Opinión del Centro de Estudios Legales y Sociales -CELS para el Programa de Recuperación de la Memoria del Centro Clandestino de Detención "Club Atlético" 20 de diciembre de 2004 La recuperación de los sótanos del centro clandestino de detención del Club Atlético para ser destinados a la memoria colectiva es una acción importante para transformar el espacio público de la Ciudad de Buenos Aires. Esta iniciativa podría crear un espacio público de debate y diálogo para que nuestra sociedad enfrente la reconstrucción de la verdad y la promoción de justicia como forma de vivir en democracia. Es también un reconocimiento necesario a la tarea del grupo de familiares, sobrevivientes, militantes y vecinos que desde hace muchos años trabajan para que este proyecto se concrete. En la opinión del CELS, el predio donde funcionó el Club Atlético debe ser un sitio histórico donde se lleve adelante la recuperación edilicia, testimonial e histórica de la memoria de dicho centro clandestino de detención, aunque tendrá como marco la historia del proceso del terrorismo de Estado. Este espacio cultural debe estar dedicado a la denuncia del terrorismo de Estado y a transmitir a las futuras generaciones, a través de la memoria, los valores fundamentales como el respeto a la vida y a los derechos humanos y reafirmar el apego a la democracia. Sus tareas fundamentales deberían ser: desenterrar y garantizar la preservación del sótano que fue utilizado como centro clandestino de detención, impulsar la identificación pública del centro clandestino de detención, llevar adelante la recuperación de la historia del predio y del edificio, promover la recuperación de la memoria de los sobrevivientes, familiares de las víctimas y organizaciones de derechos humanos en lo relativo al CCD, promover la recuperación de la memoria del barrio con respecto al predio, promover un diálogo constante entre el saber social del barrio con respecto a esta historia, los actores que han demandado la recuperación del lugar y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Entre sus actividades podría incluir: excavar y preservar el sótano donde funcionó el centro clandestino de detención, elaborar los recursos museísticos, arquitectónicos, estéticos, pedagógicos, etc, que den marco a la excavación para poder contar la historia a los visitantes del sitio, elaborar un programa de visita al sitio para público en general y otros dirigidos a distintos visitantes, 1 realizar exposiciones temporales sobre temas relacionados al sitio y a otras actividades de memoria del barrio de manera preferente, pero también de la memoria del terrorismo de Estado en general, elaborar un programa que vincule al Club Atlético con lugares históricos importantes de nuestra historia política, con los espacios físicos del barrio relacionados con la represión y la resistencia a la dictadura y con otros CCD de la ciudad de Buenos Aires, realizar actividades culturales en el predio de enfrente promover debates y talleres en escuelas primarias y secundarias, registrar todo el proceso de recuperación del lugar y las actividades que se lleven adelante Toda la actividad de este espacio cultural debería estar destinada a diferentes públicos. Debería dirigirse a todos los ciudadanos, pero sobre todo a las generaciones más jóvenes que no vivieron esa época e ignoran lo que pasó y sobre todo para las futuras generaciones para que el NUNCA MAS sea una realidad. Para ello deben establecerse programas o actividades diferenciadas. La memoria del Club Atlético debe ser recuperada testimonialmente a través de la palabra de los sobrevivientes y recuperada físicamente a través de la excavación arqueológica. También debe constituirse como una memoria del presente que integre los saberes sociales e históricos que desde el barrio y la ciudad existieron sobre y, por tanto, formaron parte de la memoria del lugar. En otras palabras, consideramos importante que la memoria del predio recupere no sólo la memoria desde el centro clandestino Club Atlético, sino que haga realidad un retorno de la memoria hacia el Club Atlético luego de haber atravesado los significados sociales acerca del predio y del lugar. Esto apunta a promover un despliegue de la memoria que incorpore en la "puesta en valor" a otros actores que no han estado vinculados al impulso del proyecto. A diferencia de otros proyectos de recuperación de centros clandestinos con una unidad arquitectónica e histórica propia, en este caso es imprescindible recuperar la memoria sobre el CCD. Como bien puede testimoniar la disciplina arqueológica: ni los restos materiales ni la excavación técnica hablan por sí mismos o por sí sola. Esto que decimos surge de una primera aproximación a una experiencia similar de recuperación como el proyecto de Mansión Seré. En efecto, el trabajo del grupo técnico con la memoria social e histórica amplia de la comunidad -que ha brindado desde fotos antiguas hasta escombros- ha sido parte fundamental del aspecto técnico de la excavación y puesta en valor arqueológica. Desde un punto de vista urbano-arquitectónico la recuperación del predio debe enfatizar la condición individual y edilicia del CCD en tanto elemento de un sistema de terrorismo de Estado. En este aspecto se hace necesario un fuerte anclaje a la memoria. Esto es, algo distinto a una mera exposición ciudadana que no contemple que el horror ahí ocurrido tuvo durante mucho tiempo un muro, una frontera arquitectónica infranqueable con respecto al espacio urbano donde estuvo insertado. 2 Este espacio cultural debe relatar múltiples historias de lo que fue el centro clandestino de detención pero también aquellas de la resistencia y la lucha posterior en pos de la verdad, la justicia y la memoria. Para realizarlo debe exponer por un lado el sitio en si mismo y los elementos rescatados de la excavación. En este sentido, sería importante que se dejara al menos un espacio del sitio tal como se lo encontró, y encontrar otras formas de reconstruir el edificio en distintas épocas de ocupación. Los profesionales que trabajen en el proyecto podrán recomendar las mejores herramientas para hacerlo que no necesariamente implican una intervención sobre las paredes, los muros, etc. Pero también podría realizar otras exposiciones que rescaten historias orales y objetos que no sean específicamente del sitio pero que sirvan para generar reflexión y debate. La plaza e instalaciones que se construyan en el predio de enfrente, deberían servir para vincular el sitio a un espacio físico más amplio, pero también a un espacio que permitirá desarrollar actividades con grupos de personas que visiten el lugar. Este también puede ser el espacio para las exposiciones y para que otras organizaciones realicen actividades. Para llevar adelante la construcción de un relato que cuente las historias del sitio histórico es necesario incorporar profesionales idóneos que trabajen junto a los sobrevivientes y familiares. Esta incorporación es imprescindible tanto para las investigaciones como para la guía de los visitantes. También es importante que los que visitan el lugar pregunten y expongan sus ideas y tratar de incorporar lo que se considere valioso para enriquecer el relato. Esto enriquecerá nuestra historia y ayudará a adecuar cada relato a distintos públicos. En el intercambio de ideas es tan importante lo que podemos dar como lo que podemos recibir. Para definir cuál será la mejor forma de administración de este sitio histórico, la Comisión que lleva adelante el programa de recuperación del Atlético debe iniciar un proceso de trabajo con el Instituto Espacio para la Memoria. Cualquier decisión debe garantizar la representación y participación de los sobrevivientes, familiares, organizaciones de derechos humanos y organizaciones barriales. La forma de administración también debe garantizar la interrelación con las distintas iniciativas de memoria de la Ciudad de Buenos Aires sin producir superposiciones en roles y funciones. Para ello la relación con el Instituto Espacio para la Memoria es fundamental dado que este ámbito es el encargado de diseñar y gestionar las políticas de memoria de la ciudad. 3