Hasta aquí No tengo demasiado tiempo para perderlo en un absurdo debate contigo Luis o como quiera que te llames (yo nunca aculto mi nombre). Nada o casi nada sabes de mi para que te permitas calificarme de burócrata, buenista o lo que te parezca. Ni te permito que juegues a esos contrafácticos ridículos y capciosos de "qué habrías hecho en los años 30", que es como volver sobre lo del estalinismo. Chico, he visto pocos discursos más ideológicos que el tuyo que, como siempre, se presenta como no-ideológico. En la dictadura era lo común entre los franquistas más ideologizados. Yo no represento a un grupo empeñado en conseguir el poder sino en democratizar la sociedad, en radicalizar la democracia, el avanzar hacia el mayor autogobierno posible de ciudadanos libres, pero sin las tentaciones anarconservadoras que rezuma tus comentarios. Me molestan esas maquinarias oligárquicas de poder que son hoy todos los partidos pero no defiendo sustituir las democracia de partidos por un régimen meritocrático que en el fondo es la vuelta a la aristocracia (literalmente, el gobierno de los excelentes). Ni un mundo de excelentes y excluidos. Detesto todo eso que pareces dicir de los redundantes , de los que parece que te sobran, que llamas vagos y analfabetos, de los que llama Bauman "residuos humanos", ¿qué vas a hacer con ellos? ¿gasearlos?. Ya veo que para ti no existe la democracia -aqui podríamos aproximarnos- pero ni siquiera es deseable, y entonces somos irreconciliables. No voy tampoco a perder mucho tiempo sobre la memoria histórica y las políticas de la memoria. Soy historiador de formación y creo que todos los hechos están socialmente construidos, y podemos discutir sobre qué formas de construcción social de la memoria son razonables en el espacio público, social, que poco o nada tiene que ver con la historia como ciencia ni con el papel de los historiadores. Quizás creas que recuperar la memoria de los fusilados por Franco en las cunetas de los caminos sea una utilización política de una inexistente memoria colectiva, pero un cierto sentido de la dignidad y la justicia a mi me dicen que es lo que corresponde y lo que tiene que fundamentar un régimen de convivencia entre nosotros ciudadanos de otra construcción histórica que se llama la España democrática. Respecto del tema original de la discusión, es cierto que habría mucho que discutir sobre que es cultura y probablemente no nos pondríamos de acuerdo. La "cultura" ha ocupado el papel de la política y de la religión como cemento de cohesión de sociedades como las nuestras, y como diría Boris Groys, está irremediablemente bajo sospecha (no puede escapar a la economía de la sospecha como paradigma insuperable). Los museos son las nuevas catedrales de esa religión y hay que cuestionarlos como instituciones, y también todos los demas ritos de la cultura hipostasiada en religión del Estado. Pero aun así seguiré defendiendo que ese mismo estado sostenga las bibliotecas, los archivos y el patrimonio, que apoye el teatro, el cine, el audiovisual, etc., siempre que sea gestionado democráticamente, sin depsotismos de políticos ni burócratas, pero tampoco dejado en manos del darwinismo económico del mercado, tanto o más peligroso. Me gustan los modelos de tradición liberal del tipo British Council siento decepcionarte como estalinista), donde los recursos publicos para la cultura los gestionan órganos separados compuestos por representantes de las asociaciones culturales y otras instituciones de la cultura; sin ser perfectos, son menos arbitrarios y sectarios. Y desde luego con mucha transparencia y accountability. Respecto- y acabo ya para no seguir con esto- de la educación poco tengo que decirte a esos comentarios propios de un enseñante que ha sufrido un duro burnout, que está bastante quemado por lo que se ve. No voy a perder un segundo en defender el derecho a la educación, de verdad que es muy cansado. No me interesa nada ese discurso tuyo ni me gusta el lenguaje arrogante y clasista que usas. Pero es que no creo que a nadie le importe mucho que pienses así. 1/1