Marruecos es indescriptible y, sin embargo, me atrevo a escribiros, en nombre de Alicia y mío, porque sois muchos los que nos acompañáis en esta experiencia. Si os digo que las bolsas de las compras son negras y que los taxis son de dos clases (rojo el petit taxi y blanco el grande) os podéis hacer a la idea que, a partir de aquí, todo es diferente y al mismo tiempo, el fondo de la vida, es semejante. Hna. Montse y Hna. Mª Jesús nos llevaron hasta el aeropuerto de Barajas. De la famosa Terminal 4 salíamos a las 15,30 del lunes. Nuestra puerta de embarque la K 92, justo al final de la Terminal ya nos orientó hacia donde viajábamos…hacia los más últimos. Cuándo vimos el avión nos recordó la avioneta de Indiana Jones. Nos pareció pequeño y estrecho. Viajaríamos unas 60 personas y dos o tres plazas libres. Llegamos muy puntuales al aeropuerto de Melilla donde la acogida de Sor Mª Luisa y Esther fue tan calurosa como los 40 grados que nos recibieron. Esperamos durante más de dos horas para poder pasar la frontera. Mucho tráfico de vehículos y personas, colores, bocinas, risas, helados, agua, cacahuetes…Melilla es casi Marruecos. Nos recordó la puerta entre dos mundos pero con una identidad propia. Una de las familias de los pisos de Almudévar fue la primera llamada que recibimos en su país. ¿Estáis bien? ¿Ya estáis en Marruecos? ¿A que es otra cosa? Nador es una ciudad grande. Tiene más de trescientos mil habitantes y se ha convertido en la segunda plaza financiera del país. Es la capital de la provincia del mismo nombre y esta situada al sur de Melilla, aproximadamente a unos 15 m y en el Rif. Ha estado habitada desde tiempos remotos pero la actual ciudad es fundada por los españoles en 1908 para comenzar la explotación de los yacimientos mineros de la Compañía española de Minas del Rif, S.A. Esta actividad trajo consigo un aumento notable de población y en los años 20 las autoridades administrativas españolas planifican la ciudad con calles espaciosas y un diseño ortogonal. El diseño aún se conserva en las amplias avenidas que cada día atravesamos para ir a nuestro trabajo. En 1934 el Gobierno español constituye a Nador en capital de la provincia de Quero, la más grande de las cinco que constituyen el protectorado. La población se dedica al comercio, al “contrabando” entre los dos países, la agricultura, la pesca y una incipiente industria. Ha habido inversiones recientes en infraestructura en la ciudad. Nador tiene aeropuerto internacional, un puerto comercial, en construcción una 1 carretera costera y hace unos meses se ha inaugurado una estación de ferrocarril que une Nador con todo el país. Las Hijas de la Caridad están presentes en el país desde hace mucho tiempo. En la actualidad cuentan con siete comunidades diseminadas por todo Marruecos. En Nador están sirviendo a los pobres en su casa, en la Dar Heria. Dar significa Casa y Heria pobres. Esta pequeña comunidad está dedicada exclusivamente a la Dar Heria desde el año 2005 cuando dejan el servicio en el hospital de la ciudad. En la Dar Heria dos hermanas ya estaban sirviendo a los pobres desde hacia tiempo compaginando este servicio con la tarea del hospital. Sor Mª Luisa es la única de las HC que está con nosotras en Nador. Sor Carmen se encuentra en España realizado un curso de espiritualidad vicenciana en Salamanca. Esther es una voluntaria laica que hace ya seis años que viene a Marruecos para colaborar en los servicios de las HC. Al llegar a la casa de las HC nos sorprenden los detalles de su acogida. En la mesilla de nuestros cuartos hay una estampa “Bienvenida a esta CASA” y un pequeño folleto con el horario de nuestro día a día en Nador y una explicación sobre la misión. La misma noche de nuestra llegada a Nador llama para saludarnos Sor Gloria, miembro del Consejo Provincial, que es la Delegada en Marruecos. Y Sor Mª Luisa Serrano, la Visitadora (Provincial). También Sor Carmen llama desde España para preguntar por nuestro viaje. Nos levantamos a las seis. La primera noche nos sorprendió la llamada a la oración de la mezquita más cercana a la casa. La segunda noche no la oímos ya…a pesar del calor se duerme por el cansancio del día… Media hora más tarde nos encontramos en la capilla y tras los laudes salimos, en coche, hacia la parroquia. Cada día celebramos la Eucaristía. La Asamblea es numerosa…somos nosotras cuatro y el P. Darío, franciscano. En la parroquia vive una comunidad de la Congregación de las “Infantitas” pero en este momento se encuentran fuera de Nador. Esperamos conocerlas. Ellas trabajan en la promoción de la mujer. Tras la Eucaristía regresamos a nuestra capilla y la oración finaliza con media hora de encuentro con Él. Desayunamos y saludamos a Rosa, la muchacha que estará en casa hasta las tres y se encarga de la comida y la limpieza. Nos vamos en coche hacia la Dar Heria. Alicia y Sor Mª Luisa están en la primera planta donde, además de la cocina, enfermería, ropero, lavadero y otros servicios, están las dos salas de hombres. Esther y yo subimos a la segunda planta donde están las mujeres. En total unas 70 personas, los más pobres de entre los pobres. Son hombres y 2 mujeres, algún adolescente con disminución psíquica/física, que tienen en la Dar Heria su casa y su familia. Toda la mañana se está, en palabras de la familia vicenciana, “en el servicio a los pobres”. Servicio que se traduce en multitud de pequeños gestos que contribuyen a una vida más digna. Las duchas, las curas, la limpieza de las salas, las camas, desayunos y comidas, etc, etc. En la Dar Heria hay personal seglar para el lavadero, la cocina y las salas. Cinco. También hay un Director que se encarga de la administración y de la coordinación de la Casa. Sin embargo la palabra que se oye a todas horas y en todo momento es: Hermana. Las Hermanas son el corazón de la Dar Heria, su presencia impulsa, y da vida a toda la Casa. Sor Mª Luisa nos dice que parece que hace tiempo que estamos en el país y en el servicio a la Dar Heria. Ciertamente que su acogida franca, su apertura y confianza en la misión y en la comunidad ha facilitado una integración rápida. Nuestra experiencia de trabajo también hace que no nos resulte extraña la dinámica de la Dar Heria. Sobre la una volvemos a la comunidad para la comida y el descanso. Es el momento del compartir sencillo y fraterno. A las 4 tenemos quince minutos de lectura. Cada día una de nosotras es la encargada de la liturgia. En esta semana estamos leyendo la Encíclica Social de Benedicto XVI “Caritas in veritate”. Rezamos vísperas y media hora de oración. Merendamos, sobre todo, es beber! Y salimos hacia la Dar Heria. Llegamos para la merienda. Algunos días ya han acabado y es la hora del paseo. Casi todos los días hemos salido para el Paseo Marítimo si el calor lo permite. Tener en cuenta que es fácil que a las siete de la mañana estemos a 30 grados. El primer día que salimos por el paseo…indescriptible. Nos recordó las palabras del Evangelio. No somos muchos los que salimos pero claro son los que no pueden salir solos. Y entre la multitud de personas que pasean al lado del mar con sus trajes de colores, sus mejores galas, se abre paso un pequeño grupo de cojos, lisiados, “carrozas” (carros) y Alicia, Esther y yo. Parece el paso del mar rojo. La multitud se abre para dejarnos pasar. Unos nos miran como diciendo qué hacéis por aquí. Otros nos saludan con cariño, otros nos compran chicles o pipas…Y os aseguro que no pasamos inadvertidos. El jueves se acercó a saludarnos un maestro de la Madrasa, la escuela coránica que está al lado de la Dar Heria. Menos mal que hablaba francés! Regresamos del paseo para poder cenar a las siete y media. Y tras la cena ya viene la señora de la noche, nos saludamos, se da el “parte” y 3 salimos hacia nuestra comunidad. En el camino dejamos a Fatima, la cocinera. Nos “refrescamos” con una buena ducha y cenamos. El gazpacho está buenísimo! Luego hablamos, o subimos a la terraza. Es el momento del recreo. Y sobre las diez y media, tras despedirnos del Señor en la capilla, nos vamos a la cama. El sábado por la tarde y el domingo no vamos a la Dar Heria. Hoy domingo iremos a la Iglesia y al zoco. La oración es libre y el día se distribuye de otra manera. De todas formas, somos conscientes de que cada día ha sido distinto…Cuando nos subimos por la mañana al coche y decimos Bismila (en el nombre de Dios) pensamos en qué nos deparará la Providencia. En menos de siete días, mañana hará una semana que estamos aquí, hemos visitado Drios la última de las comunidades donde estaremos; hemos visto el zoco; vino la Sadaka a la Dar Heria (este mes comienza el Ramadán y ya llegan las limosnas y el compartir); invitaron a la Dar Heria a dos carneros por la fiesta del nacimiento de gemelos… Cuánto hemos aprendido y vivido! Con nuestras diez palabras en árabe nos podemos defender en la vida diaria. Pero sobre todo hemos podido, de nuevo, comprobar la universalidad de nuestro lenguaje: la caridad. Una caridad que nos une, hijas y hermanas de la caridad, que traspasa fronteras de idioma o cultura. Caridad que toma el rostro concreto del Señor Jesús presente en el más pobre y necesitado, caridad que es “baraka” (bendición). De nuevo es realidad es nuestra historia de familia, de congregación, que somos bendición y al mismo tiempo somos bendecidas. Os recordamos en multitud de pequeños momentos del día. Nombres concretos, por mil motivos diferentes, son nombrados, orados, compartidos. Mañana es San Lorenzo. Lo vamos a celebrar comiendo al mediodía pollo al chilindrón. Nos seguimos acogiendo cada día a la intercesión de María de Nazaret. Nuestra Señora de la Encarnación. Os seguiremos escribiendo. Mientras…unidas a cada uno en el servicio del Reino, servicio de liberación que es anuncio de Buena Noticia. Hnas. Alicia y Núria 4