Del Perito Moreno a las Áreas Protegidas, de hoy

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EL ESPECTACULO EN MAR DEL PLATA COMO “PRODUCTO TURISTICO”
Ya nadie lo duda, pero conviene analizar, pienso, antecedentes y motivaciones que han
llevado a la oferta teatral de Mar del Plata a ser un verdadero “Producto Turístico”.
Estamos tan habituados a definir, solamente como tales a la hotelería, los alquileres
temporarios y la gastronomía, que nos olvidamos que todo servicio que se ofrezca al
visitante es un “Producto Turístico”. Lo son las playas, las sierras, la pesca deportiva, los
pubs, y tantos otros que, los espectáculos no pueden estar ajenos a su inclusión, máxime
cuando (nos consta), desde el punto de vista de la economía, su aporte al PBI es
fundamental. No solo por la cifra que surge de la venta de entradas, sino por el incremento
del consumo en la ciudad y la zona que significa la presencia de los miles de artistas y
admiradores del espectáculo que constituyen la “mano de obra cultural” del gran negocio.
Artistas, directores, productores, técnicos, que consumen, también ellos, productos y
servicios de “uso turístico”.
HAGAMOS HISTORIA: Los memoriosos y los “vejetes” (como este escriba), recuerdan
a uno de los precursores del negocio, el Tano Vittori (126.000 espectadores máximo de
temporada), que batía récords de recaudación con sus y desopilantes puestas, sin olvidar en
el otro extremo de la expresión teatral a Alfredo Alcon , China Zorrilla (una de las
primeras galardonadas con el novel “Estrella de Mar”. Las noches de la incipiente,
entonces, cantante María Marta Serra Lima, que, desde un subsuelo en la Avenida del
Ruido (Constitución), le ponía boleros al estruendo de los bongós de Pancho Freddy,
apenas a una cuadra de la meca, entonces, de otro “producto”, las boîtes bailables, que
ofrecían de todo: desde la música de “ablande” de Los Aromos, hasta el casi “Kínder
Garden “ de Belinasso, en la Ruta dos y Río Negro.
HABLANDO DEL “NEGRO”. Hasta que en la calle Corrientes (de acá) apareció un
negro que sería famoso (o ya lo era), el negro Alberto Olmedo. Ese, que con “El negro no
puede” le pasó el trapo al mismísimo tano, reventando las boleterías durante varios años
(119.000 espectadores su máximo de temporada, con la atenuante sobre Vitori, que el no
superaba los 65 días de presentación) , hasta su trágica desaparición física.
Y bajo un techo de lona, el Circo Berlín, y luego Thiani (para nombrar solo algunos) le
ponían al producto “espectáculos”, otra variante, entre las que descollaba Carlitos Bala,
con su flequillo, desparpajo y carisma, incitando a los infantes a dejar el chupete con su
“chupetometro” famoso, tanto como el “eaeapepeeee” y ” un kilo y dos pancitos”.
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ESPECTACULOS PARA TODOS LOS GUSTOS Y SABORES: Al mismo tiempo,
pero en otros ámbitos, Juan Charles Colombres, Landru; nos mostraba en su revista a las
señoritas “bienudas” del Ocean de Playa Grande. Mientras Guido Parisier, desde el
Hermitage, se mandaba “Tardes de té con masas finas” que eran el sustento gastronómico
de desfiles de modelos, animados por la voz y la presencia inconfundible del Catalán
locutor Federico. Mientras por las noches descollaba el nuevo Enterprise, donde, la Revista
Siete días nombro “miss” a una adolescente Graciela Alfano, la archienemiga de
Pachano,(el de las galeras), que pocos años después descollaría con su elenco de
transformistas haciendo “Botton Tap”.
VEDETTES ERAN LAS DE ANTES: Y ni hablar de las Vedettes, Ámbar La Fox entre
ellas, que con su marido el patinador artístico “Maurin” nos dieron esa belleza y talento que
hoy se llama Reina Reech, a la que, (crease o no) le puse talquito en la colita mientras su
mama la bañaba en un departamento de Luro casi Corrientes.
Sin olvidarlos de otras hijas de famosos, como las dos, Ileana y Mariana entonces preadolescentes, herederas de “El Contra”, el hoy aún vigente Victorio Calabro, familia a la
que recuerdo en cenas memorables con el gallego Héctor Ricardo García, el pope de
Crónica, quienes competían en descubrir ignotos restaurantes, que por ellos, ( y por su
buena cocina), luego serían famosos. Como el Plato Azul de Mingo Ezeiza, La Forchetta,
“Los Amigos”, El Taburete y “Los Vascos” (aún vigente), frente al entonces nuevo Centro
Comercial del Puerto, cuya famosa paella competiría con la de “El viejo Pop”,
desaparecido en manos del modernismo, en la mismísima Banquina. Paella que disfrutaba,
también, la entonces mujer de García, Ethel Rojo, que deliraba por “la raspa” de la
omnipresente paellera. Festines amanecidos a los que solían incorporarse el hoy famoso
empresario teatral Carlos Rotemberg, con su mujer, “la Flaca escopeta”, o Sofovich y su
hermano Hugo y, a veces, encumbrados periodistas, locales o capitalinos.
TUVIMOS CAFÉ CONCERT; Y haciendo lo suyo, en pequeñas salas, andaban el gordo
Bergara Leumann, el otro gordo, Porcel, Andrés Percivale, Antonio Gasalla, o en otra
“cuerda” Pichuco Troilo, Osvaldo Pugliese, el marplatense Piazzolla. Los Chalchaleros, y
la presentación mundial de “La Misa Criolla”, de Ariel Ramírez, con Zamba Quipildor y
hasta la mismísima Negra Mercedes Sosa.
Y claro, Sin olvidarnos de las grandes “revistas” con Nélida Lobato, madre y maestra de
todas las vedettes y los “capo Cómicos” como Pepe Biondi.
UN PRODUCTO PARA VER Y TOCAR: Allá por los 70, eran inmensas las colas de
turistas, especialmente del interior, no solo para adquirir entradas, sino también para las
salidas. Era cuestión de ver y si los pato vicas (1) se descuidaban, en la salida del teatro,
para tocar anatomías, momento supremo que era hasta filmado por el Canal 9 TV del
“zar” Alejandro Romay o fotografiado por Antena, Radiolandia y Canal TV. Pasando a la
posteridad a los toquetones quienes, sin plata para pagar la entrada al teatro, entraban de
las pestaña y por un rato, a la subcomisaria Casino, “aneda” que hoy algunos pueden
relatarle a sus nietos.
EN LAS ARENAS “BAILABAN LOS REMOLINOS” ; Con el sol como candileja y las
carpas de escenografía, los Barcitos de la Bristol fueron otro “producto turístico” que
convocaba y arremolinaba visitantes, teniendo como actores o pretendientes de serlo a
famosos, famosas, modelos, modelitos, deportistas, play boys estilo Isidoro Cañones, los
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ricos de la colectividad judía, los “nuevos ricos” fierreros de Warnes, sindicalistas, señoras
gordas de malla negra, señoritas empulpadas con maquillaje de guerra y turistas en general.
Una mezcla de Teatro Griego con circo romano, donde los actores eran espectadores y
viceversa. Con epicentro en “El Cubanito”, enlonado restorán, ciento cincuenta metros de
“pasarela” para el desfile, verse y ser visto, aplaudir y ser aplaudido, comer y ser comido
por la mirada de “fans”, damas amantes de esa Radiolandia en vivo y en directo y “buscas”
de toda laya, junto a deleitados turistas para quienes el mar podía ser un telón de fondo y
llamarlo “rio” una habitualidad.
Allí reinaron el “muñeco” Mateyco, Ringo Bonavena, el cacique Selpa, Carlos Monzón (
un día se apareció del bracete de Susana Giménez al volver como Campeón Mundial, (ojito
que tengo fotos), los “Tucu-Tucu” con guitarra y todo, Aníbal Troilo (siempre cubierto: el
sol le sacaba ampollas), la garganta con arena” del polaco Goyeneche, las llegadas
veraniegas de Serrat, los peluqueros de la farándula, los representantes y muchos divertidos
estancieros zonales, llegados por el día en camionetas Ford F100, cero, de patas anchas y
altas, precursoras de las 4x4 de hoy. Y también, un insólito lustrabotas que quería sacarle
brillo a los zapatos de un mundo descalzo (siempre había algún dandi con mocasines sin
medias o trasnochado, volviendo de la milonga con timbos negros).
“Que escandalosa, doña ¿vio?”. Los barcitos de la Bristol fueron un maxi teatro, contado
magistralmente por Radio Continental en las voces de Ulises Barrera, Horacio de Dios,
Eduardo Calviño, el meteorólogo Celemín ( A quien Horacio ordenaba meterse al mar a las
ocho de la mañana con un termómetro, para decir la temperatura del mar, en directo), y
también estaba yo aprendiendo a contar lo que uno ve, pero por radio.
Ese producto turístico magistral con cinco balnearios, baños de agua caliente de mar, la
“Pileta cubierta”, librerías, regalarías, bares, cafés, heladerías, olorosas “waflerias” y los
“barcitos“ famosos, ha desaparecido, por decisión de políticos de sí fácil.
MAR DEL PLATA LEVANTA EL TELON: La “Estrella de Mar” (2) Cuando en 1973
nos hicimos cargo de la entonces Dirección Municipal de Turismo como Ente Autárquico,
percibimos que la actividad teatral había logrado una fundamental importancia como
producto, dentro del macro producto de la oferta de la ciudad.
En ese entonces las estadísticas indicaban que concurrían tantos o más espectadores a
puestas teatrales, de teatro de revistas, de los nacientes café concert, circos, etc; que los
ingresos de personas que arrojaba un día dado el casino central de Mar del Plata. Nacido
entonces como una herramienta promocional turística, entendíamos que servía para
informar a nuestros visitantes de cuales eran las más exitosas obras inéditas presentadas,
como también estimular a los productores y cooperativas de actores a sumarse a este
producto turístico de primer nivel.
Ya tenía algunos años, y el “espectáculo” empezó a presentarse en sociedad, en la ciudad
de Buenos Aires, como en el lanzamiento de todo nuevo producto, con la “cartelera” del
siguiente verano, con el objetivo de obtener prensa. A los artistas de los tres sexos para que
fueran devorados indefensos pero cómplices, por las cámaras voraces de la TV o tostados
por los flashes de los paparazzi. Marketineros para presentar al mundo un “nuevo
producto”.
Luis Martínez Tecco
Fuente: Luis (Lucho) Martínez Tecco ,Secretario de Turismo de Mar del Plata 11 Años
Creador de las “Estrellas de Mar” .
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Pato Vicas: En el ‘50 había en Campana un criadero de patos y pavos que se llamaba “Patos Vicca”, por el apellido de
su dueño. Los alimentaban con leche para que su carne no fuera tan dura; eran enormes, parecía que tenían
músculos. Como eran físico culturistas, la gente empezó a decir que tomábamos leche para desarrollarnos los
primeros patovicas eran inofensivos que se entrenaban a orillas del río, en Olivos.
(2 ) Nuestro Ministerio y la COORDINACION 100 AÑOS DE TURISMO ; Completa su secuencia. En 36 días. del 5 de Enero
al 10 de Febrero en el verano de 2008, se batieron todos los récords, en Sala Cerrada, con los 179.000 visitante
(4 hs. Por día ) de la Muestra Grafica y Audiovisual de los “100 Años del Turismo Argentino” (Ministerio de
Turismo de la Nación Ganadores de la Estrella de Mar)
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