DOCUMENTO DE DISCUSIÓN SOBRE NECESIDADES DE ASISTENCIA TÉCNICA PARA LA TRANSFORMACIÓN INSTITUCIONAL REQUERIDA EN LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA Y LA ECONOMÍA DE MERCADO Por Ernesto F. Betancourt Este documento es una adaptación del que fuera presentado en el seminario sobre ¨Preparación para el Cambio en Cuba¨ auspiciado por Rutgers University y Cuba on Line, que tuvo lugar en The Atlantic Council el 3 y 4 de mayo de 1999, y que fue financiado por el Programa de Cuba de la Agencia de Desarrollo Internacional (USAID) ÍNDICE Introducción La gobernabilidad y la reforma del Estado A. El papel del Estado en la transición hacia una economía de mercado B. El marco jurídico para el desarrollo y la restauración de la democracia C. Impacto del nuevo papel del Estado en la administración del sector público II. La gobernabilidad en el régimen actual A. El papel del Estado en un régimen estalinista B. El marco jurídico actual C. La administración del sector público en la Cuba de hoy III. La reforma del Estado durante la transición A. Algunos comentarios sobre el contexto de la transición para la reforma del Estado B. El nuevo papel del Estado14 C. El marco jurídico para la reconstrucción y el restablecimiento de la legitimidad D. La reforma del sector público para encarar el nuevo papel del Estado a. El sistema central de gestión estatal b. Gestión de la política macroeconómica c. El sistema bancario d. El sistema de gestión de las finanzas públicas e. El sistema de gestión de los recursos humanos IV Apoyo para el sector privado y el desarrollo social A. Espíritu empresarial y dimensión del sector privado B. Temas relevantes para estimular una economía vibrante C. Desarrollo social D. Fuentes de asistencia para apoyar al sector privado y al desarrollo social INTRODUCCIÓN Al acercarnos a las postrimerías del régimen de Castro, se torna más urgente la necesidad de considerar qué viene después. Castro ha introducido un régimen que ha privado al pueblo cubano de las libertades fundamentales reconocidas en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y de las condiciones materiales básicas para llevar una existencia civilizada. Esta ponencia se basa en el supuesto de que la meta de la reforma del Estado durante la transición es emprender una transformación democrática e institucional que ofrezca al pueblo cubano un gobierno capaz de corregir la situación actual mediante el restablecimiento del gobierno Page -1- democrático, el respeto de los derechos humanos y la prosperidad económica. A largo plazo, la mejor solución para Cuba como nación y para el bienestar de su pueblo es que Castro abandone el poder, ya sea en virtud de un golpe de Estado, por causas naturales o por cualquier otro motivo. Sólo entonces podrá establecerse un gobierno habilitado para emprender la transición pacífica no sólo a la economía de mercado sino también a un régimen de libertad y gobierno democrático. En este cuadro, el Gobierno de Transición tendrá que reflejar los intereses de todas las partes interesadas en el futuro de Cuba: los elementos reformistas de las fuerza armadas y los dirigentes civiles del régimen, los disidentes y los cubanos en la isla y en el exterior. No hay duda que podrían darse otros escenarios. No obstante, para fines de esta ponencia, es necesario limitar las opciones. De otro modo, las medidas necesarias para ayudar a la reforma del Estado serían imposibles de manejar. La opción descrita es la que tiene mayor probabilidad de llevar a una transición pacífica. Al otro extremo tenemos el escenario de un colapso del régimen como consecuencia de su pérdida de legitimidad. Las conclusiones preliminares de un estudio de la opinión pública cubana, patrocinado por el Programa USAID Cuba, revelan que ninguna de las instituciones creadas por el régimen revolucionario disfruta entre los opositores del mínimo respeto que le permitiría tener la legitimidad necesaria para la transición. En ese caso, prevalecería el caos y la violencia desenfrenada, lo que dificultaría mucho la posibilidad de emprender reformas. Desafortunadamente, esta opción es más probable con cada día que Castro permanece en el poder. Anticipando esas necesidades, la Ley titulada "Libertad y Solidaridad Democrática en Cuba", de 1996, dispuso que se formulara un plan de desarrollo para prestar asistencia al pueblo cubano durante y después de la transición. Conforme a ese mandato, el 28 de enero de 1997 el Presidente de los Estados Unidos emitió un mensaje sobre "Apoyo a la transición democrática en Cuba". Este documento se preparó en el contexto de los dos anteriores. Se dirige a los profundos cambios en la estructura y sistemas de organización del Estado cubano, así como a los cambios de la conducta burocrática, que se consideran indispensables para crear el nuevo Estado en que pueda funcionar una sociedad democrática en una economía de mercado. También trata el tema de la ayuda complementaria requerida para el desarrollo social y del sector privado. Con ese fin, se examinan aquí los criterios de gobernabilidad y reforma del Estado que en la actualidad aplica la comunidad internacional de donantes para asegurar la libertad en los regímenes democráticos y la prosperidad en la economía de mercado. Más adelante se hacen breves comentarios en torno a las prácticas de gobierno en Cuba bajo el régimen de Castro y a las estructuras y los procedimientos gubernamentales creados para respaldarlas. Luego se examinan los cambios macroinstitucionales y medidas que se requieren para satisfacer los criterios de gobernabilidad y lograr la modernización deseada del Estado cubano, así como para alentar el desarrollo social y del sector privado en un contexto participativo. También se hacen sugerencias en cuanto a la asistencia que podrá requerirse del Gobierno de los Estados Unidos, directamente o mediante organismos multilaterales o bilaterales, para las etapas de planificación e implementación de la transición. Esta preparación para la transición desde afuera, está concebido para que sea acompañado por un esfuerzo paralelo dentro la isla. Se reconocen las dificultades que tienen que encarar los Page -2- diversos grupos que dentro de la isla están conscientes de que no se debe permitir que el presente deprimente que se encara asfixie las esperanzas por un futuro mejor para todos los cubanos. Este documento de discusión se concibió para facilitar el que se incorporen los de adentro en el forjar la visión de la Cuba futura. I. LA GOBERNABILIDAD Y LA REFORMA DEL ESTADO Los criterios para otorgar asistencia internacional se han ampliado mucho en los últimos años. Ya no se limitan meramente a la viabilidad financiera y económica. Este concepto más amplio se ha denominado "gobernabilidad", o buen ejercicio del gobierno, y cubre una amplia gama de temas. La gobernabilidad será muy pertinente a la transición en Cuba. Se relaciona no sólo con el ajuste estructural requerido para que el país pueda competir en el mercado mundial y tener acceso a créditos de los organismos multilaterales y bilaterales, sino también con el fortalecimiento de la democracia y el estado de derecho. En su primer informe al respecto, el Banco Mundial ha definido la gobernabilidad en los siguientes términos: "La forma en que se ejerce el poder en la gestión de los recursos económicos y sociales de un país para lograr su desarrollo."1 Esta definición refleja un cambio en la percepción de qué significa el desarrollo y, en particular, en el impacto de los factores no económicos en el contexto del cual se formulan las políticas económicas. Refleja también el proceso de evolución ocurrido en el curso de varias décadas, que llegó a su término con el fin de la Guerra Fría y el colapso del comunismo. Aunque a muchos les cuesta reconocerlo, en la Guerra Fría la victoria fue de la economía de mercado y la democracia. Y en Cuba, tanto la transición como la nueva estructura del Estado deben reflejar esta realidad. El Glasnost y la Perestroika de Gorbachev aceleraron la evolución del pensamiento en materia de desarrollo. Con estos términos se reconoció no sólo el fracaso de la planificación económica del marxismo sino también del paradigma político leninista. La desintegración del bloque soviético y la adopción de la economía de mercado y el pluralismo político por muchos de los países que lo integraban dieron mayor intensidad a la consideración del tema de la gobernabilidad. Se trata de sociedades en medio de una compleja transición sistémica, cuyas dimensiones económicas y políticas se vinculan estrechamente. Cuba ha tratado sin éxito de encontrar una solución económica socialista en un régimen unipartidista y antidemocrático. La transición en Cuba tendrá repercusiones sistémicas similares a las experimentadas en el ex bloque soviético. Como se comenta en un excelente trabajo de Edgardo Boeninger presentado en la Conferencia de 1991 sobre Economía del Desarrollo --basado principalmente en la experiencia chilena-- la transición de un régimen político autoritario y un sistema económico intervencionista puede efectuarse mediante acciones consecutivas o simultáneas. Joan Nelson, al comentar en esa misma conferencia el trabajo de Boeninger, agrega que países como Venezuela, Costa Rica y la India "establecieron una política democrática hace varias décadas, y recientemente han comenzado a liberalizar sus sistemas económicos," mientras que Corea, Taiwán y Chile lo hicieron al revés: "establecieron economías de mercado florecientes y después instauraron la 1 Banco Mundial, Governance and Development (Washington, D.C., 1992). Page -3- democracia".2 Otros países, entre ellos los del ex bloque soviético, están tratando de encarar ambas transiciones simultáneamente. Pero la simultaneidad entraña una gran complejidad, en particular porque las medidas macroeconómicas requeridas en las etapas iniciales de la estabilización y el ajuste estructural imponen una reducción del nivel de vida que socava la integridad del sistema político al destruir la popularidad del gobernante entre los ciudadanos. Esto crea la tentación de entregarse a la política populista, lo que a su vez debilita la eficacia de la política macroeconómica. Deberá encarase este dilema en el diseño de las políticas y reformas del Estado cubano. En el informe del Banco Mundial de 1994 sobre su experiencia en materia de gobernabilidad se indica que la Comisión de Asistencia para el Desarrollo de la OCDE considera que está surgiendo "una agenda global en las políticas asistenciales de sus Estados miembros, con los siguientes vínculos: la legitimidad del gobierno (grado de democratización); la responsabilización de los elementos políticos y oficiales del gobierno (libertad de los medios de expresión, toma de decisiones transparente, mecanismos de responsabilización); la competencia de los gobiernos para formular políticas y prestar servicios; y el respeto de los derechos humanos y el estado de derecho (derechos y seguridad de los individuos y los grupos, marco para la actividad económica y social y para la participación)".3 Esta agenda constituye un excelente resumen del ámbito de temas que tendrán que encararse en Cuba cuando se entre en el período de transición, para que el país satisfaga los criterios de gobernabilidad que requieren los donantes occidentales. Como puede observarse, la gobernabilidad tiene varias dimensiones. En este trabajo destacaremos sólo las más pertinentes a la futura transición en Cuba: a) el papel del Estado en la transición hacia una economía de mercado; b) el marco jurídico del gobierno para abordar el desarrollo y restablecer la legitimidad; y c) el impacto de este nuevo papel en la gestión del sector público. A. El papel del Estado en la transición hacia una economía de mercado Cuando el Estado pasa de tener un papel intervencionista en la economía a desempeñar uno subsidiario, de facilitador o regulador, se requieren cambios sustanciales. La experiencia del Banco Mundial en la realización de ajustes estructurales se refiere principalmente a la transición de economías mixtas en las cuales existe una combinación de empresas públicas e intervención estatal, que a veces ofrece gran apoyo al sector privado. Estas economías mixtas con frecuencia se basan en alianzas políticas poderosas que dan origen no sólo a distorsiones del mercado sino también a corrupción. Así era el sistema que recientemente se desmoronó en Asia. Si la transición parte de una economía dirigida, más profundo deberá ser el cambio del papel del Estado. Los comentarios en esta sección se refieren a una situación en que se combina una economía 2 Summers, Lawrence H. y Shekhar Shah, editores, Proceedings of the World Bank Annaul Conference on Development Economics (Washington, D.C.: Banco Mundial), p. 269-294. 3 Banco Mundial, Governance: The World Bank's Experience (Washington, D.C., 1994). Page -4- dirigida con una economía mixta muy limitada. Esto se debe a las medidas poco convincentes del régimen actual de introducir ciertas reformas parciales del mercado, tales como cooperativas agrícolas, mercado libre de productos de la agricultura y la ganadería, empleo libre para ciertos servicios y empresas conjuntas con inversionistas extranjeros. La situación exacta dependerá del grado de progreso de esos cambios en el momento de la transición. Para la reconstrucción económica de Cuba se precisan dos cambios fundamentales: la privatización de las empresas estatales y la expansión rápida del empleo en el sector privado. La generación de empleo en el sector privado es la única alternativa para absorber a los empleados públicos que se verán desplazados y cuya capacidad y energía deberá reorientarse para aumentar la producción. El Estado tendrá que retirarse de la operación directa de las empresas financieras, industriales, agrícolas, comerciales y de servicios. Los servicios públicos también tendrán que privatizarse. Se trata de una tarea gigantesca, compleja y a largo plazo. La conversión formal a una economía privada fácilmente llevará de 5 a 10 años. A corto plazo, deberán adoptarse medidas para reducir el déficit presupuestario y deberá ofrecerse empleo productivo a los trabajadores desplazados. Por consiguiente, en las cuestiones económicas el papel del Estado deberá circunscribirse a la gestión de la política macroeconómica y la reglamentación de los servicios públicos y las actividades financieras, comerciales y productivas. También será necesario encarar el problema de los reclamos por propiedades confiscadas y prestar ayuda para fortalecer al sector privado que emergerá, en particular la micro y pequeña empresa que prevalecerá en los sectores de distribución y servicios, tan desatendidos por el régimen, y la mediana empresa, que tendrá que ser reorganizada para competir en el mercado mundial. Según la capacidad institucional que exista en la etapa de transición, la gestión de la política macroeconómica podrá requerir la adopción de medidas de abajo arriba o quizá sólo el fortalecimiento de la capacidad existente. En algunos casos, sólo es preciso mejorar los mecanismos de coordinación entre los diversos organismos que se ocupan de la gestión macroeconómica. Pero en el caso de Cuba, la capacidad institucional de administrar la política macroeconómica es muy limitada o casi inexistente. Al alejarse de la intervención estatal, la práctica más frecuente es abandonar la planificación estatal a nivel sectorial, privatizar las empresas del Estado y dejar la asignación de inversiones y la fijación de precios a las fuerzas del mercado. No obstante, durante la etapa de transición, los ministerios sectoriales deberán adoptar medidas para eliminar gradualmente el papel del Estado en los diversos sectores. Más adelante quizá el Estado deba proporcionar algunas directrices generales, reglamentaciones y apoyo mediante políticas que no interfieran indebidamente con el mercado. En una economía de mercado, los productores sectoriales deben llevar la iniciativa pero, en Cuba, primero tendrán que surgir y luego organizarse. Esto llevará tiempo, particularmente superar los hábitos de pasividad y dependencia que, después de décadas de centralización excesiva, prevalecen en la conducta del pueblo cubano de hoy. Una de las medidas para reducir la intervención del Estado es eliminar las reglamentaciones innecesarias que obstaculizan la actividad de la empresa privada. Pero reducir las reglamentaciones y simplificar los procedimientos no debe confundirse con la abdicación del papel del Estado para proteger a los ciudadanos y sus inversiones, a los trabajadores y a los consumidores, o de proteger a la sociedad en general de la degradación del medio ambiente. En Page -5- algunos de los países en transición sistémica no se prestó debida atención a estas funciones reguladoras al inicio de la privatización, lo que ha tenido efectos perniciosos. Un ejemplo ilustrativo es el colapso de los fondos mutuos en Rusia. Otro es el de la pirámide de inversiones en Albania. Estos hechos socavan la confianza de los ciudadanos en procesos de privatización. En esta materia existe poca capacidad institucional en Cuba. Por último, una de las áreas más debatidas es qué debe hacer el Estado para apoyar al sector privado, en particular en materia de exportación a los mercados mundiales cada día más competitivos. A este respecto, la experiencia es mixta. Algunos se inclinan por dejar que el mercado se ocupe de ello y son partidarios de que el Estado no haga nada. Otros recomiendan un papel activo del Estado, pero que no distorsione el funcionamiento del mercado. En el caso de Cuba, la insuficiencia de la empresa privada hace inevitable que el Estado le preste algo de asistencia como inyección rápida de conocimientos de gerencia, comercialización y tecnológicos, además de capital para modernizar lo que quede de estos recursos en el momento de la transición. La evidencia empírica indica que cuanto más pequeño es el país, más probable es que las empresas nacionales carezcan de la capacidad administrativa, de comercialización y tecnológica para competir en el mercado mundial. Esto puede requerir políticas estatales para alentar actividades cooperativas con el sector privado a fin de superar estas desventajas.4 También requiere un entorno favorable a la inversión extranjera para estimular a la empresas extranjeras a llenar estos vacíos. En el caso de Cuba, es probable que los cubanos que viven en el exterior sean la fuente más importante de asistencia a la pequeña y mediana empresa. El Gobierno de Transición debe facilitar estas transferencias. Además, el papel del Estado tendrá que incluir las funciones tradicionales de mantener las relaciones exteriores, proveer seguridad nacional, mantener el orden interno, asegurar los derechos de propiedad y prestar servicios de salud, educación, infraestructura y servicios sociales de otra índole. De importancia crucial será restablecer el imperio de la ley y el respecto de los derechos humanos. La privatización también podrá extenderse a la prestación de servicios sociales y de otra índole en el ámbito de este papel reducido del Estado, contratando estos servicios con empresas privadas y organizaciones no gubernamentales. Los servicios sociales también deben descentralizarse –en la medida en que lo permitan las escalas mínimas de funcionamiento eficiente y capacidad administrativa local— a fin de ampliar la participación de los ciudadanos. B. El marco jurídico para el desarrollo y la restauración de la democracia Esta es una de las áreas objeto de creciente atención bajo el concepto de mejorar la gobernabilidad. La razón es muy sencilla: sin el imperio de la ley, los riesgos que enfrentan las inversiones del sector privado son abrumadores y la corrupción puede llegar a ser desenfrenada. Los inversionistas deben considerar estos riesgos y costos para determinar el rendimiento de sus 4 Villamil, Antonio. En su artículo Developing Grassroots Capitalism: Small Enterprise and Independent Labor Development, el Dr. Villamil examina el papel de la pequeña empresa en la transición en Cuba y lo aprendido de las transiciones sistémicas en el bloque soviético, Asia y América Latina. (US-Cuba Business Council, Arlington, Virginia, marzo de 1999). Page -6- inversiones, lo que distorsiona el mercado. Una sociedad sin imperio de la ley no puede manejarse de forma congruente con las premisas de la gobernabilidad. Para funcionar correctamente, la economía de mercado requiere “un marco jurídico con leyes claras e instituciones jurídicas eficientes en el ámbito de las cuales pueda tener lugar la interacción entre los agentes económicos y el Estado”.5 Esto significa que debe haber reglas claramente establecidas y conocidas de antemano, que deben existir instituciones eficaces para asegurar la aplicación de las leyes de manera uniforme, que debe existir un mecanismo para presentar apelaciones a un poder judicial independiente y, también, un mecanismo transparente para modificar las leyes. En Cuba, será necesario fortalecer los poderes judicial y legislativo a fin de inspirar confianza en el imperio de la ley. No obstante, la modernización global de estos dos poderes del gobierno afectará otros aspectos del imperio de la ley que son muy pertinentes a la restauración de la legitimidad del gobierno en la etapa de transición. El respeto de los derechos de los ciudadanos y el papel del poder judicial para asegurar la observancia de esos derechos debe ser objeto de la más urgente reforma que se deberá emprender durante la transformación institucional requerida en Cuba. Ello supondrá grandes cambios en las cárceles, los tribunales, la policía, el ejercicio del derecho y el derecho mismo, puesto que el régimen actual ha legalizado todo tipo de conceptos arbitrarios, tales como el delito de “peligrosidad”, que son incongruentes con el imperio de la ley y el respeto de los derechos humanos. Por último, cabe observar que no se trata de una tarea fácil puesto que, para sobrevivir, con mucha frecuencia los ciudadanos se han visto forzados a hacer caso omiso de la ley e incluso a incurrir en violaciones. La pérdida de legitimidad de la acción gubernamental ha estado aumentando durante años y es probable que llegue al punto culminante en el momento de la transición. En realidad, la falta de legitimidad puede desempeñar un papel crucial en el colapso del régimen. Por definición, ese será el ambiente de respeto de la ley que herederá el Gobierno de Transición. C. Impacto del nuevo papel del Estado en la administración del sector público A medida que, mediante la privatización y la desreglamentación, disminuya el papel del Estado, se hará imperativo reorganizar el sector público a fin de prepararlo para sus nuevas funciones. El método más reciente para mejorar la administración del sector público en las transiciones sistémicas es emprender reformas integrales del sector público que abarquen todos los aspectos de la modernización del Estado. Cuba es un país que enfrenta una transición sistémica en la que las reformas fragmentarias no funcionarán. Por lo tanto, probablemente se requiera un criterio integral de reforma del sector público. Básicamente, la reforma integral del sector público debe enfocarse desde la perspectiva de que el sector público es un sistema de la sociedad que comprende cuatro subsistemas: el estructural, el financiero, la administración pública y la cultura institucional de la administración pública.6 5 Banco Mundial, Governance Experience, p. 23. Betancourt, Ernesto F. “A New Approach to Developing Institutional Structure”. En Studies in Comparative International Development, vol. 32 (verano 1997). Transaction Publishers, Rutgers University, New Brunswick, New Jersey. 6 Page -7- El subsistema estructural es el que determina la macro-organización del sector público, lo que a su vez supone tres niveles de acción. El sistema ejecutivo central, que por lo general incluye al ejecutivo principal y su gabinete, es responsable de la gestión estratégica general. El nivel horizontal o gerencia, que comprende funciones comunes a todo el sector público, tales como planificación y presupuesto, finanzas, contabilidad, recursos humanos, compras, etc. Y, por último, el vertical o sectorial, que comprende la prestación de todo tipo de servicios a la sociedad en las áreas de seguridad, producción, infraestructura y sociales. Habrá que formular una estrategia global. La reforma fragmentada tendrá como resultado prolongar diversos aspectos del antiguo régimen, como lo demuestra la experiencia del Banco Mundial en Europa Oriental.7 El subsistema financiero es uno de los subsistemas de gestión horizontal de la administración pública, particularmente en materia de gastos. Este subsistema quizá sea el que más atención ha recibido en el pasado de las agencias donantes, tanto del lado de ingresos como de gastos. Es lógico en vista de la estrecha relación de los ingresos por impuestos y aduanas, así como de gastos del Estado, con la política macroeconómica. Los ingresos deberán provenir principalmente de impuestos a la renta personales y empresariales, así como de impuestos a las transacciones, tales como el impuesto al valor agregado. En Cuba el gobierno no está preparado para recaudar impuestos y la ciudadanía no está ni dispuesta ni acostumbrada a pagarlos. Del lado de los gastos ocurre algo similar. La práctica moderna mundial se dirige al presupuesto por resultados como base para introducir la gestión por resultados y la responsabilización burocrática para la prestación de servicios a la sociedad. Estos conceptos son ajenos a los empleados públicos cubanos de hoy que tienen la noción estalinista-leninista de control en su papel frente a la ciudadanía. Y ni hablar del hecho de que la gestión financiera ha sido descuidada completamente por el régimen actual y que el sistema de presupuesto es obsoleto. En esta época en América Latina y el Caribe la tendencia es introducir sistemas computadorizados integrados para mejorar la gestión financiera. Sería sumamente útil en Cuba, pero instituirlos requerirá un salto mortal en la cultura institucional y las habilidades profesionales de la burocracia cubana. El subsistema de recursos humanos, otro de los subsistemas de gestión horizontal críticos, es fundamental para emprender el tipo de transición sistémica que Cuba necesita. Primero, por el impacto de la nómina de empleados públicos en los déficits presupuestarios, que lleva a la necesidad de reducir la dimensión del empleo público. Las nóminas del gobierno cubano están infladas y no hay posibilidad de que el Gobierno de Transición tengan ingresos suficientes para solventarlas. Hoy, el régimen subsidia entre 800.000 y un millón de empleados que trabajan en empresas inactivas o que funcionan por debajo de su capacidad. Además, existe una estrecha interrelación entre la administración pública y la calidad de los servicios públicos. Finalmente, el papel que desempeñan el Departamento de Organización del Comité Central del Partido Comunista y las unidades del partido en cada organismo tendrá que ser abolido en el Gobierno 7 Numberg, Barbara. The State After Communism: Administrative Transition in Central and Eastern Europe. Banco Mundial, Estudios Regionales y Sectoriales (Washington, D.C. 1999). Page -8- de Transición. El impacto social de las reducciones de personal no puede pasarse por alto. Los gobiernos generalmente se resisten a enfrentar las consecuencias políticas de las reducciones masivas de personal, y ocurrirá lo mismo en Cuba durante la transición. La privatización de las empresas públicas y las medidas para aumentar el empleo en el sector privado deben seguir una secuencia ordenada y cuidadosa a fin de imponer el menor costo social posible. El subsistema de cultura institucional o gerencial afecta a todo el sector público. Sin un cambio de actitud entre los empleados públicos, los cambios de estructura y procedimientos logran poco y se neutralizan entre sí. Es preciso que la actitud de los empleados públicos evolucione para abandonar la idea de que el Estado existe para brindar beneficios y privilegios a sus funcionarios y que su misión es controlar, en vez de servir, a la ciudadanía. En el caso de Cuba, la burocracia de tipo estalinista ha adquirido un cariz de gran arrogancia. Cambiar esta mentalidad será un tema clave de la reforma del sector público. Como parte de la estrategia integral de reforma del Estado, será necesario emprender un programa masivo de capacitación de cuadros gerenciales de nivel superior y medio para imbuirlos de una nueva cultura institucional que sea coherente con las metas del Gobierno de Transición. También deberán establecerse ciertos sistemas de incentivos a fin de ayudar a superar la resistencia inevitable que generará la reforma y a premiar el buen rendimiento. II. LA GOBERNABILIDAD EN EL RÉGIMEN ACTUAL Un grupo consultivo, presidido por el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo, es el foro corriente de los donantes de asistencia y los países prestatarios para examinar las condiciones de gobernabilidad --entre otros temas-- a fin de tener acceso al financiamiento internacional. En la Ley Helms-Burton se establece que Estados Unidos pedirá la integración de este grupo consultivo cuando ocurra la transición Por tanto, para fines de este documento, se supone que ese grupo se establecerá durante la transición. En este foro, las condiciones estipuladas por los donantes occidentales podrán comprender temas de gobernabilidad, como los mencionados en la sección anterior. Los países de la OCDE quizá levanten cuestiones de legitimidad, responsabilización, libertad de expresión, derechos humanos, etc., además de criterios económicos. Los criterios de gobernabilidad del Banco Mundial y el BID también se aplicarán, pero probablemente en un ámbito más limitado debido a las restricciones que les impone su condición de instituciones financieras multilaterales. Por último, USAID deberá guiarse por los criterios establecidos en la Ley Helms-Burton. El gobierno actual de Cuba dista mucho de satisfacer esos criterios de gobernabilidad. Que sea fácil o difícil cumplir esas condiciones dependerá en gran medida de la situación prevaleciente cuando cambie el régimen. Cuba tiene una situación institucional muy dinámica. De hecho, el cambio ocurre a un ritmo frenético, pues Castro está tratando de salvar su gobierno haciendo cambios drásticos que a veces anulan cambios anteriores. Lo que se describe en esta sección podría cambiar de la noche a la mañana. En Cuba no hay instituciones estables. Bajo el lema del marxismo-leninismo, Cuba es en realidad una sociedad feudal sujeta a las veleidades del señor feudal. A.El papel del Estado en un régimen estalinista El gobierno actual de Cuba se basa en principios marxistas-leninistas, que establecen la subordinación total del individuo al Estado. Eso define el papel del Estado como actor Page -9- omnipresente en la vida de todo ciudadano. La aplicación de esos principios en Cuba ha alcanzado niveles nunca vistos en Europa Oriental ni en la Unión Soviética post-Stalin. La estatización de la actividad económica ha llegado hasta los servicios personales, dejando poco espacio para la actividad privada. Este papel del Estado genera una mentalidad de control en la cultura institucional del gobierno. Los empleados públicos consideran que el ciudadano es un objeto para controlar y no una persona para servir. Cambiar esa mentalidad es fundamental para el éxito de la reforma del Estado durante la transición. En Cuba, esa actitud de control llega a extremos inauditos en el ámbito del aparato represivo. Basta este pequeño ejemplo. Por ley, los archivos médicos y psiquiátricos no son de naturaleza privada. Los médicos y los psiquiatras tienen la obligación de poner sus archivos a disposición del aparato de seguridad. Los médicos tienen la opción de no registrar las declaraciones "políticamente incorrectas" de un paciente, pero entonces corren el riesgo de que el paciente sea un agente provocador y que posteriormente un agente de Seguridad del Estado les pregunte por qué no se registraron las declaraciones de dicho paciente. El control que ejerce el Estado sobre la vida del país también está difundido a toda la actividad económica. La mayor parte de la agricultura cubana se nacionalizó entre 1959 y 1962, aunque se permitió que conservaran sus propiedades a cerca de 80.000 pequeños agricultores que ahora están agrupados en la ANAP, la asociación de pequeños productores agrícolas. Estos tienen que comprar los insumos de empresas estatales y venden parte de su producción al Estado. En ambos casos, el gobierno fija los precios. Solo la producción que excede la cuota puede venderse en el mercado libre. Desde 1993 el gobierno ha emprendido una actividad agrícola cooperativa, denominada Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), en la que participan cientos de miles de trabajadores del agro. Estas cooperativas tienen ciertos elementos de empresa privada. No obstante, se les conceden contratos colectivos de arrendamiento, no propiedad directa. Al igual que en el caso de la ANAP, los insumos para la producción y el mercadeo de los productos están bajo control estatal, excepto la porción que puede venderse en el mercado libre y lo que se roba y se vende en el mercado negro. Las industrias también son de propiedad del gobierno, excepto las que se han arrendado a inversionistas extranjeros en arreglos de empresas conjuntas. En estos arreglos no se permite transferir la propiedad. Según las autoridades del gobierno cubano, estas empresas conjuntas son un tipo de concesión que expirará con el correr de los años. Además, la contratación de mano de obra tiene que hacerse por medio de entidades del Estado y los sueldos se pagan en dólares al gobierno, el que paga a los trabajadores en moneda local a un tipo de cambio muy inferior al del mercado de cambio libre. También se han establecido algunas empresas en que el control de la administración ha sido cedido a personas leales al régimen, la mayoría de ellos militares y de los cuerpos de seguridad. Pero tampoco se les concede plena propiedad. A los ejecutivos de estas empresas se les dan acciones al portador, pero no pueden venderlas. Cualquier manifestación de falta de lealtad significa la pérdida del cargo y, a falta de un título de propiedad irrevocable, no tienen ningún derecho a las ganancias que se generen ni a los activos físicos de las empresas. Para registrar estas compañías se requiere aprobación del Partido, de modo que los disidentes están excluidos por definición. Otro ejemplo de una empresa mixta es el conglomerado turístico Gaviota del MINFAR. Esta Page -10- compañía opera varios hoteles, servicios de transporte y algunas atracciones turísticas, cuya administración y personal están compuestos de ex integrantes de las fuerzas armadas que tienen acceso privilegiado a las instalaciones militares. También hay empresas agrícolas e industriales operadas por el MINFAR conforme a un régimen de administración ad hoc. Tras la más reciente apertura económica, vinculada a una tendencia reformista que no prosperó, se permitió el empleo por cuenta propia, pero sólo en el ámbito de la familia. La mayoría de las categorías de actividad comprendidas en este esquema se encuentran en el sector servicios. Se concedieron más de 200.000 permisos, pero a raíz del hostigamiento por parte del gobierno disminuyeron a 150.000. La información que sale de Cuba indica que pocos de los restaurantes que abrieron amparados en los permisos iniciales –llamados "paladares" por el pueblo— han podido continuar funcionando debido a las exigencias regulatorias y la tributación excesiva. Lo mismo sucedió con los servicios de taxi y el alquiler de habitaciones a los turistas. La queja del gobierno fue que constituían una competencia desleal para las empresas gubernamentales. Estos breves comentarios revelan que, en materia de propiedad de los medios de producción, las reformas en Cuba han sido manejadas de forma muy arbitraria. Hay una clara política que prohíbe el funcionamiento de las empresas de propiedad cubana. A los cubanos no se les permite contratar a otra persona para ninguna actividad productiva. Hasta ahora, el gobierno sólo ha respetado los acuerdos con inversionistas privados extranjeros , y las condiciones parecen ser decisión unipersonal de Castro, caso por caso. En la gestión macroeconómica también existe una ausencia similar de políticas claras y congruentes. Esto se refleja en la nueva política sobre el dólar anunciada por Castro el 26 de julio de 1993. Posteriormente no se ha producido ninguna acción coherente del gobierno para complementar esa iniciativa, y constantemente se producen decisiones ad hoc que poco después se derogan. Por ejemplo, el 3 de mayo de 1994 la legislatura aprobó una política económica que incluía una serie de medidas marco dirigidas a reducir el déficit presupuestario. Más adelante, Castro titubeó ante mayores reducciones de los subsidios a empresas ineficientes, y desde 1994 se han mantenido estos subsidios en alrededor de dos mil millones de pesos por año, sin contar los subsidios a las Unidades Bàsicas de Producciòn Cooperativa. En otro caso, a pesar de la decisión marco inicial de la Asamblea de que no se permitiría a los cubanos poseer dólares y que debían cambiarlos por nuevos pesos convertibles, la tenencia de dólares está muy diseminada. Además, a los trabajadores de varias industrias clave se les ofrecen paquetes salariales que contemplan pagos nominales en dólares. Con estos arreglos ad hoc, en vez de estimularse el cumplimiento de la política macroeconómica se alienta a otros grupos laborales a pedir privilegios similares. Todos son síntomas de que la política macroeconómica está a merced del capricho de un solo hombre: Castro. En estas circunstancias, examinar las políticas macroeconómicas y los arreglos institucionales es un ejercicio absurdo. Por otra parte, nadie puede anticipar cuál será la situación imperante cuando se inicie la transición. El marco jurídico y la gestión del sector público es vivo reflejo del sistema de gobierno personalista y arbitrario vigente hoy en Cuba. B. El marco jurídico actual Los comentarios que se hacen a continuación sobre el poder judicial al describir los órganos del Estado en Cuba transmiten una clara imagen de la situación del marco jurídico en el país bajo el régimen actual. Éste constituye uno de los elementos en los cuales la situación dista mucho de lo Page -11- que debería ser para satisfacer los criterios de gobernabilidad y restablecer legitimidad al gobierno en la etapa de transición. En Cuba el procedimiento de promulgación de leyes no es transparente y de la noche a la mañana se toman medidas legislativas arbitrarias. La ausencia de un verdadero debate legislativo y de transparencia en la promulgación de leyes es sólo el primer paso. La reciente legislación draconiana contra los periodistas disidentes, entre otras, que el pueblo ya ha denominado la “Ley mordaza” es un buen ejemplo. Esta ley fue aprobada por unanimidad en dos días durante una sesión extraordinaria de la legislatura. Conforme a los criterios de gobernabilidad, una mejora esencial en cuestiones reglamentarias es que la aplicación de las leyes y los reglamentos no sea discrecional. Es decir, si uno satisface los requisitos tiene derecho a obtener la autorización que requiere. La experiencia ha demostrado que, en cualquier país, la toma de decisiones discrecional es una de las mayores fuentes de corrupción y de acciones arbitrarias que enfrentan los empresarios y los ciudadanos en su trato con la burocracia –y Cuba no es una excepción. Las acciones arbitrarias han sido la práctica prevaleciente en materia de represión y violación de los derechos humanos. Ni la Constitución ni las leyes protegen al ciudadano frente a un oficial de la policía, y los juicios son realmente una parodia. Existen muchas denuncias ante organismos internacionales que documentan esta situación. A medida que la economía se deteriora, quienes ocupan cargos de autoridad tienen cada día mayor avidez de complementar sus ingresos en pesos con ingresos en dólares. Por consiguiente la corrupción aumenta en todo los aspectos de la actividad económica. La información a este respecto es escasa, pero los medios informativos del gobierno con frecuencia relatan el robo de propiedades y bienes del Estado que está ocurriendo. A medida que aumenta la necesidad de dólares, los inversionistas extranjeros van a encarar cada vez más el pedido de coimas. Los empresarios locales, que por definición han estado actuando ilegalmente, por lo general trabajan en “cooperación” con alguien que ocupa un cargo de autoridad en el régimen. C.La administración del sector público en la Cuba de hoy La estructura básica del sector público de Cuba fue definida en la Constitución de 1976 y modificada en 1992 después del colapso de la Unión Soviética. De los tres poderes del Estado, el Ejecutivo es el poder dominante. La Asamblea Nacional de Poder Popular, el órgano legislativo, es elegida por el voto popular de candidatos únicos presentados por el Partido Comunista y nominados por las organizaciones auxiliares del Partido Comunista. Este método asegura que nadie pueda ser elegido sin aprobación del Partido, es decir de Castro, que es el Primer Secretario del Partido. La legislatura se reúne dos veces por año en sesiones de dos días, de modo que sólo funciona como un sello de aprobación de cualquier iniciativa que presente el poder ejecutivo. El poder judicial es designado por la Asamblea con base en candidaturas presentadas por el poder ejecutivo. Al celebrar sesiones de dos días dos veces por año, la Asamblea tiene poco tiempo de considerar las calificaciones de los candidatos. Pero esto no es pertinente porque cuando un tribunal toma una decisión que a Castro no le gusta, éste la deroga –y por lo menos en un caso ordenó el encarcelamiento del juez. En otros juicios como el del General Arnaldo Ochoa, Castro se convierte en una especie de fiscal y juez y actúa en forma abierta o privada. Esta interferencia con la labor de los tribunales ha incluido visitas a los acusados, como lo hizo Page -12- en el caso del Coronel Tony la Guardia. Castro le pidió al Coronel la Guardia que en su testimonio exonerara a sus superiores del régimen de toda responsabilidad por el narcotráfico a cambio de salvarle la vida. Pero Castro igual ordenó la ejecución de la Guardia, a pesar de que éste había cumplido con su solicitud. En la Cuba de hoy no hay un poder judicial independiente. Hay un Consejo de Estado que se encarga de las acciones legislativas entre las sesiones de la Asamblea. Sus miembros son designados por Castro, que lo preside, y en esa capacidad es el Jefe de Estado. En este órgano hay un Consejo de Ministros y el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, cuyos nombramientos son hechos por Castro y ratificados por el Consejo del Estado. Éste constituye el cuerpo directriz del Poder Ejecutivo. No obstante, hay dos órganos paralelos que también son parte de este núcleo central director del Poder Ejecutivo. Uno es el Partido, por medio del Politburó y el Comité Central. Como señala Numberg en su estudio para el Banco Mundial sobre los gobiernos en transición del Bloque Oriental, son estos órganos del Partido en vez del Consejo de Ministros los que fijan la política gubernamental, y esta práctica ha creado un vacío de formulación de política durante la transición.8 Puesto que los miembros del Politburó también ocupan cargos en el Consejo de Ministros, y como Castro también es el Secretario General del Partido, está asegurada la cooperación entre el Partido y el Ejecutivo. Además, los representantes del Partido están presente en todos los niveles del Ejecutivo y ejercen lo que podría considerarse una función de control para asegurar el cumplimiento de las directivas del Partido. En cada provincia el secretario del Partido local, que responde directamente a Castro, tiene autoridad sobre cualquier jefe de planta o de unidad básica de producción en su territorio. En asuntos militares, los secretarios del Partido local son responsables de las unidades provinciales de la milicia territorial (MTT), una milicia popular creada por Castro en 1980 para desalentar cualquier golpe militar con la amenaza de un potencial baño de sangre. Por último, en las reuniones de la Asamblea de diciembre de cada año, los secretarios provinciales del Partido son los que informan sobre el cumplimiento del programa anual en sus respectivas provincias. Por tanto, el Partido es una estructura paralela mediante la cual Castro ejerce autoridad, transmite órdenes y exige responsabilización de las entidades funcionales, territoriales y sectoriales que constituyen el gobierno. El otro órgano que puede actuar a cualquier nivel del ejecutivo y derogar las disposiciones de un ministro es el llamado Grupo de Coordinación y Apoyo del Comandante en Jefe. Este pequeño grupo de miembros cuidadosamente elegido de la organización juvenil comunista está organizado por áreas del poder ejecutivo y los planes prioritarios del Comandante en Jefe. Pueden ir al campo y tomar decisiones asignando personal y recursos al instante para resolver problemas en nombre de Castro. Este grupo elude tanto el Partido como la línea ministerial de autoridad. Lo resienten mucho los líderes del Partido y los Ministros. A la vez, es la ruta a la cima del gobierno. El zar económico de hoy día, el Secretario del Consejo de Ministros y Vicepresidente del Consejo de Estado, Carlos Lage, y el Ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, son discípulos graduados del Grupo de Coordinación y Apoyo de Castro. Como puede observarse de esta breve descripción de cómo funciona la estructura ejecutiva central de Cuba, el país tiene uno de los sistemas político-gubernamental más centralizado del 8 Numberg, p. 238. Page -13- mundo y dada la inclinación de Castro a inmiscuirse en los detalles más minúsculos, todas las decisiones del gobierno requieren su aprobación. En cuanto a los subsistemas de gestión, en el caso de Cuba el jefe del Departamento de Organización del Comité Central es el verdadero responsable de la gestión de los recursos humanos en lo que se refiere a nombramientos, lo que significa que, usando terminología soviética, está a cargo de administrar la “nomenklatura” cubana. Además, el control de la conducta personal, o la corrección política, por decirlo así, cae bajo el Comité de Revisión y Control del Partido que puede poner fin a la carrera de cualquiera, incluidos los miembros del Consejo de Ministros. Como es la práctica común en los regímenes comunistas no hay una comisión de servicio civil independiente que asegure que se cuenta con una dotación de empleados públicos de carrera no políticos. Las otras funciones de gestión horizontales, es decir las actividades que ocurren en la administración a todo nivel, incluidas las empresas estatales, están a cargo de entidades centrales tales como el Ministerio de Economía y Planificación y el Ministerio de Finanzas y Precios. Todos los sectores productivos son administrados mediante ministerios que están a cargo de la supervisión de las empresas estatales en los sectores respectivos. Lo mismo ocurre con los ministerios e institutos del sector social. Algunos ministros que tienen rango de vicepresidente son responsables de la coordinación de un grupo de ministerios e institutos en un sector determinado. Otros tienen papeles meramente simbólicos como figuras revolucionarias. Como en Cuba el papel del Estado incluye la administración de todas las actividades productivas y de distribución, el alcance o el ámbito de responsabilidad de los ministerios es mucho más amplio que en las economías de mercado donde el Estado tiene un ámbito de responsabilidades menor. En abril de 1994 el gobierno emitió un decreto-ley mediante el cual reestructuró el esquema ministerial aboliendo la estructura anterior de comités o institutos estatales responsables de las funciones de administración horizontal, tales como planificación, finanzas y precios, trabajo y seguridad social, estadísticas, normas, compras técnicas y de material y cooperación externa que seguían el modelo soviético. En los regímenes comunistas las funciones de administración horizontal cubren no sólo los ministerios tradicionales de administración pública, sino también las empresas públicas. Por lo tanto, requieren burocracias gigantescas. Por ejemplo, el Comité Estatal de Abastecimiento Técnico y Material estaba a cargo de una enorme operación de compras al por mayor y al detalle de bienes acabados, materia prima, equipo y repuestos. El nuevo decreto estableció una estructura ministerial de 27 ministerios y cinco institutos para funciones horizontales o de administración y funciones verticales o sectoriales. Dos de los ministerios se ocupan del azúcar y la agricultura, dos del comercio exterior e interno, dos de la administración económica y finanzas, incluida la fijación de precios, dos de las relaciones exteriores y cooperación económica, tres de la infraestructura y la construcción, siete con los sectores productivos industriales y el turismo y el resto con las funciones tradicionales del Estado. La justificación de esta nueva estructura fue que se adaptaba a las necesidades operativas actuales y reducía los costos administrativos. Esa es la estructura formal de la administración central del Estado que rige en Cuba hoy.9 9 Consejo de Estado, De la reorganización de los organismos de la Administración Central del Estado, Decreto-Ley No. 1147, Gaceta Oficial, La Habana, Cuba, 22 de abril de 1994. Page -14- III. LA REFORMA DEL ESTADO DURANTE LA TRANSICIÓN Las medidas que es preciso adoptar para que el Gobierno de Transición posterior a Castro pueda satisfacer los criterios de gobernabilidad, serán en la etapa inicial las mismas que tendrán que satisfacer para restablecer su legitimidad ante el pueblo cubano. Cuba está gobernada como si la Patria perteneciera a un hombre, a quien los cubanos llaman “él” en el habla de todos los días. Por ese motivo fue que el slogan elegido por el Grupo de Trabajo de la disidencia en su manifiesto desafiando el programa del Quinto Congreso del Partido en 1997 es tan adecuado: La Patria es de Todos. La reciente condena de los cuatro a varios años en prisión ha dado mayor realce a la posición de éstos y subraya el punto central de qué es lo que está en juego durante la transición: si Cuba pertenece a todos o pertenece a “él”. La respuesta clara a esta pregunta durante la transición será que los cubanos finalmente podrán ejercer control sobre sus futuros y la Patria será de todos. Por tanto, el objetivo a largo plazo debe ser el establecimiento de una organización social que asegure el logro de esa meta y eso significa que no habrá posibilidad de que haya otro Batista o Castro. Los criterios de gobernabilidad exigidos por los organismos multilaterales, la Unión Europea y los Estados Unidos para el Gobierno de Transición como parte de la condicionalidad para el financiamiento externo, deben, por lo tanto, garantizar que se logre ese objetivo. A.Algunos comentarios sobre el contexto de la transición para la reforma del Estado La revolución ha causado un cambio irreversible en la demografía cubana: de ahora en adelante un número considerable de cubanos seguirá viviendo en el exterior en forma permanente. Cuba tendrá que redefinir la noción de ciudadanía más allá de sus limitaciones territoriales actuales. Al igual que otros países con grandes grupos viviendo en el exterior –Inglaterra, España e Italia, por ejemplo– Cuba tendrá que considerar los derechos de los que viven en el exterior pero que desean readquirir o mantener la ciudadanía cubana. Es un tema muy importante puesto que los cubanos del exterior probablemente serán la fuente más importante de ayuda humanitaria, como lo han sido con tanta generosidad en el pasado, durante las etapas iniciales de la transición y para invertir en la reconstrucción del país a mediano y largo plazo. Será preciso establecer alguna forma de otorgar derechos políticos a los cubanos que deseen continuar viviendo en el exterior pero retener la ciudadanía cubana o volver a Cuba para vivir de nuevo en la isla como ciudadanos con plenos derechos. Debería otorgarse los derechos de ciudadanía a todos los que deseen volver a Cuba incluido el derecho de ejercer un cargo público. Los que deseen permanecer en el exterior y conservar su ciudadanía cubana deberían tener derecho a votar en las elecciones nacionales. Naturalmente los que opten por conservar la ciudadanía de su nuevo país de residencia no deberían tener derecho a votar o a ocupar un cargo público. Pero tanto ellos como sus hijos deberían tener derecho a reclamar la ciudadanía cubana en un lapso razonable después del cambio de régimen. El Gobierno de Transición debe por lo menos tomar medidas para desarmar el sistema unipartidario leninista y permitir la organización de un sistema multipartidista en el que se convoquen elecciones supervisadas internacionalmente en un período razonable de tiempo. Dado que la Fundación Internacional de Sistemas Electorales (IFES) está preparando, a pedido Page -15- de USAID, una propuesta en este campo, no es preciso formular ningún otro comentario al respecto en esta oportunidad. Desde el punto de vista político, no obstante, es esencial que se disuelva el Partido comunista y que se ponga fin al control que ejerce sobre la administración pública de Cuba. Por supuesto debe garantizarse el derecho de sus miembros de organizarse políticamente como un partido más en el sistema multipartidista. La libertad de expresión, de asociación, de asamblea y de movimiento tendrá que ser permitida y garantizada. Los prisioneros políticos deberán ser liberados. La Seguridad del Estado tendrá que ser disuelta, así como los Comités de Defensa de la Revolución y las infames brigadas de respuesta rápida. Puesto que Cuba encara una crisis muy seria de abastecimiento de artículos esenciales, que no mejorará bajo el régimen actual, el Gobierno de Transición tendrá que hacer arreglos con donantes para que envíen embarques de emergencia de alimentos, medicamentos y combustible e incluso para restablecer los sistemas de abastecimiento de agua, transporte, comunicaciones y generación de energía. Esta distribución de emergencia debería ser manejada mediante las redes institucionales del gobierno y con entidades privadas de ayuda, tales como CARITAS, que podrían instalar una organización nacional para administrar su asistencia. Tratar de cambiar las estructuras gubernamentales y productivas tan temprano en el juego podría complicar la situación crítica en un entorno ya caótico. De parte de Estados Unidos, los diversos organismos de socorro, tales como la Cruz Roja deben participar en la etapa de planificación a fin de no perder tiempo cuando ocurra la transición. De parte del sector público, la experiencia de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) puede servir de ejemplo. En materia de transporte, comunicaciones y restablecimiento de la energía se podría necesitar asistencia del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos. Esto podría causar ciertas inquietudes de naturaleza política por cuestión de la sensibilidad nacionalista pero, en términos prácticos, no hay otra fuente de capacidad institucional con experiencia equivalente. 1.Por consiguiente, sería aconsejable hacer arreglos preliminares con la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) y con el Departamento de Defensa a fin de iniciar la etapa de planificación para obtener una asistencia de emergencia para infraestructura que se actualice periódicamente. Es decir, que se haga un seguimiento periódico de la situación y cada seis meses o un año se evalúen los planes y se actualicen en forma adecuada. En cuanto a la distribución de alimentos y medicinas USAID debería designar un grupo de trabajo de asistencia humanitaria de emergencia que, junto con un consorcio de entidades privadas interesadas, podría iniciar la planificación de la dimensión y los medios requeridos para prestar esa asistencia de emergencia. Como las autoridades cubanas actuales objetarán esta medida enérgicamente, no es muy probable que los organismos de las Naciones Unidas que por lo general participan en estas operaciones de emergencia puedan ser convocados a trabajar en ese momento. No obstante, la planificación podría anticipar un papel para estos organismos, una vez que el Gobierno de Transición esté funcionando. Esta planificación también debe ser de naturaleza actualizada periódicamente. Al mismo tiempo, los cubanos en el exterior y la disidencia deben organizar grupos de discusión para poder hacer un aporte. La recomendación anterior podría ser irrelevante a la luz de la labor emprendida en la actualidad con respecto a la ayuda de emergencia. El único punto que puede duplicarse con respecto a la Page -16- reorganización institucional requerida para la transición se refiere a la organización para manejar la asistencia de emergencia. Mejor que complicarse en complejas reformas estructurales una medida simple y rápida podría ser levantar de inmediato el embargo interno impuesto por Castro a los productores agrícolas nacionales. Esto puede hacerse liberando a los pequeños productores de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y a las Unidades Básicas de Producción Cooperativa para que produzcan y vendan en los mercados libres al precio que puedan obtener. La disponibilidad de una red paralela de suministro humanitario ayudaría a reducir cualquier abuso causado por las imperfecciones iniciales del mercado que es probable que prevalezcan hasta que aumente la oferta para satisfacer la demanda. Mientras se atiende la emergencia inicial deberán adoptarse medidas para preparar el país a satisfacer los criterios de gobernabilidad. Es en ese momento que los mismos temas considerados en las secciones anteriores tendrán que encararse a fin de empezar a movilizar al país para cumplir los criterios de gobernabilidad mediante reformas de la organización social con una expansión progresiva de la sociedad civil y de actividades privadas y una contracción del papel del Estado. B.El nuevo papel del Estado Para fines de este documento, se supone que el Gobierno de Transición tendrá la legitimidad básica requerida para asegurar que pueda manejar la transición. Se reconoce que en todo caso esta será una situación muy inestable, pero estamos viendo los requisitos mínimos para que el Gobierno de Transición tenga éxito. Y eso significa tener suficiente autoridad para controlar la situación a fin de implementar las medidas requeridas. En tanto el Gobierno de Transición adopte medidas eficaces congruentes con las aspiraciones populares, su legitimidad aumentará. Si falla en interpretar bien y satisfacer esas aspiraciones, el Gobierno de Transición será muy inestable por la gran volatilidad de la opinión pública que puede anticiparse. Un supuesto clave en este análisis proviene de la dinámica revolucionaria. Habrá transición cuando el fracaso del gobierno actual cause tal pérdida de legitimidad que su capacidad represiva ya no pueda atemorizar suficientemente al pueblo para asegurar su obediencia.10 Una vez cruzado ese umbral, la ideología colectivista que Castro ha usado para justificar el gobierno de “él” habrá fracasado. Con el fracaso del colectivismo, el punto central para definir el nuevo papel del gobierno en la Cuba post-Castro es que se restablezca la preeminencia del individuo sobre el Estado. No porque alguien esté graciosamente otorgando estos derechos al pueblo. No! Cuando se restablezcan los derechos individuales a los cubanos será porque se los han ganado: mediante la resistencia pasiva a la intrusión del régimen en sus vidas, mediante los riesgos asumidos y las adversidades sufridas por los disidentes, mediante el sufrimiento de los prisioneros políticos, mediante el dolor síquico y las saudades de vivir en el exilio, mediante los temores y ansiedades de los balseros y, quizá, mediante las acciones violentas que podrían requerirse para poner fin a esta pesadilla que se llama el régimen de Castro. Este punto es esencial para definir el papel del Estado. Quizás sería difícil de entender por algunos del Gobierno de Transición que podrían considerar la transición como un mero cambio de personas en el poder. Si el Gobierno de Transición asume el poder con la noción de que es 10 Betancourt, Ernesto F., Revolutionary Strategy: A Handbook for Practitioners, p. 18-19, Transaction Publishers (New Brunswick, N.J.: 1991). Page -17- meramente un cambio de personalidades, su mandato será corto. Sólo aceptando el desastre de la idea del colectivismo y el triunfo del individualismo se regirá por el modo de pensar adecuado para los cambios que se requerirán. Cuba no ha sufrido tanto sólo para caer bajo otro gobernante totalitario o autoritario. Una vez aceptada esta idea, una apertura política y una economía de mercado son las consecuencias lógicas. Son los ciudadanos –con libertad de hablar y libertad de asociarse libres de temor– los que deben estar en el centro de la sociedad. El papel del gobierno, tanto en términos de decisiones políticas y económicas, debe definirse en torno a esto. Es la ciudadanía que debe otorgar el poder a las autoridades políticas, mediante un gobierno representativo que emane de un sistema electoral para gobernar el país con el consentimiento de los gobernados. Los ciudadanos deberán poder hacer esto como individuos o a través de las organizaciones intermediarias que integran la sociedad civil, lo que incluye a los partidos políticos. Cabe reiterar, es la ciudadanía, tanto consumidores, trabajadores o empresarios que debe tener el derecho de determinar, como personas o como miembros de cooperativas y empresas, lo que hay que producir, consumir e invertir – y todo esto a precios determinados en un mercado libre. El régimen de transición tendrá que internalizar estas ideas sencillas si va tener la capacidad de satisfacer las condiciones asociadas con la gobernabilidad en los términos que prevalecen hoy. Las medidas de liberalización de la producción y distribución de productos agrícolas, sugeridas en la primera parte de esta sección, se iniciarán con la privatización de la gestión económica. Pero el problema de propiedad de los medios de producción es básico para lograr que la economía sea reactivada o no. Sin restablecer el respeto del principio de la propiedad privada, la reactivación de la producción en una economía de mercado no podrá alcanzarse. Nicaragua es un buen ejemplo para Cuba, y también un ejemplo que hay que evitar. Por otra parte, el problema de la propiedad es extremadamente complicado. Se trata probablemente de uno de los temas más conflictivos durante la transición. La solución del problema es encontrar un término medio, que no es el mismo en todas las situaciones y para todo tipo de propiedad, en el cual se reconcilie la necesidad de mantener e incrementar la producción y se respeten los derechos de propiedad de los afectados por expropiaciones, así como los de aquellos que ahora trabajan en las empresas. Si a fin de mantener la paz social o aumentar la producción no es viable devolver una propiedad a su propietario original, entonces deberá existir alguna forma de reconocer los derechos de propiedad de los afectados y proporcionales una compensación pronta y razonable. Esto debe hacerse mediante un instrumento coherente con la realidad financiera del país. Como se dijo, el grado de estatización de la economía cubana ha alcanzado niveles nunca vistos en los antiguos integrantes del bloque soviético. Esto significa que la privatización en Cuba no puede seguir los criterios prevalecientes en América Latina y Europa Occidental, donde se ha privatizado una empresa por vez. Al encarar situaciones similares pero más limitadas de propiedad estatal de la empresa pública, varios países de Europa Oriental desarrollaron lo que se ha denominado “programas de privatización masiva” o PPM. La experiencia de la República Checa y de Lituania con las PPM ha sido ciertamente exitosa, aunque con ciertos problemas como siempre sucede con los experimentos sociales.11 Aquí sugerimos que se siga un criterio 11 Lieberman, Ira W. y Andrew Ewing, Michal Mejstrik, Joyita Mukherjee y Peter Fidler, Mass Privatization in Central and Eastern Europe and the Former Soviet Union: A Comparative Analysis, Estudios Page -18- similar, puesto que ofrece el medio más eficaz de reconciliar los intereses de las diversas partes interesadas en el caso de Cuba. Los objetivos básicos de los PPM son tres: i) comprometer la participación del pueblo en general en el proceso de transformación económica; ii) procurar alguna forma de equidad distributiva mediante la distribución de acciones al público general; y iii) privatizar rápidamente un gran número de firmas para profundizar las fuerzas del mercado y la competencia en el ámbito de la economía.12 Con alguna adaptación, estos criterios son consistentes con las necesidades de la transición de Cuba. Para ilustrar cómo los varios interesados podrían participar en el proceso de transición al sistema de empresa privada conforme a un PPM, se sugiere el siguiente esquema. En primer término, es necesario identificar quiénes son las partes interesadas: los propietarios anteriores, ya sea nacionales o extranjeros, los trabajadores y gerentes actuales y los posibles socios nacionales o extranjeros capaces de movilizar el capital, los conocimientos de gerencia, comercialización y tecnología para reconstruir las empresas, así como al propio gobierno y la ciudadanía en general y en particular, las víctimas de la represión de Castro. Del mismo modo, los juzgados culpables de violaciones de los derechos humanos automáticamente perderían sus derechos como partes interesadas. Todos los ex propietarios deben tener derecho, tras presentación de documentos que justifiquen su propiedad, a obtener un certificado que reconozca esa propiedad y si pueden asegurar que pueden continuar e incrementar la producción, utilizar ese certificado como sus acciones en una empresa conjunta que garantizaría al inversionista una autoridad gerencial eficaz, reconociendo los intereses y derechos de otros interesados, tales como los gerentes y trabajadores actuales o el Gobierno de Transición si el gobierno hubiera hecho inversiones adicionales en esos años. El público en general, los gerentes y los trabajadores en empresas productivas o de distribución de propiedad pública también deben recibir certificados que reconozcan su participación en estas empresas. No gratis, sino con un crédito que se amortizará en el correr de los años. Los ingresos de la venta de las empresas estatales y de los activos productivos será una fuente importante de ingresos durante mucho tiempo y el Estado no puede darse el lujo de regalarlos. Además, como se trata de propiedad social, es una cuestión de equidad con el resto de la ciudadanía. Por último, una porción de estos certificados debe reservarse para una “holding company” del Estado que represente toda inversión hecha por el Estado y una empresa que representaría el interés de los ciudadanos en general, con disposiciones para asignar estos recursos a un fondo para compensar a las víctimas de la represión de Castro. Éstas son las otras partes interesadas que con toda justicia deben tenerse en cuenta en una transición fundada en la reconciliación y la solidaridad. Estos certificados deben ser canjeables por participación en el capital de cualquier empresa o mediante fondos de inversión para asignar a diversas empresas. Por tanto, se creará un mercado para reconciliar los intereses de los diversos interesados en la transición a una economía de de Economías en Transformación, número 16, Banco Mundial (Washignton, D.C.: 1995). 12 Lieberman et. al., Mass Privatization, Banco Mundial, p. 3. Page -19- mercado y de empresa privada, evitando la parálisis de la expansión de la producción esencial para la reconstrucción de la economía. Ofrecer participación en el futuro a todas las partes interesadas es también una forma de estimular al pueblo a considerar el beneficio que les puede ofrecer la transición. Tiene un valor educativo intrínseco vinculando la comprensión de cómo funciona la economía de mercado que en última instancia ofrece beneficios personales. Al mismo tiempo, debe estar diseñada para asegurar la gobernabilidad eficiente de la empresa.13 Hasta ahora no ha habido ningún incentivo concreto para nadie dentro del régimen a fin de alentarlos a apoyar la transición. Castro ha podido explicar la transición como una amenaza a los intereses de muchos dentro del régimen cuyo apoyo es crítico para lograr el cambio deseado. Es hora de empezar a discutir algunas formas concretas en que los intereses de todas las partes interesadas pueden reconciliarse. El enorme esfuerzo que se requerirá para reconstruir a Cuba requiere que se emprenda en términos en que todas las partes interesadas se beneficien. Tenemos que persuadir a estas personas de que la noción de “la Patria es de Todos” también los incluye. Pueden comparar este ofrecimiento con el de Castro en el sentido de que la Patria le pertenece a “él”. Estas sugerencias se presentan sólo como ilustración de un esquema posible. Puede no satisfacer las expectativas de todas las partes, especialmente reconociendo los derechos de propiedad a los gerentes actuales en el nuevo sector privado que emergerá de la transición. Pero en términos realistas, si ha de haber transición, es necesario formular un programa que asegure a los que están en la actualidad en posiciones directivas que no tienen que apoyar a Castro para asegurar su futuro y que ofrezca a aquéllos cuyas propiedades fueron confiscadas sin compensación o a los nuevos disidentes y a la comunidad de ultramar la oportunidad de tener un interés en la reconstrucción. Algunos podrán objetar a dar a los trabajadores participación en la propiedad de las empresas. Debe tenerse en cuenta que la situación salarial no va a ser satisfactoria para los trabajadores durante bastante tiempo. A menos que se les dé cierto incentivo como partes interesadas, es probable que aumente la desazón entre los trabajadores cuando se establezcan sindicatos libres. Los trabajadores tendrán que seguir apretándose el cinturón para mantener la nueva economía privada que se les pide que ayuden a crear y una noción elemental de justicia exige que participen en la propiedad. Los esquemas de privatización en todas las economías en transición reconocen esta realidad y contemplan la venta de acciones a los trabajadores con descuento y a crédito.14 Un factor favorable es que la economía estará en un nivel tan bajo cuando ocurra la transición 13 Gray, Cheryl W. In Search of Owners: Privatization and Corporate Governance in Transition Economies, The World Bank Research Observer, vol. 11, número 2, agosto de 1996. 14 Guislau, Pierre, The Privatization Challenge: A Strategic, Legal, and Institutional Analysis of International Experience, Banco Mundial, Estudios Regionales y Sectoriales (Washington. D.C.:1997) : Page -20- que la base económica permitirá que todos los que estén dispuestos contribuyan para tener una participación de una torta económica más grande. Sin descartar el legado negativo de 40 años de régimen comunista, la reconstrucción de Cuba tendrá más en común con la reconstrucción de Europa bajo el Plan Marshall que con los esfuerzos de desarrollar y modernizar las sociedades tradicionales. No es posible en este breve documento tratar los detalles de cómo valorar las empresas y los certificados, asignar proporciones a los diversos participantes interesados y establecer reglas para su comercio y para los arreglos de ser propietarios y administrar las nuevas empresas. El Banco Mundial ha desarrollado una gran experiencia en este campo a la cual se debería recurrir. Por tanto, se sugiere: 2.Que la USAID encargue a un grupo antes del comienzo de la transición como parte de la etapa de planificación para que defina un esquema de este tipo con base en la privatización masiva emprendida en el antiguo bloque soviético y que formule una propuesta que se presentará a consideración de las nuevas autoridades. Sea cual sea el esquema que se adopte, tienen que estar presente los siguientes cinco elementos: i) que se reconozcan los derechos de propiedad; ii) que al hacerlo no haya una parálisis de la inversión y la producción; iii) que se establezca una base justa para ofrecer incentivos a todas las partes interesadas; iv) que asegure una gerencia empresarial competente; y v) que disponga el establecimiento de un organismo de alto nivel temporario con el ámbito de autoridad necesario para administrar esta división de títulos. De ser posible, el grupo debería incluir al Banco Mundial. Una vez el Gobierno de Transición esté instalado podría haber un arreglo con el gobierno checo o lituano para que compartan su experiencia con el organismo establecido en Cuba. La USAID podría financiarlo o el Banco Mundial por medio de uno de los fondos de donación que administran. Dentro de la disidencia y en el exterior pudieran formarse grupos de discusión para hacer aportes en este tema central a la Cuba post-Castro. Por último, el imperio de la ley, no del hombre, no obstante lo adecuado que parezca, debe ser aceptado como el criterio básico de operación de la sociedad y su gobierno y se requerirá de toda Cuba un ánimo de perdón no de revancha para que el país pueda sanar sus heridas y reconstruirse como una sociedad moderna, democrática y próspera. C.El marco jurídico para la reconstrucción y el restablecimiento de la legitimidad El restablecimiento del imperio de la ley para facilitar la reconstrucción y garantizar los derechos humanos esenciales para alcanzar la legitimidad requerirá ante todo otorgar independencia al poder judicial. En la introducción de las actas y documentos de una conferencia celebrada en 1993 por el Banco Interamericano de Desarrollo, se dice que “la piedra fundamental del éxito de una reforma es la independencia efectiva del poder judicial”.15 Si no se cuenta con un poder judicial libre de control del ejecutivo la confianza en el sistema judicial no se restablecerá entre la población ni entre los inversionistas. En las actas de otra conferencia, auspiciada por el Banco Mundial en 1994, se dice que “los elementos clave de la reforma judicial comprenden las reformas de procedimiento, el mejoramiento de la administración de los tribunales, el establecimiento de mecanismos alternativos de solución de conflictos, el fortalecimiento del papel de los colegios de abogados, la ampliación del acceso a la justicia y el 15 Jarquín, Edmundo y Fernando Carrillo, editores. Justice Delayed: Judicial Reform in Latin America (Washington, D.C.: Banco Interamericano de Desarrollo, 1998). Page -21- mejoramiento de la capacitación judicial y la educación jurídica”.16 Esto nos da una idea del amplio ámbito de la asistencia técnica que se requerirá para que los tribunales cubanos lleguen al nivel de lo que debe ser su papel en una economía de mercado y en una democracia. Por tanto, sugerimos que: USAID integre un grupo de trabajo para preparar propuestas para someter al Gobierno de Transición sobre modernización del poder judicial cubano. Muchos abogados cubanos en el exterior y en el ámbito de la disidencia podrían contribuir sugerencias a este grupo de trabajo y participar en su labor. Puesto que en la actualidad tanto el Banco Mundial como el BID y la USAID están prestando asistencia técnica en este campo en el Hemisferio, el grupo de trabajo podría recurrir a esa experiencia en la etapa de planificación. En cuanto al Gobierno de Transición, quizás podría establecerse un convenio con las autoridades judiciales de Costa Rica que están emprendiendo una reforma judicial con gran éxito con financiamiento del BID. Este arreglo podría financiarlo la USAID o el BID. El restablecimiento del estado de derecho no debe limitarse a crear el entorno jurídico para el funcionamiento adecuado de una economía de mercado y obtener la confianza de los inversionistas tanto extranjeros como nacionales. También debe abarcar todo el ámbito de respeto de los derechos humanos de los ciudadanos que es una de las áreas críticas que exigen reformas profundas en el caso de Cuba. El Comité Jurídico Interamericano y otros organismos especializados del sistema interamericano, de los cuales Estados Unidos es miembro y Cuba está suspendida, podrían comenzar a estudiar estos asuntos a fin de presentar propuestas a las autoridades del Gobierno de Transición. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por ejemplo, ha estado estudiando las violaciones de los derechos humanos en Cuba durante décadas. Los jueces y abogados cubanos no conocen las prácticas y la legislación sobre derechos humanos que han evolucionado en el Hemisferio y en el mundo entero en las últimas cuatro décadas. En realidad, más vale que se olviden de lo que saben. Para esto no se requiere ninguna iniciativa de la USAID, sólo que la Delegación de los Estados Unidos ante la OEA presente una solicitud al órgano adecuado del Sistema. Para ello debe obtenerse la contribución de los juristas cubanos en el exterior, así como de la disidencia en la propia Cuba. Es fundamental que estas partes interesadas potenciales participen en la transición desde su inicio. También se requeriría asistencia para que las prácticas policiales alcancen un nivel aceptable. El PNUD ofreció esta asistencia con gran éxito en el caso de Nicaragua, pero es poco probable que participen en la etapa de planificación puesto que Cuba es miembro de las Naciones Unidas. No obstante, en el pasado, USAID ha ofrecido capacitación a la policía civil a varios países de la región por medio del Programa de Investigación Criminal Internacional del Departamento de Justicia (ICITAP). Sería conveniente incluirlos en la etapa de planificación y en el Gobierno de Transición en el grupo de trabajo que se ha sugerido. También se requerirá asistencia para restaurar la práctica del derecho, que debe ser privatizado de inmediato. Si la conducta de los abogados de la defensa en el juicio de Ochoa indica algo de las normas prevalecientes de la práctica profesional del 16 Rowan, Malcolm y Waleed H. Malik y Maria Dakolias. Judicial Reform in Latin America and the Caribbean, Proceedings of a World Bank Conference (Washington, D.C.: World Bank Technical Paper No. 280, 1995). Page -22- derecho, tendrá que haber un cambio cultural masivo en la profesión legal para que el imperio de la ley vuelva a prevalecer en Cuba. Para esta tarea se podría recurrir a los colegios de abogados existentes o a las asociaciones jurídicas existentes, tales como el Colegio Interamericano de Abogados y los diversos colegios de abogados cubanos en el exilio. En la medida de lo posible, los grupos disidentes, tales como la “Corriente Agramontina”, deberían contribuir. El sector privado podría ocuparse mejor de esto. Por tanto, USAID no necesita integrar un grupo particular, aunque podría ofrecer donaciones para facilitar la labor. D.La reforma del sector público para encarar el nuevo papel Con base en el supuesto planteado en la introducción sobre la naturaleza del Gobierno de Transición, la transición tendrá lugar bajo una dirigencia civil y militar extraída del régimen actual y de la disidencia. Un requisito esencial para lograr un grado mínimo de legitimidad, tanto interna como internacional será que se incluya en el Gobierno de Transición una representación adecuada de los disidentes. Esto es lo que sucedió en la mayoría de las ex Repúblicas Soviéticas y los países de Europa Oriental. Con debido reconocimiento de la realidad de la situación en Cuba, el régimen de transición también debería abrir un diálogo con la comunidad del exterior sin restricciones a priori sobre su participación. Naturalmente, además tendrán que introducirse algunos cambios institucionales que son el objetivo central de este documento. Considerando los diversos escenarios paralelos o en secuencia de transición que se mencionaron en el capítulo I, ciertos segmentos argumentarán que las reformas económicas necesarias serían más fáciles de implementar si la reforma política se postergara a una segunda etapa. Pero la experiencia de la cual Cuba está saliendo impone que, no obstante las dificultades que enfrente la transición en la esfera económica, no sería prudente en aras de la conveniencia económica postergar la reforma política. Las libertades individuales y el gobierno representativo son temas de la mayor prioridad en la transición de Cuba. Por lo tanto, este documento se basa en el supuesto de que Cuba requerirá una transición sistémica paralela con reformas económicas y políticas simultáneas. En el amplio contexto social descrito debemos considerar ahora los cambios institucionales más puntuales que se necesitan en materia de organización de la administración pública y se refieren a: i) el sistema de gestiòn estatal central; ii) la gestión de la política macroeconómica; iii) el sistema bancario; iv) el sistema de gestión de las finanzas públicas, tanto en materia de ingresos como de gastos; y v) la gestión de los recursos humanos del sector público. En cada caso se examinará brevemente la situación basándonos, en la medida de lo posible, en las conclusiones de otros proyectos realizados con apoyo de USAID, los cambios estructurales anticipados y las medidas que deben introducirse y quiénes podrían apoyarlos durante la etapa de planificación y la etapa del Gobierno de Transición en sí. a.El sistema central de gestión estatal Ya se ha examinado el Poder Judicial, uno de los tres poderes del Estado. En cuanto al Poder Legislativo, podrían considerarse dos opciones para la transición. Conforme a la primera, podría restablecerse a la legislatura actual un papel más activo del que tiene hoy. Esto puede lograrse haciendo que se reúna con mayor frecuencia y por períodos más prolongados que sólo dos veces al año por dos días mientras se celebran elecciones para una Asamblea Constituyente. Aunque ahora la legislatura no hace más que refrendar las políticas del gobierno y si bien muchos de los Page -23- legisladores no podrán sobrevivir una elección libre y transparente, es el único órgano representativo elegido que Cuba tiene. Por otra parte, incluye demasiados fanáticos de Castro para esperar que coopere en el desmantelamiento de su régimen. Su aceptabilidad dependerá en gran medida de qué papel desempeñe en posibilitar la transición, si es que desempeña alguno. Es posible que, antes de la transición, la Asamblea se divida en varias facciones que representen a los distintos grupos de intereses de la sociedad en ese momento. Por lo menos éste es el patrón del antiguo bloque soviético. Aun si esto sucede, el hecho es que ni los cubanos del exterior que deseen volver a Cuba a contribuir a la reconstrucción, ni los disidentes dentro de Cuba estarán representados en este cuerpo. Por tanto, carece de la mínima representatividad para encargarle el poder legislativo de la transición y mucho menos para formular una nueva Constitución. Estas tareas deben ser emprendidas por un órgano legislativo donde estén representados todos los elementos de la sociedad cubana. La otra opción es disolver la legislatura si se considera que sus integrantes están demasiado comprometidos con el régimen de Castro, particularmente en los últimos días del régimen. La reciente promulgación unánime de la “Ley Mordaza” no es un buen augurio de la credibilidad que la legislatura tendrá en la etapa de transición. Si este es el caso, un Consejo de Ministros modernizado que represente a todos los participantes interesados en la transición podría recibir plenos poderes legislativos. Como acto constitutivo de la transición, el Consejo de Ministros podría restaurar la Constitución de 1940 con las adaptaciones necesarias. Después de todo esa Constitución es la más reciente formulada por representantes de todos los sectores de la sociedad cubana y el Movimiento 26 de Julio luchó contra el régimen de Batista por el restablecimiento de esta Constitución. El restablecimiento temporal también ha sido sugerido en el manifiesto “La Patria es de Todos”, emitido por el Grupo de Trabajo de la Disidencia, documento que causa su encarcelamiento. Conforme a este arreglo, no obstante, no habrá un equilibrio de poder entre las ramas del gobierno durante la transición, y la necesidad de celebrar elecciones e integrar una asamblea constitucional rápidamente se hará más urgente y constituirá uno de los criterios básicos de la gobernabilidad. El Consejo de Estado debe dejar de funcionar. Este Consejo es un órgano por designación que Castro usa para protegerse del peligro de que la Asamblea no le responda en un momento de crisis. Por ello, en la reforma constitucional de 1992, delegó en el Presidente, o sea, en él mismo, la facultad de declarar una emergencia y suspender todas las disposiciones constitucionales. Si la Asamblea se reúne por períodos más largos o si el Consejo de Ministros posee facultades legislativas no hay necesidad de un órgano que esté a cargo de la legislación entre períodos de sesiones de la legislatura. El Consejo de Ministros, con nuevos miembros, también debería convertirse en el poder ejecutivo del Gobierno de Transición. Como tal, debe ser el sistema ejecutivo central de la gestión estratégica del Gobierno de Transición. Para que sea un instrumento viable de la transición deben ocurrir dos cosas. Primero, como cuestión práctica elemental, hay que asumir que incluirá a los integrantes del régimen que arriesgaron su vida para librarse de Castro. Esto asegurará a los que se quedaron con el régimen hasta el final que se tendrán en cuenta sus intereses y su seguridad. Segundo, como ya se ha dicho, debe incluir una representación adecuada de la disidencia para asegurar que durante el período de transición se escuche a los que Page -24- se opusieron a Castro. Para lograr la paz y la reconciliación, el Gobierno de Transición debe asegurar a todos los cubanos que se respetarán sus derechos e intereses. Una vez establecido este régimen —o antes de que se establezca, según cómo llegue a su fin el régimen de Castro— podría abrirse el diálogo con los cubanos que viven en el exterior. Dada la fragmentación de la comunidad en el exilio esto será difícil, pero el régimen de transición debe abstenerse de todo esfuerzo de influir sobre quién representa a la comunidad del exilio. Esto difiere de lo que sucedió en las transiciones en el resto del bloque soviético, en las cuales quienes vivían en el exterior no desempeñaron ningún papel considerable. Pero el hecho es que los cubanos del exterior sí constituirán una fuerza vital en los eventos en Cuba, tanto durante la transición como durante la reconstrucción. El control del Partido comunista sobre el gobierno tendrá que terminar. Ningún partido gobernante o coalición de partidos deberá tener el equivalente a los departamentos de organización, control y orientación revolucionaria del Comité Central. Tendrán que ser disueltos. Y la interferencia en las decisiones ministeriales por parte del llamado Grupo de Apoyo y Coordinación también tendrá que terminar. El Presidente del Consejo de Ministros deberá ser el jefe interino del Gobierno de Transición. Sólo después de la aprobación de una nueva Constitución y de la celebración de elecciones, habría que elegir un presidente con los plenos poderes de ese cargo. Es imperativo evitar hasta una asignación simbólica de los poderes que Castro se ha abrogado. Esto no debe hacerse incluso ni en el caso en que el que ocupe el cargo se haya sometido a la voluntad de los votantes. Haciendo una extrapolación de la experiencia de las ex Repúblicas Soviéticas, que trata Numberg en su libro sobre Europa Central y Europa Oriental,17 es probable que el Consejo de Ministros de Cuba requiera apoyo técnico sustancial a fin de convertirse en una entidad eficaz de formulación central de política en el Gobierno de Transición. En Cuba esto será aún más probable debido a los hábitos de pasividad y dependencia que han sido la consecuencia del poder absoluto de Castro sobre el sistema ejecutivo central. Los ministros provenientes del régimen actual probablemente manifiesten hábitos de pasividad y dependencia adquiridos bajo el centralismo de Castro. En cuanto a los representantes de la disidencia, que han demostrado una formidable capacidad de pensamiento y conducta independientes, ellos carecerán de la experiencia de gobierno e incluso algunos podrán provenir del aislamiento de la prisión. En otras palabras, incluso los ministros que estén dispuestos a hacerlo, necesitarán ayuda en materia de formulación de política para aumentar su eficacia. Por lo tanto, sería aconsejable adoptar medidas especiales para prestar ayuda al nuevo Consejo de Ministros en materia de análisis moderno de políticas. Con ese fin se sugiere: Durante la etapa de planificación, USAID debe encargar un estudio de las experiencias de las sociedades en transición sistémica, tales como la República Checa, Hungría, Letonia y Polonia sobre cómo funcionan los respectivos Consejos de Ministros para extraer lecciones que podrían ponerse a disposición de las nuevas autoridades del Gobierno de Transición en Cuba para asegurar su eficacia en materia de formulación de políticas. Una vez instalado el Gobierno de Transición, USAID podría financiar un arreglo de pareo inter-agencial con un gobierno de Europa Oriental elegido por las nuevas autoridades para que transfieran su experiencia al 17 Numberg, p. 238-242. Page -25- Consejo de Ministros del Gobierno de Transición. El número de ministerios deberá reducirse sustancialmente. A medida que avance el proceso de privatización los ministerios responsables de los diferentes sectores de la industria tendrán que consolidarse y reorientarse para desempeñar sus nuevas y más limitadas funciones. Un proceso ordenado de supervisión de las empresas públicas durante el período de privatización tendrá que concertarse con la entidad central de privatización que se cree para evitar abusos y corrupción. La dimensión del gobierno debe achicarse en tanto el ámbito de sus funciones se empiece a limitar al papel subsidiario mencionado conforme a una economía de mercado y a medida que los ministerios envueltos en la actividad económica directa devuelvan autoridad operativa al sector privado en los ámbitos de finanzas, producción, comercialización, infraestructura y servicios. A la vez, habrá que desarrollar nuevas capacidades para una regulación eficaz, como se requiere en un esquema en que el Estado desempeña un papel subsidiario. Las funciones administrativas horizontales que requieran participación directa del gobierno se limitarán a las relativas a una administración pública convencional más que a las de un gobierno que administra toda la actividad productiva del país. El sistema de administración de recursos humanos tendrá que hacerse de la nada y deberá establecerse un sistema de servicio civil para sustituir a los departamentos del Partido que rigen estas cuestiones en la actualidad. Deberá hacerse lo mismo con el sistema de administración financiera. En este caso se requerirá una actividad de capacitación masiva para restablecer la contabilidad al nivel logrado antes de la revolución. Por último, quizás la actividad mayor se requerirá en cuanto al subsistema de cultura institucional. La mayoría de los empleados públicos provendrán del gobierno actual. Por tanto, su actitud ante los ciudadanos a quienes se supone que deben servir, tendrá que sufrir un cambio radical de lo que es en la actualidad. Esto exigirá un esfuerzo masivo de capacitación y desarrollo institucional. En las ex naciones del bloque soviético no se otorgó ninguna prioridad a este problema y el resultado ha sido que siguen prevaleciendo actitudes de control de la era comunista. En vista de la amplitud y magnitud de los esfuerzos requeridos se sugiere que: 5.Durante la etapa de planificación, USAID integre un Grupo de Trabajo sobre Modernización Integral del Sector Público que se ocupe de la planificación actualizada del esfuerzo masivo de reformas y en especial de la capacitación que se requerirá para modernizar el servicio civil de Cuba, incluida la disminución de su ámbito funcional, su estructura de organización y los organismos horizontales y sectoriales requeridos para su funcionamiento. El plan resultante debe ser presentado al Gobierno de Transición para su consideración. En ese momento, el Gobierno de Transición también debería considerar el establecimiento de un arreglo de pareo inter-agencial con el Gobierno del Uruguay, que en la actualidad ha emprendido, con financiamiento del BID, una de las reformas del sector público que más éxito ha tenido en las Américas.18 Aunque esto es más difícil de coordinar, pudiera considerarse el crear un grupo de discusión de la disidencia con una contraparte en una universidad de la Florida para ofrecer una perspectiva de la comunidad cubana al Grupo de Trabajo. b.Gestión de la política macroeconómica Para administrar la política macroeconómica durante la transición sería aconsejable seguir el 18 Betancourt, Ernesto F. y Haydée Laso. Modernization of the State Program Report, preparado para el BID conforme a contrato con Devtech Systems (Washington, D.C.: febrero de 1999). Page -26- criterio de red o conjunto institucional. Esto supone varias medidas: i) identificar las funciones macro requeridas; ii) examinar los organismos actuales del gobierno cubano relacionados con el desempeño de estas funciones macro y determinar su capacidad y qué funciones no se están atendiendo en el sistema actual; iii) preparar un plan de desarrollo institucional para los diversos organismos en la red institucional; y iv) preparar un programa de capacitación masivo para educar al público y a los directivos de las empresas que se privaticen, así como al personal asesor de los organismos de la red institucional, sobre qué supone el funcionamiento del sistema macroeconómico en una economía de mercado. Se reconoce que una de las omisiones más significativas en las transiciones sistémicas en el ex bloque soviético fue el supuesto de que sólo con introducir cambios de política económica, y sin atender los cambios necesarios en la red institucional y en las aptitudes y conocimientos de los funcionarios envueltos, sería posible convertir las economías de comando a economías de mercado. El caso de Nicaragua, al principio del Gobierno de Chamorro, es un buen ejemplo de qué funciones macros son esenciales en una red institucional para la gestión macroeconómica. Se estableció que las funciones que debían atenderse eran: formulación de la estrategia económica anual; la política fiscal anual, tanto en materia de ingresos como de gastos; las políticas anuales monetarias de crédito y de balanza de pagos; y las políticas de comercio, desarrollo y precios. Entonces, es necesario reconciliar esas políticas con las políticas sectoriales y de inversión. También es necesario manejar las relaciones con las instituciones financieras internacionales y los bancos comerciales extranjeros y eventualmente nacionales también, así como administrar la deuda pública. Huelga decir que esto exige un sistema de información global para permitir no sólo que se colecte y tabule información para formular la política macroeconómica anual, sino también para el seguimiento periódico del cumplimiento con las condiciones del FMI, el Banco Mundial y el BID que el gobierno debe cumplir.19 De una u otra forma estas funciones tendrán que ser atendidas por la red institucional que se requerirá en Cuba. Al momento de escribir este documento existen varias propuestas sobre cómo manejar la administración de la política macroeconómica durante la transición en Cuba, particularmente en relación con la cuestión monetaria. Algunos están a favor de dolarizar la economía cubana y establecer una junta monetaria. Otros consideran que debe mantenerse el sistema dual monetario actual. Por último, hay quienes consideran que por razones políticas, particularmente para satisfacer el sentido nacionalista sería aconsejable restablecer la circulación del peso cubano como única moneda legal.20 Es evidente que cada opción requerirá un arreglo institucional diferente. Hasta que el Gobierno de Transición decida esto, no será posible iniciar la adaptación institucional necesaria de la red institucional existente. En la actualidad hay cuatro entidades que participan en la gestión de la política 19 International Development and Finance, Report on Technical Cooperation Needs for Managerial Development of Priority Areas of Nicaragua's Public Administration, preparado para el Programa de Desarrollo Gerencial del PNUD (Washington, D.C.: octubre de 1991). 20 Sanguinetti, Jorge. Macroeconomic Policy Choices in a Free-Market Cuba. Documento presentado en la reunión del Cuba Transition Project auspiciada por el US-Cuba Business Council, Arlington, Virginia, 19 de marzo de 1999. Page -27- macroeconómica: el Ministerio de Economía y Planificación, el Ministerio de Finanzas y Precios, el Ministerio de Inversión Externa y Cooperación Externa y el Banco Central de Cuba. Aquí no es posible examinar las funciones macroeconómicas que estas instituciones ya tienen en la actualidad. Y menos aun compararlas con las que se requerirán durante el Gobierno de Transición que va a dedicarse a reformar la economía para transformarla en una economía de mercado. Aunque no es bien sabido, los organismos financieros internacionales que participen en la prestación de asistencia a Cuba en relación con las políticas macroeconómicas –el FMI, el Banco Mundial y el BID— han expresado interés en hacer una labor preparatoria en una situación de transición. De hecho, el estudio de la economía cubana publicado el año pasado por la Commisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se concibió inicialmente para brindar un panorama económico general para estos organismos y hace varios años que está en consideración. En un primer momento iba a ser financiado por la administración de Felipe González en España, pero no pudo hacerse cuando cambió el gobierno. Finalmente fue financiado por el Gobierno de Suecia. El escollo principal para un esfuerzo preparatorio más transparente por parte de estos organismos es que ninguno puede financiar un estudio sobre Cuba puesto que ese país no es miembro. Además, no tienen interés en antagonizar al Congreso de los Estados Unidos que controla las contribuciones para sus reposiciones de capital. En la actualidad cualquier estudio que se emprenda con cooperación del Gobierno de Castro va a suponer un desafío a la política de los Estados Unidos. El resultado es que estos organismos se ven limitados a lo que realicen en privado sus funcionarios alentados por las administraciones respectivas y conservando su derecho a negar una acción formal. En 1993, Jacques de Groote, un Director Ejecutivo del FMI, viajó dos veces a Cuba. En su informe después de la segunda visita de “trabajo”, que envió por fax a todos los gobiernos representados usando papel membretado del FMI, dice que “el objeto de esta misión privada fue ofrecer a las autoridades cubanas información amplia sobre las experiencias de transición de las ex economías planificadas centralmente en general y, en particular, sobre el papel desempeñado por el FMI y el Banco Mundial en ese proceso”.21 La naturaleza privada del viaje es dudosa puesto que el señor de Groote viajó acompañado de “su asistente, el señor Frank Moss”. El 18 de enero de 1999, Castro convocó en La Habana un Encuentro Internacional de Economistas sobre “Problemas de Globalización y Desarrollo” para promover sus predicciones apocalípticas sobre el cercano colapso del capitalismo y para atacar el neoliberalismo. El BID estuvo representado por el señor Eduardo Lora, un economista principal.22 Un gerente de nivel medio del Banco Mundial, el señor Andrés Solimano, viajó a La Habana para asistir a la reunión. Estos viajes volverán a ser explicados como visitas privadas de estos funcionarios. Fidel Castro no consideró que eran tan privadas las visitas y se encargó de que el señor Solimano apareciera en la primera plana de los periódicos como representante del Banco Mundial. Se había programado que el señor Solimano fuera el orador principal del encuentro, 21 de Groote, Jacques. Telefax transmitido por el FMI a 24 funcionarios de países representados por este Director Ejecutivo, 23 de noviembre de 1993, Asunto: Informe de la visita a La Habana, Cuba. 22 Granma Internacional Digital, 22 de enero de 1999. Page -28- pero llegó demasiado tarde para desempeñar un papel tan prominente. Reflejando las inclinaciones marxistas de Castro, el encuentro estuvo dominado por marxistas latinoamericanos y por académicos estadounidenses izquierdistas que critican el neoliberalismo y las economías de mercado. El despacho de Reuters al final de la conferencia señaló que los representantes del BID y del Banco Mundial quedaron aislados en su defensa de la economía liberal y la globalización. Los señores George Soros y Milton Friedman también habían sido invitados pero, con gran tino, no aceptaron la invitación.23 Como Cuba no es miembro de estas instituciones financieras internacionales, no hay posibilidad de que haga ningún trabajo preparatorio oficial para la transición. Los esfuerzos privados son una pérdida de tiempo que, como en el caso recién mencionado, sólo sirven como elemento de propaganda de Castro. Tanto las acciones como las declaraciones categóricas de política del gobierno cubano desde la visita del señor de Groote en 1993 demuestran que el régimen no tiene la más mínima intención de emprender el tipo de reformas económicas auspiciadas por las instituciones financieras internacionales. De modo que, aun si estos esfuerzos privados resultaran en alguna labor técnica preparatoria, el producto no sería coherente con las políticas actuales del régimen. Es decir, a menos que Castro se dispusiera a abandonar su dogma socialista o si los organismos estuvieran dispuestos a cambiar sus políticas actuales y financiar el experimento seudosocialista de Castro. A la vez, el papel de estos organismos en el proceso de transición es demasiado importante para seguir atrapado en este círculo vicioso. Estados Unidos es el mayor contribuyente a estas organizaciones financieras multilaterales. Las administraciones de los organismos están evidentemente interesadas en hacer algún tipo de labor preparatoria para la transición. Por tanto, tendría sentido que Estados Unidos les pidiera que hicieran estudios preparatorios conforme a la Sección 202(e) de la Ley Helms-Burton para permitirles que ofrezcan asistencia pronta al Gobierno de Transición una vez satisfechas las condiciones establecidas en esa Ley. Puesto que el trabajo se haría en el supuesto de que el régimen actual ha sido cambiado no habría contradicción con el sistema económico prevaleciente en Cuba en ese momento. Cierto es que el Gobierno cubano y sus amigos podrían objetar que esa labor se haga a solicitud de los Estados Unidos pero, dadas las circunstancias actuales, parece ser la única acción viable. De otro modo llevaría de 12 a 18 meses después de la transición para completar el trabajo técnico requerido para que estos organismos presten la asistencia financiera necesaria. Por lo tanto, se sugiere que: 6En el ámbito del grupo de trabajo de modernización integral del sector público que se ha propuesto antes, se integre un subgrupo sobre gestión macroeconómica. En este caso, USAID puede pedir al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos que pida a su representante en los directorios del FMI, el Banco Mundial y el BID que los invite a participar en la labor de la etapa de planificación. El trabajo preparatorio resultante podría ser presentado, entonces, al Gobierno de Transición para su consideración y adopción de decisiones tan pronto ocupe el poder, ahorrando así mucho tiempo mientras se emprenden las medidas paralelas requeridas por el proceso formal de ingresar a estos organismos. Cada organismo negociaría directamente la prestación de asistencia al Gobierno de Transición. Es cierto que las actuales 23 Reuters, 25 de enero de 1999, despacho de La Habana, Cuba. Page -29- autoridades cubanas no estarìan inclinadas a cooperar, pero los economistas independientes de la isla y de grupos tales como la Asociación para el Estudio de la Economía Cubana, muchos de los cuales son funcionarios de estos organismos o se han jubilado de ellos, podrían unirse al esfuerzo para compensar la ausencia de cooperación oficial de Cuba. Si hubiera algún conflicto legal con sus instrumentos constitutivos que no les permitiera usar sus propios fondos, USAID podría hacer donaciones para facilitar los estudios. c.El sistema bancario Uno de los elementos clave del proceso de transición es tener acceso a un volumen adecuado de financiamiento en términos convenientes para facilitar el ajuste estructural. El mensaje del Presidente Clinton al pueblo cubano el 28 de enero de 1997 sobre apoyo para la transición democrática en Cuba, menciona un cálculo muy amplio de hasta ocho mil millones de dólares de asistencia. Por supuesto, conforme a la práctica actual, una parte considerable de esta asistencia financiera sería en forma de flujos privados de bancos comerciales internacionales. Además, también se requerirán sustanciales flujos de inversión privada para actualizar y modernizar todo tipo de empresas individuales. Una de las lecciones del período inicial de asistencia a la transición sistémica en países de Europa Oriental y Asia es que para efectuar estas transferencias masivas de financiamiento es de la mayor prioridad construir o reconstruir el sistema bancario privado. El sistema bancario supone una red organizacional con participantes institucionales tanto públicos como privados. El sector público tendrá que retirarse de ser un inversionista directo mediante préstamos a las empresas públicas. Los préstamos gubernamentales directos han sido poco eficaces en la asignación de los recursos de inversión. No obstante, el retiro de la participación del sector público no puede llevarse a extremos en que el público, depositarios y prestatarios, queden a merced de la mafia bancaria, como ha sucedido en Rusia. Para restablecer el sistema privado bancario una de las primeras medidas es establecer entidades de supervisión de los bancos para asegurar una reglamentación adecuada. Esto es esencial para asegurar la intermediación financiera eficaz, que requiere facilitar la generación y captación de los ahorros de la sociedad y la asignación de la inversión de dichos ahorros mediante mercados financieros eficientes. El papel del banco central como organismo que establece criterios para asegurar la aplicación de una política monetaria coherente con la buena gestión macroeconómica exige que tenga autoridad de administrar la oferta de dinero, establecer requisitos de reserva, administrar las políticas de redescuento establecer un sistema pronto y eficaz de pagos, así como reglamentar otros aspectos del funcionamiento del sistema bancario privado. Las reglas internacionalmente aceptadas de reglamentación bancarias se establecen de acuerdo con los llamados principios de Basilea. Hay consenso en que el banco central debe ser independiente del control gubernamental y no debe participar en actividad bancaria comercial o la inversión comercial o de ventas al por menor. Para fomentar la confianza de los depositarios para convencerlos que su dinero está seguro, sería aconsejable establecer esquemas de seguro de depósitos, aunque hayan quienes lo cuestionan diciendo que fomentan una toma de riesgos excesiva, tanto por parte de los depositarios como de los banqueros. Para facilitar el crédito comercial será aconsejable alentar el establecimiento de oficinas de Page -30- crédito modernas. Esto, a su vez, requiere la introducción de sistemas modernos de contabilidad y de contadores profesionales bien capacitados, además de que renazca la práctica privada de la contabilidad en Cuba. Por último, será preciso capacitar al personal de los bancos en todos los aspectos del funcionamiento de los bancos modernos en una economía de mercado. Esto ya ha sido propuesto por Manuel Lasaga, que ha sugerido que se establezca un instituto bancario para dictar esta capacitación. Este breve resumen de todas las funciones macro que tendrá que realizar la red organizacional del sistema bancario, que es más ilustrativo que exhaustivo, recurre a varios documentos preparados por Antonio Gayoso24 y Manuel Lasaga25 para el “Cuba Transition Project” del “USCuba Business Council”, proyecto financiado por USAID. Puesto que estos documentos, en particular la bibliografía compilada por Gayoso-Kruger, cubren ampliamente los múltiples trabajos de investigación escritos sobre este tema, no es preciso explicar más al respecto en esta oportunidad. En términos de qué será la red bancaria institucional en el momento de la transición, vale la pena mencionar que el Gobierno cubano ya ha tomado ciertas medidas para crear un sistema bancario más moderno. Esto fue legislado en los Decretos-Ley 172 y 173 promulgados en 1997.26 El primero establece un banco central separado y el segundo reglamenta el resto del sistema bancario. En gran medida se trata de un paso en la dirección indicada por todas las investigaciones en el sentido de segregar las funciones del banco central. La omisión principal, por supuesto, es que el nuevo Banco Central de Cuba (BCC) no es independiente del control gubernamental. Por ejemplo, conforme al artículo 20, puede emitir dinero para cubrir el déficit presupuestario siempre que lo apruebe el Consejo de Estado el cual, como dijimos, sólo refrenda los deseos de Castro. El resto de los bancos, en particular el Banco Nacional de Cuba, que conserva las funciones bancarias comerciales y de inversión del pasado, que no se transfieren al BCC, y el Banco Popular de Ahorros (BPA), que es la institución bancaria más grande del país, continúan como bancos estatales. Hay otros bancos, como el Banco Financiero Internacional y el Banco Internacional de Comercio. Aunque han sido organizados en el ámbito de la ley de asociaciones, estos bancos aún son propiedad de empresas estatales. El Decreto-Ley 173 permite el establecimiento de sucursales de bancos extranjeros y ya se han registrado varias. La ley también dispone un marco para la evolución futura del sistema bancario con más participación del sector privado. No obstante, esto se limitará a los bancos extranjeros, a menos que haya un cambio básico en la 24 Gayoso, Antonio. The Role of Financial Intermediaries in Commercial Development y Antonio Gayoso y Anne Kruger, Annotated Bibliography: FinancialReform Experience in Transition Economies,documentos presentados en la reunión de Miami auspiciada por el Cuba Transition Project del USCuba Business Council (Arlington, Virginia, marzo de 1999). 25 Lasaga, Manuel. Transition Project Report on Cuba's Financial Sector, también preparado para la citada reunión del US-Cuba Business Council. 26 CEPAL. La economía cubana, Reformas estructurales y desempeño en los noventa (Anexo Legal). LC/MEX/R.621 Add. 1 (Santiago, Chile, 26 de agosto de 1999). Page -31- política gubernamental en lo que se refiere a la empresa privada de propiedad de los cubanos. A la luz de la importancia que tiene el sistema bancario para que tenga éxito la transición en la reconstrucción económica, se sugiere que: 7.Este tema se añada a la agenda del grupo sugerido en la recomendación número 6 y que se establezca un subgrupo separado durante la etapa de planificación para preparar propuestas sobre el sistema bancario a fin de presentarlas al Gobierno de Transición. Una vez que el Gobierno de Transición adopte estas decisiones, el Banco Mundial y el BID podrán emprender operaciones sectoriales de préstamos para reestructurar el sistema bancario cubano, como lo han hecho conjuntamente en varios países de América Latina. Tanto la disidencia como los cubanos en el exterior pudieran constituir sub-grupos paralelos para hacer el aporte desde la perspectiva cubana. d.El sistema de gestión de las finanzas públicas El otro componente operativo para ejecutar la política macroeconómica es el sistema de gestión de las finanzas públicas. Este sistema se ocupa tanto de los ingresos como de los gastos que constituyen las finanzas gubernamentales. La práctica corriente en América Latina en materia de ingresos es separar los aspectos de política fiscal y de administración fiscal. En materia de gastos, lo más moderno en América Latina se está desplazando hacia la tendencia mundial de presupuesto por resultados. Junto con ello y como infraestructura de información, se están introduciendo sistemas integrados de gestión financiera. La modernización de la gestión de las finanzas públicas en Cuba probablemente se verá influenciada por estas tendencias. Consideraremos los sistemas de gestión de ingresos y de gastos por separado. i.Sistema de gestión de los ingresos Como se ha dicho, la práctica actual en América Latina en cuanto a la gestión de los ingresos al erario público, prevalece el método de colocar la política tributaria y las funciones de administración tributaria en organismos separados. Mientras la política aduanera y tributaria se deja a los ministerios de finanzas, la recaudación en sí, se confía a entidades autónomas con sus propias organizaciones y reglas de personal y en algunos casos, aun incluso con fuentes independientes de ingresos para sus presupuestos operativos. Se hace así para superar la corrupción que ha invadido la recaudación de ingresos en la mayoría de los países. En los gobiernos anteriores de Cuba, ser un oficial de aduana o un inspector de impuestos era un regalo político que conducía a un enriquecimiento rápido. Se suponía que la revolución iba a poner fin a estas práctica y puesto que la corrupción no era viable cuando las finanzas estatales se basaban en los ingresos de las empresas del Estado más que en la recaudación de impuestos, esas prácticas desaparecieron. No obstante, como ha sucedido en otras sociedades socialistas, la corrupción cubana bajo el “sociolismo”, un sistema de intercambiar privilegios por tener acceso a bienes escasos, está presente en todos los aspectos de la administración pública de Cuba. Los tipos anteriores de corrupción en materia de aduanas y recaudación de impuestos están volviendo a aparecer. El uso de facultades discrecionales por parte de quienes tienen estas funciones ha resultado en muchas quejas de parte de los que trabajan por cuenta propia de estar sometidos a tácticas de extorsión. Algo similar sucede con los inversionistas extranjeros. Puesto que en Cuba no prevalece el imperio de la ley, los ciudadanos están a merced de funcionarios arbitrarios en todos los aspectos de su relación con el Estado. La cultura institucional sancionada oficialmente de no respetar los derechos de la clientela de los organismos se está privatizando. Page -32- Con las agudas diferencias de ingreso causadas por la dolarización de la economía que ha creado dos Cubas de facto, una privilegiada que se maneja en dólares y una empobrecida que se maneja en pesos, la corrupción crece en forma acelerada. Castro permite esta forma de corrupción como válvula de escape para calmar el descontento entre la nomenclatura que ocupa estos cargos. Cuando el volumen de quejas entre sus seguidores no corrompidos se eleva demasiado, hace una declaración criticando estas prácticas como si no hubieran sido autorizadas por él, e incluso puede llegar a tomar medidas para darles fin cuando los corrompidos actúan demasiado conspicuamente. Es en este contexto que el régimen comenzó un desplazamiento gradual de un sistema de finanzas públicas basado en las ganancias de las empresas estatales a uno basado en los impuestos. Este fue el objeto de la ley de sistemas de ingresos número 73 de 1974, que establece entre otros, los impuesto a la renta personal y empresarial. La ley es muy general, incluye todo tipo de impuestos, cargos y contribuciones a la seguridad social, por lo cual es una legislación tributaria omnicompresiva, incluso cubre los ingresos locales puesto que en Cuba los gobiernos locales no tienen facultades de imponer impuestos locales. Como se comenta en el informe de la CEPAL de 1997, esta ley se ha aplicado en forma progresiva. No obstante, en 1997 el impuesto a la renta personal y empresarial representó una pequeña proporción del ingreso fiscal.27 Como el gobierno no se ha decidido a recaudar el impuesto a la renta personal de los asalariados, la ley se ha aplicado en particular a los que trabajan por cuenta propia. La formulación de nuevas políticas tributarias en la etapa de transición deberá tener en cuenta cuánto ha evolucionado el actual sistema de ingresos así como qué sistema es el más favorable para fomentar el crecimiento económico rápido, conforme al programa de privatización masiva sugerido anteriormente. Deberán tenerse en cuenta ambos factores en el contexto de los ingresos necesarios para financiar el sector público tan sustancialmente reducido que surgirá del papel menos amplio que se anticipa para el Estado. El FMI tiene grupos especializados que podrían asesorar sobre la formulación de políticas tributarias coherentes con los acuerdos de estabilización económica. Tanto el BID como el Banco Mundial pueden asesorar sobre políticas aduaneras y tributarias dirigidas a alentar el crecimiento en una economía de mercado reorientada a competir en el mercado mundial. Una vez instalado el Gobierno de Transición, el Ministerio de Finanzas y Precios tendrá que dejar sus funciones de fijación de precios. En la economía de mercado, es el mercado que fija los precios, no los burócratas. Su actividad se concentrará en la parte de política fiscal de la formulación y coordinación de la política macroeconómica. Una unidad central de economía fiscal deberá establecerse en el ministerio para atender esta función. En cuanto a la administración tributaria lo que se ha dicho sobre la creciente corrupción que parece existir en Cuba aconseja que la red institucional para la gestión de las finanzas públicas en el ámbito de los ingresos incluya organismos de recaudación de impuestos aduaneros separados conforme a la tendencia que prevalece en el resto de las Américas. Al respecto, la experiencia del BID con su División Fiscal puede ser de gran utilidad. En el caso del Perú, los dos organismos creados con asistencia del BID son excelentes ejemplos de las mejores prácticas 27 CEPAL. La economía cubana, cuadro III-1, p. 54. Page -33- en la modernización de la aduana y la administración fiscal.28 La entidad aduanera del Perú, ADUANAS, podría considerarse para un acuerdo de pareo durante la etapa del Gobierno de Transición. De resultar esto viable el BID podría financiarlo. En cuanto a la administración tributaria, USAID podría contratar al CIAT, el Centro Interamericano de Administración Tributaria, para prestar asistencia en la etapa de planificación. El CIAT ha prestado este asesoramiento en toda América Latina, incluso para la modernización de la administración tributaria en el Perú que condujo al establecimiento de SUNAT, la Superintendencia de Administración Tributaria. Se sugiere que la USAID: 8.Solicite al FMI, al Banco Mundial y al BID que establezca un subgrupo del grupo de trabajo sugerido en la recomendación número 6, para hacer el seguimiento de la evolución de las finanzas públicas en Cuba y asesorar sobre las medidas de política tributaria que deben proponerse al Gobierno de Transición para su aprobación. Como se indica en otras recomendaciones, este subgrupo debe fomentar, en la medida posible, contribuciones de economistas independientes dentro de Cuba y en el exterior. Una vez que el Gobierno de Transición decida qué hacer, podría considerarse la posibilidad de concertar los acuerdos de pareos sugeridos. ii.Sistema de gestión de los gastos. Si bien las funciones relacionadas con la red institucional de ingresos se dividen esencialmente entre política y administración, en el caso del sistema de gestión del gasto o desembolsos, éste se amplía a todo el gobierno a lo largo del ciclo presupuestario. El ciclo presupuestario supone las etapas de formulación, aprobación, asignación, obligación, desembolso y rendición de cuentas. En la práctica presupuestaria moderna la rendición de cuentas supone probidad tanto en el uso de los recursos financieros como en la gestión de los recursos para alcanzar las metas fijadas. Para ello se requiere un sistema adecuado de registro y contabilidad a lo largo de todo el ciclo presupuestario. El Ministerio de Finanzas, por medio de su oficina de presupuesto, tiene por lo general la facultad de iniciar el proceso presupuestario en la etapa de formulación y luego debe consolidar los proyectos de presupuesto en un documento consolidado que sea congruente con los ingresos estimados. El ejecutivo luego somete el proyecto de presupuesto resultante a la legislatura para su aprobación. Una vez aprobado, sigue el proceso de asignación para autorizar a los ministerios y organismos a incurrir en gastos, lo que proporciona la información para la apertura de los registros presupuestarios y contables anuales. Los ministerios y organismos obligan los recursos financieros para adquirir los insumos que se necesitan para ejecutar sus programas. Una vez recibidos estos insumos, se trate de servicios o de bienes, los proveedores deben ser pagados y los organismos prestan al público el servicio que el ministerio o el organismo esté a cargo de prestar. Al final del ciclo, el ministerio o el organismo correspondiente tiene que rendir cuentas del uso de los recursos que le confió la legislatura en representación de los ciudadanos mediante la entidad de auditoría o el contralor nacional. En las economías de mercados democráticas, el ciclo presupuestario es el proceso central de la administración pública. La función de presupuesto es una función de gestión horizontal que ha 28 Betancourt y Laso. Devtech, BID, Modernization of the State Program Report, p. 17. Page -34- sufrido grandes cambios tecnológicos en las últimas décadas. Esto ha respondido a dos fuerza básicas de cambio. Una de ellas es la realización de que el gasto del gobierno tiene un impacto macroeconómico importante y debe administrarse a fin de evitar los déficits presupuestarios como parte de la gestión general de la economía para evitar la inflación y mantener la estabilidad monetaria. Esta es la preocupación principal del FMI, el Banco Mundial y el BID cuando encaran el tema de las finanzas públicas. La segunda fuerza de cambio responde a la creciente preocupación con la necesidad de que la administración pública sea más eficiente, no sólo desde un punto de vista económico, sino también para ganar apoyo político de la población que es la clientela de los servicios prestados por el gobierno. Esto se relaciona estrechamente con el surgimiento de los gobiernos democráticos y la necesidad de mejorar la gobernabilidad. Sólo en los últimos tiempos han empezado los organismos internacionales a prestar atención a esta segunda fuerza de cambio al encarar los sistemas de administración presupuestaria, y por consiguiente, la modernización de la administración pública en general. Una tercera fuerza contribuye también al cambio de la administración pública en los países desarrollados y en vías de desarrollo. La revolución tecnológica a raíz de los métodos mejores de manejo de información basados en el uso de computadoras. En un principio, los sistemas modernos de información introducidos con ayuda de los organismos financieros internacionales dieron prioridad al mejoramiento de la información de las finanzas públicas para fines de gestión macroeconómica. No obstante, con la mayor atención que se presta al mejoramiento de la administración pública, los sistemas integrados de gestión financiera recientes han sido ampliados para que proporcionen los datos requeridos para mejorar la gestión de la cosa pública, en particular vinculando la ejecución presupuestaria con el rendimiento en la prestación de servicios a la ciudadanía. Ésta es la gestión presupuestaria moderna que el Gobierno de Transición en Cuba tendrá que incorporar a la administración pública del país. No se trata de otra técnica de gestión de moda, como ha prevalecido con demasiada frecuencia en materia de administración presupuestaria, tales como el sistema de programa, planificación y presupuesto de McNamara, el presupuesto de base cero de Carter, y más recientemente el presupuesto por resultados, técnicas que surgieron en los países desarrollados y fueron transferidas a los países en desarrollo sin considerar si la administración de éstos estaba pronta para interiorizarlas en su cultura institucional. El país en que ha tenido lugar la reforma más radical de la administración pública en la última década es Nueva Zelandia.29 Es probable que su experiencia se constituya en un modelo para Cuba durante la transición puesto que es otra “moda” particularmente en el Banco Mundial. Pero antes de que se aplique este método en Cuba, vale la pena evaluar el origen o de dónde viene la administración pública cubana, y si como Allen Schick, sugiere, quizás sea más aconsejable iniciar una etapa preparatoria.30 29 Bale, Malcolm y Tony Dale. Public Sector Reform in New Zeland and its Relevance to Developing Countries. The World Bank Research Observer, vol. 13, núm. 1, febrero de 1998. 30 Schick, Allen. Why Most Developing Countries Should Not Try New Zealand's Reforms, The World Bank Research Observer, vol. 13, núm. 1, febrero de 1998. Page -35- El actual sistema de presupuesto en Cuba se basa en las prácticas del bloque soviético con algunas modificaciones introducidas después que el colapso del bloque soviético forzó al Gobierno cubano a adaptar su presupuesto público a la nueva realidad financiera. Uno de los cambios fundamentales introducido después de 1994 fue la forma de financiamiento del presupuesto: se decidió que las empresas estatales deberían pagar impuestos en forma progresiva más que transferir directamente sus superávits al Ministerio de Finanzas y Precios. No obstante, como indican los cuadros presupuestarios en el anexo estadístico del informe de la CEPAL de 1997, una proporción considerable de los ingresos continúa siendo generada por las empresas en forma de transferencias al presupuesto del Estado más que por los impuestos.31 En cuanto a los informes financieros que respaldan la administración del presupuesto en Cuba la situación generada por la mezcla de registros y procedimientos a nivel de empresa, llevo al equipo de la CEPAL a comentar en el anexo sobre contabilidad fiscal en Cuba que: “los elementos específicos de la contabilidad pública en Cuba podrían ser desconcertantes al lector que no esté familiarizado con la metodología prevaleciente en las economías de planificación central”.32 El Ministerio de Finanzas y Precios es hoy día la entidad focal de la red institucional responsable de la formulación y gestión del ciclo presupuestario. Según el informe de la CEPAL, el llamado de estimados presupuestarios se emite en el mes de junio de cada año, y hay 200 entidades estatales que formulan su proyecto de presupuesto, que luego se consolida y somete a la aprobación a la legislatura en diciembre.33 Esto revela la amplitud de la red institucional que participa en la gestión del ciclo presupuestario. No hay información conocida, por lo menos para este autor, sobre cómo se lleva a cabo la función de auditoría con excepción del papel que desempeña el Comité de Revisión y Control del Partido que ya mencionamos. De todos los informes disponibles en forma independiente, los sistemas y registros contables son muy precarios en la totalidad de la administración pública cubana. En los años sesenta, Castro se opuso a los sistemas de contabilidad tradicionales que prevalecían en Cuba cuando le dijeron que no podía hacer alguna cosa porque no estaba de acuerdo con “las prácticas y las normas de contabilidad internacionalmente aceptadas”, esa frase que tanto les gusta a las firmas internacionales de contabilidad. El resultado fue que se abolió la enseñanza de contabilidad en las universidades cubanas durante muchos años. Aunque se ha restablecido en cierta medida la enseñanza de la contabilidad y hay una asociación de contadores, la práctica de la profesión no tiene mucho prestigio en la versión castrista del socialismo. Por tanto, antes de modernizar la gestión presupuestaria del Estado cubano, será necesario evaluar su situación y prácticas actuales, así como la cultura institucional de la burocracia en lo que se refiere a estas cuestiones. Para cambiar la situación actual será necesario impartir mucha capacitación. En vista de lo anterior, sería aconsejable que la USAID: 9.Incorporara a la agenda del subgrupo del grupo de trabajo macroeconómico sugerido en la 31 CEPAL, La economía cubana, p. 358-359. 32 Ibid., p. 77-79. 33 Ibid., p. 53. Page -36- recomendación número 6, el tema de reformas presupuestaria. La división fiscal del BID ha hecho trabajo sustantivo en este campo, en toda Latinoamérica, incluida la instalación de varios sistemas integrados de administración financiera. Podrían iniciar algún trabajo de diagnóstico durante la etapa de planificación. Con ese fin sería muy útil contar con la cooperación de las asociaciones de contadores cubano-americanos, así como de los contadores disidentes dentro de Cuba. Una vez instalado el Gobierno de Transición podría concertarse un acuerdo de pareo institucional con un país tal como Perú, donde con asistencia técnica del BID se ha instituido un sistema de administración financiera integrada muy moderno.34 d.El sistema de gestión de los recursos humanos Quizá el problema más difícil que se encarará durante la transición para modernizar la administración pública de Cuba se refiere a los recursos humanos. Primero, por las repercusiones financieras de una burocracia tan grande. Segundo, por la inevitable redundancia causada por el papel reducido del Estado en una economía de mercado privada. Tercero, porque los malos hábitos generados por un estilo de gestión totalitario y altamente centralizado, que crea una cultura institucional de dependencia y pasividad para tomar iniciativas administrativas, junto con una actitud autoritaria y arrogante hacia la clientela del gobierno. Cuarto, porque la indoctrinación ideológica que los burócratas cubanos han recibido en el régimen actual puede inducir a algunos o a muchos, a oponerse y tratar de subvertir las medidas adoptadas por el Gobierno de Transición, una situación que han tenido que enfrentar diversas sociedades en transición sistémica.35 Por último, porque como es probable que la corrupción esté muy difundida y casi institucionalizada, puesto que la capacidad del gobierno de atender en forma adecuada las necesidades de los empleados públicos se ha deteriorado. En otras palabras, como ha sucedido en otras sociedades en transición, los recursos humanos de la administración pública cubana estarán muy mal adaptados a las necesidades de una sociedad libre y democrática y de la economía de mercado. Además, hay poca experiencia sobre cómo encarar este tema puesto que los programas emprendidos para ayudar a las sociedades en transición en los Estados del ex bloque soviético han dado poca prioridad a este aspecto del problema. Es solo recientemente que estos países han empezado a explorar cómo tratar esta cuestión. Como indica el informe de la CEPAL, el nivel de desempleo y subempleo en Cuba ha aumentado a niveles muy considerables. El estimado para 1996 alcanza 27,3% de la fuerza laboral.36 Otros informes colocan esta cifra alrededor del 50% de la fuerza de trabajo. Sea cual sea el nivel actual el hecho es que cualquier reducción masiva en las nóminas del Estado requerirá una política paralela agresiva de expansión masiva del empleo en el sector privado. De otro modo, habrá un conflicto social considerable que el Gobierno de Transición no puede darse el lujo de enfrentar. Dada la insuficiencia de las estadísticas sobre el empleo en el sector público, lo primero que se 34 Betancourt y Laso, Devtech, BID, Modernization of the State Program Report, p. 23. 35 Numberg, The State After Communism, p. ix. 36 CEPAL, La economía cubana, p. 151. Page -37- requiere es hacer un censo del servicio civil. Esto proporcionará una base de datos sólida para analizar la situación, definir el problema y explorar las posibles soluciones. No es probable que esta información pueda generarse en el régimen actual. Y los organismos internacionales no pueden obtenerlos. Una vez iniciada la transición, uno de los puntos prioritarios para los cuales se requerirá asistencia es este censo. El Banco Mundial tiene considerable experiencia en hacer censos del servicio civil y, por tanto, podría pedírsele que incluya esta actividad entre los asuntos prioritarios que deben atenderse una vez iniciada la transición.37 El segundo paso tiene dos requisitos previos: uno la labor propuesta sobre el Programa de Privatización Masiva para generar empleo en el sector privado y la definición de la estructura de organización para el Estado reducido subsidiario, así como ciertos estimados del número de empleados públicos que se requerirán para atender este papel reducido. La labor podría iniciarse durante el período de planificación de la transición a fin de contar con alternativas u opciones que se presentarían al Gobierno de Transición para su decisión. La decisión que éste adopte podría ser una legislación maestra inicial o un manual de organización del sector público que describa las funciones que debe atender la nueva estructura institucional del gobierno. Una vez realizado el censo del servicio civil, sería posible empezar a definir el número de empleados redundantes que tendrán que ser absorbidos por el sector privado. Como los salarios que paga el gobierno son tan inadecuados, un número importante de personas dejaría sus empleos por su cuenta, si tuvieran mejores oportunidades en el sector privado. No obstante, deben adoptarse medidas legislativas para las funciones de transición que haya que atender y para enfrentar el problema del personal redundante. Esta labor podría realizarse mediante una donación de USAID a una escuela de asuntos públicos e internacionales, tal como Florida International University, la Universidad de Pittsburgh o Harvard, que hacen mucho trabajo en materia de administración pública internacional o una entidad como la Academia Nacional de Administración Pública de la Asociación Estadounidense de Administración Pública. Para ello debería obtenerse la cooperación de especialistas cubano-americanos a fin de evitar enfoques étnocéntricos o intentos de transferir directamente en forma intacta las experiencias de Estados Unidos. Es poco probable que se encuentren disidentes para trabajar en estas cuestiones puesto que hay poca actividad profesional en este campo en Cuba. En las sociedades comunistas hay una objeción ideológica a la creación de un servicio civil independiente, por lo cual no existen leyes ni redes institucionales a partir de las cuales construir la nueva administración pública cubana. En los países comunistas la administración de los cuadros de empleados es responsabilidad el Partido y Cuba no es una excepción. Por definición, durante la transición debe ponerse fin a esta función del Partido. La noción de tener empleados públicos que responden al interés nacional y que brindan continuidad a la administración pública, cuando cambian los dirigentes políticos elegidos por el pueblo, no es compatible con el concepto de la dictadura del proletariado y el régimen unipartidario. Por tanto, será preciso presentar propuestas para legislación sobre el servicio civil o la función pública y la creación de un organismo o comisión de servicio civil a fin de someterlas al 37 Numberg, Barbara. Public Sector Pay and Employment Reform: A Review of World Bank Experience. World Bank Discussion Papers No. 68 (Washington, D.C.: 1989). Page -38- Gobierno de Transición para su consideración y aprobación al principio del proceso. El tema de la corrupción y las medidas para asegurar la transparencia en el nuevo servicio civil tendrán que encararse tanto en la legislatura como en el organismo que se cree. Para que esta propuesta sea congruente con las prácticas contemporáneas, debe aplicarse el principio de formulación y seguimiento centralizado de políticas y de ejecución descentralizada a la red institucional de gestión del servicio civil. Una vez más se trata de una tarea para la cual USAID puede hacer una donación a alguna entidad pertinente durante la etapa de planificación a fin de tenerla pronta para el Gobierno de Transición. Por último, será necesario tratar el problema de la cultura institucional. Todos los cambios de tipo institucional y de procedimiento en la gestión de recursos humanos carecerán de sentido a menos que se realice un esfuerzo masivo de recapacitación para cambiar la masa de personas que trabajarán para el Estado en la transición al régimen democrático y la economía de mercado. La experiencia más notable en este tipo de tarea ocurrió en Singapur cuando este país se independizó. El gobierno postcolonial se vio frente a empleados públicos orientados a desempeñar el papel de una administración colonial dominados por funcionarios de habla inglesa, que tenían una actitud muy arrogante hacia los ciudadanos, la mayoría de los cuales eran chinos. En el régimen colonial los empleados públicos tenían una mentalidad de control más que de servicio. El gobierno postcolonial tuvo que cambiar esa cultura institucional y lograron hacerlo.38 Hay muchas similitudes entre la situación que enfrentó Singapur tras la independencia y la que enfrentará el Gobierno de Transición. El caso de Singapur es el único conocido a este autor, de un esfuerzo deliberado que tuvo éxito en cambiar la cultura institucional de una administración pública nacional. Requirió una actividad de capacitación masiva, entre otras medidas. Un programa similar de cambio de la cultura institucional debe organizarse durante el período pretransición, a fin de que esté pronto para someterlo al Gobierno de Transición. USAID debe formar un grupo de trabajo de capacitación para formular un programa similar al descrito. En vista de los comentarios precedentes se sugiere que: USAID asegure que el grupo de trabajo sobre modernización integral del sector público, sugerido en la recomendación número 5, emprenda las medidas requeridas durante la etapa de planificación para asegurar que los temas del personal y gestión de la administración pública, así como la capacitación necesaria para cambiar la cultura institucional que han heredado se planifiquen adecuadamente. De esta forma será posible evitar la pérdida de tiempo y esfuerzos que experimentaron otras transiciones sistémicas como resultado de la falta de atención prestada a esta aspecto esencial de la creación de un sector público nuevo que responda a las necesidades de un gobierno democrático y una economía de mercado. Una vez instalado el Gobierno de Transición deben considerarse acuerdos de pareo inter-institucional con la administración pública de Singapur a fin de que transfieran sus experiencias en el cambio de la cultura institucional de su administración pública. IV. APOYO PARA EL SECTOR PRIVADO Y EL DESARROLLO SOCIAL Jon, S. T. Quah, “Culture Change in the Singapore Civil Service”, en Proceedings of a Conference on Civil Service Reform in Latin America and the Caribbean, editado por Shahid Amjad Chaudhry, Gary James Reid y Waleed Haider Malik, World Bank Technical Paper No. 259 (Washington, D.C.; 1994). 38 Page -39- La reforma del estado que se sugiere en las secciones anteriores para el Gobierno de Transición está concebida solamente en relación con los cambios estructurales que se requerirán en el sector público. Sin embargo, el objetivo final es proveer el marco institucional para el renacimiento del sector privado cubano. Ese renacimiento es esencial para que Cuba logre una reconstrucción exitosa que le permita alcanzar la prosperidad que el pueblo cubano desea y se merece. Pero, al considerar este tema, debemos tener presente que, en un grado mucho mayor que en relación con el sector público, estamos lidiando con un proceso en marcha, ya que a resultas de las indiscutiblemente modestas reformas introducidas por el régimen, el sector privado está creciendo en Cuba. Cierto, el sector privado es hostigado y presentado como algo endemoniado por el liderazgo cubano. La obtención de utilidades es presentada como un pecado. Sin embargo, el hecho de que la solución medio socialista que promueve el régimen es un fallo colosal, está forzando cada día a mayor número de ciudadanos a recurrir a la práctica de "resolver." Como "resolver" es un modo de arreglarselas uno por sí mismo para lograr solucionar sus problemas, restaura la iniciativa privada a la conducta del individuo, no importa cuán integrado esté formalmente dentro del régimen. Mientras más dure esta situación, mejor preparados estarán los cubanos sicológicamente para encarar las demandas de una transición a una economía de mercado. El problema mayor no va a ser su capacidad sicológica para sobrevivir en el contexto de una economía de mercado, sino hasta qué punto todo el mundo se ha habituado a actuar al margen de la ley. En esta sección final, vamos a considerar los distintos temas en función de tres etapas en vez de dos: la de cambios en marcha; la de planificación de la transición; y, la del Gobierno de Transición. A. Espíritu empresarial y dimensión del sector privado El segmento más nítido de sector privado que ha surgido dentro de la situación actual que revela un alto espíritu empresarial es el de "cuentapropistas." En un estudio reciente, basado en 152 entrevistas hechas en Cuba, Peters y Scarpaci ofrecen un perfil de las micro-empresas legales que ha tolerado el gobierno. 39 Estas empresas están sujetas a una alta tributación y a muchas restricciones. A pesar de ello, perseveran. El número de inscripciones llegó a 209,000 en 1996, bajó a 160,000 en 1997 y, en la actualidad, es posible que se haya reducido a sólo 130,000 a resultas del hostigamiento gubernamental. Aparentemente, paralelo a la reducción en el número de "cuentapropistas" legalmente inscriptos, ha habido un aumento en los que actúan ilegalmente. Otra fuente de espíritu empresarial son los campesinos a quienes se les permitió retener sus pequeñas fincas cuando se pasaron las leyes de reforma agraria en los inicios del régimen revolucionario. Estos pequeños agricultores son obligados a operar a través de la ANAP, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, una organización estatal de arriba a abajo, que provee insumos y es el comprador exclusivo de lo que ellos producen hasta el monto de las cuotas de producción asignadas. Actualmente están surgiendo cooperativas independientes de agricultores para librarse del control gubernamental. 40 También hay las Cooperativas de 39 Peters, Phillip y Joseph L. Scarpaci, Cuba's New Entreprenuers: Five Years of Small-Scale Capitalism, Alexis de Tocqueville Institute, Arlington, VA, Agosto de 1998. 40 Directorio Revolucionario Democrático Cubano, Steps to Freedom, 1998, este informe menciona entre Page -40- Producción Agrícola (CPA) y las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS) a través de las cuales se provee a los campesinos insumos y se mercadea su producción. Finalmente, en 1993, el régimen estableció las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), en las cuales el gobierno mantiene la propiedad de la tierra pero descentraliza la gestión a los agricultores. Aunque estas unidades se presentan como empresas privadas, el intervencionismo estatal a través de los organismos de acopio gubernamentales interfiere con el que logren alcanzar niveles satisfactorios de eficiencia.41 A pesar de las restricciones observadas, estas entidades son fuentes potenciales de espíritu empresarial. Los que trabajan bajo estas modalidades de organización agrícola pueden mejorar su nivel de vida por medio de diversos mecanismos para "resolver" a través del mercado negro. Los medios oficiales de comunicación ofrecen constantemente evidencia anecdótica de que esto está ocurriendo. De acuerdo con el informe de la CEPAL, estos agricultores y los cuentapropistas representan un 22,5 por ciento de la fuerza laboral o cerca de un millón de personas.42 Debido a que recurren a procedimientos vinculados con actividades de "resolver" para atender sus necesidades no satisfechas, desarrollan conductas que los liberan de los hábitos de dependencia y sumisión que usualmente se asocian con los modos de producción y distribución prevalecientes en las economías de comando socialistas. El llamado "sociolismo" - conducta que tanto irrita a Raúl Castro - por el cual los que trabajan en empresas estatales intercambian bienes y servicios al margen de los canales y reglamentos establecidos formalmente, es otra manifestación del espíritu empresarial. Por tanto, las fuentes potenciales de individuos con actitudes que denotan un espíritu empresarial alcanzan magnitudes apreciables. Las empresas públicas, incluyendo las empresas adscritas al MINFAR, son otra fuente de empresarios potenciales pero en una escala distinta de operaciones. Estas operan más bien al nivel de pequeña y mediana empresa, las cuales han recibido mucha atención de parte de los donantes internacionales en los últimos años. Bajo las reformas en la gestión introducidas por el régimen en forma titubeante desde 1994, ha habido cierto grado de descentralización en la toma de decisiones a las empresas adscritas a los diversos ministerios sectoriales. Como se comentó antes, bajo la sección III) D) d) sobre tributación, la reforma fiscal se propone transferir la carga tributaria a las empresas estatales, en vez de incorporar sus utilidades directamente para financiar el presupuesto, al mismo tiempo que se eliminan los subsidios a las empresas ineficientes. Pero como el proceso de reducción de personal redundante ha estado congelado por algún tiempo, la gestión de empresas estatales es un híbrido, con algunos elementos de mercado, particularmente en transacciones entre empresas, al mismo tiempo que se mantienen elementos apreciables de una economía de comando, sobretodo en cuanto a mantener en la nómina a trabajadores no productivos y en las decisiones sobre inversión. Al inicio del Período Especial, a principios de los noventa, Cuba solicitó al Programa de otros eventos la creación de la Alianza Nacional de Agricultores Independientes de Cuba y de organizaciones de contrapartida en el exterior, (Hialeah, Marzo de 1999) 41 Sánchez Herrero, Manuel y Arnaldo Ramos Lauzarique, estos dos economistas disidentes, discuten este tema en una ponencia presentada en 1998 a la Octava Reunión de la Association for the Study of the Cuban Economy (ASCE), que fué traducida al inglés bajo el título de THE CUBAN FOOD CRISIS: The Cuban Agricultural/Livestock Sector Under State Socialism, y publicada por el Center for a Free Cuba, (Washington,D.C., 1998) 42 CEPAL, La economía cubana, Cuadros A.28 y A.29 del Anexo Estadístico. Page -41- Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ayuda para adiestrar cuadros gerenciales de sus empresas a través del Programa de Desarrollo Gerencial (MDP). Esto dió lugar a que a principios de la década se ofrecieran muchos talleres de adiestrar-a-los-adiestradores en diversos temas gerenciales y de mercadeo, con énfasis en la industria genética y de biotecnología, uno de los sectores favoritos de Castro. Esto tuvo lugar bajo los proyectos CUB/91/525 y CUB/92/501 del PNUD/MDP. Más de 14,000 gerentes y supervisores recibieron al menos una noción de gerencia de empresas, cubriendo tópicos como diseño de organizaciones, análisis de mercados, negociaciones y propiedad intelectual. El centro contraparte inicial para estos proyectos fue SUTCER que informó tenía 190,000 candidatos potenciales pero, por razones desconocidas a este autor, este centro fue abolido en 1992. La Escuela de Cuadros del Partido, Ñico López, pasó a ser la contraparte nacional del programa.43 Indiscutiblemente, una escuela de cuadros del Partido, orientada a la preservación del Marxismo-Leninismo no es el ambiente intelectual más propicio para enseñar métodos modernos de gerencia de empresas. Canadá también ha apoyado un programa de Administración de Empresas en la Universidad de la Habana. De acuerdo con la información anecdótica disponible, los estudiantes prefieren estos cursos a los orientados al Marxismo que ofrece la Escuela de Ciencias Económicas. Finalmente, tenemos las empresas conjuntas (joint ventures) con inversionistas extranjeros como fuente de aprendizaje sobre como actuar en una economía de mercado. Cierto, la mayoría de estas empresas están orientadas al sector exportador y el aprendizaje se refiere principalmente a los mercados internacionales. Aún así, hay un derrame de los conocimientos adquiridos en cuanto a conductas empresariales que también puede aplicarse en los mercados nacionales. En Europa Oriental, el mayor progreso en empresas privatizadas se logró en los países como la República Checa, Polonia y Hungría en donde había alguna experiencia previa en una economía de mercado y se llevaron a cabo programas masivos de privatización. Esto se reforzó con la admisión de estos países a los mercados de Europa Occidental que los obligó a mejorar la administración de las empresas para poder competir. Bajo la sección III-B, antes, se ha sugerido que se deben reconocer a los gerentes actuales de empresas estatales entre las partes interesadas que deben participar en la propiedad de las empresas que se privaticen, siempre que no hayan estado envueltos en violaciones de derechos humanos. De ponerse en vigor esta sugerencia, estos gerentes tendrán un incentivo poderoso para poner en práctica lo que hayan aprendido en los programas de adiestramiento arriba descritos y otras experiencias sobre cómo dirigir una empresa en una economía de mercado. Una vez que se les dé la oportunidad de participar en la propiedad de las empresas, en vez de ser meramente funcionarios del Partido a merced de los caprichos de Castro, la motivación de estos gerentes para actuar en forma eficiente será reforzada apreciablemente. Estos comentarios indican que la actual liberalización de la economía cubana, a pesar de sus limitaciones y los titubeos en las políticas gubernamentales, provee un contexto dentro del cual un número apreciable de cubanos están aprendiendo conductas empresariales, ciertamente a niveles modestos de operación, así como técnicas de administración de empresas útiles para un contexto de mercado más competitivo. El potencial de receptividad para la transición a una 43 Rivera, Mario A “Segunda Economía, Segunda Sociedad, y Control Político en Cuba: Perspectivas desde el Punto de Vista de la Economía Institucional y de Redes, presentado en la reunión de ASCE de Agosto de 1998 en Miami, In Cuba in Transition, Volúmen 8 (Washington DC, 1998) Page -42- economía privada es por lo tanto apreciable, y dependiendo de las medidas adicionales que tome el régimen en sus esfuerzos por perpetuarse, pudiera ser aún mayor al momento de producirse la transición. Temas relevantes para estimular una economía vibrante Es evidente que para que arranque la economía privada durante la transición será necesario eliminar muchos de los obstáculos contextuales creados por el gobierno, los cuales se comentaron antes bajo los temas del imperio de la ley y la reforma del sector público. Entre los cambios esenciales está la restauración del derecho de propiedad privada, la aprobación de una legislación efectiva y confiable de contratos para facilitar las transacciones entre las empresas, reconocimiento del papel de los intermediarios del sistema de distribución, almacenistas y detallistas, en satisfacer las funciones del mercado de crear utilidad de lugar y tiempo, que actualmente el régimen persigue, y liberalizar el acceso al financiamiento y la tecnología. La libertad de contratación de mano de obra es un cambio esencial que se requerirá para que las micro-empresas actuales puedan convertirse en empresas pequeñas. El régimen ha tenido bajo consideración medidas a esos efectos bajo la apertura espasmódica de la economía que está promoviendo. Es más, en la industria tabacalera esto ya se permite y, si hubiera alguna capacidad de aprendizaje dentro del régimen, se darían cuenta de que liberalizando este tipo de restricciones, es una manera de superar las limitaciones de oferta que hoy agobian a la economía cubana. Independientemente de que el régimen haga o no esta liberalización, la libertad de reclutamiento es una medida básica que se requiere para absorber la mano de obra redundate en las nóminas estatales y para alentar el desarrollo de la empresa privada. La iniciativa del Concilio Cubano de advertir a los inversionistas extranjeros de que se les hará responsables por la confiscación de sueldos y salarios por el gobierno bajo las modalidades de empleo prevalecientes en la actualidad es una acción muy apropiada. Los trabajadores en empresas conjuntas (joint ventures) también están siendo alentados a organizarse bajo sindicatos independientes y esto puede ser un hecho antes del fin del régimen. Se está ejerciendo mayor presión sobre los inversionistas extranjeros para que acepten los “Principios de Arcos,” una serie de reglas de prácticas empresariales desarrolladas por Plinio Montalván y Rolando Castañeda en base a los llamados “Principios de Sullivan,” que fueron aplicados por los inversionistas extranjeros en Sur Africa antes del fin del Apartheid.44 Todas estas acciones pueden alentarse desde ahora para crear un clima más favorable durante la transición. En el antes citado informe de Peters y Carpaci sobre los “cuentapropistas,” se informa que la mayor limitación que confrontan estos empresarios es la dificultad de obtener insumos para sus empresas. También hay información anecdótica que algunos restaurantes “Paladares” han sido financiados por familiares de los propietarios en el exterior. Ese tipo de apoyo puede que se facilite aún más con las nuevas reglas sobre remesas anunciadas a principios de 1999 por la Administración Clinton, como lo sería la creación de cooperativas de compras de todo tipo. De nuevo, hay información anecdótica de que en algunos lugares del interior, particularmente en las provincias orientales, los vecinos se están agrupando para crear bodegas cooperativas en sus comunidades para compensar por el creciente colapso de los abastecimientos bajo el sistema de 44 Castañeda, Rolando H., y George Plinio Montalván, proveen una explicación de esos principios y cómo fueron nombrados en honor de Gustavo Arcos, uno de los líderes de la Disidencia, en “The Arcos Principles,” Cuba in Transition, Vol. 4, ensayo presentado en Agosto de 1994 ante la reunión de ASCE en la Universidad Internacional de la Florida, (Washington, DC, 1994). Page -43- racionamiento. En cuanto a tecnología, las informaciones que salen de Cuba mencionan frecuentemente la creatividad e imaginación de los cubanos en adaptar cualquier equipo disponible a sus necesidades. El comentario más frecuente se refiere al ingenio mostrado para mantener funcionando los autos americanos viejos. De nuevo, en el informe de Peters y Scarpaci se comenta “el gran ingenio” mostrado por los cuentapropistas para vencer dificultades con sus equipos. A menos que el gobierno cubano interfiera, el acceso a insumos provistos desde el exterior pudiera facilitarse a un nivel modesto por las nuevas reglas de remesas aprobadas por la Administración Clinton. Una vez que empiece la transición, la apertura del acceso a todo tipo de insumos y el financiamiento encontrará un mercado ya existente, que no se limitará a los cuentapropistas, sino que incluirá también a los agricultores independientes, las cooperativas de agricultores independientes, las CPAs, CCSs y las UBPCs, las cuales tienen necesidades tecnológicas insatisfechas claramente identificadas que crearán una demanda instantánea. Eso puede ser resuelto por acuerdos horizontales entre entidades privadas. El único papel del gobierno será mantenerse fuera del camino y eliminar todas las regulaciones que reservan estas actividades al Estado, incluyendo la libertad de importar. Desarrollo social Paralelo al aliento a la iniciativa privada en la reactivación de la economía de Cuba, será también necesario alentar las iniciativas de la población y su participación en la solución de muchos problemas sociales, desde proveer servicios educacionales y de salud a vivienda, transporte local, salubridad y suministro de agua. Los hábitos de décadas de dependencia en el gobierno central para la solución de estos problemas, sumados a la antigua tradición de servicio a clientelas políticas que prevalecía antes del régimen de Castro, significa que será necesario vencer actitudes con fuertes raíces en la sociedad cubana. Esto puede compensarse con la tradición de acción cívica que se remonta a la época de la colonia bajo la Sociedad Económica de Amigos del País y continuó bajo la República por medio de los muchos patronatos y grupos de acción cívica que se crearon a nivel local. La necesidad de la participación ciudadana es mayor debido al déficit creciente en todo tipo de servicio social. Es dudoso que el gobierno central pueda movilizar los recursos financieros necesarios para cubrir la brecha creciente en servicios sociales a nivel local. Como indicador de la creciente iniciativa local, el informe citado previamente Steps to Freedom, 1998 informa hay un dramático aumento de 127 por ciento en actos de resistencia civil pacífica entre 1997 y 1998, el cual se ha extendido de sólo cinco provincias en 1997 a todas en 1998.45 Esta es otra área en la cual la movilización de la participación local en la solución de algunos problemas puede iniciarse como actividad corriente, mientras se planifican las actividades que serán necesarias durante el Gobierno de Transición. En la actualidad, el gobierno local en Cuba es muy dependiente del financiamiento del gobierno central. De hecho, no hay una base tributaria reservada para el nivel local y, por tanto, todos sus recursos fiscales vienen en la forma de transferencias del presupuesto nacional. Toda la administración municipal es controlada por el Partido Comunista local, el cual recibe todas sus directivas del Comitè Central del PCC. Las llamadas organizaciones de masas, tales como los Comités de Defensa de la Revolución, la 45 Steps to..., pp. 34 y 36-37. Page -44- Juventud Comunista, los sindicatos de la CTC, y la Federación de Mujeres Cubanas son organizaciones transmisoras de consignas del Partido de arriba hacia abajo e instrumentos de movilización en apoyo de las metas del régimen. Las iniciativas individuales de los ciudadanos se desalientan y reprimen. Aún así, la incapacidad de satisfacer las necesidades de la ciudadanía y la consecuente pérdida de legitimidad gubernamental está generando actitudes que, con un estímulo y apoyo desde el exterior, pueden extender la conducta de “resolver” más alla del actual foco egoísta de supervivencia a ámbitos más amplios, tales como esfuerzos conjuntos para la solución de problemas de la comunidad. Tales iniciativas pueden ser desaprobadas por las actuales autoridades locales, pero si se presentan en términos constructivos de solucionar problemas, más que en una actitud de confrontación, lo más probable es que ganen el apoyo de la ciudadanía y puedan prevalecer. En estos esfuerzos, de nuevo, hay muchas asociaciones del exterior, tales como colegios profesionales y organizaciones como la Cuban Municipalities Assistance Network de los municipios en el exilio que pueden jugar un papel importante. Aprovechando las nuevas regulaciones emitidas por la Administración Clinton, estas entidades pueden organizar esfuerzos de envío de medicinas, materiales escolares, equipo y alimentos para aliviar la precaria situación actual del pueblo cubano y construir vínculos entre los cubanos de ultramar y los que han quedado atrapados en Cuba. Por ejemplo, el Colegio Cubano Médico Libre puede organizar un esfuerzo en que miembros individuales establezcan vínculos con colegas en Cuba para enviarles a título personal medicinas que necesiten sus pacientes y que no están disponibles en la isla. Estos intercambios persona a persona pueden ayudar a aliviar muchos problemas de los que han quedado atrás, al mismo tiempo que se construyen lazos entre los cubanos de ultramar y los de la isla. Al mantener estos contactos a nivel personal se evitará el que sean politizados. No se utilizarán, como es el caso de las remesas y envíos de grupos religiosos de izquierda como armas de propaganda contra el embargo, ni tampoco podrá el gobierno cubano pintarlos como acciones de grupos políticos del exilio. Estos tendrán que ser intercambios estrictamente personales. A la larga, sin embargo, serán el reflejo del renacimiento de fuertes lazos entre todos los cubanos, independientemente de donde residen. Una vez que se haya iniciado el proceso de transición, estos fuertes vínculos pueden ser extremadamente útiles para proveer la ayuda más elaborada que se necesitará del exterior para alentar el desarrollo de los organismos no gubernamentales a nivel local y otros organismos de participación local que serán esenciales para resolver problemas locales que excedan la capacidad del Gobierno de Transición. Esto incluye planificar y poner en acción un Fondo de Inversión o Emergencia Social, un tipo de institución que se ha concebido para movilizar a los sectores más pobres de América Latina, asignando fondos en base a mapas de pobreza y alentando a estas comunidades a organizarse para participar en la administración de los fondos asignados. Finalmente, USAID financia actualmente un proyecto sindical para Cuba a través del AFL/CIO. También tiene programas en Europa Oriental sobre organización de sindicatos de la base hacia arriba. Esos proyectos pudieran orientarse a ayudar a los sindicatos independientes, ahora y en la transición. Fuentes de ayuda para el sector privado y el desarrollo social Las fuentes de ayuda que la USAID puede movilizar en el caso del sector privado y el desarrollo Page -45- social son apreciablemente distintas a las que puede movilizar en relación con la reforma del sector público. En adición a las instituciones financieras internacionales, como el Banco Interamericano y el Banco Mundial, hay muchos actores no-gubernamentales cuya cooperación será necesaria. Algunas de estas entidades ya son recipientes de ayuda de la USAID y no será difícil agregar Cuba a sus proyectos. Otras obtienen sus fondos de fundaciones y la posibilidad de obtener ayuda de estas fundaciones va a depender de las posiciones que éstas tengan en cuanto a la política de Estados Unidos respecto a Cuba. Hay algunas, como la MacArthur y la Ford, que se inclinan más a cooperar con el gobierno de Castro que con el de Estados Unidos. Por tanto, su participación no luce factible hasta que cambie el gobierno de Cuba. Hay otras, como la Kettering, que parten de la noción inocente de que es posible recibir fondos del gobierno de Estados Unidos para desarrollar una sociedad civil y obtener la cooperación del gobierno de Castro. La legislación aprobada recientemente por el gobierno cubano indica que esa es una posibilidad muy remota. Es más, de acuerdo con esa legislación, esto es ilegal en la actualidad. Los arreglos para alentar el esfuerzo actual de desarrollo de la empresa privada y el desarrollo social caen en gran parte fuera del ámbito de lo que USAID puede hacer. Esto requiere movilizar a las comunidades cubanas del exterior para ayudar a cubanos con una inclinación similar en la isla, tal y como se ha comentado antes. Las últimas medidas tomadas por la Administración Clinton, al facilitar remesas para diversos fines y reducir limitaciones a los viajes de la comunidad, crean un contexto que puede ayudar a la expansión de estos esfuerzos. Hay muchos grupos en el exterior que ya están respondiendo. Los componentes del actual programa de sociedad civil de USAID también están ayudando. Lo que hace falta es mayor coordinación con otros instrumentos disponibles al Gobierno Federal, tales como Radio Martí, para complementar estos programas. Ya hay un programa en preparación en Radio Martí encaminado a proveer este tipo de información para, además de difundir estas experiencias, establecer vínculos con organizaciones en el exterior para hacer llegar material sencillo sobre como organizar estas tareas, así como cualquier ayuda financiera y material que sea factible enviar. En estos casos, todo lo que USAID puede hacer es facilitar la preparación de esos materiales a través de sus donaciones bajo el programa de ayuda al desarrollo de la sociedad civil en Cuba, el resto dependerá de las acciones de grupos de acción voluntarios que se creen en el exterior. Hace falta desarrollar la sociedad civil entre los cubanos residentes en el exterior para que puedan ayudar a la sociedad civil incipiente que surge dentro de Cuba. Esto también fortalecerá los vínculos entre las dos comunidades. Para la etapa de planificación de la transición, USAID puede hacer varias cosas. Tanto el Banco Mundial como el Banco Interamericano pueden planificar la asistencia que será requerida de esos organismos.. Ambas agencias han formulado programas sobre cómo prestar ayuda para el desarrollo de la pequeña y mediana industria (SME).46 Durante la última década, el Banco Mundial ha llevado a cabo investigaciones exhaustivas sobre como ayudar a las pequeñas y medianas empresas y ha hecho Evaluaciones del Sector Privado y de Situaciones Competitivas como parte del diseño de estrategias de ayuda a los países (CAS). El Banco Interamericano ha 46 Gayoso, Antonio, en su informe The Role of Financial Intermediaries in Commercial Development, comenta la experiencia de esfuerzos similares en Europa Oriental y las fundaciones que se han creado para promover el desarrollo de la pequeña y mediana empresa por medio de la provisión de ayuda técnica y financiera. Este informe fue preparado para el proyecto del US-Cuba Business Council financiado por la USAID, (Washington, DC, Marzo de 1999). Page -46- formulado su propio enfoque bajo la política aprobada por su directorio de Estrategias de Desarrollo Empresarial (EDS).47 En el Salvador, el Banco Mundial, el Banco Interamericano y la agencia alemana de asistencia (KfW) han considerado una propuesta para prestar ayuda para el establecimiento de redes de empresas para núcleos sectoriales a nivel local bajo el Fondo de Inversión Social de ese país,48 así como la creación de una red de Centros Comunales de Información.49 Por su parte la USAID ha establecido la Global Technology Network (GTN) que ofrece ayuda para facilitar el acceso y las conexiones para el intercambio de información sobre oportunidades de negocios y transferencia de tecnología. La GTN también ofrece ayuda para el establecimiento de Centros de Apoyo Empresarial, operaciones de extensión y donaciones para viajes.50 La Agencia para el Desarrollo de los Estados Unidos (USAID) está también muy activa a través del mundo en programas sobre el desarrollo de micro-empresas y cooperativas, de manera que puede movilizar un caudal apreciable de conocimiento, experiencia y organizaciones para dar ayuda al sector privado, tanto durante la etapa de planificación de la transición como durante el Gobierno de Transición. En el área de financiamiento de empresas pequeñas y productores agrícolas, una de las mayores organizaciones, el Consejo Mundial de Cooperativas de Ahorro y Crédito, es actualmente un colaborador activo de la USAID.51 El desarrollo de asociaciones o cámaras de comercio modernas que promuevan investigaciones y asistencia técnica a sus miembros es otra fuente que merece ser considerada. Hay muchas asociaciones sectoriales en el exilio. Desafortunadamente, muchas de ellas tienen la orientación tradicional de tipo legal y de cabildeo gubernamental favorable a sus sectores que prevalecía en Cuba y prevalece en la actualidad en América Latina. Toda vez que la US Manufacturers Association y la US Chamber of Commerce se han incorporado a las facciones que promueven el levantamiento del embargo, es dudoso que estén dispuestas a ayudar a modernizar las asociaciones o cámaras de comercio cubanas en el exterior. Sin embargo, el US-Cuba Business Council, que ya es recipiente de una donación de la USAID, pudiera recibir una donación para desarrollar vínculos entre las cámaras de comercio cubanas en el exilio y las cámaras de comercio correspondientes de los sectores respectivos para iniciar la planificación de las investigaciones y la asistencia técnica que se requerirá para la transición. Por tanto, en vista de los anteriores comentarios y observaciones. Se sugiere que: USAID forme un Grupo de Trabajo sobre Desarrollo Social y del Sector Privado para iniciar la planificación, en cooperación con aquellas ONGs dispuestas a hacerlo, incluyendo aquellas de la comunidad cubana del exterior y la disidencia, cuando sea relevante, de las acciones que serán 47 Llisteri, Juan Josè y Francisco Gatto, GUÍA METODOLÓGICA PARA LA PREPARACIÓN DE ESTRATEGIAS DE DESARROLLO EMPRESARIAL Y DE LA PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA, documento preparado para el Banco Interamericano, (Washington, DC, Doc. 158, 1993) 48 Betancourt, Ernesto, documento de discusión Gobierno de El Salvador, Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local, Definición de Doctrina, Programa y Conjunto Organizacional, preparado para la Misión de Identificación de Proyecto Banco Mundial/IDB/KfW, (Washington, DC, 1997). 49 Volunteers in Technical Assistance, Community Information Centers: Their Potential in Information Poor Environments, documento preparado para la División de Información y Telecomunicaciones, Departamento de Industria y Energía, Banco Mundial (Washington, DC, 1995) 50 USAID folleto sobre Global Technology Network,(Washington, DC, 1999) 51 World Council of Credit Unions, documento sobre COOPERATIVE DEVELOPMENT ORGANIZATIONS, (Washington, DC, 1999) Page -47- necesarias para prestar ayuda a las micro-empresas, las pequeñas y medianas empresas, los sindicatos independientes y las organizaciones locales voluntarias para el desarrollo de las comunidades. La participación de las unidades pertinentes del Banco Mundial y del Banco Interamericano debe asegurarse en forma similar a la sugerida antes bajo la recomendación No. 6. Este Grupo de Trabajo también debe actualizar sus planes periódicamente para asegurar que sus recomendaciones se ajustan a los cambios que vayan ocurriendo en Cuba. Una vez instalado el Gobierno de Transición, se le deberán someter las recomendaciones del Grupo de Trabajo para su consideración y aprobación. Al llegar a esa etapa, cada participante, incluyendo las organizaciones privadas voluntarias y las fundaciones, tendrán que decidir qué porción del programa puede ser ejecutado por ellas en la etapa de transición. Page -48-