A 100 años de su natalicio Víctor Rizo JOSÉ GUADALUPE POSADA, CÉLEBRE ANONIMATO CON NOMBRE U na pintura anónima del siglo xix llama poderosamente la atención. Se intitula Ésta es la vida. La fecha de este óleo es desconocida también y lo único que podemos constatar en ella es lo evidente: el eco de la vida pública. ¿Es una representación de la vida cotidiana, como aseguran ciertos manuales? Es más que eso. Es el corazón de la vida decimonónica, el epicentro de las emociones y torsiones humanas. Se vierte la sangre lo mismo que el alcohol, hay asedios amenazantes igual que seductores, un músico entona el canto al lado de un oficial que blande su acero. No podemos decir de quién es, pero no cabe duda de la autenticidad de la palpitación: es el mexicano del momento y acaso un poco o un mucho el del porvenir, en la misma proporción en que es el mexicano del pasado, haya sido lo que haya sido semántica y culturalmente. Roberto Lazos Leticia López García Cuadros de corte humano no muy distinto poblaron las calles de México con un personaje que resultaba obvio a la luz de los cuadros vívidos del tipo de Ésta es la vida. Se trata de la muerte en su faceta esquelética, del cuerpo humano ya sin carne, del cráneo que sonríe porque todavía tiene dientes aunque sus cuencas carezcan de ojos, si bien no de mirada. Y de pronto la cotidianidad en imágenes litográficas se ve llena de un personaje que se había asomado una y otra vez a esa vida pública tan azotada y sacudida. Uno mira las hojas volantes o los periódicos donde Posada puso su oficio y se asiste inmediatamente a un México donde no sólo la muerte como acontecimiento se hacía presente, sino — ­ más hondamente aun— el aire de lo mortuorio respirándose en todas partes. Y, más que tragedia, en los rostros calaverescos de esos grabados está la comedia humana, la risa manifiesta de un morir liberado desde la propia vida palpitante. Una vecindad social y atávica existe entre las calaveras de Posada y las azucaradas del mercado. Se las paladea con cierta conciencia de estar llevando con uno una revelación que, aunque obvia, implica el máximo rodeo de lo humano: el temor a la muerte. ¿Temor reverenciado o reverencia temerosa? Al final termina estando en la misma tónica. La Catrina está ahí mirándonos sin ojos y nosotros estamos acá viviendo sin vida. Por eso se aparece, por eso podría y puede llevarnos. Tenemos carne, nervios y sangre, pero una osamenta nos preexiste y está de arriba hacia abajo en estos trajines en que nos despedazamos. La diferencia es muy sutil, el conjunto de estos grabados también son una suerte de Ésta es la vida, pero con nombre y apellido. Bien podría andar en el anonimato la serie de calacas, pero Posada vive en ellas y se resiste al olvido. Observa a su Catrina como ésta nos observa a nosotros, en un más allá sarcástico que se ríe y burla de nuestro más acá dramático. Con este periódico conmemorativo, la Asociación de Escritores de México rinde un homenaje a la memoria, no del grabador, sino del memoriador de nuestra esencia desde el hueso. Nos es significativamente emotivo realizar este tributo codo a codo con los grabadores de nuestro tiempo del Taller de Gráfica Popular, así como con poetas y artistas plásticos invitados. Nos toca en turno celebrar así este centenario luctuoso. Que venga otra centuria a contar otra historia. -2- Fernando Corona Vicepresidente de la Asociación de Escritores de México Héctor Vargas Salazar Calavera Si Posada renaciera con grabado bajo el brazo cuña, tinta y cañamazo, a los bichos persiguiera… Sin perdón ni tan siquiera les mostraría los dientes implacable con pudientes y amigo de la razón añadiéndole sazón a los cazos malolientes. “Qué falta haces Guadalupe” con tus catrinas sonrientes llévate a los pestilentes y engáñalos con un chupe que a eso sí muy bien le tupen en lugar de trabajar… Cual aguja en el pajar se oculta su inteligencia y en tu pluma la sapiencia al reír y señalar. Angélica Santa Olaya -3- En trozos habitamos En trozos habitamos cada quien tiene su trozo de tiempo su trozo de espacio Cada quien habita su vida habita su muerte en trozos que se unen Sólo es un trozo aquél que habita el espacio de otro el tiempo de otro la vida de otro y un trozo de la muerte de otro Obed González Moreno Calacas, José Alberto Mateos Juárez -4- Josué Carrillo Sánchez Décima posada Sueña José Guadalupe al inventor Senefelder cuando en Aguascalientes de niño una calavera lo ciñe de por la frente. Sueña luego Senefelder en el dibujo y la piedra y antes de que se despierte la gráfica le concede Posada a su calavera. Edgar Khonde Ray Herrera P/A -5- No es para menos No es para menos platero de empeños acumulados, que acaso rindan alados sus dedos como un joyero con un cincel tan certero. Ya lo imprime de tal suerte su grabado repentino, en cartel que diamantino retrata la misma muerte… para que nadie despierte.. Pedro Muros Roberto Lazos Me lleva la que me trajo Posada, tu calavera ya respiró la centuria. Suerte moderna de furia, en todos es ley severa y a todos la delantera les lleva con tumba al frente. Aquí voy, soy el siguiente, me lleva la que me trajo También soy de los de abajo; como todos, soy su cliente. Fernando Corona Can Can Catrina, Laura Quintanilla -6- Garbancera hacía una mirada ardiente que luego luego ladeaba. ¡El gusto se le notaba, permítame que le cuente! La Parca que había venido para llevarse a Don José, por quedarse sin sentido anunció un “yo pararé” al hallar la belleza cruel de aquel rostro percudido de la Catrina infiel que se asomaba del papel: era la impresión osada de Guadalupe Posada. Afuera el pueblo entonaba el canto con que el instante en que la herida sangraba componía la interrogante. La Muerte buscando esposa con táctica de Don Juan la interpela muy galán: “Quiero invitarla, hermosa, a que conozca mi fosa.” Y la cínica contesta: “Hemos de hacer solos fiesta porque Lupillo acá un rato se queda con mi retrato, esperando una respuesta”. Afuera el pueblo cantaba poemas que tenían alas; sus costados laeraban las palabras y las balas. La Garbancera sonreía queriendo ser elegante hacia el huesudo influyente que tantísimo la vía. El reboso que tenía lo enrollaba lentamente, Yamil Narchi Sadek Alfredo Mereles Jaimes Héctor Julio Anaya -7- Eleazar Adán Hernández Franco Los hijos de Hernán Con la fuerza de la sangre, con la rabia del vientre que parió a las parcas y a los gritos femeninos. Cortan sus hilos, tejen oleadas estentóreas de un amor odioso, sustancia viscosa que se mezcla con los lazos de la grey. la violenta tradición de flagelarse en pos de la disculpa. Somos los hijos de Hernán y estamos ebrios, bailamos con el llanto de los padres, de los hijos, del hermano. Somos los hijos de Hernán, la misma carne desgarrada en nombre del linaje, la sagrada familia vuelta ojo, convertida en huracán minado por la fuerza de la herencia. Y no hemos de romper el lazo. Somos los hijos que mantienen No habrá nunca golpe tan duro ni dientes tan filosos que ahoguen el legado ancestral de destrozarnos con la mano propia. -8- Alina Hernández Ketzal Hugo Enrique Quiroz La siempre viva, Elena G. Escolano Hugo Enrique Quiroz -9- José Guadalupe Posada y su eterna compañera, Beatriz Eugenia Kranion 1.- Vómer Cofrade esquelético observe a la poesía sin sus fragmentos su limpieza debajo del gas monoatómico de la ciudad el cutis macilento su coloración proceso cognitivo que aguarda por segundos y se escapa en esfuerzo tornasol por la corteza del aire brote del dispositivo que modifica el trabajo la táctica el artificio en la producción de una maniobra como cruce del acto todo lo punible es su objeción 2.- Unguis Usted cubrió las capas los tejidos la fealdad de la glándula oscureció las palabras conforme a los sujetos el documento en el ojo y sus nervios usted ocultó la excavación y el tiempo sideral del presente surco vomeriano ímpetu de forma angular para insertar el resultado en el libro la visita oblicua del de la dominación y en ello el instrumento neoplatónico La calavera Rockera, Cilia 3.- Cornete Hacednos una imagen Maestro en la que estemos todos aspirando el exceso frente a una mesa negra hecha de líneas blancas aproxime su gurbia a las fosas haga que olamos el aliento último de nuestras palabras modifique la luz haga que todo sea sombra salvo el tufillo que somos incapaces de mirar 4.- Maxilar superior Poco a poco una caricatura de regazo negro larga muerte que viva más allá que regrese a su reino cabalgando entre los huesos larga muerte Roberto Lazos -10- comic de ridículo cosmos salta di haz embate cabalga entre los muertos 5.- Mandíbula Sin loas a la metafísica un trazo largo que duela Maestro knock-out saeta hacia la larga muerte de la poesía 6.- Malar echo ÛÛÛÛÛÛÛ ÛÛÛÛ echo ÛÛÛÛÛÛÛ ÛÛÛÛ ÛÛÛÛ ÛÛÛÛ>>calaca.txt echo ÛÛÛÛ ÛÛ ÛÛÛÛÛ ÛÛÛ Û>> calaca.txt echo ÛÛÛÛ ÛÛ ÛÛÛ Û ÛÛÛ Û>> calaca.txt echo ÛÛÛÛ ÛÛ ÛÛÛÛÛÛÛ ÛÛÛ ÛÛÛ ÛÛÛÛÛ ÛÛÛ Û ÛÛÛ Û>> calaca.txt echo ÛÛÛÛ ÛÛ ÛÛÛ Û ÛÛÛÛÛ Û ÛÛÛ Û ÛÛÛ Û ÛÛÛ Û>> calaca.txt echo ÛÛÛÛ ÛÛ ÛÛÛ Û ÛÛÛÛ Û ÛÛÛ Û ÛÛÛ ÛÛÛ Û>> calaca.txt echo ÛÛÛÛ ÛÛ ÛÛÛÛÛÛÛÛ ÛÛÛ Û ÛÛÛ Û ÛÛÛ Û>> calaca.txt echo ÛÛÛÛ ÛÛ ÛÛÛ ÛÛÛ Û ÛÛÛ Û ÛÛÛ Û>> calaca.txt echo ÛÛÛÛÛÛÛ ÛÛÛ Û ÛÛÛ Û ÛÛÛ Û ÛÛÛ Û>> calaca.txt echo ÛÛÛÛ ÛÛÛÛÛÛÛ ÛÛÛ Û ÛÛÛÛÛ ÛÛÛÛÛ ÛÛÛ>> calaca.txt César Cortés Vega Mateo Carrillo Sánchez Sín título Estuvimos un siglo juntos, yo no fui quien dejó el árbol abandonado, supe de tu suicidio en sus ramas. Tu cuerpo yace al filo de un acantilado. Has optado por el atajo y tu muerte no me duele. Concentro mi mente un momento para escuchar la música de ése que fue nuestro siglo, un día antes pudo ser un día soleado. Jocelyn Pantoja De Tránsfuga, L.E.A., 2013 Calavera, Manuel Mujica Fuentes LA CALACA Y EL RÍO o la Retórica del río Calaca calaca la calaca El ojo calca honra mi muerte ancestral Julián Castruita Morán Astro la calaca baila suena sólo es un mismo río La calaca Roberto Luviano -12- COPLAS FúNEBRES DEL LITIGANTE Dentro del mundo jurídico no hay más temor que morir en un juzgado La mano de la justicia es pálida y sus falanges sirven de amuletos a los hombres de espíritu dubitativo Se sabe que la justicia rara vez llega en buen momento, por eso algunos abogados confían ahora más en la justicia poética y menos en la de los tribunales. I II La palabra duda a veces legisla y deroga vidas contemplando cómo se gastan los jueces entre series repetidas remarcando tristes silencios en la hoja sin acabar cada juicio en sus plazos Los términos son congoja en el doblez de un oficio ¿Cuántos casos? La muerte es una costura tras los botones de un traje y se alarga como la pausa más dura de segundos con coraje Ella carga féretros de civilistas sus vidas bajo contrato sin la prórroga De noche los amparistas sólo suspenden el acto con la soga Manuel de J. Jiménez Muerte Hechicera, Cielo Donis -13- Ahí encontré la llave, Verónica Buentello Décimas La Muerte es despojo ido que baila al compás de sierpe y tiene vaivén de Euterpe aunque sea vaivén de olvido; porque siempre lo que ha sido es infinito en su huida, infinita es su partida aunque sea lenta su Muerte y aunque nada sea tan fuerte es sólo Nada vertida. Si has de agarrar el toro por los cuernos, no lo dudes, hazlo antes de que mudes el parecer y el decoro: morir es siempre incoloro así que, si te decides, si de todo te despides, pulsa el botón de ejéct y lanza a la diosa Hékt la última de tus lides. Que morir es ejercicio para irlo ya practicando porque en Su trono el mando de cada cambio de vicio tiene, y es su frontispicio tu espejo y es tu memoria. No sucumbir a la euforia de permanecer el mismo porque eso es sólo el cinismo de “atarse fuerte a la historia”. Víctor Mantilla Las calaveras salieron de la tumba, Víctor Rizo -14- Eleazar Adán Hernández Franco Comento Comento contento las rayas de sol el final de la vida justifica estar aquí en una fiesta de niños iridiscentes con una calavera en cada ojo con una tumba en cada ojo con un castañeo de dientes toma las decisiones viaja en áspides estepas vuelve del pasado con flores del futuro hace algunos años sabíamos que reiríamos de esto cuando la luna reiría de la literatura cuando la literatura reiría de las nubes cuando las nubes reirían y se orinarían en nosotros observa el cielo sube a la azotea de las estrellas suicidas remueve en tus costillas los pedazos de la alucinación ¿no es fascinante? vuelve a la sombra de donde brotaste rompiendo la fuente de luces de la piel -no sabré nada -no sabrás nada toma todo lo que pase por tus ojos por tu lengua por tus manos acaricia los negros regimientos de terciopelo y el vacío coronado de papel Yaxkin Melchy -15- Artistas del Taller de Gráfica Popular: Josué Carrillo Sánchez Mateo Carrillo Sánchez Julián Castruita Morán Cilia Eleazar Adán Hernández Franco Ketzal Roberto Lazos Leticia López García José Alberto Mateos Juárez Alfredo Mereles Jaimes Manuel Mujica Fuentes Hugo Enrique Quiroz Víctor Rizo Héctor Vargas Salazar Artistas invitados: Héctor Julio Anaya Beatriz Eugenia Verónica Buentello Cielo Donís Elena G. Escolano Ray Herrera Laura Quintanilla Poetas invitados: Edgar Khonde Víctor Mantilla Pedro Muros Yamil Narchi Sadek Angélica Santa Olaya Poetas de la Asociación de Escritores de México: Fernando Corona César Cortés Vega Obed González Moreno Alina Hernández Manuel de J. Jiménez Roberto Luviano Yaxkin Melchy Jocelyn Pantoja Diseño: María José Farías CENTRO DOCENTE DE GRABADO SECCION DE ENSEÑANZAS ARTISTICAS INBA