Tema 27. Órganos hematopoyéticos. Participan en los procesos de maduración de algunas células sanguíneas. También se incluyen órganos hemocateréticos (participan en la destrucción de células sanguíneas) como el bazo. Tienen un patrón estructural común, estando constituidos por tres elementos: una red o entramado de fibras de reticulina. células que acompañan a estas fibras formando una malla. Estos dos elementos junto con tejido conjuntivo forman el estroma. linfocitos, que forman el parénquima. El parénquima es el componente noble del órgano, es decir, las células imprescindibles para la función del órgano. El estroma son los componentes que sirven de soporte al parénquima. Normalmente es tejido conjuntivo, pero no siempre, a veces tienen más cosas. Las células del estroma linfoide son células del sistema fagocitario o sistema retículo endotelial. Puede ser de dos tipos, lo que determina dos tipos de órganos: células de aspecto reticular. Forman una malla y determinan los órganos linforreticulares. células de aspecto epitelial: órganos linfoepiteliales. Los primeros son de origen mesodérmico y están constituidos por una red tridimensional de fibras de reticulina sobre las que se apoyan los linfocitos. Pueden ser de: tejido linforreticular difuso, en el que los linfocitos no adoptan una estructura definida. Está situado en algunas zonas: mucosas, tejido conjuntivo subendocárdico, bajo la submucosa. Tiene una estructura variable con las especies. tejido linforreticular agregado o asociado, en el que los linfocitos adoptan agrupaciones en forma nodular. En las placas de Peyer, intestino y amígdalas a nivel del anillo faríngeo. pueden formar verdaderos nódulos de linfocitos: nódulos linfoides. Aparecen formando parte de otros órganos (ganglios linfáticos, bazo, médula). Los segundos son de origen ectodérmico y se caracterizan porque las células de la malla son de aspecto epitelial, aunque tienen prolongaciones (son células estrelladas). Ejemplos son el timo y la bolsa de Fabricio. Características de las células. Hay tres tipos de linfocitos: B: tienen la capacidad de transformarse en células plasmáticas especializadas en la producción de anticuerpos. La mayoría se encuentran en órganos linfoides pero también en sangre. Tienen su origen en órganos hematopoyéticos y su maduración se produce en órganos linfoides (bolsa de Fabricio en aves y ganglios 1 linfáticos). Pueden ser: inactivas: más pequeñas (6−8 m). Prácticamente sin citoplasma. activas: más grandes, con núcleos más grandes y nucleolos muy visibles. El citoplasma forma un halo alrededor del núcleo. Se denominan linfoblastos, centroblastos o inmunoblastos. T: responsables de la inmunidad humoral y celular inmediata, con producción de anticuerpos específicos. Se encuentran en órganos linfáticos y algunos en sangre. Pueden emigrar a cualquier parte del organismo. Tienen capacidad de estimulación a través del antígeno apropiado: proliferan rápidamente, debido a receptores específicos para los antígenos en la superficie celular. Dependiendo del antígeno hay dos tipos de linfocito T, con dos formas morfológicas: inactivos, más pequeños. activos, de mayor tamaño. Esta diferencia es difícil de demostrar. Son necesarias tinciones especiales. NK (killer). Actúan de forma directa sobre otros elementos, incluso del mismo individuo. Las células reticulares y epiteliales participan del sistema fagocítico mononuclear. Son células dendríticas. Formaciones linforreticulares. Estructura del nódulo linfoide. Es una unidad morfológica y estructural. Está constituido por un acúmulo de linfocitos en estructura nodular. Tiene dos zonas: externa o corona linfocitaria, con linfocitos maduros e intensamente teñidos. Esto es el nódulo primario. interna, con linfocitos activados, principalmente del tipo B. Este es el nódulo secundario o centro germinativo de Fleming o centro reaccional de Hellman, que descubrió que frente a infecciones aumenta de tamaño (era el elemento de respuesta). En realidad esta estructura varía en relación con la actividad funcional y con la edad: en jóvenes es más amplio. en animales ancianos disminuye mucho. Según la situación funcional se produce una variación del porcentaje entre los nódulos primario y secundario. Aparecen en posición subepitelial de forma aislada. Normalmente aparecen en el aparato digestivo, respiratorio y urogenital. En el cerdo son abundantes en la zona del cardias. Tienen vasos eferentes pero nunca aferentes. Es el punto de comienzo de un vaso linfático. El vaso aferente conecta el tejido epitelial con el sistema linfático. Se constituyen en verdaderos agregados para constituir órganos. También constituyen elementos de mayor importancia como los ganglios linfáticos. 2