Análisis del posicionamiento estratégico El primer análisis que sustenta la Gestión Estratégica de Costos, está basado en el conocimiento del Posicionamiento estratégico de la empresa. En este caso, lo que se plantea es evaluar la utilidad percibida de las informaciones facilitadas por la contabilidad de gestión, en definitiva se cuestiona ¿cuál es el papel que cumple el análisis de los Costos en el posicionamiento estratégico de la empresa? En la gestión estratégica de Costos la función que cumple el análisis de Costos varía de forma importante según sea la forma en la que la empresa haya decidido posicionarse en relación con la competencia; a este respecto conviene destacar que el objetivo de la gestión estratégica de Costos es reducir los Costos al mismo tiempo que se fortalece el posicionamiento estratégico elegido, de lo que se trata es de evaluar el impacto del posicionamiento estratégico en la gestión analítica; si la ventaja competitiva en Costos o diferenciación exige ópticas de gestión diferenciadas, necesita también ópticas diferentes en materia de Costos. La estrategia y la misión en el ámbito de las unidades de negocio El eje de la toma de decisiones estratégica es el mercado y alrededor de cada mercado, se articulan las distintas unidades de negocio de la empresa. A finales de los sesenta y comienzos de los setenta, las empresas tendieron a organizarse por centros de beneficios, los cuales podían ser tratados como negocios independientes. Este tipo de estructuras dio origen a la definición de sistemas por objetivos de las unidades de negocio, en virtud de las cuales la distribución de recursos se efectuaba en función de su tasa de retorno esperada. Bajo una vertiente estratégica, en la actualidad se plantea la necesidad de evolucionar desde una estructura de empresa compuesta por centros de beneficios, a la definición de empresa como una suma de negocios, en el que cada uno tiene un potencial específico en la capacidad de generar cash-flows y con planteamientos estratégicos concretos. En el pensamiento clásico de los negocios, una empresa siempre rivaliza con los mismos competidores. Por ejemplo, una escuela de negocios compite siempre con otras escuelas de negocios en el mercado de la formación. Este planteamiento proviene de la suposición de que las empresas limitan su actividad a un solo mercado En la realidad una empresa puede atender diversos mercados, aunque intente aprovechar sus recursos y capacidades de la forma más sinérgica posible. Por ejemplo, una escuela de negocios puede competir con una empresa consultora en el increado de la consultota estratégica o en el de la consultoría de Costos y no tiene porqué competir, necesariamente, con la compañía consultora en el campo de la formación; o puede competir con algunas escuelas en el mercado de la formación de directivos sin experiencia y con otras escuelas en el mercado de los directivos con experiencia. Un primer obstáculo para utilizar los datos contables en el proceso estratégico reside en el no reconocimiento, por los sistemas de contabilidad, de las unidades de negocio como una dimensión para la acumulación de la información. La contabilidad de Costos tradicional acumula los Costos alrededor de los productos y las unidades organizacionales, sin tener en cuenta un método general para trazar los datos contables en función de los centros estratégicos, que suelen tener estrategias específicas y diferenciadas. Una vez identificadas las diferentes unidades estratégicas de negocio se deberán establecer las estrategias de las citadas unidades, las cuales dependerán de los siguientes factores: a) b) c) La misión de la unidad de negocio. El Análisis externo. El Análisis Interno. En ese contexto, se puede considerar la estrategia como un modelo de decisión y plan de actuaciones de la empresa conducente a cumplir con los objetivos fijados a largo plazo en su entorno competitivo. Este proceso requiere una evaluación de las posibles evoluciones del entorno, y de la capacidad de respuesta de la organización al mencionado entorno. Dicho análisis debe tener en cuenta la situación de la que parte la empresa, a fin de que éste avance, dentro de su entorno, hacia situaciones óptimas, tratando de obtener el máximo provecho de los recursos existentes. La estrategia, pues, tiene como finalidad, la formulación de los objetivos de la organización, y el establecimiento de los planes de acción, por medio dc los cuales se pretende cumplir con los objetivos fijados a largo plazo. Genéricamente, se pueden establecer tres misiones básicas: 1. Construir: El objetivo consiste en incrementar la cuota de mercado, aún en detrimento de los beneficios a corto plazo y de los flujos financieros. En este caso, como los ingresos suelen ser inferiores a las necesidades de inversión, los flujos financieros son deficitarios. Esta opción es aplicada por empresas que tienen una cuota de mercado reducida, en un sector con un crecimiento fuerte. 2. Mantener: Se trata de mantener la cuota de mercado y su posición competitiva; es la misión que adoptan las unidades que mantienen una significativa cuota de mercado en un sector de actividad de rápido crecimiento. En este caso, los ingresos suelen ser equivalentes a los pagos a realizar. 3. Recoger: Maximiza los beneficios a corto plazo y la tesorería. Los flujos financieros son positivos; esta misión se adopta por empresas que poseen una cuota de mercado importante en un sector de actividad de bajo crecimiento. El Análisis Externo Para poder cumplir con su misión, las unidades de negocio deben llevar a cabo un análisis externo que informe del atractivo del mercado en que está localizado el negocio efectuando un diagnóstico del entorno y del sector específico. Este análisis intenta determinar las características estructurales que condicionan las expectativas de rentabilidad a largo plazo de un mercado y caracterizan la conducta de los competidores más significativos. Para realizar este análisis se pueden seguir diferentes métodos, habiendo destacado tradicionalmente la utilización del Análisis estructural del mercado. La simplicidad de este modelo estriba en su orientación hacia las grandes variables sectoriales (clientes, proveedores, fabricantes de productos complementarios, competidores actuales y futuros, entes públicos, así como los restantes agentes legales, normativos, sociales y económicos), considerándose implícitamente que en muchos casos, las fuerzas internas de la empresa son elementos secundarios al equilibrio externo de fuerzas. Los Factores Clave de entorno Una forma tradicional de analizar los entornos es mediante la determinación de las oportunidades y amenazas que éste ofrece a las unidades de negocio; el proceso de análisis se inicia mediante el reconocimiento de los Factores Clave de Entorno. Los Factores Clave de entorno representan el atractivo del mercado en el que operan las unidades de negocio de la empresa; son factores que tienen en cuenta a los Clientes, los Mercados, los Competidores, los Proveedores, el estado de la tecnología, el entorno económico-industrial, entorno socio-cultural y el entorno político-legal. Por ejemplo, una empresa que quiera repartirse el mercado de los refrescos de colas se encuentra con señas dificultades. Estas dificultades no son de origen técnico. El problema grave estriba en la «diferenciación» de este producto en la mente del consumidor. A igualdad de precios los consumidores comprarán normalmente al líder lo que implica que el potencial competidor tendrá que cargar un precio inferior, obteniendo, lógicamente, una rentabilidad inferior. El Análisis Interno En el epígrafe anterior se han analizado las perspectivas de beneficio que tiene un determinado negocio, y cuáles pueden ser las características estructurales que hacen que unos sectores sean más atractivos que otros. El análisis, por tanto, ha sido global, esto es, referido a la totalidad de las empresas del sector, puesto que las características estructurales que se han detectado son idénticas para todos los competidores. El Análisis Interno informa del conjunto de factores que determina la posición competitiva que va a adoptar la unidad de negocio a fin de obtener una ventaja competitiva sostenible. Con este análisis se diagnostica la situación estratégica de la misma y su posición frente a la competencia. Debe tenerse presente que la estrategia competitiva es el conjunto de acciones que una empresa pone en práctica para asegurarse una ventaja competitiva sostenible. Por consiguiente, la unidad de negocio debe tratar de identificar, a parir del análisis interno que lleve a cabo, dónde residen y cuáles son las ventajas que la separan de la competencia, es decir, sus ventajas competitivas. La ventaja competitiva Una empresa necesita tener ventajas competitivas sobre sus competidores para poder asegurarse beneficios a largo plazo. Una ventaja competitiva, representa cualquier característica de la empresa que la protege de la competencia directa de su sector. Por otra parte, si una empresa. consigue mayores beneficios de un modo sostenido, tiene algo que sus competidores no pueden igualar, aunque en muchos casos lo imiten: no sólo tiene una ventaja competitiva, sino que ésta es sostenible a medio y largo plazo. El examen sistemático de las formas que tiene un negocio para lograr una ventaja competitiva sostenible, no puede realizarse al nivel de la empresa como un todo. Es necesario conocer las unidades de negocio, separándolas en partes estratégicamente relevantes, donde se tienen en cuenta todas las actividades que se realizan para añadir valor. Las estrategias corporativas que permiten explotar sinergias en el ámbito de empresa son objeto de una segunda integración de la información. Posibilidades de diferenciación, como fuente de la ventaja competitiva, para analizar posteriormente las ventajas derivadas de la explotación de posibles diferencias en Costos. A) La diferenciación como fuente de ventaja competitiva El primer objetivo de esta ventaja es diferenciar el producto o servicio ofrecido por las unidades de negocio, mediante la creación de algo que pudiera ser percibido por los clientes como único. Un mercado es susceptible de diferenciación cuando los clientes están dispuestos a pagar más por los productos o servicios ofertados por una empresa. La estrategia de diferenciación será más viable en aquellos productos o servicios donde, por ejemplo, existan diferencias tecnológicas reales, o exista un prestigio dc marca tal que haga surgir en el cliente esa percepción de valor superior frente a la oferta de la competencia. Es muy importante señalar la existencia de factores que inciden en la percepción positiva de los clientes, más allá de las características de catálogo, lo que obliga a pensar en la necesidad de orientar los indicadores de eficiencia en cl consumo de recursos en términos de necesidades del cliente y no de las características técnicas del producto. El objetivo de la diferenciación no es simplemente actuar en función de las necesidades expresadas por los clientes sino sorprender a los clientes anticipándose a necesidades que no han expresado y satisfaciéndolas. Las empresas deben buscar, constantemente, nuevas formas de satisfacer necesidades de los clientes. B) La ventaja en Costos como mente de ventaja competitiva En esta fuente de ventaja competitiva la empresa tiene la posibilidad de obtener Costos inferiores a los de la competencia, para un producto o servicio semejante. No es, por tanto, líder en Costos aquella empresa que obtiene unos Costos inferiores a los de la competencia a base de producir un producto de inferior calidad: El producto debe ser, al menos, comparable. El liderazgo en Costos puede alcanzarse a través de algunos de los siguientes factores: a)Obtención de economías de escala, por medio de la tecnología. b)Efectos de la curva de experiencia o de aprendizaje. c)Estrecho control de los Costos. d)Optimización de los Costos, mediante el establecimiento de vínculos con los proveedores y/o con los clientes al objeto de obtener Costos finales óptimos. Los Factores clave del éxito o capacidades esenciales Es evidente que obtener una ventaja competitiva no puede ser fácil, pues una ventaja competitiva es aquella característica que posee la unidad de negocio y que preserva sus beneficios frente a los competidores, presentes o potenciales. Las ventajas competitivas son el resultado del entendimiento de las fuerzas tanto externas como internas que afectan a la unidad de negocio Para conseguir una ventaja en coste es necesario analizar de manera detallada el comportamiento de los Costos en cada actividad de la cadena de valor, estudiando el modo de conseguir que los Costos globales sean inferiores a los de la competencia. En algunas ocasiones, será conveniente incrementar algunos Costos, al objeto de lograr una reducción de la totalidad: una mano de obra mejor formada, por ejemplo, puede alcanzar una mayor productividad, o unos productos mejor acabados que pueden proporcionar unos Costos de mantenimiento inferiores. Lo importante es el resultado de los Costos globales, no el de una actividad en concreto, aunque el análisis tiene que hacerse separadamente para cada actividad del sistema de valor. Estas capacidades competitivas constituyen los factores clave del éxito o capacidades esenciales sin los cuales no se pueden adquirir las ventajas competitivas. Un elemento clave del Análisis Interno es precisamente la determinación de estos factores clave.