Voces: DELITO ~ PROCEDIMIENTO PENAL ~ INVESTIGACION DEL DELITO ~ PODER JUDICIAL ~ JUEZ ~ CORRUPCION EN LA FUNCION PUBLICA ~ DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACION PUBLICA ~ CRIMEN ORGANIZADO ~ ARREPENTIDO Título: Reflexiones acerca del proyecto de Ley del Arrepentido Autor: Báez, Julio C. Publicado en: LA LEY 20/07/2016, 20/07/2016, 1 Cita Online: AR/DOC/2165/2016 Abstract: Es imposible contrarrestar los nuevos delitos haciendo uso de las viejas leyes penales; es cierto que el Estado se ve obligado a "transigir" o "negociar", pero los resultados globales obtenidos alientan tal proceder; ante la modernidad delictiva y su complejidad se admite también una modernidad probatoria y es allí donde la colaboración del arrepentido no se encuentra reñida con las garantías constitucionales. I. El 23 de junio del año en curso la Honorable Cámara de Diputados de la Nación (1), dio media sanción a la iniciativa del Poder Ejecutivo Nacional, en lo atinente a la extensión normativa de la figura del delator judicial (2). II. En este trabajo no hemos de despuntar acerca de la naturaleza, genealogía o proyección en el Derecho comparado o los cuestionamientos que se han alzado en torno al instituto; creemos que sobre el tema en cuestión ya se ha escrito lo suficiente — y de excelente calidad en la mayoría los casos — e, incluso, no hemos permitido efectuar nuestro aporte (3) por lo que ahondar en la cuestión solo germinaría en penetrar en discusiones a circulares acerca de definiciones, denominaciones o compatibilidades que nos alejarían del núcleo mismo que nos convoca. III. Destacamos, al unísono con los desarrollos anteriores, que siempre hemos mostrado —y mostramos, ahora, una vez más— nuestra aquiescencia respecto de esta modalidad de investigación encubierta; estamos persuadidos de que es una política criminal adecuada extender las fronteras de la permisión del arrepentido ya consagradas, hacia el género de delitos vinculados con la corrupción; la naturaleza de este tipo de injustos —tributarios de opacidad y llevados a cabo al amparo de las tinieblas— alientan la adopción de nuevas formas pesquisitivas en aras desentrañar esta tipología de injustos que han diezmado a la Nación (4). Sorteados los reparos desde el ángulo constitucional, estimamos que no debemos caer en las discusiones circulares respecto de si eficiencia o garantismo son polos opuestos o variables que jamás han de converger; en la sociedad de riesgo, pueden convivir pero no a costa de una recíproca limitación, sino a través de la potenciación de sus aportes políticos y jurídicos. La afirmación contraria de que parece razonable pensar en un derecho penal mínimo sólo puede generarse en el marco de un Estado mínimo, que condena a los partidarios de la progresiva reducción del ius puniendi a abrazar credos liberales. Y a los partidarios del intervencionismo del signo social a llevar el sambenito de expansionistas en materia penal. La inhibición estatal frente a la dinámica delictiva no ha supuesto nunca minimización de la intervención penal en general, y, en definitiva, la fijación de límites al ius puniendi- (5). IV. Ya abordando de lleno al anhelo legislativo desbrozado, pasamos a enumerar, sin pretensión de exhaustividad, sus puntos salientes: a. Modifica el artículo 41 del Código Penal facultándose a reducir la pena en un tercio del mínimo y la mitad del máximo respecto de una gama de delitos escogidos. b. Dirige su mirada hacia el artículo 41 quinquies del Código Penal. c. Establece que la delación alcanza alguno de los injustos vinculados a la ley 23.737, sus modificatorias y aquellas que lo reemplacen; ciertos delitos aduaneros, contra la integridad sexual, la libertad o la propiedad, la asociación ilícita, el fraude a la administración pública y todos aquellos vinculados al funcionamiento de la administración en general y respecto de la conducta de los dependientes. d. El aporte debe estar enderezado hacia: evitar o impedir el comienzo, la permanencia o consumación de un delito; esclarecer el hecho objeto de investigación o delitos conexos; revelar la identidad o el paradero de autores, coautores, cómplices, participes o encubridores de los delitos seleccionados y determinar el alojamiento de la víctima o los instrumentos, bienes o producto del delito. ____________________________________________________________ © Thomson La Ley 1 e. Se debe delatar a uno o varios individuos con igual o mayor ascendencia en la escala punitiva. f. No estarán alcanzados por el beneficio los funcionarios, los autores de delitos de lesa humanidad a la vez que será inaplicable respecto de la inhabilitación, multa o decomiso; g. El acuerdo suspende la acción penal y deja en manos del Poder Judicial la reducción aplicable. h. El consuno es celebrado por el delator imputado —asistido por su defensa— y el titular de la acción penal pública. i. El juez puede homologar o no el acuerdo; en caso de rechazo, se prevé una novedosa intervención la revisión por la alzada. j. El acuerdo debe abarcar la pena en expectativa y una variada gama de ceses detención o de morigeraciones procesales. k. Se recogen los criterios para aplicar los beneficios tomando en cuenta la utilidad de la información; el momento procesal en que se vierte y la gravedad de los hechos que se le atribuyen y la intervención de los perseguidos. l. Con los ejes rectores de la sana crítica, el juez debe ponderar el alcance el arrepentimiento.m. Se fija el plazo de un año — prorrogable por otro — para la corroboración de la información suministrada. n. El arrepentido se ha de incorporar al programa de protección de testigos previstos por la ley 25.764.o. El tribunal de mérito no podrá arribar a un pronunciamiento expiatorio fundado, únicamente, en las manifestaciones del delator. V. Se nos ocurre que el legislador ha acudido al poder punitivo para una constelación de delitos, la mayoría de ellos, vinculados a los guarismos del crimen organizado (6). Más allá del carácter laxo que pudiere abrigar la posible ausencia de tipos penales — sujeta ella a la prudente evaluación de cada escritor - nos parece que, dada la naturaleza de la habilitación referida, tal vez, hubiese sido prudente extenderla hacia la asociación ilícita tributaria (7). Nos parece acertado que la delación prevista alcance a integrantes o injustos de mayor latitud; la sindicación "hacia abajo" se define por oposición a la esencia misma del instituto. El delator debe revestir la calidad de partícipe o encubridor. La persona delatada debe tener un ascendiente en la estructura vertical de la organización respecto del confesor.- Se ha querido evitar la delación de los llamados "perejiles", es decir evitar que los jefes u organizadores se beneficien delatando para ello a personas que se encuentran sujetas a su comandancia (8). También resulta atinada la lejanía con relación a las penas de inhabilitación, multa, decomiso o que el Estado " acuerde " con aquel sujeto alcanzado por una relación de empleo público o el género de delitos de lesa humanidad, en función de los pactos que ha suscripto la Argentina. VI. Creemos que el corazón mismo de la norma reposa en su artículo 4 cuando estabiliza los beneficios procesales y sustantivos del imputado. Más allá de la suspensión de la acción, como el cese de su detención (9) lo cierto es que el consuno sobre la reducción de la pena en expectativa, es el nervio mismo del instituto. La norma tiene cierta superposición con las previsiones del artículo 273 de la ley 27.063 (10), en cuanto establece que "la sentencia no podrá tener por acreditados otros hechos o circunstancias que los descriptos en la acusación y, en su caso, en la ampliación de la acusación. Tampoco podrá dar al hecho una calificación jurídica distinta, salvo que sea en beneficio del imputado siempre que haya sido objeto de debate. Los jueces sólo podrán resolver lo que haya sido materia de debate. No podrán imponer una pena más grave que la solicitada por los acusadores y deberán absolver en el caso en que ambos así lo requieran". Dada la naturaleza adversarial hacia la cual transita la legislación procesal estimamos que al momento de sellarse —y homologarse— el acuerdo entre el imputado, su defensor y su contrincante procesal debe, sin duda, consensuarse el monto a imponer el cual debe ser respetado en todo el derrotero del enjuiciamiento tanto en la secuencia preliminar como al finalizar la altercación oral (11). En definitiva, en paralelo con el Acuerdo, debe establecerse con palmaria precisión la dosimetría punitiva a ____________________________________________________________ © Thomson La Ley 2 imponer y la totalidad de consecuencias accesorias.VII. El acuerdo celebrado por el fiscal y el imputado no se homologa de manera automática; por el contrario, el juez — antes de la realización de una audiencia— debe sopesar (12): el tipo y el alcance de la información suministrada; su utilidad; el momento procesal en que se brinda la colaboración; la gravedad de los delitos imputados y la responsabilidad que le corresponden al acordante. Como dijéramos en otros tramos de este desarrollo, el proyecto prevé una revisión ante la alzada. Desconocemos la inspiración que gestó la incorporación; nos parece que tanto el imputado como su defensor pueden protestar ante el disenso; el Ministerio Público posee la aptitud recursiva analizada desde dos ángulos; el primero de ellos cobijado por los principios generales en materia recursiva; el segundo, por estricta aplicación del artículo 433 de la ley 23.984, que lo faculta a concurrir ante el "ad quem" a favor del imputado. VIII. La información falaz esta reprimida con pena de prisión de 4 a 10 años de prisión más la pérdida del beneficio concedido (13); es decir, que —verificada la información falsa— el imputado habrá de soportar dos persecuciones definidas; la primera de ellas, la vinculada al delito por el cual ha tenido la impostura de descargar falsamente; la segunda, la que se le adiciona en función del propio proyecto. ¿Corresponde interrogarnos acerca de si una vez dada la información no se logra el resultado esperado y se encuentra verificada la idoneidad de aquélla? Entendemos que si la finalidad con que se plasmara el acuerdo se trunca por negligencia de los órganos encargados de la persecución penal, o por el azar, jamás esta circunstancia puede agravar la situación del imputado. Por ello, el órgano que lleva adelante la investigación y anhela el desbaratamiento de las organizaciones mafiosas o los efectos del delito debe efectuar una prudente valoración acerca de la información que se le suministra. Si ésta es rayana con la fabulación, poco crédito debe dársele y, menos aún concederle galardones (14). Si ella es atinada entonces debe el Estado cumplir con lo pactado -reduciendo o eximiendo de pena al delator- aun cuando no se hubiese logrado el fin propuesto sin perjuicio de las responsabilidades que correspondiere deslindar (15). IX. Finalmente, en cuanto a la sentencia atañe, el propio artículo 15 del Proyecto establece dos cuestiones cardinales; la sentencia de condena no puede fundarse, únicamente, en los dichos del arrepentido; si la colaboración es eficaz, no se puede imponer una pena superior a la acordada. Respecto del primer supuesto, creemos que dicha manda milita con respetable doctrina (16); desde la perspectiva constitucional este género de prueba es válido, apto y legítimo desde el punto de vista constitucional; el coimputado o delator, no es un testigo habida cuenta de que tiene el derecho de negarse a declarar o no colaborar; no es un indicio puesto que el arrepentimiento es una prueba conceptualmente diferente; la declaración inculpatoria del coimputado es, sencillamente, una prueba sujeta a determinadas condiciones y límites de aceptación y corroboración a la vez que resulta insuficiente que con ella sola se edifique la construcción incriminatoria (17). La segunda sella la suerte de la penalidad aplicable — aún cuando las adapta a los baremos del instituto (18) y se afilia con nuestra añeja predica (19) en lo lindante con la imposibilidad de imponer una pena superior a la escogida por el principal contradictor del imputado. Nos pareció en las oportunidades que nos ha tocado pronunciarnos - y nos parece ahora - que la acusación -concebida ésta de manera extendida y en todos sus extremos- representa un cerrojo para los judicantes; el fiscal, en su pretensión, no sólo delimita el acontecer fáctico sino que ornamenta el marco legal y el límite punitivo. En su calidad de titular de la acción penal (20) coloca a la jurisdicción ante un muro imposible de derrumbar por cuanto fija el límite donde los jueces deben detenerse tanto en la descripción fáctica, la selección de la significación jurídica aplicable como en el monto punitivo. Estamos convencidos de que la proyección implícita de lo resuelto por nuestra Corte Federal en los casos Tarifeño y Mastaccio en cuanto ha impedido amonestar en ausencia de acusación adquiere plena virtualidad respecto al tema en debate. Creemos que si la Corte, en aquellos precedentes, ha limitado la potestad sancionatoria de la judicatura -en ausencia de requisitoria- resultaría paradojal estimar, ahora, que se pueda tolerar la existencia de una penalidad ____________________________________________________________ © Thomson La Ley 3 superior a la propiciada por el fiscal y que fuera materia de altercación por los concurrentes al proceso. Elípticamente, a partir de la construcción consagrada por el artículo 120 de la Carta constitucional, impone delimitar, aún más, las funciones en el mosaico procesal; de allí que la asunción por parte de los jueces de una penalidad superior a la sugerida por la fiscalía trae aparejado tomar para si una pretensión que le es ajena avizorándose una extralimitación funcional (21). Si los magistrados estiman que ha sido de corto alcance la requisitoria punitiva del fiscal y la imponen en función de sus creencias nos permitimos colegir una clara subrogación de funciones que no le han sido asignadas, en desmedro del derecho de defensa puesto que quien resiste la persecución criminal comienza a enfrentar a dos acusadores: uno que delimita el monto punitivo y el otro que lo eleva ante la escasez del primero. Ya desde la perspectiva del derecho de defensa en juicio, el ejercicio de la judicatura en estos términos garantiza un equilibrio dentro del proceso que, por otra parte, requiere un correlato entre la acusación y el fallo pues el derecho de ser oído reclama del órgano jurisdiccional un pronunciamiento que debe expedirse sobre el hecho y las circunstancias contenidas o delimitadas en la acusación, fijando aquella el ámbito máximo de la decisión penal (22). La posibilidad que los jueces vayan más allá de la pretensión punitiva de quienes están habilitados para ejercer la acción resulta absolutamente inadmisible desde el punto de vista de la "igualdad de armas" puesto que -si así no fuera- el imputado debería defenderse no solamente del fiscal y eventualmente de la querella, rebatiendo sus argumentos, sino que deberá enfrentarse al juez, quien además no expresa sus apreciaciones antes de la sentencia e impone la condena, abandonando su condición de árbitro para ser un acusador adicional (23). El derecho de defensa se vería pues seriamente comprometido si se sorprendiera al defensor y al imputado con fundamentaciones o razones no debatidas durante el juicio. Es que podría ocurrir que el tribunal -luego de culminado el debate- imponga una sanción mayor a la solicitada fundándose en rubros no analizados o debatidos por las partes. Es decir que la sorpresa que el imputado sufriría implicaría a todas luces que su defensor no analizó ciertas cuestiones, ya que no fueron introducidas por los acusadores (24). X. Finalizamos esta breve apostilla (25) instando desde estas páginas a que el Honorable Senado de la Nación (26)de forma a este proyecto, con las modificaciones que estime apropiadas o a alguno alternativo que se encuentran en los recintos parlamentarios. Es necesario dotar a los jueces y a los fiscales de una herramienta adicional para enfrentar a las poderosas organizaciones que amalgaman a la corrupción (27). Resultan sosegadas las reflexiones de Slupski (28) — quien reivindica a la figura para su aceptación en el derecho comparado y en la jurisprudencia foránea — al explicar que las estructuras arcaicas de nuestro sistema judicial ameritan estimar que se encuentra en desventaja con el crimen organizado; es imposible contrarrestar los nuevos delitos haciendo uso de las viejas leyes penales; es cierto que el Estado se ve obligado a "transigir" o "negociar" pero los resultados globales obtenidos alientan tal proceder; ante la modernidad delictiva y su complejidad se admite también una modernidad probatoria y es allí donde la colaboración del arrepentido no se encuentra reñida con las garantías constitucionales. (1) El expediente ingresó al Honorable Senado de la Nación el 27 de junio del 2016, bajo el número 30/16; 1331 y 1345 —D- 16 OD 246. (2) Recordemos que el instituto pretende sumarse al elenco normativo reinante en la materia. (3) BÁEZ, Julio C — GRISETTI, Ricardo "Las nuevas formas de enfrentar la criminalidad organizada. En Torno al proyecto de Ley del Arrepentido del Poder Ejecutivo. El eterno dilema (relativamente falso) entre eficacia y garantías en Revista de Derecho Penal y Criminología Año IV; Numero 03; Abril del 2016 ps. 217/257; BÁEZ, Julio C. "El arrepentido: perfiles de la figura. Su regulación en la legislación nacional y en la ley 25.742 para la prevención del secuestro de personas "LA LEY 21/AR/DOC/10541/2003; BÁEZ, Julio C — COHEN, Jessica " El delator judicial " LA LEY 2000-C, 1125. (4) BÁEZ, Julio C — GRISETTI, Ricardo "Las nuevas formas de enfrentar la criminalidad organizada. En Torno al proyecto de Ley del Arrepentido del Poder Ejecutivo. El eterno dilema (relativamente falso) entre eficacia y garantías en Revista de Derecho Penal y Criminología Año IV; Numero 03; Abril del 2016 ps. 217/257. ____________________________________________________________ © Thomson La Ley 4 (5) BÁEZ, Julio C — GRISETTI, Ricardo "Las nuevas formas de enfrentar la criminalidad organizada. En Torno al proyecto de Ley del Arrepentido del Poder Ejecutivo". El eterno dilema (relativamente falso) entre eficacia y garantías en Revista de Derecho Penal y Criminología Año IV; Numero 03; Abril del 2016 pags. 217/257; BORINSKY, Mariano, "Fraude fiscal", Didot, Buenos Aires, 2013, p. 227. (6) Un análisis detenido del crimen organizado puede consultarse en BÁEZ, Julio C "Protección del Fideicomiso Financiero" ps. 94/102. Ed. Universidad Bs. As. 2009, donde se recoge, parcialmente, la tesis doctoral defendida en la Universidad del Salvador el 15 de Septiembre del 2008. (7) Artículo 15 de la ley 24.769. (8) ABOSO, Gustavo "Comentario a la ley 25.762 para la prevención del secuestro de personas "LA LEY 1/7/2003 p. 1. (9) Sea por vida de la excarcelación o exención de prisión. (10) Aun cuando ha sido diferida su entrada en vigencia. (11) Nos parece que este criterio ecléctico preliminar tiende a dar respuesta a alguno de los interrogantes formulados por el miembro del Consejo de la Magistratura de la Nación, Dr. Leonidas Moldes, en oportunidad de la disertación común que hemos tenido en la jornada debate "El arrepentido y otras herramientas en la lucha contra la corrupción" celebradas en la Universidad del Salvador el 20 de abril del 2016. Allí, el distinguido consejero, se interrogaba respecto del grado de vinculación que existía entre el Acuerdo celebrado en la instrucción sumarial y la sentencia que, en definitiva, debe dictar el tribunal de enjuiciamiento. (12) También el propio articulado instala sobre la superficie la actitud concienzuda del juez respecto del acuerdo y la celebración brindada. (13) Articulo 2 del Proyecto. (14) SLUPSKY (Modernos medios de investigación en materia penal", Cathedra Jurídica, Buenos Aires, 2015, p. 64) nos recuerda que al acaparo de la ley 25.767 se crea una figura penal autónoma; ella atesora la pena de uno a tres años de prisión el que se acoja a los beneficios de aquella y formule señalamientos falsos o inexactos sobre terceras personas. (15) BÁEZ, Julio C — GRISETTI, Ricardo "Las nuevas formas de enfrentar la criminalidad organizada. En Torno al proyecto de Ley del Arrepentido del Poder Ejecutivo. El eterno dilema (relativamente falso) entre eficacia y garantías en Revista de Derecho Penal y Criminología Año IV; Numero 03; Abril del 2016 ps. 217/257. (16) CÚNEO LIBARONA, Mariano (h) "La declaración del coimputado en el proceso penal "Ad Hoc Bs. As. 2008 ps. 201/202. (17) CÚNEO LIBARONA, Mariano (h) "La declaración del coimputado en el proceso penal "Ad Hoc Bs. As. 2008 ps 201/202. Al tratar los límites al instituto el autor nos recuerda que algunos consideran que " en la lucha contra el delito " no existen reglas ni límites pero olvidan que los valores consagrados en las Declaraciones y Garantías de la Constitución, no pueden ser sacrificados en modo alguno. De lo contrario, la sociedad estará en riesgo frente a la arbitrariedad, el abuso y el proceder ilegítimo del Estado (CÚNEO LIBARONA, Mariano (h) "La declaración del coimputado en el proceso penal "Ad Hoc Bs. As. 2008 p. 209. CÚNEO LIBARONA, Mariano (h) "Los límites temporales al poder penal del Estado. Las últimas palabras de la Corte" LA LEY 2008-A, 412). (18) Aun cuando proyecto no aborda la hipotética situación que existiere un acusador adicional, extremo que merecería un buceo en particular, pero ajeno a este módico desarrollo. (19) BÁEZ, Julio C "No habrá más penas...que la que solicite el acusador. "LA LEY 2012-E, 127 ver mi el voto del autor, como Juez de Cámara integrante del Tribunal Oral en lo Criminal N° 4, en la causa 2517 "MADHJOUBIAN, Juan José rta. el 9/9/2013 s/ cohecho del juez", entre muchas otras. El mismo criterio se sostuvo en la causa 4108 del T.O.C. N° 7 "Aquino Martinez, O.A." rta el 20/11/2014. (20) Salvo que concurra con el ofendido por el injusto, extremo que ameritaría otro análisis. (21) Rodríguez, Yamila "La imposibilidad de aplicar una pena mayor a la solicitada por el fiscal o modificar ____________________________________________________________ © Thomson La Ley 5 la calificación legal en el nuevo Código Procesal Penal" ps. 101/105 en ROMERO VILLANUEVA, Horacio "Código Procesal Penal de la Nación. Suplemento Especial. Erreius Bs. As 2015. La antípoda de esa posición es sostenida por en ALMEYRA, Miguel Angel "Algo más sobre la sentencia penal condenatoria en el nuevo Código Procesal Penal de la Nación" en "ALMEYRA, Miguel Angel — BÁEZ, Julio C "Tratado de Derecho Procesal Penal de la Nación" t. III ps. 93/97. LA LEY Bs. As. 2015.Deslizándonos por el arco del tiempo fácil es avizorar que cuando Almeyra se desempeñaba como juez de la Cámara del Crimen Porteña ya había predicado que la soberanía del Juez de mérito para adecuar el hecho al tipo legal con independencia de las postulaciones de las "partes" es la contrapartida del "non bis in ídem", es decir del llamado efecto negativo de la cosa juzgada, pues sino se puede perseguir "sino una sola vez por el mismo hecho" (art. 7º C.P.C.), es de rigor reconocer la potestad del órgano decisor de formular el juicio de subsunción con arreglo a su punto de vista y establecer la penalidad aplicable (C.C.C. sala V causa 15.582 "Cusenier, Juan Carlos" rta. 24/2/1983 fallo publicado en JA 1984-I-174) En igual sentido, se ha expedido -aunque por mayoría y con mi disidencia - el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 4 con los sufragios de los camaristas Chamot y Bloch quienes, en un ínclito sufragio, (aunque, desde luego, no compartido por nosotros) apontocaron que la acusación debe contener tanto la enunciación del hecho imputado como la pretendida calificación legal, para individualizar la imputación y facilitar la defensa, bastando que la correlación aludida verse sobre el hecho de modo que el tribunal de sentencia tiene la libertad para elegir la norma y la penalidad que considera aplicable al caso. Si el Tribunal estuviera vinculado a la pena y a la calificación legal que propugna el actor, si debiera limitarse a aceptar o rechazar en la sentencia la pretensión represiva tal cual le fue formulada por el acusador, la función jurisdiccional sufriría un menoscabo que en realidad no impone el derecho de defensa (T.O.C. N° 4 causa 2936 "Ruiz, Francisco Antonio y otros" rta. el 16/4/2012). (22) C.F.C.P., sala II, causa 12.495 "Saavedra, Juan Carlos" rta. 9/2/2012; voto del juez Slokar. (23) C.F.C.P., sala II, causa 12.495 "Saavedra, Juan Carlos" rta. 9/2/2012; voto del juez Slokar. (24) BUSTOS, Juan Ignacio — CASTRO, Julio César, "A propósito de los jueces que superan las pretensiones punitivas de los acusadores", en Revista de Derecho Procesal Penal, 2008 -1-, p. 412, Rubinzal Culzoni, Bs. As., 2008. (25) La cual se inscribe en un análisis estrictamente dogmático ausente de cualquiera evaluación político partidario. (26) El diario "La Nación" del 12 de julio del 2016, en su columna editorial ha reclamado que "El Senado no debería demorar la aprobación del proyecto de ley de reducción de penas a quien aporte datos, de probada eficacia en la lucha contra la corrupción. (27) Ya en un antiguo texto ("Un país al margen de la ley" Emece Bs As. 1992) al describir y analizar la anomia en la vida social de la Argentina, Nino, sostuvo que el fenómeno de la corrupción está masivamente generalizado en la sociedad argentina, y que cuando traspasa determinado umbral, impide el buen funcionamiento del proceso democrático y del mercado económico adquiriendo un carácter difícilmente reversible, dado que la corrupción se alimenta a sí misma y afecta a los mecanismos designados para contenerla. Para Nino los costos de la corrupción suelen ser bajos cuando las sanciones formales son leves e improbables. Según el ranking de percepción de la corrupción elaborado por Transparency International (2013) — a la época de la publicación de la aludida obra - la Argentina figuraba en el puesto número 106 de un total de 177 países justo por encima de Bolivia, Gabón y México y por debajo de Moldova, Panamá y Tailandia. La corrupción, como elemento distorsivo de las relaciones económicas y sociales básicas, surge de una suerte de alejamiento de la criminalidad convencional y callejera, para afianzarse o concatenarse con los injustos del poder. Es difícil imaginar a la corrupción como superpuesta con los delitos feroces, llevados a cabo por autores de obras toscas, con un entrenamiento primitivo y con mayor grado de exposición, detección o vulnerabilidad en el marco de las relaciones sociales elementales. Lleva incardinada en la panoplia misma de su existencia una la trama de alianzas que se tejen hacia al interior del poder; se sostiene sobre acuerdos y en lógicas preexistentes: lealtades, jerarquías, intercambio de favores, ramificación del contexto de relaciones, promesas de remuneraciones futuras ilegales, con la marcada finalidad de acrecentar capital, marcan los rumbos de este agrupamiento de fechorías o de este mancomunación delictual, en desmedro de la imparcialidad que demandan los ciudadanos ( Tribunal Oral en lo Criminal N° 4 causa 2517 " ____________________________________________________________ © Thomson La Ley 6 Madhjoubian, Juan José rta. el 9/9/2013 s/ cohecho del juez" ) . (28) "Modernos medios de investigación en materia penal", Cathedra Jurídica, Buenos Aires, 2015 ps. 149-159. ____________________________________________________________ © Thomson La Ley 7