ÍNDICE. CONTENIDO DE LA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA DE LA SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL MARTES 3 DE AGOSTO DE 2010. SECRETARÍA GENERAL DE ACUERDOS 1 NÚMERO ASUNTO IDENTIFICACIÓN, DEBATE Y RESOLUCIÓN. PÁGINAS. 2/2010 ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD promovida por el Procurador General de la República contra actos de la Asamblea Legislativa y del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, demandando la invalidez de los artículos 146 y 391 del Código Civil del Distrito Federal, publicados en la Gaceta Oficial del Distrito Federal de 29 de diciembre de 2009. 3 A 82 (PONENCIA DEL SEÑOR MINISTRO SERGIO A. VALLS HERNÁNDEZ). EN LISTA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN TRIBUNAL PLENO SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL MARTES 3 DE AGOSTO DE 2010. ASISTENCIA: PRESIDENTE. SEÑOR MINISTRO: GUILLERMO I. ORTIZ MAYAGOITIA. SEÑORES MINISTROS: SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO. JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ. JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS. ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA. JOSÉ DE JESÚS GUDIÑO PELAYO. LUIS MARÍA AGUILAR MORALES. SERGIO ARMANDO VALLS HERNÁNDEZ. OLGA MA. DEL CARMEN SÁNCHEZ CORDERO. JUAN N. SILVA MEZA. AUSENTE. SEÑORA MINISTRA: MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS. (SE INICIÓ LA SESIÓN A LAS 10:50 HORAS) SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se abre la sesión. Señor secretario, sírvase dar cuenta con los asuntos del día. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro Presidente. Se somete a su consideración los proyectos de las actas relativas a la sesión pública número 76 ordinaria celebrada el lunes doce de julio del año en curso; de la sesión pública número 77 solemne de clausura del primer período de sesiones 2 correspondiente al año dos mil diez, y de la sesión pública número 78 solemne de apertura del segundo período de sesiones correspondiente al año en curso. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Están a la consideración de la señora y señores Ministros las actas con las que se ha dado cuenta. Si no hay ninguna intervención, de manera económica les pido voto aprobatorio. (VOTACIÓN FAVORABLE). APROBADAS LAS DOS ACTAS SECRETARIO. QUEDARON 3 SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Se somete a su consideración el proyecto relativo a la ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 2/2010. PROMOVIDA POR EL PROCURADOR GENERAL DE LA REPÚBLICA EN CONTRA DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA Y DEL JEFE DE GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL, DEMANDANDO LA INVALIDEZ DE LOS ARTÍCULOS 146 Y 391 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL. Bajo la ponencia del señor Ministro Valls Hernández y conforme a los puntos resolutivos que proponen: PRIMERO. ES PROCEDENTE PERO INFUNDADA LA PRESENTE ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD. SEGUNDO. SE RECONOCE LA VALIDEZ DE LOS ARTÍCULOS 146 Y 391 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL CONFORME A LO EXPUESTO EN LOS CONSIDERANDOS SEXTO, SÉPTIMO Y OCTAVO DE ESTA EJECUTORIA; Y TERCERO. PUBLÍQUESE ESTA SENTENCIA EN EL SEMANARIO JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN Y SU GACETA. NOTIFÍQUESE; “…” SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro don Sergio Valls. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Muy amable señor Presidente, señora Ministra, señores Ministros, como recordarán en sesión del día primero de julio pasado, por una mayoría de seis votos de los integrantes de este Pleno, se determinó no sobreseer respecto del artículo 391 del Código Civil para el Distrito Federal, por lo que en el engrose respectivo se desestimará la causa de 4 improcedencia hecha valer en ese sentido, tanto por la Asamblea Legislativa como por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, con apoyo en las razones que la mayoría de ustedes, de este Honorable Pleno, expuso en dicha sesión. Considero pertinente señalar que el asunto que hoy se discutirá, reviste una gran importancia para la sociedad y sin duda ha generado inquietud e incluso cierta polarización dentro de la misma; sin embargo, esta Suprema Corte de Justicia de la Nación como Tribunal Constitucional de México debe resolver la cuestión planteada a la luz de la Constitución Federal, pues aun cuando estamos frente a una problemática que debe atender necesariamente a nuestra realidad social, a la realidad social existente, el estudio debe hacerse al margen de convicciones de tipo moral, ideológico o religioso, e incluso de prejuicios que socialmente pudiera haber al respecto. Ahora bien, el primer tema que se analiza en el proyecto, concretamente en el Considerando Sexto es el relativo a la constitucionalidad del artículo 146 del Código Civil para el Distrito Federal, que define al matrimonio como la unión libre de dos personas para realizar la comunidad de vida, en donde ambos se procuran respeto, igualdad y ayuda mutua. La propuesta esencial del proyecto que presento a la consideración de ustedes, es reconocer la validez de este artículo conforme a las siguientes consideraciones: A partir de la reforma impugnada, el artículo 146 del Código Civil redefine el matrimonio permitiendo que se celebre tanto por parejas heterosexuales como del mismo sexo. El Procurador General de la República en sus conceptos de invalidez, aduce que tal reforma no satisface una razonabilidad objetiva y que se vulnera el artículo 4º de la Constitución. 5 En la consulta se establece que constitucionalmente el legislador ordinario no se encuentra impedido para definir el matrimonio de forma tal que permita que las uniones entre personas del mismo sexo alcancen ese estatus y protección jurídicos, dado que objetivamente guardan una identidad con las uniones heterosexuales por cuanto se refiere a lazos afectivos, sexuales, de solidaridad y respeto mutuos y con vocación de estabilidad y permanencia, que actualmente son los elementos que caracterizan al matrimonio, dada la secularización de la sociedad y de la propia institución matrimonial cuyo resultado ha sido la separación de ese vínculo de una función, de una finalidad reproductiva; además la protección constitucional de la familia no se consagra sólo respecto de un tipo de familia que el accionante denomina ideal; es decir, padre, madre e hijos y que a su entender, parte o deriva del matrimonio, sino respecto de la familia como tal, existiendo en la actualidad una gran diversidad de formas de cómo se organiza o integra la familia, debiendo el legislador buscar que todas ellas tengan la misma protección. Por tanto, la medida legislativa a través de la cual se amplía el matrimonio hacia parejas del mismo sexo, satisface una razonabilidad objetiva; y el hecho de que las parejas heterosexuales y del mismo sexo estén en igualdad de condiciones ante la opción de elegir contraer matrimonio o no, y alcanzar la protección y reconocimiento legal que dicha figura otorga a sus uniones, lejos de vulnerar la Constitución, se ajusta a lo dispuesto en su artículo 1º, y respeta los derechos al libre desarrollo de la personalidad, a la autonomía e identidad personal, y por ende, a la dignidad humana. Por otra parte, respecto del mismo artículo 146 impugnado, en el Considerando Séptimo del proyecto se desvirtúa el planteamiento del accionante acerca de los posibles conflictos que se originarían con la nueva definición del matrimonio en el Distrito Federal y en las 6 entidades federativas, señalándose además que en este tipo de medio de control constitucional no es posible revisar en abstracto ese tipo de conflictos. El artículo 121 de la Constitución prevé las reglas de competencia y de aplicación de normas a determinadas situaciones jurídicas dada la gran producción normativa que se presenta en cada entidad federativa y la seguridad jurídica que debe existir a este respecto. Hasta aquí dejaría señor Presidente, la presentación del asunto, a reserva de que en su momento y cuando empecemos con los otros temas, si usted así lo determina podríamos seguir aportando algunas ideas preliminares. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Cómo no señor Ministro. Puesto que hemos discutido y votado ya los primeros temas de este importante asunto, procede entrar al estudio de fondo y el considerando que corresponde es el que trata el capítulo de derecho comparado en cuanto al reconocimiento de las uniones civiles y los matrimonios entre personas del mismo sexo. Esto es, todo el Considerando Quinto, que va de las páginas ochenta y cuatro a la ciento veinticuatro del proyecto. Este capítulo de contenido histórico o narrativo, es el que pongo a consideración del Pleno en este momento. Señor Ministro Aguirre Anguiano. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias señor Presidente, es muy amable. En el Considerando Quinto se hace referencia al derecho comparado en cuanto al reconocimiento de las uniones civiles y los matrimonios entre personas del mismo sexo. Así, se alude a resoluciones y observaciones generales emitidas por organismos 7 internacionales, a referentes normativas del matrimonio entre personas del mismo sexo en otros países, así como a sentencias dictadas por Cortes y tribunales de otros países. Ello para concluir que ––cito––: “existe una tendencia a nivel mundial al reconocimiento de los matrimonios entre personas del mismo sexo o cuando menos a la extensión de la mayor parte de los beneficios y las responsabilidades derivados del matrimonio, a las uniones entre homosexuales”. ––Vean por favor la página ciento veinticuatro del proyecto––. El principal problema del que adolece este Considerando ––según mi parecer––, es la conclusión categórica que les acabo de leer, en cuanto afirma que existe una tendencia a nivel mundial al reconocimiento de los matrimonios entre personas del mismo sexo, cuando de la lectura del propio Considerando en su página noventa, se desprende que sólo treinta países de un universo aproximado de doscientos veinte países con plena soberanía, no todos desde luego registrados ni miembros de la ONT, regulan este tipo de uniones; de esas naciones sólo diez le otorgan la denominación de matrimonio, se nos dice que son: Holanda, Bélgica, España, Noruega, Suecia, Portugal, Estados Unidos, Canadá, Sudáfrica y Argentina; por lo que el resto la nombran unión civil, pacto de solidaridad o sociedad de convivencia. También indican que en Estados Unidos, Brasil, España y Australia, la regulación es local; asimismo, destaca la situación de Estados Unidos, pues en la hoja noventa y siete del proyecto, se señala que a nivel federal existe la Ley para la Defensa del Matrimonio, que define el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, al tiempo que establece que ningún Estado está obligado a reconocer las uniones civiles y los matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en otro Estado. 8 Sobre esa base, me parece carente de sustento afirmar que estamos ante una tendencia mundial de reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo, pues más bien es una minoría de países, además, esa aparente tendencia tampoco significa que ese tipo de reforma sea conveniente, máxime que en el rubro de adopciones el propio proyecto indica que sólo en Holanda, Noruega y Suecia se permite la adopción a parejas integradas por personas del mismo sexo –eso dice el proyecto–. Sobre este respecto habré de hacer referencia después, tratando otro tema que esto nunca ha sido mediante simultaneidad, sino después de largos periodos de la existencia del matrimonio reconocido en las leyes para personas del mismo sexo y de estudios particularizados ordenados por Congresos y demás entidades que intervienen, se ha afirmado la adopción como posible, repito, en Holanda, Noruega y Suecia. Asimismo estimo que es difícil tomar como referente lo que ocurre en otras latitudes, por ejemplo en los países europeos que se citan en la consulta, a saber, Holanda, Bélgica, España, Noruega, Suecia y Portugal, en virtud de que las condiciones económicas, históricas, sociales y culturales, entre otras, son muy diversas a aquellas que imperan en la realidad mexicana; de ahí que sin desconocer la utilidad de acudir al derecho comparado, es importante advertir que esos referentes no pueden orientar la decisión que en su caso se tome, sobre todo cuando la descripción de estos se limita a los Estados que regulan esas uniones, bajo la institución del matrimonio, sin hacer mayor énfasis a aquellos países que la prevén con la denominación de unión civil. De aprobarse por este Pleno el Considerando Quinto, sería importante agregar referencias de aquellos países que regulan 9 estas uniones con la denominación de uniones o pactos civiles o sociedades de convivencia, lo que desde luego es trascendente, a fin de tener una noticia completa de esas regulaciones con base en lo alegado en los conceptos de invalidez, así como sería conveniente resaltar que no todas las naciones que han legislado en ese sentido permiten la adopción. De no contemplarse en el Considerando Quinto un panorama integral en los términos a que me he referido, según mi parecer, provocaría que la ejecutoria que en su momento se emita, no reflejara una nota objetiva de la situación que nos toca juzgar. Así, sólo por mencionar un ejemplo, me referiré a Alemania, país cuya ley otorga a las parejas homosexuales registradas, efectos semejantes al matrimonio, con excepciones en el ámbito de la adopción, la tutela, la patria potestad y reproducción asistida; en este caso el Tribunal Constitucional Federal Alemán, en sentencia de diecisiete de julio de dos mil dos, al resolver el recurso interpuesto en contra de la Ley de Uniones Registradas dejó sentado: que la unión registrada es distinta del matrimonio, pues los magistrados integrantes estuvieron de acuerdo en la heterosexualidad que caracteriza a éste. Podría seguir describiendo la regulación que en otros países se hace respecto de las uniones de personas del mismo sexo, como Francia, Hungría, Reino Unido, Uruguay y Colombia, entre otros, para evidenciar que no le otorgan el carácter de matrimonio sobre la base de que el concepto y elementos estructurales de esa institución responde a una realidad definida con bases biológicas y ante todo antropológicas concretas. En conclusión, no es correcta la afirmación de la consulta en el sentido de que estamos ante una tendencia mundial de reconocer matrimonios entre personas del mismo sexo, lo que existe si se trata 10 de hablar de tendencias será aquélla que tiene como finalidad reconocer las uniones entre personas del mismo sexo, pero no con el carácter de matrimonio, pues la tendencia es por la unión o pacto civil, y la excepción es el matrimonio, como se sigue casualmente del propio Considerando. Gracias por escucharme a este respecto. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Alguien más en este tema? Yo quisiera agregar, empezamos a discutir este asunto y un par de días después recibí noticia de que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo tuvo un importante pronunciamiento sobre el tema de matrimonios entre personas del mismo sexo, creo que debe integrarse al enlistado que se hace de este ejercicio de derecho comparado, y en esta decisión se resolvió que el hecho de que no se prevea el acceso de personas del mismo sexo al matrimonio, de modo alguno atenta contra la dignidad humana ni es discriminatorio para las personas que tienen una preferencia sexual diferente. A partir de aquí me sumo a la observación que hace el señor Ministro Aguirre Anguiano, ya no en lo que es la exposición de antecedentes sino lo que se da como conclusión propia de este Tribunal Pleno; como se desprende del anterior estudio, existe una tendencia a nivel mundial al reconocimiento de los matrimonios entre personas del mismo sexo y no sé por qué se pone a continuación “o en el peor de los casos”, no, no creo que a la extensión de la mayor parte de los beneficios y las responsabilidades derivados del matrimonio a las uniones entre homosexuales. Creo que hay tres categorías de países, y esto lo resumo de lo que acaba de exponer el Ministro Aguirre Anguiano, unos cuantos que al parecer se pueden contar con los dedos de las manos que reconocen la licitud del matrimonio entre personas del mismo sexo, 11 otro número también corto de países que protege las uniones entre personas del mismo sexo pero no bajo el régimen de matrimonio sino en una situación diferenciada, y otro número de países todavía mayor en los que no existe ningún reconocimiento de licitud para la unión entre personas del mismo sexo. Esta conclusión es la que yo no la comparto y la considero prescindible. Señor Ministro Cossío. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Señor Presidente, yo creo que este trabajo que ha hecho el señor Ministro Valls en el Considerando Quinto es muy interesante, es muy ilustrativo, pero yo tampoco veo cuál es la relación que guarde para el fondo del asunto. Si nosotros vemos en la página ochenta y cuatro hasta la página ochenta y nueve, hay una descripción de diversos documentos internacionales: la Opinión General del Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales; un Informe de la experta independiente sobre cuestiones de minorías; los Principios sobre la Aplicación de Estándares y Legislación; un Examen sobre el informe presentado por el Estado de Japón; una Opinión Consultiva de la Corte Interamericana, que sabemos no es vinculante como opinión consultiva; la Observación General “equis” emitida por el Comité de Derechos Humanos; un Programa de Acción sustentado; es decir, creo que son fuentes de derecho de muy distinta vinculatoriedad al Estado mexicano, entre ellas esta Suprema Corte de Justicia, creo que tienen distintos niveles; consecuentemente, normativos y después los ejemplos muy interesantes que también desarrolla en su proyecto el señor Ministro Valls en la página noventa y siguientes, donde señala distintos países, algunos son federales, algunos son Estados centralizados etc. Yo realmente no encuentro cuál es la importancia de este asunto, insisto, salvo el efecto 12 enormemente ilustrativo que tiene, yo he aprendido mucho de algunos de estos países que no conocía, debo confesarlo, pero realmente me parece que es prescindible este Considerando Quinto, por una razón, porque al final del día si se lee la resolución en términos completos, no sabemos si estamos vinculados y si estamos vinculados a cuál de esos instrumentos internacionales estamos vinculados; entonces, creo que si están generando estas cuestiones, insisto, es muy importante el estudio para efectos ilustrativos, pero tampoco encuentro qué grado de vinculatoriedad tenemos. A partir del Considerando Sexto empezamos con lo que es la materia dura de una acción de inconstitucionalidad que son los conceptos de invalidez planteados por la parte actora, y consecuentemente, ahí creo que es donde deberíamos concentrarnos. Es verdad que en algunas ocasiones hemos hecho algún tipo de estudios abstractos, por ejemplo recuerdo en materia impositiva cuando describimos la mecánica general del impuesto, simplemente para entender eso, cómo funciona el impuesto y sobre eso después establecer consideraciones; pero en el caso concreto, insisto, la diversidad de fuentes normativas, la diversidad de jerarquía de las normas, la diversidad de estos elementos, pues entiendo que son simplemente efectos ilustrativos y entiendo que así es como lo está presentando el señor Ministro Valls; y consecuentemente, creo que nos podría ahorrar muchas discusiones, prescindir de esto, porque hasta donde entiendo, ninguna de esas fuentes normativas que están allí establecidas vincula al Estado mexicano, ni vincula a esta Suprema Corte de Justicia. Por esas razones haría ésta muy atenta sugerencia. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls. SEÑOR MINISTRO VALLS Presidente, muy amable. HERNÁNDEZ: Gracias señor 13 Primero quiero agradecerle al señor Ministro Aguirre Anguiano todas sus consideraciones sobre este primer Considerando que estamos analizando, el Quinto. Desde luego, en lo que se refiere a la decisión de Estrasburgo, la incorporaremos, se produjo ya cuando el proyecto estaba elaborado, así como también incorporaremos la resolución como antecedente en vía informativa de Argentina que se produjo la segunda quincena de julio al incorporar la figura de los matrimonios homosexuales en su legislación, también es otro antecedente importante que debe incorporarse. La expresión “en el peor de los casos”, hay hojas que se circularon después en donde se sustituye dicha expresión por “cuando menos”, de esa manera se satisface lo que usted decía señor Presidente. Y en tercer lugar, lo que decía el señor Ministro Cossío y como él lo dijo, esto atiende más que nada a fines informativos, ilustrativos, puede prescindirse de ello, desde luego que sí, si el Pleno así lo decide. Muchas gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Franco. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Gracias señor Presidente. En primer lugar, para sumarme a la propuesta del Ministro Cossío, no voy a abundar, me parece que el Ministro Valls nos ilustró con una serie de información que muy condensadamente, muy estructuradamente, nos presenta cuál es el marco que tiene este tema en varios países del mundo. Sin embargo, coincido con los argumentos que ha vertido el Ministro Cossío para sumarme a la propuesta de que se suprima; pero para el caso de que no se haga y el Pleno mayoritariamente considere que sí se debe dejar este Considerando en los términos planteados, y habiendo aceptado el señor Ministro ponente sumar la resolución de Estrasburgo, yo sí quisiera solicitar que sí se suma esta solicitud, se ponga en su 14 contexto, porque esa resolución fue en un país en donde no existe la previsión, y consecuentemente por eso el Tribunal de Estrasburgo resolvió que no es discriminatorio que en un país que no tiene la previsión no exista ese tipo de matrimonios. Simplemente solicitaría esta precisión en el caso de que así se decidiera. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Arturo Zaldívar. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor Presidente. Yo también estoy en la misma línea del Ministro Cossío y del Ministro Franco, en el sentido de que esta parte del proyecto se suprima, ¿por qué? porque el derecho comparado ayuda cuando nos sirve para darle un sentido a la norma constitucional mexicana que estamos interpretando; cuando no es el caso, sino que en este tema de derecho comparado no es pacífico, y cuando además se hacen citas de resoluciones internacionales y de diferentes instrumentos, documentos que tienen validez diferenciada, y algunos no la tienen para efecto del derecho mexicano, me parece preocupante. Lo que decía el Ministro Franco, se ha aludido a la resolución de Estrasburgo, cuando ese es un problema completamente diferente y será una de las cuestiones que yo abordaré más adelante en cuanto a la forma como se trata el proyecto. Creo que si el proyecto elimina esta parte, no se pierde nada, es un estudio que sí nos ilustró, nos ayudó para entender el asunto, para investigar, pero creo que puede dar lugar a un engrose en su 15 momento, si es aprobado, que nos puede llevar a cierta confusión argumentativa que creo que no sería deseable. Entonces, también me sumaría a la propuesta de que esta parte en concreto se elimine, creo que no modifica la conclusión a las que arriba el proyecto. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Aguirre Anguiano. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias. Quiero puntualizar algo. En el documento con que intervine hace unos momentos mencioné expresamente a Argentina, pero aún así, si se va a incorporar esto al documento, como lo propone el señor Ministro ponente, hiciera la puntualización de que Argentina es un estado centralizado, no federal; esto parece que no, pero tiene una importancia destacada, ─no tiene más que una legislación─. Después de esto, quisiera advertirles que también Italia acaba de resolver en términos similares a los anteriores, no es un derecho humano ni el matrimonio ni la adopción, es un derecho institucional, y luego explicaré de qué se trata esto, de qué va esto. Entonces, se pueden incorporar muchas cosas más. A mí me pareció de gran utilidad antecedentar el proyecto, pero llegar a la conclusión única obligada conforme a los antecedentes, que la entidad Distrito Federal, va en contra de la tendencia universal. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Una precisión muy breve, en esas hojas adicionales donde cambiamos la desafortunada expresión “en el peor de los casos” por “cuando 16 menos”, también se hace ya mención de la resolución del Tribunal de Estrasburgo, ─que como se ha dicho aquí─, es otro contexto, allá no hay ley, y aquí estamos analizando concretamente una ley, la del Distrito Federal. Entonces, por otra parte yo sí estimo que toda la parte ilustrativa de antecedentes de derecho comparado, sirve para ubicar el contexto del tema; si puede prescindirse, claro que sí, desde luego si el Pleno así lo decide. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Silva Meza. SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Yo he estado escuchando a compañeros que apoyan el prescindir de este Considerando; desde luego, se compartirían las razones, pero creo que sí hay que ubicar el tema en el contexto, no es un tema ordinario, no es un tema común, sino que precisamente ha tenido, ha generado todo un desenvolvimiento, una tendencia, y esto sí es cierto, sirve de manera ilustrativa en forma importante el acudir a la experiencia, como se dice en el proyecto, del derecho comparado ¿para qué? precisamente para advertir el tratamiento jurídico que se ha dado a esta evolución de este tipo de relaciones, lo cita en un contexto, lo pone en un contexto, no solamente nos sirve de referencia como nos ha servido creo que a todos para la investigación que en lo particular en cada una de las ponencias hemos realizado y, lo admito, sí es prescindible, desde luego que es prescindible, lo hemos hecho en algunos otros asuntos, yo he votado porque en algunos otros asuntos se prescinda de algún tipo de estudio en lo particular; en este no, en este sí me gustaría, sí estaría de acuerdo con que estuviera aquí, matizando si se quiere la conclusión, matizando la conclusión creo que no tiene absolutamente ningún problema para ello el matiz que se hiciera, vamos, fijando precisamente cuál es la intención de fijar esa tendencia, desde 17 luego el tratamiento jurídico que ha tenido esta nueva relación social. De esta suerte yo sí votaría, claro, si la mayoría determina que no, no haría ningún voto particular ni mucho menos, pero sí estaría de acuerdo con la propuesta que tiene ahorita el proyecto. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Luis María Aguilar. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: En términos semejantes del señor Ministro Silva Meza, yo creo que, y el propio Ministro Zaldívar lo señalaba, fue útil y ha sido útil la información que está en este Considerando. Yo creo que como lo logró esbozar el señor Presidente, digamos la controversia o el problema estaría en la conclusión de esta página 124 en ese párrafo, que es el que quizá fuera sí fuera prescindible; creo que la información que está ya de manera objetiva se puede dejar como tal, como información objetiva, eliminando esa conclusión que ya tiene un valor, digamos adjetivo, respecto de toda esa información, y a la mejor si se pudiera no sólo modificar sino inclusive eliminar, quedaría solamente como un documento de información objetiva. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señora Ministra Sánchez Cordero. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Ministro Presidente. Gracias señor Yo me sumo también a las posiciones del señor Ministro Silva Meza y ahora del Ministro Aguilar; también yo veo este Considerando como una relación informativa, es un marco importante, informativo para el contexto de este tema, yo estaría realmente por considerar que este Considerando no está de más que se quedara. Lo hemos hecho en otras ocasiones, hemos suprimido algunos considerandos, pero en esta ocasión creo que el marco informativo es importante para el tema, para el contexto del tema. Gracias. 18 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Alguien más? Pues las posiciones antagónicas es la supresión total del Considerando, creo que es lo primero que debiéramos votar. Instruyo al secretario para que tome votación en cuanto a la propuesta que entendí original del señor Ministro Cossío, de que se suprima el Considerando Quinto. Por la supresión o por que quede, por favor. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro Presidente. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Finalmente estoy por la supresión, porque entiendo que las razones que antecedentan son parciales y sesgadas, habría que complementar muchísimo más esto. Entonces, por la supresión. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Por la supresión. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Por la supresión. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Por la supresión. SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Por la supresión. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Porque se mantenga aunque se quite la parte final. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Porque se mantenga, desde luego. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Yo también, porque se quede. SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: También, con los matices del caso. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE ORTIZ MAYAGOITIA: Pues nos falta la Ministra Luna Ramos por razones de salud, y voy a producir un empate porque es mi parecer auténtico, a mí me parece bien que 19 quede el Considerando Quinto, con la información que tiene, complementada como lo ha ofrecido el ponente, y entonces voto porque se quede el Considerando Quinto. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Señor Ministro Presidente, me permito informarle que existe un empate de cinco votos en cuanto a la permanencia del Considerando Quinto del proyecto. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Esperaremos que se integre la Ministra, que nos dé su voto y se decidirá, pero en caso de que quedara este Considerando Quinto ya decidiremos la conclusión, porque lo que el señor Ministro ponente ha ofrecido es matizar la conclusión; sin embargo, aquí ya hay un elemento valorativo de la Corte en el que no coincidimos. La propuesta del Ministro Luis María Aguilar que compartió lo que yo dije es porque no haya conclusión sino simplemente en el marco de estos antecedentes. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Si me permite señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Si por favor. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: A reserva de que el voto de la Ministra Luna Ramos en su oportunidad produzca el desempate, si fuera porque se quedara desde luego eliminaría este párrafo de la conclusión. Gracias señor Ministro. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A usted. Pues tenemos esta intención de voto en cuanto al Considerando Quinto y luego viene ya el primer tema de fondo que es la constitucionalidad del artículo 20 146 del Código Civil del Distrito Federal con la reforma que hizo a la definición de matrimonio. Aquí hay tres temas importantes que abordar: Violaciones al procedimiento legislativo, el contenido propio del artículo que se aduce es violatorio de los artículos 16 y 4 de la Constitución Federal y el análisis de violación al artículo 121 de la Constitución por tratarse de un acto del Registro Civil, de reconocer obligatoriamente su validez por todos los Estados de la República Mexicana. Creo que por metodología debemos abordar en primer lugar el tema de violaciones al procedimiento legislativo, es el tema que pongo a consideración. El señor Ministro don Sergio Aguirre Anguiano. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias señor Presidente, lo primero que quiero es hacer una advertencia, se aduce violación al artículo 16 constitucional pero no marcadamente por violación al proceso legislativo, sino por su vinculación con otros supuestos, con otras previsiones constitucionales, supuestos de hecho, que resultan drenados a través de la reforma del 146 y esto es algo que no podemos decantar en forma tan tajante, entonces con esta advertencia yo les quiero decir, desde luego, me pronuncio en contra de las propuestas del considerando correspondiente, y quiero iniciar con lo siguiente: A mi juicio, desde luego todo es a mi juicio, las Leyes de Reforma permearon la Constitución y sus principios fueron recogidos por la Constitución; diría que son bases fundamentales de nuestra Constitución, separación Iglesia-Estado, véase la parte final del artículo 130 de la Constitución, qué se nos está diciendo: “exclusivamente o solamente el matrimonio civil producirá efectos”, esto con qué se contrasta, con las legislaciones anteriores que reconocían, que hacían reconocer al Estado los matrimonios bajo 21 confesiones, varias, como válidos en el Estado mexicano. Con la separación Iglesia-Estado se dijo: “Solamente el matrimonio celebrado conforme a las normas del Estado es el que tendrá reconocimiento”, este es uno de los aspectos, pero hay otro aspecto mayor, que nos decían las Leyes de Reforma, vayamos leyendo: “Si la ideología liberal y Juarista tenía claro y preciso que el matrimonio solamente podía celebrarlo un hombre y una mujer” –solamente-; era una clara idea de los liberales, y por supuesto de las Leyes de Reforma. La Ley del Matrimonio Civil de 1859 en su artículo 3o. establecía: “El matrimonio civil no puede celebrarse más que por un solo hombre con una sola mujer, la bigamia y la poligamia continúan prohibidas y sujetas a las mismas penas que les tienen señaladas en las leyes vigentes y la Ley Orgánica del Registro Civil del citado año en su artículo 34, fracción VI, señalaba: “Cumplido lo que previene la lectura del artículo 15 de la ley de veintitrés de julio –ya citada– y el acto de matrimonio, se levantará inmediatamente un acta de él en que conste”. Otro texto no incumbente “La declaración de los esposos de tomarse y entregarse mutuamente por marido y mujer, y su voluntad afirmada de unirse en matrimonio y la declaración que de haber quedado unidos hará en nombre de la sociedad y conforme al artículo 12 de la repetida ley de veintitrés de julio el juez del estado civil, luego de que hayan pronunciado el sí que los une”. Recordemos que las Leyes de Reforma tenían la finalidad de separar por completo de la injerencia de la iglesia de los actos propios del ser humano en cuanto a su situación civil; es decir, hechos o actos jurídicos relativos a su nacimiento, matrimonio, adopción, arrogación, reconocimiento y muerte, cuerpos legales que fueron catalogados de ultraliberales en su época, dadas las 22 facultades concedidas a la autoridad civil para la regulación de los actos del estado civil de las personas, pero aun en ellas es evidente que no se desconoció el sentido natural de la institución del matrimonio, que es del inherente al hombre y la mujer, pues dicha visión entendió a la perfección que ésta tiene como finalidad la procreación de los hijos y la ayuda mutua, base de toda sociedad. Los principios de las Leyes de Reforma, pasan a ser normas constitucionales, nada más que las Constituciones no son recetas de cocina. La tradición nos dice: el matrimonio se celebra entre hombre y mujer, el sentido literal y la inteligencia de la palabra “matrimonio” eso implica y significa: el que la Constitución no sea textualizadamente repetitiva del concepto, no quiere decir que tenga otro –y luego lo demostraré–. ¿Qué estimo? Que mediante esta reforma se traiciona la ideología Juarista. La ideología de las Leyes de Reforma en primer término y después se traiciona la lógica y la razón –y voy a demostrarlo–. Sostiene el proyecto que es infundada la violación al artículo 16 constitucional que se aduce porque la reforma impugnada se encuentra motivada ya que se refiere a relaciones que requerían regulación jurídica y persigue una finalidad constitucionalmente válida acorde al principio de igualdad consagrado en el artículo 1º constitucional que exige al legislador ordinario dar trato igual a supuestos de hecho equivalentes; disiento de lo anterior, en primer término porque no es exacto que la reforma verse sobre realidades sociales que requieran de regulación, pues las relaciones homosexuales han sido ya objeto de regulación jurídica en el ámbito del Distrito Federal, en la Ley de Sociedades de Convivencia, y en segundo lugar porque en la equiparación de las parejas del mismo y de diferente sexo al permitirse el matrimonio a ambas y la posibilidad de adopción para las dos, trastoca el principio de igualdad, la garantía institucional relativa a la protección de la 23 familia y desatiende la obligación de atender de manera preferente y primordial al interés superior de la infancia –como demostraré a continuación–. Antes de proceder al estudio de los puntos concretos de constitucionalidad debatidos, considero pertinente destacar que la Constitución no es un producto de la tradición o del azar y –yo me atrevería a agregar– tampoco de la costumbre, sino de la fuerza ordenadora de la razón; por eso los valores, principios y normas que ella contiene no pueden entenderse como mero capricho del Constituyente sino como un sistema normativo racional y coherente que parte de la creencia en la posibilidad de establecer de una sola vez y de manera general un esquema de organización en el que se encierre la vida toda del Estado y en el que se puedan subsumir fórmulas aplicables en todos los casos particulares posibles. En el presente nadie duda de la fuerza normativa de la Constitución, no sólo en un sentido estático en cuanto a cúmulo de conceptos de carácter obligatorio, sino también como fuente formal del derecho secundario. Su condición de Norma Suprema la habilita para abrogar o invalidar, se trata en este caso de invalidez sobrevenida de normas anteriores de rango subconstitucional, materialmente incompatibles con ella. Invalidar normas sucesivas de rango subconstitucional formalmente disconformes o materialmente incompatibles con ella. Estas premisas han sido recogidas en diversas tesis de jurisprudencia de esta Suprema Corte entre otras la que lleva por rubro: “PARTIDOS POLÍTICOS. CORRESPONDE AL LEGISLADOR ESTABLECER LOS REQUISITOS PARA SU CREACIÓN CON APEGO A LAS NORMAS CONSTITUCIONALES CORRESPONDIENTES Y CONFORME A CRITERIOS DE RAZONABILIDAD QUE PERMITAN EL PLENO EJERCICIO DEL DERECHO DE ASOCIACIÓN EN 24 MATERIA DE POLÍTICA”. Así, el legislador secundario al hacer uso de su facultad primaria de elaborar normas, no posee una carta blanca para regular lo que quiera y como quiera. Es decir, al emitir una ley, no puede en ningún momento y bajo pena de que su acto legislativo sea declarado inconstitucional, desoír ni drenar los contenidos de las normas consignadas en la Constitución Federal, pues debe afirmarse que la Constitución impone a la legislación dos tipos de límites, formales y materiales o substanciales, los primeros se refieren a normas que regulan el procedimiento de formación de la ley, acotándolo al procedimiento establecido por la Constitución. Los segundos son materiales, mediante normas que vinculan el contenido de las leyes futuras; es decir, puede limitar el contenido material de las mismas, mediante órdenes y prohibiciones dirigidas al legislador o de manera indirecta, regulando inmediatamente ciertos supuestos de hecho, por ejemplo confiriendo derechos subjetivos a los ciudadanos y estableciendo su propia supletoriedad jerárquica respecto de la ley. El positivista Norberto Bobbio ilustra esta limitante material al apuntar que en el paso de la norma constitucional a la ordinaria son frecuentes los límites tanto formales como materiales, pues ejemplifica: cuando la Constitución atribuye a los ciudadanos la libertad religiosa, limita el contenido de la norma secundaria prohibiendo al legislador dictar normas que restrinjan esa libertad, es posible decir que un elemento esencial de la norma secundaria debe de ser su adecuación con el texto constitucional; por tanto, si un precepto no atiende al contenido de la Constitución pierde un elemento esencial de validez. Lo anterior podría entenderse a partir de un sencillo ejemplo geométrico, si a una figura cuadrangular se le quita uno de sus cuatro lados, elemento esencial, tal figura pierde su ser y sustancia, se transforma en una distinta, a saber un triángulo, con lo cual se transgrede el principio lógico de identidad, 25 pues la condición del cuadrilátero, depende necesariamente de que la figura posea cuatro lados. Esta sencilla imagen me permite advertir la importancia de que las normas secundarias sean acordes con el texto y sentido de la Constitución, pues si al elaborarlas el legislador soslaya la disposición o principio de la Ley Fundamental, condena al nuevo precepto a la inconstitucionalidad y a su eventual invalidez al suprimirle uno de sus elementos esenciales; su constitucionalidad y la convierte así en un precepto distinto, ajeno desde luego, contrario al orden constitucional del que dimana. Esto ocurre en el presente con los artículos que hoy discutimos que prevén la celebración del matrimonio entre personas del mismo sexo, en franco olvido del contenido y sentido de las normas constitucionales atinentes al tema. Advierto que una deficiencia —la que señalo— obedece a una interpretación equivocada de dos instituciones jurídicas y humanas fundamentales en el tema que nos ocupa. A saber: el matrimonio y la familia. El artículo 4° constitucional —afirma el proyecto— contiene una serie de principios y derechos que no tiene una relación directa entre sí. No comparto esa afirmación. Del artículo 4° constitucional derivan los siguientes derechos y principios: a) La igualdad del varón y de la mujer ante la ley que deberá proteger la organización y desarrollo de la familia. b) Derecho de procreación; es decir, a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de los hijos. c) Derecho de protección a la salud. d) Derecho a un medio ambiente adecuado. e) Derecho de la familia a disfrutar de una vivienda digna y decorosa. f) Derecho de la niñez a su desarrollo integral mediante la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento. Estando 26 obligados los ascendientes, tutores y custodios a preservar sus derechos y el Estado a proveer lo necesario para el respeto a la dignidad de la niñez y el pleno ejercicio de sus derechos. Así, la Norma Suprema en principio, consigna la igualdad del varón y la mujer ante la ley y ordena a ésta proteger la organización y desarrollo de la familia. Al establecerse lo anterior en el mismo párrafo, es claro que el tipo de familia que tuvo en mente el Poder Reformador de la Constitución es el formado por el hombre, la mujer y los hijos que lleguen a procrear. Luego veremos cómo se concibe en la exposición de motivos correspondiente. En los siguientes párrafos, la Disposición Suprema refiere los principios que aseguran el sano desenvolvimiento de la familia y de sus miembros, como son: el decidir libremente sobre el número y espaciamiento de los hijos, el de salud, vivienda decorosa, ambiente adecuado para el sano desarrollo, para culminar consagrando los derechos de la niñez a satisfacer sus necesidades, y el deber, tanto de los ascendientes, tutores y custodios, como del Estado, de preservar y asegurar los derechos de la niñez. Con la consagración de los principios y derechos aludidos, se procura a los seres humanos su salud, su bienestar físico y mental y el mejoramiento de su calidad de vida —en especial a la niñez— destacándose la necesidad de que la ley proteja a la familia en tanto constituye la organización social primaria en donde se desenvuelve la vida de quienes la integran. Decía que el modelo de familia que tuvo en mente el Poder Reformador de la Constitución al ordenar su protección es la familia nuclear, formada por el hombre, la mujer y los hijos. Ahora añado; que es a través del reconocimiento de la institución matrimonial 27 entre parejas de distinto sexo, como el Estado da cumplimiento a su deber. Existe una tendencia generalizada a creer que el matrimonio heterosexual es un producto de la moral religiosa; sin embargo, existen fuentes que sostienen que las comunidades antiguas de Grecia y Roma, al matrimonio lo tenían dentro de las primeras formas de organización doméstica, y constituía no un acto vinculado con la moral, sino con el paso de un sistema de culto privado a otro de culto privado; es decir, del paso de una joven que realizaba el culto al hogar y a la domesticidad de su padre, al de su marido, pues incluso la ceremonia del matrimonio no se celebraba en los templos de Júpiter o de Juno, sino en la casa presidida por el dios doméstico que era el padre. De aquí derivó la definición de matrimonio que el Digesto enumera, las nupcias son una comunicación del derecho divino y humano; es decir, un acto humano en donde participan tanto las leyes nacionales como las divinas. El matrimonio estaba ligado a la familia, pues a través de aquél se aseguraba la procreación y la descendencia. El matrimonio en Grecia y en Roma antiguas era obligatorio, y su fin no era el placer ni la unión de dos seres que se correspondían sentimentalmente, sino para unir a dos seres en un mismo culto doméstico para hacer nacer a un tercero que fuera apto para continuar este culto, y por ello, era fácil disolver el matrimonio si la mujer era estéril. En las leyes de Manú y en la India, la mujer estéril se reemplazaba al cabo de ocho años. Esto permite desmentir que todo es un producto de la moral de las religiones, a mí no me molesta mucho esto, yo solamente conozco una moral como la conocieron nuestros liberales, nuestros constituyentes. Es la moral judeo-cristiana, y por qué hablo de esta 28 moral, pues porque no había otra, sencillamente, si alguno de ustedes conoce otra, platíquemela. Lo anterior permite sostener que el matrimonio y la familia surgen de una realidad antropológica y social anterior a lo que puede considerarse como un matrimonio institucionalizado en el orden civil y religioso. Su estima está vinculada por el valor que la sociedad otorga a la familia y a los hijos. Por eso es posible decir que esta unión entre matrimonio y familia, encuentra sus raíces más allá de las concepciones religiosas y morales, ya que su origen se pierde en épocas anteriores a la propia formación de los sistemas religiosos de la antigüedad; pues según Gonzalo Flores, el modelo de matrimonio que ha imperado en la cultura occidental; es decir, el heterosexual, monógamo, con consentimiento de las partes, y con fines de procreación natural, ha perdurado por más de veinticinco siglos, en tanto que ya era reconocido por las leyes griegas y romanas. Desde el punto de vista etimológico, la palabra matrimonio hace referencia a la procreación, pues se compone de un sustantivo: “mater” que significa madre, y un verbo monio, de monere que quiere decir recordar. De aquí que el matrimonio es lo que recuerda a la madre; es decir, al origen, a la procreación; incluso en el griego antiguo se designaba al matrimonio con la palabra himeneo, donde la palabra himen, constituye la raíz semántica, y significa membrana. Es decir, existe una clara alusión al cuerpo femenino. Estos sencillos datos etimológicos permiten sostener que el matrimonio heterosexual no es un producto de la moral religiosa, sino un elemento de nuestra cultura donde el matrimonio heterosexual y la familia, constituyen las instituciones propias de la perpetuación de la especie humana. 29 Además, desde el punto de vista lógico, y tomando en cuenta los datos antes señalados, es posible sostener que el adjetivo heterosexual no debe considerarse como un elemento accidental del sustantivo matrimonio, sino como un predicable esencial, pues en nuestra cultura un matrimonio celebrado entre dos personas del mismo sexo, no puede ser llamado con propiedad matrimonio, dado que como se dijo, etimológicamente la palabra “matrimonio” involucra al ser femenino y la posibilidad de generación de la vida por vías naturales; luego, el término heterosexual constituye un predicable esencial del matrimonio, el matrimonio entonces es una forma de cumplir con la garantía institucional de proteger la organización y el desarrollo de la familia. El Tribunal Constitucional español ha desarrollado el concepto de garantía institucional como la defensa de la constitución de determinadas instituciones que se consideran como componentes esenciales del orden jurídico-político cuya preservación se juzga indispensable para asegurar los principios constitucionales, se trata de, cito: “Elementos arquitecturales indispensables del orden constitucional, y las normas que las protegen son sin duda normaciones organizativas, pero a diferencia de lo que sucede con las instituciones supremas del Estado cuya regulación orgánica se hace en el propio texto constitucional, en éstas la configuración institucional concreta se difiere al Legislador ordinario al que no se fija más límite que el del reducto indispensable o núcleo esencial de la institución que la Constitución garantiza.” Fin de la cita. Si bien entonces la garantía institucional consiste en la protección de la familia, no asegura en principio una determinada regulación respecto de la misma, sí requiere por contra, que se haga en términos que sean reconocidos y aceptados por la sociedad mexicana, y no hay duda de que en esta concepción de familia se inscribe en primero y por origen la institución del matrimonio 30 formado necesariamente por la mujer, el hombre y los hijos que hayan procreado. La regulación jurídica del matrimonio obedece al interés del Estado en asegurar la procreación y la educación de las futuras generaciones en condiciones óptimas, y esto exige la concepción de esa institución como unión naturalmente capaz de cumplir esos objetivos, lo que supone entonces una mujer y un hombre. Los instrumentos internacionales también reconocen la importancia de la protección de la familia como el elemento natural y fundamental de la sociedad, y reconocen la institución del matrimonio formado por un hombre y una mujer, así pueden leerse en los artículos 16, puntos 1 y 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 17, puntos 1 y 2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; 23, puntos 1 y 2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y 10.1 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. No se los leo en este momento. Esos instrumentos internacionales al consagrar los diferentes derechos humanos que los Estados-parte se obligan a garantizar y proteger internamente, aluden a los seres humanos titulares de esos derechos con el término de personas; en cambio, al referirse al matrimonio señalan el derecho que asiste al hombre y a la mujer para contraer matrimonio y formar una familia. Inclusive en el artículo 16.3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos se alude expresamente al derecho de los hombres y mujeres a casarse y fundar una familia, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión; esto es, dentro de las restricciones previstas no se comprende la orientación sexual precisamente porque se parte de que la institución matrimonial es 31 heterosexual, lo que significa que en el caso del matrimonio no puede operar la prohibición de discriminación por razón de tal orientación a conformar parte de su esencia la heterosexualidad. No hay duda entonces de que el matrimonio es una institución que tiene que concebirse y regularse jurídicamente sólo entre personas de distinto sexo y su protección supone preservarlo con esta concepción, distinguiéndolo de otras alternativas, así es derecho de todo ser humano el decidir de manera libre la pareja con quien desea vivir y procurarse asistencia mutua, sin que sobre este derecho pueda establecerse discriminación en razón de preferencia u orientación sexual. Pero constitucionalmente sólo tienen derecho a que tal unión se formalice a través del matrimonio, las parejas heterosexuales como institución fundamental base de la familia y de la sociedad y cuya protección, ―sostengo―, constituye una garantía institucional por parte del Estado. En ese mérito, ―sostengo―, que no existe un derecho humano fundamental al matrimonio sino un derecho de libertad en la decisión de unión de conveniencia. Veamos ahora qué con los derechos de igualdad discriminación. Sostiene el proyecto que el y no examen de razonabilidad de la reforma impugnada, exige por un lado la determinación de si entre las parejas heterosexuales y homosexuales existe o no diferencia, y en su caso, si es o no posible a la luz del principio de igualdad y no discriminación establecer diferencias respecto de ellas en relación con la institución jurídica del matrimonio, y por otro lado, el análisis relativo a la posible afectación a otros bienes y derechos constitucionalmente protegidos. 32 En relación con el segundo aspecto señalado, la consulta afirma dogmáticamente, ―pienso yo―, que la institución al matrimonio de parejas conformadas por personas del mismo sexo, no causa afectación a bienes y derechos constitucionalmente protegidos. A diferencia de lo que el proyecto sostiene, considero que el análisis de los derechos de igualdad y no discriminación requiere en el caso, un análisis de constitucionalidad reforzado. El análisis de constitucionalidad de la reforma impugnada, exige considerar en virtud de la posibilidad de adopción que implica la incorporación de las parejas del mismo sexo en la institución del matrimonio, el interés superior del menor, el cual constituye indudablemente un bien que el Estado tiene la obligación de proteger y un derecho de la niñez mexicana conforme al artículo 4º constitucional, por lo que por este solo hecho procede analizar un test de constitucionalidad reforzado. Además, conforme a los criterios de la Suprema Corte, cito, rubros: “IGUALDAD DE CRITERIOS PARA DETERMINAR SI EL LEGISLADOR RESPETA ESE PRINCIPIO CONSTITUCIONAL”. “IGUALDAD. CASOS EN LOS QUE EL JUZGADOR CONSTITUCIONAL DEBE ANALIZAR EL RESPETO A DICHA GARANTÍA CON MAYOR INTENSIDAD” E “IGUALDAD DE CRITERIOS QUE DEBEN OBSERVARSE EN EL CONTROL DE LA CONSTITUCIONALIDAD DE NORMAS QUE SE ESTIMEN VIOLATORIAS DE DICHA GARANTÍA”. Estas tesis desarrollan los derechos fundamentales aludidos, la igualdad exige tratar igual a los iguales y desigual a los desiguales, por lo que en ocasiones hacer distinciones estará vedado, mientras que en otras estará permitido o incluso constitucionalmente exigido, 33 por lo que se requiere de un examen reforzado cuando se introduce una distinción. Es cierto que la norma que redefine al matrimonio, no hace distinción, pero considero que cuando se establece un trato igual a una situación concreta que históricamente ha recibido un trato diferente como ocurre con el matrimonio, el test reforzado se requiere también, pues el principio de igualdad se violenta al no consagrarse el trato diferente cuando éste resulta constitucionalmente exigible. Desconoce el proyecto que la garantía de igualdad también es violentada cuando se está frente a situaciones que constitucionalmente deben ser diferenciadas jurídicamente por ser totalmente distintas y encontrarse históricamente tratadas en forma desigual, supuesto en el cual también se requiere de un test de constitucionalidad reforzado, lo que se hace evidente por estar en el caso involucrado el interés superior del niño. Al permitirse contraer matrimonio a personas del mismo sexo, se violenta el principio de igualdad, pues es una realidad que las parejas homosexuales no se encuentran en la misma situación que las parejas heterosexuales; en tanto sólo estas últimas están en posibilidad biológica y natural para concebir y procrear. Esta diferente realidad exige que no se equiparen en cuanto al tratamiento jurídico que se dé al reconocimiento de unas y otras; además de que el modelo de la familia a que atendió el Poder Reformador de la Constitución al establecer la obligación de su protección, es la formada por un hombre, una mujer y los hijos que decidan libremente procrear. 34 No desconozco que parejas del mismo sexo pretendan eliminar la imposibilidad biológica en que se encuentran para poder concebir, recurriendo a otros medios diversos de la reproducción natural como puede ser la inseminación artificial y la adopción, pero ello no las equipara a las parejas heterosexuales que naturalmente pueden convertirse en padre y madre y que libremente deciden constituir una familia que garantice la protección de sus miembros. Igualmente, la diferente situación en que se encuentran las parejas heterosexuales y homosexuales, no resulta objetiva y razonable, y por tanto se traduce en infracción al principio de igualdad. En efecto, la disposición que se examina pretende tutelar derechos que constitucionalmente no son tales, como el adoptar y el casarse entre personas del mismo sexo, suponiendo que con ello se pretendiera el fin legítimo de eliminar la discriminación a los homosexuales, los medios utilizados no resultan eficaces para lograrlo, pues se desconoce el interés superior del niño ––al que me referiré después al analizar el considerando relativo del proyecto––. Además, esos medios son innecesarios, pues la finalidad perseguida puede alcanzarse mediante otros mecanismos, como de hecho se está haciendo a través de políticas públicas o con la Ley de Sociedades de Convivencia. Por último, creo que los costos de la homologación en examen son altamente perjudiciales para la organización y desarrollo de la familia que constitucionalmente debe protegerse y cuya concepción se une histórica y sociológicamente al matrimonio formado por una pareja de distinto sexo. Lo que he expresado en los apartados anteriores, me lleva a apartarme de la propuesta del proyecto y a afirmar mi convicción 35 respecto de que la reforma impugnada carece de motivación y es violatoria de los artículos 1º y 4º constitucionales. Por último, deseo destacar que el matrimonio entre parejas del mismo sexo, no puede apoyarse en la legislación que tengan otros Estados, ya que el legislador está obligado a atender la específica situación de nuestro país; y resultar acorde con los valores de la nación mexicana en el presente momento histórico. La garantía institucional que modelaría humanamente a la familia, impide alterar la institución matrimonial más allá de lo que su propia naturaleza tolera. No hay impedimento para adecuarla al espíritu de los tiempos, pero no puede hacerlo en términos que resulten irreconciliables por la conciencia social de cada tiempo y lugar, lo que impone al legislador la obligación de respaldar en un amplio consenso político y social las innovaciones que introduzca. En conclusión, recordemos que el nombre no le da el ser a las cosas, sino la manera de identificarlas, pero una vez que la identificación inveterada le da el conocimiento público a las cosas, suprimirle elementos desnaturaliza su esencialidad, el cuadrángulo, el cuadrado, con una línea menos se convierte en triángulo. No se puede decir que el matrimonio, porque la sociedad no lo textualiza como la unión de un hombre y una mujer para los fines que ya hemos visto, puede ser conceptuado en diferente forma; esto no es así, hay una realidad que se implica y un estándar que se consiente por las normas constitucionales. Véanse los Códigos Civiles de los Estados, en treinta y uno de ellos, o se habla expresamente de que el matrimonio es la unión de un hombre con una mujer, o se implica abiertamente a través de su sistema normativo y de normas expresas que diferencian la unión 36 de hombre y mujer, como matrimonio, respecto de otras situaciones que se dan en la vida; pretender que se está en el caso de aquellos que tienen predilección por personas de su mismo sexo, en el caso de la posibilidad jurídica de que contraigan matrimonio, es alterar la igualdad que la concebimos y se concibe como trato igual a los iguales y desigual a los desiguales. Muy brevemente les voy a decir: “Declaración Universal de los Derechos Humanos. Los hombres y las mujeres –dice el artículo 16– a partir de la edad núbil tienen derecho sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad y religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida por la sociedad y el Estado”. La Convención Americana sobre Derechos Humanos adoptada en San José de Costa Rica en noviembre de sesenta y nueve, artículo 17: “Protección a la familia. I. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser protegida por la sociedad y el Estado. 2. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si tienen la edad y las condiciones requeridas para ello por las leyes internas, en la medida en que éstas no afectan el principio de no discriminación establecido en esta Convención”. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 23: “1. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad, y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado. 2. Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio y a fundar una familia si tienen edad para ello”. 37 Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, artículo 10: “Los Estados, partes del presente Pacto reconocen que: 1. Se debe conceder a la familia, que es el elemento natural y fundamental de la sociedad, la más amplia protección y asistencia posibles, especialmente para su constitución y mientras sea responsable del cuidado y la educación de los hijos a su cargo, el matrimonio debe contraerse con el libre consentimiento de los futuros cónyuges”. En el derecho mexicano y en el consenso internacional de las naciones, resulta claro que el matrimonio solamente pueden celebrarlo hombre y mujer, lo demás es alterar la esencia de las cosas, es desvirtuar su naturaleza, y no se puede drenar la Constitución, artículo 1° y artículo 4°, y otros más que en su momento trataré, so pretexto de bautizar a sociedades de convivencia respetables, reguladas por el Distrito Federal, y aparentemente desde el punto de vista funcional adecuadas, no se puede llevar esto, decir a la afirmación de que se trata de matrimonio, aun so pretexto de la especie socorrida en reiteradas manifestaciones, es que existen otro tipo de matrimonios modernos; se habla también de un derecho constitucional moderno, ¿y saben en qué consiste el derecho constitucional moderno? En ser normalmente irracionales, abangar, tratándose de derechos y derivaciones de carácter sexual. ¿Eso es la modernidad? ¡Qué barbaridad! Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Arturo Zaldívar. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor Presidente. En esta primera intervención voy a dar una aproximación inicial al tema exclusivamente de la constitucionalidad del matrimonio sin referirme a los problemas derivados del artículo 121 constitucional, ni tampoco al tema de la adopción; voy también 38 a hacer una exposición hasta donde me sea posible breve, reservándome para posteriormente profundizar y dar respuesta a algunas de las cuestiones que se han indicado aquí y a algunas que seguramente se indicarán posteriormente. Manifiesto de entrada mi conformidad con el sentido del proyecto en cuanto a la constitucionalidad del matrimonio entre personas del mismo sexo; sin embargo, tengo discrepancias en algunas de las formas como se aborda el problema y a algunos comentarios adicionales en otros puntos. Me voy a referir primeramente al tema tratado desde la perspectiva de la no discriminación, en segundo lugar al concepto de familia y en tercer lugar al concepto de matrimonio. En primer lugar, me parece que analizar el tema de la legalización o la conceptualización como matrimonio de las uniones entre personas del mismo sexo, no es una manera adecuada de abordar el problema; hay dos formas como en derecho comparado se ha arribado a esta problemática, una es por la vía judicial, cuando los jueces se han enfrentado a este problema normalmente se enfrentan, en aquellos países en que hay una prohibición o no hay una regulación del matrimonio entre personas del mismo sexo, y aquí es donde sí se da un debate sobre derechos fundamentales, en particular de derecho de igualdad y la no discriminación, y aquí es donde viene a cuento hacer un test de razonabilidad de la medida como lo hace el proyecto. Sin embargo, cuando se arriba a esto a través de una legalización, a través de una norma de carácter general que amplía el concepto de matrimonio, me parece que la perspectiva adecuada no es enfocarlos desde el tema de la no discriminación, sino basta analizar si la opción tomada por el legislador es una de las constitucionalmente válidas o posibles; me parece que en principio, 39 así como el legislador tiene que justificar un trato desigual no tiene en principio que justificar con la misma rigidez un trato igualitario, salvo que haya un mandato constitucional se afecte el núcleo esencial de un derecho fundamental o haya un fin no querido por el constitucional, que me parece que no es el caso. De tal manera, estoy de acuerdo con el proyecto; sin embargo, -en mi opinión- creo que el enfoque de la no discriminación no es el más adecuado sino simplemente decir a la luz de los preceptos que analiza adecuadamente el proyecto: se vulnera el artículo 4º, se vulnera el concepto de familia, se vulnera un supuesto concepto de matrimonio, algún otro precepto constitucional o no, si es así, entonces estamos en presencia de una libre configuración legislativa de la Asamblea del Distrito Federal con una finalidad legítima que no vulnera un derecho fundamental. En este sentido, estoy de acuerdo con el proyecto aunque creo que el tratamiento debería de ser diferente, la única forma en que tendríamos que establecer un test de discriminación cuando se trate de iguales cuando la norma constitucional prevé un trato diferenciado y entonces habría que ver si ese trato diferenciado se recoge o no; pero por supuesto que si la mayoría considera que lo correcto, lo conveniente es el trato discriminatorio, de no discriminación, yo votaría a favor del proyecto y, en su caso, haría un voto concurrente si es que no se acepta por la mayoría o por el ponente hacer alguna modificación. Segundo aspecto el concepto de familia. Aquí sí me parece muy preocupante muchas de las cosas que acabo de escuchar, la familia es la unión de hombre y mujer y los hijos que ellos procreen; me acabo de enterar que las familias con hijos adoptivos no son familia, me parece una aberración con todo respeto. La familia hoy en un mundo moderno no es un concepto unívoco, no hay un concepto ideal de familia, hay muchos conceptos de familia, hay familias que se forman por una madre soltera, hay familias de matrimonios que 40 se divorcian y después a su vez forman otras familias, hay familias en donde los niños son educados por la abuelita, por los abuelos y hay familias por supuesto, incluso antes de esa reforma en donde parejas de un mismo sexo tienen hijos ya sea adoptados o ya sea hijos biológicos que educan, que cuidan y no veo ninguna razón para sostener que sólo hay un concepto ideal de familia, pero tampoco es cierto y se parte de un prejuicio, que el concepto ideal de familia no sólo es el único concepto válido de familia sino es el mejor concepto y la mejor forma para que la familia se desarrolle; basta ver las estadísticas de violencia intrafamiliar que se da en los matrimonios heterosexuales en la mayoría de los países y el nuestro no es la excepción, son verdaderamente alarmantes; el abuso sexual de menores por familiares en familia heterosexuales son verdaderamente alarmantes; entonces, este concepto de familia ideal tipo Disneylandia no existe, el mundo ya ha cambiado y lo tenemos que reconocer y yo creo que la Constitución la tenemos que interpretar de una forma evolutiva, de una forma que garantice los derechos de todos, no hay familias de primera y familias de segunda, todas las familias merecen el respeto de la Constitución y todas las familias merecen ser tuteladas en sus derechos por esta Suprema Corte. Entonces, creo que no hay una vulneración al artículo 4°, porque no hay este concepto único de familia. Siguiente cuestión, el concepto del matrimonio, se modifica el concepto del matrimonio, ¡por supuesto que se modifica el concepto de matrimonio! nada más que el concepto de matrimonio no es un concepto natural, es un concepto artificialmente creado, se le llamó matrimonio a una cosa, hoy se le puede llamar matrimonio a una cosa diferente, no es verdad que sea una institución natural, ni siquiera en el concepto de la religión católica, estudien la religión católica y vean en qué siglo la iglesia impuso el matrimonio monogámico; entonces, me parece que estamos con una serie de prejuicios que no tienen ninguna racionalidad, ni razonabilidad; el 41 concepto de matrimonio, insisto, es un concepto artificialmente creado por el derecho y el derecho evoluciona y cuando evoluciona regula otro tipo de instituciones que puede llamar matrimonio o puede llamarle de otra manera, no estamos en este momento discutiendo y por eso lo dije desde un principio, qué pasaría si en un Estado se determina que la institución matrimonial es sólo para hombre y mujer y deja otro tipo de institución para parejas de un mismo sexo, eso no lo estamos discutiendo ahora porque no es el tema, lo que estamos viendo es que hubo una decisión del legislador democrático del Distrito Federal, de acuerdo a la pluralidad ideológica y a la mayoría que ganó la elección, que establece un contenido de familia y un contenido de matrimonio distinto del tradicional y con base en qué argumentación constitucional, moderna, sana, la Constitución tiene que interpretarse de manera moderna y modernidad no tiene nada que ver con modas, tiene que ver simplemente que la ciencia y la interpretación constitucional lleva mucho tiempo avanzando sobre todo en las últimas décadas y tenemos que hacernos cargo de problemas que obviamente las Leyes de Reforma no podían ver, que obviamente el Constituyente del 17 no podía ver y que nos toca ahora pronunciarnos en un México plural, en un México moderno, en donde a mi entender la obligación de esta Suprema Corte, nuestro deber como jueces constitucionales es garantizar y preservar los derechos de todos, siempre y cuando no afecten los derechos de los demás. Por eso creo que tenemos que ser muy cuidadosos de limitar la litis, estamos hablando de esta reforma, de la reforma del Distrito Federal, de esto es de lo que estamos hablando, y en mi opinión, por lo que hace a estos primeros argumentos, yo no veo ningún vicio de inconstitucionalidad, y estoy por eso conforme con el sentido del proyecto. Gracias Presidente. 42 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Aguirre Anguiano, para aclaración. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias, sí, para algunas aclaraciones respecto a los comentarios que ha hecho el señor Ministro Zaldívar Lelo de Larrea. En primer lugar, quiero decir que tiene razón, el concepto de matrimonio puede variarse, pero puede variarse en la Constitución General de la República, que es la que lo presupone, lo que es más, la familia ideal que concibe el artículo 4º constitucional, se compone por hombre, mujer y pocos hijos, así lo dice el antecedente de la modificación constitucional, eso no es invento mío, es cosa del Constituyente, no es un problema de carga cultural o de problema religioso, no, es cosa del Constituyente; si se va a modificar el matrimonio, que puede hacerse desde luego, hay que hacerlo pero desde la Constitución, no puede cada una de las entidades federativas disponer de lo que no le corresponde, de un estándar que se presupone, y esto luego lo veremos cuando estemos discutiendo el artículo 121 constitucional. Yo estoy de acuerdo en que la forma de congeniar una familia puede ser a través de la adopción, esto no tiene vuelta de hoja, es una verdad de a kilo, pero lo que yo cuestiono es que esa adopción pueda ser determinada sin estudios previos, serios y formales, según se sigue, y voy a dar un anticipo también de los estudios presentados por la UNAM, que así lo determinan; luego veremos los asegunes no transcritos por cierto en el proyecto, pero sí en los dictámenes presentados por individuos de la Universidad Nacional Autónoma de México. Para dar una precisión, coincido con el señor Ministro Zaldívar, el concepto de matrimonio puede variarse, pero para esto se requerirá 43 reforma constitucional, no a contentillo de cada entidad federativa, primero, y segundo, la familia, obviamente puede conformarse por hijos adoptivos, sí, pero a través preferentemente de matrimonio, preferentemente, no exclusivamente ¡ojo! con esto, y de momento dejo los comentarios de ese tamaño. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Siguen en lista el señor Ministro Cossío, don Juan Silva Meza y la Ministra Sánchez Cordero, en ese orden, señor Ministro Cossío. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Presidente. Estamos analizando el Considerando Sexto, el cual alude por el momento al problema básico de si la Asamblea Legislativa del Distrito Federal desahogó o no desahogó adecuadamente las garantías de fundamentación y motivación, y si como consecuencia de eso se dio o no una violación al procedimiento legislativo. Este es el tema central. Creo que en el proyecto del señor Ministro Valls se distinguen dos etapas: una que va de las páginas ciento veinticuatro a la ciento treinta y uno en donde nos dice, y yo creo que con toda razón, que el legislador, en este caso del Distrito Federal, no está obligado a seguir la manera de motivación que pretende el Procurador General de la República, y por ende, en ese sentido, y yo creo que con toda razón, no hay necesidad de desahogar los criterios tal como se hacían en las tesis de mil novecientos sesenta y siete, que se debieron al Ministro Del Río, en el sentido de que bastaba que se tuviera la competencia y se desahogara el procedimiento para que se hubiere satisfecho esa garantía. Con posterioridad a ello, esta Suprema Corte ha establecido que no es suficiente esto, sino que se tienen que salvaguardar las etapas de los procedimientos legislativos que suelen prever, o las leyes 44 orgánicas, o los reglamentos interiores de debate. Entonces hasta ahí es una primera cuestión. La segunda cuestión que plantea el proyecto, es en el sentido de si se están o no se están violando estos derechos fundamentales y la manera en la que se tiene que abordar este problema. Yo creo que tiene toda la razón el Ministro Zaldívar en su intervención, en que aquí valdría la pena hacer un ajuste al proyecto, porque el proyecto efectivamente se está presentando en clave de derechos fundamentales, como si alguien planteara que se le ha violado un derecho fundamental por el hecho de permitirse a personas del mismo sexo contraer un matrimonio. Creo que tiene razón el Ministro Aguirre cuando nos dice que este tema también podríamos abordarlo, o primordialmente lo deberíamos abordar, al menos en este punto, desde el punto de vista de las garantías institucionales, más que de los derechos fundamentales. ¿Por qué razón? Porque lo que estamos observando aquí, y esto se pareció mucho a la discusión que tuvimos en su momento sobre la interrupción del embarazo antes de la duodécima semana, no es una norma restrictiva de derechos fundamentales la que estamos analizando, si es una norma que amplía las posibilidades de desarrollo de las conductas de los individuos. Cuando en aquella ocasión se argumentaba por ejemplo, que los derechos de la mujer alcanzaban para tales o cuales cosas, una de las respuestas que se daba es que no tenía sentido analizarlo desde esa óptica porque precisamente se estaba permitiendo a la mujer interrumpir el embarazo antes de la duodécima semana. Aquí me parece que pasa mucho de esto y creo que en ese sentido tiene razón el Ministro Zaldívar cuando se dice: si precisamente se está autorizando a las personas del mismo sexo a contraer matrimonio, y en segundo lugar llevar a cabo una adopción como matrimonio, ya no como personas individuales que permite el 45 Código Civil, creo que es entonces ésta la clave de análisis que debiéramos seguir. En este sentido a mí me han parecido muy interesantes los comentarios que ha hecho el señor Ministro Aguirre; el Ministro Aguirre nos decía que otros ordenamientos y otros tribunales constitucionales han aceptado las garantías institucionales y también nosotros lo hemos hecho, hablábamos de la autonomía universitaria como una garantía institucional en varios casos que tuvimos que resolver en la Primera Sala, y esto me parece que también ha cobrado carta de naturalización. En algunos proyectos que se han presentado sobre autonomía municipal, también reconocimos que tenía el carácter de una garantía institucional y consecuentemente, insisto, esto tiene ciudadanía entre nosotros. Ahora, la pregunta que es importante, me parece, es la que hace el Ministro Aguirre Anguiano, es: ¿el matrimonio tiene o no tiene el carácter de garantía institucional? Éste me parece que es un tema importante, ¿por qué razón? Porque el artículo 4º al que hemos aludido no se refiere por supuesto, ya lo dijo muy bien, al matrimonio, se refiere a la familia; se refiere también el artículo 130 en su penúltimo párrafo a los actos del estado civil; la fracción IV del 121 de la Constitución también a los actos del estado civil, pero no hay, hasta donde yo alcanzo a ver, una consignación expresa del matrimonio como garantía institucional en la Constitución. Insisto, existe la familia y de ahí, me parece, se presenta un problema importante para definir si el hecho de que la familia tenga reconocido un carácter constitucional y tenga el carácter también de garantía institucional, que no de derecho fundamental, sería muy complicado suponer que el matrimonio por sí mismo tiene el carácter de derecho fundamental; derechos fundamentales tienen en todo caso los miembros de esa familia que pretenden hacer tales o cuales cosas como por ejemplo decidir de manera libre y responsable el espaciamiento de sus hijos, etc. Creo que entonces 46 nos lleva a saber si de la determinación de la familia como garantía institucional podemos llegar al reconocimiento también del matrimonio como garantía institucional. Esto me lleva a la pregunta de si existe o no un modelo específico de familia reconocido en la Constitución, y ¿qué es lo que determinaría esta forma familiar? Yo creo que si nosotros decimos que no existe un modelo de familia exclusivamente reconocido en la Constitución, sino hay varios modelos de familia, entonces tendríamos enormes dificultades en reconocer que el matrimonio tiene el carácter de garantía institucional; por el contrario, si nosotros aceptáramos que la familia o esa constitucionalización de la familia como garantía constitucional o garantía institucional nos recoge un modelo exclusivo de familia y ese modelo de familia está vinculado con el matrimonio entre personas heterosexuales, con una característica monogámica y procreativa como básicamente se ha descrito, entonces me parece que estaríamos ante una situación de saber si por extensión el matrimonio tiene el carácter de garantía institucional como lo tiene, insisto, ese modelo de familia. Yo creo que la única forma de saber si efectivamente existe un modelo o no de familia es acudiendo a diversos elementos interpretativos. Por un lado no creo y es aceptado por todos los que hemos participado, que tengamos un modelo religioso aun cuando tengamos una religión mayoritaria en el país de matrimonio, dado ese credo religioso que se tiene mayoritariamente en este país. En segundo lugar también creo que resulta muy complicado aceptar que existe un sólo modelo culturalmente hablando, occidental, judeo-cristiano de familia desde el punto de vista, insisto, monogámico y procreativo, creo que estamos precisamente frente a 47 una institución de carácter social y como toda institución de carácter social tiene características evolutivas que le van definiendo su perfil. Y en tercer lugar, habría que hacer una tercera pregunta: ¿Efectivamente en algún momento el Constituyente constitucionalizó un modelo de familia que descansara única y exclusivamente en este matrimonio monogámico, heterosexual y fundamentalmente procreativo? Si hubiera algún elemento, insisto, en ese sentido, pues habría un argumento importante, yo con toda franqueza creo que cuando se constitucionalizó, mediante la reforma constitucional, el modelo de familia, se constitucionalizó eso, la protección a la familia o a las familias, a las posibilidades de familia a que aludía el Ministro Zaldívar, más que a un modelo histórico, cultural, occidental, determinante, exclusivo, excluyente, respecto de otras condiciones. Al resolver la contradicción de tesis 163/2007 la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia consideró de enorme importancia darle un peso específico, darle un peso jurídico a lo que el Consejo Nacional de Población de nuestro país ha determinado como modelos de familia. En ese caso, nosotros en el proyecto y con algún antecedente que se había dado anteriormente, lo que hicimos es entender cuáles eran sociológicamente las posibilidades de familia que se habían establecido a lo largo del tiempo en nuestro país, y sobre todo en la situación actual. El Ministro Zaldívar describió muy correctamente algunos de esos modelos que nosotros como Sala consideramos, y llegamos a la conclusión, básicamente, que lo que se está protegiendo es, efectivamente, a la familia y se está garantizando institucionalmente a la familia para que el legislador no pueda vaciar de contenido a esta expresión “familia”, pero que no 48 necesariamente esa constitucionalización de la familia conllevaba la constitucionalización de un modelo exclusivo y excluyente de matrimonio; consecuentemente con esto, si no descansan todos los modelos de familia en el matrimonio, resultaría sumamente complicado, me parece, aceptar que el matrimonio tiene el carácter de garantía institucional como extensión del propio modelo de familia. Insisto, a mí me parece que lo que tenemos garantizado es o posibilidades diversas de familia, en este sentido obviamente la definición es mucho más compleja, mucho más flexible que el sentido de los conceptos histórico, heterosexual, monogámico y procreativo para los efectos de este caso, no estoy hablando que la Constitución y nuestro orden jurídico estén permitiendo la poligamia, simplemente me estoy enfrentando al problema de esas características históricas. Creo entonces que si no existe al final de cuentas un modelo único de familia que descansa en un modelo único de matrimonio, resulta sumamente complicado hacer extensivo al propio matrimonio el carácter de garantía institucional, y consecuentemente me parece que también resulta difícil suponer que el legislador del Distrito Federal vació de contenido la expresión del artículo 4o. y consecuentemente con ello y dejando de lado, insisto, tal como lo hizo el Ministro Zaldívar en su intervención, el problema de los derechos fundamentales sólo desde el punto de vista de las garantías institucionales, no encuentro cómo este legislador del Distrito Federal pudo haber vaciado de contenido algo que en la Constitución no tiene reconocimiento –obviamente como derecho fundamental, porque no lo puede tener– pero ni siquiera como garantía institucional –insisto– porque no me parece que esté establecida la relación ineludible, inseparable entre familia y matrimonio, para de eso derivar precisamente esta condición de 49 garantía institucional. Yo con esta perspectiva que varía en alguna parte de lo que contiene el proyecto, estoy también de acuerdo en que no se viola la garantía del artículo 16 constitucional en cuanto se refiere primordialmente a motivación del proceso legislativo. Gracias señor Presidente SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Aguirre Anguiano para aclaración. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Muy brevemente señor Presidente, muchas gracias. Voy a hacer la aclaración incumbente. He insistido en que históricamente se ha considerado el matrimonio como monogámico, procreativo, etcétera, pero yo no dije que los liberales que establecieron la Constitución así hayan visto el matrimonio como procreativo necesariamente, simplemente lo que digo es la única moral que tenían, incluidos ellos, era la moral judíocristiana y estoy de acuerdo con lo que dijo el Ministro Zaldívar, el matrimonio se instituyó como sacramento por la iglesia católica muchos siglos después de fundado el cristianismo, pero este es otro tema totalmente ocioso y que no pienso que sea pertinente discutirlo aquí. Lo único que sostengo es que para el Constituyente el matrimonio quería decir hombre y mujer, lo de procreativo se lo están agregando porque yo lo aludí como parte de una tradición, no como parte de una actualidad; esto ¿qué quiere decir? que el artículo 4º constitucional cuando habla del espaciamiento y número de hijos que se quieran tener, esto no quiere decir que sea necesariamente procreándolos, esto también puede ser adoptándolos, pero como parte de una familia, una familia dimanante de un matrimonio y para esto hay que interpretar la Constitución como sistema porque en el mismo artículo, en el 4º, se habla de los derechos superiores de los niños que normalmente 50 adoptados o no adoptados son parte de un matrimonio y de una familia, esto hay que entenderlo. Lo que se quiere decir hoy por hoy es que es moderno hablar de los distintos matrimonios, también se habla de las distintas fidelidades: la física y la intelectual, una serie de cuestiones que no vale la pena discutir aquí, pienso que cuando el Constituyente refiere entre los actos del estado civil: el matrimonio, las actas del estado civil, se está refiriendo a eso a la unión de un hombre con una mujer, y si tratamos de dar otras definiciones lo podemos hacer pero modificando la Constitución, la Constitución se basa en presupuestos también no textualizados, hubiera resultado ─pienso yo─ cacofónico llevar al detalle de las Leyes de Reforma que hablaban de hombre y mujer y decía: exclusivamente o solamente ─no recuerdo aunque lo acabo de leer─ hubiera resultado cacofónico llevar esto a la Constitución si es del dominio público, es la esencia, la forma de nombrar las cosas que primero llega a identificarlas y después les da esencia, no podemos quitarle los puntos esenciales por el gusto de modificar. Imagínense ustedes que el artículo 123 constitucional nos refiere las vacaciones y mediante ley secundaria se dijera: “entiéndase por vacaciones aquellas en donde el trabajador labore solamente cuatro horas diarias”. Estamos drenando de contenido el concepto, la vacación es el ocio justo que corresponde al trabajador; entonces, mediante leyes ordinarias no podemos hacer monerías que le quiten el contenido a los vocablos generalmente aceptados y que son presupuesto toral del Constituyente. Pienso, y lo digo con toda sinceridad, que el matrimonio no es un derecho fundamental de nadie, el matrimonio es la base de la familia fundamental y es un derecho institucional, no es un derecho fundamental privativo de los individuos. 51 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Silva Meza. SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Gracias Presidente, voy a centrar mi intervención concretamente a la propuesta del proyecto. Lo hago sin dejar de lado los argumentos vertidos por el Ministro Zaldívar en su momento, ahora por el Ministro Cossío, y algunas de las consideraciones también que ha realizado el señor Ministro Aguirre Anguiano, en tanto que hay muchas coincidencias, definitivamente hay muchas coincidencias; sin embargo, vamos a decir que lo expuesto por el Ministro Cossío y el Ministro Zaldívar, son una perspectiva diferente, o bien como se dijo también, creo que así se utilizó una diferente forma de abordar el tema de constitucionalidad, en muchas cosas coincido, pero en muchas cosas tal vez no con la sistematización en relación con esa perspectiva, pero sí están plasmadas en el proyecto y para mí creo que hay suficiencia en el tema constitucional, en el abordaje, es más, realizado de manera directa con los conceptos de invalidez identificados como el 1 y 2 vertidos o argüidos por el accionante, el Procurador General de la República. Desde mi perspectiva y la perspectiva del proyecto, y creo que aquí mucho de lo que se ha oído de los compañeros que se han manifestado con el sentido del proyecto, pero difiriendo o separándose algo con la perspectiva o el abordaje, muchos de los contenidos por ellos expresados están aquí vertidos si se quiere con esta otra perspectiva a la que alude el proyecto, pero a mí en lo particular ¿Por qué me satisface el proyecto? El proyecto cumple con mi expectativa de lo esperado, en función de los argumentos, de los razonamientos que utiliza en tanto que más allá de los temas concretos que aborda, muy importantes, muy trascendentes, precisamente esos razonamientos que se ven en el proyecto desde mi punto de vista, aportan mucho al principio democrático, fundamentalmente abordan la igualdad, abordan a no discriminación 52 por encima de cualquier prejuicio; es una situación que tiene un gran contenido, que se desborda desde mi punto de vista, en relación con el tratamiento que se da, podría dejar satisfecho una justificación de voto más que justificación, un posicionamiento; es decir, yo coincido plenamente con lo dicho en el proyecto, sé que es obra humana, perfectible, enriquecida puede ser por este Tribunal Pleno, estoy totalmente de acuerdo, pero para mí sería suficiente, habré de expresar algunas cuestiones relevantes de esta propuesta, donde encontrarán ustedes estas coincidencias con lo ya expresado, por los que aquí también están de acuerdo con este proyecto. En principio participo que de acuerdo con el orden constitucional la Asamblea Legislativa del Distrito Federal cuenta con las facultades para legislar en materia civil, lo que implica desde luego la atribución de regular lo concerniente a la figura del matrimonio y que en el ejercicio representativo de su función el órgano legislativo local al regular dichas cuestiones se encuentra vinculado a reflejar por la vía legislativa, la realidad cotidiana del pueblo al que representa. No podemos dejar de advertir como destacadamente lo hace la consulta, que la realidad social de nuestro país y en concreto la del Distrito Federal, es totalmente distinta a la de hace algunos años, de ahí que sea tarea del legislador ir midiendo esa evolución para transformarla en un marco normativo que sea conforme a la vida cotidiana del momento histórico, de ahí que la redefinición de la figura del matrimonio en el Distrito Federal, no sea más que el reconocimiento por parte de su legislador de una realidad social que se presenta en esta ciudad; los cambios de la sociedad, sus demandas, son los que motivan reformas legales como ésta que ahora analizamos, pero es cierto también que el cambio muchas veces viene acompañado obviamente hasta de temores, de 53 interrogantes, pero éstas se despejan, se disipan, cuando el cambio está constitucional y legalmente razonado, y por ende, sustentado. La transformación del contenido de la definición del concepto tradicional de matrimonio realizado por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal es para mí como la propuesta, como lo considera, constitucionalmente razonable. Es razonable, porque atiende a la nueva realidad y esto es mucho muy importante, que ya no se encuentre integrada por un único modelo de familia, pues ahora está conformada por muy diversos tipos de ella. De acuerdo con los datos estadísticos a los que hemos tenido acceso, es cada día mayor el número de familias uniparamentales. También existen aquellas que no quieren unirse bajo el concepto de matrimonio, o como bien sostiene el proyecto, hay familias que optan por no tener descendencia o que no pueden tenerla. Por ello, en la actualidad, no podemos afirmar que sólo el concepto de familia tradicional, a saber: madre, padre e hijos, es el único modelo protegido constitucionalmente que se presenta en la sociedad. El derecho —lo hemos dicho— ha ido evolucionando en torno al concepto de familia con la finalidad de acercarlo más a la realidad social. De ahí que existan diversas figuras jurídicas distintas al matrimonio —como el concubinato— o bien, que exista la posibilidad de que se presente en la vía civil de la disolución del vínculo matrimonial, que existan sociedades de convivencia, etcétera. Si se acepta que en la Ciudad de México no puede hablarse de un sólo tipo de unión afectiva o, si se quiere, de un sólo tipo de familia, entonces podemos comprender que el legislador tenga que ir evolucionando para acercarse cada día más a la sociedad a través 54 de la regulación jurídica de esa realidad. Ejercicio que es evidente, que debe ajustarse al marco constitucional. Esto me lleva a concluir que la redefinición del matrimonio llevada a cabo por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal se inscribe en el texto constitucional y no sólo en lo preceptuado por el artículo 4°, sino en lo consagrado en el concepto de igualdad y no discriminación por razón de sexo, prevista en el artículo 1° constitucional. Debemos considerar, que reconocer que el concepto de matrimonio incluye la unión libre entre dos personas sin importar su sexo, no violenta ni restringe los derechos de las demás personas. Si la reforma no es contraria al artículo 4° constitucional y no violenta los derechos de las demás personas, ya es una medida constitucionalmente adecuada y razonable. Más, si se toma en cuenta, que el órgano que la llevó a cabo cuenta con las facultades constitucionales para que en el ejercicio del poder democrático y representativo, valore los requerimientos de la sociedad para que la legislación sea acorde con la realidad que viven sus integrantes, y acorde también con los principios constitucionales configure el contenido legal de esa realidad, propiciando el orden normativo que los nuevos fenómenos sociales demandan. Es necesario tener presente —como lo recuerda también la propuesta— que este Alto Tribunal ha sostenido que el derecho al libre desarrollo de la personalidad comprende, entre otras, la libertad de contraer matrimonio o de no hacerlo, de procrear hijos y cuántos de ellos, en qué momento de su vida tenerlos o bien decidir no tenerlos, de escoger su apariencia personal, su profesión o actividad laboral, y por supuesto, la libre opción sexual, pues todos esos aspectos, evidentemente, son parte de la manera en que el 55 individuo desea proyectarse y vivir su vida y que, por tanto, sólo él puede decidirlo de forma autónoma. Si el de ser una pareja integrada por personas del mismo sexo es unir su vida a través de la figura del matrimonio, esto tomando en consideración el derecho al libre desarrollo de su personalidad, y tal realidad ya es contemplada y regulada por la legislación local, cualquier argumento para prohibir tal deseo lo convierte en discriminatorio, pues la única diferencia entre este tipo de matrimonios y los hasta ahora tradicionales, es la preferencia sexual. Por ello, es oportuno y acertado que el proyecto dedique diversas consideraciones a explicar que el concepto de familia no puede ir ligado a la procreación puesto que —como ya se sostuvo— en la actualidad existen muchos matrimonios que deciden no tener descendencia o que no pueden tenerla y su deseo, no es adoptar. Tenemos que aceptar que constituye una realidad que existen familias sin hijos, lo que no implica que la figura del matrimonio no pueda llegar a tener todas sus consecuencias jurídicas. De ahí que resulta absurdo el argumento esgrimido por la parte recurrente en el sentido de que el concepto tradicional de familia implica el tener descendencia para a partir de dicha concepción sostener que dos personas del mismo sexo no pueden constituir un matrimonio puesto que es imposible que tengan descendencia en común. Cualquier individuo tiene derecho a conformar una familia, independientemente de la orientación sexual o la identidad de género que ésta tenga, y en términos de lo establecido en los diversos instrumentos de derecho internacional de los derechos humanos. En particular debemos destacar lo establecido en los principios de Yogykarta; existen diversas configuraciones de familias, ninguna familia puede ser sometida a discriminación 56 basada en la orientación sexual o identidad de género de cualquiera de sus integrantes. Conforme a lo establecido en este documento internacional elaborado por múltiples especialistas en derechos humanos, diversos relatores especiales de Naciones Unidas, investigadores, docentes, integrantes de diversos comités y comisiones de derechos humanos, por mencionar algunos, es claro que todos los Estados están constreñidos a adoptar medidas legislativas, administrativas y de otra índole, para asegurar que todos los individuos puedan constituir una familia. Así, el Estado Mexicano, tampoco puede pasar inadvertidas las directrices internacionales que en materia de derechos humanos existen respecto de este tema, y en aras de consolidar una nación verdaderamente democrática, en la que se respeten y garanticen todos los derechos de todos los individuos que la conforman, es indispensable que reconozca que existe una pluralidad de personas, por ende, de familias, las cuales no pueden quedar fuera de la protección constitucional y legal por el simple hecho de no ser acordes con un modelo anterior, que si bien sirvió en otro contexto histórico, hoy en día debe modificarse para proteger constitucional y legalmente a todas las familias que conforman a esta nación pluricultural. Hoy no existe un concepto único de familia, si el propio derecho internacional de los derechos humanos, entiende que puede haber tantos tipos de familias como tipos de individuos, como contextos históricos, sociales y culturales que determinen los diversos modelos de aquellos; ya aquí se ha señalado, lo hemos mencionado en algunas decisiones de este Alto Tribunal, luego entonces, si ni en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se establece como único arquetipo de familia, ni en los instrumentos 57 internacionales, es evidente que las figuras del matrimonio civil y familia, no nada más son susceptibles de ser modificadas, sino que en un momento histórico, debe ser imperativo el que se transformen cuando una fracción de la sociedad así lo demanda; ello en estricto acatamiento a los derechos de igualdad, de no discriminación por razones de sexo, al derecho a no formar una familia, al derecho a la privacidad, a la salud, a la intimidad, a la propia imagen y al desarrollo de la personalidad, todos ellos contenidos en el texto de la Constitución Federal de nuestro país. Así, por estas razones, yo considero que lo expuesto en el proyecto refleja también cuál es mi postura en torno de este tema. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Le bastarían los minutos que quedan antes de la una señora Ministra, o prefiere después del receso? SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Yo creo que tardaría unos quince minutos señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Consulto al Pleno, ¿después del receso? (VOTACIÓN FAVORABLE) SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Entonces, yo les rogaría si me permiten, mi intervención en este momento, tomaré aproximadamente ese tiempo en emitir mi convicción personal que es puntualmente coincidente con la que ha expresado el señor Ministro Aguirre Anguiano, me explico. La Constitución en el artículo 4°, ordena que el Estado Mexicano debe proteger a la familia sin especificar qué tipo de familia. El proyecto en la página ciento cuarenta y dos dice: Los datos 58 estadísticos confirman que esa dinámica ha dado lugar a diversas formas familiares, como son por ejemplo: la familia nuclear, integrada por esposo, esposa e hijos, que de existir pueden ser biológicos o adoptados. La familia monoparenteral; es decir, conformada por un padre e hijos, o una madre e hijos, o bien, familia extensa o consanguínea, esto es la que se extiende a más generaciones, incluyendo ascendientes, descendientes y parientes colaterales, dice el proyecto. Se encuentran además otro tipo de uniones, ya no las llama aquí familia, otro tipo de uniones como son las homosexuales y lesbianas e incluso las homoparenterales a las que por ahora sólo se hace referencia. Bien, si este fenómeno de conformación de familias se da en nuestra realidad social, la tesis del proyecto es: el Estado tiene la obligación de protegerlas, y yo comparto esta idea. Ha habido otras manifestaciones de familia en la sociedad mexicana como es la poligamia tolerada por alguna religión en que es la unión generalmente de un varón con varias mujeres, y se establece auténtica familia, hay una relación de convivencia permanente, hay vida familiar; y en alguna época de nuestra historia reciente hubo una manifestación de familias comunitarias entre quienes siguieron una corriente ideológica que se conoció como “hippies”, son formas de familia. Mi pregunta primera es: ¿Toda forma de familia aceptada por la sociedad mexicana debe ser protegida por el Estado? Parece que la respuesta debiera ser afirmativa en tanto que el artículo 4º constitucional no pone ningún límite al concepto de familia. En esto no abundo, la pregunta que a mí me cuestiona y me lleva a convicción distinta es: ¿La protección de toda forma de familia que acepta la sociedad mexicana se tiene que dar a través del matrimonio? ¿Se le puede llamar matrimonio a todas estas formas 59 de familia de que nos habla el proyecto o el matrimonio, por el contrario es una institución perfectamente identificable, redonda, completa en su concepción histórica tradicional, y por lo tanto es solamente una de las varias formas válidas a través de las cuales el Estado debe dar protección a las familias, reconocer fundamentalmente sus derechos? Yo convengo con todo el desarrollo histórico que ha hecho el señor Ministro Aguirre Anguiano, el concepto matrimonio ancestralmente es muy claro como la unión de un solo hombre y una sola mujer para, así lo dicen todavía muchos códigos, realizar los fines esenciales de la familia. El matrimonio es el instrumento para cumplir los fines esenciales de la familia que son: la ayuda mutua, la finalidad y la procreación de la especie; entonces, yo no puedo estar de acuerdo con el proyecto en cuanto dice que el concepto matrimonio no es completo, no es unívoco sino que puede estar sujeto a evolución. No, hay un concepto muy claro de la institución matrimonio, así lo recogió nuestra Constitución, no ha llegado el momento de hablar del artículo 121, pero yo comparto el criterio del señor Ministro Aguirre Anguiano de que al hablarse de matrimonio como acto del estado civil de las personas hay un concepto muy claro que no puede ser alterado al menos por legislación secundaria; deformar esta institución o conformar o darle nuevos alcances, nuevas formas sí es alterar su esencia. En alguna parte el proyecto dice que la procreación de la especie no es un fin esencial del matrimonio porque muchos matrimonios heterosexuales no tienen hijos y son matrimonio, esto es una realidad, pero eso no quita el hecho de que uno de los fines esenciales del matrimonio es la procreación de la especie, si no se da en muchas parejas heterosexuales la ley lo entiende y da el pleno reconocimiento de matrimonio a esta unión. 60 Preocupa mucho el enfoque del proyecto y por eso quise tener la intervención en este momento, creo que ya lo apuntó con toda claridad el señor Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, el argumento del señor Procurador General de la República en esta acción de inconstitucionalidad, dice: “Se viola el artículo 16 de la Constitución, porque la nueva norma que deriva de este proceso legislativo adolece de motivación”. ¿Qué cosa es la motivación en materia legislativa? Aquí lo hemos dicho, que se reconozca un hecho que es indispensable reglamentar, regular a través de normas y que esto se conduzca de la manera idónea, ¿aquí qué ha pasado? Que ya la unión, las familias conformadas por personas homosexuales estaban plenamente reconocidas por el Estado y protegidas a través de la figura de la unión en convivencia. Pero la discusión legislativa va por discriminación y va por falta de igualdad y el proyecto camina por estos cauces y entonces sí preocupa que si la Corte llega a decir que a través de esta reforma en el Distrito Federal se salvaguardan los principios de igualdad entre personas heterosexuales y homosexuales y se salvaguarda la no discriminación por razones de diferencia en esta tendencia de ejercicio sexual, si así lo sostenemos va a resultar ahora que todos los Estados de la República que no han hecho esto, estarán incursos en un vicio de inconstitucionalidad, porque aquí se están salvaguardando los principios de igualdad y no discriminación y en treinta y un Estados de la República no hay esta previsión. Esto es muy importante, ya el señor Ministro Cossío y a ellos se sumó don Arturo, no estamos en presencia de derechos fundamentales sino en presencia de derechos o garantías institucionales y la institución que está aquí en juego se llama matrimonio, el matrimonio ancestralmente, milenariamente ha estado concebido como la unión de un solo hombre y una sola 61 mujer para realizar los fines esenciales de la familia, es solamente una forma de integrar familias. Está la unión libre y tiene protección la unión libre a través de la institución del concubinato, la ley protege a las familias que se constituyen de esta manera libre, sin la formalidad de un acto del Registro Civil. La ley en el Distrito Federal protegía ya la unión entre parejas homosexuales a través de la Ley de Unión en Convivencia. Por lo tanto, injertar al matrimonio lo que antes era unión en convivencia, un acto perfectamente diferenciado en dos leyes, sí es como lo dijo el señor Ministro Aguirre, volver al cuadrado triángulo o no sé si al revés, se le ha puesto un lado más y ya se volvió polígono. Y esta es la razón fundamental de que yo considere que no hay fundamentación para alterar una institución ancestral, porque si no es, ―repito―, la igualdad ni la discriminación, nos queda sólo la libre configuración, pero la libre configuración no es capricho, no se puede decir por libre configuración voy a emitir esta norma. Consecuentemente, pues yo sumaré mi voto a lo del Ministro y gracias por su tolerancia, dije que iba a usar ocho minutos y me excedí. Decreto el receso y a continuación escucharemos las otras participaciones. (SE DECRETÓ UN RECESO A LAS 13:05 HORAS). (SE REANUDÓ LA SESIÓN A LAS 13:25 HORAS) 62 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se reanuda la sesión. Pidió para hacer una aclaración, el señor Ministro Aguirre Anguiano. Proceda por favor señor Ministro. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Muchas gracias señor Presidente. Solamente quería hacer la aclaración de un hecho. Tuve un lapsus en la afirmación de que Argentina es una República Centralizada, no, no lo es, es una República Federal. Gracias por permitirme hacer esta aclaración. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien. Señora Ministra Sánchez Cordero. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Gracias señor Ministro Presidente. Señores Ministros, al igual que en muchos otros temas que recientemente han sido sometidos al conocimiento de esta Suprema Corte, el de esta Acción de Inconstitucionalidad resulta polémico, puesto que actualmente ha suscitado este tema un gran debate inclusive a nivel internacional desde todos los ámbitos; México no es la excepción y precisamente por ello el Procurador General de la República al considerar que la reforma al Código Civil del Distrito Federal que nos ocupa es violatorio de la Constitución, ha recurrido en esta instancia. Como es sabido, en cualquier Estado democrático el Tribunal Constitucional es el garante de la Constitución, esa labor es realizada para todos los habitantes del país y por ello, la Suprema Corte de Justicia no puede fundar sus resoluciones en posiciones sociales, religiosas o de conciencia individual, pues esa labor debe 63 realizarla haciendo abstracción de las legítimas aspiraciones personales y discutiendo desde la serenidad y el equilibrio que ofrece la ciencia del derecho. De esa perspectiva en un Estado laico o desde la perspectiva de un Estado laico que funda sus decisiones en el rechazo a los fundamentalismos y el reconocimiento de que todas las convicciones tienen la misma dignidad. La sociedad actual vive una época de profundos cambios en diversos campos de la vida humana, entre ellos, los valores morales, la organización social y el conocimiento en todas sus áreas. En este contexto, el derecho, la política, la ética, asumen una posición de privilegio en el ámbito de la discusión de los temas fundamentales y sus interacciones adquieren suma relevancia para la definición de los temas más importantes en la actualidad entre los que destaca la definición de los derechos. Como toda ciencia, el derecho debe transformase de acuerdo a las distintas necesidades de una sociedad dinámica y cambiante, pues una de sus funciones principales consiste en contribuir al diagnóstico y a la solución de muchos de los problemas que tienen origen en la sociedad. Una de las funciones principales del derecho consiste en armonizar las exigencias normativas con las circunstancias históricas y sociales concretas de cada lugar y en un momento determinado, como diría don Luis Recasens Siches: “La vida humana es esencialmente histórica”. Precisamente por ello, el planteamiento relativo al matrimonio y a la adopción por matrimonios conformados por personas del mismo sexo, debe abordarse desde este punto de vista, privilegiando lo 64 estrictamente jurídico y haciendo abstracción del debate que suscite en la sociedad y en diversos foros de discusión. Ahora quisiera en primer lugar tratar un tema que tomé en cuenta para en lo personal formar una convicción, y es precisamente el tema y de no perder de vista la naturaleza del medio de control constitucional que nos ocupa, que es éste: ¿cuál sería el efecto –– me pregunto–– de la sentencia en esta Acción de Inconstitucionalidad si eventualmente se llegara a declarar la invalidez del artículo 146 del Código Civil para el Distrito Federal? La Acción de Inconstitucionalidad prevista en la fracción II del artículo 105 de la Constitución Federal, es un medio de control abstracto, de normas generales, que tiene como finalidad primordial el expulsar del orden jurídico nacional, aquellas disposiciones que contravienen el Texto Fundamental. En esa medida, ante una eventual declaratoria de invalidez del citado numeral ¿Qué ocurriría?, ¿invalidaríamos todo su texto normativo o la porción normativa que señala: matrimonio es la unión libre de dos personas? En cualquiera de estos escenarios se estaría vaciando de contenido la figura del matrimonio en el Distrito Federal; y lo que es peor, se estaría dando una directriz al órgano legislativo local para definir al matrimonio únicamente como la unión de un hombre y de una mujer, desconociendo este Tribunal Constitucional la realidad social que el legislador quiso regular a través de la reforma que se impugna. Asimismo, para el caso de que se estableciera la posibilidad de que para no dejar sin contenido la figura matrimonial fuera necesario realizar algún tipo de interpretación conforme, a fin de dejar establecido que cuando el precepto combatido señala que matrimonio es la unión libre de dos personas, debe entenderse que 65 se refiere únicamente a la unión de un hombre y una mujer, dicha postura me parecería que no es acorde con la naturaleza jurídica de este medio de control. En efecto, asumir una interpretación en tal sentido, ubicaría a este Tribunal en su labor de legislador negativo como lo sustenta algún sector de la doctrina, puesto que no cumplirá su cometido de que a través de la declaratoria de invalidez de una norma, ésta fuera expulsada del orden jurídico nacional, sino que por el contrario asumiría el carácter de legislador positivo en la medida en que con esta interpretación conforme daría un nuevo contenido y sentido al concepto de matrimonio totalmente diverso al que el legislador local pretendió imprimirle, con lo que a mi juicio se sustentaría o se sustituiría en el ejercicio de la función legislativa en detrimento del principio de división de poderes. Igualmente, con dicha interpretación estimo, se generaría por parte de este Tribunal una decisión contraria al orden constitucional, ya que se estaría discriminando un sector de la población por sus preferencias sexuales al limitársele su acceso tanto a la figura del matrimonio como a los derechos que de él derivan, sin existir una razonabilidad constitucional suficiente para ello; circunstancia que esta Corte, como máximo garante de los derechos fundamentales, tampoco podría permitirse. Y ya llegando al tema sobre el concepto de invalidez del proceso legislativo en relación a la racionalidad que debió observar el legislador de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal al reformar el concepto de matrimonio, es de señalar que estoy de acuerdo en lo general con el sentido y las consideraciones que sustentan el excelente proyecto que somete a nuestra consideración el señor Ministro Valls Hernández, pues me parece que hace un excelente estudio respecto al tema de no discriminación, y se da contestación 66 a los argumentos de inconstitucionalidad vertidos por la Procuraduría General de la República, por lo que únicamente con el ánimo de abonar a sus argumentos, me permitiría someter a su consideración algunos argumentos que vendrían, a mi juicio, a ampliar la respuesta dada al concepto de invalidez planteado por el señor procurador, relativo precisamente a la racionalidad objetiva que debió observar la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, al reformar en específico el artículo 146 del Código Civil impugnado y que estudiamos en este momento. Como ha venido sosteniendo nuestra jurisprudencia, el principio de igualdad tiene un carácter complejo, en tanto subyace a toda la estructura constitucional y se encuentra positivizado en múltiples preceptos de nuestra Constitución, que constituyen sus aplicaciones concretas; estos preceptos constituyen normas particulares de igualdad que imponen obligaciones o deberes específicos a los poderes públicos en relación con el principio indicado. Sin embargo, tales poderes, en particular el legislador, están vinculados al principio general de igualdad establecido, entre otros, en el artículo 16 constitucional; en tanto que si bien es cierto, éste prohíbe actuar con exceso de poder o arbitrariamente; este principio como límite a la actividad del legislador no postula la paridad entre todos los individuos ni implica necesariamente una igualdad material o económica real, sino que exige razonabilidad en la diferencia de trato, como criterio básico para la producción normativa. Así, del referido principio derivan dos normas que vinculan específicamente al legislador ordinario; por una parte, un mandamiento de trato igual en supuestos de hecho equivalentes, salvo que exista un fundamento objetivo y razonable que permita darles uno desigual y, por el otro, un mandato de tratamiento desigual, y que obliga al legislador a establecer diferencias entre 67 supuestos de hecho distintos cuando la propia Constitución las impone. De esta forma, para que las diferencias normativas puedan considerarse apegadas al principio de igualdad, es indispensable que exista una justificación objetiva y razonable, de acuerdo con estándares y juicios de valor generalmente aceptados, cuya pertinencia debe apreciarse en relación con la finalidad y con los efectos de la medida considerada, debiendo concurrir una relación de proporcionalidad entre los medios empleados y la finalidad perseguida. Atendiendo a lo anterior, -en mi opinión- de forma alguna se viola este principio, y menos aún, en la forma que el Procurador General de la República lo plantea en su concepto de invalidez, pues lejos de realizar una distinción, el precepto impugnado lleva precisamente una igualación en las condiciones establecidas para el matrimonio, comenzando por su definición, que al reformarlo para incluir a todas las personas; por tanto, del análisis del concepto de invalidez referido, no puede arribarse a la conclusión como lo pretende la Procuraduría de declarar inconstitucional este precepto. Ello es así, porque precisamente no existe criterio alguno de distinción que sea utilizado por la ley de los prohibidos por el artículo 1º de la Constitución, pues no considera ningún criterio que permita identificar a una categoría de personas que compartan o compartieron en una serie de contextos relevantes una condición de exclusión, o que tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas, ya que por el contrario, como bien se afirma en el proyecto la norma no distingue entre unos individuos y otros que pudieran ser destinatarios de la norma, sino que extiende este universo a todos los posibles, por lo que no lo ajusta a ningún elemento que atente contra la dignidad humana. 68 De allí que no exista desde mi punto de vista una distinción normativa que el legislador tuviera que justificar, por lo que la motivación legislativa a la que debe someterse el legislador, debe atender a un escrutinio distinto al que propone la Procuraduría General de la República, en este caso, nuestra jurisprudencia indica que el análisis de constitucionalidad debe someterse a un escrutinio de igualdad ordinario porque la norma no introduce una clasificación legislativa articulada alrededor de alguna de las categorías mencionadas en el artículo 1º de nuestra Constitución, como motivos prohibidos de discriminación, pues no distingue entre grupos de personas, de manera que el criterio de distinción utilizado no es de origen étnico o nacional, de género, de edad, de capacidades diferentes, de religión, de condición social, de preferencias, o estado civil o cualquier otro que atente contra la dignidad humana, o tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas; de ahí, que no hay razones para realizar un escrutinio estricto, ni siquiera desde la perspectiva de la naturaleza del derecho afectado. La igualdad es un principio y un derecho de carácter fundamentalmente adjetivo que se predica siempre de algo, y este referente es relevante al momento de realizar el control de constitucionalidad de las leyes, porque la Norma Fundamental permite, en algunos ámbitos, que el legislador tenga más amplitud para desarrollar su labor normativa, mientras que en otros, el juez deberá ser más exigente a la hora de determinar si aquél ha respetado las exigencias del principio de igualdad. Por ello, siempre que la acción clasificadora del legislador incida en los derechos fundamentales garantizados constitucionalmente, será necesario aplicar con especial intensidad las exigencias derivadas del principio de igualdad y no discriminación. 69 En el caso, como lo señala el proyecto en uno de sus argumentos torales, al no haber incidencia en estos derechos, el escrutinio no puede ni debe ser de especial intensidad. La intención constitucional es, por lo tanto, extender las garantías implícitas en el principio de igualdad al ámbito de las acciones legislativas que tienen un impacto significativo en la libertad y en la dignidad de las personas, lo cual a mi juicio queda perfectamente justificado en el proyecto cuando se razona la extensión y no la limitación de derechos fundamentales, por lo que al no tratarse de una limitante de estos derechos ni de aquellas limitaciones que se articulen en torno a una serie de criterios clasificatorios mencionados en el referido tercer párrafo del artículo 1º, categorías en las cuales el desarrollo de la labor normativa del legislador debe ser especialmente cuidadosa, el juez constitucional no deberá someter la labor del legislador a un escrutinio especialmente cuidadoso desde el punto de vista del respeto a la garantía de igualdad. En adición, la violación constitucional estaría determinada, como bien lo señala el proyecto, por la violación a los derechos constitucionales a la protección de la organización y desarrollo de la familia, derecho dentro del cual considero se encuentra el derecho a formar una familia, del que pueda desprenderse el derecho a contraer un matrimonio, el cual se configura como un derecho individual que ostenta toda persona, irrenunciable, perpetuo, universal, subjetivo y que en ningún caso puede ser restringido o negado de forma absoluta. La protección que consagra el primer párrafo del artículo 4° tutela dos procesos: uno, a través del cual se organiza, establece y se forma una familia; y otro, a través del cual se va desarrollando en el 70 tiempo. Cuando señala que se protegerá la organización de la familia, la Constitución no se refiere necesariamente, como se señala en el proyecto, a una organización específica, a un grupo social, a una comunidad de personas organizadas de manera preestablecida; lo que tutela más bien, es el proceso, los medios o mecanismos, las formas a través de las cuales la institución familiar puede conformarse; el propio artículo 4° hace una reserva de ley para dejar en éste la facultad de establecer el texto legal, las formas en que se ha de organizar la institución familiar; es decir, los diferentes medios para crearla, para establecerla, para conformarla, sea por medio del matrimonio, el concubinato o la sociedad de convivencia por citar sólo alguna de las formas en las que a lo largo del tiempo se ha ido estableciendo que la institución familiar puede conformarse. Y precisamente, la historicidad del concepto de familia, determina y justifica la reserva a la ley, pues esa reserva permite que sea en ella en las que se establezcan las formas, los procesos o los medios de creación y organización de la familia al originarse en un espacio, en un tiempo y en un orden culturalmente determinados; la organización familiar puede establecerse de diferentes maneras, a través de diferentes medios, en las formas que el legislador advierta que debe darse. Por lo tanto, la protección constitucional del artículo 4° en lo que se refiere a la organización familiar tiene a mi juicio estos alcances. De la misma manera al establecer el mismo artículo que se protegerá su desarrollo, la Constitución tutela el desarrollo de la institución familiar en el tiempo, su interacción, su forma de relacionarse con sus integrantes, los derechos, las obligaciones y la forma de transmitirlos y extinguirlos, sus relaciones básicas, los mecanismos de coordinación, la administración de los recursos, etc. En este campo, la tutela constitucional comprendería a la patria potestad, la tutela, los alimentos, la protección especial de los menores, la prohibición de la violencia intrafamiliar, y en general los 71 derechos de los integrantes de un núcleo familiar. Por estas razones, me permito poner a consideración del señor Ministro ponente algunas de estas reflexiones y si lo juzga conveniente considerarlas a efecto de engrosar su magnífico proyecto respecto a la constitucionalidad del artículo 146 del Código Civil del Distrito Federal. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Fernando Franco. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Gracias señor Presidente. Evidentemente también expongo que quienes estamos de acuerdo en una posición, obviamente coincidimos con muchos puntos de vista de los que ya se han expresado; consecuentemente, trataré de resumir mi posicionamiento, algunos aspectos que me parecen relevantes derivados de los argumentos que se han dado a favor o en contra. Quiero decir que evidentemente, digamos lo que he sostenido en casos anteriores estoy de acuerdo con el sentido del proyecto; sin embargo, me sumo a la posición que han expresado primero el Ministro Zaldívar, después el Ministro Cossío y a la que se sumó el Presidente porque era el mismo razonamiento que yo tenía sobre el enfoque metodológico, tal como lo sostuve cuando resolvimos el caso de la interrupción del embarazo, porque es una cosa similar parecida constitucionalmente en el análisis que debe hacer esta Suprema Corte, estimo que lo que tenemos que hacer es el contraste de esta disposición que ha expedido la Asamblea en este caso, la Asamblea del Distrito Federal también frente a las normas constitucionales, me parece y asumo totalmente y comparto el argumento del Presidente: que tenemos que ser cuidadosos de no generar una resolución que pudiera imponer una obligación que 72 me parece que tampoco sería correcta. También he sostenido que deben resolverse los casos en sus méritos y así lo entiendo. Estimo también, digo muy brevemente, que no hay violación al artículo 16 respecto de fundamentación y motivación, es evidente que la Asamblea del Distrito Federal tiene facultades para legislar en materia de Derecho Civil desde mil novecientos noventa y seis en que se le otorgó esta facultad. Consecuentemente, hay la fundamentación constitucional para reglamentar esta materia por parte de la Asamblea, y segundo, más allá de los razonamientos que se dan en todo el proceso legislativo que se siguió, he sido del criterio de que los órganos legislativos no tienen que motivar sus resoluciones, como lo deben hacer el resto de las autoridades. Consecuentemente, por esas razones también estoy de acuerdo en que en esta parte el proyecto resuelve adecuadamente, desde mi punto de vista, el preciso punto de impugnación que hace el Procurador General de la República respecto a la motivación. Me parece que en este aspecto es muy importante que precisemos que respecto de esta situación del contraste de la norma frente a la Constitución, debemos ser muy claros, el enfoque constitucional, más allá de los posicionamientos muy respetables que podamos tener, así lo he sostenido, debe hacerse a la luz de nuestra Constitución, pero sobre la base de una visión de qué tipo de Estado presume que somos la Constitución. Y me parece que aquí esto es muy importante, porque para mí debemos asumir que somos un Estado constitucional, democrático, laico y social, de derecho, y que este es el enfoque que debe guiar el análisis de estos temas, más allá de cualquier preferencia ideológica, religiosa, personal que podamos tener, y consecuentemente, éste será mi enfoque respecto a esto. 73 Y ¿por qué señalo esto? porque se ha aludido a la evolución de la figura del matrimonio, y me parece que esto es muy importante, don Sergio Salvador aludió a las Leyes de Reforma, las Leyes de Reforma obedecieron principalmente a la secularización, a la laicidad de los actos del estado civil de las personas, y en particular del matrimonio, tan es así que al constitucionalizarse estos temas abordados en las Leyes de Reforma, el matrimonio se concibió como un contrato civil, y a mí me parece que esto es fundamental en el análisis; hoy, el matrimonio en nuestro país desde las Leyes de Reforma y la constitucionalización de las mismas en la Constitución, se concibe como un contrato civil, no tiene otra característica. Consecuentemente también debemos ver esto. Ahora, lo que es muy importante es que esa definición original que se hizo en la Constitución por la importancia histórica que tuvo, desapareció con la reforma en mil novecientos noventa y dos al texto del artículo 130; consecuentemente hoy en día, el matrimonio no es un tema constitucional, en mi opinión, esto refuerza el argumento que han dado varios Ministros en el sentido de que lo que reguló la Constitución a partir de estas reformas fue la familia. Evidentemente aquí tenemos los puntos de vista encontrados y son para mí muy válidos los posicionamientos que han planteado algunos de los Ministros, considerando que la Constitución establece el matrimonio constitucionalizado y además como la unión de un hombre y una mujer. No comparto esa posición y voy a decir por qué. Desde el enfoque que originalmente di, de que debe regir, en mi opinión, el análisis constitucional de este Tribunal respecto al matrimonio. Aquí se ha comentado que hay un concepto ideal de matrimonio, y don Sergio Salvador Aguirre Anguiano dijo y dijo bien, que en el 74 dictamen de la Cámara de Diputados se aludió a una familia ideal. Efectivamente mencionando hombre, mujer e hijos, pero el contexto -y esto es lo que a mí me importa destacar- fue en función precisamente de una preocupación que existía en mil novecientos setenta y cuatro, en la década de los setenta, del crecimiento demográfico en el país. Esto se inscribe en el contexto precisamente de decir que lo ideal sería que no hubiera familias muy extensas, quiero señalar que el dictamen de la Cámara de Senadores ya no hace alusión a esta identificación puntual que hizo, y aquí traigo el dictamen, no lo voy a leer, no hizo alusión a ese concepto ideal, simplemente dijo que el concepto ideal sería una familia de pocos miembros, sin hacer alusión a identificación de quiénes formaban la familia; creo que esto hay que verlo en ese contexto. Ahora, ¿qué es lo importante para mí? De mil novecientos setenta y cuatro a mil novecientos noventa y dos en que se reformó el artículo 130, en que desapareció la constitucionalización del matrimonio como un contrato civil, al año dos mil diez, evidentemente han cambiado las condiciones que se vivían en el país, y yo sostuve en la Acción de Inconstitucionalidad que resolvimos sobre la interrupción del embarazo, que el legislador está obligado a tomar en cuenta la realidad en que vive, y en tanto no vulnere una norma constitucional, entonces tiene esta capacidad de configuración, y creo que esto es precisamente lo que se presenta en este caso. Ahora, respecto del concepto de “matrimonio”, efectivamente convengo con el Ministro Aguirre y con el Ministro Presidente, en que tradicionalmente se había identificado al matrimonio como la unión de hombre y mujer, esto es indiscutible. El punto es para mí, y esta fue la pregunta que yo me hice desde el principio y que ahora ante los argumentos que he escuchado me acabo de consolidar en mi respuesta, es: ¿necesariamente tiene que ser ese concepto el 75 que permanezca invariable? Aquí se habló del triángulo y de sus condiciones, sí, pero aun en materia, digamos de triángulos y de ciencias exactas, hay una serie de diferenciaciones que se hacen para que las figuras puedan adaptarse a situaciones diferentes: hay el triángulo rectángulo que tiene ciertas características; hay precisamente la trigonometría esférica, donde hay triángulos esféricos, esto lo pueden checar en cualquier libro básico de geometría, y el punto para mí, porque esto parece un poco de retórica, no lo es, el punto para mí en el matrimonio ¿cuál es la esencia? ¿Cuál es el elemento esencial, hombre-mujer o dos personas? Más allá de las convicciones personales que tengamos. Consecuentemente, me parece que al definirse por la Asamblea que el matrimonio es la unión entre dos personas, no violenta en nada la Constitución. En segundo lugar, nos estamos refiriendo a una figura que alude a personas capaces; consecuentemente dependerá de las personas capaces su determinación, esto no violenta en nada los fundamentos religiosos que alguien pueda tener, los fundamentos ideológicos que alguien pueda tener, porque finalmente, insisto, está visto desde el punto de vista estrictamente laico. Consecuentemente, me parece que en la nueva concepción que hace la Asamblea del matrimonio, no existe y este es el punto fundamental para mí, respetando plenamente a quienes hacen una lectura diferente del 4º, que se refiere a la familia, y por supuesto hoy la familia tiene características muy diferentes a la familia tradicional y nadie lo cuestiona. Además, quiero decir que para mí, y no nada más para mí, el matrimonio no tiene como objeto esencial la procreación; de hecho muchos Códigos Civiles de los Estados, y lo pueden verificar, dicen: con la posibilidad de procrear. Si fuera un elemento esencial, sería nulo el matrimonio en donde no hubiera procreación. Consecuentemente me parece que no podemos considerarlo un elemento esencial, esta es una definición de la 76 libertad de las personas que se unen en matrimonio. En el proyecto, inclusive en mi opinión, aún si queda como está, si no se modifica, habría que hacer una puntualización, porque creo que puede haber personas plenamente aptas para engendrar biológicamente un hijo y deciden no hacerlo, y que pueden decidir adoptar, y eso no le quita el concepto de familia, sigue siendo una familia. Consecuentemente, creo y abrevio, por estas razones, la definición que hizo la Asamblea que si bien, evidentemente choca con la concepción tradicional que muchas personas tienen, no viola ningún precepto de la Constitución, teniendo la Asamblea facultades para legislar en materia civil y siendo el matrimonio un contrato civil me parece que no podríamos llegar a la conclusión de que es inconstitucional el precepto aprobado por la Asamblea. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Muy breve señor Presidente muchas gracias. En primer lugar para señalar que respecto al enfoque metodológico al que se ha aludido pues éste se da en función del planteamiento que hace el promovente de la acción de inconstitucionalidad y a los términos al contenido del propio tema y en segundo lugar para trasmitirles que efectivamente es el legislador ordinario el que va a regular el matrimonio, pero siempre teniendo en cuanta, para mí, una garantía de no discriminación, la garantía de igualdad. Eso me queda muy claro y lo tengo muy claro y así lo plasmé en el proyecto que se está discutiendo, y finalmente agradecerles a todos sus aportaciones que enriquecerán el proyecto definitivo. Muchas gracias. 77 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bueno, faltan intervenciones. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: No, me refiero al día de hoy nada más. Faltan sesiones. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Si, señor Ministro Luis María Aguilar, están por dar las dos. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Yo espero que el agradecimiento del señor Ministro me incluya en lo que no he dicho, pero también quiero puntualizar, muy brevemente, porque en su momento lo haré con mayor amplitud que por ejemplo las palabras que dijo el Ministro Franco las suscribo exactamente, íntegras aun con el riesgo de creer en el círculo triangular al que él se refería, pero estoy absolutamente de acuerdo que el punto de vista fundamental para no caer en ese problema que nos planteaba ya el señor Ministro Presidente respecto de una conclusión que llevara a establecer la inconstitucionalidad de otros códigos, de otras normas que no coincidan con ésta del Distrito Federal, es esa la de confrontar a las normas del Código Civil frente a la Constitución, si éstas no la contradicen en el sentido de que por el concepto y la definición de matrimonio y de familia no contradicen a la Constitución, eso no quiere decir que necesariamente todas las demás tengan que tener ese mismo sentido. Lo veo desde el punto de vista de que se adecuan a la Constitución en cuanto no se oponen a ella, no porque exista una norma constitucional que exija una norma determinada en un determinado sentido, y por eso con la libertad legislativa en esta materia que da el 121 constitucional, creo que el parámetro pudiera ser visto desde este punto de vista independiente o quizá adicionado pero no fundamentalmente con la teleología que pudo haber tenido el 78 legislador para buscar, por ejemplo, la no discriminación de estos grupos sociales como son los homosexuales o de cualquier otro tipo de intención que pudo haber tenido el legislador, pero no es lo que sustenta para mí la validez de la norma sino el hecho mismo de que confrontada con la Constitución no se opone a ella y no la contradice. Muchas gracias, nada más como un apunte. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: El señor Ministro Gudiño se apunta. Yo quisiera antes de cerrar la sesión porque quienes se han manifestado en favor del proyecto han dado dos razones distintas, que es muy importante que esto se tome en cuenta. La libertad de configuración legislativa que no tiene por qué atender a discriminación e igualdad y la otra la que sustenta el proyecto, que dice que es la manera de evitar la discriminación y que se respete la igualdad, sin que sea válido sostener que puedan alcanzarlo a través de diversas formas establecidas legalmente, pues ello implica de suyo negarles el acceso a una protección jurídica real por su orientación sexual o considerar que dichas uniones son de menor valor, la unión en convivencia u otras formas. Creo que sí es muy importante para los señores Ministros que hasta este momento constituyen mayoría que hubiera unificación en la toma de la decisión ¿Cuál va a ser la razón? Señor Ministro Cossío. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Sí señor Presidente, justamente en ese sentido, el proyecto entra al tema por el lado de derechos fundamentales y algunos de los que hemos hablado aquí entramos por el lado de garantías institucionales para darle este carácter. 79 Creo que esto hace una diferencia fundamental, creo que si se entra por el lado de los derechos fundamentales y se viera así el asunto, pudiera resultar inclusive inoperante el concepto del Procurador General de la República en el sentido de que no ataca el asunto de una manera frontal. Por el otro camino me parece que es la cuestión efectivamente planteada que nos autoriza la Ley Reglamentaria y a mí me parece en lo personal mucho más eficiente esta forma de entrar al tema. ¿Qué derecho fundamental es el que está alegando el Procurador General de la República? El derecho fundamental del matrimonio o el derecho fundamental en este sentido ¿de quién? Creo –insistoque sí hay una diferencia fundamental y sobre ella debiéramos tomar ya no en el día de hoy, pero sí llevárnoslo como un tema de reflexión para el próximo jueves y encontrar el camino. En lo personal me manifiesto a favor de entrar en este punto concreto y con independencia de lo que más adelante digamos, por el lado de las garantías institucionales más que por el lado de los derechos fundamentales, porque creo que esa es la cuestión efectivamente planteada. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Zaldívar Lelo de Larrea. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor Presidente. Muy brevemente en el mismo sentido. A mí me parece que su postura de tomar un posicionamiento en este tema es muy relevante porque si bien es cierto que una mayoría hemos coincidido en el sentido, me parece que la argumentación del proyecto y de qué forma se llega a la conclusión, lejos de ser un asunto menor es un asunto bastante relevante, incluso el Ministro Presidente que se manifestó en contra de la conclusión, la 80 metodología también asume que debe ser de otra forma porque la lectura final que se diera en su caso a la resolución de la Corte va a ser distinta si seguimos un camino u otro, creo que sí valdría la pena discutirlo y en su caso hacer una votación específica para saber cuál es el camino argumentativo. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Franco. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Gracias señor Presidente. Señalé que no abundaba en muchas cuestiones para no cansar al Pleno. Es que a mí me parece que esto no se puede desarticular, la Constitución se tiene que interpretar en su conjunto y esto tiene que ver también con nuestro régimen federal, por eso yo me sumé claramente, el argumento que usted expresó señor Presidente era el mismo que yo traía, creo que aquí siendo congruente con lo que yo expresé –y quiero dejarlo claro- ¿por qué me sumé tan claramente a la posición?, parte de la base que dije que los Estados son los competentes para legislar en materia civil y son los que contemplan sus propias realidades, entonces, consecuentemente esta imbricado todo esto en las decisiones que tomamos; entonces, me sumo a la propuesta de que este tema lo veamos con cuidado, lo discutamos y se llegue a una solución para que sea uniforme. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Sí, muy breve y solamente para cerrar esto último que se ha señalado. El último párrafo de la foja ciento cuarenta y ocho del proyecto dice: “Esta Corte considera que si bien se ha dejado sentado que la Constitución no se opone a una medida legislativa, como la que ahora se impugna, al alegarse por el accionante que podría haber 81 otras que alcanzarán el fin pretendido por el legislador o bien que no se generaba discriminación alguna con la prohibición para las parejas del mismo sexo de contraer matrimonio, anteriormente a la reforma legal reclamada, máxime la existencia del reconocimiento para ellas de las sociedades de convivencia, se hace necesario –lo afirmo en el proyecto- dar respuesta a tales planteamientos y eso es lo que hace el proyecto. Gracias señor Presidente SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Sí, aquí es donde surge el problema, la propuesta que expresó en este momento el señor Ministro Cossío es: tales planteamientos son inoperantes en virtud de que están referidos a derechos fundamentales y el tema real planteado es una garantía o derecho institucional, porque el alcance de la decisión es muy distinto; es decir, la Asamblea Legislativa tiene libertad configurativa en el tema y puede definir el matrimonio como a bien lo tenga y puede también decir que el arrendamiento es compraventa si así llegara a suceder, porque con esto no se viola la Constitución. ¡Correcto! esta libertad configurativa no tiene ninguna trascendencia para las demás entidades, pero si decimos que a través de esta solución la Asamblea Legislativa preservó las garantías de no discriminación y de igualdad, pues va a resultar que los otros treinta y un Estados que no reconocen todavía estos matrimonios están violando probablemente, esa puede ser al menos la interpretación respecto de la cual simplemente debemos ser cuidadosos si esa es la decisión de la Corte, pues esa será, el llamado es a la reflexión sobre este tema. Señora y señores Ministros como ustedes saben el jueves iniciamos en Querétaro una reunión de Presidentes de Tribunales Constitucionales que se llama: “Doscientos años de justicia constitucional en América”, sé que algunos de ustedes han aceptado asistir y yo mismo tengo el compromiso de asistir a la clausura. 82 Les propongo que iniciemos la sesión del jueves a las 10:30 y que terminemos a las 2:00 para dar un poco más de tiempo a estos traslados, ¿Estarían de acuerdo con esto? (VOTACIÓN FAVORABLE) Con este consentimiento del Pleno cierro la sesión del día de hoy y los convoco para el próximo jueves a las 10:30 de la mañana. (CONCLUYÓ LA SESIÓN A LAS 14:10 HORAS) ÍNDICE. CONTENIDO DE LA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA DE LA SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL JUEVES 5 DE AGOSTO DE 2010. SECRETARÍA GENERAL DE ACUERDOS 1 NÚMERO ASUNTO IDENTIFICACIÓN, DEBATE Y RESOLUCIÓN. PÁGINAS. 2/2010 ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD promovida por el Procurador General de la República contra actos de la Asamblea Legislativa y del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, demandando la invalidez de los artículos 146 y 391 del Código Civil del Distrito Federal, publicados en la Gaceta Oficial del Distrito Federal de 29 de diciembre de 2009. 3 A 67 (PONENCIA DEL SEÑOR MINISTRO SERGIO A. VALLS HERNÁNDEZ). EN LISTA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN TRIBUNAL PLENO SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL JUEVES 5 DE AGOSTO DE 2010. ASISTENCIA: PRESIDENTE. SEÑOR MINISTRO: GUILLERMO I. ORTIZ MAYAGOITIA. SEÑORES MINISTROS: SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO. JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ. JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS. ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA. JOSÉ DE JESÚS GUDIÑO PELAYO. LUIS MARÍA AGUILAR MORALES. SERGIO ARMANDO VALLS HERNÁNDEZ. OLGA MA. DEL CARMEN SÁNCHEZ CORDERO. JUAN N. SILVA MEZA. AUSENTE. SEÑORA MINISTRA: MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS. (SE INICIÓ LA SESIÓN A LAS 10:45 HORAS) SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se abre la sesión. Señor secretario sírvase dar cuenta con los asuntos del día. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro Presidente. Se somete a su consideración la aprobación del proyecto de acta de la sesión pública número 79 ordinaria, celebrada el martes tres de agosto del año en curso. 2 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A consideración del Pleno el acta con la que se ha dado cuenta. Señor Ministro Franco. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Si no tienen inconveniente señor Presidente, me permitiría pasarle al señor secretario algunos pequeños ajustes, que no modifican, para que se tomen en cuenta. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿De redacción? SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Sí señor. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien, ¿alguien más? Con los ajustes que son solamente de redacción y que realizará el secretario a propuesta del señor Ministro Franco González Salas, consulto al Pleno en votación económica la aprobación del acta. (VOTACIÓN FAVORABLE) QUEDÓ APROBADA EL ACTA SEÑOR SECRETARIO. Servirá usted tomar en cuenta las correcciones que indica el Ministro Franco. 3 SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Así se hará señor Presidente. Se somete a su consideración el proyecto relativo a la ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 2/2010 PROMOVIDA POR EL PROCURADOR GENERAL DE LA REPÚBLICA EN CONTRA DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA Y DEL JEFE DE GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL, DEMANDANDO LA INVALIDEZ DE LOS ARTÍCULOS 146 Y 391 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL. Bajo la ponencia del señor Ministro Valls Hernández, y conforme a los puntos resolutivos a los que se dio lectura en la sesión del día de tres de este mes. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: En el tema que estamos discutiendo, la constitucionalidad del artículo 146 reformado del Código Civil del Distrito Federal, quedó en turno para hacer uso de la voz el señor Ministro Luis María Aguilar. Tiene usted la palabra señor Ministro. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Gracias señor Presidente. Quiero reiterar lo que apuntaba yo ayer, en el sentido de que para mí la constitucionalidad de este precepto deriva no tanto de un sentido de protección a una institución constitucional, sino precisamente a que la Constitución Federal no establece límites, o no establece un marco concreto, específico para el concepto del matrimonio, y que por ello, en términos del artículo 121 de la propia Constitución, los Estados tienen la libertad conceptual para poder legislar al respecto. 4 Esto para mí, además de que es importante que el Distrito Federal lo haya hecho con esa libertad, y lo pueda hacer cualquier otro Estado de la República, significa que no existe una obligación para el legislador ordinario estatal de seguir ciertos lineamientos que si no se siguieren harían inconstitucional la norma que no lo cumpla, que no lo acate. ¿Por qué? Porque ayer se mencionaba que la constitucionalidad de este precepto pudiera hacerse depender del hecho de que no fuera discriminatorio o no atentara en contra de la igualdad de las personas. Yo no lo veo tanto desde esa manera, porque si concluyera yo con esa afirmación, quizá caería inevitablemente en el riesgo de que quienes no lo hacen de esa manera, entonces estarían siendo desiguales o discriminatorios. Para mí, el punto central se genera a partir: Primero, de que el marco constitucional federal no establece elementos precisos de la institución matrimonial. Y, segundo, que el artículo 121 de la Constitución deja en libertad a los Estados para configurar en cada una de sus legislaturas las instituciones de Derecho Civil que correspondan. Dentro de esta forma, si el Distrito Federal así lo consideró, no quiere decir necesariamente que los demás Estados de la República lo tengan que hacer. No desconozco, y lo decía yo también en la sesión pasada, que es posible que la teleología del legislador del Distrito Federal estuviera encaminada precisamente a evitar quizá una discriminación o evitar alguna desigualdad entre las personas que quieren contraer matrimonio del mismo sexo, pero para mí, eso no es el sustento de la constitucionalidad de este precepto. De tal manera que sin poder establecer cuál deba ser la condición del matrimonio desde el punto de vista constitucional, quiero entender entonces que cada uno de los Estados de la Republica tienen esa libertad como lo hizo el Distrito Federal, para 5 legislar al respecto; y por otro lado, coincido también con una afirmación del Ministro Franco en el sentido de que no es correcto estar exigiendo al legislador una motivación de sus decisiones como si se tratara de un acto administrativo que deba cumplir con fundamentación y motivación expresa, pero bueno, ese es un tema paralelo. Nada más quería aclarar al respecto que para la constitucionalidad de este precepto no quisiera que se estableciera que se trata de la defensa de una garantía institucional ni de la defensa específica de la no discriminación, sino de la libertad legislativa que tienen las entidades de la República frente a un marco constitucional federal que no le establece un límite determinado. Muchas gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Gudiño. SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Muchas gracias señor Presidente. En principio me quiero referir a algo que llamó mi atención y que fue dicho en la anterior sesión por el señor Ministro Aguirre Anguiano. El Ministro Aguirre expuso que las Leyes de la Reforma permearon la Constitución y sus principios fueron recogidos por la Constitución; entonces se expresó que la ideología liberal y juarista tenía claro y preciso que el matrimonio sólo puede celebrarse entre hombre y mujer, lo cual manifestó se establecía en el artículo 3º de la Ley del Matrimonio Civil de 1859. Concuerdo con lo dicho por el señor Ministro cuando nos dice que las Leyes de Reforma tenían por finalidad el separar por completo la injerencia de la iglesia en los actos propios del ser humano en cuanto a la situación civil, incluso agregaría yo que esa finalidad se advierte de la lectura de las mencionadas Leyes de Reforma y en concreto de la Ley del Matrimonio Civil de veintitrés de julio de mil ochocientos cincuenta y nueve, que textualmente comienza 6 diciendo: “Que por la independencia declarada de los negocios civiles del Estado respecto de los eclesiásticos, ha cesado la delegación que el soberano había hecho al clero para que con su intervención en el matrimonio este contrato surtiera efectos civiles. Que reasumiendo todo ejercicio del poder del soberano éste debe cuidar de que un contrato tan importante como el matrimonio se celebre con todas las solemnidades que juzguen convenientes a su validez y firmeza, y que el cumplimiento de éstas le conste de modo directo y auténtico, he tenido a bien declarar lo siguiente…” y luego viene todo el entramado de los artículos correspondientes. Hasta aquí la cita. No obstante eso, creo que como quedó demostrado, la finalidad de la mencionada Ley de Reforma era una separación de la intervención de la iglesia en los asuntos civiles, como es el matrimonio, y de ninguna manera el definir el concepto de la institución del matrimonio; por tanto, el hecho de que la ley lo haya definido no fue más que una referencia al concepto que de matrimonio se tenía en esa época. En ese contexto, considero que al ser el concepto de matrimonio que pudiera extraerse de la interpretación de las Leyes de Reforma un referente a lo que se entendía por matrimonio en esa época, no existe entonces impedimento para la evolución del concepto de dicha institución ni esto puede significar de ninguna manera, como se dijo, traición a las Leyes de Reforma. Expuesto lo anterior, respecto al punto de discusión considero que el matrimonio es una institución de configuración estrictamente legal que corresponde al legislador ordinario, éste puede establecer los sujetos, su calidad, las edades, los requisitos que razonablemente sean necesarios para llevarlo a cabo, por ejemplo, certificados médicos y otro tipo de documentos. Esto quiere decir que el 7 matrimonio al no encontrarse previsto ni regulado en la Constitución es de regulación legal; es decir, es competencia del legislador ordinario con la exigencia esencial de carácter constitucional de que lo regule como institución civil no religiosa ni viole ningún otro precepto de la Constitución. En virtud de lo anterior, esto es, al ser el matrimonio una institución de configuración legal, cuya configuración le corresponde al legislador de las entidades federativas y siendo el caso de que en la Constitución no se prevé una regulación especial de la institución respecto a la composición del matrimonio, entonces si el precepto impugnado lo que en realidad hace es ampliar el concepto de matrimonio para personas del mismo sexo, entonces el legislador con la redefinición de la institución de matrimonio no hizo más que ampliar derechos en los términos del artículo 1º constitucional. En consecuencia no encuentro que la norma viole algún precepto de la Constitución. Asimismo, considero que contrario a lo expuesto a veces de manera explícita y otra de manera implícita en algunas partes del proyecto que él somete a nuestra consideración, el derecho a contraer matrimonio con personas del mismo sexo, no es un derecho fundamental consagrado en la Constitución como bien lo acaba de exponer el Ministro Aguilar y también lo expusieron el martes otros señores Ministros, por lo tanto no es con base en un derecho fundamental que se puede determinar la constitucionalidad del precepto. Por mi parte, hago mías todas las manifestaciones que acaba de hacer el Ministro Luis María Aguilar en relación a que hay una libertad de configuración y que en aquellos Estados donde se sigue definiendo el matrimonio como una institución que se celebra entre 8 un hombre y una mujer no es inconstitucional, como tampoco lo es cuando el legislador lo amplía a las personas del mismo sexo. Esto trae como consecuencia que al no existir regulación especial dentro de la Constitución en cuanto a la composición del matrimonio no pueda considerarse que sea una garantía institucional como se dijo y si el legislador de una entidad federativa considera en uso de su facultad constitucional regular la institución del matrimonio determinando que se entiende por matrimonio sólo la unión de un hombre y de una mujer, como ya dije, y como consecuencia en ejercicio de la libre configuración no amplía el derecho a contraer matrimonio entre personas del mismo sexo, esto como ya lo manifesté, esto no llevaría a la inconstitucionalidad de dicha disposición, por tratarse como ya dije y reitero una institución de libre configuración por el legislador. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Gracias señor Presidente, quisiera de una manera que intentaré sea lo más breve posible, dar una respuesta genérica a los argumentos expuestos durante la sesión plenaria del martes tres de agosto, así como referirme de alguna manera a lo que en el día de hoy se ha dicho. De acuerdo con las intervenciones que han tenido los integrantes de este Honorable Pleno en la sesión anterior y en ésta, advierto que si bien hay una mayoría a favor del sentido del proyecto en cuanto al primer tema que hemos analizado, existe discrepancia en el enfoque desde el cual debe analizarse la problemática en cuestión, ya sea la metodología seguida en el proyecto o bien, desde la perspectiva de las garantías institucionales por lo que como ya se comentaba en la sesión anterior lo que habría que decidir, entonces, 9 es ¿cuál sería la forma en que se tome esta decisión a fin de tratar de unificar las consideraciones de la sentencia? Al efecto, me parece relevante tener en cuenta que aun con esa diferencia de enfoques hay aspectos esenciales en los que ambas posturas sí son coincidentes como es el análisis que se hace en el proyecto acerca del artículo 4º constitucional, en el sentido de que lo que este precepto ––el 4º–– contiene, es la protección constitucional a la familia como realidad social, sea cual sea la forma en que se integre, que como refiere el propio proyecto y varios de los señores Ministros también han señalado, actualmente se presenta de muy diversas formas. Que dicha garantía constitucional implica la protección de todo tipo de familia, no de una en exclusiva denominada por el accionante como ideal, y conformada por padre, madre e hijos que tengan su origen en el matrimonio. Así como coincidencia también, en la parte relativa a la evolución que la institución del matrimonio ha tenido, y que sus fines no son únicamente de procreación, y que dada la realidad social puede redefinirse por el legislador democrático, de ahí que el artículo 146 no violente precepto alguno de la Constitución Federal. Así pues, solamente me avocaré al punto divergente en cuanto a cuál debe ser el enfoque metodológico, ya sea desde la perspectiva de las garantías institucionales así llamadas, y la libertad de configuración legislativa, o bien, desde el enfoque de los derechos fundamentales, concretamente del principio de igualdad y no discriminación. En mi opinión, el enfoque que debe seguirse es el del proyecto por las siguientes razones: Primero. Limitar el análisis desde la perspectiva de la libertad configurativa no se traduce ––como 10 argumentaron algunos de los señores Ministros–– en resolver la cuestión efectivamente planteada, pues en ningún momento el planteamiento del accionante se da respecto de la competencia del órgano para emitir la norma general impugnada, como tampoco se reduce a la violación al artículo 16 constitucional por falta o por indebida motivación como un vicio de procedimiento legislativo, sino realmente como una cuestión sustantiva de fondo a partir de lo que a juicio del accionante dispone el artículo 4º, constitucional y del combate a las razones que el legislador del Distrito Federal dio para emitir dicha norma, primordialmente en aras de salvaguardar el respeto al principio de igualdad y la no discriminación en razón de la orientación sexual. Además, aun en aquellos casos en que este Pleno ha sostenido que el legislador ordinario tiene libertad de configuración normativa para regular determinada materia, se ha establecido que debe verificarse que el ejercicio de esa libertad guarde una razonabilidad que es lo que sostiene y analiza la consulta en la foja ciento treinta y cuatro y siguientes. En segundo lugar, contrario a lo sostenido por algunos de los señores Ministros, no es el caso de analizar la problemática planteada desde un enfoque de las llamadas garantías institucionales para determinar que el artículo 146 no trastoca el 4º constitucional, en cuanto dicen que este precepto lo que contiene es una garantía institucional respecto de la familia en todos sus tipos y no respecto del matrimonio, y por tanto, que la Asamblea Legislativa al redefinirlo no vulnera dicho precepto al contar con facultades para legislar en materia civil, pues ––insisto–– en primer lugar, ello reduce el problema a una cuestión de competencias y no es ése el caso que se ha planteado. 11 El Procurador General de la República lo que nos ha planteado es la inconstitucionalidad de la norma general impugnada, por estimar que trastoca a la Norma Fundamental al desnaturalizar ––en su opinión–– la figura del matrimonio y de la familia, y que la justificación del legislador del Distrito Federal para redefinir el matrimonio basada en el principio de igualdad y no discriminación, no es correcta, dice el accionante. En segundo lugar, quienes sostienen tal postura no desarrollan cómo la protección a la familia contenida en el 4º constitucional se inscribe como una garantía institucional, concepto que si bien ha sido profusamente desarrollado en otros países, siendo su precursor Alemania en la Constitución de Weimar, y utilizado para proteger frente al legislador a determinadas instituciones que se recogen en la Constitución, por ejemplo los partidos políticos, la autonomía universitaria y la autonomía local o los sindicatos, no así en nuestro país. Este Tribunal Constitucional, en casos contados ha aludido a ese concepto, tratándose de la autonomía universitaria precisamente, de los partidos políticos, los Institutos Electorales locales y los Tribunales Contencioso Administrativo estatales, de lo que se advierte que sólo se ha hecho en materia de instituciones públicas y derivado de su establecimiento explícito en el Texto Constitucional; por tanto, el concepto de garantía institucional no sería aplicable ni a la familia ni al matrimonio, pues ninguno es una institución pública, la familia es en todo caso, una institución social y el matrimonio es una institución jurídica de naturaleza civil, un contrato civil, como aquí se ha dicho, pero sobre todo, en nuestra Constitución no se establece ninguna característica de la familia que restrinja la función legislativa para regularla y el matrimonio ni siquiera se considera en el Texto Constitucional en ninguna de sus partes; lo que existe es la garantía constitucional de la protección a la familia y su desarrollo 12 como directriz para el legislador secundario, por lo que intentar sin más aplicar a la familia el concepto de garantía institucional, no existiendo en la Norma Fundamental de manera explícita un límite que acote o encauce la regulación de la familia o del matrimonio por parte del legislador secundario, ni se alude a dichas figuras con un contenido predeterminado, habría que desarrollarlo entonces para considerarlo como garantía institucional. Así tampoco nos dicen los Ministros, ─con todo respeto─, que sostienen esta postura, por qué, verlo desde esa perspectiva excluye un análisis desde los derechos fundamentales en juego. Así pues, si conforme al artículo 4° constitucional, la protección es a la familia, sin que exista un único modelo ni mucho menos que tenga su origen exclusivo en el matrimonio entre un hombre y una mujer, y además no se prevé nada sobre el matrimonio, entonces para verificar si en este caso el ejercicio de la libertad configurativa del legislador para redefinir el matrimonio guarda o no una razonabilidad, no puede más que analizarse desde la perspectiva de los derechos fundamentales de igualdad y no discriminación que fueron el motor que impulsó la reforma al Código Civil que ahora se impugna. En efecto, si el matrimonio no es un concepto predeterminado por la Norma Fundamental y la reforma legal impugnada es expansiva de derechos, la única forma de abortar su constitucionalidad es a la luz del artículo 1° constitucional; sostener lo contrario no sólo desvirtúa la litis, sino además llevaría al vaciamiento de todo sustento y solidez de la propia reforma legal impugnada, cuando como lo señaló el Ministro Presidente en la sesión anterior, cito textual: “La libre configuración no es capricho, no se puede decir por libre configuración voy a emitir esta norma”, hasta ahí la cita. 13 Efectivamente el legislador no se levantó un día con la ocurrencia de redefinir el matrimonio simplemente porque él tiene la facultad para hacerlo, así, nada más. En tercer lugar, el enfoque que se sigue en el proyecto contrario a lo dicho por algunos de los señores Ministros, no se hace como si se planteara una violación a un derecho fundamental a propósito de lo que se ha dicho el día de hoy, sino desde la cuestión de si la reforma legal impugnada guarda o no razonabilidad, según vemos en la foja ciento treinta y cuatro del proyecto, como tampoco el accionante plantea eso, sino el que la motivación de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, basada en el respeto al principio de igualdad y no discriminación por razones de orientación sexual, es incorrecta. Por lo que es del todo inexacto que en todo caso los conceptos de invalidez del Procurador pudieran resultar entonces inoperantes; por el contrario, al tratarse un tema como el que se nos propone, su juzgamiento no es ajeno a la competencia de este Tribunal, vía acción de inconstitucionalidad. Así, lo que se responde en el proyecto acerca del principio de igualdad y no discriminación por razón de orientación sexual, se hace en el sentido del planteamiento del accionante acerca de que las uniones entre personas del mismo sexo ya tenían reconocimiento a través de la figura de las sociedades de convivencia, pero no debe darse a través del matrimonio, que según el alegato del accionante corresponde sólo a las uniones heterosexuales, lo que no puede más que responderse por este Tribunal Constitucional a partir del principio de igualdad y no discriminación, en los que se sostiene la propia reforma legal impugnada. Si hacemos a un lado los derechos fundamentales porque según alguno de los señores Ministros no están en juego en este caso, 14 cuando precisamente fue en aras de su reconocimiento que se aprobó la norma general impugnada, no veo en qué forma se da respuesta a lo que se nos está cuestionando en el caso, ni solidez a la decisión del legislador democrático –que reitero- no tuvo por ocurrencia o moda establecer una nueva definición del matrimonio, sino el objetivo de comprender por razones de igualdad tanto a las uniones heterosexuales como a las del mismo sexo en dicha definición, que son innegablemente una realidad social no sólo en nuestro país sino en todos los demás a los que aludo en la parte correspondiente del proyecto, como se demuestra en el marco referencial que contiene el Considerando Quinto, y que precisamente ése es el objetivo de comprender la experiencia del derecho comparado dentro del proyecto, no porque fuera a normar la resolución que este Pleno tomara sino porque lo compartan o no alguno de ustedes, con todo respeto, sí nos ubica en la problemática planteada y sí nos habla objetivamente de una tendencia hacia dicha igualdad, ─dije tendencia simplemente─, como lo corrobora un dato más, la sentencia que apenas el día de ayer emitió un juez Federal del Distrito Norte de California, con sede en San Francisco, declarando la inconstitucionalidad de una propuesta de iniciativa de reforma a la Constitución del Estado de California, denominada “Propuesta 8”, que establecía que sólo sería válido o reconocido en California el matrimonio celebrado entre un hombre y una mujer. En cuarto lugar se dijo por algunos de los señores Ministros en la sesión anterior, que es preocupante el enfoque del proyecto desde la perspectiva de los derechos fundamentales, porque, entonces, las entidades federativas que no tengan disposiciones como la ahora impugnada caerán en inconstitucionalidad, o bien, que debemos ser cuidadosos en no generar una resolución que pudiera imponer una obligación a otros –con todo respeto- no lo comparto, de ninguna manera, pues en primer lugar, el proyecto lo que analiza 15 es la razonabilidad de la norma en el contexto de las propias razones del legislador democrático del Distrito Federal, que él dio para aprobarla, pues son cuestionadas de manera sustantiva por el accionante, estableciendo por tanto en la consulta que sí satisfacen una razonabilidad; no se está respondiendo sobre si existe o no un derecho al matrimonio, ni tampoco es materia de juzgamiento ninguna otra legislación relacionada con el matrimonio sino única y exclusivamente la del Distrito Federal, y sólo se verifica si la norma se inscribe dentro del respeto al principio de igualdad y no discriminación o no, como lo sostuvo el legislador al aprobarla, y a la luz de los argumentos de invalidez planteados en el caso por el accionante, por lo que, si en otras entidades federativas se reúne en forma diversa a la legislación del Distrito Federal, ello en modo alguno da como resultado que sea considerado inconstitucional sólo por lo que se resuelva en el presente asunto. En todo caso, de ser el caso de que una legislación diversa de una entidad federativa sea sometida al conocimiento de este Tribunal, será analizado ese caso en sus propios méritos bajo los estándares correspondientes según se trate. No paso inadvertido que como señaló el señor Ministro Franco en la sesión de anteayer, la Constitución se tiene que interpretar en su conjunto, y eso se tiene que ver también a la luz de nuestro régimen federal; sin embargo, también debemos partir de que somos un Estado constitucional y democrático en el que la función de la autoridad legislativa local debe guiarse por el artículo 1° constitucional, y si la reforma legal impugnada tiende a igualar las uniones de personas del mismo sexo y su protección jurídica a los heterosexuales a través del matrimonio con la ampliación que de su definición ha hecho la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, bajo ese contexto es que debe examinarse su constitucionalidad. 16 Por último, respecto de la diversa acción de inconstitucionalidad en que se analizó el tema del aborto y que varios de los señores Ministros han traído a cuento en este debate aduciendo su similitud con este caso, estimo necesario aclarar que precisamente el enfoque con el que se abordó el tema en el engrose definitivo desde la perspectiva de la libertad de configuración legislativa en materia penal, fue objeto de varias sesiones privadas de este Pleno como ustedes recordarán y dio lugar a votos concurrentes casi por parte de todos los integrantes de la mayoría, sobre todo en cuanto al tema de los derechos fundamentales en juego, concretamente del derecho a la vida y de los derechos de las mujeres que no se trataron en la sentencia definitiva; por lo que, con todo respeto estimo que no debe ser un precedente que nos guíe en este caso concreto en cuanto a su enfoque metodológico. Por todas estas razones señora Ministra, señores Ministros, sostengo el proyecto en cuanto al enfoque desde el que se aborda la problemática del matrimonio entre personas del mismo sexo, pues esa y no otra es la forma en que sí se resuelve la cuestión efectivamente planteada en la demanda. Muchas gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señora Ministra Sánchez Cordero. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Sí gracias señor Ministro Presidente. Bueno, en la sesión anterior del pasado martes se nos dejó a la reflexión de este Tribunal Pleno, cuál debería ser la línea argumentativa a seguir para el análisis del proyecto que se encuentra a nuestra consideración. Esto es, si el análisis de la norma impugnada deberá realizarse a la luz del planteamiento expreso del accionante respecto a la posible trasgresión a derechos fundamentales tal y como lo hace el proyecto o bien conforme al 17 planteamiento que sugirieron diversos de nuestros compañeros Ministros relativo a que la expedición de la norma combatida por parte de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal fue realizada en ejercicio de su libertad de autoconfiguración legislativa. Al llevar a cabo esta reflexión llego a la conclusión indudable para mí de que la argumentación del proyecto tal y como lo hace el proyecto, debe descansar en el análisis de los derechos fundamentales con algunas precisiones que en su momento le manifesté al señor Ministro ponente. Como lo señalé desde la sesión anterior, el Tribunal Constitucional es el principal garante de todos los ciudadanos, esa es también la labor de todas las instituciones; precisamente por ello, me parece el debate o la metodología con la que debe abordarse no sólo en este sino en cualquier otro asunto similar sometido a nuestra consideración, debe ser siempre bajo el enfoque de la tutela de los derechos más que de la protección de competencias, pues esa es, como señalo, la labor preponderante de toda institución y particularmente de los Tribunales Constitucionales. Por ello considero: la ley no puede entenderse como un orden jurídico que impone a la sociedad una determinada forma de vida, sino que únicamente debe fijar los procedimientos conforme a los cuales los ciudadanos en ejercicio de sus libertades puedan establecer formas de vida. El control constitucional por tanto debe velar por mantener las condiciones que hagan posible el ejercicio de los derechos en condiciones de libertad. En consecuencia, no debe restringirse a garantizar el correcto funcionamiento de los procedimientos democráticos de toma de decisiones ni a corroborar que las garantías institucionales 18 supriman, vacíen de contenido, desdibujen la imagen de cualquier institución; es decir, su núcleo esencial. La Constitución, a mi juicio, no debe verse sólo como un acervo de procedimientos para dar solución a los problemas jurídicos, pues sus disposiciones expresan ideas fundamentales básicas y trascendentes. Por ello, el Tribunal Constitucional debe hacer valoraciones respecto de las decisiones del legislador desde una perspectiva sustancial, ejercer un control de constitucionalidad referido a aspectos materiales relacionados con los derechos. El Juez Constitucional, debe enfrentar el problema de interpretar los derechos fundamentales y la Constitución, en general desde un punto de vista sustancial, sin limitarse a refrendar las decisiones que el legislador emitió en uso de sus facultades que constitucionalmente le fueron atribuidas. El órgano de control constitucional constituye un baluarte de los derechos fundamentales, se sitúa frente a la voluntad mayoritaria del legislador, pero debe destacarse que las decisiones de éste se rigen por lógicas distintas, pues mientras el contenido de las leyes es producto de la aplicación de la regla de la mayoría, en el sentido de las resoluciones, el sentido de las resoluciones de los jueces constitucionales debe regirse por la lógica de los derechos. En ese entendido, particularmente el el que alcance se del ejerce control en la constitucional, acción de inconstitucionalidad, no puede limitarse al análisis de las normas controvertidas, únicamente en conexión con el proceso de su producción, ni en cuanto a la determinación de las competencias del órgano legislativo para emitirlas, sino que debe someter a su 19 examen su contenido, y es por ello, porque el control constitucional no puede sustituir al debate político que culmina con la producción normativa, en tanto que las disposiciones jurídicas se conciben y configuran en un proceso de discusión, y por ello no puede desatender su contenido, particularmente respecto a una norma que repercute en el ejercicio de los derechos de libertad de todas las personas. En adición, me parece que debemos atender al planteamiento efectivo -como ya lo señaló el señor Ministro Valls- de invalidez que el Procurador General de la República realiza en esta acción de inconstitucionalidad, del cual podemos apreciar que en ningún momento, en ningún momento el Procurador cuestiona las atribuciones del órgano legislativo del Distrito Federal para legislar en materia civil, es más, reconoce expresamente dicha competencia, lo cual pues no podría ser de otra manera, ya que en términos del artículo 122, Apartado C. Base Primera, fracción V, inciso h) de la Constitución Federal, se encuentra reconocida en esa forma. De ahí que en un primer plano podemos afirmar en forma categórica que el promovente de este medio de control en ningún momento formula un argumento de tipo competencial en la expedición de las normas combatidas, seguramente porque ello no es la materia propia del medio de control constitucional que decidió ejercer. Por ello, sin soslayar la importancia del tema propuesto, el cual retomaré más adelante, considero, como ya lo señalé, que el argumento toral que debe sustentar este asunto, es el análisis de los derechos fundamentales, primordialmente porque ello fue así propuesto por el propio Procurador en cuanto aduce una falta de razonabilidad objetiva de la norma, que no es otra cosa que el 20 contenido material de la misma, y su eventual afectación a diversos derechos consagrados en la Constitución. Estimo que también este camino es el correcto, puesto que este Tribunal Constitucional debe privilegiar el análisis e interpretación de los derechos fundamentales consagrados en la Carta Fundamental, a fin de establecer sus alcances, o bien sus limitaciones. Así, no advierto que del estudio del escrito inicial, podamos sustraer un argumento en el sentido de la propuesta realizada en la sesión pasada, y considero que de ser así no podríamos simplemente señalar que por corresponder la atribución a la Asamblea Legislativa en materia civil para el Distrito Federal, la norma es por ese solo hecho, válida, y declarar inoperante los argumentos relativos a la violación de derechos fundamentales, puesto que ello, en mi opinión, generaría incluso una desnaturalización de este medio de control que nos ocupa. Esto lo estimo así por lo siguiente. Se dijo en la sesión pasada que tanto los Estados de la Unión, como el Distrito Federal, gozan de una libertad de autoconfiguración legislativa, en específico para la materia civil, la cual podrán regular precisamente con total libertad, de acuerdo a su realidad social y que por ello podrán, como en el caso, establecer un concepto de matrimonio en los términos que les parezca más adecuado para su sociedad, lo cual en ningún momento contraviene a la Constitución Federal. Como señalé desde mi primera intervención, éste deviene de la tutela que la Constitución realiza, no de la familia in génere o de algún modelo de familia, sino más bien de su organización y de su desarrollo. No me es convincente el argumento que describo, puesto que el hecho de que un órgano legislativo cuente con 21 atribuciones para expedir un cuerpo normativo en una materia determinada, no quiere decir que por sólo ese hecho sea constitucional, sino que en todo caso deberá realizarse el estudio concreto y material de estas disposiciones, máxime cuando como en el caso que nos ocupa, se controvierte precisamente su contenido material; estimar lo contrario equivaldría a que todas las disposiciones que fueron expedidas por un órgano competente para ello, resultaran apegadas al Texto Constitucional por ese solo hecho, lo cual haría nugatorio el propio control constitucional de las normas a través de este medio, puesto que solamente nos limitaríamos a ese aspecto, evadiendo el estudio de temas muy trascendentes como es la interpretación de los derechos fundamentales, máxime cuando existe un planteamiento expreso del accionante sobre el Procurador, como ocurre en el presente caso. Ahora, el hecho de que este asunto descanse sobre la interpretación de derechos, no implica que la resolución pueda tener efectos directos en otras legislaciones, en particular quiero referirme a las civiles de los Estados de la Unión. En efecto, debemos tener presente que si bien es cierto que en el caso, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal cuenta con facultades para expedir el Código Civil local y que en ejercicio de esa atribución decidió conceptualizar al matrimonio civil como la unión libre de dos personas, lo cual trae implícita la permisión de que dos personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio, y que como parece ser dicha disposición no es contraria al Texto Fundamental por las razones que expresa el proyecto, lo cierto es que esta decisión no impacta, por lo menos en un primer momento en forma directa en las demás legislaciones estatales. Esto es así, puesto que la eventual decisión de avalar la constitucionalidad del texto del artículo 146 del Código Civil capitalino, no obliga a los Estados a adoptar una medida legislativa idéntica o similar, puesto que 22 precisamente, por virtud autoconfiguración legislativa de esta atribución pueden decidir de adoptarla libre o no adoptarla, independientemente de la decisión que sobre su constitucionalidad pudiera emanar en esta sesión; además, los argumentos que pudieran sustentar el reconocimiento de validez de la norma en cuanto a la interpretación de derechos fundamentales, de ningún modo resultarían obligatorios para las entidades que no tuvieran un modelo de matrimonio idéntico o similar al que contempla la legislación capitalina, precisamente porque dicha figura no encuentra regulación local. Lo anterior pone de manifiesto, a mi entender, que los argumentos que aquí se den deben circunscribirse, desde mi óptica, al caso concreto; por ello, insisto, en la presente resolución debe sustentarse toralmente en la interpretación de los derechos fundamentales y no solamente en un aspecto meramente competencial. Por otra parte, estimo que tampoco debe hacerse de lado el que el matrimonio, desde mi punto de vista, es un atributo de la persona, que lo acompaña hasta la disolución de tal vínculo en todos los actos jurídicos que decida realizar a lo largo del territorio nacional; por ello, tampoco podríamos considerar que el matrimonio entre dos personas del mismo sexo que se lleve a cabo en el Distrito Federal, conforme a la legislación civil aplicable, en modo alguno genera una intromisión indirecta constitucional- -esto es ya adelantar el tema del 121 de ningún modo genera una intromisión indirecta con las demás legislaciones que no tienen prevista tal modalidad y por ello, desde nuestra óptica, tampoco contraviene el artículo 121 constitucional. Lo anterior, en razón de que el matrimonio celebrado en el Distrito Federal entre personas del mismo sexo, se encuentra apegado a la legislación capitalina que, desde mi óptica personal, es 23 constitucional. De acuerdo con todo lo expuesto señores Ministros, mi voto en esta parte del proyecto será en el sentido de la propuesta que nos hace el señor Ministro Valls; es decir, que sea el análisis que contiene este proyecto, con las modificaciones propuestas por mí en la sesión anterior, y que en su caso, si lo llega a aceptar el ponente, sean las que sustenten el criterio medular. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Aguirre Anguiano. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Muchísimas gracias señor Presidente. He escuchado interesantísimas opiniones de los señores Ministros que me han precedido en el uso de la palabra y desde luego de doña Olga, pero no hay un hilo conductor de estándares. He escuchado con toda atención el gran cúmulo de desestándares que sostiene cada uno de ellos. Voy a tratar de hacer un análisis así sea a vuela pájaro. Desde siempre, en la humanidad ha existido el lesbianismo y la homosexualidad, hay una isla “Lesbos”, filósofos griegos, guerreros romanos, familia de Césares, el más connotado de todos ellos se decía, sin sentido peyorativo, que era mujer de todos los hombres y hombre de todas las mujeres. No estamos hablando de temas novedosos para la naturaleza humana. Hoy se me dice que el concepto de matrimonio no es inveterado, era el que existía cuando las Leyes de Reforma, cuando los liberales y cuando Juárez, pero que esto ha mutado con el tiempo. 24 Esto no me lo tomo como cierto, anteayer hablábamos de metáforas geométricas y se me habló del triángulo esférico, ¡sí! esto es cierto, si en una esfera se pinta un triángulo será un triángulo esférico pero no perderá su esencia porque ahí están pintados los tres ángulos, pero aparentemente en el sentimiento de algunos compañeros esta metáfora topológica, ya no geométrica porque se convirtió en topológica, nos llevó a discutir la transformación de una figura en otra. Si tengo un cuadrado cuyos lados son ligas y jalo cualquiera de sus lados puede efectivamente convertirse en círculo, en triángulo, en pentágono y así sucesivamente dependiendo para donde jalo la liga; sin embargo, es que en todo caso debo de realizar una acción para modificar la figura y en esa medida tendré que determinar que es aquello que deseo preservar de la misma. Dicho de otra manera y en términos geométricos, ¿qué invariante me interesa conservar? Si son las propiedades de la figura y ésta es un triángulo deberé preservar tres ángulos, si es un cuadrado, cuatro, si es un perímetro de la figura la extensión de las ligas que la conforman cualquier figura servirá. Extrapolando la topología al caso, en el matrimonio el invariante sempiterno ha sido mujer y hombre unidos con el propósito real o sin el propósito real, cumplido o no, de procrear, mientras que si la invariante es la preservación de la familia, existirán infinidad de figuras que sirvan al mismo propósito, pero no pueden ser definidas como matrimonio. Perdón por esta digresión, pero me parece lo suficientemente gráfica. El hecho de que el ideal de familia sean hombre, mujer y pocos hijos, no creo que tenga que ver con alegoría jocosa alguna. No 25 creo honradamente hablando que el Poder Reformador de la Constitución piense en esto. Lo dijo en el discurrir de una reforma constitucional con todas sus letras, el tema era las familias pequeñas viven mejor, perdón por este eslogan, pero idealizó la familia de hombre y mujer. Ahora bien, estamos tratando algún tema relativo a derechos fundamentales contra derechos institucionales y dice no, aquí en la resolución debe descansar sobre el ámbito protectivo de derechos fundamentales, ¡ah! pero esto nada más obliga en el Distrito Federal. Aquí la pregunta es la siguiente ¿Habrá derechos fundamentales para los defeños que no sean derechos fundamentales para los nayaritas o oaxaqueños? Otra cosa más, se dice que a través de este medio debemos de proteger derechos fundamentales. Yo digo lo siguiente: que para la protección específica de derechos fundamentales -y estoy aceptando la conceptuación no constitucional sino que algunos de los compañeros la prefieren porque les parece más adecuada desde el punto de vista académico- tenemos el juicio de amparo. Lo que tenemos en la acción de inconstitucionalidad es un medio de control de regularidad constitucional total no de derechos fundamentales exclusivamente sino de regularidad constitucional en el hacer de toda gama de autoridades y es un medio abstracto, a mí no me preocupa la causa de pedir real o no, ni lo expresado por el Procurador o no expresado por el Procurador. No hay litis cerrada en la especie. No habrá garantías institucionales cuando el tema del artículo 4º y estamos hablando de familia, dice: Ante todo el varón y la mujer son iguales ante la ley ─varón y mujer, que coincidencia─ ésta protegerá la organización y el desarrollo de la familia. Yo me pregunto ¿Esta protección al desarrollo de la familia no será institucionalmente destacado? Yo pienso que sí, porque además se 26 dice más adelante que es el núcleo de la sociedad, la parte nuclear de la sociedad es la familia. ¿Puede haber algo más importante para un Estado que preservar la perpetuación de la especie? Por ejemplo. El matrimonio ¿no será una garantía institucional que le permita al Estado la perdurabilidad de uno de sus elementos? Yo no veo cómo puede contradecirse esto y decir no, el derecho fundamental desplaza todo lo demás. Yo pienso que es exactamente al revés, que la garantía institucional es el bien superior de la vida porque es la pervivencia del Estado ciertamente instrumento de los individuos; entonces, el enfoque correcto para mí es el que manifestaban el día de anteayer algunos señores Ministros. Se ha hablado de la tendencia, tres países han establecido tales o cuales situaciones, ¿esto marca una tendencia? Habrá que ver si esto es adecuado o no. Muchos países han reconocido las uniones civiles, esto no tiene discusión; pocos, que estas uniones civiles constituyen matrimonio; y más pocos de ellos, con el tema de la adopción coinciden creo que son tres, esos se mencionan en el proyecto. Aquí se ha invocado también una resolución del día de ayer de uno de los tribunales del país vecino, creo que cinco o seis lo aceptan pero aquí voy a anticipar un poco de los por qués y vamos a tener que entrar a hacer un análisis aunque sea precarísimo y muy breve de las diferencias entre nuestros federalismos; el federalismo allá se dio por provincias soberanas que abdicaron de ciertas porciones de su soberanía en pro de la Unión, no fueron lo suficientemente claras ni su Constitución lo fue y aquí la tengo y tengo el artículo 4º que luego vendrá a colación, de qué conservaban para sí las provincias y qué transmitían en temas afines al que estamos hablando, a la Unión, pero hay marcadas diferencias. 27 ¿Aquí qué pasó? Aquí pasó que un país centralista repartió soberanías a los Estados, les dio esta autonomía que en alguna norma llama soberanía en ciertos temas y reservó para sí otras; sin embargo, cierta norma de la Constitución yanqui, fue casi literalmente trasuntada en nuestra Constitución y esto ha sido fuente y origen de algunos problemas, que luego analizaremos al detalle, pero pienso lo siguiente: Que en Estados Unidos tuvieron las soluciones mediante una legislación ordinaria cuyas esencias, que son dos normas muy concretas, que en su momento leeremos. ¿Aquí qué se dijo por el señor Ministro ponente? “El matrimonio no es una institución pública”. ¿El registro del matrimonio obedecerá a un acto público? ¿La legislación sobre el matrimonio obedecerá a un acto público? De momento dejo estas cuestiones planteadas sosteniendo que el medio de control de la regularidad constitucional, llamado acción de inconstitucional no nos constriñe ni mucho menos a tocar a través de ellas, solamente el tema de los derechos fundamentales. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Ya terminó señor Ministro? SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Sí. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Cossío por favor. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Presidente yo quiero comenzar diciendo que como lo señalaba el Ministro Valls al comienzo de su exposición es verdad que algunos de nosotros coincidimos en el sentido del proyecto de considerar válido este precepto, en lo que existe una diferencia es en cómo llegamos a esta cuestión. 28 Lo primero que quisiera aclarar es que cuando se habla de garantía institucional no nos estamos refiriendo a un problema competencial, como se adujo en ambas intervenciones, tiene razón la Ministra Sánchez Cordero en la página veintiocho de su demanda el Procurador General de la República acepta el tema de la competencia de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, en términos del artículo 122, de forma tal que no está a discusión el tema de las competencias. El tema de las garantías institucionales es un tema mucho más complejo como se ha manifestado, que el tema de las competencias. Nadie ha discutido —me parece— yo no he escuchado a nadie que diga aquí que la Asamblea tiene esas competencias para emitir estas disposiciones, lo que se está planteando es el problema de la motivación y el problema de la motivación me parece, pasa por estándares completamente diferenciados. Eso en un primer lugar. En segundo lugar, decir que las garantías institucionales no se han desarrollado entre nosotros, pues también me parece que es inadecuado. La Primera Sala resolvió cinco amparos relacionados con la Universidad Nicolaita y la Universidad de Oaxaca en las que expresamente señalamos el carácter de garantía institucional y decir que cuando nos referimos a partidos políticos, tribunales contenciosos u órganos electorales de los Estados, nos estamos refiriendo a órganos, es verdad, pero la autonomía universitaria no es un órgano, la autonomía universitaria es un atributo de las universidades públicas en términos de la fracción VIII del artículo 3º de la Constitución. Por otro, lado decir que esta forma de desarrollo de las garantías institucionales sólo se refiere a elementos públicos. Me parece que es mantenerse en una dicotomía entre el derecho público y el derecho privado que tiene muchos, muchos años de haberse difuminado. 29 Me parece que el matrimonio no se puede considerar como un elemento de derecho privado. Si el matrimonio está en la Constitución, el matrimonio está constitucionalizado, y si está constitucionalizado es claramente un elemento de derecho público. Pensar que el matrimonio es un asunto privado o que la familia es un asunto privado, pues me parece que es una situación —insisto— inadecuada, porque precisamente está en la Constitución con la finalidad, con la finalidad de que sobre ella se establezcan, sobre la familia, no sobre el matrimonio porque no está constitucionalizado, una serie de regulaciones específicas que determinen su carácter. Creo que cuando se habla de garantía institucional se está pensando, en “Institución” como órgano, que es la cuarta de las acepciones que tiene el Diccionario de la Lengua Española. Las primeras acepciones, las que son más generales se refieren a mecanismos de orden social y cooperación que permiten normalizar, permiten reconducir instituciones, y por eso podemos hablar de una gran cantidad de elementos como institución que no tienen nada que ver con los aspectos orgánicos, como los partidos políticos o los tribunales contenciosos administrativos. ¿Qué es lo que me parece importante de las garantías institucionales? Que las garantías institucionales, tal como lo preguntaba la Ministra Sánchez Cordero, efectivamente nos llevan a una discusión sustantiva y la discusión sustantiva es: ¿Qué es disponible para el legislador democrático a partir del concepto que está establecido en la Constitución? Es decir, si el legislador o el Constituyente establece el concepto de familia en la Constitución hasta qué grado puede disponer ese legislador del propio concepto de familia sin desnaturalizarlo, sin desbordarlo, sin vaciarlo, cualquiera de las metáforas que se quieran utilizar en este mismo sentido. 30 Entonces, precisamente utilizar el concepto de garantía institucional, dejando de lado el tema de la competencia, nos conduce a un análisis sustantivo, y la pregunta que nos tenemos que hacer y nos hacíamos en la sesión anterior varios de los participantes en esa ronda de sesiones es muy simple. Primero. ¿Está garantizada la familia como un elemento institucional? Se le llamó de repente garantía constitucional, me parece para tratar de omitir el término de garantía institucional, pero a final de cuentas, me parece que estamos hablando de lo mismo. Regreso a la pregunta. ¿Está constitucionalizada la familia? Mi respuesta es claramente sí, en el artículo 4°. ¿Existe un modelo prototípico de familia en la Constitución? Me parece que no, me parece que ese modelo prototípico que se había vinculado con una forma específica de matrimonio, no está establecido en la Constitución. Simultáneamente me parece que tampoco se podrían hacer cosas por el legislador en torno a la familia, por ejemplo, desaparecer este mismo concepto, o en el caso más extremo a todos estos. ¿A dónde quiero llegar? En este sentido me parece que la manera correcta de analizar el problema —insisto yo— es por vía de la garantía institucional que —insisto— no se puede referir sólo a órganos públicos, no se puede referir sólo a instituciones públicas porque precisamente se constitucionaliza para tales efectos y me parece que esto es difícil —al menos desde mi punto de vista— de desnaturalizar. Ahora bien, por qué podemos introducir el tema de la cuestión o de la garantía institucional. Si vemos la demanda otra vez del Procurador General de la República, el Procurador General de la República dice, y cito textualmente: “En efecto, como se ha 31 sostenido el principio de motivación de los actos legislativos se cumple cuando las leyes se refieren a relaciones sociales que reclaman ser jurídicamente reguladas”. Y a partir de esta premisa es como corren todos sus análisis y todas estas cuestiones. Creo que al final de cuentas el Procurador, y eso tenemos la atribución que nos da el artículo 39 y la hemos utilizado de muchas maneras, no nos está preguntando si es discriminatoria o no la medida. Lo que está haciendo el Procurador es tomar la exposición de motivos de lo que dijo la Asamblea Legislativa para hacernos entender que la Asamblea Legislativa no podía modificar un concepto de familia que está vinculado al de matrimonio, precisamente porque hay una conexión histórica entre familia y matrimonio. Ésta es lo que a mí me parece la cuestión efectivamente planteada. El Procurador argumenta en torno al tema de la discriminación, porque eso es lo que utilizó la Asamblea Legislativa como elemento de construcción del proceso legislativo, pero lo que me parece que es la pregunta de fondo, es: ¿Puede –insisto– la Asamblea Legislativa, desnaturalizar el concepto de familia que está reconocido en la Constitución, al introducir una forma distinta de matrimonio de la que hemos estado hablando: monogámica, procreativa, etc.? Yo creo que ese es el tema –insisto– fundamental de la pregunta. Que la Asamblea Legislativa haya planteado el tema en la exposición de motivos en forma de discriminación, me parece que no vincula a esta Suprema Corte para que tengamos que contestar eso. La pregunta verdaderamente de fondo es a mi parecer –insisto– ¿si la familia está consagrada en la Constitución. 2. Si hay un modelo específico de familia. 3. Si ese modelo específico de familia está vinculada con una cuestión matrimonial específica, y si 32 consecuentemente al haberse modificado el concepto de familia, también se trastoca el elemento matrimonio? Creo que ésta es la cuestión efectivamente planteada. Me parece que ir por el camino de los derechos fundamentales, también lo digo con todo respeto, me parece que es entrar en la dialéctica del Procurador frente a la exposición de motivos y los debates parlamentarios, y no observar el problema efectivamente planteado que esta Suprema Corte tiene posibilidades de ejercer en términos del artículo 39 constitucional. Por esa razón, yo insisto, que lo que me parece central aquí es hacernos preguntas sobre el concepto de familia y sobre el concepto de matrimonio que está vinculada en opinión del Procurador a esa familia, no preguntarnos sobre las razones buenas o malas de la propia exposición de motivos en la manera al menos para mí en que el proyecto lo señala. Con estas cuestiones me quedaría señor Presidente, y sigo creyendo que la manera correcta de analizar el tema no es en términos de si hay igualdad o discriminación, sino en términos que me parecen mucho más constitucionales, y perdón, la Suprema Corte de Justicia hace mucho más cosas que definir derechos fundamentales también define garantías institucionales, y otras muchísimas cosas. No es sólo un órgano de defensa de derechos fundamentales, hace otras muchas cosas, y las acciones de inconstitucionalidad es un medio específico para determinarlo. Creo que tendríamos que dar una definición, un concepto de familia, y lo que es más importante: su vinculación o no respecto a un modelo específico de matrimonio. Yo en lo personal creo que existe una amplia libertad configurativa por parte del legislador en torno al concepto de familia, y que no hay 33 una condición cultural, histórica o jurídica en este momento que lleve a señalar que toda familia descansa en un modelo específico de matrimonio heterosexual y todas las otras características que vimos. Desde ese punto de vista, ─a mi parecer─, efectivamente tiene razón el proyecto del señor Ministro Valls, en cuanto propone la validez del precepto, pero me parece que las razones desde la perspectiva de lo que pueda hacer este Tribunal Constitucional, son distintas, señor Presidente. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Arturo Zaldívar. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor Presidente. Primeramente voy a referirme al tema del problema de la metodología del proyecto. El martes, terminando la sesión me quedé con muchas inquietudes, sobre todo a partir de la exposición de la Ministra Sánchez Cordero y del Ministro Juan Silva Meza, estuve reflexionando y analizando con mucho cuidado la construcción del proyecto una vez más. Quiero primeramente aclarar que yo no me referí a garantías institucionales, no porque me parezca que ese enfoque es equivocado. Yo creo que la exposición que ha dado ahora el Ministro Cossío es muy sugerente de estos temas que necesariamente tenemos que analizar; el punto es cuál es la vía para analizarlo. Lo que sostuve el martes es que en derecho comparado hay dos formas de como el derecho constitucional se ha enfrentado a resolver este problema. Por vía judicial, en que normalmente lo que sucede es que en algún Estado, no se reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo, ya sea porque no está regulado, o incluso porque está prohibido, y cuando esto llega a través de un 34 medio de derecho procesal constitucional al Tribunal Constitucional, el juez o los jueces, lo que tienen que hacer precisamente es analizarlo en sede de igualdad y de no discriminación; es decir, en sede pura de derechos fundamentales. La segunda forma como se puede solucionar este problema es en vía legislativa, que es precisamente el tema que nos ocupa. En esta situación, como lo que hace el legislador es igualar, es establecer un régimen similar, no es lo conveniente o lo correcto hacer un análisis de no discriminación y de igualdad porque realmente no la hay, lo que debe analizarse es si goza de configuración libre, legislativa el legislador; hasta qué punto están disponibles o no estos conceptos, si está vulnerando un derecho fundamental de manera directa, un texto constitucional, o está realizando una competencia que no le corresponde, y obviamente para un tema como este tendría que analizar estas cuestiones de matrimonio, de familia, etcétera. La primera parte del proyecto realmente se desarrolla en estos términos, pero con posterioridad, precisamente por la forma como se plantea la demanda, tengo la impresión que el Ministro ponente se sintió obligado a hacer un análisis de razonabilidad para evitar que se pensara que no está respondiendo a lo que fue planteado, y a mí me parece que es, después de haber reflexionado, que es correcto que se haga tal como estuvo planteada la acción de inconstitucionalidad, la controversia en sentido estricto no en sentido procesal, la controversia, la litis constitucional. ¿Por qué? Porque de otra manera podría decirse claramente que no estamos dando respuesta a lo que se planteó, y además a la idea que tuvo la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Yo podría suscribir no sólo el sentido del proyecto sino también la argumentación si el señor Ministro ponente aceptara hacer dos 35 pequeños matices: el primero, que se estableciera que este análisis de razonabilidad se hace en atención a que fue planteado, pero que realmente el asunto está resuelto desde la primera parte del proyecto en que establece esta atribución y que no hay ninguna vulneración; y segundo, una manifestación de que esto no está prejuzgando sobre las disposiciones o los ordenamientos de otras entidades federativas donde han tenido otras opciones. Y es cierto lo que dice el Ministro Aguirre, no hay derechos fundamentales para el Distrito Federal y derechos fundamentales para otros mexicanos o para otras personas que viven en otras partes del país, no se trata de eso, pero sí hay diferentes posibilidades de configuración legislativa sobre las cuales no podemos prejuzgar en este momento; si llega en el futuro una acción, una controversia, un amparo, en el cual se alegue que el impedir o prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo es inconstitucional, será momento de analizar esta situación y además de escuchar a los órganos legislativos o ejecutivos, los que sean, que participaron en ello. Yo creo que esta afirmación o matiz es importante para evitar que se esté mandando un mensaje que le preocupaba al Ministro Presidente de que dijéramos: “automáticamente estamos declarando inconstitucional todo lo que no sea como se hizo en el Distrito Federal.” Yo creo que esto no podríamos hacerlo así, obviamente ciertas afirmaciones, si es que llegamos a eso, de lo que se entiende por matrimonio y por familia, pues van a ser precedentes que vamos a tener que relacionar, pero precisamente creo que quienes estamos a favor de esta reforma estamos a favor del pluralismo y de la tolerancia; entonces, creo que esto sería importante y si el Ministro ponente lo acepta yo me sumaría sin dejar de desconocer que el planteamiento de garantía institucional es muy importante, pero yo creo que de alguna forma el proyecto lo 36 hace aunque no lo refiera de esta manera, se hace el análisis de estas figuras adecuadamente. Esto sería por lo que hace a la metodología, quiero hacer unos breves comentarios sobre alguna de las cuestiones que se han dicho aquí en la sesión del martes y ahora. El Ministro Aguirre Anguiano aceptó el pasado martes que el matrimonio era un concepto artificialmente creado por el derecho, que podría evolucionar –así lo dijo– pero que tenía que hacerlo a nivel constitucional. De esta idea, sigo el razonamiento, se desprende que demostrado que sea que el concepto de matrimonio no es un concepto de configuración constitucional sino de configuración legal, tendría que ser consecuente y votar a favor de la constitucionalidad de la reforma, y me parece que el Ministro Franco demostró con contundencia el pasado martes que nuestra Constitución no establece un concepto de matrimonio; entonces, es un concepto de configuración legal, aunque hoy el Ministro Aguirre dijo algunas otras cuestiones que parecen contradecir lo que afirmó el martes. La verdad no voy a entrar a un tema de debate geométrico, no soy matemático y me parece que una cosa es dar algunos ejemplos de matemáticas o de otra cosa, y otra cuestión es entrar a un debate de qué pasa si convertimos un triángulo en una esfera y eso la verdad no tengo capacidad para ese debate, lo confieso. Simplemente sí le señalo al Ministro Aguirre Anguiano que toda la ingeniería constitucional, toda, incluyendo las garantías institucionales se justifican y se explican en relación a la defensa de los derechos fundamentales, no todo lo que hacemos tiene que ver con derechos fundamentales, pero la esencia del constitucionalismo es precisamente la defensa de los derechos, la limitación del poder 37 a través de la consagración de los derechos precisamente contra el fundamentalismo, la intolerancia y el dogmatismo. En tercer lugar, quiero también referirme a otra argumentación que se dio, se aceptó el martes que puede haber diferentes tipos de familias en la Constitución, pero que sólo hay un concepto de matrimonio, demostrado que sea, que el concepto de matrimonio es de configuración legal, tendríamos que concluir que si se aceptan diversos tipos de familias y el matrimonio es de configuración legal, pues corresponde al legislador modificarlo, y se nos decía con muy fina ironía que qué pasa si el legislador convierte una compraventa en un arrendamiento, puede ser un absurdo, será una tontería, pero no por eso sería inconstitucional, los contratos, eso sin entrar en que los contratos modernos tienen una gran diversidad de naturalezas y de complejidades que es muy difícil saber cuál es su naturaleza, yo recuerdo desde hace años, cuando teníamos el debate del proyecto de nueva Ley de Amparo, que en contra de quienes sosteníamos que la suspensión en el amparo debería de evolucionar dándole efectos restitutorios en algunos casos, se nos decía por la doctrina dominante en aquel momento, eso es desnaturalizar la suspensión porque suspender, quiere decir “paralizar, detener”, entonces, en atención a la semántica impedimos el progreso del amparo. Yo no creo que un concepto jurídico tenga que estar atado ni al uso milenario, ni a la etimología, ni al diccionario, a mí me parece que las instituciones progresan, avanzan, evolucionan y que esto permite, mientras no se vulnere la Constitución, que los legisladores puedan ir adaptándolo. Cuarta cuestión, que tiene que haber un argumento de teoría constitucional que va ligado con todo lo que acabo que decir, ¿Qué tipo de construcción tienen las Constituciones modernas? ¿Son 38 Constituciones que se construyen a través de conceptos abiertos, de conceptos jurídicos indeterminados que permiten diferentes contenidos a lo largo del tiempo o son conceptos cerrados que permiten una sola manera de hacer las cosas? La verdad es que las Constituciones modernas se construyen a través de conceptos abiertos porque esto tiene por lo menos dos ventajas: La primera, la posibilidad de actualizar, de modernizar, de evolucionar el texto constitucional al dinamismo social, si no las Constituciones se quedarían desfasadas muy pronto. Y segundo, por el pluralismo político, las Constituciones modernas permiten que diferentes mayorías legislativas, y en el Ejecutivo coyunturales, puedan gobernar con diferente ideología dentro del mismo marco constitucional, una Constitución cerrada que estableciera conceptos únicos de manera de hacer las cosas, sería una Constitución antidemocrática, una Constitución que estableciera que el único tipo de familia fuera la familia tradicional, sería una Constitución con un cuestionamiento democrático serio. Para que haya una sola manera de hacer las cosas, tiene que haber un texto constitucional expreso y en este caso no lo hay, hay una idea en un dictamen que respondía a otra realidad y que creo que la explicación del Ministro Franco ha sido contundente, de tal manera que si entendemos así la Constitución, que no podemos entenderla de otra manera, así se interpretan las Constituciones modernas, hay una cantidad de contenidos que mientras no alteren los fines, los valores, el texto expreso de la Constitución, pueden irse modificando a la luz de la integración de estas garantías institucionales a las que aludía el Ministro Cossío. Esto es lo que tenemos nosotros que concretar: Qué es disponible y qué no es disponible para el legislador, pero no poder decir: hay una 39 sola manera de hacer las cosas porque estaríamos además estableciendo un concepto contrario a la idea del constitucionalismo contemporáneo. Último argumento que tiene que ver con la teoría de la democracia constitucional. Una de las bases, de los fundamentos de una democracia constitucional, es precisamente la tolerancia, y la tolerancia implica el respeto a todas las creencias, a todas las preferencias, a todas las orientaciones sexuales y a todas las diferentes formas de ser de la gente y un respeto que no es nada más retórica, sino un respeto que tiene que traducirse en la vigencia plena de los derechos de quienes son diferentes, de manera primordial de las minorías, el test democrático de una sociedad no se da tanto en qué y cuál es el nivel de respeto de la mayoría, sino cuál es el nivel del respeto a los derechos de las minorías. Me llegó por ahí algún memorándum, que seguramente les repartieron a ustedes, de alguna organización donde nos pedía que apelando a nuestra conciencia, declaráramos inconstitucional esta reforma porque era antinatural. Y después ponían en un párrafo: “Nosotros respetamos mucho a quienes quieren vivir de manera antinatural”. Y yo pensé: ¡vaya manera de respetar al otro! ¡vaya manera de respetar al otro! Eso no es tolerancia. La tolerancia se da precisamente en aceptar que todos somos iguales y todos somos diferentes. Que la orientación sexual no tiene que ver con la dignidad de las personas ni hace mejores o peores a unos que otros; que es una cuestión, primero biológica, pero aunque no lo fuera, una cuestión de preferencia que tiene que ser respetada, y respetada es aceptar que tienen la misma dignidad y los mismos derechos que tienen los heterosexuales. 40 Una interpretación diferente sería una interpretación contraria al constitucionalismo y a la democracia, porque sería una interpretación intolerante. Y a mí me parece que un Tribunal Constitucional tiene que apelar a vías de pacificación de conflictos a través de los medios que tiene la Constitución interpretada de una manera abierta, con tolerancia y con un pleno respeto a la vigencia y a la efectividad de los derechos de todos. Por eso, al final del día, la Constitución, el constitucionalismo y la democracia nos lleva directa o indirectamente al tema de los derechos y por ello yo acepté con estas sugerencias, si tiene a bien el señor Ministro ponente, sumarme a la argumentación y al sentido del proyecto. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A ver, están para primera participación el señor Ministro Silva Meza y yo quisiera tener una breve intervención. Para segunda participación está la señora Ministra Sánchez Cordero, el señor Ministro Gudiño Pelayo y el señor Ministro Valls, ¿quiere hacer alguna aclaración señor Ministro Valls? SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Es muy breve señor Presidente y muchas gracias. Agradecerle al señor Ministro Zaldívar sus sugerencias. Mi intervención inicial parte de eso, había yo comentado que se incorporaría al documento, así como lo que había propuesto el Ministro Aguilar Morales. Solamente eso y muchas gracias a los dos. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias. 41 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Tarjeta blanca para el señor Ministro Aguirre Anguiano. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Solamente para hechos muy concretos. Parecí escuchar una postura que rechazo totalmente: “Quien piensa como yo es tolerante; quien piensa diferente a mí, es un intolerante”. Segundo, se nos da una clase de derecho dúctil, yo la considero totalmente innecesaria y nada más les recuerdo a los señores Ministros y a quien esto escuche, que referí: Que la garantía institucional, la garantía para la pervivencia del Estado, tenía como sentido que el Estado fuera eficaz instrumento al servicio de la sociedad. Traté de ser muy breve y no de darles una clase un tanto cuanto sesgada que yo consideraría desde luego totalmente innecesaria y quiero advertirles lo siguiente, es falso que yo me haya contradicho un ápice en lo que dije en la sesión pasada y lo que digo hoy. El Constituyente, si no gusta es otra cosa, no estamos viendo aquí gustos o predilecciones, dijo en el proceso legislativo que la familia ideal eran hombre, mujer y pocos hijos, yo no soy quién para borrarlo ni para despreciarlo; la misión del Tribunal Constitucional – perdón, no se considere populismo esto que voy a afirmar– es salvaguardar la Constitución. Pienso que la democracia judicial y la ductilidad del derecho no nos pueden permitir anular conceptos básicos, y se nos dice: “nuestra Constitución es ancha y básica”, bueno, yo les quiero recordar lo siguiente, es muy peculiar nuestra Constitución, descansa sobre 42 valores no textualizados, sobre principios, algunos de ellos textualizados dimanantes de aquellos valores, y sobre normas ordinarias rigidizadas por estar dentro de una Constitución, es muy peculiar, pero no puede ser despreciativa ni del sentido común ni de los elementos sustantivos del entendimiento de las cosas. Muchas gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Silva Meza. SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Gracias señor Presidente. Yo centraré mi intervención precisamente en el cuestionamiento de la reflexión que llevábamos en la ocasión anterior en relación a las perspectivas que de manera diferente se habían realizado por algunos compañeros Ministros a los planteamientos que sustentan la propuesta del proyecto. Yo sigo convencido de esto último, de la argumentación que se sigue en el proyecto, comparto también las aclaraciones que ha señalado el señor Ministro ponente en su exposición el día de hoy, en relación a la inoperancia, a las cuestiones efectivamente planteadas, en fin, todo lo que él ha manifestado yo también lo comparto. Hago solamente para efecto de justificar esta posición algunas reflexiones que me hacen seguir estar convencido de esta propuesta y la forma de analizar el problema por parte del proyecto, que no es cosa menor como aquí se dice, y ni poca cosa, yo creo que es altamente trascendente. El día de ayer, el ayer hábil para el Tribunal Pleno, antier, hacía referencia de manera destacada a la trascendencia de las consideraciones del proyecto, haciendo de lado la argumentación concreta de los temas, sino de importancia por aludir dentro de ella, 43 implícita y explícitamente a principios fundamentales de temas constitucionales que nos atañen naturalmente como Tribunal Constitucional y que no demandan otro pronunciamiento más que uno de ese rango, de esa altura de un Tribunal Constitucional, y no en estas oportunidades acotarnos nosotros mismos, constreñirnos para no emitir un pronunciamiento de esa naturaleza; ese para mí era otro de los valores importantes de la propuesta del proyecto. Ahora bien, concretamente ya en esta forma de abordaje, para mí resultaba lo siguiente: El planteamiento de la parte promovente al intentar este medio de control de constitucionalidad, es claro para mí, total, creo que para muchos de nosotros es totalmente claro, y por ello conduce a este Tribunal Constitucional a que se estudie la razonabilidad de la medida adoptada por el legislador local. El Procurador General de la República sostiene que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal es competente para legislar la figura del matrimonio, pues la competencia de la autoridad emisora de una norma impugnada no se cuestiona ni por asomo por la parte promovente; lo que la promovente quiere que se debata por este Tribunal Constitucional es precisamente el estudio de la razonabilidad de la reforma elaborada por el legislador local. Los conceptos de invalidez son claros, no acusan inoperancia, pues a través de ellos se pretende denotar que la medida adoptada por el legislador del Distrito Federal no es razonable en tanto se estima que no se ajusta al Texto Constitucional, y por ende es indispensable analizar, partiendo del supuesto de que la autoridad local tiene competencia para emitir la norma impugnada si ésta es o no razonable desde el punto de vista constitucional; esto se corrobora con una lectura, aquí se ha aludido, se han leído párrafos, voy también a leer otro párrafo para de ahí destacadamente justificar mis consideraciones. 44 Dice en sus conceptos de invalidez la demanda: Respecto del primer requisito señalado en el artículo 122, Apartado C, Base Primera, etcétera, etcétera, etcétera, otorga plenas facultades para que la Asamblea Legislativa del Distrito legisle en la materia civil; en tal tesitura el primer requisito de legalidad, fundamentación, ha sido colmado por el demandado emisor de las normas que se combaten ya que con independencia de que las citas de preceptos constitucionales y legales fueron invocados en el dictamen respectivo, dicha autoridad sí se encuentra facultada para emitir el acto de autoridad y norma que en esta vía se impugna, consistente –como se ha dicho– en legislar en materia civil para el Distrito Federal, no hay debate. No obstante lo anterior, debe señalarse que el hecho de que un Poder o un órgano legislativo posea atribuciones para modificar o crear normas jurídicas no garantiza de modo alguno la razonabilidad objetiva de su emisión, teniendo como consecuencia que no se cumpla el segundo requisito de legalidad; es decir, el de motivación, al cual, como hemos visto en líneas precedentes está también obligado el legislador en la emisión de normas, hasta ahí el párrafo sacado de la demanda del Procurador. Pero esta lectura para mí sería suficiente para advertir, por una parte, que el promovente reconoce –y en esto insisto– pareciera que aquí no hay debate, la competencia constitucional con la que cuenta la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para emitir el acto impugnado, pero por otra, plantea la necesidad de que esta Suprema Corte de Justicia de la Nación lleve a cabo un análisis en torno a la razonabilidad de la medida que hoy está sujeto a escrutinio. 45 Luego, resolver el tema desde una perspectiva diferente a la del proyecto llevaría a que las facultades constitucionales –para mí— otorgadas para esta Suprema Corte en relación con este medio de control de regularidad constitucional relativas al control abstracto de constitucionalidad serían totalmente nugatorias. Como sabemos, el objetivo de la acción de inconstitucionalidad es controlar de manera abstracta, ─como decimos─, la regularidad constitucional de las normas emitidas por los Poderes legislativos. Por lo que reducir su campo de estudio a una cuestión meramente competencial, o bien, como se ha denominado en este Tribunal Pleno, de control de garantías institucionales implicaría la desnaturalización de este medio de control constitucional, pues la postura que se analiza tiene como consecuencia el que no se realice un pronunciamiento constitucional de fondo en torno al tema debatido, a pesar de que como lo mencioné anteriormente, sí existe un planteamiento en este sentido por la parte promovente. Aquí hay que destacar que si bien en la emisión de esta norma por la Asamblea Legislativa la razón última como justificación son los principios de igualdad y de no discriminación, también estos temas son los que les dan sustento fundamental en esta parte a los conceptos de invalidez esgrimidos por el Procurador General de la República, esto es, la argumentación del Procurador en su integridad en el fondo va en ese sentido, puesto que afirma que las parejas integradas por personas del mismo sexo no son iguales a las heterosexuales y a partir de ahí se justifica que se desvirtúa de manera innecesaria el concepto constitucional de familia, ésa es la parte toral del argumento del accionante, ésa es la parte toral del emisor de la norma. 46 Esto implicaría, si se hace solamente un análisis acotado de estas situaciones que no podría pronunciarse esta Suprema Corte sobre la razonabilidad de la figura de los matrimonios entre personas del mismo sexo a la luz de los principios de igualdad y no discriminación contenidos en el artículo 1º constitucional; esto es, el referente del análisis constitucional no solamente es el 4º constitucional relativo a la familia, sino desde luego y primordialmente el 1º de este Ordenamiento Fundamental. En este sentido, la pregunta que se nos hace no radica en determinar la existencia de un derecho constitucional al matrimonio para las parejas del mismo sexo, sino ¡ojo! en determinar si la extensión de dicha institución a las personas con diversa orientación sexual encuentra una justificación racional en atención a los principios constitucionales básicos de un Estado democrático de igualdad y no discriminación, la disposición creo, no debe ser conceptualizada a partir de una presunta inexistencia de problemas relacionados a derechos fundamentales, considerando exclusivamente que estamos frente a un problema que sólo repercute sobre una garantía institucional de protección a la familia. En ese sentido, no se puede considerar que la libertad de configuración concedida al legislador carezca de límites constitucionales a pesar de que no se afecten derechos de terceros y que esto sea una cuestión que impida realizar un análisis en abstracto en la acción de inconstitucionalidad. El hecho de que una determinada figura jurídica no tenga implicación respecto de terceros, no precluye la posibilidad de que pueda ser analizada desde la perspectiva de las garantías constitucionales relativas a derechos fundamentales. Ahora, si bien es cierto que el matrimonio entre personas del mismo sexo no afecta directamente a otros individuos, también lo es que dicha figura no puede conceptualizarse como un derecho o concesión especial que la propia legislatura les confiere como consecuencia de su orientación 47 sexual; por el contrario, se debe analizar si la propia legislatura cumplió o no con un mandato constitucional relativo al principio de igualdad y no discriminación entre parejas heterosexuales y aquellas conformadas por personas del mismo sexo, tal y como creo lo hace el proyecto que estamos analizado cumpliendo precisamente con la obligación que tenemos de establecer como se ha dicho un diálogo abierto y tolerante a efecto de resolver los problemas de fondo con pronunciamientos de esa naturaleza en tanto que esto es lo que está demandando nuestra sociedad. Muchas gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Pedí tener mi participación en este momento, y quiero decir con autenticidad al señor Ministro Zaldívar, que a mí también me llegó la mención a intolerancia, absolutismos y a sinrazones, al tocar un tema de constitucionalidad, lo que estamos definiendo es si la reforma legal es o no constitucional y quienes estamos en contra de la nueva norma no es ni por intolerancia, ni por absolutismos, ni por sinrazones, es con apoyo en convicciones jurídicas personales. De verdad, no sentí apropiada la mención en esta discusión, ahora mismo la ha hecho el señor Ministro Silva Meza en otro sentido diferente y aclaro esto como inicio para llamar al mismo tono del Ministro Silva Meza, que mantengamos la discusión como la hemos llevado hasta este momento, con la prudencia, razonabilidad y argumentación jurídica que se espera de nosotros. Tomo para el inicio de mi intervención una de las frases del Ministro Silva Meza, las parejas heterosexuales no son iguales a las que se constituyen por personas del mismo sexo, más bien entresaco, él sustenta lo contrario, yo digo que no son iguales y no son iguales por una razón biológica, las parejas heterosexuales pueden reproducirse, pueden procrear hijos, creo que esta es la preocupación esencial de la institución del matrimonio, el 48 matrimonio da derechos a los padres, pero fundamentalmente da derechos a la prole, da derecho al nombre, al apellido, al domicilio, al estado de hijo, obligación de inscribirlo en el Registro Civil, obligación de darles educación y alimentos, y esta es una preocupación fundamental de la institución del matrimonio, por eso advierto diferencia entre el tipo de pareja heterosexual y la pareja entre personas del mismo sexo. He escuchado a lo largo de la discusión de manera indistinta referirse al matrimonio como institución y como contrato; la ley civil lo define como contrato, pero su esencia no es la de un contrato, sino la de una institución. ¿Cuál es la diferencia fundamental entre las instituciones y los contratos? En ambos casos se da una aceptación social generalizada, tienen esta característica, todos entendemos muy bien de qué hablamos cuando nos referimos a contratos o al matrimonio, pero la institución tiene como característica esencial que es de derecho público, es de derecho público y goza del atributo de permanencia, la modificabilidad de una institución puede darse, pero con consideraciones que sean lo suficientemente fuertes para ellos. Hablaré del matrimonio, no en su descripción constitucional, no en los antecedentes formales legales, sino en el concepto universal, hasta hace muy poco tiempo, de institución, como la unión de un hombre y una mujer para realizar los fines esenciales de la familia, entre ellos el de la procreación de la especie, tan se vuelve institución de derecho público que los contrayentes no pueden modalizar el matrimonio más que en lo que se refiere a los bienes de fortuna que cada uno de ellos lleva al matrimonio, y esto con las limitaciones que la ley establece en materia de capitulaciones matrimoniales, no se pueden hacer compromisos contrarios a los que se establecen dentro de la institución del matrimonio, tiene 49 como esencia, la procreación de la especie, y como característica, la permanencia de la unión entre los padres. ¿Qué ha pasado en el Distrito Federal? Pues que ya no se reconoce a la institución pública que yo aprendí como matrimonio, ya no es la unión de un solo hombre y de una sola mujer, sino el matrimonio es la unión de dos personas voluntariamente aceptadas y por el tiempo que quieran. Esto lo reconoce el proyecto cuando nos dice que se emitió una norma que permite el divorcio, la disolución del matrimonio cuando alguno de los dos cónyuges decide ya no seguir casado. Esto de verdad yo sí acudo a la figura geométrica y a la liga con la que ilustró el señor Ministro Aguirre la intervención, ya se estiró la liga, y lo que tenía una forma muy clara, muy precisa, para mí ya no la tiene, ya no es una unión permanente por disposición de la ley, disoluble solamente en casos de gravedad que enunciativamente se especificaron en las leyes; después se vio la inconveniencia de que en los litigios de divorcio afloraran estas causas graves y se aceptó por mutuo disentimiento la terminación del matrimonio; ahora ya se permite aquí que en el momento en que uno de los dos cónyuges decida no seguir casado, el matrimonio llega a su fin. De verdad ya no lo reconozco. Quiero significar, y esto solamente como un dato adjunto al problema que tratamos, que el artículo 291 bis del Código Civil del Distrito Federal, al referirse al concubinato, habla de la concubina y el concubinario, tienen derechos y obligaciones; es decir, el concubinato no es una institución que esté al alcance de personas del mismo sexo, o todavía no lo es. Se creó la figura de la asociación en convivencia, para permitir que ese tipo de uniones, diferentes a las que se constituyen entre un hombre y una mujer, puedan llevarse a cabo con la dignidad y el reconocimiento social 50 que les corresponde, no son uniones de menor jerarquía que el matrimonio, de ninguna manera, son diferentes; bien puede decirse que quienes se unan en convivencia, adquieren similares o iguales derechos a los del matrimonio, pero introducir dentro de un concepto clásico, acabado, inteligible para todos nosotros, la unión de parejas del mismo sexo, trastorna definitivamente una institución. Dice la Corte de Estrasburgo: “Una diferencia en el trato de las personas en relaciones relevantemente similares, es discriminatoria cuando no tiene una justificación objetiva y razonable”. Para mí sí hay justificación objetiva y razonable en que el matrimonio se preserve exclusivamente para las parejas que pueden procrear, porque una de las grandes preocupaciones del matrimonio es la protección de la prole, que se da solamente entre parejas heterosexuales. Y ya en el contenido del proyecto, ya está muy claro que sólo el señor Ministro Aguirre y yo hemos estado en contra de la propuesta del proyecto, sí se dice en el proceso de creación de la ley y se reconoce en alguna parte del proyecto, que a través de esta ampliación del concepto de matrimonio, se salvaguarda el principio de no discriminación en razón de la orientación sexual; si esto, repito, permanece así, va a significar, al menos para mí, que los Congresos estatales que no procedan a hacer la modificación correspondiente, no estarán salvaguardando el principio de no discriminación en razón de la orientación sexual, yo sigo muy convencido de mi voto. Están apuntados los señores Ministros Sánchez Cordero, Gudiño, Valls. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: No he tenido primera intervención señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Primera intervención don Fernando? Muchas gracias, previa aclaración de don Arturo. 51 SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor Presidente. Muy brevemente, simplemente quiero aclarar que mi argumentación fue estrictamente constitucional, el tema de la tolerancia es uno de los puntos torales en el debate contemporáneo, tanto de la doctrina como de la práctica en los tribunales constitucionales. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Franco para primera intervención. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Sí gracias señor Presidente, muy amable. Trataré de ser muy breve y por lo tanto voy a obviar cualquier comentario en relación a la posición que ya di, respecto de que a mí me parece que el concepto de matrimonio que estableció la Asamblea, no violenta la Constitución y consecuentemente me mantendré en esto. Sí me parece importante retomar el último comentario que usted hizo en relación al planteamiento metodológico del proyecto, que también comparte, como lo dije desde el martes, la inquietud que planteó el Ministro Cossío y que originalmente también compartía el Ministro Zaldívar. Yo estaría satisfecho, no sé cuál vaya a ser la respuesta del Ministro ponente en relación a las sugerencias que se han hecho, pero si las aceptara, yo quisiera suplicarle que también se le introdujera un matiz adicional que creo que nos podría resolver, por lo menos a mí me lo resolvería, mi, digamos visión metodológica que está en contra del proyecto. En principio, es una cuestión también de concepto, ¿qué entendemos cuando hablamos de principio de razonabilidad? Esto no implica el que estemos haciendo un criterio de ponderación entre derechos fundamentales, en mi opinión, el criterio de razonabilidad, como su nombre lo indica, es que la norma, en este caso expedida por la Asamblea, sea razonable en función de las normas 52 constitucionales, y evidentemente puede haber en este análisis, cuestiones de igualdad y de no discriminación; sin embargo, es muy diferente que el proyecto dé a entender, por lo menos así lo entiendo y como también lo veo, algunos de los señores Ministros, el Ministro Presidente además, en el sentido en como lo apuntó el Presidente, a que diga que en este análisis a la luz del principio de razonabilidad el precepto no violenta el principio de igualdad y no discriminación, y esto me lleva a un comentario importante, para precisar algo que quizás no abordé la vez pasada y que sí me parece importante y que, además, es una reflexión del Ministro Aguilar, el hecho de que se defina así el matrimonio no impone a aquellos, sí dije que esto era entre personas capaces, con plena decisión de decidir, para personas heterosexuales que contraigan matrimonio y tampoco ─con todo respeto─, y también lo señalé y creo que hace mucho tiempo, la procreación no es parte de un elemento esencial del matrimonio, tampoco atenta contra la protección que la Constitución otorga a la familia y a la procreación, porque aquellos que quieran concebir están en plena libertad de hacerlo, no inclusive dentro del matrimonio, en cualquier manera que lo consideren y creo que esto se da y se puede dar dentro de matrimonios heterosexuales de aquellos que no lo sean, dentro de personas solteras, cualquiera que sea su preferencia sexual. Consecuentemente, preciso esto porque era parte de mi posicionamiento, si el Ministro ponente estuviera de acuerdo en hacer este matiz que creo que en nada afecta al proyecto y que va en la línea que sostiene, podríamos solventar el problema que vemos algunos en relación al enfoque metodológico. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señora Ministra Sánchez Cordero. 53 SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Bueno, gracias señor Ministro Presidente. Como eran solamente algunas precisiones lo que pasa es que se me agotaron las tarjetas blancas pero solamente eran algunas precisiones, yo nunca dije definitivamente que exclusivamente la acción de metodológicamente inconstitucionalidad en la tutela debería de derechos, abordarse yo decía, preferentemente de la tutela de derechos más que de la protección de las competencias, porque obviamente la controversia constitucional se aborda, preferentemente, desde la protección de las competencias. Esta acción de inconstitucionalidad está metodológicamente, así lo dije, preferentemente debe abordarse a través de la tutela de derechos. Y qué bueno también que en algún momento dado aquí ha surgido también lo de la perpetuación, ya no nada más de la población en México sino de la población mundial, y estaba recordando, en cualquier cantidad de foros una y otra vez me he preguntado el por qué la discriminación permanente, constante, social a una mujer embarazada con análisis para entrar a un trabajo, en relación al embarazo, si está embarazada y también, en muchas ocasiones, en el propio Poder Judicial hemos detectado el miedo que tienen muchas colaboradoras de ir ante sus jefes de ir a decirle: “estoy embarazada” porque, en verdad, ellas sienten que en alguna medida pueden, incluso, perder el empleo, entonces qué bueno que aquí también se hayan mencionado algunos de esos aspectos porque he estado reflexionando sobre esto. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Gudiño. 54 SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Sí señor Presidente, muchas gracias. Creo que es muy importante determinar cómo se acerca uno técnicamente, de acuerdo como técnica constitucional al problema. A mí me ha convencido la intervención del Ministro Cossío, que complementada con la del Ministro Aguirre la voy a exponer sintéticamente: En la Constitución sí hay una garantía institucional y esta garantía es la familia. El concepto de familia que tiene, como muy bien lo ha subrayado el Ministro Aguirre Anguiano, una finalidad de procrear, de mantener la especie que es la población uno de los elementos esenciales del Estado, como bien lo ha destacado el Ministro Aguirre, pero también por ser la base de la organización social y política. Creo que esta garantía institucional sí la establece la Constitución y el Ministro Cossío hacía otra pregunta que yo voy a sintetizar diciendo: ¿Es el concepto de familia, que como garantía institucional establece la Constitución, un concepto abierto o se trata de un concepto cerrado? Si se trata de un concepto cerrado, está vinculado en la integración constitucionalmente de la familia a una sola forma de integración como es el matrimonio o es un concepto abierto que se llena el contenido culturalmente. Hay diversas maneras de integrar el núcleo familiar: los que viven en matrimonio, los que viven en unión libre, los que viven en concubinato, los hijos que viven únicamente con uno de sus padres, los que viven con sus abuelos, los que viven con otros parientes, en fin, creo que la respuesta a esto sí es que el concepto de familia es un concepto cultural, es un concepto abierto. Estoy de acuerdo con el Ministro Aguirre que efectivamente el Constituyente Permanente delineó un tipo ideal de familia, el 55 prototipo, el paradigma de familia, pero de ninguna manera excluye todas las demás formaciones o maneras de integrar la familia. Siendo el concepto de familia un tipo abierto, el que el legislador ordinario haya ampliado el concepto de matrimonio a las personas del mismo sexo, a mí no me parece, no encuentro, he tratado de buscar y no encuentro la manera cómo podría ser esto inconstitucional. Yo podría suscribir todo lo que al respecto ha dicho el Ministro Aguirre y todo lo que al respecto ha dicho el Presidente de la Corte, lo podría suscribir, pero en caso de que lo suscribiera me llevaría a proponer un diferente tipo de política pública, pero no a declararlo inconstitucional. Creo que esas son convicciones personales que, dicho de otra manera, de ser legislador quizás hubiera procedido de otra manera, pero ya estando el texto tal como está, no advierto por ningún motivo que sea inconstitucional que pugne con la Constitución. Más allá de si yo hubiera como legislador de la Asamblea, aprobado o desaprobado votar en contra, hubiera propuesto que se mantuviera o no hubiera propuesto que se mantuviera el concepto tradicional de matrimonio, no sé qué haría, pero en mi posición de Juez Constitucional yo no encuentro que pugne contra ninguna norma de la Constitución, dado como punto de partida que el concepto de familia que establece la Constitución, como garantía institucional, es un concepto abierto. En tal virtud, me reafirmo en el sentido del proyecto, pero difiero de su construcción, de sus argumentos. Quiero hacer hincapié en que lo que dijo el Tribunal de Estrasburgo fue en un planteamiento distinto al que hoy estamos analizando. Ahí tengo entendido que fue una pareja del mismo sexo la que impugnó que la ley local, que en 56 la ley nacional no se le permitiera el matrimonio y entonces la respuesta del Tribunal fue decir: “la distinción es razonable” y yo creo que es razonable, pero también es razonable el que lo cambie ¡Vamos! No es inconstitucional. Yo quisiera separarme aquí de lo que, a mí me parecería correcto ¿No? Me parecería correcto y en muchas afirmaciones coincido con el Ministro Presidente, en muchas afirmaciones coincido con el Ministro Aguirre, —no en todas— pero en muchas coincido, pero el tema no me parece inconstitucional; por tanto, yo estaré con el sentido del proyecto. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Va a sacar mi propia tarjeta blanca señor Ministro Cossío? Sólo para comentar con el señor Ministro Gudiño que a partir de todas estas ideas, la inconstitucionalidad que propuso el Ministro Aguirre Anguiano, descansa en que no se da el requisito de motivación legislativa, es decir, las razones no son lo suficientemente fuertes a juicio del Ministro Aguirre, a mi juicio propio, para alterar la forma de una institución ancestral, sólo eso. Señor Ministro Cossío. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Presidente, me quiero referir específicamente a la intervención que hizo hace un rato el Ministro Silva Meza —que me parece muy importante— nos leyó algunos pasajes de la página veintiocho de la demanda y justamente donde él dejó de leer es el párrafo que yo leí a continuación en donde dice: “En efecto, como se ha sostenido el principio de motivación de los actos legislativos se cumple cuando las leyes se refieren a relaciones sociales que reclaman ser jurídicamente reguladas”. Yo de aquí y de lo que hemos hecho y tradicionalmente hacemos en la cuestión de identificar en términos del artículo 39 de la Ley Reglamentaria la cuestión efectivamente planteada, es donde —y quiero insistir una vez más— me parece 57 que lo que se está preguntando el Procurador General de la República es primero, si existe un modelo —lo digo canónico no en sentido eclesiástico, sino en el sentido de prototipo generalizado— existe un modelo canónico, exclusivo, excluyente, cerrado, como decía el Ministro Gudiño, de familia; y, segundo si ese modelo está vinculado con una forma canónica excluyente de matrimonio. Decir que vamos a estudiar esto en términos de los derechos fundamentales y suponer que eso es llegar y sólo por esa vía llegar a los problemas de fondo que le corresponde resolver a este Tribunal Constitucional, me parece que no es una cuestión que para mí resulte aceptable. Yo creo que esta Suprema Corte, resuelve muchos problemas de fondo de muy diversas maneras, tan interesante e importante me parece establecer un concepto de no discriminación o de igualdad como igualmente importante me parece establecer un concepto de familia y de matrimonio que eso es precisamente lo que se hace. Yo creo que el género que se ha utilizado de garantías constitucionales tiene a su vez dos especies que son los derechos fundamentales y las garantías institucionales, si esto es así, me parece que en términos de construcción de una sociedad, de armonización de los conflictos colectivos, de integración de diversos individuos, de integración de diversos colectivos, es tan importante definir un derecho fundamental como definir una garantía institucional. En el caso concreto nada menos que con el tema de familia y matrimonio. Es verdad que en este asunto, por la vía de no discriminación e igualdad podríamos resolver la cuestión de las personas del mismo sexo que deciden contraer matrimonio y en su caso adoptar niños, pero también me parece de una extraordinaria importancia, para 58 otros sectores muy amplios de la sociedad que se han identificado y que así lo consideró la tesis de la Primera Sala, al utilizar los criterios del Consejo Nacional de Población al resolver la contradicción de tesis, que definir familia y definir matrimonio, me parece un tema que es absolutamente central para la estructura de una sociedad como la nuestra que es efectivamente una sociedad plural pero que no pasa necesariamente por el concepto; entonces, creo que identificar garantías institucionales con un problema competencial es vaciar de contenido el concepto de garantías institucionales que esta Suprema Corte ha utilizado en diversas ocasiones —como muy bien nos lo recordaba hoy en la mañana el Ministro Valls— como también me parece que es no entender que haya al final de cuentas un problema tan importante en definir garantías institucionales como derechos fundamentales, creo que son temas absolutamente centrales y que inclusive y con todo respeto lo digo, en algunas ocasiones —no necesariamente tendría que ser esta— en algunas ocasiones, el impacto de la definición de las garantías institucionales es mucho más extenso, y mucho más importante en términos sociales que definir esta situación, porque — insisto— aquí podríamos resolver el caso de las personas del mismo sexo, que es la materia y que es muy importante y con lo cual yo estoy absolutamente a favor de su condición plural y del ejercicio de su plena libertad como mejor les parezca a todas estas personas, como me parece que es también, de extraordinaria importancia social, resolver el tema de qué entiende la Constitución por familia o qué entiende esta Suprema Corte que la Constitución dispone como familia y cuál es la relación entre familia y matrimonio. Creo que ni es problema competencial, ni es escamotear el problema de fondo de lo que se está planteando. No todo el derecho constitucional pasa por los derechos fundamentales, la Constitución, además de derechos fundamentales estructura al Estado, estructura las relaciones de convivencia, 59 estructura las relaciones de poder, estructura la coacción del Estado; es decir, una pluralidad enorme de temas que no necesariamente pasan por los derechos fundamentales, que es una parte esencial de la dignidad humana, absolutamente de acuerdo, pero creo que el derecho constitucional es eso y otras muchas cosas que la complementan y que articulan una convivencia social, plural, libre, como la que estamos tratando de coincidir. En ese sentido, y espero sea la última intervención, sigo estando de acuerdo con la propuesta que hace el señor Ministro Valls en su proyecto, pero al igual que lo decía el señor Ministro Gudiño hace un rato, no con los argumentos y las consideraciones que llevan a sostener la validez de este precepto impugnado. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Gracias señor Presidente, sólo para que no quedara esto suelto con relación a las propuestas que se sirvieron hacer y que mucho les agradezco a los señores Ministros Zaldívar y Franco. En el engrose, en su momento, se harán las aclaraciones y matices para superar esas inquietudes —si a ustedes les parece— para no seguir bordando sobre lo mismo y para poder llegar ya a la votación que solicito de este Considerando Sexto que hemos venido analizando. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Propondré dos votaciones: 1. A favor del sentido del Considerando Sexto, y una vez que se obtenga el resultado cuáles son las consideraciones que deben informarlos, si todas las que están o solamente las que conciernen a garantía 60 institucional. Señor secretario, sírvase tomar la primera votación a favor o en contra del sentido del Considerando Sexto. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro Presidente. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: En contra. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: A favor del proyecto. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: A favor del proyecto. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Con el proyecto. SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Con el proyecto. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: A favor, con el sentido. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Mi voto es a favor. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Igual. SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Con el proyecto. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE ORTIZ MAYAGOITIA: En contra del sentido del Considerando Sexto. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Señor Ministro Presidente, me permito informarle que existe una mayoría de ocho votos a favor del sentido, plasmado en el Considerando Sexto del proyecto. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Creo que la siguiente votación será exclusiva para los ocho señores Ministros que votaron a favor del proyecto. Señor Ministro Aguirre Anguiano. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias señor Presidente, incluso pienso que debemos de participar en la votación los que lo hicimos en contra del sentido del proyecto, porque esta decisión podrá tener alguna influencia sobre temas que 61 ulteriormente analicemos. Entonces, dado que no les va a estorbar lo que digamos, pues creo que debemos de pronunciarnos. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Alguna otra opinión? Señor Ministro Zaldívar. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Señor Presidente, no estoy de acuerdo; es decir, ya decidimos la mayoría un sentido. Cómo llegamos a ese sentido, lo tenemos que decidir los de la mayoría, no los que están en contra del sentido, me parece que la propuesta original de usted es la correcta. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: De acuerdo el Pleno en que no participemos los dos Ministros, en votación económica. (VOTACIÓN FAVORABLE) Yo mismo estoy de acuerdo. Bien, el contenido del Considerando, la votación ahora es: si la información que debe estar en este Considerando es la que se refiere a garantía institucional como ratio decidendi o todo lo que contiene el proyecto. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: ¿Cuál sería la propuesta? Perdón, Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Franco. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: No, iba a pedir que se aclarara, porque por lo menos en mi caso, me encuentro en una situación complicada al no conocer el engrose y cómo va a quedar planteado. Voto consideraciones, qué hago. con reservas y a favor de las 62 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: El proyecto ya contiene, como lo destacó el señor Ministro Valls, una parte importante para desestimar el argumento de falta de motivación que aduce el Procurador, pero da respuesta además a los temas de discriminación y de igualdad, y se toman como integrados a la ratio decidendi, este es el problema. Señor Ministro Zaldívar. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor Presidente, lo que pasa es que ya el Ministro ponente aceptó ciertas sugerencias y ciertos matices que quizá incluso pudieran conciliar las posturas. En mi propuesta yo creo que la cuestión de la garantía institucional de familia y de matrimonio como las ha entendido el Ministro Cossío, fácilmente se pueden adaptar a la construcción argumentativa del proyecto con las modificaciones que el ponente ya aceptó. Entonces sí es un poco complicado saber cómo votar, quizás podríamos reservarnos derecho de voto concurrente o alguna cuestión así, no sé que sugieran ustedes. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Para cuando se presente el engrose. Señor Ministro Gudiño. SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Sí, yo creo que hay dos grandes sectores de argumentación, se va a enfocar desde el punto de vista de los derechos fundamentales o desde un punto de vista distinto, podrían ser las garantías institucionales o algo que no incida en derechos fundamentales. Creo que esas son las dos posiciones. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Es que el proyecto toca las dos posiciones. 63 SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Señor Presidente, el Ministro Aguilar, si no recuerdo mal, dijo que ninguna de las dos posiciones le satisfacían. En consecuencia con esto, me parece que la posición puede ser en este punto a favor o en contra del proyecto, y con eso me parece que podríamos tener un sentido. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Sí, tiene razón el señor Ministro Cossío, yo no coincido en este caso porque no se trata para mí de un problema de una garantía institucional en este caso. El problema es que se está hablando específicamente del matrimonio, no de la familia. Pudiera yo coincidir en que la institución de la familia, que sí está mencionada en la Constitución, pudiera llegar a considerarse una institución garantizada por la norma. Pero aquí lo que estamos viendo es la forma y la constitución del matrimonio, que aunque pudiera ser una forma de constituir la familia no es la única. Ya lo han señalado con otros ejemplos. Por eso es que yo no coincido en eso, y para mí el problema está en la libertad configurativa de los Estados conforme al 121. Entonces sí, a lo mejor conforme se haga el engrose yo podré hacer un voto concurrente, pero sí estoy de acuerdo con el sentido. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: En el proyecto lo que se hace es dar respuesta a los planteamientos del Procurador, del accionante; no se aborda desde el punto de vista de los derechos fundamentales, ni tampoco, menos, desde el punto de vista de las garantías institucionales. Lo que se hace en ese sentido, es dar una respuesta a los planteamientos de la demanda. Por lo que hace a lo que decía el Ministro Zaldívar en intervención anterior, yo ya acepté las sugerencias que él hizo para incorporarlas al proyecto. 64 Y respecto de las del señor Ministro Franco, en parte serán incorporadas con algún matiz, lo había yo dicho, y si ustedes quieren lo circulo para la próxima sesión, o como ustedes lo decidan. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Yo creo que sí, mucho ayudará al ponente saber cómo votan los componentes de la mayoría en cuanto al contenido del proyecto. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: El enfoque no lo cambiaría yo. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Me faltó hacer una aclaración que por la importancia la expreso en este momento. Esta votación no comprende el tema de registro civil, todavía no llegamos allá. Es que como hablamos del Considerando Sexto, es en la parte de violación al artículo 16. Entonces, en cuanto al contenido del Considerando Sexto, tome votación señor secretario, sin incluir al señor Ministro Aguirre Anguiano ni a mí. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Presidente. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: A mi parecer el planteamiento que se hace en la demanda, por eso en el proyecto no está dado en relación con derechos fundamentales. Creo que esta es la forma como el Procurador analiza, los enfrenta con la exposición de motivos de esta reforma. A mí me parece que el planteamiento real, la cuestión efectivamente planteada en términos del artículo 39 de la Ley Reglamentaria, radica en la definición de familia y su relación con el matrimonio. 65 Ahora bien, dado que la familia en nuestro orden jurídico tiene el carácter –insisto– de una garantía institucional en términos de nuestros precedentes, y no de un derecho fundamental, yo estoy en contra de la manera como se plantea esta resolución –insisto– estando por lo demás de acuerdo en el sentido que nos propone el señor Ministro Valls. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Pues yo sigo en una situación, se los confieso, verdaderamente complicada, no tengo idea de cuál pueda ser el proyecto que presente el Ministro ponente engrosado, y tengo una duda fundamental, más allá de lo que acaba de comentar el Ministro Cossío, que comparto pero que entiendo que ya tiene una solución intermedia, y que consecuentemente estaría de acuerdo con esa. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Así es. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: El otro tema para mí sí es fundamental. Si el proyecto da a entender que esto es así porque cualquier otra forma es discriminatoria; entonces, podríamos, por eso fue mi sugerencia, el proyecto actualmente lo dice y está enfocado así, si el Ministro ponente está aceptando esto entonces yo votaría con las consideraciones. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Ya lo aceptó. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Así es. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Entonces vota a favor con aclaraciones. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Con el proyecto modificado. 66 SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Con el enfoque que ha propuesto el Ministro Cossío. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: En las mismas condiciones que apuntaba el Ministro Franco, sin conocer realmente cómo va a quedar la redacción y la argumentación final, pues estaré de acuerdo con una argumentación que pudiera coincidir con lo que acabo de expresar hace un momento; si no, haré un voto concurrente. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Con el proyecto modificado. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Sí, también yo con el proyecto, pero modificado como lo ha aceptado el Ministro ponente. SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Con el proyecto, con las modificaciones aceptadas por el ponente. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Señor Ministro Presidente me permito informarle que existe una mayoría de seis votos a favor de las consideraciones modificadas del Considerando Sexto, por lo que se refiere a violación al artículo 16. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien, pues ya es cuestión de la mayoría ver los términos en que queda el engrose. Pues superado este tema les propongo. Señor Ministro Cossío. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: ¿Señor Presidente es votación definitiva esta? SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: No. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: ¿No todavía? 67 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: No, es decir, no pactamos votación definitiva, les recuerdo que el Considerando Quinto tiene votación de empate y que por lo tanto la intervención de la Ministra Luna Ramos es importante. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Yo creo que para nosotros sí debe de ser definitiva Presidente, para avanzar. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bueno. Señor Ministro Gudiño. SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Y también en los demás temas como éste, podría pronunciarse la Ministra. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A eso voy, que al venir para votar el Considerando Quinto, pues tiene que dar su punto de vista. Sí, señor Ministro Cossío. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Entonces, dado que ya tenemos este carácter de definitividad, formularía un voto concurrente para manifestar las razones por las cuales no estoy de acuerdo con la parte considerativa de este asunto. SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Me sumaría al voto concurrente si el señor Ministro lo tiene a bien. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Ministro. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Lo que les quiero proponer señores Ministros, dado el evento de Querétaro, es que dejemos hasta aquí la sesión pública de este día porque no tendría sentido abordar el otro tema que es de gran entidad, y que los convoco para la sesión pública ordinaria del próximo lunes a las diez y media de la mañana. (CONCLUYÓ LA SESIÓN A LAS 13:05 HORAS) ÍNDICE. CONTENIDO DE LA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA DE LA SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL LUNES 9 DE AGOSTO DE 2010. SECRETARÍA GENERAL DE ACUERDOS 1 NÚMERO ASUNTO IDENTIFICACIÓN, DEBATE Y RESOLUCIÓN. PÁGINAS. 2/2010 ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD promovida por el Procurador General de la República contra actos de la Asamblea Legislativa y del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, demandando la invalidez de los artículos 146 y 391 del Código Civil del Distrito Federal, publicados en la Gaceta Oficial del Distrito Federal de 29 de diciembre de 2009. 3 A 75 (PONENCIA DEL SEÑOR MINISTRO SERGIO A. VALLS HERNÁNDEZ). EN LISTA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN TRIBUNAL PLENO SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL LUNES 9 DE AGOSTO DE 2010. ASISTENCIA: PRESIDENTE. SEÑOR MINISTRO: GUILLERMO I. ORTIZ MAYAGOITIA. SEÑORES MINISTROS: SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO. JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ. MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS. JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS. ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA. JOSÉ DE JESÚS GUDIÑO PELAYO. LUIS MARÍA AGUILAR MORALES. SERGIO ARMANDO VALLS HERNÁNDEZ. OLGA MA. DEL CARMEN SÁNCHEZ CORDERO. JUAN N. SILVA MEZA. (SE INICIÓ LA SESIÓN A LAS 10:40 HORAS) SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se abre la sesión. Señor secretario, sírvase dar cuenta con los asuntos del día. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro Presidente. Se somete a su consideración la aprobación del proyecto de acta de la sesión pública número ochenta ordinara, celebrada el jueves cinco de agosto del año en curso. 2 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A consideración de las señoras y señores Ministros el acta con la que se ha dado cuenta. Si no hay intervenciones ni correcciones de manera económica les pido voto aprobatorio. (VOTACIÓN FAVORABLE). QUEDÓ APROBADA EL ACTA SEÑOR SECRETARIO. 3 SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Se somete a su consideración el proyecto relativo a la ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 2/2010. PROMOVIDA POR EL PROCURADOR GENERAL DE LA REPÚBLICA EN CONTRA DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA Y DEL JEFE DE GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL, DEMANDANDO LA INVALIDEZ DE LOS ARTÍCULOS 146 Y 391 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL. Bajo la ponencia del señor Ministro Valls Hernández y conforme a los puntos resolutivos a los que se dio lectura en sesión anterior. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Gracias señor Presidente, conforme a la ruta crítica que habíamos establecido para el análisis de esta acción de inconstitucionalidad, corresponde empezar a tratar o tratar el día de hoy el argumento de invalidez relativo a la violación de los artículos 14 y 16 de la Constitución, en relación con lo dispuesto en el 121 del mismo ordenamiento. En el Considerando Séptimo del proyecto que he sometido a la elevada consideración de ustedes, se examina el concepto de invalidez que plantea el Procurador General de la República relativo a que el artículo 146 del Código Civil para el Distrito Federal, viola las garantías de seguridad jurídica y de legalidad consagradas en los artículos 14 y 16 constitucionales. En la consulta se estiman infundados los planteamientos del accionante; primero, porque tratándose de la acción de inconstitucionalidad no es el medio para dirimir o solucionar en 4 abstracto los posibles conflictos que según señala el accionante, se originarían con las entidades federativas con motivo de la nueva definición del matrimonio en el Distrito Federal, al no contemplarse en las legislaciones de aquéllas, el matrimonio entre personas del mismo sexo o inclusive en algunos, prohibirse. Asimismo se resalta en el proyecto, que el accionante lo que parece cuestionar es que a partir de lo dispuesto en el 121 constitucional, los Estados de la República deban reconocer la validez de dichos matrimonios como actos del estado civil, aun cuando las entidades federativas no los contemplen o los prohíban expresamente, lo cual podría ser inatendible, pues es la propia Norma Fundamental la que así lo establece. Sin embargo, dado que el procurador realiza sus argumentaciones para sostener la violación a las garantías de seguridad jurídica y de legalidad, es que analizamos el concepto de invalidez planteado. En la consulta se señala que del artículo 146 impugnado, advertimos que redefine el matrimonio para el caso del Distrito Federal, desde luego, así como que dicho acto deberá celebrarse ante el juez del Registro Civil cumpliendo con las formalidades que sobre el particular establezca el propio Código Civil para el Distrito Federal, por lo que no se advierte de qué forma este numeral podría vulnerar las garantías de seguridad jurídica y de legalidad contenidas en los artículos 14 y 16 constitucionales, como han sido interpretadas por esta Corte, pues la actuación de las autoridades ante quienes se celebrará dicho acto civil, está sujeta a la regulación en cuestión, sin que por tanto pueda hacerlo de manera arbitraria o caprichosa que pudiera generar incertidumbre en los gobernados. 5 Por otro lado, en cuanto a la vinculación que hace el accionante entre la violación a las garantías de seguridad jurídica y de legalidad, y lo dispuesto en el artículo 121 constitucional, en la consulta señalo que el promovente confunde lo previsto en tales preceptos, pues tratándose de la expedición de leyes, aquellas garantías individuales sujetan al propio órgano legislativo que la expide y que en el caso las ha respetado, y no frente a otras entidades federativas, pues son disposiciones que rigen solamente para el Distrito Federal, de acuerdo a nuestro propio régimen federal, lo que se corrobora del propio numeral 121 de la Constitución Federal, siendo diverso el aspecto relativo al reconocimiento de actos del estado civil en las demás entidades federativas. En efecto, precisamente, derivado de nuestro régimen federal, la Constitución en su artículo 121 establece diversas reglas de competencia, de aplicación, de validez o de efectos, según se trate de leyes, de bienes inmuebles, de sentencias, de actos del estado civil o de títulos profesionales, por lo que es precisamente el propio 121 constitucional, una norma de resolución de conflictos. De acuerdo con el artículo multicitado 121, en su fracción IV, los actos del estado civil que se encuentren ajustados a las leyes de una entidad federativa, tendrán validez en las demás entidades federativas, lo que implica que todo acto, sea el nacimiento, el reconocimiento de hijos, la adopción, el matrimonio, el divorcio o la defunción, que se registren cumpliendo con las formalidades de la ley local, será válido en las demás entidades federativas, ello con independencia de que tales actos no se regulen o no lo hagan en forma similar, o incluso de manera contraria a la de otra entidad, pues atendiendo a nuestro régimen federal, las entidades federativas tienen facultades residuales en determinadas materias y el Distrito Federal tiene facultades expresas contenidas en el 122 6 constitucional, como ocurre en el caso al tener facultades para legislar en materia civil. Por tanto, el artículo 121 constitucional, da seguridad jurídica para el reconocimiento y publicidad de tales actos del estado civil y permite la armonización de los diversos sistemas normativos que en un régimen federal se presentan. Así pues, los conflictos que se presenten en cuanto a sus efectos, tendrán las vías concretas para su solución, y atendiendo a la jurisdicción de que se trate, como se señala en la foja ciento setenta y tres del proyecto. En estas condiciones, no se advierte por esa mera posibilidad de conflictos con lo dispuesto en las legislaciones de otras entidades federativas, de qué manera ello podría llevar a declarar la inconstitucionalidad de una norma general emitida por el Distrito Federal, que como ya se analizó por esta Corte en sesiones pasadas, no vulnera la Norma Fundamental. En este sentido, estimo pertinente resaltar como ponente en este asunto, que precisamente frente a nuestro régimen federal, no es posible sostener que si en un Estado no se regula en su orden normativo determinada figura, determinada institución civil y en otra entidad sí se regula, entonces no podría obligarse a la primera a reconocer su validez, pues el artículo 121 constitucional expresamente dispone tal reconocimiento, sea cual sea el acto civil de que se trate, en aras del respeto a las facultades normativas y sobre actos del estado civil de cada entidad federativa y del Distrito Federal y en aras del respeto a la seguridad jurídica. Sostener lo contrario llevaría a que, si por ejemplo en un Estado se regulara que el matrimonio sólo puede celebrarse a partir de los 21 años, y en otro desde los 15 años, entonces, pregunto: ¿no podría 7 reconocerse en la primera entidad federativa tal matrimonio? O bien, si en una entidad federativa se estableciera que pueden adoptar tanto matrimonios como personas solteras y en otra, solamente pueden adoptar matrimonios, entonces ¿no podría reconocerse en esta última a los hijos adoptivos de un hombre o una mujer solteros? Bien, el hecho de que en un Estado, en ejercicio de su propio ámbito competencial, determinada institución se regule en forma distinta, no puede llevar a considerar inconstitucional ese ordenamiento como pretende el accionante, como tampoco afectar la validez de actos del estado civil en detrimento de los gobernados. Esta es la propuesta que sobre el tema someto a su consideración. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Antes de poner a discusión este tema, consulto a la señora Ministra Luna Ramos si está en condición de emitir voto respecto de los temas ya tratados. Le recuerdo que tenemos una votación empatada en cuanto a si el contenido del Considerando Quinto del proyecto que nos ha presentado el señor Ministro Valls, permanece o se suprime, y la decisión de fondo relativa a que el artículo 146 del Código Civil del Distrito Federal reformado, no viola los artículos 4° y 16 de la Constitución Política, por haber modificado el concepto del matrimonio para permitir la unión de dos personas del mismo sexo. Sí señora Ministra. SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Muchas gracias señor Presidente. Primero que nada ofrecer una disculpa a este Pleno por haberme ausentado la semana anterior, como bien se había manifestado fue por razones de salud; sin embargo, tuve la oportunidad de seguir las 8 discusiones de este asunto a través de la televisión, y sí, desde entonces me enteré que había una votación y que tenía que venir a desempatar, relacionada con el Considerando Quinto, y desde luego también externar mi votación por lo que hace al Considerando Sexto, lo cual estoy en aptitud de hacer. Por lo que hace al Considerando Quinto, en realidad la votación se empató porque cinco de los Ministros determinaron que debía suprimirse este considerando que se está relacionando con cuestiones derivadas de derecho comparado, están estableciendo resúmenes de determinadas sentencias emitidas en diversos países relacionadas con el tema y algunas cuestiones también que se establecen en tratados internacionales. Otros cinco Ministros dijeron que esto era una relación de precedentes que no guardaban conexión. Yo traigo aquí varios precedentes en donde este Pleno ha establecido este tipo de relaciones de antecedentes que se hacen de otras legislaciones, en las cuales traigo incluso las versiones donde mi votación ha sido en el sentido de suprimirlas, ¿por qué en el sentido de suprimirlas? Porque creo que los conceptos de invalidez o de violación deben contestarse de manera específica en cuanto a lo que se está aduciendo en cada uno de ellos, y si bien, en alguno de ellos pudiera en un momento dado hacerse referencia a algún precedente de carácter internacional, no me opongo a que esto se haga en contestación al argumento, pero como un argumento de tipo abstracto, meramente informativo; traigo los precedentes en los que he votado en contra de que se conserven estos considerandos. Por estas razones mi voto sería, siendo congruente con los anteriores que he tenido en este sentido, en el sentido de que se suprima. 9 Por lo que hace al Considerando Sexto, en relación con el artículo 146 del Código Civil, aquí el problema que se planteó en la demanda correspondiente está relacionado, más bien, este considerando está contestando dos conceptos de violación, el primero y el segundo. El primero, en el que en realidad lo que se está combatiendo en el primer concepto de violación es lo relacionado con la fundamentación y motivación legislativa, y por tanto se estima que los artículos 146 y 391, son violatorios del artículo 16 constitucional, precisamente porque considera que no se da un motivo suficiente para determinar por qué se llevó a cabo la reforma correspondiente. Empieza diciendo que no se da un motivo suficiente, incluso en el propio concepto de invalidez se transcribe la tesis de este Tribunal Pleno, en el que se ha determinado qué se entiende por fundamentación y motivación legislativa, esta tesis como todos ustedes saben está mencionando que la fundamentación y motivación de carácter legislativo se satisface con que el órgano que emite el Decreto correspondiente tenga las facultades respectivas; y por otro lado, cuando la ley que se emita se refiera a relaciones sociales que reclaman ser jurídicamente reguladas. Entonces, en la parte relacionada con que las relaciones que se reclamen ameriten ser jurídicamente reguladas, desarrollan un concepto de violación prácticamente distinto, diciendo que no se satisfacen los requisitos de racionalidad, de proporcionalidad tanto en la discusión como en la exposición de motivos de la reforma respectiva, y van dando razones de por qué considera que no se satisfacen estos requisitos. El proyecto del señor Ministro Valls, en principio está contestando cómo se ha establecido por este Pleno, en el sentido de que la fundamentación y motivación legislativa en realidad apoyada en la 10 tesis que ya mencioné únicamente constituye que el órgano correspondiente tenga las facultades para emitir el Decreto respectivo; y, además que sea una situación que amerite ser regulada. El proyecto inicialmente en la parte primaria de este Considerando da contestación de esta manera, con lo cual yo concuerdo concretamente; con lo que ya no estoy de acuerdo y es donde me separo prácticamente del proyecto es en la parte posterior donde el señor Ministro Valls da contestación a los argumentos de racionalidad, de proporcionalidad, aduciendo que en realidad esto se va dando porque de la lectura tanto de las discusiones como de la exposición de motivos de este Decreto se advierte que con esto se evitan problemas de discriminación, de igualdad. En esta parte no concuerdo con el proyecto ¿por qué razón? porque desde mi punto de vista la fundamentación y la motivación están bien contestadas en la primera parte que se relaciona con las facultades de la Asamblea Legislativa y la necesidad de regular esta situación; entonces, creo que no tenemos por qué dar una motivación mayor o analizar lo dicho en la exposición motivos y en las discusiones para poder determinar cuáles fueron las razones que se dieron, porque entonces nosotros mismos nos estaríamos contradiciendo al decir que necesariamente tiene que existir otro tipo de motivación en los actos legislativos, cuando ya dijimos en la jurisprudencia que es suficiente con que existan facultades y que la situación amerite regularse, desde mi punto con esto es suficiente. Ahora, la parte que en el concepto de invalidez está señalando que no es una norma racional ni proporcional, yo ahí la contestaría de otra manera; ahí me iría a determinar que se trata de una norma de libre configuración ¿por qué se trata de una norma de libre configuración? Porque de alguna manera lo externé cuando hice mi 11 voto particular en el asunto relacionado con la despenalización del aborto. Si nosotros analizamos lo que es la Constitución Política Mexicana, la Constitución es el ordenamiento donde se establece, primero que nada la estructura del Estado, se están estableciendo las autoridades que lo integran, y además se determinan las atribuciones y la competencia de ellas; como todos los actos que se realizan a través del Estado son precisamente por normas de carácter jurídico, por actos de carácter jurídico, pues entonces estas normas lo que establece la propia Constitución es quiénes tienen facultades para emitirlas y, además, cuál es el tipo de contenido que tienen que tener estas normas. De tal manera, que si nosotros analizamos si la Constitución es estructura, es competencia y es determinación de proceso legislativo, esto está referido a la parte orgánica de la Constitución, y en cuanto a los contenidos está referido a la parte dogmática de la Constitución. En cuanto a los contenidos por eso entendemos que existen tres tipos de normas: normas de contenido necesario, normas de contenido obligatorio y normas de contenido optativo, o bien, normas de libre configuración. ¿Cuáles son las normas de contenido necesario? Las normas de contenido necesario son aquellas que necesariamente deben establecerse dentro de las normas que configure el órgano encargado de hacerlo, por ejemplo: la garantía de audiencia; siempre que existe un acto de privación debe de haber una garantía de audiencia previa, una ley que no establece esta posibilidad, atenta contra la Constitución ¿por qué? porque ésta es una norma de contenido necesario. 12 Hay otras normas que son de contenido prohibitivo, las normas de contenido prohibitivo son, por ejemplo, las referidas a la esclavitud, la Constitución prohíbe la esclavitud, si se estableciera una norma que lo permitiera, bueno pues estaría atentando contra la Constitución, por qué, porque hay texto expreso; pero nos quedan las otras que son las normas de contenido optativo o de libre configuración, las normas de contenido optativo o de libre configuración, son aquellas en las que la Constitución o el Constituyente Permanente ha dejado en el propio legislador ordinario, sea federal o local, para que ponderando la situación económica, política, social, moral, religiosa, el ambiente que impere en ese momento en la sociedad pueda legislar este tipo de normatividad y yo creo que la norma contenida en el Decreto que ahora se reforma es una norma de libre creación por parte del legislador, ¿por qué razón?, porque si nosotros analizamos los preceptos constitucionales, no hay uno sólo que nos diga o que nos establezca cómo tiene que establecerse el matrimonio dentro de ninguna legislación ¿qué es lo que nos establece el artículo 4° constitucional? El artículo 4° constitucional lo que nos está estableciendo es la protección a la familia. Algunos de los señores Ministros en la semana anterior hablaban de que si esto era una garantía institucional o no, podemos llamarlo como se quiera, porque finalmente se habla de garantías sociales, de garantías institucionales, por qué, porque al final de cuentas lo que importa es que el particular ─persona física o moral─, que se encuentre legitimada, tenga la posibilidad de oponerla al Estado y lo único que está determinando el 4° constitucional es que hay que salvaguardar a la familia, pero nunca está determinando cuál es el modelo de matrimonio que en un momento podemos establecer, por qué razón, porque es una norma de contenido optativo o más bien de libre configuración para el legislador secundario; entonces, por esa razón creo yo que no estamos en posibilidad de decir que el artículo 13 podría ser inconstitucional. En esta parte del proyecto yo me apartaría, creo que fue un poco la opinión del señor Ministro Luis María Aguilar en la última ocasión que escuché la discusión y sí me sumo totalmente a ella y de alguna manera es lo que yo ya había expresado en mi voto respecto de la despenalización del aborto. ¿Por qué son normas de contenido optativo? Porque finalmente la Constitución está estableciendo esa libertad, esa libertad al legislador ordinario. Si nosotros vemos, la Constitución establece muchas normas de contenido optativo, simple y sencillamente para poner como ejemplo el aspecto impositivo, el artículo 31 fracción IV de la Constitución, en realidad lo que nos está diciendo es que los mexicanos tenemos la obligación de contribuir para los gastos públicos, pero nada más dice que esta obligación debe de ser de manera proporcional, equitativa y legal, no nos está diciendo cuál es el tipo de impuestos que la autoridad o que el legislador debe establecer para que se contribuya a los gastos públicos; entonces, la pregunta es, el hecho de que se estableció en alguna época el impuesto sobre el timbre, el impuesto sobre ingresos mercantiles, que ahora exista un impuesto al valor agregado, que ahora exista un impuesto sobre tasa única, que exista un impuesto sobre depósitos en efectivo, ¿qué quiere esto decir? Que el legislador tiene la posibilidad libremente de configurar la manera en que va a recaudar los impuestos; sin embargo, ¿qué es lo único que tienen como limitación estas normas de libre configuración? el que no atenten contra las garantías constitucionales y ¿qué es no atentar contra las garantías constitucionales? Que sean proporcionales, equitativas y legales en todo caso, para que en un momento dado cumplan con los requisitos del 31 fracción IV, pero la forma de configuración, la forma de establecimiento es algo que tiene que determinar el legislador de manera totalmente libre; entonces, esta es una norma muy parecida. 14 Tenemos por ejemplo también el adulterio, incluso se ha dicho en muchas ocasiones que el adulterio en algunas legislaciones es delito, en otra simplemente es una causal de divorcio y esto no lo hace ni constitucional, ni inconstitucional, simplemente que en algunos lugares el legislador considera que debe de ser una causa que amerita sanción corporal y en otras no la considera de esa manera, ¿por qué? porque sopesando la situación política, económica y social, determinó que esto tenía que ser de esta manera, incluso en algunas otras legislaciones se dice que es delito el adulterio que se comete en el domicilio conyugal o con escándalo. Entonces ¿qué quiere decir? que el que se hace en lo obscurito ¿no lo es? ¿Por qué razón? Pues por lo mismo, porque la sanción se establece como una norma precisamente de carácter libre, de carácter optativo, de ponderación, sobre todo discrecional, por parte del legislador; el cheque sin fondos, en alguna época fue delito, en otra época se eliminó como tal ¿por qué? porque es una norma de carácter discrecional; el divorcio, no vayamos más lejos, el divorcio es una entidad que surge desde el Decreto de Venustiano Carranza, todos lo sabemos; sin embargo, socialmente no era aceptado, socialmente era muy mal vista la persona que se divorciaba; sin embargo, en la actualidad es lo más normal del mundo que cuando una relación matrimonial no tiene un feliz término, culmine con eso ¿por qué razón? porque volvemos a lo mismo, no hay una disposición constitucional que nos establezca ni un modelo específico ni una prohibición específica, por tanto, es una norma de libre configuración, y por esta razón considero que no atenta contra la Constitución, y por estas razones, que configurarían en todo caso mi voto particular, estaría con el sentido del proyecto por estas razones expresadas señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien, señor secretario tome nota de la votación que ha emitido la señora Ministra Luna Ramos, y en consecuencia respecto del Considerando Quinto, tendrá que 15 eliminarse por mayoría de seis votos, y en cuanto al Considerando Sexto, suma su voto a la mayoría, y ya quedamos que presentará engrose el señor Ministro Valls para la consideración de quienes aprobaron. Señor Ministro Valls. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Gracias señor Presidente. Por lo que se refiere a que con el voto de la señora Ministra Luna, queda eliminado el Considerando Quinto, yo me reservo mi derecho en ese sentido para que mi proyecto quede, en su caso, como voto particular. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien señor Ministro. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Pasamos entonces a la discusión, y en su caso votación, del tema relativo a la validez de los matrimonios entre personas del mismo sexo como acto del registro civil en las demás entidades de la República Mexicana, y para esto tiene la palabra el señor Ministro Aguirre Anguiano. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias señor Presidente. A mí me parece muy oportuno el acotamiento que ha hecho usted. Se ha resuelto que no vulnera los artículos 14 y 16 constitucionales la modificación en el Decreto impugnado respecto a los artículos 146 y 391 del Código Civil. Empezaré refiriéndoles que desde luego no estoy de acuerdo con la propuesta del proyecto, y las razones esenciales por las que no estoy de acuerdo con esto las encontré estudiando a algún constitucionalista egresado de la Escuela Libre de Derecho que 16 sustituyó en la cátedra al eminente y extinto Herrera y Lazo y busqué su opinión al respecto, porque es uno de los constitucionalistas, ─a mi juicio─, que con mayor exhaustividad trata el tema del derecho constitucional estatal en las entidades de la Federación, y cuando estudia el artículo 121, destacadamente en su fracción II, él refiere lo siguiente: Que le extrañó muchísimo saber o enterarse que los constitucionalistas mexicanos no hacen mayor aprecio en la estimación de la inteligencia que debe de tener el artículo 121 constitucional, que quienes lo hacen, para su sorpresa, son aquéllos que se ocupan de estudiar los temas de derecho internacional privado. Eso me llevó a buscar entre los ius privatistas las opiniones a este respecto, y encuentro que dos personas, connotadísimas para mí en esta materia, como pueden ser los autores que luego les voy a referir, nos dan una inteligencia muy interesante del artículo 121 constitucional, y pienso que en las consideraciones se ignora el problema real de constitucionalidad que se plantea en la demanda, pues si bien es cierto que en ésta se argumenta violación a las garantías de legalidad y seguridad jurídica que protegen los artículos 14 y 16 constitucionales, ello es como consecuencia de la desarmonía jurídica que provoca el Decreto impugnado, en el sistema federal que nos rige, previsto en los artículos 40 y 121 de la Constitución Federal; esto es, en el concepto de invalidez lo que se plantea es que atendiendo a ese sistema federal, cito: “Los actos del estado civil ajustados a las leyes de un Estado, tendrán validez en otros”. -concluyo la cita- Lo que conlleva a que ante la Federación y en las entidades federativas deben de tener validez los matrimonios que se realicen con apoyo en la legislación impugnada; es decir, por personas del mismo sexo, a pesar de que en la legislación federal, así como en las del resto de los Estados de la República, el concepto de matrimonio sea otro: aquel celebrado entre un hombre y una mujer; de donde se desprende que el 17 concepto lo que se aduce es la existencia de un conflicto de leyes entre las distintas legislaciones propias de un Estado federal, con la consecuente desarmonía de ese sistema, que provocará situaciones de inseguridad e incertidumbre jurídica ante los gobernados. Lo anterior implica que contrariamente a lo que se propone en la consulta, dicho sea con todo respeto y consideración a don Sergio Valls Hernández, en la acción de inconstitucionalidad no se argumentó una violación aislada a los artículos 14 y 16 constitucionales, toda vez que es claro que se planteó que la reforma provoca una desarmonía en el sistema federal que finalmente generará inseguridad jurídica en la esfera de los derechos de los gobernados; lo que no significa, como se afirma en el proyecto, que el actor cuestione lo establecido en el artículo 121 de la Constitución Federal, sino su violación. Por ende, despojándonos de la confusión en que aparentemente incurre la consulta al no comprender el alcance del problema de constitucionalidad planteado, estimo que en el concepto de invalidez debe vérsele como fundado, y pasaré a explicar por qué arribo a esta conclusión. Los iusprivatistas a que me refería son esencialmente los tratadistas José Luis Siqueiros y Eduardo Trigueros, hombres de gran prestigio. Haciendo un resumen de sus opiniones, concluyo en lo siguiente: Una de las principales características del sistema federal es la facultad que tienen los Estados miembros de otorgarse su propia Constitución autodeterminación que y legislación genera un ordinaria; universo es una legislativo local totalmente heterogéneo, pues existen particularidades propias de cada región por razones de situación geográfica, tradiciones históricas, sociales y culturales que se materializan dentro de sus legislaciones en diversos supuestos, lo que implica que no exista uniformidad en todas las normas de los Estados de la República. 18 Así, es lógico que en esa falta de unidad resulten colisiones legislativas, los problemas que puede presentar un acto del estado civil, verificado en un Estado y su reconocimiento o rechazo en otra entidad de la Federación, no son especulaciones teóricas y hoy estamos ante ese supuesto que necesariamente tendrá que solucionarse observando las bases del artículo 121 de la Constitución Federal. El origen remoto del artículo 121 constitucional lo encontramos en el artículo 4º de la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica, en la Primera Sección establece esa Constitución: artículo 4º., Primera Sección: “Se dará entera fe y crédito en cada Estado a los actos públicos, registros y procedimientos judiciales de todos los demás, y el Congreso podrá prescribir, mediante leyes generales, la forma en que dichos actos, registros y procedimientos se probarán y el efecto que producirán”, la Segunda, la Tercera y la Cuarta Sección, tratan de otros temas. El tramo normativo único de la Constitución de los Estados Unidos es el que acabo de dar lectura. Hagamos una comparación de qué fue el texto incorporado. Primeramente en la Constitución de 1824, fue prácticamente con exactitud el mismo a que acabo de dar lectura, esto es el Constituyente de 1824 incorporó sin mayor aclaración el texto casi íntegro y casi sustancial, sin variación alguna, de la Constitución Norteamericana, diciendo que cada uno de los Estados de la Federación prestará entera fe y crédito a los actos, registros y procedimientos de los jueces y demás autoridades de otros Estados. 19 En 1857 ¿qué pasó?, lo mismo, aunque de acuerdo con los tratadistas con una traducción un poco más afinada, más adecuada. Finalmente, en la Constitución de 1917 se contempló el mismo mandato, empero, un Constituyente cuya identidad se desconoce, pese a investigaciones profundas que han hecho los expertos en esa materia, nos dicen que por obra de ese Constituyente, se adicionaron las cinco fracciones que hoy conforman el artículo 121 y que son las bases del acuerdo con las cuales el Congreso de la Unión deberá emitir la ley reglamentaria respectiva. Cabe agregar que los mismos tratadistas que he venido refiriendo aclaran que el autor de esas fracciones conocía las doctrinas del derecho internacional privado, además de que la redacción de éstas no fue motivo de discusión alguna por el Constituyente de 1917; vayamos a la fracción IV que es la que nos incumbe. La fracción IV del 121 constitucional dice: “Los actos del estado civil ajustados a las leyes de un Estado tendrán validez en los otros.” La celebración de matrimonios, adopciones, divorcios, en fin toda la gama de actos jurídicos que rodean al estado civil de las personas, queda involucrada en esa disposición. En un sistema federal sería prácticamente imposible y contra todos los elementos de la seguridad jurídica, el que actos tan trascendentes en la vida humana quedasen sujetos al criterio y validez de una sola legislación, así, la persona que contrae matrimonio en el Estado de Chiapas debe tener la certeza de que está válidamente casada en Sinaloa, Querétaro, el Distrito Federal y en cualquier otra entidad. De igual forma, debe tener la certeza de que cuando salga al extranjero sus derechos y deberes matrimoniales serán los mismos que adquirió en el Estado de origen, pensar lo contrario provocaría 20 consecuencias lamentables desde un punto de vista familiar y haría totalmente nugatorio el sistema federal e incluso el derecho internacional. En este apartado debo hacer énfasis en el origen y sentido del término “actos del estado civil” a que se refiere el artículo 121 constitucional, lo que guarda estrecha relación con lo dispuesto en el penúltimo párrafo del diverso 130 constitucional que prevé: “Los actos del estado civil de las personas son de la exclusiva competencia de las autoridades administrativas en los términos que establezcan las leyes y tendrán la fuerza y validez que las mismas les atribuyan. El origen de este párrafo –ya lo habíamos dicho con anterioridad– fueron las adiciones y reformas a la Constitución de 1857, de veinticinco de septiembre de mil ochocientos setenta y tres que tuvieron como objeto incorporar al texto constitucional los principios de las Leyes de Reforma. El artículo 2 de la Ley de Adiciones y Reformas Constitucionales de veinticinco de septiembre de mil ochocientos setenta y tres indica: “El matrimonio es un contrato civil, éste y los demás actos del estado civil de las personas son de la exclusiva competencia de los funcionarios y autoridades del orden civil en los términos prevenidos en las leyes, y tendrán la fuerza y validez que las mismas les atribuyen” como se ve este artículo 130 dice con algunas variantes lo mismo que el vigente 130 constitucional. El significado original del artículo era señalar que los actos del estado civil son de la exclusiva –subrayo y pongo énfasis en esta palabra– competencia de las autoridades y leyes civiles y no de las autoridades eclesiásticas a las que antes se les daba la facultad de atestiguar esta institución y que tuviera valor de reconocimiento ante el Estado. Asimismo, su alcance es el que la validez y efectos de esos actos serán los que determinen las leyes respectivas y como se trata de la materia civil, 21 que es local, significa que los actos del estado civil serán regulados en cuanto a su validez y efectos por los Códigos Civiles locales. La ley que introdujo el Registro Civil, y que estaba en vigor cuando se hicieron las adiciones y reformas a la Constitución de 1857, era la Ley del Estado Civil de las Personas de julio de mil ochocientos cincuenta y nueve, una de las llamadas Leyes de Reforma, la que en su artículo 4º decía: “Los jueces del estado civil llevarán por duplicado tres libros que se dividirán: 1. En actas de nacimiento, adopción y arrogación, 2. Actas de matrimonio y 3. Actas de fallecimiento, y según esto, los actos del estado civil contemplados en esa disposición, eran: nacimiento, adopción, arrogación, matrimonio y fallecimiento. Por lo que hace al matrimonio, la Ley del Matrimonio Civil de veintitrés de julio de mil ochocientos cincuenta y nueve, otra de las llamadas Leyes de Reforma, que era una ley de aplicación federal, decía en su artículo 3º lo siguiente: “El matrimonio civil no puede celebrarse más que por un solo hombre con una sola mujer”. Una vez que se hicieron las adiciones mencionadas a la Constitución de 1857 se expidió la Ley Orgánica de las Adiciones y Reformas Constitucionales de catorce de diciembre de mil ochocientos setenta y cuatro, que establecía en su artículo 23, bases que todos los Estados de la República deberían respetar en su legislación sobre el matrimonio entre las cuales estaba que el matrimonio es aquel acto que se celebra por un solo hombre con una sola mujer. Por último, en el texto original del artículo 130 de la Constitución de 1917, se hacía referencia al matrimonio y a los demás actos del estado civil cuando se reformó en el año de mil novecientos noventa y dos, desapareció la referencia al matrimonio. 22 ¿Qué desprendo de esta relatoría? Que los actos del estado civil a que se refieren el penúltimo párrafo del artículo 130 y la fracción IV del diverso 121 constitucionales son lo que he mencionado, entre ellos el matrimonio considerado como la unión entre un hombre y una mujer, tal y como lo prevén el Código Civil Federal y el resto de los Códigos de los Estados de la República con excepción –claro– del código impugnado en esta acción. Ahora bien, anteriormente apunté que un sistema federal implica un pacto de coordinación que otorga autodeterminación legislativa a los Estados federados, que se traduce en un universo de leyes heterogéneo, universo que por seguridad de los gobernados debe guardar cierta armonía que necesariamente se obtiene observando lo dispuesto en nuestra Constitución Federal. También subrayé que en el caso se plantea claramente un conflicto entre lo que dispone el artículo 146 del Código Civil del Distrito Federal y lo previsto en todas las legislaciones civiles de todas las otras entidades federativas que regulan el matrimonio como la unión legal entre un hombre y una mujer, supuesto en el cual se trasgrede el artículo 121 constitucional en virtud de que la disposición combatida destruye la coordinación y armonía propias del sistema federal. Lo expuesto me lleva a sostener que el Decreto combatido resulta inconstitucional por violación a lo dispuesto en el artículo 121 de la Constitución Federal, toda vez que la extensión de validez a toda la República de los actos del estado civil, celebrados en un Estado supone un concepto común en todas las entidades federativas respecto a lo que son dichos actos, cuando menos en cuanto a su esencia, siendo ésta la razón que permite extender la validez del acto celebrado en un Estado a todos los demás de la República, de 23 ahí que cuando una entidad federativa legisla sobre un acto del estado civil, necesariamente debe observar los estándares que dan armonía a un sistema federal; de lo contrario, cuando al legislar introduce un concepto radicalmente diferente al de ese estándar constitucional que tienen los demás Estados de la República, se rompe el concepto común que sirve de base a la generalización de los efectos de un acto local. Esto es lo que sucede con el artículo 146 del Código Civil del Distrito Federal, pues introduce un concepto de matrimonio totalmente opuesto al concepto común a que me he referido, por lo que viola el artículo 121 constitucional por dos razones fundamentales: la primera porque los estándares que presupone la Constitución Federal, sólo pueden ser modificados por el Constituyente Permanente y no por las legislaturas locales; es decir, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, no tiene facultades para modificar el contenido esencial de una institución que se regula con base en un estándar histórico en todos los Estados, en todas las entidades federativas. Si bien es cierto que nuestra realidad social aconseja que las uniones entre personas del mismo sexo sean reguladas por las leyes a fin de brindarles seguridad jurídica, también es verdad que para alcanzar ese objetivo el legislador local, no puede ni debe adulterar o desnaturalizar una institución como el matrimonio, despojándola de uno de sus elementos esenciales, como ha sido históricamente la heterosexualidad y como lo es en todos los códigos de la República Mexicana. La segunda razón consiste en que la reforma combatida, al separarse de ese estándar constitucional rompe con la armonía propia del sistema federal y por ende con el orden público que de ahí deriva. 24 Debo subrayar que para el asunto que nos ocupa la noción de orden público es de suma trascendencia, ya que sin desconocer que es un concepto que varía según el tiempo y lugar, ello no impide que esa noción se observe para que en el caso se respete la coordinación y armonía que supone el sistema federal. La Suprema Corte ya ha hecho definiciones de orden público, luego referiré lo anterior. En la acción, la parte actora es clara en señalar que existen entidades en las que el concepto de matrimonio es aquel celebrado entre un hombre y una mujer, a saber el regulado por ejemplo en Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Estado de México, Jalisco, Puebla, Veracruz, etcétera. Concepto que adecuadamente atiende a lo que el Pacto Federal entiende por matrimonio, a diferencia de lo que prevé la norma impugnada que entiende al matrimonio como la unión libre de dos personas para realizar la comunidad de vida, en donde ambos se proponen respeto, igualdad y ayuda mutua. Bajo este escenario me pregunto. ¿De subsistir la disposición cuestionada no se estaría rompiendo o fracturando, ofendiendo el orden público en aquellas entidades federativas que regulan la figura del matrimonio, como aquel celebrado entre un hombre y una mujer? ¿No estaríamos afectando eso, el orden público de cada entidad al obligarlas a reconocer actos del estado civil que difieren de lo que su propia legislación prevé? Otro concepto que debemos de tener presente para resolver el asunto que hoy nos ocupa es el relativo al del fraude a la ley, que de acuerdo con los especialistas de derecho internacional privado es el campo favorito de los divorcios y que puede trasladarse al campo del matrimonio. 25 Pensemos en parejas de personas del mismo sexo radicadas en las entidades federativas que he mencionado; es decir, que regulan al matrimonio como aquel celebrado entre hombre y mujer, desde luego no podrán celebrar un matrimonio con base en la legislación donde viven, pero podrían trasladarse al Distrito Federal y acreditar los requisitos que la ley local exige para la celebración de ese acto, contraer matrimonio, y evadir o evitar de esa manera la legislación que por razón de domicilio le corresponde. Por lo que nuevamente me pregunto. ¿En este tipo de casos no habrá violación al orden público en las entidades federativas mencionadas y a una de las instituciones que principalmente defienden, como es la familia? ¿Será factible que una legislación de una entidad federativa aislada, como es el Distrito Federal, sea la locomotora que jale a todas las demás imponiéndoles su legislación interna? (se acaba el artículo 40 constitucional). Si bien, una de las características del sistema federal es la relativa a la facultad de los estados para legislar con absoluta autonomía en aquellas materias que les están constitucionalmente reservadas también lo es que esa facultad sólo puede estar supeditada a la propia Constitución Federal y a los estándares que presupone, toda vez que la pluralidad de Estados con idénticas funciones genéricas en el sistema federal hace indispensable la coordinación de éstas para obtener de la Unión, el resultado que de ellas se busca. Lo que se logra con la existencia de normas que regulan el ejercicio del poder autónomo de los Estados miembros, con vista a obtener un resultado armónico que sea reflejo de unidad, garantía de equilibrio y base de seguridad jurídica y facilidad en las relaciones propias de un Estado. Por esas razones, considero que debe declararse la invalidez de la disposición combatida por violación a lo dispuesto en el artículo 121 26 constitucional, toda vez que el artículo 146 del Código impugnado prevé un concepto de matrimonio totalmente opuesto al concepto que orienta la legislación federal de las entidades federativas que parten del supuesto de que el matrimonio es la unión entre varón y mujer, pues si bien es cierto que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal tiene facultades para legislar sobre matrimonio, también lo es que ello no significa que tenga competencia para modificar los estándares que presupone la Constitución Federal, por lo que no puede pretender que su legislación modifique el contenido de ésta y de la legislación federal y local que atienden a esos estándares. Por ello, como la disposición impugnada se separa del estándar constitucional es claro que rompe la armonía propia del sistema federal —según mi parecer, por supuesto— y por ende, con el orden público que de ahí deriva. Otro de los problemas que advierto de la consulta, lo desprendo de la página ciento consideraciones setenta que, se y tres dice, en la atienden que al se incluyen problema de constitucionalidad planteado a la luz de lo ordenado en la fracción IV, del artículo 121 constitucional. Así se indica que para resolver el problema consistente en que cuando la institución civil que se desea validar no existe en el ordenamiento jurídico en donde se desea aplicar o bien es contraria al régimen jurídico respectivo, resulta necesario distinguir entre la validez del acto del estado civil y ejecutar la validez o los efectos de un acto del estado civil, supuesto en el cual se limita a indicar que resultarían aplicables las disposiciones del Código Civil Federal, en particular sus artículos 12, 13, 14 y 15, que contienen reglas relativas a la determinación del derecho aplicable. Empero, no se detiene en explicar por qué resultarían aplicables esas disposiciones, las que además, no se transcriben y mucho menos se analizan. Estos artículos son del tenor siguiente: Artículo 27 12. Las leyes mexicanas rigen a todas las personas que se encuentren en la República Mexicana, así como los actos y hechos ocurridos en su territorio o jurisdicción, y aquellos que se sometan a dichas leyes salvo cuando éstas prevean la aplicación de un derecho extranjero, y salvo además lo previsto en los tratados y convenciones en que México sea parte. La determinación del derecho aplicable se hará conforme a las reglas siguientes reza el artículo 13. 1. Las situaciones jurídicas válidamente creadas en las entidades de la República o en un Estado extranjero conforme a su derecho, deberán de ser reconocidas. 2. El estado y capacidad de las personas físicas se rige –así dice– por el derecho del lugar de su domicilio. 3. La Constitución, régimen y extinción de los derechos reales sobre inmuebles, así como los contratos de arrendamiento y de uso temporal de tales bienes, y los bienes muebles se regirán por el derecho del lugar de su ubicación, aunque sus titulares sean extranjeros. 4. La forma de los actos jurídicos se regirá por el derecho del lugar en que se celebren. 5. Sin embargo, podrán sujetarse a las formas prescritas en este código, cuando el acto haya de tener efectos en el Distrito Federal o en la República tratándose de materia federal, y 6. Salvo lo previsto en las fracciones anteriores, los efectos jurídicos de los actos y contratos se regirán por el derecho del lugar en 28 donde deban ejecutarse, a menos que las partes hubiesen designado válidamente la aplicabilidad de otro derecho. Artículo 14. En la aplicación del derecho extranjero se observará lo siguiente: 1. Se aplicará como lo haría el juez extranjero correspondiente, por lo cual el juez podrá allegarse la información necesaria acerca del texto, vigencia, sentido y alcance legal de dicho derecho. 2. Se aplicará el derecho sustantivo en el extranjero, salvo cuando todas las especiales circunstancias del caso deban tomarse en cuenta con carácter excepcional, las normas conflictuales de ese derecho que hagan aplicables las normas sustantivas mexicanas, o de un tercer Estado. 3. No será impedimento para la aplicación del derecho extranjero, que el derecho mexicano no prevea instituciones o procedimientos esenciales a la institución extranjera aplicable, si existen instituciones o procedimiento análogos. 4. Las cuestiones previas preliminares o incidentales que puedan surgir con motivo de una cuestión principal, no deberán resolverse necesariamente de acuerdo con el derecho que regule a esta última, y 5. Cuando diversos aspectos de una misma relación jurídica estén regulados por diversos derechos, estos serán aplicados armónicamente, procurando realizar las finalidades perseguidas por cada uno de tales derechos. Las dificultades causadas por la aplicación simultánea a tales derechos, se resolverán tomando en cuenta las exigencias de la equidad en el caso concreto. 29 Lo dispuesto en el presente artículo se observará cuando resultare aplicable el derecho de otra entidad de la Federación. Artículo 15. No se aplicará el derecho extranjero 1. Cuando artificiosamente se hayan evadido principios fundamentales del Derecho Mexicano, debiendo el juez determinar la intención fraudulenta de tal evasión, y 2. ¡Ojo con esto! Cuando las disposiciones del derecho extranjero o el resultado de su aplicación sean contrarios a principios o instituciones fundamentales del orden público mexicano. Al respecto, estimo que en efecto esas disposiciones del Código Civil Federal orientan la solución del conflicto de leyes y sustentan la idea que les he expuesto sobre la violación al orden público que provoca el Decreto combatido. En efecto, la fracción IV, del artículo 121 constitucional, establece que los actos del estado civil ajustados a las leyes de un Estado tendrán validez en otros, pero ello sólo puede ocurrir cuando la institución jurídica a considerar o el acto del estado civil no sean contrarios a principios o instituciones fundamentales del orden público de otra entidad según el artículo 15 de ese Código, de lo contrario, la entidad federativa que ve afectado su ordenamiento válidamente puede abstenerse de hacer dicho reconocimiento, pues por una parte es soberana en su régimen interior, y por otra, el sistema federal derivado del artículo 121 constitucional y del Código Civil Federal así lo disponen. En este punto es importante indicar que como apuntan los tratadistas, las cinco fracciones que conforman el artículo 121 constitucional fueron introducidas por un Constituyente que conocía bien determinadas doctrinas del derecho internacional privado, lo 30 que implica la aceptación de determinados principios que ahí se observan y que incluidos en la Constitución Federal pasaron a ser principios del derecho constitucional que nos rige. Es importante subrayar que esta referencia, en virtud de que en esa materia del derecho rige el principio relativo a la expresión “dará entera fe y crédito” se aplica a menos que estos actos no violen la legislación del Estado en donde pretenden eficacia; esto es, si esos actos y los derechos que de ellos derivan son en detrimento del orden público a donde se dirigen no podrán aplicarse, porque lo que necesita existir es una verdadera coincidencia entre validez de la legislación del Estado en donde se producen los derechos, y la legislación del territorio a donde se dirigen sus efectos para que opere plenamente esa expresión. Por ende, si esas doctrinas de derecho internacional privado fueron incorporadas a la Constitución Federal debe entenderse que son principios constitucionales vigentes y sobre esa base, si dentro de esas doctrinas impera el principio que establece que el reconocimiento de validez de los actos públicos, el otorgarles entera fe y crédito depende de que en esos casos no sean contrarios a la legislación y al orden público del Estado en que producirán sus efectos, debemos concluir que en el caso las entidades de la República Mexicana que contengan un concepto de matrimonio, opuesto al que prevé la legislación combatida, no estarán obligadas a reconocer la validez de los actos jurídicos que en su caso se deriven de las disposiciones materia de la litis, incluso el problema de constitucionalidad también debe resolverse al tenor de lo ordenado en el artículo 136 constitucional; esto es, que ante la ausencia de una ley reglamentaria del diverso 121 constitucional se debe aplicar la norma federal sustantiva de la institución específica como para los conflictos de leyes interfederales que surjan, lo que no sólo sería congruente con el concepto de una norma 31 supraestatal para la solución de los conflictos de normas, sino además daría seguridad jurídica al dar uniformidad al problema conflictual en todo el país. Por último, a fojas ciento setenta y cuatro y ciento setenta y cinco, el proyecto desconoce de nuevo la esencia de lo aducido en la acción de inconstitucionalidad, pues afirma que no es posible el análisis del argumento en que se plantea el conflicto de leyes derivado del Decreto impugnado y lo supuesto en el Código Civil Federal que prevé un concepto de matrimonio diverso a lo que ahora prevé el artículo 146 del Código Civil del Distrito Federal, por lo que concluye a fojas ciento setenta y cinco que con el argumento que se hace valer, se hace depender la constitucionalidad de la norma en razón del posible conflicto en la aplicación que de las leyes secundarias pudiera darse entre el Código Civil Federal y el Código Civil para el Distrito Federal, pero no por considerar en ese aspecto una discrepancia con la Constitución Federal. La anterior, es una conclusión nada afortunada, que ignora que un problema de constitucionalidad de leyes sí puede ser planteado en los términos expuestos, toda vez que si bien se aduce una contradicción de normas de carácter federal y local, también lo es que el argumento no se limita a esa circunstancia, sino que esa confrontación provoca violación a lo dispuesto a los artículos 14 y 16 constitucionales, concretamente a la garantía de seguridad jurídica en franco perjuicio de los gobernados, planteamiento de inconstitucionalidad que por cierto es de uso muy común en los medios de control de constitucionalidad de los que conoce esta Suprema Corte, valga como ejemplo lo sustentado por la Primera Sala en la tesis “INCONSTITUCIONALIDAD que DE lleva el LEYES. rubro EL siguiente: PROBLEMA PLANTEADO DEBE RESOLVERSE CON INDEPENDENCIA DE QUE SE CONFRONTEN NORMAS SECUNDARIAS, SI LO QUE 32 EN REALIDAD SE PRETENDE ES DEMOSTRAR UNA VIOLACIÓN A LA LEY FUNDAMENTAL”; y también “AMPARO CONTRA LEYES. LA CONSTITUCIONALIDAD DE ÉSTAS PUEDE DERIVAR DE LA CONTRADICCIÓN CON OTRAS DE IGUAL JERARQUÍA CUANDO SE DEMUESTRE VIOLACIÓN A LA GARANTÍA DE SEGURIDAD JURÍDICA”. Ésta última tesis, por cierto, se motivó por una ponencia del señor Ministro Valls Hernández. Yo pienso que la consulta debe hacerse cargo de los extremos apuntados y también quiero que se piense que al remitir el artículo 121 constitucional en cuanto a la regulación de las bases para proveer los actos públicos, registros y procedimientos judiciales, así como sus efectos de un Estado miembro de la Federación respecto de los demás Estados, a leyes generales, debe entenderse que alude a leyes federales, concretamente al Código Civil Federal, por las siguientes razones: Por razones de orden histórico, en virtud de que la primera parte del artículo 121 constitucional, como dije, tiene su origen en el artículo 4º de la Constitución de Estados Unidos de Norteamérica, sistema en el cual las leyes generales corresponden a las leyes federales del sistema jurídico mexicano, no existe allá un distingo como el jurisprudencial que tenemos nosotros, para ellos una ley general es una ley federal y son expedidas por el Congreso Norteamericano para regir en todo el territorio conforme a lo establecido en los artículos 1º, Octava Sección, que enumera las facultades del Congreso Federal; 4º. Que habla de federalismo; 6º. Que habla de la supremacía de la Constitución Federal y las Enmiendas; 10º. Facultades de los Estados y reserva de Poderes; y 14. Debido proceso y cláusula de igualdad. De los que deriva el régimen de estados federados, libres y soberanos sujetos al Pacto Federal. 33 Esto es, existe en el país, al igual que en el nuestro un régimen federal y el local, pero se denominan leyes generales las que rigen en todo el territorio nacional, lo que coincide con lo que nosotros denominamos leyes federales, no así las leyes generales en tanto cuanto que en el país vecino no distinguen entre generales y federales. Por tanto, cuando el artículo 121 de nuestra Constitución alude a leyes generales, no lo hace bajo la misma acepción que en otras disposiciones de esa Ley Suprema, sino bajo la acepción de leyes federales. Debo destacar, que en los Estados Unidos los problemas interfederales relacionados con el matrimonio, se resolvieron mediante una ley de carácter federal, la Ley para la Defensa del Matrimonio “Defensor Mariage” que dispone que las entidades federativas no tienen obligación de reconocer la validez de matrimonios entre personas del mismo sexo, celebrados en Estados en donde se contempla ese tipo de actos. Así, en esa Nación, con esa ley se logró preservar la libertad de cada Estado de legislar sobre la materia y la soberanía que cada uno de ellos tiene, que implica que no tengan la obligación de dar efecto en su territorio a las leyes locales de otros Estados, que sean contrarias a su propia regulación, como en efecto existen cinco o seis estados que tienen una regulación diferente a los demás que prevén que el matrimonio es heterosexual. La regulación de este tipo de actos en los Estados Unidos, es un claro ejemplo de los conflictos que suscitan situaciones como la que ahora analizamos; de ahí la necesidad de que se observe lo dispuesto en el artículo 121 constitucional y el orden público que el régimen Federal ordena, lo que solamente se puede lograr 34 precisando que los estados de la Unión no pueden introducir reformas a su legislación, que atenten contra los estándares constitucionales que dan armonía a la Federación. También es importante señalar que al igual que como se hizo en los Estados Unidos, en la Unión Europea se han suscitado diversos conflictos de leyes como consecuencia de la diversidad de legislaciones que no permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo y que lo regulan bajo la figura de “uniones civiles”, frente a aquellos países que expresamente lo reconocen, supuesto en el cual se ha advertido que la regla general será la ausencia de eficacia de esos matrimonios, por lo que la doctrina debate esta cuestión frente a las implicaciones que tiene sobre la figura de la familia y la libre circulación de personas. De ahí que ya se plantea una solución futura consistente en la unificación de normas europeas de derecho internacional privado en materia de derecho de familia. Segundo. Conforme a los criterios de la Suprema Corte, las leyes generales del orden jurídico nacional, son aquéllas que establecen las bases sobre las cuales las entidades federativas deben emitir su legislación para cumplir los objetivos trazados en las mismas leyes, también conocidas como “leyes marco”, por delimitar el campo de su regulación. En este contexto no debe entenderse la acepción de leyes generales utilizada en el artículo 121 constitucional, como ley general en el sentido del derecho positivo mexicano, sino como su relativo al derecho norteamericano que tuvo su origen inequívocamente; es decir, como las leyes de naturaleza o jurisdicción federal. 35 Ahora bien, a pesar de que el primer párrafo del artículo 121 constitucional hace referencia a la facultad del Congreso de la Unión para expedir leyes generales que pormenoricen las reglas contempladas en esta disposición, no existen esas leyes generales, por lo que los conflictos de leyes de carácter interfederal pueden ser resueltos como lo propone el proyecto, mediante la aplicación del Código Civil Federal, ya que es el ordenamiento que rige en toda la República en asuntos del orden federal, y en el caso, los conflictos de leyes a que alude el actor en la demanda, son de carácter interfederal entre entidades federativas, además de que regula las cuestiones del estado civil aplicables en toda la República en asuntos federales, conforme a su artículo 1º, y porque su contenido lo es precisamente el derecho común al que se acude para subsanar o suplir las omisiones legislativas. Sobre esa base, tal y como lo reconoce la consulta, para la solución de los conflictos de leyes que surgen como consecuencia de la emisión del Decreto impugnado frente al resto de los códigos civiles tanto de la Federación, como del resto de las entidades federativas que regulan el matrimonio como aquél celebrado entre un hombre y una mujer, se debe de observar lo dispuesto en el Código Civil Federal, que en sus artículos 12, 13, 14 y 15, establece las reglas para la solución de esos conflictos, pero fundamentalmente es de observarse la regla prevista en el artículo 15, fracción II, que establece que no se aplicará el derecho o el resultado de su aplicación, cuando sean contrarios a principios o instituciones fundamentales del orden público mexicano, sin que sea óbice que esas disposiciones aludan al derecho extranjero, pues finalmente su contenido corresponde a principios del derecho internacional privado, incorporado a nuestro Texto Constitucional en las cinco fracciones que conforman el artículo 121. 36 En la primera sección del Código Civil Federal de mil novecientos veintiocho, la cual se denomina “Disposiciones Preliminares”, se establecen veintiún artículos los cuales tienen la finalidad de servir como base para una correcta interpretación y aplicación del ordenamiento jurídico en cita. Sin embargo, los supuestos y consecuencias previstos en dichos numerales, supera los límites de la materia civil, pues tiene relación con cualquier materia jurídica, por lo que a dichos artículos en doctrina se les conoce como derecho sobre derecho, es decir, más que encaminados a normar la conducta de los seres humanos en el ámbito civil, tienen como finalidad regir la operatividad del sistema jurídico nacional. Las disposiciones preliminares en análisis regulan entre otras las reglas de iniciación y terminación de las normas generales, los límites de la autonomía de la voluntad, el derecho aplicable en caso de conflicto, aquí reitero, artículos 12 a 15, cuestiones que son fundamentales para el orden jurídico nacional. Ahora bien, el tema que nos ocupa, esto es, la aplicación del Código Civil Federal, en relación con lo prescrito por el artículo 121 de la Constitución Federal; es decir, la forma en que se reconocerán los actos públicos, registros y procedimientos válidamente celebrados en una entidad, debemos de señalar que los Congresos locales de las entidades que forman la Federación mexicana, carecen de facultades para regular el reconocimiento de dichos actos, registros y procedimientos, pues está expresamente reservado al Congreso Federal, a través de leyes generales, se dice, pero son federales como ya lo determinamos. Ahora bien, hemos venido hablando del orden público, ¿qué ha dicho la Suprema Corte, cuál es el contenido del orden público? 37 Tomo esta definición derivada del informe anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de dos mil nueve, Informe de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, que ha acogido la Corte y que dice lo siguiente: “El orden público son las condiciones que aseguran el funcionamiento armónico y normal de las instituciones sobre la base de un sistema coherente de valores y principios”. De momento, mi exposición la concreto a esto. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señora Ministra Sánchez Cordero. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Gracias señor Ministro Presidente. Señora Ministra y señores Ministros, me voy a concretar únicamente al tema propuesto que es el análisis del artículo 146 del Código Civil del Distrito Federal, a la luz del diverso 121 de la Constitución Federal. Por lo que hace, desde mi óptica personal, al argumento de invalidez que el Procurador General de la República hace valer, respecto del artículo 146 del Código Civil para el Distrito Federal, en cuanto lo considera violatorio. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Así es. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Del diverso 121 de la Constitución Federal, quisiera manifestar de inicio mi coincidencia con la decisión a la que arriba el proyecto, en cuanto a que el referido precepto legal en sí mismo, no vulnera las garantías de legalidad y seguridad jurídica. 38 En efecto, el matrimonio como figura, se encuentra sujeto a diversas disposiciones legales que brindan precisamente la certidumbre necesaria tanto en su celebración como en los efectos jurídicos que produce, de tal manera que el concepto de matrimonio que se contiene en la norma impugnada, en modo alguno, desde nuestra óptica, transgrede los artículos 14 y 16 de la Constitución Federal. Por otra parte en cuanto a los argumentos que hace valer el Procurador referentes a: Primero: Que el concepto de matrimonio establecido en el numeral impugnado, vulnera los principios de seguridad jurídica, legalidad y de carga desmedida para el propio gobernado. Segundo. Que lo anterior se origine en atención a que conlleva que en las entidades federativas deben tener validez los matrimonios, los concubinatos y adopciones que se realicen por personas del mismo sexo, lo cual, a decir del propio Procurador es contrario al artículo 4º constitucional y, por ende, contravienen los esquemas normativos de cada Estado violentando con ello el Pacto Federal. Tercero. Que por ello, si las leyes expedidas por las legislaturas estatales resultan contrarias a los preceptos constitucionales deben prevalecer las disposiciones de la Norma Fundamental y no las de las leyes ordinarias. Cuarto. Que es necesario diferenciar el mandato constitucional del artículo 121, por lo que hace a los actos civiles de los Estados, ya que si bien ordena dar reconocimiento de validez, no implica la viabilidad jurídica de otorgarle efectos, si en la legislación local de determinada entidad federativa, el acto civil determinado está expresamente prohibido o es incompatible con el previsto en las leyes del otro Estado, que son los cuatro argumentos torales en esta materia del Procurador General de la República. Desde mi perspectiva, estos argumentos al haber sido formulados como una consecuencia necesaria de la inconstitucionalidad 39 alegada por el Procurador, resultan infundados igualmente por la calificación que este Pleno le ha dado al artículo impugnado. No obstante, considero necesario, aunque ya lo hace el proyecto, abonar algunos argumentos que de considerarlo el ponente pudieran consolidar la respuesta puntual que ya se le da al argumento de una presunta violación al artículo 121 constitucional, aun cuando –a mi juicio– el promovente parece quejarse del contenido del precepto constitucional; es decir, de la obligatoriedad que prescribe para las entidades federativas en materia de reconocimiento de los actos del estado civil de las personas, lo cual a su parecer genera un conflicto entre las competencias de los Estados con la del Distrito Federal. En efecto, en primer término hay que destacar que a través de este medio de control constitucional no es jurídicamente posible, en principio, estudiar cuestiones relacionadas con aspectos competenciales, puesto que del análisis que en abstracto se haga de una norma general no necesariamente pueden desprenderse esos aspectos, sino que en todo caso serían las cuestiones de aplicación de la norma las cuales eventualmente pudieran generar una transgresión. Ahora, del análisis concreto de los argumentos del Procurador, me adhiero a la convicción a la que ya arriba el proyecto, de que son infundados, puesto que están insertos en el esquema del sistema federal que nos rige como nación. Efectivamente, es importante comprender que las entidades federativas son libres y soberanas en todo lo concerniente a su régimen interior, pero gozando de una independencia limitada, en pro de ello son las facultades que las entidades federativas tienen reservada, esencialmente en materia legislativa. 40 Así, en un sistema federal encontramos diversos entes encargados de la producción normativa, lo cual nos lleva a que no se dé una verdadera uniformidad en las normas que las entidades federativas expiden para regular materias a ellos reservadas; presentándose con ello una multiplicidad de criterios normativos que deben ser armonizados y regulados por la legislación que los propios entes territoriales promulguen al respecto, correspondiendo a la Federación únicamente expedir las bases a las que deberán sujetarse, la manera de probar los actos a los que se refiere el mencionado artículo, con lo que las facultades de la Federación a este respecto se reducen –desde nuestra óptica personal– a una cuestión meramente adjetiva. Lo anterior, es la razón de ser del artículo 121 de nuestra Constitución Federal, puesto que a través de él se disponen facultades para la expedición de las normas necesarias para la armonización adjetiva de los actos que ahí se determinan. En efecto, el primer párrafo de dicho numeral recoge un principio, el principio de entera fe y crédito de los actos públicos, registros y procedimientos judiciales, atribuyéndole al Congreso Federal únicamente la atribución necesaria para establecer la manera de probar dichos actos, registros y procedimientos. Ahora, en el caso cobran especial relevancia las reglas que al efecto establecen las propias fracciones I y IV del numeral 121 constitucional, a saber; I. Las leyes de un Estado sólo tendrán efecto en su propio territorio y por consiguiente no podrán ser obligatorias fuera de él; y IV. Los actos del estado civil ajustados a las leyes de un Estado, tendrán validez en los otros. De la primera fracción podemos desprender una prohibición de extraterritorialidad de la validez de las normas que expidan en un Estado de la 41 Federación respecto de otro, lo cual nos lleva a señalar en forma irrefutable e indudable, que el artículo 146 del Código Civil para el Distrito Federal sólo tiene efectos y obligatoriedad en ese territorio, mas no así en uno diverso. Lo anterior me lleva a confirmar el punto de vista que expresé en la sesión pasada en el sentido de que la decisión de avalar la constitucionalidad del texto del artículo 146 del Código Civil capitalino, no obliga a los Estados a adoptar una medida legislativa idéntica o similar. Por otra parte, la regla contenida en la fracción IV del referido artículo 121 de la Norma Fundamental, referente a que los actos del estado civil que se encuentran ajustados a las leyes de un Estado, tendrán validez en los otros, implica el reconocimiento pleno de que todo acto del estado civil como puede ser el relativo al nacimiento, reconocimiento de hijos, adopción, matrimonio, divorcio y muerte que se celebre cumpliendo con las formalidades contenidas en la ley local, será válido en las demás entidades federativas, regla que de suyo, parece no tener ninguna complicación. Sin embargo, considero al igual que lo hace el proyecto, que para ello es necesario diferenciar entre la validez de un acto del estado civil de las personas y ejecutar la validez o los efectos de un acto del estado civil. Comparto la diferenciación que se hace en el proyecto en ese sentido, en tanto que dar validez a un acto del estado civil, consiste únicamente en el reconocimiento de validez de dicho acto, sin tener mayores implicaciones o consecuencias, en tanto que la ejecución de dicho acto o sus efectos, eventualmente, eventualmente, conllevaría a una práctica extraterritorial no sólo de la institución civil sino también de las leyes sustantivas. En esa medida, al establecerse en el artículo 121 fracción IV de la Constitución Federal que en los Estados se dará plena validez, esto es, que se reconocerá la validez de los actos referentes al estado civil de las personas entre ellos el matrimonio, es que se impide una inseguridad jurídica generalizada como lo 42 afirma el Procurador, puesto que evita que los sistemas jurídicos locales se puedan extender más allá de su propio territorio o jurisdicción, estableciendo una serie de principios o reglas necesarios para que además de evitar que los efectos de las leyes locales se propaguen hacia otras entidades federativas, permitan sí, una armonización de dichos sistemas jurídicos. Con ello a mi juicio, se responde plenamente como lo hace el proyecto, al argumento del Procurador relativo a la seguridad jurídica. Por lo anterior, si consideramos al matrimonio como un atributo de la persona vinculado con el estado civil que decide guardar y que lo acompañará hasta la disolución de tal vínculo en los actos jurídicos que decida realizar a lo largo del territorio nacional, no es dable considerar que el matrimonio entre dos personas del mismo sexo que se lleve a cabo en el Distrito Federal conforme a la legislación civil aplicable, en modo alguno genera una intromisión indirecta con las demás legislaciones que no tienen prevista tal modalidad y por ello no se contraviene el artículo 121 de la Constitución Federal, ni se genera un caos jurídico entre las legislaciones federales y las estatales con la de la ciudad capital. Lo anterior, en razón de que el matrimonio celebrado en el Distrito Federal entre personas del mismo sexo, se encuentra apegado a la legislación capitalina que es constitucional. Finalmente, también quiero señalar que comparto la decisión del proyecto en lo que hace a la contestación del argumento del accionante, en cuanto aduce la existencia de un supuesto conflicto de leyes entre la impugnada y el Código Civil Federal, en el cual según su dicho, el matrimonio sólo puede celebrarse entre un hombre y una mujer, ya que los artículos relativos utilizan el término marido y mujer, un posible conflicto de aplicación de normas, el cual no constituye un aspecto propio de constitucionalidad en la norma combatida, por lo que no resulta procedente su análisis en este medio de control. 43 Con todo lo expuesto señora Ministra, señores Ministros, mi voto en esta parte será con el proyecto en el sentido que lo propone. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Cossío. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Muchas gracias señor Presidente. Creo que el primer tema que tendremos que ver es si efectivamente analizamos de forma directa lo establecido en el artículo 121, o lo vamos soslayando para analizarlo conforme a las garantías de seguridad jurídica, como lo hace el proyecto. Creo que el artículo 121, lo debemos analizar de manera directa, el proyecto, y en esto tiene razón hacerlo así, no lo analiza de forma directa porque no está planteado entre los preceptos violados; sin embargo, atendiendo a lo dispuesto en el artículo 49, y en el 71 de la Ley Reglamentaria, que creo que es la cuestión efectivamente planteada en el 49, y en el 71, la posibilidad de declarar en acciones de inconstitucionalidad la invalidez a partir de otros preceptos, creo que valdría la pena, insisto, que más que irlo llevando hacia el 14 y el 16, nos enfrentáramos directamente a este precepto, creo que tal como lo estaba planteando el señor Ministro Aguirre. Y si ustedes ven en la página ciento sesenta y tres del proyecto, dentro del Considerando Séptimo que empieza en la ciento cincuenta y nueve, dice: “Que el accionante más bien parece cuestionar lo establecido en el artículo 121, todo lo cual conduciría en principio a declarar inatendible al presente concepto, se juzga conveniente entrar al análisis del mismo dada su repercusión sobre las garantías de legalidad y seguridad jurídica que se invoca”. 44 Más adelante, en el propio proyecto se nos dice que por cuanto hace al contenido de la fracción IV, del artículo 121, dice: “Sin embargo, el problema se presenta cuando una institución civil que se desea validar no existe en el ordenamiento jurídico donde se desea aplicar, o bien es contraria al régimen respectivo”. Para concluir lo siguiente: “Así, podemos destacar que el artículo 121 establece una serie de medidas que contrario a lo manifestado por el accionante impiden la actualización, etcétera”. Esto es como se ha desarrollado, es precisamente el contenido del artículo 121 de la Norma Fundamental que evita que los sistemas jurídicos locales, se puedan traslapar o extender más allá del propio territorio, etcétera”. Entonces, insisto, creo que la cuestión efectivamente planteada en la demanda es lo relativo, lo concerniente al tema del artículo 121, y sobre eso quisiera hacer algunas consideraciones por si este es el caso y si se tratara de complementar la respuesta que le damos al Procurador General de la República en torno a este concepto de invalidez. Creo que lo que ha planteado esta mañana el Ministro Aguirre, en torno al artículo 121 es de una extraordinaria importancia, y me parece que es una de las primeras ocasiones en que esta Suprema Corte de Justicia se enfrenta integralmente al tema. Es verdad hay precedentes, y ahora los voy a mencionar, de la Segunda, de la Cuarta, de la Quinta Época, pero en realidad son precedentes muy aislados que atiendan a problemas extraordinariamente particulares. Creo entonces que sí vale la pena hacer una consideración de mayor calado sobre este mismo precepto, por una parte, y por otro 45 lado, también de una buena vez establecer las diferencias que existen en el derecho estadounidense y el nuestro, porque son muchas, no sólo en la formulación de los textos, que tiene algunas implicaciones entre un podrá y un deberá, sino sobre todo en el desarrollo jurisprudencial y en el desarrollo legislativo de los Estados integrantes de la Federación en uno y en otro país. Al igual que el Ministro Aguirre, yo tuve también la oportunidad de consultar el artículo de don Eduardo Trigueros, me imagino que muchos de nosotros lo hicimos, y me pareció un artículo realmente muy notable, escrito ya hace varios años, en el cuarenta y seis, me pareció un artículo realmente importante en cuanto nos va llevando a una historia no sólo constitucional, sino también legislativa, doctrinal y jurisprudencial de lo que este mismo precepto establece. Sin embargo, de la lectura que encontré o de la forma en que leo el artículo de don Eduardo Trigueros, que insisto me parece, llego a conclusiones completamente diferentes a las que en su momento nos planteara, insisto, con gran interés para mí, el señor Ministro Aguirre. Creo que lo que nos está diciendo el maestro Trigueros, o nos decía, es que efectivamente, en el artículo 121, en el artículo 145, perdón, de la Constitución de veinticuatro, tomamos el texto, él no encuentra grandes explicaciones; en cincuenta y siete lo reprodujimos y en diecisiete, sin haberse dado una discusión, lo único que tenemos es el dictamen de la Segunda Comisión, lo que encontramos es la incorporación de las fracciones, y esto me parece que hace una diferencia absolutamente notable entre el texto de los Estados Unidos y el texto nuestro, por un lado a nivel de texto. Y por otro lado, como también lo decía Elisur Arteaga en su libro, buena parte de lo que recoge el texto de mil novecientos diecisiete, 46 es el resultado de las jurisprudencias, yo encontré una de la Segunda y otra de la Cuarta Época, donde precisamente se estaban planteando temas muy delicados en cuanto a reconocimiento de títulos profesionales; es decir, me parece que -e insisto, es una hipótesis- porque no hay ninguna discusión sobre el particular, se aprueba por unanimidad este artículo en una de las sesiones finales del Congreso de enero de diecisiete, no hay tampoco ninguna consideración en el dictamen de la Segunda Comisión, todo se reduce al 115, es decir, no hay mayores explicaciones. En el Informe Carranza tampoco hay ninguna consideración al respecto, me parece que lo que finalmente estamos estableciendo, no es sólo la competencia específica de la Federación a través del Congreso de la Unión para legislar en estas materias, sino más bien una reiteración de los criterios, de las obligaciones que tienen que adoptar los Estados de la Federación para reconocer los actos, leyes, normas, etc., procedimientos procedentes de otros Estados de la Federación; es decir, no veo que sea esta consideración que se está haciendo, y está el libro de Ramón Rodríguez, está el libro de Eduardo Ruiz, están las tesis que he mencionado y una gran cantidad de material del que habla Eduardo Trigueros en su trabajo y algunos otros que hemos podido consultar, Montiel y Duarte, etc., los autores de la época. No me parece que el Constituyente haya dicho voy a establecer estas reglas para que el Congreso de la Unión sepa lo que tiene que hacer, sino me parece que está estableciendo las bases generales a partir de las cuales tienen que actuar las Entidades Federativas, es decir, es un abundamiento específico, por la forma en la que había venido operando el sistema mexicano con anterioridad al Constituyente del diecisiete. En una de las tesis, la última, que es del veintiocho de junio de mil novecientos dos, dice como tesis: “LIBERTAD DE ENSEÑANZA. Si la Constitución prescribe, se da entera fe y crédito a los 47 actos públicos pasados en los diferentes Estados que componen la República, los títulos profesionales expedidos en cualesquiera de ellos, autorizan al que los obtuvo para ejercer libremente su profesión. Este ejercicio no puede impedirse sino violando las garantías de los artículos 3º y 4º de la Constitución”. Evidentemente la de cincuenta y siete; entonces, yo creo que aquí la cuestión es, al leer el artículo nuevamente desde esta clave, que es conforme a la cual voy a votar: “En cada Estado de la Federación se dará entera fe y crédito a los actos públicos, registro y procedimientos judiciales de todos los otros”. -y ahí hay un punto y seguido- Es decir, aquí lo que se está estableciendo es un imperativo claro para que los Estados de la Federación en este sistema federal nuestro, reconozcan, le den validez a actos públicos, registros y procedimientos judiciales. Yo creo que también aquí el artículo de don Eduardo Trigueros en la diferenciación de actos públicos, registros y procedimientos es muy, muy buena, ahí se mete a una discusión sobre actos, actas, una gran cantidad de cuestiones que son, me parece de la mayor importancia, y a mi parecer los trata con una gran pulcritud en este mismo sentido. Luego viene el punto y seguido: “El Congreso de la Unión por medio de leyes generales prescribirá la manera de probar dichos actos, registros y procedimientos y el efecto de ellos, sujetándose a las bases siguientes”. Sí, pero es una obligación que el Congreso de la Unión ejerce sobre el mandato de reconocimiento de entera fe y crédito, no es una cuestión aislada como una competencia, que empezáramos a leer el artículo a partir del “Congreso de la Unión”, ahí tendría sentido esta interpretación en donde se dice: “Todo está delegado para que el Congreso establezca las condiciones”. Más bien es: el Congreso legislará sobre estas cuestiones, a partir del reconocimiento específico, y la fracción IV, cuando dice: “Los actos del estado civil, ajustados a las leyes de un Estado, tendrán validez 48 en los otros”. Ésta me parece que es la cuestión importante en este mismo sentido. Qué es lo que encuentro y que este me parece el problema central de este asunto que somete a nuestra consideración el señor Ministro Valls, que el problema se da en un conflicto que se va ir dando caso por caso y que en este momento me parece sumamente complicado determinar la inconstitucionalidad de los preceptos impugnados del Código Civil para el Distrito Federal con base en situaciones hipotéticas que se pueden llegar a presentar en el futuro, ésta es mi preocupación. Si en el Estado “x” o en el Estado “y” se dice algo sobre la condición matrimonial, sobre la adopción, sobre el registro de los menores, sobre alimentos, patrias potestades, etcétera, creo que eso no genera de suyo una inconstitucionalidad, cuando se genere una situación particular en ese Estado que dificulte los efectos de los matrimonios entre personas del mismo sexo o de las adopciones si fuere el caso, que lo vamos a discutir en un rato, sobre estas personas, creo que eso es un tema donde las personas en concreto tienen que venir a plantearnos sus alegatos por razones de discriminación, allí sí como un juicio de amparo y derechos fundamentales por razones de falta de igualdad, por razones de matrimonio, yo que sé, por lo que cada quien estime que esa norma le viola, pero en este momento plantearnos el problema de la inconstitucionalidad de los preceptos a la luz del sistema desde la óptica del artículo 121 o de la del 14 o la del 16 realmente me parece muy complicado. Yo a final de cuentas ¿por qué voy a votar? Por la constitucionalidad, por supuesto en lo que se refiere al 14 y 16 por las razones que básicamente da el proyecto del Ministro Valls, pero por lo que se refiere al 121, que creo que lo podemos introducir como cuestión efectivamente planteada tanto por los artículos 49 como el 71 de la Ley Reglamentaria, creo que a final de 49 cuentas es porque este sistema no genera una situación inadecuada, no genera una situación inconstitucional, no se viola ningún precepto de la Constitución en la medida en que el Distrito Federal establezca una ley y genere actos –y está muy bien esto de la distinción que hacía la Ministra Sánchez Cordero- establezca una ley para el Distrito Federal y genere actos del estado civil que evidentemente van a tener repercusiones en otras entidades federativas tal como acontece con cualquier otro acto del Registro Civil en nuestro país. Creo que este es el tema central, yo de verdad ni por las razones específicas que se puedan ir dando en el futuro ni por esta razón general de conocimiento del artículo 121 puedo entender cómo estos preceptos del Código Civil del Distrito Federal generan una cuestión inconstitucional. Creo que sí vale la pena hacernos cargo de la interpretación del 121 ─insisto─ empezar con el imperativo que se da en la primera parte y hasta el primer punto y seguido, después entender que las reglas que se establecieron en 1917 que no estaban evidentemente en 1824 ni en 1857, son de una extraordinaria importancia y que lo que hacen es impedir precisamente que el Congreso de la Unión a nombre de la Federación establezca las disposiciones tal como le parezcan adecuadas a él. Tiene también razón el Ministro Aguirre cuando dice que en los Estados Unidos hay variaciones y ahí no se considera ─como creo es en el caso nuestro─, la posición del Estado o entidad emisora de los actos sino la posición prevalente de la entidad receptora de los actos, ahí sí se pueden desconocer, pero me parece que esto históricamente, constitucionalmente, doctrinalmente, jurisprudencialmente, es ir en el camino exactamente inverso al que nosotros tenemos, yo hasta ahora no he encontrado en la doctrina alguien que me diga qué es la posición prevalente del receptor frente a la del emisor, ─por usar estas expresiones─, la que debe darle una prevalencia a los actos. Es precisamente por esta 50 interpretación histórica que hemos ido construyendo, con todos sus altibajos y todas sus complicaciones a lo largo de los tiempos en este país, que prevalece la posición del Estado emisor del acto para justamente lograr que los Estados receptores -por seguir con esa terminología- acepten la validez de los actos del Registro Civil que está generándose. No me meto con ninguna otra de las fracciones, estamos tratando un tema concretísimo de Registro Civil y a ese tema exclusivo me limito. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Fernando Franco. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Gracias señor Presidente. Han sido muy sugerentes las intervenciones anteriores y las suscribiría en la parte del marco que han dado para este problema. También considero que el enfoque debe ser respecto del artículo 121 y me parece fundamental por las razones que aquí se han expresado ya, que lo veamos desde ese ángulo. Difiero con algún matiz de alguna de las afirmaciones, porque a mí se me generó y me sigue generando cada vez que acudo a la doctrina y a nuestros precedentes jurisdiccionales, porque ni la doctrina ni los precedentes son razonablemente uniformes, ha habido una serie de decisiones –como lo mencionó el Ministro Cossío– a lo largo del tiempo desde la Quinta Época –aquí también traigo todas las tesis– y la verdad es que no hay una línea única dentro de los precedentes jurisdiccionales, la doctrina tampoco es uniforme –por cierto– el tema se remonta más allá de la Federación, se remonta a la propia Confederación en Estados Unidos porque es un problema que surge de la unión de entidades que se 51 consideraba tenían ya su propia autonomía y que se tienen que reunir, y surgió el problema de qué iba a pasar con los actos del estado civil, en este caso del estado civil, también con los de comercio, etcétera, de ahí nace, y también quiero partir de una afirmación, me parece que el problema que enfrentamos en este Pleno también es que ni nos sirve la doctrina ni la jurisprudencia norteamericana ni la previa para resolver este problema. Creo que es importantísimo que lo veamos en sus términos y tratemos de construir una solución a la luz del presente caso. Yo no sé si – comparto prácticamente todo lo que dijo el Ministro Cossío– no sé si nos podamos quedar nada más hasta ahí o tengamos que ir un poco más allá –y ahorita voy a explicar por qué–, pero quiero referir el marco en este momento sobre el cual voy a abordar el tema. Creo que el punto fundamental es el sistema federal, a partir de ahí surge este problema y a partir de ahí hemos tratado de resolverlo, y lo resolvimos en el Siglo XIX efectivamente y hasta la Constitución del diecisiete con un precepto prácticamente idéntico al norteamericano, pero yo por lo menos no encontré muchos precedentes que nos orientaran sobre cómo se fue aplicando, ni tampoco la doctrina –vuelvo a insistir– fue uniforme durante ese tiempo. Efectivamente en el Constituyente de diecisiete no hay nada que nos pueda ilustrar. El maestro Trigueros señala, como aquí se ha mencionado, que en el diecisiete surgen las fracciones del artículo y que no se tiene conocimiento exactamente de dónde surgieron, es real; es decir, si uno revisa los antecedentes, ni en las discusiones ni en los dictámenes se encuentra nada. Yo encontré una cosa curiosa –nada más la menciono- es una tesis de un señor William Edelman que se llama: “Full faith and credit” en los conflictos de leyes del sistema federal en donde le atribuye la autoría por una revista que escribió al Constituyente Macías, pero lo que quiero sustentar con esto es que me parece que todo esto es poco 52 importante en este momento para la definición que tenemos que tomar y que tenemos que construir en este Pleno. Partiendo de la base de que es el régimen constitucional el que establece este problema y evidentemente se le ha dado la solución que tenemos hoy constitucionalmente en el 121, yo no puedo perder de vista que estamos frente a Estados que son –yo lo he venido reiterando- aunque se les llame autónomos, yo he sostenido que el concepto de soberanía interior de los Estados tiene un sentido, y aquí me parece que cobra una entidad muy especial; quiere decir que en una Federación en donde en realidad hay una unión de Estados, más allá de si nosotros éramos un régimen centralista, porque yo creo que después de casi doscientos años de régimen federal, poco menos, ciento ochenta y seis, para tratar de ubicarlo en tiempo, ya ese tema es irrelevante, somos una Federación, y consecuentemente nos debemos regir por los principios fundamentales del federalismo y nuestra Constitución sigue señalando que los Estados son soberanos en su régimen interior. Evidentemente esto siempre y cuando no contradiga lo dispuesto en el Pacto Federal. El 121 no puede tener una lectura más que a la luz de este sistema federal, y como ya se ha mencionado aquí, el problema está en la mezcla tan peculiar de supuestos constitucionales que se incorporaron al artículo, la primera parte del 121 –que ya fue leída no la repito- aparentemente daría un absoluto para este Poder, “En cada Estado se dará entera fe y crédito a los actos públicos, registros y procedimientos de todos los demás”; sin embargo, en la segunda frase, en el punto y seguido, establece una condición: “El Congreso General —y ésta es una diferencia de las normas del Siglo XIX que le daban una facultad potestativa al Estado y que en mil novecientos diecisiete se volvió obligatoria por la redacción del precepto— dice: “El Congreso de la Unión por medio de leyes generales prescribirá la manera…” de hacer tal cosa. 53 Anteriormente, en el Siglo XIX decía copiando la redacción de la Constitución norteamericana, que podría prescribir dejándole una potestad al Congreso. El Congreso, lo sabemos, nunca lo ha hecho y consecuentemente esta Corte está obligada a interpretar directamente a la luz del artículo 121 cuál puede ser el alcance de una disposición como la de la Sala y por eso me sumé y así venía mi posicionamiento de que teníamos que verlo a la luz de este precepto precisamente. Si estamos a la primera fracción, también parecería que hay un absoluto y no habría duda: “Las leyes de un Estado sólo tendrán efecto en su propio territorio y por consiguiente no podrán ser obligatorias fuera de él…” Aquí si estuviéramos a esta primera fracción, pues evidentemente no podría tener ningún efecto fuera de la circunscripción territorial de las Entidades; sin embargo, hay un segundo supuesto absoluto: “Los actos del estado civil ajustados a las leyes de un Estado tendrán —y usa el concepto validez— en los otros”. Si el primer párrafo dice que el Congreso de la Unión por medio de leyes generales debería, estaría obligado a señalar cómo se prueban dichos actos del Registro Civil y el efecto de ellos, y no lo tenemos, nos vemos obligados a tratar de encontrar una solución a este problema que el Congreso no ha resuelto y que probablemente por la complejidad del artículo y de lo que implica, se ha abstenido de hacerlo, precisamente para evitar vulnerar la soberanía de los Estados, por lo menos ésa es mi impresión personal. ¿Cómo veo yo el asunto? Evidentemente los actos nacidos constitucional y legalmente válidos respecto del estado civil de las personas en cualquiera de las Entidades —no voy a hablar de Estados, ya aquí voy a incorporar el concepto de Entidades, sea 54 Distrito Federal o Estados— debe ser válido y considerado válido; el problema para mí es qué efectos produce en el resto de las Entidades Federativas y voy muy en la línea de lo que aquí se dijo con un matiz, creo que ya este Tribunal Constitucional se pronunció por la constitucionalidad de la reforma; consecuentemente, ese tema está saldado, creo que la discusión es en vano, el punto es si analizando este concepto, eso pudiera llegar a vulnerar nuestro régimen federal; en mi opinión atendiendo a la letra del artículo 121, no lo vulnera. Ahora bien, creo que la solución está en un análisis —y aquí está mi matiz— que nos debe llevar más allá de este primer paso es: Qué efectos pueden o deben darle en el resto de las Entidades a los actos del estado civil eventualmente, que nacen en otra entidad y que —como lo señaló el Ministro Aguirre— pudieran chocar con su propia legislación. Y yo no voy a ir más lejos aquí, simplemente voy a dar la solución que el propio Ministro Aguirre mencionó que está en el Código Civil Federal, que evidentemente es de aplicación federal, aquí el Ministro Aguirre —como un día me dijo— echó un balón de futbol que nadie había visto, a la cancha, porque supuestamente ya hay un criterio del Pleno sobre la clasificación de las leyes. Y el Pleno se inclinó a diferenciar las leyes generales de las leyes federales. Lo que quiero puntualizar con esto es que yo no voy a entrar a ese debate en este momento, es una ley federal el Código Civil Federal, como su nombre lo dice y precisamente en el artículo 13 que leyó el Ministro Aguirre dice: “La determinación del derecho aplicable se hará conforme a las siguientes reglas”, y se está refiriendo a los problemas interestatales, no a los de derecho internacional o extranjero, y dice en la fracción II. “El estado y capacidad de las personas físicas se rige por el derecho del lugar de su domicilio”. Consecuentemente, me parece que aquí tenemos un principio de 55 solución claro, obviamente, y comparto la opinión del Ministro Cossío cuando se vayan presentando casos particulares, los tribunales se tendrán que ir pronunciando sobre qué se entiende por domicilio, pero aquí ya hay un principio de solución. Y simplemente quiero mencionar, como para reformar el criterio, perdón, para reforzar el criterio, lo que dice el D. F. que es muy interesante. El Código Civil del Distrito Federal vigente dice: “La determinación del derecho aplicable en el Distrito Federal se hará conforme a las siguientes reglas. Fracción II. El estado y la capacidad de las personas se rige por las leyes aplicables en el Distrito Federal”. Consecuentemente, aquí tenemos otro principio que este Pleno puede tomar en cuenta para regir el criterio que adopten y hasta aquí dejo mi intervención señor Presidente a reserva de que me permita —si es necesario— alguna otra. Muchas gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Tengo anotados a los señores Ministros Zaldívar Lelo de Larrea y don Juan Silva. Pregunto al Ministro Aguirre Anguiano si su solicitud es para aclaración o segunda intervención. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: No señor, es segunda intervención. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Entonces le ruego que. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Sí señor. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Transite la primera ronda como la he llevado. 56 SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Muy bien, sí señor. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Arturo Zaldívar. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Muchas gracias señor Presidente. Sin duda este tema de la validez y la eficacia de estos matrimonios en las dispersas entidades federativas y la interpretación del artículo 121 constitucional es quizás el aspecto más complejo, desde el punto de vista técnico constitucional al que nos vamos a enfrentar para la solución de este asunto. Como ya se dijo aquí, se trata de un precepto muy complicado, complejo, muy poco estudiado tanto por la doctrina como incluso desde el punto de vista jurisdiccional. Los artículos más emblemáticos son de hace varias décadas, se deben de manera importante a especialistas en derecho internacional privado y nuestros constitucionalistas se han ocupado poco del precepto que sin duda genera muchos problemas. Coincido con la postura de los Ministros Aguirre, Cossío y Franco en el sentido de que se requiere un análisis directo de este precepto, creo que es importante analizarlo y tomar una determinación. Lo que sí me parece es que para que este análisis no sea ocioso, nos tiene que llevar a una determinación de si este tipo de matrimonios tendrán o no tendrán validez y eficacia en los estados, porque aquí no se trata de una situación de ver cada caso en concreto. Este tipo de matrimonios entre personas del mismo sexo que han sido declarados constitucionales por esta Suprema Corte ¿serán válidos? ¿Tendrán obligación de ser reconocidos en los Estados? o no. 57 Me parece que aquí no es una cuestión de ver cada caso concreto, sino es una regla específica que deriva del 121 y lo importante es determinar cuál es la solución que creemos más conveniente. Coincido con la interpretación que ha hecho del artículo 121 el Ministro Cossío, realmente es un tema en el que me ha costado mucho trabajo tomar una determinación porque no es un tema menor, porque tenemos que estar con la vista de que estamos fijando una regla para muchos otros tipos de casos, estamos interpretando los alcances del artículo 121 constitucional. En este sentido, adelanto, comparto el criterio del proyecto en cuanto que el artículo, perdón, en cuanto que pues sí el artículo impugnado no es inconstitucional, pero me aparto de las consideraciones. Creo que es importante abundar más y fijar una clara determinación en este tema que dé seguridad jurídica a la cuestión. Cualquiera que sea ésta la solución alguna plausible es la que nos acaba de proponer el Ministro Franco en donde habría que ver después el tema del domicilio, pero habría que establecer una regla que diga que tenemos que ver el tema del domicilio. El primer punto que creo que es importante tomar en cuenta es qué estamos discutiendo, estamos analizando, y los efectos, la eficacia, la validez de actos del estado civil de las personas que esta Suprema Corte ha declarado constitucionales. No podemos en este momento establecer que estos matrimonios vulneran estándares constitucionales, porque ya nosotros hemos decidido, la mayoría que son constitucionales atendiendo al concepto de familia y al concepto de matrimonio que no es de rango constitucional; y me parece con todo respeto que el estándar común en cuanto a las legislaciones de otros Estados, no puede derivar en una inconstitucionalidad de quien hace un régimen distinto porque eso 58 alteraría el federalismo. Además, que no hay un planteamiento específico en este tipo ni creo que lo podríamos llevar por suplencia a la queja. Creo que tenemos que partir de la base de que esos matrimonios ya son constitucionales, y tenemos que analizar a raíz del 121 si su validez y eficacia se da solamente en el Distrito Federal, o tiene que ser ampliada. También coincido en que hay diferencias muy claras entre la Constitución de los Estados Unidos de América y nuestra Constitución, no solamente por los términos y por la evolución jurisprudencial del federalismo norteamericano y el nuestro, sino porque allá no se tiene una fracción IV, en donde se ordena claramente la validez de los actos del registro civil de las personas. Entonces me parece que esta es una diferencia sustancial, y que nuestro Constituyente se separó de la forma de entender este tema en los Estados Unidos. También me parece que la conceptualización de orden público, si es que la vamos a analizar como una imposibilidad de que tenga eficacia un acto del Registro Civil de otra entidad federativa, debe darse en términos del 121, no en términos de la aplicación del derecho extranjero porque en aplicación del derecho extranjero es viable, hay una homologación, una validación. El 121 no establece este tipo de cuestiones. Por otro lado, me parece que la figura del fraude a la ley, que sin duda puede presentarse, sí nos coloca aquí en una cuestión de análisis individualizado de problemas, y no en una posibilidad de establecer una declaratoria general sobre los efectos, la validez de este tipo de matrimonios. Por supuesto, que si se da una figura de fraude a la ley, ya será una cuestión concreta que tendrá que 59 analizarse por los tribunales de las entidades federativas, y en su caso, si el asunto llega al Poder Judicial de la Federación, pues se tendrá que analizar, no estamos desconociendo que se pueda dar esta figura. Por supuesto que se puede dar, y además, es muy previsible que se dé, pero a partir de esto, el fraude a la ley es un análisis de casos concretos. Otra cuestión que quizá pudiera plantearse, es si cuando el artículo 121 habla del reconocimiento de la validez de los actos del registro civil de las personas, debemos entender solamente los actos del registro civil que estaban vigentes en la época que el Constituyente dicta esta norma, o esta norma tiene que ser interpretada de manera evolutiva. A mí me parece que cuando una norma establece un mandato, se está refiriendo no solamente a los actos que en ese momento tenían esa naturaleza, sino a cualquier otro que con la evolución del derecho pueda tener el Registro Civil si es el caso al que nos estamos refiriendo, a los actos del estado civil de las personas. De tal manera que aquí ha habido evolución, en el concepto de matrimonio, en el concepto de divorcio, en las causales de divorcio, en la concepción y los requisitos para la adopción, etc. Ha venido realmente una evolución muy importante en los actos del registro civil, y no podríamos pensar que el Constituyente quiso referirse sólo a los que estaban vigentes o existían en ese momento. Refiriéndome ya propiamente al proyecto, a mí me parece que no es conveniente esta distinción entre validez y ejecutabilidad de la validez. Si un acto es válido, tiene que ser reconocido, y que sea reconocido para efectos del federalismo, es que debe tener efectos. De qué sirve que digamos que un acto es válido si no voy a reconocer sus efectos. Esta diferenciación tendría sentido, como ya lo dije antes, en derecho internacional privado cuando se trata de 60 derecho extranjero. No creo que vendría al caso, cuando se trata de interpretar el artículo 121 constitucional, porque entonces tendríamos que preguntarnos: ¿Realmente es un impedimento para reconocerle efectos jurídicos en una entidad federativa el hecho de que una institución relacionada con el estado civil no esté regulada en esa entidad o sea contraria a su régimen legal? ¿Esta eventual contradicción entre disposiciones civiles de distintas entidades federativas es un problema que no puede resolverse atendiendo a la literalidad de la fracción IV del artículo 121? A mí me parece que todos los días y sin ningún problema los Estados resuelven estos problemas reconociendo validez a actos jurídicos distintos a los que regula su legislación, pondré algunos ejemplos. Pensemos en la figura del divorcio administrativo que no está regulada en algunos Estados. No tengo conocimiento que algún Estado diga: “Yo no voy a darle validez a este divorcio porque nosotros lo estamos haciendo de otra manera y siempre es jurisdiccional”. Un caso reciente, el divorcio por voluntad unilateral de uno de los cónyuges, previsto en el Código Civil del Distrito Federal. ¿Podría darse lugar a que este divorcio no fuera reconocido por otros Estados? Lo mismo sucede tratándose de las causales de divorcio, no todas las entidades federativas prevén las mismas causales de divorcio; no creo que pudiera decirse que cierta causal de divorcio atente al orden público de una entidad federativa, y no reconocerlo. Otros ejemplos, contrarios a las legislaciones de algunos Estados, puede ser la edad para contraer matrimonio. ¿El hecho de que en algunos Estados se dé la posibilidad de que alguien muy joven 61 contraiga matrimonio implicaría que esto no tenga validez en otros Estados? Y un caso para mí paradigmático, es el tema de la adopción. En gran mayoría de los Estados se contemplan dos tipos de adopciones: la adopción simple y la adopción plena. En algunas entidades federativas ya hay adopción plena exclusivamente, pero en algunos Estados, por ejemplo Yucatán, hasta donde tengo entendido no se exige estar casados para poder acceder a la adopción plena, en cambio en Jalisco sí. ¿Esto significa que un hijo adoptivo que fue adoptado en el Estado de Yucatán no va a tener los plenos derechos en el Estado de Jalisco? A mí me parece que ésta no sería la salida, que realmente el concepto de interés de orden público no sería suficientemente fuerte para imponerse al 121, sobre todo cuando estamos en presencia de una institución que ya fue declarada constitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Esto no significa, y creo que lo hemos dicho varios reiteradamente, la Ministra Sánchez Cordero acaba de repetirlo, que las legislaciones de los Estados que no contemplan este tipo de matrimonios sean per se y en automático inconstitucionales, el debate sobre ellos tendrá que darse, si es que se da, con posterioridad; lo único que significa esta declaratoria de constitucionalidad a la luz de la fracción IV, del 121, es que estos matrimonios son válidos, y ser válidos es que deben ser reconocidos y deben de tener plenos efectos en todas las entidades del Estado Mexicano. El único límite que puede tener la libertad de configuración legislativa de las entidades federativas son los derechos fundamentales y las demás disposiciones constitucionales. ¿Si una institución es constitucional podría darse el debate cuando no ha sido definida por esta Corte? Me parece que debemos estar 62 al mandato expreso de la fracción IV, del artículo 121 constitucional, que dice: “Los actos del estado civil ajustados a las leyes de un Estado tendrán validez en los otros”, y tener validez en los otros implica que van a desplegar todos sus efectos; por ejemplo, los efectos sucesorios, los efectos que tienen que ver en su caso con los hijos, en si esta Suprema Corte aprueba la adopción, y cualquier otra cuestión que se nos pueda ocurrir, y reitero, si hay problemas de fraude a la ley tendrá que darse un análisis individualizado, pormenorizado en cada uno de estos aspectos. En este sentido yo comparto que son infundados los conceptos de validez, que también desde este punto de vista del 121 la reforma al Código Civil del Distrito Federal que analizamos es constitucional y que por mandato expreso que no tenemos ninguna manera de poderlo interpretar válidamente, desde mi punto de vista, de otra forma porque no tenemos antecedentes de diarios de debates, nuestra doctrina es más bien reducida, la Suprema Corte no se ha enfrentado a esta problemática de manera importante como para poder dotar de sentido un mandato expreso de la norma constitucional, que además a mí me parece que es armónico al sistema federal, no pretende ninguna de las entidades, determinar la validez de los matrimonios de otro Estado, lo que estamos diciendo es que la validez de los matrimonios del Distrito Federal que han sido declarados constitucionales, tiene que ser aceptada por los otros Estados, como el Distrito Federal tendrá que aceptar una serie de disposiciones del estado civil, que seguramente tienen otros Estados diferentes a ellos. A mí me parece que esta interpretación, es la interpretación teleológica del texto constitucional, que armoniza el federalismo mexicano que entiendo que puede dar lugar a una serie de discusiones, de atemperamentos pero creo que aunque nos resulta a veces complicado poder llegar a una conclusión, no hay 63 argumentos históricos de interpretación teleológica, ni de interpretación funcional que puedan desacreditar, a mi entender, la interpretación precisa y clara de los conceptos que establece el artículo 121. Esto no quiere decir que algunos de nosotros pudiéramos pensar que sería deseable que se hubiera regulado de otra manera, que sería deseable que hubiera ciertos atemperameentos, eso ya es otra cuestión de legeferenda, creo que nuestra obligación como jueces constitucionales es interpretar el artículo 121, dotarlo de contenido, y reitero, si es que lo vamos analizar, que ya lo estamos haciendo y desde el principio de la metodología del análisis se tomó esa decisión, sí creo que tenemos que tomar una determinación que establezca de manera clara si van a tener validez, si no la van a tener, si esta validez va a estar condicionada y para efecto de dar seguridad jurídica, no sólo a todas las personas que accedan a este tipo de matrimonios entre personas del mismo sexo, sino también para que las entidades federativas tengan muy claro qué les es lícito hacer constitucionalmente o no. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Juan Silva. SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Sí, gracias Presidente, quisiera centrar mi exposición partiendo precisamente y tratando de ser puntual con lo planteado concretamente en la acción por el Procurador. Creo que y no desconozco, hay oportunidades para hacer pronunciamientos muy importantes pero a veces cuesta mucho, mucho trabajo y a veces se corre el riesgo del desbordamiento o de que no exista toda una decisión que abarque absolutamente todos los problemas. 64 ¿Por qué me ciño al proyecto? Porque va concretamente a problemas muy puntuales que sí se refieren al 121, y que se refieren, desde luego, al análisis que se hace del 14 y 16 vinculados con este 121. Pero en este sentido sí generaría ante ustedes unos puntos o las premisas que me llevan a la exposición, parto de lo siguiente, son cosas obvias pero las quiero decir: Nuestro sistema federal establece una pluralidad de órganos legislativos en las entidades federativas que ejercen sus competencias en términos de lo dispuesto por el artículo 116 constitucional y la cláusula de exclusión prevista en el artículo 124 constitucional; dos, la existencia de diversos centros de producción normativa que cuentan con autonomía, pero lejos al orden constitucional genera diversos conflictos espaciales entre sus normas; tres, el artículo 121 constitucional, conocido como la “cláusula de entera fe y crédito” como aquí se le ha identificado, establece las reglas para dirimir concurrencias normativas de carácter espacial entre disposiciones normativas pertenecientes a dos o más órdenes jurídicos vigentes de las entidades federativas. En este apartado, en este punto, yo insistiría que esa es la característica fundamental del artículo 121 constitucional. A mí me cuesta trabajo hasta ahora, o me costaría trabajo hasta ahora, aceptar dos afirmaciones que se han hecho en el sentido de que además de estas posibilidades, se establece reglas de solución de conflictos normativos, pero bases generales de contenido material, eso sí me cuesta trabajo, creo que son normas para solucionar conflictos ante la concurrencia de normas en el sistema Federal ––punto número uno––. 65 Punto número dos, también me apartaría en función de que sirven para armonizar esta situación del federalismo per se, es una consecuencia como tal, pero en función de la resolución o las bases para la solución de los conflictos normativos. Ahora, el artículo 121, está diseñado ––como lo decíamos–– para preservar los derechos adquiridos por las personas bajo las leyes o juicios de un Estado, mediante el requerimiento que a su validez o de su validez, que sea reconocida en los demás. Ese artículo 121 define que: Las entidades federativas tienen autonomía, y como decía el Ministro Franco ––y lo comparto totalmente––, no soberanía en estos términos; tienen autonomía, mas no soberanía, puesto que se encuentran obligadas a reconocer los actos y leyes de las demás entidades, al ser parte precisamente de una Federación. Se trata pues de una cláusula de federalismo, sí, incorporada a la Constitución, que hace la diferencia entre un mero agregado de Estados soberanos e independientes a una Federación. Ahora bien, en el caso concreto, el demandante parte de una hipótesis que desde mi punto de vista es errónea, en tanto que, considera que el posible conflicto de leyes sobre el estado civil de las personas entre entidades federativas, deriva del reconocimiento que dichas entidades deben hacer dentro del artículo 121 constitucional, cuando este conflicto ya existe en forma previa; es decir, el reconocimiento de la validez de los actos del estado civil es una regla que dirime propiamente conflictos que se pueden llegar a generar por cuestiones relativas al estado civil de las personas. Por lo tanto, el reconocimiento de los actos relativos al estado civil de las personas, no es la causa que genera un conflicto de leyes, sino al contrario, es la solución constitucional al conflicto. Este 66 reconocimiento de validez es propiamente la solución que se otorga a su existencia. Pero sí quisiera significar del proyecto lo siguiente: A mí sí me llamó muchísimo la atención esa bifurcación en el sentido de considerar inclusive inatendible el concepto de invalidez por parte del accionante, en tanto que, sí, en el inicio, en el desarrollo precisamente de esta característica, que sí pareciera que tenía razón, en tanto que no está haciendo un planteamiento o un contraste en abstracto, sino concretamente de problemas de competencia, esto es, de estricta legalidad. Se hace un desarrollo, nosotros convenimos con ese desarrollo; es un desarrollo breve, porque al final de cuentas en el proyecto se acepta ––por así decirlo–– entrar al estudio del concepto de invalidez, por la eventual repercusión de los matrimonios del mismo sexo, que puedan llegar a tener sobre las garantías de legalidad y seguridad jurídica. Es decir, de esta suerte, analiza el alcance y función que cumple el artículo 121 constitucional. Y a mí me genera un problema el admitir que ésa es la cuestión efectivamente planteada, de la lectura de los conceptos de invalidez. Creo que no es la cuestión; la cuestión efectivamente planteada fue ésa, la cuestión efectivamente planteada, lo que planteó el Procurador, que es inatendible. Ahora, ––estoy cierto–– no es la primera vez que lo hacemos, pero sí hay que hacer pronunciamientos importantes, sí hay que hacerlos, pero de todas maneras, vamos a tener que llegar al caso concreto necesariamente. Siento que aquí se genera más problema con un pronunciamiento en abstracto, en tanto que no se trata del 121, de normas que establezcan contenidos materiales o que se vaya a hacer una uniformidad de criterios y de apuntamientos para 67 que esto se resuelva de otra manera en función de otros contenidos. Yo creo que aquí el 121 y la aplicación de la fracción IV en relación con lo ya decidido en relación a la constitucionalidad de este matrimonio, como tal tiene solución en aplicación del 121 y se da mayor seguridad jurídica y no hay violación a ninguna otra garantía, la de legalidad o seguridad que se están afirmando, con la aplicación tal cual, con el reconocimiento que se dé en función de los términos constitucionales. Hasta aquí dejo mi participación y la reservo para una segunda. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señoras y señores Ministros, está anotado el señor Ministro Luis María Aguilar, y yo quisiera también tener mi intervención. Les propongo que el día de hoy dejáramos la sesión hasta mi participación, porque tenemos una sesión privada con un contenido bastante considerable también. En consecuencia, mi petición es que no hagamos el receso en este momento, sino hasta escuchar las dos intervenciones que he propuesto. Por favor señor Ministro Luis María Aguilar. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Gracias señor Ministro Presidente. Señores Ministros y señoras Ministras, creo que desde luego como se ha mencionado en muchas ocasiones ya en estas discusiones, en estos comentarios al respecto, el artículo 121 es de gran 68 trascendencia, tiene una importancia fundamental en el sistema federal, y desde luego sin restarle la importancia que tiene para la interpretación y aplicación de las normas en los Estados que conforman esta Unión, la verdad es que yo no le veo tal complejidad a su interpretación. Me parece que –sin restarle la importancia que tiene como digo– la interpretación misma del artículo 121 es clara, es precisa en su texto, y quizá por eso no hemos encontrado ni tanta jurisprudencia ni tanta doctrina al respecto. De los autores que se han mencionado, Trigueros y Elisur Arteaga, el análisis se hace más en la búsqueda de las razones de ese artículo 121, de su evolución y de cómo llegó al texto actual, pero no tanto de su interpretación misma, a mí me convence mucho el planteamiento del Ministro Cossío respecto de que la primera parte del 121 es un absoluto que ya está establecido por el Constituyente, que no está condicionado en esa segunda parte de ese primer párrafo para su aplicación, y que por lo tanto tiene sin duda ya un imperativo constitucional sobre todas las disposiciones de los Estados. Tampoco encuentro un conflicto entre la fracción I y la IV, se trata creo yo de dos cosas distintas, la primera dice: “Las leyes de un Estado sólo tendrán efectos en su propio territorio y por consiguiente no podrán ser obligatorios fuera de ella”, y la IV: “Los actos del estado civil ajustados a las leyes de un Estado tendrán validez en los otros”. La fracción I se refiere precisamente a la aplicación de las leyes, las leyes mismas, en la fracción IV por el contrario, se refiere a los actos que derivan de la aplicación de esas leyes; desde luego las leyes no se pueden aplicar las de un Estado en otro Estado, pero darle validez por eso, quizá el Constituyente se 69 refiere a validez de los actos derivados de las leyes que se aplicaron en su respectivo territorio. En ese sentido no encuentro además una condición para que pudiera aplicarse el absoluto que está establecido en el primer párrafo del artículo 121 constitucional, para resolver estas cuestiones, insisto, quizá por eso es que no hay ni mucha doctrina y mucho menos jurisprudencia al respecto porque es muy clara para mí la disposición constitucional como está y que se ha ido aplicando durante muchísimos años al respecto; menos encuentro un condicionamiento, una condición para su aplicación –como sugería el Ministro Aguirre–, que las instituciones para que se puedan aplicar deben ser, deben tener un estándar en toda la República. Pregunto yo sin que esté, al menos para mí, claro, derivado del texto del 121 constitucional, cuál será ese estándar o uniformidad, en qué momento se considerará satisfecho el estándar, cuál será el grado de aplicación para considerar que hay un estándar uniforme, cuando falta un requisito más, un requisito menos, ya el Ministro Zaldívar nos ponía algunos ejemplos de instituciones del derecho civil que tienen sus variaciones a los distintos Estados de la República, y que sin embargo no han tenido problema en su aplicación durante el tiempo, y pensando que se necesitara un estándar entonces ¿bastaría que una sola legislación de un Estado de la República no fuera estándar para que entonces el 121 no lo pudiéramos aplicar? Digo, no le encuentro sentido en ese sentido; por el contrario, como el artículo 146 ya se votó y se consideró que es constitucional, no podemos partir de la afirmación de que exista un estándar constitucional violado por el 146, ya dijimos que no, que no hay un estándar constitucional violado por el 146. 70 Ahora, si entendemos que el absoluto establecido en el 121 es una disposición constitucional que soluciona precisamente la validez de esos actos, fijándonos sólo en la fracción IV, la validez de esos actos en los demás Estados de la República, pues croó que la solución está muy clara, dada por la Constitución Federal y que no amerita, creo –con todo respeto– mayores complicaciones. Desde luego, el estudio y el análisis que nos planteó el señor Aguirre y que se han discutido aquí, ha sido una investigación histórica y legislativa muy amplia, pero que como ya también sugería don Arturo Zaldívar, pues a lo mejor nos puede servir para que alguien y la institución que lo puede hacer, pueda hacer una reforma a la Constitución, agregarle los condicionamientos que se quieran, pero así como está la disposición actualmente, creo que soluciona sin mayor problema la cuestión de validez de los actos que se han celebrado en una entidad conforme a las leyes de otra. Muchísimas gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: No deja de llamar la atención que la conclusión apuntada de que conforme a la Constitución no hay duda alguna de que los actos del Registro Civil realizados en el Distrito Federal son válidos en todos los Estados es clara, ¿y por lo tanto qué? si eso es precisamente el alegato del señor Procurador. Todos los Estados a partir de la vigencia del nuevo texto del artículo 146 tienen la obligación constitucional de reconocer la validez del acto, ése es el cimiento de la argumentación del señor Procurador, si hay esta obligación qué sucede, nos lo apuntó el señor Ministro Aguirre Anguiano, se rompe la armonía del sistema federal, de manera novedosa se lleva al Registro Civil un acto que nunca antes había estado considerado como propio del Registro Civil, lo lleva a una entidad y contrariando las disposiciones de treinta y un entidades federativas lo hace de reconocimiento obligatorio de validez en toda la República por imperio del artículo 121, cuyos 71 alcances nadie ha discutido más que de manera sugerente el señor Ministro Cossío, dice: Entre nosotros no existe la tesis de prevalencia determinada por la entidad receptora del acto, no hay un derecho constitucional de los Estados a seleccionar cuáles de los actos del Registro Civil que se realizan en una entidad puede reconocer validez y cuáles no, quedan sometidos a reconocer la validez de todos los actos del Registro Civil celebrados en esta entidad. ¿Cuál es la trascendencia de esto? Yo creo que el 121 es la verdadera condensación de un Pacto Federal, aquí hay un compromiso, hay una renuncia a una porción de soberanía mediante la cual a través de la Constitución los Estados se obligan a reconocer la validez de los actos del Registro Civil, ¿en qué términos? Dice el señor Ministro Arturo Zaldívar, en la medida en que estos vayan evolucionando y se vayan generando; es decir, estamos por una interpretación progresiva y cada Estado puede determinar cuáles actos inherentes a la condición de la persona humana, puede llevar al Registro Civil. Este es el verdadero problema, no ha aflorado con el énfasis que yo quisiera, porque finalmente la redefinición del matrimonio que lo altera sustancialmente desde mi punto de vista, no tiene consecuencias inaceptables. Supongamos señoras y señores Ministros que un Estado de la República definiera como matrimonio a la unión de dos o más personas del mismo o diferente sexo, con la finalidad de hacer vida común, convivencia y de prestarse ayuda mutua, dignidad y respeto, quizá nuestra discusión no estuviera en estos términos de lisura, la poligamia ha sido una forma histórica de fundar una familia, tiene un período el matriarcado, una mujer con varios hombres, la poligamia donde un hombre toma varias mujeres, eso pudo haber hecho la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y quizá ante un impacto de esta magnitud estuviéramos viendo las cosas con otra perspectiva; como se mantuvo la unión de dos 72 personas del mismo o de diferente sexo, sentimos que el reconocimiento de la institución, del estatus del estado civil, no afecta gravemente a los Estados de la República y que no hay ningún inconveniente en que reconozcan la calidad de cónyuges. Yo quiero hacer una breve mención del 121, a mí me llama mucho la atención el primer párrafo, contiene dos clausulas importantes; la primera, en cada Estado de la Federación se dará entera fe y crédito a los actos públicos registros y procedimientos judiciales de todos los otros, -en cada Estado ¡eh!- no en el Distrito Federal, no en territorio federal ¿por qué? Por qué no en el Distrito Federal y por qué no en aquellas porciones territoriales o situaciones que son de la exclusiva competencia del derecho federal. Un capitán de navío mexicano, puede celebrar, autorizar matrimonios de personas que se hayan embarcado en el navío, se dice inclusive, que en un avión en vuelo es Territorio Federal y se puede celebrar ahí un acto del estado civil de las personas, pero hay islas de competencia exclusivamente federal en donde es una autoridad federal quien sanciona y autoriza la celebración del matrimonio; entonces, el siguiente párrafo que dice; el Congreso de la Unión, por medio de leyes generales prescribirá la manera de probar dichos actos, registros y procedimientos y el efecto de ello sujetándose a las bases siguientes, si le da al Congreso de la Unión una potestad superior a la de los Estados, para que dé las bases de estos actos que deben ser reconocidos también por la Federación, pero no hay un compromiso expreso de la Federación para reconocer los actos de los Estados, porque se suponen coincidentes con la legislación Federal. Por eso mi coincidencia con el señor Ministro Aguirre Anguiano en el sentido de que el Código Civil Federal orienta el contenido de qué actos deben llevarse al Registro Civil. 73 Dije que el matrimonio para mí no es una figura de libre configuración, puede serlo la familia, la unión en convivencia postuló una nueva forma de constituir una familia, pero no postuló un matrimonio, más aún, en la ley que regula la unión en convivencia, este acto que modifica el estatus de las personas, no se llevó al Registro Civil, pero lo cambian a matrimonio entre personas del mismo sexo, y ahora sí vamos al Registro Civil y todos los Estados que componen a la Federación mexicana tienen la obligación constitucional de reconocer su validez. Esta es la ofensa al Pacto Federal -retiro ofensa para que no se mal interprete- la irregularidad constitucional que denuncia el Procurador de la República; el Registro Civil no es una institución de libre configuración, es algo en lo que todos los Estados tienen que estar de acuerdo, qué actos se van a llevar al Registro Civil, no se puede incrementar el número de libros del Registro Civil, el Código Civil Federal es enfático en cuáles con los actos que ameritan ser inscritos en el Registro Civil, y hay plena coincidencia de estos libros enunciados por el Código Civil Federal con los libros que manejan todos los Estados de la República. En este sentido, hay apego del oficio del Registro Civil municipal, estatal por ley, a las disposiciones del Congreso Federal. Pero ahora bien, en tema de matrimonio, el Código Civil Federal sí establece la unión entre varón y mujer, y sí establece como funciones esenciales la ayuda mutua, la procreación de la especie y la fidelidad, y establece que si en algún matrimonio en las capitulaciones se dijera algo contrario a eso, se tendrá por no puesto, no vale. Ahora, aquí ya se dijo, el matrimonio, el concepto matrimonio es de libre configuración de los legisladores de las entidades federativas, 74 y será también de libre configuración para el legislador Federal, pero aquí hay un choque conceptual entre una entidad, Distrito Federal, que difiere de treinta y una leyes estatales y de una ley federal, que es el Código Civil Federal; dos Estados de la República, cuando menos, que son Morelos y Yucatán, han constitucionalizado en su Constitución local, la definición de matrimonio. Dice la Constitución de Morelos en el artículo 120: “El matrimonio es la unión voluntaria de un hombre y una mujer, sancionada por el Estado para perpetuar la especie y ayudarse mutuamente”. Dice la Constitución de Yucatán en el artículo 94: “El matrimonio es una institución por medio de la cual se establece la unión jurídica de un hombre y una mujer con igualdad de derechos, deberes y obligaciones, con la posibilidad de generar la reproducción humana de manera libre, responsable e informada”. Pues estas dos entidades que en rango de Constitución local no consideran la unión de dos personas del mismo sexo como configurativas de matrimonio, a partir de que salió esta ley por imperativo del 121 constitucional, ahora tienen que reconocer la validez de este acto del Registro Civil acaecido en el Distrito Federal; y ¿qué pasa con las instituciones federales, Suprema Corte de Justicia de la Nación, cómo vamos a registrar el ingreso de nuestros servidores, soltero o casado, le damos reconocimiento expreso al acta del Registro Civil del Distrito Federal, que va contra el tenor expreso del Código Civil Federal? Y ¿qué pasa con otras leyes federales que establecen beneficios para el cónyuge en materia hacendaria, en materia de pensiones, militares, ISSSTE? Yo no veo una obligación constitucional de la Federación, de dar reconocimiento a los actos del estado civil que celebren los Estados, no la expresa el 121, al contrario, el 121 le da preeminencia al Congreso de la Unión para 75 que sea él quien defina los lineamientos generales para el reconocimiento de estos actos, sus procedimientos y sus efectos. No es un tema de futura realización, lo que está denunciando el Procurador de la República es que esta reforma rompe con la armonía del sistema federal; en ese sentido yo estimo fundado el argumento. Ahora bien, siendo fundado el argumento, ¿hay vicio de inconstitucionalidad? Pues desde mi punto de vista sí, no encuentro razonabilidad suficiente como para introducir de parte de uno de treinta y tres componentes, una modificación de tal magnitud que vincule al resto de los componentes de la Federación, por eso mi voto en este punto será también en contra del proyecto. Aquí suspendo la sesión pública del día de hoy y habrá, desde luego una segunda ronda, el tema, como lo ha dicho el señor Ministro Arturo Zaldívar, no es menor, requiere nuestro esfuerzo e intelecto para llegar a conclusiones; entonces suspendo la sesión pública y los convoco para la privada aquí mismo, una vez que el Salón del Pleno se haya desocupado. (SE LEVANTÓ LA SESIÓN A LAS 13:25 HORAS). ÍNDICE. CONTENIDO DE LA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA DE LA SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL MARTES 10 DE AGOSTO DE 2010. SECRETARÍA GENERAL DE ACUERDOS 1 NÚMERO ASUNTO IDENTIFICACIÓN, DEBATE Y RESOLUCIÓN. PÁGINAS. 2/2010 ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD promovida por el Procurador General de la República contra actos de la Asamblea Legislativa y del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, demandando la invalidez de los artículos 146 y 391 del Código Civil del Distrito Federal, publicados en la Gaceta Oficial del Distrito Federal de 29 de diciembre de 2009. 3 A 87 (PONENCIA DEL SEÑOR MINISTRO SERGIO A. VALLS HERNÁNDEZ). EN LISTA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN TRIBUNAL PLENO SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL MARTES 10 DE AGOSTO DE 2010. ASISTENCIA: PRESIDENTE. SEÑOR MINISTRO: GUILLERMO I. ORTIZ MAYAGOITIA. SEÑORES MINISTROS: SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO. JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ. MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS. JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS. ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA. JOSÉ DE JESÚS GUDIÑO PELAYO. LUIS MARÍA AGUILAR MORALES. SERGIO ARMANDO VALLS HERNÁNDEZ. OLGA MA. DEL CARMEN SÁNCHEZ CORDERO. JUAN N. SILVA MEZA. (SE INICIÓ LA SESIÓN A LAS 10:45 HORAS) SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se abre la sesión. Señor secretario sírvase dar cuenta con los asuntos del día. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro Presidente. Se somete a su consideración el proyecto de acta relativa a la sesión pública número ochenta y uno ordinaria, celebrada el lunes nueve de agosto del año en curso. 2 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A consideración de las señoras y señores Ministros el acta con la que se ha dado cuenta. Si no hay observaciones de manera económica les pido voto aprobatorio. (VOTACIÓN FAVORABLE) ESTÁ APROBADA EL ACTA SEÑOR SECRETARIO. 3 SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Se somete a su consideración el proyecto relativo a la: ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 2/2010. PROMOVIDA POR EL PROCURADOR GENERAL DE LA REPÚBLICA, EN CONTRA DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA Y DEL JEFE DE GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL, DEMANDANDO LA INVALIDEZ DE LOS ARTÍCULOS 146 Y 391 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL. Bajo la ponencia del señor Ministro Valls Hernández y conforme a los puntos resolutivos a los que se dio lectura en sesión anterior. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Continuamos el debate en torno al contenido del artículo 121 de la Constitución, está pendiente de intervenir la señora Ministra Luna Ramos. SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Perdón señor. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Que te está dando la palabra. SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Si, gracias señor. Nada más es para dar mi votación respecto de lo relacionado con el Considerando Séptimo, referido al artículo 121 de la Constitución. Quisiera manifestar que en principio estoy de acuerdo con lo dicho en el proyecto del señor Ministro Valls y con lo que han manifestado algunos de los señores Ministros en el sentido de que debiera agregarse la interpretación del artículo 121 constitucional para 4 establecer si existe o no obligatoriedad respecto de los actos del Registro Civil que se dan en los Estados. Y quisiera manifestar que a mí me pareció también la intervención del señor Presidente muy importante y me puso a pensar; sin embargo, después de analizarla detenidamente sí me inclino por sostener el criterio que establece el proyecto del señor Ministro Valls, y la razón fundamental de esto es porque si bien es cierto que el artículo 121 de la Constitución está estableciendo de alguna manera que existe la validez o debe aceptarse la validez de los actos del Registro Civil y que esto estaría referido, en principio a los Estados, dice así el artículo 121: “En cada Estado de la Federación se dará entera fe y crédito de los actos públicos, registros y procedimientos judiciales de todos los otros. El Congreso de la Unión, por medio de leyes generales, prescribirá la manera de probar dichos actos, registros y procedimientos, y el efecto de ellos, sujetándose a las bases siguientes: ” Si bien es cierto que aquí pudiera entenderse en un principio que esto está referido exclusivamente a la validez de estos actos en relación con los Estados y la tela de juicio estaba en relación con que si esta validez debería tenerse o no respecto de las autoridades federales, creo que esto también ya el señor Ministro Franco el día de ayer había mencionado que el Código Civil Federal en el artículo 13, de alguna manera está determinando cómo se va a aplicar el derecho en el territorio mexicano y nos dice primero el artículo 12: “Las leyes mexicanas rigen a todas las personas que se encuentren en la República, así como los actos y hechos ocurridos en su territorio o jurisdicción y aquellos que se sometan a dichas leyes, salvo cuando éstas prevean la aplicación de un derecho extranjero y salvo, además, lo previsto en los tratados y convenciones de que México sea parte”. Pero lo más importante es lo que dice el artículo 13 en cuanto al derecho aplicable, dice: “La determinación del derecho aplicable se hará conforme a las siguientes reglas:” y creo 5 que la fracción I es totalmente aplicable al caso porque dice: “Las situaciones jurídicas válidamente creadas en las entidades de la República o en un Estado extranjero conforme a su derecho, deberán ser reconocidas” y esto se está estableciendo en el Código Civil Federal. Ahora cuál es, en un momento dado, la violación que aduce el Procurador General de la República se lleva a cabo por parte del gobierno del Distrito Federal al establecer la reforma que ahora se impugna. Dice que se rompe con la armonía de los Estados porque de alguna manera obliga a aceptar la validez de un acto que va incluso en contra de su propia Constitución que por que para ellos el matrimonio no puede ser aceptado en los términos que se establecen en el Distrito Federal sino solamente en los términos que está estableciendo su Constitución y creo que esto es totalmente válido; sin embargo, lo que nos está diciendo el 121 y el 13 del Código Civil Federal no es que ellos, en un momento dado, al aceptar la validez de un matrimonio llevado a cabo en el Distrito Federal entre personas del mismo sexo, no quiere decir que tengan que realizar el acto de matrimonio y registrarlo dentro de un Estado de la República sino que lo único que está determinando es que esa acta que se llevó a cabo por un matrimonio de esta naturaleza en el Distrito Federal simple y sencillamente sea válidamente aceptada en cualquier Estado de la República o en cualquier zona de carácter federal; es decir, es el efecto que va a producir un documento al que la Constitución y el Código Civil Federal de alguna manera están estableciendo que tiene plena validez y que por esta razón lo único que se está determinando es el reconocimiento de esos efectos, como también el señor Ministro Cossío había dicho el día de ayer, como el Estado receptor no como el Estado emisor de ese acto correspondiente, el Estado emisor va a ser únicamente el que determine, como en el caso del Distrito Federal, que ese matrimonio es válido ¿Por qué? porque lo acepta dentro de su legislación, pero 6 en cualquier Estado de la República o en cualquier otra zona federal como Estados receptores lo único que van a aceptar es la validez de ese documento para que surta los efectos consiguientes. Por estas razones yo sí me inclinaría por la aceptación que el día de ayer entendí el señor Ministro ponente había hecho de esta interpretación del 121 y los argumentos que maneja en el proyecto al respecto. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Gudiño Pelayo. SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Sí señor Presidente, para mi primera intervención. Yo también estoy de acuerdo con el sentido del proyecto, tal como lo plantea el proyecto. Ayer hubo una discusión mucho muy interesante donde el señor Presidente planteó entre otros casos la duda o la posición de si ¿El artículo 121 incluía a la Federación, también era obligado para la Federación? Porque el 121 no lo incluye, creo que esto está dentro del mismo sistema, los actos del estado civil son competencia constitucional de los Estados; por lo tanto, son actos de los Estados y siendo actos de los Estados son válidos no solamente para los otros Estados sino también para la Federación. Creo que esto me parece evidente. Ahora, mi posición personal es que el 121 en su fracción IV no tiene ningún problema de interpretación es mucho muy claro, los actos del estado civil ajustados a las leyes de un Estado, tendrán validez en los otros, no veo cuál pueda ser la parte oscura, la parte que pudiera tener otra interpretación distinta de la que se desprende de la literalidad de precepto. Por eso creo que el Procurador acertadamente y el ponente también enfocan el problema en función del 121 con el 14 y el 16 porque según plantea el 7 Procurador, de la relación de estos artículos podría venir una inequidad, no del 121 por sí sólo porque ese no tiene problema de interpretación, es clarísimo. Los actos del estado civil ajustados a las leyes de un Estado tendrán validez en los otros. Entonces no veo qué posibilidades de interpretación diferente puedan haber. Ya lo explicó muy bien el Ministro Cossío, aquí se toma como base la Constitución al emisor de la norma, no al receptor. Y no podría ser de otra manera porque tratándose de actos del estado civil no podría considerarse que una persona está casada en el Distrito Federal, pero para el Estado de Jalisco está soltera, o bueno se podrían multiplicar los ejemplos pero mejor no. Por un lado, por otro lado, se han manifestado como una razón la uniformidad, el que no tienen un concepto uniforme, yo creo que esto va en contra de un sistema federal, precisamente el federalismo implica según el artículo 40 que los Estados son soberanos respecto a su régimen interno y el estado civil en un régimen interno de los Estados implica la pluralidad, no la uniformidad, lo propio de un Estado federal, es que en su régimen interno haya pluralidad entre los Estados, no veo por qué se tiene que seguir necesariamente un concepto de matrimonio, un concepto de familia, por eso estoy de acuerdo con la respuesta que da el proyecto al planteamiento del Procurador, el 121 en relación con el 14 y el 16, creo que la respuesta es my acertada, es precisa y creo que no hay por qué entrar al 121 puesto que ni fue planteada la interpretación directa de éste, ni tampoco presenta ningún problema de interpretación, por tal motivo señor Presidente, señores Ministros, señoras Ministras me manifiesto a favor del sentido del proyecto tal como el ponente lo plantea. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Hemos terminado la primera ronda de participaciones, en segunda ronda tengo anotados a los 8 señores Ministros Valls Hernández, Aguirre Anguiano y Fernando Franco, en este orden, señor Ministro Valls. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Gracias señor Presidente, me voy a permitir de la mejor y más breve manera posible dar una respuesta a los principales cuestionamientos que se apuntaron el día de ayer. Al efecto se señalaba que la interpretación del 121 constitucional —voy a caer en algo ya muy usado entre nosotros— no es un tema menor y es cierto, pues se trata de una disposición constitucional; sin embargo, sí me sorprende en cierta forma que como además lo manifestaron también algunos de los señores Ministros, ante un texto expreso en cuanto a la regla contenida en la fracción IV del 121, se haya generado la polémica en la que estamos, no obstante ello, estimo conveniente avocarme en primer lugar a los argumentos que los señores Ministros Aguirre Anguiano y Ortiz Mayagoitia han manifestado en contra del sentido del proyecto y dejar así aclarados por parte de un servidor algunos puntos del debate sobre el tema y mayormente cuál es el alcance de dicho numeral a fin de que no quede duda alguna sobre ello, así, señalo que difiero de los argumentos de los señores Ministros que he mencionado para sostener su voto en contra del proyecto por las siguientes razones: Primero. Que cada Estado en ejercicio de su ámbito competencial legisle en forma distinta respecto de determinada institución, no significa que obligue a otro Estado a hacerlo así o en forma similar, cuestión distinta es que los actos del estado civil que se realicen conforme a esas leyes, deban tener validez en otro Estado, de conformidad con la fracción IV del 121 constitucional. Segundo. Considero que no puede hablarse de una violación al 121 citado, con todo respeto, como lo sostuvo el Ministro Aguirre, porque según dice él ese numeral presupone que la validez de 9 actos del estado civil para toda la República, parte de un concepto común en todas las entidades federativas. No estoy de acuerdo con esto, pues la Constitución Federal, en este artículo 121 fracción IV, en ningún momento prevé tal sujeción, por el contrario, dispone que los actos del estado civil ajustados a las leyes de un Estado, serán válidos en los demás Estados, nunca dice que los actos del estado civil de una entidad deban estar ajustados a las leyes de las demás entidades para ser válidos, ni tampoco que deban ser uniformes entre ellos, o bien, con el Código Civil Federal que se ha citado. Tercero. Sostener lo afirmado por el señor Ministro Aguirre significaría que ningún Estado podría hacer ejercicio de sus facultades residuales o expresas cuando no lo haga de acuerdo con las leyes de otras entidades federativas ¿sólo porque ellas lo regulan de otra forma? En mi opinión, esto sí rompería el federalismo. En cuarto lugar, y siguiendo esta línea argumentativa, resultaría que las entidades federativas, por legislar en forma distinta, sí pueden limitar a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal ¿para regular una institución como el matrimonio? pregunto. Cuando, como ya se dijo por una mayoría de nueve votos de los integrantes de este Honorable Pleno, la Constitución Federal no lo hace, ni existe ningún estándar constitucional en esta materia, ni tampoco la Constitución Federal sujeta el reconocimiento de los actos del estado civil de un Estado a que no sean contrarios al orden público de otra entidad federativa, ni dispone que no deban reconocerlos cuando se opongan a sus propias definiciones. Al contrario, prevé una regla expresa y clara de reconocimiento de los actos del estado civil y es precisamente el 121, a partir de las reglas que contiene, el que permite armonizar los sistemas jurídicos existentes y asegurar la validez de determinados actos, sentencias, actos del estado civil, 10 títulos profesionales, etcétera, en aras del respeto a la seguridad jurídica. En quinto lugar. Igualmente difiero de lo dicho por el señor Ministro Presidente en el sentido de que el 121 constitucional no rija para el Distrito Federal simplemente porque habla de Estados, o bien, para las autoridades federales; que además, el Código Civil Federal es el que orienta el contenido de qué actos deben llevarse al Registro Civil que no es de libre configuración, pues todos los Estados deben estar de acuerdo en qué actos deben registrarse. Esto no lo comparto. El 121 no excluye al Distrito Federal, menos aún si atendemos a la forma en que constitucionalmente se ha diseñado su ámbito competencial. En el artículo 122 constitucional, ahí está su ámbito competencial. Mucho menos comparto que las legislaciones o cuando menos la del Distrito Federal deban estar a lo dispuesto en un Código Civil Federal, pues entonces para qué tienen facultades para legislar en materia civil cualquier entidad federativa. Tampoco podría sostenerse que las autoridades federales no deban reconocer la validez de los actos del estado civil de cada entidad federativa o al menos, no la de aquellos que no se correspondan con las leyes federales, pues sería tanto como sostener que las legislaturas locales, o cuando menos la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, están sujetas a una jerarquía normativa frente a la Federación, al menos en materia civil, lo cual no se desprende del Texto Fundamental. En este punto, lo dicho por el señor Ministro Presidente el día de ayer respecto de los casos relativos a los empleados de esta Corte, con todo respeto, es su posicionamiento personal, más no lo comparto, ni es el mío. Además, es relevante aclarar que son 11 cuestiones distintas; por un lado, cuáles son los actos registrables y por otro, cómo se regulan en sí mismos de acuerdo con el ámbito competencial de cada entidad, como en el caso del matrimonio. En sexto lugar. El hecho de que treinta y un entidades federativas regulen el matrimonio en forma distinta al Distrito Federal no puede, en modo alguno, limitar la facultad normativa de esta entidad, como tampoco obliga a aquéllas a hacerlo en ese sentido. El límite a la función legislativa es la Norma Fundamental y en el caso, ya una mayoría de nueve Ministros ha determinado que la norma general al redefinir el matrimonio, no la transgrede. Por estas razones, difiero de lo dicho por los Ministros Aguirre Anguiano y Ortiz Mayagoitia, con todo respeto, ya que no es la Asamblea Legislativa del Distrito Federal al expedir la norma general impugnada la que obliga a ese reconocimiento, ni esta Suprema Corte al dictar sentencia; es la misma Constitución en su artículo 121 la que así lo está ordenando. Precisado lo anterior, es relevante aclarar por lo que hace a las restantes manifestaciones que los integrantes de este Honorable Pleno han realizado, que en primer lugar, en el proyecto no se deja de lado ni se ignora el problema real de constitucionalidad que se plantea en la demanda en lo relativo al 121 como afirmó el Ministro Aguirre. Tal aspecto sí se examina a partir de lo argumentado por el accionante, en cuanto sostiene la violación a los artículos 14 y 16 constitucionales, vinculándolo a lo dispuesto en el 121 como se advierte de las fojas 168 y siguientes de la consulta, en las que se atiende tal argumentación y se contesta; cuestión diversa es si se comparte o no este análisis o la forma en que se hace, pero reitero, el estudio relativo no se pasó por alto o se dejó de lado. 12 En segundo lugar, en este punto destaca de las intervenciones que se han dado por parte de ustedes señores Ministros y Ministras, que si bien los señores Ministros: Cossío Díaz, Sánchez Cordero, Franco González Salas, Zaldívar Lelo de Larrea y Silva Meza, así como el día de hoy los señores Ministros Luna Ramos y Gudiño Pelayo, han manifestado que están a favor del sentido de la consulta en cuanto al tema que nos ocupa, pero algunos han manifestado que se apartan de las consideraciones, me parece que más bien, ello va en función de que se desarrolle mayormente, como lo haremos, la interpretación del 121 de la Constitución, mas no que estén en contra porque el proyecto sostuviera lo contrario a lo que en esencia han expuesto los señores Ministros que se han pronunciado a favor del proyecto. Ahora bien, en lo concreto, el señor Ministro Cossío señaló que para resolver la cuestión efectivamente planteada, debe analizarse directamente dicho precepto 121, y al efecto, considero importante aclarar que en el caso no se aduce violación a dicho precepto por el accionante, sino que se sostiene por éste una supuesta vulneración de los artículos 14 y 16 a partir de lo dispuesto en el 121, por lo que el análisis que se hace en el proyecto va en función de lo dicho por el promovente. Esa es la cuestión efectivamente planteada, lo que por supuesto, requiere la interpretación del 121 para dar plena respuesta, mas no desvinculándolo de aquellas garantías que son las que se alegan como violadas. En esas condiciones, no advierto de qué manera a través de la acción de inconstitucionalidad este Pleno podría pronunciarse como se dice en forma directa sobre lo dispuesto por el 121 para definir su alcance si no se hace bajo el alegato que esgrime el accionante, en el sentido de los posibles conflictos que pudieran surgir con motivo de la norma general impugnada, y sus 13 diferencias con las legislaciones de otros Estados, y que por ende, a su juicio violan la garantía de seguridad jurídica. Lo contrario sería tanto como avalar que lo que se cuestiona o lo que es cuestionable es per se la existencia del 121, fracción IV constitucional, y en esta medida esta Corte estaría, lo pregunto con todo respeto ¿justificando ese precepto? Pero sin la posible vinculación a la violación de algún otro precepto constitucional, es decir, simplemente en abstracto. Por tanto, en lo que sí estoy de acuerdo que puede y debe hacerse en respuesta al planteamiento de invalidez que hace el promovente de la acción, sería en complementar y fortalecer la parte relativa a la interpretación del 121, por parte de este Tribunal Constitucional. Así pues, señoras Ministras, señores Ministros, propongo a ustedes en mi carácter de Ministro ponente en este asunto, que en el engrose definitivo quede en lo esencial la parte inicial del análisis que se hace en el proyecto de las fojas ciento sesenta y tres a la ciento sesenta y ocho, a fin de aclarar aspectos atinentes a que si lo que se pretende es cuestionar una obligación o prohibición contenida en la propia Norma Fundamental, concretamente en el 121, ello no es posible pues no es lo dispuesto en dicho precepto lo que está sujeto a control constitucional ni la vía para dar solución por esta Corte a los conflictos futuros que pudieran suscitarse, así como dejar las consideraciones de la consulta relativas a que las garantías de seguridad jurídica y de legalidad a quien rigen es a la Asamblea Legislativa al expedir la norma general, más no se advierte cómo podrían vulnerarse en sí mismas con motivo de la norma general que se impugna por diferir de lo dispuesto en otras regulaciones estatales y posteriormente, como he propuesto, reestructurar y fortalecer la segunda parte del examen que se contiene en las fojas ciento sesenta y ocho y siguientes en que se 14 examina lo relativo al 121 constitucional para dejar en claro su alcance; de esta manera, en opinión de un servidor, se daría plena respuesta a los planteamientos del accionante. En este sentido, el proyecto que he sometido a la consideración de ustedes se reforzaría retomando lo dicho por alguno de los señores Ministros y señoras Ministras, acerca de que el 121 constitucional lo que establece son bases generales a partir de las cuales deben actuar las entidades federativas y de ahí que este precepto, el 121, prevé en su fracción IV, una regla clara y expresa de solución de conflictos derivada precisamente de nuestro régimen federal; es decir, se trata de una cláusula de federalismo como lo acotó el señor Ministro Silva Meza, regla constitucional a partir de la cual los actos del estado civil celebrados conforme a las leyes de una entidad tendrán validez en las demás, constituyendo así un imperativo para todos los Estados de reconocer la validez de dichos actos y al mismo tiempo un límite para el Congreso de la Unión a fin de que no establezca lo que le parezca adecuado a dicho Congreso para solucionar conflictos por la aplicación de normas de diversos Estados, como lo precisó el señor Ministro Cossío Díaz. Así también, propongo señalar en el engrose que de acuerdo con lo dispuesto en el 121, no podemos sostener que pudieran existir conflictos con los actos del estado civil de forma previa; es decir, sólo por la mera expedición de la ley impugnada e incluso por la sola celebración y registro de los actos que se consignan, pues el artículo 121, fracción IV, prevé una regla muy clara que debe aplicarse en el sentido de que dichos actos son válidos en las demás entidades federativas. Esto es, si estoy casado de acuerdo con las leyes del Distrito Federal no puede alegarse que en otra entidad federativa, en Guanajuato, en Chihuahua, en Yucatán, no lo estuviera yo; tal 15 circunstancia no es una situación a debatir en cada caso concreto ya que en tanto se trata de actos que se ajustan a las leyes de una entidad como el Distrito Federal son válidos estos actos y por ende deben ser reconocidos en todas las entidades del Estado Mexicano. Ahora bien, no comparto que en este medio de control constitucional en abstracto, esta Corte realice un pronunciamiento tajante acerca de los efectos o no de actos del estado civil, pues en mi opinión ello corresponde a un análisis de cada caso concreto frente a las legislaciones de cada Estado y bajo las reglas correspondientes a la solución de conflictos normativos como ya lo han señalado varios de ustedes, señoras Ministras y señores Ministros, pues efectivamente deberá resolverse caso por caso según sus propios méritos y sirviendo para ello además lo dispuesto en el Código Civil Federal, como lo señala el proyecto en su foja ciento setenta y tres y que también fue expuesto de esta manera por el señor Ministro Franco. Se propone, por último, eliminar la parte a que hizo alusión el señor Ministro Zaldívar, en cuanto a la distinción que se hace en la página ciento setenta y tres de la consulta acerca de la validez y de la aplicabilidad o ejecución de los actos del estado civil, pues estimo que ello ha generado una confusión ya que en ningún momento esto se señaló en el proyecto para sostener que los efectos de los actos del estado civil no deban reconocerse o bien, que sí surtan efectos plenos, pues ello, reitero, debe analizarse en cada caso concreto. Por todas las razones expuestas y ofreciendo una disculpa por la amplitud de esta argumentación, sostengo la consulta en el tema que nos ocupa con las modificaciones que he propuesto en cuanto a su reestructura y que derivan de lo argumentado por algunos de los señores Ministros. Muchas gracias señor Presidente. 16 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Tarjeta blanca señor Ministro Gudiño. SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Sí señor, pues ya lo aclaró el Ministro, era únicamente para precisar el sentido de mi voto y no hacer uso de la palabra en segunda ronda en este tema, pero ya lo aclaró el Ministro Valls, cuando señala que va a quitar esa distinción entre los efectos y la validez en los términos que había manifestado el Ministro Arturo Zaldívar, yo estoy de acuerdo con esa aclaración, era para eso únicamente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: MINISTRO AGUIRRE Señor Ministro Aguirre Anguiano. SEÑOR ANGUIANO: Gracias señor Presidente, escuchando a mis compañeros llego a la conclusión de que de verdad es cierto lo que decía Lao Tse, tenía razón: cuando una idea se transmite en una primera ocasión y no se ha entendido, la culpa es del que transmitió la idea, lo hizo mal, y debe de intentar transmitirla de nuevo con claridad. A ese esfuerzo me vocaciono, he sostenido lo siguiente: que el artículo 121 constitucional, parte de bases de entendimiento común, parte de estándares, ¿y cuáles son esos estándares? Bueno, que los conceptos deben de entenderse en forma llana y no pueden ser torturados ¿qué entendía el Constituyente del 17 por matrimonio? Lo que se entendía desde la primera Constitución Juarista, luego la de 57, luego la de 17 se incorporaron las Leyes de Reforma, el matrimonio es hombre y mujer quienes lo realizan pero esto era del entendimiento común, no era ciencia infusa y el entendimiento común del castellano así se ha conceptuado, pienso yo, que desde siempre. 17 Sostenían en la primera ocasión y respecto de otro tema, que cuando se cambian los conceptos comunes por otros que a mi juicio resultan torturados, se está drenando de contenido la Constitución si este cambio de conceptos afecta una interpretación constitucional, y sostenía, la autoridad, el doctor Trigueros, alguien le llamó el maestro don Eduardo Trigueros, seguramente sí, y él ¿Qué decía cuando analizaba el 121 de la Constitución? “Debemos de notar cómo el artículo de la confederación o federación es claramente un pacto de coordinación tendiente a limitar a los Estados confederados el uso de sus facultades autónomas en beneficio de la seguridad y perpetuidad, de la amistad e intercambio entre los Estados”. Esta es su primera afirmación. Sostengo que debe de haber la coordinación mínima indispensable, la llamé estándar, se me preguntó: ¿y cuál es el estándar? Bueno, yo digo que los estándares son: Primero, el uso común del lenguaje; y segundo, lo que dicen todos los artículos atañederos al matrimonio en todos los Códigos Civiles de todas las entidades federativas, excepto la impugnada. El hombre y la mujer; un hombre y una mujer son los que celebran el contrato de matrimonio. Este es el estándar a que me refería y en contradicho, salvo por la ley impugnada. A este respecto ¿qué decía en su quinta conferencia magistral de las dadas en torno al artículo 121 de la Constitución, en la Universidad de Chihuahua, en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chihuahua en México, en 1947, en la cuarta de sus conferencias, don José Luis Siquerios? Autoridad en la materia, reconocida nacional e internacionalmente ––alguna vez tuve la oportunidad de estar en la Haya, en el Instituto de Derecho Internacional Privado y me preguntaron inmediatamente por él, 18 conocidísimo y respetadísimo–– ¿qué nos dice, aparte de otras cosas? Habla de la doctrina territorialista y la de estatuto personal ––que en las argumentaciones que he escuchado, se alternan indiscriminadamente––. Pero dice: “Los efectos de los actos realizados de acuerdo con dichas normas, serán respetados, tendrá que proporcionárseles esa fe y crédito a que alude la parte normativa del artículo 121, a menos que violen la legislación del Estado donde pretendan eficacia. Si esos derechos adquiridos son en detrimento del orden público a donde se dirigen, no podrán aplicarse, necesita existir una verdadera coincidencia entre la validez de la legislación del Estado en donde se producen los derechos y la legislación del territorio a donde se dirigen su efectos”. Y luego, iré al artículo 13, al que se nos dio lectura. En este momento quiero hacerles una referencia internacional, y voy a iniciar por platicarles que dos homosexuales ingleses quisieron contraer, celebrar matrimonio en Inglaterra, y se los negaron, le dijeron: no, no, aquí hay sociedades civiles o sociedades de convivencia, pero no hay matrimonio para personas del mismo sexo. Entonces se trasladaron a Canadá, Common Well, mancomunidad británica, mancomunidad de Estados, pasaportes válidos de un país al otro, el reconocimiento a la reina; en fin, países altamente afines y hermanados. Fueron a Canadá ––allá sí se permite el matrimonio––, celebraron matrimonio y llegaron a Inglaterra exigiendo el reconocimiento de su estatuto matrimonial. Resolución final del Tribunal inglés: “No lo reconozco porque es contrario a mi orden público”. Italia 2005: “No se reconocen matrimonios porque son contrarios a su orden público”. Nacional e internacionalmente ésta es la historia: Existe el orden público. 19 ¿Cuál es el orden público? Bueno, pues ayer lo refería. Probablemente existan más doctrinas ––pienso que cualquiera es buena––. Condiciones que aseguran el funcionamiento armónico, aquí se habla de armonía igual que como lo hace Trigueros, y normal de las instituciones sobre la base de un sistema coherente de valores y principios. Vayamos ahora al artículo 13 que se mencionaba hace un momento, del Código Civil Federal, y nos dice lo siguiente: “La determinación del derecho aplicable se hará conforme a las siguientes reglas: Las situaciones jurídicas válidamente creadas en las entidades de la República o en un Estado extranjero conforme a su derecho, deben ser reconocidas”. Les ruego que tengan presente la fracción II del artículo 15: “No se aplicará el derecho extranjero, cuando las disposiciones del derecho extranjero o el resultado de su aplicación sean contrarios a principios o instituciones fundamentales del orden público mexicano”; aquello de que hablaban los Tribunales italianos y los Tribunales ingleses, también en México es derecho vigente. Vuelvo a la fracción, al párrafo del artículo 13: “La determinación del derecho aplicable se hará conforme a las siguientes reglas: Las situaciones jurídicas válidamente creadas en las entidades de la República o en un Estado conforme a su derecho deben ser reconocidas”. ¿Qué quiere decir eso de válidamente creadas? Será por ventura que hayan cumplido con el proceso legislativo formal o deberán de guardar cierta observancia a principios de materialidad. La ley no lo distingue, debemos de distinguirlo quienes interpretamos y vamos a decir si se cumplió el proceso legislativo, chato, independientemente de que los conceptos comunes se hayan despreciado, de que el orden público se haya soslayado en forma rotunda y radical; como se cumplió con el proceso formal, hay que concederles validez en toda la República. 20 ¿Y el orden público interfederal qué? ¿Al caño con él? No, pues yo no creo que esto pueda ser así. Yo creo por esto, que la interpretación sana del artículo 121 ante todo es necesaria, hay agravios, pero no estamos a cincho con los argumentos esqueletarios, de que pudo o no haberse echado en la demanda por quien promueve esta acción de inconstitucionalidad; no es el sentido de la acción de inconstitucionalidad. Nosotros podemos hurgar por los rincones que nos plazcan para llegar a entender si hay pureza constitucional en la confronta de la ley tachada de inconstitucional mediante esta acción, o bien hay regularidad constitucional. Yo quiero repetir que estoy por la irregularidad constitucional, por las razones que he mencionado. Tengo algunos comentarios más que hacerles, por ejemplo, en un asunto recién concluido, el coloquialmente conocido como la píldora del día siguiente, alguno de los Ministros para darle la consistencia incontrovertible federal a una Norma Oficial Mexicana, nos afirmaba categórico: El sistema constitucional presupone unicidad. Esto me impresionó, no coincidí con el empate de la argumentación total, pero estoy de acuerdo con esta afirmación, se requiere cierta unicidad, y la cierta unicidad no nos la dan todos los Códigos Civiles de todas las entidades federativas que reconocen como matrimonio hombre y mujer; si esto no es unicidad yo no sé qué sea, salvo desde luego el Decreto impugnado. Por estas razones creo que estamos soslayando, razones torales sobre todo en la interpretación del 121 constitucional, que no está en forma alguna en entredicho. Sostener eso, con todo respeto lo 21 digo y desde luego esa es mi apreciación, no es atender a la cuestión efectivamente planteada como ya alguno de los Ministros coincidieron sin más en esto; y el Federalismo no presupone estos estándares de que he hablado, esta regularidad de que he hablado en principios básicos, no veo cómo pudiera si existiera una diferencia radical de principios básicos en cuanto a concepciones de instituciones civiles en todos los Estados poder sortear este caos desde el punto de vista de Federalismo. También se sostuvo por alguno de los Ministros que al comprender a todos los Estados el texto del artículo 121, obviamente comprendía a la Federación, no, la Federación no es la suma de los Estados, tiene otras características adicionales que todos nosotros conocemos. Espero haberme ajustado a los tiempos que se me marcaron y en este segundo envío haber tratado de ser lo más claro posible, se los protesto. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro don Fernando Franco. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Gracias señor Presidente. Señoras y señores Ministros, me apena decir que a lo mejor no me ciño estrictamente al tiempo pero me parece muy importante precisar mi posición; agradezco mucho al Ministro ponente que haya considerado las observaciones que de manera bosquejada –yo diría- hice en mi primera intervención, y precisamente derivado de eso es que me veo obligado a tratar de plantear claramente esto, porque tiene que ver con conceptos que usamos y me parece, lo dije la vez anterior, que es fundamental que tratemos de ponernos de acuerdo en el enfoque que le vamos a dar a esto porque va a impactar a todo el orden jurídico nacional, en 22 particular a esta facultad que tienen los Estados y el Distrito Federal para legislar en la materia. Quiero precisar que ya todos destacamos la trascendencia que tiene esto, me voy a centrar exclusivamente en la figura del matrimonio, no en otras consideraciones para tratar de centrar mi punto de vista. Parto de los siguientes presupuestos y con pleno respeto a quienes han diferido, creo que este Pleno ya se pronunció sobre la constitucionalidad del artículo 146, es decir, sobre su contenido material y hemos definido hasta ahora que es constitucional; también creo y así lo reconoció el Ministro ponente hasta donde alcancé entender de los comentarios que nos hizo respecto de la sesión anterior, que la conclusión mayoritaria es que aquí no estamos frente a derechos fundamentales, que el matrimonio no es una figura constitucional, que por lo tanto, en lo personal tampoco creo que aquí podamos hablar estrictamente de lo que llaman garantía institucional constitucional, sostengo que es un contrato civil, que de ahí derivó la modificación desde el siglo XIX y que desapareció esa mención en la reforma de noventa y dos, pero que sigue existiendo en todos los códigos. Consecuentemente, nos hemos pronunciado, creo la mayoría, ha habido voces diferentes y por eso lo quiero precisar, en el sentido de que esto atañe a un concepto de razonabilidad frente a una facultad de configuración legislativa de la Asamblea frente a la Constitución, y creo que por ese lado nos hemos inclinado la mayoría. Ahora bien, el análisis que nos ocupa en este momento es el del 121, y me parece que el Ministro Cossío –lo quiero recordar- ayer dio una explicación que a mí me satisfizo porque yo dije que 23 también se tenía que hacer el contraste frente al artículo 121, refiriendo que era la cuestión efectivamente planteada y dio los argumentos, a mí me parece plausible, pero me parece más plausible desde el punto de vista que creo que es fundamental, lo dije y lo reitero, el que establezcamos un marco de referencia porque esto impacta obviamente a toda la Federación en su conjunto y en sus partes. Consecuentemente, creo que sí es el tema de cómo debe interpretarse, y aquí también difiero, sí creo que hay un problema de interpretación y nos ha llevado muchas horas la discusión el artículo 121, partiendo también del presupuesto de que –en mi opinión– no se viola el régimen federal con la reforma que hizo la Asamblea Legislativa en el artículo 146. Ahora bien, a mí me parecería que sostener lo contrario pues de alguna manera sería también contradictorio con lo que ya resolvimos en relación con la constitucionalidad del artículo. Creo que es muy importante aquí la fijación de cuál es la interpretación del artículo 121 en un sentido que ya se ha apuntado; el Ministro Valls comentó que yo lo había dicho y lo recogió, la validez y los efectos, creo que este es el tema medular para mí; después de haber escuchado con toda atención todas las intervenciones que se han ya planteado aquí y los puntos de vista, me parece que esto, lo vuelvo a reiterar, se tiene que ver a la luz de la Constitución en su integridad, no se puede analizar el precepto individualmente y aquí me voy a permitir de nueva cuenta reiterar algunas cuestiones ya muy platicadas, muy expresadas pero que me parecen fundamentales. La distribución de competencias en el Estado Federal Mexicano, deriva de varios artículos, hoy en día tenemos un complejo muy complicado de distribución de competencias, hablamos generalmente del 40, el 41 y el 124 24 constitucionales; sin embargo, me parece que ahí no se agota, tenemos las facultades implícitas del Congreso que eventualmente le dan facultades para ejercer otro tipo de facultades que tienen las autoridades federales, hoy en día tenemos en el 16 fracción VII, lo que se considera en la doctrina o se llama en la doctrina el federalismo cooperativo, por el cual a través de convenios, Estados, Municipios y Federación pueden alterar las competencias cediendo unos a los otros la prestación de servicios o el ejercicio de funciones; consecuentemente, este es un régimen sumamente complejo, pero lo que no he variado y este es mi punto fundamental, es que el artículo 40 establece: Que es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente en su régimen interior; pero unidos en una Federación establecida según los principios de la propia Ley Fundamental”, la Constitución y el siguiente artículo, el 41, establece: “Que la soberanía del pueblo se ejerce por los Poderes de la Unión en la competencia de éstos, ─la expresamente señalada y con estas excepciones que la Constitución establezca─, y por las de los Estados, en lo que compete a su régimen interior, ─y siempre y cuando y para mí es fundamental─, no se violen las estipulaciones del Pacto Federal”. A mí me parece que no debemos perder de vista estos conceptos, por qué, porque el 121 en mi opinión es precisamente una estipulación del Pacto Federal; consecuentemente, hay que interpretarlo a la luz de esta soberanía, para algunos autonomía de los Estados que le otorga la propia Constitución. Ahora, aquí yo veo una gran diferencia con el ejemplo que nos ponían de Inglaterra, Canadá, en esos casos pues no hay Pacto Federal, ni un pacto entre esos Estados, aquí sí lo tenemos y ese es el problema que enfrentamos, si no hubiera el 121, es evidente que no se podría imponer a otro Estado lo que se resuelve en él, pero tenemos el 121 que es el problema y es una estipulación del Pacto Federal. Ahora, efectivamente ahí tenemos un problema 25 que nos ha venido planteando reiteradamente el Ministro Aguirre, no respecto al Distrito Federal, porque recojo lo que dijo el Ministro ponente y lo preciso, el 122 lo resuelve expresamente, el apartado H, el último del 122, en mi opinión se puede interpretar en el sentido de que también le es aplicable al Distrito Federal, dado que dice: “Las prohibiciones y limitaciones que esta Constitución establece para los Estados se aplicarán a las autoridades del Distrito Federal”. Consecuentemente, yo sé que esto puede ser materia de debate, pero creo que es válido que interpretemos que hoy en día en qué ha cambiado sustancialmente el régimen original del Distrito Federal que salvaba todas estas cuestiones dado que no tenía autoridades propias electas, no tenía Asamblea Legislativa que pudiera expedir normas y esto lo vinculo en la evolución que ha tenido nuestra legislación civil que no hay que perder de vista. Durante décadas fue un solo Código Civil para el Distrito Federal en materia común y federal, y era un solo Código; a raíz de la evolución político-estructural del D. F., la creación de la Asamblea Legislativa se le otorgó esa facultad a la Asamblea. Partiendo de estos supuestos, me parece que -en mi opinión- lo que es fundamental es definir si la expresión “se le dará validez”, implica como en alguna parte lo mencionó el Ministro ponente y de ahí mi necesidad de precisar mi posición, que surte efectos plenos ese acto en el resto de las entidades del país. Creo que aquí es donde está mi única diferencia con lo por él expresado y que me parece fundamental. Les van a repartir un documento que les había comentado, en donde está un cuadrito simplemente de cómo se regula en todas las entidades federativas esta materia, y verán cómo esto es muy importante, lo señalé ejemplificativamente la vez pasada entre el 26 Código Federal y el Código del Distrito Federal, pero si ustedes aprecian en ese cuadro verán cómo hay una solución local, prácticamente uniforme de cómo se deben resolver estas cuestiones. Ahora bien, estoy de acuerdo con el proyecto y lo sostengo, en que no hay duda de que hay que reconocerle validez al acto generado en una entidad conforme a la legislación que le es propia, conforme a su propia soberanía, y que esto no puede negárselo ninguna otra entidad como consecuencia de la aplicación del 121, en que concluyamos que todos los efectos plenos se dan en todo el resto de las entidades federativas. Aquí yo comparto las dudas y las reservas del Ministro Presidente y del Ministro Aguirre, si estamos partiendo de la base de que le reconocemos a la Asamblea su capacidad constitucional de configuración legislativa, se la tenemos que reconocer al resto de las entidades de la Federación. Consecuentemente, en aquellos casos ─insisto─ en aquellos casos en que los efectos, no sé cómo llamarle, secundarios, derivados de esta figura, puedan chocar con la legislación local de otra entidad; es decir, si fueran efectos plenos, como aquí se ha mencionado, querría decir que surtirían todos sus efectos conforme a la legislación del D.F., en cualquier otra entidad federativa. Eso es lo que yo considero que no es correcto frente a nuestro régimen federal; tiene validez el acto y no se la puede negar la otra entidad. Ahora, para los efectos, se tiene que estar a la legislación generadora del acto, a la legislación receptora, y al 121 e interpretar en los casos concretos cuál es el alcance de esto; si no lo hiciéramos así y le diéramos plenos efectos a la figura, entonces sí, -en mi opinión-, le estaríamos imponiendo al resto de las entidades 27 lo que una resuelve, respecto de su régimen interior, y creo que ese no es el alcance que tiene el 121, insisto, el 121 es muy complicado; de otra manera, no podríamos entender por qué el Constituyente recogiendo la fórmula norteamericana, le dejó al Congreso de la Unión establecer qué efectos tienen esos actos. Consecuentemente, me parece que es un problema de matiz, no sé si lo supe expresar adecuadamente, pero creo que hay que hacer una diferencia, la validez, en mi opinión, y por eso dije que estaba de acuerdo con el proyecto, creo que no se puede cuestionar, el punto es ¿qué efectos puede producir en el resto de las entidades un acto que se celebra en otra entidad federativa? Ahí creo que los efectos son los propios, directos, inmediatos del acto que no se pueden cuestionar, pero hay muchos otros efectos que podrían derivar de ese acto conforme a la legislación que lo creó, que puedan no estar previstos en las otras legislaciones estatales. Y el caso que aquí se ha puesto, en la adopción, el acto celebrado formal y con todos los requisitos en el Distrito Federal de un matrimonio entre dos personas, este Pleno ha considerado que es constitucional; consecuentemente, si reúne todos los requisitos es válida. Si una pareja del mismo sexo se trasladara a otro Estado, en el Distrito Federal está pendiente de que se definan las consecuencias de ese acto, todavía tenemos que analizar el problema de la adopción, pero en principio surte todos los demás efectos; si éste fuese el caso, independientemente de esto, si se fueran a otra entidad en donde hubieran disposiciones expresas como aquí se han señalado, en relación a que la adopción como matrimonio sólo se puede hacer entre parejas de distinto sexo, tendríamos un conflicto de leyes, yo no me estoy pronunciando, ese sería un caso que tendrían que analizar los tribunales en su momento y resolverlo, insisto, a la luz de un conflicto de leyes entre la ley originaria del acto y sus efectos, la ley de la entidad 28 correspondiente y su relación con el 121 constitucional. Esta sería hasta ahora mi posición, salvo que encontrara un argumento que me hiciera cambiar. Muchas gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Cossío. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Presidente. Antes de dar mi exposición quisiera regresar al punto que muy amablemente nos trató el señor Ministro Valls. Efectivamente, hay una diferencia fundamental entre entrar al problema del artículo 121 como una cuestión derivada de los artículos 14 y 16 como lo trata el proyecto y que el Ministro Valls nos ofrece desarrollar desde esa perspectiva el 121, o considerar que el artículo 121 debe ser analizado en términos de un elemento de contraste de los artículos del Código Civil que están siendo impugnados por el Procurador General de la República. ¿Por qué lo digo así? Porque a mi parecer, la cuestión efectivamente planteada, desde el momento en que se establece como un trastocamiento, y son palabras del Procurador, de una inconveniencia de la figura del matrimonio y la adopción en el Distrito Federal, realmente a mi parecer, lo que nos está señalando el Procurador General de la República es la violación al artículo 121 constitucional de manera directa, más que de manera derivada de los artículos 14 y 16, otra vez bajo una idea de fundamentación y motivación. Yo cuando me acerco al problema, lo que encuentro es que, insisto, lo que se está diciendo es: “en realidad el matrimonio -en palabras del Procurador- que trastoca el orden jurídico mexicano porque le impone a las entidades federativas una forma de actuación”. ¿Tiene que ver eso con el 14 y 16, o tiene que ver eso con el 121 directamente? Yo entiendo que es un problema derivado del 121. Algunos de nosotros hemos dicho que la interpretación nos parece compleja, algunos otros han estimado que la interpretación es simple, pero lo que me parece clarísimo es que todos hemos 29 pasado por el artículo 121, para efectos de poder construir esta derivación, esta flexibilidad, este trastocamiento, como cada quien quiera verlo, del propio sistema federal mexicano, en tanto -dice otra vez el Procurador- “una entidad federativa -no dice un Estadouna entidad federativa le impone a otras entidades federativas el reconocimiento de ciertas formas de matrimonio y sus consecuencias a partir de la decisión tomada”. Creo que sí es muy importante definir en primer lugar, si vamos a entrar a esto como una cuestión de constitucionalidad directa de los artículos del Código Civil impugnado, frente al artículo 121, o si esos artículos los vamos a ver a la luz del 14 y 16, y ahí retomar esto que nos ofreció el Ministro Valls amablemente, en el sentido de hacer un desarrollo del artículo 121. Algunos de los señores Ministros nos hemos pronunciado en el sentido de que es necesario ordenar la cuestión efectivamente planteada, tomar con base en el 49 de la Ley Reglamentaria esta argumentación y declarar en su caso, o al menos analizar el tema en términos del 71 como un precepto constitucional diverso, que eso se nos permite en las acciones que no son propiamente electorales; entonces, yo creo que esto es un tema porque de aquí sí derivan, me parece, formas muy distintas de la argumentación, lo que acaba de señalar el Ministro Franco, hasta donde yo entiendo es una argumentación directa del 121, algunos otros, el Ministro Gudiño hoy en la mañana, el Ministro Silva Meza en la sesión del día de ayer, estimaban que el asunto no debía verse de esa forma, creo que esta es una cuestión, insisto previa, porque a partir de ahí entonces creo que los argumentos son muy distintos para estar a favor o en contra del proyecto, yo en principio estoy de acuerdo con el proyecto, pero sí me gustaría saber cómo lo voy a argumentar. Sé que el Ministro Valls ya nos dijo que lo va a dejar en sus términos y complementaría la parte del artículo 121, pero sigo insistiendo que 30 hay concepto de invalidez de constitucionalidad directa contra el 121 y no derivada del 14 y 16. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: No cabe duda que el problema es complejo, acabo de oír, y esto como premisa de mi intervención que el Pleno ya se pronunció sobre la constitucionalidad del artículo 146 impugnado, dijo el señor Ministro don Fernando Franco, y esto es cierto pero no del todo, hay dos argumentos sustanciales de inconstitucionalidad en contra del 146, uno que ya resolvimos viola el artículo 4º. y viola el artículo 16 de la Constitución y ya nueve votos dijeron “no se da esa violación”, pero hay otro planteamiento, el artículo 146 impugnado no dice viola el artículo 121 y esto es bien importante precisarlo; la única forma en que el artículo 146 del Código Civil del Distrito Federal podría violar el 121, fracción IV, de la Constitución Federal es que dijera: “Estos matrimonios solamente son válidos en el Distrito Federal y no así en el territorio nacional, en los demás Estados”, porque entonces sí, iría contra el texto expreso de la Constitución que dice: “Que los actos del Registro Civil autorizados por cualquiera de los Estados de acuerdo con sus leyes, debe ser reconocida su validez por los otros Estados, entonces el argumento es delicado en su concepto. Lo que está diciendo el señor Procurador es: Este nuevo texto del artículo 146, es inconsecuente con los valores federativos que protege el artículo 121 de la Constitución y que son la unidad, la concordancia entre todos los Estados Federales al imponer, derivada de esa nueva disposición, una obligación que está en la Constitución, de reconocer la validez de un acto que resulta extraño cuando no contrario al orden público de los demás Estados; esto es, como yo entiendo el planteamiento del Procurador, y entonces quiero decir: “para mí, esto es tema de inconstitucionalidad”, algunos señores Ministros, la señora Ministra Sánchez Cordero y el propio Ministro Valls en su intervención de esta mañana dicen que 31 esto no puede ser tema de inconstitucionalidad ni de estudio, perdón hago una libre referencia, no a los conceptos claros como ustedes los expresaron, porque es tema de estructura federal y esto no tiene que ver con la acción de inconstitucionalidad, pues yo digo: “claro que sí”, si el amparo que es una acción personal para la defensa de las garantías individuales permite el planteamiento de temas de competencia por invasión de esferas de la Federación a los Estados o viceversa el llamado amparo-soberanía, que acaba siempre en el 16 constitucional por falta de competencia de la autoridad pero en una acción de inconstitucionalidad el estudio es abierto y el examen, hemos dicho, es abstracto, no requerimos un caso concreto para, a partir de allí, sacar la consecuencia. Entiendo el argumento tal como lo expresó don Sergio Aguirre; no se vale que a partir de una norma constitucional que le impone una obligación a todos los Estados, meter en el concepto Registro Civil un nuevo tipo de acto que ninguno de los otros reconoce, entonces oí respuestas muy claras en sentido contrario de que sí se puede, está la libre configuración y no se afecta la ley de los otros Estados, lo único que se les dice es: “tienes que reconocer la validez de este acto” y a más de eso no pasa nada, bueno esa sería la respuesta si se ve cómo una norma que el Procurador ¡ojo! no dice viola el 121 porque no tiene que ver nada con la letra del 121, sino genera un acto de discordancia dentro del Pacto Federal– no está yendo expresamente contra una de las estipulaciones del Pacto Federal, pero sí produce una anomalía dentro del Pacto Federal cuando la Federación en el Código Civil Federal y los treinta y un Estados que la componen, tienen un concepto distinto del matrimonio; entonces, mi posición será porque el análisis debe hacerse a la luz del 121, no del 14 y 16, eso ya lo resolvimos y ya dijimos: “no viola el artículo 4º que protege a la familia, no viola el artículo 16 porque el legislador local tuvo razones que el Pleno estimó atinentes y que justifican la emisión de la nueva norma” por eso la moción del señor Ministro 32 Cossío pienso que es interesante que el Pleno defina si el enfoque de este argumento se va a hacer directamente a la luz del artículo 121 o si vamos a seguir entremezclados con el 4º y 16. Por favor tarjeta blanca al Ministro Cossío, luego el señor Ministro Zaldívar y luego el señor Ministro Silva Meza. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Simplemente para insistir en esto. Estamos frente a un problema, un árbol de decisiones. Tenemos frente a nosotros el problema del matrimonio, el matrimonio nos abre dos posibilidades: son válidos o no son válidos y si son válidos o no son válidos, en dónde son válidos. Tanto el Ministro Presidente como el Ministro Aguirre si no entiendo mal dicen: “Que la validez de los matrimonios que se realicen en el Distrito Federal en contravenciones a un modelo constitucional que ellos estiman, a un modelo histórico-sociológico o a lo que es la media de los matrimonios en este país, no puede ser o no tiene por qué ser válido en el resto de las entidades federativas” si no los interpreto mal. Ahí ya se abrieron dos decisiones respecto a matrimonio, mientras que el resto de los integrantes de este Tribunal estamos considerando que es válido. Eso necesariamente pasa por la fracción IV del 121, no hay otra posibilidad de resolverlo. En segundo lugar, una vez que hemos definido que esos matrimonios son válidos en el resto de las entidades federativas, se plantea el problema que explicaba el Ministro Franco que es: ¿Y cuáles son los efectos? hay dos posibilidades genéricas ahí: La primera, los matrimonios que se realicen en el Distrito Federal tienen respecto del resto de las entidades federativas o Estados ahí sí, la totalidad de los efectos que esas instituciones o instituciones semejantes tienen dentro de las propias entidades federativas de manera total y abstracta o la segunda que es la que decía el Ministro Franco ahora, tiene una segunda posibilidad que es: “Los 33 efectos de los matrimonios reconocidos como válidos en la totalidad de las entidades federativas de nuestro país tienen los efectos que determinen las propias normas de cada una de las entidades federativas, no hay más que dos posibilidades, entonces se va a abrir un árbol de decisiones y en este segundo caso, eso necesariamente pasa por el 121 y a mí me parece –insisto– que esta es la cuestión efectivamente planteada por el Procurador General de la República; de otra manera, vamos a resolver a soslayo por vía del 14 y 16 un tema que es absolutamente central que es la validez y después los efectos, yo no me estoy pronunciando hasta el momento –por la validez ya me pronuncié, pero no por los efectos– tendría que reflexionar más lo que dijo el Ministro Franco, pero creo que todo esto –insisto– pasa centralmente por el 121. Gracias señor. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Tarjeta blanca para el Ministro Aguirre Anguiano. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias, muy amable, solamente para una precisión. A mí me parece impresionante la intervención de Fernando Franco, estoy meditándolo, pero quiero decir lo siguiente. Él argumentaba en el sentido de que el artículo 41 establece ciertos lineamientos, ciertas coordenadas que no afectan por ejemplo a la mancomunidad británica. Yo digo que en esencia es preciso, pero la mancomunidad británica hoy por hoy ya no tiene Constitución; sin embargo, está sujeta a la declaración de principios de la mancomunidad, los que se firmaron en Singapur en mil novecientos setenta y uno, y en términos generales aceptan en esa declaración, la importancia de la democracia, el buen gobierno, el respeto a los derechos humanos, igualdad de hombre y mujer, respeto a las leyes, desarrollo sustentable y desde luego, la existencia de un orden público propio de cada uno de los países 34 que están en esta mancomunidad. En este sentido hay pues, según mi parecer un evidente paralelismo. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Zaldívar. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor Presidente, primeramente y agradecer mucho al Ministro ponente, las consideraciones con todos los argumentos que hicimos valer algunos de los Ministros el día de ayer; por el otro lado, señalar que había entendido que precisamente lo que estábamos discutiendo era la interpretación del 121; creo que si se hace algún pequeño ajuste menor en el proyecto, ya con todo lo que aceptó el Ministro ponente, son salvables las dos posiciones y se pueden construir a mayor abundamiento las dos posturas. Quisiera, la mayor parte de esta exposición, dedicarla a un argumento brillante que expuso ayer el Ministro Presidente y que hoy reitero y que realmente sí me parece que es un argumento que debemos tomar con mucha seriedad y reflexionar, porque siempre he pensado que en los tribunales, sobre todo constitucionales, pero en todos, más que los votos, lo que importa son las razones y a veces se puede ganar la votación, pero quedar evidenciado en el debate, que a mí me parece que este argumento del Ministro Presidente, requiere que lo discutamos y lo reflexionemos, a mí me pareció que presentó un enfoque sobre el cual al menos yo no había advertido y me da la impresión por las exposiciones que se han dado, que tampoco se había advertido este enfoque diferente que efectivamente no habíamos analizado. Por un lado, dice el Ministro Presidente, que el 121 no habla de Distrito Federal, a mí me parece con todo respeto, que esta cuestión es fácilmente salvable, ya lo dijo el Ministro Franco el Distrito Federal ha venido evolucionando y hoy es una entidad federativa, a la cual obviamente se le aplica el 121, también hizo alguna 35 argumentación el día de ayer, otra vez sobre el concepto de matrimonio, y sobre si vulnera o no este concepto milenario y en fin, creo que en este aspecto, en este sólo aspecto, sí creo que ya hay una definición de este Tribunal Pleno sobre que esta definición, esta nueva conceptualización de matrimonio, no vulnera ni el concepto de familia, ni el 4º ni ningún otro precepto, pero lo que me parece novedoso, es lo que estableció sobre la cuestión realmente planteada el Ministro Presidente, diciendo algo sobre lo cual no hemos votado; es decir, ¿El Registro Civil es o no de libre configuración? ¿El Congreso General cuando legisla las bases sobre el Registro Civil, tiene la atribución de establecer límites? o la libre configuración del Registro Civil hace que los Estados puedan dotar esos actos o nuevos actos del Registro Civil de otra manera. Éste, me parece un argumento muy importante que no lo comparto, pero sí creo que es de una relevancia y de una inteligencia notable, como nos acostumbra el Ministro Presidente cuando nos sorprende con sus argumentaciones. Creo que el artículo 121 constitucional —como ya decía ayer el Ministro Cossío— tiene una interpretación que no sustentaría estos extremos; la primera parte del precepto, la primera parte del primer párrafo, dice: “En cada Estado de la Federación se dará entera fe y crédito a los actos públicos, registros y procedimientos judiciales de todos los otros Estados”. Esta es la premisa, ésta es la obligación, que tienen todos los Estados ¿A qué autoriza la Constitución al Congreso? Dice la segunda parte del primer párrafo: “El Congreso de la Unión, por medio de leyes generales prescribirá la manera de probar dichos actos, registros y procedimientos y el efecto de ellos sujetándose a las bases siguientes”, no establece qué tipo de actos van a ser, ni tampoco establece que tenga el Congreso General libertad para prever la validez y los efectos, porque después vienen cuatro fracciones que le son obligatorias al Congreso. 36 La fracción IV, que es la que nos ocupa, dice claramente: “Los actos del estado civil ajustados a las leyes de un Estado tendrán validez en los otros”. Entonces a mí me parece que no es atribución del Congreso establecer qué actos van a ser válidos en el Registro Civil, y que sí hay una libre configuración de los Estados. ¡Claro! Siempre y cuando respeten la Constitución General de la República, respeten los derechos fundamentales. Si nosotros hemos establecido, y aquí es donde creo que sí se liga lo que ya resolvimos con esto de que no se vulnera de manera sustantiva ningún derecho fundamental, ninguna garantía institucional, ningún precepto de la Constitución con estos matrimonios, me parece que difícilmente podríamos sostener que lo que se está vulnerando es esta facultad del Congreso para configurar los actos del Registro Civil. Creo que no hay tal atribución. Nos decía ayer el Ministro Presidente algunos extremos, como la poligamia, y quizás podríamos pensar en muchos otros. Lo que sucede es que dados esos supuestos, pues ya sería cuestión de que los asuntos en su caso lleguen a esta Suprema Corte y determinemos la constitucionalidad o no; tampoco queremos decir que los Congresos de los Estados puedan hacer lo que quieran. Habrá que ver, en cada caso, si efectivamente resisten un análisis o no de constitucionalidad. Estimo que sí, que efectivamente no le asiste la razón al Procurador en el argumento, porque no hay esta vulneración, no hay esta irregularidad, no hay esta ofensa que después matizó el Ministro Presidente con este tipo de disposiciones, pero sí me parece que es un argumento del cual nos tenemos que hacer cargo porque creo que esto es lo que planteó el Procurador efectivamente, como dice el Ministro Presidente. 37 Por otro lado, en relación ya a lo que decía el Ministro Fernando Franco, me parece y si no es así, le pediría al señor Ministro que me aclarara lo que entendí de su afirmación sobre los efectos secundarios —por llamarlo de alguna manera— no es que la validez del acto —en este caso el matrimonio— esté sujeta a no tener efectos en otra entidad federativa. No quiere decir que los actos derivados de este matrimonio que se hayan realizado en el Distrito Federal no vayan a tener eficacia en otra entidad federativa. Pongo el ejemplo: si un matrimonio entre parejas del mismo sexo adopta un hijo, se mudan a otra entidad donde no se reconoce, no sólo no se reconoce incluso se podría prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo, no podríamos nosotros sostener que no hay matrimonio y que el hijo adoptivo ya no es hijo de este matrimonio. A mí me parecería que esta interpretación sí sería abiertamente contraria a la Constitución y a la libertad de configuración de los Estados. Lo que entiendo que quizás se refiere el Ministro Franco es que este matrimonio llega a un Estado donde la adopción no está permitida a matrimonios entre personas del mismo sexo porque no está reconocida esta figura y entonces ellos no podrían decir: Como en el Distrito Federal tengo este derecho, lo puedo hacer valer aquí. Y aquí sí estaríamos ya —según entiendo— en un problema de cada caso concreto, entonces creo que se puede sostener válidamente que sostenemos la validez de los actos que despliegan, como no puede ser de otra manera, sus efectos derivados de esa validez, pero que puede haber otro tipo de situaciones que quedan sujetas a una interpretación de cada caso concreto. Tengo la impresión de que ése era el planteamiento del Ministro Franco. Si así fuera, pues a mí me parece en principio bastante 38 razonable la posición del Ministro Franco y no creo que sea contradictoria con lo que hemos sostenido. Simplemente tengo la impresión de que vamos afinando un tema que sin duda es muy complejo. Una última cuestión a mayor abundamiento. Me parece que el no reconocer la validez de los matrimonios entre personas del mismo sexo declarados constitucionales —en su caso— por esta Suprema Corte vulneraría también el derecho de libertad de tránsito y de residencia de todos los que participan de este tipo de matrimonios, porque pensemos. ¿Qué va a suceder en el momento en que una pareja que es matrimonio en el Distrito Federal? de personas del mismo sexo que “cruza la frontera” entre comillas del Distrito Federal, este matrimonio ¿se desvanece?, ¿se van de vacaciones y ya no son matrimonios? Se van de vacaciones, y su hijo ¿ya no es su hijo? O se mudan de residencia, y entonces ya el hijo ya no es el hijo, no tiene derecho a alimentos. En fin, me parece que estos asuntos son muy complicados, y no solo eso, sino que una persona que tiene este matrimonio, va a otro Estado, y entonces ¿ya se puede casar porque no está casado? Bueno, y ustedes me van a decir cómo se va a casar si solamente hay matrimonios heterosexuales. Nosotros sabemos que hay muchos casos de personas con cierta orientación sexual que no obstante optan, por las razones que sean, tener un matrimonio heterosexual. Entonces, creo que no podríamos llegar a estos extremos, y que él no reconocer la validez nos llevaría a estos extremos. Creo que la interpretación sana del 121, que desde luego no deja de ser compleja, sobre todo en un tema tan delicado; y las contraargumentaciones e ideas que vamos aquí avanzando, a mí me llevan a la convicción de que efectivamente el argumento del 39 Procurador no es fundado, porque no se produce este rompimiento, no se produce este ataque, esta vulneración al orden público de los Estados, con el reconocimiento de la validez. ¿Por qué? Porque estamos en presencia de un mandato expreso. Y realmente, la configuración a nivel federal o ley general de los actos del Registro Civil, no me conduce a un convencimiento de que realmente pudiera ser un argumento tal como está el texto del 121, y cuál ha sido nuestra tradición, sin negar como ya indiqué, que pudiera darse eventualmente algún caso, en que pudiera venir algún exceso, que pudiéramos en un momento dado declarar ese acto inconstitucional, pero no por vulnerar el Registro Civil sino por vulnerar algún otro precepto. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Con una disculpa para quienes siguen en la lista, don Juan Silva Meza, Luis María Aguilar, Ministra Luna Ramos y Ministro Valls, me veo precisado a un par de brevísimas aclaraciones. La primera, yo hice la lectura del artículo 121, y dije, hago notar que aquí no se habla ni del Distrito Federal ni de la Federación, pero esto inclusive tiene un sentido histórico. En 1917, no se habló del Distrito Federal, porque no había un gobierno propio de entidad, dije: el gobierno del Distrito Federal era gobierno federal, y a continuación se da la potestad al Congreso Federal para emitir una Ley General sobre Reconocimiento y Validez. Esta ley, se dijo: no fue una Ley General reglamentaria del 121, pero sí en el aspecto del Registro Civil, el Código Civil Federal, asentó las reglas del Distrito Federal en el Código, y la validez de los actos celebrados en los otros Estados de la República. El argumento que acabo de escuchar y que parece estar inmerso en la discusión; la propuesta del señor Ministro Aguirre Anguiano, así la 40 entiendo, y la mía propia, no es en el sentido de que no se reconozca la validez de matrimonios entre personas del mismo sexo fuera del Distrito Federal; no, las consecuencias serían terribles, no las imagino. No, la propuesta como la planteo es: el nuevo artículo 146 es inconsecuente con el régimen federal, y con la estipulación que establece el artículo 121 en su fracción IV. Por lo tanto, es una norma inconstitucional, y hay que expulsarla del orden jurídico. Esa es mi propuesta, pero estamos partiendo de la base de que el acto es válido en toda la República, y el problema se suscita porque son actos válidos en toda la República, tal como lo plantea el Procurador. Quise hacer estas precisiones para que se tengan en cuenta en lo que sigue de la discusión. Señor Ministro Silva Meza. SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Gracias Presidente. Pues sí, efectivamente es tan rica la expresión de argumentos y precisiones que pues hay mucha materia para seguir adelante, pero para estos efectos comparto con aquellos compañeros que han señalado la necesidad de precisar, acotar perfectamente el tema a discusión; el tema a discusión tiene que partir precisamente de lo expresado por el accionante, y el accionante efectivamente considera que se vulneran los artículos 14 y 16, vinculados con el 121, pero dice, 14 y 16 en función de que la aceptación de esta norma, de este tipo específico de matrimonio entre personas del mismo sexo, a la luz del 121 genera violaciones a principios de legalidad y genera inseguridad jurídica, que son las violaciones al 14 y 16. Prácticamente hay que hacernos cargo, y el proyecto se hace cargo, de las violaciones a estos dos preceptos, 14 y 16, analizados a la luz del artículo 121. 41 ¿Cómo lo hace a la luz del 121? Determinando la naturaleza y alcance de esta discusión constitucional. En ese sentido el debate se ha abierto en función de la naturaleza, en función de la interpretación del 121, y dentro de esta suerte en lo particular yo sigo sosteniendo lo que señalaba el día de ayer en relación a la naturaleza y alcance del 121 constitucional inserto necesariamente en nuestra estructura federal. ¿Por qué? Porque precisamente ésta, nuestra estructura federal, y estas posibilidades inclusive de actuación de los diversos Poderes de las entidades federativas que conllevan de la mano en muchísimos de los casos cuando así lo señala la Constitución Federal, de libertad de configuración, viene a determinar o viene a generar conflictos de leyes definitivamente y problemas en relación con su aplicación extraterritorial. En función de esos problemas de aplicación extraterritorial es que el artículo 121 se erige, desde mi punto de vista, como una disposición que viene a determinar las bases para dirimir esos conflictos normativos, esas son las bases que señala, bases para dirimir conflictos normativos, no bases para establecer unicidad en contenidos materiales de legislación. Se habla de principios de unicidad, se habla de principios de uniformidad, se alude que hay violación; la violación constitucional se señala en función de que esta discusión es contraria a las otras disposiciones contenidas en otros ordenamientos civiles en relación con esta figura del matrimonio, eso no es federalismo, eso es centralismo. Vamos, si pensamos que hay una violación de esta discusión porque no es conforme con las demás o porque no es conforme con la Federación, ¿entonces dónde quedó el federalismo, dónde quedó la libertad de configuración de cada una 42 de las entidades federativas y dónde queda el contenido y alcance del 121 constitucional? El 121 constitucional está precisamente para dirimir, fijar bases para dirimir esos conflictos de aplicación, y ese es el sentido, desde mi punto de vista, donde el cual, bordando en el proyecto, analizando el 121 constitucional, analizando las características en función de ejercicio de libre configuración legislativa, donde reconociendo una realidad social en una determinada circunscripción político-territorial se determina una disposición que regula esta figura; esta situación con expresiones diferentes, con contenidos diferentes, se ha reconocido, se ha establecido aquí ya su constitucionalidad. Ahora, para estos efectos si ya se consideró la constitucionalidad, vamos al 121 frente a eventuales, eventuales, posibles conflictos en casos concretos que no implican una determinación en abstracto, en una interpretación de un 121 constitucional que nadie está pidiendo sino simplemente en relación con el 14 y 16, para efectos de si existe o no una transgresión en función del 146 por la aplicación del 121 constitucional, que establece exclusivamente normas para dirimir conflictos de aplicación extraterritorial de disposiciones, y en el caso concreto, la fracción IV, del 121, que determina regla clarísima, clarísima, para efecto de reconocimiento de validez, que es cosa diferente y que creo que hay que distinguir y se me hace lo interesante y muy valioso del documento que nos acaba de repartir el señor Ministro Franco, en relación de distinguir validez y efectos, porque son dos situaciones totalmente diferentes, en alguna exclusivamente se trata del reconocimiento de validez que no implica aplicación extraterritorial, la aplicación está en función de los efectos y la problemática constitucional, desde mi punto de vista, solamente puede presentarse frente a casos concretos donde no se reconozca o no se le den efectos a esos actos, donde puede haber un pronunciamiento concreto, pero no un 43 pronunciamiento en relación con validez constitucional del 121 en su contenido y alcance, ―que insisto―, no es la materia de la acción de inconstitucionalidad. Sí está vinculada con inseguridad jurídica y con problemas de legalidad y aquí la conclusión debe ser: en esta aplicación se genera, en función de la norma que ha sido reformada, en esta norma que ha sido creada que reconoce la pertenencia jurídica, legal, constitucional, del matrimonio entre personas del mismo sexo en esta aplicación, reconocimiento en otras entidades federativas que no la tienen, esta lectura del 121 tiene que ser, creo, en última instancia, en función del reconocimiento de derechos, no en función de prohibiciones o de omisiones o de tratamientos diferenciados en un Estado federal. Creo, por eso, que con las especificaciones que el señor Ministro ponente ha determinado en la mañana de hoy, yo seguiría estando de acuerdo con el proyecto, sobre todo con esos planteamientos que él ha hecho en esta mañana, en el sentido de que no resulta posible en el caso, hacer un estudio en abstracto de todos los supuestos posibles, conflictos que pueden presentarse en el caso concreto. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls, tarjeta blanca. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Sí, señor Presidente, quiero agradecerles a todos sus comentarios sobre lo dicho por un servidor esta mañana, y quiero decirles que en principio estoy de acuerdo con todo aquello que se ha ido sugiriendo para incorporarlo al proyecto y solamente una precisión a lo dicho por el señor Ministro Cossío: efectivamente los argumentos de la Procuraduría pasan por el matiz del 121, pero no están señalando que haya 44 violación directa del 121 como lo acaba de decir el señor Ministro Silva Meza, por ello no se hace un análisis directo del 121 sino en función del 14 y del 16 constitucionales, que es como lo plantean los argumentos del accionante. Con esa precisión, mi agradecimiento a todos los señores Ministros por sus aportaciones para ir redondeando ya un proyecto de sentencia. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Esta aclaración cancela la solicitud de voto posterior, señor ponente? SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Sí señor. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Gracias. Señor Ministro Luis María Aguilar. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Cuando platiqué brevemente con el Ministro Valls respecto de lo que se estaba discutiendo, le comentaba algunas ideas que afortunadamente para mí han desarrollado con muchísima mayor claridad el Ministro Zaldívar y el Ministro Silva Meza respecto del punto y con lo cual y por supuesto estoy de acuerdo, ese problema de la distinción entre la validez y los efectos no la veo en ese sentido de efectos, yo creo que estamos precisamente en la aplicación de estas dos fracciones del 121, la I y la IV, la validez del acto, vamos al ejemplo concreto, la validez del acto del matrimonio, desde luego que es la validez que debe reconocerse en toda entidad de la República, no dejan de ser un matrimonio porque se trasladen a cualquier otra entidad de la República que no sea el Distrito Federal. El efecto, decía el Ministro Franco, a lo mejor es distinto, no, yo creo que como se explicaba de alguna manera, se trata de que a la hora 45 de querer, por ejemplo, adoptar y en una entidad estuviera expresamente prohibido que los matrimonios compuestos por personas de un mismo sexo no pueden adoptar o a la inversa, en sentido negativo, sólo los matrimonios conformados por hombre y mujer pueden adoptar, lo que se trata ahí es de la aplicación de la norma local, no es porque el matrimonio no surta sus efectos en este otro Estado, sino porque la aplicación de las normas de este Estado, como señala la fracción I, no permiten que se haga la adopción. Creo que ahí no estamos hablando de que el efecto se disminuye, ese es mi punto de vista, creo que se trata del cumplimiento de la fracción I del 121, que exige que las reglas de un Estado se apliquen en ese Estado, sin que se pueda dar la aplicación extraterritorial en otro Estado de la República o entidad como es el Distrito Federal. Por otra parte, por lo que se refiere a la uniformidad de la institución del matrimonio, que es la que se pudiera ver afectada desde el artículo 121 de la Constitución, ya lo apuntaba el Ministro Silva, que en realidad esa uniformidad, primero, para mí ––lo decía yo ayer––, no la veo derivar como una condición del 121, pero suponiendo que existiera, entonces tendríamos que definir cuál es esa uniformidad, en qué momento hay uniformidad; porque solamente un Estado no esté en esa uniformidad ¿sigue existiendo o cuando sean dos o tres Estados los que ya lo modificaron? De tal modo que además se haría totalmente inamovible esa uniformidad si nunca nadie puede dar el primer paso para cambiar la uniformidad tal. Creo que en ese sentido la uniformidad bastaría entenderla en cuanto a la libertad precisamente, dentro de un sistema federal, la libertad de configuración que tiene cada entidad de la República. Y mientras esa libertad de configuración no sea contraria a la Norma 46 Federal, a la Constitución Federal, no le veo ningún problema para que sea distinta en un Estado que en otro. Precisamente aquí estamos discutiendo o hemos discutido y votado ya que el 146, no viola la Constitución Federal en el sentido de la configuración del matrimonio entre personas de un mismo sexo. Bueno, pues ésa es precisamente una de las libertades de configuración que no tiene por qué estar sujeta a un candado que sería inamovible porque está rompiendo la uniformidad, porque entonces nunca se podría romper esa uniformidad. Muchas gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señora Ministra Luna Ramos. SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Gracias señor Presidente. Releyendo la demanda del señor Procurador, porque se ha hablado mucho de cuál ha sido la cuestión efectivamente planteada en este aspecto. Lo que él dice es esto: El 146, si se declara válido, está estableciendo la posibilidad de que se lleve a cabo el matrimonio entre personas del mismo sexo ––que esto no es válidamente aceptado en todos los Estados de la República––. Y si bien es cierto que el artículo 121 de la Constitución, en su fracción IV, dice: “Que todos estos actos de Registro Civil deben tener reconocimiento de validez, ––dice–– lo cierto es que al ir en contra de disposiciones constitucionales y locales, rompe con el régimen de competencia federal” ––Ése es el argumento del Procurador––. Pero además, algo que les quiero leer y que va un poco en función de lo externado por el señor Ministro Franco, que es lo que creo que hay que precisar de manera más concreta. Dice: “En este orden de ideas”, ––después de haber externado lo que ya había adelantado, incluso poniendo ejemplos de artículos de Constituciones locales, que dicen lo contrario––, dice: “En este orden de ideas, es necesario diferenciar el mandato constitucional 47 del numeral 121, por lo que hace a los actos civiles de los Estados. Dicho numeral ordena dar reconocimiento de validez; sin embargo, ello no implica la viabilidad jurídica de otorgarle efectos en la legislación local de determinada entidad federativa al acto civil determinado, está expresamente prohibido o es incompatible con el previsto en las leyes de otro Estado. Ello, sin duda alguna genera una carga desmedida para el gobernado, así como una grave inseguridad jurídica derivada de la falta de certeza en cuanto a los efectos de los actos del estado civil celebrados válidamente en un lugar, pero prohibidos o al menos no reconocidos o incompatibles en instituciones familiares de otro Estado”. Éste es en realidad el argumento toral que está planteando el Procurador General de la República y creo que en esto tenía razón el señor Ministro Franco, en establecer la diferenciación, porque así lo está determinando de manera expresa en su argumentación. Dice: “No discuto y no pongo en tela de duda que el 121 nos obliga al reconocimiento de la validez”, pero dice: “Pero esto no implica la vialidad jurídica de otorgarle efectos en la legislación local de determinada entidad”, por eso la distinción que hizo el señor Ministro Franco entre la validez del acto y el reconocimiento de efectos en una entidad federativa donde su Constitución establece cuestiones diferentes; esto es perfectamente establecido en el argumento del Procurador. ¿Cómo creo yo que en un momento dado debe responderse a esto? Esto no es una violación al 121, esto lo refiere a una violación al 14 y al 16, porque está reconociendo que el 121 sí determina el reconocimiento de validez; lo que está diciendo es, determina el reconocimiento de validez, pero no el reconocimiento de los efectos en las legislaciones locales, esa es la diferencia. ¿Por qué está diciéndonos que el reconocimiento de los efectos no es reconocido en las legislaciones locales? Pues por el propio cuadro que nos está 48 dando el señor Ministro Franco, en todos los Códigos Civiles de los Estados, cuando se habla del reconocimiento de efectos jurídicos de actos y contratos celebrados en otra entidad, dice: En todos – redacción más, redacción menos–, en todos, la cuestión es que deben ejecutarse en ese acto conforme a su legislación. Pero no sólo eso, si nosotros vemos el Código Civil Federal, también nos establece una disposición de carácter similar. En el artículo 13 –al que ya nos hemos referido con anterioridad–, en su fracción V, nos está diciendo: “Salvo lo previsto en las fracciones anteriores, los efectos jurídicos de los actos y contratos, se regirán por el derecho de lugar donde deban ejecutarse, a menos que las partes hubieren designado válidamente la aplicabilidad de otro derecho”. Entonces, actos y contratos –dice– se rigen por el derecho del Estado en el que se estén ejecutando. Ahora, cuál es el problema que se nos está planteando aquí, no la validez, la validez la están reconociendo y están determinando que ésta está ampliamente establecida en el artículo 121, fracción IV; lo que dicen es: Lo que me preocupa es que estás rompiendo con mi sistema federal o cuando menos con mi sistema local, se están estableciendo prohibiciones para darle efectos plenos al reconocimiento de ese acto que se celebra en el Distrito Federal. Ahí la respuesta creo que es, está relacionada con que los efectos de este tipo de actos, van a hacerse de acuerdo al reconocimiento que cada Código Civil de los Estados, y que el Código Civil Federal está determinando, es conforme al lugar donde va a tener su ejecución. Pero éste no es un problema de constitucionalidad, éste ya es un problema de legalidad, creo yo. ¿Por qué razón? Porque no se está estableciendo un comparativo con la Constitución, aquí lo que se está determinando es un problema de aplicación; bien señaló hace 49 rato el señor Ministro Zaldívar, cuando puso los ejemplos “no se está estableciendo que el matrimonio pueda declararse inválido o no reconocerse como válido en una entidad de la República distinta al Distrito Federal”; por supuesto que no, eso es perfectamente válido en términos del 121, fracción IV, dice él: “¡Ah! pero si este matrimonio empieza a solicitar adopción, entonces –dice– ya tendrá que regirse de acuerdo a los artículos del Código Civil de ese Estado en donde se está llegando a solicitar”. Bueno, pues esto ya es un problema de aplicación, ¿por qué es un problema de aplicación? Porque de alguna manera para poder aplicarlo va a acudir a su legislación local que es la que le dice en todo momento cómo van a surtir efectos estos actos, pero no es la Constitución la que lo está determinando; la Constitución está determinando su validez, y suponiendo que en el momento en que pretendiera adoptar o realizar otro tipo de actos haciendo uso precisamente de la validez de ese acto civil que es el matrimonio y le dijeran que no, por qué, porque en aplicación de su legislación esto no es válido, bueno, podría originarse un problema de constitucionalidad, pero un problema de constitucionalidad diverso que se va a dar en aplicación de la ley local que en ese momento se hubiera determinado, pero no en este momento podemos decir que hay un problema de constitucionalidad por la precisión de los efectos, porque no es el 121 el que nos está mencionando si los efectos son realmente plenos o no, ése sería el problema de interpretación ¿cuándo? cuando se le llegue aplicar, y en todo caso de negar si esto es o no correcto, por eso para mí la contestación sería respecto de la validez del documento, bueno, no existe duda alguna y el 121 así lo establece. Respecto de los efectos los está relacionando o equiparando, no con una disposición de carácter constitucional, sino con una disposición de carácter secundario como es el Código Civil Federal 50 y como son los códigos locales de los Estados; entonces, ahí no estamos en un problema de constitucionalidad, estamos en un problema de aplicación de la norma; que eventualmente pueda derivarse un problema de constitucionalidad en su aplicación será ya en el caso concreto, pero no en este momento en el que de manera abstracta simplemente quieren que se defina si es o no constitucional, que se apliquen o no los efectos, cuando no sabemos ni de qué manera, ni de qué forma se van a aplicar en cada uno de los Estados. Entonces, por esa razón la contestación a esta argumentación específica del Procurador General sería en relación con la validez, el 121 está reconociéndola como tal y éste sí es un problema de constitucionalidad, en relación con los efectos este es un comparativo que se hace con la legislación secundaria que no entraña un problema de constitucionalidad y que escapa por supuesto a la naturaleza de la acción de inconstitucionalidad, y en todo caso, será motivo de su aplicación y, en su caso, de las posibles violaciones constitucionales que ésta pudiera dar en un momento dado. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls, tarjeta blanca. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Gracias señor Presidente. En primer lugar, para agradecerle mucho a la señora Ministra Luna Ramos la claridad con que ha expuesto estos temas que hemos venido manejando a lo largo de la mañana, y coincidiendo total y absolutamente con lo que ella ha dicho y que resume también –así lo entiendo- el punto de vista de otros señores Ministros que han hecho uso de la palabra anteriormente. 51 Solamente nos quedaría por hacer la precisión si hay una impugnación directa, considero que no del 121, o se hace la referencia en función de la violación, ahí sí directa, al 14 y al 16 constitucionales, eso sería lo único en el tema, que pienso habría que definir; en lo demás hago mía toda la argumentación para incorporarla al engrose correspondiente. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Cossío, finalmente su turno. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Sí señor Presidente, muchas gracias. Tiene razón el Ministro Valls cuando dice que el Procurador General de la República no planteó el argumento, de ahí que en diversas ocasiones varios de nosotros dijéramos que esto entraba por artículo 49 y artículo 71, eso creo que es claro para todos nosotros como cuestión efectivamente planteada; entonces en ese mismo sentido sigo creyendo y ahora con la interpretación que hace la Ministra Luna Ramos, me confirmo en este sentido de que efectivamente, tanto por lo que leyó de la demanda como de su intervención, que sí hay este planteamiento, pero ésa es una cuestión que dejo de lado en este momento, no creo que valga la pena discutir sino después de haber escuchado razones, como decía el Ministro Zaldívar, pasemos pues a la votación. Ahora, dado que creo que sí hay este planteamiento y que esto es lo efectivamente planteado en esta cuestión y que resolverlo por 14 y 16 no basta, creo que es mucho más complejo y extenso el tema, me parece que el problema central que se nos está planteando es el siguiente. Efectivamente, las entidades federativas no pueden desconocer la validez de los actos civiles que se hubieren llevado a cabo en otras entidades; sin embargo, se dice: Los efectos de esos actos civiles 52 que se van a llevar a cabo o que se llevaron a cabo en otra entidad federativa –decía el Ministro Franco- van a permitir, de acuerdo con las diversas disposiciones del cuadro que nos pasó, que cada entidad le otorgue los efectos que más adecuadamente le parezca conforme a las propias disposiciones que se presenten. Esto por supuesto va a dar lugar o puede dar lugar a diversos juicios de amparo en la medida en que las personas que, por ejemplo, dos personas del mismo sexo contraen matrimonio en el Distrito Federal, van a cualquier entidad federativa y allí se desconocen algunos de los efectos que ellos suponen debieran reconocerles, y esto me parece que es efectivamente así, si se prohibiera la adopción, si se generaran determinados problemas respecto de pensiones, patria potestad o cualquier custodia de hijos, etcétera, pues esto generaría algunas dificultades que efectivamente ellos tendrían que venirnos a plantear a través de un juicio de amparo y analizarlo a la luz del derecho fundamental que nos establecieran. Sin embargo, a mí me sigue quedando un problema y el problema es el siguiente: ¿hasta qué punto puede dejar de reconocerle efectos una entidad federativa a los actos que se hubieren llevado a cabo en otra entidad federativa? Y pongo este siguiente ejemplo: dos personas del mismo sexo contraen, insisto, matrimonio aquí en el Distrito Federal y casados bajo este régimen se van a una entidad federativa, ¿puede la entidad federativa disminuir, desvanecer un conjunto de notas constitutivas que tiene el matrimonio en el Distrito Federal al extremo que hicieran completamente irrelevante esta condición? Esto es un problema por supuesto de grado, que me parece pasa simple y sencillamente por la definición o el concepto de validez que está establecido en la fracción IV del artículo 121, porque ¡claro! se podría decir; yo reconozco ese tipo de matrimonios, por qué, porque eso es lo que pareciera inicialmente, que la expresión validez me está reconociendo, pero ¡claro! como la posición ideológica que se 53 presente en cada una de las entidades federativas y para eso tienen todo el derecho y toda la legitimación más que el derecho, los órganos democráticos electos en cada entidad federativa, llevan a tal extremo la reducción de los elementos fundamentales o esenciales u ordinarios del matrimonio, que en una determinada situación resulta prácticamente irrelevante el reconocimiento de esta cuestión matrimonial. Se determina que las cuestiones relacionadas con patria potestad, o custodias, o alimentos, u lo que se refiera, han quedado degradadas a tal punto que resulta prácticamente irrelevante ese reconocimiento de la validez formal del acto de Registro Civil que viene del Distrito Federal, o que fue emitido en el Distrito Federal, ahí es donde a mí precisamente me parece de enorme importancia analizar el tema del artículo 121, e ir a un concepto de validez que sea mucho más sustantivo que simplemente un reconocimiento de validez formal del acto emitido en el Distrito Federal. Me van a decir, y puede ser que tengan razón, que esto lo iremos viendo en los juicios de amparo y sí puede ser que en los juicios de amparo lo veamos y vayamos viendo esto por goteo como suelen ser los juicios de amparo; sin embargo, me parece que también sin establecer una regla general y en eso coincido con el Ministro Franco sobre el concepto, o sobre la necesidad de adoptar en el Estado receptor la totalidad de los efectos que la institución tenía en el Estado emisor, podríamos construir un concepto de validez sustantivo desde el artículo 121 y no necesariamente expresarnos a los derechos fundamentales, porque aquí tan relevante es una expresión constitucional como el propio derecho fundamental, toda vez que la violación del derecho fundamental va a pasar precisamente por la determinación de este concepto de validez. Para mí esta es la importancia de centrar el concepto de invalidez por la cuestión efectivamente planteada por el concepto de validez, insisto, no sólo para otorgarle el reconocimiento formal que es lo que estamos haciendo, sino para 54 introducir algunas notas de carácter material que impidan que en los Estados se diluyan de tal forma las instituciones, que sí efectivamente se tenga reconocimiento pero éste pueda llegar a resultar irrelevante por la forma en la que el legislador local actúo respecto de la institución. Finalmente, hemos tomado mucho tiempo en esta discusión, espero no participar, pero esta es justamente la razón por la que a mí me parece dada la cuestión efectivamente planteada, es necesario pasar por el artículo 121 y definir el concepto de validez, no como un problema formal, insisto, sino como un problema material y límite al legislador estatal, dado que se trata de una regla constitucional. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Fernando Franco, tarjeta blanca. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Gracias señor Presidente. Señoras y señores Ministros, muy respetuosamente quisiera proponer que votemos este punto. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¡Sí claro! SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Porque estamos mezclando en todas la intervenciones el punto definitorio con argumentos muy válidos que cada uno de nosotros damos; entonces, a mí me parece que para dar orden y siguiendo la propuesta, votemos este primer punto, es sobre el 121, si es directamente el concepto planteado, digamos interpretado por el Pleno y luego podamos entrar a hacer algunas otras consideraciones. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Recojo la moción señor Ministro, tiene la palabra el Ministro Luis María Aguilar. 55 SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Yo estoy de acuerdo con el Ministro Franco, y precisamente de lo que decía el Ministro Cossío, parece que entonces se va a abrir otro punto de discusión que no está expresamente planteado tampoco en la demanda. No coincido totalmente con que se pueda diluir, porque hay ciertos efectos que son personalísimos, por ejemplo, la patria potestad, que aunque se vaya uno a otra entidad de la República, no por eso la patria potestad va a desaparecer respecto de la forma en que se estableció la adopción en el Distrito Federal. Pero este es otro punto de vista y otro tema de discusión que desde mi punto personal creo innecesario y no es pertinente en este asunto iniciarlo. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Definitivamente ya estamos a punto de votar, solamente han pedido la palabra la Ministra Luna Ramos, la Ministra Sánchez Cordero y el Ministro Arturo Zaldívar. En ese orden, Ministra Luna Ramos. SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Muy rápidamente señor Presidente. En aras de unificar la argumentación, lo único que podría proponer es que se estableciera que se está reclamando la violación a los artículos 14 y 16 por las razones externadas por el Procurador General, en relación con el contenido del 121 constitucional, y de ahí mismo se establece la interpretación tanto del 121 como del 14 y 16, y por tanto, creo que puede en un momento dado unificarse con lo que el señor Ministro Cossío establecía, porque una imputación directa al 121 no la hay, pero sí la imputación está directamente relacionada con lo que establece el 121. 56 Entonces, si se estableciera de esa manera, igual hasta podríamos tener una votación más uniforme. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señora Ministra Sánchez Cordero. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Gracias señor Ministro Presidente. Yo no iba a intervenir, porque de hecho el señor Ministro Silva Meza y otros Ministros me dejaron prácticamente sin materia, pero he estado reflexionando todo lo que aquí se ha dicho y yo no entiendo de veras, no entiendo cómo una cualidad personalísima del individuo, que es su estado civil o su estatus de hijo, no empate directamente con los actos que llegue a celebrar, y que por supuesto los efectos que puede producir ese estado civil de las personas, si lo acompaña a todos lados, es un estatuto personal, es una situación personalísima del individuo. Realmente estoy básicamente un poco desconcertada en todo lo que se ha dicho, porque para mí era clarísimo el proyecto y era clarísimo que este estatuto personal es un estatuto que en sí mismo ya produce los efectos jurídicos que no pudiéramos desvincular. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Tarjeta blanca para el señor Ministro Cossío. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: El Ministro Franco, señor Presidente, nos pasó un cuadro, voy a leer primero el artículo 10 del Código Civil de Aguascalientes para tratar de resolver esta perplejidad de la Ministra Sánchez Cordero. Dice: “Artículo 10. Los efectos jurídicos de actos y contratos celebrados fuera del Estado, pero dentro del territorio nacional, 57 siempre que deban ser ejecutados en el Estado de Aguascalientes, se regirán por las disposiciones de este Código”. Si yo no leo mal este artículo 10, lo que está diciendo es que inclusive eso que parece tan claro como el estatuto personal, adquirirá los efectos que le está estableciendo el Código, podríamos leer el resto de las cosas. Entonces, no es tan claro lo del estatuto, esto me parece que se deriva una preconcepción de lo que es el estatuto, no de lo que dicen los Códigos a los cuales precisamente por la intervención del Ministro Franco nos están remitiendo. Entonces, justamente porque se pueden restablecer, o elaborar, o definir, o lo que sea, los efectos de estos actos del Distrito Federal en las entidades federativas, parecería importante introducir algunas puntualizaciones, a mi parecer, muy respetuosamente, sobre el concepto de validez que prevé la fracción IV, del 121. No es algo que tengamos por naturaleza, sino es algo que determinan las disposiciones del ordenamiento donde las personas han fijado su domicilio. Simplemente para que se entienda el contexto de mi exposición. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Zaldívar. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Muy brevemente señor Presidente, para que podamos proceder ya a votar la primera cuestión de método; simplemente hasta pudo haber sido tarjeta blanca, no quería dejar de insistir cuál era mi punto en esto. Precisamente desde la sesión de ayer mi reiteración sobre la necesidad de reconocer plena validez, decía yo, no se puede reconocer la validez de algo y no los efectos, y precisamente porque participo de la preocupación que estableció el Ministro Cossío, sí 58 tenemos que ser muy cuidadosos, porque sí se puede dar el caso, que de hecho a través de supuestos efectos se le quite el contenido prácticamente de la validez, porque una validez sin eficacia ninguna, pues es una validez muy peculiar. Entonces, creo que por eso es importante establecer claramente el tema de validez. Segundo. Creo que tenemos que resolver la cuestión que planteó el Ministro Presidente, si esta validez que él mismo acepta, implica una vulneración o no al Pacto Federal; y, Tercero. Si este concepto de validez requiere que dejemos ciertas salvedades para tampoco llegar al otro extremo de poder generar quizás algunas distorsiones, pero claro que hay muchos casos y muchos efectos que no podrían ser limitados por los Estados, todo lo que tiene que ver con patria potestad, con custodia, con alimentos, con lo que implica el régimen patrimonial de los matrimonios, ni modo que se diga: los únicos matrimonios que tienen derecho a la patria potestad son los heterosexuales; o, los únicos hijos que tienen derecho a los alimentos, pues son los que son de madre soltera o de matrimonios heterosexuales, en fin, me estoy yendo al absurdo, pero realmente en este tema sí se pueden dar a través de legislación también fraudes a la Constitución, ayer se hablaba de fraude a la ley, también se puede dar fraude a la Constitución y entonces me parece que sí es importante una determinación clara sobre este planteamiento y por eso yo desde ayer también dije que el 121 me parece fundamental. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Este argumento final del señor Ministro Cossío me recordó lo que sucede en la Dirección General de Profesiones con los estudios realizados en el extranjero, se registran, se reconoce su validez, pero sin autorización para el ejercicio; es decir, no te niego que seas profesionista en tal 59 especialidad, pero aquí no la puedes ejercer porque para eso está mi ley. Señor Ministro Silva Meza, tarjeta blanca. SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Tarjeta blanca. Simplemente para aclaración, sugerencia. Esta problemática está abordada en el proyecto en las páginas ciento setenta, ciento setenta y uno, ciento setenta y dos, ciento setenta y tres y ciento setenta y cuatro, exactamente la problemática que se sugiere discutir e incorporar, está fracción por fracción del 121 en cuanto a su problemática y precisamente las situaciones que se presentan y que las conocemos en la vida cotidiana en relación con otros aspectos jurídicos, el ejercicio de la profesión, en fin. En todas esas situaciones estos donde sigue rigiendo para efectos extraterritoriales en la aplicación de efectos de otras situaciones la ley del lugar en este caso, simplemente como una aclaración. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Locus regit actum ¿verdad don Sergio Aguirre? SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Sí, en tratándose de bienes inmuebles, sí así es. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: No agreguemos este punto de discusión señor Ministro. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: No, pero si se me permite, ya que se me aludió, quiero decir lo siguiente: el problema es que alternativamente estamos traslapando soluciones de la extraterritorialidad de las leyes de un Estado a otro, y del estatuto personal, cuando no se reconoce ese estatuto por el orden interno de algunas entidades de la Federación, y yo creo que nada más tenemos un derrotero que atinar y el derrotero es el orden público interfederal. Gracias. 60 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Quisiera yo proponerles la siguiente votación: Primero. ¿Está planteada la violación directa al artículo 121 de la Constitución y debe resolverse, sí o no? Alcanzada esta votación, ya diremos con el proyecto o en contra del proyecto. En la primera decisión señor secretario, si está planteada directamente la violación al artículo 121 de la Constitución y debe estudiarse. Tome votación nominal por favor. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro Presidente. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Sí. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Sí. SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Sí, también se puede entender así. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Sí. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Sí. SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: No. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Sí. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: No. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: A través del 14 y 16 no. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: No, directamente señora Ministra. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Por eso, a través del 14, por eso mi votación es no. SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: No. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE ORTIZ MAYAGOITIA: Sí. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Señor Ministro Presidente, me permito informarle que existe una mayoría de siete votos en el sentido de que sí está planteada directamente una violación al artículo 121 constitucional. 61 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Entonces, hay que tratar el tema de si se viola o no el artículo 121. Dice el señor Ministro Silva Meza que de las páginas ciento setenta a ciento setenta y tres, se hace un estudio del 121, pero creo que no es con la óptica que aquí se ha señalado. Señor Ministro Zaldívar. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Perdón Presidente. Estimo que si es el caso de que ya vamos a votar, sería votar con el proyecto modificado con todas las observaciones que ya el Ministro ponente aceptó. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Sí señor. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien, entonces ahora votaremos en favor o en contra del proyecto. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Una pregunta. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: No de todo el proyecto, sino de esta parte. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Sí, de esta parte. ¿Entendería que por la votación anterior que obliga a la minoría se harían los ajustes en términos del 121 y se ampliaría lo que está en las páginas ciento setenta y uno y siguientes, en este caso? SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Sí. Don Juan. SEÑOR MINISTRO SILVIA MEZA: Sí, pero siempre vinculados con el 14 y 16, que es el planteamiento. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Claro. 62 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: No, violación directa. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Sí, es directa. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Fue siete-cuatro la votación. SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Por mayoría. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Bueno, ok. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Sí. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Sí, eso es, entiendo que ya como violación directa al 121, votación anterior. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Como violación directa al 121. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Perfecto. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Ahora vamos en favor o en contra de ésta parte del proyecto modificado. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Estimo que el Decreto impugnado no se compadece del orden público interfederal ni de los estándares que presupone el 121 constitucional. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: En principio estoy de acuerdo con lo que señala el proyecto, sin embargo, me parece que sería de enorme importancia abundar más, sobre todo en el concepto de validez, validez como existencia del acto formal, en eso creo que ninguno de nosotros tenemos dudas, pero lo que al final comentábamos algunos de los participantes, en el sentido de que la 63 validez también tiene que tener un alcance para el caso de que las entidades federativas quisieran diluir el propio concepto que viene emitido y reconocido por la legislación de otra entidad federativa. Entonces, estando de acuerdo con esto, sí me reservaría la posibilidad de ampliar las consideraciones, insisto, pienso que esto será parte de una discusión posterior para incorporar o desarrollar la fracción IV del 121. SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Sí, estoy de acuerdo con el proyecto modificado y también considero que el concepto de validez es amplio que se establece en el 121 y que el comparativo que de alguna manera está tratando de externar para hacer la diferenciación con los efectos no entraña un problema de constitucionalidad sino de legalidad. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Con todo respeto, recuerdo a los señores Ministros que quedamos que en la votación ya no daríamos argumentos porque luego vamos a quererlos contestar al emitir el siguiente voto. Les ruego que reserven sus consideraciones personales para voto concurrente. Gracias señora Ministra. SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Ok, entonces estoy de acuerdo con el proyecto modificado, reservándome formular voto concurrente. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Estoy de acuerdo con el proyecto modificado, reservándome el derecho a ver el engrose y poder hacer, en su caso, voto concurrente. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Con el proyecto modificado, con las mismas reservas que el Ministro Cossío. 64 SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Con el proyecto modificado, y haciendo las mismas reservas que hizo la Ministra Luna Ramos. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Con el proyecto modificado, y aunque también hago la reserva creo que -aunque no se expresara- siempre se tiene la facultad de hacer un voto concurrente y sugiero que en su momento revisemos el engrose en sesión privada. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Con el proyecto modificado, sin reservas. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Con el proyecto modificado. SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Con el proyecto modificado. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: En contra del proyecto Señor Ministro modificado, también sin reservas. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Presidente Ortiz Mayagoitia me permito informarle que existe una mayoría de nueve votos a favor de la propuesta modificada del proyecto en cuanto a que el artículo 146 impugnado no viola el artículo 121 constitucional. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Pues es casi la una, les propongo que vayamos a nuestro receso y retornaremos en breve. (SE DECRETÓ UN RECESO A LAS 12:55 HORAS) 65 (SE REANUDÓ LA SESIÓN A LAS 13:15 HORAS) SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se reanuda la sesión. Señoras y señores Ministros, nos resta el tema de adopción a través de la inconstitucionalidad aducida del contenido del artículo 391, la propuesta original del señor Ministro Valls era sobreseer porque no hubo cambio al contenido de esta norma, el Pleno votó que sí se debe estudiar, y entonces le pido al señor Ministro Valls que haga la presentación de este tema. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Con todo gusto señor Presidente. Señoras Ministras, señores Ministros, muy brevemente en la propuesta alterna que presenté en la sesión del primero de julio pasado, propongo reconocer la constitucionalidad de la adopción por parte de matrimonios entre personas del mismo sexo, esencialmente porque en primer lugar el argumento del accionante parte de la misma premisa para mí inexacta sobre la protección constitucional de un tipo ideal de familia, excluyendo cualquier otra, lo que como sostengo en el proyecto no es así, pues la Constitución protege a la familia como tal, sea cual sea la estructura organizativa que tenga, lo que incluye desde luego a las familia homoparentales; además, siguiendo la misma línea del proyecto, no es sostenible constitucionalmente que se amplíe el matrimonio a las parejas del mismo sexo, pero restringiéndoles conformar una familia por vía de la adopción, basándose exclusivamente en el hecho de que son parejas homosexuales. En segundo lugar, si bien es cierto que de conformidad con nuestra Constitución, el principio de interés superior del niño es un principio rector de la función del Estado, destacadamente en este caso, es la labor legislativa, no puede sostenerse que en aras de salvaguardar dicho principio el legislador a priori deba prohibir la adopción de menores por parejas del mismo sexo, partiendo de que sería dañino 66 para aquéllos, pues una determinación de ese tipo indudablemente involucraría una discriminación por motivos de orientación sexual, prohibida por el artículo 1º constitucional; es decir, no puede suscribirse que la condición de pareja homosexual sea un elemento o factor utilizado para prohibir la adopción, pues ello no afecta la capacidad de una persona para prodigar a un menor el cuidado y el amor debidos, considerar lo contrario equivaldría a sostener un prejuicio en razón de la orientación sexual, la cual constituye sólo una forma de expresión de la naturaleza humana, mas no un elemento que afecte la calidad de una persona y de ahí su calidad de padres. Lo que debe protegerse en aras del interés superior de los niños y de las niñas es que en el mecanismo para autorizar una adopción se garantice que esa es la mejor opción de vida para el menor, sea que se trate de una pareja heterosexual, del mismo sexo o de un hombre o de una mujer individualmente considerados solteros; asimismo, precisamente para eliminar la discriminación social e intolerancia que respecto de parejas del mismo sexo suele existir y de las familias que forman y que actualmente innegablemente ya existen, lo que el legislador debe buscar es que ello se elimine en la sociedad, no negarles a las familias homoparentales la protección constitucional de que también son sujetos, aspecto que definitivamente sí deriva en una afectación a los derechos de los niños y de las niñas que forman parte de ellas, o la posibilidad de crecer en una familia. Esto ya es a grandes rasgos la parte correspondiente que les estoy presentando señoras Ministras y señores Ministros respecto del artículo 391 del Código Civil para el Distrito Federal. Muchas gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro Luis María Aguilar. 67 SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Gracias señor Presidente, el artículo 391 no contiene disposición expresa referente a permitir o autorizar en forma alguna la adopción por parte de matrimonios constituidos por personas de un mismo sexo y me permito recordar el texto de este artículo 391 dice: “Los cónyuges o concubinos podrán adoptar cuando los dos estén conformes en considerar al adoptado como hijo y aunque sólo uno de ellos cumpla el requisito de la edad a que se refiere el artículo anterior, pero siempre y cuando la diferencia de edad entre cualquiera de los adoptantes y el adoptado sea de 17 años de edad cuando menos. Se deberán acreditar además los requisitos previstos en las fracciones del artículo anterior”. Aun suponiendo como aprobó el Pleno, que este artículo 391 se reformó, su texto como lo acabo de leer no dice esto. Ahora, considerando que esa autorización deriva del sistema que se integra con lo dispuesto por el artículo 146 —entre otros— resulta claro entonces que no es el propio artículo 391, el que pudiera contener por sí mismo alguna disposición materia de análisis constitucional para lograr un pronunciamiento, sino que —considero yo— que para poder concluir que fuera inconstitucional, tendría que analizarse considerando el sistema mismo que estaría conformado al menos, pero no únicamente, por lo dispuesto en el diverso artículo 146, de tal manera que la permisibilidad de la adopción por parte de este sistema requeriría como premisa mayor que la existencia misma de este tipo de matrimonio no tuviera validez constitucional; sin embargo, me parece que la validez de dichos matrimonios, ha sido reconocida ya por este Tribunal Pleno en una votación específica sobre este punto y sin que el recurrente hubiera formulado sus agravios de manera que considerara al sistema como un todo analizable en su conjunto, sino que lo hizo combatiendo sólo dos de las disposiciones que configuran este sistema y por separado. 68 Ahora bien, si el método a que obliga el planteamiento del promovente no se hace desde la perspectiva de una argumentación impugnativa en un plano de conjunto normativo o sistema legal, sino de la validez individual e independiente de cada una de las normas impugnadas, resulta que habiéndose pronunciado el Tribunal sobre la constitucionalidad de la norma fundante o primaria de este sistema, no puede hacerse el estudio de la otra norma implicada, sin que el Tribunal no sólo se desdiga o incluso se contradiga, pues como en este caso sucede, la validez de la norma codependiente en el sistema por derivación, no podrá ya ser analizada sin afectar la decisión de la ya aprobada por nueve votos de este Pleno. Además, a mí me queda claro que este Tribunal Pleno, al haber decidido realizar el análisis de cada una de las normas impugnadas, no sólo ha atendido al planteamiento del promovente en este sentido, sino que no consideró la posibilidad técnica jurisdiccional de hacerlo de otra forma, como hubiera sido de manera integral o de sistema, lo cual además no podría ser, ya que ese sistema legal no está determinado por sólo esas dos disposiciones impugnadas, la 391 y la 146, sino que se trata de un sistema complejo interactuante, en el que se ven involucradas otras disposiciones legales al menos de ese mismo cuerpo normativo, como son los artículos 35, 84, 87, 293, 295, 390, 392 a 401, 410-A, 410-C, 419-D, 410-C, 443 entre otros, cuya validez no ha sido puesta en la tabla de disección constitucional como parte de un sistema integral. Cabe mencionar que esta Suprema Corte de Justicia de la Nación —su Segunda Sala concretamente— ha determinado en jurisprudencia, que es posible la impugnación de diversas normas cuando constituyen un sistema legal que ha sido considerado así y combatido de esa forma, en la tesis que aunque está en el marco del juicio de amparo, es aplicable por su extensión conceptual y 69 cuyo rubro dice: IMPUGNARLAS “AMPARO COMO UN CONTRA SISTEMA LEYES. PARA NORMATIVO, ES NECESARIO QUE CONSTITUYAN UNA VERDADERA UNIDAD.” Ahora, si consideráramos que el artículo 391 por sí mismo debe declararse inconstitucional, resultaría entonces que la consecuencia de la declaratoria de inconstitucionalidad del artículo 391 se concretará declarando su invalidez total, porque no contiene norma expresa sobre la adopción de personas del mismo sexo. Lo cual dejaría sin disposición normativa alguna para nadie, ni heterosexuales, ni para matrimonios homosexuales, la posibilidad de adoptar; desapareciendo de la figura legal correspondiente del mundo jurídico en el Distrito Federal. Por otra parte, este Alto Tribunal constitucional de concluir que esa disposición, el 391, es inconstitucional en sí misma, porque ya se ha pronunciado y votado sobre la existencia de los matrimonios de un mismo sexo, no podría porque escapa a sus facultades constitucionales, por ejemplo, establecer un texto diferente de la norma señalando un párrafo que prohibiera la adopción por parte de estos matrimonios, ya que sería tanto como invadir el terreno y competencia del Poder Legislativo y tampoco podría compeler a dicha legislatura a hacerlo, pues sobrepasaría los más extremos límites de la omisión legislativa. Con mayor razón si se considera que la Asamblea tuvo en análisis esa propuesta y la rechazó institucional y legalmente, y no se está en el caso, que no necesariamente comparto en su totalidad, de una omisión legislativa clasificable como absoluta o relativa en competencia de ejercicio obligatorio que de cualquier manera no se puede resolver en una acción de inconstitucionalidad como esta. Sin embargo, suponiendo que se estableciera el estudio del 391, advierto que el sistema legal de la adopción que —insisto— no fue 70 impugnado como tal, como sistema, protegen el aspecto de legalidad integral, el interés superior del niño que pudiera llegar a ser adoptado, pues dentro de ese sistema se establecen condiciones y requisitos que deberán ser satisfechos por quienes pretendan la adopción de un menor, cuyo cumplimiento no sólo está dirigido a los matrimonios de un mismo sexo, sino en general a todo matrimonio o persona que pretenda la adopción, considerando que no se trata —de ninguna manera— de un derecho de quien quiera adoptar, sino del interés superior del niño. De tal manera, que la posibilidad jurídica de que matrimonios de un mismo sexo puedan realizar una adopción, no debe considerarse, como no sucede tampoco con los heterosexuales, como una autorización automática e indiscriminada para adoptar, sino que tiene que sujetarse a ese sistema y subrayo sistema legal, en cuanto tiene como finalidad el aseguramiento del interés superior del menor, al cual le resulta indistinto cuáles sean las personas ni su preferencia sexual la que determine la adopción, sino el derecho fundamental del adoptado. Dentro de este sistema que atiende a ese interés superior y que no está sujeto en este asunto el análisis de constitucionalidad, la ley prevé distintas disposiciones que podemos encontrar en los artículos del Código Civil para el Distrito Federal en que se vela en la norma y exige a su aplicador la protección del interés superior del menor en los siguientes términos, como ejemplo: En los artículos 397 y 397-Bis se dice: “Para que la adopción pueda tener lugar deberán consentir en ella, en sus respectivos casos: I. El que ejerce la patria potestad sobre el menor que se trata de adoptar. II. El tutor del que se va a adoptar. III. El Ministerio Público del lugar del domicilio del adoptado cuando éste no tenga padres conocidos ni tutor, y IV. El menor, si tiene más de doce años”. 71 En todos los asuntos de adopción serán escuchados los menores atendiendo a su edad y grado de madurez. La persona que haya acogido al menor dentro de los seis meses anteriores a la solicitud de su adopción y lo trate como a un hijo, podrá oponerse a la adopción debiendo exponer los motivos en que se funde su oposición. El artículo 397-Bis dice: “En el supuesto de la fracción I del artículo anterior, si los que ejercen la patria potestad están a su vez sujetos a ésta deberán consentir en la adopción de sus progenitores si están presentes”. Todo esto siempre y cuando como ordena el artículo 390, fracción II del propio Código Civil se satisfagan los requisitos y condiciones que establece el artículo 416-Ter en cuanto al interés superior del menor; y en ese sentido, determina el artículo 416-Ter: “Para los efectos del presente Código se entenderá como interés superior del menor la prioridad que ha de otorgarse a los derechos de las niñas y los niños respecto de los derechos de cualquier otra persona con el fin de garantizar —entre otros— los siguientes aspectos: I. El acceso a la salud física y mental, alimentación y educación que fomente su desarrollo personal. II. El establecimiento de un ambiente de respeto, aceptación y afecto, libre de cualquier tipo de violencia familiar. III. El desarrollo de la estructura de personalidad con una adecuada autoestima, libre de sobreprotección y excesos punitivos. IV. Al fomento de la responsabilidad personal y social, así como a la toma de decisiones del menor de acuerdo a su edad y madurez psicoemocional, y. V. Los demás derechos a favor de las niñas y los niños que reconozcan otras leyes y tratados aplicables”. Todo ello, condicionado a la satisfacción de los requisitos que hagan procedente además la adopción, en términos del artículo 390 del propio Código Civil que dice: “que debe demostrar –el adoptante– que tiene medios bastantes para proveer a la 72 subsistencia, la educación y el cuidado de la persona que trata de adoptarse como hijo propio, según las circunstancias de la persona que trata de adoptar. Que la adopción es benéfica para la persona que trata de adoptarse, atendiendo al interés superior de la misma, y que el adoptante es persona apta y adecuada para adoptar”. Por lo anterior, considero que la norma analizada, artículo 391, precisamente porque se encuentra inserta configurando un sistema jurídico de protección del interés superior del niño, es suficiente, sin prejuzgar ahorita y pronunciarme sobre sus detalles para impeler a quienes lo aplican, a proteger dicho interés y a verificar que existen las garantías razonables conforme al sistema integral normativo de que ese interés superior será protegido frente a cualquier solicitante, no importando su condición personal o su preferencia sexual. Por tanto, y en resumen, mi posición personal es que los agravios aducidos por el Procurador General de la República, deben en este sentido, deben considerarse inoperantes por falta de contradicción suficiente, ya que no puede hacerse el análisis en la forma en que lo planteó el Procurador General de la República. Primero, porque este Pleno ya se ha pronunciado sobre la validez constitucional del artículo 146 que constituye el sustrato esencial de un sistema normativo. Segundo, porque este precepto por sí mismo, no regula la adopción por parte de matrimonios constituidos por personas de un mismo sexo. Tercero, porque es claro que la incidencia de este precepto en la adopción por matrimonios homosexuales se da en tanto se encuentra formando parte de un sistema normativo no impugnado como tal, y que además, se conforma con otros diversos preceptos tampoco combatidos. Cuarto, por ello, no estoy de acuerdo con el tratamiento en esta parte del proyecto, que parece referirse al análisis sobre la posibilidad de que personas homosexuales puedan adoptar como si se tratara de un derecho del adoptante y su no discriminación, sino que en todo caso, debería 73 estar únicamente dirigido a valorar el interés superior del niño como posible adoptado, y que está regulado para su protección por un sistema legal que se contiene en el propio Código Civil, y que no puede ser analizado en este asunto, al no haber sido impugnado como tal, pero que me parece a mí razonable y convincente. Muchas gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Alguien más? Don Sergio Salvador Aguirre. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias señor Presidente. Ante todo, quiero hacer una advertencia a quien me escuche. En México no existen estudios suficientes para determinar los efectos de la adopción por parejas heterosexuales respecto a menores. No existen estudios ni mucho menos relevantes que demuestren la conveniencia o inconveniencia de la adopción por parejas que hoy se han dado en llamar monoparentales, aunque este vocablo tuvo otras acepciones con anterioridad. No existen estudios serios respecto a adopciones por solteros o solteras. No existen estudios que demuestren que los abuelos cuando por razón de ejercicio de patria potestad están en posesión de menores o en la figura de padres, realmente en posesión de estado, resulte conveniente o inconveniente para los menores. Esto no quiere decir que no existan una serie de datos anecdóticos de ciertos casos en donde ha resultado totalmente conveniente o totalmente inconveniente la adopción en estos casos. No quiero referir con mayor detenimiento, pero si gustan así lo haré. ¿Qué ha entendido esta Suprema Corte por interés superior del niño; hay tesis jurisprudenciales, pienso yo que precisas e inteligentes derivadas de las ponencias tanto de la Ministra Sánchez Cordero, cuanto del ponente señor Ministro Valls. 74 Decía yo, que me resultaba un poco desconcertante el hecho de que se hubieran pedido opiniones a la Universidad Nacional Autónoma de México, quien desde luego no las emitió, según lo afirma el apoderado, el abogado general de dicha Universidad, don Luis Raúl González Pérez. Él afirma que la opinión no es institucional sino a título de cada uno de ellos, especialistas. ¿Qué especialidades tienen? Impresionantes. Realmente pienso que son personas de gran empaque científico, pero desde luego ninguno especialista en problemas de niñez, en ninguno de los aspectos que ello requiere. Me extrañaba a mí el por qué no se había recurrido a pedir información al DIF, cuando por ley es el avocado para intervenir en todos los casos de adopción; por supuesto que existe una normatividad más o menos abundante que así lo determina: la Ley de Asistencia Social, el Estatuto Orgánico del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, el Código Civil Federal, el Código Civil del Distrito Federal, el Código de Procedimientos Civiles del Distrito Federal, etcétera. Pues resulta que al organismo vocacionado por leyes para intervenir en todos los procesos de adopción no se le había pedido opinión. Yo lo hice, y con la anuencia de la Presidencia molesto a nuestro ujier para que tenga a bien repartirles a los señores Ministros este estudio que es muy breve además. Una copia a cada quien. También pensé que debía de pedírsele información a quien tuviera cotidianamente contacto y trato con los niños, y le pedí su opinión a la Asociación Mexicana de Pediatría, Asociación Civil. Fue escueta y yo diría que parca en contestar. Enseguida, si se me autoriza, entregaré a ustedes el documento que produjo. 75 También rogué que se me diera información a una organización cuyo tema y materia es precisamente esta, que fue el Instituto Mexicano de Orientación Sexual, que produjo dos documentos, uno concreto respondiendo a las cuestiones que le planteé, y otro informando de los estudios que existen a nivel internacional; el segundo resultó ser de situaciones inmanejables en una sesión como esta, pero si alguno de los Ministros tiene interés en esto con mucho gusto me comprometo a entregarles una copia. En su momento entregaré copia del informe que nos rinde esta institución. Pienso que de la lectura de las opiniones que se encuentran agregadas en el expediente de la acción de inconstitucionalidad, principalmente la formulada por alguna psicóloga de la Facultad de Psicología de la UNAM, se concluye leyéndolo en su integridad, que no se transcribe por razones obvias en el proyecto, más que muy parcialmente, que no se encuentra fehacientemente demostrado que en las familias integradas por personas del mismo sexo, pueda existir seguridad en el óptimo desarrollo del infante o por lo menos que no le resulte perjudicial, las opiniones vertidas se basan en experiencias y estudios practicados en otros países, ―eso nos informan―, y porque no existen evidencias científicas de la sociedad mexicana. Los estudios citados difícilmente podrán ser un referente aplicable a esta, en virtud de las diferencias socioculturales que guardamos con las poblaciones de los Estados Unidos, de Suecia, del Reino Unido, de Bélgica y de España, entre otros países. La opinión a la que me he referido, reconoce que existen diversas investigaciones que cuestionan la validez y confiabilidad de aquellos estudios de familias formadas por personas del mismo sexo, que concluyen que no existe afectación a los menores adoptados por esas parejas, esto es, reconoce que las investigaciones tienen 76 deficiencias metodológicas, eso dicen los estudios de las personas de la UNAM. A saber, el tamaño de la muestra, la mayoría de los estudios se ha hecho con madres lesbianas, comparadas con madres heterosexuales divorciadas, por lo cual haría falta separar la orientación sexual de las madres de su estado civil, así critica, ―voy a utilizar el género inexacto―, la UNAM, lo manifestado o lo que pudo haberse seguido de este tema, según mi cuestionario. Se sabe más acerca de hijos de madres lesbianas que de hijos de padres homosexuales ―eso afirman los estudios en su mayoría son de tipo transversal―; y por último afirman, que no queda claro cuáles son las hipótesis a probar, ni cuál es el diseño de las investigaciones que se han hecho. Eso se dice en las fojas veintiocho y veintinueve de esas opiniones. El estudio también reconoce que la American Psichologic Asociation Apa, informa que la población homosexual sufre en una mayor proporción de desajustes psicológicos relacionados con el estrés respecto de los individuos heterosexuales, como consecuencia del prejuicio, ―perdón, es una lástima pero hay prejuicio― y la discriminación, ―es una lástima pero hay discriminación― generalizados, dicen estas personas de la UNAM, lo que en mi opinión es una conclusión que debemos de tener presente, pues esos desajustes a los que se alude, podrían tener influencia en el desarrollo de los menores. Más aún, el estudio reconoce que los menores educados por madres homosexuales, se encuentran más expuestos a situaciones de estrés, véanse por favor las páginas catorce, dieciséis y veinte. 77 Cabe agregar, que la Facultad de Psicología, individuos egresados de esa Facultad, emitieron dos opiniones y en la segunda de ellas, de igual forma, se indica que las personas homosexuales son uno de los grupos más estresados de la sociedad y que aun cuando no hay evidencia científica sólida que fundamente que los niños criados en familias homosexuales desarrollen trastornos psicológicos o de comportamiento, estos niños pueden considerarse en riesgo, ―dicen estas personas de la UNAM―, porque tienen que afrontar burlas ¡Qué lástima!, acoso escolar, ¡Qué barbaridad!, presión por parte de sus compañeros y aislamiento que puedan dañar su autoestima y su confianza, por lo que la presión social, el estigma y la discriminación, ponen en riesgo a los menores. Estas afirmaciones se contienen en las fojas dos y cinco, véanlas cuidadosamente por favor señores Ministros. Similar comentario aparece en la opinión de la Escuela Nacional de Trabajo de la misma Universidad, en cuya foja dieciséis se indica que actualmente ninguna sociedad dispone de datos fehacientes sobre el número puntual de familias homoparentales, por lo que no se puede decir con exactitud si las investigaciones que se han hecho con este tipo de muestras representan a todo el conjunto o no. Lo anterior se refuerza plenamente con la opinión expresada por el DIF—la que acabo de entregarles––, en el sentido de que no existen estadísticas de parejas homosexuales que tengan el interés de adoptar, pues no se ha recibido, afirma el DIF, ninguna solicitud. Que se trata de estructuras familiares nuevas o recientes, respecto de las que no se tiene experiencia y se desconoce su funcionamiento a corto, mediano y largo plazo. Que los estudios existen en otros países—dice el DIF—y que no pueden avalarse porque se desconoce la metodología empleada, 78 las investigaciones de campo realizadas, y responden a entornos socioculturales muy distintos al mexicano. Añade el DIF nacional, que la adopción no es un derecho que pueda ser reclamado y que el bien jurídico tutelado es el derecho de los menores a vivir en familia, y la adopción es sólo un instrumento jurídico para hacerlo efectivo, así como para que, ––subrayo––: la integración del niño a la nueva estructura familiar no debe suponer enfrentarlo a una nueva dificultad de integración en el medio social. Vivimos en una sociedad que injustamente rechaza y discrimina a los homosexuales. Exponer a estas situaciones a un menor que ha sufrido ya un abandono familiar; que se ha sentido ya rechazado y que necesita un proceso de resiliencia, significa obstaculizarle dicho proceso. Se concluye de lo anterior, que atendiendo al interés superior de la infancia y ante la inexistencia de evidencias científicas practicadas en la población mexicana, existe una duda razonable en cuanto al impacto que pueda tener en un menor la circunstancia de formar parte de una familia conformada por personas del mismo sexo. El estudio de este Considerando, parte de la premisa de que nuestra Norma Fundamental protege toda estructura u organización fundamental. De lo que deriva que la orientación sexual de una pareja no puede dar lugar a desconocer su derecho a adoptar, conceptuación de la institución matrimonial que se sostiene e incide en una mayor protección a los derechos de la niñez, en tanto no existen estudios científicos que demuestren afectación a los menores por su desarrollo en familias conformadas—repito––, por parejas del mismo sexo. En tales términos, reitero lo que manifesté en torno a una recta interpretación de nuestra Constitución, acorde a los valores de la 79 nación mexicana, son las que el prototipo de familia que tuvo en mente el Órgano Reformador de la Constitución—le he dado lectura varias veces a lo que afirma el Órgano Reformador de la Constitución––, se basa en el matrimonio formado por parejas heterosexuales. Nuestra Ley Fundamental consagra en su artículo 4º, el derecho de las niñas y los niños a su desarrollo integral; el deber de los ascendientes, tutores y custodios, de preservar estos derechos, y del Estado para proveer lo necesario, a fin de propiciar el respeto a su dignidad y el ejercicio pleno de sus derechos, y de otorgar facilidades a los particulares para que coadyuven a su cumplimiento, de lo que deriva el interés superior del niño, el que también a nivel internacional se encuentra expresamente establecido, concretamente en los artículos 3.1 y 18.1, de la Convención Sobre los Derechos del Niño. Esta Suprema Corte ha determinado que conforme a los artículos 4° de la Constitución y 3 de la Convención Sobre los Derechos del Niño, debe atenderse primordialmente al interés superior del niño cuando se trate de medidas que les conciernan o afecten, considerando que esa expresión implica que el desarrollo del niño y el ejercicio pleno de sus derechos deben ser considerados como criterios rectores para la elaboración de normas y la aplicación de éstas en todos los órdenes relativos a la vida de los menores, así como he dicho interés superior de la infancia, junto con el derecho de prioridad, implican que las políticas, acciones y toma de decisiones del Estado relacionadas con los menores de dieciocho años, deben buscar el beneficio directo del infante y del adolescente, y que las instituciones de bienestar social, públicas y privadas, los Tribunales, las autoridades administrativas y los órganos legislativos al actuar en sus respectivos ámbitos, otorguen prioridad a los temas relacionados con dichos menores. 80 En el preámbulo de la Convención Sobre Derechos del Niño, se reconoce que el menor para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión, así como que el niño requiere de cuidados especiales, lo que también se establece en el artículo 19 de la Convención Americana de Derechos Humanos. El cumplimiento del derecho del menor a ser integrado a una familia, implica el deber del Estado de procurar que la adopción por las familias satisfaga los requerimientos de su desarrollo a plenitud que exige, lo que significa que debe atenderse al interés superior del menor en las determinaciones que al efecto se dicten en todos los ámbitos, adquiriendo relevancia en el caso a estudio, la decisión adoptada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, en torno a la posibilidad de que el matrimonio integrado por una pareja homosexual, esté en posibilidad de adoptar a un menor, pues a fin de esclarecer si con ello se atiende o no al referido interés superior del menor, es necesario considerar dos circunstancias especiales a saber, la realidad social y cultural de nuestro país en torno a la aceptación de este tipo de parejas y la afectación psicológica que pudiera llegar a ocasionar al infante, una confusión de las figuras paterna y materna tradicionales. Les ruego aquí recordar qué pasó en el proceso legislativo que afloró al artículo 146 del Código Civil que lo produjo. Siempre se discutieron candados, otra redacción del artículo, y en una oportunidad final se suprimieron todos y ganó un partido por mayoría, sorpresivamente, sin que se hubiera discutido salvo el pandemónium del día de la votación, tema alguno concerniente al beneficio superior que debe de tener la niñez. 81 Es necesario determinar si en nuestro país se siguen estigmatizando y desaprobando las uniones entre parejas del mismo sexo, pues tal rechazo social, independientemente de que debe ser combatido mediante políticas públicas que aseguren y hagan efectivo el derecho a la no discriminación, por razón de preferencias sexuales que consagra el artículo 1° constitucional, puede afectar el sano desarrollo del menor al no desenvolverse en un ambiente social de aceptación que garantice su pleno desarrollo en condiciones de dignidad y de respeto. Es por ello que considero improcedente acudir a las decisiones que los otros países hayan adoptado al respecto, la posibilidad jurídica de que parejas homosexuales tengan acceso a la adopción de menores debe atender a nuestra realidad social y a nuestra idiosincrasia y no al de otros países, o a la idiosincrasia de otros países mejor dicho. Razón por la que resulta inatendible la opinión técnica que el proyecto invoca como emitido por la Universidad Nacional Autónoma de México en la que se hace referencia a estudios realizados en Estados Unidos y Holanda, destacándose incluso que esa misma opinión expresamente se señala que sin duda habrá que hacer esos estudios en la sociedad mexicana; siempre las personas de la Universidad Nacional Autónoma de México reconocen la necesidad de que se hagan estudios en lo futuro y, por supuesto reconocen la situación de estrés superior que se deriva del statu quo. Lo anterior se refuerza con la opinión –como ya dije- del DIF nacional, que recabé a sugerencia algún Ministro con fundamento en el artículo 79 del Código Federal de Procedimientos Civiles, y que tiene especial importancia por tratarse del organismo público – repito- que debe intervenir en los procedimientos relacionados con 82 la adopción por razón de lo dispuesto en los artículos 12, fracción III; 27 y 28, incisos c) y d), de la Ley de Asistencia Social; 2, fracción XXX, y 25, fracciones IX y X del Estatuto Orgánico del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia; 405, fracción III, del Código Civil Federal; 417 y 417 Bis del Código Civil del Distrito Federal, tanto como el 923, fracción I, párrafo segundo y tercero del Código Federal de Procedimientos Civiles. En esta opinión, se señala que no existen estudios referidos a la sociedad mexicana en el tema de la adopción por parte de parejas homosexuales, así como la integración del niño a la nueva estructura familiar, no debe suponer enfrentarlo a una nueva dificultad de integración en el medio social; vivimos en una sociedad que injustamente rechaza y discrimina a los homosexuales, exponer a estas situaciones a un menor que ha sufrido ya un abandono familiar, que se ha sentido ya rechazado y que necesita un proceso de resiliencia, significa obstaculizarle dicho proceso. Los estudios relativos tendrían que haberse realizado con anterioridad a la incorporación de la posibilidad de adopción por parte de parejas conformadas por personas del mismo sexo, a fin de garantizar que con ello no existe una afectación al desarrollo del menor, hacerlo a la inversa implica arriesgar a la niñez mexicana, mientras se corrobora la idoneidad o conveniencia de la medida legislativa o se rechaza, lo que es inaceptable dado el interés superior que la Constitución le otorga al menor. Considero pertinente advertir que los países que han legalizado la unión civil de parejas del mismo sexo, son muchos los que no han establecido la posibilidad jurídica de que tales uniones accedan a la adopción de menores, entre otros, Francia, Portugal, Finlandia, Austria, Luxemburgo, Suiza, Nueva Zelanda, Uruguay, Colombia y Ecuador. 83 Se mencionaba que ya había un sexto o séptimo Estado, no lo recuerdo, en la Unión Americana, California, que aceptaba este matrimonio y sus consecuencias, ha sido impugnada esa decisión, está sub judice hasta donde entiendo. Nadie discute que las condiciones óptimas para el desarrollo integral del menor se han dado en la familia nuclear en tanto salvaguarda las figuras paterna y materna esenciales para la formación y desarrollo de la personalidad; Martínez de Aguirre Aldaz señala que la filiación biológica constituye el modelo a cuya imagen se crean los vínculos artificiales de filiación adoptiva, eso quiere decir que para crear una relación semejante jurídicamente a la natural, la relación creada, debe de asemejarse a la natural; así, el interés superior del menor exige considerar si su pleno desarrollo no se ve afectado por la confusión de las figuras paterna y materna propias de la filiación biológica. En el proceso legislativo que dio lugar a la reforma impugnada, no se advierte que estas dos condiciones a las que el interés superior del menor exige atender, hayan sido analizadas por la Asamblea Legislativa, en tales términos al no encontrarse demostrado que la familia integrada con padres del mismo sexo asegura también el óptimo desarrollo del infante, o por lo menos que no le resulta perjudicial, me pronuncio por la inconstitucionalidad de la reforma, que no se compadece de los intereses superiores del menor; no puede desconocerse que mis anteriores inquietudes se basan en una duda razonable de afectación al sano desarrollo del menor, al no existir prueba alguna que acredite la previa aceptación de ese modelo de parejas por la sociedad mexicana, salvo desde luego el sentir de la legislatura, el sentir mayoritario de la legislatura de esta entidad federativa y, que su integración a una familia así conformada no le ocasione confusiones psicológicas en los 84 patrones base del desarrollo de su personalidad, siendo suficiente la existencia de esa duda razonable para hacer prevalecer el interés del menor sobre el de la pareja homosexual. La aplicación de la institución del matrimonio a las parejas del mismo sexo, requiere en todo caso de un examen particularizado que refleje la voluntad del legislador expresa y consciente sobre los efectos de la equiparación, específicamente en materia de adopción, voluntad que debe estar apoyada en el interés superior del niño, que exige la certeza de que la equiparación relativa no ocasione perjuicio alguno al menor en su desarrollo. Afirmé a ustedes que existían otros estudios, se los voy a concretar: El del Instituto Mexicano de Orientación Sexual, concretamente responde al cuestionario que leí a ustedes en oportunidad pasada y dice que: “En atención a mi solicitud sobre el tema en el que nuestra Institución –dice-, es experta en México, tenemos los siguientes comentarios. 1. En México no existen estadísticas confiables sobre cuántas parejas conformadas por personas del mismo sexo tengan interés en adoptar, -esto el DIF ya nos dice que no ha recibido solicitud alguna que tenga registrada-, que es importante distinguir que existen niños viviendo en ambientes homoparentales y éstos no necesariamente significan casos de adopción, sino casos en que son hijos biológicos de uno de los integrantes de la pareja, son éstos últimos los que se han mencionado en la prensa últimamente. Es importante distinguir -sigue diciendo esta Institución-, que hay que apegarse al tema de la adopción homosexual y no confundir con la homoparentalidad que ya pueda existir. Actualmente el DIF muestra como requisitos para adoptar, ser mayor de veinticinco años si se es casado; la o el cónyuge deberá de estar conforme en considerar al adoptado como hijo propio; tener medios suficientes para proveer lo necesario para la subsistencia; tener diecisiete años o más que el adoptado; ser persona de buena conducta; tener 85 buena salud; y si el menor que se va adoptar es mayor de doce años, también se requiere su consentimiento. Y si bien estos requisitos son necesarios para llevar el procedimiento legal y brindar al menor un hogar, no lo son para convertir al niño en hijo, y al adoptante en padre. Es importante que el Estado se asegure que la persona que adopta tenga los medios suficientes para adoptar, no obstante la paternidad va más allá de tener una buena conducta, incluso revisando los requisitos de adopción, existe una cláusula que dice: “Si los adoptantes son casados, es suficiente con que uno de los dos reúna los requisitos”. En psicología existen ciertos rasgos denominados “idoneidad”, que permiten saber si el sujeto que desea adoptar es o no idóneo para llevar o no a cabo ese proceso. Si bien, la idoneidad va más allá de una condición de vida, y el ejercicio de la sexualidad, se observan diferencias entre los estilos de paternidad propuestos en el trabajo de adopción, deseo y crianza. -Cita un autor y la ficha bibliográfica-. Se estudian tres tipos de parentalidad: La familia tradicional adoptiva, los padres solteros que adoptan, y las parejas homosexuales que adoptan. Se observa que la familia tradicional es un lugar en donde los roles de padre y madre son mucho más compatibles con las funciones materna y paterna. 3. Las principales diferencias encontradas en una pareja homosexual que desea adoptar, comparadas con una heterosexual 86 fueron: a) La adopción se ve como un derecho de la comunidad gay. Eso dice. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Cossío. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: ¿Me permitirá señor Ministro? SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Sí señor Ministro. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Muy brevemente. El documento que está leyendo el señor Ministro Aguirre, señor Presidente, me parece un documento importante, quisiera pedirle a él y a los compañeros si tuviéramos la posibilidad de leerlo cada uno de nosotros, adicionalmente, para prepararnos para la sesión del jueves; son las dos y diez prácticamente de la tarde, y creo que es muy importante concentrarnos también en estas argumentaciones para estar en posibilidad de tener un buen debate sobre este tema tan delicado. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Aguirre Anguiano. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Yo pienso que tiene toda la razón el señor Ministro Cossío, ofrezco a todos una disculpa, se me fue el santo al cielo, el reloj fue más rápido en esta ocasión para mí. Aquí concluyo, les repartiré una copia, hoy mismo la tendrán de los documentos faltantes en sus ponencias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien, y seguirá en uso de la voz el jueves. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Si es tan amable en reservármela. 87 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Luis María Aguilar. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Creo que todo está muy bien y habrá que considerar todo esto, pero creo que con la exposición que hice, hice una propuesta sobre considerar inoperantes los agravios, porque desde mi punto de vista no se puede hacer el estudio, como lo expuse. Para mí, suponiendo que no estuvieran de acuerdo, porque para mí si no se pronuncia el Pleno al respecto, entonces no podré decir si considero inconstitucional o constitucional, porque pienso que debe declararse inoperante, que es un paso procesal previo al pronunciamiento de la inconstitucionalidad o constitucionalidad de este artículo. Por eso, someto a la consideración de usted, señor Presidente, si amerita una votación específica o no. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Pues nos la llevamos también como propuesta. Señor Ministro Aguirre Anguiano. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Sí, nada más eso, yo tengo otras connotaciones jurídicas, nada más las anuncio. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Entonces, aquí cierro la sesión pública y los convoco para la que tendrá lugar el jueves próximo a las once de la mañana. (SE LEVANTÓ LA SESIÓN A LAS 14:10 HORAS) ÍNDICE. CONTENIDO DE LA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA DE LA SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL JUEVES 12 DE AGOSTO DE 2010. SECRETARÍA GENERAL DE ACUERDOS 1 NÚMERO ASUNTO IDENTIFICACIÓN, DEBATE Y RESOLUCIÓN. PÁGINAS. 2/2010 ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD promovida por el Procurador General de la República contra actos de la Asamblea Legislativa y del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, demandando la invalidez de los artículos 146 y 391 del Código Civil del Distrito Federal, publicados en la Gaceta Oficial del Distrito Federal de 29 de diciembre de 2009. 3 A 62 (PONENCIA DEL SEÑOR MINISTRO SERGIO A. VALLS HERNÁNDEZ). EN LISTA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN TRIBUNAL PLENO SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL JUEVES 12 DE AGOSTO DE 2010. ASISTENCIA: PRESIDENTE. SEÑOR MINISTRO: GUILLERMO I. ORTIZ MAYAGOITIA. SEÑORES MINISTROS: SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO. JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ. MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS. JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS. ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA. JOSÉ DE JESÚS GUDIÑO PELAYO. LUIS MARÍA AGUILAR MORALES. SERGIO ARMANDO VALLS HERNÁNDEZ. OLGA MA. DEL CARMEN SÁNCHEZ CORDERO. JUAN N. SILVA MEZA. (SE INICIÓ LA SESIÓN A LAS 11:35 HORAS) SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se abre la sesión pública del día de hoy. Señor secretario, sírvase dar cuenta con los asuntos del día. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro Presidente. Se somete a su consideración el proyecto de acta de la sesión pública número ochenta y dos ordinaria, celebrada el martes diez de agosto del año en curso. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A consideración de las señoras y señores Ministros el acta con la que se ha dado cuenta. Si no hay 2 intervención, de manera económica les pido voto aprobatorio. (VOTACIÓN FAVORABLE). QUEDÓ APROBADA EL ACTA SEÑOR SECRETARIO. 3 SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Se somete a su consideración el proyecto relativo a la ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 2/2010. PROMOVIDA POR EL PROCURADOR GENERAL DE LA REPÚBLICA, CONTRA ACTOS DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA Y DEL JEFE DE GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL, DEMANDANDO LA INVALIDEZ DE LOS ARTÍCULOS 146 Y 391 DEL CÓDIGO CIVIL DEL DISTRITO FEDERAL, PUBLICADOS EN LA GACETA OFICIAL DEL DISTRITO FEDERAL DE VEINTINUEVE DE DICIEMBRE DE DOS MIL NUEVE. La ponencia es del señor Ministro Valls Hernández, y conforme a los puntos resolutivos a los que se dio lectura en sesión anterior. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señoras y señores Ministros, en la sesión del martes pasado interrumpimos la exposición del señor Ministro Aguirre Anguiano, por haber alcanzado la hora de cierre de la sesión; sin embargo, antes de despedir la sesión el señor Ministro Luis María Aguilar Morales insistió en que antes que nada se considere la moción que él hace de declarar inoperantes los argumentos de invalidez que expresa el Procurador de la República en esta acción, respecto del artículo 391 por las razones que él expuso, y éste es un argumento preferente, de aprobarse la propuesta del señor Ministro Luis María Aguilar Morales, quedarían sin estudio los argumentos concretos que se hacen valer. propongo que atendamos, en primer lugar, este aspecto. Les Señor Ministro Aguirre Anguiano. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias señor Presidente. Me referiré exclusivamente a esto, sin perjuicio de en 4 su caso retomar lo que decía en la sesión suspendida con todo tino por razón de la hora. Yo pienso que existen fuertes argumentos que impiden tomar la postura interesante que propone el señor Ministro Aguilar Morales; él propone que los conceptos de invalidez se declaren inoperantes porque el artículo 391 del Código Civil del Distrito Federal, no contiene disposición expresa que permita o autorice en alguna forma la adopción a matrimonios constituidos por personas del mismo sexo, y porque dicha disposición forma parte de un sistema complejo e interactuante, que involucra diversos preceptos que no pueden desvincularse, porque en conjunto constituyen eso, un sistema legal; por lo que si el Tribunal Pleno ya determinó la validez del artículo 146 del Código Civil, no es posible hacer el estudio de la otra norma cuestionada, pues necesariamente afectaría la decisión ya aprobada. Dicha disposición recordemos qué indica: “Artículo 391. Los cónyuges o concubinos podrán adoptar cuando los dos estén conformes en considerar al adoptado como hijo y aunque sólo uno de ellos cumpla el requisito de la edad a que se refiere el artículo anterior”. Diecisiete años de diferencia entre adoptante y adoptado, según recuerdo. “Pero ─sigue diciendo el artículo─ siempre y cuando la diferencia de edad entre cualquiera de los adoptantes y el adoptado sea de diecisiete años de edad, cuando menos; se deberán acreditar además los requisitos previstos en las fracciones del artículo anterior”. ¿Cuáles? Otros. La propuesta del Ministro Aguilar Morales me parece cuestionable y desde luego no la comparto, pues si bien el artículo 391 del Código Civil forma parte de un sistema, también lo es que prevé, como supuesto inicial de ese sistema, quiénes podrán adoptar, hipótesis normativa ─concedo que es una hipótesis normativa─, supuestos de hecho de la norma mejor, para no dar concesiones que abre la puerta al sistema legal de adopción, por lo que su impugnación puede realizarse de manera individual o independiente, además de que no se toma en cuenta lo argumentado por este Tribunal Pleno 5 en la sesión de primero de julio pasado, en la que la mayoría de los señores Ministros votamos en contra del sobreseimiento que del artículo 391 del código combatido nos planteó el señor Ministro ponente. En efecto, no ha lugar a declarar la inoperancia ya que en primer término para poder impugnar esa disposición, no es necesario que contenga presupuesto normativo expreso que autorice las adopciones a los matrimonios conformados por las personas del mismo sexo, pues la posibilidad de la adopción que opere en esos casos es como consecuencia de que el código en su artículo 146 permite ese tipo de uniones y porque implícitamente modificó el concepto de cónyuge que se refiere en el 391. No podemos desconocer la relación que existe entre el matrimonio y la adopción, pues la institución del matrimonio incide en otras figuras, entre otras, las relativas a la filiación, de ahí que podemos hablar de una afinidad o de una relación entre esas instituciones y las disposiciones que las regulan, porque la adopción es una institución que contribuye a lograr uno de los fines del matrimonio, en el caso, el de la procreación y de la consecuente formación de la familia, lo que implica que existe una interrelación que no se puede desconocer y que sin lugar a dudas explica que el promovente de la acción haya planteado la inconstitucionalidad de esa norma, interrelación que como ya apuntaba, no se traduce en que deba combatirse el sistema del que forma parte, por lo que la impugnación individual del artículo es perfectamente válida toda vez que se trata del precepto que define quiénes podrán adoptar. En otras palabras, la inoperancia no puede derivar de la falta de impugnación de las diversas normas legales que conforman el sistema integral de adopción, precisamente porque en la acción de inconstitucionalidad no se impugna en sí el sistema legal de 6 adopción, sino la posibilidad de que accedan a tal sistema de adopción parejas homosexuales en virtud de su incorporación a la institución del matrimonio; es decir, se impugna el efecto que ocasiona la modificación de la institución matrimonial al abrir la posibilidad de adopción a parejas del mismo sexo. El sistema previsto en el Código Civil relativo a la adopción no es problema para el actor sino los alcances o consecuencias de la alteración que del concepto matrimonio trajo al respecto, de lo que se entiende por cónyuges, pues ahora como consecuencia de la reforma al artículo 146 también tendrá ese carácter aquellos que siendo del mismo sexo celebren matrimonio, lo que implicará que matrimonios integrados por personas del mismo sexo puedan actualizar el resto de supuestos de hecho que son consecuencia de ese vínculo, entre ellos, el de adoptar menores y en esa situación el Procurador General de la República aduce inobservancia al interés superior del niño, lo que explica que no había necesidad de que se impugnara el sistema del que se dice forma parte. Por otro lado como ya apuntaba, la postura del señor Ministro Aguilar Morales no comprende los argumentos que la mayoría de los integrantes de este Pleno sostuvimos en la sesión de primero de julio, discusión en la que se hizo especial énfasis en que la reforma al artículo 146 del Código Civil del Distrito Federal le dio un nuevo alcance al diverso 391, lo que explica su impugnación, puedo referir lo que dijeron destacadamente los Ministros Cossío, Franco, Zaldívar, etc. No creo que sea necesario, ellos lo recordarán con toda precisión. Coincido con lo señalado por el Ministro Aguilar, en torno a que el sistema de adopción se encuentra dirigido no a un derecho del adoptante sino al interés superior del niño como posible adoptado, pero justamente en virtud de tal interés es por lo que este Tribunal 7 Pleno debe de proceder a analizar si la posibilidad de que matrimonios conformados por parejas del mismo sexo garantizan el óptimo desarrollo del menor. Evadir tal estudio bajo la vía de la inoperancia propuesta, significaría incurrir en el mismo vicio de la Asamblea Legislativa, el cual es: falta de análisis de la repercusión que la incorporación a la institución del matrimonio por parejas homosexuales ocasiona en cuanto a la adopción al otorgar a ese tipo de parejas, como matrimonio, la posibilidad de adoptar a menores; no obstante el interés superior del menor, no analizarlo sería no atender a ese interés superior. Tan es así que una de las razones que se calificó como fundamental y que sostuvimos la mayoría de los Ministros en la ya referida sesión del primero de julio, es el deber que como Tribunal Constitucional tenemos de pronunciarnos respecto de un tema que es de suma trascendencia para los niños que están en condiciones de ser adoptados; a fin de ilustrar lo anterior, me permito dar lectura a algunas de esas intervenciones: Ministro Zaldívar Lelo de Larrea: –viene hablando– “Y entonces, sin duda, sin haber analizado el precepto, vamos simplemente a dejar una reforma legislativa a la mitad que pudiera ser discriminatoria o vamos a decir que sí pueden hacerlo y entonces lo vamos a hacer sin analizar unos argumentos que nos han planteado y creo que tenemos no sólo la posibilidad sino la obligación de analizarlo. Dejar el tema de la adopción –sigue diciendo– de los menores, de manera indeterminada, ambigua, poco clara, susceptible a diferentes interpretaciones, me parecería muy grave, me parecería que estaríamos declinando una obligación constitucional que tenemos como Tribunal Constitucional y estaríamos en el peor de los mundos, tanto para las personas que están accediendo a esta nueva forma de unión matrimonial como para los menores que en muchos casos y en mucho número están deseosos, necesitados de 8 tener una familia. Por supuesto que quienes estamos porque ese tema se discuta, no nos estamos pronunciando sobre la invalidez en modo alguno, lo que creemos es que hay una obligación técnica de pronunciarnos sobre ello y además que también hay una obligación constitucional de darle claridad a esta cuestión, y nos parece de la mayor relevancia e importancia y los méritos de los argumentos de inconstitucionalidad los tenemos que tratar en su momento en caso de que este Pleno decida entrar al fondo de ese tema”. Ministro Cossío Díaz: “Es un tema serio, me parece un pronunciamiento de un Tribunal Constitucional, se genera una condición de ambigüedad, hoy hay pequeños que han sido adoptados en diversas condiciones, otros estarán por hacerse, me parece que entre más claros seamos, mejor definamos la condición de esto, ayudamos muchísimo más a la sociedad, y por otro lado, cumplimos con nuestra función constitucional. Cabe agregar que las tesis de esta Suprema Corte que aluden a la impugnación de leyes como sistema normativo, se refieren a éste para explicar que es un conjunto de disposiciones que forman una unidad normativa y que puede ser combatido aun cuando se acredite un acto de aplicación de una de ellas, solamente un acto de aplicación de una sola de las normas o que el particular se ubique en el supuesto jurídico de una sola, lo que lo legitima para controvertirlas de manera conjunta como un sistema normativo. Pero esos criterios no limitan, o mejor dicho, no prohíben la impugnación de una sola norma de ese conjunto, además de que la finalidad de que ese criterio es la de no limitar la impugnación de un sistema normativo, cuando el acto de aplicación sólo actualiza el supuesto de una de las disposiciones de ese sistema, por lo que no puede ser sustento de la propuesta que se discute”. 9 Segundo. Sostiene el Ministro Aguilar: Que el artículo 391 no señala expresamente que las parejas homosexuales puedan adoptar y por tanto que la consecuencia de la declaratoria de invalidez, supondría invalidar totalmente la norma, lo cual dejaría sin disposición normativa tanto a los matrimonios homosexuales como a los heterosexuales, desapareciendo de esta forma la figura legal de la adopción del mundo jurídico del Distrito Federal. No creo que sea exacta esta postura. El análisis de la constitucionalidad de una norma no necesariamente lleva a declarar su invalidez, sino que pueda realizarse una interpretación conforme de la misma que permitiría ajustarla al orden jurídico constitucional. En la tesis plenaria 4/2008 que lleva por rubro: “INTERPRETACIÓN CONFORME EN ACCIONES DE INCONSTITUCIONALIDAD. CUANDO UNA NORMA ADMITA VARIAS INTERPRETACIONES DEBE PREFERIRSE A LA COMPATIBLE CON LA CONSTITUCIÓN”. Se sostiene que cuando una norma legal admita diversas interpretaciones siempre que sea posible, debe optarse por aquella que haga a la norma impugnada compatible con la Constitución; es decir, adoptará el método de interpretación conforme a que ésta conduzca, a su declaración de validez constitucional, que tanto en el caso de declarar la invalidez de una norma legal como el de interpretarla conforme a la Constitución reconociendo su validez, se tiene como finalidad salvaguardar el orden jurídico nacional a partir del respeto y observancia de las disposiciones de la Ley Suprema, y que en todos los casos debe hacerse un juicio de razonabilidad, a través de un ejercicio de ponderación para verificar el peso de los fundamentos de una u otra postura, debiendo prevalecer la que otorgue un mejor resultado para lograr la observancia del orden dispuesto por el Constituyente. 10 Deriva de lo anterior, que de considerar el Pleno —si así lo considerara desde luego— que la adopción de menores por matrimonios conformados por parejas del mismo sexo resulta contraria al interés superior del menor tutelado por el artículo 4º de la Constitución, —los argumentos de fondo para ello, luego los calibraremos— puede realizar una interpretación del artículo 391 impugnado para entender que al referirse a los cónyuges y concubinos, sólo comprende a las parejas heterosexuales, porque al incluir a las parejas homosexuales dentro de las instituciones del matrimonio y del concubinato, no previó expresamente la autorización de adopción por éstas, esto es, puede interpretarse que la incorporación al matrimonio o al concubinato de parejas homosexuales, requiere disposición expresa que autorice la adopción de menores, atendiendo al interés superior de estos. Esto llevaría a realizar una interpretación conforme del artículo 391 impugnado y no a declarar su invalidez, pero esta interpretación conforme salvaguarda el orden constitucional asegurando el mejor resultado para su observancia, en tanto que no se traduce en una desaparición de la figura de la adopción en el Distrito Federal, no se expulsa del orden jurídico del Distrito Federal el artículo clave de la institución. Lo anterior demuestra que los efectos que pudieran imprimirse al análisis de constitucionalidad y a la decisión que adopte el Pleno, no pueden dar lugar a la improcedencia del análisis de constitucionalidad de la disposición combatida, en los términos que propone el Ministro Aguilar. Tercero. Por último, en el documento que tuvo la gentileza de entregarnos el señor Ministro, no se toma en cuenta —según mi parecer— que la adopción es un problema de constitucionalidad y no de aplicación de la norma combatida. 11 En efecto, el artículo 391 impugnado permite que los cónyuges o concubinos puedan adoptar. Al incorporar el artículo 146 a las parejas homosexuales a la institución del matrimonio, se constituyen en cónyuges a quienes se les posibilita como pareja e institución matrimonial la posibilidad de adoptar. Esto es, con independencia de los requisitos que legalmente deban reunirse para que proceda la adopción, en términos de las normas que los regulan y que deberá determinar la autoridad a la que corresponde su aplicación, lo cierto es que la reforma impugnada otorga acceso a la pareja homosexual a adoptar y ésta es mera posibilidad que resulta contraria al interés superior del menor que tutela el artículo 4° de la Constitución. Nos enfrentamos entonces a un problema de constitucionalidad de la norma que permite el acceso a la adopción de menores por parte de parejas homosexuales, pues éstas no ofrecen un ambiente que asegure el desarrollo óptimo del menor. El mero establecimiento de los requisitos que establecen las normas que regulan el sistema de adopción, no garantiza por sí solo el interés superior del menor. El ambiente-desarrollo que proporciona una pareja homosexual, con independencia de los requisitos generales para la procedencia de la adopción, no asegura el interés superior del menor, y a ello me dedicaré y demostraré después. Nos corresponde a nosotros decidirlo, no a la autoridad aplicadora, quien estaría impedida para pronunciarse al respecto, para negarle el acceso a una adopción por tal motivo, en tanto que se no encuentra previsto como requisito para la procedencia de la adopción el que la pareja que la solicite sea heterosexual. Esto es problema de constitucionalidad y no de aplicación, de ahí que la 12 trascendencia de que la Suprema Corte como Tribunal Constitucional se pronuncie al respecto —a mi juicio— es inconmovible. ¿Qué resulta en este caso? En este caso sucedió que se produjo el fenómeno de vasos comunicantes; se modificó una norma que comunicaba con otras. Se cambió la esencia de la misma; uno de los elementos esenciales, nucleares de la misma. La comunicación, el trasvase entre norma y norma no se movió, pero tienen que ser continente de diferentes contenidos; una de ellas se impugnó, el artículo 391. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Quién ha pedido la palabra? Ministra Sánchez Cordero. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Eso solamente en relación a la posición que tomaríamos en relación a la propuesta del señor Ministro Luis María Aguilar, exclusivamente ése es el tema que estamos viendo. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Así es. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: ¿Verdad? Entonces, señora Ministra, señores Ministros, en la sesión pasada precisamente el señor Ministro Luis María Aguilar, en la mesa de debate un punto concreto a la discusión de este Tribunal Pleno, consistente en la propuesta de declarar inoperantes los argumentos de invalidez hechos valer por el Procurador General de la República, respecto del artículo 391 del Código Civil para el Distrito Federal en materia de adopción. Al efecto, quiero señalar que si bien puedo compartir sus argumentos, máxime que al igual que él formo parte de la minoría que nos pronunciamos sobre el sobreseimiento inicialmente propuesto por el ponente, así lo había 13 propuesto el Ministro Valls, respecto del citado numeral; lo cierto es que desde mi óptica personal, por virtud de la decisión mayoritaria del Pleno, adoptada precisamente en la sesión del primero de julio de este año, se tuvo como efectivamente impugnado el citado numeral 391, decisión que nos obliga, ─ es mi sentir y creo de la minoría─, a pronunciarnos sobre la constitucionalidad de este precepto y a analizarlo en el fondo. De ahí que considero de manera respetuosa, que no podríamos decretar la inoperancia, a pesar de que la compartía con el Ministro Aguilar, de los argumentos que se han hecho valer. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Gracias señor Presidente. Muy brevemente, señoras Ministras, señores Ministros. Si ya una mayoría el primero de julio, en la sesión de ese día aprobó que se entrara al análisis de ese aspecto de la demanda, y en este tipo de juicios, en acciones de inconstitucionalidad, existe una amplia suplencia de la queja. Pienso que no es viable hablar de conceptos de invalidez inoperantes, con todo respeto. Además, no estaríamos dando respuesta al planteamiento real de invalidez que nos hace el accionante, así que, pues no puede resolverse a través de la inoperancia este tema del asunto que nos ocupa. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Consulto al señor Ministro Luis María Aguilar si estaría de acuerdo en reservar su participación para cuando hayamos dado los argumentos. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Sí, claro. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Gracias. Señor Ministro Silva Meza. 14 SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: También de manera muy breve, sí efectivamente en la sesión del pasado primero de julio, en la cual se sometió a nuestra consideración la propuesta del proyecto del señor Ministro Valls, en el sentido de decretar el sobreseimiento en relación con este artículo 391, efectivamente lo sabemos, hubo una mayoría de los señores Ministros que se pronunció porque no fuera decretado este sobreseimiento. Pero creo que la razón que estuvimos discutiendo fue precisamente si este precepto contenido en el Decreto de modificación constituía un nuevo acto legislativo o no; esa fue la razón toral. Yo recuerdo a ustedes que en mi intervención en esa ocasión decía que estaba de acuerdo con la propuesta del proyecto, pero no solamente porque no se trataba de un nuevo acto sino que ya existía esa discusión, como tal, no había tenido ninguna modificación. Hicimos referencia a todo el proceso legislativo, a la inclusión, la propuesta de inclusión precisamente de una prohibición que no pasó y que quedó el artículo tal cual; y ahí en lo particular, que se asocia mucho con los argumentos que llevan a la inoperancia propuesta por el señor Ministro Aguilar. Precisamente, aludía a que no solamente era el problema de si se trataba o no de un acto nuevo, sino que también respecto de la naturaleza precisamente de esos actos o del contenido de la disposición, la concesión de un amparo no tendría absolutamente ningún efecto, porque dejaría el tema de adopción sin regulación, no solamente para las personas que se han casado del mismo sexo, sino también a las parejas o matrimonios, o concubinarios de heterosexuales, no tendría absolutamente ningún efecto. Esto hacer renacer esa situación. Creo que si bien, a lo mejor la calificación de inoperancia es la que está ocasionando el problema, pero si esto 15 nos lleva a la improcedencia en última instancia, creo que sería totalmente salvable por otro argumento, argumento diferente por el cual ya se ha decidido. Creo, que aquí se medirán los argumentos y las razones de la mayoría. Dejaríamos de lado este pronunciamiento ─lo ha dicho el señor Ministro ponente─, que acepta la decisión ya tomada en relación con el sobreseimiento, esto ya está votado, ─yo digo─, sí se votó, pero en relación con este tema, en relación con el otro no se votó, y efectivamente el artículo no afecta nada en cuanto a su constitucionalidad, el artículo seguiría siendo constitucional, no habría ninguna prohibición para el ejercicio de este derecho a adoptar, y no pasaría absolutamente nada en los hechos sino sería una prohibición estrictamente técnica, de cuyo planteamiento hace mención el señor Ministro Aguilar Morales. Concreto: no tengo problema para entrar al fondo, tengo precisión en los argumentos y no me causa problema, pero creo que con rigor técnico sí es aceptable la postura del señor Ministro Aguilar Morales. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Ministra Luna Ramos. SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Gracias señor Presidente. Yo quisiera mencionar que también a mí me parece correcta la postura del señor Ministro Aguilar Morales. ¿Cuál es la razón? Es cierto que se votó con anterioridad que no era factible que se diera la causa de improcedencia que el proyecto en ese momento estaba haciendo valer. ¿Pero cuál era la causa de improcedencia que el proyecto hacía valer? La causa de improcedencia era si se trataba o no de un nuevo acto legislativo y esa fue la discusión que tuvimos en aquella 16 sesión y por eso hubo una mayoría en determinar que sí se trataba de un nuevo acto legislativo. ¿Por qué razón? Porque aunque no tuviera corrección en una sola coma, no hubiera variado en absoluto la redacción de este artículo, lo cierto es que sí salió publicado dentro de la reforma, e hicimos un recuento de lo que había sido realmente, algunos incluso cambios de criterios que en alguna ocasión se dieron en este Pleno en relación con lo que debemos entender como un nuevo acto legislativo; sin embargo, llegamos a la conclusión de que aun cuando este criterio se sostiene en la actualidad por mayoría, habíamos regresado prácticamente al criterio tradicional, que basta con que salga publicado el artículo para que pueda entenderse que está siendo reformado y en esa medida poder analizar su constitucionalidad o inconstitucionalidad. Es cierto, el artículo desde el punto de vista formal no tuvo reforma alguna. ¿Qué es lo que sucede? Que materialmente lo que está cambiando ahora es su contenido, pero no en el artículo per se, sino porque de alguna forma tiene que ver con que lo que cambió fue el concepto de matrimonio que se da en el 146, pero el artículo 391 sigue estando formal y materialmente igual. ¿Cuál es el problema que se presenta ahora? Bueno, que sus alcances en un momento dado van a variar de acuerdo a quienes sean los sujetos que en un momento dado contraigan matrimonio, pero el artículo sigue siendo el mismo. ¿Qué sucede? Bueno, la aplicación de este artículo no puede verse de forma aislada. ¿Por qué no puede verse de forma aislada? Porque todo el capítulo de adopción involucra una serie de artículos en los que quien en un momento dado está encargado de determinar cómo se va a llevar a cabo la adopción tiene que analizar una serie de circunstancias económicas, psicológicas, sociales, de personalidad, que en un momento dado implican el desarrollo de otros muchos artículos que no fueron combatidos, y creo que a eso va en un momento dado la 17 propuesta del señor Ministro Aguilar Morales, que el sistema como tal no fue impugnado y por esta razón el artículo, de manera aislada y destacada, pues no es factible su impugnación. Él da incluso al final de su participación, si recuerdan el día de ayer, cuatro razones que a mí me parecen muy valederas. ¿Por qué? Porque dice: Primero, porque este Pleno ya se pronunció sobre la validez constitucional del artículo 146 que constituye el sustrato esencial de un sistema normativo. Segundo. Porque este precepto por sí mismo no regula la adopción por parte de matrimonios constituidos por personas del mismo sexo. No, pues dice: los matrimonios, punto, son los que pueden adoptar. Tercero. Porque es claro que la incidencia de este precepto en la adopción de matrimonios del mismo sexo se da en tanto se encuentren formando parte de un sistema normativo no impugnado por el Procurador como tal, y que además se conforma con otros diversos preceptos tampoco combatidos. Cuarto. Por ello no estoy de acuerdo con el tratamiento en esta parte del proyecto que parece referirse al análisis sobre la posibilidad de que personas homosexuales puedan adoptar como si se tratara de un derecho del adoptante y su no discriminación, sino que en todo caso debería estar únicamente dirigido a valorar el interés superior del niño como posible adoptado y que está regulado para su protección por un sistema legal que se contiene en el propio Código Civil y que no puede ser analizado en este asunto al no haber sido motivo de impugnación por parte del Procurador General de la República. Es cierto lo que dijo hace un momento el señor Ministro Aguirre Anguiano, tengo a la mano las tesis que se han emitido en materia 18 de impugnación cuando se trata de un sistema normativo, y es cierto lo que él dice, que cuando se trata del acto de aplicación, cuando un quejoso solicite o acredite el acto de aplicación de una sola de ellas o se ubique en el supuesto jurídico de una sola, que lo legitima para controvertirlas de manera conjunta, pero aquí estamos hablando de una ley de carácter heteroaplicativa, aquí estamos y que por supuesto es combatida a través de un juicio de amparo, sin embargo, aquí estamos en una acción de inconstitucionalidad en que quien está combatiendo es una autoridad y que en un momento dado tenía que haber impugnado esto como lo que es: un sistema normativo, no de manera totalmente aislada y que en el momento en que nosotros accediéramos a determinar que sí es posible su impugnación pues estaríamos supliendo la deficiencia de la queja más allá de lo que se establece en la propia Ley Reglamentaria del 105, porque no estaríamos supliendo exclusivamente por argumentos, estaríamos supliendo por actos que no formaron parte de la impugnación. Por esas razones a mí sí me convence la declaratoria de inoperancia que propone el señor Ministro Aguilar Morales. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Están anotados los señores Ministros Fernando Franco, Zaldívar y Cossío, en ese orden. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Gracias señor Presidente, señoras y señores Ministros procuraré ser breve, hasta donde yo entiendo el planteamiento del Ministro Aguilar, sí es plausible porque entendí que no se refería a nuestra decisión original del sobreseimiento precisamente por ser un acto legislativo, nuevo o no, sino que, si se me permite la expresión, yo entendí que él alegaba una causa sobrevenida, es decir, derivada de que declaramos constitucional ya el precepto, independientemente del 19 origen de las posiciones, el otro entonces deviene ya inoperante el concepto de invalidez en virtud de que está definida la constitucionalidad de los matrimonios del mismo sexo, así lo entendí. Ahora bien, no comparto esa posición precisamente por tratarse de una acción de inconstitucionalidad, me parece que independientemente del sistema normativo y de si tiene otros problemas, aquí no es un problema de nivel legal, es un problema de una impugnación concreta a un artículo que hizo el Procurador, inclusive con un alegato que me parece a mí fundamental, que es el del interés superior del menor; cuando me pronuncié sobre la constitucionalidad del 146, señalé que estábamos en presencia de un acto que celebran personas capaces, consecuentemente tiene una característica diferente. En este caso, el alcance que puede tener el precepto impugnado, nos introduce un elemento subjetivo diferente que me parece del más alto interés, que es el menor; es decir, el menor que puede o no ser adoptado por ese matrimonio de parejas del mismo sexo. Y consecuentemente a mí me parece y es algo que abordaré si el Pleno así lo va decidiendo cuando entremos al fondo, me parece un tema toral, creo que ese concepto de invalidez lo tenemos que enfocar básicamente desde el punto del interés superior del menor y no del matrimonio de personas capaces, eso ya lo veremos en su momento. Consecuentemente, a mí me parece que sí es indispensable determinar si el alcance de esta disposición a raíz de la reforma del 146 es constitucional en esa parte o no, aquí se ha señalado y lo comparto, que puede haber una interpretación conforme, este Pleno podría establecer que el precepto es válido en este alcance y esto lo hemos hecho en muchos otros casos e inclusive diría, usando mi 20 expresión, que se podría ir más allá, porque conforme a la Ley Reglamentaria del 105 es a la inversa, si este Pleno se pronunciara por la mayoría necesaria, por la inconstitucionalidad del precepto, tendría que verse si otras normas generales del sistema a consecuencia de ello, también resultan inconstitucionales y entonces declararlas inconstitucionales también, pero creo que no es a la inversa en una acción de inconstitucionalidad, creo que está planteado un claro concepto de invalidez que introduce una modalidad substancial que tiene que ser analizada por este Pleno y consecuentemente yo estaré también porque no se declare inoperante. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Zaldívar. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor Presidente, voy a tratar de ser muy breve, para lo cual manifiesto que suscribo todas las razones procesales a las que aludió el señor Ministro Aguirre, en cuanto a mi posicionamiento de fondo lo haré en su caso en el momento oportuno y lo que ha manifestado tanto el Ministro ponente, el Ministro Valls y el Ministro Fernando Franco. Cuando decidimos que no había lugar a sobreseer en relación con el artículo que regula la adopción, si bien la mayoría nos ocupamos de una cuestión técnica, de si había acto nuevo o no, varios de nosotros, si no es que todos ––ya nos citó a algunos el Ministro Aguirre––, manifestábamos también la necesidad de que hubiera una definición clara de esta Suprema Corte sobre el tema de adopción. Entendíamos entonces y entendemos ahora ––al menos yo así lo veo–– de quienes votamos con la mayoría, que la declaratoria de constitucionalidad de los matrimonios entre personas del mismo sexo, no traía automáticamente la constitucionalidad de la 21 posibilidad de adoptar, porque se entendía que aquí había un elemento adicional que es el interés superior del niño, y que esto hacía que lo tuviéramos que tratar de manera diferenciada. Si bien es cierto que pudiera dar lugar en su caso a una declaratoria de inconstitucionalidad a una especie de matrimonios de primera y de segunda, porque habría un cierto tipo de matrimonio que no tendría este derecho, se consideró que se tenía que analizar porque hay un elemento distinto, diferenciado e incluso de jerarquía superior que el derecho a tener matrimonio de las personas de un mismo sexo, que es el interés superior del niño. Ahora, desde el punto de vista técnico, pueden subsistir de manera independiente las dos porciones; es decir, podemos válidamente decir: que los matrimonios entre personas del mismo sexo ¿son inconstitucionales? Y entonces, obviamente el artículo de la adopción se entenderá sólo a cónyuges heterosexuales. Si decimos por el contrario, son constitucionales, como ya lo dijimos, esto no obsta a que podamos hacer un régimen diferenciado en su caso, para la adopción, lo tenemos que analizar y esto no afecta que haya todo un sistema ¿por qué? Porque este precepto que estamos analizando es el que abre o cierra la puerta. Si se admite la adopción entre cónyuges ––que aquí en el Distrito Federal ya son tanto del mismo sexo, como de diferente sexo––, entonces se aplica todo el sistema. Si se declarara esto inválido, pues simplemente se declararía inválido para entender que cuando habla de cónyuges, no está incluyendo a los matrimonios entre personas del mismo sexo. No creo que haya aquí una posibilidad de agravios o conceptos de invalidez inoperantes, precisamente por tratarse de una acción de inconstitucionalidad, pero ni siquiera creo que estemos supliendo la 22 deficiencia de la queja. A mí me parece que el planteamiento del Procurador es claro, nosotros ya aceptamos que es un planteamiento que tiene que analizarse porque es un acto legislativo nuevo, como ya lo decidimos. Entonces a mí me parece que a estas alturas del partido, cuando hemos ya decidido y además votado, quienes votamos tomando en consideración que el tema de la adopción era un tema diferenciado, no creo que haya argumentos técnicos para darle la vuelta y no entrar a ver este tema. Y tampoco me parece ––y reitero lo que dije en su momento–– que desde el punto de vista de nuestra obligación como jueces constitucionales, podamos en este momento no analizar este tema, que es sin duda el más sensible y el más delicado de toda esta reforma y quizás uno de los más sensibles y más delicados que haya resuelto esta Suprema Corte. Por eso reitero el voto que en su momento di, porque analicemos este tema de la constitucionalidad o no de la adopción entre matrimonios que ya declaramos constitucionales del mismo sexo. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Cossío. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Presidente. Muy brevemente también haciendo mías las observaciones de los Ministros Aguirre, Franco y Zaldívar ––en su orden de las intervenciones y por supuesto la del Ministro ponente––, yo tampoco estoy de acuerdo con la propuesta del Ministro Aguilar. En la página, expresamente se nos está demandando la declaración de invalidez de los artículos 146 y 391, del Código Civil. Ahí hay una doble consideración en este sentido. 23 Y posteriormente lo que hace el Procurador General de la República en su demanda, es justamente señalar la vinculación total ––a su juicio––, no necesariamente comparto sus argumentos, pero sí me parecen de gran claridad en esta parte, en cuanto a que lo que se acaba de crear ––dice él–– o en el momento en que la impugna –– dice él–– es un nuevo sistema en el Distrito Federal, que genera formas distintas de matrimonio y forma también parte de un sistema que lleva o que conlleva la posibilidad de adopción, y son precisamente esos dos elementos los que el Procurador está impugnando. No los aburro con la lectura de la demanda, sé que todos ustedes la conocen, pero sí hay párrafos, insisto, expresos en que él está viendo esta condición como un sistema, y precisamente a la luz de ese sistema es que invoca el interés superior del menor, al que acaba de aludir el Ministro Zaldívar para efectos de pedirnos que cumplamos con nuestra obligación constitucional y nos pronunciemos sobre ese nuevo sistema de familia y de adopción que se acaba de generar en el Distrito Federal, insisto, visto como un todo desde la perspectiva del propio promovente, con lo cual yo estoy de acuerdo, ─adicionalmente, entiendo─, me obliga la votación anterior, aun cuando se hubiera referido al nuevo acto legislativo, porque al menos el señor Ministro Franco y yo consideramos que el nuevo acto legislativo depende más de la generación o de la modificación del sistema que de las contingencias que se hubieren dado con la publicación en un Diario o Gaceta Oficial. Por esas razones estoy en contra de esta propuesta que por lo demás es muy importante y nos ha hecho reflexionar al respecto y porque pasemos en su momento al estudio de fondo de la adopción 24 a la luz de los elementos constitucionales que se han determinado. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Yo también estoy en contra de la propuesta que hace el señor Ministro Luis María Aguilar, la sustenta –como ya se ha dicho– en cuatro razones: La primera de ellas es que ya este Pleno se ha pronunciado sobre la validez constitucional del artículo 146, pero esto no impide en modo alguno que consideremos la constitucionalidad del diverso precepto 391. Coloquialmente podríamos decir que la inconstitucionalidad es contagiosa, la Ley Orgánica nos obliga, perdón, la Ley Reglamentaria del artículo 105, nos obliga a que habiendo declarado la inconstitucionalidad de un precepto, hagamos extensiva la declaración a otras normas que dependen de este precepto; al revés no, reconocida la validez del artículo 146, tenemos que analizar la del 391, y esto lo ligo con el punto cuarto por la relación que advierto. Dice el punto cuarto de la propuesta: “No estoy de acuerdo con el tratamiento en esta parte que parece referirse al análisis que gira en torno a la posibilidad de que las personas homosexuales puedan adoptar, como si se tratara de un derecho del adoptante y su no discriminación, sino que en todo caso debería estar únicamente dirigido a valorar el interés superior del niño como posible adoptado”. Éste es el argumento del Procurador, menciona el artículo 4° como violado y la parte que señala como violada es el interés superior del niño. Ahora bien, cuando hablamos de la validez del artículo 146, que permite la unión de dos personas mayores de edad, del mismo sexo, nunca tocamos el tema del interés superior del niño. 25 La pregunta es ahora siendo válido el matrimonio, el artículo 391 que permite por impacto de esta reforma, la adopción de menores de edad por matrimonios homosexuales, ¿protege el interés superior del menor? La respuesta aquí se dará, el sí o el no, pero es un tema que no ha sido resuelto y que por sí solo puede ser determinante para resolver la constitucionalidad o inconstitucionalidad del 391. Otro argumento dice: “Este precepto por sí mismo no regula la adopción por parte de matrimonios constituidos por personas del mismo sexo”. Yo difiero totalmente de esta consideración, ahora, si la regula por sí mismo, abre la puerta como lo dijo el Ministro Zaldívar, sin el 391 no habría posibilidad de que matrimonios del mismo sexo pudieran hacer una solicitud de adopción, es la clave, es la norma específica que permite el derecho de adopción a los matrimonios del mismo sexo; el argumento es que debió excluirse de esta previsión a los matrimonios del mismo sexo; dice: Es claro que la incidencia de este precepto -146- en la adopción por matrimonios homosexuales, se da en tanto que se encuentra formando parte de un sistema normativo no impugnado como tal, y que además se conforma con otros diversos preceptos tampoco combatidos. No hay que atacar ningún otro del capítulo de adopción, cuando la única preocupación en el caso, el ataque de la Procuraduría es por la no exclusión del derecho de adopción a matrimonios del mismo sexo. Si se alcanzara la declaración de inconstitucionalidad se remedia la pretensión del legislador, pero se dijo también en otro momento, ¡ah! pero si decimos que el artículo 391 es inconstitucional vamos a dejar sin ley a todos los matrimonios y nadie va a poder adoptar, y esto pareciera que ahora nos escuece y nos alarma, y que no 26 podemos hacer eso. Señoras y señores Ministros, la función esencial de los tribunales constitucionales es dejar sin ley a todos los gobernados cuando expulsan del orden jurídico la norma que ha sido declarada inconstitucional, y es responsabilidad política y jurídica de los órganos legislativos poner remedio a este vacío a la mayor brevedad posible, bajo su resorte y exclusivo impulso. ¿Qué ha hecho el Tribunal Constitucional mexicano? Que hemos querido salvaguardar las partes sanas de la ley que están apegadas a la Constitución, y empezamos a diferencia de otros tribunales a declarar la inconstitucionalidad de determinadas porciones de la ley, cosa que aquí no sería posible, pero tenemos ejemplos recientes en donde se dijo: Aquí no es posible, si se queda insubsistente esta parte de la ley ya no se entiende el texto y no nos queda más que la expulsión total de la norma En consecuencia, creo que la propuesta de análisis de fondo es importante y que los planteamientos que se hacen valer por parte de la Procuraduría deben resolverse por el Tribunal Pleno, como se apuntó desde el momento en que votamos en contra del sobreseimiento que proponía el proyecto. Señor Ministro Luis María Aguilar. SEÑOR MINISTRO Presidente. AGUILAR MORALES: Gracias señor Curiosamente de casi todas las razones que he escuchado en pro, desde luego, y en contra; creo que básicamente todas coinciden conmigo, y coinciden en el sentido de que esta es una cuestión que tiene que ver, no sólo con el artículo 391, todos coinciden en que el artículo, por lo menos el 146, es el que introduce la modificación o la posibilidad, como acaba de decir el señor Ministro Presidente, de que se hagan las adopciones; el mismo Ministro Aguirre dijo en varias ocasiones –si lo pudiéramos volver a escuchar, escucharíamos– que hay una condición, que hay 27 un sistema de alguna manera, pero que eso de todos modos no tiene impedimento para que estudiemos el 391, no, desde luego, no lo niego, ni estoy proponiendo de nuevo la misma causa de improcedencia que ya se estudió y que ya está decidida, como dijo muy bien don Juan Silva Meza, no estoy ni siquiera planteando una causa de improcedencia, estoy planteando que la manera en que está ahorita planteada la inconstitucionalidad del artículo 391 no se puede hacer sin afectar, y así lo digo en mi nota, sin afectar el pronunciamiento que se hizo del 146. Coincido con el señor Ministro Presidente en que precisamente porque el 146 cambia el concepto, hace que las adopciones en el 391 se tengan que ver de otra forma, precisamente eso es lo que yo digo. El Ministro Cossío me hacía ver que el señor Procurador planteó la vinculación de estos dos preceptos; sin embargo, no los estudiamos así, si los hubiéramos estudiado de esa manera, hubiéramos tenido que reflexionar simultáneamente sobre la validez, lo que iba a influir con la validez del matrimonio entre personas del mismo sexo con, por ejemplo, lo que determina el 391. En general, yo veo que todos coinciden en eso y desde luego no me asusta, ni me resisto a que se declarara inconstitucional la norma si así fuera en su totalidad, ¡desde luego! y así tendrá que ser en muchas ocasiones y seguramente así votaré; pero en un asunto en donde la adopción por parte de personas heterosexuales no está a discusión, no entiendo de qué manera se pueda hacer la anulación total del precepto. Lo que está a discusión es que según dicen, el 391 permite la adopción por parte de personas o matrimonios constituidos por personas del mismo sexo y ese creo que debería ser el punto a discutir. Ahora, según leo, el artículo 391 ¡no dice eso!, ¡de ninguna manera lo dice! Lo dice, insisto, necesariamente 28 condicionado por el 146 y el 146, este Tribunal Pleno ya decidió resolver por una parte el 146 y por otro lado el 391, ya se resolvió que el 146 sí es constitucional y que por lo tanto el concepto de cónyuge a que se refiere el 391, deriva del 146, ¿cómo vamos a decir ahora si estos son cónyuges o no? a lo mejor como sugería el señor Ministro Aguirre, como fue una omisión de la Asamblea no hacerlo, nosotros lo vamos a legislar y vamos a introducir la prohibición expresa o tácita, una interpretación conforme en la que digamos, bueno, debe entenderse que solamente cuando se habla de cónyuges deben ser los heterosexuales, ¿Qué estamos haciendo?, introduciendo una prohibición, si quieren tácita de algo que la ley no dice para poder hacer la regulación correcta. Yo no veo de qué manera si no lo hicimos en el estudio conjunto del 146 y el 391, interrelacionados entre sí, por lo menos olvidémonos de los demás artículos, por lo menos podamos hacer un pronunciamiento respecto de un 391, que como todos han coincidido ha cambiado su sentido por el 146; no veo la manera mas que legislemos y le introduzcamos una prohibición para que los matrimonios del mismo sexo no puedan adoptar, cosa que el artículo 391 no dice, y no niego que este tema de la adopción en este caso en particular y muchos otros temas que existen en este país son de gran importancia y que este Tribunal Constitucional debería pronunciarse ¡desde luego!, pero tenemos que atender a la técnica, a la posibilidad y a la competencia del Tribunal para que pueda hacerse cargo del estudio nada más, porque si no, quedaría a nuestro gusto según lo que nosotros viéramos que es importante. Por eso, yo sostengo que como está planteado el problema, como está decidido ya en parte, no nos podemos pronunciar sobre el artículo 391 y como lo está planteando el Procurador General de la República de esa manera, no es que se sobresea, ya quedamos claro que no, los agravios como están ahorita estudiados de manera individual respecto del 391 son inoperantes, porque no podemos hacer ese estudio individualmente. Muchas gracias. 29 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Aguirre Anguiano para aclaración. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias señor Presidente, para hechos y para alusiones. Yo no hablé de un sistema, yo dije y lo voy a repetir: No podemos desconocer la relación que existe entre matrimonio y la adopción, pues la institución del matrimonio incide en otras figuras, -incidencia en otras figuras-, entre otras las relativas a la filiación, de ahí que podemos hablar de una afinidad o de una restricción entre esas instituciones y las disposiciones que las regulan –sigo diciendo más adelante-, lo que implica que existe una interrelación que no se puede desconocer y que sin lugar a dudas explica que el promovente de la acción haya planteado la inconstitucionalidad de esta norma, interrelación que como ya apuntaba, no se traduce en que deba combatirse el sistema del que forma parte; por lo que la impugnación individual del artículo es perfectamente válida, toda vez que se trata del precepto que define quiénes podrán adoptar, dos músicos –perdón por el coloquialismo- no hacen orquesta. Piensen ustedes en lo siguiente: Este es un Tribunal Constitucional que determinó la constitucionalidad del matrimonio entre personas con predilección por la unión con otras de su mismo sexo. El Tribunal Constitucional determinó: Esto es correcto. Se compadece de la Constitución. Yo soy el primero obligado a respetar esa decisión, cuadre con mis percepciones jurídicas o no cuadre con ellas, yo respeto eso. Tiene este matrimonio el pasaporte de la constitucionalidad, pero no todo lo que lleve consigo, puede haber cosas que no pasen la frontera, la aduana de la constitucionalidad. Gracias. 30 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Quisiera abundar muy brevemente, perdón señora Ministra Luna Ramos. SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Sí señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Desde luego que la constitucionalidad del 391 se está viendo en su interrelación con el 146. Esto nos lo han planteado muchas veces en materia fiscal; vengo a plantear la inconstitucionalidad de este precepto en su interrelación con este otro, y así está dado el planteamiento. De seguir la tesis del señor Ministro Luis María Aguilar, tendríamos que regresar al estudio de un tema relacionado con el 146, y decir: El 146 es inconstitucional por cuanto, interrelacionado con el 391, permite que parejas del mismo sexo lleven a cabo la adopción con violación al interés superior del niño. Véase de este modo, véase el 391 sólo bajo el impacto del nuevo 146, el tema está planteado, e insisto, de mi parte, en que debe resolverse. Ministra Luna Ramos. SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Gracias señor Presidente. Nada más abundar en cuanto al sistema al que ha hecho referencia el señor Ministro Luis María Aguilar. Creo que el sistema abarca el 391 ligado con el 146, pero no nada más con el 146, sino con todos los artículos que están relacionados con la adopción ¿por qué razón? porque el 391 no establece la adopción, que ésta proceda per se, existe como dijeron, abre la puerta, la posibilidad, cuando ya se dijo que el matrimonio es factible entre personas del mismo sexo y se ha declarado constitucional, pero esto no quiere decir que la adopción por ese simple hecho deba darse por esa razón, ni que quede en un momento dado violentado el interés superior del niño, ¿por qué razón? Porque existe un sistema establecido en el propio Código Civil a través de otros artículos donde se regula cómo se 31 debe de llevar a cabo la adopción, y donde la adopción no es exclusiva de la institución del matrimonio; la adopción, si ustedes ven el artículo 390, dice: “El mayor de veinticinco años, libre de matrimonio.” ¿Qué quiere decir? que una persona soltera puede incluso adoptar en pleno ejercicio de sus derechos, puede adoptar, pero además se dice: “los cónyuges o concubinos podrán adoptar”; es decir, hay varios sujetos de adopción. Entonces, el 391 per se, el hecho de que establezca “el matrimonio puede adoptar”, no quiere decir que esté violentando de ninguna manera el interés superior del niño, está formando parte del sistema donde justamente se está resguardando esto, y no quiere decir que porque simplemente está estableciendo que los matrimonios puedan adoptar, eso sea suficiente para que la adopción se dé; no, no es cuestión de género, es cuestión de personas, personas que van a estar sometidas a un escrutinio que pasa precisamente por todo el sistema que está establecido en el Código Civil, precisamente para llevar a cabo y realizar la adopción. Entonces, si todo ese sistema no se impugnó, sino simple y sencillamente es otro artículo, creo que no se puede decir que esté o no salvaguardado, cuando hay artículos que expresamente están determinando cuáles son los requisitos, qué es lo que tienen que en un momento dado satisfacer para poder adoptar; si el artículo dijera: sí adoptan y pueden adoptar. En ese momento se entiende que se da la adopción, bueno pues ahí yo diría, el artículo per se podría ser impugnado de manera individual, pero el artículo está ligado con una serie de artículos en los que se está estableciendo todo un sistema de adopción, los cuales no fueron combatidos, y en donde en mi opinión, el interés superior del niño está más que salvaguardado. 32 Insisto, no es cuestión de géneros, es cuestión de personas, y es lo que está en un momento dado estableciendo el Código Civil. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Esa respuesta, señora Ministra, y perdón por el diálogo, es de fondo. El argumento es: El derecho sustantivo que deriva del 391, impactado por el nuevo texto del 146, resulta de que un derecho sustantivo de adopción para parejas del mismo sexo; este derecho está condicionado por todos los demás requisitos que señala la ley, ninguno de esos combate el Procurador, solamente el derecho sustantivo que deriva del 391, y esa es la preocupación, este solo derecho impacta y afecta el interés superior del menor, ese es el argumento. Ahorita propone casi, casi una respuesta de fondo la Ministra: el interés superior del niño está garantizado por los demás preceptos que componen el capítulo de la adopción, veamos si eso es cierto o no lo es, pero esa es la petición, eso es lo que se nos pide resolver. Creo que está suficientemente discutido. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Nada más un comentario final. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Sí, claro, señor Ministro Aguilar. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Yo estoy de acuerdo con lo que dice la Ministra, desde luego, y lo digo también en la nota que les hice circular a ustedes, pero insisto, de alguna manera usted mismo insistió, reiteró mi idea, de que para estudiar el 391 tenemos que entender el concepto de “cónyuge” como ya se aprobó en el 146, o sea el nuevo texto del 146 impacta en el 391. ¿Cómo vamos a estudiar por separado, por eso insistía yo, cuando debimos estudiar ambos preceptos simultáneamente? Y ver esa interrelación para poder juzgar los alcances de la definición de matrimonio, 33 porque el 391 sólo habla de cónyuges. ¿Cuál es la nueva definición de “cónyuges”? No está en el 391, está en el 146, teníamos que haberlo estudiado integralmente, no se hizo así, ya hay un pronunciamiento sobre el 146. Usted dice: bueno, vamos entonces a regresar al 146, y pregunto: ¿Podemos volver a estudiar el 146? Creo que no; entonces, si no hay esa posibilidad de volvernos a pronunciar sobre los conceptos, alcances, definiciones del 146, el 391 no dice nada más. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Cuando respecto de una norma se hacen valer tres o más conceptos de violación y declaramos infundados los dos primeros, ¿ya no vamos a estudiar los que siguen? Sí podemos volver al 146, si fuera el caso; si este argumento se entendiera dirigido al 146, por ahí tendríamos que estudiarlo también, pero ya declaró este Pleno que el 391 es un nuevo precepto a través del cual se permite la adopción por matrimonios del mismo sexo. Creo que está suficientemente discutido el tema. Entonces, por favor, estamos votando la moción del señor Magistrado Luis María Aguilar, del Ministro y antes Magistrado y muy querido amigo además, para que se declare la inoperancia de los conceptos de invalidez dirigidos en contra del artículo 391 del Código Civil del Distrito Federal, creo que es muy claro decir a favor o en contra de la propuesta. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Tomo la votación. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Yo estoy en contra de esa propuesta y perdónenme una muy rápida digresión, ahorita que habló el señor Ministro Aguilar me acordé de mi infancia, cuando alguien se distraía, después le decían perdiste esto por bobo. Como no discutimos al mismo tiempo el 146 y el 391, por bobo ya perdió. Gracias. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Yo nada más en contra. 34 SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Por la propuesta del Ministro Luis María Aguilar. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: En contra de la propuesta. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: En contra. SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: En contra de la propuesta. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Yo a favor de la propuesta, y también recuerdo de mi infancia cuando en ciertas ocasiones mi mamá me decía ya no sigas hablando, y de todos modos lo hacía yo. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: En contra. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: En contra. SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: A favor. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE ORTIZ MAYAGOITIA: En contra de la propuesta. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Señor Ministro Presidente, me permito informarle que existe una mayoría de ocho votos en contra de la propuesta de declarar inoperantes los conceptos de invalidez sobre la constitucionalidad del artículo 391 del Código Civil impugnado. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Así queda decidido este tema. Le tocaría el turno para fondo al señor Ministro Aguirre Anguiano, ¿Está usted en condiciones en este momento o prefiere que hagamos receso? SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Si hacemos el receso mejor, gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Anoto como segundo participante al señor Ministro Cossío y tercero al señor Ministro Silva. 35 SEÑOR MINISTRO SILVIA MEZA: Bueno sí, de todas maneras, pero yo era para una salvedad qué bueno que ya quedó anotado. La salvedad es en este sentido, no escuché que el señor Ministro Luis María Aguilar hubiera ofrecido hacer un voto particular, si él no lo hace yo sí lo haría, creo que hay mucha materia para hacer pronunciamientos importantes. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Me anota también señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Con mucho gusto si me permiten. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Sí señor y desde luego que haré voto particular señor Presidente. Con la grata unión y el honor de la Ministra Luna. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien, antes de irnos al receso el orden de las participaciones son: don Sergio Salvador Aguirre Anguiano, el señor Ministro Cossío, el señor Ministro Silva Meza y don Arturo Zaldívar. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Una pregunta, no quiero que me anote, para una pregunta. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Pregunte. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Me imagino que la sesión concluirá más o menos a la hora normal. 36 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Así es. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Si fuese así, entonces me reservo para en su caso apuntarme en la próxima sesión. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A lo mejor son participaciones muy breves. SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: No creo. SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Yo me anoto después del Ministro Franco, ya para después del receso. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien, los anoto y si se puede hoy, de una vez. SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Para el martes. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Entonces declaro un receso y regresaremos para continuar ya la discusión de fondo. (SE DECRETÓ UN RECESO A LAS 12:45 HORAS) (SE REANUDÓ LA SESIÓN A LAS 13:10 HORAS) SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se reanuda la sesión. Recuperada la serenidad, volvemos al tema de fondo, el señor Ministro Aguirre Anguiano estaba haciendo la exposición y ya como iniciada, tiene la palabra señor Ministro. 37 SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias señor Presidente. Efectivamente decíamos ayer, decía porque no es plural magestativo, decía ayer que no existen, según estudios, evidencias de que el interés superior del niño quede en paz y a salvo por adopciones que hagan personas de similar sexo, hoy cónyuges según el 146 del Código Civil del Distrito Federal, y efectivamente pienso que el ser humano más delicado y que mayor protección constitucional requiere es precisamente el niño, la infancia. Esta debe de estar ante todo para ser tratada en forma en que no se afecte, de preferencia a través de estudios experienciales no de estudios o situaciones experimentales y en conexión con el tema que nos ocupa, esto se convierte en algo muy ingente de análisis. Existen universidades e instituciones de toda tendencia en el mundo que se han pronunciado al respecto. Unas se critican a las otras de no revelar métodos que los llevaron a las conclusiones para decir: “Está bien o está mal que los matrimonios o las uniones homoparentales adopten”, algunas universidades por cierto muy bien rankeadas -perdón por el anglicismo- los lugares que se les asignan en el análisis de sus virtudes académicas, opinan que hicieron estudios profundos al respecto y que no es de la mejor conveniencia de los críos el ser adoptados por parejas homoparentales porque dicen que el medio los presiona para un desarrollo sin lisuras, para un desarrollo accidentado, la duración se dice incluso, de las uniones homoparentales promedio es de una brevedad impresionante, creo que alguna universidad da ocho meses promedio de duración de estas uniones y también habla de los ejemplos que se producen a través de infidelidades que promedian, según esos estudios, –que no estoy avalando ni patrocinando- seis, durante la vigencia de estas uniones, pero finalmente dicen: El grado de estrés que se produce en la crianza de estas criaturas es del todo inconveniente y hay otras de signo totalmente opuesto, nada pasa, la sociedad los acepta y los recibe 38 con los brazos abiertos, más vale que tengan padres aun del mismo sexo biológico, y con esa predilección, a que no los tengan, y se pone de ejemplo siempre al soltero y la soltera que pueden adoptar y nadie les pregunta sus preferencias sexuales. Pienso que esto último es totalmente cierto, todos los estudios los pongo en entredicho porque todos obedecen a una realidad, a una fenomenología –si se puede hablar así- social, de diferentes latitudes y no de nuestro país. En nuestro país existe una institución, solamente una institución vocacionada por ley a intervenir en todos los casos de adopción incluidos los que se dan en la ciudad de México, en el Distrito Federal, que es el DIF, el DIF, según el artículo 923, fracción I, del Código de Procedimientos Civiles de esta Entidad Federativa, le da necesaria intervención en todos los casos de adopción al DIF; entonces, pienso yo que su opinión es experiencial, no es experimental en su cercanía con el tema de la adopción. Yo reconozco que no es cercanía respecto a la adopción homoparental, según la connotación actual del término que ha sido una deformación con el tiempo, la lengua se adapta, y ¿Qué nos dicen: Primero, lo que ya referí, tanto el DIF como el Instituto Mexicano de Orientación Sexual y la Asociación Mexicana de Pediatría, no conocemos estudios a largo plazo que refieran qué sucedería en el corto, mediano y largo plazo con la personalidad de esos niños y los trastornos mentales que puedan tener al ser adoptados por ese tipo de parejas, reconocen que sí debe existir —esto es la Asociación Mexicana de Pediatría, Asociación Civil— algún tipo de alteración biopsicosocial ya que la raza humana se ha venido desempeñando dentro de su cultura con dos sexos o géneros predominantes, habla luego de culturización, habla de otras cosas, y concluye que no ve con malos ojos esta asociación, las adopciones por las personas que nos ocupan, pero reconoce que 39 en este momento no es probada la conveniencia para los intereses superiores de las criaturas. En esto hay un estándar con lo que dice el DIF, no existe estadística de parejas homosexuales que tengan el interés de adoptar, toda vez —dicen ellos, ellos sí con experiencia y con intervención por ley en estos temas—. Cuál es el otro estándar que incluso los individuos de la Universidad Nacional Autónoma de México contemplan, reflexionan y afirman: son estructuras familiares nuevas, no se puede liberar el estrés que por presiones sociales se produce sobre ellos ¿Sobre quién? Sobre los críos y aquí estamos hablando de un problema de culturización, en días pasados vi un programa, una entrevista que me pareció interesante, a unas personas de predilección homosexual y les preguntaba el entrevistador, —el tema era la cultura de la sociedad para su aceptación o no— el entrevistador decía pero si en un estadio de futbol todo mundo incordia —palabras mías no de él estoy haciendo desde luego paráfrasis— al equipo contrario y a los individuos del equipo contrario tratándoles colectivamente con un grito que voz al cuello les injuria diciéndoles el calificativo que empieza con “p” que todos conocemos y que se lo atribuyó a todo el estadio y ¿Saben qué? Los que estamos aquí presentes y que hemos ido, podemos constatar que es cierto, qué cosa más desafortunada, pero esto es una realidad social. ¿Qué nos sigue diciendo el DIF? Nos sigue diciendo algo que no estamos discutiendo porque todos coincidimos en ello “que la adopción no es un derecho fundamental de nadie, sino que el bien tutelado es el de los menores de vivir en familia y que la adopción es un instrumento jurídico que permite hacer efectivo”, se entiende que “el interés superior del menor”. 40 También nos dice el DIF “que debemos de tener en cuenta la integración del niño a la estructura familiar, que no debe suponer enfrentarlo a una nueva dificultad de integración en el medio social. Vivimos en una sociedad” —yo afirmo esto— “que injustamente rechaza y discrimina a los homosexuales”, pero eso lo dice el DIF, “y este rechazo se manifiesta de múltiples formas. Exponer a esas situaciones a un menor que ha sufrido ya un abandono familiar, que se ha sentido ya rechazado y que necesita un proceso de resiliencia, significa obstaculizarle dicho proceso”. Dice más adelante: “no se trata pues de atender o no reivindicaciones de estos colectivos de los que vienen hablando, totalmente legítimas”, dice el DIF, —en nuestra opinión— sigue diciendo: “Un niño con dos papás o dos mamás no debe correr el riesgo de burla o marginación de su vecindario, escuela, etcétera. Nuestro posicionamiento siempre es desde la perspectiva de los sentimientos y necesidades de los menores de edad. No podemos hacer experimentos sociológicos con los niños adoptables, ni siquiera para favorecer reivindicaciones legítimas”. Dice después “que las circunstancias familiares influyen en sus integrantes, dado que son el espacio más cercano en que aquellos son formados”. Creo que es cierto esto, y no desconozco que las violencias intrafamiliares, incluidas las violaciones sexuales a menores, se tienen registros de que se dan en el seno de la misma familia por padres, hermanos, padrastros —perdón por el coloquialismo— qué sé yo. Pero ¿saben por qué se tienen esos registros? Porque son los únicos que son objeto material de cierta estadística, y aquí quiero llamar la atención sobre lo siguiente: Es probable y muy probable que la posesión de hijo, del estado de hijo de muchos críos sea ejercida por personas homosexuales, pero las violencias o no violencias que puedan sufrir, no estoy diciendo 41 que las sufran, que puedan o no sufrir, resulta que no están sometidas a estadística ni registro alguno, entonces ésa es la razón por la cual se lleva el registro de las violencias intrafamiliares de personas, de matrimonios o concubino y concubinaria, y todas las combinaciones que se quiera de personas de diferente sexo. ¿Qué dice el DIF? “Puede observarse que hay una gran cantidad de factores de riesgo, así como distintos tipos de ellos, por lo tanto, no es posible asegurar que la presencia de conductas riesgosas se presente con mayor o menor frecuencia en un grupo específico de individuos en una comunidad o en determinada población”. Básicamente lo mismo nos dice la Asociación Mexicana de Pediatría y la Institución que les he mencionado. Uno de los estudios extranjeros que cayó en mis manos me llamó la atención, el danés. En primer lugar, porque lo hizo el gobierno. En segundo lugar, porque se produjo el informe hasta el dos mil seis y desde hacía veinte o treinta años, no recuerdo ahorita con precisión, estaba autorizada la unión, a manera de sociedad o de matrimonio, no lo recuerdo en este momento, de dos personas del mismo sexo. Entonces, el gobierno mandó hacer estadísticas, ¿sobre qué? Sobre situaciones derivadas de los menores en las diferentes posiciones que se guardaban en el aspecto de interrelación social por razón de sexo, de matrimonio, de ausencia de matrimonio, de dos parientes en posesión de estado, de uno sólo, etc.; y los resultados fueron impresionantes, el universo analizado fueron más de dos millones de personas. Esto, pues yo creo que fue un estudio cuando exhaustivo. Quiero decirles lo siguiente: Obviamente los daneses, pues no se parecen mucho a nosotros los mexicanos, son un pueblo peculiar, estos países escandinavos tienen marcadas diferencias con nosotros. Pero el estudio versó sobre dos millones de personas. A cualquiera 42 que le interese de ustedes le puedo pasar tanto el estudio como un resumen que gentilmente me hicieron mis colaboradores, y los resultados nos están diciendo: Es marcado el porcentaje diferencial de situaciones de estrés y de problemas psicológicos de los menores cuando éstos están integrados a un hogar homoparental. Está a su disposición señores Ministros. Pienso que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, no hizo estudio alguno para legislar como legisló, pero sí supo el trasvasamiento que tendría el no referirse a los candados que se ponían sobre la adopción, y que estos sí fueron materia de serias discusiones en comisiones. Se proponían diferentes textos, un día sí y otro también. Se acordaba hacer modificaciones, y siempre convivió. La reforma a la posibilidad de la celebración de matrimonio entre personas del mismo sexo, con la necesidad de ponerle candados a la adopción, y todas las discusiones eran acerca de los textos, conceptos y anchura de los candados, seguridad de los candados, hasta que de primas a primeras se llevó al Pleno de la Asamblea; y sin mayores estudios registrados, se determinó la aprobación del 146 como lo conocemos. ¿Qué pasa con esto jurídicamente hablando? En primer lugar, que se le trasvasan al 391 contenidos que antes no tenía, se hace que el recipiente reciba conceptos sustantivos de que antes carecía. El señor Ministro Ortiz dice: lo que pasa es que realmente sí se afectó la comprensión del artículo 391 en su sustancialidad. Quedó modificado por esta ósmosis que se produjo. Esto es muy importante. Y dice otra cosa más: podemos como Tribunal constitucional que somos, expulsar del orden jurídico la norma, y que sea problema del Legislador del Distrito Federal redefinir esto constitucionalmente. 43 A mí no deja de preocuparme un poco. ¿Por qué me preocuparía? Porque yo pienso que todos los niños claman por una familia, pero una familia que se compadezca de los mínimos requisitos del artículo 4° constitucional, del interés superior del niño que esté probado no intuido, y que no se diga que más vale unos padres que tengan este tipo de costumbres a nada, quién sabe, esto que se demuestre con estudios, no por la intuición, un poco mágica, y por el sentido un poco mágico y arbitrario que algunas personas parecen querer tener, esto hay que probarlo incipientemente cuando menos, yo no pido estudios daneses de dos millones de personas como sujetos de observación en cuanto a estándares estadísticos, no, nada de eso. ¿Qué es lo que pido? Algo razonable, estudios razonables por personas experimentadas, yo respeto muchísimo a los individuos de la UNAM que se pronunciaron en esto, pero primero, reconocen no haber hecho estudio alguno metodológicamente aceptado o aceptable conforme a los parámetros de esta ciencias; su sentido lo pergeñaron en su opinión, y su opinión no difiere mucho de la del DIF, ni la de los del Instituto Mexicano de Pediatría, ni las de la otra institución que nos dio su opinión, el Instituto Mexicano de Orientación Sexual, que lo propuse porque la información que se me dio es en el sentido de que algunas personas que son miembros de este Instituto son o fueron de esta tendencia. Yo no quiero hacer una convocatoria a que estudiemos todo lo que han dicho fundada o infundadamente las OMS, yo lo que quiero es que se hagan trabajos serios que les den aproximación a los críos de que cuando vayan a ser adoptados sus derechos superiores se tomen en consideración. La seriedad no calificada ni por tirios ni por troyanos sino por razón, primero experiencial, y segundo, que soporten un test de 44 razonabilidad. De momento es todo lo que tengo que decirles, yo creo que debemos hacer una interpretación conforme. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Cossío. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Presidente. Me voy a permitir en contra de mi costumbre leer una breve nota para tratar de dejar muy claros mis argumentos en relación con este asunto. Respecto al tema que nos ocupa me voy a apartar respetuosamente de la metodología de análisis que nos está proponiendo el señor Ministro Aguirre Anguiano. Él decía en la sesión anterior, y tiene toda la razón, que el artículo 79 del Código Federal de Procedimientos Civiles nos permite a los Ministros allegarnos de todos aquellos elementos probatorios que consideremos necesarios para sustentar nuestra opinión, y esto lo hemos hecho en algunas ocasiones, en el asunto aquel de VIH-SIDA que el señor Ministro Silva Meza trajo a nuestro conocimiento aquí en el Pleno; en algunos asuntos de adopción; de violencia intrafamiliar, etcétera. Es decir, yo no estoy en contra de que utilicemos este tipo de metodologías, me parece un asunto absolutamente central hacerlo; sin embargo, creo que en el caso concreto en el que estamos analizando este tema no se justifica, y a mi parecer esto es así porque me parece que estamos frente a un problema estricta y rigurosamente normativo que no requiere de verdad, y ahora voy a tratar de decir por qué, de la utilización de estos elementos periciales que constan tanto en la resolución como ahora en la propuesta que está haciendo el señor Ministro Aguirre Anguiano para efectos de que tengamos que obtener más o mejores estudios en este sentido. 45 Me explico: lo que tenemos que desarrollar es una discusión acerca de si una norma del Código Civil del Distrito Federal que leída junto con otra, permite la adopción por parte de todos los matrimonios, y que no hace por tanto distinciones entre unos matrimonios y otros, de conformidad por cierto con las conclusiones a las que hemos llegado a nuestra discusión de los días pasados en torno a la constitucionalidad del matrimonio entre personas del mismo sexo, y que esta disposición, se dice en el argumento, debía ser declarada inconstitucional por esta Corte, por contravenir el principio del interés superior del menor, por las previsiones sobre protección de la familia contempladas en el artículo 4º constitucional o por discriminar entre los propios menores. A mí me parece que esta Corte no tiene base normativa alguna para declarar inconstitucional por omisión tal norma y que cualquier argumento en esa dirección nos pondría en la necesidad de utilizar un razonamiento prohibido por el artículo 1º de la Constitución, que específicamente prohíbe la discriminación de las personas por razón de sus preferencias o por cualquier otra razón que atente contra la dignidad humana, y contrario también a la interpretación que hemos desarrollado y confirmado en estos días respecto del tipo de familia protegido por el artículo 4º y los derechos de los menores. Pensar que la Constitución exige excluir del régimen legal que discipline el régimen de adopción a una categoría entera de personas definidas por su orientación sexual, implica caer, a mi juicio, en un razonamiento prohibido constitucionalmente. No veo qué diferencia constitucional o jurídica habría entre excluir a toda una categoría de personas del régimen legal de la adopción por motivos de orientación sexual o excluirla por motivos de raza, 46 por ejemplo, o de origen étnico, o religioso, o económico por citar simplemente algunos casos. Por los mismos motivos que no necesitamos estudios empíricos o sociológicos acerca del efecto en los niños de vivir en familias indígenas o no indígenas, o familias pobres, o familias ricas, o familias con padres que tienen una discapacidad o no la tienen porque en cualquier caso estaría constitucionalmente vedado no considerarlas una familia protegida por la Constitución o una familia amenazante o disfuncional para los niños, me parece que en este caso la Constitución hace que esa misma averiguación sea innecesaria. En este sentido, me parece, que queda así también perfilada mi posición respecto del criterio central en esta discusión de la garantía del interés superior del menor, que es un criterio que recoge el Convenio sobre los Derechos del Niño y que efectivamente está entre los ingredientes jurídicos que típicamente articulan la discusión sobre estos temas en el derecho comparado. Lo que a mí me parece es que el interés superior del menor exige una legislación que permita delimitar el universo de posibles adoptantes sobre la base de unas condiciones mínimas necesarias para el cuidado y desarrollo de cualquier persona y que permita que las autoridades aplicadoras tengan espacio para hacer evaluaciones en los casos concretos. Lo que no me parece es que el Estado deba garantizar la supuesta situación utópica y no jurídicamente asible que la demanda invoca cuando habla de la necesidad de dar al adoptado los mejores padres posibles, ―y estoy citando aquí textualmente―, si el Estado tuviera que realmente, jurídicamente garantizar ese estándar de los mejores padres posibles, el régimen de adopciones quedaría 47 absolutamente inoperativo, por una parte, y probablemente también resultaría gravemente violatorio del párrafo tercero del artículo 1º constitucional. Pero es que incluso, en el caso de que se considerara que ese estándar puede ser manejado dentro del contexto valorativo de nuestra Constitución, el mismo no permitiría excluir, por imperativo constitucional, como pretende el Procurador, a toda una categoría de personas definidas por una sola característica, como si fuera admisible constitucionalmente reducir a las personas a una sola de las características que tienen o tenemos todos como seres humanos. El principio de interés superior del menor, no puede convertirse en una piedra arrojadiza para declarar congeladas, en la Constitución determinadas prácticas sociales o culturales o incluso ideas que no son compatibles con el pluralismo que la Constitución impone en este punto. No hay que olvidar que en el derecho comparado, el principio de interés superior del menor ha sido usado precisamente para declarar inconstitucionales regímenes de adopción que no incluían a las parejas conformadas por personas del mismo sexo, pues se ha considerado que la ausencia de reconocimiento legal a estas unidades de cuidado y educación de los niños, dejaba a sus derechos injustificadamente protegidos. El interés superior del menor, en conclusión, exige que el Estado asegure que los niños se harán adultos en contextos familiares que prima facie les garantizan cuidado, sustento y educación, pero pensar que las familias integradas por personas del mismo sexo no satisfacen este esquema, implica caer en un razonamiento 48 constitucionalmente contrario a los intereses de los menores que se afirma se quiere proteger. Sería algo así como sostener, que es contrario al interés superior de los menores desarrollarse en el seno de familias que incluyen una persona con capacidad diferente como pudiera ser la ceguera, o la parálisis, o de escasos recursos económicos. Concluir que en estos casos, la familia no satisface unas garantías de cuidado esperable de los niños razonablemente altas, me parece una conclusión que no podemos sostener dentro de la Constitución y en particular del derecho fundamental que tenemos todos los habitantes de este país a no ser discriminados. Por esta razón señor Presidente, y entendiendo muy importantes estos argumentos que ha planteado el señor Ministro Aguirre Anguiano, yo no voy a discurrir por el ámbito de los elementos probatorios, de los elementos fácticos, insisto, porque me parece que el sólo hecho de hacernos las preguntas que se están haciendo o que se pudieran llegar hacer en elementos periciales, nos introduce, desde suyo, en una condición claramente discriminatoria Por estas razones yo estaré en esta parte, esencialmente con el proyecto, con los argumentos que ha dado, que ––insisto–– a pesar de haber estado en diversas ocasiones a favor de estos análisis de carácter científico o empírico, si se quiere más en general, en esa ocasión creo ––insisto–– que ese solo hecho nos abre o nos genera por parte de la propia Suprema Corte de Justicia, una categoría sospechosa, y esto creo que es muy difícil de sostener constitucionalmente. Muchas gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Ministro Valls para aclaración, y luego don Sergio Aguirre, también para aclaración. 49 SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Gracias señor Presidente. Mi intervención en este momento es sólo para hacer una precisión que me parece necesaria con motivo de la intervención del señor Ministro Aguirre Anguiano, en cuanto aludió a la opinión que presentaron diversos profesores o investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México. Dicha opinión fue solicitada por mí como ponente en este asunto, en ejercicio de la facultad que para ese efecto prevé el artículo 67, de la Ley Reglamentaria de la materia, y con la finalidad de ubicar el contexto del tema que ahora nos ocupa, a partir de las diversas disciplinas científicas que se relacionan con ello, no porque deban ser especialistas en niños, sino porque forman parte de una institución universitaria de amplio reconocimiento, ––de la que soy orgullosamente egresado––, no sólo en nuestro país, y las ramas de la ciencia a que se dedican, por supuesto que se relacionan con la temática sujeta a nuestro conocimiento en esta Acción de Inconstitucionalidad. Además, obviamente que no se trata de una opinión suscrita por la Universidad Nacional Autónoma de México, como tal, pues ésta se integra por diversas facultades y escuelas, en virtud de las distintas licenciaturas y estudios de postgrado que imparte, por lo que si bien mi petición para tal apoyo se hizo a la Institución educativa, fue para que dicho apoyo se realizara por las facultades o escuelas pertinentes. Por ello, quienes han emitido la citada opinión, son las áreas que se relacionan con la temática que nos ocupa y que como se advierte de las opiniones que cada una, desde su propio ámbito de estudio 50 efectuó, se apoyan en múltiples y diversos estudios y bibliografías sobre el tema. Estas opiniones pueden o no compartirse en su contenido, o contrastarse con otros documentos para sostener la postura que cada una de las señoras y señores Ministros tenga; más no demeritarlas a partir de quienes las emiten, pues ante todo, tienen nuestro respeto como profesores o catedráticos de la UNAM –– insisto––, como Institución académica de amplio reconocimiento no sólo en nuestro país, y como lo tendría cualquier otra Institución de esta índole. Así pues, como he expresado, tales opiniones fueron solicitadas con el objeto de que al menos, a su servidor como ponente, me permitiera ubicar el contexto de la adopción por parejas del mismo sexo; mas la propuesta que he sometido en ese punto, en la consulta para su discusión y en su caso para su aprobación por parte de este Honorable Pleno, se apoya ––como así debe ser–– dado su carácter de Tribunal Constitucional, en un examen constitucional, en tanto que este Tribunal no es el órgano que deba calificar si determinado estudio es o no correcto, ni debe resolver a partir de lo que se haya señalado en unos u otros estudios, y que como todos sabemos, no hay una postura definitiva en el sentido de que la adopción por parte de parejas del mismo sexo o personas solteras homosexuales o lesbianas, cause un perjuicio a los menores adoptados. Así que, públicamente expreso mi agradecimiento a los citados especialistas que objetivamente, sin ningún interés particular o personal sobre el tema, prestaron su apoyo para que, en principio, como ponente tuviera mayores elementos para el conocimiento de la problemática que nos fue planteada y que naturalmente no fue el único apoyo utilizado para ese fin, pues también acudí a varios 51 documentos o estudios sobre la misma, como seguramente lo han hecho todos los integrantes de este Honorable Pleno. Esta es la precisión señor Presidente, que he querido hacer en este momento, reservándome para que cuando las señoras y señores Ministros expresen su posicionamiento en cuanto al tema de la adopción, se solicite de mi parte como Ministro ponente, la intervención que corresponda. Muchas gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: MINISTRO AGUIRRE Señor Ministro Aguirre Anguiano. SEÑOR ANGUIANO: Gracias señor Presidente. Primero quiero decir lo siguiente: Tengo un gran sentido del humor, solicité estos estudios con fundamento en el 79 del Código Federal de Procedimientos Civiles, a sugerencia del señor Ministro, que hoy dice no, no, no, no, para qué se solicitó eso. Bueno, me resulta un tanto cuanto curioso, pero no es trascendente. Cuando leí la opinión –más informado ya porque leí los dictámenes– de los individuos egresados de la UNAM, lo primero que hice fue hacerles un reconocimiento –si hay que agregarle la palabra “público”, yo con mucho gusto lo hago– a su gran sabiduría, pero dije lo que confirmo, que no son especialistas en la materia y ellos lo reconocen; autores de una gran cantidad de obra escrita, son unos sabios pero no especialistas en la materia, y según el abogado general de la UNAM, opinaron a título personal, lo cual a nadie asusta y ya van dos o tres veces que el señor Ministro ponente lo dice. 52 Por otro lado, si de palmarés se trata, pues yo ejerzo mi oficio de abogado, también con un título expedido por la UNAM, y si hay que decir que esto lo hago orgullosamente, sin soberbia, yo también lo hago orgullosamente. Segundo, qué nos dice la UNAM, –ya lo había dicho pero lo voy a repetir– no la UNAM, las personas egresadas de la UNAM a que he hecho referencia: que aun cuando no hay evidencia científica sólida que fundamente que los niños creados en familias homosexuales desarrollan trastornos psicológicos o de comportamiento, estos niños pueden considerarse en riesgo; el interés superior del niño cuando ellos están en riesgo, no sé cómo se cubra, porque tienen que afrontar burlas, acoso escolar, presión por parte de sus compañeros y aislamiento, que pueden dañar su autoestima y su confianza, por lo que la presión social, el estigma y la discriminación ponen en riesgo a los menores, estas afirmaciones surgen de ese estudio. A ver, se nos dice no, no, no, el único prisma que hay que tener aquí constitucional es el artículo 1°, por qué unas especies de matrimonio sí pueden adoptar y las otras no; discriminación, no, no, no, no, no, momento; en primer lugar cuando dos entes titulares de derechos se pueden poner en tensión hay que atender al que prevalezca como interés superior, quiero decir, resulta que la Constitución misma nos habla de este interés superior del niño. Entonces sostengo, si en algún momento dado el principio de no discriminación se tensiona con los intereses superiores de los niños, los intereses superiores de los niños deben prevalecer. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Silva Meza. SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: Gracias Presidente. 53 Centraré mi participación en la propuesta que nos hace el señor Ministro Valls, señor Ministro ponente, de que el alcance precisamente consecutivo a la determinación de no sobreseimiento sea incluido en relación con este tema. Lo hago para efecto de fijar el sentido de mi voto, a partir precisamente de lo que sostuve al pronunciarme sobre la legalidad del matrimonio entre personas del mismo sexo, respecto de que dadas las condiciones en nuestra realidad social, no se puede afirmar que sólo el concepto de familia tradicional, a saber madre, padre, hijos, es el único protegido constitucionalmente. Cualquier lectura que se haga del término “familia”, implícitamente así lo determina la reforma constitucional, deberá ser progresista e incluyente, y esto lo desprendemos de la propia Constitución; en tanto que el propio espíritu del artículo 4º constitucional conduce a determinar que el contenido de dicho concepto de familia, en él se incluya a todas las formas de sociedad que coexisten hoy, concretamente en el caso de nuestra sociedad capitalina. La importancia de la institución de la familia para el desarrollo de los niños y niñas fue destacado ya por el Constituyente –lo sabemos todos– precisamente al realizarse las reformas al 4º constitucional; así lo apreciamos en un párrafo significativo del dictamen de la Cámara de origen, donde se dice textualmente lo siguiente: “Cabe destacar que la familia es el núcleo natural que debe garantizar el cuidado, protección y desarrollo de niños y niñas, siendo los padres, tutores y custodios los responsables inmediatos de ellos”. La reforma reconoció la necesidad de responsabilizar al Estado de la protección de los derechos de este grupo social al decirse que: “El texto constitucional no obstante coincidir con los postulados internacionales sobre los derechos del niño, no resulta suficiente en 54 la actualidad para satisfacer las exigencias de una realidad cambiante, ya que la misma revela nuevas necesidades de los niños y de las niñas, resultaría, lógico pensar y promover la protección de sus derechos en el desarrollo de su núcleo familiar como hasta ahora ha acontecido, pero evidentemente la realidad actual supera en mucho la citada expectativa, ya que un porcentaje muy alto de menores además de graves insuficiencias carecen hasta de este seno familiar. Por tanto, –dice el Constituyente– la responsabilidad de protegerlos debe hacerse extensiva como una asistencia a los niños y las niñas que carecen de un medio familiar, o que teniéndolo, requieran de acciones adicionales del Estado para asegurar su desarrollo integral”. Así, el Constituyente Permanente preocupado en específico de la situación de los niños y niñas que carecen de un medio familiar obliga al Estado para que implemente acciones adicionales para propiciar su desarrollo integral. Por tanto, si el propio Poder Reformador de la Constitución reconoció por una parte a la familia como la institución idónea para el cuidado, protección y desarrollo de las personas menores de edad; y por otra, destacó la necesidad de tomar acciones adicionales para propiciar el desarrollo integral de los niños y niñas que carecen de una familia, resulta que la medida adoptada por el legislador local, que ahora se analiza por este Tribunal Pleno, en lugar –desde mi perspectiva– de contravenir la Constitución y el espíritu del artículo 4º, resulta acorde con ella y propicia el cumplimiento de los objetivos perseguidos con la reforma. Es un hecho que en nuestro país son muchos los niños y niñas que por diferentes factores no viven y se desarrollan en una familia, por lo que se encuentran al cuidado de instituciones públicas y privadas de asistencia social, quienes a pesar de brindarles cuidado y apoyo 55 no pueden ofrecerles el entorno ideal para su desarrollo integral como sí lo haría una familia. Entonces, al ampliar la Asamblea Legislativa del Distrito Federal el contenido del concepto de familia, y con ello permitir que parejas del mismo sexo que cumplan con los requisitos establecidos por el Código Civil adopten a un menor, propicia que un mayor número de niños y niñas puedan integrarse a una familia, lo que –insisto– resulta acorde con el propio artículo 4º constitucional, pues les beneficia directamente. También es importante destacar que si tomamos en consideración que no existe un modelo ideal de familia, el argumento de la parte actora en el sentido de que la adopción de menores por parte de personas del mismo sexo pone en una situación de desigualdad a los menores que se encuentren en ella, para mí es poco acertada. Sostengo que es poco acertado ya que la pluralidad de familias y la existencia de niños que se encuentran al cuidado del Estado o de las instituciones de beneficencia implicaría que gran parte de la sociedad que vive en situaciones de desigualdad por no vivir en una familia convencional o tradicional desde la perspectiva de la accionante estuviera en la misma situación de desigualdad. No se puede afirmar, como lo hace precisamente la parte promovente que los niños adoptados por matrimonios o concubinatos integrados por personas del mismo sexo por el hecho de no ser iguales a una familia tradicional vivan en una constante situación de desigualdad, pues no sólo aquel tipo de familia es diferente a la convencional porque sabemos existen muchos otros tipos de familia que podrían caber en dicho concepto. Así, no aceptándose el argumento del Procurador relativo a la desigualdad, entonces, su oposición se sustenta únicamente en la 56 preferencia sexual de los adoptantes, lo que constituye también como acertadamente lo dice el proyecto, un argumento discriminatorio por preferencia sexual y por ende, contrario a lo dispuesto por el artículo 1° constitucional. La medida legislativa en estudio, no pretende que parejas que no cumplan con los requisitos establecidos en el Código Civil, puedan acceder a una adopción, sino por el contrario sujeta a todos los solicitantes a la satisfacción de los mismos requisitos, los cuales se encuentran previstos en los artículos 390 y 391 del Código Civil para el Distrito Federal; por lo tanto, corresponde a la autoridad administrativa o jurisdiccional que conozca de la solicitud de adopción, el determinar si la pareja solicitante cumple con los requisitos legalmente necesarios, lo que implicará que el juez de la causa atienda al caso concreto y se pronuncie sobre la aptitud de él o de los adoptantes en lo particular; consecuentemente, si las acciones de inconstitucionalidad constituyen medios abstractos de control de la misma, no corresponde a este Alto Tribunal pronunciarse sobre la idoneidad de una persona o pareja para adoptar; razón por la cual, considero que la preferencia sexual por sí misma no puede constituir un factor para descartar a priori a una pareja cuyo deseo es adoptar a un niño o a una niña. Ahora, con el fin de evitar, dice, discriminación, es necesario precisamente así lo pienso, que esta Suprema Corte de Justicia no prejuzgue sobre la idoneidad de una pareja para adoptar por el sólo hecho de tratarse de parejas constituidas por personas del mismo sexo, ya que como lo he venido diciendo, en todo caso, corresponderá a la autoridad administrativa y al juez que conozca del procedimiento el valorar todos los elementos que son aportados al juicio con el fin de acreditar los requisitos objetivos establecidos por la ley para poder adoptar a un menor de edad. Es precisamente en el procedimiento de adopción, cuando el Estado interviene para asegurar el interés superior del menor que va a ser dado en adopción, verificando que 57 las personas que quieran acceder a él, tengan las características y cualidades necesarias para su adecuado desarrollo. Es conveniente reflexionar aquí, en torno al argumento esgrimido por el Procurador General de la República en el sentido de que no puede estar por encima del interés superior del menor el derecho de las personas unidas en matrimonio, o concubinato, integrados por personas del mismo sexo a acceder a la posibilidad de ser padres, no podemos afirmar que en los procesos de adopción en general, se privilegie el interés de los mayores en lugar del de los menores, en dicho proceso existe un menor, el cual no vive en familia y que quizás cuando vivió en ellas, si es que lo hizo, no vivía en las mejores condiciones, maltrato, abuso físico, abandono; por la otra, se encuentran las personas que con la intención de ser padres, quieren darle una familia a dichos menores. De ahí, que dicho proceso sea con aquel carácter que se ha reconocido a la adopción, un acto solidario en el que el principal interés que se pretende privilegiar es el del menor adoptado, pues todos los requisitos a satisfacer se encuentran encaminados a comprobar la idoneidad de la pareja a adoptar y no viceversa; consecuentemente, no puede afirmarse como lo hace el promovente que el interés que se beneficia en este tipo de adopciones, es el de los solicitantes en contraposición del de los menores. Ahora, a partir de que este Tribunal Pleno en las sesiones pasadas se ha pronunciado sobre la constitucionalidad del 146 del Código Civil, yo sí pienso que esta determinación ya incide en forma directa respecto del tema que ahora nos está ocupando, porque si este Tribunal Pleno ya avaló la constitucionalidad de los matrimonios integrados por personas del mismo sexo, no puede afirmarse que el permitir que dichos matrimonios puedan acceder a una adopción, provoque un perjuicio a los menores sujetos a tal proceso. Estoy consciente de que el alcance del concepto “interés superior del menor” es muy complejo y amplio y sobre todo dependiente de la aplicación que se le dé o 58 que le dé el interprete constitucional y no olvidemos que en la adopción el interés superior del menor juega no solamente para los matrimonios heterosexuales, sino matrimonios homosexuales, el también mismo ahora interés para rige a los los procedimientos de adopción, no puede afirmarse que se genera un perjuicio al niño o a la niña, o se desatiende a su interés por el hecho de que la preferencia sexual de los futuros padres adoptivos no es heterosexual y que se integraría una familia distinta a la tradicional. No puede perderse de vista, y con esto concluyo, que al no haberse modificado el precepto ahora analizado por parte de la Asamblea Legislativa, los requisitos para acceder a una adopción siguen siendo los mismos cuya satisfacción es obligatoria para todos aquellos que deseen adoptar a un menor, independientemente de la preferencia sexual de los adoptantes, motivo por el cual no se puede determinar a priori, que una pareja integrada por personas del mismo sexo no es idónea para adoptar a un niño o niña basándose tal decisión únicamente en su preferencia sexual. Señoras y señores Ministros, para mí esto implicaría más que dar argumentos de naturaleza constitucional, partir solamente de un prejuicio que no tiene sustento precisamente en la Constitución. Gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Cossío para aclaración. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Presidente. La razón por la que tomé este camino de contestar el argumento del señor Ministro Aguirre, es porque me parece que en el fondo de su argumento hay un problema que es importante, lo que el señor Ministro Aguirre, y me parece sintetiza al final de cuentas, es decirle al Ministro Valls y por ende a todos nosotros y al proyecto, si cabe 59 esta personificación: Que no es posible concluir que no se afecte el interés superior del menor a partir del dictamen que incorpora el proyecto a la Universidad Nacional Autónoma de México. Entiendo también que el señor Ministro Aguirre plantea la necesidad de que se aportaran, o se allegaran, o nos allegáramos de mayor número de estudios para efecto de estar en posibilidad de establecer esta determinación. Entonces, creo que hay un comentario expreso y explícito, -insistopor avanzar o por desarrollar más estos estudios. Es desde esa perspectiva por la que yo entiendo que en este momento no es necesario que nosotros tengamos esos estudios. En ese sentido va mi comentario. El Ministro Aguirre dice que yo le sugerí, yo creo que lo que yo le sugerí es que nos repartiera los estudios que él tuviera, mas yo ¿con qué calidad o con qué posibilidad le diría al señor Ministro Aguirre qué debe hacer o qué no debe hacer en materia de allegarse información? Pero en fin, este es el punto. Y a mí me parece que aquí el tema central es el siguiente: Decía ahora el señor Ministro Silva Meza, y con razón, que nosotros hemos aceptado ya, por mayoría de votos claro está, la existencia del matrimonio. Entonces, en esta cuestión donde se está planteando la cuestión del matrimonio de las personas del mismo sexo, pedir los estudios o solicitar los estudios nos puede llevar a una condición, -insisto- que en sí mismo haga discriminatoria la petición de los estudios ¿por qué? Pensemos un par de casos semejantes. Dice la expresión del Procurador General de la República, en su demanda, que de lo que se trata es de encontrar los mejores padres posibles. Bajo esa lógica, y lo digo con el mayor 60 respeto, y de verdad sólo como un ejemplo, qué posibilidades tienen un par de padres invidentes, o un par de padres parapléjicos, o un padre invidente o una madre parapléjica, de ser los mejores padres posibles en esa condición, si vamos a comparar padres que no tienen esta discapacidad frente a quienes sí los tienen. Creo que hacer la pregunta de ¿los hijos que van a ser adoptados por matrimonios homosexuales van a sufrir consecuencias? Insisto, en sí misma encierra la identificación de lo que en otros lugares se llama una categoría sospechosa, y esta es la forma más clara de construir una discriminación. ¿Por qué no lo hacemos respecto de otras personas que pudieran tener una discapacidad? discapacidades están No lo incorporadas hacemos y porque están esas asimiladas culturalmente, y no nos parece grave, no nos parece raro que unas personas en una situación de discapacidad, cualquiera que sea, tengan hijos adoptados. Lo que nos parece más complicado de aceptar, e insisto, por una razón cultural, es que personas del mismo sexo adopten, y entonces hacemos preguntas cómo si la categoría por sí mismo fuera sospechosa. Sin embargo, dado que hemos aceptado, yo al menos, la existencia, la validez de matrimonios entre personas del mismo sexo, me parece que la pregunta por sí misma conlleva este elemento, y es por eso que ante un muy importante comentario del señor Ministro Aguirre en cuanto a la necesidad de ampliar estos estudios, creo que no es el camino ¿por qué? porque me parece que nos basta con los elementos constitucionales, y no necesariamente con los elementos fácticos que una o varias instituciones nos pudieran aportar. Gracias señor Presidente. 61 SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Aguirre Anguiano. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Para hechos, gracias. La primera parte del discurso del señor Ministro, yo pienso que implica un reproche al proyecto ¿para qué quiere esos estudios? Lo dejo como tal y ya tomará, la probable mayoría que haga el engrose, las decisiones incumbentes. Luego se dice: el hecho mismo de someter a análisis estas cuestiones es discriminatorio; esto me trae a la memoria cierta resolución del Tribunal Constitucional de un país centroamericano, muy reciente por cierto, que dice: “Someter estas cuestiones -parecidas a estos temas- a plebiscito es discriminación en sí mismo, y por tanto el plebiscito no debe celebrarse”. Tercero. No necesitamos estudio técnico alguno, estudio científico alguno, si el buen sentido que yo tengo para interpretar estas cuestiones, basta y sobra para calar a profundidad el interés superior del niño de acuerdo con sus elementos constitucionales, no puedo estar de acuerdo con eso. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Son las dos de la tarde, les propongo que dejemos hasta aquí la sesión pública el día de hoy, están en lista para la próxima sesión los señores Ministros Zaldívar, Fernando Franco y Gudiño. Levanto la sesión y los convoco. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: A mí también señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Con mucho gusto señora Ministra. 62 Los convoco para el lunes de la semana próxima a las diez y media de la mañana. (SE LEVANTÓ LA SESIÓN A LAS 14:05 HORAS). ÍNDICE. CONTENIDO DE LA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA DE LA SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL LUNES 16 DE AGOSTO DE 2010. SECRETARÍA GENERAL DE ACUERDOS NÚMERO 2/2010 ASUNTO 1 IDENTIFICACIÓN, DEBATE Y RESOLUCIÓN. PÁGINAS. ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD promovida 3 A 69 por el Procurador General de la República contra actos de la Asamblea Legislativa y del Jefe de INCLUSIVE Gobierno del Distrito Federal, demandando la invalidez de los artículos 146 y 391 del Código Civil del Distrito Federal, publicados en la Gaceta Oficial del Distrito Federal de 29 de diciembre de 2009. (PONENCIA DEL SEÑOR MINISTRO SERGIO A. VALLS HERNÁNDEZ). SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN TRIBUNAL PLENO SESIÓN PÚBLICA ORDINARIA DEL PLENO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN, CELEBRADA EL LUNES 16 DE AGOSTO DE 2010. ASISTENCIA: PRESIDENTE. SEÑOR MINISTRO: GUILLERMO I. ORTIZ MAYAGOITIA. SEÑORES MINISTROS: SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO. JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ. MARGARITA BEATRIZ LUNA RAMOS. JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS. ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA. JOSÉ DE JESÚS GUDIÑO PELAYO. LUIS MARÍA AGUILAR MORALES. SERGIO ARMANDO VALLS HERNÁNDEZ. OLGA MA. DEL CARMEN SÁNCHEZ CORDERO. JUAN N. SILVA MEZA. (SE INICIÓ LA SESIÓN A LAS 11:00 HORAS) SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se abre la sesión. Señor secretario sírvase dar cuenta con los asuntos del día. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro Presidente. Se somete a su consideración la aprobación del proyecto de acta de la sesión pública número ochenta y tres ordinaria, celebrada el jueves doce de agosto del año en curso. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: A consideración de las señoras y señores Ministros el acta de cuenta. Señor Ministro Franco. 2 SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Señor Presidente, señoras y señores Ministros, pido autorización para pasarle al señor secretario algunas erratas de simple dedo, que no tienen mayor trascendencia. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Con esta modificación de correcciones ortográficas sigue a consideración del Pleno el acta. Si no hay ninguna otra participación ni objeciones a la misma de manera económica les pido voto aprobatorio. (VOTACIÓN FAVORABLE) QUEDÓ APROBADA EL ACTA SECRETARIO. 3 SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Se somete a su consideración el proyecto relativo a la: ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD 2/2010. PROMOVIDA POR EL PROCURADOR GENERAL DE LA REPÚBLICA, EN CONTRA DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA Y DEL JEFE DE GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL, DEMANDANDO LA INVALIDEZ DE LOS ARTÍCULOS 146 Y 391 DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL. Bajo la ponencia del señor Ministro Valls Hernández y conforme a los puntos resolutivos a los que se dio lectura en sesión anterior. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Empezamos la discusión de este último tema del proyecto, tengo en lista y en ese orden escucharemos su participación a los señores Ministros Zaldívar, Fernando Franco, Gudiño y Sánchez Cordero, pero en este momento me ha pedido la palabra el ponente y con todo gusto se la otorgo. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Muchas gracias señor Presidente. Solamente para hacer a título personal un voto de censura a las declaraciones de un alto dignatario de la iglesia católica, en donde cuestiona la honorabilidad tanto de este Tribunal como de sus miembros con relación a este asunto precisamente. Considero que en un Estado laico como el nuestro, debe haber una absoluta separación y existe en el 130 constitucional, entre la iglesia y el Estado. No se puede, impunemente, amparado bajo ningún título, acusar a once Ministros del más Alto Tribunal del País, de 4 corruptos y de decir que han sido interesados pecuniariamente para decidir en determinado sentido en este asunto que nos ocupa. Por lo que en mi carácter de Ministro de la Corte, critico acremente el lenguaje, la forma, el fondo, con que se expresaron esas opiniones, que dan lugar indudablemente a que cualquiera de nosotros que lo considere pertinente puede enderezar las acciones que la ley nos da. Eso es todo, muchas gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Como esos comentarios y así lo ha dicho el señor Ministro se refieren a todos nosotros, sugiero al Pleno que unánimemente nos sumemos a este voto de censura que ha propuesto el Ministro Valls. ¿Estarían de acuerdo? (VOTACIÓN FAVORABLE) Tome nota señor secretario y pasemos al desahogo de nuestra sesión. Señor Ministro Zaldívar. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Gracias señor Presidente. Señoras y señores Ministros como lo comenté el jueves pasado, en mi opinión, el tema que ahora estamos discutiendo, es el más sensible y delicado de la reforma que hemos analizado referente a los matrimonios entre personas del mismo sexo. A lo largo de las últimas semanas he revisado una cantidad importante de material de diferente tendencia, de distinto calado científico, así también he reflexionado sobre cuáles son las reglas y, cuáles los principios que debemos tomar en consideración para interpretar adecuadamente este problema que se nos presenta de la constitucionalidad o no de la adopción entre matrimonios de personas del mismo sexo, y he llegado a la conclusión tomando en cuenta en todo momento el interés superior del niño, que la reforma planteada es constitucional y que no hay argumentos sólidos que 5 desde el punto de vista constitucional puedan acreditar que estamos en presencia de una norma que se aparta de los principios, de los valores, de los derechos y del texto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Fundamento mi opinión en los siguientes argumentos: Una primera cuestión es: ¿Qué tipo de análisis normativo debemos hacer en un problema como este? A la luz del artículo 1º de la Constitución que establece el principio de igualdad y la no discriminación, sobre todo cuando se trata –como ya se dijo también aquí en la sesión pasada– de una categoría sospechosa, ¿Qué quiere decir cuando se habla por la doctrina de categoría sospechosa? Lo que quiere decir es que en estos casos, cualquier diferenciación que se haga, en principio, tiene una presunción de inconstitucionalidad; son sospechosas, porque se sospecha que son inconstitucionales; sin embargo, esto no nos lleva al extremo de no allegarnos ningún elemento de tipo científico o empírico para poder establecer si esta diferenciación en categoría sospechosa es constitucional o no, en particular en este caso. En primer lugar, porque lo que la Constitución establece en este tipo de categorías es que tiene que haber un escrutinio muy estricto, muy riguroso que justifique sin lugar a dudas el trato diferenciado, y en el caso que nos ocupa, me parece que debe hacerse porque distinguimos y separamos la discusión del matrimonio al de la adopción precisamente entendiendo constitucionalidad del que matrimonio no necesariamente traía aparejada la la constitucionalidad de la adopción sino que en atención al interés superior del niño, este tema merecía un análisis per se, y toda vez, en segundo lugar que tenemos argumentos que cuestionan esto, me parece, que tenemos que analizarlo; sin embargo –reitero– lo que tendría que probarse, fuera de toda duda, es que si afecta el interés superior del niño, en cuyo caso podría válidamente hacerse una diferenciación ¿Por qué? Porque no había una discriminación, 6 porque además del derecho de los adoptantes estarían los derechos de los probables o posibles adoptados, como el caso de una persona invidente a la que no se diera una licencia de manejo, no podría alegar una discriminación aunque esta negativa de la licencia se diera exclusivamente por esta capacidad diferente que tiene. De tal manera que si en algún momento nosotros, por ejemplo, encontráramos pruebas indubitables, datos duros, de que hay una afectación al interés superior del niño, no estaríamos, al establecer una inconstitucionalidad de la adopción, previendo un trato discriminatorio, simplemente estaríamos protegiendo un interés de otra índole que también tenemos la obligación de proteger; sin embargo –reitero– no solamente no hay estos datos duros sino que ni siquiera hay elementos que hagan pensar, al menos para mí, en una duda razonable, no sólo no se pone en riesgo el interés superior del niño sino esta reforma, como trataré de explicar, que protege de mejor manera este interés superior del niño. Hay algunos argumentos que se han dado en contra de esta posibilidad. Primero se nos ha dicho que no hay estudios en México sobre cuál es el efecto en los menores de las familias homoparentales y esto es cierto; sin embargo, yo pregunto: Tampoco hay estudios de familias heterosexuales, tampoco hay estudios de padres adoptivos solteros, ¿Esto significa que necesariamente tenemos que declarar inconstitucional también este tipo de adopciones? Estamos partiendo –me parece– cuando decimos: No hay estudios, de un prejuicio, y el prejuicio es: Como no hay estudios, partimos de la base que esto es malo y nos tiene que demostrar que no lo es, y esto creo que es falso. Otro argumento que se da es que si bien es cierto que en México hay gran cantidad de familias homoparentales, en ésta se da una 7 diferenciación porque alguno de ellos es padre biológico, lo que no se compadece con el tema de la adopción. A mí me parece que esto tampoco es exacto e implica un desconocimiento absoluto de lo que es la adopción, si lo que se está alegando es que lo que afecta a los niños es la convivencia en un hogar homoparental en el cual falta la dicotomía: mamá-papá y que por el otro lado externamente se discrimina en qué cambia esto tratándose de adopción o de que alguno es hijo biológico. Hay que aclarar que los padres adoptivos quieren a sus hijos no como si fueran sus hijos, los aman porque son sus hijos, el amor trasciende con mucho a la biología. Se nos han establecido una serie de estudios que amablemente nos hizo llegar el señor Ministro Aguirre donde aparentemente se concluye que este tipo de relaciones, —perdón— de familias afectan a los niños. Quiero aclarar que la crítica que voy a hacer a este estudio y al cuestionario que le contestan al Ministro Aguirre, va encaminada a este documento, en modo alguno al señor Ministro Aguirre a quien le profeso todo mi respeto amén de tener por él simpatía y afecto. Mi crítica va al documento. Este documento que nos hizo favor de hacernos llegar el señor Ministro se llama “Adopción, deseo y crianza. Análisis de los distintos estilos de parentalidad adoptiva” y lo edita un supuesto “Instituto Mexicano de Orientación Sexual”, lo suscriben dos psicólogos y se supone que es un estudio científico muy serio, voy a demostrar que es todo lo contrario. En primer lugar la mayor parte de este documento se dedica a hacer una serie de argumentaciones aventuradas, falsas, ligeras sobre la adopción, no voy a discutir eso porque no es el tema, pero 8 realmente sí, cuando yo lo leía estaba muy preocupado de que alguien piense todo eso de la adopción. Pero ¿Cuál es la gran prueba que tiene este estudio que tiene muchas páginas, muchos adjetivos y muy poca ciencia? Son dos casos, no tengo que argumentar mayormente para decir que dos casos pues empíricamente no prueban nada, pero no solamente son dos casos, sino que en estos dos casos no hay ninguna metodología científica, no son casos que se sigan con cierto tiempo, etcétera, se basan en una entrevista profunda, así lo llama el estudio ¿Qué quiere decir una entrevista profunda? Es aquella entrevista en donde la gente puede sacar sus sentimientos y un test psicológico, sobre el cual no hacen mayor observación, no se acompaña y con base en esto pues se concluye. Pero vamos a suponer que dos casos fueran suficientes, y que efectivamente la metodología científica se respetara, resulta que de los dos casos uno de ellos no se refiere al problema, porque todo el estudio dice que son diferentes las familias homoparentales, ¿qué es un hijo biológico y qué la adopción? Y el primer caso se trata de dos lesbianas, que la hija es hija biológica de uno de ellos, entonces nos quedaría solo un caso, pero vamos a suponer que les aceptamos los dos casos, brevemente los voy a referir, porque los dos casos no solamente no prueban lo que este estudio dice, sino prueban justamente lo contrario. El primer caso se trata de dos mujeres lesbianas que tuvieron en su juventud relaciones heterosexuales, una de ellas tiene una hija biológica, y ¿Cuál es el gran problema psicológico que tiene esta niña? Bueno, que es rechazada en algunos sectores alejados de la familia y esto le genera a las madres cierta angustia. ¡Bueno! hay muchas causas por las cuales un niño puede ser rechazado en ciertos sectores, hoy hay un fenómeno muy intenso en las escuelas que se llama el “bulling” donde se acosa, se afecta a los niños, de 9 hecho la Comisión Nacional de Derechos Humanos ya tiene un área específica para tratar de solucionar este problema y hay muchas causas por las cuales los padres de familia se pueden angustiar en un país como éste: la inseguridad, la violencia, la situación económica, enfermedad y los problemas que tienen todas las familias, entonces no me parece que sea un caso que pruebe nada; al contrario, prueba que esta niña es una niña completamente normal. El segundo caso, se trata de un niño que nace en un matrimonio y a los tres años, su padre heterosexual macho, muy macho abusa de él y de su madre, los golpea y los abandona. El tío, el hermano de la mamá lo acoge como hijo, el niño sabe perfectamente que es su tío, conoce a su madre biológica, convive con su tío y su pareja y el gran problema psicológico que tuvo este niño es que tuvo una adolescencia rebelde. Todos los niños normales tienen una adolescencia rebelde, es parte de lo que es la adolescencia. ¿Y qué es lo que ha sucedido con este niño? Pues nada, que ahora es un niño que tiene una novia heterosexual, está estudiando la preparatoria y quiere después estudiar su carrera. ¿Qué demuestra esto? Pues demuestra que los niños que se educan en este tipo de familias, pues con completamente normales. Ojalá los problemas psicológicos de los niños que se educan en familias heterosexualestradicionales se redujeran a esto. Cualquier psicólogo o psiquiatra infantil nos dirá que las cosas no son así. Entonces, con todo respeto, esto no es ciencia, esto es ideología pura; este es un estudio prejuicioso y tendencioso, y con base en este estudio se contesta el cuestionario del señor Ministro Aguirre. ¿Y qué es lo que se dice? Primero. Este cuestionario, casi todo se desprende de este estudio, entonces pues por sí mismo se descalifica. 10 Hay otras preguntas que se contestan sin dar la fuente, simplemente afirmaciones graciosas, pero hay una que quiero referir que es la pregunta 3, en donde se refiere a un estudio de la Asociación Americana de Psicología, y se dice en este cuestionario, se dicen dos cosas: Primero. Que el niño criado en un ambiente homoparental tiene tres veces mayor índice de estrés y, Segundo. Que el niño tiene tres veces mayor riesgo de sufrir abuso emocional y físico. Y esto sí es una absoluta falta de ética, porque el estudio omite decir dos cosas: La primera. Dice el estudio, ─que lo fui a analizar─, dice también que los niños en estos matrimonios son más felices, pequeño detalle que se les olvidó y por el otro lado, más que omitir dice algo que es falso. En ningún momento el estudio dice que estos niños tienen mayor riesgo de sufrir abuso emocional y físico. Por el otro lado, para terminar ya con este tema, las respuestas 4 y 5 se basan en una entrevista que le hicieron a una persona que fue criada por un padre homosexual, con independencia de que esto no prueba nada, pues sí tendría después de ver la conducta ética de estos estudios, pues muchas reservas de qué tan cierta es esta entrevista, pero suponiendo que lo fuera, reitero, la entrevista, a una persona no demuestra absolutamente nada. Consecuentemente, estas pruebas me parecen que al no resistir el menor análisis científico y hasta de sentido común, pues no nos pueden llevar a de ahí a acreditar la inconstitucionalidad de un precepto. De acuerdo a lo que he leído y a lo que se ha planteado, se prevén dos causas por las cuales se afecta el interés superior de los niños. Una, que sería de índole interno, en donde se dice: la convivencia en familias homoparentales afecta a los niños, sobre todo se habla 11 mucho de esta falta de identificación de padre y madre y otra es la cuestión externa que tiene que ver con la discriminación. Si bien es cierto que pudiéramos decir que los estudios que hay en el extranjero, que sí los hay y muchos, no nos ayudan para la parte externa porque México es muy diferente a otros países, para la parte interna me parece que sí nos ayudan, porque lo que tenemos simplemente qué ver, desde el punto psicológico es: Cómo afecta o no afecta esto a los niños. Lo que yo encontré en los estudios más recientes y que me generan mayor a mí mayor convicción es que en los hogares homoparentales se garantiza de manera adecuada las necesidades de los menores, que no hay que olvidarlo: la necesidad de amor, la necesidad de afecto, la necesidad de cuidado, la necesidad de tener satisfechos sus requerimientos de índole económico para educación, medicinas, etcétera. Si nosotros vemos con cuidado estos estudios, nos podemos dar cuenta que aunque son poco concluyentes, sí encontramos una tendencia a establecer: Primero. Que la homosexualidad no es una enfermedad mental y que la orientación homosexual no constituye una afectación psicológica. Esto es algo que debemos tener claro. No existe evidencia confiable de que la orientación sexual perjudique por sí mismo el funcionamiento psicológico, no hay diferencias significativas en conductas y actitudes entre la paternidad entre padres homosexuales y heterosexuales, porque el amor no tiene que ver con la orientación sexual; cuántos padres biológicos heterosexuales simple y sencillamente, ya no hablemos los que maltratan a sus hijos o abusan de ellos, cuántos hay que no les prestan el menor cuidado. Entonces, esto yo creo que es prejuicio. 12 Se ve también que en las parejas homosexuales, ya sean de hombres o mujeres, son más equitativas en las distribuciones de las cargas de la crianza. Normalmente se ve que en este tipo de parejas se establecen muy buenas relaciones con los niños, y que éstos no tienen más probabilidades de presentar problemas emocionales, sociales, académicos o psicológicos. Consecuentemente, los homosexuales son tan aptos para ser padres como los heterosexuales. Respecto a los niños, una cosa muy importante es que el tipo de padres no determina la orientación sexual, y esto que algunos dicen que el vivir en pareja homoparental determinaría la orientación sexual implicaría por sí mismo un argumento discriminatorio, como si la orientación sexual fuera algo negativo. Pero además esto es falso. La inmensa mayoría del casi todos los homosexuales, pues se criaron en familias heterosexuales. Entonces esto no creo que resista un análisis. Los niños normalmente tienen los mismos tipos de popularidad y amistades, de satisfacciones; no se ha podido demostrar como lo dice por ejemplo la Asamblea de Estados Miembros del Consejo de Europa, que el hecho de ser educados por padres homosexuales perjudique a los niños, ni que los padres homosexuales serían peores padres que los padres heterosexuales, ni que estos niños se vean expuestos a su vez a ser homosexuales. Eso dice la Asamblea de Estados Miembros del Consejo de Europa. No hay que perder de vista como he dicho, que hay padres biológicos homosexuales actualmente, y que hay niños que conviven y son, criados por sus padres, sin que esta situación los afecte en lo más mínimo. Pretender hacer una diferenciación en este tipo, algunos tribunales ya han considerado que es un problema de discriminación. 13 Y por último, es claro que la heterosexualidad no garantiza que un menor adoptado viva en condiciones óptimas para su desarrollo, –reitero– esto no tiene que ver con la heterosexualidadhomosexualidad. Todas las formas de familia tienen ventajas y desventajas, y cada familia tiene que analizarse en lo particular, no desde el punto de vista estadístico. Lo que sí hay que señalar, y no pasa desapercibido, es que el estándar de los procedimientos de adopción en México, están muy por debajo de los niveles internacionales. Quizá aquí, más que estar en esta discusión, los esfuerzos de quienes dicen proteger el interés superior del niño, tendrían que estar encaminados a tener sistemas de adopción más eficaces que garanticen que miles de niños que hoy se quedan en albergues o en orfanatos, puedan tener una familia, y miles de parejas que requieren tener hijos puedan tener hijos de manera segura para los niños, y también de manera eficaz. En relación con las afectaciones externas, se pone mucho énfasis en la discriminación de que van a ser objeto los niños, y en que en México no estamos preparados para este paso. Sobre esto diría lo siguiente: las sociedades siempre son dinámicas, en algún momento en otros países las parejas interraciales, pues eran discriminadas, eran mal vistas, hoy son una cosa normal. La adopción interraciales, pues también eran mal vistas, y hoy son completamente normales. Entre nosotros, los hijos de madre soltera o de padres divorciados, pues en alguna época eran discriminados. La misma adopción, durante un tiempo se mantenía en secrecía, porque los hijos adoptados podrían ser discriminados, y hoy, con toda libertad y apertura se establece que es una forma válida de familia, y no pasa nada. Aquí el debate a mí me parece que es: Si ante el mandato de la Constitución que establece el derecho fundamental a la igualdad, y el mandato a la no discriminación, nosotros vamos a ser parte de esta tendencia que evite y que ponga los elementos para no 14 discriminar, o vamos a constitucionalizar la discriminación; el derecho debe ser parte del avance social; si esta Suprema Corte establece que es inconstitucional porque van a discriminar a los niños lo que vamos a hacer es discriminar a los niños desde esta Suprema Corte, y a mí esto me parecería sumamente grave. El derecho precisamente tiene que establecer la Constitución estos mandatos, estas normas, estos derechos para evitar la discriminación, siempre los derechos fundamentales vienen a ser una reacción frente a una situación de cosas raras que es intolerable; la discriminación se da en México de muchas maneras, en muchas formas, y creo que la Constitución busca a través de su texto expreso y de sus valores prever esta discriminación, y creo que no podríamos declarar inconstitucional una reforma con este argumento, porque reitero y espero que nadie se sienta agraviado, lo quiero decir con mucho respeto, creo que sería discriminatoria, sería constitucionalizar la discriminación. Y hay que tener en cuenta que no se está dando un cheque en blanco o un boleto automático para que todas las parejas homosexuales puedan adoptar, como tampoco lo tienen las parejas heterosexuales. Hay dos momentos: uno es la posibilidad legal de hacerlo, que hoy pueden adoptar homosexuales solos, nadie les pregunta; solteros, nadie les pregunta; y otro segundo momento es el del juez, en que el juez tiene que analizar si la pareja, si el matrimonio es idóneo, si tienen las características y las cualidades para poder adoptar a ese niño o a ese bebé, y esto no dependerá de la orientación sexual, dependerá de otras circunstancias que tiene que analizar el juez correspondiente y en algunas ocasiones previamente autoridades administrativas. Entonces, me parece que aquí está perfectamente garantizado y hay dos cuestiones adicionales que creo que tenemos que tener en cuenta: ¿Por qué esto es con base en el interés superior del niño? Primero por la posibilidad de darle una familia que no es mejor o 15 peor que la otra, no se trata de decir como se ha dicho a veces: “Es que como los niños se van a quedar sin familia, aunque sea que estén con una pareja de éstas”. En lo más mínimo, no se trata de eso, son tan respetables y válidas y buenas unas como las otras, el punto es: ¿Qué pasa si no aceptamos la adopción? Estamos generando un problema para el niño. ¿Por qué? Porque de hecho puede vivir un niño con su padre biológico y su pareja homosexual. ¿Y qué pasa si falta el padre biológico, si en algún momento no está físicamente o muere? ¿Quién se va a hacer cargo del niño? ¿Quién va a tomar las decisiones? Este tipo de adopción también se hace pensando en el interés superior del niño, a mí me parece que esto es muy importante tomarlo en consideración. Y otra cuestión: no aceptar esta reforma también implicaría una discriminación a los hombres homosexuales. ¿Por qué? Me explico: las mujeres lesbianas es muy fácil que puedan tener un hijo biológico, muy sencillo; los hombres pueden hacerlo solamente si tienen ciertos recursos económicos para poder entrar en ciertos sistemas muy complicados, de poder procrear o poder tener un hijo biológico, y me parece que estaríamos haciendo una distinción que también sería discriminatoria. Entonces, yo concluyo reiterando esta exhortación porque ojalá en México se ponga el énfasis en la necesidad de mejorar nuestros sistemas de adopción para que haya métodos más eficaces, más efectivos, más claros, que permitan que más niños tengan una familia sin importar obviamente la orientación sexual sino otro tipo de cuestiones. Y por último, redondeando mi argumento, en virtud de que estamos en una situación en donde por mandato del artículo 1º constitucional diferenciar o evitar un derecho, o no otorgar un derecho con base en la orientación sexual sería una categoría sospechosa que nos 16 obliga la Constitución a hacer un escrutinio estricto y muy cuidadoso, y toda vez que no hay prueba alguna, no hay dato duro ninguno que haga pensar que esto afecta el interés superior del niño, y no sólo eso, con esto sería suficiente, pero no sólo eso; creo que al menos desde mi punto de vista es todo lo contrario, me parece que esta reforma que estamos discutiendo es perfectamente constitucional y por estas razones votaré en favor del proyecto. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Fernando Franco. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Gracias señor Presidente, señoras y señores Ministros, debo empezar diciendo que vengo de acuerdo con el proyecto y sus consideraciones en lo general y que además comparto mucho de lo que aquí se ha dicho para abundar en por qué no debe ser declarado inconstitucional el precepto que analizamos en relación el 146. Me parece que es obvia la importancia que tiene este tema, en particular este tema, lo hemos visto, hemos visto reacciones desmedidas frente a las decisiones que hemos adoptado, hemos visto distintos argumentos. Yo quiero decir que como lo he dicho en todos estos temas, mi obligación personal como juez constitucional desprenderme de cualquiera de mis formaciones personales, convicciones personales para analizarlo estrictamente desde un punto de vista constitucional, en un estado, lo vuelvo a repetir y lo subrayo, que constitucionalmente está definido como un estado constitucional, democrático, laico y social de derecho. Esta es nuestra obligación, en mi opinión, como jueces constitucionales y en esa óptica es como yo daré mi posicionamiento también en este tema. 17 Me parece que hay que partir de un marco ya ahora definido por este Pleno. En primer lugar el Pleno ya ha definido que la reforma al 146 del Código Civil del Distrito Federal es constitucional, el hecho de que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal en uso de sus facultades de configuración legislativa en materia civil haya ampliado el concepto de matrimonio, hemos coincidido por mayoría que es constitucional. En segundo lugar, también este Pleno mayoritariamente ha llegado a la conclusión de que no hay una familia ideal en ese sentido, cada quien puede tener su concepto de familia ideal y es muy respetable, pero la Constitución no lo establece y aquí se han acreditado todas las formas de familia que pueden existir y que deben ser respetadas constitucionalmente en su integridad. Y finalmente, también se ha definido que no hay un derecho fundamental al matrimonio o a la adopción, éstas son figuras del derecho civil que han tenido variaciones a lo largo del tiempo y que siguen teniéndolas conforme las concepciones que se tienen en un momento dado y en un régimen federal en las distintas entidades que conforman a la Federación. Me parece que es correcta la impugnación que hace el Procurador General de la República en cuanto a su enfoque, creo que aquí lo que se debe privilegiar en el enfoque de este Tribunal Constitucional, es fundamentalmente la protección al interés superior del menor, yo resalté en mi intervención en sesión anterior, que en el matrimonio estamos frente a personas capaces, no necesariamente mayores de edad pero sí que la ley les otorga la capacidad para decidir al respecto, mientras que en el concepto de adopción, se introduce un elemento diferente y fundamental que es la posible, ―y subrayo esto― la posible participación de un menor, 18 y aquí me parece que no debemos perder de vista que lo que estamos analizando es esto bajo fundamentalmente, independientemente de las consideraciones sobre discriminación o igualdad lo estamos haciendo bajo un concepto de razonabilidad constitucional, y me parece que en este sentido, el Tribunal Pleno debe analizar esto de manera sistemática, normativa y no en los preceptos aislados, me parece que la razonabilidad para determinar si conforme al 4º constitucional, el Estado, en este caso en lo que le corresponde a la Asamblea del Distrito Federal está tomando una decisión razonable o no, debe verse conforme a todas las normas que atañen a la figura como me referiré más adelante. La adopción es mucho más amplia del enfoque que hasta ahora le hemos dado, y esto es importante, la adopción se refiere a menores y es como siempre la vemos, pero también la legislación civil, desde hace mucho tiempo permite la adopción de incapaces mayores de edad. Consecuentemente, éste me parece un elemento esencial para valorar el diseño legislativo en un cuerpo que tiene la obligación de legislar, no de aplicar las normas; y esto, como ya lo señaló el Ministro Zaldívar ––que yo me referiré más adelante a ello–– le corresponde al juez. Consecuentemente, aquí tenemos que ver si lo que se hace en sede legislativa es correcto y a quién le corresponde la responsabilidad esencial de proteger el interés superior, en este caso del menor, pero yo entiendo que de todos los sujetos que pueden ser adoptados. Bien. He escuchado y por supuesto he estudiado igual que todos ustedes señoras y señores Ministros, los agravios y los conceptos de validez presentados por el Procurador, al igual que la documentación que nos ha sido presentada, procurando ser 19 exhaustivo, aunque debo confesar que ha sido abrumador el grado, el nivel de documentos que hemos recibido de todos tipos, pero he procurado tratar de leerlos. Y encuentro dos grandes argumentos en contra de esta reforma: tanto en lo que plantea la Procuraduría General de la República, como en los argumentos que se han esgrimido en contra de la reforma. Primero, que la reforma al permitir el matrimonio de personas del mismo sexo, que puedan adoptar, matrimonios de personas del mismo sexo, carece de razonabilidad constitucional objetiva, ya que afecta el interés superior del menor. Que se requeriría estudiar con mucha mayor profundidad los efectos psicológicos que se pueden presentar en los menores frente a este tipo de matrimonios. El segundo argumento global es que la Constitución establece en su artículo 4º, el derecho de todo niño a crecer en el entorno de una familia ideal; es decir, esta concepción de familia constituida esencialmente por padre y madre, eventualmente hijos y otros miembros de la familia. Me parece que el segundo de los argumentos pues ha sido ––en mi opinión–– ya superado por este Pleno, ya ha resuelto que no hay un concepto ideal de familia, consecuentemente me voy a referir básicamente al primero. He manifestado que estoy de acuerdo con el proyecto y sus consideraciones; no obstante, quiero hacer algunas precisiones y abundamientos que en mi opinión podrían reforzar el proyecto, porque creo que no se han abordado hasta ahorita puntualmente, aunque se han esforzado de manera importante en intervenciones previas. Si el ponente y el Pleno estuvieran de acuerdo en tomar 20 algunas de estas ideas, me parece que ayudarían a resolver el problema. Creo que se ha reconocido de manera uniforme hasta ahorita en las intervenciones, que en los estudios que se nos han presentado y particularmente en los que se refieren a nuestro país, no hay una evidencia clara que ponga realmente en duda si pudiera este tipo de matrimonios afectar más o menos que otros, creo que esto está descartado; sin embargo, más allá de esto, coincido con quienes han dicho que estos estudios no nos podrían llevar a una conclusión de inconstitucionalidad del precepto, aun y cuando se demostrara ––que no está demostrado–– algunos efectos marcados en este tipo de matrimonios, me parece que este Tribunal Constitucional no podría inclinarse por declarar inconstitucional el precepto. Me explico: La reforma del artículo 146, en relación al 391, que es el que estamos analizando, del Código Civil del Distrito Federal, permite que eventualmente una pareja del mismo sexo, que ha contraído matrimonio, pueda adoptar a un menor de edad y ¡ojo!, ––subrayo de nueva cuenta–– o a un incapacitado, aun siendo éste mayor de edad, las normas otorgan ––y ésta es la parte de sede legislativa–– otorgan simplemente la posibilidad jurídica de que esto ocurra, pero lo hace también, como aquí se ha señalado, respecto de parejas heterosexuales, matrimonios heterosexuales de solteros, de divorciados y en el Distrito Federal, de concubinos; es decir, todo el Universo tiene esta posibilidad legislativamente, no nada más digamos lo hace respecto a estos. Ahora bien, esto es en sede legislativa, y qué dice; bueno, para la adopción –que es me imagino a lo que se refería el Ministro Zaldívar hace un momento en su intervención, cuando al final decía “interviene el juez”–, para la adopción, para que se pueda concretar la adopción, debe ser el juez de lo Familiar en el Distrito Federal el 21 que siguiendo un procedimiento determine si es procedente o no en todos estos casos. Contra lo que es mi costumbre me voy a permitir detenerme un poco en el sistema normativo que le establece la forma y procedimiento al juez para poderlo hacer; primero me referiré –y me disculpan, voy a ser muy puntual en la lectura de los artículos, porque en ocasiones anteriores por no leerlos dejo cuestiones que quedan en el aire y no quiero–, me voy a permitir leerlos, son unos cuantos, todos los artículos relativos. El artículo 390 dice, que es además el que inicia las disposiciones generales de la adopción del Código Civil del Distrito Federal: “El mayor de veinticinco años, libre de matrimonio, en pleno ejercicio de sus derechos, puede adoptar uno o más menores o a un incapacitado, aun cuando éste sea mayor de edad, siempre que el adoptante tenga diecisiete años o más que el adoptado y que acredite además: I. Que tiene medios bastantes para proveer a la subsistencia, la educación y el cuidado de la persona que trata de adoptarse, como hijo propio, según las circunstancias de la persona que trata de adoptar. II. Que la adopción es benéfica para la persona que trata de adoptarse, atendiendo al interés superior de la misma; y. III. Que el adoptante es persona apta y adecuada para adoptar. Cuando circunstancias especiales lo aconsejen, el juez puede autorizar la adopción de dos o más incapacitados o de menores e incapacitados simultáneamente”. Artículo 391. “Los cónyuges o concubinos podrán adoptar, cuando los dos estén conformes en considerar al adoptado como un hijo y aunque sólo uno de ellos cumpla el requisito de la edad a que se refiere el artículo anterior, pero siempre y cuando la diferencia de edad entre cualquiera de los adoptantes y el adoptado sea de diecisiete años de edad cuando menos. Se deberá acreditar, 22 además, los requisitos previstos en las fracciones del artículo anterior”; es decir, los que leí para la persona que no está casada. Después vienen una serie de disposiciones que me voy a permitir omitir y me brinco hasta el artículo 397. “Para que la adopción pueda tener lugar, deberán consentir en ella, en sus respectivos casos –y esto es muy importante–. I. El que ejerce la patria potestad sobre el menor que se trata de adoptar. II. El tutor del que se va a adoptar. III. El Ministerio Público del lugar del domicilio del adoptado cuando éste no tenga padres conocidos ni tutor, y. IV. El menor si tiene más de doce años. En todos los asuntos de adopción serán escuchados los menores atendiendo a su edad y grado de madurez”. Aquí dejo los artículos del Código Civil y paso rápidamente al Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal que establece el procedimiento. Dice el artículo 923: “El que pretenda adoptar deberá acreditar los requisitos señalados por el artículo 390 del Código Civil –ya los leí–, debiendo observar lo siguiente: I. En la promoción inicial se deberá manifestar si se trata de adopción nacional o internacional, mencionándose nombre, edad y si lo hubiere el domicilio del menor o persona con incapacidad que se pretenda adoptar, el nombre, edad y domicilio de quienes en su caso ejerzan sobre él la patria potestad o tutela, o de la persona o institución de asistencia social pública o privada que lo haya recibido, y acompañar certificado médico de buena salud de los promoventes y del menor”. Segundo párrafo de la fracción I que me parece fundamental: “Los estudios socio-económicos y psicológicos necesarios para efectuar el trámite de adopción, deberán –es obligación–, deberán realizarse por el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia o por quien éste autorice, siempre que se trate de profesionistas que acrediten tener título profesional y tener como mínimo dos años de 23 experiencia en la atención de menores y personas susceptibles de adoptar, también los podrán realizar la Secretaría de Salud, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Distrito Federal, el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal para los efectos de adopción nacional”. Luego viene una serie de previsiones que también omitiré, espero que después no haya necesidad de leerlas respecto a las circunstancias para la adopción. ¿Qué desprendo de todo esto? El Estado garantiza, primero en la Constitución en el artículo 4º el desarrollo integral del menor y su dignidad; el legislador en el ámbito de su competencia, sea el federal o el local, tiene la obligación de desarrollar este concepto general en la Constitución; tenemos todas las convenciones internacionales signadas por México y las leyes que protegen el interés superior del menor, no me voy a detener en esa parte, me estoy refiriendo exclusivamente a lo civil en el Distrito Federal. El legislador establece un sistema en donde ─en mi opinión─ en sede legislativa, como lo acabamos de ver, establece un sistema razonable para garantizar una adopción que garantice de la mejor manera posible el desarrollo del niño integral y su dignidad. Ahora bien, esto lo deposita en sede judicial y como hemos visto corresponde al juez, y aquí me parece lo fundamental de todo esto, el que tiene en la ejecución de todo esto que garantizar plenamente que hasta donde sea posible, sí creo que hasta donde sea posible se le debe buscar la mejor situación al menor, no nada más la familia, la mejor situación al menor y creo que es correcta la expresión “hasta donde sea posible”, porque como aquí se ha dicho puede haber una situación en abstracto que aparentemente 24 garantiza todo, como puede ser un matrimonio en términos convencionales: heterosexual, que se casó con todas las condiciones legales y conforme a sus propias creencias, que después resulta que genera muchísimos problemas como aquí se ha dicho. Entonces, me parece que esto es lo importante; es decir, en sede legislativa se ha garantizado un sistema que permite razonablemente ver por el interés superior del menor ¿cómo? a través de la acción del juez que tiene estas obligaciones. Ahora bien, aquí quiero llamar la atención de este Pleno sobre el análisis de la adopción, nos hemos basado en los menores y aparentemente todos con la visión de que son menores críos o infantes que no tienen ninguna capacidad y esto no es así, tenemos que diferenciar; hay obviamente, y legalmente, se hace se establece –como lo acabamos de ver– que cuando el menor tiene doce años o más de edad y menos de dieciocho obviamente, antes de la mayoría, debe opinar y también se puede tratar de un incapacitado que debe opinar. Consecuentemente, creo que el juez debe tomar todas las previsiones –el juez de lo familiar– para tener la certeza; independientemente de las preferencias sexuales de quien está solicitando la adopción de que es apto para adoptar y que se está garantizando de la menor manera posible. Se hizo alusión y creo que con razón, a que el organismo rector de todo esto es el Sistema Nacional para el Desarrollo de la Familia y la niñez, y es así y así debe ser, y tan es así que el Código de Procedimientos exige que los estudios que sean la base para que el juez pueda determinarlo los produzca precisamente este sistema, ¡ojo!, éste es un sistema, no me voy a detener ahorita en esta parte, 25 es un sistema con una organización nacional o federal y luego los sistemas de cada entidad federativa, pero finalmente responden a esa lógica articulada y aquí nos estamos refiriendo y el Código del Distrito Federal se refiere precisamente al sistema nacional; consecuentemente, esto queda garantizado, me parece que ahí es donde hay que poner el énfasis y aquí es donde se tendrán que hacer los estudios más adecuados para determinar en cualquier caso, en cualquier caso de adopción si se está garantizando hasta donde sea posible el interés superior del menor. No es lo mismo un incapacitado de alguna manera que sea perfectamente lúcido y que pueda ser adoptado y que manifieste su opinión, no es lo mismo un muchacho de catorce, quince, dieciséis años que pueda manifestar abiertamente su opinión de que quiere ser adoptado por una pareja sea de las tendencias que tenga la pareja, sea de la religión que sea, sea de la ideología que sea; consecuentemente, me parece que esto abona para subrayar que cualquier otra decisión podría eventualmente respecto de los adoptantes sí ser discriminatoria, no respecto de los menores. Ahora bien, concluyo señalando que por estas razones me parece que aquí lo importante para mí es que hay razonabilidad en el sistema normativo para el tema de las adopciones, que el juez tendrá que tener particular cuidado en garantizar hasta el máximo de sus posibilidades que un menor sobre todo siendo infante o muy pequeño, tenga las mejores condiciones para desarrollarse en un nuevo medio familiar y quiero decir, que al leer los estudios y releerlos, llegué a la conclusión de que esto, estos nos dicen y me voy a referir a los dos, a los que se hizo particular énfasis, el del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, que efectivamente subraya riesgos, concluye diciendo y les voy a leer textualmente: “Puede observarse que hay una cantidad de factores de riesgo, así como distintos tipos de ello; por lo tanto, no es posible asegurar que la presencia de conductas riesgosas se presente con 26 mayor o menor frecuencia en un grupo específico de individuos, en una comunidad o determinada población”, –es el último párrafo de este artículo-, y la Asociación Mexicana de Pediatría concluye diciendo: “Como usted verá licenciado Aguirre, las opiniones dentro de los miembros de la pediatría son diversas, pero si nos atreviéramos a dar una conclusión final; sería, que esto fuera posible siempre y cuando no lesione los intereses del menor sociales y de salud y que se deberá sanear adecuadamente el medio para que estas generaciones futuras de padres homosexuales e hijos adoptados, no sean segregados como seguramente sucederá en nuestro medio”. Me parece que de esta última conclusión lo que yo extraigo es, que debe resaltarse y que yo sugeriría que se incorporara en la resolución como lo hice cuando discutimos la interrupción del embarazo, la otra cara de la moneda, que es la obligación del Estado a través de todos sus órganos y de la sociedad misma, para erradicar todo tipo de discriminación, todo tipo de desigualdad hasta donde sea posible y adicionalmente garantizar el interés, en este caso, superior de quien pueda ser adoptado. Me parece y creo que esto es muy importante que esto vaya de la mano. En mi opinión, el marco jurídico que ha establecido la Asamblea, es razonable desde el punto de vista constitucional. Segundo. Competerá a la sede judicial, a los jueces, proteger de manera concreta el interés superior del menor que debe ser lo que debe privilegiar en el caso de adopciones e inclusive de los incapacitados y por otro lado, creo que deben intensificarse las políticas públicas que promuevan la tolerancia, el respeto mutuo y las normas de convivencia independientemente de nuestras formas de pensar en la sociedad mexicana. Esto es muy difícil, pero esto es una obligación constitucional en relación a los menores y me parece que esto debe quedar claramente establecido como la contrapartida a estas figuras tan debatibles, tan críticas que hemos estado analizando. En lo personal considero que el Estado laico 27 tiene como condición necesaria la tolerancia de todos los que lo conformamos y tenemos un vínculo con ese Estado. Por estas razones, pediría respetuosamente, y si lo consideran conveniente, que el proyecto se complementara con esta otra parte que me parece esencial. Concluyo diciendo que para mí, es constitucional el sistema de adopción establecido en el Código Civil y en el Código de Procedimientos Civiles del Distrito Federal. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Gudiño Pelayo. SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Gracias señor Presidente. Hago uso de la palabra, como lo hicieron los compañeros que me precedieron, únicamente para fijar mi posición respecto al tema. Quiero empezar manifestando que comparto la propuesta en los términos expuestos, sólo se tienen algunos comentarios que en todo caso se suman a la propuesta. En primer término, hay que destacar que dado el modo en que han sido hechos valer los planteamientos del Procurador accionante, las respuestas que se den en ambos temas, el del matrimonio homosexual y el de la adopción de menores por parejas del mismo sexo, deben guardar congruencia entre sí. En la especie, la propuesta que ha adicionado el ponente al proyecto original, sí guarda esa congruencia, pues desestima los argumentos hechos valer en ese tema con razones que están en sintonía, con las que se han propuesto para desestimar la supuesta inconstitucionalidad del matrimonio homosexual. 28 Así, partiendo de la base de que se comparte la constitucionalidad de la reforma efectuada al matrimonio, como se explica, y con las observaciones anotadas en el diverso dictamen que esta nota complementa, coincido con el estudio de la consulta sobre la posible discriminación de los menores adoptados, pues tal y como se lo había manifestado en un dictamen previo, el argumento del accionante en el que aduce la posible discriminación que sufrirán los menores adoptados, pertenecientes a padres del mismo sexo, respecto de aquéllas conformadas por un hombre y una mujer, sería convalidar formas actuales de discriminación, y el objetivo de un Estado de derecho es eliminarlas de diversas formas de discriminación e intolerancia que se presentan en la sociedad, y mas que convalidar, podría incluso perpetuar esas actitudes discriminatorias. No obstante convenir con el proyecto, hago algunos comentarios o sugerencias que podrían, de aceptarse, fortalecer el sentido del proyecto, y que además quizás no sean tan menores. Por un lado, si bien la propuesta aborda el tema de que las normas no pueden constituir obstáculo para el ejercicio de ciertos derechos, basadas en construcciones apriorísticas, como podría ser la orientación sexual, me parece que sería conveniente hacer notar con mayor énfasis que en el planteamiento del Procurador accionante hay una premisa subyacente que es directamente discriminatoria, en tanto que su pretensión es que la orientación o preferencia sexual de una persona sea considerada por el legislador o por el Tribunal como un impedimento en abstracto para el ejercicio de los derechos de adopción, particularmente de ser adoptante. Que la norma impugnada, como norma neutra que es en este sentido, en el sentido de no distinguir entre el matrimonio o concubinato que quiere adoptar es hetero u homosexual, no 29 discrimina, y que delega la decisión sobre la conveniencia de la adopción y el interés superior del niño a la autoridad que en cada caso específico tiene el derecho y el deber de autorizar esa específica adopción, valoración en la que habrá de ponderarse en general las circunstancias y contextos de los adoptantes y del adoptado al decidirse si se concede o no la adopción. Así será en los procedimientos de adopción en los que se decida caso a caso la conveniencia para el menor de que ciertos y determinados individuos, no obstaculizados por la manera en que se encuentre conformado el matrimonio, lo adopten, y así sucede por igual en el caso de que los solicitantes de la adopción sean un matrimonio heterosexual u homosexual, no hay razón para hacer distinciones. En ese sentido, me parece conveniente que la consulta en la parte relativa a exponer las razones por las cuales el interés superior del menor no se ve afectado al hacer factible la posibilidad de adoptar parejas, matrimonios o concubinatos homosexuales, se complementara puntualizando lo anterior, particularmente porque el argumento del accionante está construido sobre el tema del interés superior del niño; en nombre del interés superior del niño se está pidiendo a este Tribunal que considere inválida la adopción de menores por matrimonios del mismo sexo; sin embargo, ese argumento es intrínsecamente discriminatorio, pues implícitamente considera a la homosexualidad como una enfermedad o una tendencia transgresora de normas éticas que se consideran absolutamente válidas en ambos casos como algo indeseable y dañino para la infancia. Sobre esa premisa la propuesta del Procurador llevaría a considerar que bajo el telón de la protección de la infancia, los adultos homosexuales unidos en matrimonio frente a los adultos heterosexuales deben sufrir por esa sola condición de su orientación sexual, una capitis diminutio o reducción de sus derechos civiles en el caso del derecho civil de 30 adoptar menores, lo cual no es aceptable en un régimen democrático que valora y tutela la igualdad entre seres humanos. Inclusive, el solo planteamiento relativo a si el interés superior del niño debe, según esa postura lleva a una consideración sobre la inadmisibilidad de la adopción de menores por matrimonios homosexuales implica, de entrada, que la homosexualidad es dañina, lo que es igual a considerar que la homosexualidad es un padecimiento y que es indeseable, lo que en sí mismo es discriminatorio y en consecuencia dicho planteamiento resulta violatorio del artículo 1º de la Constitución, por eso me parece que había que dejarse en claro que no es el caso tampoco de hacer ese análisis. Finalmente, me parece que la atención a la redacción del precepto 391, el cual constituye el derecho de adopción a favor de cónyuges y concubinos, el proyecto debiera eliminar cualquier manifestación en torno a posibles discriminaciones que sufrieran personas cuya orientación sexual fuera homosexual, que individualmente acudieran con la intención de adoptar a un menor, pues para tal supuesto, la adopción por personas que no son cónyuges ni concubinos, existe un régimen distinto, con características propias y en las cuales el legislador en ningún momento ha establecido impedimento por razón de la citada circunstancia, máxime que no es materia del artículo en comento y que no es combatido a través de ningún concepto de invalidez del accionante, por tanto estimo innecesarias tales consideraciones. Y por lo demás, aunque quizás no es esta la ocasión para decirlo, tampoco está por demás reflexionar acerca de que hay que empezar como Tribunal a perfilar bien ¿qué se está entendiendo por interés superior del niño? Y ¿cómo, como Tribunal estaremos trabajando en este concepto? Porque en nombre del niño se pueden llegar también a justificar muchas cosas de otro modo 31 injustificables, dada la potencial relativización que permite el concepto; en la especie el argumento a través del cual se ha hecho valer, tiene una premisa discriminatoria, y eso, una vez detectada la discriminación de alguna manera hace menos complicado el problema. Igualmente importante es tener presente que el interés superior del niño se atiende y se protege mejor de caso en caso, que con pronunciamientos en abstracto. Pongo a su consideración los anteriores comentarios. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señora Ministra Sánchez Cordero. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Sí, gracias señor Ministro Presidente, señora y señores Ministros. Pues antes de exponer mi posición en torno al análisis constitucional del artículo 391 del Código Civil para el Distrito Federal, quiero refrendar lo que expuse al inicio de la discusión de la acción de inconstitucionalidad que nos ocupa, en torno a la labor que realiza este Tribunal Constitucional en el examen de los asuntos que se someten a su conocimiento; eso es para todos los habitantes del País, y por ello no puede este Tribunal Constitucional fundar sus resoluciones en posiciones sociales, religiosas o de conciencia individual, pues esa labor debe realizarla haciendo abstracción de las legítimas aspiraciones personales y discutiendo, desde la serenidad y el equilibrio que ofrece la ciencia del derecho, y desde la perspectiva un Estado laico que funda sus decisiones en el reconocimiento de que todas las convicciones tienen la misma dignidad, y sobre todo y máxime cuando en este tipo de asuntos pueden encontrarse inmersos aspectos que atienden a la dignidad humana. Quiero exponer algunas de las consideraciones sobre derechos fundamentales en torno a la constitucionalidad del artículo 391, 32 algunas de ellas ya han sido expuestas con mucha claridad por algunos de los Ministros que me presidieron en el uso de la palabra. El artículo 1º. de nuestra Constitución Federal tutela el principio de igualdad que supone un esquema jurídico semejante para todas las personas. El mismo numeral, contienen el derecho fundamental de no discriminación en los siguientes términos: “Queda prohibida todo discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.” Los criterios que esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sustentado respecto del principio de igualdad, cuando realiza el análisis constitucional de normas generales, son claros en exigir un estándar elevado de escrutinio para todos los casos en que se introduzca en la norma una diferenciación respecto a sus destinatarios. En efecto, cuando el legislador establece un trato diferenciado es necesario realizar un estudio riguroso de la norma, lo cual, desde mi óptica, no ocurre cuando no hace tal distinción, y este es el caso del artículo 391 del Código Civil para el Distrito Federal. En mi opinión, no establece un trato diferenciado, puesto que confiere la posibilidad de adoptar en forma indistinta a los cónyuges y concubinos sin importar cuál sea la conformación de la pareja de cónyuges, esto es, si se trata de personas del mismo o de diferente 33 sexo; por ende, a mi juicio, cumple con el principio de igualdad y, en consecuencia, no resulta necesaria, por parte del legislador, una razonabilidad objetiva que motivara un trato diferenciado, como lo aduce el Procurador. Tampoco estimo que el numeral combatido contravenga el mandato de no discriminación, porque permite cualquier matrimonio, independientemente de las características propias de las personas que lo conformen, que pueda presentar una solicitud de adopción y demostrar, durante el procedimiento correspondiente, que además de cumplir con los requisitos legales, a juicio del juez tiene capacidad de parentalidad; por el contrario, excluir de tal derecho a cierto tipo de matrimonios por razón del sexo o de sus preferencias de cualquiera de sus integrantes sí, en mi opinión, contravendría tal mandato. Es importante destacar en este punto que la acción de inconstitucionalidad al ser un medio de control abstracto, se limita a la verificación de la norma en cuestión con base en los parámetros constitucionalmente objetivos, sin que se permita analizar la idoneidad de su aplicación a casos particulares, lo cual, en este caso, se traduce en que no pueda ponderarse, en esta instancia, la situaciones fácticas que en cada caso se presenten con motivo de una solicitud de adopción formulada por parejas homoparentales, pues ello será motivo de análisis en una primera instancia, ya se dijo aquí, por parte del juez de lo familiar y posteriormente en cualquiera de las etapas que permita el sistema recursal de la instancia que se trate. En ese sentido, el argumento del Procurador consistente en que la adopción por parejas del mismo sexo causará un daño al menor porque será socialmente discriminado respecto de otros adoptados por matrimonios conformados por parejas heterosexuales, 34 desatiende ese argumento, desatiende el interés superior del menor, por ello, no me parece suficiente el argumento del Procurador para apoyar una declaratoria de invalidez pues, como ya lo señalé, la norma que analizamos no distingue entre aquellos menores que puedan ser adoptados por parejas de igual o de diferente sexo, lo que en sí mismo no genera –a mi juicio– ninguna discriminación normativa. Por otro lado, tampoco es de estimarse que la misma norma genere un trato discriminatorio respecto del menor y que por ello se atente contra su interés superior, pues sobre este concepto la propia Suprema Corte ha sustentado que para establecer el alcance de este principio, el interés superior del menor, se debe atender al concepto interpretado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que dice a la letra lo siguiente: “Los tribunales deben atender primordialmente al interés superior del niño en todas las medidas que tomen concernientes a estos, de la siguiente manera: La expresión “interés superior del niño” implica que el desarrollo de éste y el ejercicio pleno de sus derechos deben ser considerados como criterios rectores para la elaboración de las normas y la aplicación de éstas en todos los órdenes relativos a la vida del niño”. Así, es claro que la determinación del interés superior del menor es necesariamente un criterio de interpretación y aplicación que depende de cada caso en concreto; esto es, de la formulación de normas que tiendan a su tutela y de su aplicación. En cuanto a esta parte, su aplicación, deberá considerarse como criterio de interpretación de las alternativas específicas que existan en su concepto de acuerdo a sus características particulares; es decir, para resguardar ese interés, el proceso de adopción debe ser entendido como un proceso de compatibilidad entre adoptantes y adoptados en el que deben ponderarse la mayor conveniencia para el menor en cuanto a su desarrollo y el ejercicio pleno de sus derechos, lo cual se traduce, considerando lo establecido en el 35 propio artículo 4º de la Constitución, en que las autoridades e instituciones deben buscar también las acordes a las necesidades que cada menor tenga y a las que más convengan según su situación particular. Me he puesto a pensar en que además en la adopción plena, además de estar adoptados por este tipo de familias, van a tener primos, tíos, abuelos, y van a tener una serie de situaciones distintas y diferenciadas exclusivamente en relación a su familia ampliada. Así que la garantía y promoción de este interés se realiza en la medida en que se prioricen sus necesidades y no la de las adoptantes; por lo que, en la medida en que estos, una vez satisfechos los requisitos legales y evaluada su capacidad de parentalidad por la autoridad correspondiente, tengan posibilidades de otorgarle una vida digna al menor; lo cual, no está relacionada en forma alguna con sus preferencias o su sexo. En este contexto, me parece que no es posible saber de antemano y en abstracto qué característica personal del adoptante será la adecuada para el adoptado, por lo que el sexo o la preferencia sexual de un ser humano no puede ser un elemento trascendente para negarle la posibilidad de adoptar, ya que con ello constituiría un trato discriminatorio que contravendría el criterio que este Alto Tribunal ha sustentado; así, con independencia del sexo o de la preferencia sexual del adoptante lo que debe priorizar es si el menor tendrá una mejor opción de vida fundada en un criterio de responsabilidad y de capacidad de parentalidad, por parte del adoptante; ya que, como se dice en el proyecto, este aspecto no puede ser, en forma alguna, el que determine la procedencia o no de la adopción, puesto que –como ya lo manifesté– para que ésta proceda, será necesario satisfacer todos y cada uno de los requisitos previstos por la ley; en consecuencia, por la naturaleza de los mismos, considero correcto el que sea únicamente el juez de lo 36 familiar quien determine si éstos se satisfacen en su totalidad; en efecto, en este procedimiento es donde el juez local debe ser especialmente riguroso, en la salvaguarda del interés superior del menor sujeto a adopción, pero en todos los casos y no únicamente en aquellos en los que los adoptantes sean parejas del mismo sexo; es decir, esta actuación rigurosa por parte del juez debe salvaguardar el interés superior del menor en cualquier caso que se adoptara; es decir, tiene que ver caso por caso en todas las solicitudes de adopción formuladas tanto por solteros, tanto por matrimonios como por concubinos, matrimonios hetero u homoparentales. Adicionalmente a lo anterior, yo quisiera también referirme ya, a una intervención que tuve cuando empezamos a ver precisamente esta situación de la acción de inconstitucionalidad en relación a los efectos y quiero en síntesis exponer una serie de argumentos que me parecen de suma relevancia y que como les había dicho, ya expuse en la sesión de 3 de agosto pasado cuando iniciamos este estudio del 146, como por lo expuesto por el señor Ministro Aguilar Morales en la sesión pasada del martes, en cuanto a los efectos que produciría una eventual declaratoria de invalidez del numeral que ahora nos ocupa. Ante todo, no debemos perder de vista que durante el procedimiento legislativo que dio origen a estos artículos que aquí se combaten, la fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional en la Asamblea Legislativa, propuso adicionar un segundo párrafo al artículo 391 para establecer que la adopción se limitaría únicamente a los matrimonios conformados por parejas de diferente sexo, propuesta que fue rechazada por mayoría de votos, tanto de la Comisión Legislativa correspondiente, como del Pleno de la Asamblea; por tanto, el establecer a través de una sentencia de acción de inconstitucionalidad efectos como los que pudieran 37 concluirse de declarar su inconstitucionalidad implicaría que esta Suprema Corte de Justicia introdujera a la legislación civil local, una prohibición que fue expresamente rechazada en el seno del órgano legislativo del Distrito Federal, esto es, ni siquiera se pretendió por la Asamblea Legislativa, modificar este artículo y por tanto no obstante que este Pleno ha decidido analizarlo, considero —como ya señalé— que sería conveniente señalar los eventuales efectos que tendría una declaratoria de invalidez de este precepto. A mi parecer se estaría vaciando de contenido a la figura de la adopción para el Distrito Federal; es decir, para todas las parejas y lo que es peor se estaría dando una directriz al órgano legislativo local para permitir únicamente la adopción a parejas solteras, desconociendo este Alto Tribunal una realidad social que el propio legislador quiso regular. Asimismo, para el caso en que se estableciera la posibilidad de que para no dejar sin contenido a la figura de la adopción fuera necesario realizar algún tipo de interpretación conforme, a fin de dejar establecido que cuando el precepto combatido señala que los cónyuges podrán adoptar, deba entenderse que se refiere únicamente a la unión de un hombre y una mujer, dicha postura me parecería que no es acorde con la naturaleza jurídica de este medio de control constitucional. Lo anterior generaría una condición de aplicación que excluiría a todos los cónyuges, fueran de matrimonio del mismo o de diferente sexo, o bien establecería una condición de discriminación al establecer que únicamente podrían adoptar alguna de las categorías que se encuentran en este artículo, cónyuges o concubinos, esto es, se estaría privilegiando al concubinato por sobre el matrimonio, sin establecerse una razonabilidad para ello, si se diera el caso de realizar una declaratoria parcial o bien una interpretación conforme. 38 En efecto, asumir una interpretación en tal sentido, ubicaría a este Tribunal, no en su labor de legislador negativo —como lo sustenta algún sector de la doctrina— puesto que no cumpliría su cometido de que a través de la declaratoria de invalidez de una norma ésta fuera expulsada del orden jurídico nacional, sino que por el contrario, asumiría el carácter de legislador positivo, en la medida en que con la interpretación conforme, daría un nuevo contenido y sentido al concepto de adopción totalmente diverso al que el legislador local pretendió imprimirle, con lo que a mi juicio se sustituiría en el ejercicio de una función legislativa en detrimento del principio de división de poderes. Con esto por lo tanto, doy por terminada mi intervención manifestando mi conformidad con el proyecto y sustentando la validez del precepto. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: ¿Estaría de acuerdo el señor Ministro Cossío en que termine la primera ronda? SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Cómo no señor. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Gracias, tiene la palabra el señor Ministro Luis María Aguilar. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Gracias señor Presidente, ya prácticamente se han dicho todas las razones y coincido en su mayoría con las que se han expresado con gran claridad, pero sólo para dar el sentido de mi voto, quisiera expresar brevemente algunas adicionales. En primer lugar, no puedo poner en duda la calidad profesional y la experiencia de quienes como miembros de la Universidad Nacional 39 Autónoma de México elaboraron el informe solicitado oficialmente, y que consta en autos, por el señor Ministro don Sergio Valls Hernández, pues más que simples individuos son verdaderos profesionales en la ciencia en la que dieron su opinión, que sin duda representa un referente serio y científico, orientador siempre y que para hacerlo no requiere ser concluyente, más cuando surge en un campo de la vida social que es de suyo cambiante y opinable. Sin embargo, coincido con el señor Ministro don José Ramón Cossío en cuanto a que no es necesario discurrir por el ámbito de los elementos probatorios de los elementos fácticos, porque me parece que el solo hecho de hacernos las preguntas que se están haciendo o que se pudieran a llegar a hacer en elementos periciales nos introduce de suyo en una condición claramente discriminatoria, que además —digo yo— no nos puede llevar, como parece, a ningún lado. Pero no puedo dejar de reflexionar que exigir la existencia de estudios en México es tanto como hacer un razonamiento circular; una petición de principio e irónicamente casi exigir una prueba diabólica, pues me pregunto si no hemos tenido la posibilidad real de tener matrimonios hasta ahora constituidos por personas de un mismo sexo que puedan adoptar y tener convivencia con los adoptados ¿cómo tendremos algún día la posibilidad de hacer estudios, de recoger experiencias y de hacer estadística? No encuentro válido ni como sistema probatorio, ni como método de análisis jurisdiccional afirmar que como no hay estudios reales y concluyentes sobre las experiencias en México y que las que existen en otras latitudes son totalmente inaplicables a nuestro entorno que por ello se pueda afirmar que no son beneficiosas para los menores y que con base en esa afirmación pudiéramos justificar 40 exactamente por esa falta de estudios que la adopción será sin duda nociva y perjudicial para los niños. Creo que si partimos de la inexistencia de estudios —como se nos ha dicho— no es posible ni afirmar una cosa como tampoco es válido afirmar lo contrario, a no ser ¡claro! que la opinión sea subjetiva de lo que crea o de lo que imagine, pues no hay razones objetivas de que el matrimonio de homosexuales sea atentatorio para el interés superior del menor, aún más, pienso que el propio DIF; sin embargo, y aquí se dijo, señaló que: puede observarse que hay una gran cantidad de factores de riesgo, así como distintos de ellos. Por lo tanto, no es posible asegurar que la presencia de conductas riesgosas se presente con mayor frecuencia en algún grupo específico de individuos o en determinada población. Por ello, llegaríamos a afirmar que si no podemos tener adopciones por parte de matrimonios homosexuales, no podremos tener la experiencia social, y si no la tenemos, no tendremos la posibilidad de hacer estudios en México y, en consecuencia, nunca deberán permitirse las adopciones de esa naturaleza. Esto, para mí, es paralizar el sistema normativo, es desconocer la realidad social y es pretender la subsistencia del derecho por la razón de no reconocer el cambio al que debe estar dirigido. Pero ¿es esto lo que espera toda sociedad en éste y en otros casos? ¿Debe congelarse el cambio normativo porque las malas razones como la discriminación y las burlas no lo permiten? ¿No estaríamos en cambio alentando esas conductas socialmente reprobables? Lo mismo pudo decirse en su momento del divorcio, y se dijo: muy malas experiencias vivieron muchas personas y especialmente las mujeres y aun los niños, hijos de padres divorciados. 41 No niego que todavía para vergüenza de nuestro país existen esas discriminaciones, que todavía hay instituciones como algunas escuelas, que no mencionaré, que siguen menospreciando a los hijos de divorciados y siguen impidiéndoles el ingreso e incluso expulsándolos de sus claustros, pero ya es muy claro que nuestra sociedad ha avanzado, que en mayor grado ha superado esas discriminaciones, que hombres y mujeres divorciados no tienen mayor distinción negativa en su desarrollo diario y en su iniciación al trabajo y a la sociedad. Si la razón de que no debiera haber divorcios se sustentara en que habría malos tratos sociales y discriminación seguiríamos siendo quizá uno de los poquísimos países que no lo aceptan. Coincido de nuevo con el Ministro Cossío en que se trata de que estamos frente a un problema estricta y rigurosamente normativo, que no requiere de la autorización de estos elementos periciales, que además parece que no existen o no son válidos, sino de determinar si una norma del Código Civil del Distrito Federal, que leída junto con otra, permite la adopción por parte de todos los matrimonios y agrego, desde el punto de vista del interés superior del menor. Yo creo que esto es así, ya lo había mencionado en mi intervención anterior. En el Código Civil existe todo un sistema de adopción legal, que concitado por el artículo 391, vela y exige condiciones suficientes y razonables para proteger el interés de todo menor que pueda ser adoptado, y que lo haga en un ambiente de acceso a la salud física y mental, alimentación y educación que fomente su desarrollo personal, en un ambiente de respeto, aceptación y afecto, libre de cualquier tipo de violencia en el que se favorezca el desarrollo de la estructura de personalidad, con una adecuada autoestima, libre de sobreprotección y excesos punitivos; se fomente en el menor, la responsabilidad personal y social, así como la toma de decisiones 42 por él mismo, de acuerdo a su edad y madurez psicoemocional, como dispone en el artículo 416 ter, en relación con la fracción II del 390. La existencia de matrimonios y familiar con miembros homosexuales, ni impulsa ni prohíbe, ni mucho menos excluye la continuación y crecimiento de las familias heterosexuales. No se trata de destruir a la familia, sino de enriquecer su contenido, de reconocer su variedad, de hacer posible la unión de personas para cuidarse, quererse, protegerse y tener vida en común, lo que es mucho mejor que negar el derecho a la integración humana, y con ello, impulsar a los seres humanos a tener niños abandonados en la calle, que en México se calculan en más de cien mil, sufriendo marginación, drogadicción, insalubridad o explotación sexual, en vez de que estén insertos en una familia, y a desconocer la realidad en que vivimos. Si vamos a encontrar un sentido de familia en el artículo 4° constitucional, debemos entender como dijo acertadamente el Ministro don Juan Silva Meza, que ese sentido debe ser progresista e incluyente; y por tanto, que en este concepto de familia se incluyan todas las formas de sociedad que coexisten hoy concretamente en el caso de nuestra sociedad capitalina. Para concluir, desde luego que estoy a favor del sentido del proyecto, aunque pudiera llegar a hacer un voto concurrente, pues como ya antes lo he afirmado, no encuentro reproche constitucional que hacerle al artículo 391, ni por su texto normativo en sí mismo, ni aun en congruencia con la interrelación derivada del 146 ya considerado constitucional por este Tribunal Pleno, al reconocer la validez de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Lo dije antes y lo repito, considero que la norma analizada como lo es el artículo 391, precisamente porque se encuentra inserta, 43 configurando un sistema jurídico de protección del interés superior del niño, y que nos hizo ver muy claro el Ministro Franco, es suficiente para impeler a quienes lo aplican, a proteger dicho interés, y a verificar que existen las garantías razonables conforme al sistema integral normativo de que ese interés superior será protegido frente a cualquier solicitante, no importando su condición personal o su preferencia sexual. Como integrante de este Tribunal Constitucional de México, es mi obligación vigilar que los actos, pero especialmente las normas, las leyes, sean respetuosas de los derechos que a todos los que habitamos este gran país nos corresponde; y para ello, debo ajustarme a los principios éticos que el artículo 100 de la Constitución señala y precisa el Código de Ética, tales como la independencia, la imparcialidad, y especialmente, la objetividad que nos señala que es la actitud del juzgador frente a influencias extrañas al derecho provenientes de sí mismo, y que consiste en emitir sus fallos por las razones que el derecho le suministra, y no por las que se deriven de su modo personal de pensar o de sentir. Espero, que en este nuestro México, todos los niños tengan la oportunidad de pertenecer a una familia, y que ésta, como grupo humano se responsabilice de su cuidado, vigile su educación, les procure un techo digno, y condiciones materiales para su diversión y crecimiento, pero sobre todo que con las exigencias que impone la ley, los acoja con cariño, sea refugio en tiempos malos, pero también su campo de despegue para insertarse en el mundo, el mundo real, el que se vive cada día, y que puedan participar en el cambio, hacia una sociedad más tolerante, más equitativa, y más solidaria, que haga de la convivencia pacífica en el respeto a los demás la meta diaria. Muchas Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señora Ministra Luna Ramos. 44 SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Gracias señor Presidente. Quisiera manifestar mi postura respecto del tema que se está tratando sin el ánimo de ser reiterativa porque coincido con muchos de los argumentos que ya se han externado por la señora Ministra y los señores Ministros que me han precedido en el uso de la palabra. Yo quisiera mencionar en principio, que la Procuraduría General de la República basa su impugnación fundamentalmente en determinar que la norma que constituyó la reforma que ahora se impugna en realidad no fue lo suficientemente racionalizada porque según el parecer del Procurador General de la República ésta de alguna manera no se ocupó de ver el interés del adoptado sino más bien se preocupó más por el interés del adoptante, y que esto de alguna manera está estableciendo sobre todo violación al artículo 16 constitucional, al artículo 4º, en sus párrafos sexto y séptimo, porque no veló adecuadamente por el interés superior del niño que se está estableciendo en estos artículos constitucionales que he citado, pero además en algunos instrumentos de carácter internacional que en el concepto de invalidez ha incluso transcrito y desarrollado algunos argumentos al respecto. Yo quisiera mencionar que desde que se planteó la postura respecto del artículo 146, en cuanto a la constitucionalidad de este tipo de matrimonios, yo externé la opinión de que para mí estas son normas de libre configuración por parte del legislador, es decir, son normas de carácter optativo y que al tratarse de normas de esta naturaleza no quiere decir que el legislador va a llevar a cabo lo que se le venga en gana en el momento en el que proponga una legislación de esta naturaleza, pues éstas tienen como limitante exclusivamente que puedan no contravenir las garantías constitucionales; y en este sentido yo lo que diría es que el artículo 391, que ahora estamos analizando, pues en primer lugar ni siquiera cambió de redacción, está establecido en la misma forma, exactamente igual que como se encontraba antes de la reforma; lo 45 que cambió, como se había mencionado, fue realmente el artículo 146 que establece ahora la posibilidad de determinar matrimonios de una forma diferente a la que tradicionalmente se había establecido. Sin embargo, el 146 por mayoría de votos este Tribunal Pleno ya ha determinado su constitucionalidad y por eso en la sesión anterior yo me había unido, y me uní de hecho a la postura del señor Ministro Aguilar Morales en el sentido de que esto es un sistema, y yo así lo sigo viendo, como un sistema en el que la adopción pues no puede verse de forma aislada en el puro artículo 391; sin embargo, entiendo pues que perdimos la votación y que por esta razón estamos analizando su constitucionalidad, y que por esta razón también para poder decir que el 391 no viola el artículo 4º constitucional en sus párrafos sexto y séptimo, precisamente porque puede establecerse que se veló por el interés superior del niño, para esto tenemos que entender todo el sistema de adopción establecido tanto en el Código de Procedimientos Civiles del Distrito Federal como en los artículos que a este respecto también están establecidos en el Código Civil del Distrito Federal. La adopción como un sistema lo que primero establece es que se trata sobre todo de un situación que se tiene que solicitar por vía de acción judicial, es decir, para que alguien adopte un niño no es simplemente porque lo quiere, no, tiene que presentar una demanda ante un juez de lo familiar. ¿Por qué? Porque esto se hace a través, o más bien señalándolo como una vía de acción, una vía de acción que se está estableciendo como tal en el Código de Procedimientos Civiles del Distrito Federal, en el que el artículo 393, al que ya no voy a leerles porque ya hizo favor de hacerlo el señor Ministro Fernando Franco, se están determinando los requisitos tanto formales como materiales para que la adopción pueda llevarse a cabo, y no sólo esto, sino que se dice que hay que cumplir además también con los requisitos que se establecen en el Código Civil a 46 través del artículo 390 del Código Civil y siguientes que son hasta el 410-F, en los que se está determinando cómo se va a llevar a cabo esta adopción y que por tanto, digo, es un sistema en el que tiene que cumplirse con todos estos requisitos, para poder decir que no se cumple con velar por el interés superior del niño, pues primero que nada tenemos que saber cómo se establece el sistema de adopción y cuáles son los requisitos que se establecen en estos artículos tanto del Código adjetivo como del Código sustantivo. Si pudiéramos en un momento dado determinar que en estos artículos existen argumentos con los cuales pudiéramos decir que estos no cumplen con el interés superior del niño, pues entonces los inconstitucionales serían estos artículos, que en mi opinión nunca fueron motivo de impugnación. Sin embargo, el artículo 391 que no cambió en su texto y que lo único que sigue estableciendo es la posibilidad de que adopte quien haya contraído matrimonio, pues no puede verse de forma aislada tiene que analizarse junto con los otros artículos que establecen el sistema a través del cual se lleva a cabo esta adopción. Ahora, este sistema de adopción, estos requisitos que se establecen tanto de manera formal como desde el punto de vista de material, están estableciéndose ¿para qué? Para que sea el juzgador en cada caso concreto, que verifique que se lleven a cabo y que se cumplan con todos estos requisitos precisamente para que se cumpla con esta situación de velar por el interés superior del niño. Hemos mencionado y ya se ha dicho por muchos de los señores Ministros, y a lo mejor pecando por ser reiterativa, pero creo que es importante señalar que si en el propio Código Civil se establece la posibilidad de que puedan adoptar, según el artículo 390 y el artículo 391, matrimonios, concubinos y solteros, bueno, yo no 47 entiendo por qué pudiera mencionarse que esto no puede hacerlo un matrimonio que se lleve entre personas del mismo sexo, cuando libremente pueden hacerlo como solteros, simple y sencillamente ellos pueden adoptar sin que se les prejuzgue de ninguna manera cuando como solteros acuden a presentar una acción de esta naturaleza. Por tanto, yo no entiendo que una vez legalizada una unión de esta naturaleza y establecido constitucionalmente que no es contrario a nuestra Carta Magna, pues no entiendo cuál sería la razón para determinar que en este caso concreto no pudieran adoptar. Por otro lado, existen un sinnúmero de requisitos de carácter material para que se lleve a cabo la adopción que creo que esto es lo que en realidad va a velar por el interés superior del niño ¿por qué razón? Porque son requisitos de tipo económico, primero que nada, que tengan las posibilidades económicas de otorgar al menor todo lo necesario para su educación, su desarrollo, en pocas palabras, para que puedan hacer de él una persona útil, sobre todo para nuestra sociedad. Por otro lado, se establecen una serie de requisitos de tipo psicológico, que esto es lo más importante para mí, de tipo psicológico, que en un momento dado no confundir los problemas que pueden entrañar desde el aspecto psicológico por una preferencia de carácter sexual que no tiene absolutamente nada que ver con los problemas psicológicos que puede tener un matrimonio heterosexual. Ya se ha mencionado por alguno de los señores Ministros, no es garantía de un feliz desarrollo de un niño adoptado o de un niño que ha nacido en el seno de una familia heterosexual, el hecho de que haya nacido dentro de esta familia, ¿por qué razón? Porque creo yo que para la educación de los hijos, ya sea concebidos 48 biológicamente o a través de la adopción de los que uno pretendiera tener, yo creo que fundamentalmente tienen que cumplirse tres requisitos: El amor, el amor al niño, el amor que se lo puede dar quien realmente lo siente de manera específica por él. En segundo lugar, la educación, la educación que en un momento dado tiene que tener aquél padre adoptivo o biológico que jamás atentará contra el bienestar de su hijo ¿por qué? Porque precisamente sus principios, sus convicciones, su educación no se lo pueden permitir. Y por último, el compromiso, el compromiso, yo creo que con estos tres factores fundamentales desde el punto de vista personal, es como puede, en un momento dado, lograrse una adopción, independientemente de los otros requisitos de carácter material que también el juez juzga y además establece que deben ser necesarios porque el propio legislador así lo está determinando en los artículos correspondientes. Entonces, teniendo estos tres requisitos, yo creo que no es cuestión de género el que se determine si una persona es o no apta para adoptar; es cuestión de personas y las personas, independientemente de religión, de situación económica, aunque satisfaciendo los requisitos que la ley dice desde luego, de creencias religiosas, de situaciones de carácter moral, esto es lo que hace que una persona pueda ser idónea para poder adoptar a un menor, no en un momento dado, la situación establecida como un matrimonio tipo tradicional, el que va a hacer que el niño sea feliz, que el niño pueda desarrollarse. Es el amor que le puede dar una persona soltera, un matrimonio heterosexual, un matrimonio homoparental, un concubino o concubina o los concubinarios en sí, los que en un momento dado pueden hacer feliz el desarrollo de un menor. 49 Para mí, fundamentalmente, el niño querido, el niño deseado, el niño que en un momento dado se le pretende el bienestar para el resto de su vida, y sin importar en un momento dado quién sea quien lo adopta, dentro de los requisitos desde luego formales y materiales que se establecen tanto en el Código de Procedimientos Civiles, como en el Código Civil. También se ha manifestado que independientemente de aquellos requisitos que debieran cumplir las personas que pretender adoptar, debe de pensarse en el interés superior del niño en relación con la situación externa que se da a nivel sociedad y de lo que en un momento dado pudiera o no estigmatizar al menor en relación con el resto de la sociedad por ser adoptado o pertenecer a una familia homoparental. Sin embargo, creo que sí somos una sociedad fundamentalmente tradicionalista, con una idiosincrasia pues que proviene con ideas en ocasiones demasiado arraigadas; sin embargo, creo que nuestra sociedad evoluciona constantemente. Creo que cuestiones que hace muchísimo tiempo jamás hubieran sido pensadas siquiera que se pudieran dar, ahora son una realidad y las vemos como la situación más normal del mundo. Nada más quisiera poner como ejemplos; pues que las mujeres usáramos pantalones, era así como casi, casi satanizado ¡cómo! Una mujer con pantalones, eso era exclusivo para el varón; sin embargo, ahora es de lo más normal que la mujer los use. Cuando el divorcio surgió, el divorcio era estigmatizado, la mujer divorciada, de alguna manera no era aceptada en una sociedad ¿por qué? Pues porque estaba divorciada, ¡cómo era posible! Esto daba lugar precisamente a ese tipo de discriminaciones; sin embargo, hoy la mujer soltera que tiene un hijo, es perfectamente aceptada en la sociedad; la mujer divorciada o el hombre divorciado, son perfectamente aceptados en la sociedad, pero ¿qué tuvo que 50 suceder? Tuvo que pasar un tiempo, tuvo que haber una legislación, primero que nada, que lo aceptara, que estableciera la posibilidad del divorcio, que es lo que en este momento está sucediendo: una legislación que está reconociendo algo que es una realidad y que tiene el derecho, como realidad, de integrarse y de formar parte de nuestra sociedad. Que quizás esto todavía dé lugar a determinadas circunstancias en las que pueda haber cierto rechazo para alguno de los niños, pues sí, no lo podemos dejar de reconocer, como muchas otras cuestiones que en ocasiones dan lugar a rechazo, que no necesariamente son por provenir de una familia homoparental. Puede dar lugar al rechazo, a veces hasta un nombre de un niño, que va a ser motivo de escarnio, motivo de burla en su escuela, puede dar lugar a veces la situación física que presente una persona, porque tiene la oreja grande, porque la tiene chiquita, eso da lugar incluso también a discriminación y a burla por los propios niños, porque el niño por naturaleza es cruel y además dentro de las bromas que se hacen, normalmente se tiende a estigmatizar a aquél que tiene algún defecto que es necesariamente notable. Entonces, creo que todos estos son fenómenos de transición que tienen que darse dentro de nuestra sociedad y que precisamente son producto de la evolución misma de ella y que toda evolución tiene que tener un comienzo, y que normalmente esta evolución tiene un comienzo a través de una legislación que en un momento dado está reconociendo esta realidad, que la está legislando y que la está poniendo dentro de la sociedad precisamente para qué, para que se inicie este momento de transición y que se dé la posibilidad de una integración, de un desarrollo. Entonces, sobre esta base, existiendo un procedimiento de carácter jurisdiccional, llevado a cabo ante un perito en derecho, que va a desarrollar y a calificar todos los requisitos tanto materiales como 51 formales para que se lleve a cabo esto, se determinará en su momento si la adopción puede o no darse, dependiendo del cumplimiento de esos requisitos, no dependiendo de las personas, por lo que volvemos a lo mismo, el problema de la adopción no es problema de género, es problema de personas, de personas idóneas para la integración de los menores. Sobre estas bases estoy de acuerdo con el proyecto del señor Ministro Valls, que supongo que con muchas de las intervenciones que se han dado en este Pleno podrá todavía enriquecerlo un poco más y que desde luego esto hará que el proyecto quede todavía de mejor manera de la que ya está presentado. Muchísimas gracias señor Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: De los diez señores Ministros que ya han participado, nueve se han manifestado en favor del proyecto, con apoyo en el criterio ya votado, ya resuelto, de que el matrimonio es un contrato de libre configuración legislativa. El señor Ministro Aguirre y un servidor, por el contrario, sostuvimos y sostengo que el matrimonio es una institución inveterada de orden público, que precede a la Constitución, y que exige como elementos esenciales su composición heterosexual; es decir, un solo hombre y una sola mujer, que se unen permanentemente con la voluntad de hacer vida común, de ayudarse mutuamente y de guardarse fidelidad y de procrear la especie. La alteración de esta figura por el artículo 146, al permitir ahora los matrimonios entre personas del mismo sexo, en mi criterio personal es inconstitucional, así lo voté, y en congruencia con este criterio, estaré en contra del proyecto en este punto de la adopción. Vamos a iniciar una segunda ronda, para la cual están inscritos ya los señores Ministros Cossío y el señor Ministro Aguirre Anguiano. 52 Creo que nos daría tiempo de escuchar al menos alguna de las dos intervenciones. Señor Ministro Cossío. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Gracias señor Presidente. He escuchado con mucha atención los comentarios del día de hoy, y quisiera retomar lo que dije en la sesión del jueves pasado. Creo que este asunto de cómo llegamos a la solución es tan importante como la solución misma. Hasta ahora –y usted lo acaba de señalar–, al parecer hay una mayoría de nueve votos en favor del proyecto del señor Ministro Valls, y yo estoy completamente de acuerdo con esa posición general del proyecto, aun cuando no comparto algunos de los argumentos. Insisto, ya que está tomada la decisión o formándose la decisión, tan importante es esta como la forma en la que se llega a ésta. Por qué me sigue pareciendo a mí –lo decía hoy en la mañana, me parece, el Ministro Gudiño y con claridad lo escuché en el Ministro Aguilar este tema de las pruebas, un asunto sumamente complicado. En el año de mil ochocientos noventa y seis, la Suprema Corte de los Estados Unidos resolvió un caso sobre la relación entre las personas de color y los blancos, en donde estableció que eran iguales pero que debían estar separados, y esta resolución prevaleció hasta el año cincuenta y dos. Si nosotros aceptamos el argumento del Procurador General de la República, en el sentido de que es necesario para salvaguardar el interés superior del menor, mandar a hacer estas pruebas o que debemos nosotros tomar estas pruebas o acomodar estas pruebas, me parece que vamos a sostener un criterio no de iguales, pero separados, como se sostuvo entonces, pero sí de iguales pero 53 diferentes, porque nosotros mismos somos los que estamos generando esto que denominábamos la categoría sospechosa. Si nosotros ya aceptamos que la Constitución permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y una vez que hemos aceptado que estas personas deben tener como cualquier matrimonio y con independencia de sus preferencias sexuales el mismo estatus normativo, preguntarnos con posterioridad si estas personas por el hecho de tener una condición del mismo sexo respecto del matrimonio pueden o no pueden afectar a los niños que van a adoptar, me parece que eso es precisamente lo que nos está conllevando a hacernos preguntas que nos llevan, por un lado, a aceptar su condición de igualdad, pero por otro lado, su condición claramente de diferencia, ahí es donde no estoy de acuerdo con que este tipo de cuestiones se haga. Independientemente de lo anterior, me parece que la manera en la que estamos aportando o la manera que nos estamos allegando elementos científicos, lo digo también con el mayor respeto, es de muy baja consistencia metodológica, frente a un estudio que podemos juzgar bueno o malo, no podemos nosotros también decir: Hay otros estudios; si de verdad vamos nosotros a constituir un elemento científico, si esto es así, pues entonces me parece que debimos haber hecho una forma mucho más extensa de apropiación de material científico para que nos diera al día de hoy la mejor información científica posible, pero me parece que es muy complicado simplemente opinar de un punto de vista o de otro a partir de lo que uno u otro encuentra con que es la mejor ciencia que a uno le parece satisfactorio. Ahí tengo un problema en la cuestión científica, pero eso lo dejaría inclusive de lado por el momento. 54 Lo que verdaderamente me parece grave es lo siguiente. Que nosotros estamos prácticamente llevando a cabo un ejercicio de ponderación como nos lo planteó el Procurador General de la República; el Procurador General de la República lo que quiere es que ponderemos, por un lado, la situación de los matrimonios del mismo sexo frente al interés superior del menor. Hoy en la mañana el Ministro Franco decía con toda atención ¡cuidado! y después lo dijo muy bien la Ministra Sánchez Cordero, ese problema se va a dilucidar, la Ministra Luna Ramos también, se va dilucidar frente a los tribunales en la condición específica del trámite de la adopción que cada quien pretenda llevar a cabo, pero si nosotros llevamos a cabo la ponderación entre matrimonio como si fuera un tema constitucional e interés superior del menor, lo que en realidad nosotros estamos haciendo es aceptar el estatus jurídico del matrimonio y meter detrás de la puerta comprando el argumento del Procurador General de la República, entiendo es un argumento no estoy siendo crítico hacia él simplemente es hacia su argumento, lo que estoy metiendo por detrás de la puerta es esta condición de sí existen los matrimonios pero estos matrimonios son diferentes, o al menos las personas que los realizan son diferentes ¿por qué? porque nunca nos hacemos preguntas sobre el interés superior del menor respecto de ningún otro tipo de matrimonios con independencia de las condiciones personales de los sujetos que las realizan, salvo cuando estas personas tienen la calificación, aquí me parece un poco estigmatizada o estigmatizante de homosexuales. A mí me parece –insisto– que el solo hecho de ordenar la prueba nos lleva a nosotros a que identifiquemos un conjunto de miembros de la sociedad que al momento de llevar a cabo su matrimonio y en términos abstractos, no concretos, requieren de una sobrecalificación, requieren de una segunda calificación para saber si esto es correcto o no, eso me parece que es meter por la puerta de atrás los prejuicios, precisamente por qué, porque ya sabiendo 55 que se pueden casar no estamos como sociedad y no estaríamos como Suprema Corte de Justicia completamente de acuerdo en –Insisto– permitirles la condición de adopción de los niños. estoy de acuerdo con partes importantes de lo que se dice en el proyecto, pero me parece que tan importante como la decisión es los argumentos que se dan para construir. Creo que este solo hecho debilita enormemente los argumentos, que por otro lado, lo han dicho muy bien muchos de los señores Ministros hoy en la mañana, basta con enfrentar al matrimonio de personas del mismo sexo con personas heterosexuales frente a la garantía del tercer párrafo, del artículo 1º constitucional, para saber que se generaría una condición discriminatoria y, que por ende, no pueden ser inconstitucionales estos matrimonios. Con estos matices estoy de acuerdo con el sentido pero hasta este momento no con todas sus consideraciones. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Aguirre Anguiano prefiere que salgamos a receso. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Como usted disponga señor Ministro Presidente, yo requeriré aproximadamente veinte minutos. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Entonces nos vamos al receso. (SE DECRETÓ UN RECESO A LAS 13:00 HORAS). (SE REANUDÓ LA SESIÓN A LAS 13:20 HORAS) SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Se reanuda la sesión. Señor Ministro Aguirre Anguiano, tiene usted la palabra. 56 SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias Ministro Presidente. He escuchado que se ha calificado nuestra Constitución como laica, social, de derecho, liberal, y otros calificativos más. Quiero connotar lo siguiente: Faltará a la verdad quien afirme que cualquiera de los once que estamos sentados en este hemiciclo ha aducido cuestiones de carácter religioso. Para mí no ha existido invocación alguna a dogma alguno, pienso que la discusión se ha cribado dentro de los más absolutos carriles de las razones de constitucionalidad; también pienso que ciertas expresiones me hacen dudar de que exista, en todo caso, un estándar de respeto y tolerancia, virtudes liberales, por cierto torales. Pienso lo siguiente: Que se ha hablado, ante todo, del derecho a no ser discriminado al trato igual, ─y se ha dicho─ lo contrario será una violación al artículo 1º de la Constitución, y hasta hemos escuchado disquisiciones del amor, del buen vivir, y demás extremos un tanto cuanto metajurídicos. Yo he sostenido que el derecho fundamental es de elegir con quién vivir, pero no existe nada parecido a un derecho fundamental al matrimonio, ni tampoco un derecho fundamental a la adopción de menores. En todo caso, estoy pronunciando estas palabras con el fin de que queden en un registro que en su momento sé que será un recordatorio, para mí, en cuanto al voto particular que haré y que anuncio. Pienso que el artículo 138 del Código Civil del Distrito Federal, respecto de cuya constitucionalidad ya nos pronunciamos en este Pleno, y la actual decisión ya tomada, ya votada, de pronunciarnos por la constitucionalidad del 146, que elimina “hombre y mujer” y 57 deja “personas”, nos presenta una gama, cuando menos, muy peculiar de posibilidades matrimoniales, ¡claro, hombre y mujer! pero hoy es mujer con mujer, celebrarán matrimonio, hombre con hombre, celebrarán matrimonio, un hombre reasignado a mujer, celebrará matrimonio si se casa con mujer, una mujer reasignada a varón, que celebre matrimonio con un hombre, es otra posibilidad, un hombre reasignado a mujer, que celebre nupcias con otro hombre reasignado a mujer, más todavía, un hombre reasignado a mujer que se case con una mujer reasignada a hombre, más las posibilidades de derivaciones futuras y otras combinaciones de esto mismo. Y se nos dice: éstos son familias, ya no hay una familia ideal para el Constituyente, independientemente de lo dicho con todas sus letras en exposiciones de motivos de la modificación al artículo 4º constitucional que hablaba de familia. De las posibilidades de matrimonio que he mencionado, pasamos a la familia, y respecto de este tema se dice lo siguiente, y esto a mí me parece un tanto cuanto preocupante. Primero. La sospecha, la sospecha como forma de interpretación constitucional, yo digo que esto está emparentado muy de cerca con lo posible, pero muy separado de lo probable y a gran distancia de lo seguro. En el tema que nos ocupa, con toda lealtad, aceptando la sugerencia de uno de nuestros compañeros Ministros, sabiendo de la premura del tiempo y de que es insuficiente para presentar estudios acabados en atención al interés superior del menor, mandé hacer, pedí que se me externaran opiniones por tres instituciones de variada etiología, que se las revelé desde el momento en que pedí estas opiniones y cuyo cuestionario leí a ustedes; hoy veo con asombro que hasta el cuestionario se trata de descalificar, no digamos la opinión; claro, quien lo hace no se refiere a las opiniones ni del DIF, ni de la Asociación de Pediatría, sino que 58 sesgada y tangencialmente ataca ciertos rubros del estudio que con toda lealtad repartí a todos, reconociendo de su insuficiencia, por supuesto. En el texto mismo ellos reconocen, los autores, su insuficiencia, pero en fin, así pasa, es factor humano y hay que ver para adelante y no para atrás. ¿Qué es lo que se nos dice? Se nos habla de derechos de los adoptantes, no existen como derechos, existen como posibilidad, y lean por favor el artículo 391 del Código Civil, reitero, no hay un derecho fundamental a ser adoptante. Se habla también de que el interés superior del niño, si por una legislatura va a ser relegado, se necesitan pruebas previas y apodícticas, se cambia de lugar en que debe caer la plomada. Un juicio de probabilidad de ponderación, debe pensar que cuando menos incipientemente esté probado lo contrario, o esté razonado, que no se lastima el interés superior del niño; aquí se invierten las posiciones y lo superior pasa a ser inferior, primero prueba y luego discute. Yo estoy en contra pues de esta postura, me parece muy superficial. Se dice que mediante la admisión de adopción por este tipo de matrimonios, protege el interés superior del niño. Yo no pienso que se dé prueba alguna, pienso que es una afirmación que flota en el aire, totalmente improbada y totalmente dentro de lo posible, pero no dentro de lo probable. ¿Y por qué no dentro de lo probable? Porque estudios hechos en el extranjero, y aquí tengo un puño de síntesis que hablan de la crítica de los beneficios, de las diferencias de identidad, de la estabilidad de la pareja, del ajuste psicológico del niño, de la violencia inmanente que esto puede producir, y de los comportamientos de padre y madre, como lo que biológicamente no son y su influencia en los menores. ¿Son concluyentes y he probado personalmente la metodología? No, hay cientos de estudios al respecto. ¿Qué tan concluyentes o cuál sea su mérito de fondo? No lo sé, pero esto se los dije desde la primera sesión que tuvimos, simplemente digo: no hubo en la Asamblea Legislativa del 59 Distrito Federal ningún esfuerzo serio de ponderación de tener como prima para su decisión el derecho superior del menor que hoy por lo que veo es derecho inferior y se le relega invirtiendo la carga de probar los elementos torales de este juicio de ponderación. Se dice, aquí no estamos juzgando otras posibilidades de adopción no, efectivamente no, pero existen ─como bien les demostré─ un puño de posibilidades que antes de la reforma del 146 simplemente no existían, y el continente se amplío, el 391 se amplío para darle otro contenido a este puño de derivaciones sin ─repito─ tener elementos para hacer un juicio de ponderación de lo razonable o no razonable, teniendo como prisma el interés superior del niño. No hay estudios mexicanos se nos dice, yo digo es cierto, hice un pequeño esfuerzo por traerles opiniones, también el Ministro ponente hizo un pequeño esfuerzo por traernos opiniones de algunos individuos sabios, egresados de las UNAM, aunque no especialistas -insisto- pero que en lo fundamental son coincidentes todos, y en qué son coincidentes: en dos extremos. Primer extremo, no hay estudios mexicanos con metodología aceptable para todos que nos lleven a una conclusión definitiva. Segundo, la estructura y eso no es afirmación mía, por favor, es de los científicos de la UNAM, de los científicos del DIF, de los científicos del Instituto de los menores de Pediatría y de la otra institución, y en estos son coincidentes, hay un libro conductor serio que cuando menos nos da, ya no posibilidades sino probabilidades; se dice: ¡qué barbaridad!, tomar en cuenta eso, será discriminar a la niñez desde la Suprema Corte, ¡qué barbaridad, esto me preocupa muchísimo! Hay una resolución reciente y lo aludió el otro día, en donde el Tribunal Constitucional de un país centroamericano determinó que someter a referéndum si era conveniente o no la adopción por parejas que tuvieran predilección por personas del mismo sexo, que así mismos se llaman homosexuales, por Dios esto no puede tener 60 una carga peyorativa, una forma de identificar, hay colectivos que así utilizan en sus rubros sus nombres también como el de lesbianas, pero la palabra más tierna cuál quieren ustedes que sea, piensen en esa, el referéndum era, se modifica una ley para admitir estas adopciones o no, ¿y que determinó el Tribunal Constitucional?, el hecho mismo de someter a referéndum es discriminatorio, bueno, a mí me parece un asalto al buen sentido, ¿verdad?, me parece escandaloso. Siguiendo esta lógica, igual de discriminatorio fue la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, al tratar de suprimir “hombre y mujer” para darle albergue a “otros”; pues esto no aguanta el menor análisis de racionalidad, esto no puede ser así. Se dice también lo siguiente y se repite: “No hay necesidad de hacer un juicio de constitucionalidad respecto a la norma que lo posibilita”, al existir el matrimonio así y al darle diferentes contenidos al artículo 391 del Código Civil deberá de tenerse buena precaución con la decisión jurisdiccional. Esto qué presupone, que los legisladores no están sujetos a ver el interés superior del menor, que esto sólo atañe al aplicador de la ley. No, no es cierto, la Constitución en cuanto contiene elementos que obligan a darle un plus al interés del menor sobre todos los demás intereses constitucionales, creo que es el único artículo constitucional que habla de un interés superior, está obligando a los órganos legislativos, al Ejecutivo mismo en cuanto pueda administrar, y obviamente a los judiciales en cuanto puedan aplicar, pero esto no exenta a los Poderes Legislativos de tocar el tema y de ser considerados con el principio de interés superior del menor. Se dice también, una norma sí, el rechazar esto, sería discriminatorio de los homosexuales porque resulta que las lesbianas normalmente pueden engendrar y los homosexuales no, salvo con elevados costos y por medios científicos, yo rechazo esto 61 no se puede hacer esta generalización, habrá infertilidad e impotencia en los hombres homosexuales, la verdad no creo que sea un elemento probado. Habrá una predilección diferente que puede ser, habrá una predilección diferente también, esto no lo sé; entonces, este tipo de generalizaciones pienso que no ayudan a solucionar la problemática que nos corresponde. Pienso que a lo largo de la historia de la humanidad han existido muchas leyes peculiares, hago votos porque estas leyes peculiares pasen con el tiempo hacer un registro histórico de lo que sucedió en determinado momento de la historia. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Señor Ministro Valls. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Muchas gracias señor Presidente. Hago uso de la palabra una vez que se ha agotado la segunda ronda, hasta donde tengo entendido, de intervenciones en este tercer aspecto del proyecto de resolución de la Acción de Inconstitucionalidad 2/2010, primeramente, respecto de lo dicho por los señores Ministros: Luna Ramos, Sánchez Cordero, Cossío Díaz, Silva Meza, Zaldívar, Franco González Salas, Gudiño Pelayo y Aguilar Morales, agradecerles mucho sus sugerencias, sus aportaciones en cuanto comparten en algunos sentidos el proyecto y su resolución. Considero, propongo como Ministro ponente que efectivamente podría reforzarse en el engrose como se me ha propuesto con la incorporación de las distintas manifestaciones, aportaciones, sugerencias que han hecho en sus intervenciones los señores Ministros que he mencionado y que mucho agradezco. Desde luego no comparto lo dicho por el señor Ministro Aguirre, con todo respeto, en contra del proyecto, pues como señalo en el mismo, una vez que se ha establecido que el matrimonio entre personas del mismo sexo es constitucional, partiendo en parte de 62 que la familia se conforma actualmente de diversas maneras y no se trata sólo de una estructura familiar única e inmodificable, como la formada por padre, madre, hijos, como aquí ha dicho el señor Ministro Aguirre; entonces, no es sostenible por este Pleno que por mayoría de sus integrantes, ya declaró constitucional el matrimonio, que las parejas del mismo sexo puedan contraer matrimonio mas no formar una familia incluso vía adopción. Decidir que la sola situación de que se trate de parejas del mismo sexo basta para que el legislador prohíba la adopción por parte de ellas, como lo dice el proyecto, sí se inscribiría en una discriminación por orientación sexual, cuando en todo caso si bien efectivamente la protección al interés superior del niño está constitucionalmente garantizada, los mecanismos para protegerlo tratándose de la adopción, corresponde establecerlos al órgano legislativo, de manera tal que aseguren esa protección constitucional, se trate de que los adoptantes sean matrimonios heterosexuales, sean del mismo sexo, sean personas solteras, más no per se, porque partiendo de la orientación sexual de quienes pretenden adoptar a un menor pues incluso en la legislación local, se permite a personas solteras sea cual sea su preferencia sexual adoptar. La circunstancia de que los niños creados en familias homoparentales, sufrirán discriminación, no puede sostener el que sea prohibida la adopción de menores a los matrimonios entre personas del mismo sexo, porque en primer lugar tales familias existen con independencia de que puedan adoptar o no; y, en segundo lugar no podemos sostener que esas conductas discriminatorias persistan, como decía el Ministro Zaldívar hoy en la mañana, sería constitucionalizar la discriminación cualquiera que sea su tipo u origen, evitando la existencia de familias homoparentales o haciendo como que no existen ya que precisamente en aras del respeto al interés superior del niño es que deben eliminarse socialmente bajo la aceptación de que toda familia 63 sea como sea que se forme, como hemos dicho ya al analizar el tema relativo al matrimonio, merece respeto y protección de la ley igual y trato igual. Finalmente, la adopción no es en automático —ya se dijo aquí— hay un procedimiento judicial largo que sustanciar, para llegar a adoptar; en segundo lugar, por alguna mención que se hizo, somos jueces constitucionales, confrontamos la norma con la Constitución. Por todo lo anterior, agradezco mucho a las señoras y señores Ministros, los comentarios que les ha merecido este proyecto, y creo señor Presidente, salvo la mejor disposición de usted, que podría darse ya la votación. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Coincido en esta óptica, señor Ministro, pero ha pedido la palabra el Ministro Zaldívar para aclaración. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Más que aclaración, mi aclaración era que no había concluido la segunda ronda, porque nada más dos Ministros habían hecho uso de la palabra y yo también quería hacer uso de la palabra en segunda ronda. Trataré de ser breve en atención a la hora, no es mi intención generar un debate sobre cuál debe ser la forma en que abordamos el sistema de este tema, sino más que nada tratar de encontrar puntos de coincidencia que nos permitan avanzar, sobre todo a la mayoría que ya aprobamos el proyecto que no se ha votado formalmente toda vez que incluso algunos de los señores Ministros que establecieron un método interpretativo ajeno a las pruebas dijeron que votarían a favor del proyecto. La interpretación pura —si bien entiendo— lo que nos dice es: Dado que tenemos ya un matrimonio que ha sido declarado 64 constitucional, hacer una diferenciación para algunos de los derechos de este matrimonio sería discriminatorio, pues tienen que tener los derechos plenos e incluso preguntarnos sobre ello sería indebido, sería discriminatorio y la forma como algunos hemos abordado el tema de las pruebas pues ha sido poco riguroso. Estimo que en este caso en concreto, en este caso en concreto sí es oportuno tener alguna idea empírica de lo que estamos haciendo y científica ¿Por qué? Primero, porque claramente desde que el señor Ministro Aguirre, antes del receso de julio pidió que se hiciera una prueba pericial, entre algunas cosas se dijo que ya el Ministro ponente se había allegado los elementos probatorios que él consideraba conveniente. Algunos de nosotros dijimos que nos estábamos allegando elementos por nuestra cuenta, de tal suerte que aceptamos esa forma de proceder, se dijo que no se podía hacer una pericial en parte por cuestión técnica de que no lo permiten las normas procesales, pero también por una cuestión, porque estos estudios tienen que ser de largo alcance; consecuentemente, partimos de la base que nos íbamos a allegar información. Cuando en otra ocasión, ya iniciamos la discusión del tema ya en este periodo, el Ministro Aguirre pues insistió en que tenía documentación etcétera, y le pedimos pues que nos la repartiera y él amablemente lo hizo y la analizamos; de tal manera, que por un lado, nosotros mismos aceptamos esta posibilidad, que por lo demás no es inédita en esta Suprema Corte, la primera ocasión que esto se realizó, lo sabe bien uno de los señores Ministros, él pidió una información a una academia de ciencias y a través de esa información y de esos estudios que le llevaron a la convicción pues fundó su voto. Esto es muy, muy normal y esta iniciativa que él tuvo en aquel momento pues es un parteaguas que simplemente estamos reiterando algunos de nosotros. 65 En segundo lugar, por lo que creo que sí teníamos que asomarnos es porque conscientemente dividimos la discusión entre matrimonio y adopción y sostuvimos varias veces que una cosa no generaba automáticamente la constitucionalidad de la otra, si no el tema de la adopción debió haberse implicado con el tema del matrimonio —cosa que no se hizo— porque dijimos en varias ocasiones: no necesariamente que sea constitucional el matrimonio avala el tema de la adopción que tendremos que analizarlo por sí mismo. De tal manera que creo que también la forma como discutimos el tema, nos hacía ver esta situación. Tercer lugar, porque hay un argumento que nos lo está impugnando y no es comprar el argumento, simplemente creo que tenemos la obligación de dar respuesta a esta situación. Y por último, porque estimo que la categoría sospechosa, que es un concepto técnico de interpretación constitucional, no tiene nada que ver con el uso coloquial del término, no obliga a que no se hagan diferencias, lo que obliga a que estas diferencias tienen que estar sujetas a un control estricto, riguroso. Por eso la carga de la prueba es de aquél que sostiene que tiene que hacerse la discriminación o la diferencia, no de quien sostiene que en principio, hacer un distinción por cuestión, por ejemplo, de orientación sexual sería inconstitucional, y hay muchos precedentes en derecho comparado sobre esto que no voy a cansarlos, si es necesario doy los datos específicos, tanto el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, como la Suprema Corte de los Estados Unidos de América, la Suprema Corte Argentina y la Corte Colombiana, entre otros, que precisamente establecen este control estricto. Ahora, ¿qué es lo que hacemos? Como no podemos mandar hacer pruebas específicas, simplemente por la razón del tipo de proceso y por el tiempo que requerirían, pues nos allegamos la información que tenemos que nos da diferente convencimiento a cada uno de 66 nosotros. Pero como lo que se requeriría es una prueba irrebatible, indubitable, una prueba en sentido fuerte, porque es un escrutinio estricto, entonces con esta pequeña posibilidad de asomarnos a los estudios que hay, podemos llegar a la convicción que creo que en esto todos han estado de acuerdo, que no hay estudios categóricos que sostengan que se afecta el interés superior del niño por este tipo de familias. Entonces, creo que en aras de avanzar, creo que podría hacerse esta argumentación que ya se sostuvo aquí de que es categoría sospechosa y que en principio, una diferenciación por este tipo sería discriminatoria, pero que en este caso por las peculiaridades, nos asomamos —como lo hizo el ponente— y llegamos a la conclusión de que no hay posibilidad de declarar inconstitucional. Creo que de esta manera, salvo que algunos de ustedes se manifiesten en otro sentido, podemos hacer compatibles las dos posibilidades de quienes hemos estado a favor de la mayoría en aras de avanzar, porque —reitero— me parece que esto es algo que ya se ha hecho en otros casos y dejar esta puerta abierta para que nos podamos allegar diferente caudal científico que nos provoca determinada convicción en un sentido o en otro, me parece que es sano en este tipo de procedimientos. Gracias Presidente. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Dejaron a mi consideración la decisión de determinar si el asunto estaba suficientemente discutido, creo que es el caso. Las diferencias de óptica que propone el señor Ministro Zaldívar de verdad no nos van a llevar a nada, nueve señores Ministros han dicho que estamos de acuerdo con el proyecto. Exhortaría muy respetuosamente a que estas cosas se planteen en voto particular, si es que el proyecto tal como está no convence a quien votó con el sentido por otras razones. Señor Ministro Zaldívar. 67 SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: Sí señor Presidente, nada más una aclaración, estoy de acuerdo con usted. Nada más aclaro, no soy el que estoy proponiendo un enfoque distinto, estoy de acuerdo con el proyecto, simplemente estaba dando respuesta a un enfoque diferente del que se había hecho que me parece que era importante, pero coincido con usted en que los planteamientos ya están hechos. Gracias. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Vale la pena comentar. Estos estudios que cada uno de nosotros obtuvimos, los que nos mandó el señor Ministro Aguirre Anguiano, incluso, no son prueba formal dentro del juicio, hay libertad de mejorar individualmente el entendimiento de los casos, y argumentar con base en estos apoyos, así como se cita la doctrina, o a veces hemos citado conceptos médicos, hasta de diccionario; esto pues solamente es para reforzar nuestra propia convicción. Don Fernando Franco SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: Nada más para sumarme señor Presidente a lo que usted acaba de comentar, creo que hay que votar el asunto, me parece que las partes esenciales se han puesto ya claramente por cada uno de nosotros, y hay una mayoría ya pronunciada en favor del proyecto. Yo sugeriría, como usted lo acaba de hacer, que como lo hemos hecho en otros casos, el ponente engrose el asunto, y ya será motivo de verlo, y en su caso, ajustarlo, o si no, de votos concurrentes o particulares de los que difiramos en algo. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Esto sí, desde luego le propongo al señor Ministro ponente, que el engrose antes de ser aprobado y firmado se distribuya entre los Ministros para una aprobación con quienes conformen mayoría en una sesión privada de este Pleno. 68 Entonces en este último tema de la adopción instruyo al señor Secretario General de Acuerdos, para que tome votos a favor o en contra del proyecto. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Sí señor Ministro. SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: En contra y por inconstitucionalidad. SEÑOR MINISTRO COSSÍO DÍAZ: Yo con las razones tengo algunas diferencias, pero con el sentido del proyecto del señor Ministro Valls estoy de acuerdo. SEÑORA MINISTRA LUNA RAMOS: Con el proyecto, reservándome el derecho a formular algún voto concurrente a reserva de ver el engrose. SEÑOR MINISTRO FRANCO GONZÁLEZ SALAS: A favor del proyecto con las modificaciones que introduzca el ponente, y evidentemente reservándome el derecho de si debo hacer alguna presión en un voto concurrente. SEÑOR MINISTRO ZALDÍVAR LELO DE LARREA: En los mismos términos. SEÑOR MINISTRO GUDIÑO PELAYO: Igual. SEÑOR MINISTRO AGUILAR MORALES: Igual que el Ministro Franco. SEÑOR MINISTRO VALLS HERNÁNDEZ: Con el proyecto. SEÑORA MINISTRA SÁNCHEZ CORDERO: Con el proyecto, con las modificaciones que ha aceptado el ponente. SEÑOR MINISTRO SILVA MEZA: En el mismo sentido. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE ORTIZ MAYAGOITIA: Yo voto en contra del proyecto. SECRETARIO GENERAL DE ACUERDOS: Señor Ministro Presidente, me permito informarle que existe una mayoría de nueve votos a favor de la propuesta del proyecto, con las salvedades del 69 señor Ministro Cossío Díaz, las reservas de voto conducentes, en el sentido de reconocer la validez del artículo 391 del Código Civil para el Distrito Federal. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bien, están hechas las reservas de votos, incluyendo la del señor Ministro Aguirre ¿no? SEÑOR MINISTRO AGUIRRE ANGUIANO: Gracias señor Presidente, sí, haré voto particular. Solamente tengo una petición adicional que hacer al Pleno y al Presidente, que es que en mi plazo para el voto particular empiece a discurrir después de que se hayan presentado en su caso los votos concurrentes, por razones de equidad, para saber qué están diciendo. SEÑOR MINISTRO PRESIDENTE: Bueno, esto si les parece bien lo discutimos en una sesión privada, porque el acuerdo es que el plazo para el voto corra una vez entregado el engrose, pero escucharemos estas razones en otra ocasión. CONSECUENTEMENTE, DADAS LAS VOTACIONES MAYORITARIAS ALCANZADAS EN TODOS Y CADA UNO DE LOS TEMAS QUE SE ABORDARON EN ESTA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD QUE HEMOS DISCUTIDO, LA DECLARO RESUELTA EN TÉRMINOS DEL PROYECTO MODIFICADO QUE PRESENTÓ EL SEÑOR MINISTRO VALLS. Pues estamos ya en horas muy próximas a la salida, no convendría iniciar ningún otro asunto, y ya en privado veremos si nos da tiempo hoy mismo de atender la sesión privada. Cierro la sesión y los convoco para mañana a las diez treinta en este mismo lugar. (SE TERMINÓ LA SESIÓN A LAS 13:55 HORAS)