TIMOTEO, Pastor de la iglesia en Éfeso Por John Mason Timoteo sirvió como asociado de Pablo comenzando en el segundo viaje misionero de Pablo hasta el día de su muerte. Timoteo era nativo de Listra, nacido en una familia de diferentes orígenes étnicos. Su padre era de gentil y su madre era judía. Él fue criado conociendo las Escrituras (2 Timoteo 3.15). Tanto su madre como su abuela se habían convertido en creyentes en Jesucristo (1.5). Pablo escogió a Timoteo para que se le uniera en su trabajo misionero porque Timoteo ya había adquirido una buena reputación entre los creyentes. Así como Pablo sintió un profundo amor y preocupación por sus amigos judíos (Romanos 9.1-3, 10.1), Timoteo también sentía una genuina compasión por el bienestar de los de origen mixto, pero predominantemente gentiles, que formaban las congregaciones que él y Pablo estaban estableciendo (Filipenses 2.20). El tiempo de preparación de Timoteo Varias experiencias ministeriales ayudaron a Timoteo a prepararse para su trabajo en Éfeso. Durante ese periodo de entrenamiento, Timoteo probó que uno de los puntos fuertes de su carácter era su voluntad de ocupar el segundo lugar. Él lo hizo así mientras participaba en el trabajo misionero de Pablo. Claramente, Pablo era el misionero de experiencia en el equipo. Timoteo, quien sirvió como un misionero asociado, fue un miembro importante del equipo. Pablo se refirió a Timoteo como un ayudante en 2 a los Corintios, Filipenses, Colosenses y en 1 y 2 a los Tesalonicenses. En la carta a los Filipenses, Pablo comparó la relación entre ellos como la de un padre y un hijo (2.2). REFERENCIA BÍBLICA 2 Timoteo 1.1-4.22 Arriba: Foto de Artemisa (Diana) de Éfeso. Izquierda: Estatua de un carnero encontrada en el templo de Artemisa en Éfeso. Extrema Izquierda: Plaza de Domiciano en Éfeso. Pablo llegó a sentir un gran aprecio por las habilidades de Timoteo, especialmente la de lograr apaciguar los ánimos en situaciones tensas. El apóstol envió a Timoteo a iglesias donde había problemas para que actuara como un “apaciguador”. Aunque la oposición forzó a Pablo y la mayoría de los miembros de su equipo a salir de Tesalónica y Berea, Timoteo permaneció en Tesalónica. Pablo deseaba verificar la seguridad de los creyentes y su firmeza en la fe en los momentos de persecución (1 Tesalonicenses 3.1-6). En esta ocasión Timoteo pudo haber sido escogido porque tanto Pablo como Silvano (Silas, en los Hechos) habían sido el objeto de la agitación de los judíos (Hechos 17.15). Pablo también envió a Timoteo a Filipos debido al genuino interés que Timoteo manifestó por la iglesia de aquel lugar y para que Pablo pudiera tener noticias de la obra allí (Filipenses 2.19-20). La decisión de Pablo de enviar a Timoteo a Corinto (1 Corintios 4.17) llevando la carta que ahora conocemos como 1 a los Corintios, tal vez ilustra mejor la confianza de Pablo en Timoteo como una persona con la habilidad de resolver problemas. La relación de Pablo con aquella iglesia se había deteriorado. Él había recibido informes perturbadores de los conflictos existentes dentro de la iglesia. En esta perturbadora situación, la condición del joven Timoteo hubiera sido perjudicial. Cuando Pablo recomendó a Timoteo como un fiel y amado joven asociado, 1 él tenía el temor de que Timoteo no fuera bien recibido. Por esa razón Pablo exhortó a la iglesia (1) a que aceptaran a Timoteo y se sintiera bien entre ellos, (2) a que no permitieran que ninguno lo tuviera en poco entre ellos, (3) a que le enviaran de regreso en paz después de haber cumplido su tarea entre ellos (1 Corintios 4.17; 16.10-11). En esta difícil situación, Pablo envió a Timoteo con instrucciones que recuerdan las dadas en 1 y 2 a Timoteo. Él debía recordar a la iglesia la forma en que Pablo había enseñado el mensaje del evangelio. Pablo parece haber tenido las mismas reservas en cuanto a la recepción de Timoteo en Éfeso. Como hizo en Corinto, Timoteo debía reforzar lo que Pablo había enseñado a la iglesia sobre las buenas nuevas y sus prácticas. La primera carta a Timoteo parece ser una carta de género mandata principis (mandamientos de un gobernador). En la antigüedad los delegados de los gobernantes recibían cartas de parte de sus superiores para que fuesen leídas en voz alta en presencia de aquellos que debía gobernar. Aunque la carta era dirigida al individuo delegado, se esperaba que fuera oída por un auditorio más extenso. 2 La primera carta a Timoteo tenía como propósito crear una posición o darle autoridad a Timoteo delante de la congregación. Como Timoteo había servido con Pablo como misionero asociado, él estaba muy instruido en el contenido de las instrucciones. La iglesia en Éfeso, sin embargo, necesitaba descubrir por medio de la lectura pública de la carta que Timoteo había sido enviado con la autoridad de alguien de mayor experiencia en la obra misionera. Él debía predicar con firmeza la sana doctrina que Pablo les había enseñado en su primera asociación con la iglesia. Timoteo mismo no necesitaba oír la amonestación de que ninguno tuviera en poco su juventud (1 Timoteo 4.12). Después de todo, él era experimentado en la solución de problemas, y ya había probado su efectividad al enfrentar cada una de esas situaciones. Pablo estaba informando a esa congregación que Timoteo era como un hijo para él. Por esa razón, él no debía ser menospreciado por su condición de ayudante joven en el equipo misionero de Pablo. Más importante aún, la congregación debía apreciar el mandato de Pablo de que Timoteo tratara valiente y firmemente con la aparición de enseñanzas falsas en la iglesia. La iglesia en Éfeso Éfeso era una ciudad floreciente y un puerto de mar. Augusto elevó a Éfeso a la categoría de capital de la provincia romana de Asia. Como resultado de las reglas de urbanización del emperador, la ciudad se encontraba en el centro de un auge de construcción y de revitalización. Recibió el título de “Primera y más grande Metrópolis de Asia”. 3 Como otras ciudades griegas de aquel tiempo, Éfeso erigió templos a diversos dioses, algunos locales y otros extranjeros. Los modernos estadounidenses quizá tendrían dificultad para imaginar una ciudad que adore multitud de dioses. Para nosotros, la pregunta religiosa fundamental es: ¿Cree usted en Dios? En las ciudades de la antigüedad como Éfeso, era más probable que la pregunta fuera “¿En qué templo adora usted?” Éfeso tenía templos edificados para el culto romano, que veneraba a los emperadores de Roma. La gente allí también adoraba a Serapis y otros dioses de Egipto, tanto como a Zeus, Poseidón, Afrodita, Apolos, los Cabiros y la Diosa Madre. 4 Izquierda: Puerta en forma de arco que conducía al ágora en Éfeso. Derecha: Relieve que representa un casco y un arma; de Éfeso, de la era romana. Pablo animó a Timoteo: “Tú, pues sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo” (2 Timoteo 2.3). Debajo: El ágora comercial en Éfeso. Sin embargo, la diosa más importante de la ciudad era Artemisa (o Diana). Artemisa era la diosa protectora de Éfeso y fue defendida con fiereza contra sus detractores, como Pablo mismo descubrió (Hechos 19.23-41). El esplendor del templo de Artemisa en Éfeso hizo que la estructura fuera considerada como una de las siete maravillas del mundo antiguo. Algunos la consideraban la diosa de la fertilidad, aunque en el primer siglo la sensualidad y la fertilidad no fueron el foco de su culto. 5 Otros la consideraban como la cazadora divina, y otros la protectora de animales y hasta de los niños recién nacidos. 6 La amonestación de Pablo a Timoteo no se enfocó en los cultos paganos de la ciudad. Más bien, Pablo instruyó a Timoteo a dirigir sus esfuerzos contra las falsas enseñanzas que habían surgido en el seno de la congregación. Esas falsas enseñanzas tomaron varias formas, lo cual hace difícil para el lector moderno de la carta a los Efesios establecer un cuadro exacto de la herejía emergente. Pablo delineó, sin embargo, algunas facetas de las falsas enseñanzas, incluyendo asuntos como el regreso a la ley, el ascetismo (específicamente, el no comer ciertos alimentos y el evitar el matrimonio), la especulación en las genealogías y la aserción de que la resurrección ya había ocurrido. Derecha: Mosaico en casas de Éfeso en las laderas del templo de Adriano. Estos eran domicilios familiares. Pablo pidió a Timoteo que viera que los diáconos “gobiernen bien sus hijos y sus casas” (1 Timoteo 3.12). Que otras personas, aparte de Pablo y sus ayudantes, hayan contribuido a la fundación y la formación de la iglesia es enteramente posible, considerando el tamaño y la importancia de Éfeso. De hecho algunos han ido tan lejos como para decir: “No fue en realidad un fundamento paulino, no en el mismo sentido que lo fueron Tesalónica, Filipos y Corinto...Lucas puede haberle dado tanta atención (a la iglesia de Éfeso) precisamente porque no fue una iglesia fundada por un apóstol”. 7 Sea quien fuera que haya fundado la iglesia, en respuesta a la difícil situación en Éfeso, Pablo estimuló a Timoteo para que refutara las falsas enseñanzas mientras afirmaba el evangelio que ellos predicaban. En la segunda carta a Timoteo, Pablo pidió a Timoteo que no se avergonzará del evangelio, que proclamara el mensaje de Cristo firmemente, aun frente a la persecución, y que se mantuviera con un carácter inmaculado. Timoteo estaba bien calificado para ser pastor de la iglesia de Éfeso en cuatro aspectos: (1) su apasionada preocupación por las iglesias, (2) su disposición de ser un miembro del equipo, (3) su habilidad para resolver problemas, y (4) la fortaleza y la firmeza de su carácter. Estas cualidades capacitaron a Timoteo para pastorear la iglesia de Éfeso después de la muerte de Pablo, y finalmente para elevarse al cargo de obispo 8 de la cuarta iglesia más grande del imperio. UN MENSAJERO DIGNO DE CONFIANZA Debajo se ve una vista de la columnata de Filipos. Pablo escribió a la iglesia de Filipos que tenía la intención de enviarles a Timoteo: “Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo al saber de vuestro estado;...Pero ya conocéis los méritos de él, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio” (Filipenses 2.19, 22). 1. Al referirse a Timoteo con el término “hijo”, Pablo no alude simplemente a la juventud de su colaborador, sino que estaba recomendándole con la iglesia, haciendo saber el especial cariño que sentía por él. 2. Luke Timothy Johnson, The First and Second Letters to Timothy: The Anchor Bible, vol. 35a (New York: Doubleday, 2001), 140-41. 3. Richard E. Oster, Jr., “Ephesus” in the anchor Bible Dictionary (ABD), ed. in chief David Noel Freedman (New York: Doubleday, 1992), 2.543. 4. Ibid. 544-45, 548. 5. Ibid. 548. 6. Hubert M. Martin, Jr., “Artemis” en ABD, 1:464-65. 7. Johnson, 142. 8. The Church History of Eusebius. 3.4, en The Master Christian Library (CD-ROM), Version 8, Nicene and Post Nicene Fathers, Series 2, 214-15. John Mason es pastor de la Woodlawn Baptist Church, en Colonial Heights, Virginia.