguay y Costa Rica. Existen diferencias o particularidades entre el régimen mixto que se aplica en Uruguay y el que se aplica en Costa Rica. En Uruguay, el régimen es público hasta cierto ingreso asegurable, con tasa de reemplazo y mixto para los de mayor ingreso. En Costa Rica, el régimen es público para todos con un complemento obligatorio de cuenta individual. En el caso peruano, se pretende un balance mayor en las prestaciones otorgadas por ambos regímenes, tomando en cuenta la estructura demográfica del país, que aún mantiene un grupo importante de población joven, con capacidad de concretar un extenso historial de aportes a su cuenta individual. Asimismo, se reincorpora el apoyo financiero del empleador, eliminado con una reforma anterior del sistema. 51 La propuesta sindical de reforma del sistema previsional se sustenta en los principios ya referidos para la reforma del sistema de seguridad social y, además, en los siguientes criterios: Derecho a una pensión justa y equitativa: El cumplimiento del derecho a una pensión justa y equitativa, está consagrado en la legislación nacional, y es acorde con las normas internacionales de seguridad social e instrumentos como el Pacto Internacional de Derechos Económicos. Culturales y Sociales. Es el objetivo último de la reforma propuesta. Pensión mínima: En cumplimiento de los compromisos asumidos por el Perú al ratificar el Convenio 102 de la OIT, el nuevo sistema público de pensiones debería garantizar una prestación mínima, el incremento de las prestaciones pagadas al nivel preestablecido por el Convenio, y participación en su gestión de los trabajadores y pensionistas. Libre elección de Administradora de Fondo de Pensiones (AFP): El sistema propuesto, ha sido diseñado, considerando ambos regímenes de pensiones como obligatorios y complementarios entre sí. No es un sistema sustitutivo, por tanto, no es cuestión de elegir entre lo público o privado. Permanece entonces, la libre elección entre las AFP`s, con las limitaciones apropiadas para que no haya un movimiento constante de afiliados de una administradora a otra, y no se incurran en elevados gastos administrativos para tales fines. Incremento en la eficiencia de gestión del sistema: Uno de los preceptos básicos en las reformas que permitieron la entrada en muchos países de la región de administradoras privadas de pensiones, fue la reducción en los costos de administración, vía un incremento en la eficiencia operativa del sistema. Las pruebas recopiladas hasta el momento evidencian una situación opuesta a la esperada. Por tanto, no puede obviarse que el Estado, como garante del cumplimiento de los objetivos de la seguridad social contenidos en el Convenio 102 de la OIT, se encuentra en la obligación de fijar las condiciones necesarias para el “logro de un funcionamiento al más bajo costo que sea factible”. Para cumplir con este objetivo, se propone establecer un límite a las comisiones de las AFP´s, ajustado a los costos operativos de su gestión, y un nivel promedio de utilidades para empresas que se dedican a actividades similares. 52 CUADRO RESUMEN No. 1 PROPUESTA SINDICAL DE SISTEMA MULTIPILAR DE PENSIONES Condiciones básicas de cobertura, financiamiento y prestaciones Pilar/contributivo o no /obligatorio o voluntario Cobertura Financiamiento Prestación No contributivo Personas de 65 años o mas, en condición de pobreza ,cuyas aportaciones al régimen público fueron insuficientes para consolidar el derecho a la pensión Impuesto del 1% de la Planilla a cargo del empleador, mas aporte complementario del Estado 35% del salario mínimo o 50% de la pensión mínima vigente en el régimen público contributivo Contributivo Trabajadores asalariados y trabajadores independientes , a excepción de aquellos que cuenten con un régimen especial de pensiones Contribución global de un 8.25% de los salarios o ingresos reportados, distribuida en un 2,75% rl trabajador y 5.5% el empleador Beneficio definido calculado por cuantía básica de 35% sobre el promedio de los salarios reportados en los últimos 240 meses de cotización, indexados según indicador de inflación, más un 0.5% por cada 12 cuotas adicionales después de las 240 Primer Pilar obligatorio Segundo Pilar Contributivo voluntario Trabajadores asalariados y trabajadores independientes, sin excepción de ningún tipo Contribución global de un 5% de los salarios o ingresos reportados, distribuida en un 1.5% el trabajador y 3.5% el empleador Pensión basada en la cuenta individual que garantice un reemplazo del 30% y con pensión mínima garantizada por el Estado Tercer Pilar Voluntario Voluntario, pero condicionado a que el trabajador cumpla con su aseguramiento en el régimen contributivo público y en el régimen complementario Contribución total a cargo del trabajador, excepto planes concretos, que permitan la participación voluntaria del patrono Monto asociado con los aportes voluntarios de los afiliados, y ajustados por el rendimiento 5.3.3. El nuevo Sistema Nacional de Aseguramiento en Salud Con el propósito de avanzar hacia el objetivo de lograr una seguridad social en salud universal y solidaria, proponemos un programa de seguridad social en salud, de naturaleza pública y 53 obligatoria, financiada con prestaciones contributivas y no contributivas. Este sistema de financiamiento implica que toda la población del país dotada de capacidad contributiva pague su seguro de salud y que el Estado financie un seguro de salud no contributivo y subsidiado para quiénes tienen poca o ninguna capacidad contributiva. a) El Régimen Contributivo de Aseguramiento en Salud La afiliación en el régimen contributivo sería obligatoria para todos los trabajadores activos, tanto asalariados como independientes, cuyas aportaciones estarían en función de su capacidad contributiva, medida por los salarios o ingresos devengados. En dicho régimen se fijaría una cuantía básica de aportes destinada a los trabajadores con ingresos inferiores a cierto monto y también topes a los aportes para los trabajadores de mayores ingresos. El régimen contributivo se financia con aportes del empleador y del trabajador, en el orden del 6% y 3% respectivamente. Si bien se propone que la afiliación de los trabajadores independientes al régimen contributivo sea obligatoria, esta incorporación sería gradual a efectos de diseñar modalidades de aseguramiento que tengan en cuenta las particularidades que presenta este sector, particularmente en lo relativo a la variabilidad y volatilidad de sus ingresos, la ausencia de aportes del empleador y la necesidad de contribuciones complementarias por parte del Estado. Conviene por tanto innovar diversificando los esquemas de aseguramiento contributivo, diseñando sistemas de aseguramiento de más bajo costo e inicialmente con ciertos límites en el paquete de prestaciones que se irá incrementando progresivamente hasta alcanzar las prestaciones que otorga actualmente Essalud, y complementar con otras opciones de prestadores de servicios de salud. Esto permitirá el crecimiento en la afiliación del seguro social de salud, sin presionar sobre la ya saturada red de servicios. Estos nuevos esquemas de aseguramiento contributivo deberán ser lo más atractivos posibles a fin de incentivar la afiliación entre estos sectores con alguna capacidad contributiva. La administración de este régimen contributivo públicoobligatorio estará a cargo del Instituto de Seguridad Social en Salud (ISSS) propuesto. b) El Régimen No Contributivo de Aseguramiento en Salud El régimen no contributivo financiado por el Estado permitiría extender la cobertura a amplios sectores de la población, en condiciones de pobreza o de ingresos precarios, cuya cobertura sería imposible mediante los esquemas contributivos tradicionales. 54 La creación del Seguro Integral de Salud (SIS) siendo un notable esfuerzo en este sentido, no ha contribuido a reducir la desigualdad en el aseguramiento por la vía de un incremento mayor en la afiliación de la población pobre, adolece de errores de focalización y carece de un carácter integral. Por ello, se propone la creación del Régimen No Contributivo de Aseguramiento en Salud y su respectivo Fondo. El Fondo de este Régimen No Contributivo es independiente y autónomo, con la participación de los Gobiernos Regionales en su ejecución regional. El Régimen No Contributivo en Salud estaría dirigido en principio a los más pobres, con prioridad para los ancianos pobres, los niños y mujeres embarazadas, y se financia con trasferencias del Estado. Para estos fines se crea un sistema de calificación de beneficiarios, con participación de los Gobiernos Regionales, para determinar quienes serían las personas con derecho a cobertura La administración del Régimen No Contributivo de Aseguramiento en Salud estará a cargo de una entidad con autonomía de gobierno, administrativa, económica y financiera. c) Mejora de la gestión y de la calidad de los servicios de salud La gestión de la seguridad social en salud a cargo del Seguro Social de Salud-Essalud (que proponemos se convierta en el ISSS), adolece de notables deficiencias que se traducen en altos costos operativos asistenciales, baja calidad de los servicios y deterioro de la imagen institucional frente a los asegurados. Es imprescindible y urgente adoptar las medidas necesarias para mejorar la gestión y la calidad de los servicios. En consonancia con un diagnóstico sobre la situación económica, financiera y de gestión de Essalud, recientemente elaborado por la OIT33, proponemos que los esfuerzos institucionales se orienten y concentren en la implementación de sus recomendaciones, en especial las relativas al financiamiento del régimen contributivo, la extensión de la cobertura y las mejoras en la gestión. d) Fortalecimiento institucional del ISSS (actualmente Essalud) Después de la elaboración del diagnóstico del régimen de seguridad social en salud elaborado por la OIT, técnicos de Essalud y de la OIT procedieron a la elaboración de un Proyecto de fortalecimiento Institucional que plantea un conjunto de medidas concretas en materia de extensión de la cobertura, asignación de recursos, mejora de la red de servicios de salud, recursos humanos y sistemas de información; dicha iniciativa debería poder ser financiada y ejecutada. 33 Duran Valverde,Fabio (2005): Estudio Financiero-actuarial y de la gestión de EsSalud Perú: análisis y recomendaciones técnicas. Oficina Internacional del Trabajo ……. 55 DETALLE DEL PROGRAMA PROPUESTO DE SEGURIDAD SOCIAL EN SALUD UNIVERSAL Y SOLIDARIO Con el propósito de avanzar hacia el objetivo de lograr una seguridad social en salud universal y solidaria, proponemos la estructuración de un programa de seguridad social en salud básico de naturaleza pública y obligatoria, financiada con prestaciones contributivas y no contributivas. Este sistema de financiamiento implica que toda la población del país dotada de capacidad contributiva pague su seguro de salud y que el Estado financie un seguro de salud no contributivo y subsidiado para quienes tienen poca o ninguna capacidad contributiva. La afiliación en el régimen contributivo sería obligatoria para todos los trabajadores activos, tanto asalariados como independientes, cuyas aportaciones estarían en función de su capacidad contributiva, medida por los salarios o ingresos devengados. El régimen contributivo se financia con aportes del empleador y del trabajador, en el orden del 6% y 3% respectivamente. El régimen no contributivo, dirigido a los más pobres, con prioridad para los ancianos pobres, niños y mujeres embarazadas, se financia con trasferencias del Estado. 56 CUADRO RESUMEN No. 2 PROPUESTA SINDICAL PARA EL SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL SALUD EN Condiciones básicas de cobertura, financiamiento y prestaciones Régimen Contributivo Cobertura Trabajadores asalariados trabajadores independientes y Financiamiento Prestaciones Contribución global del 9% de los salarios o ingresos reportados, distribuidos en un 3% el trabajador y 6% el empleador Plan Seguro Regular para los trabajadores asalariados. El Estado podrá subsidiar los aportes de trabajadores independientes de bajos ingresos No contributivo Para población pobre con prioridad a ancianos, mujeres embarazadas y niños Financiamiento del Estado para la creación del Fondo del Régimen no contributivo Plan básico de salud de bajo costo para independientes y otros . Estos planes se extenderán de manera gradual. Plan básico de prestaciones en salud para estandarizar un primer nivel de atención con enfoque de atención primaria 5.3.4. El nuevo Sistema Nacional de Aseguramiento de los Riesgos del Trabajo Con la finalidad de superar el actual sistema de protección contra los riesgos del trabajo, que tiene muy baja cobertura, que registra altos niveles de omisión de empresas afectas, que es subsidiado por el seguro regular, entre otros problemas, proponemos: Extender el ámbito de aplicación del principio de la responsabilidad objetiva del empleador para el rediseño del nuevo sistema. El modelo propuesto de aseguramiento de riesgos laborales retoma la concepción moderna de la protección contra los riesgos del trabajo y enfermedades profesionales, inspirada en la responsabilidad objetiva del empleador (los empleadores responden por ser los generadores del riesgo), a fin de sustituir el modelo vigente, basado en lo que se denominó protección contra los riesgos del trabajo y enfermedades profesionales en las actividades de “alto riesgo” , que limita el ámbito de la responsabilidad objetiva del empleador al excluir a diversas actividades de la obligación de asegurar a los trabajadores contra los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. 57 Con la nueva perspectiva, en caso de accidentes de trabajo o enfermedad profesional, el empleador responde no por ser considerado culpable del daño causado, sino por ser el generador del riesgo en la empresa o centro de trabajo donde el trabajador realiza sus actividades. a) Universalizar la cobertura Extender el ámbito de aplicación del principio de la responsabilidad objetiva del empleador es de vital importancia para universalizar y, en consecuencia, ampliar la cobertura de los riesgos profesionales, pues de acuerdo al principio de responsabilidad objetiva del empleador, al considerar que los empleadores responden por ser los generadores del riesgo, todos los trabajadores asalariados son sujetos de cobertura obligatoria, independientemente de la actividad productiva o de servicios que desempeñe; contrariamente al modelo actual que al comprender sólo a los trabajadores que realizan labores de “alto riesgo” se constituye en una verdadera traba para la extensión de la cobertura de riesgos laborales. Nuestra propuesta de universalización de la cobertura del aseguramiento de los riesgos del trabajo permitirá cubrir a todos los trabajadores, incluyendo a los trabajadores del sector público (incluido los trabajadores de los “services” que prestan servicios al Estado) y privado, independientemente de la actividad productiva o de servicios que desempeñen. b) Principio de automaticidad en el acceso a las prestaciones El principio de automaticidad implica que, por parte del trabajador, no se requiera cumplir con formalidad alguna para tener derecho al goce de las prestaciones establecidas. Solo es necesario para que el trabajador asegurado acceda a las prestaciones que el siniestro laboral ocurra, aunque el empleador no se encuentre al día en el pago de las primas correspondientes. c) Carácter integral de las prestaciones Conforme a este principio, el sistema de aseguramiento de los riesgos del trabajo debe garantizar la integralidad de las prestaciones cubiertas. Ellas deben comprender esencialmente la promoción, la prevención, la curación y la rehabilitación. d) Prestaciones suficientes Las prestaciones deben ser suficientes en términos de efectividad en la cobertura del riesgo; tanto en lo que se refiere a la tasa de reemplazo del ingreso asegurable en caso de invalidez como en la capacidad de las prestaciones para restituir al máximo y, en la medida de lo posible, la capacidad del trabajador antes de la ocurrencia de la contingencia. 58 e) Orientación del sistema a la cultura preventiva Una de las carencias básicas atribuidas a nuestro sistema de aseguramiento de los riesgos del trabajo es su falta de orientación a la cultura preventiva. Todo sistema moderno de aseguramiento de riesgos del trabajo tiene como objetivo la reducción del costo de los accidentes y enfermedades profesionales; para ello debe orientarse, entre otras medidas (indemnización de las víctimas, bajar los gastos administrativos), a disminuir el número de los accidentes producidos y su gravedad. En esta dirección, debe realizar esfuerzos con la finalidad de prevenir los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, además de otras medidas (como establecer primas fundadas en el nivel de riesgo y establecer sanciones). La prevención es pues fundamental. Precisamente por ello, el nuevo sistema de aseguramiento de riesgos del trabajo que proponemos, debe descansar en la cultura de la prevención. Prevenir supone “gestionar, prever, planificar y comprometerse para anticiparse a los peligros, evaluar los riesgos y adoptar las medidas antes de que ocurra un accidente o se contraiga una enfermedad” 34. Esto implica que los planes de aseguramiento de riesgos del trabajo de las entidades aseguradoras, deberán comprender y otorgar mayor prioridad a las acciones de prevención de los riesgos laborales. f) Dotar al sistema de una instancia única para la gestión El principio de Unidad de Gestión indica la necesidad de un nivel superior de gestión del sistema, para integrar las decisiones de políticas, de supervisión y regulación. Para terminar con la dispersión de la gestión del aseguramiento de los riesgos del trabajo, en la que las diversas funciones de gestión están asignadas a diversas instituciones, proponemos la creación de una entidad única que gestione de manera integrada las funciones de regulación y supervisión (incluye control de registro de siniestros y consolidación de estadísticas). Esta entidad única sería el Instituto Nacional de Riesgos del Trabajo (INRT) que sería una institución de conformación tripartita, con autonomía económica, financiera y administrativa. g) Creación de un registro de afiliación y de accidentes y enfermedades profesionales Es de absoluta prioridad la creación de un verdadero Sistema Nacional de Información de contratos de aseguramiento en riesgos del trabajo, de entidades empleadoras, así como estadísticas de 34 OIT. “La prevención una estrategia global”, Ginebra,2005 59 Accidentes de Trabajo y Enfermedades Profesionales, administrado por el Instituto Nacional de Riesgos del Trabajo (INRT) que se ha propuesto. h) El Perú debe ratificar la Parte VI del Convenio 102 de la OIT La necesidad de universalizar la cobertura del aseguramiento de los riesgos del trabajo, el ordenamiento de la gestión del sistema y la necesidad incentivar en los empleadores una conducta de prevención de accidentes y enfermedades profesionales, hacen imprescindible que el Perú ratifique la Parte VI del Convenio 102 de OIT, pues el Art. 37º del referido Convenio, establece que “las prestaciones mencionadas en el Art. 34 y 36 deberán garantizarse, en la contingencia cubierta, por lo menos a las personas protegidas que estuvieran empleadas como asalariados en el territorio del Miembro en el momento del accidente o en el momento en que se contrajo la enfermedad; y si se trata de pagos periódicos resultantes del fallecimiento del sostén de la familia, a la viuda y a los hijos de aquel”. PROGRAMA PARA LA UNIVERSALIZACIÓN DE LA COBERTURA DE ASEGURAMIENTO DE RIESGOS LABORALES A TODA LA POBLACIÓN ASALARIADA El modelo propuesto de aseguramiento de riesgos laborales se inspira en los principios de responsabilidad objetiva del empleador, universalidad, automaticidad, integralidad, suficiencia y uniformidad y se orienta a la cultura preventiva y participación tripartita. El programa se orienta a la universalización de la cobertura del aseguramiento de los riesgos laborales, incluyendo a los trabajadores del sector público y privado. 60 CUADRO – RESUMEN No. 3 Sistema de aseguramiento universal de los riesgos del trabajo Con el SCTR Con el nuevo sistema de aseguramiento Universal asalariados sin cobertura asalariados con cobertura asalariados con cobertura 5.3.5. Recomendaciones sobre un nuevo sistema integral de protección a la familia. La pobreza y la desigual distribución de la renta, constituyen uno de los problemas centrales de la economía y sociedad peruanas. La desprotección y vulneración de los derechos de la infancia, es una derivación muy grave de esta situación de pobreza. Desde un punto de vista integral las prestaciones de Seguridad Social que toman como centro la protección de la familia son: la asistencia sanitaria (Convenios OIT 102 y 130; Rec. 69 y 134), la protección a la maternidad (Convenios 102 y 183; Rec.191), y las prestaciones familiares (C.102) La propuesta sindical de un modelo integral de la protección a la familia, pasa por: - La unificación en el diseño y control, de los programas sociales públicos de atención a la familia, como parte del sistema público de seguridad social, evitando la dispersión y fragmentación de estas medidas. - Garantizar la cobertura sanitaria universal derivada de la maternidad: embarazo, parto y postparto. 61 - Garantizar la cobertura sanitaria a todos los niños y niñas, complementando la financiación necesaria para ello con dotaciones presupuestarias específicas de los presupuestos generales del Estado. - Establecer un modelo integrador de prestaciones sociales no contributivas para las familias pobres con hijos y/o hijas a cargo; dentro de dichas prestaciones tendrán un papel protagónico las transferencias económicas, que podrán estar condicionadas a requisitos de escolaridad infantil, u otros parámetros de referencia de protección a la infancia35. - Todas estas prestaciones han de constituirse como un derecho para las familias que reúnan los requisitos de acceso que se definan al respecto, y deben ser suficientes en cuantía y variedad para combatir el estado de necesidad. Tradicionalmente, en la práctica, la definición de seguridad social se ha vinculado al desarrollo de políticas y medidas destinadas a cubrir las necesidades de los trabajadores asalariados del sector estructurado. No obstante, un concepto amplio de protección social debe incluir una amplia variedad de intervenciones a fin de asegurar que la población disfrute de un nivel de vida razonable con prestaciones sociales básicas centradas en salud, maternidad y asignaciones familiares. Este debe ser un objetivo central del sistema de seguridad social peruano. 5.3.6. Instituciones del nuevo Sistema de Seguridad Social propuesto Para fortalecer el marco institucional de la seguridad social y las tareas de rectoría, supervisión, regulación y diálogo social, proponemos: a) Crear e institucionalizar el Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS), como espacio para la formulación de políticas, supervisión, regulación y diálogo tripartito en materia de protección social La necesidad de articular las funciones de rectoría, regulación, supervisión y de diálogo social nos hace proponer la creación del Consejo Nacional de Seguridad Social, con poder de decisión y con capacidad operativa y técnica propia para emprender e impulsar la reforma del sistema. El Consejo tendrá como funciones centrales la formulación de políticas en materia de seguridad social, la supervisión y la regulación de los actores, incluido el sector privado. Por lo tanto integrará la Tesorería de la Seguridad Social, el Instituto 35 Para dotar de viabilidad y sostenibilidad a cualquiera de estas políticas, es necesario analizar la profundidad y extensión del Sistema Tributario como fuente de financiación, aprovechar sus oportunidades y corregir sus debilidades. 62 Nacional de Pensiones, el Instituto de Seguridad Social de Salud, el Instituto de Riesgos del Trabajo, y las tres Superintendencias (SAS, SUPEN y SART). En el Consejo Nacional de Seguridad Social participarían representantes de los trabajadores, empleadores, autoridades públicas y otros actores sociales involucradas en el sistema de seguridad social y en los objetivos de la reforma. Dicha entidad concretaría la participación activa de los actores sociales y de los asegurados en la definición de políticas y en la gestión de la seguridad social. b) La Tesorería de la Seguridad Social (TSS) La necesidad de separar las funciones críticas que deben ser atribuidas al Estado y a los regímenes de seguridad social; la tarea impostergable de terminar con la morosidad y evasión patronal de las obligaciones contributivas, y el incumplimiento por parte de los empleadores de las normas que reconocen el derecho de los trabajadores de acceder a la seguridad social, nos lleva a proponer la creación de la Tesorería de la Seguridad Social. Esta Tesorería será la encargada de las funciones de afiliación, recaudación y fiscalización de los deberes contributivos. Una de las principales tareas de la Tesorería será acabar con la evasión contributiva del sector formal e informal de la economía y la del propio Estado; para ello se deben promulgar las normas legales necesarias a fin de dotarla de las facultades requeridas para enfrentar de manera efectiva la evasión que perjudica a los trabajadores en sus derechos e impacta sobre la situación económica y financiera del sistema. c) El Instituto Nacional de Pensiones (INP) La imperiosa necesidad de construir un sólido sistema público de pensiones, nos lleva a proponer la creación del Instituto Nacional de Pensiones (INP), con participación tripartita, para la administración del régimen de pensiones público y obligatorio; institución con autonomía económica, financiera y administrativa que tendrá a cargo el citado régimen, en forma centralizada, y con capacidades y competencias para la gestión de los beneficios del régimen público de pensiones. Nuestra propuesta sostiene la necesidad de transformar la actual Oficina de Normalización Previsional (ONP), hoy dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas, en un ente autónomo como es el caso del INP, dotándolo de potestades normativas, recursos humanos, financieros, físicos y tecnológicos requeridos para una gestión eficiente y eficaz del nuevo régimen público de pensiones. 63 Asimismo, y con la finalidad de evitar la intromisión de intereses políticos ajenos al sistema, proponemos que el Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS), designe al Presidente Ejecutivo del Instituto Nacional de Pensiones (INP). d) El Instituto de Seguridad Social de Salud (INSS) El Instituto Nacional de Seguridad Social de Salud, creado sobre la base del actual Seguro Social de Salud-Essalud, con participación tripartita, será una institución con autonomía económica, financiera y administrativa que gestionara y administrará el seguro social de salud para cuyo efecto se deberán implementar cambios profundos en la gestión. Para impulsar estos cambios, el ISSS cuenta con un diagnóstico reciente de su situación económica, financiera y de gestión elaborado por la OIT que plantea un conjunto de propuestas y recomendaciones en el ámbito de la cobertura, la gestión y el financiamiento del seguro de salud. El Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS) también designa al Presidente Ejecutivo del Instituto de Seguridad Social en Salud (ISSS). e) El Instituto de Riesgo del Trabajo (IRT) La mejor manera de terminar con la dispersión de la gestión de los riesgos del trabajo, y de contar con una entidad que desempeñe un rol rector es la creación del Instituto de Riesgo del Trabajo (IRT). El IRT será una institución de conformación tripartita, con autonomía económica, financiera y administrativa que gestionará y administrará el seguro contra riesgos del trabajo. Como en los otros casos, el Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS) designa al Presidente Ejecutivo del Instituto de Riesgos del Trabajo (INRT). f) La Superintendencia de Aseguramiento en Salud (SAS) Esta institución tendrá por finalidad supervisar y cautelar el aseguramiento en salud. La SAS se crearía sobre la actual Superintendencia de Entidades Prestadoras de Salud (SEPS). El Consejo Nacional de Seguridad Social regula y supervisa a la Superintendencia de Aseguramiento en Salud y designa al superintendente. g) Superintendencia Pensiones (SAFP) de Administradoras de Fondos de Tendría por finalidad cautelar los fondos e intereses de los pensionistas mediante la supervisión de las administradoras de fondos de pensiones, aplicando las políticas establecidas por el Consejo Nacional de Seguridad Social. Dicho Consejo regula y supervisa a esta Superintendencia y designa al superintendente. 64 h) Superintendencia de Aseguramiento de Riesgos del Trabajo (SART) Tendría por finalidad supervisar el aseguramiento de los riesgos del trabajo, incluidos en las entidades privadas. El Consejo Nacional de Seguridad Social regularía y controlaría esta entidad y designaría al superintendente. CUADRO-RESUMEN No. 4 Marco Institucional del Sistema de Seguridad Social Consejo Nacional de Seguridad Social Superintendencia de aseguramiento en salud Tesorería de la Seguridad Social Superintendencia de administradoras de fondo de pensiones Superintendencia de aseguramiento de riesgo de trabajo Instituto Nacional de Pensiones Instituto de Seguridad Social de Salud 65 Instituto de Riesgos del Trabajo 6. BIBLIOGRAFIA Altamirano, Teofilo; Figueroa, Adolfo y Denis Sulmont Exclusión social y desigualdad en el Perú. Oficina Internacional del Trabajo, Lima, 1996. Murro Oberlín, Ernesto El dilema de la seguridad social en el Cono Sur. Oficina Internacional del Trabajo, Lima, 2004 Durán Valverde, Fabio Estudio Financiero-actuarial y de la gestión de EsSalud Perú: análisis y recomendaciones técnicas. Oficina Internacional del Trabajo, Lima, 2005. Del Solar Rojas, Francisco Los Derechos Humanos y su Protección. Fondo Editorial de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Lima, 2000. Zovatto, Daniel, Los Derechos Humanos en el Sistema Interamericano: Recopilación de Instrumentos básicos. Instituto Interamericano de Derechos Humanos, Costa Rica, 1987. O’Donnell, Daniel, Protección Internacional de los Derechos Humanos. Comisión Andina de Juristas. Lima, 1988. Humblet M. y otros Las Normas Internacionales de Trabajo. Un Enfoque Global. Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra, 2001. Oficina Internacional del Trabajo, Seguridad Social .Un nuevo consenso. Ginebra, 2002 Defensoría del Pueblo, La situación de los Sistemas Públicos de Pensiones de los Decretos Leyes Nº 19990 y Nº 20530. Informe Defensorial Nº 85. Lima, 2004. Rendón, Jorge, Derecho de la Seguridad Social. Ediciones Tarpuy, Lima, 1985. 66 ANEXO I DECLARACIÓN DE COMPROMISO DE LAS CENTRALES SINDICALES DEL PERÚ PARA EL TRABAJO SINDICAL EN SEGURIDAD SOCIAL El siete de setiembre de 2005, reunidos en la Ciudad de Lima representantes de la CGTP, CUT, CATP y CTP, con el objetivo de estudiar la situación de la seguridad social en el Perú y de evaluar el papel que le corresponde a las organizaciones sindicales en torno a la promoción y defensa del derecho a la seguridad social de los peruanos, coincidimos en la existencia de un conjunto de problemas, cuya solución requiere la acción unitaria, coordinada y permanente de parte de las centrales sindicales. La seguridad social en el Perú atraviesa por una crisis de grandes magnitudes. A raíz de las políticas que se han venido dando durante los últimos quince años, se ha producido un debilitamiento del sistema de seguridad social, que se manifiesta en una reducción de los índices de cobertura que excluye a la mayor parte de la población laboral, en la privatización de componentes importantes del sistema y en la pérdida de derechos de seguridad social por parte de la población trabajadora. Existen sectores como la agricultura en donde la protección social solo alcanza al 4.7% de la población económicamente activa, no obstante su gran contribución a la alimentación del pueblo y a las exportaciones del país, y a nivel de toda la población trabajadora solo una ínfima proporción del 4% tiene derecho a la protección de los riesgos profesionales. Producto de las políticas y de la falta de financiamiento, se ha observado un deterioro en los servicios de salud y en las prestaciones sociales y económicas, frente a lo cual el movimiento sindical no puede permanecer pasivo. Manifestamos nuestro compromiso de llevar adelante una lucha sindical permanente, unificada y organizada, para lograr los siguientes objetivos: 1. Construcción conjunta de políticas sindicales en seguridad social, que conduzcan a la formulación de una propuesta sindical de nuevo modelo de seguridad social, a través de una reforma estructural e integral, donde se establezca una política de Estado que conciba la inclusión del derecho a la seguridad en la Constitución como un derecho humano fundamental, y que considere los derechos humanos en seguridad social establecidos en los convenios internacionales. Un nuevo sistema de seguridad social, que garantice el cumplimiento de los principios de solidaridad, equidad, integralidad y universalidad, mediante una administración transparente y con participación tripartita, con aportación laboral del Estado, empleadores y trabajadores, que promueva nuevos esquemas de financiamiento para la protección social de todos los trabajadores de la economía formal e informal. 2. La implantación de un nuevo sistema de riesgos profesionales, universal y con financiamiento a cargo de los empleadores, o del Estado en el caso de los trabajadores independientes. 67 3. La ratificación por el Perú, de la parte VI del Convenio 102 de OIT, y del Convenio 121, con el fin de garantizar una reforma integral del aseguramiento de riesgos del trabajo, incluyendo el establecimiento de políticas preventivas en materia de seguridad y salud en el trabajo; así como dar seguimiento a los Convenios actualmente ratificados por el Perú. 4. Realizar reformas jurídicas que sancionen fuertemente la evasión de aportes a la seguridad social 5. La introducción de mecanismos que garanticen el cumplimiento del Estado en el pago de la deuda contraída con la seguridad social 6. Promover la implementación de las recomendaciones técnicas del Estudio Financiero Actuarial de la OIT, con el fin de mejorar la eficiencia en los servicios de salud y prestaciones sociales y económicas, la ampliación de la cobertura y la eliminación de la evasión de las aportaciones. 7. La conformación del Consejo Nacional de Seguridad Social, como un órgano superior tripartito, que dirija las políticas e instituciones nacionales de seguridad social, incluyendo EsSalud, ONP, superintendencias y cualquier entidad pública o privada involucrada en la gestión de la seguridad social 8. La conformación de un Consejo de Vigilancia en EsSalud y en las demás instituciones de seguridad social, para controlar la administración y transparencia de la gestión y prestaciones. Para lograr dichos objetivos, acordamos adoptar las siguientes medidas: a) Fortalecer la labor de representación sindical en la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT, así como en todos los foros de Diálogo Social nacional y subregional. b) Realizar acciones para comprometer a los partidos políticos con el modelo de seguridad social que demanden los trabajadores y trabajadoras peruanas c) Fortalecer las acciones sindicales referentes a la seguridad social en la negociación colectiva d) Proponer la creación de una escuela de seguridad social, con financiamiento proveniente de las instituciones de seguridad social e) Promover el diálogo social permanente a nivel intersindical, mediante las instancias de coordinación que al efecto se establezcan f) Elaborar planes de acción conjunta, para realizar campañas de sensibilización y formación sobre deberes y derechos en seguridad social, con énfasis en la sensibilización y capacitación a jóvenes con trabajos tercerizados. g) Desarrollar programas de capacitación en seguridad social, para dirigentes sindicales, con el objetivo de formar equipos especializados con capacidad de análisis, proposición y negociación. h) Elaborar un plan unitario de las centrales sindicales, que conlleve a sistematizar una política sindical en materia de seguridad social, en torno a la reforma. i) Difundir dichas políticas y propuestas sindicales, a nivel de todos los trabajadores del Perú. j) Solicitar la colaboración de la OIT, con el fin de lograr asistencia y cooperación técnica en seguridad social, en dos ámbitos: a) la formulación 68 de políticas y propuestas de reforma a la seguridad social, y b) el fortalecimiento de las centrales sindicales y las bases regionales en materia de capacidad propositiva y servicios en seguridad social. En virtud de lo cual, suscribimos la presente Declaración de Compromiso, en representación de las centrales sindicales del Perú: Confederación General de Trabajadores del Perú Central Autónoma de Trabajadores del Perú Central Unitaria de Trabajadores Confederación de Trabajadores del Perú 69