¿Salir del euro o cambiar la UE? Por el contrario, el apuntar hacia la causa común permite exigir una respuesta política de ámbito europeo, no meramente nacional. Con ello se centra la energía en la posibilidad de sumar esfuerzos políticos, sindicales y sociales, a escala europea. Hay que señalar que la existencia de un Parlamento Europeo como órgano de decisión que representa la soberanía popular europea permite acabar con el mecanismo intergubernamental actual, tan poco democrático. De esta forma sí se puede modificar la toma de decisiones, el propio poder, y conseguir que esté a favor de políticas europeas totalmente diferentes, sociales, de pleno empleo, respetuosas con la naturaleza. Intentar refundar la UE implica hacer política con mayúsculas y situar la confrontación en su sitio: frente a la organización y primacía del capital europeo y sus aliados oponer las fuerzas y proyectos de los trabajadores europeos para evitar una guerra de todos contra todos. Hay dos hechos alentadores en medio de este panorama: a) la respuesta del pueblo griego dando un apoyo importante a Syriza, una formación semejante a Izquierda Unida que apuesta por esta segunda vía señalada y, b) las movilizaciones impulsadas por la Confederación Europea de Sindicatos (CES) que, tras hacer autocrítica por su 'sí crítico' a Maastricht apuesta ahora por otra dinámica europea de creación de empleo, instrumentos económicos europeos (fiscales, salariales, financieros) y servicios públicos europeos. Hay que señalar que desde el agotamiento de la política keynesiana (socialdemócrata) en 1973 con la llamada 'crisis fiscal del Estado', la izquierda anda buscando alternativas. El modelo adoptado en 1992 en el Tratado de Maastricht ('Consenso de Maastricht' de las fuerzas políticas populares, socialistas, liberales y verdes) quiso ser la respuesta. Pero la propuesta neoliberal de Milton Friedman con su "más mercado, menos Estado" ha empobrecido y golpeado a los y las trabajadoras y ha cubierto su ciclo acabando en un profundo y dramático fracaso, la crisis actual. Es la hora de la alternativa. Se trata de una empresa de grandes dimensiones que exige a la izquierda crear un modelo alternativo en ausencia de referentes concretos a los que poder recurrir. Puede dar vértigo construir una propuesta que contenga dimensiones de a) estructura democrática europea plenamente participativa opuesta a la actual, b) contenidos económicos que vayan más allá de la búsqueda inmediata de beneficios para situar el centro en la satisfacción de necesidades de la población, la creación de empleo y el respeto a la naturaleza, y c) valores sociales, ciudadanos y éticos alternativos, que contribuyan a su vez a un orden mundial igualmente alternativo entre las hegemonías agresivas imperantes. Puede dar vértigo pero vale la pena el intento. (Artículo publicado en diario La Opinión de Murcia el 6/7/2013: 1/2 ¿Salir del euro o cambiar la UE? http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2013/07/06/salir-euro-o-cambiar-ue/481513.html) 2/2