Regulación versus Competencia: experiencias en el sector transporte por Juan José Pompilio Sartori 1. Introducción “La cuestión de regulación vs. competencia nos enfrenta a una falsa elección. La respuesta puede ser alguna, ambas o ninguna, dependiendo de las circunstancias económicas del sector”, palabras expresadas por el profesor Peter Mackie del Institute for Transport Studies (ITS) de la Universidad de Leeds en Inglaterra, en 1997. El propósito de este estudio es discutir y presentar diferentes circunstancias económicas que deben considerarse al analizar la elección entre regulación y competencia. El problema se aborda presentando distintos ejemplos del sector transporte en los cuales existen razones económicas para tomar distintas elecciones en cuanto a las soluciones a adoptar. 2. Principios económicos y evidencia empírica En los casos donde la competencia no resulta en un buen sistema de incentivo que provoque que las firmas privadas busquen alcanzar eficiencia asignativa por un lado y eficiencia interna por otro, existe la necesidad de aplicación de políticas regulatorias que ejerzan influencia en el comportamiento del sector privado. La existencia de poder monopólico y distintos tipos de externalidades, por ejemplo, justifican la necesidad de intervención regulatoria. Como Vickers y Yarrow (1988) apuntan: “Restricciones competitivas y regulatorias influencian el comportamiento de las empresas de propiedad pública o privada”, debiendo quedar claro que la propiedad pública no implica la existencia de un monopolio estatal, al mismo tiempo que la propiedad privada de una empresa no significa la existencia de competencia. 1 Monopolios naturales y barreras a la entrada para evitar la duplicación de costos fijos implican una asignación ineficiente de recursos (ineficiencia asignativa). Por lo tanto, con el objeto de favorecer o no una estructura de mercado monopólica y regulada es necesario analizar la naturaleza de la industria y decidir en consecuencia. Aunque la competencia entre firmas en el mercado ejerce influencia en el comportamiento del incumbente y provee incentivos razonables para la existencia de eficiencia interna y asignativa, en muchas situaciones es necesario regular la forma de fijar precios de las firmas de la industria (incumbent firms) para hacer creíble o efectiva la amenaza de entrada al mercado. Las fuerzas de la competencia potencial podrían operar con una efectividad tal que hagan disminuir la necesidad de regulación (competencia sin regulación). Por otro lado, políticas de liberalización podrían requerir de regulación para asegurar una competencia potencial efectiva (competencia con regulación). Si una industria puede definirse en equilibrio como una industria de contienda y la estructura resultante de mercado es sostenible, nos encontramos ante un caso a favor de la liberalización sin regulación (ya que la competencia real o la amenaza de competencia existirá cumpliendo con los pre-requisitos para la contienda) y habrá eficiencia asignativa e interna, excepto en el caso de monopolios naturales en los cuales las cantidades producidas serían las señaladas por la igualdad entre el precio y el costo promedio en vez de seguir la regla de eficiencia asignativa de igualdad entre el precio y el costo marginal. La regulación en la forma de “barreras de entrada” será conveniente en el caso de la existencia de lo que se ha dado en llamar “cream skimming” (en firmas multiproducto) o en el caso de “competencia destructiva” o aún en estructuras de mercado como los monopolios naturales no sostenibles. En el caso de imponer barreras de entrada en monopolios naturales no sostenibles habría lugar para la existencia de un caso de regulación sin competencia. Pero éste es un ejemplo lejano a la realidad debido a la existencia de una serie de formas (i.e. condiciones de costos) de probar la sostenibilidad de los monopolios. 2.1.Transporte marítimo internacional Aunque una de las principales críticas de la teoría de los mercados de contienda es 2 que posee mínima relevancia en las industrias del mundo real, un caso de la industria del transporte donde se ha probado la existencia de mercados de contienda es en la industria del transporte marítimo internacional. Como Davies (1986) ha demostrado: “... la industria de transporte marítimo internacional satisface todas estas aparentemente patológicas condiciones y por lo tanto puede ser juzgado como de contienda”. El análisis tiene en cuenta la industria del transporte marítimo Canadiense (altamente relacionada con la de Estados Unidos y la de los mercados de los países de Europa Occidental) y caracteriza a la industria con una estructura interna no competitiva a causa de la existencia de conferencias (cartels) que establecen los precios y donde cualquier cambio en ellos requiere el consenso de las líneas participantes de la conferencia. Más aún, esta organización ha permitido a los nuevos entrantes realizar la “primera - movida” unida a la lenta respuesta de los precios del cártel que ha favorecido la existencia de estrategias de “hit-and-run”. He aquí un caso de un mercado internamente no-competitivo sin ninguna forma de regulación en el cual la “contienda” asegura eficiencia asignativa y eficiencia-X con cero beneficios. También este análisis (de Davies) se concentra en un periodo de tiempo particular con un estado específico de las economías (relacionado con la existencia o no de exceso de capacidad en la industria) y no debe ser generalizado a cualquier momento del tiempo, la posibilidad de pronosticar el futuro del mercado es difícil (por ej., el crecimiento de contratos de servicios multimodales y de sistemas logísticos integrados tienen efectos potenciales negativos en la facilidad de entrada al mercado). Las características del comercio entre países de la OECD que asegura la competencia comercial basada en el Código de Liberalización de la OECD (una serie de ordenamientos institucionales dentro de unas bases de “regulación por el mercado”) no es la regla en todos los mercados de transporte marítimos, como sería por ejemplo el caso de los países del tercer mundo donde existen controles de entrada (cargo reservation), discriminación de bandera y líneas de propiedad del estado que dan un ejemplo de un mercado regulado no competitivo en la misma industria (i.e. regulación sin competencia). El acceso a terminales en la industria es abierto y contrario al caso de las aerolíneas donde existen altas barreras de entrada por el acceso privilegiado a las terminales. 3 2.2. Transporte colectivo interurbano y urbano La desregulación de los servicios de transporte interurbano bajo el Acta de Transporte de 1980 en el Reino Unido y la posterior Acta de Transporte de 1985 tenían el objetivo de permitir nuevos servicios de transporte colectivo alentando la entrada de nuevos operadores privados y desarrollando el sector - particularmente en áreas rurales (Robbins and White, 1986). El resultado del proceso desregulatorio fue completamente contrario al beneficio de las áreas rurales. El diseño de estas prácticas de desregulación quizás no tuvieron en cuenta la “primera movida” que realizó National Express Ltd. reprogramando los servicios, mejorando la red e introduciendo tarifas promocionales que dieron una posición dominante disfrutada en anticipación a las futuras condiciones del mercado. Existe poca evidencia de un mercado de contienda perfecto en la industria del transporte interurbano de pasajeros unido a la existencia de barreras de entrada asociadas con las pérdidas que se producen en el periodo de establecimiento de los nuevos servicios, el acceso privilegiado a instalaciones e inmuebles como las terminales de transporte interurbano y economías de red de las firmas ya establecidas en el mercado (firmas incumbentes), como así también la percepción pública de una red de servicios que ha permitido la existencia de una demanda cautiva, por ejemplo para la compañía National Express de Inglaterra. Para algunos analistas, la posibilidad de contienda en el mercado podría haberse alcanzado por medio de la apertura de la Estación Victoria Coach de Londres a todos los operadores, pero como Robbins y White (1986) han señalado, la capacidad de esa terminal era inadecuada en hora pico para el tráfico nacional (una restricción de capacidad física). Otra cuestión importante fue la alta velocidad de ajuste de los precios de la firma ya establecida en el mercado (National Express) forzando a los nuevos entrantes a salir luego de un periodo en que trataron de establecerse, un caso de disuasión o barrera estratégica de entrada (strategic entry deterrence) no contemplado en el proceso de desregulación inglés. Este es un caso en el cual trató de establecerse un régimen de competencia con liberalización (o desregulación) y con la consecuencia de que el mercado fue 4 recuperado por National Express Ltd. luego de un periodo limitado de guerra de precios contra uno de los mayores operadores iniciales que entraron al mercado. También existieron contratos entre National Express (la firma más grande) y otros operadores que cumplieron el rol de subsidiarios. Como consecuencia, la posibilidad de entrada al mercado estuvo unida a la diferenciación de servicios. El resultado principal de este periodo fue la competencia entre National Express y el transporte interurbano de pasajeros por ferrocarril, dejando al contribuyente británico y al usuario de zonas rurales como los perdedores y a la mayoría de los usuarios de las rutas troncales de transporte interurbano colectivo como los ganadores luego de la desregulación. La moraleja de este tipo de políticas es que deben considerarse todos los factores (si no todos, por lo menos los principales) incluidos en el ejercicio de la regulación o desregulación equilibrando las pérdidas pronosticadas de algunos sectores con los beneficios de otros, a la vez debe reconocerse que las prácticas de las empresas ya establecidas antes de la desregulación eran totalmente diferentes a las realizadas luego de la desregulación (o anticipándose a ésta) y pueden muy bien justificar la posibilidad de que el regulador haya “caído en la trampa”. Así, la simple remoción de barreras institucionales a la entrada no es garantía de que la competencia efectiva prevalecerá. Un caso ilustrativo de firmas multi-producto es el caso de la industria del transporte urbano de pasajeros mediante ómnibus en algunas ciudades Argentinas donde existen licitaciones y concesiones de servicio para rutas diferentes y distintos tipos de servicio, como son: buses de gran porte y minibuses también llamados servicios diferenciales. La práctica común es establecer un sistema de concesión con regulación de tarifas. El establecimiento de nuevos servicios diferenciados en calidad (minibuses con mayor velocidad, menores tiempos de viaje y espera de los usuarios y mayor comodidad) se ha realizado como una forma de aumentar la competencia “en la ruta”. Luego, se han realizado prácticas progresivas de otorgamiento de estos nuevos servicios a las antiguas empresas prestatarias del servicio de gran porte. El resultado de esta práctica podría ser el aumento de las presiones para lograr aumentos tarifarios en el servicio de gran porte disminuyendo los costos comunes involucrados en la operación del servicio de minibuses. Más aún, es necesario establecer un 5 sistema de fijación de tarifas de ambos servicios exactamente determinado (uno mayor para los minibuses y otro menor para los servicios de gran porte) de manera de no permitir la disminución de los pasajeros transportados en el servicio de gran porte una vez comprobada la alta elasticidad cruzada de la demanda entre los dos modos, empeorando aún más la situación del servicio de gran porte, especialmente para aquellas empresas que no tienen presencia en el mercado de minibuses. La respuesta regulatoria aquí debería ser el control estricto por medio de auditorías contables de manera de controlar la asignación de costos entre los distintos negocios. Otro ejemplo se ha presentado en el caso de las rutas de transporte interurbano no subsidiado de Gran Bretaña. La experiencia ha demostrado que los efectos de corto plazo de la desregulación (en realidad una regulación débil con competencia) no han jugado un rol importante para mejorar la competencia cuando existen factores tales como: las ventajas en el acceso a terminales de autobuses de que gozan las firmas establecidas, sistemas diferenciados de expendio de boletos asociados a una alta lealtad del usuario o cliente con las antiguas firmas del mercado que poseen densas redes de transporte (como es el caso de los servicios de transporte interurbano en Gran Bretaña), conductas anti-competitivas por parte de estas empresas (políticas de precios depredadores o tácticas para discontinuar los servicios de los rivales - i.e. diferenciación horizontal de Hotelling) como fue la experiencia desregulatoria del transporte urbano colectivo en Gran Bretaña y en algunas ciudades Argentinas en la última década. En estos casos hubo problemas de competencia inestable y por periodos discontinuos sobre las rutas comercialmente desreguladas de mayor demanda. Sobre las rutas urbanas no rentables y “subsidiadas” la respuesta ha sido la competencia “por la ruta” a través de mecanismos licitatorios. Este es el caso de existencia de competencia vía regulación que llevaría al ahorro de costos, incentivos para lograr eficiencia productiva y ventajas informativas en el proceso licitatorio que mejoran la eficiencia en la asignación de recursos clarificando los costos reales de los 6 servicios. 2.3. La industria del taxi La elección entre competencia y regulación en la industria del taxi en Gran Bretaña se evidencia en la existencia de una “solución de mercado” en áreas rurales donde no hay regulación de la tarifa y no existen restricciones a la entrada. También en la experiencia Sueca de servicios de taxi rurales existe esta tendencia, debido a que el incremento en las tarifas es improbable debido a que la mayoría de los viajes en taxi son pagados con fondos públicos y las municipalidades que contratan estos servicios tienen la posibilidad de elegir un conjunto de tarifas competitivas. Sin embargo, en la mayoría de las áreas urbanas es común la existencia de regulación de tarifas con o sin restricciones a la entrada. La experiencia inglesa de desregulación de la industria del taxi muestra que en algunas circunstancias hay beneficios mínimos derivados de un sistema de entrada irrestricta (desregulación de entrada). La entrada libre al mercado podría producir: una demanda excesiva para las calles urbanas más utilizadas y el resultado será la congestión vehicular (como es el caso de algunos distritos desregulados en Gran Bretaña); la destrucción de la continuidad del servicio y la reducción del nivel o calidad del servicio si no son acompañados de una política de control efectiva; la reducción de la tasa de ocupación de los taxis y la creación de presión por aumentos de tarifa para lograr el equilibrio económico del negocio (aunque con poca evidencia en la experiencia Británica); un impacto mínimo en cuanto a la introducción de servicios innovadores (como taxis compartidos o taxibuses). Considerando estas razones parece razonable la adopción de políticas de restricción de entrada. En otras circunstancias, si el nivel y estructura de las tarifas reguladas se establecen apropiadamente, la desregulación de la entrada podría ser beneficiosa en términos sociales aunque la experiencia británica parece no apoyar este caso. Como Toner (1996) ha argumentado: “Dados controles tarifarios apropiados y regulaciones 7 de la calidad, el mercado (con regulación de entrada) se expandirá a un nivel consistente con beneficios económicos o supernormales iguales a cero y de este modo la regulación óptima requiere sólo fijar las tarifas adecuadamente”. Adicionalmente, la experiencia estadounidense de la desregulación del mercado de servicios de taxi ha demostrado que los buenos resultados alegados en su momento son difíciles de detectar. “Los modelos más simples fallan en capturar las imperfecciones del mercado, economías de alcance, y economías de experiencia que caracterizan el mercado típico de pedido de taxi por teléfono, que es la situación predominante en casi todas las ciudades de Estados Unidos” (Teal and Berglund, 1986). Las soluciones a las estructuras oligopólicas locales en Estados Unidos han mostrado que existen dos políticas efectivas, primero, la fijación de estándares de entrada sin regulación de precios y segundo, la entrada libre con controles de precios (pero con un efectivo control de la calidad y regulación de la seguridad). 2.4. Aeropuertos y transporte aéreo En el caso de la privatización de aeropuertos en Gran Bretaña, el monopolio BAA (British Airport Authorities) fue simplemente transferido al sector privado y la operación de las dos principales actividades en los aeropuertos británicos (comercial y tráfico aéreo) muestran el sustancial subsidio cruzado existente desde las actividades comerciales a las actividades de tráfico. Las actividades comerciales fueron subcontratadas o franquiciadas a firmas del sector privado, es decir, operó un sistema de competencia por el mercado antes que un sistema de competencia en el mercado, pudiendo causar la existencia de ineficiencia asignativa a la par de promover la eficiencia interna. En este caso particular donde el espacio es escaso en las terminales, existe un trade-off entre competencia y diversidad, y la competencia entre concesionarios que ofrecen productos similares podría mejorar la eficiencia asignativa. La regulación de firmas multi-producto es difícil debido a las asimetrías de información sobre los costos entre la firma regulada (incumbent) y el regulador, y la regulación de uno de los mercados en donde actúa la firma podría darle incentivos a 8 hacer trampa en la presentación de los estados contables de cada segmento del mercado, como podría ser el caso de los incentivos de BAA de reportar pérdidas en las actividades de tráfico contrapuestas a las actividades comerciales. La regulación de precios en aeropuertos utilizando métodos de regulación de precios del tipo RPI-X con estas asimetrías de información refuerza estos resultados. Como consecuencia, la experiencia inglesa muestra la persitencia de la ineficiencia asignativa y de que el estímulo competitivo pregonado por el Gobierno no fue inyectado. Aquí tenemos un caso de privatización con regulación de precios y otros elementos, donde existía un deseo de mejorar la competencia y en vez de promoverla ésta ha disminuido (i.e. un caso de regulación sin competencia). Como Vickers y Yarrow (1988) mencionan, la respuesta aquí podría haber sido vender los aeropuertos en forma separada y no como un monopolio con el objeto de favorecer la competencia y debilitar las asimetrías de información. Una distorción adicional surge al considerar los privilegios impositivos de que gozan los duty-free shops y que provoca el empeoramiento de la ineficiencia asignativa mencionada, la simple competencia por el mercado (concesiones) ha aumentado los ingresos de actividades comerciales debilitando los incentivos para lograr eficiencia asignativa. Como ya se ha señalado, en el tranpsorte aéreo existen altas barreras de entrada debido al acceso privilegiado a las terminales, estas barreras han dado a los incumbentes ventajas competitivas en las industrias del transporte aéreo de USA y el Reino Unido en los años ochenta. En el Reino Unido el acceso privilegiado al aeropuerto internacional de Heathrow le dió a British Airways una barrera efectiva de entrada ante el mercado desregulado propuesto. También es importante destacar que la habilidad de una línea aérea incumbente de sobrellevar un período de precios depredadores e incrementar la concentración en el mercado es alta. Aquí tenemos un caso para una política vigorosa en contra del comportamiento anti-competitivo. 3. Comentarios Finales Para alcanzar la respuesta al dilema “competencia” vs. “regulación”, es esencial contar con un entendimiento acabado de las circunstancias económicas involucradas en cada mercado a la hora de diseñar el marco regulatorio o desregulatorio para 9 alcanzar la eficiencia económica. Diferentes condiciones económicas en distintos mercados de servicios de transporte llevan a distintos ambientes con necesidades regulatorias diferenciadas. Diversas estructuras de mercado: monopolios naturales, oligopolios, mercados de contienda y el rol de la competencia potencial deben ser analizados para alcanzar la solución regulatoria óptima. La posibilidad de disuasión de entrada (entry deterrence) por parte de las empresas ya establecidas en el mercado y la correcta determinación de los movimientos estratégicos en el juego del mercado son esenciales para derivar consideraciones de política. El análisis de las condiciones de costos de cada industria teniendo en cuenta las asimetrías de información existentes entre el regulador y el incumbente deben ser consideradas cuidadosamente. La experiencia del mercado de contienda del transporte marítimo de los países de la OECD ha ilustrado un caso en que no existe competencia ni regulación, opuesta al caso de los países en desarrollo en los cuales las barreras institucionales a la competencia resultan en la necesidad de regulación en un mercado no competitivo. La experiencia de la industria del transporte interurbano de pasajeros de Gran Bretaña mostró un caso para el establecimiento de competencia con desregulación y las consecuencias asociadas a este caso particular. La experiencia regulatoria de los servicios de taxi ha arrojado luz a diferentes formas de regulación ante distintas estructuras de mercado, examinando el caso de los servicios rurales y los taxis urbanos de Gran Bretaña y la experiencia estadounidense en el mercado de taxis por orden telefónico. Otras experiencias como los mercados de autobuses urbanos y las regulaciones de aeropuertos han sido sintéticamente abordados. 10 Referencias Bibliográficas Davies, J. E. (1986), “Competition, contestability and the liner shipping industry”, Journal of Transport Economics and Policy, September. Davies, J. E. (1989), “Impediments to Contestability in Liner Markets”, Logistics and Transportation Review, vol. 25, no. 4. Davies, J. E. (1989), “Notes and Comments: Competition, Contestability and the liner shipping industry. A Rejoiner”. Journal of Transport Economics and Policy, May. Hackner, J. and S. Nyberg (1995), “Deregulating Taxi Services. A word of caution”. Journal of Transport Economics and Policy, May. Jankowski, W. B. (1989), “Notes and Comments: Competition, Contestability and the liner shipping industry. A comment”. Journal of Transport Economics and Policy, May. Robbins, D. K. and P. R. White (1986), “The experience of express coach deregulation in Great Britain”, Transportation 13: 359-384. Sartori, J. J. (1999), “A Direct Demand Model Estimation for the urban transport of the city of Cordoba – Argentina”. Paper presented at University Carlos III, Madrid. January. Teal R. F. and Berglund, M. (1987), “The impacts of taxicab deregulation in the USA”. Journal of Transport Economics and Policy, January. Toner, J. P. (1996), “English experience of deregulation of the taxi industry”. Transport Reviews, vol. 16, no. 1, 79-94. Vickers, J. and Yarrow, G. (1988). Privatization: An Economic Analysis. The MIT Press. 11