LA HISTORIA DE LA IGLESIA La reforma III – La controversia sobre la eucaristía (14) (Sven Birster) I. La palabra eucaristía y la disputa sobre la buena doctrina de la Santa Cena “Eucaristía” viene de la palabra griega “ευχαριστια” que quiere decir: agradecimiento, oración de agradecimiento, oración de alabanza (por ejemplo como una comida)1. La palabra eucaristía se impone poco a poco para nombrar la Santa Cena. En 1Cor 11:24, el apóstol Pablo la utiliza diciendo “y habiendo dado gracias, lo partió…” Los siglos de decadencia de la iglesia católica con sus doctrinas de sacramentos, llevaban a una incomprensión de la Santa Cena que es diferente de aquella de la Biblia y también de la de Jesús. ¿Por qué había una disputa sobre una buena comprensión de la Santa Cena? ¿Por qué es tan importante tener una buena concepción de la Santa Cena? Esto nos ayuda a responder a preguntas prácticas como por ejemplo: ¿Pueden los niños comer el pan y el jugo de uvas después del culto o no? Las preguntas sobre la Santa Cena tocan directamente nuestra comprensión de la revelación de Cristo en nuestra vida. Los tres reformadores Lutero, Zwingli y Calvin tuvieron un punto de partida común: La concepción católica: a) El papel del cura En la comprensión católica de la Santa Cena, el cura tiene un papel importante. Sin él, no hay Santa Cena, pues él es el único que puede decir las palabras de introducción y que santifica casi el pan y el vino. b) Transustanciación Por las palabras de introducción del cura, el pan y el vino se transforman en realidad en cuerpo y en sangre de Cristo. La sustancia cambia ! “trans-sustanciación”. Según ellos, comemos en realidad del cuerpo y bebemos de la sangre de Cristo Jesús2. c) La Santa Cena, un sacrificio expiatorio Para la iglesia católica, la Santa Cena es un sacrificio expiatorio, “sin embargo la epístola a los Hebreos afirma 10 veces que el sacrificio expiatorio de la cruz es único y no debe ser repetido”3. En la misa es el hombre, el cura que presenta el sacrificio de Cristo a Dios, entonces el sacrificio es de nuevo obra de un hombre4. La eucaristía, según la iglesia católica, es algo que la iglesia hace para el creyente. La iglesia o más bien el cura, es el mediador de la salvación. 1 H. Balz, G. Schneider (Hrsg.). Exegetisches Wörterbuch zum Neuen Testament. Verlag W. Kohlhammer. 2. Auflage 1992, p. 222 2 La iglesia católica lo subraya en Juan 6:53, que lo entiende literalmente, pero Jesús se sirve de imágenes para subrayar los hechos espirituales, como con su muerte, su cuerpo destrozado y su sangre derramada. Además, no basamos toda una doctrina en un versículo. Es una regla de interpretación de base. 3 Michel André en un escrito para la reunión de los hombres de “La Rencontre”. 4 http://www.theology.de/download/abendmahl.doc, 16.02.2005, p. 3 1 II. Lutero Lutero quedó más próximo de la iglesia católica; esto nos demuestra una vez más que él no quiso reformar la iglesia católica. Para él las palabras de introducción de la eucaristía son también muy importantes, pero aquél que las dice no es necesario ser un cura. Lutero cree en una presencia real de Cristo en el pan, pero niega la transubstanciación. De hecho para él, las dos naturalezas de Cristo están presentes en el pan y en el vino: su naturaleza humana, psíquica y su naturaleza divina, glorificada. (Consustanciación = el pan y el vino no llegan a ser en realidad el cuerpo y la sangre de Cristo, pero la presencia de Cristo está unida a ellos). Y ya que Cristo está en el pan y en el vino, lo recibimos en el buen momento, donde la boca recibe los alimentos. Es por eso que a los ojos de Lutero, si alguien que toma la Santa Cena, recibe automáticamente algo de Dios. Para Lutero la eucaristía es un hecho de la parte de Dios. Si la persona que la toma es creyente, ella recibe la salvación, sino ella recibe el juicio. Es como Lutero entiende el pasaje de 1Cor 11:295. Para Lutero la Santa Cena es un hecho durante el cual el mismo Dios hace algo y no pide ninguna predisposición interior a aquel que la toma, porque ella viene del exterior: Dios da la salvación a aquel que la toma. III. Zwingli Zwingli, el reformador suizo no admite la presencia corporal de Cristo en la eucaristía. Según él, Cristo está presente entre los creyentes durante la Santa Cena, pues Él vive en ellos, y es por eso que él hace hincapié en la comunión en la iglesia, según 1Cor 11, donde Pablo pregunta a aquellos cuya relación con un hermano o una hermana no está en orden, para arreglarla, pues Cristo está presente en Su cuerpo que es la iglesia. Según él, el pan queda pan y el vino queda vino durante cada momento de la Santa Cena. La presencia de Cristo está aquí, por la presencia de su cuerpo, la iglesia. Es muy interesante que él remplace la palabra latina “sacramentum” con “signun”, pero que él vuelva a su significado de origen de “sacramentum”: el sacramentum era la bandera, el estandarte del militar o el comando donde los soldados han hecho el juramento. Nos ligamos casi a este estandarte. Así la santa cena nos une con Cristo, su muerte, su iglesia y los creyentes. Para él la santa cena era un hecho activo de la parte del hombre: un hecho de conmemoración y agradecimiento. Es por eso que la palabra “signun”, señal, tomó más importancia: no era una repetición del sacrificio expiatorio (como para la iglesia católica), pero una señal. El pan y el vino servían de símbolos para comprender el hecho espiritual que Jesús dejó romper su cuerpo. Zwingli tenía entonces una comprensión muy activa de la santa cena6. Para él no eran las palabras de introducción que contaban como Lutero, él hacia una separación entre las palabras y el Espíritu (el Espíritu = una obra que pasa al interior). La obra de Dios durante la santa cena depende de la predisposición del creyente: ¿Será que él/ella se han preparado para recibir? La santa cena confirma solamente una experiencia interior que había pasado en el creyente, y la santa cena solo le sirve de animo para su fe y confirmación de su decisión7. IV. Calvin Calvin no separa tan estrictamente la palabra del Espíritu. No son las palabras de introducción, ni el pan o el vino que cuentan, es el hecho que miramos a Jesús y su obra en la cruz a través del pan y del vino. El pan y el vino son una representación concreta que nos ayuda a comprender. “El 5 6 7 http://www.theology.de/download/abendmahl.doc, 16.02.2005, p. 4 http://www.theology.de/download/abendmahl.doc, 16.02.2005, p. 2 http://www.theology.de/download/abendmahl.doc, 16.02.2005, p. 3 2 cristiano debe levantarse por la fe hasta el cielo y alimentarse de Cristo”8, y comer del pan y beber del vino lo ayuda a comprender. V. ¿Y nosotros? ¿En que creemos? Cuando Jesús dijo “Esto es mi cuerpo…” (Mat. 26:26), mientras estaba delante de sus discípulos. ¿Es posible estar delante de ellos sano y salvo y tomando su cuerpo real en su mano? Él habla entonces de símbolos. En los versículos 27-29: “Y tomando la copa […] esto es mi sangre […]. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquél día en que lo beba de nuevo con vosotros en el reino de mi Padre” ¿Había en esta copa la sangre de Jesús? Mientras que dice en el versículo más adelante: “no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquél día en que lo beba de nuevo con vosotros en el reino de mi Padre”. El hecho que dice “de nuevo” nos muestra una vez más, que en este momento también será vino. Entonces ¿porqué inaugurar una doctrina de transustanciación? Esta pequeña reflexión nos ayuda a quedar firmes, incluso en las charlas con los católicos que siguen muchas veces a la letra las doctrinas de su iglesia. Lo que es interesante para nosotros es la imagen del cuerpo en un doble significado (1Cor 11): Cristo está presente en su cuerpo, la iglesia: la relación con Cristo no puede estar en orden, si la relación con mis hermanos y hermanas no están arregladas. Pues es en la iglesia que Cristo está presente, pues Él vive en cada uno de nosotros. Podemos confirmar con Zwingli que la santa cena es algo de activo: traemos nuestro reconocimiento y confirmamos nuestra decisión por Jesús, nuestro Señor y Salvador y nuestra relación con nuestros hermanos y hermanas. Creemos como él que es nuestra predisposición que determina a menudo si recibimos algo de la parte de Dios o no durante la santa cena. Y confesamos con Lutero que es Dios que da por gracia en el momento de la santa cena, mientras que no creemos que no es la santa cena en si que nos da la salvación, pero, como Zwingli y Calvin creyeron, que la santa cena es precedida por una conversión y el nuevo nacimiento. Como Zwingli y Calvin, nosotros creemos en una presencia de Cristo en la iglesia y en los creyentes, y que el pan y el vino permanecen pan y vino, incluso durante la santa cena. … y como hijos de Dios… nos acordamos que Jesús vendrá de nuevo “pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que Él venga”. (1Cor. 11:26). VI. Conclusión ¿Cuáles deben ser nuestras motivaciones para creer en doctrinas? ¿La tradición? ¿La rebelión? No, debemos estar motivados para buscar la verdad en la Biblia y es eso lo que queremos mostrar en nuestras doctrinas. Y después podemos responder a preguntas como: ¿Pueden los niños comer el pan y beber el resto del jugo de uvas (vino), después del culto o no? 8 Michel André en un escrito para la reunión de los hombres de “La Rencontre”. 3