_________________________________ PRESENTACION AL HONORABLE SENADO DE LA NACION Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable Proyecto de Ley sobre creación del Programa Nacional para la Construcción y Difusión de la Huella de Carbono (Expediente S-643/11) _________________________________ 21 de Septiembre de 2011 Proyecto de Ley sobre creación del Programa Nacional para la Construcción y Difusión de la Huella de Carbono (expediente S-643/11) Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Senado de la Nación Esta presentación de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) es su aporte al debate del Proyecto de Ley sobre creación del Programa Nacional para la Construcción y Difusión de la Huella de Carbono (expediente S643/11), presentada por el distinguido Senador Marcelo A. H. Guinle. Esta previsto que el Proyecto de Ley sea tratado solamente en las Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable y de Presupuesto y Hacienda. No se prevé su tratamiento en las Comisiones de Industria y Comercio; de Minería, Energía y Combustibles; de Economías Regionales, Micro, Pequeña y Mediana Empresa; ni en la de Relaciones Exteriores y Culto. Estas Comisiones deberían opinar por los intereses directos que son competencia de las mismas, como surge del presente documento. El hecho que el autor del Proyecto no haya realizado una consulta previa a la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), hace conveniente presentar un capítulo introductorio que ayudará a comprender los comentarios que sobre el mismo se realizarán. El Instituto de Estrategia Internacional (IEI) de la CERA ha venido analizando diferentes aspectos de la cuestión problemática donde las relaciones entre cambio climático y comercio se tratan en conjunto con el tema de la energía. Los documentos más recientes (de los últimos cinco años) se encuentran disponibles en: http://cera.org.ar/new-site/contenidos.php?p_seccion_sup_id=167. Mencionamos algunos de ellos: 1. “Hacia un crecimiento verde”, publicado el 07 de Julio de 2011; 2. “La Argentina y Brasil en negociaciones internacionales sobre cambio climático”, publicado el 16 de Junio de 2011; 2 3. “Energía y Cambio Climático ¿por qué el gas esta en el foco de atención?”, publicado el 05 de Enero de 2011; 4. “Cambio Climático – Los Acuerdos de Cancún”, publicado el 17 de Diciembre de 2010; 5. “Cambio Climático – Impacto en las Exportaciones Agrícolas”·, publicado el 30 de Noviembre de 2010; 6. “Globalización, Comercio y Transporte Marítimo”, publicado el 02 de Noviembre de 2010; 7. Seminario CERA -IEI: “Exportación y el Cambio Climático - construyendo la Agenda”. realizado el 26 de Abril de 2010; Trabajos presentados en el Seminario: 7.1. 7.2. 7.3. 7.4. 7.5. 7.6. 7.7. “La empresa ante la interrelación de los espacios negociadores”, (IEI), Lic. Alonso P. Ferrando; “Experiencias en acción”, (IEI), Ing. Mauricio López Dardaine; “¿Huella de Carbono y Ciclo de Vida del Producto?”, Ing. José Antonio Fonrouge; “La Energía Gris: una revolución conceptual viable”, Lic. Claudio Hirschler; “Huella de Carbono en le Sector Agropecuario”, (Grupo CREA), Lic. Hernán E. Satorre; “Mitigación del Cambio Climático y Restricciones Comerciales”, Embajador Raúl Estrada Oyuela; “El Cambio Climático y los recursos Naturales”, Ing. Alberto de las Carreras. 8. “Comercio y Cambio Climático”, publicado el 16 de Septiembre de 2009; 9. “Cuestiones sobre la Eco-restructuración y el cambio Climático”, publicado el 11 de Septiembre de 2009; 10. “Is Our Energy System Sustainable?”, publicado el 31 de Marzo de 2008; 11. “La Energía en el Mundo. La era de la escasez”, publicado el 14 de Febrero de 2008; 12. “CO2 y Cambio Climático. ¿Modelo de Escenarios Excluyentes o Marco Integrado de Políticas”, publicado el 10 de Septiembre de 2007; 13. “El Futuro de la Energía y los Biocombustibles”, publicado el 4 de Septiembre de 2007; 14. “Lo que usted debe saber sobre la adicción al petróleo”, publicado el 21 de Febrero de 2006. 3 Asimismo, la CERA pone énfasis en tratar las cuestiones en contextos concretos, evitando abordajes que pueden llevar a debates escolásticos. I. INTRODUCCION Para establecer un punto de partida, hay que recordar que la cuestión del deterioro del medioambiente surgió con fuerza en los últimos años de 1960 y en los primeros de 1970 centrado principalmente en los problemas regionales y nacionales en los países desarrollados. En esa época surgieron problemas comerciales y de inversión extranjera directa acotados a reclamos de industriales y sindicatos en los países desarrollados (PD). Estos advertían que la imposición de estrictas normas sobre contaminación reduciría su competitividad internacional favoreciendo la deslocalización industrial hacia mercados emergentes. Este hecho se trató de superar mediante la adjudicación de subvenciones y restricciones a las importaciones. Hoy en día, la lista de los denominados “problemas medioambientales” y la lucha contra el cambio climático se han ampliado y se han ido desarrollando diferentes mecanismos de cooperación mundial, aun cuando la proliferación de instrumentos y acuerdos no están adecuadamente combinados de manera sinérgica. Uno de los elementos positivos en las discusiones actuales es el avance que ha experimentado en los últimos cincuenta años el conocimiento científico sobre los temas medioambientales y la participación activa de los países en desarrollo en la creación y solución de los problemas relacionados con el cambio climático. Pero un hecho destacado es que en estos cincuenta años, ha habido un cambio sustantivo de las magnitudes tanto de la población mundial como de la producción de bienes y servicios. Asimismo, se ha producido un fenómeno de aceleración de la transferencia geográfica y económica del crecimiento. En el Cuadro I, mostramos una estimación de la trayectoria de la nueva distribución del PIB mundial para el período 2000-2015. 4 Cuadro I Este año (2011), los mercados emergentes aportarán el 75% del crecimiento del PIB mundial. En el Cuadro II, se muestra el cambio en la participación de los emergentes en el crecimiento del PIB y en crecimiento de la demanda doméstica, para los períodos 2003-2007 y 2009-2011. Cuadro II Fuente: IEI - CERA Es aceptado que el comercio y las políticas comerciales tienen necesariamente un impacto sobre el medioambiente al alterar el volumen y la localización internacional de las actividades de producción y consumo. Es posición del IEI de la CERA que el comercio mundial, al elevar la renta mundial per cápita, facilita la generación de ingresos para desarrollar nuevas soluciones que implica el desafío de la Eco reestructuración. 5 Lo que sí esta claro es que impuestos, subvenciones, gravámenes, normas u otras reglamentaciones basadas en políticas destinadas a combatir el cambio climático, pueden modificar la estructura de producción y el comercio por el impacto que tienen en la competitividad internacional. II. LA CALIDAD DE LAS POLITICAS La calidad de las políticas juega un rol decisivo. Se aspira que las mismas tengan dos referencias claras: a. El nivel de mejoramiento ambiental deseado, es decir, qué externalidades de contaminación han de reducirse y en qué grado con compromisos nacionales específicos. b. Cómo se han de lograr dichos objetivos y cómo esta distribuido el esfuerzo a nivel nacional de acuerdo a las prioridades de desarrollo. La cuestión del cambio climático requiere un claro marco de cooperación internacional para referenciar el objetivo nacional. Uno de los problemas que puede surgir es que objetivos nacionales mal definidos den lugar a una política que intensifique innecesariamente, o sin desearlo, obstáculos al desarrollo del país. Esto verificaría por la inadecuada elección del nivel óptimo de contaminación y por la adopción de políticas ineficientes para alcanzarlo. Cuando se definen políticas que abarcan a los sectores productivos, hay tres errores clásicos: a. La adopción de estrategias excluyentes que otorgan autoridad regulatoria exclusiva al sector responsable del medioambiente sin tener en cuenta las políticas de desarrollo de las fuerzas productivas y de la competencia internacional que están localizadas en ministerios de economía, desarrollo, producción y de relaciones exteriores. Frente a esta lógica de las estrategias excluyentes, lo correcto es promover un MARCO INTEGRADO de POLITICAS con participación de las autoridades de las distintas áreas que están afectadas. 6 b. La falta de análisis de las dimensiones económicas. Al introducirse una regulación sobre los productos, lo que se hace es poner un impuesto equivalente que penaliza por unidad de producción, puesto que es la unidad de producción y no el producto el que crea contaminación. La consecuencia de una regulación mal diseñada es el aumento, en la proporción de los mayores costos de la regulación, en los costos medios y marginales de la industria. El efecto es que la regulación solo se aplicará a las empresas radicadas en el territorio nacional, y por lo tanto, la curva de la oferta del mercado nacional se desplaza hacia arriba en la variable precio. Como el precio internacional de producto esta dado, las empresas enfrentan pérdidas de competitividad. El resultado es que algunas empresas cesan o disminuyan sus actividades si obtienen del gobierno medidas proteccionistas para cuidarles el mercado local. Sin embargo, la producción total como un todo, disminuye sobre su potencial anterior. Si la economía tiene vínculos con otras por participar en zonas de libre comercio o uniones aduaneras, lo que sucede es que se resiente la oferta y hay un aumento de las importaciones competitivas. Un tema clave es que la empresa puede estar perdiendo escala de producción y reduciendo su nivel de eficiencia. Uno de los temas que se tiene en cuenta es el obstáculo que genera una mala regulación sobre las políticas de sustitución de importaciones y de mayor valor agregado internacional. Es muy importante evaluar que los países no soportan por igual el costo de las políticas destinadas a reducir los gases que producen el efecto invernadero. Una misma política puede tener efectos desiguales en dos países distintos, afectando 7 de manera diferente, el volumen de comercio y las relaciones de intercambio, así como su competitividad. c. Las etiquetas ecológicas no siempre implican la medición de la huella de carbono, ni existe un único estándar aprobado a nivel internacional, estos varían entre los diferentes productos o industrias así como también para un mismo producto o dentro de una industria. Por lo tanto, cualquier etiqueta que mida la huella de carbono debe ser aceptada por los países de destino de nuestras exportaciones, con lo cual es imprescindible tener en cuenta sus legislaciones, así como otros estándares ya consolidados y aceptados internacionalmente. Sería inútil hacer algo que nadie lo acepte, por eso hay que analizar lo existente en el mercado y aceptado por el comercio en general. Debe evitarse promover iniciativas que no fueron acordadas con los productores locales (que en definitiva son quienes toman el riesgo exportador), ya sea por su costo innecesario como por su poca aceptabilidad en los mercados de destino (ejemplo de ello fue lo que en su momento estableció la entonces Secretaría de Agricultura respecto a Buenas Prácticas Agrícolas, que en lugar de ser algo integrador tratando de recopilar todo lo ya existente, era sólo un estándar mas pero solamente argentino, que en definitiva no le servia al productor para exportar). Por lo tanto, como punto de partida debe analizarse qué se exige y si está internacionalmente aceptado así como las regulaciones en cada mercado. III. EL CASO ARGENTINO La esperada XV Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, realizada en Copenhague en diciembre de 2010, sólo dio por resultado un acuerdo político sobre la continuidad de la negociación. Este acuerdo, llamado “Acuerdo de Copenhague” (ACph), contiene enunciados de confusa ambigüedad, sin estándares ni patrones que permitan una evaluación transparente de los resultados esperables. Sin embargo, concluye con dos formularios no vinculantes donde debían inscribirse promesas de mitigación. 8 Más allá del trato especial y diferenciado plasmado en el Plan de Acción de Bali a través de las responsabilidades comunes pero diferenciadas y las respectivas capacidades, y teniendo en cuenta las condiciones sociales y económicas y otros factores pertinentes, hubo varios países en desarrollo que se comprometieron de manera cuantitativa luego de la XV Conferencia, no fue el caso del gobierno argentino. La falta de compromisos cuantitativos de nuestro país en dicha Conferencia contrasta con la posición de otros países en desarrollo latinoamericanos, como el caso de Brasil y México. En el Cuadro III se puede observar las diferencias de compromisos. Cuadro III Fuente: IEI - CERA A continuación se presenta una tabla elaborada por el IEI, donde se realiza un análisis comparativo más detallado respecto de los compromisos asumidos por Argentina, Brasil y México en relación a la mitigación del cambio climático en el contexto de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). 9 Comparativo de compromisos de ARGENTINA, BRASIL y MÉXICO Programas y acciones nacionales apropiadas de mitigación Programa Nacional de Uso Racional y Eficiente de la Energía (Decreto 140/07) - uso racional de la energía eléctrica y del gas natural a partir de un sistema de incentivos a la reducción del consumo - se prohíbe a partir del 31-12-2010 la importación y comercialización de lámparas incandescentes eficiencia energética Programa de Incremento de la Eficiencia Energética y Productiva de la PyME Argentina Programa de Calidad de Artefactos Energéticos Programa de Ahorro y Eficiencia Energética en Edificios Públicos Subsidios a la producción de energía eléctrica mediante fuentes de energía renovables (eólica, solar fotovoltaica, mini-hidráulica, biogás y energías renovables biomasa), junto con beneficios impositivos para incentivar inversiones en el sector (Ley 26190 y Ley 26123 de Promoción del Hidrógeno) ARGENTINA Programa Nacional de Biocombustibles biocombustibles - se establece un mínimo de 5% de bioetanol y biodiesel en las naftas y diesel de petróleo que se comercialicen en el país a partir de 2010, ofreciendo beneficios impositivos y precios diferenciales para los productores de biocombustibles (Ley 26093) - se establece el ordenamiento territorial para el uso del suelo y el manejo racional y sustentable del bosque nativo, brindando apoyo finanmanejo de bosques ciero a las provincias para compensar potenciales pérdidas económicas de corto plazo (Ley 26331) - se promueven las inversiones en nuevos emprendimientos forestales y en las ampliaciones de los bosques existentes (Ley 26432) Plan Nacional para la Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos gestión de residuos sólidos urbanos - construcción de rellenos sanitarios y la captura del biogás con financiamiento externo a través de un crédito del Banco Mundial Efectos - reducción de emisiones de gases de efecto invernadero Rango estimado de valores Acciones voluntarias de aplicación doméstica (sin excluir el Mecanismo de Desarrollo Limpio), para el 2020 (en millones de toneladas de CO2e) 564 - reducción de la deforestación en el Amazonas 104 - reducción de la deforestación en el "Cerrado" 83 a 104 - restauración de tierras de pastoreo 18 a 22 - integración del sistema de cultivos-ganado 16 a 20 - siembra directa 16 a 20 BRASIL - fijación bológica de nitrógeno 12 a 15 - eficiencia energética 48 a 60 - aumento del uso de biocombustibles 79 a 99 - aumento de la provisión de energía hidroeléctrica 26 a 33 - fuentes de energía alternativas 8 a 10 - hierro & acero (reemplazo del carbón de la deforestación con carbón procedente de bosques plantados) (%) Efectos 36,1 a 38,9 - reducción en relación a las emisiones proyectadas por Brasil para 2020 Rango estimado de valores Implementación del Programa Especial de Cambio Climático 2009-2012 (PECC) (en millones de toneladas de CO2e) 51 MÉXICO - reducción del total de emisiones anuales en relación a un escenario de no aplicación del Programa (%) Efectos hasta 30 - reducción de emisiones de GEI en relación a un escenario de no aplicación del Programa, en 2020 10 IV. LA HUELLA DE CARBONO En este capítulo se presente un análisis del IEI de la CERA respecto a la legislación internacional existente sobre el tema. IV.1 Introducción La huella de carbono es un indicador que procura cuantificar la cantidad de emisiones de GEI (directas e indirectas), expresadas en emisiones de CO2 equivalente, que son liberadas a la atmósfera debido a todas las actividades humanas. En consecuencia, al aplicar este indicador a la producción de alimentos, esta herramienta considera todas las emisiones que generan las actividades involucradas en el ciclo de vida del producto (desde la adquisición de las materias primas hasta su gestión como residuo). Por lo tanto no se configura solamente como un indicador de información sino también de desempeño ambiental. Una forma de expresar la “Huella de Carbono”, sería mediante un etiquetado ambiental comparativo que considerase el ciclo completo de vida de los productos. Tanto las etiquetas comparativas (no establecen una clasificación explícita entre los diferentes productos o marcas; simplemente proporcionan a los consumidores la información necesaria para que puedan comparar) como las etiquetas acreditativas -que resultan de las certificaciones- son voluntarios y se enmarcan dentro del grupo de estándares comerciales dentro de las condiciones de venta entre privados (comúnmente conocidos como “estándares privados”) y se rigen por el derecho privado aunque no sean estrictamente disposiciones legales. Aunque, en el caso de configurarse como obligatorios a nivel de un territorio aduanero, involucrando países miembros del sistema multilateral de comercio (como requerimiento de mínima para el acceso), estos etiquetados deben ser justificados dentro del Artículo XX del GATT 94 y el Acuerdo de Barreras Técnicas al Comercio para poder ser considerados legales en el sistema multilateral de comercio y no como medidas proteccionistas encubiertas. La aplicación de etiquetados de huella de carbono en bienes transables genera un profundo debate debido a las implicancias de diverso tipo, tanto para los países en 11 desarrollo como desarrollados, considerando las responsabilidades comunes pero diferenciadas, el acceso dispar a tecnologías limpias y también el impacto de las emisiones del transporte internacional en las mediciones para los productores de alimentos situados a largas distancias de los centros de consumo (“food miles”). La UE lidera las acciones comunitarias tendientes a implementar etiquetados ecológicos, y a nivel nacional se destaca en el proceso Francia (Leyes de Grenelle) y el Reino Unido (PAS 2050). Por su parte, EE.UU. se encuentra aún en un proceso parlamentario ambientalista que concluiría en un sistema de “Cap & Trade”, estándares de performance ambiental y la imposición de aranceles en frontera. Todo esto desembocaría en el establecimiento de un etiquetado de huella de carbono de forma obligatoria. IV.2. Las Políticas de las principales Economías: Unión Europea y Estados Unidos IV.2.1. La Unión Europea En el año 2000 la Comisión Europea lanzó el Programa Europeo del Cambio Climático (PECC) con el objetivo de identificar medidas rentables susceptibles de reducir las emisiones. Como pilar de esta política se estableció en el año 2005 el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE (ETS), el cual puso límites a la cantidad de CO2 que pueden emitir anualmente por instalaciones energéticas los gobiernos comunitarios siendo posible la venta de cuotas en caso de no utilizarlas y el pago de multas en caso de superarla (mercado europeo de derechos de emisión). Otras medidas del PECC están dirigidas a reducir el consumo de combustible de los coches, aumentar la eficiencia energética de los edificios, aumentar el uso de las energías renovables, reducir las emisiones de metano de los vertederos, desarrollar tecnologías de captura y almacenamiento de carbono y financiar medidas de adaptación al cambio climático. Con el mismo objetivo entró en vigencia en el año 2004 la Directiva 2004/35/CE que estableció en el ámbito comunitario la responsabilidad ambiental. 12 Por su parte en el año 2005, el Parlamento Europeo presentó a la Comisión una resolución (2005/2049) a favor de la aplicación de medidas en frontera en función del contenido de carbono de las importaciones provenientes de países que no son parte del Protocolo de Kioto (“free riders”). Desde 1992 se ha establecido un sistema de certificación voluntaria de ciclo completo bajo el nombre de EU-Ecolabel (etiquetado ecológico) (Reglamento (CEE) N° 880/92, revisado por el Reglamento (CE) N° 1980/2000). La ecoetiqueta europea evalúa los efectos medioambientales de un producto a lo largo de su ciclo de vida: consumo de materias primas, producción, distribución, utilización y desecho. Se otorga a los productos que garantizan un alto nivel de protección ambiental dentro de los siguientes grupos: equipos de ofimática, productos de papel, ordenadores, productos de limpieza, electrodomésticos, productos de bricolaje y jardinería, iluminación, camas y colchones, ropa y zapatos. Los criterios son unificados y válidos para todos los Estados miembros de la Comunidad Europea. Existen 23 categorías de productos. Su gestión es competencia del Comité de etiqueta ecológica de la Unión Europea (CCEUE) con el apoyo de la Comisión Europea. Por ejemplo, la Comisión ya ha establecido criterios ecológicos para los siguientes productos (entre otros): a) lavadoras: Decisión 93/430/CEE, de 28 de junio ("DOCE" L 198 de 7 de agosto de 1993). b) lavaplatos: Decisión 93/431/CEE, de 28 de junio ("DOCE" L 198 de 7 de agosto de 1993). c) abonos de jardinería: Decisión 94/923/CE, de 14 de noviembre ("DOCE" L 364, de 31 de diciembre de 1994). d) papel higiénico: Decisión 94/924/CE, de 14 de noviembre ("DOCE" L 364, de 31 de diciembre de 1994). e) rollos de papel de cocina: Decisión 94/925/CE, de 14 de noviembre ("DOCE" L 364, de 31 de diciembre de 1994). f) detergentes para ropa: Decisión 95/365/CE, de 25 de julio ("DOCE" L 217, de 13 de septiembre de 1995). 13 g) bombillas eléctricas a un solo pitón: Decisión 95/533/CE, de 1 de diciembre ("DOCE" L 302, de 15 de diciembre de 1995). h) pinturas y barnices de interior: Decisión 96/13/CE, de 15 de diciembre de 1995 ("DOCE" L 4, de 6 de enero de 1996). i) ropas de cama y camisetas: Decisión 96/304/CE, de 22 de abril ("DOCE" L 116, de 11 de mayo de 1996). j) bombillas eléctricas de dos casquillos: Decisión 96/337/CE, de 8 de mayo ("DOCE" L 128, de 20 de mayo de 1996). A partir del 2012, se exigirá también el uso de ecoetiqueta para los neumáticos (Reglamento CE 1222/2009). Esta nueva reglamentación se hace efectiva en toda la Unión Europea el 1 de noviembre de 2012 para todos neumáticos de vehículos de pasajeros, ligeros y pesados producidos desde el 1 de julio de 2012. En noviembre de 2012, todos los materiales promocionales técnicos para estos vehículos tendrán que proporcionar la información necesaria acerca del rendimiento del neumático con respecto al ahorro de combustible, su adherencia en mojado y los niveles de ruido. La nueva reglamentación establece una etiqueta que proporciona información sobre algunos criterios de seguridad y forma a los compradores sobre la eficiencia en combustible y los niveles de emisión de ruido de los neumáticos. IV.2.1.1. Acciones en desarrollo en los estados miembros de la UE i) Inglaterra: PAS 2050: 2008 El Estándar PAS 2050 (Public Available Specification), es una norma para la medición de la huella de carbono, proporciona un método de evaluación de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por un producto a lo largo de su ciclo de vida, considerando la/s fuente/s inicial/es de materia prima, la manufactura, el transporte, el uso y, finalmente, su reciclado o desecho (ciclo completo). Este estándar puede ser empleado en una amplia gama de procesos formales e informales, con el fin de mejorar su performance respecto de la emisión de gases 14 de efecto invernadero, como así también con el objeto de comunicar dicha performance a los consumidores. La PAS 2050 no tiene en consideración otros impactos potenciales como la utilización del agua, la biodiversidad, los estándares labores ni los impactos sociales. La PAS 2050 es muy utilizada a nivel europeo más allá de las fronteras del Reino Unido, pero esta metodología todavía tiene ciertos puntos por resolver como, por ejemplo, las emisiones del transporte internacional, las emisiones de bienes de capital y producciones en emplazamientos combinados. Por lo tanto, aún no ha sido internacionalmente reconocida como metodología única y armonizada a nivel mundial. ii) Francia: Ley Grenelle 2. Francia ha ido desarrollando a nivel nacional el “Proyecto de Ley Grenelle Environnement” (Grenelle 1 y 2) a partir del año 2006. La Ley Grenelle 1 establece el marco general del proyecto, y fue adoptada entre 2008 y 2009. Por su parte, la Ley Grenelle 2, busca el compromiso nacional en los temas medioambientales, siendo presentada ante el Consejo de Ministros en enero de 2009 y ante el Parlamento en septiembre de ese año, y finalmente aprobada en 2010. Grenelle 2 es un documento bastante voluminoso que fue elaborado con el objetivo de poner en marcha las orientaciones generales de la ley Grenelle 1. Contiene 257 artículos que cubren áreas clave de la política de desarrollo sostenible en Francia tales como el transporte, la energía, el agua, los residuos, la biodiversidad, la salud, y la contaminación. El artículo 228 de ésta Ley establece lo siguiente: "… desde el 1 de julio de 2011, y previa consulta con todos los actores relevantes en la industria, se desarrollará una etapa de experimentación, por un período mínimo de un año, con el afán de informar progresivamente al consumidor… sobre el contenido de carbono equivalente de productos y su embalaje, así como del consumo de recursos naturales o del impacto sobre los medios naturales generado 15 por estos productos durante su ciclo de vida. (…) Se tendrá en consideración la especificidad de las pequeñas empresas para conseguir el objetivo perseguido… Un decreto del Consejo de Estado se definirá sobre la base de reglas bien definidas por cada categoría de productos, la naturaleza e información pertinente, según su modo de distribución; la ubicación de la información y las referencias que hay que utilizar…”. En una primera lectura parece que esta ley obligaría a todos los exportadores a comunicar en los envases de sus productos de manera explícita cuantos gases de efecto invernadero generaron en todo el ciclo de vida del producto, midiendo la generación de emisiones directa e indirecta: la materia prima, la producción del producto, la distribución, el consumo y el posterior desecho o reciclaje de este. Sin embargo, si se analiza el contenido de la ley en toda su extensión, vemos que se trata de un enfoque multicriterio, coincidiendo con la tendencia mundial en materia de medir y reflejar impactos ambientales y sociales de las actividades productivas, no refiriéndose sólo a la huella de carbono. Luego, se establece un período de prueba y una evaluación, por lo que su aplicación será gradual y considerando los impactos que ésta tenga principalmente en las empresas de menor tamaño. Y, finalmente, se establecerán indicadores por categorías de productos, que no se limitarán sólo a la huella de carbono y que se construirán participativamente, considerando particularmente la experiencia que ya tiene la venta minorista (retail). Por otra parte, si bien Grenelle 2 establecería por primera vez una norma obligatoria en materia de etiquetado ambiental, no podemos olvidarnos de que han sido las grandes cadenas de supermercados las que han dictando las pautas en materia de etiquetado, adelantándose a gobiernos y organizaciones no gubernamentales. - Estado de situación de la Ley Los diputados Bertrand Pancher (UMP, mayoría presidencial) y Philippe Tourtelier (Partido Socialista, oposición) presentaron en julio de 2011 (un año después de la 16 aprobación de la ley, en junio de 2010), una primera evaluación de la aplicación de la ley. El retraso en la publicación de los decretos, el peso de los grupos de presión y la falta de organización en el control de la ley constituyen los puntos destacados del informe presentado por los dos diputados, Un año después de la aprobación de la ley, sólo el 31% de los 189 decretos previstos por la ley, han sido publicados. Un 22% todavía está en curso de validación por parte del Consejo de Estado y otro 30% se encuentra en fase de estudio en los distintos ministerios encargados de su aplicación. En opinión de uno de los autores del informe, Philippe Tourtelier, la culpa la tienen “los grupos de presión” que han contribuido a vaciar la ley de su contenido. Por ejemplo, el decreto que prevé la obligación de informar sobre la huella de carbono de las empresas ahora sólo se refiere a las emisiones directas, aunque las emisiones indirectas pueden representar hasta un 80% de las emisiones totales de las empresas. “Lo mismo ocurre con el sector público, que sólo quiere tener en cuenta las emisiones directas”. En consecuencia, la información no es significativa y los planes de acción territoriales resultan insuficientes. ” Además, una serie de informes previstos por el Gobierno sobre las cuestiones estratégicas no se han llevado a cabo. Es el caso de la biodiversidad, por ejemplo. El informe para identificar las disposiciones fiscales que podrían tener un impacto negativo sobre la biodiversidad no se ha realizado todavía. No se ha definido una estrategia clara, y menos un calendario. Otro problema señalado afecta al propio Parlamento. Se trata de la falta de recursos financieros y humanos asignados a al seguimiento de la ley: la Asamblea Nacional ha asignado a sólo un funcionario y a un becario para seguir la puesta en marcha de 189 decretos. A modo de conclusión, se ve que es muy larga la lista de los decretos que todavía faltan, sobretodo en temas de salud (ondas electromagnéticas, nanopartículas, pesticidas), energías renovables, biodiversidad y transporte. Sin embargo, el gobierno francés ha asegurado que el 50% de los decretos se tomarían durante el 17 verano europeo y el resto en el 2011. Los dos diputados volverán a presentar un informe final a fines de enero de 2012. iii) Otros países europeos En España, la Asociación de Empresarios Productores Ecológicos de Andalucía (EPEA) con el apoyo de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía ha puesto en marcha un proyecto único en España, por el cual intentan medir la huella de carbono específicamente en tres productos agroalimentarios (como casos pilotos): el aceite de oliva virgen extra, el vino Pedro Ximénez (variedad de uva determinada) y el tomate cherry. Alemania también se encuentra inserta en el movimiento ecologista de forma pionera. El primer etiquetado medioambiental a nivel mundial, “Der blaue Engel”, surgió en este país. En este país existen iniciativas privadas, como el Proyecto Product Carbon Foodprint (PCF) cuyo objetivo es medir la huella de carbono del ciclo completo dentro de Alemania de un universo de productos (15 productos en su fase piloto) mediante una metodología uniformada (ISO Bilanz – PAS 2050) por un período de 2 años para luego implementar etiquetados armonizados que permitan dar información precisa al consumidor. Sin embargo, en lo relativo a huella de carbono no existe a nivel gubernamental un avance regulatorio como sí es el caso de Francia y Gran Bretaña, aunque si un total plegamiento a las medidas comunitarias. En Suecia, existen iniciativas privadas, donde varias cadenas de supermercados y restaurantes indican los kilos de dióxido de carbono que se emiten en la producción de los productos o platos ofrecidos. Por su parte, la Agencia sueca de Seguridad Alimentaria, “Nutrition Department at the Swedish National Food Administration”, recibió el mandato de su gobierno de elaborar una guía de recomendaciones de alimentación relacionando salud con clima. La guía recomienda a los particulares consumir zanahorias sobre tomates, debido a que estos últimos se producen en invernaderos que consumen combustible fósil para mantener la temperatura controlada. A su vez también incentiva el consumo de la carne de pollo y legumbres por sobre la carne vacuna debido a su huella de carbono más reducida. 18 En el caso de consumir carne vacuna se recomienda comprar carne local alimentada con pasto natural. IV.2.2. En Estados Unidos El gobierno de Estados Unidos firmó el Protocolo de Kyoto pero no lo ha ratificado por lo que su adhesión sólo fue simbólica hasta el año 2001, fecha en la cual el presidente Bush retiró a los EE.UU. del protocolo. Esta posición tiene base en la Resolución Byrd-Hagel de 1997, la cual establece que EE.UU. no aceptará compromisos vinculantes respecto al cambio climático si no consideran la reducción en países en desarrollo. En el plano doméstico, más allá que EE.UU. esté más atrasado que Europa, existe un activo debate ambiental. Con la presidencia de Barack Obama, y su compromiso expreso, se ha vuelto a poner sobre la mesa un proyecto de ley nacional medioambiental. En consecuencia, existen de forma paralela proyectos en ambas cámaras. El proyecto de ley en consideración del Senado, “Clean Energy Jobs and American Power Act” (S.1733) llamado también Kerry-Boxer es una enmienda a la Ley sobre Aire Limpio, “Clean Air Act” o Ley Waxman-Markey. El objetivo de este marco normativo es implementar un esquema nacional de control de emisiones considerando el mantenimiento de la competitividad de la industria norteamericana tiene como propósito establecer un sistema de “Cap and Trade (CT schemes)” y de “imposición de estándares de performance”. Este proyecto no fija aún límites de emisión pero deja entenderlo como su evolución más próxima. La Ley Markey-Waxman de Energía y Seguridad, compromete una reducción modesta y obligaría a los importadores de algunos sectores, en determinadas condiciones y a partir de 2020, a comprar reducciones de emisiones en los Estados Unidos, para compensar las emisiones incorporadas en los productos importados. El proyecto Kerry-Boxer establece las mismas metas de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que el Proyecto de ley Waxman-Markey a 19 excepción de la meta para el 2020 que prevé una reducción de 20% por debajo de los niveles de 2005. Dicha meta es más ambiciosa que la meta de 17% del Proyecto de ley Waxman-Markey. La ley crearía un mercado estadounidense de CO2, que se asociaría con el tiempo con otros mercados en el mundo, especialmente con el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea. Más allá de 2020, la ley contempla un recorte del 38% en las emisiones en tan sólo una década y el objetivo final es una reducción del 83% en 2050. Si bien, estas cifras pueden sonar importantes, el problema es que las negociaciones en Naciones Unidas sólo se refieren a los niveles de 1990. Así que una reducción de un 20% sobre los niveles de 2005 tan sólo supondría una reducción del 4% respecto a los niveles de 1990. Más allá de estas limitaciones de emisión de carácter doméstico, dentro del concepto de “barreras al carbono” este nuevo esquema legal considera aplicar aranceles diferenciados según las emisiones de carbono de los productos importados originarios de países con legislaciones más laxas que los aplicados en los EE.UU., lo que tendría un alto potencial violatorio de las normas de la OMC. IV.3. Otras normativas internacionales relacionadas a la Huella de Carbono Por lo que concierne al desarrollo de estándares internacionales, los estándares ISO de la serie 14000 se refieren específicamente a la gestión ambiental. La serie 14040 precisa procedimientos aplicables al análisis del ciclo de vida de los productos y la 14060 es una guía para la inclusión de aspectos ambientales en los estándares de producto. En particular, las normas 14064 y 14065 tienen como objetivo dar credibilidad y aseguramiento a los reportes de emisión de GEI y a las declaraciones de reducción o eliminación de GEI. Actualmente se esta desarrollando una nueva ISO, la 14067 para el cálculo y medición de la huella de carbono. 20 IV.3.1. ISO 14.067 La Organización Internacional de Estandarización (ISO) está desarrollando una nueva norma ISO 14067 sobre el cálculo de la huella de carbono en producto y su comunicación, incluyendo el etiquetado. La adopción de normas sobre medición de huella de carbono por parte de ISO será clave para evitar que la proliferación de normas voluntarias, y oportunamente obligatorias sobre etiquetado de huella de carbono, discrimine negativamente a los países en desarrollo, perjudicando sus productos exportados. Una forma de discriminación sería otorgándole un peso excesivo al transporte internacional. La ISO es una organización que ha desarrollado más de 18.500 estándares públicos y privados con validez global. Tiene 162 países miembros que representan el 98% del PBI mundial. En su elaboración participan los organismos de certificación de cada país miembro en los grupos de trabajo que desarrollan la norma. En lo que respecta a América Latina, en la actualidad participan en los grupos técnicos, el IRAM (Argentina), el ABNT (Brasil), el INN (Chile), la DGN (México), el ICONTEC (Colombia) y el INTECO (Costa Rica) La ISO ha aprobado, además normas sobre diversas materias relacionadas con el cambio climático, los gases de efecto invernadero y la huella de carbono, y tiene otras en desarrollo, por ejemplo, sobre: - ISO 14064: Especificaciones para cuantificar, monitorear e informar sobre emisiones de gases de efecto invernadero (y su remoción) (Partes 1 y 2); y especificaciones para validar o verificar las afirmaciones sobre tales temas; - ISO 14065: Requerimientos y principios para órganos acreditados para la validación y verificación de gases de efecto invernadero; - ISO 14066 (en desarrollo): Una norma que especificará los requisitos de competencias para equipos de validación y verificación de gases de efecto invernadero, incluyendo guías para su evaluación; - ISO 14067 (en desarrollo): Norma sobre el cálculo de la huella de carbono en producto, y su comunicación incluyendo el etiquetado; 21 - ISO 14069 (en desarrollo): Un documento guía para la cuantificación e informe de emisiones de gases de efecto invernadero para organizaciones. IV.3.1.1. Norma ISO en desarrollo sobre la medición de huella de carbono La nueva norma ISO 14067 que está desarrollando la ISO incluye una metodología para el cálculo de la huella de carbono en producto, y su comunicación incluyendo el etiquetado. La norma bajo desarrollo tiene dos partes sobre las cuales están trabajando grupos técnicos, la parte 1 (cuantificación) y la parte 2 (comunicación). Se espera que ambas estén completas en 2012. La norma ISO toma como base la metodología de ciclo de vida ya contenida en normas ISO 14040 y 14044. El borrador especifica criterios y requisitos específicos para los estudios que procuren cuantificar la huella de carbono a lo largo del ciclo de vida del producto. Los estudios de ciclo de vida deberán definir el objetivo y alcance de la medición, realizar un inventario de emisiones, y evaluar el impacto de las mismas de acuerdo a la metodología descripta en la norma. La huella de carbono en producto estará determinada por la sumatoria de impactos. A su vez, la segunda parte de la norma detalla los requisitos y principios y guías para la comunicación de la huella de carbono en producto, basada en el informe y otra información a partir del estudio de la huella de carbono. Por ejemplo, indica que si los resultados del estudio de huella de carbono serán comunicados a los consumidores, el informe de impacto debe ser verificado por una tercera parte independiente. El objetivo de esta segunda norma es lograr que las declaraciones públicas sobre huella de carbono en producto sean precisas, verificables, relevantes y no engañosas, proveyendo una estructura robusta para proveer información sobre huella de carbono a las partes interesadas. IV.3.1.2. Compatibilidad entre metodologías El desarrollo de normas ISO, por su alto grado de aceptación internacional, permite la compatibilización entre diversos sistemas de medición de huella de carbono. En la actualidad las metodologías más utilizadas para la medición de huella de 22 carbono en producto son la PAS 2050 desarrollada por Carbon Trust (Reino Unido) la cual tiene un enfoque de ciclo de vida de las emisiones procedentes de las actividades relativas tanto a la producción de bienes como de servicios; y el GHG Protocol desarrollado por el World Business Council for Sustainable Development (WBCSD) y el World Resources Institute (WRI) en conjunto con empresas y ONGs. La aprobación de una norma ISO sobre huella de carbono en producto podría ser muy útil en el sentido que podría ser tomada como el estándar internacional aplicable en futuros conflictos presentados en el ámbito de la OMC, constituyéndose de esta manera en el estándar al cual deberán atenerse países como Francia al momento de implementar normas que pudieran discriminar a productos importados según su huella de carbono. IV.3.2. Organización Marítima Internacional El Comité Marítimo de Protección Ambiental de la Organización Marítima Internacional – OMI de la ONU, adoptó medidas obligatorias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes del transporte marítimo internacional. Esta decisión, tomada en una reunión celebrada en Londres en julio de 2011, representa el primer régimen vinculante para la reducción de emisiones contaminantes para un sector industrial internacional en particular. Las decisiones adoptadas por el Comité implican una enmienda al MARPOL (Convención Internacional para Prevenir la Contaminación causada por los Buques, generalmente por accidentes operacionales), específicamente a su Anexo VI, agregándole al mismo un nuevo capítulo 4 haciendo obligatorio el “Energy Efficiency Design Index” (Índice de Diseño de Eficiencia Energética - EEDI, por sus siglas en inglés), para los nuevos barcos y el “Efficiency Management Plan” (Plan de Manejo de Eficiencia Energética - SEEMP, por sus siglas en inglés), para todas las embarcaciones. Se espera que esta normativa entre en vigor el 1 de enero de 2013. 23 Otras enmiendas a este Anexo VI agregan nuevas definiciones y el requerimiento de “Survey and Certification”, incluyendo el formato del Certificado Internacional de Eficiencia Energética. Asimismo se establece que las normas aplicarán a todos los barcos que excedan las 400 toneladas. Se espera entrarán en vigencia el 1° de enero de 2013, al exigir que aquellos barcos construidos después de 2013 mejoren su eficiencia en un 10%, para el periodo correspondiente a 2020 y 2024 un 20%, y posteriormente un 30%. La OMI obliga a todos los Estados de la misma manera de acuerdo al principio de trato equitativo. Como resultado de ello, algunos países como China, aduciendo el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, pidieron que el EEDI sea obligatorio sólo para los países desarrollados y voluntario para los países en desarrollo. Este país mas Brasil, Arabia Saudita y Sudáfrica pudieron conseguir un período de seis años y medio para implementar estas reglamentaciones en aquellas embarcaciones registradas en países en desarrollo. El EEDI es la primera medida global obligatoria para mejorar la eficiencia energética de nuevas embarcaciones y limitar las emisiones de carbono del transporte marítimo internacional. También es un mecanismo basado en el desempeño, el cual permite que la industria escoger la tecnología usada en el diseño de sus embarcaciones mientras éstas cumplan con el nivel de eficiencia energética deseado. En reacción a las modificaciones de la OMI, la Comisión Europea ha propuesto incorporar a su normativa las medidas aprobadas por unanimidad en la OMI. En este sentido, propone reducir las emisiones de dióxido de azufre del transporte marítimo en un 90 %. La legislación propuesta revisa la Directiva en cuanto al contenido de azufre de determinados combustibles líquidos e incorpora nuevas normas de la OMI al Derecho de la UE para garantizar su cumplimiento correcto y armonizado por todos los Estados miembros de la UE. Con arreglo a las propuestas, el contenido máximo de azufre autorizado en los combustibles utilizados en el transporte marítimo en zonas vulnerables como el Mar Báltico, el Mar del Norte y el Canal de la Mancha se 24 rebajará del porcentaje anterior del 1,5 % al 0,1 % desde el 1 de enero de 2015. Otras zonas tendrán que registrar reducciones mayores incluso, desde el 4,5 % hasta el 0,5 %, a más tardar el 1 de enero de 2020. Los buques podrán utilizar tecnologías equivalentes, tales como sistemas de depuración de gases de escape, como alternativa al uso de combustibles con bajo contenido de azufre. Otros cambios importantes propuestos son una notificación y verificación más unificada y disposiciones sobre el muestreo ajustadas a las normas internacionales. La propuesta se aplicará progresivamente de 2015 a 2020. Mientras tanto, la Comisión formulará en 2012 una serie de medidas a medio y largo plazo en el marco de la “caja de herramientas del transporte sostenible por vías acuáticas” al efecto de fomentar el transporte marítimo de corta distancia sostenible y competitivo. Si bien las nuevas normas representarán un desafío para los sectores afectados, el uso de tecnologías de reducción alternativas rebajará de forma importante los costes de cumplimiento y estimulará la innovación y la eficiencia en el uso de los recursos. V. LOS ESTANDARES PRIVADOS La proliferación de las normas privadas es alarmante. Según la UNCTAD, el número de sistemas privados se eleva a 400 y sigue aumentando. En algunos casos se trata de normas desarrolladas por empresas (cadenas de supermercados), en otros, tienen alcance internacional y cubren toda una industria, sin limitarse a un país, una región geográfica o a un grado de desarrollo. Las normas privadas persiguen objetivos diversos, muchas veces relacionados con el ámbito social y medioambiental o con el bienestar de los animales, o a los aspectos sanitarios y fitosanitarios, relacionados en la gran mayoría de casos con la inocuidad de los alimentos. Esta alta proliferación se esta produciendo especialmente en la UE. Según los especialistas, este incremento se debió inicialmente como respuesta a una pérdida 25 de confianza de la población (consumidores) en los sistemas de control oficiales (caso de la “vaca loca” o BSE). En la actualidad resulta insuficiente cumplir las reglamentaciones del país importador; los productos deben también satisfacer las prescripciones de los sistemas de normas voluntarias del sector privado, a menudo más complejas y estrictas que las gubernamentales. Se consideran entonces en una condición de acceso. Cuando en determinado sector se impone la normativa privada, el margen de opción de que disponen los proveedores es limitado. De hecho, cuando un determinado producto o especificación alcanza una porción significativa de mercado, ese conjunto de prescripciones adquiere, de facto, obligatoriedad. En tal caso, los proveedores tienen alternativas mínimas, o ninguna, salvo cumplir con las normas, en la medida en que pretendan ingresar o mantenerse en un mercado en particular. Esto es problemático si el mercado es concentrado, como ocurre con el comercio minorista de la alimentación. Cuando un pequeño número de minoristas de la alimentación representa una fuerte proporción de las ventas de productos alimenticios, se reducen considerablemente las opciones de los proveedores que no participan en un sistema individual o colectivo de normas aplicadas por los minoristas. Esto ocurre en la UE. En varios de los países de la UE, las cinco primeras firmas minoristas normalmente representan más del 50% de las ventas. 26 Como ejemplo podría citarse la norma Naturale´s Choice de la cadena Tesco en el Reino Unido, que da cuenta de una cuota de mercado del 30%. Estos grandes minoristas tienen el poder oligopólico suficiente para inducir cambios en la cadena de aprovisionamiento, dando lugar a que algunas normas hayan pasado a ser obligatorias de facto. En otros supermercados europeos ocurre lo mismo, tal es el caso de la cadena alemana ALDI. No hay estudios concluyentes donde la certificación de huella de carbono sea un elemento clave al momento de la decisión de compra por parte del consumidor. La marca, la calidad o el precio parecen tener una mayor influencia a la hora de decidir. Un punto clave que debe evaluarse y que hay que entender es que no existe una sola forma de reglamentación, ni de medición de criterios medioambientales y que a su vez, estén relacionados a la huella de carbono. Un claro ejemplo es la industria de los biocombustibles, que amenaza con incurrir en cierta anarquía. El hecho es que no hay principios o criterios acordados internacionalmente que definan cuales son las prácticas sustentables para la producción de biocombustibles. Esta amenaza se ha concretado. Existen un sin número de iniciativas, tanto voluntarias como obligatorias, especialmente para el etanol, creadas con el objeto de certificar los biocombustibles, que hacen que el sector sea considerado una “Babel”. Las iniciativas existentes podrían dividirse en tres grandes grupos, a saber: 1. iniciativas de carácter nacional o regionales; 2. iniciativas internacionales; e 3. iniciativas globales de múltiples interesados o grupos de interés (multistakeholders), como productores, compañías privadas, ONG, expertos, sociedad civil, etc. 27 En la siguiente gráfica se puede apreciar la diversidad de iniciativas existentes. INICIATIVAS NACIONALES Y REGIONALES INICIATIVAS INTERNACIONALES UE Directivas G8+5 FAO GBEP UNCTAD TASK 39 IEA OCDE INICIATIVAS GLOBALES MULTISTAKEHOLDER RSB BSI RSPO RTRS Fuente: IEI -CERA VI. COMENTARIOS AL PROYECTO DE LEY VI.1. Su artículo 1° crea el Programa Nacional para la Construcción y Difusión de la Fórmula de Cálculo de Huella de Carbono por sectores productivos del complejo exportador. Ubica las responsabilidades administrativas como competencia de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. Afirma que esta acción se realiza de acuerdo al contexto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Comentario: Es importante tener en cuenta que la CMNVCC (1992) que entró en vigor en 1994 tiene como objetivo lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas y en un plazo razonable para permitir que los ecosistemas 28 se adapten naturalmente al cambio climático, asegurando que la producción de alimentos no se vea amenazada y permitiendo el desarrollo económico sustentable (Ver artículo 2). Las partes de la Convención deberían proteger en beneficio de las generaciones presentes y futuras, sobre la base de la equidad y de conformidad con sus responsabilidades comunes pero diferenciadas y sus respectivas capacidades. Se deben tener plenamente en cuenta las necesidades específicas y las circunstancias especiales de las partes que son países en desarrollo (Ver artículo 3). Por lo que 1. La Huella de Carbono es sólo una herramienta, que debe mantenerse estrictamente en el marco de las acciones voluntarias, ya que como política pública presenta debilidades metodológicas que podrían constituirse en una seria amenaza para los sectores exportadores, en particular, y para la producción industrial nacional, en general. En primer lugar, es necesario alinear el marco regulatorio y las políticas internas a la posición nacional asumida en el marco de la CMNUCC, en defensa del principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas. La huella de carbono no es un instrumento que haya sido validado en ninguno de los acuerdos internacionales logrados bajo este encuadre, y de los que Argentina forma parte. 2. Cualquier visión parcial que asocie emisiones GEI a producto, sin considerar aspectos completos de su ciclo de vida y la contribución efectiva de los materiales, bienes intermedios y finales a las necesidades de mitigación y adaptación al cambio climático pueden poner en serio riesgo a aquellos sectores cuya competitividad se vea expuesta al comercio internacional, y debe tenerse en cuenta que los países desarrollados podrían aplicar instrumentos como el propuesto en este proyecto de ley como barreras para arancelarias. Por ello, se sugiere que las políticas orientadas a mantener la competitividad de los sectores exportadores se desarrollen en un marco “caso por caso”, y tengan en cuenta el desarrollo de metodologías de cálculo de emisiones sólo en aquellos casos en donde los requieran los mercados de destino mediante una activa participación de Argentina 29 en el proceso PCR de ISO (Calculation Rules for Product Categories) y mediante negociaciones bilaterales, con soporte de los Ministerios competentes. 3. Como herramienta del campo voluntario, fuera de algunas iniciativas del sector privado, no existe aún consenso a nivel internacional sobre aspectos metodológicos básicos tales como la comunicación y el etiquetado, tal es así que el proceso ISO en el que se discute la normalización de la huella de carbono ha sufrido una serie de marchas y contramarchas, con votaciones negativas incluso de los representantes de los países desarrollados. Asimismo, un número limitado de sectores industriales están desarrollando en ISO metodologías de cálculo de emisiones de CO2, que respetan las particularidades de cada sector y en el que Argentina participa activamente a través de IRAM, pero la discusión de estas normas no ha concluido aún. No parece razonable adoptar legislación que desconozca las dificultades planteadas en estos procesos y fuerce a la autoridad de aplicación designada a adoptar en un plazo de 180 días fórmulas de cálculo para todos los sectores exportadores, y obligue a todo el sector exportador argentino a adoptar un esquema de etiquetado, que incluya huella de carbono, sin un análisis de su conveniencia, caso por caso. VI.2. El hecho de ubicar el programa como competencia exclusiva de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo sustentable es un desacierto pues lo que corresponde no es elegir una estrategia excluyente sino integrar un Marco de Políticas Integradas con participación de los Ministerios con incidencia en los aspectos productivos y de Negociaciones Internacionales. La creación de un Programa Nacional para la Construcción y Difusión de la Fórmula de Cálculo de la huella de carbono por sectores productivos del complejo exportador es claramente una reducción de la multidimensionalidad del problema del Cambio Climático a un solo factor. Este planteo se traduciría en la hipótesis de que el etiquetado de la huella de carbono definida a nivel nacional, solamente para el sector exportador, produciría el acceso de las exportaciones argentinas al mercado internacional. 30 Por el contrario, los exportadores, por su interacción internacional, toman las definiciones de los requisitos de acceso de sus productos de los diferentes destinos de sus exportaciones. En términos prácticos la construcción de la fórmula a nivel local no tiene ningún efecto en las exportaciones, a menos que específicamente esta fórmula fuera aceptada como requisito de ingreso en todos los mercados de destino y que la huella de carbono sea lo único a tomar en cuenta cuando se habla de un etiquetado medioambiental. Los objetivos de la ley del artículo 2° exceden totalmente como conjunto los efectos de un programa para la construcción y difusión de la fórmula de cálculo. En efecto, el artículo 1° sólo está vinculado con el literal a) y eventualmente con el d) pero no necesariamente tienen relación con los literales b), c) y e). El artículo 4° no es comprensible. No se entiende qué se quiere decir “fijar los criterios y contenidos de cada variable”, cuando la única variable que toma el Proyecto es la huella de carbono. Menos aún por cuanto en el artículo 3° se establece como autoridad de aplicación de la ley a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable con lo cual no se sabe quién es la “autoridad de aplicación sectorial”. En cuanto al financiamiento del programa, previsto en el artículo 5°, no hay en los Fundamentos del Proyecto ninguna estimación del costo del mismo, ni del origen y aplicación de fondos. Además, aplicar fondos según el literal e) de los objetivos puede ser un malgasto de recursos públicos teniendo en cuenta que no tienen ninguna relación con el artículo 1°. VII. RECOMENDACIONES Teniendo en cuenta las observaciones realizadas, es necesaria una reformulación integral del Proyecto de Ley. 31 A nuestro juicio, es necesario en materia de Cambio Climático, Comercio Internacional y Energía la creación de un marco legal para la creación de un Consejo presidido por la Presidenta de la Nación e integrado con los demás Ministerios con competencia que en un proceso de articulación público privada, desarrollen un marco de políticas integradas para hacer frente al Cambio Climático. 32