Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 10 de noviembre de 2011.- VISTO: La actuación nº 4391/11, iniciada por la señora ...., quien reclama que el Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas “Norberto Quirno” (CEMIC) le brinde la cobertura del 100% del medicamento Etanercept (Enbrel 50mg.) que tiene indicado para el tratamiento de la enfermedad que padece. Y CONSIDERANDO QUE: La requirente es afiliada, desde hace siete (7) años a CEMIC. Tiene cuarenta y tres (43) años de edad con diagnóstico de artritis reumatoidea desde el mes de septiembre de 2009. Padece como enfermedades concomitantes hipotiroidismo por tiroiditis de Hashimoto, operada de hernia discal en el año 1995. A raíz de la enfermedad, posee discapacidad motriz que documenta con certificado de la Ley Nacional 22.431. Fue tratada con prednisona en dosis variables, metotrexato en dosis crecientes hasta la actual de 20mg. por semana y ante la falta de respuesta al tratamiento se le agregó sulfazalacina en dosis diarias de 2g, que continúa hasta la actualidad, conforme certificado médico acompañado a fs. 4. Conforme lo informa la médica tratante, a pesar del tratamiento indicado, la paciente persiste con actividad de la enfermedad con DAS28. HAQ., por lo que decide agregar tratamiento biológico, argumentando que “...de persistir con las manifestaciones de la actividad de la enfermedad, las lesiones permanentes pueden ser de mayor gravedad...” (fs. 4). Con motivo de la cuestión planteada, esta Defensoría del Pueblo remitió oficio a la institución médica, a fin de poner en su conocimiento la queja incoada. En virtud de ello, se recibió respuesta de CEMIC, donde en primer lugar cuestiona la competencia de esta Defensoría del Pueblo para actuar en la presente, argumentando que el conocimiento en la materia excedería el marco de las atribuciones que le fueron conferidas por el art. 2º de la Ley 3 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Por otro lado, sobre el particular deja constar que “...conforme el Programa Médico Obligatorio para las Obras Sociales... (a la que 1 CEMIC adhiriera voluntariamente), la cobertura reclamada no se encuentra prevista...” (fs. 13 vta.). Asimismo, manifiesta que: “...la Institución le ha ofrecido a la Sra. ...., la cobertura del 40% del valor del fármaco pedido, en virtud de las normas previstas en el contrato de prestación de servicios médicos que suscribiera con CEMIC, lo que no fuera aceptado por la afiliada...”. Hacen constar que: “...la Institución no es un Agente de Salud tal como v. Defensoría menciona, sino una entidad privada, constituida como una asociación civil sin fines de lucro, que entre sus objetivos estatutarios se encuentra el de brindar servicios de medicina prepaga a sus afiliados...”. Manifiestan que tampoco pueden dejar de destacar que por las características que como persona jurídica surgen de su estatuto social, no resultan aplicables al CEMIC las disposiciones de la Ley Nacional 26.682 que regula las empresas comerciales de medicina prepaga. Concluyen que: “...Por todo lo expuesto es evidente que el pedido de cobertura del 100% que efectuara la denunciante resulta improcedente...”. Cabe recordar que la competencia es el conjunto de atribuciones asignadas a un órgano del Estado, y tal como establece el Procedimiento Administrativo, la misma surge de las previsiones normativas. El art. 137 de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, dispone la misión que debe cumplir esta Defensoría del Pueblo, a saber: “...la defensa, protección y promoción de los derechos humanos y demás derechos e intereses individuales, colectivos y difusos tutelados en la Constitución Nacional, las leyes y esta Constitución, frente a los actos, hechos u omisiones de la administración o de prestadores de servicios públicos...”. Esta Defensoría del Pueblo es competente conforme surge de las funciones y atribuciones conferidas por la Ley 3 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la que establece que su función es garantizar y promover el respeto de los derechos humanos y demás intereses individuales, colectivos y difusos -tutelados en la Constitución Nacional, la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las leyes- protegiéndolos de las arbitrariedades, las desviaciones de poder y los errores de las instituciones del Estado local y sus funcionarios, así como de los abusos, negligencias e irregularidades cometidas por las empresas que prestan servicios públicos, y las fuerzas que ejerzan funciones de policía de seguridad, procurando -a través de recomendaciones dirigidas a las autoridades correspondientes- mejorar la calidad de vida de la población. Es competencia del Estado de esta Ciudad conducir, regular y controlar el sistema de salud. A tal efecto, se dictó la Ley Básica de Salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires -Ley 153-, que en su art. 10 considera al sistema de salud integrado no sólo por recursos de salud de dependencia estatal, sino también los de dependencia privada, que se desempeñen en el ámbito de la Ciudad. El CEMIC es considerado un recurso de salud, entendiéndose como recurso de salud en el marco de la Ley 153, art. 11 a “...toda persona física o jurídica que desarrolle actividades de promoción, 2 prevención, recuperación y rehabilitación... cobertura de salud, y cualquier otra actividad vinculada con la salud humana, en el ámbito de la Ciudad”. La empresa de medicina prepaga citada es, independientemente de su forma constitutiva, una prestadora de servicios de salud. La salud es un bien social y común cuya prestación es de interés público, siendo ésta una de las características atribuibles a los servicios públicos. El CEMIC realiza una interpretación restrictiva de las leyes aplicables al caso planteado al afirmar que no se encuentra obligado legalmente a brindar la cobertura del 100% atendiendo a que la cobertura reclamada no se encuentra en el Programa Médico Obligatorio (PMO), definiendo un límite a la obligatoriedad de la cobertura que deben brindar. Realizando un análisis de las normas, doctrina y jurisprudencia vigente se puede decir que existen argumentos que permiten expresarse a favor de la cobertura que el CEMIC debe brindar a las personas con discapacidad. El PMO es sólo el piso mínimo que deberá garantizar CEMIC a las personas que requieran atención para la salud. Por encima de ese piso mínimo está el derecho a la salud, un derecho humano fundamental y universal, protegido por la Constitución Nacional (art. 75, inc. 22) que incorpora con rango constitucional los instrumentos internacionales sobre los derechos humanos. En ese sentido, la Declaración Universal de Derechos Humanos (art. 25), establece el derecho de toda persona a un nivel de vida que le permita gozar de salud y bienestar, incluyendo, entre otras cosas, la asistencia médica. Asimismo, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales establece el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental (art. 12). El CEMIC no puede relativizar la cuando nuestro sistema normativo protege la integridad de estableciendo sobradas garantías a quienes poseen alguna amparando la diferenciación para la igualdad y garantizando integral de las personas. normatividad, las personas discapacidad, la protección El Estado Nacional ha aprobado por Ley Nacional 25.280, la Convención Interamericana para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad. Legislar en sentido contrario implicaría una discriminación hacia las personas con discapacidad y carecería de sentido que el Estado contraríe su propio compromiso. Por su parte, la Ley Nacional 24.901 impone la obligación de brindar la cobertura integral y total para la atención y rehabilitación 3 de las personas con discapacidad, ello, con los recursos y metodologías y técnicas que fuera menester y que el caso requiera. La afiliada posee certificado de discapacidad (Ley Nacional 22.431). Esta Defensoría del Pueblo considera que debe ser considerada la normativa que regula el Sistema de Prestaciones Básicas en Habilitación y Rehabilitación Integral a favor de las Personas con Discapacidad, Ley Nacional 24.901, cuyo art. 15 señala: “Se entiende por prestaciones de rehabilitación aquellas que mediante el desarrollo de un proceso continuo y coordinado de metodologías y técnicas específicas, instrumentado por un equipo multidisciplinario, tienen por objeto la adquisición y/o restauración de aptitudes e intereses para que una persona con discapacidad, alcance el nivel psicofísico y social más adecuado para lograr su integración social; a través de la recuperación de todas o la mayor parte posible de las capacidades motoras, sensoriales, mentales y/o viscerales, alteradas total o parcialmente por una o más afecciones, sean éstas de origen congénito o adquirido (traumáticas, neurológicas, reumáticas, infecciosas, mixtas o de otra índole), utilizando para ello todos los recursos humanos y técnicos necesarios. En todos los casos se deberá brindar cobertura integral en rehabilitación, cualquiera fuere el tipo y grado de discapacidad, con los recursos humanos, metodologías y técnicas que fuere menester, y por el tiempo y las etapas que cada caso requiera” (lo subrayado es propio). No surge de la normativa aplicable la exacta denominación de las diferentes técnicas o metodologías de rehabilitación que ordena cubrir la ley aplicable. En cuanto a la facultad de limitar la cobertura, la Corte Suprema de Justicia en los últimos años se ha mostrado poco proclive a aceptar la reducción de la cobertura, aún de las empresas de medicina prepaga (“E., R.E. c/ OMINT S.A. de Servicios s/ Amparo”, recurso de hecho E.34.XXXV, del 13/03/2001) otorgando prioridad al derecho a la salud; sosteniendo el carácter de objetivo social de la cobertura de salud. En sus fallos, la Corte establece la obligatoriedad de garantía que tiene el Estado Nacional de preservar el derecho a la salud, sin perjuicio de las obligaciones que deban asumir las obras sociales o las empresas de medicina prepaga (“Campodónico de Beviacqua, Ana C. c/ Ministerio de Salud y Acción Social, Secretaría de Programas de Salud y Banco de Drogas Neoplásicas s/ recurso de hecho”, causa 823.XXXV, del 24/10/2002, JA, 2001-I-464). Cabe agregar que “La Corte Suprema de Justicia en cuanto al derecho a la Salud y desde su función social y sus obligaciones prestacionales no establece marcadas diferencias entre las obras sociales y las EMP” (Pablo Rosales, “La discapacidad en el sistema de salud argentino: Obras Sociales, Prepagas y Estado Nacional”, Ed. Lexis Nexis, 2 Ed. Buenos Aires, 2004). En ese mismo sentido, la entidad debería tener previsto en su riesgo empresario, cuyo objeto es cuidar la salud de sus asociados, que la discapacidad es una problemática que afecta al 10% de la población según la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), y se supone que este riesgo estaría calculado en la cápita promedio del sistema. La valoración del ordenamiento jurídico vigente debe hacerse considerando el compromiso adquirido por el Estado frente a la 4 suscripción de los pactos internacionales de derechos humanos lo que conlleva a que la aplicabilidad e interpretación de tales normas debe hacerse con carácter de “paraguas protector” y debe concretarse a través de acciones positivas (conf. Kemelmajer de Carlucci, “El sida en la jurisprudencia, Academia Nacional de Derechos y Ciencias Sociales de Buenos Aires”, LL, suplemento especial de noviembre de 1999, p. 37). Por último, cabe mencionar que el médico tratante es el responsable de la indicación y prescripción del tratamiento y medicamento. Tal acto debe hacerse evitando en primer lugar dañar e intentando luego beneficiar al paciente con determinada especialidad medicinal. Dada la falta de respuesta de la afiliada al tratamiento realizado y la decisión -por parte del equipo médico del CEMIC- de agregar tratamiento biológico considerando que de persistir con las manifestaciones de actividad de la enfermedad las lesiones permanentes pueden ser de mayor gravedad y tomando en cuenta el derecho que le asiste a la afiliada, corresponde emitir un pronunciamiento sobre el particular. POR TODO ELLO: LA DEFENSORIA DEL PUEBLO DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES RESUELVE: 1) Poner en conocimiento del Presidente del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas “Norberto Quirno” (CEMIC), la competencia conferida a esta Defensoría del Pueblo para intervenir en la presente actuación, así como en otros casos similares. 2) Recomendar al Presidente del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas “Norberto Quirno” (CEMIC), arbitre los medios necesarios a fin de brindar cobertura del 100% al tratamiento indicado, consistente en Etanercept (ENBREL 50mg.) para la atención de la señora Dolores María Nava, afiliada nº 680514-003, en pos de su efectiva rehabilitación y habilitación social, en los términos que establece la Ley Nacional 24.901 y concordantes. 3) Poner en conocimiento de la presente al Director General de Defensa y Protección del Consumidor, doctor Juan Manuel Gallo, a fin que tome las medidas que estime corresponder. 4) Notificar, registrar, reservar en el Area para su seguimiento y oportunamente, archivar. Código 441 kb/Ab/SAL/Nic. 5 gv./D/LDS RESOLUCION Nº 2840/11 6