19/11/10 Nº 48 Al Golpe en el Aguán, el pueblo le dará su respuesta Mataron a 5 militantes del Movimiento Campesino del Aguán (MCA). El asesino tiene nombre: se llama Miguel Facussé. Pero detrás de esta masacre hay otros responsables: la embajada de Estados Unidos, el régimen de facto de Porfirio Lobo y la oligarquía. Este golpe al campesinado y a la Resistencia no quedará así nomás. Los compas formaban parte de un grupo que vigilaba un área de 700 manzanas que antes había recuperado la comunidad Guadalupe Carney. Hace unos años esas tierras fueron adquiridas ilegalmente por Miguel Facussé y otros dos terratenientes: René Morales y el diputado nacionalista por Colón, Oscar Nájera. Para volverlas a arrebatar, el 15 de noviembre estos oligarcas enviaron a más de 200 paramilitares, fuertemente armados, y atacaron con fusilería al asentamiento campesino. Hasta hoy, estos terratenientes han matado a por lo menos 35 líderes campesinos del Aguán. Hace menos de un mes, el 17 de agosto, los asesinos a sueldo de Facussé os blem a h e- La masacre del Aguán es una acción desesperada de los golpistas ¿Cuál es la respuesta que estamos preparándole a ese acto criminal? Los que están detrás de la masacre Los compas caídos en el Aguán Teodoro Acosta, Raúl Castillo, Ignacio Reyes, Siriaco de Jesús Muñoz y José Luis Sauceda fueron asesinados en la madrugada del lunes 15 de noviembre en la finca El Tumbador, en el asentamiento Guadalupe Carney, municipio de Trujillo, Colón. Che qu onduras en resistencia asesinaron a otros 3 miembros del Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA), a Víctor Mata, a Sergio Amaya y a Rodving Villegas. La masacre la realizó el ejército de paramilitares pagados por Facussé. Pero en los alrededores de la zona había un anillo de militares y policías que garantizaban que la acción se diera con total impunidad. Mientras la Resistencia y el pueblo llora a sus mártires, el embajador de Estados Unidos en Honduras, Hugo Llorens, celebra la militarización en el Aguán y duda si los muertos son realmente campesinos. En Honduras, la policía y las Fuerzas Armadas obedecen dos voces de mando: la de los funcionarios gringos y la de los oligarcas. Ambas órdenes salen por la boca de Porfirio Lobo. Por eso la masacre de El Tumbador es parte de la ofensiva golpista en contra del movimiento campesino, pensando que por ahí le quiebran la columna vertebral a la Resistencia.