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CODIGO DE NUREMBERG
El Código de Núremberg recoge una serie de principios que rigen la experimentación con seres
humanos, que resultó de las deliberaciones de los Juicios de Núremberg, al final de la Segunda Guerra
Mundial.
Los Juicios de Núremberg o, también, Procesos de Núremberg, fueron un conjunto de procesos
jurisdiccionales emprendidos por iniciativa de las naciones aliadas, en los que se determinaron y
sancionaron
las
responsabilidades
de
dirigentes,
funcionarios
y
colaboradores
del
régimen nacionalsocialista. Desarrollados en la ciudad alemana de Núremberg entre 1945 y 1946, el
proceso que obtuvo mayor repercusión en la opinión pública mundial fue el conocido como Juicio
principal de Núremberg o Juicio de Núremberg, dirigido a partir del 20 de noviembre de 1945por
el Tribunal Militar Internacional (TMI)
Específicamente, el Código responde a las deliberaciones y argumentos por las que fueron enjuiciados
la jerarquía nazi y algunos médicos por el tratamiento inhumano que dieron a los prisioneros de los
campos de concentración.
El Código de Núremberg fue publicado el 20 de agosto de 1947, tras la celebración de los Juicios de
Núremberg (entre agosto de 1945 y octubre de 1946).
En él se recogen principios orientativos de la experimentación médica en seres humanos, porque
durante el juicio varios de los acusados argumentaron que los experimentos diferían poco de los
llevados a cabo antes de la guerra, pues no existían leyes que categorizaran de legales o ilegales los
experimentos.
En abril de 1947, el Dr. Leo Alexander sometió a consideración del Consejo para los Crímenes de
Guerra seis puntos que definían la investigación médica legítima. Estos diez puntos son los que
constituyen el Código de Núremberg.
Entre ellos, se incluye el consentimiento informado y la ausencia de coerción, la experimentación
científica fundamentada y la beneficencia del experimento para los sujetos humanos involucrados.
Los diez puntos son:
1. Es absolutamente esencial el consentimiento voluntario del sujeto humano, la persona
implicada debe tener capacidad legal para dar consentimiento; debe ser tal que pueda ser
capaz de ejercer una elección libre, sin intervención de cualquier elemento de fuerza, fraude,
engaño, coacción u otra forma de constreñimiento o coerción;
2. El experimento debe ser tal que dé resultados provechosos para el beneficio de la sociedad,
no sea obtenible por otros métodos o medios y no debe ser de naturaleza aleatoria o
innecesaria.
3. El experimento debe ser proyectado y basado sobre los resultados de experimentación animal y
de un conocimiento de la historia natural de la enfermedad o de otro problema bajo estudio, de
tal forma que los resultados previos justificarán la realización del experimento.
4. El experimento debe ser realizado de tal forma que se evite todo sufrimiento físico y mental
innecesario y todo daño.
5. No debe realizarse ningún experimento cuando exista una razón a priori que lleve a creer el que
pueda sobrevenir muerte o daño que lleve a una incapacitación.
6. El grado de riesgo que ha de ser tomado no debe exceder nunca el determinado por la
importancia humanitaria del problema que ha de ser resuelto con el experimento.
7. Deben realizarse preparaciones propias y proveerse de facilidades adecuadas para proteger al
sujeto de experimentación contra posibilidades, incluso remotas, de daño, incapacitación o
muerte.
8. El experimento debe ser realizado únicamente por personas científicamente cualificadas.
9. Durante el curso del experimento el sujeto humano debe estar en libertad de interrumpirlo si
ha alcanzado un estado físico o mental en que la continuación del experimento le parezca
imposible.
10.
Durante el curso del experimento el científico responsable tiene que estar preparado para
terminarlo en cualquier fase
DECLARACION DE GINEBRA
La Declaración de Ginebra es un texto alternativo al juramento hipocrático propuesto por la Asamblea
General de la Asociación Médica Mundial realizada en septiembre de 1948. Toma su nombre de la sede
en la que se realizó la reunión, la ciudad de Ginebra, Suiza.
El texto tiene como finalidad principal la de crear un nuevo documento que cumpla la función que tuvo el
texto hipocrático en el momento de su creación, la de crear una base moral para todos los médicos,
sobre todo considerando la experiencia de la II Guerra Mundial. Pese a su pretensión de ser un texto
internacionalmente aceptado, lo cierto es que esta Declaración ha tenido relativamente poca
repercusión pública. El texto ha sido enmendado en 1986, 1983 y 1994, y revisado en 2005 y 2006.
(Adoptada por la 2ª Asamblea General de la A.M.M. en Ginebra, Suiza, en septiembre de 1948 y enmendada por la 22ª
Asamblea Médica Mundial Sydney, Australia, agosto de 1986 y la 35ª Asamblea Médica Mundial Venecia, Italia, octubre de
1983 y la 46ª Asamblea General de la AMM Estocolmo, Suecia, septiembre de 1994 y revisada en su redacción por la 170ª
Sesión del Consejo Divonne-les-Bains, Francia, mayo de 2005, y por la 173ª Sesión del Consejo, Divonne-les-Bains,
Francia, mayo de 2006.)
EN EL MOMENTO DE SER ADMITIDO COMO MIEMBRO DE LA PROFESIÓN MÉDICA:
PROMETO SOLEMNEMENTE consagrar mi vida al servicio de la humanidad;
OTORGAR a mis maestros el respeto y la gratitud que merecen;
EJERCER mi profesión a conciencia y dignamente;
VELAR ante todo por la salud de mi paciente;
GUARDAR Y RESPETAR los secretos confiados a mí, incluso después del fallecimiento del
paciente;
MANTENER, por todos los medios a mi alcance, el honor y las nobles tradiciones de la
profesión médica;
CONSIDERAR como hermanos y hermanas a mis colegas;
NO PERMITIRÉ que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico,
sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro
factor se interpongan entre mis deberes y mi paciente;
VELAR con el máximo respeto por la vida humana;
NO EMPLEAR mis conocimientos médicos para contravenir las leyes humanas, incluso bajo
amenaza;
HAGO ESTAS PROMESAS solemne y libremente, bajo mi palabra de honor.
Declaración de Tokio
Normas Directivas para Médicos con respecto a la Tortura y otros Tratos o Castigos crueles,
inhumanos o degradantes, impuestos sobre personas detenidas o encarceladas.
Declaración de Tokio, manifiesta sobre proceder medico ante los casos de tortura y otros tratamientos o
castigos degradantes, inhumanos o crueles, en relación con la detención y prisión de un ser humano.
Adoptada por la 29ª Asamblea Médica Mundial, Tokio, Japón, octubre 1975
La Declaración de Tokio fue adoptada en octubre de 1975 durante la Asamblea General número 29 de
la Asociación Médica Mundial (WMA), y posteriormente actualizada editorialmente por la misma Asociación en
Francia (mayo del 2005 y 2006). La declaración de Tokio señala que la tortura es "contraria a las leyes de la
humanidad" y antitética a la misión superior del médico, que es "aliviar y socorrer el dolor de las personas
humanas". Los médicos deben rechazar participar, perdonar, o permitir la tortura, la degradación, o el
tratamiento cruel de presos o detenidos. Según la política de la Asociación, si un prisionero rechaza comer no
debe ser nutrido artificialmente contra su voluntad.
Declaración
1. El médico no deberá favorecer, aceptar o participar en la práctica de la tortura o de otros procedimientos
crueles, inhumanos o degradantes, cualquier sea el delito atribuido a la víctima, sea ella sospechosa, acusada
o culpable, y cualesquiera sean sus creencias o motivos y en toda situación, incluido el conflicto armado o la
lucha civil.
2. El médico no proporcionará ningún lugar, instrumento, substancia o conocimiento para facilitar la práctica
de la tortura u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, o para disminuir la capacidad de resistencia de
la víctima a soportar dicho trato.
3. El médico no deberá estar presente durante ningún procedimiento que implique el uso o amenaza de
tortura, o de otro trato cruel, inhumano o degradante.
4. El médico debe gozar de una completa independencia clínica para decidir el tipo de atención médica para la
persona bajo su responsabilidad. El papel fundamental del médico es aliviar el sufrimiento del ser humano, sin
que ningún motivo, personal, colectivo o político, lo aleje de este noble objetivo.
5. En el caso de un prisionero que rechace alimentos y a quien el médico considera capaz de comprender
racional y sanamente las consecuencias de dicho rechazo voluntario de alimentación, no deberá ser
alimentado artificialmente. La decisión sobre la capacidad racional del prisionero debe ser confirmada al
menos por otro médico ajeno al caso. El médico deberá explicar al prisionero las consecuencias de su
rechazo a alimentarse.
6. La Asociación Médica Mundial respaldará y debe instar a la comunidad internacional, asociaciones médicas
nacionales y colegas médicos a apoyar al médico y a su familia frente a amenazas o represalias recibidas por
haberse negado a aceptar el uso de la tortura y otras formas de trato cruel, inhumano o degradante.
DECLARACION DE HELSINKI
Reconociendo los defectos del Código de Nuremberg, la Asociación Médica Mundial creó la Declaración de
Helsinki en 1964. Considerada por muchos como el primer estándar mundial de investigación biomédica, este
documento proporciona protección adicional a personas con autonomía limitada e insiste que los médicos e
investigadores que aceptan sus propios pacientes sean precavidos.
La Declaración de Helsinki ha sido promulgada por la Asociación Médica Mundial (WMA) como un cuerpo de
principios éticos que deben guiar a la comunidad médica y otras personas que se dedican a la
experimentación con seres humanos. Por muchos es considerada como el documento más importante en la
ética de la investigación con seres humanos,2 a pesar de que no es un instrumento legal que vincule
internacionalmente. Su autoridad emana del grado de codificación interna y de la influencia que ha ganado a
nivel nacional e internacional.3
Historia
La Declaración fue originalmente adoptada en junio de 1964 en Helsinki, Finlandia, y ha sido sometida a cinco
revisiones y dos clarificaciones, creciendo considerablemente por esto su longitud de 11 a 32 párrafos. La
Declaración es un importante documento en la historia de la investigación ética, como un significativo esfuerzo
de la comunidad médica para autorregularse, y forma la base de muchos de los documentos subsecuentes. El
previo Código de Nuremberg no tuvo aceptación general sobre los aspectos éticos de la investigación
humana, aunque en países como Alemania y Rusia, inspiró políticas nacionales sobre investigación en
humanos. La Declaración desarrolla los diez puntos del Código de Nuremberg y a ellos les suma
la Declaración de Ginebra (1948), un estatuto de deberes éticos para los médicos. La Declaración especifica
más detalladamente la investigación clínica, reflejando cambios en la práctica médica desde el término
"experimentación humana" usado en el Código de Nuremberg. Un cambio notable referente a éste es una
relajación de las condiciones del consentimiento, el que era "absolutamente esencial" en el Código de
Nuremberg. Gracias a esto, hoy los médicos declaran obtener el consentimiento "si es posible" de parte del
paciente, pero la investigación también se permite cuando a falta del consentimiento del involucrado, se
cuenta con el de una persona próxima como un curador o representante legal.
Principios básicos
El principio básico es el respeto por el individuo (Artículo 8), su derecho a la autodeterminación y el derecho a
tomar decisiones informadas (consentimiento informado) (Artículos 20, 21 y 22) incluyendo la participación en
la investigación, tanto al inicio como durante el curso de la investigación. El deber del investigador es
solamente hacia el paciente (Artículos 2, 3 y 10) o el voluntario (Artículos 16 y 18), y mientras exista
necesidad de llevar a cabo una investigación (Artículo 6), el bienestar del sujeto debe ser siempre precedente
sobre los intereses de la ciencia o de la sociedad (Artículo 5), y las consideraciones éticas deben venir
siempre del análisis precedente de las leyes y regulaciones (Artículo 9).
El reconocimiento de la creciente vulnerabilidad de los individuos y los grupos necesita especial vigilancia
(Artículo 8). Se reconoce que cuando el participante en la investigación es incompetente, física o mentalmente
incapaz de consentir, o es un menor (Artículos 23 y 24) entonces el permiso debe darlo un sustituto que vele
por el mejor interés del individuo. En este caso su consentimiento es muy importante (Artículo 25).
Principios operacionales
La investigación se debe basar en un conocimiento cuidadoso del campo científico (Artículo 11), una
cuidadosa evaluación de los riesgos y beneficios (Artículos 16 y 17), la probabilidad razonable de un beneficio
en la población estudiada (Artículo 19) y que sea conducida y manejada por investigadores expertos (Artículo
15) usando protocolos aprobados, sujeta a una revisión ética independiente y una supervisión rmación
disponible indica que las consideraciones originales no son satisfactorias (Artículo 17). La información relativa
al estudio debe estar disponible públicamente (Artículo 16). Las publicaciones éticas relativas a la publicación
de los resultados y la consideración de potenciales conflictos de intereses (Artículo 27). Las investigaciones
experimentales deberán compararse siempre en términos de los mejores métodos, pero bajo ciertas
circunstancias un placebo o un grupo de control deberán ser utilizados (Artículo 29). El interés del sujeto
después de que el estudio finaliza debería ser parte de un debido asesoramiento ético, así como asegurarle el
acceso al mejor cuidado probado (Artículo 30). Cuando se deban testear métodos no probados se deben
probar en el contexto de la investigación donde haya creencia razonable de posibles ventajas para los sujetos
(Artículo 32).
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