La ciudad y sus aledaños en los albores del siglo XX Plano de Madrid y pueblos colindantes de Facundo Cañada Francisco José Marín Perellón Historiador Plano de conjunto insertado en el plano general. Ilustración de Madrid. Núm. 15. Primavera 2010 93 Detalle del plano de Vallecas. E L Plano de Madrid y pueblos colindantes al empezar el siglo XX constituye el salvoconducto con el que el comandante de la Guardia Civil Facundo Cañada López entra en la historia de la cartografía de Madrid. Se trata de un gran plano desde todos los puntos de vista, tanto por su tamaño, como por la notable información que incorpora, así en la propia estampa como en el directorio o Guía de Madrid que lo acompaña y completa. Conviene no olvidar, como refiere el propio título, que representa por vez primera el completo elenco de cuantas localidades componían el entorno del Madrid de principios de siglo, así en lo tocante a la representación de su planta geométrica como también por la inclusión de una apabullante información de todo rango. Elementos formales Lo primero que hay que patentizar es su escala, de 1:7.500, acompañada de su correspondiente escalín de diez centímetros equivalente a 750 metros. Fue impreso a ocho colores por la empresa litográfica Mateu –luego Mateu Cromo– en seis hojas independientes, cada una de ellas con unas dimensiones aproximadas de sesenta y tres centímetros de alto por setenta y cinco con cinco de ancho, lo que conforma un gran plano mural de ciento cincuenta centímetros de alto por ciento veintiséis de ancho. Si no es el primero en la utilización del formato vertical en la representación de la ciudad (esa característica pertenece a la reducción del plano parcelario de Madrid de Ibáñez Íbero editado en 1879 a la escala de 1:5.000) sí puede decirse que es el primero en hacerlo a color 94 Plano de Madrid y pueblos colindantes de Facundo Cañada y con fines eminentemente comerciales. No viene de más patentizar que al menos desde 1868 el ámbito ocupado por el casco urbano de Madrid, incluyendo el área trazada por el nuevo Ensanche, iba tomando la disposición y apariencia de lo que, desde mediados del siglo pasado, se denomina la Almendra Central. Esa incipiente Almendra Central, tal y como la dibuja el comandante Cañada López, se rodea de una forma no muy afortunada por la representación de los respectivos cascos urbanos de las localidades de las inmediaciones de Madrid, así como los de los pequeños barrios que poseen nombre y trama propios. Y decimos de forma no muy afortunada porque se sitúan en el borde del plano de forma convencional en el punto más próximo a su ubicación real respecto a la planta general de Madrid, resaltándose con líneas gruesas quebradas –poco atractivas, por cierto– que se funden en el marco general del plano. La hoja número 1 incluye los planos de los barrios de la Estación y de Húmera, ambos dependientes de Pozuelo de Alarcón y el de esa misma localidad, y los de Aravaca y Real Sitio de El Pardo. La hoja número 3, los planos de las localidades de Carabanchel Alto y Bajo, Leganés y Villaverde. La hoja número 4, los planos de las localidades de Fuencarral, Chamartín, Hortaleza, Canillas y Canillejas. La hoja número 5, el plano de Vicálvaro. Y la hoja número 6, por último, los planos de las localidades de Vallecas y los dependientes barrios de Nueva Numancia y Doña Carlota, el de Getafe y el de sus barrios de Cerro de los Ángeles, Estación del Mediodía y Perales del Río. Todos estos planos parciales, igualmente levantados a la escala común de 1:7.500, suman un total de veintidós, lo que supone el primer corpus impreso de las localidades que rodeaban el término municipal de Madrid. Cada uno de ellos se completa con una pequeña leyenda, variable en extensión según cada caso, que enumera el elenco de localizaciones del mismo. El interés que deparan estos diseños es excepcional. Como señala el autor en el propio plano, muchos de los datos se han tomado de los Ayuntamientos correspondientes y del Instituto Geográfico y Estadístico, con la autorización correspondiente. Eso hace suponer que Cañada debió tener a la vista los detalles de cada casco urbano que el Instituto Geográfico y Estadístico había constatado durante más Detalle del plano de Leganés. de treinta años en la confección de la Hoja Kilométrica, que representan de forma conjunta las respectivas localidades a la escala común de 1:2.000. Esas minutas, reducidas a la escala de 1:7.500, se actualizaron doblemente merced al trabajo de campo del propio Cañada y a los datos relativos a los edificios y localizaciones de cualquier índole proporcionados por los respectivos ayuntamientos. En lo tocante al casco urbano de Madrid, es evidente que el origen de los datos cartográficos debe provenir igualmente de los planos del Instituto Geográfico y Estadístico, tanto en lo relativo a las series de Hoja Kilométrica como a su publicación posterior de la mano del general Carlos Ibáñez e Íbáñez Íbero a las escalas de 1:2.000 y 1:5.000. La representación utilizada es estrictamente geométrica, completándose con el dibujo de las curvas de nivel con isometría de una cada cinco metros y el uso de áreas o zonas de máxima pendiente mediante sombreado en sepia; representación de cursos fluviales, barrancos y arroyos y, por último, el dibujo de las áreas forestales, las dedicadas a ajardinamientos y paseos, y los cultivos en la parte suburbana, todo de forma convencional. Tanto los planos de localidades como los del casco urbano de Madrid se completan con una muy cuidada leyenda alusiva a los elementos representados y semiología del propio plano, bajo la mención de signos convencionales. Los cincuenta y dos códigos utilizados en la representación muestran los edificios particulares, del Estado, de la Iglesia y empresas, calles abiertas al servicio público, con indicación de las que están solamente proyectadas, y las que poseen arbolados, cercados de madera y de mampostería, solares, terrenos dedicados a tejares, a labor agrícola, monte bajo, monte bajo y arbolado y viñas, curvas de nivel y cota, ríos, arroyos de agua constante y no continua, canales de riego existentes y proyectados, acequias de riego y estanques, puentes de hierro y de mampostería, lavaderos, baños, merenderos y norias, límites de parroquia, huertas, parques y jardines públicos y privados, líneas férreas en explotación con sus kilómetros en uso existentes y proyectadas, líneas férreas de vía estrecha existentes y proyectadas, tranvías eléctricos, a vapor y a tracción animal existentes y proyectados, carreteras de primer, segundo y tercer orden construidas y proyectadas, con sus kilómetros y árboles, caminos vecinales, veredas o sendas, límites de partido o distrito judicial en las afueras e interior de Madrid y en los respectivos municipios representados, límites de los barrios municipales y demarcaciones parroquiales y, por último, valor de suelo para el interior de Madrid y para el Ensanche. Merece la pena reseñar literalmente lo que especifica la nota correspondiente en la cartela: Los números en azul colocados Ilustración de Madrid. Núm. 15. Primavera 2010 95 en medio de las calles representan el valor aproximado del metro cuadrado del terreno o solar en pesetas. Cuando existen dos numeraciones unidas por un guión indica que tiene la calle diferentes precios, correspondiendo el más alto al principio de la calle. Cuando hay una sola numeración es que su precio es el mismo en toda la calle. Este dato rige solo para el interior y el ensanche. Magno empeño condensado en tan solo seis hojas. Toda la extensa cartela de signos convencionales se completa con una retícula geográfica que rodea el recuadro en que se inscribe el plano. Lo indica su nota segunda al reseñar que las líneas verticales (letras) que con las horizontales (números) forman las cuadrículas son paralelas entre sí. Evidentemente, tal retícula permite localizar los distintos elementos debidamente ordenados en la Guía de Madrid que acompaña al plano, como oportunamente se encarga se recordarnos la propia cartela: Advertencia. para examinar el Directorio de Madrid y otras notas aclaratorias, véase la Guía que acompaña al plano. Después de todo lo dicho, aún quedan elementos por describir. Facundo Cañada expresaba como nota quinta de su leyenda que en ciertos establecimientos que tengan gran extensión y varias dependencias, se detallarán todas éstas por medio de números o letras en color azul o en negro, cuya explicación minuciosa figurará con claridad en la Guía [...]. Se refería a cuatro pequeños diseños en los que representaba el Manicomio del Doctor Esquerdo, [ubicado en el] término municipal de Carabanchel Alto, el establecimiento denominado Las Piqueñas. Instituto benéfico de S[an] José, para epilépticos, fundado por los Exc[elentísi]mos S[eño]res Marqueses de Vallejo y a cargo de los Hospitalarios de S[an] Juan de Dios, [ubicado en el] térm[in]o mun[icipa]l de Carabanchel Alto, el Asilo de Nuestra Señora de la Paloma, a caballo entre los tér- minos municipales de Madrid y Fuencarral, y el plano del Nuevo mercado de ganados, en lo que había sido hasta 1856 la pradera del canal de Manzanares. Estos cuatro diseños o planitos se localizan en las hojas 2 y 3 del plano general. El plano se completa con dos pequeños diseños localizados en las hojas 5 y 6. El primero tiene una evidente componente documental, ya reseñada en otros planos de la ciudad, pues se dedica a evidenciar la secuencia del crecimiento histórico de Madrid entre los siglos IX y XX. Titulado Reducción del plano de los ensanches sucesivos de Madrid, publicado por D[on] Á[ngel] Fernández de los Ríos copiado del de Álvarez Baena, aumentado con el Ensanche actual, o sea, el de 1868, viene a completar la larga tradición iniciada con el denominado Plano de Madrid, en que se representa su primera fundación y demás extensiones que ha tenido, del cronista José Antonio Álvarez y Baena. El segundo, más bien un croquis, constituye un Plano de conjunto a la escala de 1:200.000 en que se representa la extensión de los distintos términos municipales limítrofes con la indicación de los partidos judiciales a los que respectivamente pertenecen. Atribución, edición y data Queda, como siempre, explicar los datos tocantes a atribución, edición y data. La obra, en efecto, es el resultado del trabajo de Facundo Cañada López, comandante de la Guardia Civil, con la eficaz colaboración de Andrés Bonilla como dibujante y grabador. Las menciones contenidas en el propio plano reiteran su atribución, reseñando que se trataba de una obra eminentemente comercial. Eso es lo que se deduce, al menos, del texto que reza es propiedad del autor. Se conservan las matrices. Puede adaptarse a cualquier trabajo, entendiéndose con el autor. Detalle del plano de Hortaleza. 96 Plano de Madrid y pueblos colindantes de Facundo Cañada La edición tuvo lugar en Madrid, en el establecimiento litográfico de Mateu, imprenta que aún funcionaba en el decenio de 1970 como Mateu Cromo. La fecha, por último, se sitúa en la orquilla que media entre 1901 y 1902. La primera puede deducirse del propio título, al señalar expresamente al empezar el siglo XX. La segunda se deduce del sello en tinta que poseen algunos ejemplares, con la indicación Gran Premio en la Exposición Internacional de Industria, Comercio y Ciencias. Madrid, Mayo 1902. Lo más probable es que el plano, una vez editado en 1901, se presentara a la exposición Internacional celebrada en Madrid en 1902, reeditándose con la inclusión de ese sello relativo al premio recibido. Aunque la dedicación profesional de Facundo Cañada fuera la del servicio público a las órdenes del Instituto fundado por el duque de Ahumada, tenemos noticia de buen número de trabajos cartográficos debidos a su ingenio. Un somero repaso al catálogo de la Biblioteca Nacional nos habla de planos hipsométricos provinciales (Almería, Cádiz, Alicante, Huelva y Madrid), un atlas postal de España, varios mapas generales temáticos de España (de agricultura, ferrocarriles, minería, etcétera), hasta un número de no menos de una veintena de colaboraciones de distinta índole. Incluso tenemos una pequeña publicación, titulada Madrid, sus tranvías. 1912 , compuesto de guía y plano, editado en Madrid por la viuda de Álvarez en 1912, compuesta por sesenta y cuatro páginas y planito plegado en dieciseisavo. En este caso, es más que probable que utilizara su más que probada experiencia en la representación y confección de guías urbanas para otras utilidades comerciales. No viene de más recordar el cúmulo de información al respecto contenida en el plano de Madrid y pueblos colindantes. Queda, por último, una explicación sobre el plano que acompaña, como encarte, a este número de ILUSTRACIÓN DE MADRID. No es posible, por motivos evidentes, realizar un facsímil de cada una de las seis hojas que componen el plano de Facundo Cañada; tampoco es conveniente reproducir la composición de las seis en una sola, pues con esa reducción se perdería gran parte del detalle. La proverbial cortesía del editor ha hecho posible realizar una fotocomposición del plano completo en dos entregas, ésta, correspondiente a la mitad superior, y la próxima, en el número de verano, correspondiente a su mitad inferior.