Decisiones reproductivas y mujeres que viven con VIH/SIDA Toda mujer, incluyendo aquellas que viven con VIH/SIDA (“mujeres sero positivas”), tiene el derecho de tener hijos y de establecer una familia. No obstante, las mujeres VIH-positivo a menudo enfrentan dificultades en relación con el embarazo, como la estigmatización y discriminación dentro del sector salud, falta de acceso a medidas que eviten la transmisión materno-infantil (TMI) del VIH, y problemas en la prevención de embarazos no deseados. Hasta diciembre de Falta de información ONUSIDA ha estimado que alrededor de 2.5 millones de mujeres que se embarazan cada año son VIH-positivo. No obstante, la mayoría de las mujeres en el mundo no se han sometido a las pruebas de detección y no saben cuál es su estado o situación con respecto a la infección de VIH. En un número creciente de países, el personal de salud dedicado a la atención prenatal, está obligado a ofrecer asesoría con respecto a las pruebas voluntarias (APV) del VIH a las mujeres, puesto que el conocimiento de su diagnóstico puede ayudar a las mujeres embarazadas a tomar las medidas adecuadas para mantener en buen estado su salud y prevenir la TMI. Desafortunadamente, en muchos países una proporción importante de mujeres se somete a la prueba y no regresa por los resultados, 2002, 19.2 millones de mujeres, de entre 15 y 49 años de edad, habían contraído el VIH. Tan sólo en 2002, 2 millones de mujeres contrajeron el VIH. 1.2 millones de mujeres fallecieron a causa del SIDA en 2002. principalmente debido a la estigmatización y discriminación que temen sufrir hacia sí mismas y hacia sus hijos en relación con el SIDA. Aún donde las leyes y los reglamentos prevén la oferta de la APV prenatal, en muchas ocasiones estos ordenamientos no establecen la obligatoriedad de ofrecerla, ni a las mujeres que buscan atención postaborto, ni a las que solicitan la interrupción del embarazo. Hasta hoy día, en muchos lugares se procede a retirar la terapia antirretrovírica a las mujeres sero positivas después del parto, práctica que pone de manifiesto que la meta principal de la APV es la de informar a las mujeres sobre su estado frente al VIH para que tomen las medidas necesarias de prevención frente a la TMI, en lugar de promover y mantener en buenas condiciones la salud de las mujeres, independientemente del embarazo. Obstáculos para la prevención y la interrupción de los embarazos no deseados Muchas mujeres sero positivas no reciben información clara y "…como mujer VIH-positiva, ningún médico ha hablado conmigo acerca de la anticoncepción desde que recibí mi diagnostico de sero positiva …hasta ahora, ésta nunca me ha sido mencionada …Es como si ésta no existiera en su mente" – mujer en Australia. precisa sobre sus opciones anticonceptivas. Las investigaciones e informes anecdóticos indican que los miembros de algunas comunidades y del personal de proyectos dedicados al SIDA, consideran que sería mejor que las mujeres sero positivas no se embarazaran. Un gran número de proyectos sobre SIDA está enfocado en el uso de preservativos para prevenir la (re)infección, en vez de discutir los métodos anticonceptivos, incluso la anticoncepción de emergencia. Actualmente se considera que la mayoría de los métodos anticonceptivos son apropiados para las mujeres sero positivas, aunque algunos sí tienen efectos adversos que se deben tomar en cuenta. Por ejemplo, los dispositivos intrauterinos (DIU) no son indicados para las mujeres que enfrentan un mayor riesgo de contraer infecciones transmitidas sexualmente, pues con estos las mujeres que los utilizan están más expuestas a padecer enfermedad pélvica inflamatoria. Algunos anticonceptivos hormonales pueden inhibir o potenciar las concentraciones de medicamentos antirretrovíricos usados contra el VIH/SIDA. En sentido contrario, algunos medicamentos antirretrovíricos pueden disminuir la eficacia de los anticonceptivos orales. Aún cuando la información y los métodos anticonceptivos pueden ser de fácil acceso, las mujeres sero positivas también tienen que enfrentarse a los prejuicios y las normas sociales basados en el género, los que pueden restringir su capacidad para evitar los embarazos no planeados y no deseados. Por ejemplo, en muchas comunidades las mujeres emplean anticonceptivos sólo con el permiso de sus parejas, y las parejas de algunas mujeres pueden impedir que los usen bajo cualquier forma. Por otra parte, las mujeres que viven con VIH/SIDA y que sí usan algún método de planificación familiar, también pueden enfrentarse a un embarazo no deseado debido a la falla del método utilizado, pues hasta ahora no existe ningún anticonceptivo que garantice una eficacia de 100 por ciento. Inclusive las mujeres que practican la abstinencia sexual pueden embarazarse como consecuencia de una violación o el incesto. Algunas mujeres sero positivas no desean tener un embarazo no deseado. Ellas, en algunos países, pueden obtener la interrupción legal Cada año se realizan aproximadamente 19 millones de abortos en condiciones inseguras, la mayoría en países en desarrollo. y segura del embarazo, pero en muchos otros lugares, sus opciones para hacerlo son muy limitadas. Las investigaciones todavía no han identificado los efectos de la práctica de abortos en condiciones de riesgo para las mujeres sero positivas. No obstante, podemos asumir que existen casos de VIH entre las mujeres que recurren al aborto en condiciones de inseguridad, particularmente en aquellos países que presentan alta prevalencia de VIH y muchas restricciones para la práctica del aborto legal. En ese sentido, las consecuencias para la salud de los abortos inseguros, como la sepsis, hemorragia o perforación uterina, pueden ser aún más graves para las mujeres sero positivas que para otras mujeres. Falta de acceso a las medidas para la prevención de la TMI De los 14 mil nuevos casos de personas infectadas con VIH que surgen cada día en el mundo, más de el mil 600 ocurren entre niños, los que adquieren el VIH ya sea durante el embarazo, el parto o el amamantamiento. Existen tres maneras primarias para prevenir la TMI: 1) el suministro de la terapia antirretrovírica a las mujeres embarazadas y los recién nacidos; 2) la sustitución del parto vaginal por la operación cesárea; y 3) evitar la alimentación al pecho. Desafortunadamente, muchas mujeres que viven con VIH/SIDA no pueden acceder a la terapia antirretrovírica ni a operaciones de cesáreas seguras. Asimismo, las mujeres sero positivas que desean reservar y mantener como algo confidencial su condición de sero positivas, pueden enfrentar también, dificultades para evitar la lactancia maternal. La estigmatización y la discriminación durante la búsqueda de atención médica “Estaba trabajando como enfermera en un hospital de muy buena reputación en Mumbai; acababa de conocer mi condición de VIH positivo cuando sufrí un aborto espontáneo. Tenía una hemorragia profusa pero el ginecólogo se negó a tocarme. Me han trasladado a un hospital municipal, pero allí la experiencia fue similar…” – mujer de la India. “Me negaron la admisión al hospital para atenderme de parto debido a mi condición de VIH positivo. Por fin, he dado a luz en casa.” – mujer en Zambia. Tanto las investigaciones como los informes anecdóticos, indican que las mujeres sero positivas se enfrentan a diario a la estigmatización y la discriminación en el sector salud cuando acuden en búsqueda de atención relacionada con la salud reproductiva. Los estigmas y los prejuicios se expresan tanto a través de actitudes y comentarios negativos por parte de proveedores de la salud, como por la negación de los servicios en algunos casos. De igual forma, también se ha reportado que en varios países las mujeres sero positivas embarazadas inclusive son objeto de algún tipo de presión, por parte de los proveedores de salud, para abortar. Las mujeres que viven con VIH/SIDA tienen derechos reproductivos Desde una perspectiva de derechos humanos, es esencial que las mujeres sero positivas puedan ejercer su derecho a decidir el número y el intervalo de sus hijos. Eso significa que deben tener control sobre sus decisiones reproductivas y estar en condiciones de llevar a la práctica sus decisiones de manera voluntaria y segura. Desde la perspectiva de la salud pública, resulta importante enfocar la atención en el combate de los efectos que produce la realización de abortos en situaciones de riesgo para las mujeres que viven con VIH/SIDA. También deberían promulgarse leyes que garanticen los derechos reproductivos y sexuales de la mujer, como el derecho a aprovechar en forma independiente la información y los servicios de salud reproductiva y enfermedades de transmisión sexual, así como de los medios de control de la natalidad, inclusive el aborto legal y en condiciones de seguridad y la libertad de elegir entre esos medios, el derecho a decidir el número de hijos y el espaciamiento de los nacimientos, el derecho a exigir prácticas sexuales sanas y el derecho a la protección jurídica contra la violencia sexual, tanto dentro como fuero del matrimonio, en particular disposiciones legales sobre la violación marital." – ONUSIDA y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Referencias de Bruyn, Maria. 2003. HIV/AIDS, pregnancy and abortion. A review of the literature. Chapel Hill, NC, Ipas. de Bruyn, Maria, Musa Njoko, Dorothy Odhiambo y Susan Paxton. 2002. 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