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Honorables Miembros del Senado,
Por medio de la presente, el Instituto Nacional de Vitivinicultura quisiera extender su
agradecimiento por la posibilidad brindada en cooperar en el desarrollo del Proyecto de Ley S
643 11 “Huella de Carbono”.
El INV, entre otras funciones, comenzó a investigar sobre esta temática a mediados del año
2009, con el objeto no sólo de comenzar a formar parte de las iniciativas gubernamentales, sino
también de contribuir con los procesos de transferencia de conocimientos y tecnología,
acompañando a la industria vitivinícola argentina en forma permanente, en pos de los beneficios
del Estado Nacional. Sumado a esto, y como organismo representante de Argentina ante la
Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), el Instituto participa activamente de las
reuniones de expertos donde se continúa trabajando en el desarrollo de un sistema de cálculo
armonizado de emisiones de GEI, específico para el sector del vino llamado “Protocolo
Calculador de Emisiones de Carbono”.
Por todo lo expuesto, y en vistas de la experiencia acumulada en materia de Huella de Carbono,
el INV presenta una postura bien clara con respecto a este tema, por lo cual creemos pertinente
invitar a Uds. a examinar nuestra opinión sobre la posición que la República Argentina debería
tener frente a la lucha contra el cambio climático, mediante un profundo análisis de los siguientes
componentes:
1. Principios de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático –CMNUCC
2. Normas ISO 14067 y 14069
3. Concepto de sustentabilidad vs. Huella de Carbono (HDC)
1. Principios de la CMNUCC
La CMNUCC es el primer marco jurídico mundial en temas de cambio climático que tiene como
objeto lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI) en la
atmósfera, a un nivel que impida interferencias antropogénicas peligrosas (CMNUCC, 1992). La
Convención establece una serie de principios fundamentales a tener en cuenta a la hora de tomar
una decisión que defina la postura de la Argentina en materia de Huella de Carbono. Algunos de
ellos están estrechamente relacionados al carácter de obligatoriedad de comunicar la HDC y a
las posibles limitaciones de crear y mantener lazos comerciales internacionales. Los principios
que involucran la temática de HDC y que avalan nuestra postura se detallan a continuación:
1- “Las partes -países firmantes, deberían proteger el sistema climático sobre la base de equidad
y de conformidad con sus responsabilidades comunes pero diferenciadas y sus respectivas
capacidades”.
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Comentario: Los países industrializados son los responsables de las mayores emisiones per
cápita de GEI, y corresponden a los países del Anexo I de la Convención (Protocolo de Kioto,
1997). La Argentina –cuyas emisiones no superan los 4.6 tonCO2eq/cápita (Banco Mundial,
2007), no tiene obligación alguna de cuantificar sus emisiones.
Por empezar, los países industrializados son reconocidos a través del Protocolo de Kioto como
responsables principales del calentamiento del planeta, y son, paradójicamente los
“demandantes” del etiquetado de HDC, siendo los países como Argentina quienes tienen que
pagar el costo o subvencionar con este tipo de medidas a aquellos demandantes más
contaminantes. Los países en desarrollo, quienes mayormente exportan sus productos al
hemisferio norte, se encontrarían en desventaja frente a la producción de GEI tanto por tener un
acceso dispar a tecnologías limpias, como por un alto impacto de emisiones de GEI
correspondientes al transporte internacional de sus productos por estar situados a largas
distancias de los centros de consumo, sólo por mencionar algunos ejemplos. De allí nace la
disyuntiva entre el desarrollo limpio/ desarrollo sustentable no sólo ambiental sino también
económico y social.
2- “…Deberían tenerse plenamente en cuenta las necesidades específicas y las circunstancias
especiales de los países en desarrollo…, que tendrían que soportar una carga anormal o
desproporcionada en virtud de la Convención”, y “Las partes tienen derecho al desarrollo
sostenible…tomando en cuenta que el crecimiento económico es esencial para la adopción de
medidas encaminadas a hacer frente al cambio climático.”
Comentario: Ambos principios priorizan las necesidades y el crecimiento económico de los
países en vías de desarrollo, en base a lo cual, si Argentina cuenta con una agenda política en la
cual prevalecen temas vinculados al desarrollo económico, el país no debería verse perjudicado
de ninguna manera por no contemplar obligatoriamente la cuantificación ni comunicación de sus
emisiones. Cabe aclarar que lo expuesto se fundamenta en base a que Argentina es un país no
incluido en el Anexo I de la CMNUCC, cuyas emisiones de GEI no superan el 0.6%, comparado
con EEUU o China, cuyas emisiones superan el 22% (World Resources Institute, Carbon
Dioxide Information Analysis Center).
4- “La partes deberían cooperar en la promoción de un sistema económico internacional abierto
y propicio que condujera al crecimiento económico y desarrollo sostenibles de todas las Partes,
particularmente los países en desarrollo…Las medidas adoptadas no deberían constituir un
medio de discriminación arbitraria o injustificable ni una restricción encubierta al comercio
internacional.”
Comentario: Este principio está netamente vinculado al anterior. La Argentina no debería tener
acceso restringido de sus productos en el comercio internacional, ni estar supeditada a barreras
para-arancelarias.
A raíz de todo lo expuesto, este Organismo cree conveniente tener en cuenta estos principios y
sus correspondientes interpretaciones a la hora de definir la postura de la República Argentina en
materia de cambio climático canalizada en Huella de Carbono.
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2. ISO 14067 y 14069
La UE, en especial el Reino Unido y Francia, así como EEUU, Australia y Nueva Zelanda, han
sido los vanguardistas en cuanto al desarrollo e implementación de metodologías de
cuantificación de GEI, siendo el PAS 2050 - 2060, el GHG Protocol, el Bilan Carbone, y las
Normas ISO 14064 y 14065, los protocolos de cuantificación mayormente aceptados en los
principales mercados mundiales. A partir de estas metodologías, empresas y consultoras han
desarrollado un gran número de protocolos adaptables a actividades más específicas. Sin
embargo a la fecha no se cuenta con un marco metodológico común y uniforme de mediciones de
GEI lo que hace más difícil el proceso de adaptación no sólo de los países “demandados” sino de
cada sector productivo en particular.
Una potencial solución a la carencia de estandarización y veracidad de lo que se comunica la
HDC, es el desarrollo de las Normas ISO 14067 y 14069, las cuales buscan reemplazar a todos
aquellos protocolos de medición mayormente utilizados a nivel internacional. Actualmente
ambas se encuentran en desarrollo y apuntan no sólo a la normalización mundial de la medición
y comunicación de la HDC, sino también a la capacidad de dictaminar cuantificaciones
comparables cuando se trata de productos correspondientes a una misma categoría (International
Organization for Standarization).
La ISO 14067 está inspirada en el PAS 2050, ya que también se basa en el Ciclo de Vida del
Producto (LCA) pero además, como se mencionó anteriormente, introduce un conjunto de reglas
definidas para un producto determinado: el concepto de PCR (Product Category Rule). El
objetivo de la ISO 14067 es reemplazar el PAS 2050 y constituir una referencia a nivel
internacional, incluyendo resultados comparables entre productos pertenecientes a una misma
categoría –carencia del PAS 2050. La publicación de la Norma ISO 14067 está planeada para
finales del 2011, y cubrirá la cuantificación de GEI, como así también la comunicación de los
resultados de la Huella de Carbono aplicable a nivel mundial (CEPAL 2009). La Norma ISO
14069 apunta a precisar un nuevo estándar para la cuantificación del las emisiones de GEI de
empresas y/o organizaciones, esto es a nivel corporativo. Su publicación también está prevista
para el 2011.
Por todo lo expuesto, está claro que en un futuro cercano se dispondrá de una herramienta
calculadora de GEI reconocida internacionalmente, por lo cual no se cree necesario comenzar la
engorrosa tarea de desarrollar un calculador de Huella de Carbono adaptado al Territorio
Nacional Argentino.
3. Concepto de Sustentabilidad vs. Huella de Carbono
El concepto actual de sustentabilidad, corresponde a la integración de la dimensión ambiental al
desarrollo, concepción tradicionalmente ligada a una dimensión eminentemente social y
económica (Informe Brundtland, 1987). En el contexto actual, en el que el medio ambiente está
tomando protagonismo, la sustentabilidad está integrada por tres dimensiones: la económica, la
social, y la ambiental (Cumbre de la Tierra, 1992).
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La HDC abarca únicamente algunos aspectos de la sustentabilidad, razón por la cual un producto
que comunica su HDC, no necesariamente refleja un carácter netamente sustentable. Por
ejemplo, un producto puede comunicar bajas emisiones de GEI, pero en su elaboración no se ha
tenido en cuenta el bienestar de los empleados de la empresa, o el producto no es un alimento
sano (no tiene en cuenta la dimensión social); o quizás en su elaboración no se consideró el uso
eficiente del agua (carencia de la dimensión ambiental). Asimismo, un producto puede haber
disminuido las emisiones de GEI durante el proceso de elaboración, pero su uso o su desecho y
etapas posteriores, produce mayores emisiones de GEI comparadas con las iniciales y/o las ya
mitigadas (Vandernbergh et al., 2011): el consumidor también tiene responsabilidades con el
medio ambiente.
Existen numerosos indicadores de desarrollo sustentable (Stiglitz et al., 2009), por lo cual no es
sencillo el comunicar ese carácter en un producto, sobre la base de tantas variables en juego. Sin
embargo, en la industria vitivinícola, se ha desarrollado una herramienta de medición de las
distintas prácticas vitivinícolas, en términos de sustentabilidad a lo largo de toda la cadena de
valor del vino: los Códigos de Sustentabilidad Vitivinícolas. Los países pioneros en esta materia
han sido Australia y Nueva Zelanda, seguidos por Sudáfrica, Estados Unidos, y finalmente Chile.
Los códigos de sustentabilidad son un instrumento de medición para las diferentes prácticas
sustentables contempladas dentro de los tres ejes de la sustentabilidad y cuyo objetivo principal
es lograr armonizar los objetivos económicos, ecológicos y sociales, permitiendo una interacción
equilibrada con el medio que nos rodea en todas sus dimensiones.
Finalmente, y por todo lo expuesto, cabría avanzar con cautela en el manejo del concepto de
HDC. El contar con una fórmula propia de cálculo de la HDC es una tarea engorrosa que lleva
mucho tiempo y que no presenta ningún amparo legal internacional. Asimismo, se estaría
actuando en contra de los principios de la CMNUCC, a favor de los países industrializados,
responsables principales del aumento de concentraciones de GEI, y que son, paradójicamente los
“demandantes” del etiquetado de HDC. Sin embargo creemos que como ejercicio técnico puede
ser una buena herramienta que nos ayude a estar preparados a la hora de implementar la
cuantificación de GEI de manera voluntaria.
Estamos deseosos de que nuestros comentarios logren aportes positivos enriqueciendo e
invitando a la reflexión en algunos de los puntos de este Proyecto de Ley, en pos de los
beneficios de nuestro país.
Estaremos a la espera de sus comentarios y lo saludamos muy atentamente,
Ing. Agr. Carla Aruani
Departamento de Estudios Enológicos y Sensoriales
Instituto Nacional de Vitivinicultura
Referencias
Banco Mundial (2009). Indicadores del desarrollo mundial son una pauta de referencia en medio
de la crisis. Comunicado de prensa N° 2009/316/DEC
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Carbon Dioxide Information Analysis Center, http://cdiac.ornl.gov/
CEPAL (2009). Metodologías de cálculo de huella de carbono y sus potenciales implicaciones
para América Latina. 51 pp.
CMNUCC (1992). Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Nueva York, 1992. 27pp.
International
Organization
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Standarization,
http://www.iso.org/iso/search.htm?qt=14067&searchSubmit=Search&sort=rel&type=simple&pu
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Protocolo de Kioto (1997). Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático. Naciones Unidas. 25pp.
World Resources Institute, Climate Analysis Indicator Tool (CAIT) (2005), Navigating the
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Stiglitz, J., Sen, A., Fitoussi, J.P. (2009). Informe sobre la medición del Desarrollo Económico
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Bundtland, G.H. (1987). Informe “Our Common Future: Bundtland Report, Asamblea General ,
Organización de las Naciones Unidas, Agosto 1987.
Vanderbergh, M.P., Dietz, T., Stern, P.C. (2001). Time to try carbon labelling. Nature Climate
Change, Vol 1, Abril 2011. Macmillan Publishers Limited.
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