Error: Reference source not found ─ En el salón Arturo Umberto Illia del H. Senado de la Nación, a las 17 y 2 del miércoles 13 de enero de 2010: Sra. Diputada Conti.- Con quórum reglamentario, dado que existe una presencia absoluta de los miembros que integran esta comisión, damos por abierta esta sesión de la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Parlamentario, comisión que como todos saben no ha interrumpido su labor de control de la actividad legisferante del Poder Ejecutivo dentro de sus facultades constitucionales. Es por eso que ya el 30 de diciembre iniciamos nuestra labor de contralor y en el día de la fecha continuamos haciéndolo. Por sendos decretos de los presidentes de ambas Cámaras de produjeron reemplazos de integrantes de esta comisión: así, el diputado Agustín Rossi forma parte de la comisión, de lo que tomamos conocimiento y si no hay observaciones se dará por aprobado. En igual sentido, también se ha incorporado el senador Basualdo. El primero lo hace en reemplazo de la diputada Fadel y el segundo en reemplazo del senador Rodríguez Saá. Sr. Senador Petcoff Naidenoff.-Vamos a poner a consideración de los señores legisladores un informe acercado por Mario Cafiero, respecto a la situación del DNU 2010/09. Se trata de una información por la que se alerta sobre los riesgos financieros y eventual responsabilidad de los legisladores. Nosotros ponemos a disposición de los señores legisladores este informe en el transcurso de la deliberación. Sra. Diputada Conti.- A continuación, pasamos al punto a tratar que tenemos en la agenda de la sesión de este día, que es el tratamiento del decreto que remueve como presidente del Banco Central al señor Pérez Redrado, ordena al procurador del Tesoro efectuar la denuncia judicial correspondiente y exceptúa por esa razón el cumplimiento de la ley de Carta Orgánica del Banco Central que exige al presidente de la Nación que para tomar la disposición que tomó ─ sea, remover al presidente del Banco Central─ debía hacer una consulta no vinculante a una comisión parlamentaria que es de imposible constitución en este momento o, mejor dicho, en el momento en que la presidenta removió a Pérez Redrado, por cuanto en ninguna de las Cámaras las comisiones de trámite permanente, las comunes, están constituidas ni han designado a sus autoridades, con lo cual el único funcionario que podía integrar esa comisión es el vicepresidente de la Nación, ni más ni menos. O sea que por esa situación no había control parlamentario posible. Tiene la palabra el señor senador Pichetto. Sr. Senador Pichetto.- El bloque del oficialismo, diputados y senadores, vamos a apoyar y ratificar el decreto firmado por la presidente de la Nación. Cabe hacer algunas reflexiones previas en orden a las formas y a este cuestionamiento permanente que se la hace al Poder Ejecutivo y a la presidenta de que no consulta al Congreso. En ese sentido, cabe señalar que la presidenta podría haber actuado con un decreto simple e indudablemente eso hubiera sustraído a la esfera parlamentaria de la discusión sobre la continuidad o no de Martín Redrado. La presidenta decidió firmar un DNU que, indudablemente, implica y conlleva la necesidad de la participación de la Comisión Bicameral y la participación oportuna del Congreso, cuando tengamos sesiones ordinarias en el pleno de ambas Cámaras. La presidenta, en cada una de estas decisiones, tanto en el fondo del bicentenario como en la decisión política de trascendencia institucional que tomó para remover del cargo al presidente del Banco Central lo hizo con la participación del Congreso Nacional y, por supuesto, con la decisión que oportunamente tendrán que tomar el conjunto de las respectivas Cámaras en este tipo de hechos que, repito, tienen gravedad y trascendencia institucional. El segundo tema que quiero abordar es un recordatorio histórico, especialmente para los representantes de un partido democrático, de un partido que tiene tradición democrática en la Argentina: me refiero a los representantes de la Unión Cívica Radical. Esta decisión política, que tiene fundamento en graves incumplimientos del presidente del Banco Central al no acatar un decreto ley que tiene, precisamente, vigencia de ley, fundamentación y, mientras esté vigente y no sea derogado, vigencia de ley. Ello implicó no haber acatado la decisión política de cumplir con la apertura de la cuenta y las reservas, y no acompañar las políticas nacionales es un hecho de gravedad política que no tiene, además, esto es para que lo entienda la ciudadanía que está viendo y analizando este debate, correlato en el mundo. Porque es inimaginable pensar que en un país serio y democrático el presidente del Banco Central no acompañe las decisiones de política económica que lleve adelante el gobierno nacional. Esto solamente puede ocurrir dentro de lo que es el funcionamiento a veces excepcional de las instituciones en la Argentina. Y hay un antecedente muy directo que sufrió el gobierno de la Unión Cívica Radical encabezado por el ex presidente de la Rúa: el caso del ex presidente del Banco Central Pou, que fue removido mediante el mecanismo de un decreto simple. Es cierto que funcionó la comisión que establece la ley, pero también lo es el hecho de que esa comisión esta constituida, estábamos en un período ordinario de sesiones y tenía todas sus autoridades designadas. Lo mismo pasó, con dictamen previo, en el caso Branda, que significó la remoción de uno de los directores del Banco Central durante el período de gobierno del ex presidente Kirchner. Pues bien, aquí estamos frente a un hecho de excepción: esta comisión que establece el mecanismo de remoción del directorio, y que es una especie de comisión bicameral que tiene la obligatoriedad de emitir dictamen, no está constituida, no tiene autoridades constituidas y, mientras tanto, en la Argentina se están sucediendo hechos de gravedad económica y de grave perjuicio para el país, que van a pagar todos los argentinos. Porque este comportamiento del presidente del Banco Central, esta actitud de provocar una situación de conflicto político con la presidente y de no acatar las resoluciones del Ministerio de Economía y de la propia presidenta, le ha provocado un grave perjuicio económico al país. Yo me pregunto si el señor Redrado se va a hacer cargo de esta situación. Cuando se anunció el fondo del bicentenario, en el marco de la decisión presidencial y en un acto que se hizo en la Casa Rosada, estaba presente el señor Redrado en primera fila y en reiteradas oportunidades aplaudió el discurso de la presidenta. Cuando ese fondo del bicentenario se puso en conocimiento de los mercados y de los sectores económicos financieros, la respuesta de estos fue realmente muy alentadora y muy espectacular: crecieron los títulos públicos y bajaron la tasa de riesgo país y la tasa de interés. Y la presidenta lo hacía en el marco de la oportunidad que también presentaba ─ y esta no es una opinión mía, porque no soy un especialista en economía, sino que lo han dicho muchos economistas a lo largo de estos días de discusión y de debate por televisión ─ las expectativas, la oportunidad, la conveniencia y la urgencia de poner en marcha el mecanismo de fondo de garantía o del bicentenario, que implicaban una mejor negociación con los acreedores externos que habían quedado como remanentes y el comienzo de la operatoria del Error: Reference source not found canje, tarea que tenía ya en marcha el ministro de Economía. Indudablemente, estas condiciones hoy están afectadas. No creo que se pueda negociar con las tasas de interés que se visualizaban hace poco menos de diez días. La repercusión sobre los títulos públicos argentinos la estamos viendo hoy, con toda la tendencia a la baja. En el día de ayer los títulos bajaron el 12 por ciento; las tasas de interés se están moviendo y el riesgo país también. Esto ha sido provocado por esta actitud y este comportamiento irresponsable del presidente del Banco Central. Nosotros podemos entender que un funcionario que depende de la administración central ─ y que no es ajeno a ella ─ pueda no compartir una medida y que no esté de acuerdo con la decisión que tomó la presidenta. Pero lo que correspondía hacer a un hombre de bien, y uno todavía espera algún gesto en ese sentido, era el renunciamiento, para empezar a ayudar y clarificar la situación que está viviendo el país para tratar de fortalecer una economía que, por suerte, todavía es fuerte y que puede aguantar cimbronazos como los que estoy relatando. Si la economía no fuera lo suficientemente fuerte, creo que estaríamos viviendo un proceso parecido al que en un momento determinado el ex ministro Cavallo le hizo al doctor Alfonsín allá por el año 1989, lo que obligó al ex presidente a una salida anticipada del poder, o estaríamos transitando un camino parecido a lo que fue el proceso del corralito en nuestro país. Indudablemente, estas acciones se combinan con otras que son realmente graves y que están ocurriendo ahora, en estos días, con este nuevo hecho del embargo que determinó un juez en Nueva York y que tiene como fundamento en la resolución de la sentencia informes propios del Banco Central, dictaminados por el sector jurídico de esa institución y también por las consultoras externas del Banco Central. Es indudable que esos informes dieron pie al fundamento del embargo porque ante confesión de parte relevo de prueba. Indudablemente, si sectores del propio banco juegan con los intereses de los fondos buitres y juegan a favor de sostener posiciones pro embargo de las reservas argentinas, estamos en el peor escenario y eso también es responsabilidad del presidente del Banco Central, que ha contratado a esas consultoras y que también tenía bajo su esfera de conducción institucional el propio sistema y servicio jurídico de esa institución. Así que de esto también se va a tener que hacer cargo el señor Martín Redrado. Nosotros consideramos y le vamos a pedir que esta vocación que han tenido, especialmente en el ámbito del Senado, los presidentes de bloque de reunirse con el presidente del Senado y vicepresidente de la Nación, si realmente hay una vocación de buscar caminos de salida en el plano parlamentario y de resolver en el Parlamento las cuestiones y no que se sigan judicializando en la Argentina, ustedes saben que es inviable, insostenible, en el tiempo que pueda continuar en funciones un presidente del Banco Central que no esté de acuerdo con la política económica y que actúe desobedeciendo al presidente de la Nación. Esto es inadmisible e insostenible y no hace más que socavar y lesionar fuertemente a la autoridad de la presidenta y, fundamentalmente, lesiona los cimientos del sistema democrático en la Argentina. No digo esto porque esté al frente del gobierno mi partido, sino que lo digo también pensando en los procesos de alternancia democrática que en la continuidad institucional se van a suceder en el país. Lo digo para aquellos partidos que tienen vocación de poder, como la Unión Cívica Radical, de ser alternativa de gobierno. Lo digo porque no hay más autoridad o suprema autoridad en el país que la propia autoridad de la presidenta en orden a la sujeción de las leyes y ningún funcionario puede estar socavando o resistiendo una decisión, como lo está haciendo el presidente del Banco Central. En aras de esa tradición democrática y, fundamentalmente, tendiente ─ si es que existe este principio de buena fe y esta actitud de construir puentes para resolver problemas en la Argentina ─, lo primero que tenemos que hacer es convalidar este DNU aquí, en esta Comisión Bicameral, para dar una señal muy clara y muy contundente en cuanto a que no puede durar un día más el señor Redrado en el cargo de presidente del Banco Central. Esto, sin perjuicio de seguir discutiendo el tema del fondo del bicentenario, tema acerca del cual ya se ha fijado posición por parte de cada uno de los bloques. Lo que yo digo es que este es el primer problema que tenemos hoy; quizá, es el problema más acuciante, un problema que plantea inseguridad, que provoca incertidumbre y que sigue atentando contra los intereses económicos de los ciudadanos porque, indudablemente, los más débiles son los que terminan pagando. Porque los más fuertes se van al dólar, operan rápidamente, salen de los títulos públicos, mueven sus recursos al dólar o se garantizan de otra manera, pero los efectos siempre los paga la gente. En este sentido, yo creo que no hay que hacerles el juego, desde el Parlamento argentino y desde la representación de los intereses populares, a los fondos buitre que están acechando y que, lógicamente, buscan las fisuras y las argucias legales y jurídicas para tratar de cobrar a valores excesivos o a pagar tasas de interés excesivas, aprovechándose de estas circunstancias. Así que con estos fundamentos nosotros vamos a ratificar este decreto. Consideramos que es imprescindible que el señor Redrado deje de estar en la función, que esto se pueda normalizar y que la presidenta pueda designar un presidente del Banco Central que esté en línea con los principios de política económica que nos han permitido recuperar al país y que nos habían permitido empezar el año 2010 con un horizonte realmente de optimismo y con una expectativa muy importante de recuperación de la economía argentina, con tendencias que eran todas favorables con el comienzo de una negociación con los acreedores externos y con el propio Fondo Monetario, que era algo que pedían hasta los sectores ortodoxos de la economía; era un rumbo que nos iba a permitir reconstruir un mercado de capitales y volver a recuperar definitivamente la credibilidad, perdida como producto del default. Todas estas cuestiones no están destruidas, pero sí demoradas o postergadas. Y lo que es peor, repito, es que están afectando a la economía del país. Con estos fundamentos, pedimos la ratificación del decreto de necesidad y urgencia que ha suscripto la presidenta de la Nación. Sra. Diputada Conti.- Tiene la palabra el señor senador Petcoff Naidenoff. Sr. Senador Petcoff Naidenoff.- Creo que necesariamente tenemos que abocarnos al tratamiento del decreto de necesidad y urgencia número 18 del 2010, a través del cual el Poder Ejecutivo resolvió discrecionalmente la remoción del titular del Banco Central, pero necesariamente debemos hacer algunas referencias en relación al decreto 2010 que, en definitiva, generó la imputación de mal desempeño de los deberes de funcionario público y mala conducta, conforme lo establece la Carta Orgánica por parte del Poder Ejecutivo nacional en la figura del titular del Banco Central. Cuando sesionamos el 30 de diciembre del año pasado en este mismo plenario para tratar la creación del fondo del bicentenario para el desendeudamiento Error: Reference source not found y la estabilidad, nosotros habíamos advertido sobre los inconvenientes que podría generar al Estado argentino avanzar en la utilización de las reservas con el propósito de afrontar los vencimientos de la deuda en el transcurso del 2010 por la vía de los decretos de necesidad y urgencia. Habíamos señalado con claridad meridiana, con sentido común y con racionalidad que no se daban no solamente las razones ni de urgencia ni de necesidad, sino que fundamentalmente no se acreditó la urgencia. Porque cuando le preguntábamos al ministro de Economía cuáles son los plazos del vencimiento de los servicios de la deuda el propio ministro nos informó que, en realidad, los vencimientos son en el transcurso del 2010 y tienen principio de ejecución parcial en febrero, pero el núcleo duro del vencimiento iba a darse en el mes de agosto del corriente año. En esa fecha nosotros decíamos que no estábamos tratando una cuestión similar, porque se abordaba el pago al Fondo Monetario Internacional cuando el Banco Central, justamente, a través de un DNU que fuera ratificado por la propia ley en sesión extraordinaria del Parlamento, ordenara el pago a un organismo financiero internacional. Y nosotros decíamos que son razones y motivos diferentes. Cuando el Banco Central abonó, en definitiva, a través de una ley, al Fondo Monetario,el vínculo entre el Central y el organismo financiero tenían que ver con una deuda afrontada por el propio banco con el organismo financiero internacional, y esto era otra cosa. Acá estamos avanzando sobre la autarquía de funcionamiento del Banco Central de la República Argentina, que tiene características especiales. Precisamente, la propia Carta Orgánica establece que el Banco Central no tiene que cumplir las instrucciones del Poder Ejecutivo, y ese artículo no es caprichoso ni antojadizo, sino que el Banco Central tiene como finalidad fundamental preservar el valor de la moneda y el trabajo de los argentinos. Y acá elegimos otro camino: decidimos instrumentar un decreto de necesidad y urgencia para que el Ejecutivo instruya al Banco Central depositar, en el marco de las reservas del fondo de disponibilidad, un importe de 6.569 millones de dólares en una cuenta del Tesoro. Bueno, ¿qué ha ocurrido? Lo que se preveía: todos sabemos que si por resolución o por expresiones que vertieron el propio ministro de Economía y la titular del Poder Ejecutivo nacional, se genera esa confusión de que el Poder Ejecutivo lo puede todo y que la voz es del Ejecutivo y que, en definitiva, el titular del Central debe acatar la orden, ocurrió lo que ocurrió: se generó esa confusión donde la famosa autarquía dejó de ser tal y tampoco fue autonomía y prácticamente el Banco Central se transformó en un brazo económico del Estado argentino, del propio Tesoro. Por eso las cosas terminaron como terminaron: en un embargo supuestamente menor a lo esperado, pero también podrían no ser 1.700.000 dólares y ser 300 ó 400 millones de dólares. ¿Por qué ocurrió esto? Porque se hicieron mal las cosas, porque ahí nace la cuestión del decreto que estamos tratando: ¿qué puede hacer el titular del Banco Central de la República Argentina ante un decreto de necesidad y urgencia que no solamente vulnera la autonomía y la autarquía del Banco Central sino que va mucho más allá, por cuanto ordena determinadas potestades que no están contempladas en la Carta Orgánica y que un artículo de esta establece que se puede avanzar en la medida en que lo apruebe una ley del Congreso. ¿Qué puede hacer? O se somete a un decreto de necesidad y urgencia que no cumplió el trámite de labor parlamentaria…, porque tampoco nos engañemos: ese decreto fue abordado por la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, pero no se dio cumplimiento al abocamiento expreso e inmediato que prevé la propia ley por parte de ambas Cámaras del Congreso. Ante esta situación, ¿qué puede hacer el titular del Banco Central? O cumple con un DNU o se somete a la regla estricta de la defensa del valor de la moneda y de los intereses que prevé la propia Carta Orgánica. Ese es el camino que ha elegido: el de aferrarse a la autarquía que prevé la propia Carta Orgánica del Banco Central. ¿Qué ha ocurrido a la fecha del tratamiento del decreto de creación del fondo del bicentenario? A esa fecha, la Corte Suprema de Justicia se abocó a la acción interpuesta por la provincia de San Luis. Al 30 de setiembre, la propia Corte, con habilitación de días y horas, instruyó mediante los mecanismos de rigor para que el Ejecutivo eleve un informe circunstanciado de cuáles fueron los motivos de la creación e instrumentación del fondo del bicentenario. También era público y notorio que desde la oposición, a través del diputado Pinedo y otros diputados de la Nación, se interpusieron medidas de amparo con medidas cautelares. Ese era el marco del tratamiento del decreto de necesidad y urgencia. En ese contexto, si el mensaje que se pretendió dar, como lo explicó el ministro, fue un mensaje de certidumbre a los mercados, de un país previsible que quiere pagar sus obligaciones ─ lo que desde luego todo el mundo acompaña ─, creo que se ha elegido el peor de los caminos. ¿Qué ocurre cuando el titular del Banco Central decide no acatar un decreto de necesidad y urgencia que no cumplió con el procedimiento de rigor parlamentario porque no se ha dado el abocamiento expreso e inmediato a ambas Cámaras del Congreso? El Ejecutivo redobla la apuesta. ¿Cómo lo hace? Con la remoción del presidente del Banco Central. Nadie duda de que el Poder Ejecutivo puede decidir o avanzar en la idea de remover al titular o a cualquier director del Banco Central de la República Argentina. Pero hay un pequeño detalle: esta no es una decisión discrecional. Hay que cumplir con el procedimiento que prevé la Carta Orgánica y esta, en su artículo pertinente, no es muy clara. Antes de la remoción se necesita el consejo o el dictamen previo de una comisión bicameral integrada por el vicepresidente de la República, por los presidentes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Finanzas de la Cámara de Diputados y por los presidentes de la Comisión de Presupuesto y Hacienda y de Economía del Senado de la Nación. Ese es el paso previo. Si bien ese dictamen no es vinculante, lo que nadie pone en tela de juicio, sin ese paso previo no se puede proceder de manera discrecional a la remoción del titular del Banco Central. El argumento de que el propio Senado de la Nación no ha avanzado en la designación de los presidentes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Economía tampoco obstaculizaba el ejercicio lógico del cumplimiento del procedimiento que prevé la Carta Orgánica: la elevación de la nota de la presidenta de la República para que el vicepresidente convoque a las Cámaras. Porque, en definitiva, el propio reglamento interno de la comisión bicameral a efectos de proceder a la remoción de los directores del Banco Central también es de carácter permanente. Y hay tres miembros: está el vicepresidente de la Nación y los presidentes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Finanzas de la Cámara de Diputados. Tan así es que el Poder Ejecutivo tenía pleno conocimiento de que estaban designados los presidentes de las respectivas comisiones de la Cámara de Diputados que si uno analiza los considerandos del decreto de necesidad y urgencia se hace referencia a que resulta de público y notorio conocimiento que el Senado de la Nación no ha integrado la conducción de las respectivas comisiones. No habla de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Finanzas de la Cámara de Diputados. Entonces, esto nos pasa porque no se han hecho las cosas bien, y creo que debemos tratar de encauzar esto en el ámbito institucional con un poco de sentido Error: Reference source not found común. Porque me parece que no es bueno lo que ocurre, pero tampoco es bueno cuando desde el oficialismo se imputa conspiración o defensas a rajatabla de determinadas personas. Lo que queremos aportar nosotros, no sólo desde la Unión Cívica Radical sino también desde cada uno de los diferentes bloques que somos parte de esta comisión bicameral, es un poco de sentido común, de racionalidad. Si el Poder Ejecutivo enviaba la nota y se conformaba la comisión bicameral para que dictamine o envíe el consejo en tiempo y forma con los dos integrantes de la Cámara de Diputados y con el vicepresidente de la República, el procedimiento de remoción hubiera sido el correcto. Esto lo establece expresamente el DNU. Ahora bien, ¿qué se ha hecho en casos similares? Recordemos que esta no es la primera vez que sucede esto. ¿Qué se ha hecho? Lo ha informado el titular del bloque de senadores oficialistas, senador Miguel Ángel Pichetto, quien ha dicho cómo fue el procedimiento de remoción. A propósito, yo quiero recordarles un poco cómo se manejaron las cosas en el caso de la destitución de Pedro Pou y también en el caso de la destitución de un director del Banco Central, ex senador nacional. El 3 de junio de 1999 varios señores senadores presentan un proyecto de resolución solicitando convocar a la comisión prevista en la Carta Orgánica para constituir la bicameral. El 15 de diciembre de ese mismo año el Senado dictamina convocar a la comisión. El 24 de abril de 2001 el Poder Ejecutivo nacional recibe el consejo de la comisión bicameral. El 25 de abril de 2001, a través del decreto 460, se remueve del cargo al titular del Banco Central doctor Pedro Pou por una serie de conductas imputables con la categoría de incumplimiento de los deberes de funcionario público. ¿Qué ocurrió en el año 2005? Por decreto 972 de ese año se remueve del cargo a un director de acuerdo con el consejo de la comisión del Honorable Congreso de la Nación prevista en el artículo 9°. Es decir, se siguieron los pasos que prevé la Carta Orgánica, por la característica especial de la autarquía. Pero, además, y esto es fundamental, la intervención del Congreso es central, más allá de que el consejo de la bicameral es central. ¿Por qué es central? Porque el Poder Ejecutivo no tiene la facultad discrecional de remover a un director o al titular del Banco Central de la República Argentina. Porque necesariamente se debe cumplir con un procedimiento de remoción que establece la Carta Orgánica. Porque debe existir una acusación por mal desempeño o incumplimiento de los deberes de funcionario público que si bien nada tiene que ver con las acusaciones de índole penal, se debe garantizar de manera sumaria, en el contexto de la comisión bicameral, el derecho de defensa. Se debe garantizar el derecho de defensa del acusado por incumplimiento de los deberes de funcionario público o mal desempeño y se debe permitir aportar y recibir pruebas. Ese es el sentido central del procedimiento de remoción. Pues bien, el gobierno eligió el peor de los caminos: redobló la apuesta, procedió a la remoción de manera discrecional y no cumplió con el procedimiento previsto. Y como una cosa está relacionada con la otra, a mí me parece que cuando las cosas se hacen mal no se trata de decir de un gesto, en este caso fundamentalmente de la reunión de labor o de la reunión entre los titulares de los bloques, que se están poniendo palos en la rueda. Acá no hay palos en la rueda. Nosotros vamos a dejar sentada nuestra posición, por lo menos desde la Unión Cívica Radical. No está presente el presidente del bloque de senadores y en representación de nuestro bloque voy a aclarar esta situación: nosotros no estamos para poner palos en la rueda. Lo que siempre hemos tratado de hacer es poner equilibrio, sentido común y mesura. Por ejemplo, ante el dictado del decreto 2010, cuando advertimos las consecuencias nefastas que podía generar en el plano de la inseguridad jurídica avanzar con un decreto de necesidad y urgencia para utilizar las reservas de libre disponibilidad. Avanzamos con mesura y equilibrio cuando decimos: no hay inconveniente para remover al titular del Banco Central, pero cumplan con el procedimiento que prevé la Carta Orgánica. ¡Sentido común! Otro tema: cuando abordamos el decreto 2010 no se trata de una cuestión caprichosa de quienes circunstancialmente pueden estar a cargo del Banco Central de la República Argentina someterse a la instrucción del Ejecutivo para utilizar las reservas de libre disponibilidad. Cuando tratamos el 2010 nosotros centralizamos la gran discusión en los 6.569 millones de dólares. Pero me parece a mí que se nos pasó por alto algo que es central y que, quizá, constituye el corazón de ese decreto. Me refiero al artículo 1°, última parte, donde se establece que las reservas de libre disponibilidad podrán aplicarse al pago de obligaciones contraídas con organismos financieros internacionales y al pago de servicios de la deuda pública del Estado nacional. Nos hablan de las reservas de libre disponibilidad. En el artículo 2° se crea el fondo del bicentenario y en el 3° se instrumentan para ese fondo 6.569 millones de dólares. Con esa redacción el Poder Ejecutivo puede, por un decreto autónomo, decidir con el excedente de las reservas de libre disponibilidad y avanzar sin modificación presupuestaria. Esta es una cuestión central que tenemos que discutir. Si hacemos números gruesos podemos decir que tenemos 48 mil millones de dólares de reservas, con una base monetaria de aproximadamente 32.200 millones de dólares y las reservas de libre disponiblidad ─ si bien están discutidas técnicamente, pero se dan por decreto ─ estaríamos hablando de un saldo de 9.300 millones de dólares. O sea, 15.800 millones de reservas y 6.500 millones del decreto: 9.300 millones de dólares de reservas de libre disponibilidad que el Poder Ejecutivo puede instrumentar por un decreto autónomo. Esta es la cuestión central, esta es una de las cuestiones por la que no cualquier director del Banco Central, que tiene como propósito central defender el valor de la moneda y los intereses y el trabajo de la gente, puede avanzar libremente. Entonces, las cosas suceden así porque se han hecho mal. Y la política, lamentablemente, no tuvo la capacidad hasta el día de la fecha de llevar una bocanada de aire fresco a la sociedad: instancia jurisdiccional, amparos, medidas cautelares, etcétera. Es cierto: nuestro país es una República y hay división de poderes, por lo que estos funcionan a pleno. No hay que asustarse de las decisiones de los jueces. Nadie puede salir a expresar libremente que existen jueces delivery cuando uno lee las declaraciones del propio jefe de Gabinete o del ex presidente de la República hablando de la sentencia ejemplar en el sobreseimiento que dictó Oyharbide en la causa de enriquecimiento ilícito. Creo que hay que ser un poco más cautos. Los jueces no son de primera o de segunda en función de que ciertos fallos puedan o no estar al alcance de los intereses particulares. Hay que encontrar el sentido común, y yo estoy convencido de que nosotros queremos abordar ─ y ese fue el eje de la decisión de los presidentes de los bloques en la reunión de labor parlamentaria del día de ayer ─ y encontrar un poco de equilibrio y sensatez. Que la política tenga la capacidad, una vez que se trate en el contexto de esta comisión bicameral el último decreto, el 18 de 2010, de remoción del titular del Banco Central, de resolver esta situación; el Congreso debe resolver esta situación. Estamos acá para encontrar una salida. En representación del bloque de la Unión Cívica Radical, vengo a ratificar una Error: Reference source not found vez más que queremos un poco de equilibrio y mesura y no poner palos en la rueda. Pero en función de no cumplirse con el procedimiento de remoción y de no darse los requisitos de necesidad y urgencia, nosotros vamos a presentar en conjunto un dictamen aconsejando el rechazo de la instrumentación del DNU 18 de 2010. Sra. Diputada Conti.- Tiene la palabra la próxima defensora de Redredo,,,; perdón, la diputada Rodríguez. Sra. Diputada Rodríguez.- Diputada Conti: le recuerdo que fuimos los diputados del ARI los que impugnamos en su momento al señor Redredo y, si usted quiere, puedo decirle quiénes lo defendieron. Pero no me parece que esta sea la cuestión que tenemos que abordar acá. En realidad, desde la Coalición Cívica nosotros consideramos que esta no es una cuestión, en este momento, en esta instancia, de nombres, sino simplemente de preservación de la institucionalidad. Y esto es lo que está en juego. Por eso cuestionamos la validez del decreto 2010 que creó o, mejor dicho, que pretendía crear el fondo del bicentenario en su momento y por eso cuestionamos la validez de este decreto que remueve o pretende remover al presidente del Banco Central, violando los requisitos que la propia Constitución Nacional establece para un dictado de necesidad y urgencia. En realidad, no es aplicable el precedente de Pedro Pou. Es cierto que allí se hizo por un decreto simple, pero efectivamente había intervenido la comisión que establece el artículo 9° de la Carta Orgánica del Banco Central, que estuvo durante mucho tiempo analizando una serie de casos. Yo recuerdo, por lo pronto, los de administración fraudulenta de distintas entidades financieras; más aún, por algunas de esas causas que se investigaron en este momento Pedro Pou está sujeto a ser sometido a juicio oral. Esa fue la situación: se cumplió con todos aquellos requisitos que exigía la Carta Orgánica, dio su consejo la comisión y por lo pronto el presidente decidió vía decreto, que era la manera en que podía hacerlo tras el consejo de la comisión, destituir al presidente del Banco Central. Eso estaba dentro de sus facultades y se siguió el procedimiento marcado por la ley. Lo que no puede hacer, de ninguna manera, la presidenta ─ y en esto lamento no coincidir con ustedes ─ son dos cosas: primero, no es cierto que sea quien está por arriba de todos los poderes para decidir cómo se aplican las leyes. Este es un sistema republicano y somos tres poderes… Sra. Diputada Conti.- Le solicita una interrupción el senador Pichetto. Sra. Diputada Rodríguez.- Sí, cómo no. Sr. Senador Pichetto.- Yo hablé como jefa de la administración y no como jefa de todos los poderes. Es para aclarar eso, nada más. Sra. Diputada Rodríguez.- Está bien. Yo digo esto porque, justamente, lo que aquí está en juego, y lo marcó la jueza Sarmiento, es que esta intervención de la comisión asesora es la que preserva la participación del Congreso de la Nación. Por eso tiene como finalidad preservar nuestro sistema republicano de gobierno plasmado en el artículo 1° de la Constitución. No es una función menor. En los considerandos del decreto, la presidenta cita, tratando de restarle importancia a la intervención de la comisión, una frase de la comisión anterior que aconsejó la destitución de Pou, a través de la cual dice que el pronunciamiento es de naturaleza política. Esto es obvio. Si pretende restarle importancia diciendo que un pronunciamiento de una comisión en estas circunstancias es de naturaleza política, la verdad es que no se trata de ninguna novedad. No veo cuál es el descubrimiento que han hecho. El Congreso de la Nación se pronuncia de manera política. Tanto es así que en la destitución vía juicio política, por ejemplo en la destitución de un juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el pronunciamiento solamente es de orden político. La propia Constitución nos dice que tiene como mero fin la destitución. Por supuesto que no puede hacer ninguna imputación judicial, como lo aclara la comisión, porque eso es materia de la justicia penal. Es decir, que nos venga a decir esto la presidenta…; sinceramente, tiene que ser así, porque de ninguna manera el Congreso de la Nación podría atribuirse tal carácter como para imputarle o condenar a alguien en relación a su responsabilidad penal. Esto, claramente, es materia de la justicia penal. Entonces, lo que nosotros acá tenemos que decir, simplemente, es si efectivamente se han cumplido los requisitos que marca la propia Constitución Nacional. Tampoco, como lo ha establecido la secretaria de la comisión, está demostrado que fácticamente fuera imposible constituir esta comisión. Lo cierto es que se puede hacer en sesiones preparatorias, en sesiones extraordinarias, se puede hacer. La presidenta pudo haber hecho cualquiera de las dos cosas: convocar a sesión extraordinaria y las Cámaras podríamos haber hecho la conformación y seguir el trámite de las sesiones preparatorias, conformando esa comisión. Esto se podía hacer. La otra que no puede hacer la presidenta, y por eso utiliza un DNU y no un decreto común, es decir que no se aplica el artículo 9° de la Carta Orgánica. ¿Por qué no se aplica? ¿Porque a ella no le parece conveniente? ¿Porque no le gusta? ¿O porque cree que como es solamente de naturaleza política entonces no es importante? Justamente, lo que no puede hacer es decir “porque a mí no me parece” y estamos plagados de “a mí no me parece…”. Sra. Diputada Conti.- ¿Me permite una interrupción? Sra. Diputada Rodríguez.- Cómo no, diputada. Sra. Diputada Conti.- Sinceramente, diputada Rodríguez, esa comisión bicameral de cinco miembros, de la que habla una ley que es la Carta Orgánica del Banco Central y que puede ser modificada por decreto de necesidad y urgencia porque no es ninguna de las materias prohibidas constitucionalmente para que la presidenta dicte decretos de necesidad y urgencia, estando los recaudos para ello…¿Por qué le dan más importancia ─ y esto hasta me llevó a pensar en plantear cuestiones de privilegio en esta comisión ─ a esa comisión de cinco miembros que a esta bicameral de dieciséis, que estamos acá sentados ejerciendo el control del decreto de necesidad y urgencia? ¿Por qué la autoestima de quienes conforman esta comisión es tan baja? ¿Por qué los que fueron a tribunales a denostar el trabajo parlamentario también se sienten acá? ¿Qué hacen ese doble rol? Están acá y también van a los juzgados a boicotear el trabajo de los legisladores que fuimos elegidos por el pueblo. ¿Puede explicar la diferencia? ¿Por qué le parece tan importante esa comisión y esto una porquería, si acá estamos trabajando con toda seriedad? Sra. Diputada Rodríguez.- Sí, se lo puedo explicar, diputada. En realidad, definitivamente no me parece que esta comisión sea una porquería, sino que justamente yo defendía sus características de control. Solo que el hecho de que exista una comisión como la que prevé el artículo 9° no fue una decisión de cualquiera, no fue una decisión de cinco diputados, sino que fue una decisión… Sra. Diputada Conti.- Esta comisión también existe por ley… Sra. Diputada Rodríguez.- Déjeme terminar: yo le di la interrupción. Error: Reference source not found Justamente, fue una decisión de todo el Honorable Congreso de la Nación, no de algunos diputados o de algunos senadores, sino que fue una ley de la Nación. Y las facultades de esta comisión, que son importantísimas, las estableció la Constitución Nacional, no cinco diputados ni cinco senadores. Justamente, la propia Constitución Nacional. Por lo tanto, las facultades que tiene esta comisión y que probablemente sean de las más importantes para poder limitar los descontroles en que pueda incurrir el Poder Ejecutivo nacional, por lo que me parece que es una de las más importantes…; tampoco puede hacer lo que quiera, justamente porque su propia competencia las fija la Constitución Nacional. Y es ese respeto a la Constitución Nacional y a la ley lo que estoy pidiendo acá que estemos observando. No se puede jugar con las instituciones. Cuando se dice cuáles fueron los efectos, el problema es haber jugado con las instituciones. De allí que cualquier juego con las instituciones termina implicando que el costo seguramente lo van a pagar los más pobres; seguramente, en esto va a haber problemas para distintos sectores. Pero, sobre todo, como lo dice la propia diputada Conti, es una merma sobre la propia soberanía de este Congreso de la Nación. Y lo que acá está en juego es que sea avasallada la soberanía del Congreso de la Nación una vez más. Sra. Diputada Conti.- Tiene la palabra la señora senadora Negre de Alonso. Sra. Senadora Negre de Alonso.- Voy a comenzar por la última parte y voy a tomar las últimas palabras del presidente del bloque del Frente para la Victoria en el Senado de la Nación, cuando hizo la reflexión que si hay buena fe en los presidentes de los bloques no oficialistas que le solicitamos la reunión pedía, en primer lugar, el acompañamiento para la destitución del presidente del Banco Central. Quiero decir que después de la última reunión que mantuvimos sobre los decretos de necesidad y urgencia en este recinto se presentó una nota al presidente del Senado y vicepresidente de la Nación, solicitándole una sesión especial para debatir en el plenario el decreto de necesidad y urgencia. En virtud de esa nota que fue suscripta, entre otros, por el presidente de la Unión Cívica Radical y el señor senador Rodríguez Saá, fuimos convocados para el lunes pasado a una reunión de labor parlamentaria que, de conformidad a nuestro reglamento, es posible convocar a una reunión de labor parlamentaria cuando un grupo de senadores la solicita. Entonces, me alegro y le agradezco al señor senador Pichetto que haya abordado ese tema con respeto, porque no fueron las mismas consideraciones que, en mi caso con dolor, he leído y que fueron hechas por otro senador, quien habló de una payasada encabezada por otro payaso, que se juntaron en una kermese, hablando de nosotros, sus colegas. Entonces, le agradezco, senador Pichetto… Sr. Senador Pichetto.- Yo no dije eso. Sra. Senadora Negre de Alonso.- No fue usted, sino el senador Nicolás Fernández, quien nos trató de payasos. Sr. Senador Fernández.- ¡¿Cómo?! Sra. Senadora Negre de Alonso.- Acá hay una nota que publicó Telam, donde dice que usted hizo declaraciones refiriéndose a nosotros. Y como yo fui designada dentro de la comisión para hablar con el bloque oficialista ─ no están acá los senadores Morales y Verna ─, los senadores no oficialistas nos juntamos y se decidió que nosotros tres los representáramos para hablar con ustedes. Así que la verdad es que yo recibí con dolor estas palabras, máxime cuando viene de usted, con quien comparto desde hace muchos años este recinto. Nos ha tratado de payasos en una kermese, encabezada por otro payaso que, aparentemente…; no aparentemente, porque lo nombra y todo, ese payaso sería el presidente del Senado y vicepresidente de la Nación. Creo que esta es la casa de la República, es la casa federal, es el Parlamento argentino, es la casa del diálogo, es la casa de los consensos, es nuestra casa, donde tenemos que venir a intercambiar ideas, a buscar consensos, a unificar posiciones o a debatir las diferencias en las posiciones. No es una kermese ni somos un conjunto de payasos que nos juntamos a hacer payasadas ni a bailar al son del ritmo de una vitrola en una kermese… Sra. Diputada Conti.- Con todo respeto, senadora, ¿no va a discutir todos los cables de Télam? Pertinencia, por favor. Sra. Senadora Negre de Alonso.- Yo tomo las palabras del señor senador Pichetto. Sra. Diputada Conti.- Sí, porque los cables periodísticos… Sra. Senadora Negre de Alonso.- Télam es la agencia oficial. Sr. Senador Petcoff Naidenoff.- Creo que siempre nos hemos manejado en el marco de la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo con mucho respeto y cada uno tiene derecho a sostener sus posiciones políticas como corresponde. Así que creo que no debemos perder el orden con el que siempre nos hemos manejado en ese sentido. Continúe, senadora Negre de Alonso. Sra. Diputada Conti.- Yo lo voy a corregir a usted cuando no me gusten sus modos. Sr. Senador Petcoff Naidenoff.- Estará en todo su derecho, diputada. Sra. Senadora Negre de Alonso.- Con respecto a esto, senador Pichetto, la resolución ─ y hablo en nombre de la comisión ─ fue de prudencia, de cordura, tendiente a pedirle a usted, como presidente de su bloque y representante del gobierno en el seno del Senado de la Nación para poder abordar esta temática que nos preocupa tanto como a ustedes. Todo el desenlace nos preocupa absolutamente a todos, y todos tenemos la responsabilidad institucional, por el pueblo que nos votó y por el Parlamento y las bancas que ocupamos, de desempeñar nuestra función y de colaborar para el funcionamiento de la República y la institucionalidad argentina. Antes de entrar en el tema en cuestión, quiero hacer otra referencia. Por supuesto que nuevamente el ministro Boudou reiteró ayer, en la conferencia de prensa, en una muestra de ignorancia al referirse a los hechos históricos, hablando del default unilateral. No hubo default unilateral, sino suspensión de pago para mandar la deuda al Congreso para investigar. Doy vuelta el capítulo y entro al tema en tratamiento en el día de hoy. Reitero la voluntad de todos los integrantes del bloque no oficialista en cuanto a buscar consenso para hallar una solución, no condicionada a determinadas circunstancias. Pero sí quiero dejar en claro la voluntad de buscar una solución para este tema que nos preocupa a todos. Decreto de necesidad y urgencia: antes de abordar el tema de la necesidad y de la urgencia que ya fue abordado por la diputada Rodríguez y por el senador Petcoff Naidenoff, quiero recalcar un tema, cual es la naturaleza compleja del acto de destitución del presidente del Banco Central. ¿Por qué digo compleja? Porque en su naturaleza jurídica intervienen dos poderes del Estado: uno con nivel de decisión y el otro con nivel consultivo. Entonces, hagamos un parangón con el caso del Consejo de la Magistratura, con el caso que resolvió la Corte ─ me refiero al tema de los jueces provisorios ─, donde se habla de la naturaleza compleja de los actos y donde, finalmente, el Senado de la Nación tiene la resolución última, porque el Poder Ejecutivo envía y el Senado debe tratar. Pero son actos complejos en el que participan distintos órganos y poderes del Estado. Esto es lo que se ha obviado en este caso. Error: Reference source not found Con respecto a la necesidad, como lo decía la diputada Rodríguez, sin entrar al fondo de la cuestión, quiero decir que yo también estuve analizando el fundamento de la señora presidenta respecto de la destitución y también estuve analizando el fallo de la jueza Sarmiento. La señora presidenta dice que desde el día 21 de diciembre se encontraba operativa la resolución del Ministerio de Economía que se publicó el día 8, en realidad, para que se pudiera realizar el pase o la transferencia de los fondos y conformar el fondo del bicentenario. O sea que al día del decreto de destitución hubo sólo ocho días hábiles; reitero, ocho días hábiles. En ese lapso no conocemos en profundidad, porque no conocemos el expediente interno del Banco Central pero sí conocemos lo que han dicho los medios de comunicación, todos los pasos que se han seguido. Entonces, la necesidad es violación a los deberes de funcionario público. Eso es lo que creemos que, por lo menos a esta altura, no está plasmado o no tenemos los elementos necesarios para ver que esté plasmado. En cuanto al tema de obviar a la comisión, no se trata de que tengamos la autoestima baja, diputada Conti; eso no es así en lo más mínimo. Yo no fui a tribunales ni firmé nada, pero tampoco comparto la metodología, y eso no quiere decir que tenga la autoestima baja. Creo que hemos compartido momentos en este Congreso de la Nación, donde quedó demostrado que el Parlamento es capaz de sesionar, de funcionar y resolver situaciones difíciles y muy duras. Pero sí creo que se marginó inútilmente al Congreso. ¿Por qué digo esto? Porque bastaba con que la señora presidenta le remitiera una nota a los presidentes de ambas Cámaras para dar intervención al Congreso y para que cada uno reglamentariamente ─ la diputada marcó un camino y yo creo que por el reglamento del Senado tenían otro camino; no importa cuál ─; o sea, no había necesidad de obviarlo porque estamos en el receso estival, como se dice en los fundamentos. Que se pudiera cumplir en ese momento y las razones de urgencia…, bueno, había que ajustarse a los reglamentos del Senado y de la Cámara de Diputados. En realidad se marginó inútilmente al Congreso de la Nación. Entonces, esto es lo que muchas veces sienten, sin ser yo una de las que he firmado, aquellos que tienen que recurrir, dentro de las reglas de la República, a otro poder. Porque se sienten avasallados y marginados cuando podría haberse dado perfectamente una solución o contestarle a la señora presidenta “mire, hasta las sesiones ordinarias no podemos cumplimentar esto”. De esa sola forma se podría haber cumplimentado este acto complejo, de naturaleza jurídica compleja, como es lo que marca la ley. Finalmente, creo que tenemos derivaciones no queridas por ninguno de los legisladores, ni tampoco creo por ningún argentino. Y tenemos, efectivamente, derivaciones graves de esto, que es lo que ha ocurrido con el embargo de fondos suscitado en el día de ayer: según tengo entendido, 2.372 millones de dólares. No conocía lo que dijo el señor senador Pichetto: que está volcado entre los fundamentos un dictamen del Banco Central. Sí que también están tomados los dichos de la señora presidenta y algunos dichos del jefe de Gabinete, atacando la autarquía del Banco Central y, consecuentemente, en base a eso hay toda una derivación de lógica jurídica en base a las leyes americanas que han llevado a tomar esta decisión. Ahora bien, yo le digo a la diputada Conti que, en realidad, han sido las medidas judiciales de aquellos legisladores nacionales que acudieron al Poder Judicial para frenar la transferencia de fondos los que han evitado que se pudieran tomar los fondos de todos los argentinos, de todos los ciudadanos y ciudadanas argentinas. En la medida en que demostremos que somos serios, que las instituciones de la República funcionan, que hay división de poderes y que estamos cumpliendo con la función que la Constitución nos ha dado, podremos preservar los fondos de nuestro país, que ninguno de nuestro país quiere que vayan a parar a manos de los fondos buitre. Y por eso es que también en diciembre de 2001 dijimos que como esa deuda tenía una parte de ilegalidad debía ser investigada. De ninguna manera compartimos que se tomen los fondos de la Argentina, pero en lo personal creo que esas medidas judiciales que se tomaron a instancia de distintos legisladores han servido a todos los argentinos y han evitado que esos fondos nos hubieran sido embargados. Nosotros vamos a acompañar ─ el diputado Thomas por la provincia de Mendoza, el senador Basualdo y yo ─ y firmar el dictamen en conjunto con la Unión Cívica Radical. Quiero terminar mis palabras diciéndole nuevamente al senador Pichetto que en nombre de los bloques de senadores no oficialistas y como integrantes de la comisión estamos dispuestos a dialogar, a buscar consenso y a reunirnos cuantas veces sea necesario y a arbitrar todas las medidas constitucionales, legales y legislativas que hagan falta para dar solución a esta crisis que, en definitiva, se está volcando en la ciudadanía como símbolo de una crisis de la política, demostrando de esa manera que desde la política somos capaces de dialogar y encontrar el marco de consensos necesarios poniendo primero de todo el interés del país, más allá de nuestras diferencias políticas. Primero Argentina, segundo Argentina y tercero Argentina. Sra. Diputada Conti. — Tiene la palabra el señor senador Fernández. Sr. Senador Fernández. — Antes de comenzar quiero hacer una aclaración. Tengo, al igual que muchos de quienes están presentes, un par de años en el Parlamento y trato siempre de manejarme con absoluto respeto. Cuando me preguntaron, efectivamente, cuál era la razón de una sesión especial, respondí que no hay sesiones especiales en los períodos en los que el Congreso está de receso. Sólo se puede convocar a sesiones extraordinarias. Esa facultad es exclusiva, excluyente y está legislada en cabeza del Poder Ejecutivo, es de la presidenta de la Nación por imperio del Artículo 99, Inciso 9. Entonces, cualquier convocatoria, salvo que se pretenda violar el Artículo 246 del Código Penal y arrogarse facultades que no son propias, implica una violación o, en caso contrario, una reunión de amigos que tendría como finalidad solamente eso. La verdad es que convocar al Congreso en sesiones cuando está de receso no es posible. La única manera para convocar al Congreso es a través de sesiones extraordinarias, salvo que tengamos distintas constituciones. Ese era el primer tema. Además, les quiero pedir que si yo pude haber lesionado o faltado el respeto a alguien no lo tomen así. Un cable puede haber sacado completamente de contexto mis palabras, pero esto es lo que dije, que no hay posibilidades de que el vicepresidente ni un conjunto de muchos amigos se junten a convocar a sesiones extraordinarias porque, efectivamente, no puede ser así. A tal punto no es así que en el caso de una posible declaración de Estado de sitio, el Congreso tampoco se puede autoconvocar. Es más, en el supuesto de que el presidente de los argentinos, en receso, ordenara la intervención de una provincia tendría que convocar al Congreso y, si no lo convoca, el Congreso no se puede autoconvocar. Es más: deviene la nulidad de la intervención. Pero el Congreso no se puede convocar nunca jamás a sesiones extraordinarias. Error: Reference source not found Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — ¿Me permite una interrupción con respecto a ese punto? Sr. Senador Fernández. — Sí, le permito la interrupción. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — En este punto quiero aclarar la posición de la Unión Cívica Radical. Nadie discute que le corresponde al Poder Ejecutivo convocar a sesiones extraordinarias para tratar proyectos de ley. Ahora bien, cuando la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo se ha expedido en el marco del decreto 2010 de creación del Fondo del Bicentenario, lo que debe tratar el Parlamento es un proyecto de resolución, porque así lo dice la ley. Y en el contexto de un proyecto de resolución, aunque cada uno tendrá su opinión, el Congreso tiene la facultad de instrumentar los mecanismos para abocarse de manera expresa e inmediata al tratamiento del decreto de necesidad y urgencia. En este caso, en el marco del Senado —no conozco el Reglamento de la Cámara de Diputados— puede, a solicitud de los presidentes de bloque, convocar a la reunión de de Labor Parlamentaria. El Plenario de Labor Parlamentaria debe reunirse, por Reglamento, una vez por semana para tratar los trámites comunes. Nada impide que se reúnan los presidentes de bloque porque en realidad no hay receso legislativo, hay un receso administrativo. Por eso funciona la Comisión de Trámite Legislativo de carácter permanente con menor actividad en el Congreso. Para cumplir y abordar un proyecto de resolución el Congreso tiene atribuciones, en la medida en que lo articulen los presidentes de bloque y la reunión de Labor Parlamentaria a través del plan de labor. Sr. Senador Pichetto. — En realidad, no se habla ni de resolución ni de ley. Lo que se establece es que si no hay una convocatoria a sesiones extraordinarias del Poder Ejecutivo Nacional no se puede sesionar. Tampoco habla de receso; habla de un período de sesiones ordinarias que concluye el día 30 de noviembre y comienza el 1° de marzo. Para convocar a sesión, para tratar cualquier tema, sea una resolución de una comisión bicameral o un proyecto de ley, tiene que haber una convocatoria expresa del Poder Ejecutivo. Esa es nuestra interpretación que, según creemos, se ajusta más a la letra de la Constitución y al Reglamento de la Cámara. Sra. Diputada Conti. — Tiene la palabra el señor diputado Thomas. Sr. Diputado Thomas. — Sobre el punto al que se refiere el señor senador Fernández, me he tomado el trabajo de leer el Reglamento del Honorable Senado, en sus artículos 56 y 57. Creo que bajo esa reglamentación se convocó y se realizó la reunión a la que se refiere el senador Fernández entre el presidente del Senado y los senadores que la solicitaron. Voy a leer el artículo porque es muy corto. (Lee:) “Artículo 56: el presidente de la Cámara y los presidentes de los bloques parlamentarios o los senadores que lo reemplacen bajo la presidencia del primero forman el Plenario de Labor Parlamentaria. El Plenario se reunirá al menos una vez por semana durante los períodos de sesiones y fuera de ellos cuando lo solicite cualquiera de sus miembros”. Quiere decir que esa reunión, porque leí y me preocupó que fuera una reunión conspirativa o destituyente, está prevista en el Reglamento. Y creo que fue en esos términos en que se realizó la reunión, por eso lo quería aclarar. Y en el Artículo 57 se detallan las funciones. Dice así: (Lee:) “Informarse del estado de los asuntos de las comisiones, promover medidas prácticas para la agilización de los debates y proponer aquellas medidas que conduzcan a un mejor funcionamiento del cuerpo”. Ese fue el espíritu que provocó que varios jefes de bloques políticos del Senado pidieran una reunión como establece el Reglamento al presidente del Senado y se realizó consecuentemente. Gracias. Sr. Senador Fernández. — Si fue una reunión para eso, está todo bien. Yo había entendido que había sido una reunión para convocar a sesiones y, entonces, me alarmaba el tema porque la única manera de convocar al Parlamento para sesionar es a través de la apertura de sesiones extraordinarias. Les quiero contar —después entraré en el tema en cuestión— que también tenía algún grado de confusión respecto de la autoconvocatoria y lo zanjé cuando estaba en tela de juicio si se podían autoconvocar o no. Al operarse la reforma de 1994 existía la duda respecto de qué pasaba con la apertura del proceso de sesiones ordinarias si la presidenta no lo convocaba a fin de leer allí su discurso. Justamente, la doctrina en general sostenía que la apertura de las sesiones del cuerpo legislativo no podía depender de la voluntad del Poder Ejecutivo y, en consecuencia, se aceptaba que pudiesen comenzar aun sin ser convocadas y aun sin que se procediera a la lectura del discurso inaugural. Hoy, la reforma ha disipado esa duda, dado que el artículo 63 de la Constitución dispone que ambas cámaras se reunirán por sí mismas en sesiones ordinarias. En ese estado de cosas, está claro que las cámaras se pueden reunir por sí mismas únicamente si el Poder Ejecutivo omite convocar a sesiones ordinarias. Es la única razón por la cual se pueden autoconvocar. Ahora bien, voy a entrar al decreto… Sra. Diputada Rodríguez. — Le solicito una interrupción. Sra. Diputada Conti. — La señora diputada Rodríguez le solicita una interrupción. ¿Se la concede? Sr. Senador Fernández. — Sí, cómo no. Sra. Diputada Conti. — Para una interrupción, tiene la palabra la señora diputada Rodríguez. Sra. Diputada Rodríguez. — Es sólo para hacer un comentario. No ha sido la postura de la actual presidenta de la Nación, que el 19 de diciembre de 2001 justamente se pronunció en sentido contrario sobre la posibilidad de autoconvocatoria y prórroga de sesiones ordinarias. Sr. Senador Fernández. — La verdad es que establecer un cuadro comparativo entre lo que se vivía en el año 2001 y hoy es efectivamente tener una imaginación muy frondosa. Desde mi óptica, el DNU que nos convoca tiene dos cuestiones: la primera se refiere a que estamos tratando facultades contempladas en el artículo 99, inciso 1º, y el segundo aspecto está relacionado con que exceptúa la aplicación del segundo párrafo del artículo 9 de la Carta Orgánica del Banco Central. En mérito a ello, cabe interrogarse entonces si existen circunstancias de excepción para que el artículo 9 de la Carta Orgánica se cumpla o no. Entonces, es aquí donde debemos preguntarnos si hay motivo, necesidad o urgencia para que se aborde este tema porque concretamente estamos tratando la remoción del presidente del Banco Central. La respuesta es clara, terminante y parte de los argumentos figuran en el mismo decreto. Estamos en receso estival; las comisiones que deberían dictaminar no se encuentran constituidas y sus autoridades no fueron electas. Es más, el supuesto dictamen que pudiera emitir la Comisión no es vinculante. No obstante eso, no se omite la consulta al Congreso; se manda un DNU a los efectos de salvar el aspecto del artículo 9 de la Carta Orgánica porque la verdad es que este dictamen que vamos a emitir también sirve a los efectos de darle fundamento a la decisión Error: Reference source not found que se ha tomado. Ahora bien, ¿existe urgencia? Por supuesto que existe urgencia. Cómo no va a existir urgencia si hay un presidente del Banco Central imputado de cometer un delito; y no está haciendo caso omiso a una sugerencia, sino que está haciendo caso omiso a una ley por imperio del artículo 17, que regla la suerte que corren los decretos de necesidad y urgencia mientras ambas cámaras no lo rechacen. Tienen el mismo efecto y se los da el artículo 2 del Código Civil. Entonces, lo que estoy diciendo es que no hay una sugerencia, sino que hay una ley que está siendo desobedecida y, además, se está incumpliendo con la Carta Orgánica. Estos elementos son tan groseros que hicieron que la señora presidenta, en consulta, por la necesidad de que el Congreso está cerrado, las comisiones no están constituidas, sus autoridades no fueron electas y el proceso no es vinculante, remita un DNU. Este DNU sí es vinculante. En realidad, la jerarquía con la cual sale a consulta es encima mayor que la consulta que supuestamente debería tener el Congreso. Asimismo, deseo señalar que la Carta Orgánica no es la vaca sagrada. La Carta Orgánica es una ley y como esta ley es posterior, en el caso específico, la está derogando. Lo lógico sería que la Carta Orgánica prevea un sistema de suspensión para aquellos directores que están imputados por algún delito. Sería interesante que contemplara separarlos del cargo hasta tanto se clarifique su situación, mucho más cuando son ellos los responsables de llevar adelante la política monetaria del Estado. Como esto no está contemplado, es necesario y urgente que se tome esta decisión. En este caso, hay necesidad y urgencia. Estamos haciéndonos eco de una atribución que es exclusiva y excluyente del Poder Ejecutivo, tanto es así que si nombrara mañana un presidente del Banco Central y el Congreso no estuviera reunido, se tendría que nombrar en Comisión. Entonces, saquemos la hojarasca y miremos con claridad: acá estamos discutiendo la defensa de un banquero que resistió, primero, la orden de creación de un fondo; segundo, no reunió al directorio y, tercero, resiste y pide un dictamen jurídico frente a una ley. La verdad es que esto me parece tan desatinado como ilógico porque, en realidad, la ley a él lo releva de su cargo y esta ley es ley hasta tanto ambas cámaras la deroguen. No podemos mezclar peras con olmos. Me parece que si la Unión Cívica Radical tiene alguna duda respecto de la creación del Fondo del Bicentenario, su monto y aplicación, lo discutimos. Estamos dispuestos a discutir este tema porque no se puede abrir el canje, decir que tenemos que pagar y después no dar las herramientas. Estoy absolutamente convencido de que eso se puede discutir. Lo que no podemos poner en tela de juicio es si la autoridad de la presidenta la puede resistir un presidente del Banco Central porque eso es circense. Además, el hecho de judicializar una decisión de esta naturaleza es horrible, espantoso desde el punto de vista institucional. ¿A quién se le ocurre que esto pasa en cualquier país serio? La verdad es que esto no pasa en cualquier país serio. La política debería dar una respuesta contundente respecto de este tema, independientemente de que discutamos si el Fondo del Bicentenario tiene una asignación específica y si es mucho o es poco. Si la voluntad es salir del default, dar el mensaje de que queremos pagar y aprovechar el escenario internacional para negociar en mejores condiciones, señores: el único mecanismo es que nos crean. Ahora bien, si nosotros no nos ponemos de acuerdo, es decir, por un lado, abrimos el canje; por el otro, decimos que tenemos que pagar; pero cuando creamos el fondo de respaldo se dice que no, entonces, la verdad es que es poco creíble. No hablo de la figura de Redrado, quien fue poco creíble cuando determinó el cambio de criterio respecto de cómo se pagaba al Fondo Monetario Internacional y cómo se pagaba en este caso. Tampoco lo escuché cuando por un simple decreto se ordenó la cancelación del Club de París solicitando la colaboración del Banco Central. Entonces, la pregunta es: ¿qué cambió en la Argentina? Dentro de las cosas que cambiaron —lo dijo el presidente del bloque— se encuentran algunos temas que tendremos que investigar a fondo. ¿Cómo puede ser que un fundamento de embargo primero esté anticipado por el presidente del Banco Central y después sea letra de molde del argumento? Lo vamos a tener que analizar —eso es trabajar con seriedad— y estamos dispuestos a hacerlo. Reitero, me parece que es poco serio que estemos poniendo en tela de juicio si al presidente del Banco Central lo puede remover la señora presidenta y él se puede resistir, inclusive, recurriendo a la Justicia. Esto no es serio. La realidad es que los mercados son volátiles y sensibles. Efectivamente, ese señor tendría que hacerle un beneficio a la Argentina e irse. De la misma manera que un día lo nombraron y cumplió con su función, hoy se tiene que ir porque incumplió leyes y está resistiendo lo que se le ordenó a través de una ley. Me parece que este es el meollo de la cuestión. El Congreso ha sido consultado y este dictamen tiene mucha más fuerza que el dictamen no vinculante de esa comisión que no está integrada y que no la podemos integrar. Sra. Diputada Conti. — Pide una interrupción el senador Mestre. Sr. Senador Fernández. — Sí, cómo no. Sr. Senador Mestre. — Lo venía escuchando atentamente: en virtud de lo que usted recién expresaba, ¿no cree que es conveniente que la presidenta derogue este DNU, convoque a extraordinarias y discutamos esto como corresponde a través de una ley y con un debate serio, claro y contundente? Y evitemos todo lo que la sociedad observa en virtud de lo que ha sucedido en estos últimos seis meses en los que el oficialismo le ha impreso una celeridad muy importante a la discusión de muchas leyes que, por ahí, para muchos en la sociedad, no han tenido el debate correspondiente. Así, con esa misma fuerza y celeridad, en lo que queda de enero y en febrero tal vez podamos discutir este tema que es tan importante y que sin lugar a dudas nosotros queremos analizar en profundidad. Sr. Senador Fernández. — La verdad es que no le puedo contestar sobre la pertinencia o no de una sesión extraordinaria. Lo que me parece es que la convocatoria a esta reunión para desplazar al presidente del Banco Central me parece medio mucho. Podemos discutir si sería pertinente o no la discusión de temas centrales. Pero la discusión sobre un funcionario que fue nombrado y cuya prerrogativa reposa en cabeza del presidente y para esa circunstancia llamar a una sesión extraordinaria me parece demasiado mucho. Además, quiero decir algo para cerrar. Esa es una decisión de la presidenta y si ella evalúa que están dadas las condiciones convocará a sesiones extraordinarias. Este DNU ─ y esto lo ha dicho la Corte, no lo dice Fernández— debe ser interpretado evitando suponer falta de previsión, inconsecuencia, omisión involuntaria. La regla más segura de interpretar ─ lo dice la Corte─ es que el fin primordial es el plasmado y el intérprete debe dar efecto a la voluntad del legislador, y el legislador acá fue, a través del DNU, la presidenta que tuvo la única finalidad de consultar al Congreso a través de un DNU, dejar sin efecto el Artículo 9 de la Carta Orgánica y que esta Comisión Bicameral con dictamen vinculante acompañe una decisión de neto contenido administrativo y que tiene mucho que ver con la gestión... Sr. Senador Mestre. — La presidenta tendría que convocar a sesiones Error: Reference source not found extraordinarias para solucionar el problema... Sr. Senador Fernández. — Usted habla del Fondo del Bicentenario... La presidenta seguramente lo va a decidir. Ahora, sería un muy buen gesto de la política que, esperando una convocatoria o lo que fuere para discutir la creación del Fondo del Bicentenario, nosotros no respaldemos a un funcionario que resiste una orden presidencial y que es nada más y nada menos que quien tiene a su cargo el manejo de los recursos del Banco Central. Me parece que un buen gesto de la política sería que en este tema se dé el apoyo y en el otro tema nos encaminemos a una discusión abierta como la que usted propone. Este es un gesto que ya pasó. Nosotros emitimos dictamen y será evaluado. Me parece un mal gesto acompañar la resistencia de un funcionario que depende del Poder Ejecutivo y cuyo resorte para designar y remover lo tiene el Poder Ejecutivo. Y a tal punto que si mañana nombra un presidente, sólo lo puede nombrar en comisión. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — ¿Me permite una interrupción? No se trata de un mal gesto. Nosotros consideramos que es inválido este decreto porque no cumplió con el procedimiento de remoción. El gesto de la política en este caso es iniciar el procedimiento de remoción conforme lo prevé la propia Carta Orgánica del Banco Central, no hay nada nuevo. Es una cuestión hasta simple, si se quiere. Lo que nosotros pretendemos es que se cumpla el procedimiento de remoción que prevé la Carta Orgánica. Sr. Senador Fernández. — Una cosa más y termino. Mejor, lo dejo a Miguel que coincide con lo que voy a decir. Sr. Senador Pichetto. — Mientras tanto, el proceso económico sufre un deterioro extraordinario y día a día los títulos públicos argentinos bajan 3 o 4 puntos y el señor Redrado sigue ocupando un cargo para el que ha perdido la confianza del propio Directorio del Banco Central, de la presidenta y del gobierno. La urgencia es el efecto económico, muchachos, el daño material a la economía del país, a la política del canje y de desendeudamiento; me parece que estos son los temas que nos llevan a pedirles que nos acompañen en esta decisión. Sr. Senadora Mestre. — La interrupción que había pedido era para decir que lo que estamos debatiendo en este momento es consecuencia de lo que debatimos el 30 de diciembre del año pasado, la creación del Fondo del Bicentenario. Ese es el problema. Porque si ustedes, el gobierno, permiten que a través de un decreto de necesidad y urgencia, cuatro días después de que entra en receso el Congreso, se omita la discusión y el debate como corresponde, me parece que la responsabilidad la tienen y ustedes, porque lo menos que podemos decir es que hay improvisación. Esto se debería haber debatido como corresponde en este lugar, en este Congreso. Si ustedes me preguntan en términos personales qué opino de Redrado, puedo decir que yo opino que él ha compartido las políticas que ustedes han llevado adelante a lo largo de estos últimos tiempos. Puedo recordar que ha acompañado las estadísticas falsas que tiene el país en la actualidad, como así también la política monetaria que tampoco compartimos. Pero más allá de eso, la discusión sobre la necesidad y la urgencia y sobre la posibilidad de debatir se tiene que dar aquí. Entonces, es mucho más sencillo que deroguen el decreto o los decretos, que se inicie el trámite de la sesión extraordinaria y nosotros nos ponemos a trabajar en el ámbito del Congreso Nacional. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Ha pedido una interrupción el señor senador Morales. Sr. Senador Morales. — ¿Puede ser, señor secretario? Sr. Senador Fernández. — Puede hablar pero no puede votar. Sr. Senador Morales. — Tengo derecho, no soy miembro y no puedo votar, pero tengo derecho a hablar. Estábamos escuchando con algunos de los senadores el debate desde el bloque y la verdad es que lo que me motivó a venir y a solicitar una interrupción es la intervención del senador Fernández. Estamos frente a una situación insostenible. Podemos estar toda la tarde echándonos culpas y estableciendo las responsabilidades de unos y de otros. Pero pensando como miembros de uno de los poderes de la Nación, el Congreso de la Nación, y la presidenta y sus ministros en representación del Poder Ejecutivo tenemos que saber que en este embrollo algo tenemos que ver, todos tenemos algo que ver un poco. ¿Quién empezó y quién lo va a terminar? No lo sé. Pero sé que estamos en un gran embrollo que, en definitiva, perjudica al país. Toda esta situación le está impidiendo al gobierno argentino la capacidad de maniobra en este plan, que algunos acompañamos y otros no, de la reapertura del canje y la revinculación con el mundo y la posibilidad de acceder al mercado de capitales y que el mundo nos vea como país serio. Nosotros tenemos una lectura sobre el tema del INDEC y el gobierno otra. Sobre los datos de la inflación, creemos que son antecedentes que desde el mundo se ven y que dan cuenta de que no nos creen por algo. Eso lo tenemos que evaluar los argentinos. La verdad es que estamos en un embrollo. Y es una vergüenza, desde ajena hasta propia, ver en los medios de comunicación que hay demandas de un lado y del otro y hay una situación de judicialización tal que hay que ponerle un punto final. Como ha dicho el presidente de mi partido, el senador Ernesto Sanz, la resolución de este tema es política. Tenemos que resolver políticamente esta cuestión o vamos a terminar embrollados judicialmente con demandas desde penales hasta medidas cautelares. Cada uno que pasa por la calle va y mete una medida cautelar y la Justicia lo resuelve. Acaban de resolver una presentada hace pocos días. Va a ser una sucesión de hechos judiciales que va a impedir una solución al problema. ¿Qué haría yo en el lugar de la presidenta? Porque me parece que es el punto donde necesitamos de políticas de estadistas. Es parar este tema y poner el debate del arreglo de la deuda donde hay que ponerlo, donde dice la Constitución, que es en el Congreso de la Nación. Está claro que la situación de Redrado es insostenible en un punto porque no puede colisionar el gobierno con el presidente del Banco Central. Nosotros no estamos defendiendo a Redrado, sino que estamos defendiendo la parte de la autonomía del Banco Central en la que sí creemos. También, tenemos que cambiar la Carta Orgánica del Banco Central, la que ideó Pou en su momento porque se creía el dueño y señor de la política económica. No puede ser que tengamos un presidente del Banco Central que diga que sí o que no a la política del tipo de cambio del Ministerio de Economía. No es ahí donde está la autonomía del presidente del Banco Central. No está ahí la autonomía en la definición de la política fiscal tampoco. El presidente del Banco Central tiene que acatar las definiciones de política cambiaria y de política fiscal definidas por la autoridad económica. Ahora bien, en donde sí tiene autonomía el presidente del Banco Central es en cuidar la moneda. En el tema de cuidar la moneda, justamente en este caso es en donde cobra fuerza la facultad autónoma del presidente del Banco Central. ¿Por Error: Reference source not found qué? Porque esta medida para afrontar el pago de la deuda, tomando las reservas, tiene que ver también con una definición. Si decimos que la definición del excedente de reservas para poder utilizar y aplicar a la deuda está en el orden de los 15 mil millones es porque —como ha dicho nuestro miembro informante, el señor senador Petcoff Naidenoff— de 48 mil millones de dólares de reservas, si descontamos los 32.200 millones de reservas que sirven para calzar y sostener la base monetaria y si decimos que el excedente del que puede disponer el Estado argentino es la diferencia, es decir 15.800 millones de dólares, estamos diciendo que tomamos las mismas medidas que se tomaron en la convertibilidad; estamos clavando el tipo de cambio a 3,85 el dólar. Entonces, la autoridad monetaria no puede convalidar esta decisión porque qué pasaría si devaluáramos a 6 pesos. En lugar de necesitar 32.200 millones de dólares, necesitaríamos 20 mil millones de dólares. Si la autoridad monetaria aceptara esta medida, estaría aceptando un incentivo a la devaluación. Entonces, no estaría cumpliendo con la responsabilidad autónoma de defender el valor de la moneda. Esto es lo que estamos defendiendo desde la oposición: la facultad autónoma del presidente del Banco Central de defender el valor del peso argentino y de evitar que estas medidas incentiven la devaluación. ¿Qué pasaría si, por el contrario, se revaluara el peso, es decir, en lugar de pagar 3 pesos con 85 centavos por dólar pagáramos 2 pesos con 50 centavos? En lugar de 32.200 millones de dólares de reservas, necesitaríamos casi 50 mil millones de reservas. En ese caso, las reservas no alcanzarían para cubrir la base monetaria. Entonces, ¿cuáles son las reservas de libre disponibilidad? ¿Quién dice que hay 15 mil ochocientos millones de dólares de reservas de libre disponibilidad? Éste es el debate. La verdad es que la situación de Redrado es insostenible. Pero la defensa del presidente del Banco Central en el tema de la autonomía para preservar el valor de la moneda es lo que defendemos desde la oposición. En mi opinión, considero que la situación de Redrado no va más. No podemos someter al país a un conflicto permanente entre el ministro de Economía y la presidenta de los argentinos con el presidente del Banco Central. No se lo merece la economía argentina ni el mundo. La verdad es que Boudou tiene que repasar un poco de economía porque no puede ser que el ministro de Economía diga que el juez —que nos tiene con varias demandas— es un embargador serial, si lo dijera D’Elía estaría bien, pero no puede decir eso un ministro de Economía de la República Argentina. Al margen de Boudou, no se puede dilatar esta situación de confrontación porque nos hace mal como país. Además, el ministro de Economía pierde cada día más capacidad de poder renegociar con los hold outs; ahí están los fondos buitre. Es más, para los que dicen desde el gobierno que aquí hay sectores que defienden a los fondos buitre, deseo recordarles que el gobierno fue el que había planteado la renegociación con los hold outs. Esto tiene que terminar en algún punto. El señor senador Fernández ha planteado un tema y podríamos ver si lo concretamos. Si la señora presidenta, como jefa de Estado y en una medida de alto nivel, como estadista para la vigencia del decreto de necesidad y urgencia, convocara a sesiones extraordinarias al Congreso de la Nación para resolver el pago de la deuda, el Congreso resolverá el pago de la deuda. Hay distintas variantes. Ustedes saben que el tema de los 6.500 millones de dólares no nos cierra. Hay otras cosas que tampoco nos cierran, pero en especial este dato que he mencionado. De esos 6.500 millones de dólares, 2.200 millones serán destinados a organismos multilaterales de crédito que renegocian, con lo que no necesitamos esos dólares. En este caso, no necesitamos esos 2.200 millones. Hay 900 millones que son deudas intra sector público, en donde los dólares no los necesitamos porque hay compensación. Por lo menos, hay 3 mil millones de dólares que no se necesitan; no se necesita la moneda. ¿Para qué quiere esos 3 mil millones de dólares el gobierno? ¿Para que después la presidenta dicte un decreto en octubre —de esos decretos ómnibus—, amplíe el crédito presupuestario y utilicemos esos 3 mil millones de dólares, es decir, 12 mil millones de pesos para más gasto? ¿Para qué lo quieren? Que lo diga el gobierno. Si el gobierno tiene ese plan, que lo diga. Hay muchas cuestiones inconsistentes. ¿Por qué no debatimos ese tema en el Congreso? Si hay un compromiso formal del Poder Ejecutivo de frenar la aplicación de los decretos de necesidad y urgencia, terminar con este culebrón que no le hace nada bien a la República Argentina y poner en el Congreso de la Nación el debate sobre el arreglo de la deuda pública, yo puedo hablar en nombre de la Unión Cívica Radical —he venido porque estaba con el presidente de mi partido escuchando el debate de esta sesión—, el radicalismo está dispuesto a sesionar en el Congreso en el mes de enero o febrero para resolver no sólo cómo se paga la deuda en el año 2010, sino también la cuestión del Banco Central porque, reitero, no se puede sostener la confrontación del gobierno con el presidente del Banco Central, que es una cuestión secundaria. El meollo de la cuestión es si el gobierno tiene esta actitud. Creo que se relegitimaría la posición de la presidenta si retira los decretos y obliga, en un lapso de dos o tres semanas, al Congreso de la Nación a resolver cómo pagamos la deuda este año. Hablo en nombre del radicalismo. Estamos dispuestos a esa sesión, a afrontar ese debate y a darle respuestas al gobierno para que paguemos las deudas, afectemos lo menos posible las reservas del Estado argentino y no generemos factores inflacionarios que se terminan comiendo el salario de los argentinos. Nos comprometemos también a resolver la cuestión del Banco Central, que —reitero— es secundaria; pero se debe cambiar el presidente del Banco Central de la República Argentina porque esta situación nos hace daño a todos. Si lo que ha planteado el señor senador Fernández es una propuesta concreta y acá los representantes del gobierno asumen ese compromiso de que puede haber esa convocatoria para que el Congreso sea el que defina, me parece que estaríamos de acuerdo en que sea el Congreso el que debata el arreglo de la deuda, que es una de las obligaciones que tiene por la Constitución. Sr. Senador Fernández. — Quiero realizar la siguiente aclaración: yo dije que teníamos dos decretos. Hay un decreto que es el que nos aboca, que me parece poco serio que lo sigamos debatiendo porque la resistencia del presidente del Banco Central al frente del organismo desobedeciendo no sólo la ley, sino lo demás, pasa a ser un absurdo. La segunda cuestión es que estamos dispuestos a debatir todo lo que haya que debatir, excepto esta cuestión que considero que no es debatible y mucho menos judiciable. De la misma manera que digo que no se pueden autoconvocar para sesiones extraordinarias, yo no me puedo arrogar la facultad que está en cabeza de la señora presidenta de convocar a sesiones extraordinarias. Indudablemente, la jefa de Estado evaluará esto, que me parece una muy buena propuesta. La tiene que evaluar la señora presidenta. Si hacemos un análisis de lo que fue la conducción del país desde el año 2003 a la fecha, considero que se ha tenido algún grado de coherencia y seriedad. Yo no me puedo arrogar la voluntad y creo que en la misma situación están los dos presidentes de bloque. Nosotros decimos que me parece que Error: Reference source not found esta propuesta será evaluada concretamente donde se deba tener que evaluar. Y estamos dispuestos, si nos convocan, a venir y debatir con toda la firmeza lo que creemos: que no sólo hay que tener un gesto de apoyo con el gobierno sino que además es un salto de calidad institucional con el resto de las instituciones políticas. Sr. Senador Morales. — Pregúntenle, que resuelva y nos avisan. Porque la verdad es el momento en el que la presidente de los argentinos, como estadista, se ponga por encima de la situación y nos convoque a resolver el pago de la deuda en el Congreso. Pregúntenle y nos avisan. Después, seguramente podremos revisar situaciones. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Tiene la palabra el señor senador Basualdo. Sr. Senador Basualdo. — Gracias, señor senador. Tenemos que dejar de lado las palabras “poco serio”. Tenemos que dejar de lado decir que el país no es serio. Todos estamos trabajando, todos queremos un país mejor y todos tenemos buena voluntad. Podemos pensar diferente, pero nadie le quiere poner piedras en el camino a nadie. Todos queremos que los bonos valgan más y que la Argentina pueda recuperar el crédito y darle confianza al electorado, a la gente y al consumidor. Si nosotros nos estamos peleando y decimos que esto es poco serio, imagínense lo que piensa quien debe hacer una inversión. ¿Qué va a hacer? Va a guardar la plata en el colchón. Lo peor que le puede pasar al país es que no tenga consumo. Nosotros tenemos que decir que estamos trabajando en serio. Acá va a haber dos dictámenes, pero no es la cuestión central. La cuestión central es que esos temas sean debatidos en el Congreso. Cada uno de nosotros tenemos diferentes posiciones, pero tenemos que traerlo al Congreso. No tengo dudas de que nuestro Bloque Federal no va a tener problemas en venir y tratar esto en el Congreso. Todos queremos sacar el problema del país. No hablemos más de poco serio. Trabajemos y llamemos a una sesión extraordinaria, vengamos todos y votemos y si votamos negativamente va a ser por objetividad. Llamemos a la sesión extraordinaria y les puedo asegurar que ustedes y el país se van a llevar una sorpresa agradable. Porque muchos pensamos similar, pero con el Congreso. No queremos que nos lo vengan a decir por un decreto y no nos dejen opinar. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Tiene la palabra para una interrupción la señora senadora Negre de Alonso. Sra. Senadora Negre de Alonso. — Una interrupción muy breve. Me alegro el curso que está tomando la reunión. Senador Pichetto no se vaya por favor... Sr. Senador Pichetto. — (Fuera de micrófono) No, no me voy a ningún lado. Sra. Senadora Negre de Alonso. — Bueno: Voy a hacer una moción de orden. ¿Por qué no pasamos la reunión de comisión a cuarto intermedio hasta la semana que viene en virtud de lo que han dicho los senadores Morales y Fernández? Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Tiene la palabra el señor diputado Rossi. Sr. Diputado Rossi. — Muchísimas gracias, señor senador. Quería hacer una reflexión en base a las palabras del senador Morales. Le agradezco el espíritu, más allá de no compartir algunas de sus referencias puntuales. El día que en la Argentina debatamos seriamente una cantidad de temas, también tendremos que debatir si el problema de la inflación en la Argentina se sostiene por garantizar la estabilidad monetaria. Yo creo que es una discusión mucho más compleja. Es un problema de expectativas, de oferta y de demanda y es un problema que tiene que ver con la economía real y también tiene algún lugar con una cuestión monetaria. Este tema de reservas de libre disponibilidad y de reservas que tienen que garantizar el circulante es una discusión que la Argentina tiene que dar. Porque, digamos y reconozcamos, que todavía ese precepto y ese concepto es la herencia de la convertibilidad. Quiero tratar de basarme en que la resolución de los temas tienen que ver con el respeto a la Constitución Nacional y todo lo que hemos hecho y lo que ha hecho la presidenta de la Nación tiene que ver con respetar la Constitución Nacional y las instituciones de este país. No comparto que el Congreso no esté participando. Nosotros somos el Congreso y estamos participando. Nosotros estamos debatiendo, tanto el 30 de diciembre como hoy, alrededor de estos temas. Es cierto lo que dijeron los senadores Pichetto y Fernández. En la remoción del titular del Banco Central, la presidenta se compromete más con el Congreso porque puede dar marcha atrás con este DNU. Si la presidenta hubiese seguido el camino que ustedes dicen de convocar a la comisión bicameral y pedirle el asesoramiento, lo resolvía con un decreto simple. El único problema que tenía la presidenta era que la conformación de esa comisión bicameral no se sabía cuánto tiempo iba a llevar. Ese tiempo era incertidumbre económica como la que estamos viviendo ahora. Ahora hay incertidumbre económica. Desde el momento en que la presidenta sancionó el Fondo del Bicentenario todas las variables económicas de nuestro país tuvieron un ascenso virtuoso. Subieron los bonos, la bolsa y bajó el Riesgo País y las posibilidades eran de un canje de deuda exitoso. Hace siete días que tenemos esta incertidumbre. Bajaron los bonos, subió el Riesgo País, bajó la bolsa y tenemos un problema adicional con el tema del canje que hace siete días no teníamos. Esta es la realidad. Error: Reference source not found Entonces, la presidenta tomó las dos decisiones, los dos decretos de necesidad y urgencia con absoluta potestad de las atribuciones que le corresponden. Y cuando hizo el decreto de conformación del Fondo del Bicentenario, nadie puede dejar de reconocer que en este país, en el año 2005 se tomó un decreto en el mismo sentido. Es cierto que era para pagarle al Fondo Monetario Internacional. Y es cierto que las deudas con organismos internacionales están en cabeza del Banco Central y es cierto que las deudas con privados están en cabeza del Tesoro; es cierto. Pero la afectación de reservas son las mismas. Además, el porcentual de reservas que se afectaron en el 2005 y 2006 es más alto que el que se está afectando ahora. En ese momento teníamos 28 mil millones de dólares de reservas en el 2005-2006 y se afectaron 10 mil. Y hoy tenemos 48 mil millones y se van a afectar 6500 millones de dólares de afectación. Es cierto que además la decisión de la constitución del Fondo del Bicentenario para realizar el pago de los servicios de la deuda en el 2010 tiene dos cuestiones que nadie puede dejar de conocer. La memoria financiera y económica de este país está siempre teñida por el tema del default. Permanentemente por operaciones internas o externas durante todo 2009 el gobierno tuvo que sostener la acusación de que no iba a poder hacerse cargo de los compromisos de la deuda. Esto lo sabemos todos. La concreción del Fondo del Bicentenario le daba previsibilidad a la economía argentina y por eso fue la reacción positiva. Le daba previsibilidad en un momento de recuperación económica de nuestro país. Tenemos que pensar que pensar que estamos ante una decisión que fue beneficiosa para el país, para los argentinos más allá del gobierno. Desendeudarse, bajar la tasa de interés, bajar el monto de los intereses, ahorrar intereses y generar efectos positivos sobre las variables económicas es positivo para la economía del país y para todos los actores económicos y sociales de nuestro país y ese es el primer punto que tenemos que ver. Y no inventamos nada porque hace cuatro años hicimos lo mismo con el Fondo Monetario Internacional. Voy a aclarar lo de la ley. El presidente Kirchner hizo un DNU que mandó al Congreso para que lo ratifique por ley porque no existía la Ley de Tratamiento Legislativo de los Decretos de Necesidad y Urgencia que recién aprobamos en 2006. Y la presidenta hizo exactamente lo mismo. Si la presidenta hubiese querido dilatar el tratamiento por parte del Congreso de cualquiera de los dos DNU no hubiese mandado inmediatamente al Congreso de la Nación el decreto de necesidad y urgencia porque tiene 10 días para informarle al Congreso de la Nación. Y lo mandó en forma inmediata. En ese momento no quisimos obviar o pasar por arriba al Congreso. Nos acogimos a lo que dice la ley y la Constitución. Y lo que dice la ley es que el dictamen tiene que ser tratado por el pleno de ambas cámaras. No podemos ser hipócritas con nosotros mismos. Al menos yo lo digo en nombre de Diputados: nosotros tratamos dictámenes en el Pleno un año después de emitidos en esta comisión y nadie pidió el tratamiento inmediato. Cuando los legisladores pusimos diez días y cuando pusimos un término posteriormente inmediato, sabíamos que era una cuestión de términos relativos. Entonces, también en esto me parece que debemos ser absolutamente sinceros sobre lo que estamos tratando. Asimismo, deseo señalar otra cuestión que está relacionada con el tema. No quiero hablar hacia el pasado, pero la verdad —hoy se lo decía a unos amigos— es que las reservas son el ahorro del país; en lo que hace a la estructura familiar, es el ahorro de cada uno. El problema es que esta familia que somos los argentinos tiene una pesada carga de deuda externa —esta es la realidad—, que se ha generado por distintas situaciones y en diferentes circunstancias. Cuando el país tiene condiciones de ahorro en donde puede bajar el peso de esa deuda al conjunto de su economía, lo tiene que hacer, como lo hace cualquier argentino en su economía familiar. Es una decisión de sentido común. Esto fue lo que hizo la señora presidenta de la Nación: tomar una decisión de sentido común que era beneficiosa absolutamente para todos. A esta decisión se opuso el presidente del Banco Central, que no se había opuesto en el 2005, lo cual fue una sorpresa para este gobierno. Este mismo presidente no sólo había ordenado inmediatamente el pago de la deuda al Fondo, sino que había sido uno de los voceros del gobierno en la defensa del pago de la deuda al Fondo. Había calificado el pago de la deuda al Fondo como la operación financiera más importante de la Argentina en los últimos cien años, palabras del licenciado Redrado en ese momento. Entonces, ¿qué cambió para que el licenciado Redrado en el 2005-2006 haya avalado el pago de la deuda al Fondo cuando el porcentual que se involucraba de las reservas era más alto que el actual y ahora no lo avala? Se podrá decir que es exclusivamente porque antes estaba en la cabeza del Central y ahora está en la cabeza del Tesoro; además, el hecho de alentar el tema del embargo de las reservas, todos sabemos que sobre los hold outs, Griesa y compañía; en todas las operaciones que hizo la Argentina estuvo el fantasma de las reservas. De hecho, tenemos todavía 104 millones de dólares congelados por Griesa en el momento de la operación de pago al Fondo Monetario Internacional y nadie dice nada. Y ahora casi nos desangramos por los 2 millones de dólares que embargó Griesa. Es más, también embargaron cuentas de las AFJPs, que sí lo resolvimos positivamente para el conjunto del Estado argentino. Considero que desde ese punto de vista es inentendible e inaceptable la decisión del presidente del Banco Central de impedir la conformación del Fondo del Bicentenario, que es una ley, es un decreto de necesidad y urgencia que en el momento de su promulgación tiene fuerza de ley. Como decía el señor senador Fernández, no tienen que pedirle dictamen a nadie, las leyes hay que cumplirlas y los funcionarios estamos para eso. Lo que tenía que hacer Redrado era cumplir la ley y si no podía cumplirla, como un caballero tendría que haberse levantado, agradecer por los años que lo “bancamos” e irse. Recuerdo que Redrado, a la inversa de la mayoría de los presidentes del Banco Central, sobrevivió a todos los ministros de Economía de la era de nuestro gobierno. Por lo general, sigue vigente el ministro de Economía y cambia el presidente del Banco Central. Así que vaya confianza que le han tenido, primero, Néstor Kirchner y, después, Cristina Fernández de Kirchner al señor presidente del Banco Central. Como no cumplió con la ley, la señora presidenta sacó el decreto de remoción, con absoluta autoridad y potestad para removerlo. El Banco Central es un ente autárquico en la órbita del Poder Ejecutivo. Sus funcionarios son designados por el Poder Ejecutivo con acuerdo parlamentario. No son los únicos; todos los embajadores son funcionarios del Poder Ejecutivo con acuerdo parlamentario. Ahora bien, resulta que mañana queremos cambiar al embajador en Angola, quien se toma un avión, se va a la casa de la jueza Sarmiento, la encuentra paseando al perrito, le presenta un recurso de amparo y vuelve como embajador en Angola. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Le solicita una interrupción… Error: Reference source not found Sr. Diputado Rossi. — Ya estoy terminando. — Se realizan manifestaciones fuera del micrófono. Sr. Diputado Rossi. — Ése es un error: los miembros de la Corte forman parte de un poder independiente, no son funcionarios del Poder Ejecutivo. Entonces, hay que decirlo con claridad: lo que estamos pidiendo aquí es que se respete la Constitución porque nosotros la hemos respetado cuando hicimos el decreto de necesidad y urgencia para la conformación del Fondo del Bicentenario y cuando hicimos el decreto de necesidad y urgencia para remover al doctor Redrado. Se tuvo que hacer un decreto de necesidad y urgencia porque —no es como expresa el señor senador— las dos comisiones de la Cámara de Diputados cuentan ya con sus respectivos miembros, pero no están elegidas sus autoridades; no se ha elegido ni al presidente de la Comisión de Presupuesto ni al presidente de la Comisión de Finanzas. Por lo tanto, al momento de remover al doctor Redrado, la Comisión de cuatro miembros contaba solamente con uno: el vicepresidente de la Nación. Entonces, la necesidad y la urgencia están perfectamente establecidas en nuestra situación. La solidaridad que estamos pidiendo es que nos acompañen para terminar con una situación que es irregular desde el punto de vista institucional. Además, es perjudicial para todos los argentinos que el señor Redrado siga estando al frente del Banco Central. Esta es la realidad. Si mañana Redrado se va, les aseguro que aumentan los bonos, aumenta la bolsa y baja el riesgo país. Esto lo sabemos todos y es lo que estamos pidiendo. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Quiero dejar sentada la moción de la señora senadora Negre de Alonso respecto de pasar a un cuarto intermedio para consultar al Poder Ejecutivo. Tiene la palabra el señor senador Pichetto. Sr. Senador Pichetto. — Que quede sentada, pero nosotros queremos dictaminar hoy a la tarde. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Tiene la palabra el señor diputado Lanceta. Sr. Diputado Lanceta. — Creo que se está echando luz sobre el asunto central. A los efectos de no redundar argumentos, no me voy a detener en demasía en la cuestión vinculada al decreto 18 de este año porque fue bien trabajado desde el punto de vista de las anteriores exposiciones. Sin embargo, quiero recordarle una sola cosa a mi colega Agustín Rossi: como bien sabe, el día 3 de diciembre la oposición, si no por primera vez, muy excepcionalmente en la historia parlamentaria, juntó el número suficiente y no delegó en la presidencia la conformación de las comisiones. De esta manera, elegimos a la totalidad de los miembros integrantes de las comisiones y tenemos todas las comisiones integradas en la Cámara de Diputados. Las comisiones pueden funcionar en receso, de eso no cabe duda alguna. Basta una mera comunicación a los presidentes de ambos cuerpos para que manifiesten cuál era la realidad del Senado y cuál la de Diputados. En 48 horas nosotros hubiéramos estado en condiciones de tener los presidentes de las dos comisiones que están vinculadas con el tema en cuestión. Podrá no tenerlo el Senado, quizás, hubiera hecho un esfuerzo en tenerlo. De cualquier manera, ya se hubiera contado con el quórum para funcionar. Asunto terminado. Duraba 48 horas, no más. Sin embargo, ahora estamos metidos en un problema, como decía mi ex presidente del partido, Gerardo Morales, que es mucho más grave que lo que nos convoca hoy en particular, que de hecho es muy grave también. Hoy nos encontramos con una crisis institucional más grave que la que tuvimos durante los amargos meses de 2008 con la resolución 125. Tenemos un Poder Ejecutivo enfrentado con el Poder Judicial y con la oposición en el Congreso. En lugar de calmar aguas, de llamarnos a sosiego y de ver cómo se resuelven estas cuestiones, desde las tribunas vemos una belicosidad que realmente preocupa, honestamente nos preocupa. Lo dijo bien el senador Pichetto: los radicales tenemos vocación de poder, junto al espacio que concebimos creamos un espacio socialdemócrata moderno. Estamos convencidos de que muchos partidos que nos acompañamos recíprocamente vamos a ser gobierno en el 2011. Por eso y porque somos argentinos, ciudadanos responsables, no queremos que le vaya mal al gobierno porque le va mal a la gente. Si a este gobierno le va mal y destruye la economía se va a pagar en el 2011 cuando presumimos que vamos a ser gobierno. Nuestra mezquindad es la que me inspira. Hay que resolver la crisis que fue originada en el propio Poder Ejecutivo y está dotada de una fenomenal mala praxis política de gestión jurídica y procedimental, diría yo, desde lo discursivo. Digo esto porque las consecuencias son lo que está ocurriendo. Se está judicializando lo que no queremos que se judicialice, pero la verdad es que todos tenemos derecho de ir a la justicia. Y hoy estamos hablando de leyes de sentido material, en el mejor de los casos que están suspendidos en su vigencia por el Poder Judicial de la Nación, en consecuencia hoy, transitoriamente, carecen de efecto. Esto produce lo que produce. Esta suerte de mezcla de lo discursivo y desde lo administrativo. Y de las tentaciones administrativas de mezclar fondos de la reserva con dinero del Tesoro, naturalmente es darle de comer a los buitres. Nosotros no le queremos dar de comer a los buitres. Como decía Morales discutamos. No quiero discutir acerca de si se puede o no convocar a extraordinarias porque la verdad es que desde Sánchez Viamonte en adelante ya no se discute que el Congreso se pueda autoconvocar. Quiero dejar esta discusión de lado. Si hay voluntad política de resolver la cuestión, resolvámosla. He seguido algunos discursos de la actual presidenta cuando era senadora. Realmente son buenos. Tanto cuando defendía la autoconvocatoria en la crisis de 2001, que se termina convocando porque otro peronista queda a cargo del Poder Ejecutivo. O cuando fundaba, como miembro informante, la ley que reglamenta los DNU, la 26122. Decía algunas cosas muy interesantes, por ejemplo que: “tratar estos temas que nadie quiere tratar es porque a veces son minoría y no quieren pagar el costo político”. Decía, además: “Vamos a decidir qué queremos hacer con las cosas. Si realmente queremos que haya control, sobre todo en momentos difíciles para todos y para los ciudadanos, más que para ninguno, lo que se necesita es la representación en serio. Esto no significa ponerle palos en la rueda al Ejecutivo. Pero alguien tiene que comprender —el Ejecutivo— que tiene que seguir ejerciendo el poder atendiendo a los cuerpos parlamentarios”. Se refería a Fernando De la Rúa. Si le saco lo de abajo, la verdad es que nos está dando el discurso que nosotros podemos sugerir hoy. Cristina Fernández de Kirchner, desde el punto de vista de su concepción y de su criterio político está absolutamente de acuerdo en que echar mano de estos DNU ha sido una impropiedad, por lo menos desde el punto de vista político, y está generando este problema. Hay que sacarle este problema al país, a los argentinos. Y bien lo ha dicho mi Comité Nacional que desde la política tenemos que arreglar esto. Nosotros estamos dispuestos a contribuir, desde la política, para que esto se solucione. Hay mecanismos, ninguno sin el Congreso. Si el Congreso no participa, no hay solución política. Entonces, habrá decisiones judiciales. No quedará Error: Reference source not found otra. Cada una de las partes estará rezando por qué juez le toque y cómo falle o cuánto dure una medida cautelar y los efectos que cauce. ¿Qué imagen estamos dando cuando desde la política no podemos dar respuesta? Le estamos dando de comer a los buitres, literalmente. Y vamos a seguir mal. Mi presidente de bloque en cuya representación me atrevo a hablar por su ausencia también como los amigos del senado junto a otros diputados del bloque no kirchnerista le hemos pedido una reunión al presidente Fellner para ver si le encontramos una salida a esta encrucijada que no es ni más ni menos que discutir lo que hay que discutir, donde hay que discutir, lo que hay que discutir. La deuda externa e interna es patrimonio indelegable del Congreso de la Nación. Perdón pero creo que de ninguna manera, aunque no resulte expresamente vedada, en materia, tácitamente es indelegable para ser contenido de un DNU. No quiero entrar en una discusión académica sobre el tema quiero entrar a la discusión política. Gerardo lo dijo bien: vamos a esperar. Resolvamos esto. Pedimos un cuarto intermedio. Ha dicho que no el oficialismo. Nosotros pretendíamos de este cuarto intermedio, una instancia de reflexión. No se da, mala suerte. Firmaremos los dictámenes, cada uno con su criterio. Nosotros somos ocho miembros, entre senadores y diputados que vamos a firmar un mismo dictamen. No sólo somos radicales y peronistas, también hay representantes de la Coalición Cívica. Y, por supuesto, en esto tenemos que ser inflexibles porque no se ha respetado la autonomía. Y nosotros —como hoy le endilgó Diana a Marcela Rodríguez—, ni Marcela, ni yo, ni ninguno de nosotros somos, fuimos, ni seremos abogados de Redrado. El primer abogado de Redrado fue Néstor Kirchner. El segundo abogado de Redrado fue el senador Yoma cuando lo defendía colgándose de la araña del Senado una vez que fue pedida su remoción y la comisión sí funcionó. De manera que se han equivocado de abogados. Quizás hoy no tenga esos abogados, andará buscando otro. Pero la verdad que el procedimiento de remoción no se observó durax lex sed lex dice el adagio latino. Y quienes somos abogados sabemos que la rigurosidad de la ley tenemos que cumplirla, sobre todo tratándose de cuestiones institucionales tan caras a la república. Sintetizando: bajemos un cambio, como dicen los chicos. Reflexionemos. Busquemos el camino de la concordia. Busquemos el espacio de la política y de lo político, de lo parlamentario. No importa que estemos en enero, ni que estemos en vacaciones. No hay vacaciones cuando hay crisis, tenemos que trabajar. Si quieren llamar mañana a extraordinarias, vendremos mañana a extraordinarias. Discutamos todo. Y vuelva por el procedimiento para sacarse a Redrado como presidente del Banco Central, si es que quiere: En 48 horas en Diputados estamos conformando los dos miembros y creo que el Senado tiene la voluntad política de conformar los dos miembros que tienen que aportar. Y tienen el asunto terminado. Y si la resolución se toma como se tiene que tomar, las causas judiciales se tornan abstractas. Y si se deroga el DNU del famoso Fondo del Bicentenario y tratamos en el Congreso el tema de la deuda o si tratamos en el Congreso sin que se derogue pero luego es superador de esa instancia, también será una cuestión abstracta para la Justicia. Entonces, tiene tiempo la política, el Ejecutivo, pero no mucho para resolver las cosas bien en resguardo de la estabilidad, de la tranquilidad y la prosperidad de los argentinos. Nada más. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Tiene la palabra el señor senador Pichetto para una aclaración. Sr. Senador Pichetto. — Quiero aclarar, ante el pedido de cuarto intermedio, y que quede claro para que todo el mundo lo escuche: nosotros no estamos para nada de acuerdo. Ratifico la legitimidad y el marco constitucional de las decisiones que tomó la presidenta en línea con lo que acaba de decir el diputado, presidente de bloque Agustín Rossi. El discurso de las buenas intenciones, señor senador Morales, el aporte a construcciones positivas en la búsqueda de soluciones a los conflictos hay que abonarlos con hechos. Se pierden y especialmente ustedes, integrantes de un partido de larga historia en la Argentina, se pierden una gran oportunidad de darle a la sociedad una señal contundente de que el Congreso funciona y que no respalda el accionar altamente peligroso para los intereses del país del señor Redrado y quedan pegados a las formas. Y estas formas también conllevan un deterioro en la economía. Me parece que las buenas intenciones hay que abonarlas con hechos. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Tiene la palabra el señor senador Morales que solicita una interrupción. Sr. Senador Morales. — Lo único que pedimos es que le consulten a la presidenta si se va a poner en su calidad de estadista y se va a poner por encima de todos y va a convocar al Congreso para que el Congreso resuelva el pago de la deuda. Estamos dispuestos a eso y luego la cuestión de Redrado es secundaria. Reitero. Es imposible que persista esta situación de confrontación entre el Poder Ejecutivo y el presidente del Banco Central. Nosotros queremos contribuir desde la participación del Congreso con hechos concretos. Reitero, es imposible que persista esta situación de confrontación entre el Poder Ejecutivo y el presidente del Banco Central. Es una realidad. Queremos contribuir desde la participación del Congreso con hechos concretos. Pregúntele a la presidenta si se va a poner como estadista, por encima de todos y va a tomar estas resoluciones para que el Congreso funcione. Esto es lo que planteamos. Ustedes le preguntarán, si dice que sí, será sí y si dice que no, será no. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Para una interrupción, tiene la palabra la señora senadora Negre de Alonso. Sra. Senadora Negre de Alonso. — Comparto lo expresado por el señor senador Morales y ratifico que la reunión del lunes y la resolución que tomamos los bloques no oficialistas fue en esta línea; no fue un grupo de amigos, sino los senadores nacionales representantes de las provincias argentinas los que decidimos llamar al bloque oficialista, que son nuestros colegas en el Senado, en este marco de diálogo y tratar de llegar a un acuerdo para que se pueda sesionar y debatir una cuestión tan delicada como es el tema del Fondo del Bicentenario y la forma de pagar los compromisos de la República Argentina. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Antes de darle la palabra al señor diputado Landau, voy a leer la lista de los integrantes de la Comisión que han solicitado hacer uso de la palabra. La lista de oradores es la siguiente: los señores diputados Landau, Thomas, Tunessi y el señor senador Guinle. Propongo cerrar la lista de oradores, más allá de las interrupciones que cada uno de ustedes pueda solicitar. — Asentimiento. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Tiene la palabra el señor diputado Landau. Sr. Diputado Landau. — A esta altura del debate, advierto que se reivindica al Congreso de la Nación precisamente como el ámbito político para resolver las controversias que se plantean en torno a los distintos temas políticos. Esto ha sido una constante repetida por los distintos integrantes de esta Comisión. Digo esto Error: Reference source not found porque el marco general en el que estamos desarrollando el debate justamente marca que es el propio Congreso de la Nación el ámbito o el marco en el cual estas cuestiones deben dirimirse. Es cierto que la judicialización de las cuestiones políticas lleva a una fuerte distorsión y a una complicación en la resolución de las mismas. Sin embargo, también deseo recordar que no hemos sido precisamente nosotros los que hemos recurrido a la tutela judicial porque creíamos nuestros derechos vulnerados. Hay quienes integran el arco de la oposición que han recurrido, no obstante formando parte de este cuerpo, a la participación judicial en esta cuestión y esto no es lo que precisamente ha beneficiado este debate ni tampoco la solución de este problema. Es necesario recordar que, en definitiva, el único sostén que tiene el presidente del Banco Central es un amparo judicial. No tiene ni el respaldo de la señora presidenta, ni del ministro de Economía, ni del directorio ni —lo acabamos de escuchar— de la Unión Cívica Radical. Precisamente, si estamos tratando esta cuestión, que es la conducta del señor licenciado Redrado, y, en esos términos, estamos tratando el expediente que glosa el decreto correspondiente, bueno sería que emitamos —como gesto para ayudar a destrabar este conflicto— un dictamen unánime por parte de todos los integrantes de la Comisión, oficialismo y oposición, en el sentido de respaldar la actitud de la señora presidenta de la Nación; justamente, en este caso, el Poder Ejecutivo reivindica sus razones, tal como aquí se han ido plasmando. Tampoco somos nosotros quienes estamos en condiciones de resolver el llamado a extraordinarias. La única persona que puede resolver este llamado es la señora presidenta de la Nación. No se trata de una idea nuestra, como aquí se ha dicho, sino que es una atribución que otorga la Constitución. En consecuencia, más allá de lo que se pueda resolver en el futuro, creo que debe quedar en claro que la decisión tomada respecto del presidente del Banco Central se hizo dentro de las atribuciones, derechos y facultades que la presidenta tenía y tal como prescribe nuestra Constitución y la ley correlativa. Considero que hay algo aquí que ha enturbiado este debate y que tiene que ver con el tema que marcaba el señor senador Morales en cuanto a la judicialización de las decisiones políticas, cuestión que también fue señalaba por el señor senador Sanz en declaraciones públicas. Creo que ésta es una cuestión eminentemente política. Al decir “una cuestión eminentemente política” me estoy refiriendo a que se trata de una resolución con forma de decreto de necesidad y urgencia tomada por el Poder Ejecutivo, que a su vez comunica en el tiempo debido constitucional al Congreso de la Nación para que tome razón y la razón es el control de constitucionalidad que, precisamente, hace esta Comisión. Cuando concurrimos en el día de hoy, dentro de los diez días de comunicada esta decisión, al debate, nos encontramos con que otro tomó la decisión por nosotros: un integrante de la justicia. Es decir que encontramos vulnerada y avasallada nuestra facultad decisoria de comprobar la constitucionalidad de esta decisión. Este poder de contralor que sentimos vulnerado debe ser merituado también a la hora de asignar responsabilidades en cuanto a la resolución de este problema porque, reitero, no hemos sido nosotros los que hemos convocado a la justicia para que intervenga en una cuestión que era eminentemente nuestra, que era eminentemente de tipo político, como bien se ha marcado aquí a lo largo del debate. El precedente es muy grave porque implica vulnerar el principio republicano de la división de poderes, que aquí también se mencionó. La jueza debería haberle planteado la falta de legitimidad a los legisladores que, integrando éste cuerpo, ocurren, aunque no se haya agotado el trámite legislativo, a su tutela. Esto que constitucionalmente no merece más que un reproche profundo, no puede soslayarse porque afecta el funcionamiento de esta Comisión, el funcionamiento republicano y, precisamente, lo que hace es enturbiar la posibilidad de una solución. Lo que ocurre ahora es que esta cuestión está en la Alzada, la Cámara tratará el tema y esto se va dilatando. Entonces, qué mejor señal para ayudar a la resolución de esta cuestión que la suscripción unánime dentro de este cuerpo y de esta comisión de contralor constitucional que la suscripción en forma unánime del decreto enviado por el Poder Ejecutivo. Digo esto porque el tema que nos convoca hoy, más allá de la situación crítica externa, que yo no desconozco es la resolución de este problema. Esto es lo que nosotros tenemos hoy en análisis. La estabilidad o no del presidente del Banco Central al frente. Es decir que mientras esta situación perviva existen una cantidad de otras cuestiones operativas que, naturalmente, debilitan toda la posición de la Argentina y es indudable que esto tiene una implicancia neta y precisa en las decisiones que se toman en los Estados Unidos. No tengo ningún tipo de dudas. No conozco de cerca el expediente pero, evidentemente, si los mensajes que se transmiten desde la Argentina resultan contradictorios desde el punto de vista institucional entre la presidenta y el vicepresidente. El presidente del Banco Central desplazado, el vicepresidente en ejercicio de la presidencia y los movimientos del personal interno, todo esto más las presentaciones judiciales, tienden a crear naturalmente una situación grave y esto se refleja en los otros comportamientos. Para terminar señores secretarios propongo que suscribamos en un único dictamen el respaldo al desplazamiento del señor Redrado de la Presidencia del Banco Central, en atención a que su único sostén resulta hoy un amparo judicial. Absolutamente endeble desde el punto de vista político y funcional toda vez que se encuentra en minoría en el seno del Directorio del banco y quiero recordar que la Carta Orgánica del Banco establece el régimen de mayorías para la resolución para la toma de resoluciones y, por otro lado, que no cuenta ni con el respaldo de la presidenta de la Nación que ha provocado su desplazamiento, ni del ministro de economía con quien tiene que funcionar en sintonía para sacar las cosas adelante. El tema en debate debe circunscribirse especialmente allí y efectivamente en la búsqueda de soluciones que tengan que ver con un debate posterior que no está en el resorte de nosotros legisladores, la fijación de esa fecha de debate. Esto, en todo caso, será una cuestión privativa, tal como lo establece la Constitución de la presidenta de la Nación. Nada más. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Tiene la palabra el diputado Thomas. Sr. Diputado Thomas. — Gracias, señor senador. Es casi inevitable recordar experiencias dolorosas que hemos vivido en este Congreso nacional el año pasado. Escuchaba a mi colega, al diputado Rossi, con la vehemencia que hablaba y la verdad considero la honestidad intelectual de transmitir lo que él piensa y viajaba imaginariamente derecho al tratamiento de la 125. Coincido con el análisis que hizo el ex presidente y actual diputado nacional Néstor Kirchner, que decía que esto es una especie de 126. La similitud es que si uno había apagado el televisor y lo prende en este momento va a ver que casi todos estamos hablando de cosas parecidas. Coincido con Morales: nosotros también hacemos un desafío. Cuando digo “nosotros” no es nada despreciable, nosotros somos 37 diputados y 16 senadores. Me refiero al Peronismo Federal. Error: Reference source not found Le comentaba a algunos amigos antes de venir que estuve esperando hasta último momento, por la representatividad que tengo y que tenemos contactos formales o informales con colegas del oficialismo que transmitieran alguna instancia de diálogo previa a esta reunión. Evidentemente esta reunión es importante y deberíamos haber tenido contactos para conocer las coincidencias que teníamos en el sentido de poder tener la oportunidad de trabajar juntos para ver si el Poder Ejecutivo y la presidenta de la Nación puede convocar a extraordinarias en un tema que cobra importancia relevante, lo está reconociendo el mismo gobierno, estamos en una situación económica complicada. También quiero ratificar que en los considerandos del juez Thomas Griesa están las declaraciones de la presidenta de la Nación y del jefe de Gabinete Aníbal Fernández que dijeron que el Banco Central está sujeto a las decisiones del Poder Ejecutivo. Esto lo hemos escuchado acá y se lo hemos escuchado a Boudou y está en los considerandos de Tomás Griesa que a mí tampoco me gusta. No quiero trabajar para ellos. Tampoco creo que se pueda aceptar que Redrado es un agente secreto de los fondos buitres a cargo del Banco Central. ¿Qué le pasó a Redrado? Pasó de ser un funcionario eficiente a agente secreto de los fondos buitres. Me parece que es un extremo. Razonemos qué cambió en el Congreso de la Nación para que hasta el 10 de diciembre funcionemos todas las semanas, 14 horas diarias tratando leyes que merecían meses, pero lo hacíamos en una semana. Y acá está el presidente de l bloque oficialista y corrían atrás de ellos. Y entraba un proyecto y no terminábamos de aprobarlo y caía otro proyecto y un tercer proyecto. ¿Qué cambió para que ahora haya esta displicencia para que la presidenta nos convoque a sesiones extraordinarias? Cambiaron las mayorías legislativas. Eso es lo que ha cambiado en el Congreso de la Nación. Y por fortuna cambiaron las mayorías legislativas. La verdad, tampoco nosotros, en este caso los bloques que estamos representados acá, tenemos una mayoría asegurada. ¿Por qué el temor a llevar al debate a la actual Cámara de Diputados y a la Cámara de Senadores un tema tan sensible como esto? Porque no están acostumbrados a trabajar en la búsqueda de los consensos. Le tienen temor al que piensa diferente. Tenemos que escucharnos, porque tenemos que llegar a una verdad compartida. Coincido en que la situación de Redrado no puede seguir de esta manera. Pero, ¿cómo vamos a hacer? Decimos Redrado se va y no lo vamos a escuchar en el Congreso de la Nación, porque me imagino que tendrá derecho a la legítima defensa. Si no, seguramente, se lo remueve y vamos a tener una acción de la Justicia al día siguiente diciendo “¿lo escucharon a ver qué tiene para decir?”. ¿Dónde se va a expresar? Se tiene que expresar acá, en el Congreso de la Nación. Entonces, cambiaron las mayorías legislativas. No estoy diciendo que nosotros tengamos la mayoría. Nos vamos a encontrar con sorpresas y va a haber mayorías transitorias de acuerdo a los temas que tratemos. En este tema me aventuro a decir que vamos a encontrar más coincidencias que discrepancias. Pero no hay otra manera de que nos demos la oportunidad, como establece la ley, que una vez que termine esta reunión, en minutos, se convoque al pleno de las cámaras de Diputados y Senadores para tratar como corresponde un tema esencial y sensible a la economía del país. No me voy a hacer cargo de la situación que está viviendo la economía del país. Sinceramente les digo que la responsabilidad es la improvisación grosera que ha tenido el Ministerio de Economía al implementar este fondo mal llamado del bicentenario. Esto me hace recordar también a la 125. Pasó lo mismo y al final no teníamos retorno. Tanto la oposición como el oficialismo estaban en situación irreversible. Y eso hizo sufrir al ciudadano de a pié. No nos vamos a olvidar en décadas de lo que ocurrió con el tratamiento de la 125. Así que para no reiterar conceptos que ya se han vertido acá, tiene que haber convocatoria a sesiones extraordinarias por parte del Poder Ejecutivo. Nosotros hemos la evaluación desde el Peronismo Federal y tenemos asistencia completa si hay una convocatoria para tratar este tema. Hemos hecho un dictamen en conjunto, no hemos adherido al dictamen de la Unión Cívica Radical. Y no vamos a avalar que este tema tenga un test constitucional en esta Comisión Bicameral y no se discuta el tema de fondo que es el mal llamado Fondo del Bicentenario y la estabilidad, porque está logrando todo lo contrario: inestabilidad, inseguridad jurídica y le estamos atribuyendo al presidente del Banco Central un delito y resulta que el que tiene que evaluar si es delito o no es el Poder Judicial. El Poder Judicial está anticipando que no hay delito, con lo cual estamos diciendo que se vaya el presidente del Banco Central, porque está incumpliendo los deberes de funcionario público y está cometiendo un delito. Y resulta que la Justicia dice que no hay delito y el Fondo del Bicentenario, el decreto 2010 está suspendido en su aplicación, hoy no está vigente. Y estamos diciendo que se vaya el presidente del Banco Central porque incumple un decreto que no está vigente. Los exhorto a que apacigüemos los ánimos, a que bajemos el tono porque no hay una verdad absoluta y a que no interpreten que pensar diferente es ser conspirador o saboteador. Ese razonamiento ya nos ha causado mucho dolor a los argentinos; no podemos continuar con ese razonamiento. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Tiene la palabra el señor diputado Tunessi. Sr. Diputado Tunessi. — La verdad es que concurrimos a esta reunión esperanzados en que hubiera un espacio para la reflexión con el deliberado propósito de ayudar para salir de la crisis en la que nos encontramos. Sin embargo, estamos percibiendo que no se quiere admitir que se han cometido errores y se quiere arrastrar a todos los argentinos a pagar por los errores que comete el gobierno. Ya se explicó aquí —lo han dicho claramente el señor senador Morales y otros representantes de la oposición— que en esta hora de crisis debemos ofrecerle al gobierno oportunidades y alternativas que rectifiquen esos errores. Lo decimos nosotros, los radicales, que hemos tenido problemas al gobernar en un contexto de aguda desconfianza económica. Lo decimos nosotros, los radicales, que conocemos bien lo que es tener una oposición destructiva: iban a los foros internacionales a decir —como fue Cavallo que era funcionario de un gobierno justicialista del mismo signo— que no refinanciaran las deudas del gobierno democrático de Raúl Alfonsín porque, en realidad, iban a ser desconocidos los acuerdos políticos. Por eso, queremos ayudar al gobierno para que revierta esta decisión equivocada. Queremos decirle al gobierno que asuma su responsabilidad convocando al Congreso. Es el primer paso para enmendar los errores del Fondo del Bicentenario. Esta sucesión de error tras error nos inscribe en una idea paranoica y absolutamente de blanco o negro, en esta idea maniquea que plantea el gobierno permanentemente; hay que estar de acuerdo a libro cerrado con el gobierno o se es mediático destituyente, agro mediático, etcétera. No estamos dispuestos a aceptar, lo vengo a decir con toda vehemencia, que estamos favoreciendo intereses en contra de la Nación porque, efectivamente, el gobierno no ha explicado bien qué quiere hacer con el famoso Fondo del Bicentenario. La señora presidenta tiene dos caminos: convocar al Congreso o este Congreso decidirá autoconvocarse y analizar los DNU que firmó el Poder Ejecutivo, Error: Reference source not found que están causando problemas. Señor diputado Rossi: no es una conspiración de la sinarquía internacional ni de la oposición las causas por las que el juez Griesa trabó embargo sobre los fondos argentinos. No hay paper de la economía que no haya circulado en estos últimos quince días que no les advirtiera que esto iba a ocurrir. De todas maneras, dictaron el decreto de necesidad y urgencia. No hay economista, persona de la oposición y aun del oficialismo que no haya advertido que iba a pasar eso. Martín Redrado es un funcionario designado por este gobierno y no por la oposición. Desde hace seis años conduce el Banco Central este golden boy, que ahora se ha convertido en la representación vívida de las peores circunstancias. Reitero, convivieron durante seis años. Fue designado por Néstor Kirchner. ¿Saben cuál es el principal argumento del juez Griesa? No es el argumento del Banco Central. Los argumentos del juez Griesa son los argumentos de los abogados del Estado argentino, que vienen invocando la intangibilidad de las reservas como forma de levantar los embargos que tienen trabados sobre las reservas de Argentina. Diputado Rossi: 1.700.000 dólares no es el problema. Hay en camino trabar embargos por más de 3 mil millones de dólares de la reserva argentina. Hay prerresoluciones judiciales que están autorizando la posibilidad de analizar embargos sobre bienes argentinos, no solamente en Estados Unidos, sino en París, Basilea y en otros lugares donde tiene reservas la Argentina. Esto es un error de este gobierno. Digo que no se ha explicado adecuadamente porque escuchamos por estas horas, siete días después, al ministro Boudou decir que todos los fondos buitre quieren que el país siga tomando deudas. La presidenta dice que es mejor pagar con reservas que tomar créditos al 15 por ciento. Entonces, el primer interrogante que deberíamos develar es si el Fondo del Bicentenario se hizo para volver a los mercados voluntarios para refinanciar deudas o para cancelar deudas con reservas. ¿Quién ha dicho que cancelar deudas es progresista y transformador? Decimos que lo que hay que refinanciar sea a tasas razonables y, entonces, este gobierno dice que somos la derecha financiera mediática, agromediática y tantas otras cosas. ¿Saben a cuánto se financia Uruguay? Al 6,5 por ciento a quince años. Brasil se financia al 5,5 por ciento a treinta años. En consecuencia, no podemos decir que es necesario pagar deudas con reservas, que sea eso lo progresista, porque se está escondiendo otra situación a la que me referiré más adelante. Quiero decir que desde el default de 2001 la Argentina ha cancelado los vencimientos de deuda pública recurriendo al superávit fiscal o a las reservas internacionales. Sin embargo, hoy en día, el contexto financiero internacional — coincidimos en eso y ése es el dolor que tenemos desde la oposición— es extraordinariamente favorable para una economía como la nuestra. Es el momento de tomar decisiones serias y responsables, que no se deben tomar a través de decretazos que soslayen la voluntad del Congreso y que nos pongan en aprietos como el que estamos viviendo en este momento. Las circunstancias se tienen que observar. Para mitigar los efectos de la mayor crisis en ocho décadas, los países desarrollados expandieron su liquidez, que empujó la tasa de interés a niveles bajísimos como nunca antes había ocurrido. Entonces, con los intereses bajísimos, con rendimientos tan bajos, se renovó el apetito de riesgo de los inversores que buscan colocar sus fondos en los papeles de la economía emergente buscando mayores rendimientos que los que obtendrían en los países centrales. Esa es la razón. Coincidimos en este sentido. Esto explica el financiamiento barato al que pueden acceder economías como la uruguaya o brasileña. En un mundo de tasas de intereses bajas es absurdo que la Argentina quiera cancelar con recursos fiscales o reservas vencimientos de capital; lo lógico sería refinanciarlos, especialmente en una economía que está saliendo de la recesión. Por eso, queremos discutir en el Congreso qué hacer con la deuda externa. Podría argumentarse que dada nuestra historia reciente la acumulación de stock de deudas ha sido inconveniente o ha traído efectos no deseados que quisiéramos cancelar. No es lo que estamos proponiendo. Estamos proponiendo cancelar intereses y renovar capital a tasas razonables para un país razonable. Conservaríamos el mismo stock de deuda, no descapitalizaríamos, no bajaríamos los niveles y la calidad de las reservas del Banco Central con este invento arqueológico de la convertibilidad de las reservas de libre disponibilidad. ¡Quién sabe cuántas son las reservas necesarias para mantener el peso estable o una moneda fuerte! ¿Por qué vienen ahora con ese tema? Porque las condiciones Porque las condiciones para volver a los mercados voluntarios de crédito y pagar tasas razonables exigen cuatro cuestiones y el gobierno lo sabe perfectamente bien y Boudou no lo contestó en la última reunión que tuvimos aquí. Cuando las economía desarrolladas dejan de poner el pié en el acelerador va a comenzar a subir la tasa de interés y será tarde para la Argentina. Primero: hay que regularizar el INDEC. Segundo: hay que acceder a la restricción del Artículo 4° del Fondo. Nuestra economía tiene que ser auditada, le pagaron al Fondo 10 mil millones de dólares de contado y ahora se hacen los progresistas diciendo que no pueden aceptar una auditoría simple del Fondo Monetario Internacional, porque eso no es progresista. Todas las economías del mundo aceptan el Artículo 4° del Estatuto del Fondo Monetario Internacional y sus economías se auditan para acceder a los mercados voluntarios de crédito. Acá en la Argentina no queremos hacer eso y hacemos lo contrario. En consecuencia quiero decirles que además hay que pagarles a los hold out y además al Club de París. En estas dos cuestiones está el apuro del gobierno. Quiere abrir el canje de los hold out y pagarle al Club de París, no quiere aceptar la auditoría del Fondo Monetario Internacional y no quiere solucionar el problema del INDEC. En consecuencia esas son las causas por las que Argentina se sigue endeudando a tasas imposibles y va a seguir haciéndolo. El verdadero progresismo de esta discusión pasa por sincerar estas variables. Me olvidaba: “Faldeti” agregó una tercera opción para el Fondo del Bicentenario, dijo que era para gastarlo para estimular la economía y la demanda. Así que por un lado decimos que hay que desendeudarse y por otro lado, decimos que con ese dinero lo que hay que hacer es gastarlo para aumentar y estimular la demanda. Y por otro lado decimos que es un fondo para darle garantías a los acreedores de que le vamos a pagar y que van a bajar las tasas de riesgo país y de interés. ¿Cuál es la finalidad del Fondo del Bicentenario que creó la presidenta por un decreto soslayando al Congreso Argentino? Todavía no lo sabemos. En consecuencia: ¿será que se quiere seguir gastando a raja cincha sin limitaciones de ninguna naturaleza hasta el borde del default? ¿O será que, ya gastados los derechos de giro del Fondo Monetario Internacional y las de reparto de la división de los dividendos del Banco Central, la caja de la ANSeS, la caja del PAMI, la del Banco Nación y pagados también los bonos del Banco Central, no alcanza y debemos recurrir a otro tipo de mecanismos para financiarnos? Entonces, esa es la pregunta: ¿quién ha dicho que es ser progresista cancelar deuda con reservas del Tesoro? ¿Quién ha dicho que quienes defendemos Error: Reference source not found la intangibilidad de las reservas somos la derecha financiera que trabajamos a favor de los fondos buitres? Es incalificable que nos apostrofen esa cuestión, en este maniqueísmo insoportable en la Argentina. No somos abogados de los fondos buitres. No somos abogados de la patria financiera. Nosotros queremos un país serio y previsible, sensato, que gaste lo que tiene y cuide a su gente, a sus personas y sus trabajadores y que cuide sus posibilidades. Y queremos una oposición que quiera construir y ayudar a salir de un marasmo, de un problema en el que el oficialismo se ha metido por sí mismo y ahora pretende endilgarle a los demás. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Tiene la palabra el señor senador Guinle. Sr. Senador Guinle. — Senador: he escuchado algunas intervenciones muy fervorosas que han vuelto sobre temas largamente discutidos. Esto soslaya la cuestión del tratamiento de este DNU que, en realidad, es un acto que reviste una doble naturaleza. Por un lado es un acto administrativo propiamente dicho, facultades del Poder Ejecutivo conforme al Artículo 99, Inciso 1° de la Constitución Nacional y el Artículo 9° de la Carta orgánica y por el otro lado, se ordena la remoción del funcionario, presidente del Banco Central o ex presidente del Banco Central y se lo hace en virtud del Artículo 99, Inciso 3°. En esto específicamente estriba el DNU o el aspecto del DNU. En la intervención de la Comisión Bicameral y luego del Congreso en el marco de la ley 26122, debería circunscribirse en lo dispuesto en el Artículo 2° del decreto. Es allí donde hay una norma de naturaleza legislativa. Hay una excepción a lo normado en una ley formal. Este es el análisis. En realidad aprovechamos una cuestión y volvemos sobre el 2010, discutido el 30 de diciembre. No es malo, no es ociosa la discusión pero había sido ya debatida y terminada el 30 de diciembre. Volvemos sobre el 2010 y soslayamos entrar en el análisis concreto de este DNU que digo es de doble naturaleza. Un acto administrativo propiamente dicho y tiene aspecto de DNU en lo que hace al Artículo 2° que es la remoción del licenciado Redrado. Y hay que entrar a los presupuestos que habilitan o no a que se pueda dictar este DNU y, en realidad, creo que lo dice claramente el instrumento, pero no tengo dudas en decir que la verdadera urgencia de este DNU tiene que ver con la necesidad de ejecutar el 2010. Por eso, evidentemente, se vuelve al 2010. Y se vuelve y de alguna manera se calificó de torpeza o mala praxis política lo que había hecho el gobierno en la cuestión. Quizás eximiéndonos cada uno de nosotros de la responsabilidad que tenemos en esta hora. Creo que tuvo una buena intervención el presidente del bloque radical se senadores y creo que fue respondido con justeza por el presidente del bloque de senadores justicialistas del Frente Para la Victoria y del presidente del bloque de diputados. En realidad el marco que nos permitía observar un escenario con, como algunos dicen, vientos de cola en realidad con circunstancias favorables al país, apenas dictado el Fondo del Bicentenario aparece aguado y complicado a partir de algunos aspectos bien explicados por el diputado Landau, cuando en este segundo DNU aparece la justicia antes de los 10 días y de la valoración que tiene que hacer esta comisión bicameral. Aparece la Justicia antes. También se engancha de que se viene desde el 2010 y la garantía de la no ejecución del 2010 es el mantenimiento de Redrado en el Banco Central. Acá se ha dicho una cosa muy importante y muchos de nosotros tomamos más allá de la negativa de este pleno a hacerse cargo de algunas cuestiones en resolverlas, pero hay términos que han llegado a ser meditados profundamente y reflexionados por cada uno de nosotros. Estamos llegando a crisis de gobernabilidad que afectan a los argentinos y entran a jugar las responsabilidades. La responsabilidad del gobierno que cometió mala praxis permanente, como señalan algunos. Pero han colaborado muchos otros actores. Lo digo con absoluto respeto. Digo que otros actores están aportando todo lo que pueden y de alguna manera la cohesión que exhibe a oposición tiene que ver con el gobierno que tiene enfrente.En realidad, los discursos efusivos y exultantes tendrán que dar lugar a un examen que nos permita a todos repensar cómo salimos de esta situación. Algunos se refieren a esta situación como a una mala praxis del gobierno. Sin embargo, yo creo que tiene que ver con muchos otros actores, inclusive con sectores representados en los medios de comunicación que baten el parche de manera absolutamente irresponsable en una artera campaña mediática que profundiza los problemas de los argentinos. Ayer estuve escuchando a un economista al que sacaron rápidamente del aire porque no contestaba lo que los periodistas querían escuchar. En el transcurso de su exposición hizo un parangón sobre lo que decía el gobierno qué quería hacer con la deuda, la baja de los intereses, etcétera. Nombró a otros que también lo dijeron claramente, por ejemplo, a Alderete y a otra persona de la que no se acordaba el nombre. Mencionó que, en realidad, había muchos sectores de la oposición que no decían qué querían hacer con la deuda. Destacó también que el sector que más claramente lo expresaba era un sector de la izquierda —no representado en esta Comisión Bicameral— que decía que había que repudiar, investigar y clasificar la deuda para luego ver qué hacer y que quiere atar la discusión de estos DNU a discutir verdaderamente cuál es el origen de la deuda y cuál es la deuda que se puede repudiar. No está integrada y no está representando esta Comisión Bicameral. En realidad, con los argumentos dados por del economista, rápidamente lo sacaron de escena porque no decía lo que los periodistas estaban esperando que se dijera. Ahora bien, quiero ser respetuoso y no deseo traer una discusión que baje de alguna manera la necesidad de tener y llevar fuerzas que signifiquen aportar salidas. Soy uno de los que creen que no es malo el cambio del escenario, lo dije cuando discutimos la 2010, no tengo ninguna duda de que lo que cambiaron fueron las mayorías parlamentarias y eso hace que se discuta distinto. Repito, eso lo dijimos cuando discutimos la 2010. Desde mi lugar, deseo señalar que no me acompleja ni me molesta que los números hayan cambiado y que, en realidad, se exija la búsqueda de consenso para llegar a respuestas que mejoren las posibilidades de todos los argentinos. Por un lado, se escucha —en esto no quiero caer en una chicana— el argumento de que la señora presidenta debe ponerse en el papel de estadista, por encima de todos y ver cómo asumir ese rol. Sin embargo, por otro lado, no se le reconoce que puede dictar un DNU para sacar a un funcionario que realmente está, sin duda, estorbando la ejecución del plan económico del gobierno. Parece medio paradójico y difícil el hecho de pararse en ese doble escenario. En mi opinión, la señora presidenta está utilizando bien el DNU para atacar ese artículo 2º; está utilizándolo para salir de la excepción del artículo 9º de la Carta Orgánica; está enervando, a mi juicio, la teoría de la Corte de no entrar en cuestiones sectoriales o individuales, como lo dijo en los fallos Risolía de Ocampo y Leguizamón. Es así porque el objetivo de este nuevo decreto es poner en ejecución al anterior, en cuyo cumplimiento está comprometida la economía nacional en su conjunto. Sin embargo, evidentemente tenemos visiones distintas y vamos a tener que arrimar soluciones a estos planteos que se han realizado. Es cierto lo que manifestaba el señor diputado Landau respecto de que Error: Reference source not found fuimos nosotros los que permitimos que este decreto de necesidad y urgencia se tratara antes en la Justicia, se judicialice, que en este seno. La realidad es que el DNU fue notificado el mismo día que fue dictado y, obviamente, teníamos diez días para convocar a esta Comisión Bicameral. También es cierto que la responsabilidad la va a medir el pueblo argentino rápidamente; más allá de los discursos encendidos, creo que tendrá una mirada clara y determinante sobre las pertinentes responsabilidades. Muy posiblemente le lleguen algunos mensajes con claridad sobre el hecho de pagar o no las deudas, si hay que honrar o no compromisos, utilizar o no reservas y ver si realmente hay sectores que han conspirado contra un escenario favorable para el interés nacional, que rápidamente se vio revertido por estas culpas que se reparten y que, a mi juicio, son responsabilidad de cada uno de nosotros, de los actores, más algunos que están en una pelea salvaje con el gobierno. A lo mejor, el gobierno generó esta pelea salvaje. Yo hago el análisis. Posiblemente, hay medios muy enojados con el gobierno en virtud de una devolución de gentilezas y de errores cometidos por asociaciones con estos medios en el pasado que hoy se pagan de esta manera. No me cabe ninguna duda de que los medios están jugando fuertemente en contra de los intereses del país y de los argentinos. Seguramente, este grupo de medios —a los que me estoy refiriendo en particular— no va a tener problemas en una crisis de gobernabilidad que afecte a todos los argentinos porque van a estar parados de manera tal que los efectos no dañarán sus activos ni sus economías y seguramente el Estado, como fue en el pasado, va a salir a salvarlos de algunos efectos que han tenido en negativo, como lo han tenido los argentinos en particular. Deseo que nos ayudemos a reflexionar. No es bueno caer en este tipo de crisis en las que, más allá de adjudicársela a fulano o mengano, llegamos a un punto central donde cada uno se para en su posición, la reivindica y no hay posibilidades de acordar en algún mecanismo positivo. Estoy convencido de que estos debates abren mecanismos donde la política necesita escucharse, atenderse y mirarse, despojada de cuestiones que tienen que ver fundamentalmente con resentimientos o viejas heridas que se están tratando de restañar en un combate donde los argentinos vamos a perder oportunidades que deberíamos aprovechar. Festejo gran parte de la intervención del señor senador Morales y reivindico las intervenciones del señor senador Pichetto y del señor diputado Rossi. Creo que se han dicho verdades de los dos lados y hay que arrimarse tratando de procurar una solución en la que los argentinos entendamos que no es un problema grave cambiar mayorías que obligan a llegar a un voto siempre autoritario y decisivo. Repito, considero que no es un problema grave. Se trata de discutir políticamente tratando de que los efectos positivos de este viento de cola o de decisiones bien tomadas por parte del gobierno de turno mejoren la posibilidad de los argentinos hacia el futuro. Hacer una prueba fundamentalmente de nuestra madurez. En esto hay que evitar las paradojas. Insisto, no se le puede pedir a alguien que asuma un rol de estadista, pero por otro lado negarle la posibilidad de quitar en la ejecución de una política económica nacional a quien en realidad está siendo un escollo. Ni siquiera lo valoro. No quiero entrar en valoraciones que tienen que ver con pasados y antinomias. Pero sí es claro que no se le puede pedir que cumpla con el rol de estadista a aquel que se le niega la posibilidad de remover a un funcionario que está obstaculizando la aplicación de la política económica de un gobierno. Sr. Senador Petcoff Naidenoff. — Damos por concluida la reunión. Lógicamente, los dictámenes serán acercados por Secretaría. — Es la hora 20 y 02.