Los agricultores y los surcos de papel. hacia un estudio de

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ASOCIACION LATINOAMERICANA DE INVESTIGADORES EN
COMUNICACION (ALAIC)
IV CONGRESO (Recife, Brasil, 12-16 setiembre 1998)
Grupo de trabajo: Comunicación, circulación de informaciones e
innovaciones sociales
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LOS AGRICULTORES Y LOS SURCOS DE PAPEL.
Hacia un estudio de mensajes y audiencias de los “suplementos rurales”
de diarios argentinos
Edgardo L. Carniglia 1
Río Cuarto (Argentina), junio 1998
1
Departamento de Ciencias de la Comunicación. Universidad Nacional de Río Cuarto. Agencia
Postal Nº 3. (5800) RIO CUARTO (Argentina). Tel 54 358 2676181. Fax 54 358 4676285. Email:
acarniglia@hum.unrc.edu.ar
2
LOS AGRICULTORES Y LOS SURCOS DE PAPEL
Hacia un estudio de mensajes y audiencias de los “suplementos rurales”
de diarios argentinos
1. Resumen
En los países donde la producción agrícola y/o ganadera resulta clave para la
provisión de alimentos, materias primas, puestos de trabajo y divisas --por ejemplo
Argentina y Brasil -- habitualmente los diarios de información general y de diferente
alcance (nacional, regional y local) traen casi a diario información sobre diversos
aspectos de la actividad agraria. Algunas publicaciones presentan cotidianamente
secciones de información específica del agro y otros periódicos incluyen semanalmente
ediciones de “suplementos rurales”. Estas últimas publicaciones especializadas, que
también tienen sus equivalentes en la radio y la televisión, contienen uno de los más
amplios flujos de noticias, comentarios, opiniones y publicidad sobre el sector rural que
circula entre distintas audiencias específicas o no a la agricultura. Sus páginas son
utilizadas desde la emisión y/o la recepción por distintos, actores grupos e instituciones
que los consideran un sitio propicio para la divulgación de ideas, productos, prácticas y
servicios para el campo. Este trabajo propone un análisis de dichos semanarios
especializados de los diarios argentinos y en especial de su relación con un subconjunto
de los productores agropecuarios del agro pampeano en un contexto, como el actual, que
plantea nuevas demandas para la reproducción de las unidades productivas. Presenta y
discute en primer lugar algunos de los escasos antecedentes de estudio. Intenta mostrar
que la denominada “prensa agraria” es poco estudiada, los escasos trabajos resultan
subteorizados y faltan estudios de la relación entre los textos y las audiencias. Propone
luego dos conjeturas consideradas necesarias para el análisis textual de dichos
semanarios y de la recepción socialmente situada de los suplementos rurales por parte de
dichos actores del medio rural. La articulación del análisis comparativo de este
complejo texto, orientado a identificar temas y significaciones de “los campos del
campo”, y del estudio de los receptores es definida como un correlato metodológico
consecuente con el problema formulado, la teoría involucrada y el estado del
conocimiento específico.
1. Introducción
En los espacios (países, regiones y localidades) donde la producción agrícola y/o
ganadera cumple una función clave para la provisión de alimentos, materias primas y
divisas -por ejemplo Brasil y Argentina- habitualmente los diarios de alcance nacional,
regional y local traen casi a diario información sobre diversos aspectos de la actividad
agraria.
Así, por ejemplo, aún la mirada superficial de un lector que, en el principal mes
de las vacaciones estivales de Argentina, recorra lás páginas de algunos periódicos de
información general observará la disconformidad de entidades del sector agropecuario
por la modificación del porcentaje de un impuesto a la venta de la producción del campo
(Puntal, 8/1/98, pág. 1), que las aves producidas en Argentina no padecen la enfermedad
denominada influenza que sí afecta a los animales de un país europeo (Puntal, 20/1/98,
3
pág. 24), que una tradicional organización de productores se opone a la privatización del
Banco Nación (Puntal, 22/1/98, pág. 6), que en una localidad de las sierras cordobesas
comienza una exposición de ganado caprino (Puntal, 23/1/98, pág. 23), que el
presidente de otra organización de productores solicita ayuda oficial para sus colegas, y
las familias de éstos, que viven y trabajan en las zonas inundadas del litoral argentino
(Puntal, 28/1/98, págs. 14 y 15), que distintos actores del ámbito agrario manifiestan su
rechazo al aumento del peaje de las rutas (Puntal, 30/1/98, pág. 1) y que cada viernes
este diario local incluye un suplemento especializado en temas del campo. Y si ese
lector o cualquier otro accede también a diarios de circulación nacional podrá observar
que algunos periódicos especializados en temas económicos dedican diariamente a
temas agrarios al menos tres páginas (Ambito Financiero) y/o que otros diarios de
información general incorporan cada sábado un suplemento especializado sobre la
actividad rural (Clarín y La Nación).2
Este trabajo pretende presentar una propuesta de estudio de la relación entre
estas publicaciones especializadas de la prensa argentina, los “suplementos rurales” de
diarios de información general, y sus audiencias. En consecuencia, en las siguientes
secciones se exponen y evaluan algunos antecedentes de investigación sobre la prensa
rural y, luego, se presentan conjeturas, objetivos y criterios conceptuales y
metodológicos considerados pertinentes para dicho cometido.
2. Algunos estudios sobre la prensa agraria
¿Cuándo, dónde y cómo nació la prensa agraria?. ¿Cuál ha sido su evolución?.
¿Cuáles son, en la actualidad, las principales publicaciones?. ¿Cuáles son las similitudes
y diferencias del tratamiento de la noticia sobre el campo en las distintos tipos de
publicaciones (diarios de información general, diarios especializados, revistas
especializadas, etc.)?. ¿Cuál es el consumo y uso de estas publicaciones que realizan los
productores rurales y otras audiencias de la actividad agraria?.
El estudio historiográfico de Diez Rodríguez (1980) aporta varias referencias
sobre la génesis, objetivos y estrategias de la primitiva3 prensa agraria de España. Estos
objetivos y estrategia son, según indica en su estudio del primer periódico agrícola de
dicho país: “fomentar el desarrollo agrícola y el de aquellas artes y manufacturas
próximas al quehacer del agricultor, del que resultan actividades complementarias. Y
2
Los diarios La Nación, editado desde hace más de un siglo, y Clarín, fundado el 28 de agosto
de 1945 y perteneciente al más poderoso conglomerado nacional de multimedios (posee además otros
diarios del interior, un diario deportivo, radioemisoras de amplitud modulada y frecuencia modulada, 3
canales de television hertziana y por abono (cable) y un sistema de televisión satelital), son los más
importantes de Argentina en cuanto a su volumen de circulación. Su venta neta paga ascendia en 1990 a
211.000 y 552.000 ejemplares diarios, respectivamente (Getino, 1994). El diario Puntal, por otra parte,
vende alrededor de 5.000 ejemplares diarios en la ciudad de Río Cuarto (Córdoba) y su zona aledaña
aunque su suplemento rural, que es incorporado en otros dos diarios locales o micro-regionales de
ciudades de la misma provincia, debe alcanzar aproxidamente el doble de ejemplares editados.
3
La característica de “primitiva” supone al menos dos sentidos. Por un lado, alude a la relación
entre la prensa agraria y el nivel y tipo de desarrollo del agro en un determinado contexto. En este
sentido, más adelante se analizará que una de las hipótesis sobre la evolución de este tipo de periodismo
especializado sostiene su vinculación con la fase del desarrollo socio-político. Por otra parte, refiere
también a las experiencias primeras, iniciales o primigénias de esta forma de la prensa.
4
para cumplir esto se planteó llegar al campo, objetivo que es absoltamente nuevo en el
panorama de la época. Es aqui donde cobra su papel de protagonista el parroco rural al
que expresamente se dirige el Semanario. Así se pretendía resolver el dilema que, en la
palabra de los propios promotores de la idea, se podría formular así: En España los que
labran no leen y los que leen no labran” pág. 7).
Sostiene Diez Rodríguez que el nacimiento de este primer periódico de
divulgación o vulgarización --semioficial primero y oficial más tarde y dirigido a una
audiencia intermedia específica (los parrocos) y, a través de ellos, a la población
trabajadora en su amplia mayoría analfabeta-- nace mediante la convergencia de tres
fenómenos concurrentes: el crecimiento demográfico interrelacionado con el aumento
del producto nacional agropecuario, una política ilustrada --una idea importada del
extranjero-- en favor del desarrollo y extensión de los conocimientos sobre diversas
actividades productivas y el afianzamiento y florecimiento de la prensa en España a
partir de 1750.
El autor evalúa también que con este periódico, que llegó a editar 3.000
ejemplares por semana y en cuya distribución se utilizaron medidas “un tanto
coercitivas” (pág. 53), “la penetración en las capas rurales a través del parroco como
vehículo cultural fue un fin que no se cumplió, dadas las repetidas quejas de los
directores del periódico sobre el poco celo de los Prelados en propagarlo y las de éstos
con respecto al poco eco que la publicación encuentra entre sus curas párrocos”. (pág.
62)
En el contexto de una España que permanecía totalmente al margen de las
trasformaciones socioeconómicas desarrolladas con el proceso industrializador de
Inglaterra el semanario era una iniciativa ilustrada --“conocer, ilustrar, transformar, dice
Diez Rodríguez (1980, pág. 114), son eslabones necesarios de esta ideología reformista
y racionalista”-- tanto por los sujetos que lo promovieron y dirigieron cuanto por su
contenido. Respecto de esta última característica observa que en muchas ocasiones falta
un criterio uniforme para seleccionar el material publicado y el semanario oscila entre
un extremo divulgador y otro científico, uno más de acuerdo con la idea fundacional y
otro al que conduce la voluntad ilustrada de sus directores.
Este autor aclara que, pese a la frecuente falta de un tono divulgador en los
artículos, el análisis temático --cuyos resultados se presentan en el Cuadro I y señalan la
amplitud temática de la publicación y el predominio de los artículos informativos-permite apreciar que una importante mayoría de aquellos parecen estar en consonancia
con los temas pertinentes al fin pretendido por la publicación. Asimismo, luego de
dicho análisis en el cual “queda al margen un número poco relevante de artículos, de
contenido exclusivamente particular, que no entran en ninguno de los 13 capítulos”
(pág. 68), reconoce que durante un período el semanario atravesó los restringidos límites
de la perspectiva ilustrada para dar cabida en sus páginas a una problemática y a unas
ideas críticas y renovadoras. Así, en algunas ocasiones se incluyeron escritos que
abordaban directamente problemas estructurales de tipo económico y social, por
ejemplo, la descapitalización del campo como consecuencia de las exacciones feudales,
los arrendamientos a corto plazo, la contradicción entre la gricultura y una ganadería
privilegiada, el uso no productivo de la renta por parte de los propietarios de tierras, la
falta de cerramientos de los campos, la política de comercio exterior, etc..
5
Sin embargo, Diez Rodríguez concluye que el fracaso de la difusión y
repercusión efectivas de esta publicación, sobre los cuales se dispone de información
insuficiente, no obedecen fundamentalmente a la actitud de rechazo o pasividad de los
agentes difusores --los prelados-- ni tampoco a la falta de un uniforme estilo divulgador
en el texto del semanario ni a la incapacidad manifiesta del campesino para hacer la
consiguiente inversión. Afirma que “estaba condenada al fracaso una publicacion, como
el Semanario, que proyectaba su contenido, en general de interés, sobre un campo
enquistado en unas estructuras de propiedad, de distribución del excedente, jurídicas y
sociales muy poco propicias a planteamientos renovadores, a inversiones productivas, a
experimentaciones agrícolas, a la racionalización del espacio agrario en lo que toca a su
explotación agrícola-ganadera, con toda la secuela consiguiente de innovaciones. No
era, principalmente, instrucción lo que el campesino necesitaba sino, como se intentará
hacer por primera vez en Cádiz, la supresión de los presupuestos que mantenían una
economía agraria de corte feudal” (pág. 175).
CUADRO 1. Contenido de los artículos del Semanario de Agricultura y Artes
dirigido a los Párrocos (1797-1808)
Capítulos según tipo de artículos
Número de
artículos
%
ARTICULOS INFORMATIVOS
1. Cultivos y plantas
2. Fabricaciones domésticas
3. Ganadería
4. Medicina, profilaxis e higiene
5. Técnicas y sistemas agrarios
6. Actividades industriales
7. Física y Química
8. Instituciones de enseñanza y beneficiencia
9. Premios y concursos
239
115
113
111
103
88
39
29
21
25,50
12,27
12,05
11,84
10,99
9,38
4,16
3,09
2,24
SUB-TOTAL
858
91,58
ARTICULOS DE OPINION
10. Problemática agraria, comercial e industrial
11. Fomento de actividades económicas
12. Enseñanza y educación
13. Reflexiones sobre la importancia de la activ. agraria
42
21
14
2
4,48
2,24
1,49
0,21
SUB-TOTAL
79
8,42
937
100
TOTAL
Fuente: Elaboración del autor en base a Diez Rodríguez (1980, págs. 68 y 69)
Otro tipo de estudios sobre la denominada prensa agraria realizan un diagnóstico
comparativo acerca del tratamiento de la información específica del agro en el contexto
6
de espacios internacionales. Los trabajos de Murcia (1996) y Herrera Duarte (1996)
constituyen sendos ejemplos de esta clase de investigación.
El primero de los trabajos citados pretende aportar al diagnóstico de uno de los
segmentos de la prensa especializada --económica y, más precisamente,
“agroalimentaria”-- más dinámico de los últimos años en la Unión Europea y España.
En En este sentido, Murcia sostiene que “la incorporación de España a la Unión
Europea, la revolución tecnológica y comercial del sector agropecuario como
consecuencia de la progresiva apertura de fronteras, el auge de las transnacionales del
sector agroalimentario y la deficiente información, especialmente de índole
internacional, que reciben tanto agricultores y ganaderos como consumidores e industria
agroalimentaria son hechos que marcan las tendencias comunicacionales de los
contenidos agroalimentarios” (pág. 11)
Este estudio asume una preocupación y un objetivo explícitos. Por un lado, el
trabajo parte “de la idea de que la información agroalimentaria en España se encuentra
aún lejos de la que realizan las publicaciones más punteras de la gran mayoría de los
países comunitarios por diversas razones. De dicho estudio será posible analizar cuáles
son las principales causas de que no exista en nuestro país un semanario de calidad, con
informaciones agropecuarias de carácter global y con una tirada y un porcentaje de
publicidad capaz de mantenerlo en el mercado” (13). Y enfatiza una orientación de
investigación aplicada cuando agrega que “el trabajo busca, una vez analizado el grueso
de resultados de la muestra examinada, proponer una alternativa comunacional a los
modelos actualmente existentes, tanto en los diarios como en las revistas especializadas,
independientemente de la periodicidad e índice de especialización” (pág. 14).
Por otra parte, esta investigación tiene como objetivo analizar
comparativamente, siguiendo los criterios y formulas utilizadas por una cátedra de
información periodística especializada de la Universidad Complutense de Madrid
(España), “la estructura, viabilidad, perspicuidad, especialización e interés humano de
una amplia muestra de publicaciones que abordan informaciones sobre el sector
agroalimentario en sus diversas vertientes” (13). La muestra analizada incluye --de
España-- 6 diarios de información general, igual número de diarios de información
económica y de información regional, y --de los restantes 14 países que junto a España
conforman la Unión Europea- 2 diarios y 25 revistas agrarias.
En el plano metodológico el trabajo comprende cinco dimensiones: análisis
cuantitativo de presencia (proporción de superficie del periódico asignado a diferentes
ítems), temático (proporción de noticias destinadas a cada tema), formal (proporción de
elementos icónicos, paralingüísticos y lingüísticos), de código (grado de perspicuidad,
especialización e interés humano) y de contenido.4 En el Cuadro 2 se han agrupado, con
el objetivo de facilitar la lectura comparada de los datos, los resultados del análisis de
los cuatro primero aspectos considerados en dicho estudio.
En las conclusiones de su estudio Murcia (1996) identifica cinco aspectos que
obstaculizan el desarrollo del periodismo agroalimentario: 1) la crisis económica y la
Señala Murcia que este último tipo de análisis es “quizás el más subjetivo de todos cuantos se
realizan en este estudio. Con él se pretende valorar el contenido de las noticias de cada medio para hacer
hincapié en los denominados “ruidos” o elementos de distorsión de cada publicación” (19).
4
7
reducción de la población activa rural, unidas a la escasa tradición de lectura en España,
más acusada entre dicha población,5 imposibilita la existencia de una revista semanal
dedicada al agro y con información de toda España; 2) la información agroalimentaria
interesa a los ciudadanos sólo cuando tiene una dimensión económica y/o social
importante; 3) falta divulgación y sobra superespecialización, es decir, los periódicos
centan con un nivel de especialización muy elevado; 4) faltan profesionales del
periodismo especializado en el sector agroalimentario; y 5) la mayoría de las
publicaciones existentes en el mercado ofrece información agropecuaria, casi siempre
especializada, sin detenerse en otros complementos necesarios para las personas que
habitan el medio rural.
CUADRO 2. Periódicos de España y la Unión Europea según aspectos del tratamiento
de la información agroalimentaria
PERIODICOS
ASPECTOS
Presencia
- Superf. media de páginas
- Superficie total media
- Superf. publicitaria media
- Superf. redaccional media
- Superf. especializ. media
- Media mens. notic. espec.
Forma (En media de %)
- Elementos icónicos
Elementos
paralingüísticos
- Elementos lingüísticos
Código
- Perspicuidad media
- Grado de especial. medio
- Grado espec. monosémico
- Grado espec. polisémico
- Grado de interés humano
Temática (En porcentajes)
- Consumo e higiene
aliment
- Ecología
- Empresas
- Sectores
- U. Europea e internacional
- Precios y mercados
- Opinión
Diarios
Rev. especializ.
España
Unión España Unión
Naciona Económ Regiona Europea
Europea
l
.
l
81,35
100,00
31,96
70,60
0,81
39,16
45,17
100,00
14,39
85,61
1,55
120
70,20
100,00
28,69
71,31
2,47
109,50
40,80
100,00
28,81
71,19
1,29
65,50
s.d.
100,00
17,52
82,48
97,75
s.d.
s.d.
100,00
33,37
66,63
96,34
s.d.
23,30
15,47
61,23
37,87
12,48
49,65
20,66
15,26
64,08
28,53
14,87
56,60
20,21
16,33
63,46
20,02
19,45
60,53
69,50
1,91
0,47
0,41
23,85
53,00
5,14
1,43
2,29
16,51
45,33
1,80
0,47
0,60
18,94
s.d.
s.d.
s.d.
s.d.
s.d.
46,46
3,73
1,86
1,03
21,78
s.d.
s.d.
s.d.
s.d.
s.d.
7,47
31,70
19,82
24,79
7,59
5,67
2,96
0,98
2,50
70,77
17,76
4,66
3,08
0,25
8,07
19,28
17,30
41,59
4,25
7,32
2,19
12,43
4,32
21,46
30,66
20,55
2,88
7,70
2,48
5,38
14,08
50,35
13,76
10,28
3,67
3,44
3,62
5,96
52,88
13,32
9,85
10,93
En este sentido, la conclusión destacaría la continuidad de un rasgo, “el que labra no lee”,
considerado hace dos siglos por los responsables del semanario agrario analizado por Diez Rodríguez
(1980), cuyo estudio se expondrá más adelante dentro de esta misma sección del trabajo.
5
8
Fuente: elaboración del autor en base a Murcia (1996, págs. 42, 51, 63, 71, 179 y 231)
“Sin embargo --afirma Murcia (1996:263)-- una revista orientada al mundo rural
cuenta con muchas posibilidades de éxito. Se trataría de una publicación semanal
atractiva, con información exhaustiva de la Unión Europea, noticias y análisis de precios
y mercados mundiales, asociacionismo agrario, información legislativa y fiscal,
reportajes monográficos sobre sectores y, además, información sobre cocina, bricolage,
deportes, jardinería, animales domésticos y ocio”.
El estudio de Herrera Duarte (1996) sobre la prensa agraria en Hispanoamérica
presenta otro análisis comparativo a nivel internacional con el interés de ofrecer una
panorámica de la situación de la información agroalimentaria en dicho región. Esta
investigación se asemeja mucho a la analizada anteriormente en los supuestos,
preocupaciones, objetivos y método de trabajo aunque, a su vez, suma el interés
explícito por relacionar el diagnóstico con el desarrollo económico y político de las
naciones americanas hispanoparlantes y, en particular, con características generales de la
estructura agraria de dicho conjunto de países.
De este modo, realiza un análisis cuantitativo (de presencia, temático y formal),
de código (grado de perspicuidad, de especialización y de interés humano) y de
contenido, que “pretende valorar el contenido de las noticias de cada medio para hacer
hincapié en los denominados “ruidos” o elementos de distorsión de cada publicación”
(pág. 18), de 38 revistas, en general de frecuencia mensual o bimestral, casi todas ellas
editadas en la capital de 12 países de América Latina (Argentina, Chile, Colombia,
Cuba, Ecuador, Guatemala, México, Panáma, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela).
Este análisis pretende “demostrar que la aparición de revistas especializadas en
agroalimentación está unida al desarrollo económico y, sobre todo, político de los paises
objeto de este estudio (pág. 13) y “quiere señalar también la diferencia que existe en
estos países entre los agricultores y la patronal agraria, que en muchos casos puede
seguir considerándose un grupo de caciques” (pág. 13).6 Supone también, por otra parte,
que “una revista orientada hacia el mundo rural cuenta con enormes posibilidades de
éxito en América Latina, dado la escasez de publicaciones periódicas que existen en este
continente y la respuesta ofrecida por el sector publicitario” (pág. 151).
Herrera Duarte (1996) reconoce algunas limitaciones en la recopilación del
material analizado7 y concluye, luego de un análisis comparativo de las publicaciones de
cada país pero sin profundizar en la comparación entre países, que “sólo los países con
un cierto grado de importancia económica e industrial (Argentina, Uruguay y, sobre
6
Esta expresión contiene quizás una imagen demasiado simplista acerca de la estructura agraria
de los países de América Latina. Análisis recientes, por ejemplo sobre los países del denominado
Mercosur (Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay), han señalado el complejo e interrelacionado
conjunto de actores sociales y unidades productivas integrantes de dicha estructura (Giarraca y Cloquel,
1998). En Sola (1991), por otra parte, se propone una caracterización de las empresas y actores del agro
de la región pampeana argentina.
7
Llama la atención, por ejemplo, que en el caso de Argentina no se consideren periódicos como
La Tierra, editada por una importante asociación de productores agrarios, la “Federación Agraria”, desde
la primera mitad del siglo XX, revistas como La Chacra & Campo moderno, publicada por una editorial
comercial desde hace aproximadamente 68 años, y Supercampo, y suplementos rurales semanales de
importantes diarios de información general y circulación en todo el país, por caso Clarín Rural y El
campo de La Nación.
9
todo, Chile) prestan atención al epígrafe de agroalimentación, eje fundamental del
desarrollo agrícola y futuro hacia el que se han encaminado las políticas en Europa,
Estados Unidos y, en general, en todo el mundo occidental (pág. 152). Identifica
finalmente seis aspectos (revistas dirigidas y elaboradas por grupos económicamente
fuertes, predominio de la información sobre el sector primario, culto a la personalidad
de los líderes, diferencias de perspicuidad y especialización según el desarrollo de los
países y diferencias de lenguaje entre el castellano y español de Hispanoamérica) que
obstaculizan el tránsito de la información especializada sectorial, esto es “agraria”, a la
información intersectorial, es decir “agroalimentaria”, y hacia la formación de
periodistas especializados en dicha clase de información, una situación que concibe
como deseable frente a la más habitual circunstancia de que un profesional o
especialista en temas agropecuarios, agrarios o rurales se transforme en periodista.
Otra de las conclusiones relevantes de este estudio refiere a la prolongada
tradición de la prensa agraria en Hispanoamérica. “La información agraria, --sostiene
Herrera Duarte (1996, pág. 33)-- que en los últimos años reparte sus informaciones en
los diarios entre las secciones de Economía, sobre todo, Sociedad y Nacional, tiene una
historia mucho más arraigada en el tiempo que la información económica propiamente
dicha”. Recuerda, por ejemplo, que en 1980 había en España un total de 52
publicaciones periódicas especializadas en la materia mientras que en 1913 la cifra bajó
a 49 y en 1920 a 44 y que, por otra parte, a poco de introducirse la imprenta en
Argentina se comenzó a publicar en la primera década del siglo XIX el Telégrafo
mercantil, rural, político, económico e histórico del Río de la Plata y el Semanario de
agricultura, industria y comercio, ambos de muy corto lapso de publicación.
Un último aspecto destacado en este estudio se relaciona con la heterogénea
pertenencia institucional de las revistas especializadas en temas rurales. Herrera Duarte
identifica que de las publicaciones analizadas “siete de ellas están elaboradas y editadas
por instituciones públicas, otras 17 por asociaciones de productores, cooperativas y
sindicatos, mientras que las 14 restantes proceden del sector privado”.
Por último, otro conjunto de investigaciones sobre la prensa agraria se abocan al
estudio de una de las formas también institucionalizadas del periodismo agrario: los
trabajos de Tucunduva Neto (1987) y Thornton (1997) analizan distintos aspectos de los
suplementos especializados que semanalmente publican diarios de información general
de, entre otros países, Argentina, Brasil, Chile y España.8
8
Los “suplementos rurales” forman parte de diarios de información general y circulación
nacional --como el Suplemento Agrícola de O Estado de San Paulo de Brasil (Tucunduva Neto, 1987), la
Revista del Campo del Mercurio de Chile (Thornton, 1997) y los mencionados semanarios sabatinos
Clarín y La Nación de Argentina-- regional --por ejemplo Folha Rural de la Folha de Londrina también
brasilera (Tucunduva Neto, 1987) y el español Diario del campo del Diario de Navarra (Thornton,
1997) -- y local o microrregional de espacios con predominio de producción agropecuaria y
agroindustrial, por caso el argentino Tranquera Abierta de Puntal, editado cada viernes en la ciudad de
Río Cuarto e incorporado a partir de julio de 1998 en las ediciones de otros dos periódicos locales
publicados también en la provincia de Córdoba, Puntal de Villa María y La Voz de San Justo de San
Francisco. Cabe recordar asimismo que una reciente experiencia de creación de un nuevo diario de
información general y circulación nacional en Argentina, publicado con actualizados criterios de
redacción, edición y diseño --por ejemplo fotografías únicamente en color-- y que sorpresivamente dejó
de aparecer antes de los tres meses de su primer número, también incluía un suplemento rural publicado
los sábados, esto es Agro de Perfil.
10
El estudio de Tucunduva Neto (1987) realiza un “relevamiento históricodescriptivo de su evolución temática, en relación con el desarrollo del sector
agropecuario de la región en estudio. Los datos de nuestra investigación, referentes a
esta parte, fueron obtenidos por intermedio de entrevistas realizadas a los respectivos
editores responsables del suplemento Folha Rural, ya que no no existen otras fuentes
específicas y/o sistematizadas sobre el tema propuesto por nosotros” (pág. 41).
Este relevamiento identifica cuatro etapas en la evolución gráfico-editorial de
dicho suplemento rural --cracterizadas principalmente por varias rupturas y algunas
continuidades en la política editorial, enfasis temático, organización administrativacomercial y relación con instituciones y profesionales del agro-- cada una de las cuales
presenta las siguientes características:
- 1ª fase (1969-1971). En esta etapa surge el suplemento a partir de la convergencia de
intereses comerciales editoriales y profesionales: el diario arriesgaba inversiones en una
temática que podía equilibrar al menos los lucros de la empresa y se mostraba como un
periódico más completo y, a su vez, la recién creada asociación provincial de agrónomos
encontraba un vehículo de difusión de información técnica para los profesionales y
productores agropecuarios en general. Este maridaje se traducía en los aportes que cada
una hacía en la elaboración del periódico: “la Folha de Londrina participaba con la
provisión de los materiales necesarios para la impresión, servicios de diagramación y
circulación por parte del suplemento, en tanto que todo el trabajo de redacción,
fotografía y envio a los principales organismos rurales brasileros estaba a cargo de la
propia Asociación de Agrónomos, que también tenía cierta autonomía en la selección de
los asuntos” (pág. 42). Durante esta fase el periódico aparecía como tabloide
quincenalmente, a veces mensualmente, en distintos días de la semana con un número
variable de páginas y sin secciones fijas ni patrones gráficos regulares. Las notas estaban
a cargo de ingenieros agrónomos que no recibían pago alguno por su trabajo y el
contenido era fundamentalmente técnico tomando a distintos aspectos del cultivo del
café, predominante entonces en la región, como temática principal. La distribución de
los aproximadamente 40.000 ejemplares de cada edición se realizaba por medio del
encartado en el cuerpo principal del diario y otra mitad de ese volumen era enviada por
el correo a cooperativas, instituciones, asociaciones, sindicatos y productores del estado
de Paraná y otros estados brasileros. Tucunduva Neto (1987) señala que esta primera
fase del periódico finalizó con el cierre del quincenario, por desequilibrios financieros
originados en el reducidísimo ingreso en materia de publicidad, y con él se produce
asimismo la efectiva disolución del vínculo entre la empresa editorial y la asociación de
profesionales que diera origen a este emprendimiento periodístico conjunto. Evalúa
dicho autor que en esta primera etapa “se informaba, pero generalmente no se procuraba
la retroalimentación por parte del suplemento. No se practicaba el debate, no se
polemizaba en los temas de punta. Los problemas eran apenas tratados por el periódico,
reforzando cada vez más el carácter de un vehículo difusionista” (pág. 46).
- 2ª fase (1974 a 1975). Luego de una interrupción de tres años se reanuda la publicación
de este periódico, ahora denominado Folha Rural, nombre vigente en adelante, y
asociado a la reciente creación en el municipio de un instituto provincial de
investigación agropecuaria y al comienzo de un cambio en la orientación agroproductiva
de la región: el monocultivo de café era reemplazado gradualmente por cultivos
11
estacionales (aoja, algodón, maíz, trigo) que requieren un uso mas intensivo de los
denominados productos químicos, defensivos agrícolas o agrotóxicos.9 Ahora el
suplemento se publica cada domingo como parte del cuerpo principal del diario
incluyendo hasta 32 páginas e incorpora una sección fija que no mantiene continuidad.
10
El semanario continúa con el doble circuito de distribución y la publicación de
artículos con autor no identificado y consigue un más depurado diseño gráfico al tiempo
que logra el objetivo de rédito económico, que preocupaba a la empresa editorial, dado
que la incorporación de publicidades e “informes publicitarios” supera a veces el 50 %
del espacio del suplemento.11 La mejor organización comercial de la empresa no fue
acompañada por una profesionalización del equipo a cargo de la producción noticiosa;
el editor era al mismo tiempo fotógrafo y redactor y había sólo otro colaborador
relativamente especializado. Hacia fines de 1975 este semanario agrícola mantenía el
mismo número de ejemplares editados y “ya estaba --sostiene Tucunduva Neto (1987,
pág. 54-55)-- prácticamente consolidado como el único y más importante vehículo de
comunicación rural de la provincia de Paraná, dato este que valorizaba el jornal,
publicitariamente, rindiéndole buenos lucros. Sin embargo, esta aceptación no
significaba que la Folha Rural hubiera alcanzado su perfección. Algunas fallas eran
todavía observadas, principalmente en cuanto a la penetración en el interior: el diario no
circulaba, como hasta hoy no circula, en el medio rural, lo que, desde esa época, viene
siendo muy cuestionado por los anunciantes.”. Por otra parte, en lo que respecta al
contenido, el suplemento era considerado un espacio casi exclusivo para la difusión de
informaciones tecnológicas, muy esporádicamente eran tratados otros temas (ganadería,
cría de perros de raza, etc), mediante el empleo de un lenguaje bastante adecuado a los
lectores --profesionales, técnicos y productores medianos y grandes-- sujetos en su
mayoría con educación media y superior. Indica también este autor que el tratamiento de
los asuntos tecnológicos considerados, en su mayor parte importantes para el medio
rural paranaense, suponía una propaganda subliminar de ciertos productos químicos
cuyos anuncios publicitarios eran incluidos en las páginas del semanario y, en otras
ocasiones, la promoción de organismos oficiales y otras entidades de desarrollo agrícola.
- 3ª fase (1976 a 1985). Dicho periódico, ya bajo completo control administrativo y
editorial de la empresa, pasa a ser definitivamente un suplemento rural de la edición
dominical, primero, y sabatina luego, de un diario regional, el cual a su vez incluye en el
cuerpo principal una página diaria dedicada a noticias sobre la agricultura. Esta etapa
supone cambios graduales tanto en los aspectos gráficos y de contenido cuanto en la
9
Canuto (1988) analiza que el uso en los periódicos brasileros hacia finales de la década de los
‘80 de estas distintas denominaciones para identificar a los diversos insumos químicos utilizados en el
agro se relacionaba con distintas posturas acerca de sus consecuencias ambientales. Así, por ejemplo,
algunos ecologistas hablaban de “agrotóxicos”. Quizás esto también señale la pertinencia, como se tratará
de sostener más adelante, de tematizar más atentamente aquello de “los diferentes campos del campo” que
propone R. Williams (1990).
10
Las modificaciones en el número de páginas se relacionan con algunos eventos agrarios de
importancia, como las exposiciones, ferias o muestras rurales realizadas en distintas ciudades. Esta
característica también se observa en los suplementos rurales de los diarios argentinos antes mencionados.
11
Este es un rasgo que se manifiesta de modo diverso en los suplementos rurales argentinos
examinados durante los últimos años. En el caso de Clarín Rural la publicidad ocupa aproximadamente
entre un tercio y una mitad del espacio del periódico y los informes publicitarios, una especie de
publicidad pero con diseño similar al de una noticia que se publican en este diario en la misma página en
que se aparece la publicidad del producto, servicio, institución etc. de referencia en el informe y con un
encabezamiento de “espacio de publicidad”, aparecen con cierta frecuencia. En otros casos, por ejemplo
Puntal, la publicidad ocupa una proporción muy reducida del semanario rural.
12
distribución. Disminuyó sensiblemente el número de ejemplares del semanario
distribuido gratuitamente a las cooperativas agrícolas y se avanzó, además de continuar
con la ya clásica difusión de información tecnológica para los lectores, “en el sentido
más de traer que de llevar información al campo” (pág. 58) en un contexto de
sustitución de los cafetales por el cultivo de soja y trigo. Así, en esta fase el suplemento
inicia la discusión en torno a las consecuencias de esta nueva agricultura, por ejemplo el
monocultivo, la erosión y los objetivos de la política agrícola. El autor afirma que, en
este sentido, el suplemento “tuvo una parcela significativa de contribución, al crear toda
una discusión en torno de la necesidad de diversificación de los los cultivos en las
propiedades agrícolas. Y todo ese trabajo, más tarde, le rindió algunos premios
ofrecidos por varios órganos oficiales del Estado” (pág. 59). De todos modos, en el
contenido --que en 1977 incorporó una editorial sobre problemas técnicos y, pocas
veces, sociales, y otras secciones fijas, una destinada a resumir los principales
acontecimientos noticiosos rurales de la semana, otra sobre precios de los distintos
mercados y una como espacio para la opiniones de los lectores-- de las doce páginas
permanentes continúan predominando los informes publicitarios, los pequeños
reportajes locales y artículos sobre textos enviados via fax por una agencia de noticias.12
Con la implementación de esta nueva sistemática editorial, acompañada por una
situación financiera y admnistrativa más sólida, la conformación de un equipo de editor
y tres colaboradores, la valorización del trabajo periodístico mediante la firma de los
artículos y el comienzo de la participación en la edición del semanario por parte de las
agencias del periódico ubicadas en el interior de la provincia el tratamiento de la noticia
rural en el diario, y en particular el suplemento, asume, según Tucunduva Neto (1987,
pág. 64), “la verdadera característica de suplemento agrícola, sin embargo, de modo
incompleto. Aunque funciona como complemento de las informaciones vehiculizadas
en el diario principal, su finalidad básica continúa siendo, exclusivamente, la de servir
como un recurso de espacio físico extemporáneo de la Folha de Londrina”.
Dicho autor concluye que la inclusión de un índice del periódico, acontecida en
1985 junto al cambio del editor responsable, marca el inicio de una última fase editorial
y observa como rasgo destacado de la compleja evolución de este periódico a la falta de
tratamiento de los problemas sociales en el campo, en especial los relacionados con las
tensiones y luchas por la propiedad de la tierra. “El simple hecho --dice Tucunduva
Neto (1987, pág. 65)-- de que el suplemento se haya definido básicamente como un
periódico volcado para los asuntos técnicos de la agricultura --por completo, durante sus
dos primeras fases editoriales, y hasta 1984, en la tercera fase, lejos del diario principal,
en esos mismos períodos-- también se caracteriza como un vehículo de comunicación
12
La presencia de varias secciones fijas representa un rasgo habitual de las actuales ediciones de
los semanarios rurales. En Clarín Rural, por ejemplo se incluyen en distintas páginas una columna con la
opinión del editor responsable, un “panorama agropecuario” comentando alguna de las principales
noticias del agro publicadas en la semana, estadísticas y comentarios sobre la evolución durante la semana
de los precios de cereales, oleaginosas y carne bovina, dos espacios para el público --uno como
“consultorio técnico” y otro para la opinión de los “lectores”-- y un “pronóstico rural” sobre las
condiciones climáticas, en especial lo referente a las lluvias, en distintas zonas de la región pampeana
argentina, la más importante de Argentina por el volumen de la producción agropecuaria y agroindustrial.
En el caso de Tranquera Abierta, un suplemento de un diario local de una de dichas zonas, se incluyen
como secciones fijas las relacionadas con “cursos y jornadas”, “congresos” y una columna de la Sociedad
Rural local, una de las más convocantes asociaciones de productores del medio. Por otra parte, Thornton
(1997) también reconoció dos secciones fijas en un suplemento rural de un diario de Navarra (España).
13
fundamentalmente urbano, justificando las lagunas observadas en el tratamiento de los
problemas sociales rurales”.
El estudio de Thornton (1997) se inscribe también dentro del grupo de trabajos
que analiza aspectos de los suplementos rurales de diarios de información general, en
este caso correspondiente a un periódico de circulación regional dentro de España.
Propone, a través del análisis de discurso y los contenidos temáticos, “ofrecer a los
posibles interesados: periodistas, estudiantes de ciencias de la información,
profesionales del agro, extensionistas y otros una metodología simple y práctica para
identificar los discursos y contenidos temáticos que se emplean en suplementos rurales o
agrarios” (pág. 35). Retoma, aunque en parte modifica, la propuesta de otro autor para
analizar en una muestra de cuatro ediciones consecutivas de dicha publicación semanal
los siguientes aspectos: eje temático de la información, emisores privilegiados,
destinatarios de la información según grado de implicación del lector, competencia para
solucionar problemas, juego de antítesis y modalidad discursiva.
Como conclusiones puntuales de este estudio se destaca que este semanario rural
de un diario español privilegia emisores institucionales públicos y privados, sus
artículos reflejan cercanía con el agricultor y/o ganadero, se reitera la competencia
institucional y empresaria en la resolución de los problemas del campo, las oposiciones
enfrentan fundamentalmente a instituciones oficiales y empresas privadas, se emplean
en el texto diversas modalidades discursivas (opinión, informativa, técnico-económica,
política y económica) y que la amplia y dispersa agenda temática del suplemento es
acotada en parte por dos secciones fijas sobre precios y mercados y estado de los
campos. Las reflexiones finales de Thornton (1987) señalan que este periódico, a
diferencia de lo constatado por Tucunduva Neto (1987) en el trabajo antes mencionado,
se plantean problemas a resolver --una visión problemática de los temas,
fundamentalmente de tipo político sindical empresaria-- que perjudican a actores e
instituciones privadas y también públicas. Por otra parte, en los artículos del semanario
rural también se mezclan contenidos personalizados (opiniones integradas al texto) y
despersonalizados, no se tratan, también a diferencia de lo observado en el suplemento
rural de dicho diario brasilero, las innovaciones técnicas “como información que ayude
a la toma de decisiones en el manejo de las actividades productivas” (pág. 44) y en la
selección de las temáticas pesa más el hecho noticioso puntual.
3. Nuevos (y viejos) problemas, hipótesis, hallazgos y, también, vacios
Este recorrido por los antecedentes de investigación acerca de la prensa agraria
resulta propicio para emprender ahora una evaluación del “estado del arte” que habilite
para proponer nuevos horizontes de estudio. En este sentido, la discusión de los aportes
sobre aspectos conceptuales, metodológicos y hallazgos empíricos, así como de las
ambigüedades, omisiones y contradicciones, es entendida como una instancia necesaria
para la continuidad de la investigación. Su fertilidad para la generación de nuevos, y en
parte viejos, interrogantes, objetivos y perspectivas de los estudios posteriores parece
estar fuera de duda.
Tres aspectos resultan fundamentales para definir un panorama de los estudios
acerca de la prensa agraria: 1) es reducida la cantidad de estudios sobre este tema pero
14
son significativos los resultados obtenidos; 2) los trabajos en general resultan
subteorizados tanto en los aspectos conceptuales cuanto metodológicos; y 3) faltan
estudios sobre la relación entre los textos y las audiencias.
1. La conclusión acerca de la escasez de estudios sobre la prensa agraria parece
pertinente luego de una búsqueda sistemática, aunque incompleta13, entre la literatura
relativa a los estudios comunicacionales. Cinco estudios identificados luego de una
búsqueda entre numerosos catálogos editoriales y archivos de revistas especializadas
editadas en tres idiomas parece un resultado magro.
La escasez de antecedentes, sin embargo, no alcanza a ocultar la significación de
los hallazgos de este acotado conjunto de estudios. Algunas preocupaciones, temáticas,
problemas e hipótesis surgen con nítidos rasgos luego del análisis de dichos trabajos.
La relación del origen y la evolución de las publicaciones de la prensa agraria
con la problemática del desarrollo, en varias de sus distintas acepciones, surge como una
de las hipótesis mostradas por algunos de los antecedentes analizados. Este relación
puede significar diferentes interpretaciones puntuales según sea la concepción del
desarrollo asumida. Por un lado, el estudio historiográfico de Diez Rodríguez (1980) se
relaciona con una interpretación más comprensiva de acuerdo con la cual procesos tan
globalizados o mundializados como la modernidad, entendida como una expansiva
forma de vida y organización social que surgíó en Europa alrededor del siglo XVII
(Giddens, 1990), y el capitalismo, otro modo expansivo en este caso de producción de
mercancías, subyace al surgimiento de la prensa y en particular de sus variantes agrarias.
Otra interpretación más acotada sostiene, como en el caso de los estudios de Herrera
Duarte (1996) y Murcia (1996), que la expansión de la prensa agraria se relaciona con la
profundización del capitalismo en el campo, esto es con la transición de lo sectorial, la
producción primaria, a lo intersectorial, es decir lo agroalimentario y/o
agroindustrial.14Una última interpretación de dicha hipótesis, relacionada con los
trabajos de Tucunduva Neto (1987) y Diez Rodríguez (1980), alude a la relación entre la
prensa agraria y el desarrollo rural, concebido por ejemplo como proceso de cambio del
tipo y nivel de la producción agrícola o como estrategias oficiales orientadas a la
transformación del medio rural.
13
La recopilación de antecedentes comprendió la consulta de acervos bibliográficos de distintas
universidades, especialmente la valiosa colección de libros, revistas, tesis, etc. de la biblioteca de la
Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona (España), consultada
durante el mes de noviembre de 1997. En el caso de las revistas de investigación en comunicación
editadas en español, portugués e inglés se consultó la colección completa o, eventualmente, los volúmenes
editados desde 1990 inclusive en adelante. Etapas posteriores de la siempre valiosa búsqueda de
antecedentes deberían profundizar el análisis de otras fuentes, por ejemplo bases de datos sobre la
presumiblemente más vasta producción en idioma inglés, y/o otros períodos.
14
Aunque en muchas ocasiones “agroalimentario” y “agroindustrial” se emplean como sinónimos
parece más oportuno considerarlos como términos que en parte se superponen y, también en parte, se
excluyen. En este sentido, lo agroindustrial comprende más que lo agroalimentario, por ejemplo el
primero incluye en sus referencias a la producción de combustibles a partir de vegetales (caña de azucar,
oleaginosas, etc.) y los productos de este proceso, al menos hasta la fecha, no son considerados alimentos
para la especie humana.
15
La presencia desde hace más de un siglo de una amplia y diversa gama de
publicaciones especializadas sobre el medio agrario es otro de los rasgos resaltados por
los estudios analizados (Herrera Duarte, 1996; Murcia, 1996). Las revistas de
información general, las publicaciones de organizaciones científicas, los periódicos de
asociaciones de productores agropecuarios, los informes de entidades empresariales
agroindustriales y los suplementos rurales de diarios de información general, entre otros,
forman parte de dicho heterogéneo conjunto.
Pero la heterogeneidad es una característica que se observa también en una de
dichas publicaciones de la prensa agraria: los suplementos rurales semanales de diarios
de información general. Su presencia supone un patrón común del periodismo agrario, la
noticia sobre hechos o eventos de actualidad se incluye en el cuerpo principal del diario
y toda otra forma de noticia menos perecedera se incorpora en las páginas de este
semanario. Una publicación que adquiere diferente formato (tabloide, más habitual, y
sábana), ámbito de circulación (local, microrregional, regional, nacional), enfoque
temático (difusión de tecnología, problemática agraria, general), estructura editorial
(profesionalizada, informal) y utilización por parte de actores y organizaciones del agro
(información, publicidad, opinión, etc)15.
2. Subyace a los diferentes trabajos un rasgo que se podría definir como la
subteorización tanto de los aspectos conceptuales cuanto metodológicos. Este aspecto
toma forma en distintas características: la definición de las categorías principales, el
alcance de las comparaciones y los conceptos y procedimientos del análisis de mensajes.
El concepto de “prensa agraria” o “agroalimentaria” aparece como categoría
central de varios de los estudios analizados (Diez Rodríguez, 1980; Herrera Duarte,
1996) aunque generalmente mediante una definición implícita con orientación práctica.
La preocupación de los autores, y en algunos casos también el deseo, se concentraría en
la posibilidad de generar más y mejores publicaciones sobre el campo y los criterios de
qué se entiende por una mejor publicación se corresponden con reflexiones generadas
principalmente desde el ejercicio de la profesión o el oficio periodísticos. No tendría
sentido cuestionar la implícita y legítima pretensión epistemológica de estos estudios
acerca de que --como señala Rivera (1987)-- la teoría y el método se construyan a partir
de la interacción con el propio objeto de estudio pero sí puede ser pertinente y fructífero
el intercambio con el cúmulo de investigaciones relacionadas con el tema producidas
desde las ciencias sociales y las humanidades, por ejemplo en lo concerniente a distintos
aspectos de la “noticia”. En este sentido, Van Dijk (1988) concluye su evaluación de
este campo de estudios considerando que “después de los tempranos enfoques
anecdóticos del estudio de las noticias, y luego de los clásicos métodos de análisis de
contenido, que aún caracterizan a muchos de los estudios americanos, hemos observado
una creciente atención por los estudios ideológicos, microsociológicos, linguísticos y
analítico-discursivos de las noticias, especialmente en el trabajo europeo. Resta todavía
desarrollar una teoría sistemática del discurso noticioso, así como una explicación de la
relación entre las estructuras noticiosas y los procesos de producción y recepción” (págs.
15 y 16).
15
En el caso de Clarín Rural, por ejemplo, una edición sabatina contiene varias publicidades de,
entre otros, semillas, insumos químicos para la agricultura y la ganadería, equipos, máquinas y vehículos,
servicios para el campo, revistas, exposiciones y remates.
16
Otra de las contribuciones de algunos de los estudios analizados, por ejemplo
Murcia (1986) y Herrera Duarte (1986), ha sido el empleo de la comparación como
estrategia de abordaje de la prensa agraria. Pero en este aspecto también se pueden
observar algunas limitaciones conceptuales, metodológicas y empíricas. Una limitación
conceptual se relaciona, en el segundo de los estudios analizados, con el implícito
sentido que adquiere “Hispanoamérica” como el conjunto de países latinoamericanos de
habla hispana, lo cual excluye la comparación de las publicaciones agrarias de este
subgrupo de publicaciones y las pertenecientes a España.16Por otra parte, a veces la
reducida cantidad de casos inluidos en el estudio comparativo, como acontece con los
diarios de las naciones de la Unión Europea no hispanoparlante del primero de los
estudios mencionados, afectan quizás la validez de la comparación.
Sin embargo, el aspecto aparentemente más problemático de los estudios sobre
la prensa agraria aquí analizados radicaría en las dificultades de definición, recopilación
y procedimiento del análisis del mensaje. En algún caso, por ejemplo Thornton (1997)
se analizan “ejes de la información”, “modalidad discursiva” y “eje temático” sin
explicitar las diferencias entre uno y otro aspecto y/o sin que los sistemas de
clasificación acerca de alguno de estos aspectos respondan a los criterios canónicos de la
clasificación, por caso en la “modalidad discursiva” las categorías no resultan
excluyentes. Otros trabajos, los de Herrera Duarte (1996) y Murcia (1996) pero no el
Díez Rodríguez (1980), incluyen a la “opinión” como una categoría del contenido o la
temática cuando en la práctica periodística y en algunos enfoques sobre el lenguaje se
coincide en concebirla como una acción o forma relativa a un evento, tema o
comportamiento de una persona.17 Asimismo en algunas circunstancias los
procedimientos de selección de las publicaciones, como en el caso de Thornton (1987),
no parecen tener en cuenta la posibilidad de variaciones temáticas relacionadas con
distintos ciclos de la actividad agraria, por ejemplo el cultivo de diversas especies en
diferentes estaciones del año. En síntesis, todos estos problemas del análisis del mensaje
se relacionarían también con la falta de un intercambio más fluido con la rica tradición
de análisis de contenido, proposicional, argumentativo, del relato y los textos inducidos
por el investigador (entrevistas, historia de vida, etc.), entre otros, generada con los
aportes de la hermeneútica, la lingüística, la semiología y las ciencias sociales (Piñuel R.
y otros, 1995).
En consecuencia, se considera necesario para el estudio del mensaje de los
suplementos rurales de diarios argentinos partir de una definición e hipótesis de trabajo
que supere al menos algunas de estas limitaciones.18
16
En otros contextos, como las relaciones entre gobiernos de los países que a veces concretan
reuniones cumbres de sus máximas autoridades, se considera a España como integrante del espacio
hispanoamericano.
17
Otro aspecto cuestionable de la clasificación temática de los estudios de Herrera Duarte (1996)
y Murcia (1996) es la inclusión de la categoría “sectores” (ver Cuadro 2), que en general agruparía un
conjunto muy heterogéneo de temáticas y, a su vez, parece contradictoria con la evolución de lo agrario a
lo agroalimentario, de lo sectorial-primario a lo intersectorial primario-secundario, que proponen ambos
autores como estrategia de tratamiento de la información específica.
18
La pertenencia institucional de las publicaciones sobre el agro es otro aspecto donde se aprecia
alguna limitación definicional. Así, puede observarse analizando la infrormación proporcionada por
Herrera Duarte (1986) y Murcia (1986), en algunos casos insuficiente, que dichas publicaciones son
editadas por fabricantes de insumos y equipos, asociaciones de productores agropecuarios, editoriales
17
En este sentido, parece oportuno considerar a dichos periódicos como un texto
complejo.19 Esta definición puede ser tematizada en términos de lo que Giddens (1990)
denomina “objetos culturales”, claramente diferentes en ciertos aspectos de la
transmisión del lenguaje en cuanto conversación informal, cuyas características son: 1)
los objetos culturales implican un distanciamiento entre el productor y el consumidor o
receptor; 2) como consecuencia de esto, el receptor adquiere mayor importancia que el
productor en el proceso interpretativo; 3) los objetos culturales, en tanto que diferentes
de los artefactos en general, tienen la característica de (a) un medio duradero de
transmisión a través de los contextos, (b) un medio de almacenamiento o codificación, y
(c) un medio de recuperación.
Concomitantemente, según se anticipó, parece también pertinente conjeturar que
en el análisis de la complejidad temática de los suplementos rurales de los diarios
argentinos es conveniente considerar tres dimensiones a priori relevantes, es decir tres
grandes formas de ese complejo de “campos del campo” del que nos habla R. Williams
(1990), a saber:
i) “lo agrario”, la producción, transformación, circulación y consumo de frutos
agropecuarios a cargo de organizaciones (empresas, unidades campesinas, formas
mixtas, etc.) y mediada por el mercado y/o el estado. Es lo que podría denominarse
como la dimensión institucional del campo y en términos de disciplina científica es más
proxima a la economía y la economía política.20
ii) “lo agropecuario”, la tecnología aplicada al ambiente para la producción de vegetales,
carne, leche y otros frutos agropecuarios. Esa tecnología que en sus distintas formas
(agrícola, pecuaria, etc.) supone tanto una dimensión de tecnicidad cuyos aspectos
teóricos y prácticos se relacionan con las ciencias agronómicas y veterinarias pero
también suponen, en parte, un organizador cultural, concebido como configurador de
patrones perceptivos y de formas de organización del espacio y el tiempo.
iii) “lo rural”, el campo considerado como una clase de socialidad, una forma de vida y
organización social, caracterizada como comunidad, o inclusión de los agricultores o
campesinos dentro de diversos marcos geográficos, económicos, políticos, legales y
comerciales nacionales y transnacionales, cooperativas de primer y segundo grado, instituciones del sector
público, asociaciones científico-profesionales, bancos y empresas agroalimentarias.
19
Hablar de los suplementos rurales como texto complejo supone asumir consecuencias
analíticas en diferentes planos relacionados, por caso las convenciones específicas que adoptan géneros
transmediáticos como la noticia, las temáticas y representaciones para las cuales se proponen más adelante
tres dimensiones de análisis y los discursos cuyo alcance puede ser definido “desde el campo”, por
ejemplo cuando se propone al agro como el sector más estratégico de la economía nacioanal, y/o “para el
campo”, verbigracia cuando se postula la rentabilidad de la producción agropecuaria y se menciona a la
intensificación tecnológica como una estrategia para alcanzarla.
20
En Barsky (1993) se puede encontrar una breve síntesis histórica del pensamiento agrario
argentino, algunos de cuyos temas aparecen con frecuencia en el tratamiento noticioso de los suplementos
rurales, por ejemplo el papel del agro, en particular el pampeano, en la economía argentina. En este
sentido, algunas significaciones como la “Argentina, el granero (o, en las versiones más actualizadas, el
“supermercado”) del mundo” atraviesan las páginas de dichos periódicos. Así, durante el mes de junio de
1998 Clarín Rural comenzó a incluir en su primera página un recuadro, que a partir del mes siguiente
dejó de incorporar, con una estimación sobre la población mundial y la cantidad de habitantes del planeta,
“nuevas bocas para alimentar”, que habían nacido en cada semana.
18
religiosos, que les llevaron a constituir entidades locales conscientes de ser distintas de
las demás. Esta organización objetiva pero también subjetiva, formada en la edad media
y en la cual hasta hace pocas décadas vivía la mayoría de la población (Genicot, 1993;
Mendras, 1978), ha sido el objeto de la sociología, la antropología y la historia rurales.
Son estas dimensiones de análisis con su complejidad y sus relaciones las que se
entienden a priori como relevantes para el análisis del texto de los suplementos rurales
de diarios argentinos de circulación local o microregional y nacional
3. Otro de los aspectos del estudio sobre la prensa agraria que se destaca de manera muy
peculiar es la ausencia de estudios acerca de la relación entre los suplementos rurales de
los diarios y el público del campo o, más precisamente, el cúmulo de audiencias que
conforman este público, por ejemplo, los productores agropecuarios, los profesionales y
técnicos, los funcionarios del sector, etc..
En los cinco estudios analizados en la sección anterior sólo se encuentran tres
ligeras menciones a esta relación entre dichos periódicos rurales y sus públicos. Por un
lado, está el supuesto, al parecer muy atinado para hace dos siglos atrás, acerca de que
“el que labra no lee”, expresado por los editores del semanario analizado por Díez
Rodríguez (1980). Este supuesto puede ser interpelado ahora a la luz de los resultados
de las investigaciones iniciales sobre la relación entre los medios de comunicación y las
audiencias rurales realizadas en algunos espacios acotados de la región pampeana
argentina. En este sentido, trabajos como el de Carniglia (1998) identifican un
significativo consumo de medios de comunicación por parte de agricultores que viven
en ciudades y pueblos, como acontece con la mayoría de los productores agropecuarios,
y señalan que al menos la mitad de los sujetos consultados admiten leer diarios de
información general.21
Otra mención sobre la relación entre periódicos y audiencias rurales sostiene que
la lectura de los suplementos específicos de los distintos diarios está a cargo
fundamentalmente de los técnicos agropecuarios y de los productores de medianas y
grandes empresas agropecuarias (Tucunduva Neto, 1987). En este sentido, los resultados
del sondeo preliminar antes mencionado permiten inferir que la situación en algunas
zonas de la pampa argentina es, en parte, distinta: al menos un porcentaje significativo
de los agricultores de unidades productivas pequeñas y pequeño-medianas también leen
los diarios.
Otra referencia, es este caso tangencial, a la relación entre periódicos y
audiencias rurales aparece en el estudio de Thornton (1997) acerca de una suplemento
rural de un diario regional de España. Este autor propone el análisis del “grado de
implicación”, propuesto para analizar el acercamiento y/o alejamiento del agricultor y/o
ganadero respecto de la información ofrecida por dicho semanario. No explicita cómo a
partir del análisis del texto noticioso se construyen inferencias sobre la relación entre
21
Estan conclusiones deben ser convalidadas por estudios posteriores dado que se fundan en un
sondeo realizado entre 30 productores agropecuarios de unidadades productivas pequeñas y pequeñomedianas ubicadas en la zona sur de la provincia de Córdoba.
19
éste y el receptor22 y reconoce que existe una tendencia de artículos que reflejan una
cercanía o implicación con el agricultor y el ganadero.
Sin embargo, aunque hasta ahora existan sólo referencias colaterales sobre la
relación entre los periódicos rurales y su público este problema en sus aspectos más
generales, es decir la relación entre los distintos textos de diversos medios y sus
audiencias, reconoce un amplísimo campo de experiencias de investigación. Jensen y
Rosengren (1997), por ejemplo, han identificado cinco tradiciones del estudio del
público realizado principalmente desde Europa occidental y Estados Unidos (estudios de
recepción, investigación sobre los efectos, uso y gratificaciones, análisis literario y
enfoque culturalista) y sostienen que existen posibilidades de convergencia, en varios
niveles, y en especial en los desarrollos interdisciplinarios. Sugieren estos autores que,
en el plano teórico, “toda investigación sobre el público debe recurrir a un mínimo de
tres componentes: 1) una teoría de las estructuras sociales situaría los medios y sus
públicos; 2) Una teoría del discurso (o de la comunicación) daría cuenta de la naturaleza
de las representaciones ofrecidas por los medios (visualmente, auditivamente, o por
impreso); 3) Una teoría de las disposiciones socioculturales y sociopsicológicas que
rigen el acceso de los individuos a los contenidos de los medios describiría su
interacción con éstos” (pág. 360). En términos de metodología, esto implica que se debe
proceder en forma simultánea al análisis del contenido y a estudios del público.
En consecuencia, se interpreta que una conjetura plausible para el estudio de la
relación entre los productores agropecuarios de la región pampeana y, según se
conjeturó, los complejos suplementos rurales de diarios de información general debería
sostener que dichos actores del medio rural construyen informaciones y significaciones
en y a través de la interacción con las fuerzas sociales del texto y del contexto.
Cuando se habla del contexto se alude principalmente a las distintas
transformaciones acontecidas durante la década en curso en el ámbito de la actividad
agraria, cambios que han permitido proponer el inicio de un nuevo período en el agro
pampeano. Barsky y Pucciarelli (1997) sostienen que “el cambio de contexto nacional e
internacional, nuevas formas de organización de la producción que se suman a una
estructura social compleja, intensificación del cambio tecnológico, nuevas formas de
comercialización y transporte, retiro de las numerosas regulaciones estatales son
elementos suficientes para hablar del desarrollo de un nuevo período del agro
pampeano” (pag. 6). Esta nueva fase, que profundiza los rasgos capitalistas de la
agricultura pampeana (Sabato, 1987), supone una situación compleja para muchos de
los productores agropecuarios pues la permanencia en el sector sólo puede darse con un
incremento de los cambios tecnológicos que vienen sucediéndose desde la década del
22
Al menos desde la formulación del denominado modelo semiótico-enunciacional se reconoce
que la comunicación se produce a través del texto y que es en este texto donde, por una parte, se han de
introducir por parte del emisor , y por otra parte, se han de buscar por parte del destinatario, así como se
han de analizar por parte del investigador, tanto las construcciones (representaciones, imágenes,
simulacros, etc.) acerca de los participantes en la interacción comunicativa cuanto sobre el propio
intercambio comunicacional (Grandi, 1995). Por otra parte, las definiciones más actualizadas, de cuño
metodológico, acerca de la clásica técnica del análisis de contenido contemplan la posibilidad de realizar
inferencias, a partir del análisis del texto, sobre las características del emisor y el receptor (Roberts, 1997)
20
‘60, lo que significa nuevas inversiones en, entre otros rubros, maquinarias,
agroquímicos, semillas, fertilizantes y riego. 23
4. Objetivos para nuevos estudios
Generales:
- identificar temáticas y representaciones de los suplementos rurales de diarios de
información general
- Reconocer informaciones y significaciones construidas por los productores
agropecuarios en interacción con los suplementos rurales de diarios de información
general
Específicos:
- identificar temáticas de los suplementos rurales de diarios de información
general y circulación nacional
- identificar temáticas de los suplementos rurales de diarios de información
general y circulación local
comparar las temáticas de los suplementos rurales de diarios de información
general y circulación local y nacional
identificar representaciones de los suplementos rurales de diarios de
información general y circulación local
identificar representaciones de los suplementos rurales de diarios de
información general y circulación nacional
comparar representaciones de los suplementos rurales de diarios de información
general y circulación local y nacional
- Reconocer informaciones construidas por los productores agropecuarios en
interacción con los suplementos rurales de diarios de información general
- Reconocer significaciones construidas por los productores agropecuarios en
interacción con los suplementos rurales de diarios de información general
5. Aspectos metodológicos
En la actualidad se observa cierto consenso, tanto entre los analistas de la
metodología de investigación en ciencias sociales (Forni, 1992) cuanto entre los
estudiosos que se refieren específicamente a los estudios sobre la relación entre el
público y los textos mediáticos (Jensen y Rosengren, 1997), acerca de que la definición
23
Las declaraciones públicas de dos consecutivos secretarios de agricultura del gabinete
presidencial, y del mismo gobierno que promovió e implementó las medidas macroeconómicas que
ocasionaron dichas transformaciones del contexto agrario, producidas en la primera mitad de los ‘90
proporcionan un indicio quizás elocuente de las implicancias de los profundos cambios acaecidos en el
agro argentino en general y en el contexto pampeano en particular. El primero de ellos señaló que “van a
desaparecer 200.000 productores” y su antecesor primero y reemplazante luego, pocos meses después
declaró que “un enorme estrato de productores tiene graves problemas para adecuarse al actual modelo
económico” (Clarín Rural, 29/8/98, pág. 4) y puso en funcionamiento dos programas de desarrollo rural.
El primero de éstos, Cambio Rural, de estrategia grupal y que hoy incluye a alrededor de 20.000
productores de todo el país, destinado a reconvertir a las unidades productivas en situación crítica, y el
segundo, Programa Social Agropecuario, de rasgos más asistencialistas y destinado a los productores
minifundistas.
21
de la metodología --entendida en el doble sentido de estrategias de recolección y de
análisis de datos-- se relaciona con la teoría, el problema y los objetivos de la
investigación.
En este sentido, se considera que la perspectiva del problema expuesta con
anterioridad requiere el desarrollo de una estrategia de triangulación de métodos y
técnicas de investigación. El análisis comparativo, la combinación de técnicas para el
análisis de los textos y de los receptores, y la articulación de técnicas cuantitativas y
cualitativas se proponen como criterios generales de dicha estrategia que supondrá dos
etapas de trabajo.
Una primera fase de la metodología se relaciona con el estudio comparativo de
un texto complejo, con el objetivo de identificar similitudes y diferencias, de las
temáticas y representaciones sobre el campo contenidas en los suplementos rurales de
diarios argentinos de información general y circulación nacional, como es el caso de
Clarín Rural, y de circulación local o micro-regional, en esta caso Tranquera Abierta.
La elección del primero de éstos se funda en su condicición de diario con mayor
volumen de circulación a nivel de Argentina y la del segundo por ser el único diario
producido en el medio local, en este caso la ciudad de Río Cuarto.
El análisis textual presenta, como se indicó anteriormente, una rica tradición de
enfoques generados, por un lado, desde las ciencias sociales, y, por otro lado, desde la
hermenéutica, la linguística y la semiología, entre otras disciplinas humanísticas. A las
primeras corresponde por ejemplo el desarrollo del análisis cuantitativo del contenido
que en la actualidad reconoce las alternativas no excluyentes del estudio temático, que
examina la ocurrencia de temas (o conceptos), el análisis semántico, donde se examinan
sentencias (claúsulas u oraciones) en las cuales los temas se interrelacionan, y el estudio
de las redes temáticas, que identifica la ubicación de temas y/o sentencias dentro de
trmas de interrelaciones (Roberts, 1997). A las disciplinas humanísticas,
tradicionalmente más preocupadas por los aspectos cualitativos y no sólo manifiestos
del texto sino también por los implícitos o latentes, correponde el estudio de las
proposiciones, los relatos, los discursos, las argumentaciones, la enunciación e
interacción comunicativa y los actores sociales (Piñuel R. y Gaitán M., 1997).
Por otra parte, en la segunda fase metodológica orientada al análisis de los
lectores, y más específicamente de la información y significaciones que estos construyen
en la interacción con los suplementos rurales y el contexto agrario, se contempla una
combinación de técnicas cualitativas. Por un lado, la organización de grupos de
discusión, un modo de recolección de datos que en parte se asemeja a algunos de los
aspectos interactivos de dicho proceso de construcción de información y significaciones
por parte de los sujetos agrarios, y en particular por los productores agropecuarios del
agro pampeano. Por otra parte, la realización de entrevistas en profundidad con el
objetivo de ampliar el conocimiento de dichas informaciones y significaciones
construidas en las interacciones del sujeto con dichos semanarios especializados y el
contexto.
Cabe destacar que en la selección de los productores agropecuarios participantes
en los grupos de discusión y en las entrevistas en profundidad se tendrá en cuenta su
vinculación con unidades (pequeñas y pequeño-medianas explotaciones agropecuarias)
22
actores (trabajador directo, capitalista, inversor, etc.) y actividades productivas
(agricultura, ganadería, lechería, etc.) predominantes en una zona de la región pampeana
argentina, el sur de Córdoba o la “pampa cordobesa”. La elección de productores a
cargo de explotaciones pequeñas y pequeño-medianas se relaciona no sólo con la
circunstancia de que son los actores numéricamente predominantes entre los productores
agropecuarios de dicha zona sino también con su caracter de sujetos agrarios en
situación más comprometida ante las nuevas características del agro pampeano.
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