La elongación en danza contemporánea Seminario de Actualización en Danza Contemporánea - ISEF Carla Grabino – Febrero 2009 Introducción En mi formación en danza contemporánea siempre me sentí atraída por un aspecto del trabajo que atraviesa varios maestros y enfoques, y que me parece interesante para pensar colectivamente. Es el área de preparación corporal para la danza, y más específicamente la referida al trabajo de elongación que se realiza previamente al técnico o de improvisación. Si bien los movimientos o secuencias de movimientos que se reconocen en esta área varían considerablemente de docente en docente, e incluso varían en el desarrollo profesional de un docente, (es decir, cuando más afinamos nuestra sensibilidad y conocimientos acerca del cuerpo nos volvemos más selectivos y coherentes en la toma de decisión del material a poner en práctica), existen una serie de principios anatómicos que de alguna forma determinan la efectividad o no de una elongación. A partir de estos principios, diferentes maestros han construido marcos teóricos que marcaron rupturas históricas con la forma de trabajar el cuerpo tradicionalmente, y varias de sus premisas circulan por debajo de planteos de elongación que aprendimos como generación y utilizamos también por ser concientes de sus beneficios. Me refiero fundamentalmente al trabajo de algunos maestros que desde el campo del movimiento investigaron conceptos que giran en torno a la gravedad y las respuestas motoras de nuestro sistema ante ella, como Bonnie Bainbridge Cohen, (escuela “Body Mind Centering”), Moshé Feldenkrais (creador del método Feldenkrais de Autoconciencia por el Movimiento), Mathías Alexander (creador de la técnica Alexander), e Ida Rolf, (creadora del método Rolfing, que si bien es un método de manipulación de las fascias parte de un entendimiento muy profundo de la estructura corporal y el movimiento). Desde el campo de la fisiología y la fisioterapia, tomo el concepto de cadenas musculares aplicado al movimiento desarrollado por Philippe Souchard pero ya planteado con anterioridad por otros investigadores como Francoise Mézières, de la cual Souchard fue discípulo y luego continuador. Lo desarrollo como una “reflexión en voz alta” y no como un trabajo finalizado, ya que forma parte de los variados temas que hoy intentan sistematizar colegas con más formación académica y metodológica que ya están trabajando para un futuro no tan lejano donde la formación en danza contemporánea pueda ser una opción terciaria más de la oferta educativa en Uruguay, donde ya se incluye la danza como materia dentro de una de las orientaciones del bachillerato. “...el movimiento es la aceptación física del cambio” Ida Rolf 1 1 - Elongación en danza, ¿qué y para qué? Me parece necesario recalcar que no siempre que en una clase de danza estamos preparando el cuerpo para el trabajo estamos realizando un trabajo de elongación muscular, así como por supuesto, no siempre es imprescindible realizarlo. Recuerdo que uno de los maestros contemporáneos de contact improvisación, Alito Alessi, prepara el cuerpo en el suelo y solo a través de la sensación de peso, (esto en el marco de un taller donde todos los participantes tenían contacto con la danza y mantenían su cuerpo preparado para el movimiento). En mi opinión, los trabajos de preparación que ponen el acento en las sensaciones corporales y la actitud mental para la danza, consiguen mayores resultados en talleres de participantes ya experientes que en grupos principiantes, ya que estos últimos todavía no han organizado su esquema corporal de forma tan conciente y necesitan una guía concreta, a través del movimiento, para ir tomando contacto con su cuerpo y sus limitaciones y posibilidades. En este trabajo parto del reconocimiento de la necesidad de incluir espacios de elongación en profundidad en danza, ya que ésta tiene la finalidad de ir habilitando cada vez más el cuerpo al movimiento y eso se consigue con un trabajo prolongado y sostenido en el tiempo, no se logra en una sola clase o curso. Citando a propósito a Silvia Mamana, de la corriente Body Mind Centering: “... debemos trabajar tanto la estructura como la función, ya que en la medida que el acortamiento muscular estructural limite la función, el aprendizaje funcional se verá limitado, o por lo menos disminuido. Por otro lado, trabajar únicamente el estiramiento de los músculos no garantiza que los logros conseguidos estén al servicio de una mejor función, que es el objetivo último de todo organismo bien integrado, donde la estructura debe estar al servicio de la función, y no al contrario. La actitud postural es mucho más que un conjunto de músculos acortados, y por lo tanto nuevas experiencias de movimiento pueden ayudar a modificar esos hábitos y a crear espacios de aprendizaje para la unidad cuerpo – mente.”1 Como punto de partida, definamos precisamente el término elongación: un músculo se elonga cuando sus puntos de inserción, (donde comienza y donde termina), se alejan, alargando sus fibras musculares. Pero una elongación es efectiva cuando va logrando resultados en el tiempo y trabajando aspectos más globales que la actividad de un músculo aisladamente, por ejemplo, cuando la posición de los segmentos corporales se modifica y podemos visualizar cambios en la organización del cuerpo en el espacio. Para esto se deben atender varios aspectos que tienen que ver con la estructura y la función de los músculos en el movimiento. Elongación activa y efecto residual El primero de ellos es el comportamiento del músculo ante la acción de la elongación. 1 Silvia Mamana: “Músculos, postura y medio ambiente”, Revista Kiné nº 64, Bs. As., Nov. 2004 2 Nuestro objetivo es alcanzar un alargamiento residual, esto es, que cuando cese la acción deformante, (en este caso el movimiento de separación de sus puntos de inserción), el músculo haya experimentado un cambio en su longitud. Pero si el músculo se alarga sin contraerse al mismo tiempo no modifica su estructura, sino que vuelve a su longitud inicial. Este es el motivo por el cual se debe trabajar poniendo resistencia y no pasivamente para lograr una elongación real, estaríamos frente a una contracción muscular de tipo excéntrica2, (se contrae a la vez que se alejan sus puntos de inserción), lo que resulta en una elongación activa. Las secuencias de movimiento que trabajan pasivamente el músculo, (atendiendo a la sensación de peso y buscando aflojar el segmento trabajado), no lo afectan en su estructura. Es por eso que desde algunos sistemas de elongación como el EGA, (Elongación Global Activa), se considera más efectivo comenzar las secuencias “en frío”, sin que el músculo haya “entrado en calor”, ya que cuánto más rígido se elongue (más contracción de base), más distancia se logrará al culminar el movimiento, (mayor efecto residual). 2 - Diferentes músculos, diferente función, diferente abordaje Contamos con dos tipos de músculos diferentes en estructura y función, y que requieren del movimiento un tratamiento diferente. Unos son los que están sujetos a control voluntario consciente, que son los más voluminosos del cuerpo y los que utilizamos básicamente para realizar movimientos generales en nuestra vida de relación. Esta musculatura es llamada dinámica, (tienen una gran potencia y pueden realizar movimientos amplios, no están diseñados para movimientos de ajuste o precisión), o superficial, (se encuentra en la capa más externa del cuerpo). Los otros son los músculos involuntarios, no están sujetos a control consciente y se activan por los sensores del cuerpo, sin que ocurra ningún estímulo. Son músculos profundos, se ubican cerca de los huesos y son los responsables de mantenernos erguidos resistiendo a la gravedad. Tienen poca potencia y están diseñados para una acción constante de mantenimiento de las estructuras óseas. Esta función de sostén que se denomina “función estática” es la que garantiza que se cumplan desde el movimiento determinadas hegemonías (funciones vitales imprescindibles y que tienen que ver con el desarrollo filogenético de la especie). Las hegemonías que están bajo nuestro dominio conciente (la circulación o la digestión por ejemplo no lo están), y que comprometen al aparato locomotor son: mantener la respiración, las manos libres, los pies en el suelo y la mirada horizontal. Para garantizar el cumplimiento de estas hegemonías, todo el sistema muscular estático se organiza en “sub-sistemas” (8 en total), encargados de cumplir cada una de las condiciones. Así, existe un grupo de músculos que actúan conjuntamente para asegurar el cumplimiento del mecanismo respiratorio, y otros tres para la toma de alimento y de herramientas de trabajo por parte del brazo, (manos libres). 2 La contracción de un músculo puede ser de tres tipos: isométrica, (se contrae pero sin movimiento), concéntrica, (acerca sus puntos de inserción acortando sus fibras), ó excéntrica, el tipo aquí mencionado. 3 Los restantes cuatro grupos aseguran el contacto con la Tierra, (pies en el suelo) y la mirada horizontal. Estas hegemonías están directamente implicadas en el mantenimiento de la postura, y aunque ésta sea defectuosa se autorregulará para permitir que la mirada horizontal se mantenga, (pensemos por ejemplo en un individuo encorvado y en cómo su cuello igual se organiza para mantener la cabeza al frente). Estas organizaciones por función que realizan los músculos conforman las llamadas cadenas musculares funcionales, que se asocian entre sí por un sistema de fascias, tejido que reviste, separa y conecta al mismo tiempo toda la musculatura y actúa como un transmisor de información. La función de la fascia supone que cualquier acortamiento de uno de los segmentos va a repercutir en toda la cadena, limitando el movimiento.3 Dicho de otra forma, la cadena se comporta como una unidad donde las restricciones se generalizan y resienten la funcionalidad de todo el sistema. Elongación global y simultánea Esto nos importa a los efectos de la elongación ya que no es suficiente el trabajo sobre un músculo tomado por separado: la distancia lograda en un segmento de la cadena se compensa a distancia en un acortamiento de otro eslabón, ya que el sistema va a buscar siempre mantener su estado inicial. Por lo tanto, para ser efectiva la elongación tiene que ser global y simultánea, no sobre un músculo aislado sino sobre toda la cadena muscular funcional que conforma. De las 8 cadenas principales con las que contamos, nos vamos a centrar en el comportamiento de dos de ellas en la elongación, ya que por su estructura y función (conforman un dispositivo orgánico de equilibrio), se encuentran directamente implicadas en la función estática: son la cadena maestra estática posterior y la cadena maestra estática anterior. Las restantes cadenas como veíamos, regulan hegemonías no directamente implicadas en el mantenimiento de la postura y rigen zonas menos amplias del cuerpo: las cadenas inspiratoria, superior y anterointerna de hombro y la cadena anterior del brazo actúan en las extremidades superiores y en la respiración, y las cadenas anterointerna y lateral de cadera en las extremidades inferiores. De todas formas su estado saludable tiene que ser abordado en la elongación si nos adherimos a esta forma de pensar el cuerpo como un todo donde ningún trabajo muscular puede ser entendido separadamente del resto, (pensemos solamente en el mecanismo de la respiración y en cuántos grupos musculares se asocian a él, o en la relación de una buena postura con el trabajo de la musculatura de la cadera y pierna). La cadena maestra estática posterior está conformada por los músculos plantares, el tríceps sural, los isquiotibiales, los músculos profundos de los glúteos y los músculos espinales; nos recorre desde los talones hasta la base del cráneo. La maestra estática anterior por los escalenos, los intercostales, el diafragma, el psoas iliaco, los músculos aductores y los anteriores de las 3 Por la acción de conexión que la fascia realiza sobre toda la musculatura no debemos olvidar que si bien estamos estudiando el comportamiento de cada cadena, todas estas se encuentran relacionadas orgánicamente, por lo cual las disfunciones se propagan también de una cadena a otra modificando la estructura general. 4 piernas; nos recorre como un sistema de suspensión anterior, desde los empeines hasta el comienzo de la columna cervical unida a la parrilla costal, (los escalenos unen las apófisis de las primeras cervicales a las dos primeras costillas). 3 - La paradoja de la musculatura sometida al empuje de la gravedad “Podríamos decir que cualquier postura es aceptable, mientras no entre en conflicto con la ley de la naturaleza: la estructura esquelética deberá contraponerse a la fuerza de gravedad, dejando a los músculos libres para el movimiento. Si, en caso contrario, los músculos tuvieran que realizar el trabajo del esqueleto, ellos usarían una energía innecesaria, y estarían impedidos de realizar correctamente su función de cambiar la posición del cuerpo en el espacio, esto es, de producir movimiento.” 4 Reconocemos una realidad concreta que afecta al movimiento, la gravedad. Sometido a su acción constante, el funcionamiento óptimo del sistema tiene que ver con la distribución de fuerzas inteligente a través del edificio óseo, trabajo que debe asegurar la musculatura profunda como veíamos. Al estar reclutados en forma permanente, los músculos estáticos tienen una tendencia al acortamiento y a la hipertonía, ya que por ser responsables de asegurar el esqueleto, ante cualquier agresión se contraen sostenidamente para asegurar nuestra estructura. Por el contrario, los músculos superficiales tienen una tendencia a la hipotonía, pueden “descansar”, sin poner en peligro funciones vitales. Esto crea una “paradoja” para el trabajo corporal: los músculos que nos sostienen, son al mismo tiempo los que nos comprimen: “La gravedad es una fuerza vertical hacia abajo. Como nuestra línea de gravedad cae por delante de la articulación del tobillo, nuestra tendencia es caer hacia delante. Para evitarlo necesitamos un dispositivo muscular posterior que contrarreste esta tendencia. Lo ideal sería disponer de un músculo que traccionara nuestra cabeza en sentido vertical hacia arriba, como los hilos de una marioneta. Pero no solo carecemos de él, sino que además los músculos antigravitatorios tienen que erigirnos tomando como punto de partida su apoyo en las articulaciones. Si esta musculatura se torna rígida, se comprimen las articulaciones”.5 Pensemos en cuántas veces utilizamos esa imagen de “traccionar la cabeza hacia arriba” como una marioneta, y las correspondencias con los fundamentos por ejemplo, de la técnica Alexander. Pero hay otro punto fundamental en el párrafo anterior: se menciona la necesidad de un “dispositivo muscular posterior” que contrarreste los efectos de la gravedad sobre nuestra masa corporal. Con este dispositivo sí que contamos, pero por lo general se encuentra acortado: es la cadena maestra estática posterior. Las cadenas maestras y la alineación 4 Moshé Feldenkrais: “Autoconciencia por el movimiento”, Ed. Paidós, Bs. As., 1992 Montserrat Palacín, “La Reeducación Postural Global de Philippe Souchard”, Revista Natura Medicatrix Nº 45, Barcelona, 1997 5 5 “El problema no reside en la insuficiencia de la musculatura posterior, sino en su exceso de fuerza... No se trata pues, de fortificar los músculos de la espalda, ya excesivamente contraídos... Al contrario. Hay que estirar los músculos posteriores para que dejen de tirar de las vértebras... Francoise Méziéres explicó que el acortamiento de los músculos posteriores no se debía solamente al esfuerzo de mantenerse en equilibrio, sino a todos los movimientos de media y gran amplitud ejecutados por los brazos y las piernas, solidarios de la columna vertebral... Pero lo esencial de su descubrimiento radica en que, al eliminar la incurvación de un segmento de la columna vertebral, se la desplaza a otro. Alargando un músculo posterior cualquiera se provoca el acortamiento de los músculos posteriores en su conjunto, que se comportan como si formaran un solo músculo extendido desde la cabeza hasta la planta de los pies. De ahí la inanidad de un trabajo segmentario que se ocupa del cuerpo como si se ocupara de un objeto industrial formado por piezas separadas. Es absolutamente necesario considerar y tratar al cuerpo como una unidad, tomando en cuenta el acortamiento de toda la musculatura posterior, efecto inevitable de los movimientos cotidianos del cuerpo. “6 La elongación global sobre la cadena maestra estática posterior va a ser entonces fundamental para acercarnos a una distribución de fuerzas estabilizada en nuestro esqueleto, ya que como veíamos anteriormente, es el primer mecanismo muscular que se resiente y presenta retracciones, (contracciones asentadas estructuralmente en la musculatura). En la medida en que devolvamos a esta cadena su longitud y elasticidad estaremos incidiendo en todo el sistema, ya que una unos extensores retraídos nos “tiran hacia atrás” de nuestro eje, y al “descomprimirlos” o alargarlos, se genera un reequilibrio que economiza las fuerzas y genera más estabilidad. Esta cadena se activa desde nuestra conquista del caminar. Cuando el bebé todavía no camina su posición corporal implica una flexión permanente de la columna y una abducción (alejamiento de la línea media) y rotación externa de los miembros. La cadena posterior no está movilizada para compensar la gravedad. Pero para poder mantenerse de pie y no “caer hacia delante”, le va a ser necesario poner en funcionamiento toda la cadena posterior que es por excelencia la extensora del cuerpo y va a provocarle la rotación interna y aducción (acercamiento a la línea media) de piernas y brazos. En nuestra ontogénesis, este es uno de los procesos más complejos por los que atravesamos, y pone en funcionamiento diferentes patrones motores con los que resolvemos paulatinamente nuestra organización en el espacio según la gravedad.7 Pero además de trabajar sobre la musculatura posterior, debemos asegurar a la musculatura anterior su adaptabilidad. Como vimos, esta cadena comprende a los músculos inspiradores por excelencia como los intercostales y el diafragma, además del psoas iliaco que atravesando la pelvis conecta la columna lumbar con el fémur, y la musculatura interna y lateral de la pierna. Sus retracciones provocan restricciones del Thérèse Bertherat y Carol Bernstein: “El cuerpo tiene sus razones”, Ed. Paidós, Bs. As., 2008 Desde la escuela “Body Mind Centering” estos patrones (PNB, patrones neurológicos básicos), son estudiados en el movimiento y han sido determinantes en muchas de las figuraciones que utiliza la danza contemporánea, ya que aseguran una relación cuerpo – espacio inteligente respecto a la gravedad. 6 7 6 mecanismo respiratorio y por supuesto, la posición defectuosa de la pelvis y las rodillas. Así entonces, podemos afirmar que los movimientos globales que toda elongación tiene que incluir, deberían comprender tanto secuencias de extensión (elongación de la musculatura anterior), flexión activa (elongación de la musculatura posterior), abducción (elongación de la musculatura interna), aducción (elongación de la musculatura lateral) y movimientos combinados, (integrando rotaciones y combinaciones de planos). Trabajo conjunto de flexores y extensores En lo anterior no se debe olvidar el principio de organicidad entre las grandes cadenas, que supone un diálogo especial entre extensores y flexores para evitar compensaciones defectuosas. Pensemos por ejemplo en cómo realizamos una flexión hacia delante. Los grandes flexores se han activado, acercando nuestros extremos corporales, la cabeza baja hacia los pies, estamos “colgando” desde la cintura. Ahora bien, ¿qué hacen simultáneamente los extensores? Observemos la reacción de la musculatura posterior en cadena, desde los talones hasta el cuello. ¿Se comprime o se alarga? Una flexión total correctamente realizada, (desde el punto de vista estructural, nunca estético), implica que cuando los flexores se acortan, los extensores se alargan. No es suficiente dar la indicación del desarrollo de la flexión en forma clara en clase, sino que debemos como docentes ser capaces de observar los acortamientos que aparecen y dar herramientas para comenzar a liberarlos. En danza, una de las herramientas más eficaces para guiar un movimiento hacia su óptimo desarrollo es la dirección. En el ejemplo de la flexión, es claro que el movimiento cambia cuando pedimos direccionar la cabeza, los talones y los isquiones. Si queremos desafiar esta flexión para atacar más profundamente los acortamientos posteriores, podemos realizarla sentados sobre los isquiones y con pies en dorso – flexión y bajando con columna neutra, la cabeza siguiendo la dirección de la columna, y manteniendo estas relaciones en todo el desarrollo del movimiento, (cuidar por ejemplo que el cuerpo no compense rodando hacia atrás por los isquiones). El objetivo de una flexión completa, tantas veces empleada en los comienzos de una elongación, es darnos información, a nosotros como docentes y al alumno, del estado de la musculatura posterior y de la pérdida de espacios entre los segmentos que un acortamiento estructural supone. De la misma manera, en la extensión total la musculatura anterior es la que se extiende y no debe compensar con acortamientos, sobre todo a la altura de la pelvis, donde pareciera que el psoas “tirara” hacia delante las vértebras lumbares. Debemos cuidar que la extensión no genere compresión entre las vértebras, y para esto también son ideales las direcciones: si preferimos dar la dirección “hacia arriba” que “hacia atrás”, podemos evitar el bloqueo de la cintura. En síntesis, para que una elongación sea completa no solo debe incluir los movimientos que abarcan las pautas básicas de movimiento sino también y sobre todo, atender a cómo se realiza el movimiento y a cómo se organiza todo el cuerpo durante el desarrollo del mismo para evitar acortamientos a distancia. Las fases de la respiración en la elongación 7 Vimos anteriormente cómo la retracción de la musculatura anterior afectaba la capacidad respiratoria y cómo podíamos beneficiarla a través de una elongación global que, devolviéndole su longitud, libere la caja costal y el tórax. Pero el propio mecanismo respiratorio, por ser permanente, está determinando la eficacia de la elongación. Este mecanismo también está influenciado por la gravedad: la toma de aire del exterior supone un movimiento muscular de empuje de palancas óseas realizado por el diafragma e intercostales principalmente, es la fase activa del proceso. Los músculos activos aquí son estáticos, y como vimos, tienden a estar acortados. En la fase de exhalación, la sola acción de la gravedad vuelve a situar las costillas en su lugar al descender el diafragma, es la fase pasiva. 8 Para optimizar el efecto de un movimiento de elongación, vamos a buscar aquella fase donde la musculatura profunda no esté requerida. Si estiramos en la fase activa vamos a favorecer un círculo vicioso: en la inspiración la musculatura cada vez más rígida no permite que las costillas bajen para que el aire residual se libere. Esto comprime la caja costal y no se realiza el intercambio de oxígeno adecuado, lo que se compensa con más inhalación aumentando la toma de aire, que a su vez, vuelve a exigir más esfuerzo del diafragma e intercostales, bloqueando la musculatura. Por lo tanto es mejor trabajar en exhalación y además, pedir que esta fase sea más sostenida que la de inhalación para favorecer la descompresión del tórax y la musculatura respiratoria. 4 – Las líneas que nos organizan Control primario y empuje vertical Como últimos puntos a tener en cuenta, me voy a referir a algunas referencias espaciales para alinear el esqueleto en las cuales coinciden las técnicas somáticas que tuve en cuenta en este trabajo. Como primer referencia, y otra vez destacando la importancia de la direccionalidad del movimiento, se encuentra lo que Alexander llamó “control primario” e Ida Rolf “empuje vertical”: la postura de la cabeza en relación a la columna: “Alexander decía que la cabeza debe dirigirse hacia arriba y hacia delante. Esta dirección no se produce deliberadamente echando la cabeza en esa posición, sino que se consigue por medio de una proyección consciente. Una vez que la cabeza se alinea en forma adecuada, el resto del cuerpo la sigue. Alexander observó que la cabeza dirige completamente la postura corporal.” 9 “Todas las escuelas de mecánica corporal coinciden en que la buena postura requiere una alineación vertical de cinco puntos corporales significativos: el punto medio de la oreja, el hombro, la cadera, las rodillas y los tobillos. Un cuerpo construido de esta manera está alineado estáticamente... Este diseño vertical es básico para el estado dinámico en que un empuje hacia arriba contrarresta la fuerza de la gravedad... 8 Sin embargo en algunos sistemas de trabajo, como en el método Pilates, las dos fases son activas ya que en la exhalación se pide la contracción del transverso abdominal, lo que favorece la liberación de la musculatura de las extremidades. 9 Richard Craze: “La técnica Alexander”, Ed. Paidotribo, Barcelona 8 La alineación, un equilibrio satisfactorio, exige que solo una columna cervical vertical pueda formar el segmento superior de un cuerpo organizado verticalmente.” 10 A partir de una cabeza bien direccionada, la columna se organiza y trabaja en todo su potencial respetando sus curvas naturales, las lordosis a nivel de cuello y lumbares, (no hiperlordosis, lo que estaría evidenciando retracciones posteriores), y las sifosis en las regiones dorsal y sacra. Recordando la cita de Feldenkrais del capítulo 3: “Podríamos decir que cualquier postura es aceptable, mientras no entre en conflicto con la ley de la naturaleza: la estructura esquelética deberá contraponerse a la fuerza de gravedad, dejando a los músculos libres para el movimiento”. La dirección “hacia delante y hacia arriba”, que siendo precisos espacialmente debería ser “hacia delante y hacia fuera”, (pensemos en posiciones donde la cabeza está invertida), favorece la elongación del esqueleto axial y debería mantenerse en todos los movimientos, independientemente que comprometan a la columna o no. Las coordenadas de la pelvis Tuvimos en cuenta entonces la línea o eje vertical que organiza la cabeza, columna y en consecuencia las extremidades superiores e inferiores. Existen además dos coordenadas espaciales para orientar a la pelvis en su posición de máximo potencial mecánico: una línea horizontal paralela al piso que une la punta del cóccix (último hueso del sacro, que “cierra” por atrás la pelvis), con el pubis (unión delantera de los dos huesos principales de la pelvis, los íliones), y una vertical que une las crestas anterosuperiores de los huesos iliacos con el pubis. La pelvis no se encuentra inclinada hacia delante, (anteversión), ni hacia atrás, (retroversión), lo que asegura la longitud del psoas, la movilidad del fémur y por consiguiente de las piernas, y el equilibrio en la base de sustentación. 11 Si trabajamos respetando estas coordenadas, o por lo menos, tendiendo hacia ellas, estaremos garantizando una correcta transmisión de la fuerza a través de la musculatura profunda y el esqueleto. Ida Rolf: “Rolfing”, Ed. Urano, Barcelona, 1994 En el método Pilates, si bien no es una técnica somática sino un método de acondicionamiento y tonificación, estos principios se denominan neutralidad de cinturas pélvica y escapular y elongación axial. 10 11 9 5 – Conclusiones Principios a tener en cuenta en la elongación De todo lo anterior podemos extraer una serie de principios anatómicos y mecánicos que pueden contribuir a maximizar los efectos de una elongación: - Si queremos recuperar la flexibilidad de la musculatura estática no realizaremos tonificación sino alargamientos. - Sugerimos comprometer a toda la cadena muscular en su recorrido, (trabajar globalmente), en tanto estas representan “circuitos en continuidad de dirección y de planos a través de los cuales se propagan las fuerzas organizadoras del cuerpo”. - Sugerimos trabajar pidiendo la resistencia de la musculatura en el movimiento (trabajar activamente), para lograr efectos residuales. - Sugerimos trabajar con un agudo sentido de los equilibrios entre las cadenas y la gravedad, realizando tanto movimientos de flexión como de extensión, de aducción y abducción así como de rotación, siempre atendiendo a las líneas organizadoras del cuerpo para evitar compensaciones. El uso de direcciones claras en el movimiento favorece este objetivo. - Sugerimos trabajar en exhalación porque esta fase de la respiración libera a la musculatura estática favoreciendo distancias mayores entre las estructuras óseas. - Sugerimos utilizar las ventajas mecánicas que implica mantener: elongación axial y control primario durante todos los movimientos, se esté comprometiendo la columna o no; curvas naturales de la columna y pelvis alineada en torno a sus verticales y horizontales Estos son algunos de los principios que toda elongación debería respetar para lograr efectos en el tiempo de los cuales el alumno pueda verse beneficiado. Queda en manos de cada docente construir secuencias atractivas que los integren. Las combinaciones y creaciones de movimientos en este sentido son infinitas, lo que transforma al área de la elongación en un aspecto del trabajo donde nuestra imaginación, inteligencia propioceptiva y sentido de la composición también se pueden desafiar. 10 Bibliografía Craze, Richard: “La técnica Alexander”, Ed. Paidotribo, Barcelona, (no figura año edición) Bertherat, Thérèse y Bernstein, Carol: “El cuerpo tiene sus razones”, Ed. Paidós, Bs. As., 2008 Feldenkrais, Moshé: “Autoconciencia por el movimiento”, Ed. Paidós, Bs. As., 1992 Mamana, Silvia: “Músculos, postura y medio ambiente”, Revista Kiné nº 64, Bs. As., Nov. 2004 Palacín, Montserrat, “La Reeducación Postural Global de Philippe Souchard”, Revista Natura Medicatrix Nº 45, Barcelona, 1997 Rolf, Ida: “Rolfing, la integración de las estructuras del cuerpo humano”, Ed. Urano, Barcelona, 1994 11