EL MENSAJE CINEMATOGRÁFICO - Asociación de Prensa Juvenil

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El mensaje cinematográfico
El cine es capaz de transmitir cualquier problemática de las relaciones interpersonales.
En un breve espacio de tiempo nos hace llegar todo tipo de emociones, sensaciones,
vivencias, modelos de comportamiento, tanto positivos como negativos (ambos igualmente
útiles desde el punto de vista pedagógico).
(...) Resulta evidente que el cine nos ha dejado una imaginería característica que está
profundamente enraizada en nuestra cultura. La influencia que el cine ha tenido y tiene sobre
nuestras vidas es algo absolutamente incuestionable; a través del cine vemos reflejadas todas
aquellas circunstancias que forman parte de nuestro devenir cotidiano; a través del cine se
reflejan los problemas y las inquietudes sociales; a través del cine nos podemos acercar a toda
una serie de realidades que permanecen lejanas a nosotros; a través del cine se manifiestan
determinados movimientos culturales y artísticos; a través del cine se crean modas y tendencias
de diversa índole... en definitiva, tal y como señala Tardí (1978, pág. 56) podemos concluir que
el cine “es un espacio donde la sociedad se habla por vía interpuesta de unos autores a un
público. El cine podría ser perfectamente definido como un escaparate sociocultural que refleja
la forma de pensar de cada época. A través de las películas podemos conocer cómo es y cómo
piensa una sociedad en un momento determinado. Esta capacidad de representación social es la
que nos permite hablar del cine como un fenómeno social. Las características, patrones estéticos
y bases argumentales propias de cada época se ven reflejadas de forma automática en las
películas. Tal como refleja Porter y Moix “El cine es un espejo positivo y negativo a la vez, en
el que los seres estaban contemplados y se podían contemplar. Un espejo que era a la vez reflejo
de la historia y creador de la historia, que mostraba con la misma simplicidad el bien y el mal, la
belleza y la fealdad, la pobreza y la riqueza, la realidad y el sueño” (...)
Nacho Jarné Esparcia
(...) “En estos cien años de historia del cine apenas ha existido una conexión clara entre el
cine y el mundo educativo. Ello no quiere decir que no existan los indicios suficientes para
poder afirmar que las películas constituyen un recurso adecuado para educación. A todos
aquellos que estamos acostumbrados a ver el cine como una obra artística, no nos resulta difícil
entender que el cine motiva, incita, sensibiliza y en definitiva, forma o informa sobre aquellas
situaciones, valores y elementos artísticos que aparecen en la pantalla” (...)
NJE
(...) “La prehistoria de los medios audiovisuales es plenamente contemporánea”. Su historia,
esto es, el período de perfeccionamiento y popularización, forma parte de nuestros orígenes
como habitantes de un mundo sin fronteras para la información y la comunicación audiovisual”
(...)
NJE
(...) “Si la importancia del cine como medio de comunicación de masas es enorme en todos
los ámbitos de la sociedad: ¿por qué no encauzar esa capacidad de influencia social del medio
en pro de la formación? ¿por qué no rentabilizar las posibilidades formativas del medio? Estos
serían algunos de los interrogantes a los que habría que dar respuesta...?” (...)
NJE
(...) “El cine, como lenguaje icónico, está sujeto al estudio de la semiótica. Como ciencia, la
semiótica se ocupa de los signos, lo que supone dos planos de estudio: aquello que se expresa y
el significado de lo que se expresa. Si en el desarrollo de la humanidad, el lenguaje icónico ha
tenido una gran importancia, no nos puede extrañar que el cine, como perfección cultural de este
lenguaje, tenga en la actualidad una gran importancia científica cultural” (...)
NJE
(...) “No hace falta recurrir a las teorías de McLuhan para darnos cuenta de que nosotros
vivimos inmersos dentro de una cultura de la imagen. Desde que a finales de los años cincuenta
se institucionalizó la televisión como la forma de entretenimiento más extendida para la mayor
parte de los habitantes del planeta, las cosas ya nunca fueron igual. La evolución de la
tecnología y las exigencias del mercado han hecho que el cine audiovisual, el vídeo, la
tecnología digital, Internet, las videoconsolas o la televisión interactiva sean realidades muy
presentes en nuestras vidas cotidianas. Si las personas de treinta años ya, no son capaces de
concebir un mundo sin la tecnología audiovisual y todas sus aplicaciones, qué podemos decir de
los muchachos que están en edad escolar. Para ellos, los medios son el principal referente a la
hora de comprender e interpretar el mundo” (...)
Martí Cupons Perpiñà
(...) “Hace poco se publicó una encuesta que revelaba una serie de datos muy esclarecedores.
En ella, se decía que de la información significativa-esto es, la que realmente influye sobre
nuestra formación integral y nuestra manera de ver el mundo que recibe el niño a lo largo de un
año- un 10% viene de la escuela, un 30% viene de la familia y el entorno social y 60% de los
medios de comunicación audiovisuales. Cómo puede comprobarse, estos datos resultan muy
esclarecedores. La importancia de la imagen supera con creces el impacto formativo que pueda
tener la escuela. Eso es algo que inexorablemente ha de tenerse en cuenta” (...)
MCP
(...) “El conocimiento del cine resulta útil como forma de profundizar en determinados
aspectos de nuestra realidad histórica. El alumno que conozca bien el cine comprenderá, de
forma automática, que éste también es un referente de primer orden para saber cómo era y cómo
vivían nuestros antepasados. Y con esto no me refiero únicamente al cine de carácter histórico,
sino al cine entendido como elemento de análisis social y como forma de reflejar la realidad.
Dentro de cien años, nuestros nietos sabrán muchas cosas de nosotros gracias al legado que
dejarán las películas” (...)
MCP
(...) “Nuestra actual sociedad, la modernización tecnológica y su carácter globalizador
potencia un nuevo modelo de comunicación fundamentalmente visual. “Una imagen vale más
que mil palabras” (...)
Mar Medina Martín
(...) “Mediante las imágenes, se pueden recoger y ampliar nociones y conocimientos,
introducir, desarrollar o evaluar nuevos, se pueden desarrollar también habilidades para
observar, fomentar valores y actitudes ante cada situación y, en definitiva, educar para la
autonomía; ese es el aporte del cine” (...)
MMM
(...) “No podemos obviar el nuevo camino abierto: las nuevas tecnologías y las posibilidades de
acceso y manipulación del cine que hasta hace poco estaban en manos de unos pocos” (...)
MMM
(...) “Sólo quien haya recibido un adiestramiento en la lectura de imágenes y estructuras
visuales, ejercerá sobre ellas un análisis práctico (no teórico) que le permitirá desarrollar sus
capacidades reflexivas y aumentar su selección visual y capacidad de percepción.
Comprenderemos mejor los significados, seguiremos mejor las líneas de nuestro pensamiento y
alcanzaremos un mayor goce en el conocimiento al reducir los efectos manipuladores de la
recepción inconsciente, permitiendo aumentar la capacidad de percibir analítica y críticamente
los mensajes audiovisuales. Requerimos de nuevas prácticas de lectura y escritura (en su aspecto
visual) que de momento no se enseñan en la escuela.
Analizar críticamente una imagen requiere una reflexión desde un punto de partida: la
relación entre la realidad y la representación de la misma. Dicha perspectiva pertenece al campo
formativo de la alfabetización visual” (...)
MMM
(...) “El lenguaje visual debería haber estado presente, de forma estructurada, desde la
colonización de nuestros hogares por parte de la TV. Debería, del mismo modo que la lectoescritura, introducirse a temprana edad (de mano de profesores especializados) y ser utilizado y
rentabilizado en las diferentes materias a lo largo de toda la etapa formativa de nuestros
alumnos. Sólo así podremos usar sus posibilidades no sólo con carácter lineal, sino como medio
de comunicación propio del siglo XXI y puente a la era informática y la lectura bidimensional”
(...)
MMM
(...) “El cine nos adentra en un mundo complejo que hay que analizar y comprender, repleto
de imaginación, fantasía, ciencia, cultura, vida y muerte, etc. y aunque se acepta que no es más
que una visión parcial de la realidad, estamos tan acostumbrados a vivir rodeados de imágenes
que las aceptamos como naturales, sin cuestionarnos demasiado ni el fondo ni las formas de las
mismas. Comprender las imágenes, entender las películas, significa cambiar nuestro modo de
percibirlas, significa pasar de una actitud pasiva a una más crítica y reflexiva, significa tener un
conocimiento acerca de los mecanismos de significación de las películas. Extrapolando esto a la
escuela, poner a los alumnos ante una película no significa que adopten una postura receptiva y
pasiva, sino que debemos promover en ellos la reflexión y la crítica sobre el conjunto de la obra
y su contexto” (...)
José Sánchez Rodríguez
(...) “No queremos entrar en las expresiones míticas que llevaron a algunos autores a
anunciar la muerte de la escuela o a proclamar su desaparición, pero si asumir que la realidad es
que paralela a ella se ha creado otra institución formativa mediática, que tiene un fuerte impacto
sobre la persona, aunque posiblemente no tanto en el dominio cognitivo y conceptual, como en
el afectivo y volitivo. Valga como ejemplo de lo que decimos, el resultado encontrado por
González Blasco (2000) en su estudio sobre los jóvenes españoles, que cuando les preguntó
respecto al lugar donde creían que se decían las cosas más importantes en cuanto a ideas e
interpretaciones del mundo, el 53% contestó que en la casa con la familia, el 47% que entre los
amigos, el 34% que en los medios de comunicación, el 22% que en los libros, el 19% en los
centros de enseñanza, el 3% que en la Iglesia, el 3% que en ningún sitio, y el 1% en otros sitios.
Es decir, nuestros jóvenes, y posiblemente los datos pudieran extrapolarse a muchos de los
países de la denominada sociedad occidental, consideran con un porcentaje que casi duplica a la
instituciones escolar, que los medios de comunicación son más significativos que aquella” (...)
Julio Cabero Almenara
(...) “La Educación en valores” podemos analizarla desde una doble perspectiva, una referida
a las posibilidades que tiene el cine como instrumento para la formación de valores en los
ciudadanos, y otra, la formación de valores en los estudiantes mediante la utilización del cine en
el aula” (...)
JCA
(...) “Los medios que más han influido en la creación de la sociedad de la imagen y la
persuasión, han sido primero el cine y después la televisión. Los cuales influyen, y no tanto por
el plano racional sino fundamentalmente por lo emotivo y afectivo, y los cuales persiguen más
la concienciación y modificación de las actitudes y valores de las personas, que su formación
cognoscitiva” (...)
JCA
(...) “A la hora de analizar la influencia que el cine tiene para la creación y potenciación de
valores en las personas, tenemos que partir por comprender que esta influencia es consecuencia
directa de un doble aspecto; por una parte, del poder que se le concede como medio, y por otra
por los contenidos concretos transmitidos. Es decir, tener presente que el medio ya en sí
presenta un significado, y algunas veces elevado, para las personas.
Todos estaremos de acuerdo que en nuestra sociedad a los medios de comunicación se le
conceden un poder absoluto y relevante, frases como “lo ha dicho la tele” o “lo he visto en el
cine”, llegan a configurar una realidad mediática y unas expectativas sobre ellos que superan
con creces la realidad física y las posibilidades que tienen. Con ello lo que venimos a querer
decir es que el medio, el envoltorio del mensaje, e incorporando en él tanto el componente
técnico como sus lenguajes, en sí mismo ya tiene unas influencias para el receptor” (...)
JCA
(...) “Reconociendo que podríamos decir que este número de valores y tendencias, bien
pudiera no ser real y depender de cada película y mensaje concreto, puesto que sería una
incongruencia por nuestra parte pretender decir que transmiten los mismos valores películas del
neorrealismo italiano que las de la serie de La Guerra de las Galaxias; o afirmar que las obras
dirigidas por J. Ford, Elia Kazan, Bertolucci, Amenábar transmiten las mismas ideas y valores
que las de Ron Howard, Donald Petrie, o Sam Weisman. También lo es que hay un conjunto,
posiblemente el mayoritario de películas, que se encuentran diseñadas y perfiladas por los
mismos principios, y tienden a transmitir valores similares. Como señala Ramonet (2001, 9):
“Dentro del sistema actual, las obras fílmicas demasiado originales o demasiado personales no
reciben ningún estímulo. Por el contrario, los nuevos gigantes de los medios estimulan las
sensibilidades comunes y corrientes que están relacionadas con los valores tradicionales (éticos,
morales, normativos, retóricos, novelescos, dramatúrgicos) indiscutidos y que se repiten hasta la
saciedad, lo que todos admiten sin resistencia alguna”. Y ello es cierto, ya que existe un tipo de
película, donde todo está claramente perfilado, los roles asumidos, y los valores establecidos, y
con una clara venta del modelo de vida americano, que van funcionando constantemente en el
mercado; es como decir: “si has visto una, ya has visto todas” (...)
JCA
(...) “No debemos de olvidar que el cine siempre ha sido uno de los medios de comunicación
de masas más utilizados para transferir y presentar una “realidad no real” sino simbólica, y que
siempre ha tenido pretensiones más ocultas que el simple divertimento” (...)
JCA
(...) “En síntesis podríamos señalar que cada vez se asume con más claridad y sin recelo, que la
influencia de los medios sobre los individuos no es lineal, sino que existen una serie de
variables que influyen y determinan los resultados, conductas, valores y actitudes que se
obtengan, y entre estas variables nos encontramos con la clase social, la edad, el género, el nivel
cultural del espectador, su círculo social, y su formación. Ello nos lleva a señalar con toda
claridad, que el análisis de los medios debe de verse desde una perspectiva más abierta y no sólo
desde la influencia unidireccional de los medios” (...)
JCA
(...) Los lenguajes asociados a los sistemas perceptivos, que nos permiten hacer
discriminaciones significativas entre la información recibida: por ejemplo, entre sonido
fonético, sonido musical, ruidos y señales. Las distintas interpretaciones de los elementos que
configuran la imagen fílmica se deben al carácter narrativo de la acción fílmica. Cualquier
elemento que aparece en la pantalla (decorado, vestuario, palabras, música) se halla
comprometido narrativamente con los hechos filmados y adquiere, por ese motivo, un
significado específico en la comunicación entre la película y el espectador (Mitry, 1978, 164165). (...)
Un nivel superior de interpretación fílmica responde a aspectos más psicológicos que
provienen, tanto de la intención del cineasta como también de la proyección del espectador, que
le permite interpretar la película desde algunas indicaciones más personales y subjetivas,
encontrando en ella diversos “símbolos motivados” (Langer, 1969, 56).
Algunos elementos formales tales como la disposición de los encuadres, los movimientos de
cámara, la elección del espacio escénico, la utilización de la música y el movimiento de los
actores, etc. Son elementos que el espectador medio no percibe conscientemente, pero que una
vez combinados logran que las películas nos transmitan determinadas sensaciones y emociones
que interpelan nuestra subjetividad, nuestra interpretación personal. Sólo aquellos espectadores
más familiarizados con las técnicas, estilos y géneros cinematográficos, pueden reconocer las
estrategias de significación que hay detrás de cada elemento fílmico y apreciar toda la
complejidad que encierran” (...)
Carmen Pereira Domínguez y Carmen Urpí Guercia
(...) “Consideramos que, desde la visión pedagógica, será conveniente integrar dentro de los
contenidos educativos a todo el mundo de las imágenes, a la lectura y comprensión de la imagen
cinematográfica y aprovechar así toda su virtualidad educativa.
A partir del año 1960, era palpable el doble enfoque en la educación cinematográfica (Peters,
1961). El alumno no sólo debe formarse para el cine o sobre el cine. El fin sería enseñarle no
sólo a ser un buen espectador, que sepa valorar la calidad de un mensaje fílmico, como acontece
con la lengua, la literatura o la historia; sino que también, hay que formar a los educandos con el
cine, por medio del cine. Hoy por hoy, afirmar la riqueza formativa de este recurso y su
inserción social es manifiesta. El cine contribuye de forma constante a la formación de la
persona, tanto en su aspecto estético, como en el aspecto moral y en los valores y de un modo
especial si se pretende esta preparación en todo su sentido global (Buxarrais, Martínez, Puig y
Trilla, 1995; Escámez, 1996; Muñoz, 1998; Savater, 1997; Alonso y Pereira, 2000)” (...)
CPD y CUG
(...) “El cine enseña a nuestra juventud actual distintos modos de mirar y percibir la realidad.
Las miradas que una película les descubre, las vierten después sobre sus paisajes y rostros
cotidianos, descubriendo en ellos nuevos significados. Además, las emociones que pueden
sentir al identificarse con los hechos de la película y los pensamientos que van anticipando al
hilo narrativo funcionan prácticamente como continuos aprendizajes por ensayo y error de la
afectividad y el conocimiento, que la ficción permite realizar sin correr el riesgo que la realidad
impondría. Los espectadores jóvenes (y todo espectador en general) pueden aventurarse como el
protagonista ante una situación de peligro porque no corren ningún riesgo real (Urpí, 2000,
265). Esto facilita enormemente el aprendizaje y convierte la experiencia fílmica en una
magnífica oportunidad de formación integral de la persona para la vida. Las películas nos
permiten retomar las preguntas latentes en la vida misma del alumnado para poder así ayudarles
a distanciarse, a encontrar criterios de valoración, a formarse un juicio personal, para poder en
definitiva plantear posibles alternativas como respuestas. En resumen, se trata de encontrar en el
cine una vía de conocimiento que supera la mera reproducción del escenario cultural mediante
una constante reconstrucción crítica del mismo (Pereira, 2001)” (...)
CPD y CUG
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