SILICATOS Los silicatos suponen un especial problema al suponer unos minerales bastante extendidos y diferenciados que forman el 1,8% de la superficie terrestre. Su clasificación se ha realizado más en bases estructurales que químicas y, más precisamente, en el modo en el que la unidad fundamental [Si04]4− que los constituye está ligada con los iones próximos. El enlace depende únicamente de un electrón de valencia que queda libre en el vértice del grupo tetraédrico [Si04]4− y la diferenciación de los diferentes grupos depende de la forma en la que los tetraedros se unen. Se distinguen con ello las siguientes subclases: Nesosilicatos: con grupos tetraédricos aislados, en el sentido de que cada valencia libre del tetraedro queda saturada por un catión distinto del silicio; presentan generalmente, aspecto tosco y son duros; el peso específico y el índice de refracción son elevados Sorosilicatos: con dos tetraedros unidos por un vértice para formar un grupo [Si207]6−estos grupos se unen, con las tres valencias libres de una parte y las tres opuestas de la restante, con cationes distintos al silicio Ciclosilicatos: silicatos con grupos formados por 3, 4 o 6 tetraedros, unidos en anillos triangulares, cuadrangulares o hexagonales; los más frecuentes son aquellos formados por anillos con seis tetraedros; Inosilicatos: silicatos formados por grupos de tetraedros unidos en cadenas indefinidas; los más frecuentes son los que presentan cadenas abiertas simples, típicas de los piroxenos, o bien cadenas dobles o cerradas, características de los anfíboles; prevalecen las formas circulares o fibrosas; en general es característico de estos silicatos la presencia de una fácil exfoliación paralela al eje mayor; Filosilicatos: silicatos cuyos tetraedros están unidos por tres vértices constituyendo una malla plana indefinida, hexagonal y, bastante más raro, tetragonal; el enlace se asegura mediante los oxígenos, situados en el cuarto vértice, y todos ellos orientados en una misma dirección; la morfología externa de estos silicatos es laminar o foliácea, con exfoliación muy fácil en dirección paralela a la base; el peso especifico y la dureza son bajas; Tectosilicatos: silicatos cuyos tetraedros están unidos por los cuatro vértices produciendo una especie de jaula' indefinida, de malla compleja; la presencia de aluminio en lugar de silicio en el centro de algunos tetraedros permite que, en determinadas posiciones, se sitúen cationes más o menos establemente unidos. Prevalecen los silicatos de baja densidad y aspecto tosco, a pesar de que en algunos casos el retículo se orienta de modo que da lugar a formas alargadas o desarrolladas en dos direcciones. 1