Protocolo de los Pueblos sobre el Cambio Climático (2009) El planeta está pasando por una crisis climática de proporciones catastróficas. Se requieren medidas drásticas para revertir la situación. En los últimos 50 años, la temperatura de la superficie de la tierra ha aumentado dos veces más rápidamente que durante los 100 años anteriores, y se prevé que aumente, aún más rápido, en las próximas décadas. Trece de los quince últimos años [1993-2008] fueron los más calurosos de la historia. Esta situación está alterando las pautas meteorológicas, poniendo en peligro los ecosistemas y la diversidad biológica, y está destruyendo la vida de las personas y los medios de subsistencia, especialmente los de los más pobres y vulnerables. El cambio climatico se caracteriza por mayor frequencia de temperaturas extremas, ruptura de los patrones de lluvias, ciclones tropicales más fuertes y aumento en el nivel del mar. Infligirá también impactos mas duros a millones de pobres y de desfavorecidos del mundo : mujeres, pueblos indígenas, campesinos, pescadores, habitantes de pequeñas islas y desiertos. Los pueblos de África, Asia y América Latina van a conocer temporadas de cultivo más cortas, pérdidas y degradaciones de tierras agrícolas, disminución de la producción agrícola y alimentaria y escasez de agua dulce. Si la situación no cambia, en África, las sequías causarán una malnutrición generalizada, hambre y hambruna. Asia ya enfrenta inundaciones y deslizamientos de tierra, que provocan un número creciente de bajas causadas por heridas y enfermedades. En América Latina, las altas temperaturas y la reducción de la biodiversidad de los bosques tropicales devastarán las comunidades indígenas. El aumento del nivel del mar, del número y de la intensidad de las tormentas amenazan a las comunidades insulares y costeras, mientras el calentamiento de las aguas está reduciendo los cardumes de peces. En los últimos dos siglos, la desestabilización del clima del planeta ha sido impulsada por un aumento sin precedentes, en la atmósfera, de gases de efecto invernadero generados por el ser humano. El aumento más peligroso es él de dióxido de carbono (CO2), producido por la quema incontrolada de combustibles fósiles para producir energía para alimentar a la industria capitalista, el comercio, el transporte, [la producción industrial de alimentos / agricultura industrial] y el militarismo. La deforestación generalizada también provoca emisiones y disminuye la capacidad de reciclaje de carbono del planeta. La creciente concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera está provocando un calentamiento que rapidamente alcanzará 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, temperatura considerada como el umbral para cambios climáticos aún más catastróficos. Los dos últimos siglos se caracterizaron por grandes avances en tecnología, producción y niveles de vida. Pero estos avances han sido logrados mediante el uso desproporcionado y excesivo de los recursos compartidos del planeta, para el beneficio de una minoría de la población mundial, y en detrimento y la privación de los demás. Los más responsables por esta injusticia son las empresas transnacionales del hemisferio norte, cuya búsqueda incesante de ganancias privadas exige el uso de una cantidad enorme de energía y recursos naturales, una situación que no sólo condujo a la destrucción del medio ambiente, como tambien al despojo y el empobrecimiento de gran número de personas. De hecho, los dos siglos de aumento de las emisiones y de destrucción ecológica coinciden con dos siglos de empeoramiento de la desigualdad económica entre los países y dentro de ellos. La desigualdad es debida a la creciente concentración de la riqueza en una elite mundial muy reducida, a la globalización de la miseria de la mayoría de la humanidad, a la subordinación colonial y neo-colonial de países, a la adquisición por las empresas y a la explotación de recursos naturales y productivos del Sur, a la pérdida de la soberanía económica y política de países, que fué transferida a poderosas organizaciones económicas y políticas como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio, y con otros cambios. El sistema que ha causado el cambio climático es el mismo sistema que es la causa de la pobreza estructural y del subdesarrollo, que aumentan la vulnerabilidad de millones de personas que tienen poca o ninguna responsabilidad en el cambio climático. Las pruebas científicas indican que el cambio climático y sus efectos se hacen sentir más pronto y más fuerte de lo que originalmente se había proyectado. El hielo del Ártico, del Antártico y de Groenlandia se está derritiendo rápidamente, los océanos se están acidificando aceleradamente, y el aumento de las temperaturas en la superficie de los océanos Pacífico y Atlántico está provocando ciclones más fuertes. Soluciones drásticas y socialmente justas deben ser implementadas con urgencia. Las emisiones deben ser imediatamente reducidas y suspendidas para estabilizar la concentración de CO2 en la atmósfera al nivel de 350 partes por millón (ppm) y mantener el calentamiento por debajo de 1,5 grados centígrados, lo máximo posible, a fin de limitar los efectos devastadores del cambio climático para los más pobres y más vulnerables del mundo. La acción global para lograr este fin debe reconocer y reparar la situación socialmente injusta que causa el cambio climático. Debe ser justa y equitativa, reflejar la responsabilidad histórica y la capacidad de actuar, permitir la representación democrática y la participación de los pobres y satisfacer verdaderamente sus necesidades. Sin embargo, la cantidad de los esfuerzos oficiales dirigidos a realizar la acción necesaria sobre el clima son más lentos que el cambio climático y sus efectos. Hasta ahora, los gobiernos y las corporaciones del Norte no sólo se han negado a asumir plenamente su responsabilidad histórica reduciendo las emisiones y apoyando las acciones contra el cambio climatico en el Sur, sino que han explotado la crisis climática para desarrollar, legitimar y aplicar soluciones que satisfacen sus propios intereses, creando nuevas oportunidades de ganancias, manteniendo y ampliando el poder corporativo sobre los recursos naturales, los sistemas de producción y de la generación de energía, los fondos y las tecnologías. Los poderosos intereses minoritarios de empresas del Norte han socavado la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. La Convención sobre el Protocolo de Kyoto ha disminuido la responsabilidad y la rendición de cuentas de la crisis climática por medio del comercio de las emisiones de carbono en la atmósfera. El sistema de comercialización de las transferencias de costos de ajuste de los ricos a los pobres crea nuevas dependencias, recompensa las empresas contaminantes y aumenta sus oportunidades de beneficios. Las empresas transnacionales del Norte y los inversores han mantenido e, incluso, han aumentado sus operaciones de uso intensivo de energía trasladandose a países del Sur, y capturando y cooptando las elites locales en el proceso destructivo de producción y consumo dominado por el capitalismo. Por otra parte, las actuales negociaciones para un régimen climático después del año 2012 parecen encaminarse hacia un empeoramiento del problema en lugar de resolverlo. Las grandes potencias se han estancado en el compromiso de realizar reducciones drásticas de emisiones que las pruebas científicas indican como necesarias, y la financiación para cubrir los costes de adaptación (resistir y recuperarse relativamente a las pérdidas causadas por los impactos climaticos negativos y crear sistemas resistentes al clima) y mitigación (transición a sistemas de bajas emisiones de carbono y a vías de desarrollo sostenible, y realizar reducciones no vinculantes mensurables, reportables y verificables de las emisiones) en los países en desarrollo. También están promoviendo agresivamente un acuerdo que ampliaría la responsabilidad de efectuar reducciones de emisiones vinculantes para los países en desarrollo, o peor, que abandonarían por completo los compromisos vinculantes de emisiones, con un desprecio absoluto de la equidad, la justicia y de su responsabilidad por causar el cambio climático. Por lo tanto, es urgente adoptar un Protocolo de los Pueblos sobre el Cambio Climático que represente la posición de los pueblos sobre este problema de suma urgencia para la humanidad. Esta declaración une los valores y los principios que deben guiar la acción internacional y las luchas populares contra el cambio climático y la destrucción ecológica y socioeconómica asociada al cambio. DECLARACIÓN DE VALORES Y PRINCIPIOS Nosotros, los pueblos, estamos unidos detrás de ciertos valores y principios fundamentales de desarrollo de la justicia social, la democracia, la igualdad y la equidad, la igualdad de los géneros, el respeto por los derechos humanos y la dignidad, el respeto por el medio ambiente, la soberanía, la libertad, la liberación y la autodeterminación, la igualdad, la solidaridad social, la participación y el empoderamiento. Esta declaración promueve particularmente estos principios en el contexto de la crisis climática global. 1. La justicia social debe ser garantizada, reconociendo las raíces sistémicas de la crisis climática, la responsabilidad desproporcionada de una élite minoritária, la desproporcionada vulnerabilidad de la mayoría a los efectos adversos, la capacidad sumamente desigual para enfrentar y responder frente a la crisis, asi como las legítimas aspiraciones al desarrollo de los pueblos, no solamente con respecto a la crisis. 1.1 El cambio climático debe entenderse no sólo como una cuestión ambiental, sino como una cuestión de justicia social. Sus causas están arraigadas en la economia mundial actual, dominada por el capitalismo, que está principalmente impulsado por la incesante búsqueda de ganancias privadas y por la acumulación de capital. 1.2 El actual orden capitalista mundial, impulsado por el hemisferio Norte y sus empresas transnacionales es la causa fundamental de la sobreexplotación y del agotamiento de los recursos, del uso gratuito de los recursos energéticos y la liberación excesiva de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Las politicas de "globalización" basadas en el "Libre mercado" y su expansión agresiva e invasora en todos los sectores de la economía y en el Sur, y la explotación por las empresas transnacionales de los pueblos y del planeta deben ser condenadas. 1.4 Las políticas neoliberales son impuestas particularmente a los pueblos del hemisferio Sur por poderosos gobiernos extranjeros por medio de mecanismos multilaterales, regionales y bilaterales, tales como los de la Organización Mundial del Comercio (OMC), de tratados de libre comercio (TLC) regionales y bilaterales, de acuerdos de inversión y de condiciones de la ayuda. 1.5 Una parte muy importante de emisiones atribuidas al Sur son en realidad producidas por las operaciones de uso intensivo de energía de las empresas transnacionales del Norte situadas en el Sur para explotar la mano de obra local y los recursos naturales. Tambien denunciamos el hecho que la grave deforestación generalizada en América Latina, Asia y África es sobre todo debida a las actividades dirigidas por las empresas transnationales del Norte de tala comercial, agricultura de plantación, minas y proyectos de construcción de presas. 2. La soberanía de los pueblos consiste en el ejercicio del poder de los pueblos sobre los recursos y las instituciones como base de la respuesta mundial al cambio climático. 2.1 El cambio climático es la consequencia de la historia y de la estructura del capitalismo global, caracterizado principalmente por la monopolización de los recursos, de la riqueza y de las instituciones por la elite privilegiada, y por el despojo y la marginación de los productores de base, campesinos, trabajadores, mujeres, pescadores, pueblos indígenas. A través de acuerdos coloniales y neo-coloniales, los países del Norte, las empresas transnacionales y las poderosas burocracias mundiales como el FMI, el Banco Mundial y la OMC han arrebatado el control de las economías y de los recursos naturales de los pueblos del Sur, perjudicando estos en el proceso. 2.2 Las comunidades y los pueblos marginados también no tienen un control proporcionado sobre la planificación, la toma de decisiones y la gestión de los órganos existentes y sobre las iniciativas para la acción climática y la dirección de los proyectos y programas que llevan a cabo. Ellos no tienen un acceso adecuado a la información, a los fondos y a las tecnologías. Estos son controlados por los gobiernos del Norte, las instituciones financieras internacionales y los organismos de ayuda. 2.3 Las comunidades, los trabajadores, los campesinos, los indígenas, las mujeres y los otros sectores marginados deberían ejercer un control democrático sobre los recursos naturales, intelectuales y financieros, las tecnologías para reorientar estos hacia el servicio a las necesidades sociales y no el aumento de los beneficios y el crecimiento de las empresas. Los pueblos del Sur deben afirmar la soberanía nacional sobre sus economías y seguir caminos independientes y sostenibles hacia el desarrollo nacional. 2.4 Los pueblos y las comunidades que sufren las peores consecuencias del cambio climático tienen un papel vital en la definición, orientación y determinación de la labor de cualquier organismo de acción climática a nivel local, nacional, regional y mundial. Ellos deberían tener derecho a una representación equitativa, a una participación significativa y al poder de decidir sobre los medios de adaptación y reducción que hay que utilizar y sobre la mejor manera de utilizarlos en una forma que sirva a sus necesidades particulares. Fondos y tecnologías deben ser accesibles para ellos. 2.5 Los ciudadanos deben participar activamente en los movimientos sociales y en las luchas para afirmar el control democrático de los recursos y de las instituciones que son indispensables para enfrentar el problema del cambio climático. 3. Respeto al medio ambiente, o sea rechazo a los mecanismos de mercado que imponen el nexo del dinero en las prioridades ecológicas. Las necesidades del planeta y de la humanidad deben tener prioridad sobre la búsqueda de crecimiento y ganancias. 3.1 Declaramos que la naturaleza es vital para la supervivencia de todas y todos y que los recursos naturales y su utilización son esenciales para el crecimiento económico sostenido, el desarrollo humano sostenible y la eliminación de la pobreza, la mala salud y el hambre. Estamos comprometidos con la construcción de sociedades donde los pueblos disfruten de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, y de forma que el mundo que construimos no niegue injustamente estos objetivos para las generaciones futuras. 3.2 Afirmamos que las necesidades de las personas y del planeta deben ser colocado por encima de las del capital global y la búsqueda unica de ganancias privadas. El derecho de propiedad, que permiten el comercio, la acumulación y la monopolizacion de bienes por unos pocos en vista de la ganancia privada no debe aplicarse a recursos y bienes de los cuales la vida de los pueblos depende y que son patrimonio común local y del planeta. 3.3 Creemos que, aunque el crecimiento de la población aumenta las exigencias de la humanidad cuanto a la naturaleza, los recursos del planeta son suficientes para satisfacer estas demandas solamente si la producción, la utilización de los recursos y el consumo se organizan de manera a satisfacer las necesidades de los pueblos para la vida y no para las ganancias de un grupo selecto de personas. 3.4 Las empresas y las instituciones financieras internacionales se han centrado en el desarrollo, la consolidación y la expansión de supuestas “soluciones” rentables basadas en el mercado, que son insostenibles, peligrosas y que transforman el medio ambiente en objeto de comercialización. Para citar algunos ejemplos está el comercio del carbono, el carbono de los bosques, el biocarbón, los biocarburantes , la captura y el almacenamiento de carbono, el "carbón limpio", la energía nuclear y las grandes hidroeléctricas. Es necesario oponerse a acuerdos de mercado y tecnologías que expanden la privatización y la apropiación del patrimonio medioambiental común. Constituyen nuevas amenazas para los ecosistemas, asi como para la vida, la salud y la seguridad alimentaria de las comunidades. 4. La responsabilidad, expresada en el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, requiere un mecanismo que garantice una equidad que sea mundialmente incluyente. Los países del Norte comparten una responsabilidad historica desproporcionada con respecto a sus emisiones. 4.1. Las comunidades pobres y marginadas son las más vulnerables a los efectos adversos del cambio climático. 4.2 Sectores de élite de la sociedad tienen actualmente niveles de consumo extremadamente excesivos, que no pueden y no deben mantenerse, mientras que se niegan a las grandes poblaciones a nivel mundial sus necesidades básicas, que deben ser satisfechas. Estos segmentos de la élite de la sociedad deben asumir la mayor responsabilidad por la crisis climática. 4.3 Grandes sectores de la humanidad son más dependientes para su supervivencia de su acceso a los recursos naturales y del uso de estos, así como del estado del clima y del medio ambiente natural. Las necesidades específicas de las comunidades campesinas, de los pueblos indígenas, de las comunidades costeras, de los pescadores y de otros productores marginados, pobres y rurales deben ser objeto de especial atención en todos los esfuerzos de adaptación. 4.4 La adaptación no consiste en aceptar el cambio climático. Exige el otorgamiento de ayuda urgente relativamente a los impactos actuales del cambio climático, que ya se están sintiendo por las comunidades y países más vulnerables, hasta que los esfuerzos de mitigación mundiales estén suficientemente desarrollados para detener el calentamiento global. ESFUERZOS MUNDIALES, AMPLIOS Y CONCERTADOS PERO DIFERENCIADOS Y EQUITATIVOS PARA REDUCIR DE MANERA PROFUNDA, ACELERADA Y SOSTENIDA LAS EMISIONES PARA ESTABILIZAR LAS CONCENTRACIONES DE CO2 EN 350 PPM Y FRENAR EL AUMENTO DE LA TEMPERATURA MEDIA MUNDIAL A 1,5 º C 1. Los Estados y las empresas del Norte, después de haber utilizado y dañado excesivamente el espacio de la atmósfera y el medio ambiente, de manera suficiente para causar el cambio climático, deberian incondicionalmente llevar a cabo grandes reducciones de emisiones a un ritmo y una escala que pueda reducir rápidamente la concentración de CO2 a 350 ppm o menos, logrando obtener emisiones pico a más tardar en el 2015. Todos los Estados del Norte deben ser parte de un plan de reducción de emisiones impuesto a nivel internacional, regulado y vinculante. 2. Los Estados del Sur deben reorientar sus economías hacia un desarrollo basado en bajos niveles de carbono, y llevar a cabo reduciones mensurables, reportables y verificables (MRV) de las emisiones utilizando transferencias financieras compensatorias y transferencias de tecnología desde el Norte. 3. Realizar una transición rápida de la utilización de combustibles fósiles como fuentes de energía hacia nuevas fuentes y sistemas de energía renovables, como la eólica, la solar, la geotérmica, la hidráulica sostenible, entre otras. 4. Abandonar la producción agrícola y la producción de alimentos no sostenibles y dominada por la agroindustria con fines de lucro y por las empresas transnacionales agroquímicas. La agricultura industrial tal como se practica hoy en día causa las principales emisiones de GEI por la conversión de la tierra y la degradación del suelo, y el uso intensivo de combustibles fósiles para la fabricación de fertilizantes, plaguicidas y para el transporte de larga distancia. Adoptar métodos de agricultura ecológicamente seguros para mantener el carbono en el suelo, en el contexto de una producción agrícola diversificada y basada en la comunidad, que dé prioridad a lograr la seguridad alimentaria y la autosuficiencia. 5. Acabar de una vez por todas con la deforestación. Detener las actividades de gran escala de la minería y de la tala comercial de las empresas transnacionales en el Sur, y la invasión de los bosques por plantaciones comerciales para la exportación de cultivos. 6. Rechazar el control por medio de la ayuda bajo condiciones y la imposición de políticas por el Banco Mundial y el FMI, y revocar los acuerdos multilaterales y bilaterales desiguales que socavan las normas ambientales y permiten la explotación, la contaminación y destrucción sin restricciones de los recursos del Sur por empresas del Norte. 7. Poner inmediatamente fin a todas las subvenciones y las inversiones por gobiernos del Norte y instituciones financieras públicas a proyectos de combustibles fósiles que bloqueen el mundo, por un futuro lejano, con sistemas de generación de energía, de producción y de transporte dependientes del carbón en materia. Reorientar los fondos públicos en la investigación y las inversiones para el desarrollo de tecnologías ecológicas, de sistemas de energía renovable, de transporte colectivo sostenible, y así sucesivamente. 8. Poner fin a las guerras que desperdician y destruyen inmensos recursos y convertir los presupuestos militares en presupuestos para la conservación del medio ambiente y la transición a tecnologías y sistemas sostenibles. EXIGIR REPARACIONES, PARA LOS PAÍSES DEL SUR Y PARA LOS POBRES, A LOS ESTADOS DEL NORTE, A LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES Y A LAS INSTITUCIONES CONTROLADAS POR EL NORTE, PARA REMEDIAR LAS INJUSTICIAS HISTORICAS CUANTO AL CAMBIO CLIMATICO 1. Exigir al Norte que proporcione y transfiera, de manera obligatoria e incondicional, recursos financieros y tecnológicos para apoyar la adaptación (para resistir y recuperarse relativamente a las pérdidas causadas por los impactos climaticos negativos y crear sistemas resistentes al clima) y de mitigación (transición a sistemas de bajas emisiones de carbono y a vías de desarrollo sostenible, y realizar reducciones no vinculantes mensurables, reportables y verificables de las emisiones) en el Sur. 2. . Los Estados del Norte deben proporcionar fondos climáticos suficientes, previsibles y obligatorios, a los países en desarrollo. Los fondos climáticos son una compensación y no una ayuda. Deben ser superiores a los compromisos de asistencia oficial para el desarrollo de los países desarrollados (0,7 por ciento de la renta nacional bruta), debidos de largo tiempo y todavia no satisfechos. Deben provenir de fuentes públicas, tomar la forma de transferencias financieras, completas y incondicionales, ser administrados democráticamente, ser directamente accesibles a las comunidades y a sus organizaciones. Los mercados de carbono no debe tener ningún papel en la financiación del clima. 3. Reorientar todos los recursos controlados por donantes de fondos climaticos y todos los mecanismos de financiación, y oponerse a la participación de los organismos de ayuda del Norte y de las instituciones financieras internacionales en las finanzas climáticas. Los destinatarios no tienen ni poder ni participación significativa sobre las decisiones relativas a estos fondos, sobre la gobernanza y sobre la entrega. Los dirigentes actuales aumentan la carga de la deuda de muchos países pobres, que son obligados a aceptar las politicas de condiciones a cambio del acceso a estos fondos. 4. Rechazar los planes de seguro privado y la venta de instrumentos de deuda a los mercados de capital como mecanismos para aumentar la financiación para la adaptación. Estos planes transfieren la carga de la financiación a los países en desarrollo y a las entidades individuales, y permiten a las empresas privadas y a los fondos de realizar ganancias aprovechandose de su vulnerabilidad. 5. Eliminar los derechos de propiedad intelectual y las restricciones comerciales que imponen graves limitaciones al acceso de la población a tecnologías buenas para el clima y por lo tanto a la capacidad de promover alternativas de baja emisión de carbono. 6. Rechazamos la imposición de los fondos climáticos que crean una deuda y las condiciones de las políticas neoliberales vinculada al acceso a estos fondos. RECHAZAR LAS FALSAS SOLUCIONES QUE PERMITEN A LOS ESTADOS DEL NORTE Y A LAS EMPRESAS DE CONTINUAR A DAÑAR EL MEDIO AMBIENTE Y LAS COMUNIDADES, A OBTENER NUEVAS Y MAYORES OPORTUNIDADES PARA AUMENTAR SUS GANANCIAS Y A REFORZAR Y AMPLIAR SU CONTROL EMPRESARIAL SOBRE LOS RECURSOS Y LAS TECNOLOGIAS DE RECURSOS NATURALES 1. Abolir todos los mercados de carbono. Poner inmediatamente fin al comercio de emisiones como mecanismos para los países del Norte y las empresas para cumplir con los compromisos de las emisiones. El sistema de limites y comercio de carbono no ha logrado cumplir el nivel muy limitado de reducciones de emisiones que los países ricos se habian comprometido a realizar. En realidad, ha privatizado y comercializado la atmósfera. Los mercados de carbono del Norte permiten a los grandes contaminadores históricos evitar de hacer grandes reducciones de emisiones. Comercian entre ellos los derechos de contaminar la atmósfera, derechos que se les había dado de forma gratuita por los gobiernos del Norte. La compensación de carbono permite a las empresas del Norte de seguir contaminando el medio ambiente y, mediante la financiación de proyectos socialmente cuestionable en los países en desarrollo, de descargarse de la responsabilidad y de los riesgos asociados de reducir las emisiones en el Sur. 2. Oponerse a la expansión del mecanismo de compensación del carbono, que transferirá la carga de la reducción de las emisiones sobre las espaldas del Sur, que recompensará los grandes contaminadores, y que debilitará y retardará los esfuerzos para frenar, a través de medidas obligatorias, las emisiones del Norte. Oponerse a su extensión a las regiones del Sur, incluyendo: a) los bosques – la compensación amenaza desplazar a los pueblos indígenas y a las comunidades dependientes del bosque, entregar los bosques al control de las empresas privadas, promover la expansión de los monocultivos de árboles que dañan la diversidad biológica de los bosques y los ecosistemas y recompensan a los deforestadores; b) los suelos agrícolas, que amenazan con diezmar aún más los bosques y las tierras dedicadas a la producción de alimentos; encierran las tierras comunales y desplazan a los agricultores y a las comunidades rurales, recompensan a los propietarios y a las empresas transnacionales de agronegocios, ponen más tierras bajo su control privado y intensifican la agricultura industrial. Oponerse al despliegue a gran escala de tecnología controlada por grandes empresas como el biocarbón y la agricultura sin labranza, que facilitan la inclusión de los suelos en los mecanismos de compensación de carbono. 3. Poner fin a la producción comercial a gran escala y al uso de los agrocombustibles. La producción a gran escala de agrocombustibles agrava las emisiones de GEI por forzar la conversión de extensas tierras de cultivo buenas, bosques y pastizales en plantaciones que liberan carbono en la atmósfera - aparte de la reducción de las tierras agrícolas para la producción de alimentos, aumentando los precios de los alimentos, la inseguridad alimentaria y el desplazamiento de las comunidades de los bosques y rurales. 4. Rechazar el "carbón limpio" asi como la captura y el almacenamiento de carbono, la energía nuclear y las megapresas para sustituir a los combustibles fósiles como fuentes de energía. Estos proyectos están destinados a satisfacer las necesidades de energía cada vez mayores de las empresas transnacionales y de las elites globales, pero no eliminan la dependencia a combustibles fósiles o el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. También presentan grandes riesgos para la seguridad y la salud de las comunidades, y para la estabilidad de los ecosistemas. 5. Oponerse a los megaproyectos de geoingeniería que manipulan el entorno y alteran los sistemas naturales que operan a gran escala. Estos planes mal concebidos son extremadamente costosos, complejos y arriesgados, y ignoran totalmente las medidas seguras, realistas y viables para frenar el cambio climático. Estos planes de extrema tecnológica incluyen la fertilización de los océanos, la pulverización de sulfatos en la atmósfera, la instalación de sombrillas en el espacio y el recubrimiento de desiertos con plástico. 6. Rechazar cultivos genéticamente modificados "a prueba del clima". Detener la extensión de los derechos de patentes sobre las semillas resistentes creados por la biotecnología y las empresas de agroquímicos, que negarían la capacidad de los pequeños agricultores para hacer frente a los impactos negativos del cambio climático. Poner fin a la manipulación genética de los cultivos por las empresas, y promover el aumento de la biodiversidad agrícola como una forma eficaz de aumentar la resistencia de la agricultura al clima errático y extremo. LUCHAR POR SOLUCIONES ECOLÓGICAMENTE SOSTENIBLES, SOCIALMENTE JUSTAS, FAVORABLES A LOS PUEBLOS Y DURADERAS 1. Asegúrese de que los organismos oficiales de acción climática sean instituciones democráticas, participativas y equitativas. Permitir la representación sectorial y la participación de grupos más vulnerables al cambio climático (incluindo mujeres, indígenas, pequeñas islas y países deserticos, jóvenes, agricultores, pescadores) en la gobernanza de estas instituciones y en la prestación de apoyo y de soluciones. 2. . Afirmar la soberanía de los pueblos, el control democrático de los recursos del planeta y de los bienes de producción y la distribución equitativa de la riqueza resultante de su uso. Las naciones, las comunidades y los sectores deben ser capaces de utilizar sus recursos para satisfacer sus necesidades sociales y llevar a cabo vias independientes y ecológicamente sostenibles para el desarrollo. Revertir la globalización neoliberal. Transformar las instituciones económicas y de políticas internacionales o reemplazarlas con las instituciones democráticas y responsables que respeten la soberanía nacional y los derechos de las personas y de los pueblos y defiendan la equidad y la solidaridad internacionales. Abolir el comercio desigual y los acuerdos de inversión que permitan la explotación, la privatización y destrucción irrestrictas por el Norte de los recursos naturales del Sur, y bloquan las economías del Sur en la dependencia de la exportación y de la extracción de recursos orientada a la agricultura industrial que den prioridad del Norte y la demanda de las empresas transnacionales sobre las necesidades domésticas, y al mismo tiempo, son las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero. Reorganizar el comercio internacional y las relaciones de inversión por meio de normas que respeten la soberanía económica, la autodeterminación y el principio de contar sobre sus propias fuerzas, los derechos de las personas y de los pueblos y la cooperación frente a la integración indiscriminada, la dependencia, el poder empresarial y la competencia ruinosa. Implementar una reforma del comercio interno y de los regímenes de inversión en favor de los derechos de las personas y de los pueblos, asi como de la soberanía sobre los recursos naturales. Regular la propiedad de las empresas extranjeras y la explotación de los recursos naturales. Exigir que las empresas sean responsables de aplicar normas estrictas de protección del medio ambiente y de las comunidades. Promover la produccion sostenible y basada en la comunidad de alimentos orientados a lograr la autosuficiencia y la soberanía alimentaria. Promover la adopción por países, especialmente los del Sur, de un amplio marco de políticas nacionales para la diversificación económica y para la satisfacción de las necesidades colectivas para las generaciones presentes y futuras, especialmente para los pobres y los marginados de la sociedad. 3. Reorganizar las empresas y las unidades productivas de forma democrática y basada en formas comunitarias de propiedad y gestión. Remplazar la búsqueda de ganancia y de acumulación privada por el objetivo de satisfacer las necesidades sociales y de realizar objetivos sociales más amplios tales como la educación, la salud y la seguridad alimentaria como las metas de producción. 4. Institucionalizar la planificación democrática y la gestión participativa en el uso y conservación de los recursos para la producción presente y futura, el consumo y otros usos sociales. La planificación social garantiza que los recursos se utilicen de manera a proteger los derechos de las personas y de los pueblos y a satisfacer las necesidades sociales en forma ecológicamente sostenible. La planificación y la gestión deben incorporar los conocimientos y las prácticas cientificas adaptadas a cada región. Promover la conservación de los recursos a nivel de la comunidad. 5. . Invertir más recursos públicos en la investigación y el desarrollo (I + D) de sistemas ecológicamente sostenibles de generación de energía, de producción y de transporte. Reorientar la ciencia, la educación y la I + D para abandonar el carácter comercial y de propiedad actual y produzir conocimientos para el bienestar y el desarrollo de la sociedad. Promover una educación sobre la ecología y el consumo socialmente responsables. 6. Institucionalizar mecanismos de cooperación con otros países en la administración de los bienes comunes globales y de los recursos compartidos, tales como océanos, ríos, bosques y el clima, basados en la solidaridad y compromisos compartidos. HACIA UN MOVIMIENTO POPULAR SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO Es evidente que la solución de la crisis climática requiere una profunda transformación social. Los patrones desiguales de poder actuales que son responsables de injusticias tales como la pobreza, el hambre, la explotación y el colonialismo son los mismos que los patrones que han causado la destrucción ecológica y el cambio climático. Y como en el caso de otras injusticias, la crisis climática y sus causas sólo puede resolverse mediante la lucha política de los pueblos. Afirmamos la importancia de la educación popular, de la organización y de la movilización para la promoción y la realización de nuestra visión alternativa y de nuestro programa. Debemos mantener nuestra vigilancia, incluso cuando los gobiernos expresan su apoyo a una agenda progresista, y hacerlos responsables de la participación popular y de la movilización. Estamos siempre críticos de los intentos de negociar los intereses de la mayoría y de los marginados. Nos comprometemos a continuar desarrollando el trabajo realizado por las poderosas redes de los movimientos de acción climática, que han surgido en todo el mundo. Las acciones localizadas contra las emisiones de gases de efecto invernadero se han extendido en todo el mundo y han profundizado el desarrollo de las luchas cotidianas. Continuaremos desarrollando y promoviendo un movimiento de los pueblos sobre el cambio climático fuerte, amplio, generalizado y basado en las organizaciones populares y en las masas, en solidaridad con otros movimientos sociales, para promover la agenda de los pueblos sobre la acción climática y la transformación social, las luchas para las soluciones que garantizen la justicia y los derechos democráticos para los pueblos, y que se opongan a los esfuerzos de la poderosa elite y los intereses de las empresas, que tratan de desviar y debilitar nuestro movimiento. Movimiento de los Pueblos sobre el Cambio Climático