1._ las causas del colonialismo. Las causas que explican este proceso histórico son muchas y de muy diferente índole, aunque unas más decisivas que otras. Existen causas sociales, económicas e ideológicas, que son las siguientes: La revolución demográfica había conducido a los países europeos a un estado de superpoblación (450 millones de habitantes en 1914) que amenazaba el nivel de vida de la burguesía por las crecientes exigencias de las masas y provocaba una tasa de paro muy alta que causó un malestar generalizado en la sociedad. La solución era emigrar a las colonias, y así lo hicieron gran cantidad de europeos en estos años de expansión, aunque con muy distintos objetivos: la clase obrera buscaba trabajo y mejores condiciones de vida; los nuevos funcionarios pretendían subir un escalafón en la sociedad; la burguesía industrial iba en busca de terrenos para desarrollar sus industrias, y el clero viajó a las nuevas tierras con la misión de evangelizar a la población nativa (misión civilizadora). No obstante, la presión demográfica es una de las muchas razones que resultaron no ser certeras, pues la mayoría de los inmigrantes del viejo continente encontraban los climas de las colonias demasiado opresivos, y gran parte de ellos prefería ir a países independientes como Estados Unidos o Argentina, que finalmente fueron los que más europeos acogieron. Tras la segunda revolución industrial y con la expansión del capitalismo aumentó la productividad de los trabajadores, por lo que la producción también se acrecentó. De hecho, en la Europa de esta época se producía más de lo que se podía consumir dentro de un mismo país, y debido a las políticas proteccionistas que habían impuesto la mayoría de los gobiernos, los excedentes tampoco podían ser vendidos en el resto de Europa . Pero era necesario dar salida a estos productos y la única solución posible fue buscar mercados fuera del continente; las colonias parecían el lugar idóneo para encontrarlos. Aunque países como Gran Bretaña mantenían una política librecambista, tenían todos los mercados europeos cerrados a sus productos, por lo que se vieron en la misma situación, y también tuvieron que recurrir a las colonias. Así es como la Europa industrializada contribuyó a la división internacional del trabajo, exportando productos industriales e importando materias primas y alimentos, que era lo que se necesitaba en los estados industriales en aquellos momentos. Sin embargo, aunque en un principio este fue un factor importante en la expansión colonial, la mayoría de los intercambios acabaron realizándose con Estados Unidos y dentro de la propia Europa, ya que en las colonias no se encontraron mercados que pudieran satisfacer las necesidades europeas del momento, pues la mayor parte de las colonias tenían poblaciones pobres y poco pobladas, por lo que al final no jugaron un papel muy importante en este aspecto. Asimismo, existía capital sobrante cuyo mejor uso sería exportarlo para mantener un alto grado de rentabilidad, pues la mano de obra en las colonias era muy barata. Además en las colonias se daban todas las condiciones para invertir en plantaciones, minas y comunicaciones, que reportarían un gran beneficio para los inversores. Sin embargo esta teoría también resultó errónea, como se demostró pasado el tiempo: exceptuando las minas, el capital no rendía más en los nuevos territorios, ya que, aunque la mano de obra era más barata que en las metrópolis, también era menos productiva, debido a su bajo grado de formación, y se carecía de paz y orden social, de redes de transporte y comunicación, de sistemas legales eficaces, etc. Por eso la mayor parte del capital acabó invertido también en Estados Unidos. La obtención de materias primas es un factor que, aunque en general fue secundario, tuvo su importancia en la expansión territorial de ciertos países; estos encontraban territorios muy ricos de donde podían sacar gratuitamente ciertos materiales que en otro caso hubieran tenido que comprar a precio de monopolio. Un 1 ejemplo es el caso de Inglaterra, que encontró en la India y en Egipto lugares idóneos para abastecerse de algodón; Bélgica invirtió en minas en El Congo, y Francia, por su parte, se proveyó de seda que había en sus colonias de Oriente. Pero aunque las colonias no fueran a resultar beneficiosas económicamente para Europa, sin duda algunos capitalistas, (como los que invirtieron en minas, o simplemente los que sí creían en los beneficios que podrían aportar) diplomáticos, políticos y militares instaron a los gobiernos continuar con su expansión territorial. En realidad, la causa principal y verdaderamente importante fue el nacionalismo, que condujo a una política de prestigio en la que todos los países competían por el reparto del mundo. Los éxitos obtenidos por la política de fuerza en la consolidación de nuevos estados hizo popular la creencia de que sólo los pueblos con voluntad de poder podrían ejercer el dominio sobre los pueblos inferiores. Conseguir y mantener un imperio daba poder político y reputación, que aparte de todo, era lo que mantenía contentas a las masas populares. Por eso, aunque las colonias no hayan cumplido la función económica que en un principio se preveía, parece que si cumplieron la función político−militar que se les había confiado, pues los imperios británico y francés tuvieron un papel decisivo en la victoria de los aliados en la I y en la II Guerra Mundial. A partir del nacionalismo surgió la conciencia de la misión, según la cual una raza a pueblo tiene la obligación de civilizar a otros pueblos inferiores a él, cambiando su sistema político y económico, desarrollando las estructuras de acuerdo a sus intereses, y propagando sus costumbres, concepciones filosóficas y religiosas, modas, etc., pensando en capacitarlos para valerse por sí mismos en las circunstancias del mundo moderno. Esto ocurría cuando se pensaba en el bien de las gentes colonizadas, pero cuando no, el colonialismo se basaba en los derechos del colonizador y en su supuesta superioridad racial. De ahí es de donde nace el racismo, pues incluso antropólogos y científicos de la época consideraban intelectualmente inferiores a la suya razas como la negra, y hasta creían poder demostrarlo empíricamente. Aunque menos importante, el espíritu de aventura que impulsaron ciertas obras de literatura desde mediados de siglo (como las de Julio Verne) en el viejo continente también es destacable. África comenzó a ser explorada a partir de los grandes ríos, y también de los desiertos. Dos grandes exploradores de este continente fueron Livingstone y Stanley. En Asia se penetró a través de Siberia; en 1909 se exploró por primera vez el polo norte y en 1911 el polo sur. Otra causa es que todos los países buscaban puntos estratégicos, bien comerciales o bien políticos, como es el caso de Gibraltar y Suez, puntos marítimos muy importantes que fueron colonizados por Inglaterra, y que incluso hoy en día conservan el valor que tuvieron en esta época. 2._ ¿Por qué lugares o continentes se expandieron los siguientes paises: Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y Rusia? Inglaterra Inglaterra se quedó con el control del océano Índico y el mar Mediterráneo, para mantener libre el paso a la India. Compró la mayoría de las acciones del Canal de Suez y extendió su poder a Egipto. Después de una revuelta en 1882, durante la cual los egipcios dieron muerte a numerosos extranjeros que vivían en el país, Inglaterra desembarcó tropas en la zona y colocó a Egipto bajo su protección. Este, unido a Gibraltar, Malta y Chipre, le dio completo control sobre el Mediterráneo y el Canal de Suez. Desde el norte de África, los ingleses prosiguieron hacia el sur e incorporaron Sudán, Uganda y Kenia (Zambia) a sus dominios. También avanzaron desde Sudáfrica hacia el norte, inspirados por Cecil Rhodes, uno de los principales defensores del imperialismo británico, quien deseaba crear un gran imperio colonial desde el Cabo de Buena Esperanza hasta el Cairo. Se apropiaron de Bechuanalandia (Botswana) y de Rhodesia (Zimbabwe). 2 Después de una cruenta guerra (Guerra de los boers, 1899−1902), los británicos vencieron a los boers (criollos de origen holandés), y dominaron las Repúblicas de Transvaal y Orange. Solo la existencia de la colonia alemana de África Oriental impidió que el sueño de Rhodes se cumpliera. Francia Francia quiso levantar un gran imperio colonial en el norte de África, desde Dakar en la costa del océano Atlántico, hasta el Golfo de Aden en la costa del océano Índico. Para eso estableció las dos grandes colonias de África Occidental y África Ecuatorial y la pequeña colonia de Somalia. Pero su incursión en Sudán fue detenida por Inglaterra, ante quien cedió bajo la amenaza de una guerra. Francia solo pudo quedarse con Túnez y Marruecos como protectorados, agregándolos a Argelia. Alemania Tuvo que contentarse con territorios dispersos, como Togo y Camerún en la zona ecuatorial, además de África Sudoccidental alemana (Namibia) y África Oriental alemana (Tanzania). Italia Italia se quedó con Eritrea, Somalia y Libia, territorios, en esa época, de escaso valor. Solo Liberia, fundada en 1822 por la Sociedad Colonizadora Americana como una colonia para los esclavos liberados de Estados Unidos, y el reino de Abisinia (Etiopía) se mantuvieron como estados independientes. Rusia La expansión del Imperio Ruso hacia los Balcanes y el Mediterráneo constituyó la política exterior en tiempos del zar Nicolás I, pero el resultado de la guerra de Crimea puso término a esta política imperialista. Como consecuencia de esta situación, los rusos volcaron su acción expansionista hacia el continente asiático. Se trata de un colonialismo atípico. No utilizó las vías oceánicas o fluviales; su expansionismo fue terrestre. Desde mediados del siglo XIX, Rusia comenzó a adquirir territorios en el norte y en el centro de Asia que le permitieron constituir un inmenso Imperio de más de 40.000.000. de km.2. Pese a sus crisis internas, en 1859, después de cruzar los Urales y vencer la resistencia de los naturales de la región, el Imperio Ruso incorporó a su soberanía la zona montañosa del Cáucaso. Paralelamente, el imperio adelantó sus posesiones en el Asia Central (Boukhara, 1873) y ubicó sus fronteras entre el mar Caspio y el Aral, lo que le permitió anexarse al Turquestán en 1864 y tener el dominio de las riberas del mar Caspio. Para afirmar su dominio en estas regiones, se construyó el ferrocarril, de más de 2.000 km. De longitud, el Transcaspiano, que unió el Cáucaso con el extremo oriente del Turquestán. También intervino en la Manchuria, lo que provocó la guerra con el Japón o guerra ruso−japonesa (1904−1905), que terminó en el más completo desastre para los rusos. Por otro lado, y a partir del gobierno del zar Alejandro II (postrimerías del siglo XVI), se intentó colonizar sistemáticamente toda Siberia con el fin de llegar a la costa del Pacífico (estrecho de Bering). En esta región se instalaron numerosas colonias agrícolas, para promover el aumento de su población. Así se pudo fundar, entre la desembocadura del río Amur y Corea, el puerto de Vladivostok, que constituyó el primer paso del imperialismo ruso en la costa este de su territorio. Con el fin de unir la Rusia europea con la Rusia asiática, se construyó el ferrocarril transiberiano 3 (1891−1901), de más de 6.000 Km., que tiene como punto terminal el puerto de Vladivostok. Rusia también aprovechó la guerra china−nipona para incorporar a China en su esfera de influencia, quedando en calidad de presidente de la República el comunista Mao Tsé Tung. Este imperio ruso tenía la ventaja de ser compacto, esto es; Rusia, Siberia y Turquestán formaban una unidad territorial. 3._ Estados Unidos y Japón que son países no europeos ¿Dónde obtuvieron terrenos?. La expansión de los Estados Unidos: El formidable desarrollo económico alcanzado debía repercutir en su política exterior. Antes que esto ocurriera, se decidió no intervenir fuera de América, pero impidiendo la intromisión de repúblicas europeas.: A) Dominación del mar de las Antillas: El predominio en la zona era fundamental para asegurar el futuro Canal de Panamá. La sublevación de Cuba contra la dominación española dio motivo a Estados Unidos para intervenir declarando la guerra a España. En la guerra hispano−americana (1898), España debió reconocer la independencia de Cuba y entregar Puerto Rico y las Filipinas (Tratado de París, 1898). Estas islas se convirtieron así en los primeros dominios estadounidenses. El fracaso francés de construir un canal en Colombia permitió a EE. UU. comprar los derechos sobre el mismo. Pero al ser muchas las exigencias de Colombia, se favoreció la sublevación de Panamá, que se declaró independiente. El nuevo Estado cedió la zona del canal con todos los derechos (1914). Su posesión tiene para Estados Unidos una doble importancia; reunir sus flotas de ambas costas y acercarse a mercados del Pacífico y Extremo Oriente. B) La dominación del Pacífico: En 1867, Estados Unidos compró Alaska a Rusia, estableciéndose así en el Pacífico Norte. Luego compraría a Francia el territorio de la Louisiana. En 1898 se anexa las Islas Hawaii y pasa a ser dueño de las Filipinas; en 1900 interviene con otras potencias en China y en 1905 impone la paz entre Rusia, su rival en el Pacífico, y Japón. La lista de sus territorios fue: América: Puerto Rico, Cuba, Haití, el canal de Panamá y las Grandes Antillas. Asia: las Filipinas y Hawaii y otras pequeñas islas. Imperio japonés Muy distinto fue el caso de Japón, que, después de cerrarse como China a las influencias europeas, terminó por copiar los progresos materiales del occidente y convertirse en una temible potencia militar e industrial. Japón se negaba a toda relación con los extranjeros, y había llegado a establecer la pena de muerte para todo aquél que entrase o saliese de él. Los japoneses, excelentes soldados, formaban una estructura monárquica y feudal. El emperador, mikado o tenno, estaba dominado por el shogún, jefe de la aristocracia militar y guerrera de los daimos y samurais, guerreros que vestían y se armaban como los señores feudales de la Edad Media Occidental. El emperador se hallaba reducido sólo a funciones religiosas. 4 En 1853 una flota norteamericana se presentó ante los japoneses, a quienes impresionó de tal modo con sus armas y sus máquinas, que obtuvo la apertura de dos puertos para el comercio estadounidense. Poco después, las demás potencias lograron idénticas concesiones. La apertura del Japón inició una revolución interior. El partido del tenno venció al del shogún (1868), e inició la llamada "era del progreso" (Era Meiji o de La Luz), bajo el mandato de Matsu−Hito. En él se suprimió el régimen feudal, se adoptó una estructura política de corte occidental y se promovió la rápida europeización del país. Poco después comenzó la expansión japonesa, casi al mismo tiempo que la estadounidense. Fue un proceso equivalente a la revolución industrial europea, proceso en el que Japón pudo y supo asimilar el adelanto europeo y hacerlo congruente con su cultura, sin sentir así los graves efectos que produjo la expansión europea en África y el resto de Asia. Durante la era Meiji, Japón no sólo se transformó en potencia asiática, sino que además salvaguardó su milenaria cultura, base filosófica de su crecimiento y expansión. Japón expandió sus dominios casi por las mismas razones que motivaron la las expansiones europea y norteamericana, es decir, el crecimiento demográfico y las necesidades generadas por la creciente industrialización En efecto, la población japonesa había crecido de 27.000.000 de habitantes en 1846, a 33.000.000 en 1872. El primer episodio de esta expansión lo constituyó la guerra de Corea, en que, con general sorpresa, los nipones batieron a los chinos. Obtuvo luego de la Paz de Shimonokei la posesión de Formosa. El segundo fue la guerra de Manchuria. (1904−1905), en que los japoneses vencieron definitivamente al imperio ruso, destruyendo su flota oriental y obteniendo varias islas, entre ellas las Kuriles, las Vulcano, las Bonin y las Ryukyu. El Japón logró entonces ubicarse en mejor posición que Rusia para aprovecha la debilidad de China. El triunfo le permitió obtener Port Arthur y parte de la Isla Sajalín. Japón se atribuyó la función de escudo de protección ante la expansión del hombre blanco. Así como James Monroe proclamó "América para los americanos", Tokio sostenía "Asia para los asiáticos". Los nipones consiguieron aliarse con Inglaterra a comienzos del siglo XX. Este hecho unido a su prodigioso desenvolvimiento económico, los convirtieron en una de las más poderosas potencias mundiales, dejándose sentir en el Pacífico septentrional su hegemonía. 4._ explica los siguientes conceptos: imperio, era victoriana, rutas marítimas, colonialismo, lugares estratégicos, imperialismo. Imperio: Organización politica, superior en dignadad al reino, formada por diversos pueblos y organismos estatales con mas o menos autonomia interna, sometidos a la hegemonia de uno de ellos. Era victoriana: Rutas marítimas: Colonialismo: Actitud y doctrina favorable a la adquisición de territorios coloniales que realizan potencias colonizadoras en su propio beneficio. Es una dominación de un estado sobre otro estado. Ciertos tipos de colonialismo, como el económico, se asemejan mucho al imperialismo. En este tipo de colonialismo, la potencia dominante se aprovecha de su dominio militar para obligar a la nación dominada, en desventajosas condiciones. 5 Lugares estratégicos: Imperialismo: Gran expansión económica y financiera extraterritorial, acompañada de un poder militar y de una consecuente influencia política, que se desarrolló en Europa, en la segunda mitad del siglo XIX, y que dura hasta nuestros días. 6