REPÚBLICA ARGENTINA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN PLENARIO DE LAS COMISIONES DE ASUNTOS CONSTITUCIONALES SISTEMAS, MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN DEFENSA NACIONAL - ASUNTOS ADMINISTRATIVOS Y MUNICIPALES Salón Arturo Illia Martes 24 de agosto de 2004 Presidencia de la señora senadora Fernández de Kirchner — En el Salón Arturo Illia del H. Senado de la Nación, el martes 24 de agosto de 2004, a la hora 17 y 23: Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner). — El presente plenario tiene por objeto recibir a miembros de la Oficina Anticorrupción y a miembros representantes del periodismo independiente, en el marco del tratamiento del proyecto de acceso a la información. Aún faltándonos unos minutos para el quórum, tratándose de una reunión de carácter informativo y no resolutivo, y atento que ya están hace un rato largo esperando los miembros de la Oficina Anticorrupción, si no les parece mal a los señores senadores y senadoras, invitamos al doctor Néstor Baragli y al doctor Nicolás Raigorodsky a que empiecen su exposición. Sr. Raigorodsky. — Buenas tardes. En primer lugar, quiero agradecer la invitación del Senado. Voy a comentarles la experiencia que hemos tenido desde la Oficina Anticorrupción en lo que fue la generación de este proyecto de ley que el Poder Ejecutivo envió al Congreso en el año 2002. Lo que nosotros entendemos es más interesante para comentar acá, son algunos detalles sobre el procedimiento, cómo desde la Oficina Anticorrupción pensamos este proyecto de ley, cómo se trabajó y cuál fue el producto que se obtuvo a través de ese trabajo. La Oficina tiene una serie de mecanismos, herramientas y programas de impulso a la transparencia en la gestión, tanto en temas de audiencias públicas, de transparencia en compras públicas, de mecanismos de participación de la sociedad civil, y uno que nosotros llamamos elaboración participada de normas. El objetivo de este mecanismo es la puesta en discusión de un proyecto normativo para que se discuta con diferentes actores y sectores. De modo que a partir del debate y la discusión, cada uno de los actores que participan en el proceso haga aportes, sugerencias o críticas a ese proyecto, y que se vaya construyendo, en definitiva, un proyecto de decisión de manera participativa. En el caso del proyecto de ley de acceso, la Oficina lo empezó a trabajar en el año 2000, tomando como base los proyectos que ya estaban circulando. Y a partir de la elaboración de una especie de proyecto base, tomando ideas de todas las iniciativas que había dando vuelta, se puso ese proyecto a la discusión. De esas discusiones participaron todos los sectores que están involucrados en el tema: académicos, periodistas, legisladores, jueces, la sociedad civil y también miembros del Poder Ejecutivo que, por una razón u otra, manejan información crítica o sensible, y que por lo tanto tenían mucho que decir respecto del proyecto. Después de un trabajo bastante profundo a partir de este proyecto base y de los comentarios y las críticas, creemos que se llegó a un proyecto que, por un lado, está en línea con los principios básicos de lo que una ley de acceso a la información debe contener, es decir, todo lo que es legislación comparada, las leyes modelo. Este proyecto cubría esos estándares. Al mismo tiempo, algo que también creo muy destacable es que el proyecto contó con un nivel de consenso muy alto como producto de este mismo procedimiento. Creo que el resultado del procedimiento es mejorar la calidad normativa, pero a su vez también generar consensos que hacen más fáciles los trámites posteriores. El proyecto que vino al Congreso fue mejorado en muchas de sus cuestiones por la Cámara de Diputados. Creemos que el proyecto que se aprobó en Diputados es muy bueno, está a nivel de todos los estándares internacionales en la materia —como dije antes— y por lo tanto consideramos que es una iniciativa muy interesante. En cuanto al contenido, en los temas de legitimación, tanto activa como pasiva, creo que las excepciones cubren los temas que, por una razón u otra, corresponde que tengan algún tipo de excepción. Creo que el proyecto cubre las expectativas de una buena legislación en materia de acceso a la información. Por otra parte, vale también destacar que está en plena vigencia el decreto 1172/03 del Poder Ejecutivo, que el presidente Kirchner firmó en diciembre del año pasado. El contenido del decreto, en términos del alcance, es muy parecido —prácticamente similar— al proyecto que está aquí, en el Senado. Hasta ahora la aplicación de ese decreto está dando muy buenos resultados, y el Poder Ejecutivo y sus organismos están respondiendo de manera adecuada a los requisitos de información que recibe. Así como al principio les hablaba de cuáles son las áreas que cubre la Oficina y básicamente también la dirección a mi cargo, que es la Dirección de Transparencia de la Oficina Anticorrupción, este decreto no sólo contiene un reglamento de acceso sino que también contiene un reglamento de audiencias públicas, un reglamento de gestión de intereses o lobby y un reglamento de la creación participativa de normas. Este último, a su vez, es el procedimiento mediante el cual se trabajó este proyecto. Finalmente, el decreto contiene un reglamento de acceso libre a las reuniones de directorio de los entes reguladores. Básicamente, este panorama muy amplio es lo que tenemos para contarles. Por supuesto, por cualquier duda que puedan tener ustedes respecto del proyecto, estamos a disposición. Sra. Presidenta. — ¿Algún señor senador o senadora quiere formular alguna pregunta, alguna inquietud, a los miembros de la Oficina Anticorrupción? Dado que no hay preguntas, les agradecemos mucho en nombre de las comisiones que integran este plenario. Ahora, en nombre de la Asociación para la Defensa del Periodismo Independiente, harán uso de la palabra el doctor Oscar Serrat, que es el presidente de la Asociación, el señor Isidoro Gilbert, vicepresidente, y la doctora Analía Eliades. Sra. Eliades. — Básicamente, desde la Asociación para la Defensa del Periodismo Independiente, lo que queremos resaltar es la importancia de contar con una ley de acceso a la información pública. Y por ello con los asociados hemos pensado también en los fundamentos que hacen a esta necesidad. Por eso les voy a pedir que me permitan leer — sin aburrirlos— un documento que mínimamente hemos preparado y en el que hemos estado trabajando durante mucho tiempo, tanto en temas puntuales como en general, sobre acceso a la información pública. Dice así: El derecho de acceso a la información pública y su consecuente ejercicio concreto poseen múltiples implicancias. En efecto, su existencia se constituye como requisito indispensable para el funcionamiento mismo de la democracia. Y deviene del principio de publicidad de los actos de gobierno como carácter esencial del sistema republicano. Pero al mismo tiempo el derecho de acceso a la información pública implica la concreción del derecho a la libertad de expresión, entendido este en toda su amplitud y extendido a lo que hoy llamamos derecho a la información, que comprende la facultad tanto de dar y recibir y cuyo ejercicio corresponde a toda persona, al sujeto universal, a todos y cada uno de nosotros. A su vez, el derecho de acceso a la información guarda una ínsita relación dialéctica con el resto de los derechos humanos. En ese sentido, la Relatoría para la Libertad de Expresión en el ámbito de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA en el informe del año 2002 señala: En un sistema democrático, representativo y participativo la ciudadanía ejerce sus derechos constitucionales de participación política, votación, educación y asociación, entre otros, a través de una amplia libertad de expresión y de un libre acceso a la información. La publicidad de la información permite que el ciudadano pueda controlar la gestión pública no sólo por medio de una constatación de los mismos con la ley que los gobernantes han jurado cumplir, sino también ejerciendo el derecho de petición y de obtener una transparente rendición de cuentas. El acceso a la información, a la vez de conformarse como un aspecto importante de la libertad de expresión, se conforma como un derecho que fomenta la autonomía de las personas y que les permite la realización de un plan de vida que se ajuste a su libre decisión. ¿Cuáles son algunas de las múltiples implicancias que tiene el derecho de acceso a la información? Concreta el derecho a buscar y recibir información; la correspondencia entre el deber de informar de la administración y el derecho a la información de los ciudadanos; el reconocimiento y la garantía de una institución política fundamental; la opinión pública libre, indisolublemente ligada con el pluralismo político; permite que el ciudadano pueda formar libremente sus opiniones e incluso ponderar las contrapuestas; el fomento y la garantía de participación de un modo más responsable en los asuntos públicos; es un instrumento necesario para una correcta formación de la voluntad democrática; el afianzamiento del sistema de relaciones democráticas auspiciado por nuestra Constitución Nacional, así como el ejercicio efectivo de otros derechos y libertades. Una ley de acceso a la información pública puede ser un instrumento para efectivizar el principio de transparencia administrativa, de gestión y de los actos de gobierno. Es un instrumento para la realización de un control democrático sobre la actividad administrativa. Hace también a la consagración efectiva del derecho a la igualdad, a un tratamiento común de los ciudadanos en sus relaciones con la administración pública. Por eso, no como administrados sino como ciudadanos, porque la voz ‘administrados’ nos da la sensación de una pasividad que rechazamos. Debilitamiento de la línea divisoria entre gobernantes y gobernados en una democracia participativa. Es una herramienta de comunicación institucional de los organismos públicos y los ciudadanos. El acceso a la información es la regla; el secreto, la excepción. Habrá que trabajar culturalmente tanto dentro de la administración como en la comunidad para cambiar la tradición del no acceso, del ocultamiento, por una tradición de transparencia y apertura. Como consecuencia del derecho de acceso a la información pública surge la obligación del Estado de evitar establecer restricciones de cualquier tipo, incluyendo las económicas, que implican discriminación en el acceso a la información. Argentina es Estado parte del Pacto de San José de Costa Rica. Sí obligado, entre otras cosas, a garantizar el pleno y libre ejercicio de los derechos reconocidos en la Convención Americana de Derechos Humanos. Y le hemos otorgado jerarquía constitucional. En este sentido, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dicho que esta obligación implica el deber de todos los Estados de organizar todo el aparato gubernamental y en general todas las estructuras a través de las cuales se manifiesta el ejercicio del poder público, de manera tal que sean capaces de asegurar jurídicamente el pleno y libre ejercicio de los derechos humanos. Como consecuencia de esta obligación, los Estados deben prevenir, investigar y sancionar toda violación de los derechos reconocidos en la Convención y procurar, además, el restablecimiento, si es posible, del derecho conculcado. Y en su caso, la reparación de los daños producidos por la violación de los derechos humanos. El derecho del acceso a la información tiene una importancia fundamental en el ámbito del sistema interamericano de protección de los derechos humanos. E insistimos: somos parte de él. El artículo 13 de la Convención Americana señala que la libertad a de pensamiento y de expresión comprende la libertad a de buscar, recibir y difundir ideas de toda índole. Esos términos —ha dicho la Corte— establecen literalmente que quienes están bajo la protección de la Convención tienen no sólo del derecho y la libertad de expresar su propio pensamiento sino también el derecho y la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole. En el sistema interamericano de protección de los derechos humanos se concibe, así, a la libertad de expresión en dos dimensiones: una individual y una colectiva. A su vez, el principio 4° de la Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión que fue aprobada en el 108° período de sesiones de la Comisión Interamericana en el año 2000 estableció que el acceso a la información en poder del Estado es un derecho fundamental de los individuos. Los Estados están obligados a garantizar el ejercicio de este derecho. Este principio sólo admite limitaciones excepcionales, que deben estar establecidas previamente por la ley para el caso en que exista un peligro real e inminente que amenace la seguridad nacional en sociedades democráticas. En efecto, la Relatoría para la Libertad de Expresión en el ámbito de la OEA también está advirtiendo dicha necesidad y está convocando a todos los Estados partes para que cuenten con la ley de acceso a la información que posibilite el efectivo cumplimiento del artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica y el principio que les mencioné, sobre la declaración de los principios para la libertad de expresión. A su vez, esto implica evitar exclusivismos. No queremos exclusivismos periodísticos ni mediáticos: este es un derecho de todos. Existen muchos fundamentos en el ámbito del sistema interamericano así como en nuestro propio ámbito normativo que reflejan la necesidad de contar con una ley de acceso a la información pública que facilite el acceso a dicha información. Por eso destacamos todos estos fundamentos. Por último, a fin de enfatizar el apoyo a este proyecto —que ya cuenta con sanción de una de las Cámaras— debemos tener presente la universalidad del derecho a la información y, por ende, la universalidad del derecho a su acceso sin discriminación ni exclusivismos. La obligación de garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos no se agota con la existencia de un orden normativo dirigido a hacer posible el cumplimiento de esta obligación sino que comporta la necesidad de una conducta gubernamental que asegure la existencia, en la realidad, de una eficaz garantía de libre y pleno ejercicio de los derechos humanos. Y agregamos: asegurar en la realidad la efectiva existencia del derecho a la información, del acceso a ella, del pluralismo y de la libertad de expresión, hace realidad y consolida una auténtica democracia. Sra. Presidenta. — Tiene la palabra la señora senadora Negre de Alonso. Sra. Negre de Alonso. — Sería oportuno que nos dejen ese documento para que la comisión pueda considerarlo. Sra. Presidenta. — Sí. Obviamente, les solicitaremos una copia del documento que acaban de leer, que seguramente es más extenso. Desde ya, les agradecemos mucho su presencia. — Luego de unos instantes: Sra. Presidenta. — Por otra parte, quiero informar que he estado conversando con los presidentes de las comisiones que integran este plenario. Como todos sabrán, la Comisión de Asuntos Constitucionales es cabecera para el tratamiento de la acusación que ha sido formulada por la Cámara de Diputados en el juicio político seguido al doctor Vázquez. En efecto, se ha fijado el próximo miércoles para escuchar la lectura de la Acusación en el recinto. Una vez formulada la lectura de la Acusación, se dispara el mecanismo de apertura de la consideración del tema en la Comisión de Asuntos Constitucionales. Por lo tanto, fijaremos varias agendas para que puedan ser considerados tanto la temática del acceso a la información por parte del plenario de comisiones, como el seguimiento del juicio político que le atañe a esta comisión. En consecuencia, se propone citar el martes 7 de septiembre a los doctores Daniel Sabsay y Roberto Saba, director ejecutivo de la Asociación por los Derechos Civiles, para que expongan sobre el tema de acceso a la información. Por otro lado, los senadores Morales y Yoma solicitaron la concurrencia de otros destacados expositores. En ese sentido, la Comisión quisiera saber si es posible reducir la cantidad de personas invitadas a exponer. — Varios señores senadores hablan a la vez. Sra. Presidenta. — También el senador Menem solicitó la citación del Defensor del Pueblo. Por lo tanto, el martes 7 de septiembre realizaremos la reunión con los doctores Sabsay y Saba y trataremos de encontrar el modo de abreviar las reuniones solicitadas por los senadores para que una vez finalizadas demos comienzo al tratamiento del despacho a emitir. En términos legislativos, el proyecto vence este año; por ello debemos dictaminar para que el proyecto no caduque. En ese sentido, desde la Comisión hemos manifestado en reiteradas oportunidades que nuestra intención es emitir un dictamen. Lo que sucede es que paralelamente también debemos considerar el tema del juicio político. En consecuencia, desarrollaremos en ese ámbito y con esas limitaciones de tiempo el tratamiento de estas dos cuestiones tan importantes. Tiene la palabra el señor senador Menem. Sr. Menem. — Señora presidenta: quisiera que se fije ya algún cronograma para considerar los proyectos sobre la reglamentación de los decretos de necesidad y urgencia. Existen varias iniciativas sobre ese asunto. Hoy se cumplen diez años de la sanción de la Constitución reformada de 1994 y creo que es una deuda pendiente que tenemos, junto con la ley de coparticipación . Son las dos grandes leyes que esperan ser sancionadas. Por ello, creo que deberíamos comenzar a considerar la reglamentación de los decretos de necesidad y urgencia. Sra. Presidenta. — Fijaremos un cronograma. Hay varios temas muy importantes que están pendientes de tratamiento. Lo que sucede es que el tiempo no lo manejamos nosotros cronológicamente, sumado a que la posibilidad de realizar reuniones de la comisión es de una vez por semana. Pero, reitero, debemos tratar también estos asuntos así como la reforma política, que es otro de los grandes temas pendientes y demandados por la sociedad. En consecuencia, seguramente organizaremos un cronograma. Si no hay otra solicitud de parte de los señores senadores, se fija para el día martes 7 de septiembre la reunión con los doctores Sabsay y Saba, sobre acceso a la información. Queda levantada la reunión. — Son las 17 y 47.