XII CONGRESO IBEROAMERICANO DE DERECHO E INFORMÁTICA EL PROCESO POLÍTICO DE INCLUSIÓN DEL GOBIERNO ELECTRÓNICO EN LA AGENDA DEL GOBIERNO EN URUGUAY Monteverde F La incorporación de sistemas de información en la Administración Pública es un proceso que lleva varias décadas de iniciado y que ha acelerado su paso al compás del avance de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Este proceso se caracteriza por responder a necesidades puntuales o sectoriales sin políticas ni principios orientadores. Los organismos públicos nacionales y locales recolectan, registran y procesan información para dar cumplimiento a sus cometidos, con una dinámica que a todas luces responde a criterios de parcelización en base a una concepción autoreferida de Estado burocrático. En consecuencia, el Estado dispone de una miríada de sistemas de información frecuentemente desconectados, pero con una evolución remarcable que constituye un activo que los gestores de políticas deben considerar. A fines de los noventa surge y se desarrolla el concepto de Gobierno Electrónico, que viene a llenar el vacío existente en torno a la formulación de políticas públicas referidas a la utilización de las tecnologías de la información y las comunicaciones en el Estado, pero que no se agota en la aplicación de la tecnología, sino que a la vez incorpora una visión innovadora al enfocar la modernización del Estado desde un ángulo externo, que se traduce en la adopción de la óptica del ciudadano y el destaque de la necesidad de coordinación e integración de procesos entre organismos. A partir del año 2005 Uruguay se encamina hacia una reforma del Estado concebida en base a criterios de mejora de la gestión pública, participación ciudadana y participación del Estado en aquellas áreas consideradas relevantes para el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos. En este marco coyuntural, se abrió una ventana de oportunidad que permitió incorporar a la agenda del gobierno la formulación de una política pública de Gobierno Electrónico. Como primer paso en esa dirección, la Ley de Presupuesto de 2005 creó la Agencia para el Desarrollo del Gobierno Electrónico y la Sociedad de la Información y del Conocimiento (AGESIC), que tiene entre sus cometidos la formulación de la referida política. El presente trabajo se propone analizar el proceso político que condujo al desarrollo de la política de Gobierno Electrónico en Uruguay. Para el análisis se utilizará el marco conceptual de las tres vertientes desarrollado por John W. Kingdon (1995), cuyo modelo permite formular explicaciones acerca de la incorporación de políticas en la agenda gubernamental. Marco analítico Como primera aproximación al tema de estudio, resulta pertinente abordar algunos conceptos relativos al análisis de las políticas públicas, en particular aquellos que están vinculados a su incorporación en la agenda gubernamental, con el propósito de fijar las coordenadas que permitan precisar su definición, sus implicancias y alcances, así como las dinámicas que conducen los procesos políticos de decisión. En la ciencia política ha cobrado especial relevancia el concepto de agenda y los factores que intervienen en su configuración (Cobb y Elder, 1983), donde se manifiesta el enfoque de la construcción de políticas públicas como un proceso político en el que interactúan diversos actores interesados (Lindblom y Cohen, 1983; Klijn, 1998). 195 XII CONGRESO IBEROAMERICANO DE DERECHO E INFORMÁTICA El concepto de agenda es definido por John W. Kingdon (1995) como el conjunto de temas que son considerados prioritarios por la sociedad o el gobierno. Kingdon, a su vez, plantea una distinción entre la agenda gubernamental y la agenda decisional, donde la agenda gubernamental está constituida por el conjunto de temas que reciben la atención de integrantes del gobierno, mientras que la agenda decisional es un conjunto de temas de la agenda gubernamental más próximos a la toma de decisiones o con mayor prioridad (Ruiloba citando a Kingdon, 2007). Kingdon (1995) desarrolló un modelo analítico con el objetivo de profundizar en el estudio de la formación de la agenda pública y de los mecanismos que llevan a la toma de decisiones por parte de los actores gubernamentales. Su modelo, denominado “de las vertientes múltiples o de la ventana de oportunidad”, se centra en el estudio de los actores que influyen y construyen la política, así como los procesos que intervienen en la formulación de la agenda y determinación de alternativas. El modelo describe el proceso de elaboración de políticas como la convergencia de tres vertientes: la vertiente de los problemas representa el proceso de surgimiento y reconocimiento social de varios temas que para su solución pueden requerir la intervención de actores gubernamentales, la vertiente de las políticas representa el proceso de elaboración de posibles soluciones a un problema y la vertiente política representa el contexto político que condiciona las posibilidades de que se produzca una decisión política. Las tres vertientes ocurren en forma independiente y tienen su lógica propia, no obstante ello, los actores involucrados pueden verse afectados por los procesos que tienen lugar en las tres vertientes. En caso que las tres vertientes confluyan en un punto dado, se abre una ventana de oportunidad que constituye un momento único para la introducción de cambios en la política. El modelo kingdoniano centra su estudio en las primeras fases de la elaboración de políticas: la definición del problema, la especificación de alternativas de solución y la decisión (Ruiloba, 2007). El proceso político en Uruguay Los actores y los procesos son los elementos definitorios que integran la fórmula del modelo de Kingdon, lo que a todas luces da cuenta de la concepción de redes de políticas subyacente en su desarrollo teórico. Los siguientes apartados tienen por objeto identificar y describir los actores participantes, así como el proceso político hacia el Gobierno Electrónico en Uruguay desagregado en tres procesos independientes: la vertiente de los problemas, la vertiente de las políticas y la vertiente política. Identificación de actores Como punto de partida para el análisis se identifican los actores que participan del proceso político. Estos actores son clasificados en base a criterios que servirán para determinar su capacidad de influir en la agenda o de generar alternativas, reseñando asimismo los recursos disponibles y la esfera en que operan. 196 XII CONGRESO IBEROAMERICANO DE DERECHO E INFORMÁTICA Tabla I: Actores y capacidades Vertiente de los Problemas La experiencia internacional muestra que la incorporación de sistemas de información en la Administración Pública es un proceso que lleva varias décadas de iniciado y que ha acelerado su paso al compás del avance de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Este proceso se caracteriza por responder a necesidades puntuales o sectoriales sin políticas ni principios orientadores. Los organismos públicos nacionales y locales recolectan, registran y procesan información para dar cumplimiento a sus cometidos, con una dinámica que a todas luces responde a criterios de parcelización en base a una concepción autoreferida de Estado burocrático. En consecuencia, el Estado dispone de una miríada de sistemas de información frecuentemente desconectados, pero con una evolución remarcable que constituye un activo que los gestores de políticas deben considerar. 197 XII CONGRESO IBEROAMERICANO DE DERECHO E INFORMÁTICA La situación en Uruguay presenta características generales similares a las reseñadas. El desarrollo de sistemas de información en la Administración Pública se origina en iniciativas sectoriales y presenta una gran asimetría en el desarrollo relativo entre distintos organismos. Aquellos organismos que cuentan con recursos generados por si mismos u obtenidos por su carácter de organismo recaudador son los que experimentan un mayor grado de desarrollo. Es así que las empresas comerciales e industriales del Estado como UTE y ANTEL, organismos recaudadores como la Dirección General Impositiva (DGI) y el Banco de Previsión Social (BPS), unidades ejecutoras de contralor presupuestal como la Contaduría General de la Nación (CGN), o a nivel local la Intendencia Municipal de Montevideo han sido los precursores de la incorporación de sistemas de información. Cabe señalar que todos ellos comparten una característica común: todos estos sistemas de información tienen como objetivo resolver aspectos relacionados con el ámbito de su gestión interna. Paradójicamente, el desarrollo tecnológico en la Administración Pública muestra rasgos característicos de un modelo de desarrollo guiado por el mercado, entre ellos se destacan la ausencia de políticas públicas definidas desde el Estado, la desregulación y la ausencia de acciones coordinadas. De esta forma, durante su primera fase de informatización, se operó libremente dotando de tecnología a aquellos organismos e instituciones cuya capacidad económica les permitía solventar los costos asociados a la demanda de la misma. Los procesos de modernización y reforma del Estado tienen lugar en el mismo período de tiempo en que el desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones tiene su avance más espectacular. Resulta interesante observar como durante el proceso, éstas comienzan a ser consideradas como una herramienta de corte horizontal cuya aplicación contribuye a la modernización de la gestión pública, y al facilitar una administración consistente y eficiente se integran como un elemento central del proceso de modernización del Estado (Rivera, 2003). Como señala Prats (2005) “las tecnologías por sí solas no transforman los roles, la estructura y las funciones de la Administración Pública, pero en un sistema democrático, abren importantes posibilidades para que los agentes transformadores impulsen genuinas reformas”. La toma de conciencia de la magnitud de los activos que el Estado gestiona en forma de información e infraestructura tecnológica, la necesidad manifiesta de modernización y reforma del Estado y la convicción de la íntima vinculación entre ambas esferas, constituyen los principales vectores para la identificación del problema como tal y el surgimiento de la necesidad de actuar a través de la formulación de políticas públicas. Vertiente de las políticas Cuando los valores de economía, eficacia y eficiencia de la Administración Pública son incorporados a la agenda política por el modelo de la Nueva Gestión Pública (NGP), el uso de la tecnología comienza a adquirir un singular protagonismo de carácter funcional asociado a los procesos de modernización estatal. En este punto –principios y mediados de la década de los noventa–, la tecnología pasa a estar enmarcada dentro de las políticas de modernización del Estado. En su etapa inicial, el modelo impulsado por la NGP busca alcanzar dichos valores mediante la incorporación de técnicas y herramientas de gestión del ámbito privado en el sector público, lo que constituye uno de los principios orientadores de la NGP (López, 1998). Esas técnicas y herramientas de gestión son agrupadas por Mendoza (1990) en las siguientes categorías: (i) técnicas de dirección general de la organización, (ii) técnicas correspondientes a las funciones de una empresa, y (iii) técnicas de desarrollo de capacidades directivas. Resulta indiscutible la importancia que tienen las tecnologías de la información y las comunicaciones para llevar a la práctica muchas de las técnicas propuestas (Bonina y Lepore, 2005). 198 XII CONGRESO IBEROAMERICANO DE DERECHO E INFORMÁTICA Otro de los principios orientadores de la NGP es su fuerte orientación al ciudadano, que pasa a tener un rol central en el accionar de la Administración Pública, en clara oposición al modelo burocrático de carácter autoreferido. La orientación al ciudadano, incluso planteado por algunos autores en términos de “ciudadano-cliente” (López, 1998), junto con la evolución tecnológica y la masificación de Internet, marca un punto de inflexión en el papel de las tecnologías de la información y las comunicaciones en el ámbito de la Administración Pública, pues se empiezan a percibir como un medio económico, eficaz y eficiente para acercar los servicios públicos al ciudadano mejorando los servicios prestados. Comienza a forjarse el concepto de Gobierno Electrónico centrado en la figura del ciudadano y los servicios públicos entregados en forma digital. A medida que se profundiza en su conceptualización, surgen nuevas dimensiones de aplicación del Gobierno Electrónico: gobierno a ciudadano (G2C), gobierno a empresa (G2B), gobierno a empleado (G2E) y gobierno a gobierno (G2G) (Valenti et al., 2003; Capanegra Vallé, 2002), que sugieren nuevos campos de aplicación y requieren cambios organizacionales que, a su vez, viene a satisfacer la NGP (Schedler y Scharf, 2001). Cabe señalar que muchos de los sistemas de información pre-existentes en la Administración Pública pueden ser considerados como iniciativas de Gobierno Electrónico, en una suerte de redescubrimiento de los mismos, lo que lleva a precisar una distinción entre iniciativas y políticas de gobierno electrónico. Las iniciativas de Gobierno Electrónico son emprendimientos que por sus características pueden ser clasificados como aplicaciones en el ámbito del gobierno a ciudadano (G2C), gobierno a empresa (G2B), gobierno a empleado (G2E) o gobierno a gobierno (G2G), pero que su desarrollo responde a una visión sectorial o pretende resolver una problemática puntal de la Administración. Las políticas de Gobierno Electrónico, en cambio, tienen el propósito de construir un modelo de Estado global, que presente contenidos integrados y facilite un ámbito de colaboración entre los organismos públicos, sustentándose en una infraestructura de redes. Los beneficios buscados son el aumento de eficiencia en la gestión, la mejora en la calidad de los servicios públicos, el incremento de la transparencia y la mejora de la comunicación con los ciudadanos y empresas (Valenti et al., 2003). El desarrollo y la madurez conceptual alcanzada por el Gobierno Electrónico, a través de su visión innovadora que enfoca la modernización del Estado desde un ángulo externo, sentó las bases para la formulación de políticas de Gobierno Electrónico que vienen a satisfacer los problemas enunciados en el apartado anterior. Vertiente Política En 1994 se percibe la primera señal desde el Estado que puede ser entendida como un intento de elaborar políticas centrales en torno a los sistemas de información en la Administración Pública. Mediante la promulgación del decreto 271/1994 se establece que es competencia del Poder Ejecutivo fijar una política nacional en materia informática, que la Comisión Nacional de Informática (CONADI) es el órgano asesor del Poder Ejecutivo en materia informática, funcionando en la órbita de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) dependiente de la Presidencia de la República. Sin embargo, en los hechos la CONADI nunca llegó a cumplir con las expectativas creadas en su entrono ni elaborar políticas informáticas, limitándose a intervenir en licitaciones públicas vinculadas al ámbito estatal. En 1995 se crea el Comité Ejecutivo para la Reforma del Estado (CEPRE), cuyos cometidos centrales son la reforma y modernización del Estado, pero que aborda aspectos vinculados a los sistemas de información de la Administración Pública, e incluso toma un rol de impulsor y desarrollador de sistemas de corte transversal. Entre otros es posible citar al 199 XII CONGRESO IBEROAMERICANO DE DERECHO E INFORMÁTICA Sistema Integrado de Compras Estatales, el Sistema de Remuneraciones y el Portal del Estado Uruguayo. El CEPRE representó un buen intento de llevar servicios al ciudadano en forma electrónica, pero careció de un enfoque integrador y creador de políticas integrales de Gobierno Electrónico, y se centró en el impulso de iniciativas de Gobierno Electrónico vinculadas funcionalmente a los procesos de reforma del Estado llevados adelante durante su gestión. En agosto de 2000, mediante el decreto 225/2000, se crea el Comité Nacional para la Sociedad de la Información (CNSI) con el propósito de definir y establecer una estrategia nacional que permita el desarrollo de la sociedad de la información en Uruguay. Los ejes trazados para el desarrollo de la estrategia fueron: a) la alfabetización en tecnologías de la información y las comunicaciones; b) el desarrollo de servicios basados en tecnologías de la información y las comunicaciones para el ciudadano y la empresa; c) la modernización de la Administración Pública; d) promoción del mercado de las telecomunicaciones e Internet; y e) el desarrollo del sector de la industria del software en Uruguay. La continuidad del trabajo del CNSI para alcanzar sus objetivos se vio interrumpida por la grave crisis económica sufrida por el país en el año 2002. Si bien hubo algunas iniciativas posteriores, todas ellas estuvieron dirigidas a lograr la contención del gasto y aumentar la recaudación fiscal, con ese fin el decreto 15/2003 creó la Comisión para la Aplicación del Sistema de Intercambio de Información, que procura mejorar la eficiencia en la gestión de los principales organismos recaudadores a través de la racionalización de los sistemas de información. En el mismo sentido, se instrumentaron otras medidas tendientes a reforzar los controles sobre las compras estatales mediante el uso del Sistema Integrado de Compras Estatales impulsado por el CEPRE. Cuando la nueva administración asumió el gobierno en el año 2005, la situación de los sistemas de información en la Administración Pública permanecía incambiada, e incluso mostraba signos de retroceso como resultado de la contracción sufrida por la economía que virtualmente detuvo la inversión del Estado en tecnología. El Presidente de la República, mediante una resolución del 18 de marzo de 2005, creó un Grupo honorario Asesor de la Presidencia de la República en Tecnologías de la Información (GATI), integrado por profesionales de reconocida trayectoria en la materia, con el cometido de asesorar a la Presidencia de la República en el área de tecnología de la información, de las comunicaciones y de la educación. El propósito manifiesto del Presidente era formular una estrategia para la elaboración de una agenda digital que permitiera pautar el desarrollo tecnológico del país. El enérgico posicionamiento del nuevo gobierno en torno a las tecnologías de la información y las comunicaciones es un claro indicador de que la vertiente política fluye en la dirección correcta. El GATI recomendó la creación de una agencia para el Gobierno Electrónico. La creación de dicha agencia no fue incluida en el proyecto de Ley de Presupuesto del Poder Ejecutivo, pero fue incorporada durante el proceso parlamentario, por acuerdo de la bancada de legisladores oficialistas, el GATI, la OPP y el Ministerio de Economía y Finanzas. Finalmente, el artículo 72 de la Ley 17.930 de Presupuesto Nacional, de 23 de diciembre de 2005, consagró la creación de la Agencia para el Desarrollo del Gobierno Electrónico funcionando en la órbita de la Presidencia de la República, a quien se le trasladan los cometidos anteriormente asignados a la CONADI y al CNSI, se le traspasa la gestión de los proyectos tecnológicos a cargo del CEPRE y se le asignan nuevos cometidos relacionados con “la mejora de los servicios de los ciudadanos utilizando las posibilidades que brindan las tecnologías de la información y las comunicaciones”. La dirección de la agencia es ejercida por un Consejo Directivo Honorario integrado por seis miembros designados por el Presidente de la República, uno de los cuales actúa en representación de la OPP. 200 XII CONGRESO IBEROAMERICANO DE DERECHO E INFORMÁTICA Mediante varias normas posteriores se completó la estructura orgánica de la agencia, se le asignaron recursos presupuestales, nuevos cometidos complementarios, se creó la figura de su Director Ejecutivo y se cambió su nombre por Agencia para el Desarrollo del Gobierno de Gestión Electrónica y la Sociedad de la Información y del Conocimiento (AGESIC). Reflexiones finales Un elemento central del modelo kingoniano es que la apertura de la ventana de oportunidad está condicionada a la confluencia de las tres vertientes en un momento determinado. Este hito constituye el momento propicio para incorporar una política a la agenda decisional, pero que a su vez, contiene una componente temporal muy importante, puesto que si por alguna razón no se aprovechan las condiciones del momento, la ventana de oportunidad puede cerrarse, y en consecuencia deberá esperarse a una nueva instancia o ciclo político. Por esta razón es muy importante el rol de ciertos actores que Kingdon denomina emprendedores políticos (Kingdon, 1995), quienes participan en los procesos que tienen lugar dentro de una o más vertientes, pero que a su vez adquieren un papel esencial en el momento que la ventana de oportunidad se abre, operando políticamente para alcanzar la toma de decisión y su posicionamiento en la agenda. Durante la consolidación del proceso político tuvieron un papel clave el Consejo Directivo Honorario de la AGESIC, los jerarcas de la OPP y del Ministerio de Economía y Finanzas, quienes asumieron el rol de emprendedores políticos (Kingdon, 1995) que forjaron la incorporación de la política de Gobierno Electrónico a la agenda decisional. El diagrama siguiente resume esquemáticamente el proceso político analizado en el marco de Kingdon. Figura 1: Modelo de las tres vertientes de Kingdon 201 XII CONGRESO IBEROAMERICANO DE DERECHO E INFORMÁTICA El modelo de las tres vertientes permite formular explicaciones acerca de las razones por las cuales una política de Gobierno Electrónico no fuera impulsada en las cuatro administraciones anteriores (entre 1985 y 2005), a saber: • Vertiente de las políticas Durante la fase de informatización de la Administración Pública, no hay propuestas de solución satisfactorias para la instrumentación de políticas de racionalización del uso de las tecnologías en el Estado. Con el posterior desarrollo y maduración conceptual del Gobierno Electrónico a fines de los noventa, comienza una oferta de soluciones plausibles de ser adoptadas. • Vertiente de los problemas En esta etapa prima la percepción de la modernización y reforma del Estado como problema a ser resuelto. Las tecnologías de la información no forman parte del problema, sino que son consideradas parte de la solución, hasta que el nuevo paradigma de la NGP pone de manifiesto la necesidad de coordinación entre organismos como resultado de la descentralización y delegación de atribuciones, asimismo la orientación al ciudadano requieren la instrumentación de nuevos servicios. Los sistemas de información pasan a ser percibidos en este momento como una herramienta esencial del proceso. • Vertiente política No fluía en la dirección adecuada, y los actores políticos no disponían de una base sólida en la corriente de las políticas que los orientara. Cuando finalmente surge la primer señal favorable con la creación del CNSI, la grave crisis económica que golpeó al país quitó prioridad a todo tipo de política que no estuviera directamente vinculada a paliar la crisis. Por el contrario, en el año 2005 se constataban cambios sustanciales en las tres vertientes, abriendo la oportunidad para que el nuevo gobierno avanzara en la formulación de una política de Gobierno Electrónico y se viera plasmado su comienzo en la Ley de Presupuesto de 2005. • Vertiente de las políticas El Gobierno Electrónico cuenta no solo con un capital conceptual maduro, sino que hay amplia experiencia internacional que muestra varios escenarios exitosos, así como prácticas y modelos de aplicación. • Vertiente de los problemas El programa del nuevo gobierno incluye un paquete de reformas de importancia enmarcadas en un proceso de transformación del Estado concebido en base a criterios de mejora de la gestión pública, participación ciudadana y participación del Estado en aquellas áreas consideradas relevantes para el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos. Entre otras, puede señalarse la reforma del sistema tributario, la reforma de la salud y la propia reforma del Estado, todas ellas intensivas en intercambio de información entre organismos y servicios al ciudadano. • Vertiente política El discurso de asunción del Presidente de la República donde expresa su clara voluntad de apostar al desarrollo tecnológico del país, y la pronta creación del GATI a escasos días de haber asumido la Presidencia son indicadores manifiestos de que la vertiente política fluye en la dirección apropiada. 202 XII CONGRESO IBEROAMERICANO DE DERECHO E INFORMÁTICA En términos de Kingdon, la convergencia de las tres vertientes hizo posible el posicionamiento de la política de Gobierno Electrónico en la agenda decisional del nuevo gobierno, este hecho se vio plasmado con la creación de la AGESIC como agente promotor y ejecutor de dichas políticas en Uruguay. Para concluir, si bien cada caso de estudio de Gobierno Electrónico es único por las condiciones específicas del país, y las experiencias adquiridas no son completamente trasladables y aplicables a terceros países, es importante remarcar que la utilidad del modelo kingdoniano reside en que su aplicación no necesariamente debe plantearse ex post, y resulta evidente que la utilización ex ante de este modelo puede ser un instrumento de gran utilidad para valorar las posibilidades de éxito y las condiciones necesarias para impulsar una política de Gobierno Electrónico en cualquier país. Bibliografía - Bonina, Carla Marisa; Lepore, Walter (2005). Desafíos y oportunidades del gobierno electrónico en el marco de la nueva gestión pública: el caso de Argentina. X Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública, Santiago, Chile, 18 - 21 Oct. 2005. - Capanegra Vallé, Horacio (2002). El Gobierno Electrónico: Hacia una verdadera Reforma del Estado. 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