A falta de datos públicos (las comunidades no especifican lo... esta asociación ha determinado lo que cuesta al mes, como...

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Murcia, Canarias y Baleares retienen fondos del Estado para Dependencia (05-11-09)
A falta de datos públicos (las comunidades no especifican lo que destinan a la Dependencia)
esta asociación ha determinado lo que cuesta al mes, como promedio, cada servicio, es decir,
una plaza en una residencia (1.700 euros), en un centro de día (700) o la ayuda a domicilio
(751,50). Y lo ha hecho generosamente, atendiendo a los precios más altos. A ello han sumado
las prestaciones económicas que se establecen por la ley. Con un total (siempre sin los
territorios forales, que siguen otra vía de financiación, ni Ceuta y Melilla, de las que se encarga
el Gobierno) de 375.384 personas atendidas en la actualidad, el coste de la Dependencia se
fijaría en 3.474 millones de euros anuales.
El Gobierno aporta 1.935 millones de euros; el usuario, mediante el copago, pone 585 millones;
por tanto, las comunidades se encargan de 954 millones.
El Gobierno financia la Dependencia por dos vías, el nivel mínimo y el acordado. Y las
comunidades están obligadas por ley a poner al menos lo mismo que reciben del Estado. En el
gráfico de arriba se aprecia cómo algunas comunidades, efectivamente, igualaban o superaban
al Gobierno en sus aportaciones, mientras que otras se quedaban mucho más cortas. Hasta
que el Ejecutivo decidió incorporar un dinero extra (373 millones). Eso ha desequilibrado aún
más las aportaciones en algunas comunidades, hasta el punto de que les basta y les sobra con
el dinero del Estado para atender a sus dependientes. Canarias (-37%), Baleares (-7,9%) y
Murcia (-6,6%) han llenado las arcas por encima de los gastos que pueden justificar. Y otras,
como Extremadura, Galicia o Cataluña tampoco salen muy bien paradas con estos datos.
Por el contrario, comunidades autónomas como Cantabria, Castilla y León, La Rioja, Andalucía
o Castilla-La Mancha presentan un buen saldo. "El sistema de financiación de la Dependencia
es perfectamente sostenible, en contra de lo que afirman algunos estudios, pero es
imprescindible revisarlo. Hay que financiar en función del reconocimiento del derecho a una
ayuda de las personas y de acuerdo con la prestación que finalmente se le asigne a cada
dependiente", afirma el presidente de la asociación de directores de servicios sociales.
Ramírez explica que, de esta forma "se evitaría que algunas comunidades hagan caja a costa
de la financiación y no atiendan a las personas que precisan ayuda urgentemente".
Esta asociación reclama, además, un "control exhaustivo sobre el dinero que se está
transfiriendo a las comunidades y sobre los compromisos que éstas adquieren para el uso de
estos fondos".
Un informe sobre la Ley de Dependencia que se encargó a la Agencia de Evaluación del
Estado ya puso de manifiesto la oscuridad de las comunidades autónomas a la hora de
presentar sus cuentas, la necesidad de que se reforme el Imserso y que se exijan
responsabilidades a aquellas administraciones que no cumplan con la ley. "Todo ello está aún
pendiente", afirma Ramírez.
El beneficiario paga un 17% de lo que cuesta el sistema
Las personas dependientes aportan también una parte al coste de esta ley. Si lo que reciben
como ayuda es una plaza en un geriátrico o centro de día, por ejemplo, pagarán como
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promedio un 25%; o un 3% si se trata de una ayuda económica. Es lo que se conoce como
copago. Pues bien, eso supone un 17% de la financiación total de la Dependencia, unos 585
millones al año (en el cálculo de esta cifra se excluyen los territorios forales y Ceuta y Melilla).
El beneficiario aporta como media en las comunidades un 16%, pero en Madrid esa cifra se
dispara hasta un 24% porque la mayoría de las personas que ha registrado como atendidas
están en geriátricos (el 73% del total), que es el servicio más caro, también para el usuario. Así
que, en esa comunidad, hoy por hoy, los beneficiarios están sosteniendo buena parte del
sistema.
Por último, este estudio revela que más de la mitad de las personas atendidas (55%) reciben
una ayuda para el familiar que les cuida y, sin embargo, esas prestaciones económicas sólo
suponen el 30% del coste total de la Dependencia, es decir, con menos de un tercio de los
recursos se atiende a más de la mitad de las personas.
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